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Espiritualidad seglar "La espiritualidad seglar no esta definida todavia. Tan antigua como el mismo cristianismo, en cuanto hecho, es muy reciente como tema. Y los autores escriben y discuten, a veces acaloradamente y el lector se pierde. en una selva de encontradas posiciones" 1. Estas palabras reflejan, con bastante exactitud, la situaci6n de la es- piritualidad seglar hacia el allO 1958. Situaci6n que variaria poco hasta el auo 1965, fecha de clausura deI Vaticano II. Sin querer fijar una fecha cerrada, pienso que se puede afirmar que a partir deI concilia la considera- ci6n deI laico en la Iglesia adquiere una nueva perspectiva. Se abre una nueva perspectiva y se culmina una etapa de maduraci6n y progreso res- pecto a su inserci6n y puesto en la Iglesia. La espiritualidad seglar descansa en la teologia deI laicado y en ûltima instancia en la eclesiologia. Hasta que no se consiga insertar plenamente al luico en la Iglesia, en plenitud de pertenencia, no se conseguira una adecuada y satisfaciente espiritualidad. Para presentar la espiritualidad del laico en los treinta ultimos auos partimos de un breve y sencillo marco hist6rico para encuadrarlo en la eclesiologia. Después examinamos la es- piritualidad seglar hasta el Vaticano II y finalmente en los ultimos seis auos. 1. DE UNA ECLESIOLOGIA CLERICAL A UNA ECLESIOLOGfA TOTAL Se ha hecho notar que la eclesiologia actual comporta una concentra- ci6n vertical, hacia Cristo como vértice, y una descentraci6n horizontal, del papado a la colegialidad episcopal y deI clero al laicado, mejor a todo 1 SEBASTIAN FUSTER, Estudios sobre espiritualidad seglar (Boletin sintético-informativo), en "TE)) 2 (1958) 489.

Espiritualidad seglar · 2017. 12. 24. · DE LA POTTERIE, L'origine et le sens primitif du mot «Laïc», en NRT 80 (1958) 840·853. 7 La afirmaci6n, pOl' otra parte evidente, es

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  • Espiritualidad seglar

    "La espiritualidad seglar no esta definida todavia. Tan antigua como el mismo cristianismo, en cuanto hecho, es muy reciente como tema. Y los autores escriben y discuten, a veces acaloradamente y el lector se pierde. en una selva de encontradas posiciones" 1.

    Estas palabras reflejan, con bastante exactitud, la situaci6n de la es-piritualidad seglar hacia el allO 1958. Situaci6n que variaria poco hasta el auo 1965, fecha de clausura deI Vaticano II. Sin querer fijar una fecha cerrada, pienso que se puede afirmar que a partir deI concilia la considera-ci6n deI laico en la Iglesia adquiere una nueva perspectiva. Se abre una nueva perspectiva y se culmina una etapa de maduraci6n y progreso res-pecto a su inserci6n y puesto en la Iglesia.

    La espiritualidad seglar descansa en la teologia deI laicado y en ûltima instancia en la eclesiologia. Hasta que no se consiga insertar plenamente al luico en la Iglesia, en plenitud de pertenencia, no se conseguira una adecuada y satisfaciente espiritualidad. Para presentar la espiritualidad del laico en los treinta ultimos auos partimos de un breve y sencillo marco hist6rico para encuadrarlo en la eclesiologia. Después examinamos la es-piritualidad seglar hasta el Vaticano II y finalmente en los ultimos seis auos.

    1. DE UNA ECLESIOLOGIA CLERICAL A UNA ECLESIOLOGfA TOTAL

    Se ha hecho notar que la eclesiologia actual comporta una concentra-ci6n vertical, hacia Cristo como vértice, y una descentraci6n horizontal, del papado a la colegialidad episcopal y deI clero al laicado, mejor a todo

    1 SEBASTIAN FUSTER, Estudios sobre espiritualidad seglar (Boletin sintético-informativo), en "TE)) 2 (1958) 489.

  • TREINTA ANOS DE ESPIRITUALIDAD 453

    el puebla de Dios. Una imagen geométrica que ahorra muchas paginas. El orden establecido en la Lumen Gentium, al situar el capitulo II dedica-do al pueblo de Dios antes que la instituci6n jerarquica, demuestra que 10 existencial y los valores deI sel' deben anteceder a 10 institucional y juri-dico. Lo primero en la Iglesia es el cristiano, después viene el papa y los obispos y los sacerdotes coma realidades institucionales u organizativas. Estas afirmaciones necesitarian mas aclaraciones pero bastan para enca-minar nuestra reflexion 2.

    Esta vision de la Iglesia que, ante todo, es pueblo de Dios y solo en segundo lugar es pueblo de Dios jerarquizado se ha ido adquiriendo con con lentitud y de una manera decidida a partir de la segunda guerra mun-dia!. La publicacion de la "Mystici corporis", ano 1943, marca ya un paso decisivo en esta direcci6n, aunque se necesitarian todavia muchos alios para recuperar esta imagen biblica y esta realidad de una Iglesia = puebla animada pOl' la presencia de Dios. Lo cierto es que de una imagen presbiteral y episcopal de la Iglesia hemos pasado a una imagen mas real y mas acorde con la tradicion primitiva. La Iglesia no es una "hierarcolo-gia", sino un pueblo donde todos son sujetos y no objetos 3.

    Hacia el ano 1930 aparecia la Iglesia ante el mundo como una realidad hondamente jerarquizada, con una perfecta distribucion de poderes que partian deI papado hasta el presbiterado. La eclesiologia era casi exclusi-vamente derecho pùblico. El caracter apologético impedia descubrir su vida intima y la fuerza de su mensaje. Hacia el ano 1940 abundan los escritos sobre el cuerpo mistico resaltando el compromiso y la funcion que deben desplegar todos los cristianos en la Iglesia. La imagen deI cuerpo con diversidad de miembros y funciones, extraida de san Pablo, sirve de apoyo a la reflexi6n. Son también los anos de la accion catolica con su Hamada a la accion temporal aunque sin lograr despegarse deI esquema clerical. Finalmente el movimiento litlirgico, preconizado pOl' Pio X con la participacion activa de los fieles, prepara el camino a una Iglesia-pueblo de Dias fundamentada en un sacerdocio real, en un bautismo y en una fe comunes 4.

    Los teologos: Congar, Schillebeeckx, von Balthasar y Rahner aborda-ron de un modo directo la problematica deI laico centrando el interés de los cristianos en el tema. De los estudios publicados hacia el ano 1950

    2 Para una exposici6n mas profunda y razonada de estas ideas, cfr. Y. CONGAR, Ministères et communion ecclésial, Paris 1971. En esta obra se recoge la l1ltima palabra de un hombre que ha dedicado su vida a la investigaci6n de la esencia y actuaci6n de la Iglesia.

    3 «Lo mas fundamental (dei cap. II de la Lumen Gentium) es: si la Iglesia es pueblo de Dios, queda eliminada desde el primer momento la feJsa interpretaci6n (que tiene mil afios de historia) segUn la cual la Iglesia es una mera instituci6n jerârquica, sostenida excluslvamen-te pOl' el ciel'O y de la que los laicos cristianos constituyen el objeto do la solicitud santifica· dora. Todos son miembros de la Iglesia, todos son sujeto y no objeto de la Iglesia ... » K. RAHNER, El pueblo de Dios en Introducci6n a la constituci6n dogmâtica sobre la Iglesia. Estella 1970, p. 29.

    4 Desarrolla con mas amplitud estas ideas Congar en Ministères ... , pp. 10·16.

  • 454 TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD

    quedaron en claro muchas cosas. Se insisti6 en el aspecto positivo dellaico fijando sus lîneas centrales bien en el ser-cristiano bien en su inmersi611 cristiana en el mundo 5. Un paso mâs sobre la naturaleza dellaico suponîa el trabajo de De La Potterie sobre la semântica deI vocablo "laico". He aquî sus conclusiones: en la Iglesia primitiva el laico es un miembro deI pueblo de Dios en cuanto opuesto al pueblo pagano, implica ademâs no sel' dirigente en la comunidad -opuesto a jerarquia- y dice relaci6n directa a las realidades mundanas 6.

    La relaci6n deI laico a la secularidad ha abierto el camino a la rela-ci6n de la Iglesia a esta misma secularidad. Si el laico es ante todo un sel' cristiano y en cuanto tal dice relaci6n directa al mundo, todO' cris-tiano -todo el pueblo de Dios- debe referirse directamente con diferen-cia de grados a la realidad mundana. Parad6jicamente, la Iglesia ha lle-gaso a un conocimiento mâs completa de si misma por la via deI laicado.

    POl' dos vias se ha llegado a la idea central de la Iglesia como pueblo de Dios: pOl' la via de la eclesiologîa abierta a una revisi6n de la esencia de la Iglesia y pOl' la via de la urgencia de 10 terrestre coma interprelaci6n a todo cristiano. En el Vaticano II la doctrina sobre ellaico ha quedado fijada en tres puntos principales: es miembro activo deI pueblo de Dios con participaci6n directa en la misi6n sacerdotal, real y profética de Cristo; negativamente, no es clérigo; su misi6n espedfica es la participaci6n y activaci6n de la realidad terrestre. La conjugaci6n y acentuaci6n de estos elementos quedan abiertas a estudios y reflexiones posteriores.

    Una ultima observaci6n sobre el tema. Ha sido en las revistas de es-piritualidad donde se ha abordado de un modo mâs directo y definitivo la esencia y funci6n dellaico 7. Después de esta visi6n panorâmica tenemos abierto el camino para examinar el desarrollo de la espiritualidad seglar en las revistas espafiolas de espiritualidad.

    2. LA ESPIRITUALIDAD SEGLAR HAST A EL VATICANO II

    Esta divisi6n es una mera referencia externa. La Lumen Gentium consolida una doctrina elaborada durante 20 afios al mismo tiempo que abre nuevas vias de estudio y progreso, en el tema.

    Si en Francia, y alguna otra naci6n europea, fueron las revistas de espiritualidad las primeras que abordaron el tema deI laicado, en Espafia

    5 E. SCHILUlBEECI(X, La définition typologique du laïc chrétien selon Vatican II, en L'Eglise du Vatican II, vol. 3. Cerf, Paris 1966. La bibliograffa y la aportaci6n concreta y progresiva de cada autor al tema deI laicado puede verse en las pp. 1028-1030.

    6 1. DE LA POTTERIE, L'origine et le sens primitif du mot «Laïc», en NRT 80 (1958) 840·853. 7 La afirmaci6n, pOl' otra parte evidente, es de Schillebeeckx: «Il faut du reste noter que ce

    problème n'a pas eté soulevé d'abord par des revues théologiques. mais dans des périodiques qui traitent des problèmes de vie spirituelle», en La définition typologique ... , p. 1028, nota 1.

  • TREINTA ANOS DE ESPIRITUALIDAD 455

    se encuentran en estas revistas escasas referencias. La apanclOn de una revista consagrada al tema expresamente expolea la atenci6n e inaugura una nueva época.

    La revista "Espiritualidad seglar"

    En mayo de 1953 saHa a la luz el primer numero de Espiritualidad seglar que durante mas de cinco afios llen6 una laguna en la espiritualidad espafiola al mismo tiempo que introdujo a los seglares en la problematica de la Iglesia y sociedad espafiola. En lugar de examinar los objetivos y finalidad de la revista, trataremos de extraer los temas principales que abor-d6 en su corta existencia, y el tono que adopt6 8:

    a. Preocupacion por la ortodoxia. La adhesi6n a la jerarqufa y a sus directrices fue una de las maximas de la revista. Esto no era ninguna novedad en aquel tiempo donde resonaban todavfa las condenaciones de la H umani Generis y el magisterio eclesiastico aparecia en Espafia com-pacto e incontestado. "Espiritualidad seglar" debfa aparecer sometida fielmente a la jerarquîa si querfa subsistir. Repetidas veces confies a su fide-lidad al magisterio: "Desde el momento en que apareci6 'Espiritualidad seglar' en mayo de 1953 hasta el presente, ni una sola Hnea ha sido publi-cada sin el beneplacito de la Iglesia. Un prelado espafiol ha colaborado con nosotros como un redactor mas. Otros obispos, espafioles y extranje-l'OS, nos han animado a mantener la Hnea de 'Espiritualidad seglar'. Ello quiere decir que aquella 'adhesi6n a la jerarquia de la Iglesia' que balbu-ceando profesabamos en el numero fundacional de la revista no ha sufrido merma alguna ... " 9.

    Este asidero de la jerarquîa parece haber atenazado y atenuado la resonancia y crecimiento de un laicado mas personal y comprometido: "fieles a nuestro criterio, ni nos pronunciamos pOl' nuestro gusto ni por nuestra manera, sino que hemos buscado y hemos descansado en el cri-terio sobrenatural deI magisterio y de la disciplina de la Iglesia" 10. Se prefiri6 la seguridad al riesgo, se cultiv6 el terreno conquistado pOl' otros en lugar de Ianzarse a descubrir nuevos campos. Una actitud tipica deI catolicismo espafiol. Esta consigna suena hoy a estrechamiento de campo: "La doctrina y el criterio expresado pOl' los metropolitanos constituyen nuestro propio criterio y nuestra propia doctrina. No podemos ni que-remos otro modo de ser ... " 11.

    8 No hemos podido consultaI' los veinte primeras nûmeros de la revista. Lamentamos sobre todo la ausencia deI primer nûmero para captal' el ambiente y finalidad fundacional. Ambiente y finalidad quedan, sin embargo, patentes en los 48 nûmeros restantes que hemos podido con-sultar. Algunos editoriales son tomas de conciencia que hacen referencia a la idea original 0 toman posici6n ante la nueva problematica.

    , Editorial deI nûm. 24 (1955) 225-226. En lugar de citaI' pOl' volûmenes nos vemos precisados a citar pOl' nûmeros pOl' resultar mas c6modo dada la estructuraci6n de la revista.

    10 lb., p. 225. 11 lb., p. 226.

  • 456 TREINTA ANos DE ESPllUTUALIDAD

    A pesar deI excesivo apego a la autoridad, comprensible en aquellas circunstancias, existe una aire de serenidad y sobriedad en el enfoque de los problemas. A veces las orientaciones en temas delicados son actuales y prospectivas 12. La carencia de mordiente se explica muchas veces por la visiôn clerical 0 pîa con que se plante an y solucionan algunos pro-blemas 13. Se puede afirmar que en !îneas generales se percibe en la en-tonaciôn de la revista una visiôn clerical de la problematica seglar y una pl'eocupaciôn quiza excesiva, pOl' no desvincularse ni arriesgar nada que no admita oficialmente la Iglesia 14.

    b. Busqueda de una fundamentaci6n teo16gica. Aunque "Espîritua-lidad seglar" no llegue a un contacto vivo y directo con la teologîa y reve-laciôn, mantiene la preocupaciôn por fundamentar sôlidamente la espiri-tualidad IS. Preocupaciôn que se conviel'te muchas veces en realidad a 10 largo de su existencia. Existen trabajos multiples donde se estudia expre-samente el retomo a las fuentes como una condiciôn y necesidad para fundamentar la espiritualidad. El retomo a las fuentes: tradiciôn 16 y santos padres 17 junto con el magisterio 18 son pautas impartidas por la redacciôn. Se trata de insertar allaico en la Iglesia 19 y se profundiza en la vida de la gracia coma base de toda espiritualidad 20. En una larga serie de articulas se formula y desarrolla esta idea: "La espiritualidad seglar, 10 mismo que la sacerdotal y religiosa, debe ayoparse en las verdades de nuestra fe. Sin éstas, no pue de darse verdadera espiritualidad" 21. Una laudable tarea que se ha olvidado 0 descuidado con frecuencia.

    c. La apci6n de la temporal. La opciôn secular deI laico camo ani-mador e impulsor de la actividad mundana es una de las notas mas desta-cadas de la revista. Se trata de imprimir un sentido cristiana a toda acciôn mundana. Para eso es necesario romper con tradiciones anquilosadas que tienden a separar 10 humano de 10 cristiano y a minusvalorarlo: "Hay cristianos que creen no ser buenos cristianos si toman en serio la temporal. Que no pueden ser completamente seglares y completamente cristianos al mismo tiempo. Que entregarse a la actividad profesional exige desligarse

    12 29 (1955) 39-46. 13 He aqui un ejemplo: "A nuestro modo de entender, la principal base de la confianza mu-

    tua (entre los esposos) es la oraciôn y la meditaci6n conjunta, la recepci6n de los sacramen-tos .. _», 31 (1955) 6.

    14 Quiza el hecho de Sel' el director, y mas tarde presidente, de la revista un clérigo haya influido en esta orientaci6n_ Aunque no parece imputable a ésto_

    IS 21 (1955) 6, nota 8. 16 21 (1955) 17-22. 17 22 (1955) 79-85; 21 (1955) 37-40_ 18 21 (1955) 33-36; 82-85; 27-28 (1955) 27-36. 19 J. G6MEZ LORENZO, El seglar y la Iglesia 30 (1955) 1-9. 20 R. GARRIGOU LAGRANGE, Sie te leyes superiores de la vida de la gracia 32 (1955) 2-11. 21 FR. LE6N, Las verdades de la te, tundamento de la espiritualidad 33 (1956) 5-8; 34 (1956)

    5-8; 35 (1956) 9-12; 36 (1956) 5-8; 37 (1956) 105-108; 38 (1956) 5-8; 39-40 (1956) 5-8; 41 (1956) 5-8; 42 (1956) 7-10; 43 (1956) 7-10_

  • TREINTA ANOS DE ESPIRITUALIDAD 457

    de la preocupacion religiosa coma cosas opuestas entre sî. .. " 22. En lugar de separar se trata de unir e integrar 10 humano y cristiano: "como cris-tiano ha de robustecer, dar vida, prestigiar su fe con calidades humanas ... hay que buscar el encanto de los valores profanos" 23. Se valora la di-mension cristiana y autonoma de 10 temporal: "Quien actÎle en su vida coma seglar auténtieo, coma hombre auténtico, esta en trance de sel' un cristiano auténico y un santo auténtico" 24.

    Asentadas estas premisas direccionales es facil aplicarlas a la vida concreta. Se insiste en la colaboracion y aportacion deI laico a la vida economica 25, a la cultura 26, se programa un nÎlmero que examina la problematica deI teatro y su incidencia social 27, e incluso se public a una obra de Benny Lai, La mana na subi6 a la cruz "por su vena espiritual entraiiable, objetiva, auténtica y oportuna" 28.

    El arte 29, la profesi6n 30, el deporte 31, la poesîa 32, el cine 33, la edu-cacion 34, la literatura 3S y otros temas de honda impronta temporal son objeto de reflexi6n y estudio. En 1958 se dediea un numero especial al turismo 36 donde se destacan sus valores humanos y eristianos y se apunta prospectivamente al impacto que habîa de producir en fechas pr6ximas.

    d. Sel' seglares. DetectaI' la esencia deI seglar es otro de los obje-jetivos y temas preferidos por la revista. Por aqui se puede llegar a dilu-cidar la naturaleza de la espiritualidad seglar. Para esto hay que crear una mentalidad positiva y de confianza en los laicos: "quiza el defecto mas acusado visto siempre en Espafia con grandes reparos y reservas y que produce entre nuestros intelectuales reacciones mas violentas y extre-madas es el de considerar a los seglares coma menores de edad... el seglar cat6lico no puede ser considerado nunca coma un nmo, coma si tuviera una mentalidad pueril que necesita aceptar ciegamente todo 10 que se dice. El seglar es un mayor de edad ... 37. Armado de confianza, el seglar debe situarse en el mundo integrando aeci6n contemplaci6n, com-promiso y escucha divina: "es necesario busear una sîntesis vital, armo-

    22 J. G6MEZ LORENZO, Tomemos el! seria la temporal 21 (1955) 29. 23 lb., p. 31. 24 lb., p. 32. 25 J. MUNoz CHAPALO, Espiritualidad y la vida econ6mica 22 (1955) 91·9B. 26 J. G6MEZ LORENZO, Tomemos en seria la cultura 22 (1955) 86·90. 17 23 (1955) 131-223. Colaboran, entre otros, Marquerie y Sanchez de Muniafn. 18 25 (1955) 20-57; 26 (1955) 17-47; 27-28 (1955) 37-62. 29 24 (1955) 270-276. JO 25 (1955) 3-18. Jl 31 (1955) 23-27. 32 32 (1955) 20-23; 37 (1956) 149-150. JJ 39-40 (1956) 125-132. J4 45 (1957) 6-9; 47 (1957) 4-8. J5 46 (1957) 29-40 Y passim. 36 57 (1958) 5-95. J7 E. MIRET MAGDALENA, Reflexiones sobre el hombre cat6lico espafiol de nuestros dias 27-28

    (1955) 12. Luis Gallastegui propone como ejemplo a los laicos franceses en contraposici6n al anquilosamiento de los espanoles 32 (1955) 14.

    10

  • 458 TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD

    niosa en la vida seglar, escogiendo el sistema de vida espiritual que mas nos pueda asemejar a la vida de Cristo y de los ap6stoles" 38. Se resalta la tensi6n creada por la acci6n en el mundo y la obediencia a la jerarquia: "la Iglesia le estimula a la iniciativa y a la eficacia en su acci6n social cris-tiana. Pero l,tiene entera libertad de acci6n? Esto sugiere a no pocos se-glares cierto malestar e inquietud" 39. La acci6n espedfica deI laico es la actividad intramundana inclus~ a escala mundial: "Y aqui viene la tarea deI seglar cat6lico. Y digo seglar porque desde el campo cat6lico crea que es a los seglares a quienes toca preferentemente tratar de resolverlo (los prablemas internacionales). Los eclesiasticos deben mas bien resolver los problemas de indole espiritual. Este que nos ocupa es de indole temporal y es por consiguiente a los seglares a quienes compete mas directamente" 40.

    El estudio mas directo sobre la esencia de la espiritualidad seglar 10 emprendi6 Jaime Montero, subdirector de la revista, en cuatro trabajos consecutivos. Sigue las reflexiones de Aranguren 41 y de Pastor Mateos42• Situando el nacimiento de la espiritualidad seglar en el protestantismo y reforma, Montero busca directamente las circunstancias externas que la han hecho brotar, La raz6n determinante es la existencia de un hombre nuevo que encuentra insuficientes y estrechos los moldes de una espiritua-lidad regular 0 monacal en la que se ha pretendido encuadrar allaico. Este pide una espiritualidad de acci6n, arriesgada, circunstancial y de convi-vencia 43.

    Pero quiza sea una "espiritualidad encarnada de justicia" la expresi6n que mejor resume las notas que debe asumir la espiritualidad seglar: "Re-sulta sorprendente, por no calificarlo de otra forma, que viviendo atosi-gados de injusticias, y aûn dirfa que reposando toda nuestra organizaci6n social y muchas veces familiar y personal sobre grandes in just ici as, se-fialen tan altas graduaciones los term6metros de nuestra espiritualidad" 44. El ûltimo estudio de Montera se cine a dos aspectos de la espiritualidad seglar: la exigencia de una espiritualidad creadora y la utilidad de una espiritualidad diferenciada para el laico 45. Este ûltimo punto, discutible por el exclusivismo con que se plantea, sera reanudado en la polémica que recogeran otras revistas de espiritualidad 46.

    Un punto tratado con poca profundida y frecuencia es la inserci6n deI laico en la Iglesia y las exigencias espirituales que dimanan de este hecho. existen, sin embargo, tratados serios, donde se examina la esencia de la

    lB J. GOMEZ LORENZO, La contemplaci6n y los seglares 25 (1955) 62. 39 J. G6MEZ LORENZO, Una obediencia olvidada par los seglares 29 (1955) 39. 40 M. EZPELETA, El seglm' cat6lico y el problema internacional 29 (1955) 50. 41 1 (1953). 42 7 (1953). 43 De espiritualidad seglar 33 (1956) 9·21. 44 39·40 (1956) 40. 4S 44 (1956) 28·42. 46 Nuevas aportaciones al tema en L. GOMIS, Tres caminos para la espiritualidad seglar 62

    (1958) 46·58.

  • TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD 459

    Iglesia en un contexto dinâmico para situ al' al laico en un marco eclesial. En esta con textura aparece la esencia deI laico en su participaciôn real, sacerdotal y profética de Cristo y las exigencias de santidad y compromiso que derivan de esta inserciôn 47.

    Algunos temas examinados pOl' la revista nos llevarian a una determi-naciôn mas precisa de la esencia dellaico. Baste su enumeraciôn: La inicia-tiva de los laicos en la Iglesia 48, su aislamiento 49, la urgencia de una teo-logla encarnada 50, la espiritualidad militar 51.

    e. Afirmaci6n dei amor conyugal y familiar. Una de las notas que mas se destacan en la espiritualidad familial' es la santidad. El matrimonio cristiano es un sacramento, comunicaciôn de gracia, encuentl'O con Dios y proyecciôn en la vida 52. A pesar de todo la santidad en el matrimonio es un fenômeno poco frecuente. En la historia de la santidad se encuentran pocos testimonios. Esto crea desconcierto en el matrimonio ayudando a formar una mentalidad de disociaciôn entre matrimonio y santidad. Es necesario vivir el matrimonio en una nueva ôptica, coma vocaciôn de santidad 53. Se ve la utilidad de una direcciôn espiritual matrimonial para tom al' conciencia de su sel' y exigencias 54. Se impone incluso un intradia-logo conyugal y familial' que aclare posiciones y fomente la refiexiôn in-terpersonal en el sena de la familia 55 hasta llegar a un examen de concien-cia a nivel familial' 56.

    Un examen detenido de la situaciôn familial', de las relaciones padres-hijos y de los aIcanees de la espiritualidad conyugal hace Tarancôn 57. El amor y arillonla conyugal comportan unas exigencias ascética. Se dis-tinguen tres ascensiones en el amor matrimonial: sexual, pers on al y cris-tiana 58. Se apela a las exigencias de la continencia cristiana 59 presentando a veces una visiôn amplia y realista de las relaciones conyugales 60.

    Donde me jar queda refiejada la mentalidad de la revista respecto a

    47 J. GOMEZ LORENZO, El seglal' y la 19lesia 30 (1955) 1-9; sobre el llamamiento a la santidad M.R.H., Llamamiento a los seglares 47 (1957) 65-73; J. MONTERO, Los seglares y la santidad 55 (1957) 13-24; A. VEGAS, Los seglares y la 19lesia 65-66 (1958) 15-29; J. M. PINERO, Los seglares y el ambiente en la 19lesia, lb. 30-39; T. TERESA LEON, Espiritualidad seglar y cuerpo mfstico 56 (1957) 8-19.

    48 59 (1958) 87-91. 49 L. BARESTA, El seglar, zestd aislado? 62 (1958) 33-42. 50 L. CENCILLO, Un problema pastoral en la teologia para seglares 42 (1956) 90-95. 51 M. ALONSO BAQUER, 41 (1956) 11-22 SS. «Espiritualidad seglar» pUblic6 la traducci6n de los

    estudios de Rabner sobre el laicado en los numeros 69-72 de 1959. 52 J. GOMEZ LORENZO, Espiritualidad de la vida familiar 27-28 (1955) 73-83; D. S., Espiritualidad

    dei matrimonio 50 (1957) 11-23. 53 J. CASTANO REoLID, El amor y la santidad en el matrimonio 36 (1956) 9-24; 37 (1956) 132-146. 54 R. MERCHANTE, La direcci6n espiritual de los esposos 42 (1956) 83·89. 55 J. GOMEZ LORENZO, Didlogo sereno y met6dico entre los esposos 44 (1956) 82-89. 56 J. GOMEZ LORENZO, Examen de conciencia de los esposos 53 (1957 37-56. 57 58 (1958) 5-14; 59 (1958) 7-15; 60 (1958) 7-15. Son unas conferencias pronunciadas en la Ca-

    mara de Comercio de Madrid. 58 33 (1956) 54-59. 59 47 (1957) 18-24. 60 MAC Avoy, Moral para casados 72 (1959) 15-29.

  • 460 TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD

    la espiritualidad familiar es en un nûmero dedicado expresamente al tema 61 y en el que se pretende aunar "sus mejores impulsos en apoyo de esa corriente de esfuerzos y actividades que, desde bastante tiempo atrâs pero de poco ha con especial empuje, se dirige decididamente a la integraciôn de la familia en el mecanismo vivo deI mundo" 62. Se abordan temas de gran interés: libertad y autoridad entre los esposos, significado del amor, el problema deI servicio doméstico, los consultorios matrimoniales y una amplia informacion sobre los equipos matrimoniales entonces en vigor. Un nûmero con muchas lagunas pero que abre una luz de esperanza al presentar temas nuevos a los lectores espafioles.

    f. La promoci6n de la mujer. Gomez Lorenzo constataba dos lagu-nas en la obra de Congar sobre el laicado 63: el puesto de la mujer en la Iglesia y la espiritualidad matrimonial. Dos lagunas que la revista pre-tende subsanar. Acertadamente antes que hablar deI puesto de la mujer en la Iglesia es necesario promocionarla.

    Tres caminos se abren a la mujer: la profesiôn, la maternidad y la consagraciôn de su virginidad. Toda mujer se puede realizar en una de estas vias 64. Es necesario que cultive su sel' de mujer, que se emancipe, que aporte al mundo su sensibilidad e intuiciôn femenina 65. La justa in-dependencia de la mujer debe sel' consuma da progresivamente en todos los ordenes. Es injusta la figura de mujer enterrada en casa contra su voluntad. Hay que encontrar una compaginaciôn entre las faenas de la casa y el ejercicio de la profesiôn 66. Esta independencia debe contribuir a la formacion de una mujer fuerte 67. No estâ ausente el tema de la 801-terla forzada 68.

    No es fâcil realizar un balance sobre el contenido y cometido de la revista. Existe el riesgo de juzgar con criterios de hoy un quehacer de hace varios afios, entonces mâs arduo y comprometido. En la temâtica, aqui someramente esbozada, el balance es positivo 69. La metodologia es a veces insuficiente y a duras penas supera el esquema clerical y plo. Esto era una constante de la literatura de aquel tiempo y en parte todavla no superada. Hoy se palla esta falta de originalidad con la importaciôn de ideas. Entonces era mâs diflcil. Sin duda alguna, "Espiritualidad seglar" cumpliô una misiôn.

    61 51-52 (1957) 3-152_ 62 Editorial, p_ 3_ 63 24 (955) 287_ 64 J_ G6MEZ LoRENZO, Tres caminos de mujer, 32 (1955) 42-50. 6S J. G6MEZ LORENZO, lPuede la mujer pensar por cuenta propia? 35 (1956) 13-27. 66 J. G6MEZ LORENZO, Sintomas de una nueva teminldad 41 (956) 79-86. 67 ANA M. ULLASTRES, Algo sobre la mujer tuerte 39-40 (1956) 68-72; J. HOON-CANONNE. La mujer,

    cabeza de tamilia, lb., 9-23. 68 ANA M. ULLASTRES, Solteras a la juerza 49 (1957) 61-65. 69 Existen unos indices de autores que facilitan el manejo y consulta de la revista 48 (957)

    73-112; 72 (1959) 59-80.

  • TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD 461

    Tras la huella de la espiritualidad seglar

    La revista Espiritualidad Seglar dejo abierto un interrogante: (,Qué es la espiritualidad seglar? Las revistas se dedicaron de un modo especial a investigar la esencia y 10 especffico de dicha espiritualid2d. Teologfa Espiritual, revista de los dominicos espaîioles, se ha ocupado deI tema varias veces con mayor 0 menor fortuna. En sus primeros numeros y en un alllbiente polélllico, trato de dilucidar 10 espedfico deI laico. Un boletin publicado en 1958 recoge, entre otras cosas, la aportacion de la revista al esclarecimiento deI tema y la situacion en que se encuentran las posicio-nes 70. Este boletin ahorra muchas paginas.

    Partiendo deI concepto de espiritualidad seglar examina Fustel' sus fundalllentos para pasar al estudio de 10 especifico de dicha espiritualidad relacionandola expresamente con la espiritualidad monastica. Se asienta y consolida la idea de que 10 esencial de la vida cristiana debe sel' comun a todas las espiritualidades. Una idea clave en la discusion reafirmada vi-gorosamente par Huerga 71. Asegurado este punto se trata de descubrir qué es 10 especîfico y distintivo de la espiritualidad seg1ar. Existen solucio-nes negativas en las que se identifica espiritualidad seglar a espiritualidad cristiana. La espiritualidad religiosa y sacerdotal aîiadirîan algo nuevo a éstas n. En las soluciones positivas, 0 sea, las que admiten una distincion especifica entre espiritualidad seglar y cristiana, enUlllera el P. Fustel': los valores humanos especiahnente acentuados pOl' eI laico 73, algunas virtudes concretas 74, una espiritualidad de accion 75, la gracia sacramental y las gracias actuales 76, eI esta do de vida 76 b. Como puede apreciarse una autén-tica confusion donde existen los pareceres mas diversos. Después de esta enumeracion, eI P. Fuster se pregunta pOl' 10 distintivo de la espiritualidad seglar: lSenl, acaso, ese quid especial de la gracia, como quiere el P. Sau-ras, 0 la razon de estado, coma indic a eI P. Huerga? TaI vez. Descartadas las otras opinion es, quiza sea éste el camino mas segura ... " 76 c.

    El P. Sauras volvio sobre el tema para aclarar mas su posicion. Después de reafirmar la unidad esencial de la espiritualidad cristiana y justificando la multiplicidad diferenciativa no solo por razones de método sino también par razones de contenido 77, deduce de sus pralongadas reflexiones: "esta

    70 S. FÙSTER, Estudios sobre espiritualidad segZar Œoletin sintp.Lico-informativo), en "TE" 2 (1958) 486-514.

    71 A. HUERGA, Espiritualidad monastica y espiritualidad seglar, en "TE" 1 (1957) 249-291; Espiritualidad seglar 0 cspiritualidad cristiana, lb., 2 (1958) 173-20D; S. FÙSTER, o. c., p. 494.

    n FÙSTER, o. C., p. 497. El P. Fuster se mantuvo algt1n tiempo en esta Solllci6n. 73 FÙSTER, O. C., p. 497-503. 74 FÙSTER, O. c., p. 503-504. 75 FÙSTER, O. c., p. 504-506. 76 FÙSTER, 0_ C., p. 506. 76 b FÙSTER, O. c., p. 507. 76 c FUSTER, O. C., p. 508. 77 E. SAURAS, Apuntes para la estructuraci6n de la espil'itualidad seglal', en "TE" 3 (1959)

    187-222.

  • 462 TREINTA ANos DE ESPIRITUALIDAD

    espiritualidad existe (la seglar), y que no es una espiritualidad comûn, sino que tiene caracterlsticas especiales, coma la tienen la de los sacerdotes y la de los religiosos. La base de ésta se encuentra principalmente en dos gracias de naturaleza y rango distintas: una es sacramental, la deI matri-monio; a la otra la hemos llamado actual. .. " 78.

    Se comenzaba a sentir cierto malestar en el intento de descubrir un elemento diferenciador y se intent6 abordar el tema pOl' otro lado. Compa-l'al' la espiritualidad seglar con la cristiana.

    Espiritualidad seglar y espirituaUdad cristiana. (,Se diferencian 0 se identifican estas dos espiritualidades? De nuevo surgi6 una abierta toma de posiciones, pero sin llegar a la polémica. Para A. Maduell se daria una perfecta identificaci6n. La espiritualidad seglar es la espiritualidad cristiana a secas, sin ningûn aditamento. Serian las otras espiritualidades, la religiosa y sacerdotal las que habian asumido notas diferenciadoras 79. Jiménez Du-que comparte esta misma teoria: "Lo que veo mas dificil es hablar de una espiritualidad seglar sin mas aditamentos, ya que esa espiritualidad seria la espiritualidad cristiana sin mas. El laico seglar es el cristiano a sec as" 80.

    Monsegu opina, y razona su opini6n,de modo contrario: "No se iden-tifica tampoco con la religiosa" 81. De nuevo en un callej6n sin salida y sin pistas de soluci6n.

    Nuevas pistas de soluciôn. Los estudios posteriores, sin enfrentarse directamente con la nota especifica de la espiritualidad seglar, tratan de ahondar en sus fundamentos y proyecci6n. Se insiste en la vertiente secular de la misma sin olvidar su radicaci6n cristiana 82. En esta radicaci6n cris-tiana se afirma la importancia deI bautismo 83, de la confirmaci6n 8\ de la participaci6n sacerdotal 85, de una exigencia de santidad 86. Se abrian nue-vos caminos de investigaci6n y ante todo se tomaba conciencia de que el tema no estaba mzduro y que dada su importancia debia sel' abordado directamente pOl' el Concilio 87.

    78 SAURAS. O. c., p. 221. 79 A. MADUELL. De espiritualidacles (el concepto de espiritualidad seglar), en "TE)) 4 (1960)

    269·290. 80 B. JIMÉNEZ DUQUE, Liturgia y espiritualiclad, en "TE)) 11 (1967) 359. Este trabajo esta re-

    dactado después del concilio. 81 B. MONSEGU, Espiritualidacl seglar, en "TE" 6 (1952) 249. 82 Mds sobre el seglarismo y la espiritualidacl, en "TE" 6 (1962) 423-442. 83 A. HUERGA, Espiri/.ualidad bautismal, en "TE" 3 (959) 403-42B. 84 S. FUSTER, La confirmaciôn y la espiritualiclad seglar, en "TE" 6 (1962) 29-38. 85 B. MONSEGU, O. C., p. 262; J. M. GRANERO, Espiritualidad seglar, en "Manresa" 32 (1960) 13. 86 J. M. FONDEVILA, La santidad deI laico, en "Manresa" 36 (1964) 243-258. 87 Algunos estudios ya en perspectiva conciliaI': JESUS ESPEJA, El sacerdocio regio dei puebla

    cristiano, en "La Ciencia Tomista" 91 (1964) 77-130; A. HUERGA, El laicado problema vivo de la teologia contempordnea, en "TE" 7 (1963) 205-230. Algunos temas abordados por revistas de es-piritualidad quedan fuera de nuestra intenciôn. POl' ejemplo: J. IRIARTE, Loyola y la espiritua-lidad seglar en sus modernas exigencias, en "Manresa" 28 (1956) 293-312; M. R. JURADO, Espiri-tualidad seglar en nuestra edad de oro, en "Manresa" 37 (1965) 77-86; S. BARRENA SÀNCHEZ, Influjo de la reforma teresiana en la espiritualidad seglar, en {(RE" 24 (1965) 179-254.

    1 1

  • TREfNTA ANos DE ESPIRITUALIDAD 463

    3. LA ESPIRITUALIDAD SEGLAR EN NUESTROS DIAS

    Dada la proliferaci6n de estudios sobre la espiritualidad seglar y las indeterminaciones y lagunas que surglan de estos estudios se pens6 que el Concilio habla de encontrar la soluci6n a los problemas plante ados 88. El tema del laico se abord6 expresamente en el Concilio y en varias oca-siones, pero en lugar de solucionarse los problemas pendientes se han planteado otros nuevos y mûltiples. Se ha orillado el tema de 10 especîfico de la espiritualidad laical al surgir otros problemas mas urgentes conectados con este tema y anteriores quiza a su diferenciaci6n. La atenci6n se ha cen-trado en la urgencia de 10 secular y mundano coma una interpelaci6n a toda la Iglesia y en la captaci6n de los elementos comunes y sustanciales que caracterizan al eristiano. La espiritualidad tiene que ser una deriva-ci6n y sintonizaci6n con el asentamiento y similaci6n de estas ideas.

    El laico, miembro deI pueblo de Dios. He aqufla idea teol6gica base en que se debe apoyar la espiritualidad laical. La pertenencia total dellaico al pueblo de Dios. La Lumen Gentium sufri6 reelaboraciones para situar finalmente el actual capitulo segundo -el pueblo de Dios- coma previo y fundamento de toda diferenciaci6n ulterior. Una posici6n de gran al-canee teol6gico y espiritual. La espiritualidad deI laico ha de cobrar desde aqui una nueva dimensi6n 89. Con el bautismo se entra a formar parte deI puebla de Dios participando de la misi6n sacerdotal, real y profética de Cristo 90. Esta realidad comûn a todo cristiano adquiere en el laico una nueva dimensi6n par el caracter secular de su misi6n y estado de vida 81. La conjugaci6n deI caracter secular y eclesial deI laico sera uno de los puntos mas estudiados deI posconcilio. De momento la reflexi6n se ha centrado en su misi6n secular coma nota diferenciadora.

    El laico en su acci6n mundana. El Concilio no parece haber detenni-nado el ser y "status" dellaico; ha intentado seîialar mas bien su existen-cia y quehacer 92. La acci6n secular resulta un elemento clave de este quehacer. En realidad el quehacer temporal es obra y deber de toda la

    88 «Vistas las deformaciones historicas, se precisa determinar cual es el papel que tiene que desempefiar el seglar en la Iglesia actual, cosa que a no tardar hara el concilio». E. S. STANTON, El quehacer dei seglar catolico en la sociec/ad, en «SaI Terrae» 53 (1965) 98.

    89 «Si el texto conciliar relativo· al laicado es camo la eulminacion de un resurgimiento en la Iglesia de los estudios teologicos y espirituales sobre el tema, es también el punto de partida para una verdadera edad de oro dei laicado ... habra una teologia deI laicado, una espiritualidad teol6gica deI mismo ... C. L. ALMENDRAL, El laicado. en la constituci6n de la Iglesia, en «Raz6n y Fe» 171 (1965) 92.

    90 E. SUDUPE, El laico en la Iglesia, en «Verdad y Vida» 24 (1966) 477-490. 91 A. IBkNEz-J. M. SETIEN, Los laicos en la constituci6n Lumen Gentium, en «Salmanticensis»

    12 (1965) 569-614. Aqu! encontrara el lector una seria reflexi6n sobre el earaeter posit.ivo 0 me-ramente indieativo de la misi6n secular dei laieo.

    92 J. CANDELA, Laicado y acci6n temporal, en «Iglesia Viva» 7 (1967) 7.

  • 464 TREINTA ANOS DE ESPIRITUALIDAD

    Iglesia, pero ellaico 10 tiene como mision particular, coma vocacion 93. Se-ria arriesgado buscar ideas definitivas y maduras en esta Hnea de proyec-don mundana emprendida por la Iglesia. Una cosa es derta: esta proyec-don y direccion condiciona y de termina la espiritualidad presente y futura en unas dimensiones todavia borrosas e imprecisas. Se estan realizando estudios a nivel teologico en esta linea, y es en el campo deI matrimonio donde hay mayor abundancia, interés y nuevos enfoques 94.

    4. BALANCE y FUTURO DE LA ESPIRITUALIDAD SEGLAR

    La inmensa literatura sobre espiritualidad seglar no ha sido siempre afortunada. En general han abundado mas las reivindicaciones y la se-guridad que la aportacion de ideas yel riesgo. De todos modos las revistas espafiolas de espiritualidad han cumpIido, en este campo, una mision 95. Mirando al futuro, los estudios parece que se orient an en dos direcciones. En la Hnea bautismal y secular.

    Al ser el bautismo el constitutivo de la realidad cristiana y el germen de la santidad se ve la urgencia de clarificar el sentido de la espirituaIidad ~religiosa y sacerdotal- que asuma de alglin modo especial estas reaIi-dades bâsicas. La espiritualidad seglar necesita, desde esta ladera, menos clarificaciones. El laico ha recuperado una mayor insercion en la comuni-dad eclesial, pero al alcanzar esta realidad se observa como la vida y la sociedad se estan secularizando. El cristiano toma mayor conciencia de las implicaciones sociales y politicas de su fe. Al afinnarse la autonomia de las realidades temporales, el laico debe librar aqui su batalla. Lo temporal no tiene que decir una relacion explicita a la Iglesia; las acciones dellaico son acciones de un miembro deI pueblo de Dios, pero estas acciones no son siempre realizadas coma tales miembros. Lo temporal tiene una vir-tualidad propia. El estudio y prolongacion deI Vaticano II en su doctrina sobre la Iglesia y sobre la realidad temporal ha de ser la luz que oriente las futuras investigaciones.

    93 J. CANDELA, O. c., p. 28; J. BERTRAN, Mundanidad y tarea de los laicas, en «Iglesia Viva» 7 (1967) 65-70.

    94 G. APARICIO, Tendencias diversas en la teologia clel matri.monio, en «SaI Terrae» 53 (1965) 625-629; DfAZ NAVA, El matrimonio en la constituci6n pastoral sobre la Iglesia en el munclo actual, en "SaI Terrae» 54 (966) 343-361; 417-441; Z. HERRERO, Algunos puntos concilia?'es en tomo a la doctrina dei matrimonio, en «Archivo Teol6gico Agustiniano» 2 (1967) 319-346; S. FÙSTER, Espiritualidad matrimonial, en «TE» 12 (1966) 281-311.

    95 Recientemente se ha vuelto a definir la espiritualidad seglar desde el concepto de gracia. Juzgamos insuficiente no s610 su aportaci6n al esclarecimiento deI tema, sino su mismo con-cepto de gracia. E. SAURAS, Meditaci6n teol6gtca sobre el laicado, en «TE» 15 (1971) 151-188. En la misma linea SEGUNDO DE JESÙS, La espiritualiclad seglar, en «RE" 25 (1966) 5-37. Una orien-taci6n mas convincente en EMILIO BANDE, Esquema para una espiritualidacl laical, en «Natura-leza y Gracia» 14 (1967) 249-256.