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DE XALAPA LUNES 15 DE OCTUBRE DE 2012

Escena del Crimen Octubre 2012

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Escena del Crimen Octubre 2012

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Page 1: Escena del Crimen Octubre 2012

DE XALAPA

LUNES 15 dE octUbrE dE 2012

Page 2: Escena del Crimen Octubre 2012

DE COATZACOALCOSMARTES 16 DE OCTUBRE DE 2012

Felícitas Sánchez AguillónParte dos de III

Trituradora de angelitos

LOS CRÍMENESFelícitas Sánchez, se asentó

en la colonia Roma de la Ciu-dad de México, donde rentaba una habitación a una mujer que ocupaba un departamento en el tercer piso del edificio. Su nueva casera y compañera de departamento laboraba todo el día y sólo iba al departamento para dormir, lo que dejaba a Felícitas el tiempo y el espacio para darle rienda suelta a sus aberrantes prácticas.

Sánchez Neyra estableció un negocio “atendiendo partos” en el lugar (a su casera no le molestaba mientras el sitio estuviera limpio). En efecto, Felícitas atendía partos, pero pronto comenzó a destacar el hecho de que mujeres adine-radas acudían a consulta con la mujer. Por qué una mujer con alta capacidad adquisitiva recurriría a una partera en un barrio marginal para atenderse su embarazo.

Los vecinos pronto se perca-taron de otros eventos extraños: Las cañerías del edificio se tapa-ban con frecuencia y para arre-glar este contratiempo Felícitas contaba con la complicidad del plomero Roberto Sánchez Sala-zar. Además, en ocasiones vieron que del departamento salía un extraño humo negro con olor muy desagradable.

Pronto el negocio prosperó, Felícitas practicaba abortos

clandestinos, incluso hacia visitas a domicilio. La mujer frecuentaba los más selectos barrios de la ciudad. Atendía a las mujeres sin importar la edad gestacional de su embarazo, así estuvieran en labor de parto. Antes de comenzar con su face-ta como asesina serial, Sánchez Neyra se dedicó al tráfico de menores. Empezó a vender a los niños recién nacidos que sobrevivían y a traficar también con niños que compraba a mu-jeres que por una u otra razón no querían a sus hijos, bajo la promesa de que los colocaría en una “buena” casa.

Durante 1910, todavía en el período del México porfirista, Sánchez fue detenida por lo menos dos ocasiones por inten-tar vender a un bebé; la mujer salió libre tras pagar una simple multa.

No pasó mucho tiempo antes de que Felícitas practicara el asesinato; los niños que no lograba vender terminaban muertos, sin mencionar que muchos infantes perecieron bajo su cuidado.

Felícitas pronto recaudó dinero suficiente para hacerse de un ne-gocio, abrió una miscelánea (que también fungió como clínica clandestina) en la calle Guadala-jara 69, en la Ciudad de México, a la cual llamó “La Quebrada”.

LOS ASESINATOSPosterior a su detención los

cómplices de “la Ogresa” rela-taron la terrible tortura a la que sometía a los bebés y niños. Solía parodiar los cuidados ma-ternales de una manera sádica: Bañaba a las criaturas con agua helada, no les daba de comer durante períodos considerables de tiempo, los dormía en el piso y a veces los alimentaba con carne o leche podrida.

Sus métodos de ejecución fueron increíblemente variados: Asfixia, envenenamiento, apu-ñalamiento y hasta inmolación. Generalmente los estrangulaba o asfixiaba (en muchas ocasio-nes repetía sus diversiones de la infancia y los envenenaba), ya muertos procedía a des-cuartizarlos (en ocasiones los descuartizó vivos). Los restos los tiraba a las alcantarillas, a veces los desechaba en depósi-tos de basura y otras veces los incineraba en una caldera (de ahí el humo), incluso llegó a quemarlos vivos.

LA APREHENSIÓNEl 8 de abril de 1941 se tapó la

alcantarilla del edificio de Sa-lamanca, donde vivía Sánchez Aguillón, se encontraba conges-tionada desde la toma domicilia-ria. En el primer piso del edificio había una tienda de abarrotes,

el dueño Francisco Páez lla-mó a un plomero y a albañiles, quienes levantaron el piso del negocio para acceder a la cloaca. Su sorpresa y náuseas fueron generales, pues en la alcantarilla había un enorme tapón de carne putrefacta, gasas y algodones en-sangrentados que despedían un olor insoportable. En la repug-nante masa se encontraron con algo que despejó todas las dudas sobre su naturaleza, un pequeño cráneo humano.

Rápidamente la prensa y la policía se hicieron presentes. Las autoridades llamaron a la puerta de la principal y única sospechosa (Felícitas), los aten-dió la casera que no sabía nada, sin embargo, los dejó pasar has-ta la habitación de la mujer, a la cual ella nunca había entrado. Lo primero que salía a vista en el cuarto era un altar con velas, agujas, ropa de bebé, un cráneo humano y una gran cantidad de fotografías de niños (tro-feos, es un comportamiento

típico de los asesinos seriales el coleccionar fetiches que se relacionan con sus víctimas). Ese mismo día fue cateada la miscelánea “La Quebrada”, Felícitas no se encontraba ahí, se había dado a la fuga.

El 11 de abril de 1941 fue detenido Salvador Martínez Nieves, el plomero cómplice, quien relató que en efecto sabía lo que estaba pasando, pero por miedo a ser con-denado como cómplice no había denunciado. En efec-to, era cómplice, recibía una cuantiosa paga por destapar los caños y un aún más cuan-tioso soborno por su silen-cio. Ese mismo día Felícitas fue atrapada junto con su amante, Roberto o Alberto Covarrubias “el Beto” o “el Güero” (con este hombre, que también fue su cómplice, Felícitas había procreado a su tercera y última hija, nacida en 1939, mientras trataban de huir de la ciudad).

FELÍCITAS TIRABA los restos de los niños al excusado

Una adolescente de 15 años de edad fue rescatada por para-médicos de la Cruz Roja, pues al filo de

las 7 de la mañana intentó qui-tarse la vida cuando presunta-mente de manera intencional se arrojó del puente peatonal ubicado frente a las instalacio-nes del Institutos Tecnológi-cos de Minatitlán (ITM).

Con base en los primeros reportes emitidos por la de-

pendencia de rescate, se sabe que la jovencita pudo haberse arrojado de una altura pro-medio de cuatro metros, se-gún estudiantes del ITM y algunos obreros que presen-ciaron el lamentable aconte-cimiento.

Las primeras versiones ver-tidas a personal de socorro indican que la adolescente, de nombre Ricarda Rebeca Lisandro López, de 15 años, supuestamente decidió aven-tarse al presentar problemas familiares.

Consciente y orientada, fue trasladada a bordo de la am-bulancia 325 a las instalacio-nes del Hospital General de Minatitlán, con diversas frac-turas y golpes que en aparien-cia no ponen en riesgo su vida.

La joven, con domicilio en la calle Nicolás Bravo número 33 de la colonia Gustavo Díaz Or-daz, estudiante de preparato-ria, al parecer presenta proble-mas familiares, lo que detonó el supuesto intento de suicidio que por fortuna no se consu-mó, aunque la dejó malherida.

Intenta suicidarse;se lanza de puenteAl parecer, la jovencita de 15 años tiene problemas en su casaOMAR VÁZQUEZ VALENCIA Cosoleacaque

Dejó de existir una perso-na de la tercera edad que de forma accidental fue

atropellada por un octogenario, quien terminó a disposición del Ministerio Público Investiga-dor (MPI).

En torno a los hechos, perso-nal ministerial informó que al filo de las 21 horas del domingo fueron notificados sobre el de-ceso de una persona que ingre-só en calidad de desconocida a las instalaciones de una clínica privada de la colonia Petrolera.

Posteriormente, se supo que el accidente ocurrió cuando el octogenario Jaime González Macías circulaba a bordo del automóvil tipo Attitude, color verde, placas YJP-4531 del es-tado, por la calle Azcapotzalco de la colonia Tacoteno, y de la nada un sujeto desconocido se atravesó en su camino, a quien

no pudo esquivar.Una vez consumado el acci-

dente, decidió descender de la unidad para prestarle los pri-meros auxilios; luego dio avi-so a elementos de la Cruz Roja Mexicana, quienes trasladaron al herido a la clínica privada, a petición del presunto respon-sable, quien permaneció en la escena de los hechos para afrontar lo ocurrido ante las autoridades correspondientes.

Lamentablemente, el sujeto, al parecer indigente, perdió la vida horas más tarde; mientras que el anciano, con domicilio en la calle Insurgentes número 11 de la colonia Obrera, termi-nó a disposición del Ministerio Público Investigador (MPI).

El occiso fue trasladado al Servicio Médico Forense (Se-mefo) en calidad de desconoci-do, donde quedó en espera de ser reconocido en las siguien-tes horas por algún familiar.

Muere ancianotras ser arrolladoLuego del accidente no soportó y fallecióOMAR VÁZQUEZ VALENCIA Minatitlán

NO SOPORTÓ las heridas y murió

del crimen

INTERNAN A menor tras supuesto intento de suicidio

Page 3: Escena del Crimen Octubre 2012

DE COATZACOALCOSMARTES 17 DE OCTUBRE DE 2012

Felícitas Sánchez AguillónParte tres de III

Trituradora de angelitos

RECLUSIÓN Y FALLO ABSURDO

“La Descuartizadora de la colonia Roma”, desde su de-tención hasta junio de 1941 (más o menos tres meses), fue recluida en prisión y aislada a causa del peligro que representaba para ella el contacto con la población general del reclusorio. Du-rante todo ese tiempo vivió, irónicamente, una regresión (se comportaba como una niña pequeña, lloraba todo

el día, sólo pronunciaba mo-nosílabos y una repetitiva frase que en ocasiones llega-ba a gritar: “Quiero irme de aquí”, incluso, como típico berrinche infantil se tiraba al piso, pataleba, gritaba y era necesario arrastrarla para trasladarla de un lugar a otro).

La amenaza del abogado de la mujer era clara, iban a revelar la lista de clientes si con ella era posible amino-rar su condena. En aquella lista estaban inmiscuidas

importantes figuras de la política. Así, en una eviden-te muestra de corrupción y una serie de irregularidades, permitieron que “La Ogre-sa” saliera libre en tan sólo tres meses.

Las más fuertes pruebas de la fiscalía que conec-taban a Felícitas con los cargos de asesinato eran los restos encontrados en la cañería de Salamanca No. 9, entre ellos un crá-neo y un par de piernas que correspondían a un niño de por lo menos un año de edad. Inexplicablemente, esto restos desaparecieron.

Sánchez Aguillón fue procesada el 26 de abril de 1941 por los cargos de aborto, inhumación ilegal de restos humanos, delitos contra la salud pública y responsabilidad clínica y médica; ninguno de éstos

era considerado como grave, por lo que la mujer alcanza-ba fianza.

Pero la fiscalía tenía to-davía los testimonios del plomero (completamente dispuesto a declarar) y del amante, (que bajo la presión adecuada terminaría por declarar), desafortunada-mente, el juez que llevaba el caso abdicó (se cree fue amenazado o sobornado para hacerlo), lo cual facilitó la salida de Sánchez antes de que la fiscalía pudiera apelar el fallo.

Su ex esposo, Carlos Con-de, a pesar de todo (incluso a pesar de que Felícitas ya mantuviera otra relación sentimental), fue quien pagó dicha fianza.

Al bote por no dar para la papa

Desobligado padre no daba para la manutención de su hijo; prefirió el bote que darle dinero a su ex parejaDELFINA AQUINOCoatzacoalcos

Un sujeto fue dete-nido por elemen-tos de la Agencia Veracruzana de In-vestigaciones (AVI)

después de que su ex pareja sentimental lo denunció por no aportar para la manuten-ción de su hijo, por lo que fue girada una orden en su contra para después ser trasladado al Centro de Readaptación So-cial (Cereso).

El detenido, Erick del Car-men Vinicio López, de 27 años de edad, quien sólo dijo que radicaba en la colonia Adolfo López Mateos, fue denunciado ante la Agencia del Ministerio Público Espe-cializado en Delitos Sexua-les y contra la Familia por su ex esposa María Guadalupe Cruz Camacho, quien refirió que el 20 de septiembre de 2010 Vinicio López se fue de

su casa a vivir al municipio de Agua Dulce con su mamá, desentendiéndose del hijo que procreó con la denun-ciante, por lo que en noviem-bre de 2011 acudieron al DIF para llegar a un acuerdo de los pagos de la manutención de su vástago.

La cantidad fijada fue de 300 pesos semanales, a los que se comprometió a pagar-le a la mujer, sin embargo, no ha cumplido con el acuerdo, siendo denunciado ante las autoridades competentes y giraron la orden de aprehen-sión en su contra, por lo que será enviado al Cereso para ser puesto a disposición del juzgado en turno.

“Efectivamente, atendí muchas veces a mujeres que llegaban a mi casa… Me encargaba de las personas que requerían mis servicios, y una vez que cumplía con mis trabajos de obstetricia, arrojaba los fetos al WC”

“Una mujer me dijo que había soñado que su hijo iba a nacer muy feo, que por favor le hiciera una operación para arrojarlo. En efecto, aquella criatura era un monstruo: tenía cara de animal, en lugar de ojos unas cuencas espantosas y en la cabeza una especie de cucurucho. A la hora de nacer, el niño no lloraba sino bufaba. Le pedí al señor Roberto que lo echara al canal, y él le amarró un alambre al cuello”

Felícitas Sánchez Aguillón

Archivo Muerto

El 16 de junio de 1941 tomó la salida fácil, se suicidó con una sobredosis de Nembutal durante la madrugada, en la casa que compartía con su concubino, mientras éste dormía. Dejó tres cartas póstumas: una dirigida a su ex abogado, otra a su actual abogado y una última a su pareja. En ellas no había ninguna expresión sentimental (sin culpa, sin dolor, sin tristeza y sin lazos afectivos de ningún tipo; en ningún momento menciona a su hija). Al final de cuentas parecía haberse cosificado a sí misma; su propia muerte no pareció producirle ningún sentimiento.

del crimen

Page 4: Escena del Crimen Octubre 2012

DE COATZACOALCOSJUEVES 18 DE OCTUBRE DE 2012

del crimenLos crímenes de El Chalequero

En México, el primer caso de un asesino serial, según registros periodísticos, fue a finales del siglo XIX

Francisco Guerrero Archivo Muerto

El multiasesino era descrito como «guapo, elegante,

galán y pendenciero». Generalmente vestía

con pantalón de casimir gris, chaqueta negra,

sombrero ancho y zapatos negros, gozaba

de una colección de pantalones

estrechísimos y por supuesto de chalecos,

con agujetas y chaquetas charras, con

vivos de cuero.La gente decía que

tales elegantes ropajes no le costaban un centavo, pues era

sostenido por una de sus amantes, conocida como la Burra Panda;

además, Francisco Guerrero era mantenido

por un grupo de prostitutas.

Hacia 1888, la lista de mujeres que

aparecieron degolladas en los márgenes

del Río Consulado había crecido

escandalosamente.

E l Chalequero era un conocido Tahúr del barrio de Peralvillo, pasaba sus días en la pulquería

‘Los Coyotes’, donde las prostitutas le daban dinero por sus favores sexuales, ya que se rumoraba que era un buen amante.

A pesar de tener a varias mujeres a su lado, Francisco Guerrero sentía la necesidad de matar a las que no fue-ran fieles a sus esposos.

El modus operandi de “El Chale-quero” era un tanto similar al que utilizó 50 años después Gregorio Cárdenas y en los sesentas el llama-do “Jack mexicano”. Los tres opera-ban en la Ciudad de México, tenían especial predilección por las prosti-tutas y las mataban después de tener

relaciones sexuales. En el caso

de “El Chalequero”, se deshacía de los cuerpos de sus víctimas por los alrededores del Río Consulado; Gre-gorio Cárdenas los enterraba en el jardín de su casa, y el “Jack mexica-no” dejaba recados con lápiz labial en los cuartos de hotel donde retaba a las autoridades a capturarlo.

Durante los años 80, Francisco Gue-rrero (otras versiones lo llaman Anto-nio Prida), mejor conocido como “El Chalequero”, debido a su peculiar ves-timenta de pantalones estrechos, fajas multicolores y chalecos con agujetas o sus chaquetas charras, cometió más de 20 crímenes violentos contra mujeres que trabajaban como prostitutas en las calles de la ciudad de México.

El modus operandi de Guerrero era sencillo, abordaba a las mujeres y les proponía, sin más rodeos, un en-cuentro sexual, posteriormente, de-pendiendo de la disposición de cada víctima para satisfacer los deseos del homicida, Guerrero las violaba, apu-ñalaba y degollaba, tirando sus restos en los alrededores de Río Consulado.

La policía no descansó hasta el mo-mento en que logró capturar al matador tras su última fechoría: Murcia Gallar-do retó al Chalequero a que se hicieran «bolas» en la Calzada de Guadalupe. Tras su desaparición, un vecino lo de-nunció, y con el testimonio de varias mujeres fue atrapado, enjuiciado y con-denado a muerte.

Una camioneta que se quedó sin fre-nos estuvo a punto de ocasionar una tragedia en el ba-

rrio La Palma; la unidad ter-minó su loca carrera sobre el techo de una casa; tomó co-nocimiento de los hechos el perito de Tránsito, quien or-denó el traslado de la unidad al corralón.

Fue en la calle Benito Juá-rez, esquina con Vázquez Gómez del barrio La Palma de esta ciudad de Acayucan, donde Luis Hernández Mora-les, de 43 años de edad, con domicilio en la comunidad Teodoro A. Dehesa de Acayu-can, conducía una camioneta de redilas que transportaba dos semovientes, pero al fa-llarle los frenos la unidad se fue

de reversa sobre la casa de la señora Elodia Mendoza Es-cobar, quien estaba en el in-terior de su domicilio y sólo escuchó el fuerte golpe.

Al lugar llegó el perito de Tránsito para tomar conoci-miento de los hechos; mien-tras el conductor de la camio-neta se comprometió a pagar los daños ocasionados.

Bisteces a domicilioUna camioneta se quedó sin frenos y por poco causa una tragediaARTURO ARMENTA PACHECOAcayucan

CASI TERMINA arriba del techo de la vivienda

Page 5: Escena del Crimen Octubre 2012

DE COATZACOALCOSVIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2012

Los crímenes de El Chalequero

El primer caso de un asesino serial del siglo XIX Continuación

Francisco Guerrero

Reapareció en 1908 después de otro homicidio por los mismos rumbos, haciendo eco del viejo adagio: el ase-sino siempre vuelve al lugar

del crimen.El 28 de abril apareció el cadáver de

una anciana degollada en las márge-nes del Río Consulado. Un reportero de El Imparcial concluyó que las hue-llas del cuchillo que presentaba el ca-dáver correspondían a la cuchillada de borrego y exactamente al estilo del Chalequero. Esta información llenó de

pavor a la población.A diferen-

cia de otros criminales históricos, El Chalequero nunca trató de ocultar su verdadera identidad. El 13 de junio de 1888, tras varios años de burlar a la justicia y mientras en Londres Jack el destripador conmocionaba al mun-do; Francisco Guerrero fue finalmen-te arrestado y condenado a muerte en México; sin embargo el presiden-te Díaz cambió la sentencia a sólo 20 años en la prisión de San Juan de Ulúa, quedando en libertad en 1904.

Fue nuevamente arrestado el 13 de junio de 1908, exactamente 20 años después de la primera aprensión, por el asesinato y decapitación de una an-ciana, características típicas en los crímenes de “El Chalequero”, fue sen-tenciado a muerte en septiembre de ese año pero falleció de tuberculosis en el Hospital Juárez en noviembre de 1910, a 4 meses de su ejecución. Su cuerpo fue enterrado en una fosa co-mún.

Asesina a mujeres a quienes después degüella y eviscera, abandonándolas cerca de un río. Mata a 20 antes de ser detenido. Es sentenciado a 20 años de prisión. Es liberado por error en 1904, lo cual aprovecha para reiniciar su ca-rrera delictiva, matando a una anciana prostituta. Recapturado, es sentencia-do a muerte, pero fallece a causa de una embolia en el hospital, cuatro me-ses antes de su ejecución.

del crimen

Archivo Muerto

Victimas identificadas:

Murcia Gallardo, alias “La Burra Panda” Emilia Gutiérrez

Candelaria Mendoza María Martínez

María López Soledad González Candelaria García Margarita Rosas Francisca Yerbas Nicolasa García Lorenza Urrutia (sobreviviente)

Elementos de la Agen-cia Veracruzana de Investigaciones (AVI) lograron la detención de un taxista, quien

bajo engaños enamoró a una menor de tan sólo 14 años de edad, de quien además abusó sexualmente, siendo señalado del delito de pederastia.

Éste fue detenido y llevado al Centro de Readaptación Social (Cereso) regional de esta ciu-dad, donde quedó a disposición del juez del juzgado primero de Primera Instancia, quien resol-verá su situación jurídica.

El taxista es Carmelo Ra-mírez Arias o Alfredo Reyes Martínez, de 29 años de edad, con domicilio en la comunidad Vista Hermosa, perteneciente a este municipio de Acayucan, conductor del taxi número eco-nómico 1055, quien fue denun-ciado en la Agencia Especializa-da en Delitos Sexuales y Contra la Familia a petición de los pa-

dres de una menor de tan sólo 14 años de edad, a quien por obvias razones omitimos sus generales.

La jovencita declaró en la fis-calía que en una ocasión abordó el taxi que conducía Carmelo y éste comenzó a seducirla, di-ciéndole que era soltero. Asi-mismo, en varias ocasiones dicho sujeto la llevó a su casa, sin embargo, en una ocasión cuando la vio por el Centro le dijo que la llevaría y ella con-fiada aceptó, sin imaginar que la trasladaba a un lote baldío, donde abusó sexualmente de ella, mencionando la jovencita que éste la sujetó de las manos

y ahí mismo, arriba de la uni-dad, sació sus bajos instintos.

Después de lo sucedido, ella le habló en varias ocasiones para decirle que estaba emba-razada, pero éste siempre se negó a contestar sus llamadas y sus mensajes, enterándo-se además de que era casado, iniciándose así la causa penal 212/2012 por el delito de pe-derastia, dando cumplimiento a la orden de aprehensión los elementos de la AVI, quienes lograron su detención y tras-lado al Cereso regional de esta ciudad, donde quedó a dispo-sición de las autoridades co-rrespondientes.

Enamoró, violó yembarazó a jovencitaLa joven de apenas 14 años narró lo sucedido y ahora el sujeto, quien además es casado, fue detenidoARTURO ARMENTA PACHECOAcayucan

POR APROVECHADO y mañoso lo mandaron a encerrar

Un comerciante fue inter-venido por elementos de la Agencia Veracruzana

de Investigaciones (AVI) tras tener en su contra una orden de aprehensión girada por el juzgado tercero de Primera Ins-tancia, como presunto respon-sable del delito de pederastia en agravio de una menor de 7 años de edad.

Se trata del comerciante de “chácharas”, Antonio Díaz Rue-da, de 68 años de edad, con domicilio en la calle Miguel Becerril número 614 de la co-lonia Los Peloteros, señalado de haber abusado sexualmente de una menor de siete años de edad en el interior de su domi-cilio, según lo dio a conocer la madre de la infante.

De acuerdo con lo estableci-do en el expediente 412/2012 del juzgado tercero, los hechos se suscitaron cuando la menor

acudió al domicilio del indicia-do para comprar unas “cha-charitas”, pues en ese momen-to Díaz Rueda aprovechó para mancillar a la niña, quien le contó lo sucedido a su madre.

Al enterarse de los hechos, la madre de la menor acudió ante la Agencia Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia para interponer su for-mal denuncia, donde luego de integrar toda la investigación ministerial, turnaron el caso a la autoridad penal, quien giró la orden de aprehensión que el día de ayer los elementos de la AVI ejecutaron.

Díaz Rueda fue trasladado ayer a las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) Duport Ostión, don-de llevarán su proceso penal, y durante las próximas 72 horas tendrá que aportar pruebas que puedan demostrar su inocen-cia, de lo contrario le será dic-tado el auto de formal prisión.

Acusan a anciano de abusar de un menor

NAHUM DÁVALOSCoatzacoalcos

LA AVI ejecutó la orden de aprehensión

Page 6: Escena del Crimen Octubre 2012

EL SADICORaúl Osiel Marroquín Reyes

A algunas de sus víctimas las

colgó del techo en un gancho y las

descuartizó vivas para meterlas en

bolsas o en maletas

Archivo Muerto

Marroquín guardaba las

credenciales de elector de sus víctimas como

trofeos. Le gustaba el dinero, pero lo que más le atraía era la emoción de secuestrar,

torturar, matar y descuartizar. Se

compró una cámara de video y comenzó

a grabar a sus víctimas.

A una de ellas, Marroquín la torturó con el

cuchillo cortándole trozos de carne mientras estaba

viva. Luego le arrancó la piel de la frente con una navaja para trazar

una figura de estrella de cinco puntas en carne

viva.

Soñaba con una carrera mayor, apenas iba empezando en ésta y pronto evolucionaría, ascendería, tendría mejores víctimas, con más dinero. No tengo remordimientos. Sobre los seres queridos de mis víctimas, nunca he pensado en ellos. De estar libre, volvería a matar, sólo que refinaría mis métodos para no cometer los mismos errores y no ser detenido”

Raúl Osiel Marroquín Reyes nació en 1981, en Tampico, Tamaulipas. Cuando era niño sufrió maltrato por parte de su padre, quien ade-más le infundió odio hacia los ho-

mosexuales. Ingresó al Ejército Mexicano y alcanzó el grado de sargento primero de Sa-nidad. Después de causar baja de las fuerzas armadas había desarrollado un gusto insa-no por la violencia. Buscó trabajo pero no lo encontró, así que decidió dedicarse al robo con violencia. La policía lo capturó durante un atraco, por lo que estuvo en prisión de mayo de 2004 a agosto de 2005. Al salir, decidió irse de Tampico para radicar en la Ciudad de México.

En el DF frecuentaba la Zona Rosa, donde jóvenes gays lo abordaban. Fue durante uno de esos encuentros que se le ocurrió una idea: se convertiría en un asesino en serie y sus víctimas serían los homosexuales.

Un día conoció a Juan Enrique Madrid Manuel, de quien se hizo amigo. Le contó sus planes y éste accedió a ayudarlo. Ma-drid Manuel le propuso que no se limitaran a asesinar, pues también podrían secuestrar para obtener algo de dinero. Raúl Osiel Ma-rroquín estuvo de acuerdo.

El 16 de diciembre de 2005, Víctor Ángel Iván Gutiérrez conoció a Raúl Osiel Marro-quín en un bar. Luego de varias horas de convivir, y fingiendo que se interesaba sen-timentalmente en él, Marroquín llevó a la víctima a su departamento. Ahí, junto con Juan Enrique Madrid Manuel, lo sometie-ron. Lo amarraron y amordazaron. Pidieron los datos de su familia, a quienes llamaron por teléfono para pedirles dinero a cambio de liberarlo. La familia pagó, pero los se-cuestradores decidieron asesinar a su vícti-ma seis días después del plagio.

Días después, Marroquín contactó por se-parado a dos homosexuales más: Jonathan Razo Ayala y Armando Rivas Pérez. Con el mismo modus operandi y en diferentes días, Marroquín los abordó. Tras una bre-ve charla, los convenció de que fueran a un hotel, donde obtuvo información sobre su situación financiera.

A otros que no tenían dinero los dejó irse, pero al ver que sus nuevas víctimas poseían bastantes recursos financieros, los invitó a su departamento. Allí, su cómplice y él

los sometieron. Llamaron a sus fa-miliares y pidieron dinero. Las dos familias cedieron y pagaron. Pese a cobrar el dinero del rescate de cada uno de ellos, los mataron.

Jonathan Razo Ayala fue hallado sin vida en una bolsa de basura, en un andador subterráneo ubicado en San Antonio Abad y Tlalpan, en la Delegación Cuauhtémoc. A Arman-do Rivas Pérez también lo asesina-ron. Su cautiverio duró entre cinco y siete días. Lo torturaron para poste-riormente estrangularlo con una soga. Luego dejaron su cuerpo cerca de la estación del Metro Chabacano.

Ricardo López Hernández fue otra de sus víctimas. A él lo golpearon salvajemen-te, después lo mataron y lo descuartizaron. Metieron su cuerpo dentro de varias maletas y dejaron el equipaje en una habitación del Hotel Amazonas.

Las investigaciones sobre los asesinatos en serie de homosexuales en la Ciudad de México comenzaron el 30 de noviembre de 2005, consecuencia de la denuncia del secuestro de un empleado de una empresa televisora. El cadáver apareció el día 9 de diciembre cerca del Metro Chabacano.

Los días 17 y 20 de diciembre de 2005, Raúl Osiel Marroquín secuestró a dos jó-venes más, de veinticinco años cada uno. Sus cuerpos desmembrados fueron en-contrados el día 23 de diciembre en unas maletas negras. Los periódicos ya habla-ban de un asesino serial, a quien bau-tizaron de tres maneras diferentes: “el Mataputos”, “el Matagays” y “el Sádico”.

El 23 de enero de 2006, la policía de-tuvo a Raúl Osiel Marroquín “el Sádico”, en un operativo cuando intentaba co-brar un nuevo rescate.

Su voz había quedado registrada en la base de datos de la policía por dos casos de secuestro. El asesino tenía veinticinco años de edad. Su cómpli-ce, Juan Enrique Madrid Manuel, se dio a la fuga. Aunque la policía lo bus-có por todo el país, nunca fue captu-rado. El 4 de septiembre de 2008, Raúl Osiel Marroquín fue condena-do a más de trescientos años de cár-cel.

Page 7: Escena del Crimen Octubre 2012

Jak Mexicano fue un asesino en serie que estremeció a la sociedad mexicana en los años 60. Sobre sus víctimas, autoridades policiacas con-

firmaron dos, pero otras investiga-ciones refieren que Macario Alcalá Canchola asesinó a 12 mujeres más antes de ser aprehendido.

Macario procedía de una familia de escasos recursos y sólo cursó la educación básica. Era muy poco agraciado físicamente y no había lo-grado nada significativo en su vida, esto hubo de engendrar en él un te-rrible complejo de inferioridad.

En el transcurso de las investi-gaciones se pudo saber que era policía preventivo; su número de placa era el 2301 y su nombre en la institución Fernando Ramírez Luna, aunque su verdadero nom-bre era Macario Alcalá Canchola.

Fue soldado de infantería en las Guardias Presidenciales, pero su ineptitud y mala conducta lo de-jaron fuera. Intentó ser boxeador y fracasó. Había sido dado de baja del cuerpo de policía por abuso de autoridad. Su esposa declararía más tarde que Macario se sentía

superior a todo aquel que le rodeara.El 20 de septiembre de 1962 fue

encontrado el cadáver de una mujer en un cuarto de hotel, se trataba de la última víctima de este asesino se-rial. Macario la había abordado para contratar sus servicios sexuales. A las 11:30 de la noche entraron a un hotel y Alcalá fue quien pagó la ha-bitación; se registró bajo el nombre falso de Fernando García.

La escena del crimen que la poli-cía encontraría parecía el escenario de una puesta escénica: el cuerpo fue colocado desnudo sobre la cama tendida; en la habitación se habían eliminado todos los indicios de lu-cha; el responsable se había llevado toda la ropa de la víctima, excepto sus tacones y su bolso (dentro del bolso se encontraba una identifica-ción, el criminal quería que fuera identificada). El asesino fue cuida-doso al no dejar huellas dactilares, y en uno de los espejos de la habita-ción había escrito con lápiz labial la leyenda: “Jak, reto a Cueto” (Cueto era el apellido del jefe de policías).

Según la autopsia, al asesino le ha-bía bastado una sola mano para es-trangular a su víctima. Por su parte,

los investigadores encontraron en el bolso de la mujer una tarjeta con la dirección de un amigo de ésta, quien resultó llamarse Julia Gon-zález Trejo, trabajadora del cabaret “Imperial”.

Autoridades policiacas se enfoca-ron en este crimen y lograron esta-blecer, por parte de un psicólogo del Instituto de Investigación Crimina-lística, un perfil de “Jak”: El asesino actuó con serenidad. Se trata tam-bién de un individuo de bajo estrato, pues ni siquiera supo escribir bien su nombre… Es posible que vuelva a matar”.

Más tarde, detectives localizaron a tres ex compañeros sentimentales de Julia. Se interrogó a los sujetos, se les detuvo, se ampliaron las pesquisas a centros nocturnos, se ubicó a com-pañeras de la extinta, se elaboraron retratos hablados y finalmente hubo resultados positivos.

Junto con Jak fueron detenidos los policías Ernesto Quijano Chávez y Marcos Reza Vera. Además de Isaías Alonso “el Niño”.

Macario Alcalá Canchola o “Jak Mexicano” fue declarado culpable; además, sus compañeros dieron a

conocer que un día después del cri-men se reunieron con Ramírez Luna, en el bar “Imperial”, quien les dio a conocer la muerte de una mujer en un hotel, no obstante los diarios no decían nada de ello, por lo que em-pezaron a sospechar de éste.

Después de su detención, Jak con-fesaría que al estar solos en el cuar-to 216, Julia le pidió los cien pesos por adelantado, él se negó: “la sujeté para amedrentarla. Así, con la mano derecha, girando los dedos hacia la derecha de su cuello. Vi que se des-mayaba […] Salí sin correr y le dije al velador que la despertara a las 5 o 6 de la mañana. Durante tres días seguí la parranda”.

Otro de sus crímenes ocurrió en la habitación 21 del hotel “Ámbar”. Una mujer que nadie supo recono-cer fue encontrada desnuda en el piso del baño: fractura en la laringe y tres costillas rotas; se trataba de otra víctima de Jak.

Las últimas investigaciones reve-laron que al menos una docena más habían sido asesinadas en cuartu-chos de hotel por Macario Alcalá Canchola o “Jak Mexicano”.

Jak MexicanoMacario Alcalá Canchola

El asesino cuidó no dejar huellas dactilares, pero en uno de los espejos de la habitación escribió con lápiz labial: “Jak, reto a Cueto” (Cueto era el apellido del jefe de policías). Se trataba de un individuo de bajo estrato, pues ni siquiera supo escribir bien el nombre de Jack...

Así, con la mano derecha, girando los dedos hacia la

derecha de su cuello. Vi que se desmayaba […] Salí sin correr y le dije al velador que la despertara a las 5 o 6 de la mañana. Durante tres días seguí la parranda”.