Ernest Mandel Treinta Preguntas y Treinta Respuestas en Torno a La Nueva Historia Del Partido Comunista de La Union Soviética

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  • 7/26/2019 Ernest Mandel Treinta Preguntas y Treinta Respuestas en Torno a La Nueva Historia Del Partido Comunista de La

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    Ernest Mandel

    Julio 1960

    Treinta preguntas y treinta respuestas en torno a la nueva "Historia del PartidoComunista de la Union Sovitica"

    ndice

    1. Desarrollo y enseanza de la revolucin de octubre2. Origen y luchas de la oposicin de izquierda en el partido bolchevique3. La explicacin marxista del culto de la personalidad, es decir, de la/ poca de ladictadura stalinianaNotasEn el XX congreso del partido comunista de la Unin Sovitica, Mikoyan afirm, de paso, que el Manual de historia del partido comunista bolchevique de la URSS, editado en 1938 por una comisin del comit central de dicho partido, no era ni suficiente, ni verdaderamente marxista. Otros oradores, citando ejemplos precisos, le siguieron los pasos. La historiadora Pankratova afirm audazmente que el Manual contenafalsificaciones histricas, y pidi que se publicara una nueva versin, cientfica, dela historia del partido. En su informe secreto, Kruschev ridiculiz la forma en que Stalin haba hecho es-cribir su propio elogio en esa historia.

    Al cabo de tres aos de esfuerzos, he aqu que la nueva ver-sin de la historia' del patido comunista sovitico acaba de salir a la luz. Es obra de un colectivo compuesto por Ponomarev, Volkov, Volin, Zaintsez, Kuckin, Mints, Slepov, Sobolev, Timofeienski, Khovtov y Chiateguin. En su mayora son autores poco conocidos, exceptuando a Ponomarev, que es uno de los jefes de la seccin agitprop del comit central delPC sovitico. Una primera traduccin de esta larga obra acaba de publicarle en Italia, en Editori Riuniti. Tiene nada menos que 812 pginas. Es esta traduccin la quesometeremos ahora a un examen crtico.

    La nueva Historia difiere del viejo Manual staliniano en tres aspectos principales, dos de ellos formales y uno sustancial. Hace un anlisis ms extenso de algunosfenmenos objetivos, as como de las principales obras de Lenin, y da cuenta con mayor detalle de la prehistoria del movimiento obrero ruso. Prolonga la historia de

    la URSS, que en el Manual se detena en el ao 1938, hasta el XXI congreso, es decir, hasta comienzos de 1959. Modifica y en parte trastorna el juicio de la ver-sin taliniana sobre la naturaleza de determinados problemas polticos y econmicos que se plantearon en el estado sovitico y en el partido comunista entre 1918 y 1938, suprimiendo las ms monstruosas de las falsificaciones stalinianas. El viraje ms importante concierne a los procesos de Mosc, a los que el Manual de 1938 consagrabatodo un subcaptulo. En la nueva versin no se rehabilita a los viejos bolcheviques,dirigentes del partido, miembros del comit central leninista, creadores del estado sovitico, que fueron falsa e ignominiosamente acusados de los peores crmenes enel curso de esos procesos. Tampoco se afirma que estos procesos fueran infamescomedias. Sencillamente, se pasa en silencio todo ese episodio significativo delo que hoy la opinin pblica oficial de la URSS denomina culto de la personalidad.Los procesos de, Mosc se convierten de este modo, en un no hecho (an unfact), por

    decirlo con un trmino de George Orwell.

    Este fenmeno refleja una paradoja trgica: el colectivo de autores antes citado, teniendo por punto de partida la eli-minacin de una falsificacin histrica, ha reemplazdo sta, en definitiva, por una nueva falsificacin. Esta ltima es, indu-dablemente, mnos monstruosa que la anterior; pero no deja de ser una falsificacin. Es tpica dela obra en su conjunto, ya que en ella las interpretaciones abusivas, las mentiras por omi-sin, o incluso las falsifica-ciones puras y simples, siguen con-tndose a cenares, por mucho que se haya dado un tmido paso en direccin a la verdad.

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    Pero al dar este tmido paso, sin dejar de mantener nume-rosas mentiras ni de fabricar otras nuevas, los autores se han enredado en contradicciones inextricables.

    La versin staliniana de la historia del partido bolchevique era, eso s, coherente.La historia era decididamente maniquea. De un lado, estaban \los buenos, esencialmente Stalin y sus fieles compaeros (con Lenin en un segundo plano). Del otro estaban los malos, los traidores y espas vendidos a las potencias capitalistas, que queran restablecer el capitalismo ya en 1918: eran todos aquellos que se opusieron a Stalin en un momento u otro durante su ascenso al poder.

    Para que la historia se ajustara a este esquema simplista, era preciso, naturalmente, trabajar sobre los hechos como si fueran materia plstica. Fechas, personas,acontecimientos, fue-ron transformados inexorablemente, por no hablar ya de las ideas. Esta Historia se remite a la historia real como la pesa-dilla se remite a larealidad vivida. Sus actores toman en prs-tamo a lo real el lvido rostro de los vivos y la forma exterior de las cosas, y ah acaba el vnculo patente entre verdad y mitologa. Pero eso no quita que no sea posible discutirle a ese Manual la virtud de la cohesin interna, haciendo salvedad de algunas contradicciones burdas.[1]

    La nueva Historia conserva la mayor parte de esos vicios. Pero al mismo tiempo ha perdido aquella nica virtud. El mani-quesmo ha desaparecido; y, sin embargo, era el hilo conductor de esa interpretacin demonista de la historia propia de Stalin ydel stalinismo. No ha sido reemplazado por ningn otro hilo conductor. La nueva versin se nos muestra, pues, como un amasijo de contradicciones.

    El hroe de la historia de la URSS ya no es Stalin, sino el comit central leninista. Pero los autores se cuidan muy mucho de nombrar a los miembros de este comit central, ya sea en 1917, en 1920, en 1923, o, incluso, en 1927. Y sus razones tienen: en su mayora murieron asesinados por el terror staliniano!

    Los distintos opositores no son ya espas o agentes a sueldo del imperialismo. Ahora son unos oportunistas, unos revisio-nistas, unos adversarios implacables del leninismo. Aparecen, pues, como representantes de corrientes ideolgicas. Pero los autores se guardan de precisar cules eran sus ideas, de citar sus obras, sus plataformas, sus artculos. Y sus razones tienen: lo justo de estas ideas estallara a losojos de todos lo ciudadanos soviticos a la luz de las revelaciones del informe se-creto de Kruschev en el XX congreso!

    Ya no se pasan en silencio los peores excesos de la era staliniana, ni en lo quese refiere a la violacin de la legalidad so-vitica ni en lo que se refiere a los errores catastrficos en poltica econmica (especialmente el fracaso evidente de la polica agrcola). Pero estos acontecimientos, que cambiaron la suerte de millones deseres humanos, que costaron al pueblo sovitico unos sacrificios inhumanos perfectamente evitables, que comportaron la desaparicin de todo ese famoso comit centralleninista que, segn ahora dicen, fue el verdadero crea-dor del estado sovitico, estos acontecimientos slo se expli-can mediante la sola referencia al culto de la personalidad, y, en parte, se disculpan!

    Curiosos marxistas esos que interpretan uno de los dramas ms terribles de la historia de nuestra poca sin ninguna refe-rencia a la lucha de clases, a las luchas ent

    re grupos sociales, a los problemas econmicos y sociales, remitindose exclusiva-mente a la sicopatologa...

    No hace falta, pues, ser profeta para predecir que, si el viejo Manual slo fue considerado como la biblia de los partidos co-munistas durante quince aos (19381953), no har falta, segu-ramente, tanto tiempo para que la nueva Historia vaya a hacercompaa al Manual en el montn de las obras de circunstancia olvidadas y despreciadas, y eso si la edicin no es directamente destruida. Se publicarn otras historias, que irn siguiendo la misma ruta del olvido, hasta que aparezca una historia sin falsificaciones ni mentiras, sea cual sea el juicio poltico de sus autores ante los

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    distintos acontecimientos relatados.

    Esta evolucin es tanto ms ineluctable cuanto que, poco a poco, empieza a levantarse en la URSS el velo de silencio so-bre las primeras fases de la historia de la repblica de los so-viets. Han vuelto a publicarse las actas de los comits centrales de1917; las de 1918 estn en vas de publicacin. La clebre obra de John Reed (Los diezdas que conmovieron al mundo), las memorias de Antonov Ovseenko, distintos relatos de testi-gos presenciales de la revolucin de octubre, han acabado por ser nuevamente editados. El testamento de Lenin, las cartas y las notas escandalosamente eliminadas de las primeras edicio-nes de sus obras completas bajo Stalin[2], han salido a la luz. En estas condiciones, basta con que los jvenes historiadores, los jvenes economistas y, simplemente, los jvenes comunistas, tanto en la URSS como fuera de ella, comparen estos originales con la versin presente de la Historia paraque atrapen de in-mediato a sus autores en flagrante delito de deformacin. Y no dejarn de hacerlo, ahora que la polica ha perdido el poder de impedrselo o de castigarcon la deportacin ese crimen de lesaburocracia.

    La reconstitucin de la verdad histrica es, en la URSS, un corolario necesario e inevitable de la abolicin del rgimen bu-rocrtico. Necesario, porque el renacimiento depensamiento marxista no puede tener lugar en el vaco, sino que tiene que partirde lo mejor que haya legado el pasado (lo cual no sig-nifica que se identifique con ste). Inevitable, porque, en su lucha por una verdadera democracia sovitica, lajoven gene-racin comunista empezar por condenar las violaciones de esta democracia cometidas con todas las tendencias comunistas so-viticas en la poca staliniana.

    As pues, el carcter hbrido de la Historia del PC de la Unin Sovitica, a mitad de cno entre las falsificaciones stalinianas y la verdad histrica, no es, a fin de cuentas, ms que el reflejo de la realidad sovitica de hoy, cuando la presin de las masas y de las condiciones objetivas ha obligado a la burocracia a abolir los aspectos ms monstruosos de la dicta-dura staliniana, pero sin que dejen de subsistir, al mismo tiem-po, las caractersticas fundamentales de la degeneracin buro-crtica.

    Uno de los aspectos ms tpicos de la ideologa staliniana fue la puesta en cuestin decarcter y la utilidad de una cien-cia objetiva, al menos en lo que se refiere a las ciencias socia-les. La historia, se deca, debe ser un instrumento de la lucha declases. Y si para conservar el estado sovitico, para asegurar el futuro del gnerohumano, para defender los intereses de millones de proletarios, hay que falsific

    ar algunos hechos histricos de segundo orden, tan slo unos objetivistas pequeoburgueses podran resistirse a ello. Ni siquiera hoy se ha abandonado por completo esta teora entre los cuadros stalinianos.

    En realidad, los marxistas afirman precisamente que la verdad histrica es un armade la lucha de clases, por lo menos en manos de clases o de formaciones sociales progresivas. Son las formaciones histricas conservadoras o reaccionarias, con privilegios que defender y vicios que ocultar, las que tienen que ocultar la verdad o deformarla.

    En la lucha de clases, sin duda, el proletariado o su partido no pueden comprometerse a decir la verdad al enemigo bajo cualquier circunstancia. Ningn comandanterevelar el estado exacto de sus fuerzas o sus proyectos al adversario en vsperas

    de una batalla; y ningn sindicalista serio revelar a la patronal, a comienzos de una huelga, sus intenciones, su estrategia o el estado de su caja de resistencia.Pero esto no tiene que ver con la ciencia, ni con la historia. Deformar la historia ante la propia clase o el propio partido significa prostituir un instrumento terico indispensable para los combates y las victorias presentes y futuras. Mentir a la propia clase significa hacer bajar su nivel de conciencia. Lenin se expres al respecto con un mximo de claridad, afirmando, en La enfermedad infantil, que es preciso saber aplicar toda tctica de tal forma que se eleve, y no que disminuya, el nivel de conciencia general del proletariado, su espritu revolucionario, su capacidad de luchar y vencer.

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    Ahora bien, cuando se falsifica la historia, cuando se miente a la propia clase,cuando se la pone en situacin de tener que descubrir tarde o temprano estas mentiras, no se hace ms que sembrar la desmoralizacin, el escepticismo y el cinismo respecto al partido y al marxismo en general. Si se transforma el mtodo marxista deinstrumento de anlisis crtico de la realidad objetiva en instrumento de apologa servil de tal o cual tctica subjetiva de un jefe genial, vctima del culto de su propia personalidad; si en lugar de analizar lo que es real se lo disfraza burdamente, se es entonces incapaz de elaborar una estrategia y una tctica correctas, ya que stas deben partir de lo real. Tambin se mina la confianza de los trabajadores en sus propias fuerzas y en las de su partido.[3]

    Aunque slo fuera por eso, la rectificacin, que vamos a llevar a cabo en las pginassiguientes, de algunas de las ms escandalosas de las falsificaciones histricas contenidas en la nueva Historia del PC de la Unin Sovitica es enormemente til y necesaria. Algunos dirn que todo esto son cosas viejas y superadas. Pero el que ignorala historia de su propio movimiento y de su propia clase no est armado para rectificar viejos y nuevos errores. Ser incapaz de resolver las tareas que le plantearnlas batallas por venir.

    La rectificacin de las falsedades y mentiras por omisin contenidas en la nueva Historia no sirve tan slo una causa que nos interesa especialmente: la plena y entera rehabilitacin de Len Trotsky, de la oposicin de izquierda sovitica, de todos los iejos bolcheviques. Tambin aporta enseanzas polticas extremadamente importantes par

    a los revolucionarios de los pases atrasados, para los militantes de la revolucincolonial, que se encuentran ante problemas estratgicos y tcticos comparables con aquellos frente a los que se encontraban los bolcheviques antes y despus de 1917.El estudio de la verdadera historia del PC de la Unin Sovitica les ayudara mucho enla resolucin de estos problemas. La nueva Historia del PC de la Unin Sovitica, igual que el Manual de 1938, es un obstculo a superar en la ruta de tal estudio.

    1. Desarrollo y enseanza de la revolucin de octubre

    1.a pregunta: En toda esta Historia del partido comunista de la Unin Sovitica se presenta al comit central leninista como verdadero inspirador, organizador y garante de la victoria de la gran revolucin de octubre. Pero se oculta cuidadosamenteal lector la composicin de este comit central leninista. Cules fueron sus miembros

    ntes, durante y despus de la victoria de octubre, y cul fue su suerte ulterior?Respuesta: En agosto de 1917, veintin bolcheviques fueron elegidos miembros del comit central. De estos veintiuno, siete murieron de muerte natural: Sverdlov, Lenin, Noguin, Dzerjins-ki, Artem, Kollontai y Stalin. Dos fueron asesinados por la contrarrevolucin: Uritski y Shaumian. Once cayeron vctimas del terror staliniano: uno, asesinado por un agente de la GPU en el extranjero (Trotsky), y diez en lasmazmorras stalinianas (Zinoviev, Kamenev, Rykov, Bujarin, Miliutin, Krestinski,So-kolnikov, Bubnov, Smilga, Berzin); el restante, Muranov, de-sapareci sin dejar rastro; presumiblemente fue tambin liqui-dado en 1938.

    Entre 1918 y 1921, treinta y un bolcheviques fueron miembros del comit central. De estos treinta y uno, ocho murieron de muerte natural (Lenin, Dzerjinski, Sverd

    lov, Artem, Noguin, Stutchka, Stalin, Kalinin). Uno fue asesinado por la contrarre-volucin (Uritski). Uno fue empujado al suicidio por Stalin (Tomsky). Dieciocho fueron asesinados bajo el terror stalinia-no: Zinoviev, Kamenev, Evdokimov, Smirnov, Trotsky, Radek, Serebriakov, Sokolnikov, Rykov, Bujarin, Rakovski, Beloboro-dov,Smilga, Krestinski, Rudzutak, Bubnov, Miliutin y Preobraz-henski. Uno fue vctima del terror staliniano, pero sobrevivi: Stasova. Uno desapareci sin dejar rastro: Muranov. Uno sigue vivo y en el comit central: Andreev.

    En octubre de 1917, se eligi por primera vez un bur poltico del comit central. Estaa compuesto de siete miembros: Lenin, Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Sokolnikov, Bu

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    bnov y Stalin. De estos siete, dos (Lenin y Stalin) murieron de muerte natural;los otros cinco fueron muertos por el terror staliniano. Hasta 1923, formaron parte del bur poltico: Lenin, Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, Stalin, Preobrazhenski, Serebriakov, Tomsky y Rykov. De los diez, ocho fueron vctimas del terror staliniano.

    La conclusin est clara: la gran mayora de los miembros del comit central leninista ueron ejecutados bajo el reinado de Stalin. En la vieja versin de la historia delpartido (el Manual de 1938), se explicaba que estos revolucionarios eran, en elfondo, unos contrarrevolucionarios, unos agentes del im-perialismo, unos espas, eincluso fascistas y hitlerianos. Inevi-tablemente, esto reduca los mritos de Lenin:en efecto, qu se puede pensar de un revolucionario que se rodea de una mayora de contrarrevolucionarios en calidad de sus ms fieles colaboradores?

    Hoy, Lenin ha sido rehabilitado; su comit central es puesto por las nubes. Cmo no concluir que el exterminio de la ma-yora de los miembros de este comit central no pudo ser ni un lamentable accidente, ni un simple capricho de un sicpata (el culto de la personalidad), sino que constituye la prueba ms tangible de una colosal transformacin poltica de la URSS en-tre la poca de Lenin y el triunfo de Stalin? Cmo ncluir que hubo una contrarrevolucin, y, ms exactamente, una con-trarrevolucin poltital como precisaremos ms adelante?

    2.a pregunta: Se habla, en la Historia del partido comunista de la Unin Sovitica, del papel desempeado por los miembros de este comit central leninista en la histori

    a del movimiento obrero ruso de antes de 1917?Respuesta: Se habla de ellos... pero tan slo para dejarlos mal! Cuando se cita a los eminentes colaboradores de Lenin, a los organizadores del partido, apenas seles menciona. Slo se citan sus apellidos cuando se trata de emitir crticas vene-nosas. Hay en eso algo totalmente ilgico. Nos falta espacio para examinar todas estascrticas. Pero aunque fueran exactas segui-ra habiendo mentira por omisin. Cmo supen efecto, que, durante la revolucin y los primeros aos del poder sovi-tico, Lenin ropusiera un comit central cuyos miembros slo tuvieran en su activo... una serie de errores?

    Algunas veces, estas mentiras por omisin llegan a ser grotescas. As, por ejemplo,se olvida (t. I, p. 193) que Kamenev fue enviado a Rusia por el comit central, en

    1914, para dirigir la fraccin de la Duma y la Pravda. Se olvida que Zinoviev fueelegido presidente de la Internacional Comunista en su congre-so fundacional, y que ocup este puesto hasta 1926. Se olvida incluso la composicin de la delegacin bolchevique en este congreso; y no faltan razones: la componan Lenin, Trotsky, Zinoviev, Stalin, Bujarin y Chicherin. Se olvida que los soviti-cos miembros del ejecutivo dela IC eran Lenin, Trotsky, Zi-noviev, Bujarin y Radek. Se olvida que fue Trotsky el que habl en nombre de la fraccin bolchevique en el Preparlamento, anun-ciandoque esta fraccin iba a abandonar la asamblea (pp. 253-54, t. I). Se olvida el darla composicin del primer gobierno revolucionario (el consejo de los comisarios del pueblo presi-dido por Lenin, elegido en el segundo congreso panruso de los soviets) (t. I, p. 260); composicin que puede encontrarse, sin embargo, en el libro de John Reed, que actualmente se vende en la URSS: Lenin, Miliutin, Chliapnikov,AntonovOvseenko, Kri-lenko, Dybenko, Noguin, Lunacharski, Stepanov, Trotsky, Lo-mov

    , Teodorovich, Avilov, Stalin...

    3.a pregunta: Cules eran las tareas que tena que resolver la revolucin rusa de 1917

    Respuesta: La revolucin rusa derrib el poder de la burgue-sa y de los terratenientesestableci la dictadura del proleta-riado y abri la va para la expropiacin de los ctalistas y la nacionalizacin de los medios de produccin. Al mismo tiempo, resolvi las principales tareas de la revolucin democrtica bur-guesa, que la burguesa se habastrado incapaz de resolver: reforma agraria radical, cuestin nacional, unificacindel pas, etctera.

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    Sin embargo, la Historia del partido comunista de la Unin Sovitica siembra una enorme confusin en este tema. Esta confusin procede del hecho de que los autores de la obra siguen sin querer admitir la evidencia de que Lenin (y, tras l, la ma-yora del partido bolchevique) modific la estrategia bolchevique en abril de 1917, y queadopt, en lo esencial, la teora de la revolucin permanente.

    En la revolucin rusa de 1905 se confrontaban tres posiciones en el partido obrerosocialdemcrata ruso:

    La posicin de los mencheviques, que, partiendo de la constatacin de que Rusia no haba atravesado an una revolucin burguesa victoriosa, afirmaban que la revolucin tenesencialmente por objeto el derrocamiento del zarismo y la eliminacin de los residuos semifeudales de la economa y la sociedad rusas. El proletariado tena que apoyar crticamente a la burguesa liberal, con objeto de obligarla a llevar a cabo estarevolucin de la forma ms radical, sin dejar de combatir, al mismo tiempo, por laspropias reivindicaciones inmediatas (derecho de huelga, sufragio universal, jornada de ocho ho-ras, etc.).

    La posicin de los bolcheviques, que partan de la consta-tacin de que la burguesa,a poca contempornea, en pre-sencia de un proletariado industrial fuertemente concentrado y muy consciente, organizado en partidos marxistas, era inca-paz de llevar acabo las tareas clsicas de la revolucin demo-crtica burguesa, por miedo a la accin olucionaria de las masas. Al mismo tiempo, Lenin constataba que, debido al escas

    o nmero de proletarios en la sociedad y a la fragilidad de la in-fraestructura capitalista del pas, el partido del proletariado no poda esperar conquistar l solo el poder. Si se llevaba la revolucin hasta el final, sta desembocara en tina dictadura el proletariado y el campesinado, en cuyo seno el partido obrero poda participar en un gobierno de coalicin junto a un partido campesino. Esta revolucin victoriosano sera ms que una revolucin democrtica burguesa radical, y no tomara de inmediatoforma de una revolucin socialista.

    La posicin de Trotsky. Igual que los mencheviques y que Lenin, Trotsky comprenda que la cuestin clave era la cuestin agraria. Pero as como los mencheviques crean quela burguesa liberal poda llevar a cabo una reforma agraria radical, y as como Leninpensaba que esta reforma poda ser obra de un gobierno de coalicin entre un partido obrero y un partido campesino, Trotsky, por su parte, afirmaba que tan slo la d

    ictadura del proletariado era capaz de entregar de forma radical la tierra a loscampesinos. Sealaba, en efecto, que la historia habla demostrado que el campesinado era incapaz de constituir grandes partidos nacionales realmente campesinos,y que siempre segua ya fuera la direccin de un partido bur-gus, ya la direccin de uartido obrero.

    La historia de la revolucin de octubre le dio la razn a Trotsky, puesto que tan slocuando el poder fue conquistado por el proletariado, cuando el gobierno bolchevique qued constituido, que se vot el decreto sobre la distribucin de las tierras alos campesinos.

    Lenin, para lograr la victoria de octubre, modific la orien-tacin del partido en laconferencia de abril de 1917; modific el programa del partido, que exiga tan slo la

    constitucin de una repblica democrtica, e hizo inscribir como objetivo la constitucin inmediata de la dictadura del proletariado, de un estado sovitico.

    Todo esto est hoy muy claro. Pero la Historia del partido comunista de la Unin Sovitica riza el rizo de distintas for-mas. Trata de negar que hubo un cambio en la estrategia del partido bolchevique en abril de 1917.

    Con este objeto, define el objetivo de las tesis de abril elaboradas por Lenin yde las decisiones de la conferencia de abril de 1917 del partido bolchevique como la lucha por el paso de la revolucin democrtica burguesa a la revolucin so-ciali

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    (t. I, p. 225). Volveremos ms adelante sobre lo que esta frmula tiene de errneo. Pero podemos ya ahora constatar que se encuentra en oposicin con el objetivo estratgico de los bolcheviques en 1905, tal como la misma Historia lo define, puesto que afirma, correctamente (t. I, p. 92), que la dictadura democrtica de los obrerosy los campesinos, prevista por Lenin en 1905, no era una dictadura socialista, sino tan slo una dictadura democrtica. Pretenden acaso los autores de la Historia poen duda que la revolucin de octubre estable-ciera en Rusia una dictadura proletaria, socialista?

    Contra este intento desesperado de negar el cambio de orien-tacin estratgica de Lenin en 1917 intento que embrolla el conjunto del problema de la estrategia del partido revoluciona-rio en un pas atrasado, especialmente en los pases coloniales atesiguan, sin embargo, innumerables testimonios de la poca. Citemos dos, que los autores de la Historia difcilmente podrn recusar.

    En 1924, Molotov public un artculo titulado Lenin y el partido en la poca de la revlucin de febrero, artculo del que extraemos el pasaje siguiente:

    Pero hay que decirlo abiertamente: el partido no tena ni la claridad de visin ni elespritu de decisin que requera el momento revolucionario. No los tena, porque no tna una clara actitud de orientacin hacia la revolucin socialista. En ge-neral, la agtacin y toda la prctica del partido revolucionario carecan de una fundamentacin sl, ya que el pensamiento an no haba avanzado hasta la conclusin audaz de la necesidad de una lucha inmediata por el socialismo y por la revolucin socialista.

    El pensamiento de Trotsky haba extrado esta conclusin audazya en 1905. Lenin lleglla ya a comienzos de la re-volucin de febrero de 1917. He aqu la verdad histrica.

    El tomo XX de las Obras completas de Lenin fue publicado en 1928. La edicin fue preparada por el Instituto Lenin, bajo el control del comit central. El primer volumen de este tomo se refiere, especialmente, a la conferencia de abril de 1917 del partido bolchevique. He aqu lo que afirma una nota en las p-ginas 557558 (edicinalemana), a propsito de esta conferencia:

    En esta conferencia, hubo un pequeo grupo, compuesto esencialmente por una parte de los delegados del comit de Mos-c y de la regin de Mosc (Noguin, Rykov, Smidovich,sian-nikov, Angarski y otros); su concepcin de la revolucin corres-ponde ms o menos

    a posicin de los bolcheviques del ao 1905 (frmula dictadura del proletariado y el cmpesinado)... Kamenev, que tena una posicin cercana a la de este grupo, fue encargado por el mismo de presentar un contrainforme.

    Es a esta posicin moscovitaa la que Lenin se refiere, oponiendo la tesis de la conquista del poder por los soviets (pp. 33436). Cierto que considera que este poder no ser ansocialista, aun siendo va ms que democrtico burgus. Pero sobre eshistoria ha corregido al camarada Lenin. Nadie discutir hoy el carcter socialistade la revolucin de octubre. No querer comprender este problema significa cerrartoda posibilidad de ayudar a los partidos comunistas de los pa-ses coloniales a elaborar una estrategia justa. Significa perder de vista no slo la enseanza de la revolucin de octubre, sino tambin las enseanzas de la revolucin yugoslava y de la re-vcin china por no hablar ya de las decenas de enseanzas negativas all donde los par

    idos comunistas se han aferrado a las tesis superadas de 1905 y se han negado aorientarse hacia la dictadura del proletariado apoyado por el campesinado pobre.

    4.a pregunta: Cules son las enseanzas generales de la revolucin de octubre en este erreno?

    Respuesta: La enseanza de la revolucin de octubre en lo relativo a las fuerzas motrices principales de la revolucin en pases que an no han conocido una revolucin demcrtica burguesa consumada reside en que la alianza de los obreros y los campesinos, la nica capaz de llevar a su trmino la reforma agraria radical, slo puede realiz

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    arse por medio de la dictadura del proletariado (de la conquista del poder por el proletariado). Esta enseanza se ve confirmada por la historia de la revolucin rusa, la historia de la revolucin china y la historia de la revolucin yugoslava. Enla historia de los ltimos cuarenta aos, no se da ningn ejemplo de ningn pas que halogrado llevar a cabo las tareas clsicas de la revolucin burguesa sin pasar por laconquista del poder por el proletariado.

    S hay, en cambio, innumerables ejemplos de revoluciones que, por no haber desembocado en la dictadura del proletariado, se detuvieron tras la conquista de la independencia poltica (India, Indonesia, Birmania, Egipto, Marruecos, Tnez, etc.), otras el derrocamiento de los agentes polticos del imperialismo (Irak, Venezuela),sin haber conseguido resolver el problema agrario, por no hablar ya del de la industrializacin del pas. La historia de la segunda revolucin china (192527) confirma esta misma enseanza.

    5.a pregunta: Han formulado esta enseanza los autores de la Historia del PC de laUnin Sovitica?

    Respuesta: No lo han hecho, pese a que est consignada en numerosos documentos dela Internacional, as como en el siguiente texto de Lenin:

    Nuestra experiencia nos ha enseriado y nos lo confirma el desarrollo de todas lasrevoluciones del mundo, si tomamos en cuenta la ltima poca, digamos los ltimos ciento cincuenta aos que en todas partes y siempre ha sucedido lo mismo: todas las t

    entativas llevadas a cabo por la pequea burguesa en general, y por los campesinosen particular, para tomar conciencia de su fuerza, para dirigir a su manera la economa y la poltica, han terminado en un fracaso. O se colocan bajo la direccin delproletariado, o bajo la de los capitalistas. No existe trmino medio. Los que suean en un trmino medio son unos soadores, unos chiflados.(Discurso en el congreso delos obreros del transporte, marzo de 1921.)

    Ahora bien, sta es exactamente la idea que gua a Trotsky en la elaboracin de su teora de la revolucin permanente. Trotsky escriba, en 1905:

    La revolucin rusa impide... la constitucin de ningn rgimen constitucional burgus de resolver las tareas ms primitivas de la democracia... Por esta razn, la suertede los intereses revolucionarios ms elementales del campesinado incluso del conj

    unto del campesinado como capa est ligada a la suerte del conjunto de la revolucin, es decir, a la suerte del proletariado. El proletariado, una vez en el poder,se mostrar a los campesinos como la clase que los libera. Pero, quiz el campesinadoechar a un lado al proletariado y ocupar su lugar? No, esto es imposible. Toda laexperiencia histrica se rebela contra semejante hiptesis. Demuestra que el campesinado es absolutamente incapaz de desempear un papel poltico independiente.

    La burguesa rusa ha legado todas las posiciones revolucionarias al proletariado.Tendr que cederle tambin la hegemona revolucionaria sobre el campesinado.

    En vez de admitir francamente esta identidad de puntos de vista, o, cuanto menos, de apuntarla, los autores de la Historia balbucean (en el ms puro estilo staliniano) en torno al tema de que Trotsky quera saltar por encima de la etapa de la re

    volucin democrtica burguesay negaba el papel revolucionario del campesinado; de qquera aislar al proletariado del campesinado(t. I, p. 95). Basta con comparar esteanlisis de la teora de la revolucin permanente con la definicin que de ella daba sautor y que acabamos de citar para comprender hasta qu punto el carcter de este anlisis est deformado, si no falsificado.

    6.a pregunta: Han observado esta enseanza en la prctica los stalinianos y los kruschevianos, aunque en teora se hayan burlado de ella?

    Respuesta: Desgraciadamente, no. En todos los casos en que los partidos comunist

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    as se han visto confrontados con poderosos movimientos revolucionarios en las colonias, lejos de luchar por la hegemona del proletariado, han idealizado a la burguesa na-cional, han concluido con ella alianzas duraderas, han subor-dinado a ella el movimiento de masas, y han acabado por ser reprimidos brutalmente por esta misma burguesa. As sucedi ya en la trgica experiencia con Chang Kaichek en 192527; yvolvi a suceder en Irn con Mossadegh, en Guatemala con Arbenz, en Egipto con Nasser, en Argentina con Frondizi, en Marruecos con el rey Mohamed V. Ahora est sucediendo en Irak con Kassem, en la India con Nehru, en Indonesia con Su-karno. Los resultados no sern mejores.

    No se trata, desde luego, de exigir que un partido comunista luche por el poderen las condiciones que sea, ni de prohibirle que conceda apoyo crtico a un movimiento nacional burgus mientras ste dirija efectivamente un movimiento de masas con-tra el imperialismo. Desgraciadamente, todos los ejemplos que hemos citado indicanque tanto bajo Stalin como bajo Kruschev los comunistas han desperdiciado enormes oportunidades de convertirse, a corto o medio plazo, en la fuerza dominante en el pueblo, porque se han sometido servilmente a la direccin na-cional burguesa yhan contribuido a consolidar sus cimientos entre las masas.

    Las nicas excepciones chocantes son las del PC yugoslavo y el PC chino, que, en contra de las directrices de Stalin, enta-blaron y ganaron la lucha por el poder. Mediante el estableci-miento de la dictadura del proletariado, resolvieron de pasolas tareas de la revolucin democrtica burguesa, sin poder de-tenerse en esta etapa ypasando rpidamente a las medidas colectivistas, tal como haba previsto Trotsky...

    ya en 1905.7.a pregunta: Cul fue la naturaleza de la revolucin de febrero?

    Respuesta: La Historia del partido comunista de la Unin Sovitica caracteriza la revolucin de febrero como una revo-lucin democrtica burguesa que deba ser transformadn revolucin proletaria (t. I, p. 220). Es cierto que algunas frases pronunciadaspor Lenin en abril de 1917 frases que no vuel-ven a encontrarse en ningn anlisis poterior de la revolucin rusa por Lenin dan algn peso a esta definicin. En realidad,los datos que nos ofrecen los propios autores de la Historia permiten subrayar el carcter confuso, o por lo menos incom-pleto, de esta definicin.

    La revolucin de febrero de 1917 fue tan slo una revolucin democrtica burguesa, que

    o resolvi la tarea principal. Los autores de la Historia del PC de la Unin Soviticaexplican, en efecto, en la pgina 214, que el gobierno provisional creado por larevolucin de febrero no poda ni quera dar la tierra a los campesinos. Precisan, tambin, que la revolucin de octubre, que cumpli directamente tareas socialistas, tambicondujo hasta el final la revolucin democrtica burguesa(p. 273). Ahora bien, la Historia afirma, en otro momento, que la tarea ms candente de la revolucin democrticaburguesa era la des-truccin del poder de los terratenientes...(p. 78); o, es ms,iquidacin de todo vestigio de feudalismo(p. 205). Mani-fiestamente, estos objetivosno fueron alcanzados en febrero de 1917; si lo hubieran sido, de ningn modo hubiera el cam-pesinado concedido su apoyo a la revolucin de octubre. Al afirmar, en lapgina 212, que la revolucin democrtica bur-guesa de febrero cumpli el primer objedel partido, el derrocamiento del zarismo, y abri la posibilidad de liquidar el capitalismo e instaurar el socialismo, los autores de la Historia s que saltan por

    encima de la tarea principal de la etapa demo-crtica burguesa, es decir, la distribucin de la tierra, e ignoran el peso decisivo del campesinado. Todas estas lamentables con-tradicciones son el resultado del intento de ignorar la teora de la revolucin permanente...

    8.a pregunta: Quin dirigi la revolucin de octubre, y cun-do y cmo triunf?

    Respuesta: La Historia del PC de la Unin Sovitica repite, en cuanto a esto, aunqueatenundolas, las burdas falsificacio-nes del Manual de 1938. Este ltimo no tuvo empacho en afir-mar que en la histrica sesin del comit central del 10 de oc-tubre de 19

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    en la que se decidi la insurreccin, Trotsky no vot directamente contra la resolucipero present una en-mienda destinada a hacer fracasar la insurreccin, a aniquilarla. Propuso que no se iniciara la insurreccin antes de la apertura del II congresode los soviets. Esto hubiera dado largas a la insurreccin, y hubiera significadoanunciar por anticipado su fecha, advertir al gobierno provisional.

    Posteriormente, al haberse vuelto a publicar la clebre obra de John Reed, Los diez das que conmovieron al mundo, ha sido preciso dejar de lado esta falsificacin desmedida que presen-taba a Trotsky, el principal organizador y dirigente de la insu-rreccin, como alguien que pretendi hacerla fracasar. El libro de John Reed, en efecto, no es una obra cualquiera. Lenin es-cribi un prefacio para ella. Este prefacio,reproducido en el nuevo tomo XXXVI de sus obras completas, caracteriza el librode John Reed del modo siguiente:

    De todo corazn recomiendo esta obra a los obreros de todos los pases. Me gustara queste libro se difundiera a mi-llones de ejemplares y que se tradujera a todas laslenguas, ya que relata de forma verdica y extremadamente viva unos acon-tecimientos que son enormemente importantes para comprender qu es la revolucin proletaria, qu es la dictadura del prole-tariado.

    Ahora bien, el libro de John Reed cuenta que en esa misma reunin Lenin y Trotskydefendieron la idea de la insurreccin; que al da siguiente Lenin public en Pravda un artculo en el que defenda la idea de la insurreccin inmediata; que el go-bierno, eterndose de este modo del secreto, tom medidas inmediatamente... y que, finalmente

    , la insurreccin se produjo de todos modos, tal como haba propuesto Trotsky, en elmo-mento de convocarse en Petrogrado el II congreso panruso de los soviets. El libro de John Reed invalida hasta la ltima pa-labra de la falsificacin staliniana.

    La nueva versin de los acontecimientos ofrecida por los autores de la Historia, sin embargo, es muy poco ms verdica. Dado que puede ser confrontada por todos los lectores soviticos (y por comunistas del mundo entero) con la obra de John Reed, est rozando el ridculo.

    Se empieza por volver, corrigindolo, al pasaje antes men-cionado:

    En la reunin del comit central, Trotsky no vot contra la resolucin sobre la insurrin. Pero insisti en que se aplazara hasta la convocatoria del II congreso de los s

    oviets, lo cual significaba, en la prctica, hacer fracasar la insurreccin, ya quelos socialistasrevolucionarios y los mencheviques hubie-ran podido atrasar la convocatoria del congreso, y el gobierno hubiera podido tener la posibilidad de concentrar, el da de su apertura, todas las fuerzas suficientes (!) para la derrotade la insurreccin.

    El autor de esta correccinno brilla demasiado en sus encadenamientos de ideas. Olvida explicarnos por qu la insu-rreccin, que s coincidi con la convocatoria del II creso panruso de los soviets, no fracas por esta causa. Olvida re-cordarnos que si Trtsky propuso esta coincidencia fue precisa-mente porque las fuerzas militares de que dispona el gobierno eran insuficientes para hacer fracasar la insurreccin puesto que iban ponindose, regimiento tras regimiento, bajo el mando del soviet de Petrogrado. Y olvida explicarnos por qu el go-bierno, que estaba al corriente de la fe

    cha de la insurreccin, no comprendi eso que Stalin, Ponomarev y Ca. vean... veinte s ms tarde.

    En el Manual de 1938 se deca:

    El 16 de octubre se celebr una sesin ampliada del comit central del partido. Eligicentro del partido para dirigir la insurreccin, con el camarada Stalin a su cabeza. Fue este centro, ncleo dirigente (sic) del Comit Militar Revolucionario del soviet de Petrogrado, el que gui prcticamente la insu-rreccin.

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    En la nueva versin, esta falsificacin ha sido ligeramente corregida:

    El rgano encargado de llevar a cabo la insurreccin en la capital fue el Comit Militr Revolucionario, creado a propuesta del CC junto al soviet de Petrogrado(p. 255).

    Es cierto que este Comit efectu todo el trabajo prctico de la insurreccin. La nicantira por omisin que cometen en este caso los autores de esta Historia consiste en no recordar que su presidente fue Len Trotsky.

    En la pgina siguiente, se afirma que, el 16 de octubre, al final de la sesin, se eligi un Centro Militar Revolucionario para dirigir la insurreccin, integrado por Bubnov, Dzerjinski, Sverd-lov, Stalin y Uritski. Se decidi que el Centro Militar Revolucio-nario entrara en el Comit Militar Revolucionario del soviet(p. 256).

    Dicho de otra forma: el rgano que tena que dirigir se limit a entrar en el rgano yaexistente, y no modific ni su trabajo, ni sus tareas, ni su personal dirigente, puesto que Trotsky sigui siendo su presidente, con AntonovOvseenko y Pod-voiski como principales lugartenientes tcnicos. Y, para coronar sus torpes correcciones, losautores aaden:

    Todo el trabajo de organizacin de la insurreccin fue diri-gido por Lenin(p. 256).

    En el libro de John Reed puede leerse, sin embargo, que todo el trabajo de organ

    izacin fue llevado a cabo por el Comit Militar Revolucionario. Y, para citar, finalmente, a un testigo difcilmente sospechoso de simpatas... trotskistas, he aqu lo que afirm el propio Stalin:

    Todo el trabajo de organizacin prctica de la insurreccin fue puesto bajo la direcciinmediata del presidente del soviet de Petrogrado, el camarada Trotsky. Puede afirmarse sin vacila-cin que el partido le debe el rpido paso de la guarnicin al campode los soviets y el hbil mtodo de trabajo del Comit Militar Revolucionario, ante todo y esencialmente, al camarada Trotsky.[4]

    9.a pregunta: Quin cre el ejrcito rojo? Quin dirigi sus operaciones durante la givil?

    Respuesta: Tambin en este caso la Historia del PC de la URSS pone en evidencia unmezquino espritu de falsificacin. No consigna que Len Trotsky fue el primer comisario del pueblo para la Defensa, por no mencionar ya el hecho de que fue el creador del ejrcito rojo y el padre de la victoria, tal como lo atestigua el decreto que le concedi la Orden de la Bandera Roja, el 7 de noviembre de 1919.

    Menciona, a bulto, a algunos de los principales dirigentes militares y polticos del ejrcito: Frunz, Vorochilov, Budenny y otros; S. Kamenev, Karbichev, Chapochnikov, Stankievich y Nikolaiev en t. I, p. 307; Andreev, Bubnov, Vorochilov, Gussev,Dzerjinski, Zhdanov, Zemliachka, Kalinin, Kirov, Kossior, Kui-bichev, Mechlis, Mikoyan, Ordzhonikidz, Petrovski, Postichev, Sverdlov, Stalin, Frunz, Kruschev (sic), Chvernik, Chiadenko, Yaroslavski. Pero en esta lista se olvidan los principales jefes comunistas del ejrcito, como los futuros mariscales Tukhachevski y Yegoro

    v. Se olvidan todos los dirigentes bolcheviques colocados a la cabeza de las operaciones militares.

    La Historia slo nos informa, de paso, que hubo en un mo-mento determinadoun consejode guerra revolucionario. Olvida que todas las operaciones militares fueron dirigidas por este consejo de guerra revolucionario de la Repblica de los Soviets. Cuando se constituy, en 1918, este consejo lo componan Trots-ky (presidente), Sklianski (vicepresidente), Vatzetis, I. N. Smir-nov, Rosengoltz, Raskolnikov, Muralov y Yureniev. De estos ocho miembros, cinco fueron ms tarde liquidados por Stalin. En1919, I. N. Smirnov, Rosengoltz y Raskolnikov fueron reem-plazados por Smilga y Gu

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    ssev. Para la direccin de las operacio-nes en Ucrania, el comit destac, especialment, a Piatakov, Smilga y Lachevich; los tres caeran vctimas del terror stali-niano.

    El papel determinante desempeado por Trotsky como crea-dor del ejrcito rojo queda atestiguado por tres testigos que los actuales ambientes oficiales de la URSS difcilmente podrn re-cusar: Jacques Sadoul, Gorki y el propio Lenin.

    Jacques Sadoul, cuando tom la palabra en el primer con-greso de la Internacional Comunista, declar:

    Estamos en una gran deuda de gratitud con los dirigentes de este ejrcito [rojo], pero, en primer lugar, con el camarada Trotsky, cuya energa indomable, unida a unagran inteligencia y a un autntico genio, pudo devolver una autntica fuerza vitalal ejrcito ruso, que se encontraba en total descomposicin .[5]

    En la primera edicin de las Obras Completas de Lenin en ruso (vol. XVI, p. 73), Lenin elogia a Trotsky por haber sido capaz de crear el ejrcito con los ladrillos que quedaban del edificio destruido del antiguo rgimen.

    Gorki, en su obra Lenin y el campesino ruso, relata una entrevista con Lenin, enla que ste le dice, hablando de Trotsky:

    Seleme a otro hombre capaz de organizar un ejrcito casi modelo en un solo ao, y denarle el respeto de los expertos militares. Nosotros tenemos un hombre de esta e

    specie.Cierto que ambos pasajes fueron eliminados (o suavizados) en las ediciones posteriores tanto de las Obras Completas (sic) de Lenin como de la obra de Gorki. Pero no pasar mucho tiempo sin que la verdad histrica recobre sus derechos tambin en este punto.

    Aadamos que la nueva Historia aade incluso una mezquindad suplementaria respecto alas falsificaciones del viejo Manual. Este ltimo, hablando de los avatares de laintervencin extranjera contra la Repblica de los Soviets, dice:

    As, por ejemplo, los marineros franceses, dirigidos por Andr Marty, se rebelaron enOdessa.

    En la nueva Historia, la rebelin se mantiene (t. I, p. 316), pero el nombre de Andr Marty desaparece...

    En cuanto a las innumerables falsificaciones respecto a las operaciones del ejrcito rojo, es imposible rectificarlas aqu; se necesitara mucho ms espacio. El lectorinteresado puede recurrir tilmente al captulo que habla de ellas de Mi vida, de Trotsky[6], y, sobre todo, a El profeta armado, de Isaac Deutscher[7], que rene unabibliografa impresionante para desenredar las leyendas stalinianas.

    2. Origen y luchas de la oposicin de izquierda en el partido bolchevique

    10.a pregunta: Fue Trotsky partidario de la militarizacin del trabajo en Rusia?

    Respuesta: Con objeto de desnaturalizar el sentido de la lucha sistemtica desarrollada por la oposicin de izquierda contra la amenaza de degeneracin burocrtica delpartido bolchevique y del estado sovitico, la Historia del PC de la Unin Sovitica,siguindole los pasos al Manual, presenta las cosas como si, en vsperas de la formacin de la oposicin, Trotsky se hubiera pronunciado contra el desarrollo de la democracia sindical, prefiriendo los mtodos administrativos que, por lo dems, aplic en el sindicato de los obreros de los transportes ferroviarios y fluviales cuando presidi el comit central de esta organizacin(t. I, p. 354). Dos pginas ms adelanteHistoria llega a acusar a Trotsky de haber preconizado el empleo de mtodos coerci

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    tivos en lugar de mtodos de persuasin en los sindicatos (p. 356).

    Se trata de una burda deformacin de la verdad histrica.

    Ante todo, la frmula de militarizacin de la economa y de utilizacin de ejrcitos deabajo no es ninguna frmula que Trotsky inventara en 1920, sino una frmula empleadapor todo el partido, tal como atestigua una resolucin del IX congreso del partidobolchevique que se cita en la pgina 335 de la misma Historia! Se trataba de evitar que la desmovilizacin del ejrcito, al terminar la guerra civil, en un momento en que las fuerzas productivas haban cado a su nivel ms bajo, dispersara a esta vanguardia proletaria, la condenara al paro, la diseminara por el campo. Haba que emplearla, por el contrario, en tareas de reconstruccin econmica, hacindole ejecutar grandes trabajos urgentes para la recuperacin del pas. Dado que, en aquella poca, incluso la disciplina militar era una disciplina comunista, es decir, muy distintade los hbitos actuales del ejrcito sovitico; dado que exista libertad de discusinel seno de aquel ejrcito, y que se emplearon en l, ampliamente, mtodos de persuasi, ni siquiera la frmula de ejrcitos de trabajo adoptada por todo el partido fue exactamente un sinnimo de sustitucin de la persuasin por la coercin.

    El verdadero objeto del debate de 1921 sobre la cuestin sindical era otro. De loque se trataba era de determinar el lugar de los sindicatos y de la clase obreraen el seno de la industria socializada. Se confrontaron tres tesis. La tesis anarcosindicalista pretenda entregar inme-diata-mente la administracin de la industria los sindicatos y suprimir toda administracin centralizada; la tesis de Lenin y d

    e los dirigentes sindicales apuntaba a conservar la indepen-dencia de los sindicatos respecto al estado, considerando a los sindicatos como instrumento de defensade los intereses de los trabajadores como consumidores, sin modificar el sistema de gestin de la industria; la tesis de Trotsky y Bujarin pretenda lograr una participacin decisiva de los sindicatos y de los trabajadores en la gestin de la industria nacionalizada.

    Si examinamos hoy este debate a la luz de la experiencia posterior, veremos en seguida que la tesis de Lenin y la de Trotsky eran, ambas, en parte acertadas y en parte errneas. Lenin tena, indudablemente, razn al insistir en la necesidad de pre-servar la independencia de los sindicatos respecto a un estado obrero burocrticamente deformado (la frmula es de Lenin). Pero Trotsky tena tambin razn al precisar qe la lucha con-tra la burocracia era utpica mientras a sta no se la golpeara en el a

    utntico centro de sus poderes: la administracin de la gran industria.Lo cierto es que la lucha contra la deformacin burocrtica del estado obrero, en lapoca de transicin entre el capitalis-mo y el socialismo, exige, al mismo tiempo, independencia de los sindicatos (como instrumentos de defensa de los intereses delos trabajadores como consumi-dores) y una participacin cada vez ms activa de los trabajadores en la administracin de la industria (para defender sus intereses comoproductores). El instrumento ms adecuado para garantizar esta participa-cin no es, sin embargo, el sindicato, sino el consejo obrero (consejo de fbrica).

    11.a pregunta: Cul fue la tesis defendida por Lenin en cuanto a la administracin dela industria sovitica?

    Respuesta: La Historia del PC de la Unin Sovitica, que quiere justificar las medidas que Stalin tom posteriormente, en 1930, concentrando todos los poderes de la empresa en ma-nos del director, resume (t. I, p. 291) del siguiente modo la posicinde Lenin en esta cuestin:

    Los intereses del socialismo ense Lenin exigen la obediencia incondicional de laasas a la voluntad nica del dirigente del proceso de trabajo. Por esta razn, la direccin de la economa deba ser centralizada, y en cabeza de las em-presas tena que hr directores designados por el poder so-vitico. La direccin centralizada por parte del estado y la unidad de direccin tenan que combinarse con la participacin activa y

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    consciente de las masas en la vida econmica y con un control de la base bajo distintas formas.

    Ser til sealar, de paso, que este ltimo prrafo relativo a las distintas formas derol desde abajono figuraba en absoluto en el Manual de 1938. Y se entiende! Bajoel rgimen de Stalin, desde los aos 193233, no quedaba ya ni rastro de semejante control. La admini-stracin de la economa y la direc- cin de las fbricas estaban totae burocratizadas. Y, aunque las reformas de Kruschev hayan introducido una aparien-cia de control desde abajo, prcticamente no existen ejemplos de una verdadera participacin de los trabajadores en la ges-tin de las empresas soviticas en la actuadiad. Pero ms ade-lante volveremos a este tema.

    Es conforme a la verdad la descripcin que da la nueva Historia de la concepcin de Lenin? Peca gravemente por omi-sin. He aqu lo que escribe Lenin al respecto en Las tareas inmediatas del poder de los soviets:

    Cuanto ms resueltamente tengamos que afirmarnos hoy en favor de un poder fuerte einexorable, de la dictadura per-sonal en tales procesos de trabajo, en tal momentodel ejercicio de funciones puramente ejecutivas, tanto ms variadas debern ser lasformas y medios de control desde abajo, con objeto de paralizar todo asomo de posibilidad de deformacin del poder de los soviets, con objeto de extirpar una y otra vez la cizaa burocrtica.

    Primera discrepancia entre Lenin y la nueva Historia: Le-nin no afirma que el prin

    cipio de la direccin nica sea un principio absoluto, sino que slo es vlido hoy, es ecir, que se desprende de las condiciones particulares en que se encon-traban el estado sovitico y la clase obrera rusa despus de la victoria de octubre. Transformar una necesidad momentnea en principio general significa ya cometer un error de gran mag-nitud.

    Segunda discrepancia entre Lenin y la nueva Historia: Lenin reconoce francamenteque el principio momentneo de la direc-cin nica implica un peligro de deformacin bcrtica. La Historia del PC de la Unin Sovitica no abre boca al respecto. Ahora bien, en el mismo folleto, Lenin se pronuncia severamente respecto a aquellos que silencian este tipo de peligros ante las masas:

    Ocultar a las masas el hecho de que atraer a los especia-listas burgueses ofrecindol

    es altas remuneraciones significa alejarse de los principios de la Comuna de Parsequivaldra a descender al nivel de los polticos burgueses y engaar a las masas. Explicar francamente cmo y por qu hemos dado este paso atrs, examinar luego pblicamene por qu medios po-demos compensarlo, significa educar a las masas y aprender juntoa ellas, gracias a la experiencia, a construir el socialismo.

    Los autores de la Historia, al mutilar de este modo el pen-samiento de Lenin, handescendido, pues, al nivel de los pol-ticos burguesesque engaan al pueblo.

    Tercera discrepancia entre Lenin y esos autores: Lenin afir-ma implcitamente que sino se acrecientan y amplifican las formas de control desde abajo la deformacin burocrtica ser inevitable, o, por lo menos, altamente probable. As lo afirma explcitmente, por lo dems, refirindose a las elevadas remu-neraciones momentneamente conced

    das a los especialistas:

    Es innegable la influencia desmoralizadora que ejercen las altas remuneraciones sobre el poder sovitico... as como sobre la masa obrera. Pero todos los elementos honestos y reflexivos entre los obreros y los campesinos pobres estarn de acuerdocon nosotros y reconocern que no estamos en condiciones de desembarazarnos de golpe de la funesta herencia que nos ha legado el capitalismo, que slo podemos emancipar a la Rep-blica sovitica del tributo de 50 a 100 millones de rublos (tri-buto quepagamos por nuestro propio retraso en la organiza-cin de la supervisin y el controlejercidos desde abajo por el pueblo entero) si nos organizamos, si reforzamos la

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    disciplina entre nosotros... Si los obreros de vanguardia y los campesinos pobres conscientes consiguen, en el plazo de un ao (sic), con la ayuda de las instituciones soviticas, organizarse, discipli-narse, tensar sus energas, crear una poderosa disciplina del trabajo, en este caso, al cabo del ao, nos desembarazaremos de este tributo... .[8]

    Y Lenin precisa, incluso:

    Existe una tendencia pequeoburguesa que trata de trans-formar a los miembros de lossoviets en parlamentarios, o, por otro lado, en burcratas. Debemos combatir estatendencia haciendo que todos los miembros de los soviets participen en la gestindel pas. En muchos sitios, las secciones de los soviets se transforman en organismos que poco a poco se fusionan con los comisariados. Nuestro objetivo es que todos los pobres, sin excepcin, participen prcticamente en el gobierno del pas; y todas las medidas que se tomen en este sentido cuanto ms variadas sean, tanto mejor deben registrarse cuidadosamente, estudiarse, sistematizarse, ser puestas a prueba en una experien-cia ms amplia, legalizada. Nuestro objetivo es que todos los trabajadores cumplan gratuitamente las funciones del estado una vez hayan terminadosus ocho horas de labor en la produc-cin. La transicin en este orden de cosas es particularmente difcil, pero tan slo ah est la garanta de la consolidacin de-finitivocialismo.[9]

    Ahora bien, durante todo el perodo 19301955, no slo no se multiplicaronlos mtodoe control desde abajoo de ejecucin gratuita de las funciones del estado por parte

    e todos los trabajadores, sino que se abolieron por completo. Las remuneracioneselevadas no disminuyeron, sino que incluso se extendieron a los miembros y dirigentes del partido (la cle-bre desmoralizacin prevista por Lenin!). Las funciones delestado no las cumplieron gratuitamente todos los trabajadores, ni trabajando ocho horas al da, ni trabajando siete o incluso seis, como ocurre hoy en algunas industrias soviticas. Por consiguiente, el socialismo no se ha consolidado definitivamen-te, no se ha extirpado la cizaa burocrtica, sino que ha crecido monstruosamentla deformacin burocrtica se ha ido afianzando hasta convertirse en una degeneracin.He aqu las conclusiones ineluctables del primer pasaje de Lenin citado (de formamutilada) por la Historia...

    12.a pregunta: Fue tan slo de modo ocasional que Lenin emiti esta opinin referente l peligro de una deformacin burocrtica del estado sovitico?

    Respuesta: No. Las advertencias de Lenin al respecto cons-tituyen un verdadero leitmotiv de sus ltimos aos de activi-dad poltica. Fueron hacindose cada vez ms aprees a medida que fue abandonando la direccin cotidiana del par-tido y el estado. Escomo si, movido por un trgico presenti-miento, Lenin hubiera hecho lo imposible pormovilizar a los cuadros del partido contra este peligro, desgraciadamente en vano, tal como la historia iba a demostrar. Slo la oposicin de izquierda y, luego, la oposicin unificada siguieron sus consejos.

    As, por ejemplo, durante las discusiones contra la oposicin obrera (Chliapnikov, Sapronov, Kollontai, etc.), en el IX congreso del PC de la URSS, y despus de estemismo congreso, Lenin volvi una y otra vez al problema del burocratismo, y admitique la oposicin de ultraizquierda tena razn en parte. Hablando ante la conferencia

    del partido de la provincia de Mosc, afirma:

    La tarea del poder de los soviets consiste en destruir por completo el viejo aparato y en entregar el poder a los soviets. Sin embargo, en nuestro programa, admitimos ya que el burocratismo ha reaparecido, que an no existen los cimientos de una sociedad verdaderamente socialista... Se comprende que el burocratismo nacidoen las instituciones soviticas tena que ejercer una influencia disolvente tambin sobre las organizaciones del partido, ya que las eminencias del partido son las eminencias del aparato sovitico.[10]

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    En el mismo discurso, ms adelante, Lenin subraya que, en las afirmaciones de la oposicin obrera, hay muchas cosas sanas, necesarias e inevitables.[11] Aade que la lcha contra la burocracia por medio de la Inspeccin Obrera y Campesina (dirigida por Stalin) es muy difcil, ya que ella misma es una institucin burocratizada, y noexiste ms que como deseo piadoso.

    En 1921, durante la discusin sindical en el X congreso del PC de la URSS, Lenin rectifica a Trotsky cuando ste habla de la URSS como estado obrero; precisa que la Repblica de los soviets es un estado obrero burocrticamente deformado.

    En su informe al XI congreso del partido, el 27 de marzo de 1922, Lenin declara:

    Si contemplamos Mosc 4.700 comunistas responsables , si contemplamos esta mquina ocrtica, esta montaa, quin conduce y quin es conducido? Dudo mucho que pueda decirque los comunistas conducen esta montaa. A decir verdad, no son ellos los que conducen. Son ellos los que son conducidos.[12]

    En el mismo informe, Lenin afirm, por lo dems, que el aparato de estado era francamente malo.

    El 23 de enero de 1923 vuelve sobre el mismo tema en una propuesta presentada enel XII congreso del partido:

    No niego que el problema de nuestro aparato de estado y su perfeccionamiento sea

    muy difcil: est muy lejos de haber sido resuelto, y es, al mismo tiempo, un problema apremiante.

    Nuestro aparato de estado, excepcin hecha del comisariado del pueblo de Asuntos Exteriores, constituye, en enorme medida, una supervivencia del pasado que ha sufrido un mnimo de modificaciones serias. Slo est algo embellecido por fuera; por lo dems, es el verdadero tipo de nuestro viejo aparato de estado.[13]

    En su ltimo artculo, Ms vale poco y bueno, escrito el 2 de marzo de 1923, reaparecela misma idea, como una verdadera obsesin:

    Las cosas van tan mal con nuestro aparato de estado, por no decir que son detestables, que debemos ante todo reflexionar seriamente acerca de cmo combatir sus def

    ectos que, no lo olvidemos, se remontan al pasado... Nuestra nueva Inspeccin Obrera y Campesina, as lo esperamos, dejar muy atrs esa cualidad que los franceses denominan pruderie, y que nosotros podramos llamar afectacin ridcula o ridcula ostentac, y que le hace perfectamente el juego a toda nuestra burocracia, tanto la de nuestras instituciones soviticas como la del partido, ya que, dicho sea entre parntesis, la burocracia existe entre nosotros no slo en las instituciones soviticas, sino tambin en el partido.[14]

    En el tomo XXXVI de las Obras Completas, en el que se renen escritos no publicados en la precedente edicin llamada completade las obras de Lenin, encontramos decenas de ejemplos de esta obsesin:

    Todo ha cado, entre nosotros, en el infecto cenagal burocrtico de las administracio

    nes. Para luchar da a da contra esto se precisa mucha inteligencia, autoridad y fuerza. Las administraciones? Basura! Los decretos? Basura!.[15]

    El Banco del Estado, actualmente, no es ms que un jue-go de transcripcin burocrticapapel. Ah la tenis, la verdad, si es que lo que queris conocer es la verdad y no las monsergas acarameladas de los burcratas comunistas....[16]

    No tener miedo a revelar los errores y la incompetencia; popularizar ampliamentey hacerle publicidad, con todas nues-tras fuerzas, en el sitio mismo, a todo trabajador que se distin-ga mnimamente, darlo como ejemplo. Cuanto ms se haga este trabaj

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    o, tanto ms nos sumergiremos en la prctica viva, des-viando nuestra atencin y la de uestros lectores de esa atms-fera hedionda de los burcratas y los intelectuales de Mosc (y, en general, de los burcratas soviticos), y tantas ms me-joras presenciaremo..[17]

    Veo las cosas de este modo: si algunas docenas de obreros entraran en el comit central, podran, mejor que nadie, re-visar, mejorar y reorganizar nuestro aparato... Los obreros que formen parte del comit central no debern, en mi opinin, reclutarse sobre todo entre aquellos que han permanecido tra-bajando largo tiempo en el seno de los soviets (entre los obreros que designo en este pasaje de mi carta cuento tambin, en todas partes, a los campesinos), porque entre esos obreros se han creado ya ciertas tradiciones y ciertos prejuicios que precisa-mente habra que combatir.Entre los obreros miembros del comit central deben figurar, ante todo, obreros situados por debajo de esta capa que, desde hace cinco aos, se ha unido a las filas de los funcionarios de los soviets, y que ms bien per-tenezcan a la categora de los simples obreros y los simples campesinos....[18]

    Cuando se releen estos pasajes (y podramos citar varias decenas ms) es imposible dejar de concluir que, en vsperas de su muerte, Lenin estaba obsesionado por la conciencia de la deformacin y la degeneracin burocrtica posible en el aparato del estado y el aparato del partido.

    13.a pregunta: Sigui la direccin del partido los consejos de Lenin, respondi ante ss advertencias?

    Respuesta: No. Ocult al partido (salvo a los delegados al XIII congreso) el textode su testamento, e incluso neg pbli-camente su existencia. A propuesta de Trotsky,vot, en 1923, una resolucin poniendo la lucha contra la burocracia a la or-den delda y afirmando que poda ampliarse la democracia obrera. Pero cuando Trotsky public,en 1923, Nuevo curso, don-de asumi a veces incluso textualmente el llamamiento deLenin por una renovacin del aparato, la direccin reaccion vio-lentamente, identificse con la burocracia.

    En lugar de unirse a esta lucha de Trotsky contra la burocracia en nombre del Testamento de Lenin, se uni a la buro-cracia contra el trotskismo, pisoteando, de estemodo, los ltimos vestigios de la democracia obrera, y desembocando en la dictadura bonapartista de la burocracia, que hoy se intenta presentar bajo el eufemismo

    de culto de la personalidad.Esta opcin de la direccin del partido fue decisiva. Puesto que, si bien el poder de la burocracia en la Rusia de 1923 se derivaba sin ninguna duda de las condiciones objetivas (la revo-lucin, aislada en un pas atrasado; el peso del pasado y del entorno capitalista; la carencia de cultura y de cualificacin tcnica de las masas trabajadoras; el reducido nmero y el peso especfico insuficiente del proletariado en la poblacin, etc.) y era, en este sentido, inevitable, no era, en cambio, inevi-table la actitud del factor subjetivo de la direccin y de los cuadros del partido al respecto.

    El partido poda reaccionar contra este estado de cosas, ampliando las bases democrticas del poder, haciendo que un nmero cada vez mayor de obreros de base particip

    aran en el ejercicio del poder, profundizando la libertad de discusin y de crticaen el partido y en los soviets, llevando una poltica econ-mica que acelerara la industrializacin e hiciera aumentar el peso de los obreros en el pas.

    Fue en este sentido que Lenin le hizo un llamamiento con todas las fuerzas que le quedaban. Fue en este sentido que, posteriormente, le hicieron un llamamientoTrotsky y la opo-sicin de izquierda. Fue por no haber comprendido, o por haber comprendido demasiado tarde, el peligro de degeneracin burocrtica que la direccin del PC de la URSS dej de ser un obstculo frente a esta degeneracin para convertirse en su principal vehculo. La mayora de los dirigentes del partido, por lo dems, pagaron

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    con la vida este trgico error.

    14.a pregunta: Restablece la Historia del PC de la Unin Sovitica la verdad histricarespecto al Testamento de Lenin?

    Respuesta: En el Manual de 1938 no se menciona en abso-luto el Testamento de Lenin. En la nueva Historia, viene men-cionado en la pgina 397 del primer tomo, pero deuna forma increblemente fragmentaria y falsificada.

    As, por ejemplo, la Historia no menciona los elogios dedicados por Lenin a los bolcheviques que designa por sus nombres en su testamento (Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, Pia-takov), y s menciona en cambio las crticas. Se calla la opinin de enin de que Trotsky es el miembro ms dotado del comit central. Se calla la opinin de Lenin de que Bujarin y Piatakov eran los ms sealadamente competentes entre los msjvenes. Se calla la opinin de Lenin de que Bujarin era uno de los te-ricos ms sobientes y muy valioso (que) goza con todo de-recho del afecto del partido entero.

    A estas omisiones se aaden dos falsificaciones puras y sim-ples. Segn la Historia, Lenin puso en guardia al partido ante los muy peligrosos virajes de Trotsky haciala reincidencia en el menchevismo. No hay ni una sola lnea en todo el Testa-mento qualuda a semejantes virajes!

    Estas omisiones y falsificaciones son tanto ms grotescas cuanto que el Testamentoha sido ya publicado en la URSS, pudiendo, pues, darse cuenta cada uno de los l

    ectores, compa-rando ambos textos, de hasta qu punto los burcratas redac-tores siguenngaando al pueblo, como vulgares polticos burgueses, por emplear la frmula de Len

    15.a pregunta: Por qu se constituy la oposicin de izquierda del PC de la Unin Sovi?

    Respuesta: La Historia del PC de la Unin Sovitica afirma que la oposicin de izquierda se forma en octubre de 1923:

    Aprovechndose de que el jefe del partido, Lenin, estaba gravemente enfermo y no seencontraba en condiciones de com-batir, Trotsky reanud la lucha contra el comit central leninista y contra el partido. Crey que las dificultades que se haban creadoen el pas podran favorecer su proyecto: tomar la direc-cin del partido y adoptar una

    lnea que, en ltimo anlisis, hubiera conducido a la restauracin del capitalismo.A comienzos de octubre de 1923, Trotsky envi una carta al comit central en la que,en sustancia, calumniaba la actividad de este rgano... Poco despus de la carta deTrotsky, el co-mit central recibi la declaracin de los 46, firmada por los trotskisas, los detsistas y los elementos que pertenecan ya desde antes a los grupos de los comunistas de izquierda y de la oposicin obrera. Tambin algunos miembros del CChaban firmado la declaracin. Los 46 afirmaban, calumniadoramente, que el aparatohaba ocupado el lugar del partido, e intentaban levantar a los comunistas contrael aparato dirigente.[19]

    Si la denuncia del lugar ocupado por el aparato en el partido y el estado constituye menchevismo y significa trabajar... en ltimo anlisis por la restauracin del ca

    pitalismo, en este caso el mayor culpable de semejante desviacin es el propio Lenin, que, en el tercer codicilo de su testamento, exige tambin la renovacin del aparato. Ya hemos visto con qu violencia atac Lenin la podredumbre burocrtica. La plataorma opositora de los 46 repiti las frmulas de Lenin menos vigorosamente, pero, sobre todo, peda medidas concretas que permitieran el relan-zamiento de la democraciaobrera en el partido y en los soviets. La justificacin de estas exigencias la encontramos en los ata-ques de Lenin que antes hemos mencionado.

    La Historia, realizando una amalgama burda, prosigue afir-mando que la oposicin expres, en el fondo (!), las reivindica-ciones de los mencheviques, de los SR y de la n

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    ueva burguesa, que deseaban reaparecer abiertamente en la escena poltica de conformidad (?) con la NEP.[20]

    Esta calumnia olvida un pequeo detalle: que la oposicin de izquierda, que, segn sedice, expres en el fondolos intereses de los Nepmen y de los elementos burgueses,quera que se tomaran medidas econmicas contra ellos, mientras que la mayora del CCquera protegerlos. En cuanto a la afirmacin de que Trotsky quera, en ltimo anlisisestaurar el capita-lismo, resulta curioso que sus contemporneos no se enteraran deello, como lo demuestra el que le permitieran durante aos ejercer funciones dirigentes en el partido y el estado. Se trata de calumnias sin ninguna base, de miserables vestigios de las calumnias stalinianas que tuvieron que eliminarse tras la con-dena del culto de la personalidad.

    La faceta tragicmica de esta tesis falsificadora es que la mayora de los miembrosde este famoso comit central de oc-tubre de 1923 que, segn parece, encarnaba las virtudes leninistas... fue posteriormente liquidada por Stalin como contra-rrevolucionaria. Los autores de la Historia se encuentran, pues, ante la tarea imposible de tener que condenar a la vez a esta mayora y a la oposicin, y prefieren, antes que eso, pasar en silencio la composicin de ese comit central excesivamente molesto.

    16.a pregunta: Qu poltica econmica propuso la oposicin de izquierda a partir de ocre de 1923?

    Respuesta: Basta con plantear esta pregunta para darse cuenta de hasta qu punto l

    a calumnia de que la oposicin ex-pres en el fondo, objetivamente, en ltimo anlisindel enemigo de clase, de los kulaks, de los Nep-men, de la nueva burguesa, reostenible y fcil de desenmascarar. La oposicin de izquierda exigi, desde su cons-titcin, una poltica de industrializacin acelerada, de lucha intensificada contra los kulaks, de lucha de clase ms acentuada tanto en la ciudad (mediante el reforzamiento de las posiciones econmicas y polticas de los obreros) como en el campo (con-tando con el apoyo de los campesinos pobres y favoreciendo el desarrollo de las cooperativas de produccin).

    E. H. Carr, que, sin embargo, en trminos generales, es hos-til a Trotsky y apruebalos hechos asentados, describe las pro-puestas de la oposicin del siguiente modo: un plan econmico de conjunto y ms crditos a la industria pesada.[21] Basta con la lectura de cualquier publicacin comunista de la poca para verlo.

    As, por ejemplo, en Pravda del 1.0, 3 y 4 de enero de 1924, se publica el texto de un largo debate entre Rykov, que habla por la mayora del comit central, y los portavoces de la opo-sicin (Osinski, Preobrazhenski, Piatakov, I. N. Smirnov). El proyecto de resolucin de la oposicin atribuye la crisis econ-mica que est sufriendo ences la URSS a la falta de un plan que unifique el trabajo de todos los sectores de la econo-ma del estado.

    Y este proyecto de resolucin insiste en el hecho de que la clave del auge econmicoes el desarrollo de la industria, y re-chaza la idea de la supremaca del mercado en beneficio del plan econmico. No aadiremos sino que Mikoyan, portavoz de la fraccin staliniana, atac la idea trotskistade un plan de desarrollo nico de la industrcomo la cima de la uto-pa.[22]

    Podramos seguir citando. Pero no hace falta. Bastara con reproducir cualquier revista o diario comunista ruso de los aos 192327 para darse cuenta de que, efectivamente, la opo-sicin realiz una campaa sistemtica a favor de un plan de industrializacelerada y de una acentuacin de la lucha contra los kulaks. Claro que, por estamisma razn, la burocra-cia en el poder mantiene todos estos textos bajo siete llaves. Por razones anlogas, Stalin evit cuidadosamente que el p-blico tuviera acceso a os documentos de 191718 que permiten ver el papel real de Trotsky, de los viejos bolcheviques y... de l mismo antes, durante y despus de la revolucin de octubre.Sin embargo, estos textos estn siendo hoy publicados. No ha-br que esperar mucho ant

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    es de que la juventud sovitica sepa la verdad respecto a la lucha de la oposicin,gracias a los do-cumentos de la poca y pese a las mentiras de la Historia del PC dea Unin Sovitica.

    17.a pregunta: Es cierto que la oposicin lanz consignas aventurerasde aumento de impuestos agrcolas y de los precios de los productos de consumo en sus propuestas de in-dustrializacin del pas?

    Respuesta: Ah puede verse cmo la acumulacin de falsificaciones conduce a contradiccones manifiestas! En la pgina 393 del primer tomo, la Historia afirma que los opositores no hacan ms que apoyar a los Nepmen; mientras que en la pgina 390 se acusaa Trotsky de haber predicado el desarrollo de la industria mediante la explotacinde los campesinos. Explotar al kulak es una extraa manera de apoyarlo... La mismaacusacin vuelve a hacerse en la pgina 16 del segundo tomo:

    Especialmente peligrosas fueron las propuestas trotskistas de aumentar el impuesto agrario que pesaba sobre los campesinos, y de aumentar los precios de venta delos productos industriales... La poltica de capitulacin (?) de los trotskistas ylos zinovievistas hubiera conducido, en la prctica, a la restauracin del capitalismo en el pas sovitico.

    Cmo es posible que una poltica que aumenta el impuesto que deben pagar los campesinos sea, al mismo tiempo, una poltica de capitulacin ante estos mismos campesinos,o ante los elementos burgueses del campesinado (a los que Trotsky propuso gravar

    especialmente; volveremos a ello)? He aqu un misterio que slo puede resolver la lgica burocrtica.

    Qu sucedi en realidad? Ya en 1923, Trotsky desvel el fenmeno de las tijeras: el pro de los productos agrcolas bajaba bajo la presin de una recuperacin de la produccims acentuada en la agricultura que en la industria. El precio de los productos industriales aumentaba bajo la presin de una demanda de estos bienes superior a laoferta. No es cierto, pues, que Trotsky fuera partidario de un aumento de precio de los productos industriales. Quera, por el contrario, que, gracias a un ms rpido desarrollo de la industria, los precios industriales aumentaran menos rpidamente que los precios agrcolas, o incluso bajaran en relacin a ellos. Este era el medio ms seguro de conservar la alianza de los obreros y los campesinos.

    Pero el campesinado no era una clase unida. Ya en 1923, Trotsky y la oposicin llamaron la atencin del partido en torno al hecho de que el trigo que se venda en laciudad slo estaba en proporcin creciente en relacin a los kulaks: stos empezaban a oncentrar en sus manos todos los excedentes agrcolas. Aprovechndose de la libertadde comercio, los Nepmen, comerciantes y traficantes privados de la ciudad, concentraban igualmente buena parte del fondo de acumulacin en sus manos. Preobrazhenski evaluaba esta acumulacin privada, durante los aos 192325, en unos quinientosmillones de rublosoro. La oposicin propuso que una parte considerable de ambos excedentes, que se encontraban en manos de las capas explotadoras de la sociedad,fuera absorbida gracias a una poltica fiscal y a una poltica de precios adecuadas. Los fondos obtenidos de este modo deban ser empleados en la aceleracin de la industrializacin y en una mejora, especialmente, de la situacin de los campesinos pobres.

    Esta poltica no fue adoptada. Durante cinco aos, la direccin del partido neg los peigros denunciados por Trotsky y la oposicin. Bujarin y Stalin afirmaron que no exista contradiccin alguna entre la acumulacin privada y los intereses del desarrolloeconmico del estado. Decan que la oposicin exagerabael peligro de los kulaks. Acron a las propuestas de la oposicin de llevar al peligro de que se precipitara una ruptura de la alianza de los obreros y los campesinos.

    Pero los acontecimientos iban a dar la razn, dramticamente, a Trotsky y la oposicin. Tal como constata la misma Historia del PC de la Unin Sovitica[23], durante el i

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    nvierno de 192728 los kulaks, que posean grandes reservas de cereales, se negarona vender (este trigo) al estado a los precios fijados por el poder sovitico, taly como haba previsto la oposicin a lo largo de varios aos.[24] En la pgina 54 del sgundo tomo, se repite este mismo argumento con an ms energa. La reac-cin de la fracstaliniana no fue menos violenta: confis-c el granode los kulaks! [25]

    Dicho de otro modo: tras haber acusado a Trotsky de haber querido destruir la alianza de los obreros y los campesinosgravando ms a los kulaks, se vio obligada a expropiarlos, pura y simplemente, lo que provoc una terrible crisis social y un descenso de la produccin agrcola que signific una catstrofe cuyos efectos an hoy puesentirse.

    Si se hubiera seguido la opinin de la oposicin, se hubiera dispuesto de una partecreciente de los excedentes de los kulaks desde 1923. La industrializacin se hubiera acelerado a partir del mismo ao. El esfuerzo, que se condens en los aos 192834, se hubiera extendido al perodo 192334. Con ello, los sa-crificios impuestos al pueblo sovitico hubieran sido infinita-mente ms livianos, las prdidas y despilfarros ucho menores, y los resultados mucho ms impresionantes que los que se ob-tuvieron mediante la industrializacin tarda, pero febril, de-cidida por Stalin.

    Todo esto podr constatarlo por s misma la juventud so-vitica mediante el estudio y lcomparacin de los documentos de la poca. Todas las falsificaciones de la Historiadel PC de la Unin Sovitica sern incapaces de ocultar por ms tiempo esta verdad manfiesta.

    18.a pregunta: La Historia del PC de la URSS afirma que en el centro de los desacuerdos de principio entre el partido y el bloque trotskistazinovievista, figuraba la cuestin de la posibilidad de victoria del socialismo en la URSS... El bloque antipartido trotskistazinovievista neg obstinadamente la posi-bilidad de la victoria del socialismo en un solo pas, en la URSS. Se compona de capituladores encubiertos, hostiles a las con-quistas de la revolucin socialista de octubre.[26] Es estocierto?

    Respuesta: Es cierto que la posibilidad de llevar victoriosa-mente a trmino la construccin del socialismo en un solo pas fue una de las principales cuestiones tericasque se debatieron entre la oposicin de izquierda y la fraccin staliniana del co-mitcentral durante los aos 19231927. Pero contrariamente a lo que afirman los autor

    es de la Historia, esta cuestin no estuvo referida al problema de la industrializacin de la URSS, de la elaboracin de los planes quinquenales, del desarrollo de las fuerzas productivas. No poda referirse a estos problemas por cuanto fue la oposicin, y no la fraccin mayoritaria, la primera en elaborar proyectos en este sentido, en contra de la resistencia y de los sarcasmos por parte de la fraccin stali-niana.

    El verdadero problema no fue el de la puesta en marcha de la industrializacin, del inicio de la construccin del socialis-mo, sino el de la terminacin de esta construccin en un solo pas. Se trataba pues, en el fondo, al menos en apariencia, de unadiscusin sobre definiciones.

    Si se define como sociedad socialista una sociedad en la que los principales med

    ios de produccin son, en lo esencial, de propiedad colectiva, entonces, naturalmente, s que es posible llevar a trmino este proceso en un gran pas (aunque en la URSS esto no se da ni siquiera actualmente: los koljoses siguen poseyendo muchos medios de produccin; acaban incluso de obtener la propiedad de la maquinaria agrcola; y los campe-sinos privados siguen poseyendo buena parte del ganado y mi-llones dehectreas de tierra).

    Pero esta definicin, inventada por Stalin, no corresponde en absoluto a la tradicin marxistaleninista. Slo se la puede justificar con la ayuda de unas pocas citasde Lenin, aisladas de su contexto, en las que Lenin emplea el trmino de socialism

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    ocomo sinnimo de revolucin socialista (en especial, el clebre artculo de 1915 soblos Estados Unidos de Europa, invocado miles de veces a este propsito por los autores stali-nianos). Existen, en cambio, numerossimos pasajes en los que Marx y Lenin definen la sociedad socialista como una sociedad en que todas las clases han desaparecido, en que el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y de la productividad del trabajo es notablemente superior al de los pases capitalistas ms avanzados, etc. En este sentido clsico del trmino, la URSS est lejos de haber llevado a su trmino la construccin del so-cialismo, y eso hoy, por no hablar ya del ao 193, ao en que su terminacin fue oficialmente proclamada (cosa que desacre-dit al sociaismo, identificado, a los ojos de las masas obreras de muchos pases, con un nivelde vida inferior al de los pases capitalistas ms avanzados).

    Limitmonos a citar algunos pasajes de Lenin en apoyo de esta definicin clsica de lafrmula llevar a trmino la cons-truccin del socialismo:

    Para la victoria del socialismo, no basta con derribar el ca-pitalismo; tambin hay que suprimir las diferencias entre pro-letariado y campesinado.[27]

    Ha habido acaso alguna vez alguien entre los bolcheviques que haya cuestionado elque la revolucin no puede vencer definitivamente ms que cuando haya englobado a todos los pases o, al menos, a algunos de los pases ms avanzados?[28]

    La revolucin social en un solo pas no puede llevar a una victoria definitiva ms quecon dos condiciones: a condicin de que se vea apoyada a tiempo por la revolucin so

    cial en un pas o en varios pases avanzados. La segunda condicin es un acuerdo del proletariado, que realiza su dictadura y toma en sus manos el poder del estado, con la mayora de la poblacin campesina... .[29]

    El propio Stalin escribi, an en 1924, en su libro Lenin y el leninismo:

    Para derribar a la burguesa basta con los esfuerzos de un solo pas. Pero para la victoria definitiva del socialismo, para la organizacin de la produccin socialista,los esfuerzos de un pas, y especialmente de un pas agrcola como Rusia, son in-suficintes. Para ello se necesitan los esfuerzos de los obreros de cierto nmero de pasesaltamente desarrollados.[30]

    Y volvemos a encontrar la misma frmula incluso en la primera edicin de las Cuestion

    es del leninismo!... Aadamos que si, en la actualidad, el problema de la terminacin del socialismo adquiere un cierto aire realista (en un futuro an bastante lejano, eso es cierto), ello se debe a que:

    1. El aislamiento de la revolucin rusa ha sido roto por la gran revolucin china ypor la creacin de numerosos estados obreros deformados en Europa y en Asia;

    2. La URSS, contrariamente a lo que era en 192328, se ha convertido en una potencia industrial que est entre las ms avanzadas, en la segunda del mundo.

    Es lcito preguntarse: por qu la discusin sobre este pun-to oscuro de la teora marxdiscusin, despus de todo, puramente acadmica, ha llegado a ocupar un lugar tan impor-tante en la historia del partido bolchevique? Algunos han afir-mado que, al opone

    rse a la teora del socialismo en un solo pas, Trotsky contrapuso la extensin interncional de la revolucin a la industrializacin de la URSS. Hemos demostrado ya que esta interpretacin de la lucha de fracciones en el partido ruso es errnea, ya que laoposicin exiga simultneamente la in-dustrializacin acelerada y el abandono de la sobre la posibilidad de llevar a trmino la construccin del socialismo en un solo pas.

    Es preciso, pues, invertir los trminos del problema. El pro-blema de esta posibilidad adquiri tanta importancia para una parte de los dirigentes del PC de la URSS porque reflej objetiva-mente la formacin nacionalista, pequeoburguesa, de su pensamie

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    to, que pretendi subordinar el desarrollo de la re-volucin internacional a los supuestos intereses de la construc-cin del socialismo en la URSS. Esto llev a la fraccin tali-niana a unos errores catastrficos, ante todo en la revolucin china y en Alemania en 193033, que desembocaron en la toma del poder por Hitler. Esto llev, posteriormente, a una poltica abiertamente contrarrevolucionaria en Francia, Espaa, etc.(19341938), en Francia, Italia, etc. (19441948). Esta ideologa no hace ms que expresar los intereses sociales particulares de una formacin social determinada, la burocracia sovitica.

    Es evidente que, objetivamente, esta poltica, lejos de ayudar al desarrollo econmico del pas o de proporcionarle un tiempo de respiro antes de una agresin imperialista, caus un dao inmenso a la URSS. Permiti que Hitler reuniera las fuerzas concentradas de toda Europa contra la Unin Sovitica, tal como admite la Historia en las pginas 162163 del segundo tomo. Una poltica que conduce a un resultado tan desastroso es con-traria a los intereses de la URSS. No concuerda ms que con los interesesde la casta burocrtica.

    19.a pregunta: En materia de poltica exterior, los trotskis-tas y los zinovievistasnegaban (!) la necesidad de defender a la URSS contra una agresin imperialista, sedice en la Historia[31]. Es cierto?

    Respuesta: Se