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Recensions Papers 56, 1998 281 Aproximación general Lo primero que llama la atención al co- menzar a leer este libro es la concepción de lo rural como una construcción social que ha de ser contextualizada en el mar- co de unas determinadas coordenadas espacio-temporales. Esto da lugar a la existencia de múltiples y diferentes ma- nifestaciones de lo rural, cuya construc- ción social se ha ido generando desde una relativa autarquía hasta una crecien- te globalización (génesis desarrollada en los tres capítulos centrales del libro), produciéndose una creciente intromi- sión y/o interferencia de la sociedad mundial preponderantemente urbano- industrial sobre la rural, lo que ha cau- sado una gradual heteronomía y pérdida de capacidad de la segunda para contro- lar los procesos socioeconómicos que determinan la organización y gestión de su espacio territorial. La estructura del libro es clara. Se parte de una introducción en la que se desarrolla un enfoque analítico de lo ru- ral donde el espacio territorial se conci- be como ámbito social, que es al mismo tiempo substrato condicionante y pro- ducto de procesos de acción social con- ducentes a su construcción y cambio. A continuación, la parte central del libro, agrupada bajo el epígrafe «De la autar- quía a la globalización», realiza un reco- rrido por esos procesos de acción social de lo rural abarcando tres grandes aspec- tos, a cada uno de los cuales se le dedica un capítulo. El primero, a las transfor- maciones y evolución de la estructura socioeconómica rural; el segundo, al ámbito político de lo rural, representado por el Estado y las diferentes organiza- ciones agrarias, y el tercer capítulo se de- dica a examinar las diferentes valoracio- nes culturales que lo rural ha tenido a lo largo del proceso general que el profesor Entrena denomina genéricamente «de la autarquía a la globalización». Al final de cada capítulo hay una mención especial al caso español como ejemplo de los procesos definidos y explicitados con anterioridad, lo cual nos permite acer- carnos más directamente a la realidad que nos es más conocida de lo rural. Como conclusión se adentra en los efec- tos desterritorializadores que trae consi- go la globalización y se hace eco del cre- ciente interés por lo local como unidad de desarrollo y como manifestación de diversas tentativas de reterritorializa- ción. I. Lo rural como construcción social ¿Qué es lo rural? es la pregunta que se hace el profesor Entrena al iniciar su li- bro. La respuesta es difícil, en gran me- dida, porque cada vez está menos claro el significado de la palabra rural, al igual que sucede con la disciplina que se en- carga de su estudio, la sociología rural. Y aún se hace más difícil llegar a aventu- rarse en una respuesta a medida que au- menta el nivel de extensión de los mo- delos urbano-industriales, volviéndose más difusas e indefinidas las fronteras entre lo rural y lo urbano. La concep- ción de lo rural como «entidad homogé- nea, localista y claramente diferenciada», lo rural tradicional construido social- mente en un contexto de relativa autar- quía, ha sido superada históricamente. Lo rural se construye socialmente y, como tal construcción social, está some- tido a un continuo proceso de cambio, construyéndose, deconstruyéndose, re- construyéndose y/o reinventándose día a día. La diversidad de acciones, las pre- siones colectivas, los rasgos específicos, etc., de unas determinadas coordenadas ENTRENA DURÁN, Francisco Cambios en la construcción social de lo rural. De la autarquía a la globalización Madrid: Tecnos, 1998. ISBN: 84-309-3177-5

Entrena - cambios en la construcción social de lo rural

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  • Recensions Papers 56, 1998 281

    Aproximacin general

    Lo primero que llama la atencin al co-menzar a leer este libro es la concepcinde lo rural como una construccin socialque ha de ser contextualizada en el mar-co de unas determinadas coordenadasespacio-temporales. Esto da lugar a laexistencia de mltiples y diferentes ma-nifestaciones de lo rural, cuya construc-cin social se ha ido generando desdeuna relativa autarqua hasta una crecien-te globalizacin (gnesis desarrollada enlos tres captulos centrales del libro),producindose una creciente intromi-sin y/o interferencia de la sociedadmundial preponderantemente urbano-industrial sobre la rural, lo que ha cau-sado una gradual heteronoma y prdidade capacidad de la segunda para contro-lar los procesos socioeconmicos quedeterminan la organizacin y gestin desu espacio territorial.

    La estructura del libro es clara. Separte de una introduccin en la que sedesarrolla un enfoque analtico de lo ru-ral donde el espacio territorial se conci-be como mbito social, que es al mismotiempo substrato condicionante y pro-ducto de procesos de accin social con-ducentes a su construccin y cambio. Acontinuacin, la parte central del libro,agrupada bajo el epgrafe De la autar-qua a la globalizacin, realiza un reco-rrido por esos procesos de accin socialde lo rural abarcando tres grandes aspec-tos, a cada uno de los cuales se le dedicaun captulo. El primero, a las transfor-maciones y evolucin de la estructurasocioeconmica rural; el segundo, almbito poltico de lo rural, representadopor el Estado y las diferentes organiza-ciones agrarias, y el tercer captulo se de-dica a examinar las diferentes valoracio-nes culturales que lo rural ha tenido a lo

    largo del proceso general que el profesorEntrena denomina genricamente de laautarqua a la globalizacin. Al final decada captulo hay una mencin especialal caso espaol como ejemplo de losprocesos definidos y explicitados conanterioridad, lo cual nos permite acer-carnos ms directamente a la realidadque nos es ms conocida de lo rural.Como conclusin se adentra en los efec-tos desterritorializadores que trae consi-go la globalizacin y se hace eco del cre-ciente inters por lo local como unidadde desarrollo y como manifestacin dediversas tentativas de reterritorializa-cin.

    I. Lo rural como construccin social

    Qu es lo rural? es la pregunta que sehace el profesor Entrena al iniciar su li-bro. La respuesta es difcil, en gran me-dida, porque cada vez est menos claroel significado de la palabra rural, al igualque sucede con la disciplina que se en-carga de su estudio, la sociologa rural. Yan se hace ms difcil llegar a aventu-rarse en una respuesta a medida que au-menta el nivel de extensin de los mo-delos urbano-industriales, volvindosems difusas e indefinidas las fronterasentre lo rural y lo urbano. La concep-cin de lo rural como entidad homog-nea, localista y claramente diferenciada,lo rural tradicional construido social-mente en un contexto de relativa autar-qua, ha sido superada histricamente.

    Lo rural se construye socialmente y,como tal construccin social, est some-tido a un continuo proceso de cambio,construyndose, deconstruyndose, re-construyndose y/o reinventndose da ada. La diversidad de acciones, las pre-siones colectivas, los rasgos especficos,etc., de unas determinadas coordenadas

    ENTRENA DURN, FranciscoCambios en la construccin social de lo rural. De la autarqua a la globalizacinMadrid: Tecnos, 1998. ISBN: 84-309-3177-5

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    espacio-temporales, son los elementosconfiguradores de ese carcter mutante ycircunstancial de lo rural y conducen aoptar por la perspectiva histrico-proce-sual como la forma de anlisis ms ade-cuada para aprehender lo rural.

    El estudio de la construccin social yde los cambios que se han producido enlo rural implica el anlisis de los proce-sos de accin social conducentes a suconformacin. Dicha accin comprendelo econmico, lo poltico y lo estricta-mente social o cultural. Los procesos decambio por los que se ha visto afectadoel mundo rural han sido dos, a saber: lamodernizacin y la globalizacin. Pormodernizacin entiende el profesorEntrena, el proceso de gradual inser-cin de lo rural dentro de la esfera de in-fluencia socioeconmica, poltica y cul-tural de la sociedad urbano-industrialarticulada por el Estado moderno (p.16); mientras que el proceso de cambiode la globalizacin se caracteriza por eltrnsito que la sociedad ha llevado y es-t llevando a cabo desde el mbito delEstado moderno a otra sociedad que sedesenvuelve a escala planetaria.

    II. De la autarqua a la globalizacin

    II.1. Las transformaciones en la estructura socioeconmica rural

    En este captulo se analiza la evolucinde una serie de factores conformadoresde la estructura socioeconmica rural amedida que sta ha ido dejando de desa-rrollarse en un marco de relativa autar-qua para pasar a otro de progresiva glo-balizacin. Tales factores son la pobla-cin, el trabajo y las relaciones laborales,y la propiedad de la tierra y la estructu-ra social. En lo que se refiere a la pobla-cin, hay que destacar como la imagentradicional de una sociedad rural espa-ola que se despuebla sin remisin pier-de fuerza, de tal forma que el xodo ru-ral, protagonizado en dcadas anteriores

    por la juventud, est siendo compensa-do por un proceso de tendencia inversa,es decir, de emigracin urbana hacia elmbito de lo rural, protagonizado en sumayor parte por la poblacin inactiva.En cuanto al trabajo y las relaciones la-borales, la actividad agrcola espaola, aligual que la de la mayora de los pasesavanzados, se inserta progresivamenteen una dinmica planetaria global. As,se observan tendencias a la desagrariza-cin de la actividad productiva y econ-mica y a la terciarizacin de la misma(es decir, la agricultura pierde peso en elconjunto de las actividades que se desa-rrollan hoy en muchos contextos rura-les), a la paulatina extensin de la plu-riactividad y de la agricultura a tiempoparcial (que es simultaneada con otrasactividades complementarias), as comodel trabajo familiar para conseguir elmantenimiento y la reproduccin de lasexplotaciones agrarias. Es de destacartambin la gradual desburocratizacinde las relaciones laborales agrarias, ascomo la precariedad laboral y las dificul-tades que los temporeros y/o inmigran-tes agrarios encuentran para su moviliza-cin social.

    Por lo que respecta a la propiedad dela tierra, tras un anlisis de su importan-cia econmica y significacin sociopol-tica en la sociedad tradicional agraria(sobre todo, como factor determinantedel poder, el prestigio y la posicin so-cial), el autor muestra como el procesode globalizacin trae consigo nuevas for-mas de propiedad que no se basan ex-clusivamente en los patrones seguidoshasta ahora, sino donde cuenta bsica-mente el control de los procesos socioe-conmicos y de toma de decisiones.Destaca, asimismo, el profesor Entrenacomo la muy marcada correlacin entrepropiedad de la tierra y estructura social,que sola haber en las sociedades agrariastradicionales, deja hoy poco a poco deser tan evidente, a medida que, comoconsecuencia de la modernizacin y la

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    globalizacin, otros factores empiezan aser ms determinantes de dicha estruc-tura, tales como la posibilidad de acce-der a otros puestos de trabajo y ocupa-ciones no agrarios como consecuenciade los avances tecnolgicos inherentes ala modernizacin, el control de los pro-cesos de comercializacin, la disminu-cin de poder y capacidad de maniobrade hecho de los propietarios agrarios,etc. A fin de cuentas, lo que importa enel mundo rural de nuestros das es elcontrol de los procesos socioeconmicosy de toma de decisiones a nivel globalque determinan su organizacin y ges-tin. Y, en la globalizada sociedad ac-tual, este control ya no est en muchoscasos en manos de los propietarios detierras.

    Concluye este captulo con una apro-ximacin al caso de Espaa, en la que lapersistencia de grandes masas de pobla-cin sin tierra es uno de los factores de-sencadenantes del fracaso en la creacinde unas bases socioeconmicas para lle-var a cabo un desarrollo industrial y laconsiguiente consolidacin de una so-ciedad burguesa.

    II.2. El papel del Estado y de las organizaciones agrarias

    El Estado y las organizaciones agrariasconstruyen, deconstruyen, cambian y/odesarrollan el mbito social rural. Estaaccin del Estado y de las organizacio-nes agrarias es fiel reflejo de procesos decarcter tanto endgeno como exgeno.Los primeros, protagonizados por lospropios pobladores del agro, mientrasque los segundos, los procesos de ac-cin social exgenos, son manifestacio-nes de polticas o actuaciones llevadas acabo por el Estado, que abarcaron des-de una concepcin productivista basadaen el crecimiento y la modernizacindel agro hasta una opcin arraigada enel presente en favor de un desarrollosostenible.

    El requerimiento de la intervencinestatal en la agricultura empez a plan-tearse en una primera fase del desarrollodel capitalismo, precisamente cuando laentonces naciente burguesa industrialreclamaba que el Estado se inmiscuyeralo menos posible en materia econmica,y por tanto en la agricultura, limitandoas su papel a mero guardin del marcoinstitucional donde se deba desarrollarel libre juego de intereses entre los di-versos grupos y clases sociales. A raz deeste requerimiento, durante bastantesdcadas, el Estado se convirti en el ejeregulador de los rendimientos en las ra-mas agrcolas de las sociedades desarro-lladas. Pero los cambios sociales, queprimero la modernizacin y posterior-mente el proceso de globalizacin hangenerado en la agricultura de los pasesavanzados, han tendido a mermar pro-gresivamente la autarqua o la autosufi-ciencia del Estado, as como el grado desoberana y capacidad de actuacin enlas bases socioeconmicas agrcolas. Estoha dado lugar, consiguientemente, a queel Estado est siendo desplazado en susfunciones de regulacin de la gestin delo rural por instituciones pblicas, comoes el caso de la Unin Europea, u orga-nizaciones de carcter privado, comoson ciertas empresas transnacionalesagroalimentarias. Precisamente, en estasituacin se ha reavivado el debate acer-ca de la funcin que puede cumplir elEstado ante cuestiones como el creci-miento de la agroindustria, la confor-macin y evolucin de la sociedad agra-ria, las tendencias a la agudizacin delos desequilibrios interregionales o elconstante incremento de las preocupa-ciones medioambientales con referenciaal medio rural. Pero, no todos los grupossociales comparten las mismas ideas so-bre la forma en que el Estado debe ac-tuar. As, pueden distinguirse tres tiposideales (en el sentido weberiano) dediscursos sobre la cuestin, correspon-dientes a tres posiciones ideolgicas y

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    bases socioeconmicas diferentes. A sa-ber:

    a) Un primer discurso de clara orienta-cin neoliberal aboga por la no inter-vencin estatal en agricultura, ta-chando de perniciosa cualquier inje-rencia por parte del Estado en tal ra-ma de actividad.

    b) Un segundo discurso social de natu-raleza regresiva paternalista ve en elEstado una gran corporacin cuyoobjetivo es velar por los intereses detodos, entre ellos los de los agricul-tores.

    c) Y por ltimo, con un carcter pro-gresista y participativo, un discursoque aspira a lograr una concertacinentre los actores sociales, es decir, aconseguir acuerdos y consenso entreel Estado y las organizaciones agrariascon el objeto de gestionar lo ms be-neficiosamente posible el agro.

    A continuacin se hace una breve pe-ro representativa historia de las relacio-nes entre la sociedad rural y el Estado enEspaa, donde desde unos antecedenteshistricos remotos se va desgranando lahistoria rural de este pas, pasando por elreformismo ilustrado, por los procesosdesamortizadores llevados a cabo duran-te el siglo XIX, por el regeneracionismo yel proteccionismo de la etapa de la res-tauracin, por el fracaso del proyecto dereforma agraria de la Segunda Rep-blica, por la poltica agraria de la dicta-dura franquista, hasta la instauracin dela democracia en 1975 y la incorpora-cin posterior en 1986 a la CEE y las di-ferentes crisis e incertidumbres creadaspor su poltica agraria, la PAC.

    El captulo finaliza con un apartadodedicado a las organizaciones colectivasy de articulacin de intereses en el medioagrario espaol. La consideracin de lascooperativas, las organizaciones profe-sionales agrarias y los sindicatos de asala-riados da buena muestra de la diversidad

    de intereses y tendencias que existen enel agro espaol de nuestros das.

    II.3. Las cambiantes valoraciones culturales de lo rural: viajes de ida y vuelta

    En este captulo se muestra la mudanzaexistente a la hora de valorar cultural-mente lo rural. Esta mudanza se paten-tiza tanto espacial como temporalmente.Partiendo del pensamiento sociolgicoclsico (Comte, Spencer, Marx y Engels,Durkheim, Weber), Francisco Entrenaconsidera que las tentativas tericas deestos autores para explicar las profundastransformaciones del trnsito de una so-ciedad tradicional a otra moderna me-nospreciaban la importancia de la socie-dad rural, que era percibida como unmundo arcaico o atrasado que deba sertransformado y superado. Es quizs elparadigma del continuum rural-urbano,elaborado por Sorokin y Zimmermanen la segunda mitad de los aos veinte,el primero en superar esta concepcin.Estos autores trataron de establecer unaserie de rasgos diferenciales entre las co-munidades urbanas y rurales. Fue a tra-vs de datos extrados de estudios emp-ricos como Pahl rechaz definitivamen-te la utilidad de este enfoque al afirmarque los conceptos rural y urbano noeran variables explicativas ni tampocopodan ser utilizados como categorassociolgicas.

    A partir de los aos cincuenta, lamentalidad que trataba de transformarla sociedad rural dio paso al inters porel estudio de los cambios que conducana la modernizacin. El progresivo decli-ve del continuum rural-urbano propicique otra serie de teoras se afianzaran co-mo herramientas tericas y prcticas deestudio de las transformaciones del agro.Se trata de las teoras de la moderniza-cin. Partiendo de una base de dualida-des, caracterstica de la sociologa clsi-ca, frente a la propensin a idealizar la

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    sociedad rural, dichas teoras tendan aconsiderarla de manera despectiva comoun estadio atrasado social y econmica-mente que era preciso modernizar. Lasociedad rural tradicional, relativamenteautrquica, se caracterizaba as por unapreponderancia de vnculos relacionalessustentados en la solidaridad mecnica,por el particularismo de sus formas deaccin social, por tener como unidad deproduccin y de consumo a la familia,con relaciones directas y primarias y unfuerte arraigo de creencias y tradicionesde naturaleza religiosa.

    Tanto las teoras de la modernizacincomo el enfoque anterior del continuumrural-urbano tenan una visin dicot-mica del cambio social; el paso de la so-ciedad rural a la sociedad urbano-indus-trial se vea como un salto de la primeraa la segunda. Frente a esta concepcindual aparecieron las perspectivas crticasde la modernizacin (la teora del inter-cambio desigual, la de la dependencia ola del centro-periferia), que considera-ban dicho paso como un proceso dialc-tico, donde la interrelacin, interin-fluencia e interdependencia del mediorural y el urbano-industrial, as como laposicin de subordinacin que el prime-ro tena frente al segundo quedaba demanifiesto. A pesar de esto, tales pers-pectivas seguan considerando lo ruralcomo smbolo de lo atrasado y lo incul-to; lo rural era explicado en razn de suscarencias con respecto a la sociedad ur-bano-industrial y no por sus caractersti-cas propias.

    Una visin del proceso histrico co-mo una continua expansin de los para-digmas urbano-industriales imperaba enlas teoras de aquellos pensadores que seacercaban a valorar culturalmente lo ru-ral. Y esta expansin era interpretada co-mo progreso y mejora desde una visinunilineal de la historia, que fue superadapor posteriores planteamientos multili-neales de la evolucin social, a medidaque el gradual declive de la idea de pro-

    greso fue dando lugar a unas nuevas va-loraciones culturales de lo rural en elcontexto de la globalizacin. Estos nue-vos planteamientos empezaron a desa-rrollarse en la segunda mitad del sigloXX, generalizndose una serie de actitu-des que abogaban por el desarrollo sos-tenible, la calidad y el respeto medioam-biental, a la vez que se extenda en lospases urbano-industriales avanzadosuna nueva concepcin del medio agrariocomo un espacio cada vez menos volca-do en la produccin, en el que se difun-dan y asimilaban gradualmente pautasde comportamiento, sistemas de valores,actividades ocupacionales y actitudesms responsables hacia el entorno. Setrata de un proceso de paulatino acerca-miento o vuelta a lo rural, de una rura-lizacin que adquiere un significado yuna concrecin particular en funcin dela estructura socioespacial de cada co-munidad especfica.

    Esta tendencia no es obstculo paraque puedan seguir constatndose dife-rencias apreciables entre entornos rura-les y urbanos. Pero, en general, lo ruraltiende a mostrarse como una construc-cin social, cuya imagen de sociedad derasgos propios y vinculada a un territo-rio autrquico es ya un recuerdo del pa-sado. En la actualidad, la colonizacindel mundo rural por parte del sistemaglobal urbano orientado por la raciona-lidad cientfico-tecnolgica y burocrti-ca es un hecho imposible de negar.

    Termina este captulo con una apro-ximacin al caso de Espaa, en la que,de manera similar a lo acaecido en otroslugares, se han experimentado cambiosen las valoraciones culturales atribuidasa lo rural, as como sucesivas tendenciasa su devaluacin y revalorizacin social.Sin embargo, la secuencia temporal deesos cambios ha sido en nuestro pas sig-nificativamente diferente de la de otros.As, es de destacar la larga permanenciadel antiguo rgimen y de su visin tradi-cionalista y conservadora de lo rural, de

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    la que slo se sali en el contexto del de-sarrollismo de los aos sesenta y setentadel presente siglo. En la actualidad seobservan en Espaa procesos de vuelta alo rural y tendencias hacia su revaloriza-cin anlogas a las de otros pases denuestro entorno.

    III.- A modo de conclusin

    Paradjicamente, las presentes tenden-cias a retornar a lo rural, a su revitaliza-cin sociodemogrfica o a su revaloriza-cin simblico-cultural se producen demanera simultnea a unos procesos decreciente desterritorializacin de sus m-bitos socioespaciales especficos. Estadesterritorializacin es entendida en ellibro en el sentido de que las estrategiasde accin colectiva y las relaciones entrelas clases que se desarrollan en el seno detales mbitos cada vez dependen menosde la voluntad de los actores sociales desu propio territorio y ms de interesessocioeconmicos exgenos y de decisio-nes con efectos a nivel global, adoptadaspor lo general a bastante distancia.Como consecuencia, dichos actores vendisminuir, poco a poco, sus posibilida-des de controlar los procesos socioeco-nmicos globales que condicionan lagestin y organizacin de su territorio.Frente a la desterritorializacin, tienenlugar una serie de actitudes nostlgicasde lo rural tradicional por parte de algu-nos grupos o sectores sociales, as comounas tendencias hacia un creciente nfa-sis en el desarrollo rural y en la comuni-dad local como unidad de desarrollo queen el libro son interpretadas como tenta-tivas de reterritorializacin, pues, entanto que contribuyen al fortalecimien-

    to del tejido asociativo de diversas co-munidades locales rurales, pueden au-mentar tambin la capacidad y el gradode protagonismo de los habitantes deesas comunidades para gestionar los re-cursos socioeconmicos y culturales desu territorio.

    En definitiva, el libro de FranciscoEntrena supone un documento de indu-dable valor para conocer y comprenderel proceso y los cambios experimentadosen la construccin social de lo rural a ra-z de su gradual modernizacin y globa-lizacin. El autor lleva a cabo una apro-ximacin al problema de manera totali-zante, proporcionando un enfoque ana-ltico que puede ser utilizado, segn suspropias palabras, como molde del pen-samiento, tanto para llevar a cabo unareflexin general acerca de los procesossociales experimentados por lo rural, co-mo para el estudio de casos concretos deconstruccin y evolucin de sociedadesrurales especficas desde un punto devista sistmico y totalizador (p. 20).

    Para el profesor Entrena, lo ruralmuestra trayectorias de cambio y rasgosespecficos en cada situacin, pero ellono significa que no pueda establecerseun enfoque analtico con pretensionesglobalizadoras y de validez general parasu estudio. Este enfoque analtico, queen este libro adopta una perspectiva his-trico-procesual, es desarrollado con unlenguaje sencillo, mediante el que se ex-pone claramente y con rigor su aporta-cin conceptual del paso de la autarquaa la globalizacin en la construccin so-cial de lo rural.

    Jos Luis Villanueva PrezUniversidad de Granada