Encuentro de Suegros

Talleres Programando Nuestro Matrimonio

Talleres Programando Nuestro Matrimonio118

RECORDAR ES VIVIR, PERO AL MISMO TIEMPO ES CORREGIR, PARA NO VOLVER A CAER EN LAS

EQUIVOCACIONES DEL PASADO.

Recuerden cómo fueron sus relaciones con sus padres o con sus suegros, -si vivieron con ellos, -las cosas agradables que disfrutaron con ellos, o los problemas desagradables que no quisieran recordar y las soluciones que dieron a estos. Son todos aspectos importantes a rescatar en este momento de la vida, para no repetirlos con sus hijos, yernos o nueras.

Taller: trabajo en grupos de aspectos agradables y desagradables: 1. Recordando el noviazgo de los suegros.2. Viviendo el Matrimonio y educando en valores.3. Salida de los hijos del hogar.4. Rol del suegro y suegra.

Desarrollo del taller

1. Recordando el noviazgo de los suegros

Teniendo en cuenta que el noviazgo constituye la iniciación de una nueva familia. En esta experiencia interactúa la influencia de las respectivas familias de origen, así como de factores culturales y socioeconómicos.

El contexto cultural interviene a través de sistemas de creencias, costumbres y tradiciones. En cuanto

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al factor socioeconómico, se generan conflictos cuando solo uno de los miembros de la pareja es el soporte económico de la futura familia, o cuando los novios pertenecen a estratos socioeconómicos diferentes.

En esta época hay manifestaciones de amor, afecto, respeto, tolerancia, etcétera. Los detalles se viven con frecuencia haciendo parte del enamoramiento.

Durante esta época se proyecta la organización futura del hogar y realización personal.

2. Viviendo el Matrimonio y educando en valoresDebemos tener en cuenta:

2.1 Aspectos del amor conyugal

2.1.1 El impulso Sexual: atracción motivada por el deseo de unión sexual, el dejarse llevar por sólo esta atracción sexual, puede conducir a un grave error, ya que al acabarse esta atracción se acabaría también el amor.

2.1.2 El Atractivo Estético: atracción experimentada por la belleza y los encantos naturales. La belleza como las demás cualidades humanas es un don de Dios. Pero cuando el amor está motivado únicamente por la belleza estética, este se puede acabar como la belleza misma.

2.1.3 El Afecto Es aquel sentimiento noble a base del reconocimiento de los valores del otro. Aquí la presencia del sexo es ordenada, equilibrada y dirigida por ese


noble sentimiento que nace de la comprensión mutua, la ternura, la delicadeza y los detalles. Si el afecto no va acompañado del impulso sexual y el atractivo estético se puede ver afectada la vida de pareja.

«Si amas a tu pareja amas a Dios y lo haces presente en el hogar».

2.2. Factores que han ido deteriorando nuestra relación

2.2.1 Factores Externos:La frivolidad, los chismes y la calumnia, la intervención abusiva de los parientes.

2.2.2 Factores Internos: el ego ísmo incon t ro lado , los celos, el hermetismo, los vicios (mentira, embriaguez, el juego, la pereza, etcétera) la terquedad, la vulgaridad.

¡Pero no nos preocupemos! Para todo hay solución y son los llamados:

2.3 Estímulos Del Amor

2.3.1 Oración conyugal: orar juntos, marido y mujer, cada día.«Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en la unidad» (Jn 17,23)

Cristo está presente de una manera muy especial cuando los esposos rezan juntos. No solamente renuevan su «sí» a Dios, sino que logran esa unidad profunda que solo la da la unión de los corazones y de los espíritus en el sacramento del matrimonio.


2.3.2 El diálogo conyugal: que debe ser íntimo, sincero y espontáneo; lo cual exige:

• Saber escuchar dentro de un diálogo acogedor.• Creer en el otro, lo cual supone una confianza total.• Saber dar respuesta con prudencia a las inquietudes de la pareja.• EI diálogo entre los esposos no se limita sólo a la comunicación verbal o de palabra, sino que incluye los gestos, las caricias, y otros detalles, etcétera; donde se da toda una celebración jubilosa.

2.3.3 La ternura: La ternura que se expresa con palabras, gestos, tonalidades de voz, contactos corporales, actitudes de reciprocidad y gestos de acogimiento, es la disposición a fomentar y no dañar nunca la singularidad del otro. La ternura es el cuidado inteligente que debemos tener en nuestras relaciones con nuestra pareja, teniendo siempre presente que nuestro interlocutor es un deseoso de afecto, que necesita fortalecerse y desarrollarse con y hacia la pareja.

Esas demostraciones de amor por medio de: la delicadeza, docilidad, afecto, cariño, amabilidad, caricias y abrazos que se expresan en la vida diaria de la pareja es el lenguaje del amor que va de la mano con los demás estímulos del amor conyugal.

2.3.4 El acto Conyugal en el matrimonio: debe ser toda una celebración gozosa, preparada con anticipación, que no se improvisa, querida por los dos, tomada como testimonio de la mutua entrega amorosa, no como medio egoísta de satisfacción personal o simplemente por cumplir un deber marital. Y


aunque no haya relación sexual, el solo hecho de estar juntos, genera un gran gozo. Además es una de las manifestaciones privilegiadas del amor de dos seres. Es un medio de expresión del amor, teniendo en cuenta que «nada es impuro en nuestro cuerpo, por el contrario todo es sagrado y principalmente lo que se relaciona con el gran misterio de la vida». (Pierre Ségur).

2.3.5 La vivencia del Sacramento del matrimonio: Signo del amor de Cristo a la Iglesia, que eleva las manifestaciones del amor conyugal, las enriquece y valora con una dignidad especial (Concilio Vaticano II).

«Se ayudan mutuamente en santificarse en la vida conyugal y en la procreación y educación de los hijos, y por tanto, tienen en su condición y estado de vida su propia gracia en el Pueblo de Dios». (C.F. Concilio Vaticano II). De estas palabras del Concilio deducimos: que el misterio de la unidad y del fecundo amor entre Cristo y la Iglesia es la realidad sobrenatural que expresa el sacramento del matrimonio. 2.4 Valores: la familia es el primer recinto social donde el niño empieza a formarse para hacer frente a su vida diaria. Así los valores que conocemos como respeto, honestidad, solidaridad, dignidad, responsabilidad, entre otros, forman parte en la vida del niño a través de los conocimientos adquiridos primeramente en el núcleo familiar.

Desde niños empiezan a imitar a sus padres, quienes son su


modelo de vida; reflejándose en su comportamiento. Así, si los padres exigen respeto a sus hijos y ellos son agredidos física, verbal o psicológicamente por sus padres, estarían siendo irrespetados; distorsionándose el sentido del valor del respeto. Y así con los demás valores.

El logro de la consolidación de los valores en los hijos depende del grado de coherencia entre los conocimientos que se quieren inculcar y la forma como son infundidos y vivenciados por la propia familia.

3. Salida de los hijos del hogar

3.1 Reencuentro de la pareja

La salida de los hijos del hogar puede sentirse como el comienzo de una vejez solitaria. Se puede presentar turbulencia y dificultad en la relación conyugal de los padres. Suele suceder que los padres durante muchos años limitaron el compartir de sus vidas a cuanto tuvo que ver con sus hijos y al sentirse ahora frente a frente, sin ellos, pareciera que se les ha agotado el tema, que han perdido el quehacer común. Indudablemente es un momento de desconcierto. La pareja ha convivido durante muchos años y ahora no sabe de qué hablar. Pero la persona humana es rica en ideas e iniciativas y el devenir cotidiano multifacético: Pueden seleccionar otros intereses; volver a la conquista, retomar la etapa del noviazgo; recordar y revivir esos momentos que nos trajeron tanta felicidad.

Recordemos los detalles (salidas a pasear, las flores, los chocolatines, las serenatas, las frases románticas, etcétera). Las cuales nos hacían construir un noviazgo basado en el amor.


Hoy en día nos hemos dejado llevar por la monotonía y hemos dejado de lado estos detalles que ayudaron en la formación y construcción de la familia y que hoy debemos retomarlos para avivar la llama del amor.

Recordemos los planes, las metas que nunca culminamos por invertir tiempo y dinero en nuestros hijos; es el momento de concluirlos ya que tenemos el tiempo y el dinero para satisfacer nuestras metas pendientes.

3.2 Dejar a Padre y Madre

Queridos suegros, mamás y papás: por expreso deseo de Dios, el hombre y la mujer están llamados a vivir en pareja, a conocerse, a convivir, a dejar al padre y a la madre para formar una familia nueva. «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne» (Gen 2,24) «De manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre» (Mat. 19,5-6) (Cfr. Tema 10 Talleres: Programando nuestro matrimonio).

«Dejar- es el precio de la felicidad, tiene que haber una separación sincera y completa. Lo mismo que el recién nacido no puede crecer si no se le corta el cordón umbilical, así tampoco puede crecer ni desarrollarse el matrimonio mientras no haya una clara separación de la propia familia. Es difícil para sus hijos dejarlos, al igual que para los padres dejar marchar a sus hijos.

La Palabra de Dios revela un principio fundamental para construir pareja: «Dejar al padre y a la madre». Esto no significa que


los hijos los abandonen, ellos tienen la obligación de asistirlos en caso de necesidad, tanto en las enfermedades, como en su ancianidad, darles alimentos y ayudarlos según el art. 251 del Código Civil, e incluso ustedes pueden demandar a sus hijos por alimentos en caso de extrema necesidad, según los artículos 233 y siguientes del nuevo Código Penal (Ley 599 de 2000) donde se tipifican los delitos contra la asistencia alimentaria (Ver tema 15 No. 18); así como sus nietos, en caso de que los papás estén en las mismas circunstancias, pueden demandar a los abuelos por alimentos.

Muchas veces seguimos condicionados por el mundo de nuestros padres, por tanto, no sólo se necesita por parte de la pareja un verdadero dejar, sino también por parte de los padres un verdadero dejar partir. Casos como estos se presentan: «Yo quisiera que mi esposa me trate como me trataba mi mamá», «yo quisiera que mi esposo se comporte como se comportaba mi papá», esto está planteando que aún no se ha dejado al padre y a la madre.

Los lazos familiares que nos atan a nuestros padres no deben romperse con el matrimonio. Seguimos siendo sus hijos, seguimos teniendo deberes para con ellos, pero ahora somos hijos adultos y las relaciones con ellos deben ser relaciones de adultos, de mucho respeto y autonomía. Una vez que se casa e! hijo o la hija, ya no es anfitrión de la familia, sino huésped privilegiado o visitante.

Es necesario aclarar que la autonomía no riñe con el afecto, pero sí con la dependencia. Hay prioridades que se deben respetar: la opinión y las necesidades del cónyuge y de los hijos deben primar


ante las necesidades de los padres o de la familia de origen.

Es justo tener siempre presente que las buenas relaciones con las familias de origen son provechosas y enriquecedoras siempre y cuando no le quiten autonomía a la pareja. De lo contrario son un desastre y causa de muchos conflictos, por los comentarios, críticas y la no aceptación de la persona que llega. (Ver temas 1, 10, 15 y 16 del Taller: «Programando nuestro matrimonio»).

3.3 La Vivienda Compartida, causa de muchos Problemas

Lo más cerca posible que pueden vivir sus hijos a ustedes como padres son 10.000 kilómetros de distancia, mientras más lejos mucho mejor (se lo hemos dicho a sus hijos. Tema 1). Ya que un hijo no se casa para llevarle empleada o trabajador gratis a su familia o marido y esposa a los hermanos. |Y menos a los papás! Dios tiene toda la razón al decirles: «deja a tu padre y a tu madre... ». El conoce todos los problemas que se suscitan cuando se comparte la vivienda. Seamos obedientes a la Palabra de Dios.

Déjenlos que se vayan, que se establezcan en otro lugar, lejos de su hogar, para que asuman su autonomía v sus responsabilidades desde el comienzo, pues el que se casa quiere casa y costal para la plaza y finquita en que trabajar, y así evitaremos muchos abusos de índoles: laboral, psicológicos, sexuales, y como consecuencia de esto la destrucción del matrimonio de sus hijos. Si quieren ayudarles nadie lo prohíbe, pero desde lejos. ¿Tienen un apartamento libre en su casa? Arriéndenlo, y ayúdenles a pagar la habitación en otro sitio si es que sus hijos solicitan su ayuda. A un particular ustedes lo pueden demandar; a sus hijos no. Evítense problemas con los recién casados y con sus otros hijos.


SUGERENCIAS:

• Permítanles que ellos labren su propia autonomía. No sigan protegiéndolos, ni mucho menos sobreprotegiéndolos.• Estén dispuestos a ayudarles, pero no tomen la iniciativa de intervenir indebidamente. Respeten sus propias decisiones.

• Eviten tomar partido afectivamente. Sean imparciales y objetivos ante los conflictos que puedan surgir entre sus hijos, aunque el amor que les tienen los lleve a tomar partido. Déjenlos solitos que «por el camino se arreglan las cargas». Recuerden que alguna vez también a ustedes les paso lo mismo.

• Reten a sus hijos a que respeten el matrimonio y lo tomen en serio. Por ningún motivo propicien la separación o el divorcio.

• Miren a su yerno o a su nuera como alguien que ya hace parte de su propia familia.

• Jamás acepten a su hijo o hija por un «tiempito» en casa, por cualquier d i s g u s t o o c o n f l i c t o pasajero.

3.4 Relaciones de los padres con sus hijos después del matrimonio.

Lo que más necesitamos para educar a nuestros hijos es ser padres «valerosos». Lo que necesitan nuestros hijos no son padres «complacientes» que les den gusto en todo, sino padres que hagan lo necesario para capacitarles a fin de que ellos mismos se formen como personas responsables, por difícil y doloroso que esto pueda parecer.

Debe ser objeto tanto de las nuevas parejas como de las familias de origen, lograr relacionarse en forma sana son sus propias


familias; pues por el mismo hecho de la bendición nupcial de la nueva pareja se crean vínculos muy sagrados, ya que en esa nueva familia unos se convierten en abuelos, otros en tíos, nietos, sobrinos, primos, etcétera. Por ello es necesario desarrollar unas relaciones de armonía, de paz, y convivencia fraterna; respetando los vínculos afectivos de familia originados a partir del matrimonio de los hijos.El matrimonio no debe constituir una ruptura con la propia familia, pero si obliga a replantear prioridades en las relaciones de los nuevos esposos; prioridades como colocar en primer plano a su pareja, hecho que cuesta en todos los casos, pues el vínculo con las familias de origen es muy fuerte o muy dependiente; lo que constituye, en el momento de articularse la pareja, una incomodidad por parte de alguno de los integrantes. Se debe tener en cuenta que no es posible convertirse de verdad en esposos sin «dejar al padre y a la madre».

Dejar al padre y a la madre, no es negar los vínculos que nos atan con ellos por nacimiento, crianza, formación y educación. Se trata de establecer las condiciones necesarias para que la pareja tenga la autonomía, la libertad y la responsabilidad, para que aprenda a superar los momentos tensos que se crean en su relación, por circunstancias que parten del encuentro de dos mundos, que se entrelazan para comenzar a empalmarse y desarrollar una verdadera convivencia. Es necesario que crezcan y organicen su vida de tal manera que lleguen a ser felices. Así podrán reconocer mejor los valores heredados de sus respectivas familias.

La pareja debe mantener con ambas familias lazos de afecto, de mutua ayuda, de solidaridad, de respeto, de tolerancia, de comprensión y de ternura; valores que mantendrán una excelente comunión familiar.

Debido a la autonomía de los hijos, los padres no deben involucrarse indebidamente en la vida de estos, como el querer dirigir sus hogares, o el crear un resentimiento al culpar a la nuera o yerno de haberle arrebatado a su hijo o hija, pues ellos seguirán


siendo sus hijos.

Por ello les recomendarnos a los suegros, que no intervengan en el nuevo hogar. Que sean generosos, con su sabiduría, su experiencia, y no sean egoístas,... sean madres y padres que saben mirar lo positivo de la nueva pareja y no critiquen o hablen mal de su nuera o yerno, ni pongan en contra de él o de ella a su hijo o hija.

Si ustedes, queridos suegros, se ganan a sus yernos o nueras van a tener siempre a sus hijos y nueras pendientes para toda eventualidad y van a tener unos hijos y nietos que los quieran.

A los suegros en general, les recomendamos, no siempre salir de paseo con sus hijos y nietos, porque de seguro los llevan para que se queden en el hotel o en la playa cuidando a los chiquillos haciendo de niñeras. Hay que tener autoridad para que los hijos se comprometan a tener la debida responsabilidad con sus propios hijos o nietos.

4. Rol del suegro y suegra

4.1 La fe se vive y comparte en pareja con los hijos y nietos

La manera más importante de vivir la fe entre los cónyuges es el apostolado. Los mismos esposos se convierten en guía de otros esposos, sin duda es el apostolado más oportuno.

Es de vital importancia que los hijos y nietos vean el testimonio de sus padres y abuelos, en particular de la vida de oración de los dos, asistencia a la santa misa, recepción de la Eucaristía, frecuencia en la confesión, visitas al Santísimo, rezo del Santo Rosario, lectura de la Sagrada Escritura, especialmente del Evangelio; que sean laicos activos, que participen en la vida


litúrgica y apostolados de la Iglesia.

Los esposos cristianos son dóciles a la voz de Dios. El Bautismo es el inicio de su vocación cristiana, que se fortalece con el Sacramento del matrimonio. Así consagrados para cumplir fielmente los propios deberes realizan su vocación hasta la perfección; así pueden dar un testimonio propio de ellos ante el mundo, comenzando por los hijos y nietos.

En Isaías leemos: «Algún día yo seré un padre para ti y tú serás mi hijo». Este profundizar en su personal vida de fe, permite a los padres infundir en sus hijos desde el comienzo de su vida esa fe, para favorecer su despertar espiritual.

4.2 Prepararse para ser abuelos

Debido a la competitividad actual papá y mamá trabajan, poniendo en manos de los abuelos la responsabilidad de la educación, crianza y formación de los nietos, trayendo inconformidades de ambas partes. Creyendo que la educación que los abuelos les dan a sus nietos es la mejor pero, los padres creen que hay mal crianza y alcahuetería por parte de los abuelos. Los abuelos pensando en colaborarles, lo que les está creando es un conflicto en la vida de la nueva pareja, y descuidando la propia.

Es importante no desdibujar la imagen de los padres en los nietos, ya que para los hijos no hay nada más importante y valioso que papá y mamá.

Por lo general los abuelos tienden a faltar más pronto debido


a la edad, es por esto que no es aconsejable que los abuelos permanezcan mucho tiempo al cuidado de los nietos; pues ellos tienden a encariñarse más por los abuelos que por los mismos padres por estar la mayoría del tiempo con ellos, trayendo como consecuencias:• Conflictos interpersonales entre padres, hijos y nietos, llegando a pelearse el amor del niño y el niño en sí.

• Al faltar los abuelos, los niños quedan huérfanos teniendo papás.

• Se crea conflicto al interior de la pareja al culpar a los suegros del comportamiento de los hijos.

4.3 Herencias

Nuestra recomendación es: no entregar herencias en vida. Si quieren repartir sus bienes pueden hacerlo, solo que tienen que reservarse el dominio y usufructo (ganancias) de esos bienes hasta su muerte; de lo contrario corren el riesgo de que los dejen en la calle a pedir limosna o los lleven a un Ancianato a vivir de la caridad pública.

Hay que tener en cuenta que mediante la Ley 258 del 17 de enero de 1996 (Cfr. tema 15 No. 28.1), se estableció la afectación a la vivienda familiar, cuando está destinada a la habitación de la familia, por la cual se protege a la familia. Esto significa que la casa que constituye la vivienda familiar es inembargable y por tanto no puede ser enajenada o gravada por uno de los cónyuges o compañeros permanentes, con detrimento de toda la familia.

Cuiden sus propiedades y eviten prestar sus Escrituras, para hipotecas o para fianzas por deudas que no deben asumir. En caso de que ustedes vivan en un sector rural o en un pueblo, no se ilusionen con los falsos espejismos de ir a la ciudad, a vivir en un apartamento por muy confortable que sea, porque según su forma de ser y sus niveles de adaptación puede ocurrir que ustedes se depriman y se sientan como presos que no pueden


salir a la calle por los peligros que esto implica, ni hacer cuanto hacían en su propia tierra, ni contar con sus amigos, como dice el refrán «aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión». Por supuesto que esto no le ocurre a todo el mundo. Sin embargo ténganlo en cuenta ésta es su decisión.4.4 Reconciliación - (Ejercicio de perdón)

Queridos suegros, ha llegado otro momento importante en este encuentro que es el de reconciliarse consigo mismo y con su pareja, darse el perdón mutuamente, pues el día de su matrimonio cuando recibieron la bendición que el sacerdote les impartió, en ese momento Dios les concedió una serie de gracias propias y específicas para la vida en pareja (ver tema 4 pág. 3 Talleres programando nuestro matrimonio), entre ellas la gracia de la sanación, perdón y reconciliación, que es de especial valor y aplicación en la vida de cada uno, como parejas consagradas al sacramento del matrimonio. Dios nos da la capacidad de amar, esa calidad de amor en la decisión de cada día pues solamente ese tipo de amor es capaz de llegar a perdonar.

La gracia del perdón se la debemos a San Pedro, por la pregunta que un día le hizo al Señor: «¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano?, ¿siete veces?». Jesús le respondió: «no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mateo 28, 21-22). La respuesta que el Señor nos da es que sepamos aprovechar y utilizar la Gracia de la Sanación y el perdón que Dios nos dio; sin rencor alguno para que además de mantenernos reconciliados con nosotros mismos y con los demás nos mantengamos principalmente reconciliados con Dios.

De esta manera Dios está presente en cada situación de la vida de la


pareja, por medio de esta gracia tan especial de la sanación en su relación de amor, que es un regalo permanente y si queremos lograr algo con esta gracia, es que podamos llegar a ese grado de perdón que incluye también el olvido. No hay nada tan grave que no podamos perdonar y olvidar. Cristo nos enseño en el Padre Nuestro a decir: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden».

Por tanto, el perdón es el que nos lleva a reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás, permitiendo una comunicación fructífera para mejorar nuestra relación.

Frente a frente, mirando a su pareja a los ojos, se toman de las manos para que por medio de ellas perciban el calor que transmiten, esa mirada que ilumina nuestro camino…, porque fue esa persona la que Dios les concedió como compañía, como esposo (a), para toda la vida. Con la mirada le expresan a su pareja agradecimiento por haberles dado unos hijos maravillosos, una ilusión, luces en la vida para seguir adelante, por comprenderle, por amarle, por hacerle sentir que es importante para él o ella. Con esa misma mirada le vamos a pedir perdón por haberle ofendido, por haberle sido infiel, por haberle maltratado física, verbal, psicológica y moralmente. Mutuamente, con la mirada aceptamos el perdón y recibimos la sanación por medio de Jesucristo y que en compañía de Él continuaremos juntos el camino de la vida.

Después de haber sentido esa manifestación de pedir perdón y perdonar, con la mirada le vamos a expresar que lo (a) amamos mucho y que permaneceremos unidos hasta que la muerte nos separe.


Se dan un abrazo muy fuerte y un beso muy grande.

Mientras tanto las personas que se encuentran sin pareja cerraran los ojos y pensaran en situaciones agradables. También se perdonarán ellos mismos y a quien los hayan ofendido. Al final se abrazarán ellos mismos y sentirán una sensación de tranquilidad, de paz interior, alegría y fortaleza.

Aprender a abrazarnos

Dicen que la felicidad es un instante, ¿Acaso la vida no es una suma de instantes?

En ti está que cada momento sea medio de felicidad en tu diario vivir. Un abrazo debería ser parte de nuestros instantes. Tantos siglos de civilización y no aprendemos a abrazarnos.

Un abrazo es callar cuando nuestras palabras ofenderían.Un abrazo es estar ahí cuando el otro nos necesita.Un abrazo es pensar bien del otro y pensar amorosamente. Un abrazo es recordar que la alegría de los demás depende de mi alegría.Un abrazo es aceptar que todo requiere su tiempo.Un abrazo es descubrir que hay un lado bueno en cada situación.Un abrazo es hablar lo menos posible de mí y lo mejor posible de ti. Un abrazo es respetar que cada cual ve a su modo y que no a todos conviene lo mismo.

Para tener en cuenta con su pareja y con sus hijos

Cuatro abrazos al día:


• Un abrazo en la mañana • Uno al medio día • Otro en la tarde • Y uno antes de ir a la cama. «Nunca te vayas a la cama sin pedir perdón».

5. Encuentro con los hijos, yernos y nuerasEn esta tarde se van a reunir con sus hijos o hijas y por tanto con sus yernos y nueras, en un encuentro muy importante, ya que tendrán la oportunidad de conocer lo que ellos piensan de ustedes, y al mismo tiempo, ustedes tendrán la oportunidad de expresarles todo lo que esperan de ellos o de ellas; con el fin de darles a ver con claridad las formas de pensar tanto de ustedes los suegros como de sus hijos yernos y nueras. Esto permite en un momento dado lograr darle una mejor y nueva comprensión a lo que pueda suceder, lo cual no llevara a buscar culpables y si a promover soluciones o cambios a nivel personal, familiar y comunitario movilizando recursos que muchas veces no vemos en nosotros y menos en nuestra familia y que pueden llevar al compromiso de asumir una conducta, unos comportamientos y unas actitudes concretas, ya como suegros con ellos, y ellos (hijos, yernos y nueras) con ustedes.

a) Como primera medida se dará una introducción al taller, dando a conocer generalidades de la personalidad y el rol que desempeñan los suegros, yernos y nueras.

b) Se dividirán en ocho grupos de la siguiente manera:

- Madres de las novias (Trabajan problemas con el yerno)

- Madres de los novios (Trabajan


problemas con la nuera)- Padres de las novias (Trabajan problemas con el yerno)- Padres de los novios (Trabajan problemas con la nuera)- 2 grupos de novios (uno trabaja problemas con las suegras

y el otro problemas de los suegros). - 2 grupos de novias (uno trabaja problemas con las suegras

y el otro problemas de los suegros).

c) Se les entrega a cada grupo una hoja en blanco, en la cual tendrán que manifestar los posibles problemas que pueden llegar a tener en la relación con el nuevo miembro de la familia, según corresponda a cada grupo (15 minutos). d) Se realizará un intercambio de los problemas planteados con el fin de que el grupo respectivo de las soluciones pertinentes. Las hojas entonces se intercambian teniendo en cuenta las cuatro relaciones que se trabajan en le taller, correspondientes ha:

- Suegras – yernos - Suegras –nueras - Suegros - yernos - Suegros – nueras

e) Un representante de cada grupo comparte en asamblea los resultados obtenidos.

Como conclusiones a lo la rgo de es te ta l le r reconocemos que los suegros no c o m e t e n e r r o r e s intencionalmente, sino que por el contrario viven continuamente mostrando su preocupación. Preocupación que hace alusión a que su hijo (a) siga teniendo el bienestar que ellos con tanto amor le han brindado siempre, y un temor muy grande al pensar que sus hijos no vuelvan a tener un contacto cercano con ellos. Por parte de lo novios (as) se evidencian preocupaciones relacionadas con el hecho de no ser aceptados por la familia de su pareja y las implicaciones que esto tendría para las mismas.


Todo esto conlleva a la necesidad de conocerse e interactuar entre familias con la pareja en pro de entablar adecuadas relaciones basadas en la confianza, el respeto y la colaboración mutua, permitiendo a la vez un espacio de privacidad y promoviendo permanentemente el diálogo como forma de solucionar cualquier problema. Se rescata allí la forma como se puede orientar sin imponerse, ni involucrase con las decisiones o la vida de la pareja. Allí se sugiere brindar varias opciones a la pareja, solo cuando ellos lo soliciten, permitiendo que ante varias soluciones dadas, sean ellos mismos quienes elijan y decidan que hacer.

Finalmente damos a ustedes unos compromisos que a nivel de equipo hemos pensado, facilitarían mucho las cosas, si se cumplieran por parte de los suegros como de las parejas. No son la verdad absoluta, es por ello que hacemos una invitación para que ustedes conversen sobre ellos y tomen lo que les pueda servir y ayudar según la necesidad que tengan, con respecto a este tema.

Como suegros y suegras de la futura pareja, nos comprometemos a:

1. Respetar la autonomía y las decisiones de nuestros hijos, su modo de vida y su territorio.

2. Acudir a la solución de los problemas, si es solicitada nuestra ayuda.

3. Establecer una relación sincera con nuestro (a) hijo (a) y su pareja a t r a v é s d e u n a comunicación afectiva, efect iva y asert iva (prudente), ganándonos su confianza.

4. No ser demasiado ins is ten tes en las sugerencias que les demos.

5. Procurar entender la educación de nuestros


nietos apoyándola y orientándola sin imponer nuestros criterios cuando no conviene.

6. Valorar y destacar las cualidades de nuestro yerno o nuera, sin apreciaciones ni comparaciones negativas.

Como futura pareja nos comprometemos a:

1. Independizarnos de nuestros papás sin fallar a la piedad filial.

2. Establecer una relación respetuosa con nuestros suegros y demás familiares.

3. Aceptar las apreciaciones constructivas por parte de ellos y entender su comportamiento dentro de un diálogo tolerante y misericordioso.

4. Evitar involucrar a nuestros papás, hermanos, cuñados y familiares en nuestros diálogos conflictivos.

5. Evitar que nuestros papás se conviertan siempre en los que cuidan de nuestros hijos.

6. Valorar y ponderar todo cuanto nos dicen nuestros suegros, papás y otros familiares, manteniendo una buena comunicación y entendimiento con ellos, perdonándoles sus bien intencionadas impertinencias.

6. Testimonio y recomendaciones de una suegra· A los suegros:

Los papás sabemos muy bien que nuestros hijos jamás se van a enamorar de la persona que nosotros queremos, sino la que ellos conocen, aman y enamoran, y posiblemente es con ella con la que idealizan su futuro hogar y por eso para ellos es perfecta en todo sentido, sin ella no hay motivo para vivir, están completamente enamorados. Para un corazón enamorado, no hay razón que valga.

¿Qué deben hacer los padres?

Tomar el lado amable de la decisión de sus hijos, procuren conocer, amar y respetar a la nueva persona que se incorpora a la familia.


Si no tiene experiencia, hay que ayudarla, comprenderla, enseñarla y corregirla con amor.

Suegros: ¡ustedes saben que nos pasó lo mismo, cuando nos casamos. Por favor dejen a la pareja solita, que por el camino se arreglan las cargas! Si puede aportar una orientación, una ayuda «gracias», pero no intervengan en este nuevo hogar. Sean generosos con su sabiduría, su experiencia y no sean egoístas… sean padres y no critiquen ni hablen mal de su nuera o yerno, ni pongan en contra de ellos a su hijo o hija.

Si ustedes, queridos suegros, se ganan a su nuera o yerno van a tener siempre a sus hijos y a ellos pendientes para toda eventualidad, y por tanto unos hijos y nietos que los quieran. Pero si por el contrario, van a mirarlos con indiferencia, como unos tontos y todos los demás despectivos, nunca van a tener ni hijo, ni hija, ni nuera, ni yerno, ni nietos que los atiendan en su ancianidad.

Miren al futuro, en 20 años o más, tal vez solos, enfermos, añorando que los visiten, sin tener con quien hablar, en fin una soledad aterradora y ¿por qué? Porque desafortunadamente no se supieron ganar el cariño de ellos.

Les recomiendo, no siempre salir de paseo con sus hijos y nietos, porque de seguro los llevan para que se queden de niñeros en el hotel o en la playa cuidando los niños. Cuando quieran salir de paseo vayan solos, sin nietos, ni hijos y disfruten su vejez dignamente y sin preocupaciones.

· A las nueras y yernos:

Deben comprender al esposo (a), que quiera a sus padres y los visite. Si los quieren ayudar económicamente, no sientan celos, ni tristeza por ello, ni armen conflicto. Dialoguen. A través del tiempo se darán cuenta que nunca les ha faltado nada y que aprendieron: que es mejor dar que recibir.

Siempre traten a su esposo (a) y a sus hijos con los mejores términos, controlen su ira, sean respetuosos y eviten las palabras


vulgares, soeces o groseras. Como quieran los traten, traten a su pareja y a sus hijos.

Queridas parejas, no piensen que la vida de pareja es fácil, yo se porque se lo digo. Conózcanse bien. Que las familias sepan con quién se va a casar.

Nunca acepten chismes de sus propios familiares o de otras personas, que hablen mal de su esposa o esposo, ustedes saben con quién se casaron y por qué lo hicieron y menos acepten consejos de personas que están separadas o que viven mal, o están en crisis porque ellas proyectan su problema en ustedes y por tanto destruyen su matrimonio.

· Por último:

Cuiden su dignidad y no acepten invitaciones que puedan causarles mucho daño y menos despedida de solteros, que hoy son muy peligrosas y vulgares.

Cuando tengan problemas, dialoguen, busquen las causa del mismo, salven por encima de todo su matrimonio, piensen en su propio bienestar y en sus hijos, porque destruir un matrimonio es muy fácil, pero reconstruirlo es muy difícil, por ello hay que superar los conflictos que siempre se presentarán.

Pidan a Dios la sabiduría necesaria para saber identificar la naturaleza de los problemas, oren juntos, asistan a misa y renueven su compromiso y si hay necesidad de acudir a otra persona que les ayude, háganlo, no lo duden, busquen un experto en familia, un psicólogo, un sacerdote, una religiosa o un catequista y esto los salvará de una crisis más profunda.

Ojala éstas recomendaciones sean bien recibidas, pensadas y aplicadas.

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Encuentro de Suegros