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 Encontramos un local donde alquilar mis patines. Les di mi número de calzado y me puse en una larga fila de espera. Se ve que era un programa bastante popular para un domingo. El negocio estaba repleto, se veían ma nos, cuellos, bufandas, pantalones de ski, sweaters teidos y de repente, una cara. !na cara y unos preciosos oos que me miraban atentos, y dedos, dedos ondeando un patín derec"o en la mano. #laro, el izquierdo lo "abía recibido yo. !n típico meet cute "ollywoodense $algo así como un encuentro azaroso%, de esos que parecen mentira y supongo que en general lo son. &ero no, a"í est'bamos los dos con un patín en la mano cada uno, sonriendo esa misma sonrisa que ya "abía visto, tantas  veces, en las pistas de las películas norteamericanas. (e dio el mío, le devolví el suyo, no cruzamos palabra. (e sent) y trat) de atarme los cordones, pero ya me "abía olvidado qu) era lo que estaba por "acer. La pista, la nieve, la gente, el ruido del local, todo estaba fuera de foco. (is oos  buscaban al c"ico rubio de estatura media, con esa linda mirada celeste, casi de agua. &ero no estaba por ningún lado, tal vez porque se "allaba a mis pies, ayud'ndome con las cintas. #reo que no "abl), lo de) "acer tranquilo, no s) siquiera si volví a sonreír o me qued) allí empotrada, como una estatua latinoamericana y loca. *o me podía mover. +ermin de ayudarme, salud y desapareci entre locales y turistas. Esto pas un invierno en -oston, cuando tenía / a0os. (e "abían dado a elegir entre la fiestita y un viae. *o dud). *os fuimos a Estados !nidos1 traspasar las barreras y "abitar un sitio en donde uno no es local y, encima, 2todo ese azz3. (e acuerdo muy bien de esos días, esas noc"es y las 45 fotos que, a nuestro regreso, mandamos a revelar. &ero este es solo el marco de esta "istoria. La "istoria de mi no primera vez.  6olvamos al "ielo1 cuando )l termin con mis cordones, me e7puls) del banco y salí lo m's r'pido que pude. !n mar de gente navegaba la pista blanca que no tenía barandas y obligaba a un desembarco directo. 8sí entr), con frío y miedo desliz'ndome sin gracia, tratando con los brazos de mantener el  balance, recordando que tenía un pasado deportista, y que moverse muc"o solo iría en detrimento de la única consigna1 no

Encontramos Un Local Donde Alquilar Mis Patines

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Encontramos un local donde alquilar mis patines. Les di mi nmero de calzado y me puse en una larga fila de espera. Se ve que era un programa bastante popular para un domingo. El negocio estaba repleto, se vean manos, cuellos, bufandas, pantalones de ski, sweaters tejidos y de repente, una cara. Una cara y unos preciosos ojos que me miraban atentos, y dedos, dedos ondeando un patn derecho en la mano. Claro, el izquierdo lo haba recibido yo. Un tpico meet cute hollywoodense (algo as como un encuentro azaroso), de esos que parecen mentira y supongo que en general lo son.Pero no, ah estbamos los dos con un patn en la mano cada uno, sonriendo esa misma sonrisa que ya haba visto, tantas veces, en las pistas de las pelculas norteamericanas. Me dio el mo, le devolv el suyo, no cruzamos palabra.

Me sent y trat de atarme los cordones, pero ya me haba olvidado qu era lo que estaba por hacer. La pista, la nieve, la gente, el ruido del local, todo estaba fuera de foco. Mis ojos buscaban al chico rubio de estatura media, con esa linda mirada celeste, casi de agua. Pero no estaba por ningn lado, tal vez porque se hallaba a mis pies, ayudndome con las cintas. Creo que no habl, lo dej hacer tranquilo, no s siquiera si volv a sonrer o me qued all empotrada, como una estatua latinoamericana y loca. No me poda mover. Termin de ayudarme, salud y desapareci entre locales y turistas.

Esto pas un invierno en Boston, cuando tena 15 aos. Me haban dado a elegir entre la fiestita y un viaje. No dud. Nos fuimos a Estados Unidos: traspasar las barreras y habitar un sitio en donde uno no es local y, encima, todo ese jazz. Me acuerdo muy bien de esos das, esas noches y las 72 fotos que, a nuestro regreso, mandamos a revelar. Pero este es solo el marco de esta historia. La historia de mi no primera vez.

Volvamos al hielo: cuando l termin con mis cordones, me expuls del banco y sal lo ms rpido que pude. Un mar de gente navegaba la pista blanca que no tena barandas y obligaba a un desembarco directo. As entr, con fro y miedo deslizndome sin gracia, tratando con los brazos de mantener el balance, recordando que tena un pasado deportista, y que moverse mucho solo ira en detrimento de la nica consigna: no caerse. El glamour ya lo haba perdido haca rato. Y as, con 15 y sin glamour, agitando los brazos como un ave desesperada, perd control y a punto estaba de caerme al hielo, cuando ca en los brazos adecuados. Cmo se dice cuando se vuelve a repetir el meet cute? Doble meet cute?