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CAPITULO LVII COMENTARIOS A DOS ARTICULOS SOBRE LA REVOLUCION CUBANA * En su número de julio-septiembre de 1961, EL lRIMESlRE ECO- NOMICO publica artículos sobre la revolución cubana por dos autores de gran renombre: Paul A. Baran y Juan F. Noyola. La jerarquía intelectual de los articulistas haría esperar un análisis certero y esclarecedor de los cambios económicos, sociales y políticos que han ocurrido y están ocu- rriendo en Cuba; pero la revolución cubana está cargada de un potencial de emoción tan alto que influye casi inevitablemente el juicio de los que la analizan; y los articulistas están evidentemente influidos por una fuer- te emoción partidaria, que reduce el rigor de su análisis y los hace incu- rrir en predicciones que la realidad ha contradicho en pocos meses. Los comentarios que siguen están también cargados de partidismo y no as- piro a que el lector los considere como imparciales. Pero, consciente de que mi visión están influida por el ángulo desde el que miro, trataré de analizar los hechos con el máximo rigor posible; con un rigor lógico no inferior al de los artículos que comento. El lector juzgará. Tanto el artículo del Profesor Baran como el del Lic. Noyola describen con toda claridad la revolución cubana como una revolución socialista integral, que ha estatizado los principales medios de produc- ción, alterado radicalmente la estructura socio-económica del país y llevado a Cuba a un régimen de estrecha colaboración con la Unión Soviética y demás países del bloque socialista. Y ambos artículos afir- man que, gracias a la racionalidad y eficiencia del sistema socialista, en Cuba ha aumentado grandemente la producción, especialmente la pro- ducción agrícola, y se han sentado las bases para un proceso de rapidí- simo desarrollo económico. El Prof. Baran no menciona cifras en su trabajo, pero el Lic. Noyola dice que en los dos primeros años de la * Paul A. Baran, "Reflexiones sobre la Revolución cubana", y Juan F. Noyola, "La Revolución cubana y sus efectos sobreel Desarrollo Económico", ELTRIMESTRE ECONOMICO, núm. 111, julio-septiembre de 1961. 1175

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CAPITULO LVII

COMENTARIOS A DOS ARTICULOS SOBRE LAREVOLUCION CUBANA *

En su número de julio-septiembre de 1961, EL lRIMESlRE ECO­NOMICO publica artículos sobre la revolución cubana por dos autores degran renombre: Paul A. Baran y Juan F. Noyola. La jerarquía intelectualde los articulistas haría esperar un análisis certero y esclarecedor de loscambios económicos, sociales y políticos que han ocurrido y están ocu­rriendo en Cuba; pero la revolución cubana está cargada de un potencialde emoción tan alto que influye casi inevitablemente el juicio de los quela analizan; y los articulistas están evidentemente influidos por una fuer­te emoción partidaria, que reduce el rigor de su análisis y los hace incu­rrir en predicciones que la realidad ha contradicho en pocos meses. Loscomentarios que siguen están también cargados de partidismo y no as­piro a que el lector los considere como imparciales. Pero, consciente deque mi visión están influida por el ángulo desde el que miro, trataré deanalizar los hechos con el máximo rigor posible; con un rigor lógico noinferior al de los artículos que comento. El lector juzgará.

Tanto el artículo del Profesor Baran como el del Lic. Noyoladescriben con toda claridad la revolución cubana como una revoluciónsocialista integral, que ha estatizado los principales medios de produc­ción, alterado radicalmente la estructura socio-económica del país yllevado a Cuba a un régimen de estrecha colaboración con la UniónSoviética y demás países del bloque socialista. Y ambos artículos afir­man que, gracias a la racionalidad y eficiencia del sistema socialista, enCuba ha aumentado grandemente la producción, especialmente la pro­ducción agrícola, y se han sentado las bases para un proceso de rapidí­simo desarrollo económico. El Prof. Baran no menciona cifras en sutrabajo, pero el Lic. Noyola dice que en los dos primeros años de la

* Paul A. Baran, "Reflexiones sobre la Revolución cubana", y Juan F. Noyola, "LaRevolución cubana y sus efectos sobre el Desarrollo Económico", ELTRIMESTREECONOMICO, núm. 111, julio-septiembre de 1961.

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revolución, la producción agrícola ha experimentado un "aumentoconsiderable", la producción industrial se ha incrementado en un 46% 1

Yel producto territorial bruto en un 22%, mientras la desocupación se hareducido en cerca de un 40%. En cuanto al futuro, el Lic. Noyola predi­ce, con absoluta confianza, una tasa de crecimiento de 10 a 14%, en vir­tud de la cual "el nivel medio de consumo por persona a fines de estadécada llegará a ser más alto en promedio y en algunos renglonesespecíficos mucho más alto que el de casi todos los países de Europaoccidental, en algunos casos tan alto como el del Canadá".

Es de notar que ambos autores consideran que el aumento en laproducción agrícola, que afirman haberocurrido en Cuba como efecto dela revolución, es un hecho excepcional en la historia de las reformasagrarias y de las revoluciones socialistas, en todas las cuales la produc­ción agrícola cae fuertemente en los primeros años. A este respecto, di­ee el Prof. Baran:

En casi todos los países que han pasado por una revoluci6n socialistay que se aventuraronen un programade rápido desarrolloeconómico,la escasez de alimentos ha sido el principal obstáculo para su pro­greso... Enausenciade tierrasnoaprovechadas,es difícil incrementarla producci6n agrícola. Las mejoras tecnológicasson difíciles de lo­grar y a veces es imposible introducirlasen el sector agrícola de sub­sistencia;confrecuencia,tropiezancon laoposiciónde loscampesinossupersticiosos e ignorantes. Además, aun en los casos en que se hanlogradopequeñosincrementosen la producci6n, ... esos incrementos,a menudo,no se destinanal consumo urbano .. .los campesinos,que aduras penas suplen un mero sustento fisiológico, consumen todaproducción extra que pueden obtener, en vez de llevarla al mercado.Milagrosamente, Cuba escapa a ese círculo vicioso .. .la Revolucióncubana está exenta de la infortunadae ineludibleobligación que aco­só a todas las revolucionessocialistasque le precedieron:está libera­da de la necesidadde obligar a todo un pueblo a apretarse el cinturónen el presente con el fin de sentar los cimientos de un futuro mejor(pp., 398-99).

l. Suma, a interés compuesto,de los aumentos citados de 17% en el prirnerañoy25%en el segundo.

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El Lic. Noyola expresa, por su parte:

.. .la Reforma Agraria cubana ha sido la primera en el mundo (eso enuna ocasión lo dijo el Primer Ministro de Cuba con toda justificación),ha sido la primera reforma agraria en el mundo que no se traduce en undescenso inmediato de la producción, sino que al contrario ha traídoconsigo un aumento considerable de la producción. Ustedes conocen laexperiencia de la Reforma Agraria mexicana, y seguramente han leídolas experiencias agrarias de los demás países, ustedes seguramenterecuerdan un aspecto especialmente importante, el de las existencias deganado. En México, las existencias de ganado que había en 1910 ape­nas se recuperaron en 1940, 30 años después del inicio de la Revo­lución. En la Unión Soviética, como resultado de la Guerra Civilprimero, después como resultado del sabotaje de los kulaks a la co­lectivización y como resultado de la invasión nazi después, taro bién laproducción ganadera vino a recuperar sus niveles anteriores a la Revo­lución, a principios de la década de los 50. En el caso de Cuba no hahabido descenso, sino aumento del stock ganadero yaumento más con­siderable todavía de la producción ganadera, de la producción de carne,de la producción de leche, como resultado de una mejor uti-lización delas existencias de ganado (páginas 414-15).

A pesar de esta clara conciencia sobre los efectos negativos en laproducción agrícola de las reformas agrarias radicales, el Prof. Baran yel Lic. Noyola creen que Cuba ha contradicho esta experiencia histórica.Ambos explican en forma similar el excepcional fenómenos que creenestar contemplando. Noyola encuentra la explicación "en parte en la tre­menda subutilización de los recursos anteriores a la revolución y tam­bién, en muy buena medida, en la decisión y en la previsión del Gobier­no Revolucionario". Y Baran en "el absurdo monstruoso" de la ineficazexplotación de la tierra por las corporaciones norteamericanas, en lafertilidad del suelo de Cuba, en la existencia de extensas superficies detierra virgen, en la ausencia de una guerra civil larga y destructora y en"el liderato aportado por Fidel Castro".

Al hacer estos juicios sobre la reforma agraria cubana y sus efec­tos sobre la producción agrícola, los articulistas no han examinado consuficiente rigor los siguientes hechos esenciales para la comprensión delproblema:

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a) En Cuba no se compilan series anuales de producción agrícola(excepto en caña, tabaco, arroz y café) y, por consiguiente, no seconocen con exactitud las variaciones que tuvo la producciónagropecuaria total en 1959 y 1960.

b) El grueso de la reforma agraria se realizó de junio a diciembre de1960, es decir, en los últimos seis meses del período de dos añosexaminado en los artículos de referencia. La reforma agraria notenía tiempo, por consiguiente, para influir materialmente la pro­ducción agropecuaria de Cuba durante el período examinado porlos autores. Los aumentos o disminuciones en la producciónagropecuaria en los años 1959 y 1960 no son atribuibles en sumayor parte, a la reforma agraria ya realizada, sino, en todo caso,a la expectativa de su aplicación.

c) Los datos del Censo Agrícola de 1946 (que es el más reciente)muestran un grado de utilización de la tierra mucho mayor del quetoman como base los articulistas para calcular el margen deexpansión de que disponía la reforma; y

d) En la generalidad de los países que han hecho reformas agrariasradicales existía un alto grado de subutilización de la tierra, porquepor definición, regía en ellos un sistema feudal ineficiente. Si apesar de esa ineficiencia del sistema anterior, en todos ellos cayó laproducción agrícola, no es lógico esperar que en Cuba no hayacaído o haya de caer también.

El Lic. Noyola describe la insuficiente utilización de la tierra enCuba antes de la revolución en los siguientes términos:

En épocas recientes, en los últimos años anteriores al triunfo de laRevolución, en los 11 millones y medio de hectáreas que tiene elterritorio cubano, de los cuales unos 8 ó 9 millones son tierras sus­ceptibles de utilización agrícola, se cultivaban apenas 2 millones dehectáreas (p. 408).

Esto deja al lector con la impresión de que en Cuba se explotabamenos de la cuarta parte de la tierra utilizable y que estaban baldías, por

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consiguiente, más de las tres cuartas partes de las tierras agrícolamen­te aptas. Esta impresión se produce porque en la frase citada, se identi­fica implícitamente el concepto de cultivo con el de explotación y no semencionan las superficies dedicadas a pastos, a bosques y a otros usos.Las cifras del Censo de 1946 citadas por Noyola son las que aparecen enel Cuadro LVII-l,

CUADRO LVII-1

USO DE LA TIERRA EN CUBA(En miles de hectáreas)

Cultivos PastosMontes obosques I

Total enOtros explotacionesusos 2 agropecuarias

Fuera de Superficieexplotaciones total de laagropecuarias nación

1970 3.894 1.534 1.679 9.077 2.323 11.400

l. Incluye áreas cubiertas de marabú, arbusto que se esparce rápidamente sobre lassuperficies no cultivadas.

2. Tierras en descanso, tierras ociosas, tierras improductivas. caminos, edificios, etc.

Fuente: Censo Agrícola en 1946.

Convirtiendo estas cifras a porcentajes, podemos hacer la compa­ración que aparece en el Cuadro LVII-2, del uso de la tierra en Cuba y enalgunas otras naciones latinoamericanas que hacen una clasificaciónsimilar de sus tierras.

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CUADRO LVU-2

USO DE LA TIERRA EN VARIAS NACIONES LATINOAMERICANAS(En por cientos)

Total en Fuera de Superficieexplotacio- explotacio- total de la

Montes o Otros nes agrope- nes agrope- naciónPaíses Cultivos Pastos bosques usos cuarias cuarias

Cuba 17.2 34.0 13.4 14.7 79.3 20.7 100.0

Argentina 9.1 37.1 10.6 5.4 62.2 37.8 100.0

Brasil 2.2 12.7 6.6 5.8 27.3 72.7 100.0

Costa Rica 7.0 12.4 15.6 0.9 35.9 64.1 100.0

Honduras 8.0 7.3 6.5 0.6 22.4 87,6 100.0

México 10.1 34.1 19.8 9.9 73.9 26.1 100.0

Uruguay 10.9 74.7 2.7 2.5 90.8 9.2 100.0

Venezuela 3.0 15.1 5.0 1.8 24.9 75.1 100.0

Fuente: Para Cuba: Censo Agrícola de 1946

Para otros países: Instituto Interamericano de Estadística, 1960.

Las cifras anteriores no parecen confirmar la tesis de que en Cuba. se explotaba agrícolamente una pequeña parte del territorio nacional yque existían, por consiguiente, "extensas superficies de tierra virgen",que ofrecieran margen para multiplicar la producción agrícola con sóloponerlas en cultivo. Si tenemos en cuenta, además, que en los 13 añostranscurridos desde el Censo de 1946 al comienzo de la revolución, au­mentó considerablemente el volumen de siembras y la crianza de ganado,podemos afirmar, más bien, que en 1959 quedaba en Cuba muy pocatierra fértil sin utilizar. La tierra no se utilizaba en forma intensiva, nidaba los rendimientos que hubiera podido y debido ofrecer, pero se ex­plotaba en la mayor parte de la superficie aprovechable del país.

El bajo rendimiento de la agricultura cubana se debía, en su mayorparte, a la aplicación deliberada y racional de una técnica extensiva. Losempresarios azucareros y ganaderos disponían de tierra en abundancia y

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le aplicaban a ésta- una técnica extensiva, que era la que les rendía ma­yores beneficios. Recordemos que, como dicen Baran y Noyola, laagricultura cubana no operaba bajo un régimen feudal, sino bajo un ré­gimen capitalista, en el que grandes corporaciones norteamericanas y cu­banas trataban en todo momento de obtener las mayores utilidadesposibles, de acuerdo con el costo de los distintos factores productivos yla situación del mercado. Los empresarios agrícolas y ganaderos podíanhaber aumentado considerablemente los rendimientos agropecuarios deCuba mediante la instalación de sistemas de regadío, mayor uso defertilizantes, siembra de pastos y, en general, la utilización de técnicasintensivas de producción; pero no lo hacían porque dadas las limita­ciones prevalecientes en el mercado internacional yen el interior, les eramás económico producir extensivamente las cantidades que podíanvender.

En la medida en que la revolución ampliase el mercado para losproductos agrícolas a través de un aumento del consumo popular, de lasustitución de importaciones o del incremento de las exportaciones, elnuevo Gobiemo hubiera podido aumentar la producción agropecuariaaplicando métodos de cultivo más intensivos y haciendo las inversionesnecesarias para aplicar esos métodos; pero el buen éxito de esos métodosde cultivo más intensivo hubiera requerido una administración más cui­dadosa de las explotaciones agropecuarias y un mayor número deagrónomos y zootécnicos en la dirección de las mismas. Y ninguno deesos dos requisitos se cumplió; mejor dicho, se cumplieron en formafuertemente negativa: la administración de las unidades de producciónagrícola o pecuaria mayores de 400 hectáreas (que cubrían más de lamitad del área total en explotación) fue totalmente desorganizada y lamayoría de sus técnicos fue cesada. El propio Lic. Noyola nos describeasí la situación:

Las Granjas del Pueblo se han creado, en primer lugar, porque uno delos problemas con que se enfrenta la economía cubana es el problemade un número adecuado de administradores. Desde luego, los antiguosadministradores, ya no digamos por su posición política contraria a laRevolución y ligada a los viejos intereses, sino porque el carácter mis­mo de la agricultura se va a transformar, no servirían en las condicio­nesactuales. Aunque fueran revolucionarios, no servirían, porque no es

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lo mismo administraruna granja de viejo tipo, una finca cañera o unagran finca ganadera que las nuevas explotacionesagrícolas diversifi­cadas, con nuevos cultivos, con nuevas técnicas, con nuevos proce­dimientos. Entonces, hay un problema de escasez de buenos admi­nistradoresy aunquesea másdifíciladministraruna finca muygrandeymuycomplejay muyavanzadaque unafincapequeña,es muchomásfácil encontrarunadministradorbuenopara unaGranjade ese tamañoque 30 administradores para cooperativas que ocuparán la mismasuperficiey el mismo número de campesinos(p. 422).

Para tener una idea de las dificultades a que se enfrentan los ad­ministradores de las granjas del pueblo, debemos recordar al lector que,según información del propio Lic. Noyola, la extensión de éstas es de 30mil a 40 mil hectáreas, es decir, de 300 a 400 kilómetros cuadrados desuperficie. Según el Ing. Jacques Chonchol, de la Organización deAlimentos y Agricultura de las Naciones Unidas, en su Informe sobre elPlan Quinquenal Agrícola, los administradores de las granjas del pueblocarecen de personal auxiliar. El Ing. Chonchol critica fuertemente estaenorme concentración de la administración agrícola y afirma que bajo es­te sistema la agricultura no puede funcionar con eficiencia.

Dados estos antecedentes, no es de extrañar que, después de un pe­riodo de aparente buen éxito, la Reforma Agraria cubana haya dejado deser "la primera reforma agraria del mundo que no se traduce en un des­censo de la producción". En los años 1959 y 1960 Yprimeros meses del61, la agricultura cubana mantuvo una corriente de suministro de ali­mentos no inferior, y posiblemente superior en algunos renglones, a la delos años anteriores a la revolución; pero, a partir del verano del año encurso (1961), el abastecimiento de artículos alimenticios producidos enCuba ha hecho crisis rápidamente: hay una aguda escasez de carne, le­che, huevos, pollos, maíz, frijoles (habichuelas) y tubérculos de todasclases incluyendo uno típico de Cuba, la malanga, que por la facilidad yabundancia de su producción en todo el territorio nacional, era el ali­mento principal (y muchas veces único) de los soldados rebeldes en laSierra Maestra, durante la lucha contra Batista. Como prueba de estasituación crítica de los suministros agropecuarios podemos citar lasconclusiones de la Primera Reunión Nacional de Producción, celebrada

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en el Teatro Chaplin los días 26 y 27 de agosto del año en curso, quefinalizan así: 2

Aseguramos

Primero: Que para el mes de diciembre de 1961 estará resuelto el abastecimien­to pleno de pollos en la capital de la República y el primero de febre­ro en todos los mercados nacionales.

Segundo: Que a partir de enero de 19621a producción de viandas * superará to­das las necesidades del mercado nacional.

Tercero: Que en junio de 1962 la producción de pescado alcanzará las nece­sidades del consumo.

Cuarto: Que el primero de enero de 1963 quedará abolida la actual regulación enla distribución de grasas.

* Tubérculos, calabazas y plátanos.

Respecto a la carne, que no se menciona en las anteriores con­clusiones, el Primer Ministro Castro dijo las siguientes palabras en sudiscurso resumen de la mencionada Primera Reunión Nacional de Pro­ducción: 3

Esto implica que en estos meses, mientras no venga la gran producciónde aves, de pescado, de cerdo, tengamos que tener una regulación enesta cosa de la carne. Y que se perfeccione el aparato ese que hanorganizado los Comités de Defensa, para distribuir lo más equitati­vamente -sobre todo estos meses: septiembre, octubre, noviembrc-,como hasta ahora, es decir el nivel de producción de ahora de carne;continuaremos teniendo que regularnos. En diciembre ya habrá en elmercado un gran aporte de aves: elevaremos, por lo menos, de un mi­llón a tres millones. Es decir, que no habrá que hacer colas ya frente alas pollerías.

2. Periódico EL MUNDO, agosto 29 de 1961, p. 1, columnas 1 y 2.

3. Op. cit., p. B5, columna 3.

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El Gobierno explica la escasez diciendo que ésta obedece al enor­me aumento que ha experimentado la demanda, y no a la reducción de laoferta, pero esta explicación no concuerda con los hechos conocidos. Enel caso de la carne, por ejemplo, el Gobierno está racionando el consu­mo a razón de media libra por persona a la semana equivalente a 261i­bras al año. Como el consumo anual por persona en Cuba antes de larevolución promediaba 77 libras, 4 resulta obvio que es la oferta la queha caído a una tercera parte de su nivel anterior.

El problema de la crisis súbita que se ha producido en el suministrode carne es interesante de examinar porque, a pesarde los pocos datos quese conocen (la revolución cubana ha suprimido la publicación de es­tadísticas), disponemos de suficiente informacióngeneral para compren­der con bastante claridad el proceso ocurrido. En sus primeros meses, larevolución realizó una redistribución de gran magnitud del IngresoNacional a favor de los obreros y empleados, del campo y de la ciudad,cuyos ingresos reales subieron en un 25 a 30%. Este aumento de ingresosreales de la clase trabajadora debe haber traído un aumento en el consumode carne de no menos de un 50%, que se satisfizo durante dos añosconsecutivos a costa de la reducción de la población ganadera; y al cabode dos años, sobrevino la crisis y hubo que reducir el consumo a unatercera parte de su nivel original, equivalente a una quinta parte del nivela que había aumentado.

En las otras ramas de la agricultura cubana, "el milagro de que laReforma Agraria escapase al círculo vicioso" en que, como explica elProf. Baran, se han sumido otras reformas agrarias de carácter revolu­cionario, puede explicarse en términos cronológicos: Castro toma elpoder en enero de 1959 y la Ley Agraria se promulga en mayo del propioaño, pero la Reforma no se aplica masivamente hasta la segunda mitadde 1960. Hasta el final de la zafra azucarera de 1960 (junio de 1960), elGobierno dejó en poder de sus dueños, administradores o arrendatarioslas plantaciones de caña y de arroz, y es a partir de esa fecha cuandoexpropia rápidamente toda la superficie en exceso de 400 hectáreas en lasunidades que tenían más de esa extensión. La Reforma Agraria, por

4. FAO, Food Balance Shects, y carbook of Food and Agriculture Statistics, 1959.

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consiguiente, no comienza a regir realmente en una extensión sustancialde la superficie agrícola del país hasta la segunda mitad de 1960 y comoun cambio en el volumen de siembras o en los métodos de cultivo nopuede surtir efecto alguno hasta cuatro o seis meses después (cuandoantes), los resultados positivos de la Reforma Agraria que entusiasma­ban al Prof. Baran y al Lic. Noyola en enero de 1961, no habían tenidotiempo de producirse. Como tampoco había tenido tiempo de producir­se "el descenso de la producción en que se han traducido hasta ahora to­das las reformas agrarias del mundo".

Pero si en un sentido material la Reforma Agraria no se aplicó enforma masiva hasta la segunda mitad de 1960 y, por consiguiente, nopudo tener efectos directos de consideración, positivos o negativos, has­ta el afio siguiente, no debemos olvidar que la Reforma Agraria fue unelemento central y palpitante en la vida política, social y psicológica dela nación desde enero de 1959 y, más aún, a partir de mediados de ma­yo de aquel afio, y tenemos que preguntarnos: ¿cómo es posible quepudiera mantenerse, o ciertos renglones aumentar, la producción ante laexpectativa de los grandes empresarios agrícolas de que sus fundos ibana ser expropiados? ¿Cómo es posible que esa expectativa no redujeseradicalmente las inversiones en siembras y cultivos?

La respuesta es que antes de promulgarse la Ley, en mayo de 1959,los propietarios creían que la reforma afectaría solamente las tierrasbaldías o insuficientemente cultivadas y se apresuraron a extender y aintensificar sus cultivos. Después de promulgada la Ley, los propieta­rios siguieron pensando, durante algunos meses, que las tierras queprimero se afectarían serían las no explotadas o mal explotadas, ysiguieron su política de extender e intcnsi ficar cultivos para posponer lomás posible la aplicación de la reforma a sus tierras, y quizá evitar deltodo la expropiación, si la Leyera modificada o el régimen era derroca­do antes de que la reform a I1egaraa sus tierras. A medida que pasaban losmeses y la revolución iba radicalizándose, los propietarios fueronperdiendo la esperanza de conservar sus tierras si seguían una política deintensificación de cultivos y dejaron de hacer inversiones adicionales,comenzando en cambio a disminuirlas labores necesarias para mantenerla producción. Pero los trabajadores impidieron la disminución de las

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labores. Llegado el tiempo de arar, chapear o sembrar cada campo.Jostrabajadores del lugar exigían al propietario o administrador que orde­nara (y pagara) la tarea y, de negarse aquél, lo acusaban de contrare­volucionario ante el jefe del Ejército Rebelde en la zona o ante eldelegado del Instituto Nacional de Reforma Agraria, y la labor se rea­lizaba prontamente. Así, en los primeros meses de la revolución, losgrandes propietarios extendieron e intensificaron los cultivos movidospor la esperanza de evitar la expropiación y en los meses subsiguientes,perdida ya esta esperanza, mantuvieron la producción por presión de lostrabajadores y temor a una sanción severa.

Pasemos ahora del sector agrícola, a los demás sectores de la eco­nomía cubana. Aquí también es necesario examinar el problema concriterio cronológico y distinguir entre la etapa redistribuidora y la etapaestatizadora de la revolución. La primera cubre los primeros dieciochomeses y se caracteriza por una fuerte redistribución del Ingreso a favorde los trabajadores y pequeñ.os agricultores, y por un gran aumento delgasto público, financiado porexpansiónmonetaria. En esta etapa, se con­fiscaron los bienes de los funcionarios del Gobierno anterior y de loscontratistas que negociaron más activamente con dicho Gobierno, seintervinieron las Compañías de Teléfono y Electricidad y se expropia­ron algunas haciendas ganaderas, pero la mayor parte de la economíacubana siguió funcionando bajo un régimen de empresa privada. En lasegunda etapa, cuyo inicio puede señ.alarse en el periodo de julio aoctubre de 1960, se organizaron cooperativas o granjas del pueblo entodas las haciendas mayores de 400 hectáreas y se socializaron losbancos, los ingenios de fabricar azúcar, todas las industrias manufactu­reras, todo el comercio de exportación e importación, todo el comerciode mayoreo y los principales establecimientos de comercio al detalle.

En sus primeros tres meses, el Gobierno Revolucionario renegociótodos los contratos de trabajo elevando los sueldos y salarios de un 25 aun 30%, y dictó una ley reduciendo en un 50% los alquileres de las ca­sas que rentaban menos de $ 100 mensuales (yen proporción menor losalquileres superiores a ese nivel). En meses sucesivos, el Gobiernorebajó las tarifas eléctrica y telefónica, y concedió la propiedad de lastierras que cultivaban a los arrendatarios y aparceros de parcelas menores

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de 26 hectáreas, sin imponerles obligación alguna de ir amortizandogradualmente esas tierras y permitiéndoles, por consiguiente, retenerpara sí aquella parte de sus ingresos que antes pagaban en rentas. Todasestas medidas produjeron una gran elevación del ingreso monetariodisponible de los trabajadores y de los pequeños agricultores; que encondiciones normales debió provocar un alza de precios sustancial. Pe­ro no hubo alza de precios (al menos significativa), por las razones queveremos después, y el alza en el ingreso monetario disponible de la cla­se trabajadora, tanto urbana como rural, fue también un alza en el ingre­so real. Hubo una redistribución de ingreso de las clases propietaria yempresaria a la clase trabajadora de probablemente un 15%, o más, delIngreso Nacional. La participación en el Ingreso Nacional de los pro­pietarios y empresarios (incluyendo profesionales y otros auto-em­pleados) bajó del 40 al 25%, o menos, mientras la participación de lostrabajadores (incluyendo administradores y ejecutivos de empresas) su­bió del 60 al 75%, o más. Esta redistribución del Ingreso fue acompa­ñada, como es natural, por cambios sustanciales en la composición delGasto Territorial Bruto, con aumento considerable en el gasto en artícu­los perecederos o semiduraderos de consumo popular y disminución,también considerable, en la inversión bruta, en los gastos en artículos yservicios de lujo y semilujo y en pagos al exterior por concepto de di­videndos y remesas de inmigrantes. Este cambio en la composición delGasto trajo consigo una gran disminución en pagos al exterior, porque elaumento en la demanda de artículos de consumo popular pudo ser sa­tisfecho, en gran parte, por la industria nacional, que estaba operandomuy por debajo de su capacidad, y la reducción sustancial en la inver­sión (un 40%, o más, de la cual sale al exterior en compra de maquina­ria y equipo), en los gastos de lujo y semilujo (automóviles, refrigera­dores, televisores, joyas, viajes al extranjero) yen los pagos de dividen­dos y remesas de inmigrantes, representó un considerable ahorro dedivisas. La redistribución del Ingreso yel cambio en la composición delGasto fueron causa, también, de cambios en la estructura del ProductoTerritorial Bruto, con aumento de la producción manufacturera de artí­culos de consumo popular y disminución de la edificación privada, delcomercio de artículos duraderos, de los servicios de lujo (modistas, sas­tres, casas de juego, etc.) y servicios profesionales de alta categoría (abo­gados de corporaciones, notarios, arquitectos, médicos de fama, etc.)

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En 1959Yprimeramitadde 1960, laeconomíacubanaestuvosuje­ta a los efectosde la fuerte redistribución de ingresos que acabamos dedescribiry también a losefectosde un enorme aumento delgastopúbli­co, financiado enteramente, a partir de la segunda mitad de 1959, conexpansión monetaria. Dejulio de 1959 a junio de 1960, el volumento­talde medios depagoaumentó enun 39%,de $ 1.142millones a $ 1.584millones.

Segúnel Lic. Noyola, los incrementos de producción en los sec­tores que aumentaron fueron mayores que las reducciones, en los sec­toresque declinaron, con un aumento netode un 10.5% en el productoterritorial brutoen 1959 y de otro 10.5% adicional en 1960. Estascifrasparecenexcesivas y están, con seguridad, fuertemente influidas por elenormeaumentohabidoenlosserviciosdeGobierno. Deacuerdo conlasprincipales series estadísticas, que todavíase publicaban regularmenteen 1959, aunque no ya en 1960, en el primero de esos añosel productoterritorial parecehabersido de un 5 a un 6% superior al de 1958. Para1960, no tenemos datos suficientes para basarun estimado, pero cree­mos sumamente improbable que el producto territorial de Cuba al­canzase el nivelque afirma el Lic. Noyola, porque ese nivel supondríaqueelcoeficiente deimportaciones bajóde0.30en 1958 a0.19en 1960.Hechaesta salvedad sobreel montode los aumentos, puede aceptarseque los hubo, peroéstosocurrieron en la fase redistribuidora y no en lafaseestatizadora dela revolución y fueron efectodirectodel aumento enla demanda de artículos de consumo popular, cuya producción pudoaumentar porquesegúnreconoce reiteradamente el propioLic. Noyolaen el artículo quecomentamos, la industria manufacturera nacionaldis­ponía de un gran margen de capacidad excedente. Los aumentos en laproducción industrial que ocurrieron en el primer año y medio de larevolución no son atribuibles a la "superioridad del sistemasocialista",queno estabaimplantado todavía, ni a la planeaciónordenada, quenun­ca la ha habido, como reconoce hasta el Comandante Guevara, ni a lainstalación de capacidad de producción adicional porque, como vere­mos en seguida, la importación demaquinaria y equipodisminuyó con­siderablemente; los aumentos en la producción y enel consumoque tu­vieronlugaren 1959y primeros mesesde 1960fueroninducidos, por ellado de la demanda, por la redistribución del ingresoa favorde las cla-

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ses populares, cuya propensión a consumir artículos de producción na­cional es mucho mayor que la dc la clase rica y al enorme aumento delgasto público; y fueron posibilitados, por el lado de la oferta, por exis­tencias de capacidad industrial sobrante, por el consumo de inventarios,por el descenso absoluto y relativo en la importación dc maquinaria yequipo (que liberó divisas para adquirir materias primas) y por el crédi­to forzado que se obtuvo de los suministradores extranjeros.

Como índice de los cambios experimentados por la economía cu­bana, podemos examinar la composición de las importaciones. Des­graciadamente, el Gobierno revolucionario no ha publicado las cifras de­talladas de las importaciones en 1959 y 1960, pero para cl primero dedichos afias tenemos las cifras de exportaciones de los Estados Unidosa Cuba y para el segundo, los pagos autorizados por el Banco Nacionaldurante los primeros nueve meses de 1960. Las cifras del comercio conlos Estados Unidos son un buen índice para 1959, porque en ese año nohabía cambiado todavía la distribución geográfica del comercio exteriorde Cuba y los datos pueden compararse con los del año anterior. En 1958,las importaciones cubanas procedentes de los Estados Unidos repre­sentaron e167.3% de las importaciones totales yen 1959 fueron el 64.4%.

El Cuadro LVII-3 muestra claramente la enorme caída en la impor­tación de metales y sus manufacturas, de maquinaria no eléctrica y demaquinaria eléctrica, es decir, un descenso vertical en la importación debienes de capital fijo. La maquinaria no eléctrica cayó en un 48.1 %, losmetales y sus manufacturas en un 41.7% Y la maquinaria y aparatoseléctricos, en un 29.7%. La caída mucho menor de esta última partidaparece deberse, por una parte, a que la misma comprende no sólo bienesde capital, sino también bienes de consumo duradero (televisores. ra­dios, refrigeradores, ventiladores, planchas eléctricas, etc), y por otra, ala continuación en 1959 del fuerte programa de expansión de sus ins­talaciones que venía desarrollando la Compañíade Electricidad.

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CUADROLVIT-3

EXPORTACIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS A CUBA

Por grupos principales de mercancías

(En millones de dólares)

1958 1959 Diferencia %

Animales y sus productos (comestibles)Animales y sus productos (no comestibles)Productos vegetales (comestibles)Productos vegetales (no comestibles)Fibras textiles y sus manufacturasMadera y papelMinerales no metálicosMetales y sus manufacturasAutomóvilesMaquinaria *Maquinaria y aparatos eléctricosProductos químicos y análogosMiscelánea

Total

37.58.5

100.013.741.830.326.846.315.852.695.248.626.5

543.6

35.96.7

88.615.543.327.519.227.07.0

27.367.048.021.7

434.7

- 1.6- 1.8-11.4+ 1.8+ 1.5- 2.8- 7.6-19.3- 8.8-25.3-28.2- 0.6- 4.8

-108.9

- 4.2-21.2-11.4+13.1+ -3.6- 9.2-28.3-41.7-55.7-48.1-29.7- 1.2-18.1-20.0

*Fuente:

Incluye camiones, autobuses y piezas de automóvil.Departamento de Comercio de los Estados Unidos, Informes FT 420 YFT 41O,1958 Y1959, respectivamente.

En términos absolutos, la caída en la importación de maquinariaeléctrica y no eléctrica y de metales y sus manufacturas ascendió a 72.8millones. Suponiendo que toda esta disminución hubiese recaído enbienes de capital fijo y estimando en un 30% la proporción de maquinariay equipo que Cuba esta comprando en Europa, la caída total en bienes decapital fijo de 1958 a 1959 hubiese montado a $ 95 millones. Suponiendo,más restrictivamente, que sólo las dos terceras partes de los $ 72.8 mi­llones fueron bienes de capital fijo y estimando en un 20% la proporciónde compras de maquinaria en Europa, la baja total de un año a otro sereduciría a $ 63 millones. Si deducimos estas cifras de la cantidad de $216 millones, 5 en que estimó el Banco Nacional las importaciones de'

5. El estimado original del Banco, basado en el valor de las estadísticas de impor­tación del Ministerio de Hacienda, es de $ 206 millones, pero aplicando el coe­ficientede subvaluacióndelas estadísticas de importación, calculado por el propioBanco Nacional, ajustamos hacia arriba el estimado a $ 216 millones.

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bienes de capital fijo en 1958, llegamos a un estimado de $ 121 a $ 153millones para estas importaciones en 1959. En términos relativos, estascifras representan de un 17.9 a un 22.7% del valor de las importacionestotales en el año.

De enero a octubre de 1960, el Banco Nacional de Cuba asignó el21.6% de sus autorizaciones de pago por importaciones a la compra debienes de capital fijo, 32.5% a bienes de consumo no duradero, 40.9% abienes de capital circulante y 4.9% a bienes de consumo duradero. En elCuadro LVII-4, se comparan estos porcentajes con la composición de lasimportaciones cubanas en 1956, 1957 Y 1958. Como vimos antes, losdatos para 1959 no son suficientemente completos para incluirlos en elcuadro.

CUADRO LVIl-4

COMPOSICION DE LAS IMPORTACIONES DE CUBA

Por clase de bienes

(En porcentajes del total)

1956 1957 1958 1960

Bienes de consumo duradero 13.0 14.6 14.2 4.9

Bienes de consumo no duradero 23.1 22.6 24.9 32.5

Bienes de capital circulante 37.7 36.1 34.i 40.9

Bienes de capital fijo 26.2 26.7 26.8 21.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: Banco Nacional de Cuba

El Gobierno de Cuba no ha publicado todavía las cifras globales decomercio exterior para 1960, pero puede estimarse, sin gran margen deerror, que las importaciones deben haber tenido un valor de $ 580 a $ 620millones. Aplicando a estas cifras el porcentaje de autorización de pagospor importación de bienes de capital fijo durante los primeros nuevemeses del 1960, obtenemos un estimado de $ 125 a $ 134 millones co­mo valor de la importación de bienes de capital fijo en 1960.

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El Lic. Noyola dice en su artículo que en 1959 y 1960, la economíacubana acumuló alrededor de un 18% del producto territorial y que es­ta acumulación tuvo un carácter fundamentalmente productivo. To­mando como base los estimados del propio Lic. Noyola, este coeficien­te de acumulación hubiera representado una inversión bruta de $ 523millones en 1959 y $578 millones en 1960. Esto significaría que la in­versión bruta subió de $475 millones en 1958 a $523 millones en 1959y $578 millones en 1960, mientras las importaciones de capital fijobajaron de $ 216 millones en 1958 a $153 millones o menos, en 1959, ya $134 millones o menos, en 1960. Si los estimados de capitalización delLic: Noyola son correctos, el contenido de importaciones de la inversiónbruta en Cuba bajó de 0.45 en 1958 a 0.29 en 1959 y a 0.23 en 1960. Unareducción súbita de esas proporciones en el contenido de importacionesde la inversión tiene tres posibles explicaciones: a) un enorme desarro­llo de la industria pesada en el país de un año a otro; b) un cambio muygrande en la composición de la inversión con aumento sustancial en lasconstrucciones y pronunciada disminución en el establecimiento denuevas plantas productivas; y e) un grave error de cálculo en el estima­do de la inversión total. Como ni el propio Lic. Noyola afirma que hayasucedido lo primero, la explicación tiene que estar en alguna de las otrasdos hipótesis alternativas, o en una combinación de ambas.

Si tomamos en cuenta las necesidades de reposición de equipo, laincongruencia de los estimados de inversión del Lic. Noyola se hace aúnmás evidente. Con un ingreso territorial de $2.200 millones en 1958, elcapital fijo de Cuba en dicho año no debe haber sido inferior a $6 milmillones, 6 del cual, por lo menos una cuarta parte, o sea, $1.500 millo­nes, tiene que haber sido equipo importado. Estimando una vida prome­dio de 15 años a ese equipo, las necesidades de reposición anual puedencalcularse en $100 millones. Tomando como base esa cifra y usando losdatos conocidos sobre edificación privada y obras públicas, podemoshacer el estimado aproximativo que aparece en el Cuadro LVII-S.

6. A pesar de la alta proporción de la edificación residencial y comercial en el capi­tal fijo de Cuba y del exceso de capacidad industrial instalada, hemos usado con­servadoramente una relación capital-producto de 2.7 para hacer la estimaciónmínima de $6 mil millones. Con toda probabilidad, el valor del capital fijo en Cu­ba en 1958 era sustancialmente mayor.

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Gastointerno

CUADRO LVIl-5

ESTIMADO APROXIMATIVO DE LA COMPOSICION DE LA

INVERSION BRUTA EN CUBA EN 1958

(En millones dc pesos)

Gasto deimportación Tolal

Obras públicas yconstrucción residencialycomcrcial 40 173 213

Agricultura, industria, minera,energía y transportes:

Reposición 100 20 120Nuevas instalaciones 76 66 142

Total 216 259 475

Volvamos ahora a los estimados de inversión bruta del Lic. Noyo­la. Como vimos, él estima en $523 millones la inversión bruta total en1959. Si a esta cantidad restamos $153 millones de importación decapital fijo, nos queda una cifra de $370 millones para el gasto interno deinversión. Restando las necesidades de reposición de equipo importadoy los gastos internos requeridos para la reinstalación de capital fijoimportado, nos queda un neto de $53 millones para suplementar unainversión neta interna 7 de $350 millones, que es una relación paten­temente irreal. Y más irreal aún es la relación de $34 millones de capi­tal fijo importado para una inversión neta interna de $424 que resulta enlos estimados para 1960. Para que estas cifras empieccn a hacer sentido,es necesario suponer que una gran parte de las necesidades de reposicióndejaron de satisfacerse, es decir, que hubo un fuerte grado de descapita­lización, y que el grueso de la inversión consistió en obras públicasmenores, que requirieron una proporción muy pequeña de materialimportado; pero aun así, el volumen de inversión tiene que haber sidomucho menor del que estima el Lic. Noyola. Esto lo confirma el propioautor cuando nos dice (p. 4] 6, línea] 3) que "la industria de cemento, laindustria de materiales de construcción, la industria de la madera, ... tu-

7. Incluyendo reposición de construcciones públicas y privadas, cuya depreciaciónno se contabiliza generalmente.

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vieron reducciones". ¿Cómo pueden haber sido mayores las inversionesen 1960 que en 195H, si las importaciones de capital fijo fueron menoresen un 38%, por lo menos, y "la industria del cemento, la industria demateriales de construcción y la industria de la madera tuvieron reduc­cienes"?

Para el año que cursa, el artículo anuncia "una acumulación queexcederá del 20% del producto territorial". Como, según el Lic. Noyola,el producto territorial bruto en 1961 está generándose a un nivel 35%superior a 1958, en que tuvo un valor de $1.629 millones, el 20% referi­do equivaldría a una cifra absoluta de $709 millones. Si comparamos es­ta cifra con las importaciones de bienes de capital fijo que podrá realizarCuba este año, llegamos a cifras más incongruentes aún que las de añosanteriores. A fines de 1960, el Banco Nacional estimó que en 19611asexportaciones de Cuba tendrían un valor de $510 a $580 millones. Comoel precio del azúcar en el mercado mundial está ahora sustancialmentepor debajo del precio empleado por el Banco para hacer su cálculo y lasexportaciones de calzado a los países socialistas, estimadas en $30millones en la proyección del Banco, no se han podido realizar, según sereconoció en la Primera Reunión Nacional de Producción, 8 deberíamostomar la cifra inferior para las consideraciones que siguen; pero, a fin deno reducir demasiado la cifra, podemos tomar el promedio y suponerquelas exportaciones de Cuba en 1961 tendrán un valor de $ 545 millones.Deduciendo, como única partida, un 8% para fletes de importación, po­demos estimar que en 1961 Cuba podrá pagar importaciones en cuentacorriente por un valor, en números redondos, de $500 millones, o sea,$173 millones menos que en 1959 y entre $80 y $120 millones menos queen 1960. Suponiendo que se mantenga una proporción de 21.6% en la im­portación de bienes de capital fijo, las importaciones de éstos, en cuentacorriente, tendrán un valor de $108 millones. Sumando aesta cantidad unestimado máximo de $12 millones financiados con crédito del bloquesoviético 9 llegamos a un total de $120 millones. Deduciendo $100

8. Op. cit., p. A6, col. 2.

9. Los créditos del bloque soviético están destinados al financiamiento de maquinariay equipo para nuevas industrias. El valor de las nuevas industrias instaladas en1961, eomoveremos después, no será mayordeS21 millones, de los cuales no másdel 60% deben ser bienes de capital fijo importados.

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millones para reposición, nos queda un neto de $ 20 millones de capitalfijo importado para suplementar un gasto interior de $589 millones pa­ra inversión nueva y reposición de construcciones públicas y privadas, locual no hace sentido.

Según el Ministro de Industria. Comandante Guevara, hasta finesde agosto de 1961 su Ministerio había entregado, o tenía en construcción,22 plantas industriales porvalorde $21 millones, y había "contratado conanteproyecto" (?) otras 16 plantas con un valor de $20 millones. 10 Dadala imprecisión del informe, en que no se dice cuántas de las plantas hansido terminadas y cuántas están todavía en construcción, ni en qué fasede construcción están éstas, no es posible deducir qué volumen de in­versión industrial habrá en 1961, pero sí se puede inferir claramente queesta inversión no será mayor de $21 millones y, probablemente, muyinferior a esa cifra. Que no será mayor se deduce de la declaración delpropio Guevara de que las plantas "contratadas" por encima de esa can­tidad están todavía en la fase de "ante-proyecto", porque dado el tiempoque toma la preparación y terminación en detalle de proyectos indus­triales, es sumamente improbable que en cuatro meses (septiembre a di­ciembre) ninguno de ellos pase de la fase de "ante-proyecto" a la de cons­trucción e instalación. Que la cifra de inversión industrial durante el afioserá probablemente inferior a los $21 millones del valor de las plantasque estaban "entregadas o en construcción" el 27 de agosto, es unapresunción lógica, derivada del periodo normal de construcción de unaplanta industrial y del tiempo que faltaba para que terminase el afio (cua­tro meses). La presunción se deriva también dé la forma en que el infor­me fue presentado; si muchas de las industrias hubiesen estado ya cons­truidas y la instalación de las demás hubiese estado muy adelantada, elinforme habría desglosado las plantas ya terminadas y especificado lafecha probable de entrega de las que estaban en construcción.

Pero aun aceptando la cifra máxima, ésta indicaría una inversiónindustrial ínfima por cualquier criterio que se le mida. Es una inversiónindustrial neta equivalente al 0.7 % del producto territorial neto, si ésteha aumentado en un 35% con relación a 1958, como afirma el Lic.

10. Op. cit., p. A Ó,l'Ol. 7.

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Noyola. Es apenas un 4.4% de la inversión neta total, si la tasa de acu­mulación fue la predicha por el Lic. Noyola. 11 Y aun calculando que elproducto territorial neto en 1961 no es un 35% superior, sino un 35%inferior al de 1958 (lo que probablemente se acerca mucho más a la rea­lidad), y que la tasa de acumulación es sólo la mitad de la que afirma elLic. Noyola, la inversión industrial que se está realizando en Cuba en1961, aun aceptando la cifra máxima posible y no descontando la des­capitalización, es ridículamente baja, tanto en términos absolutos comoen términos relativos.

En relación con la inversión en obras públicas, podemos limitarnuestro comentario a reproducir textualmente palabras del Comandan­te Ernesto Guevara en la ya varias veces mencionada Primera ReuniónNacional de Producción:

El MinisteriodeObrasPúblicas,ademásde esa lentitudcrónicaque hatenidoel MinisteriodeObrasPúblicasdurantemuchotiempo,queestáatribuidaa muchascosas, pero que también a defecto burocrático, adefectosde organización (Aplausos). Entonces,ya decidenresolverelproblemay echarse adelante: hacen una emulación. ¿Y cuál es el re­sultadoprimerode la emulación?-¡después lo corregimos!-. Puesquevana entregarelparquecitotal parael 26 dejulio, el otroparqueci­tomás tal, cuatrocasitaspor allá, y las fábricas,quees lo que produce,teso lo dejanpara después! (Aplausos). 12

Hechas estas observaciones sobre el estado de la economía cuba­na en la actualidad y sobre el monto y composición de la inversión en elafio que cursa, no creemos necesario entrar a examinar las prediccionesque hace el Lic. Noyola para los próximos diez años. Las prediccionesno tienen más base que la fe del autor en el sistema socialista, su creen­cia en la eficacia causal simple de la relación capital-producto y susproyecciones sobre la tasa de acumulación de la economía cubana en eldecenio 1961-1970, la exactitud de las cuales para el primero de esos

11. Estimando que una tasa de inversión bruta (inversión bruta sobre producto bruto)de 20% equivale aproximadamente. en el caso de Cuba, a una tasa de inversión neta(inversión neta sobre producto neto) de 16%.

12. Op. cit .•p. A7, col. 1.

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años acabamos de analizar. Las predicciones no tienen en cuenta en loabsoluto el trauma sufrido por la economía cubana al cambiar radical ysúbitamente su sistema de producción y distribución: ni el desplaza­miento masivo de los directores de la economía del país -adminis­tradores, ingenieros, contadores-, sin que existiera personal preparadopara sustituirlos; ni el cambio en las relaciones comerciales externas, queha hecho caer el valor de las exportaciones y ha dificul tado enormemen­te el suministro regular de muchas importaciones esenciales, espe­cialmente de piezas de repuesto para maquinaria y equipo de fabricaciónnorteamericana. ¿Cómo es posible desarrollar una tasa de crecimientodel 10 al 14% anual con una economía totalmente desorganizada; conuna escasez absoluta de profesionales universitarios, que han salido ensu inmensa mayoría del país y que las Universidades cubanas, en faseaguda de radicalismo revolucionario, no están haciendo nada por sus­tituir; y con un equipo capital, construido en un 80 o 90% en los EstadosUnidos, 13 que no puede mantenerse y repararse con partes y piezasfabricadas en la Unión Soviética o en Checoslovaquia?

Para terminar: creo que la propaganda de la revolución cubana abase de sus supuestos éxitos en el campo económico es desacertada ycontraproducente, porque la realidad se da a conocer, meses antes omeses después, y el contraste surte efectos negativos. Hasta hace algu­nos meses, la elevación del nivel de consumo del pueblo de Cuba duran­te la etapa redistribuidora de la revolución, sirvió para hacer propagan­da socialista; pero al entrar la revolución en su etapa propiamentesocialista (estatizadora), el proceso de aumento de la producción y delconsumo se ha revertido rápidamente y ya no podrá seguirse haciendopropaganda a base del bienestar del pueblo de Cuba. La revolucióncubana ha dejado de ser una prueba aparente de la "racionalidad y cfi­ciencia del sistema socialista" para convertirse en una demostraciónevidente del fracaso del socialismo totalitario en un país de la AméricaLatina.

13. Fue sólo en años recientes que la importación de maquinaria y equipo de Europallegó a representar un 25 o 30% del total.

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CAPITULO LVIII

PROBLEMAS ECONOMICOS DE CUBAEN EL PERIODO DE TRANSICION *

INTRODUCCiÓN

Agradezco mucho a Roger Betancourt y a todos los miembros deesta Asociación, a la mayor parte de los cuales me unen viejos lazos deefecto, haberme pedido inaugurar la cátedra Carlos Díaz Alejandro, loque para mi constituye un gran honor y una enorme satisfacción dada lagran amistad que tuve con Carlos, quien me hacía el altísimo honor deconsiderarse mi discípulo. No puedo vanagloriarme públicamente de unhecho del que no hay mas constancia que mi palabra, pero a ustedes sipuedo decirles que uno de mis grandes orgullos intelectuales es habersido considerado como maestro porun profesor de Minnessota, de Ya­le y Columbia, que poco tiempo antes de morir había sido designado pa­ra ocupar una Cátedra Fundacional en Harvard.

Desgraciadamente, no está aquí Carlos para ayudamos a pensarsobre los problemas de Cuba que vamos a discutir hoy, y que tendremosque seguir discutiendo hasta que se produzca el cambio; o para hablarmas propiamente, que tendremos que seguir discutiendo antes del cam­bio, durante el cambio y después del cambio. Los economistas cubanosno hemos examinado con suficiente detenimiento los problemas detransición al nuevo régimen, ni las políticas necesarias para resolverlos,por considerar que estos problemas y estas políticas dependerán de lascircunstancias en que se produzca la caída de Castro, por lo que son di­fíciles si no imposibles de prever; pero ese razonamiento es sólo par­cialmente válido, porque los problemas y las políticas de transición se­rán muy similares cualesquiera que sean las circunstancias en que és-taocurra. Los problemas de la transición serán mas difíciles si el cambio derégimen requiere una lucha larga y cruenta, que dañe gravemente el

* Conferencia en la Cátedra Carlos F. Díaz Alejandro, Washington D.C., Diciem­brc 2H, 1990.

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aparato productivo; pero los problemas de como realizar la priva­tización de las empresas y retornar a una economía de mercado, de queorientación dar a nuestro comercio exterior y de como evitar la caída dela producción en los primeros meses, así como los de la probable in­suficiencia de la ayuda externa y de la casi inevitable emergencia dedéficits fiscales en los primeros tiempos, serían basicamente de igualnaturaleza, por 10que pueden y deben ser estudiados.

Debemos tener en cuenta, desde luego, que las políticas del perío­do de transición serán diferentes si son aplicadas por una junta militarformada por oficiales del actual ejército, que con toda probabilidadrestablecerían mas gradualmente un régimen de libre empresa que por ungobierno de ex-exilados (la palabra es fea pero suena muy grata al oído);y que tendrían también una actitud de defensa de los actuales dirigentesciviles, no permitiendo que éstos fuesen substituídos en forma masivapor recién llegados del exterior.

Hace ocho o diez meses hablé en Puerto Rico sobre estos proble­mas y sobre las medidas que podrían adoptarse para resolverlos o ate­nuar su gravedad. Al hacer este examen, expresé preferencia por algu­nas políticas; pero no fue mi intención entonces, como no 10 es ahora,formular un programa económico para Cuba democrática, sino definircon la mayor claridad posible los problemas a que tendremos que hacerfrente. Mi propósito es analizar con el máximo cuidado la situación enque se encontrará Cuba a la caída de Castro, que será una situación lle­na de complejos problemas que requerirá un programa especial de tran­sición, en el que en algunos aspectos no sería posible o aconsejableaplicar las políticas de carácter permanente que deberán adoptarse unavez que esté normalizada la economía. Por ejemplo, para acelerar nues­tro desarrollo deberemos estimular y facilitar la inversión extranjera,pero si los desequilibrios de la transición provocan una fuerte deprecia­ción del peso, con la consiguiente caída en el valor de todos los activoscubanos en términos de moneda extranjera, la libre entrada de capitalimplicaría regalar la riqueza de Cuba a los nuevos inversionistas. Otroejemplo: después de restablecida la normalidad deberemos adoptar unrégimen arancelario de derechos muy bajos, pero el establecimiento deese régimen antes de reequiparnuestra industria y restablecer la voluntad

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de trabajo de nuestra población, significaría inundamos de importa­ciones y desequilibrar gravemente nuestra balanza de pagos. Un ejem­plo mas: Cuba tendrá que reincorporar a su economía a los empresarios,administradores, ingenieros y profesionales de todo tipo que están hoy enel exilio, pero esta reincorporación deberá ser hecha gradualmer.teporque, si se realizase en forma masiva, provocaría un choque económi­co, social y cultural con nuestros hermanos que permanecieron en Cubaque podría crear graves obstáculos a la completa y absoluta reunifica­ción patriótica de todos los cubanos. Además, los exilados no podemosabandonar súbitamente nuestras actividades actuales. Estos ejemplosmuestran, creo yo, que debemos diferenciar entre las políticas básicasque deberemos aplicar una vez que superemos los problemas de transi­ción, y las medidas temporales que tendremos que adoptar inicialmente.Repitiendo lo dicho hace unos momentos, en este intercambio de ideasme concentraré en las medidas de transición, y no entraré a discutir laspolíticas posteriores.

IMPORTANCIA DE ANALIZAR LOSPROBLEMAS DE TRANSICiÓN

Creo sumamente importante que comprendamos claramente losproblemas de transición y que nos pongamos de acuerdo en las medidasque deberemos aplicar para resolverlos; y una vez que nos pongamos deacuerdo, será necesario convencer a las naciones industriales y a lasinstituciones internacionales de la necesidad de apoyar esas medidas afin de facilitar la transición y, lo que es mas importante, acelerar suadvenimiento. Cuando comencé a preparar las notas para esta charla, nopensaba que el análisis de los problemas de transición pudiera contribuiren forma alguna a acelerar el momento en que esta se produjera; peroahora sí creo que podrá contribuir,y contribuir en forma decisiva. Me ex­plicaré. Tengo la convicción de que la inmensa mayoría, si no la to­talidad, de los miem bros del ejercito de Cuba está en total desacuerdo conla locura más grave que la descrita en ningún texto de Psiquiatría de ha­cer de Cuba el último bastión del comunismo internacional, y decondenar al hambre a nuestra población en una lucha irremisiblementeperdida de antemano: los militares cubanos son hombres inteligentes que

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no pueden estar de acuerdo con políticas absurdas, sin sentido ni lógica,Pero, además, yo tengo fe en que aman a su patria y que quisierandevolverle la paz, la tranquilidad y la prosperidad a Cuba, y la fecilidada todos los cubanos. Estoy convencido de que estos hombres tomarían elpoder si no temiesen que las naciones industriales se abstendrían dereconocer la Junta Militar que ellos instaurasen, y que las institucionesfinancieras internacionales se negarían a conceder préstamo alguno a lajunta, lo que provocaría el rápido derrocamiento de éste y, posiblemente,la condena a prisi6n de sus miembros por haber apoyado el régimencomunista. Tenemos que estar plenamente conscientes de esta situaci6n,y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para disipar todo temor de estanaturaleza en los oficiales del ejercito. Cuando lo logremos, habremosacelerado el advenimiento del período de transici6n.

Pero terminemos este largo prólogo y entremos de lleno en el temade esta Conferencia, que es examinar los problemas que confrontaráCuba a la caída del régimen actual que, debo adelantarles, no serán na­da fáciles.

ENUMERACiÓN DE PROBLEMAS

Al producirse el cambio, Cuba tendrá que hacer frente a graves ycomplejos problemas, los mas importantes de los cuales serán los si­guientes:

1. Reconversi6n de la economía estatal a una economía de mercado.

2. Orientaci6n del comercio exterior.

3. Bajo nivel de ingreso, déficit fiscal y desequilibrio externo.

4. Realineaci6n de precios para ajustarlos a los costos.

5. Inflaci6n

6. Restablecimiento del espíritu de trabajo.

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7. Creación o reorganización de las instituciones requeridas para elfuncionamiento eficiente de un sistema de libre empresa.

8. Atracción de capital privado extranjero; y

9. Reincorporación a la economía cubana de los empresarios, admi­nistradores. ingenieros y profesionales de toda clase actualmenteen el exilio.

La reincorporación de los exiliados no es un problema, sino una so­lución, pero una solución que tiene que ser aplicada con gran cuidado,porque de ese cuidado dependerá la pronta reunificación de todos los cu­banos y la rápida reconstrucción de nuestra economía.

RECONVERSiÓN DE LA ECONOMíA ESTATAL A UNAECONOMíA DE MERCADO

El primero y más importante de los problemas a que tendremos quehacer frente será la reconversión ele la economía estatal a un sistema deempresas privadas que compitan libremente en el mercado. Este objeti­vo puede lograrse mediante la aplicación conjunta o alternativa de laspolíticas siguientes:

a. Devolución de las propiedades confiscadas;

b. Venta a subasta de las unidades productivas a postores cuba­nos o extranjeros.

c. Distribución de la totalidad o de una parte de la propiedad delas unidades productivas entre los trabajadores de cada unidad;y

d. Distribución de la totalidad ()de una parte de la propiedad delas unidades productivas entre toda la población del país.

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La devolución de las propiedades confiscadas sería aparentemen­te la forma obvia de regresar a la empresa privada y a la economía demercado; pero no sería un proceso fácil de realizar rápidamente porquerequerirá la identificación y evaluación de las propiedades confiscadas,los títulos de sucesión de los herederos, etc. , todo lo cual implicaría unproceso que tomaría tiempo. Esto plantearía también la cuestión de sideben, o no, ser devueltas sus propiedades a las empresas extranjeras, quehan recuperado sus pérdidas, o una parte de ellas, deduciéndolas de susimpuestos ¿Deben esas propiedades ser devueltas a las empresas o a losgobiernos que les dedujeron impuestos?

Estas dificultades parecen indicar que la indemnización a lospropietarios confiscados debe ser hecha en bonos del Estado.

Una segunda vía sería poner en venta las unidades productivas ensubastas que se realicen en el período más breve posible, a las que seinvitarían postores cubanos y extranjeros. Este procedimiento tendría,sin embargo, el inconveniente del bajísimo precio que probablementesería obtenido, lo que transferiría a los compradores la propiedad de laeconomía cubana por una pequeña compensación.

El tercer método se aplicaría distribuyendo entre los trabajadoresde cada unidad de un SO a un 70 por ciento de la propiedad de la unidadrespectiva, reservándose el Estado el remanente a fin de intervenir en laadministración de las empresas en caso de que los trabajadores no lasmanejasen bien.

El cuarto método, muy similar al tercero, tiene el propósito deconvertir en propietarios no solamente a los trabajadores de las unidadesprivatizadas, sino también a los de los servicios de gobierno, hospitales,escuelas públicas, etc; pero su aplicación sería complicada y difícil.

COMERCIO EXTERIOR

En años recientes, Cuba ha exportado alrededor de 4 millones detoneladas de azúcar a la Unión Soviética y a los países de Europa

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Oriental, y alrededor de 2 millones de toneladas a la Comunidad Eco­nómica Europea. Al sobrevenir la liberación, los Estados Unidos nopodrían comprar de inmediato, ni en el curso de varios años, todo elazúcar que está siendo ahora vendida al área soviética, ni siquiera unaparte significativa de esa cantidad, porque ello implicaría reducir suproducción doméstica o los suministros que ahora recibe de Filipinas yde países de América Latina; pero como la Unión Soviética continuaránecesitando todo ese azúcar, o una gran parte del mismo, podríamoscontinuar vendiéndosela, bien en forma directa, o bien en forma indirec­ta a través de corredores, aunque desde luego a precios del mercado mun­dial.

Nuestro problema de comercio exterior no será, por consiguiente,la cantidad de azúcar que podremos exportar, sino el menor ingreso querecibiremos por esa exportación.

BAJO NIVEL DE INGRESO, DEFICIT ASCAL yDESEQUILIBRIO EXTERNO

Cuando se produzca el cambio Cuba estará en una situación críti­ca, con bajo nivel de ingreso, déficit fiscal y balanza de pagos desequi­librada, debido a los efectos acumulados de tres décadas de ineficienciacomunista, agravados por los problemas de la etapa final del régimen,que mientras mas se prolongue más crítica hará la situación. A esto ha­brá que sumar la pérdida del subsidio soviético, que ha representado en­tre un 1.5 y un 2.0 por ciento del producto bruto, y los pagos de la deu­da con la Unión Soviética y con los Bancos de Europa y de Japón, quepueden representar otro tanto; pero, lo que es mas grave, la economíacubana estará afectada también porla desorganización que provoca ine­vitablemente un cambio de' régimen, que en nuestro caso sería espe­cialmente intensa, por lo que deberemos hacer todos los esfuerzos queestén a nuestro alcance por reducirla al mínimo. Además el déficit debalanza de pagos será tanto mayor cuanto más rápidamente decidamosacelerar el reequipamiento y reconstrucción de nuestra economía.

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No es posible predecir el nivel a que habrá caído el ingreso realcuando se produzca el cambio, ni el de los desequilibrios internos yexternos que experimentará la economía en los primeros tiempos; peropodemos esperar que la caída en el nivel de ingreso será muy fuerte y quelos déficit serán superiores a la cuantía de la ayuda externa. Si nosatenemos a los pronunciamientos recientes de Fidel Castro, el ingresocaerá a los niveles de una economía agraria primitiva, caída que seráprogresivamente mas profunda en la medida en que se prolongue laactual situación. A ésto se añadirá, como digo antes, la pérdida delsubsidio soviético, el servicio de la deuda y la inevitable desorganiza­ción del cambio de régimen. Según vimos antes, las dos primeras causastendrán un efecto conjunto equivalente a un 3.0 Ó 4.0 por ciento delproducto que será, sin embargo, insignificante comparado con la reduc­ción de 20.0 ó 30.0 por ciento del producto anterior a la crisis queprovocará la disminución de suministros procedentes de Europa Orien­tal y de la Unión Soviética. Pero no podemos ignorar la última de lascausas mencionadas de reducción del producto, porque la desorga­nización económica provocada por el cambio de un sistema comunistaa uno de libre empresa puede ser muy grave.

Todas las unidades de producción de Cuba, con la sola excepciónde las fincas pequeñas, están en la actualidad dirigidas por funcionariosdel Gobierno, muchos de los cuales son miembros del Partido Comunis­ta. Dada esta situación, el derrocamiento del régimen implicaría que enun gran número de empresas los trabajadores se rebelarían contra losdirectores y gerentes, con la consiguiente desorganización de la produc­ción. Si a este proceso de rebeldía espontánea se sumase una políticasistemática del nuevo Gobierno de destitución de los directores deempresa, el resultado sería una caída vertical de la producción.

Debe recordarse que aún en los países capitalistas, donde la pro­ducciónestá enmanos de empresarios privados y de gerentes políticamen­te neutros, las revoluciones políticas provocan caídas en la producción yen el ingreso. La caída sería probablemente mucho más fuerte en Cuba,donde los gerentes de las unidades de producción son funcionariospúblicos y presumiblemente corresponsables de los errores y abusos delrégimen. Este es un problema del que debemos estar plenamente cons­cientes y al que tendremos que dedicar nuestra máxima atención.

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Pero olvidemos momentáneamente el peligro de la desorgani­zación económica provocada por el cambio de régimen y volvamos a lasestimaciones. Cuando comience el período de transición, el productonacional podrá estar 30.0 o 40.0 por ciento por debajo de su nivel de losúltimos años "normales" del período comunista y el desequilibrio po­tencial de los pagos internacionales podrá ser también de 30.0 o 40.0 porciento de las exportaciones "normales", es decir, podrá tener una cuantíade US$ 1.500 a US $ 2.000 millones.

Las cifras que acabo de mencionar son estimaciones gruesas quetienen el sólo propósito de cuantificar, siquiera sea burdamente mi cri­terio de que los problemas serán sumamente graves, y de apoyar micreencia de que el desequilibrio potencial de balanza de pagos durante losaños iniciales del período de transición será casi seguramente muysuperior a la ayuda que recibamos; y digo desequilibrio potencial, por­que en la medida en que no haya financiamiento el déficit no se ma­terializará, aunque si creará todas las presiones, distorsiones y desequi­librios que provoca un déficit potencial no financiado.

Al volver al régimen democrático. Cuba debería recibir préstamosmasivos de los-Estados Unidos, de los países de Europa Occidental y delJapón, cuyo interés económico y político estaría en que triunfase ple­namente nuestro país al volver al sistema de empresa privada. Cubadeberá luchar denodadamente por obtener la máxima ayuda posible deesas naciones, basando su solicitud en el enorme valor político paraOccidente que tendría el rápido éxito económico de una nación al re­gresar al sistema capitalista. Dada la gran importancia política de eseéxito, es posible que Cuba reciba una cantidad relativamente alta deayuda, pero difícilmente ésta alcanzará las enormes cifras que se reque­rirán. En todo caso. no sería realista planear sobre la base de que Cubarecibirá toda la ayuda necesaria.

REALlNEACIÓN DE PRECIOS CON COSTOS

La reconversión de la economía estatal en un sistema de empresasindependientes. que guíen la cantidad y composición de los bienes queproduzcan por las señales que reciban del mercado, hará que los precios

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y costos sean realineados por las unidades de producción tan pronto és­tas sean privatizadas o, aún antes de serlo, reciban autorización paradecidir las cantidades que produzcan y precios que cobren, por lo que larealineación de precios y costos no será, en principio, un problema parael gobierno; pero si lo será la probable disminución de los salarios rea­les que resultará del aumento de los precios de los bienes y servicios deconsumo popular en mayor medida que los precios de los bienes y ser­vicios de más alta calidad. Yo no conozco la estructura de precios re­lativos en Cuba, pero supongo que, al igual que en los demás paísescomunistas, los bienes-salarios sean vendidos por un valor inferior a sucosto, mientras ocurra lo contrario en el caso de los bienes no esenciales.Si este es el sistema prevaleciente en Cuba, la realineación reduciría lossalarios reales, en adición a la reducción que éstos probablemente ex­perimentarán como consecuencia de las disminuciones en la producciónnacional y en los suministros importados, que en una sección anteriorhemos previsto. Debemos tener en cuenta el probable efecto depresivode la realineación sobre los salarios, a fin de contrarrestarlo, en la medi­da de los posible, mediante un sistema temporal de subsidios e impues­tos de consumo. Hago esta advertencia no solamente porque debemostratar de evitar que los salarios reales se deterioren en mayor medida quela inevitable, sino porque tenemos que hacer todo lo que esté a nuestroalcance para prevenir la inflación, que es un peligro que nos amenazaseriamente.

INFLACiÓN

En una sección anterior expresé la opinión de que al caer el régi­men comunista la economía cubana se encontrará en una situacióncrítica, con un bajo nivel de producción, con déficit fiscal y condesequilibrio en la balanza de pagos; y estimé en forma muytentativa queel producto nacional podría estar un 30.0 ó 40.0 por ciento por debajo desu nivel de los últimos afias "normales" del período comunista, y que eldesequilibrio potencial de balanza de pagos sería probablemente supe­rior a la ayuda externa que podríamos esperar. En esos cálculos tentati­vos no hice estimación alguna del posible monto del déficit fiscal debi­do a dos razones: una, la dificultad del cálculo y otra, más importante, queel déficit dependerá de la política que adopte el Gobierno: de la fuerza de

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voluntad que tenga para absorber sólo una parte del desempleo y dejardesocupados durante uno o dos años a un número considerable de tra­bajadores, yen la pobreza a un número considerable de familias, a fin deevitar que se desate la inflación; que se desate una inflación que daríaempleo momentáneo sólo a un número pequeñ.o de trabajadores adicio­nales; pero que en unos pocos meses se convertiría en hiperinflación. ycrearía un volumen de desocupación mucho mayor, y dificultaría gra­vemente nuestra reconstrucción.

Desearía estar equivocado, pero creo que si el peligro de inflación-de hiperinflación- es sumamente alto y que tendremos que hacer es­fuerzos cuasi-heroicos para evitar esa gravísima amenaza. Evitar lainflación galopante obligará al Gobierno a señ.alarse un programa de re­construcción más modesto, a reducir el volumen de obras públicas paradar empleo, y a disminuir a niveles muy bajos el subsidio a los deso­cupados, pero a mi juicio el peligro es evidente y tenemos que evitarlo.

RESTABLECIMIENTO DEL EspfRITU DE TRABAJO

La nueva Cuba tendrá que restablecer el espíritu de trabajo de lapoblación y demostrar que la reconversión a una economía de mercadono se ha hecho para devolver sus propiedades a los exiliados, sino parahacer libres, felices y prósperos a todos los cubanos; especialmente a losque no pudieron salir de Cuba, ya que los que salimos recobramos hacemucho tiempo nuestra libertad y, gracias a nuestro trabajo, hemos al­canzado un nivel de ingreso mas alto del que teníamos antes. A esterespecto, debo manifestar a ustedes que favorezco decididamente el plande distribuir un 70 por ciento de la propiedad de cada empresa entre sustrabajadores.

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ORGANIZACiÓN O REORGANIZACiÓN DE LAS INSTITUCIONESREQUERIDAS PARA EL FUNCIONAMIENTO EFICIENTE DE UN

SISTEMA DE LIBRE EMPRESA

El funcionamiento de una economía de mercado requiere los ser­vicios de instituciones auxiliares de distintos tipos -bancos, compañíasde seguro, bolsas de valores, lonjas de comercio, casas de corretaje, etc.-que ayuden a las empresas a fmanciar su capital de trabajo, a asegurar­se contra riesgos, a aumentar su capital accionario y a vender sus pro­ductos, por lo que será necesario crear o traer del extranjero institucio­nes de este tipo, pero esto no ofrecerá dificultad alguna, porque en elexilio hay personas preparadas en todas estas actividades, que podríanvolver a Cuba como técnicos individuales, o llevar sucursales o agenciasde las empresas que poseen; y además, porque Cuba podría abrir laspuertas a empresas extranjeras que operan en estas actividades.

Dada la inexistencia en Cuba de entidades de servicios comercia­les y fmancieros -excepto, desde luego, el Banco Nacional que prestaestos servicios para las empresas del Estado- y dado el hecho de que estasempresas no irán a comprar activos a precios ínfimos, sino a movilizarahorro nacional y traer recursos de afuera, será altamente aconsejableabrirles de par en par las puertas de nuestra economía.

ATRACCiÓN DE INVERSiÓN DIRECTA EXTRANJERA

Repitiendo una afirmación hecha al principio de esta conferencia,Cuba deberá estimular y facilitar la entrada de capital extranjero a fin deacelerar su desarrollo económico, pero en las primeras fases del períodode transición será necesrio establecer algunas regulaciones a la entradade capital sí, como es probable, la economía experimenta desequilibriosque provoquen una caída en el valor de los activos cubanos en términosde la moneda de otros países. De ocurrir ésto, autorizar la libre entradade capital sería vender activos cubanos a precios muy bajos a com­pradores de afuera: sería regalar nuestra riqueza al extranjero.

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Si en las primeras fases del período de transición la baja en el va­lor de los activos fuese moderada, ésta estimularía la entrada de capitalforáneo, 10que elevaría de nuevo ese valor, al propio tiempo que haríacrecer la producción y el ingreso real, por lo que la pérdida que sufriríala economía del país al vender activos por algo menos de su valor esta­ría compensada por el mayor crecimiento económico; pero si la caída delvalor de los activos nacionales fuese profunda, no podría permitirse suventa a un precio irrisorio. El problema es difícil, pero si se presenta ha­brá que afrontarlo con inteligencia y firmeza.

No puedo decir a ustedes, porque no he pensado con suficiente de­tenimiento en el problema, cuales deberían ser las reglas para canalizarlas entradas de capital en los primeros tiempos, pero si puedo indicarlesque, a mi juicio, éstas deberían orientarse en la dirección de abrir laspuertas al capital que venga a aumentar la producción de bienes yservicios, y cerrarlas al que pretenda entrar con el sólo propósito deadquirir activos ya existentes. Este criterio no resuelve enteramente elproblema, porque las inversiones dirigidas a aumentar la producciónnecesitan adquirir activos ya existentes -terrenos, edificios ya construi­dos -pero nos ayuda a decidir en sentido afirmativo o negativo, según lamayor importancia de uno u otro propósito.

El caso más difícil, y también el que habrá que afrontar con másfrecuencia, será el del inversionista extranjero que desea adquirir unaindustria nacional en operación, o una participación en su propiedad,para modernizarla y ampliarla, ya que no será fácil determinar que pro­porción del capital ampliado de la empresa deberán recibir los nuevosinversionistas y que proporción deberán mantener los antiguos pro­pietarios (que en el caso de Cuba en el futuro próximo serían el Estadoo los trabajadores). Este es un problema que tenemos que resolver, de unamanera u otra, porque su solución nos dará el criterio que deberemosaplicar a la inversión en Cuba del capita cubano en el exilio que, con­juntamente con el regreso de los técnicos exiliados, serán los factoresbásicos de la reconstrucción de la economía cubana.

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REINCORPORACiÓN A LA ECONOMíA DE LOS EMPRESARIOS,ADMINISTRADORES, INGENIEROS V PROFESIONALES DE

TODAS CLASES EN EL EXILIO

Al igual que en la sección anterior, debo comenzar ésta repitiendoconceptos ya enunciados: Cuba tendrá que reincorporar a su economíaa los empresarios, administradores, ingenieros y profesionales de todotipo que están hoy.en el exilio, pero esta reincorporación deberá ser he­cha gradualmente porque, si se realizase en forma masiva, provocaría unchoque económico, social y cultural con nuestros hermanos que perma­necieron en Cuba, que podría crear graves obstáculos a la completa yabsoluta reunificación patriótica de todos los cubanos.

El problema no será tal vez grave porque el grueso de los exiliadosestá compuesto por funcionarios y empleados que no abandonarán suspuestos para ir a un país en crisis. El problema estará más bien en losempresarios y capitalistas cubanos que quieran ir a adquirir unidadesagrícolas, mineras o industriales, para modernizarlas y ampliarlas: pa­ra ponerlas a producir y a rendir dividendos. Como vimos en la secciónanterior, tenemos que pensar en las normas que deberán regular estasinversiones.

CONCLUSIONES

Siguiendo el mismo orden en que las he expuesto, podría resumirmis ideas y preocupaciones sobre el período de transición de la siguien­te manera:

1. La forma más aconsejable de reconvertir la economía estatal a unsistema de libre empresa sería distribuir una parte considerable dela propiedad de cada unidad productiva entre sus trabajaaores. Laindemnización a los propietarios confiscados podría hacerse enbonos de valor garantizado contra la inflación.

2. El mercado principal para las exportaciones durante algunos añosseguirá siendo la Unión Soviética, a la que se vendería el azúcardirectamente o a través de terceros países.

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3. Puede preverse un período de bajos niveles de producción e ingre­so real, y fuertes desequilibrios fiscales y cambiarios, proba­blemente superiores a la ayuda externa que se reciba.

4. Dados los desequilibrios fiscales y cambiarios previsibles y elgrave riesgo de inflación que ellos comportan, deberá procedersecon gran cuidado en la aplicación de las políticas para realinearprecios y costos.

5. Existe grave riesgo de inflación que será necesario evitar aplican­do políticas económicas y financieras sumamente rigurosas, aún alcosto de debilitar la lucha contra el desempleo y hacer mas lento elprograma de reconstrucción.

6. Será necesario revivir el espíritu de trabajo, adormecido por elcomunismo, y levantar la moral de los obreros y empleados, paralo cual sería aconsejable aplicar el plan de distribuir entre lostrabajadores una alta proporción de la propiedad de las empresas.

7. Será necesario crear, reorganizar o traer del extranjero las insti­tuciones financieras y comerciales necesarias para el buen fun­cionamiento de un régimen de libre empresa.

8. Deberá estimularse y facilitarse la inversión de capital extranjero,pero en las fases iniciales del período de transición la entradadeberá regularse a fin de evitar la venta a precios muy bajos de lariqueza del país; y

9. El regreso a Cuba de los empresarios, administradores y técnicosque están en el exilio deberá hacerse en forma gradual a fin de evi­tar choques con los actuales dirigentes de la economía cubana.

Las ideas desarrolladas a lo largo de esta conferencia, que acabo deresumir, son sólo opiniones personales que espero puedan servir austedes como agenda para analizar y discutir los problemas que puedenpresentarse en el período de transición, y las medidas alternativas quedeban aplicarse para resolverlos o atenuarlos. Creo que la utilidad de es-

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ta exposición estáenhaberdiferenciado las medidas detransición de laspolíticas que deberán adoptarse una vez que se normalice la economía;y, además, en haber hecho un catálogo relativamente completo de losproblemas que, a mi juicio,podránpresentarse.

Temo que mi análisis haya estado demasiado influido por la ex­periencia de los países de Europa Oriental, y que haya presentado losproblemas de Cuba con una gravedad mayorde la que realmente ten­drán; perocreopreferiblequeseamos precavidos aquelosproblemas nosagarren por sorpresa. No debemos ignorar que confrontaremos pro­blemas, pero tenemos que estar seguros de que los superaremos. Tene­mos que tenerfe en que trabajando hombro conhombro los cubanos deadentro y los que estamos temporalmente afuera reconstruiremos unapatriaunida, libre,próspera y feliz; una patriaquevolveráa ser orgullode sus hijos, de América y del mundo.

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