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ContenidoComunidad Franciscana

Provincia de la Santa Fe - Colombia

Año XLIX, N.° 434, Abril - Junio de 2012

e-mail: romuloponce@franciscanos.org.co

Publicación trimestral • Curia Provincial _________________________________________

Editor

Fray Rómulo Ponce Torres, O.F.M.romuloponce@franciscanos.org.co

Secretaria

Clemencia Marín Restrepo cmarin@franciscanos.org.co

secretaria_provincial@franciscanos.org.co ________________________________________

© 2012 Comunidad Franciscana,

Provincia de la Santa Fe - Colombia

Calle 73 n.° 10-67

Bogotá, D. C., Colombia

Teléfonos: 540 6061/63

Fax: 540 6064

romuloponce@franciscanos.org.co

pazybien@franciscanos.org.co

Sitio Web: www.franciscanos.org.co_________________________________________

Ministro Provincial

Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M.

Vicario Provincial

Fray José Alirio Urbina Rodríguez, O.F.M.

Definidores

Fray Carlos Arturo Restrepo Giraldo, O.F.M.

Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M.

Fray Eduardo Espinosa Vásquez, O.F.M.

Fray Jorge Botero Pineda, O.F.M.

Fray Antonio José Grisales Arias, O.F.M._________________________________________

Diseño de portada

Luis Orlando Ferrucho Bran

Diseño y diagramación

Luis Orlando Ferrucho Bran

Fotografía

Provincia Franciscana de la Santa Fe

Tirada: 150 ejemplares_________________________________________

Prohibida la reproducción parcial o total de este Boletín, por cualquier medio, sin permiso

escrito de la Provincia._________________________________________

Impreso en Colombia - Printed in Colombia

ContenidoMensaje del Ministro Provincial• Nuestra Identidad ................................................... 5

Sección especial. Santuario de la Verna• Visita al Santuario de la Verna.

Discurso del Santo Padre Benedicto XVI ............ 10

Vida FraternaAcontecimientos Provinciales• Encuentro de los Hermanos de 30 a 45 años

de edad en Villa Asís, Jamundí ............................ 15• Retiro Espiritual Anual, 22 al 27 de abril de 2012 ...17• Visita del Ministro Provincial

a las fraternidades de Santa Marta y Dibulla ....... 18• Encuentro de los Hermanos de 46 a 50 años

de edad en Villa Asís, Jamundí ............................ 20• Visita del Definitorio Provincial a la Fraternidad

de San Antonio de Padua, Medellín .................... 27• Retiro Espiritual Anual, 13 al 18 de mayo de 2012 ...28• Retiro Espiritual Anual, 20 al 25 de mayo de 2012 ...30• Retiro Espiritual Anual, 10 al 15 de junio de 2012 ...31• Celebración Jubilar Año 2012 .............................. 33

Informaciones Provinciales• Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta

y Dibulla-La Guajira ............................................. 35• Encuentro de animadores

11 al 14 de abril de 2012 ............................................44• Reunión de la familia franciscana

en la sede de la Curia Provincial ......................... 48• Decreto de Supresión de la Casa de

San Jaime de la Marca, Ibagué-Tolima. Fray José Rodríguez Carballo, O.F.M. .................. 49

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• Congregación para el Clero: Rescripto de dispensa del celibato del presbítero Nicolás Alberto Alzate Mejía ........... 50

• Congregación para el Clero: Rescripto de dispensa del celibato del presbítero Jorge Enrique Giraldo Aguilar ......... 51

• Decreto de Incardinación en la Diócesis de Girardot del Padre Antonio José Ramos Riquett ........................................ 52

• Visita de Fray Joel Castro, O.F.M., Custodio de la Inmaculada Concepción-Venezuela ................... 55

• Fiesta de San Bernardino de Siena .............................................. 56• Decretos y fecha de creación de las parroquias en

donde servimos los Hermanos Menores, Provincia de la Santa Fe-Colombia .............................................. 58

• Cierre definitivo del Colegio Fray Rafael de la Serna, Medellín.....59• Memorias del Encuentro de Ecónomos Provinciales,

de la Conferencia Franciscana Bolivariana, en Quito, del 28 al 30 de mayo del 2012 ...................................................... 62

• Crónicas de Justicia, Paz e Integridad de la Creación ............... 84• Aceptación de la Renuncia como Asistente de la Federación

de Monasterios de las Monjas Clarisas de Colombia ................... 98• Encuentro de Misiones y Evangelización, San Bernardino,

Bogotá, 8 de junio de 2012 ........................................................... 99

Reflexiones de la Formación• Del Diario de un Misionero,

Fray Jaime Antonio Peláez Vásquez, O.F.M. ............................. 103

Cumpleaños de los frailes • Julio ............................................................................................. 119• Agosto .......................................................................................... 120• Septiembre .................................................................................. 121

Recordando a nuestros difuntos• Fray Germán Alfonso Bautista Romero, O.F.M. ......................... 122• David Estupiñán Manrique, O.F.M. ........................................... 127

Notas de agradecimientos• Mensaje de Felicitaciones que envió nuestra Provincia

a Fray Maco Vinicio Mendieta N., O.F.M., por alcanzar el título de «Restaurador de Arte» .............................................. 128

Página Retro• Identifique el personaje .............................................................. 129

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En buena hora el último Capítulo General, al ha-blar de la Animación de la Vida de toda la Orden, pidió en su mandato n.º 2 que «el Definitorio general, a través de la SGFE y la SGME, pro-fundice el tema de la identidad franciscana y de la participación en la

misión evangelizadora de los Hermanos sacerdotes y laicos. Si lo consi-dera oportuno, en colaboración con las diversas Conferencias, organice encuentros a nivel continental sobre estos temas» (cf. Portadores del Don del Evangelio. Documento del Capítulo General de la Orden de los Her-manos Menores. Asís. Pentecostés. 2009 p. 27). El ministro general, por su parte, resalta con respecto a esta tarea prioritaria que «en un tiempo en que la Orden muestra cansancio y dificultades, una reflexión renovada sobre ¿quiénes somos? Y ¿quiénes queremos ser? Nos ayudará a transfor-mar la crisis en ocasión para el discernimiento de lo esencial que hemos prometido vivir, y al mismo tiempo nos estimulará para ser en el mundo de hoy evangélicamente rebeldes, de modo que seamos más significati-vos y más proféticos» (Cf. Nuestra Identidad Franciscana. Subsidio del Definitorio General. Roma 2012. Documento en construcción p. 4).

Y es que ciertamente preguntarnos acerca de nuestra identidad no es una tarea tangencial; ni mucho menos aplazable. En el abordaje pro-fundo y existencial de este cuestionamiento está en juego toda nuestra vida. Está en juego nuestro pasado glorioso, nuestro presente con todas sus tensiones concretas y nuestro futuro desafiante, lleno de retos y, por lo mismo, necesariamente abierto a la esperanza. Ocuparnos del tema de nuestra identidad como Hermanos y Menores implica que volvamos sobre lo esencial; que abandonemos lo accidental y nos concentremos

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en lo fundamental. Permítanme hermanos que vayamos brevemente al sentido profundo de esta realidad que nos ocupa. Cabe recordar que el latín identĭtas, hace alusión a que la identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás. Por ejemplo: «El futbol y la zamba forman parte de la identidad brasilera», «Una persona tiene dere-cho a conocer su pasado para defender su identidad». En este sentido, la idea de identidad está asociada a algo propio, a una realidad interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos que, en realidad, no son propios de la persona: «Me olvidé de mi identidad y comencé a aceptar trabajos que no me gustaban y con los que no tenía nada en co-mún». A este respecto, cabria preguntarnos: ¿Nos estaremos olvidando de nuestra identidad? ¿Se nos estará perdiendo «lo propio», por una tenden-cia cada vez más generalizada de ser y de pasar como «uno de tantos»? ¿Quienes nos ven y nos tratan pueden identificar el sello característico de «lo franciscano» en nosotros? Ahora bien, si quisiéramos ahondar en cuanto a implicaciones que se derivan del concepto identidad, podríamos encontrar al menos las siguientes:

a. Se refiere al conjunto de las características, datos o informaciones que son propias de una persona o de un grupo y que permiten diferen-ciarlos del resto: la identidad de un pueblo.

b. Hace alusión al hecho de ser una persona o cosa la misma que se supone o se busca, por características que la distinguen de otras: comprobar la identidad de una firma; aún no se sabe la identidad del ganador de un sorteo.

c. Refiere a la cualidad de idéntico: estos amigos tienen identidad de caracteres.

d. Relaciona el conjunto de rasgos o características que hacen que las personas se diferencien entre sí: No se encontró ningún certificado o documento que aclarase la identidad de la víctima.

e. Relaciona el conjunto de caracteres sociales, culturales, religiosos y demás que diferencian una colectividad de otra: identidad étnica.

f. Describe los datos o información que definen de manera oficial a una persona y permiten distinguirla de otra: Para protegerlo, se le otorgó una nueva identidad al testigo.

En todos los casos mencionados siempre queda claro que la identidad alude a lo propio, a lo específico, a lo característico, a lo patrimonial, a lo entitativo; a aquello que nos hace ser distintos y genuinos, frente a otras realidades similares. Aún más, a aquellos caracteres profundos que nos afirman frente a seudo-realidades y fenómenos que tienen poder de di-luirnos en un maremágnum de propuestas. Desde estas consideraciones

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precedentes, cobra mayor validez la labor del Definitorio General, el cual «ha iniciado ya una reflexión sobre nuestra identidad de Hermanos Me-nores, con la ayuda de algunos hermanos expertos, retomando la Regla y las Constituciones generales y escuchando con simpatía y empatía (PdE 13.15) el mundo actual. Dicha reflexión ha sido compartida y profundizada con los nuevos Provinciales, con los Presidentes de las Conferencias y con los Visitadores generales». (Cf. Nuestra Identidad Franciscana. Subsidio del Definitorio general. Roma 2012. Documento en construcción p.4). De esta forma se ha resaltado que los elementos fundantes del horizonte espiritual de Francisco fueron traducidos en una forma concreta de vida que podemos especificar en tres dimensiones nucleares: Una vida radi-calmente evangélica, una vida en Fraternidad y Minoridad y una vida de Misión en la Iglesia y en el mundo» (Ibíd. pp. 10-13).

Nuestra entidad provincial, por su parte, ha acogido plenamente estos referentes de Animación de la Orden. Por lo mismo les decía a los herma-nos en mi primer mensaje oficial como Ministro de la Provincia: «Durante este tiempo en el cual el Señor nos ha llamado a servir a la Fraternidad provincial, en compañía de los hermanos del Definitorio provincial y con el apoyo decidido de cada uno de los Secretarios, Moderadores, Anima-dores, Asistentes y/o Responsables de Oficinas Provinciales, estaremos empeñados en la tarea de promover la reflexión sobre nuestra Identidad Franciscana en la Provincia y en la Orden; así como en la labor de hacer operativo el Proyecto de Vida Provincial en sus tres niveles y en los proyec-tos que de allí se deriven. Obviamente contamos con la buena voluntad, la fe, el entusiasmo y el compromiso de todos los hermanos para llevar a cabo las tareas encomendadas» (Cf. Boletín Provincial. Año XLVIII N.º 432. Octubre-Diciembre de 2011 pp. 6-7).

En virtud de lo anterior, como los hermanos lo han podido constatar, se programaron y, con la ayuda de Dios se están implementando, actividades que nos ayudan en la tarea del discernimiento personal y comunitario, a fin de eva-luar la vida y la misión y así iniciar caminos inéditos de presencia que hagan más significativo nuestro ir por el mundo en el anuncio del Evangelio. Cabe recordar que en el mes de marzo, cuando se realizó el encuentro del Ministro Provincial y su Definitorio en el cual se elaboró el Cronograma de Actividades para el presente año, se pidió expresamente que en los diversos eventos (retiros anuales, encuentros formativos, reuniones de se-cretariados, animaciones, asistencias y equipos de las obras evangelizadoras provinciales) se aborde el tema de la Identidad

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Franciscana concentrada en las tres dimensiones fundamentales de una vida radicalmente evangéli-ca, una vida en Fraternidad y Minoridad y una vida de Misión en la Iglesia y en el mundo; igualmente se dialogó acerca de las estrategias concretas para hacer operativo el Proyecto de Vida Provincial, en los niveles provincial, de fraternidades locales y personal. Todo ello buscando sin duda, como ya lo dije anteriormente, retornar a lo propio, a lo específico, a lo característico, a lo patrimonial, a lo entitativo; a aquello que nos hace ser distintos y genuinos, frente a otras realidades similares; es decir buscando retornar a nuestra identidad.

Ahora bien, la Provincia como madre solícita y atenta ha propiciado y seguirá propiciando todos los espacios y medios posibles para el buen logro de esta tarea ineludible. Corresponde a cada uno de los hermanos; nos corresponde a cada uno de

nosotros ser dóciles a la acción del Espíritu del Señor y su santa ope-ración, a fin de que no solamente tengamos claro lo que debemos ser, sino que vivamos lo que debemos vivir y abandonemos lo que oscurece nuestra especificidad. Ya nos lo dice más claramente nuestro hermano Francisco en su segunda Carta a los Fieles 48-53: «Y sobre todos aquellos y aquellas que hagan estas cosas y perseveren hasta el fin, reposará el Espíritu del Señor (Is 11,2) y hará en ellos habitación y morada (cf. Jn 14,23). Y serán hijos del Padre celestial (cf. Mt 5,45), cuyas obras hacen. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cf. Mt 12,50). Somos sus esposos cuando el alma fiel se une a Jesucristo, por el Espíritu Santo. Somos sus hermanos cuando cumplimos la voluntad de su Padre que está en el cielo (Cf Mt 12,50); somos sus madres, cuan-do lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo (cf. 1Cor 6,20) por el amor y por una conciencia pura y sincera, y lo damos a luz por las obras santas, que deben ser luz para los demás por el ejemplo (cf. Mt 5,16)».

En otras palabras. No nos basta ir a la Regla y a las Constituciones generales para retomar, a partir de una seria reflexión, los elementos esenciales de nuestro carisma en la Iglesia, los cuales constituyen la forma de vida que nos transmitió el hermano Francisco. Se hace nece-sario, en un espíritu de auténtico discernimiento, que nos permitamos la confrontación frente a la realidad concreta en la cual vivimos, tanto a nivel interno, como externo; que revisemos nuestra praxis actual en cuanto a la calidad de nuestra forma de vida, en cuanto a nuestras rela-

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ciones fraternas y nuestras actitudes ante los demás; así como en cuanto a nuestra misión en la Iglesia y en el mundo y que, consecuentemente, optemos por nuevas sendas marcadas por entrañas evangélicas, frater-nas, minoríticas, misioneras y evangelizadoras. Preguntas como: ¿Qué tan evangélica es la calidad de nuestra vida? ¿Qué tanta profundidad subyace en nuestras relaciones fraternas? ¿Cómo es nuestra manera de ser y de actuar en medio del mundo y las realidades que nos rodean; de imposición, de descalificación, o de servicio, sencillez y entrega? ¿Qué tanto ardor, lucidez y audacia mueven nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros cuerpos para ir a anunciar la Buena Noticia a los de cerca y a los de lejos? ¿Qué tanto estamos dispuestos a abandonar nuestros proyectos para asumir el Proyecto del Reino, el Proyecto de Jesús, al cual por opción hemos consagrado toda nuestra vida? Son cuestionamientos que cobran una validez inusitada y necesaria. Son cuestionamientos que se convierten en urgentes e inaplazables.

Es claro entonces que, solo si retornamos al don del Evangelio, el cual está al origen de nuestra forma de vida; solo si asumimos la Fraternidad, en sencillez y alegría, como el elemento fundamental de nuestra vocación franciscana, después de la centralidad de Dios y del Evangelio; solo si recordamos que nuestra espiritualidad es una espiritualidad misionera, una espiritualidad del encuentro, que tiende a ponerse en camino para anunciar con las palabras y con la vida, la Buena Nueva del Evangelio; solo si nos dejamos mover por la acción renovadora del Espíritu del Señor podremos «ir al mundo entero (Cf Mc 16,15), para que de palabra y con las obras demos testimonio de su voz y hagamos saber a todos que no hay otro omnipotente, sino él (Cf Tob 13,4)». (CtaO 9). Solo así podremos recuperar la razón de nuestro ser y quehacer en el mundo. Solo así podremos ser, como lo expresara el Ministro general, cuyas palabras cité al comienzo de esta reflexión: «evangélicamente rebeldes, (…) más significativos y más proféticos» (Cf. Nuestra Identidad Franciscana. Subsidio del Definitorio General. Roma 2012. Documento en construcción p.4).

¿Estaremos dispuestos?

Fraternalmente,

Hno. MARIO WILSON RAMOS NOVOA, O.F.M. Ministro provincial

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La etapa prevista en La Verna, que el Papa pensaba visitar el domingo 13 de mayo por la tarde, se anuló a causa del

mal tiempo. Sin embargo, publicamos el discurso que había preparado el Pontífice para la ocasión.

Queridos frailes menores, queridas hijas de la santa madre Cla-ra, queridos hermanos y hermanas: ¡Que el Señor os dé paz!¡Contemplar la cruz de Cristo! Hemos subido como peregrinos al Sasso Spicco de La Verna donde «dos años antes de su muerte» (Celano, Vida primera, III, 94: FF, 484) San Francisco recibió en su cuerpo los estig-mas de la gloriosa pasión de Cristo. Su camino de discípulo lo había llevado a una unión tan profunda con el Señor que compartía incluso sus señales exteriores del acto supremo de amor de la cruz. Un cami-no iniciado en San Damián ante Cristo crucificado contemplado con la mente y con el corazón. La continua meditación de la cruz, en este lugar santo, ha sido camino de santificación para numerosos cristianos que, a lo largo de ocho siglos, se han arrodillado aquí para orar, en el silencio y en el recogimiento.

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La cruz gloriosa de Cristo resume el sufrimiento del mundo, pero es sobre todo señal tangible del amor, medida de la bondad de Dios hacia el hombre. En este lugar también nosotros estamos llamados a recupe-rar la dimensión sobrenatural de la vida, a levantar los ojos de lo que es contingente, para volver a abandonarnos totalmente al Señor, con corazón libre y en perfecta alegría, contemplando al Crucificado para que nos hiera con su amor.

«Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición» (Cántico del hermano sol: FF, 263). Sólo dejándose iluminar por la luz del amor de Dios, el hombre y la natura-leza entera pueden ser rescatados; sólo así la belleza puede finalmente reflejar el esplendor del rostro de Cristo, como la luna refleja el sol. Brotando de la cruz gloriosa, la Sangre de Cristo crucificado vuelve a vivificar los huesos secos del Adán que está en nosotros, para que cada uno vuelva a encontrar la alegría de encaminarse hacia la santi-dad, de subir hacia las alturas, hacia Dios. Desde este lugar bendito, me uno a la oración de todos los franciscanos y las franciscanas de la tierra: «Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos aquí y en todas las iglesias que hay en el mundo, porque con tu santa cruz redimiste al mundo». ¡Arrebatados por el amor de Cristo! No se sube a La Verna sin dejarse guiar por la oración de San Francisco del absorbeat, que reza: «Te suplico, Señor, que la fuerza abrasadora y meliflua de tu amor absorba de tal modo mi mente que la separe de todas las cosas que hay debajo del cielo, para que yo muera por amor de tu amor, ya que por amor de mi amor tú te dignaste morir» (Oración «absorbeat», 1: FF, 277). La contemplación de Cristo crucificado es obra de la mente, pero no logra elevarse hacia lo alto sin el apoyo, sin la fuerza del amor. En este mismo lugar, fray Buena-ventura de Bagnoregio, insigne hijo de San Francisco, proyectó su Itinerarium mentis in Deum in-dicándonos el camino que es pre-ciso recorrer para elevarnos a las cimas donde podemos encontrar a Dios. Este gran Doctor de la Iglesia nos comunica su misma experiencia, invitándonos a la oración. Ante todo, es necesario dirigir la mente a la Pasión del Señor, porque el sacrificio de la cruz es el que borra nuestro pe-cado, una falta que sólo puede

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ser colmada por el amor de Dios: «Exhorto al lector –escribe–, ante todo al gemido de la oración a Cristo crucificado, cuya sangre lava las manchas de nuestras culpas» (Itinerarium mentis in Deum, Prol. 4). Pero, para tener eficacia, nuestra oración necesita las lágrimas, es decir, la participación interior, nuestro amor que responda al amor de Dios. Además, es necesaria la admiratio, que San Buenaventura ve en los humildes del Evangelio, capaces de asombro ante la obra salvífica de Cristo. Y precisamente la humildad es la puerta de todas las virtudes. De hecho, no es posible alcanzar a Dios con el orgullo intelectual de la búsqueda encerrada en sí misma, sino con la humil-dad, según una célebre expresión de San Buenaventura: «[el hombre] no crea que le baste la lectura sin la unción, la especulación sin la devoción, la búsqueda sin la admiración, la consideración sin el júbilo, la diligencia sin la piedad, la ciencia sin la caridad, la inteligencia sin la humildad, el estudio sin la gracia divina, el espejo sin la sabiduría divinamente inspirada»(ib.).

La contemplación de Cristo crucificado tiene una eficacia extraor-dinaria, porque nos hace pasar del orden de las cosas pensadas a la experiencia vivida; de la salvación esperada, a la patria feliz. San Buenaventura afirma: «Aquel que lo mira atentamente [a Cristo cru-cificado]... realiza con él la Pascua, es decir, el paso» (ib., VII, 2). Este es el corazón de la experiencia de La Verna, de la experiencia que hizo aquí el Poverello de Asís. En este Sacro Monte, San Francisco vive en sí mismo la profunda unidad entre sequela, imitatio y con-formatio Christi. Y así nos dice también a nosotros que no basta de-

clararse cristianos para ser cristianos, y tampoco tratar de realizar obras buenas. Hace falta configurarse con Jesús, con un lento, progresivo esfuerzo de trans-formación del propio ser, a imagen del Señor, para que, por gracia divina, todo miembro de su Cuerpo, que es la Iglesia, muestre la necesaria semejanza con la Cabeza, Cristo Señor. Y también en este camino se parte –como nos enseñan los maestros medievales siguiendo al gran Agustín– del conocimiento de sí mismos, de la humildad de mirar con sinceridad a lo más íntimo de sí mismos.

¡Llevar el amor de Cristo! ¡Cuántos peregri-nos han subido y suben a este Sacro Monte

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a contemplar el Amor de Dios crucificado y dejarse arrebatar por él! ¡Cuántos peregrinos han subido buscando a Dios, que es la verdade-ra razón por la que la Iglesia existe: hacer de puente entre Dios y el hombre! Y aquí os encuentran también a vosotros, hijos e hijas de San Francisco. Recordad siempre que la vida consagrada tiene la misión específica de testimoniar, con la palabra y con el ejemplo de una vida según los consejos evangélicos, la fascinante historia de amor entre Dios y la humanidad, que atraviesa la historia.

El medievo franciscano dejó una huella indeleble en vuestra Iglesia de Arezzo. Los repetidos pasos del Poverello de Asís y sus estancias en vuestro territorio son un tesoro precioso. Único y fundamental fue el episodio de La Verna, por la singularidad de los estigmas impresos en el cuerpo del seráfico padre Francisco, pero también la historia colec-tiva de sus frailes y de vuestra gente, que redescubre aún, en el Sasso Spicco, la centralidad de Cristo en la vida del creyente. Montauto de Anghiari, Las Celdas de Cortona y el Eremitorio de Montecasale, y el de Cerbaiolo, pero también otros lugares menores del franciscanismo toscano, siguen marcando la identidad de las comunidades de Arezzo, Cortona y San Sepolcro.

Muchas luces han iluminado estas tierras, como santa Margarita de Cortona, figura poco conocida de penitente franciscana, capaz de revivir en sí misma con extraordinaria vivacidad el carisma del Poverello de Asís,

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uniendo la contemplación de Cristo crucificado con la caridad hacia los últimos. El amor a Dios y al prójimo sigue animando la valiosa obra de los franciscanos en vuestra comunidad eclesial. La profesión de los con-sejos evangélicos es un camino real para vivir la caridad de Cristo. En este lugar bendito, pido al Señor que siga enviando obreros a su viña y sobre todo a los jóvenes dirijo la apremiante invitación, para que quien sea llamado por Dios responda con generosidad y tenga la valentía de entregarse en la vida consagrada y en el sacerdocio ministerial.

Me he hecho peregrino en La Verna, como sucesor de Pedro, y quisiera que cada uno de nosotros volviera a escuchar la pregunta de Jesús a Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?... Apacienta mis corderos» (Jn 21, 15). El amor a Cristo está en la base de la vida del Pastor, así como de la del consagrado; un amor que no tiene miedo al compromiso y al esfuerzo. Llevad este amor al hombre de nuestro tiempo, a menudo cerrado en su propio individualismo; sed signo de la inmensa misericordia de Dios. La piedad sacerdotal enseña a los sacerdotes a vivir lo que se celebra, a partir de la propia vida para aque-llos con quienes nos encontramos: compartiendo el dolor, prestando atención a los problemas, acompañando el camino de fe.

Gracias al ministro general José Carballo por sus palabras, a toda la Familia franciscana y a todos vosotros. Perseverad, como vuestro san-to padre, en la imitación de Cristo, para que quien se encuentre con vosotros se encuentre con San Francisco y, encontrándose con San Francisco, se encuentre con el Señor.

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Atendiendo la invitación hecha por el Moderador de Formación Per-manente nos reunimos en Villa Asís (Jamundí) los días 17 y 18 de abril de 2012 el primer grupo de hermanos por edades (30-45 años) con el propósito de conocer las vivencias y las historias que se han ido cons-truyendo en la experiencia de vida fraterna a nivel provincial, local y personal.

Al hacer nuestro arribo comenzamos a interactuar y a recordar viejos tiempos los cuales marcaron nuestro estilo de vida. Una vez ubicados nos presentaron al orientador de este encuentro Fray Evaristo Acosta, O.F.M. Cap. Ministro Provincial de los francisca-nos capuchinos, quien haciendo una introducción del sentido de la formación permanente nos fuimos presentando cada uno de los asistentes a este evento y se nos dieron las pautas para el inicio de esta experiencia fraterna.

El 17 de abril con la puesta de la temática basada en los mandatos de la Orden, del por qué se hacen necesarios estos encuentros y con la expo-sición de Fray Evaristo, se nos invitó a meditar sobre nuestro papel en la Provincia para que en las horas de la tarde se colocará en común esta experiencia personal. Fi-nalizadas las sesiones se hizo una evaluación del día orientada por nuestro

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acompañante Fray Acosta, se lle-gó a la conclusión de que se había vivido el día en tónica de retiro y que los hermanos participantes del encuentro solicitaban se les escuchase en relación con sus vivencias como consagrados en la Provincia de la Santa Fe, contan-do con la participación de todos los hermanos presentes.

El 18 de abril fue un día interesan-te, ya que estuvo enmarcado por el discernimiento de los presentes, lo que nos permitió expresarnos cómo nuestra generación actúa en

esta Provincia y el compromiso al que estamos llamados para enriquecer nuestra presencia no solo en los sitios de evangelización sino nuestro compromiso con la Orden y la Iglesia. De esta manera enriqueceríamos los procesos que en la actualidad el gobierno provincial quiere colocar en práctica.

Finalmente, el último día de este encuentro acordamos asistir a las honras fúnebres de Fray Argemiro García en el templo de San Francisco para acompañar a Fray Héctor Eduardo Lugo García. Al terminar este acto religioso concluimos este encuentro fraterno de hermanos con un almuerzo en la casa de San Joaquín.

Damos gracias a Dios. Al Gobierno provincial, especialmente a Fray Eduardo Espinosa V. Moderador de la Formación Permanente, y a cada uno de los que asistimos a este encuentro por este espacio que nos permitió hacer un alto en el camino y tener la posibilidad de este encuentro, para no solo recordar sino para actualizar nuestro compro-miso de trabajo en nuestra amada Provincia de la Santa Fe.

Concluimos nuestra experiencia personal y fraterna con el ánimo de ser escuchados ante estas realidades provinciales con el fin de optimizar nuestra vida provincial y que nuestras voces trasciendan del escenario de este encuentro por edades (30-45 años) al aporte significativo de nuestro Proyecto de Vida Provincial

FraternalmenteFray Hernando Contreras Narváez, O.F.M.

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Con gran satisfacción y alegría y en nombre de los hermanos con quienes compartimos el retiro espiritual anual en Villa Asís, del 22 al 27 de abril, les participo que fue una experiencia muy enriquecedora, pues el ambiente que allí reinó, nos permitó interiorizar sobre nuestra identidad de hermanos y menores y el compromiso y el testimonio que estamos llamados a dar ad intra y ad extra de nuestra fraternidad.

Se nos recordó y se nos motivó no solo a tomar conciencia, sino a vivir nuestro carisma y misión como hermanos y menores evangelizándonos a nosotros mismos para poder ser creíbles y significativos en la evan-gelización a los demas.

Debo recalcar la preparación de la oración y la Eucaristía y la participa-cion y el compartir no solo de quien acompañó el retiro, Fray Humberto Avila y Fray Eduardo Espinoza, sino la de todos nostros, en verdad creo que el espíritu del Señor fue nuestro gran director y animador.

Fray Cesar Augusto Peñón Trujillo, O.F.M.

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Durante los días 24 y 25 de abril del presente año, el Ministro provin-cial, Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M., visitó a los hermanos de las Casas de San Francisco y San Diego de Alcalá en Santa Marta. Durante esta visita además de animarles en el fortalecimiento de los lazos fraternos, el Ministro provincial les compartió algunos temas de la Orden y de la Provincia, relacionados con nuestro ser de Hermanos y Menores, llamados a vivir el Evangelio y a comunicar al mundo la Buena Noticia de la Salvación. Por consiguiente insistió el Ministro Provincial, frente a los hermanos de estas Casas en la necesidad de recuperar nuestra identidad ya que, a partir de la misma es como evangelizamos, compartiendo lo que somos, lo que vivimos y lo que hacemos, pues hemos recibido un mismo llamado, tenemos una misma misión y una manera de ser en el mundo.

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Después de hablarles sobre estos importantes temas, Fray Mario Wilson, escu-chó las diversas inquietu-des de los hermanos sobre algunas situaciones de la Provincia.

Finalizó la visita el día 25 de abril con la celebración de la Eucaristía en el orato-rio de la Casa de Francisco de la ciudad de Santa Mar-ta, la cual fue presidida por el Ministro provincial.

Nos acompañó en esta visita fraterna, Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M., Definidor provincial y Ecónomo.

Informó: Fray Rómulo Ponce Torres, O.F.M.Secretario Provincial

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De la lista anexada al final de esta crónica faltaron tres hermanos por motivos explicados a los organizadores de dicho encuentro. Llegamos parte del grupo convocado el lunes 30 de abril en la noche con las víspe-ras, luego de la cena muy nutrida por las ensaladas y variedad de frutas, aspecto muy sobresaliente a lo largo de este encuentro, nos reunimos en el salón climatizado para recibir las primeras informaciones por el buen éxito de dicho encuentro por edades oscilando entre los 45 y 50 años.

Se habló en primer lugar del horario, el cual se veía un poco apretado, pues había cuatro sesiones por día. Después de un compartir entre to-dos, incluyendo los dos asesores externos o especialistas: doctora Cecilia Cadena Ramos y doctor Álvaro Díaz Granados, se llegó a unificar las dos sesiones de la tarde en una y hacerla más dinámica y participativa, aspecto sobresaliente en el encuentro, pues fue muy dinámico en la presentación de las conferencias donde siempre la dinámica, la risa, el saltar, los in-tercambios y el movimiento estuvieron presentes. Después entonces de este primer compartir terminamos los ajustes logísticos de dicha reunión de hermanos. Con este ambiente concluimos que la edad no es impedi-mento para ser alegres y no perder esto tan franciscano, superando así las visiones erróneas en torno a la edad. En esa noche nos preguntamos por las expectativas en este encuentro, añadiendo a la presentación per-sonal el lugar de donde se viene y el servicio prestado en la provincia; en la presentación de ambos doctores, clarificamos aquellos acerca de la gerontología, constatando las equivocaciones entorno a esta ciencia, así

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mismo las relaciones con la pastoral del adulto mayor y el trabajo desde la niñez, aspectos propios de esa ciencia.

Nos fuimos para la cama, sabiendo que la edad es proactiva, algo dado en la formación y en el aprendizaje de cada día y como esto es un empeño en las comunidades religiosas: femeninas y masculinas, en la actualidad.

Luego se procedió a la revisión de los grupos de liturgia para esos días en lo cual hubo consenso y mucha disponibilidad, otra característica perma-nente entre nosotros en estos bellos días asoleados, con algo también de nubes grises, tormentas, trueno, rayos y lluvia. Este tiempo no impidió que tres hermanos: César Efraín, Freddy y Segundo Daniel se dedicaran a la pesca, de cuyos resultados disfrutamos otros; también hubo algunos de nosotros que aprovechamos las piscinas allí presentes: Castengandolfo y Villa Asís; de igual forma las caminatas posalmuerzo es algo muy propio y presente en algunos de los hermanos asistentes a los encuentros en esta bella casa.

Para el día siguiente el primero de mayo de 2012 el hermano pescador Segundo Daniel nos anima el día con la presidencia de la oración y de la celebración eucarística juntamente con los otros hermanos responsables de la liturgia para este día.

Siendo las 9:00 a.m. en el salón climatizado nos reunimos, en este momen-to sí con los demás convocados quienes habían faltado la tarde anterior. El encuentro en general puede ser llamado: El Ciclo Vital y Calidad de Vida. La explica-ción de este títu-lo comienza por comprender cómo hay diversas for-mas de encuentro: consigo mismo, con los demás, lo cual nos sugiere la idea de tejer, de configurar las re-laciones en nues-tra vida. Esto es básico si se tiene

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en cuenta que debemos sembrar para cosechar más adelante; además en las relaciones construimos las certezas del momento, aceptando las vulnerabilidades, las debilidades, las pérdidas, los fracasos, los cambios en general en nuestra vida, todo ello es comprensible gracias a las rela-ciones construidas y tejidas.

La vida es definida como un proyecto y con eso estamos introduciendo la noción de continuidad donde la eficacia, la comprensión, pueden ser evaluadas con mayor profundidad y eficacia. El proyecto de vida nos permite posicionarnos para interpretar la vida y trabajar aquellas formas preventivas, sanas, con lo cual estamos diciendo que la calidad de la vida depende de la visión de mundo afirmada; además, el proyecto de vida fortalece la individualidad para servir mejor y saber integrarse con la co-munidad. Dentro de esta integración yo descubro que vale más mejorar las actitudes antes que las circunstancias y esto depende de la disposi-ción de la mente, por eso, la idea es comprometerse antes que caer en la resignación, de ahí, la necesidad de replantearse la vida, creando así un nuevo estilo de vida.

En este proceso vemos cómo las crisis son positivas, pues ellas permiten la movilidad de la vida, la reevaluación de la misma, de sí mismo, dándose así cuenta de la formación de la vida personal y del grado de responsabilidad para asumirla. Desde aquí, nosotros debemos preguntarnos: qué deseo hacer con el resto de mi vida? Preguntas como estas nos permiten evitar la involución, superar las nociones de mentes o inteligencias cristalizadas y proponer en su lugar la inteligencia o la mente fluida. Con este tipo de inteligencia o de mente, me sirvo para aprender mejor, ser dueño de mí mismo, dando así el origen de la generatividad siendo esto el punto mayor para dar y servir, luchando así por su autorrealización. Nuestra edad es la época bella de la entrega, del servicio, la puesta en escena de la gene-rosidad y del servicio gracias a la creatividad, al ingenio.

La generatividad es la primera crisis de la vida humana, pues ella nos confronta al estancamiento real, si esto sucede es necesario pedir ayuda y dejarse ayudar. La vida se renueva continuamente, el estar trayendo con-tinuamente el pasado al presente es un aspecto por superar, este estado es una carga pues las emociones pasadas se reviven permanentemente y esto genera las dificultades anotadas. Además debemos partir del hecho de que hoy en día el adulto mayor ha perdido esa imagen de venerado –por la gran cantidad de ellos que hay– anteriormente, ellos eran escasos por las guerras, las enfermedades, las pestes, etc. Una persona equilibrada tiene el pasado como referente, empapándose del presente y cargados de expectativas futuras. Esto es alimentado en las relaciones humanas con los

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demás, pues es-tas se comparan a una cuenta bancaria donde es bueno y salu-dable estar con-signando conti-nuamente en la amistad y en las relaciones con los otros, tener siempre un buen saldo, esforzarse por evitar tener la cuenta en rojo.

En el segundo día, 2 de mayo de 2012 después de la realización de aquello programado en el horario, nos encontramos en el salón climatizado y vimos como en esta primera parte de la mañana, la comunicación es una compa-ñera de nuestra vida desde la condición de bebé, siendo las circunstancias las determinantes en el crecimiento y la capacidad de crecimiento en la comunicación, ella es la sombrilla bajo la cual estamos todos contenidos, por eso, es imposible no comunicarse, todo es comunicación en nuestra vida, en ella somos proactivos y también reactivos.

La comunicación es tanto el contenido como la relación. Ella es de dos tipos: analógica, es decir, ella lo transmite y lo comunica todo; ella es digital, es decir, la palabra deletreada, los signos. A estos tipos se suman las gesticulaciones y las posiciones físicas con lo cual me hago responsa-ble de todo en la medida que afecta e impacta a los demás en sus vidas. Con la comunicación fomentamos de igual forma el distanciamiento y el acercamiento, con estas formas manifestamos las habilidades, las predispo-siciones hacia los otros. La comunicación muestra las normas, los valores aprendidos en la familia y en la sociedad, con lo cual mostramos nuestro grado de autoestima. La comunicación se aprende, cada uno lleva su «olla» a la comunicación, desde allí cada uno aplica aquello de: «cuento vivido y cuento contado». En esto caben de igual forma los mensajes de doble nivel: el cuerpo y la palabra, los cuales se corresponden o se contradicen.

En esta teoría de la comunicación se destacan las emociones, el cuerpo y las posiciones físicas, todo esto se puede concentrar en cuatro modelos de comunicación, a saber: la persona descalificante o acusadora, aque-lla sumisa o complaciente, la persona razonadora y aquella irrelevante.

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Cabe señalar que estos modelos de comunicación que corresponden a tipos de personalidad fueron representados por diversos her-manos asistentes al encuentro, mostrando así que «Colombia tiene talento».

En este segundo día dedicado a la comunicación y la importancia de ella en el ciclo de la vida, apren-dimos cómo la comunicación debe

ser para nosotros proactiva, no dejando que la debilidad del otro que en muchos casos es la reactividad, tenga poder sobre mí, persona deseosa de ser proactiva. En una comunicación abierta, hay siempre toma de cons-ciencia de las situaciones personales lo cual me lleva a ser siempre una persona que pide perdón por sus acciones cuando estas afectan la vida de los otros, de ahí, que la invitación es a evaluar a los otros por las acciones y no por el ser total, con ello se evalúa el acto y no a la persona. Acostum-brarse por la comunicación a emplear el ES para lo positivo de la persona, no poniendo en el hacer o en el saber, el ser de la persona.

De igual forma la reflexión apunta a no dejarse condicionar por los senti-mientos y las condiciones externas de los otros. Cada uno debe llevar su propio clima por dentro y controlarlo todo desde su interioridad. De este modo la autonomía no permite que la debilidad del otro sea para mí un impedimento y tenga poder sobre mí mismo. Esto supone un grado de consciencia, de libertad para saber asumir todo. Para una documentación al respecto se nos sugiere el libro: Siete hábitos para la gente altamente productiva de Stephen Cobin.

La comunicación sirve también para expresar el empobrecimiento institu-cional, el cual se convierte en un signo de recuperación, de punto de apoyo para relanzarse o un engendramiento de psicosis de vejez y de inercia. Desde este postulado, debemos evitar los estereotipos de la vejez:

• La inactividad • La gerontofobia• La patologización • La desactualización• La fijación mental • La sexualidad negada

Desde esto surge la pregunta: ¿Cómo preparas tu vejez? La respuesta pasa por una historia que cada uno prepara en su mente, cuerpo, sociedad y espíritu. El viejo es el futuro de un joven. Con ello vimos también: ¿Cómo

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la provincia se está preparando para esta realidad? Las sugerencias se expresaron por grupos, material que se convertirá en un comunicado abierto a los hermanos de la Provincia.

En nuestro tercer día, después de las actividades previas a las reflexiones, retornamos al salón climatizado y allí analizamos la pregunta: ¿cómo pre-parar la segunda mitad de nuestra vida? Dijimos el lema: «por tu salud muévete». El movimiento corporal provoca la lucidez mental y la produc-ción intelectual. El ejercicio físico tiene sus repercusiones en la salud. Una mente activa no envejece. Debemos tener consciencia que el descenso es inevitable en la parte física, en cambio, en el aspecto mental el descenso es muy lento y los años perfeccionan muchas dimensiones mentales, de ahí, la importancia de la lectura, del estudio, del interés en la formación permanente de continuar su preparación. En el campo espiritual se crece también, así mismo en la esperanza, de igual forma la consciencia en este aspecto es algo en crecimiento y apertura.

Otra dimensión creciente y sobre la cual se debe vigilar permanentemente es la continuidad en las redes sociales: los amigos, el liderazgo entre ellos es algo muy sano y aporta mucho en el bienestar general.

Estas dimensiones en continuo crecimiento son ejemplarizadas por hom-bres y mujeres en la Sagrada Escritura, de igual forma, se nos habló de la lista enorme de personas a lo largo y ancho del mundo quienes con su edad aportaron demasiadas cosas positivas en la sociedad. Por citar al-gunos: Leonardo da Vinci, Michel Angelo, Miguel de Cervantes, Charles Darwin, Giuseppe Verdi, Louis Pasteur, Sara Bernard, Sigmund Freud, Anna Mary Robertson, Ghandi, Wiston Churchill, Paul Casals, Alexander Flemmimg, Pablo Picasso, Juan XXIII, Franklin Delano Roosevelt, Golda Meier, Germán Arciniegas, Bárbara Mclington. Teresa de Calcuta, Juan Pablo II, Celia Cruz, Reina Isabel, etc… y yo ¿qué quiero hacer con los años que me quedan? Cada uno en su libreta de apuntes debió escribir la respuesta.

Después de estas reflexiones y aplicaciones a la vida de cada uno, en el cuarto día, hicimos una evaluación donde se destacó lo siguiente: la retroa-limentación del encuentro. Hubo un sentir general al agradecer a la Pro-vincia, en cada uno de sus hermanos, estos días de formación permanente, donde aprendimos a asumir los ciclos de la vida, a saber envejecer desde niños y jóvenes; de igual destacábamos la solicitud y la disponibilidad para estar siempre abiertos en estos días y llevar un mensaje de esperanza y de alegría para los otros. En estos días, el compartir, el conocimiento y la solidaridad rondaron permanentemente en nuestras vidas y en la casa de

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Villa Asís. Tomamos consciencia de que siendo la generación intermedia de la Provincia, estamos llevando la responsabilidad de aquellos menores a nosotros y de aquellos mayores a nosotros mismos. Vimos además cómo esas temáticas iluminan realidades personales y fraternas.

Es nuestra edad, la época para reflexionar acerca de cómo el individualismo tiene que ser desterrado y dedicarse más al desarrollo comunitario y fraterno de cada uno y de los demás. La alegría, la proactividad, la disposición, la cercanía en estos días tiene que prolongarse en nuestros días en medio de los hermanos de la provincia, contribuyendo así a superar la reactividad presente y cundiente en algunos hermanos entre nosotros.

El clima descrito estuvo alimentado y sostenido por las bellas celebraciones y la liturgia responsable y organizada presente en esos días de reunión, además, la dimensión espiritual estaba en conexión con las temáticas de-sarrolladas cada día. Por eso, podemos decir con el salmista: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres». Con esto nos animamos a asumir nuestras vidas con propósitos desde el fondo del corazón, dándonos cuenta que somos aún muy valiosos y útiles, viviendo así, mostraremos a los demás aquello vivido en estos días, siguiendo con la profundización de los temas y respondiendo a la llamada: «crisis de los 40».

Estos días nos animan a seguir sacando adelante el profundo amor por la Provincia en sus diversos proyectos en ella sugeridos para todos los hermanos, construyendo así verdaderas redes fraternas y en ellas sentido de pertenencia mucho más profundo.

Se sugiere para una próxima convocatoria, preparar entre noso-tros mismos la recrea-ción fraterna de acuer-do a las habilidades de cada uno de los hermanos llamados a estas reuniones.

Fray Luis Fernando Benítez Arias, O.F.M.

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Definitorio Provincial y Fraternidad de San Antonio de Padua, Medellín.

Con ocasión de la realización del Definitorio Provincial, durante los días 7 y 8 de mayo de 2012, en la Casa de San Antonio de Padua, Medellín los Hermanos del Gobierno de la Provincia compartieron con la fraternidad que habita en dicha Casa: Fray Luis Alberto Toro Valencia, O.F.M., Fray Martín Adolfo Galeano Atehortúa, O.F.M., Fray Humberto Aníbal Uribe Molina, O.F.M., Fray José Darío Uribe Ruiz, O.F.M. y Fray Julián de Jesús Betancur Montoya, O.F.M.

Se resalta de la Fraternidad de San Antonio de Padua, Medellín, durante los dos (2) días permanencia del Definitorio, el espíritu de acogida, de servicio y disponibilidad, facilitando de este modo el cumplimiento de la tarea realizada.

Informó: Fray Rómulo Ponce Torres, O.F.M.Secretario Provincial

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Iniciamos el retiro anual en Villa Asís el domingo en la tarde y la motivación inicial la presenta el padre Fray Eduardo Espinosa Vásquez, O.F.M. En este primer encuentro se instruye partiendo el recordar las cartas y documentos de nuestro Ministro General que durante estos últimos años ha sido una constante invitación a la construcción de caminos para volver a los orígenes de nuestro espíritu de la Orden. Luego se informa que el Gobierno General,

desea que este año en la Orden, en diferentes tiempos y momentos, nos dediquemos a pensar y estudiar cómo llegar nuevamente a la IDENTIDAD FRANCISCANA.

A continuación se presenta al padre Predicador: Fray Jorge Botero Pineda, O.F.M., el cual despliega de manera breve el tema que se va trabajar y reflexionar para cada día.

• El primer día: la vocación y el llamado a la Vida Franciscana.

• El segundo día: la escucha de nuestro Carisma.

• El tercer día: vivir como Hermanos menores desde la regla y la constitución general de la orden.

• El cuarto día: la renovación de nuestra profesión en la Orden y en la Iglesia Católica.

• El quinto día: la importancia de la Virgen María en el camino diario de nuestra respuesta.

La reflexión de estos cinco días, parte de los textos bíblicos donde apa-recen diferentes facetas o momentos de Pedro el discípulo de Jesús, los cuales el Predicador los sintetiza con esta metodología: a) Pedro es llamado, b) El seguimiento de Pedro, c) La crisis de Pedro y por último d) La rehabilitación de Pedro. La figura de Pedro, se constituye en el punto de partida o referencia para el tema de cada día.

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La metodología de cada una de las conferencias, fue realizada con estos instantes consecutivos: primero la lectura de una cita bíblica.

En segundo momento la Reflexión. La meditación se inicia desde el texto y contexto de Pedro para luego de una manera didáctica, se va llegando a San Francisco de Asís y la primera Fraternidad; lo que permite al padre Predicador llegar y desarrollar el tema propuesto, como la parte final de la reflexión. Con bastante frecuencia dentro de las conferencias, se escucha la lectura de textos de: «Los escritos de Nuestro padre San Francisco de Asís».

El tercer y último momento de la conferencia: es el diálogo de los frailes, donde se expresan libremente las visualizaciones sobre el tema que acaba de ser presentado. En cada día se realizaron dos conferencias espirituales.

Igualmente, las celebraciones litúrgicas en la Capilla, las oraciones en diferentes tiempos, la frescura del clima, la excelente atención y los si-lencios propios de un retiro, crearon el ambiente propicio. Por lo tanto, todo lo anterior llevó a enriquecer los días de encuentro, de acuerdo a las palabras de los hermanos presentes.

De parte de los hermanos un agradecimiento al Gobierno Provincial por estos días llenos de oración, reflexiones y fraternidad.

Fraternalmente: Fray Vicente Valencia V., O.F.M.

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«El hombre agobiado de quehaceres, en nada se ocupa menos que en vivir»(Séneca, «Sobre la brevedad de la vida»)

La impresión de una acogida fraternal, se vivía, se sentía. Los medios sen-cillos pero suficientes, ofrecidos cordialmente por Fray Eduardo Espinosa y personas encargadas de la atención en «Villa Asís,» anunciaban lo que generosamente Dios y Francisco nos deparaban.

Llegábamos al lugar en búsqueda del reabastecimiento necesario para recuperar las energías que normalmente decaen con el cansancio de la vida. Desde el saludo sentimos que a las expectativas respondería el querer comunicar con plenitud de vida y sencilla lucidez, lo esperado, unidos los dos elementos, el equipo estaba completo.

El tema de la «formación» que desarrolló el Retiro y que es el eje sobre el que está girando la Orden en sus diversos estratos, abría la senda para recordar con alegría, con interés y a veces con temor, los pasos recorridos en la vida.

Con el transcurrir de las horas, pues en eso se convirtieron los días, las nostalgias de no haber sabido disfrutar desde antes las luces que se estaban encendiendo ante nosotros o quizás haberlas ocultado y a veces apagado, inquietaban. Esperábamos que el tiempo no pasara para seguir partici-

pando, en el necesario ejercicio de realimentación espiritual. Pero los días pasaron, dejando al terminar, el agridulce sabor de algo que se hubiera haber querido saber y tener desde mucho antes, y no se tuvo, o no se aprovechó.

Todo quería saborearse , pero eI tiempo implacable pasó, y a pesar de su dureza, porque aún nos cobi-ja la existencia, nos hizo escuchar como alerta las palabras de Fran-cisco, «Hermanos hasta ahora no hemos hecho nada. Empecemos».

Fray Armando Romero G., O.F.M.Medellín, 9 de junio de 2012

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En la Casa de Encuentros La Rondalla ubicada en Guarne, Antioquia, se llevó a cabo el retiro anual organizado por Fray Eduardo Espinosa Vásquez, Moderador para la Formación Permanente. El retiro fue pre-dicado por el padre Fray Antonio Cañas Gil y contó con la presencia de 55 frailes de la Provincia, entre ellos, todos los hermanos de la Casa de San Bernardino de Siena.

Cabe resaltar la visita, durante la apertura oficial del retiro, de nuestro Padre Provincial Fray Mario Wilson Ramos Novoa, quien, encontrán-dose acompañando el retiro de los hermanos que se preparan a recibir su profesión solemne, destinó unos momentos para saludar a todos los hermanos que iniciaron su retiro anual. En este momento exhortó a todos los hermanos a vivir intensamente esta experiencia espiritual y expresó los mejores deseos para la realización de la misma.

La temática del retiro giró en torno al reconocimiento de los elemen-tos fundamentales de nuestro carisma, de nuestro ser de Hermanos y Menores a la luz de nuestra realidad provincial. Fray Antonio, quien dirigió las charlas, tuvo la deferencia de involucrar en la estructura de la reflexión, no sólo aquellas realidades que interpelan a los hermanos de votos solemnes en la provincia, sino también a los hermanos de votos temporales. Es así que los ejemplos fueron pensados en torno a realida-des que se viven en las diferentes fraternidades y en torno a la fraterni-dad de San Bernardino de Siena. De esta manera se logró una inclusión

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de todos los hermanos en la reflexión que dio lugar a un mayor provecho de la reflexión de cada her-mano durante el retiro.

En este retiro también se tuvo la posibilidad de celebrar, como her-manos, el don de la vida que Dios nos concede en la persona de Fray Yei-son Montoya, hermano de profesión temporal, quien cumplió un año más de vida el día 14 de junio del presente año.

Muy contento se sintió nuestro hermano al escuchar, de un número tan nutrido de frailes, la entonación del happy birthday y al recibir tan cuantioso número de felicitaciones y buenos deseos.

En general el retiro se caracterizó por un ambiente de reflexión y meditación a la vez que se enriquecía por el compartir fraterno y la alegría de los hermanos en diferentes momentos del día. Las risas y los diálogos propios del compartir de hermanos no fueron ajenos en las jornadas del retiro. Los hermanos en formación inicial reconocieron muy importante la experiencia de compartir el retiro con hermanos de profesión perpetua y viceversa.

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En la Capilla de la Casa de Formación de San Bernardino de Siena, Bogotá, D.C., el día 23 de junio de 2012, a las 3:00 p.m., dentro de la celebración de la Eucaristía presidida por el Ministro Provincial, Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M., los siguientes hermanos de Nuestra Provincia Franciscana de la Santa Fe - Colombia, celebraron sus Bodas de Vida Religiosa y de Sacerdocio Ministerial en la Orden de Frailes Menores:

Bodas de Plata

• Fray Jesús Humberto Ávila Gómez, O.F.M.

• Fray Emiliano Díaz Delgado, O.F.M.• Fray Raúl López Londoño, O.F.M.• Fray Nelson Antonio Pérez

Cano, O.F.M.• Fray Jaime Antonio Peláez

Vásquez, O.F.M.

Bodas de Oro

• Fray José Antonio Pinzón Martínez, O.F.M.

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Bodas de Plata

• Fray Vicente Valencia Valencia, O.F.M.

Bodas de Oro

• Fray Luis Tarsicio Sarmiento León, O.F.M.• Fray Ricardo Zúñiga Barragán, O.F.M.

En esta celebración jubilar, se contó con la presencia de un número significativo de hermanos de Votos Perpetuos de las diversas casas de la Provincia, los hermanos de Votos Temporales de la Casa de San Bernardino de Siena, Bogotá, los hermanos Novicios. También, con algunos familiares y amigos de quienes cumplieron sus Bodas.

Durante la ceremonia, los hermanos que celebraron sus jubileos rati-ficaron sus compromiso de Vida Religiosa y Sacerdotal, su deseo de seguir a Cristo a la manera de San Francisco de Asís.

Al finalizar la celebración, Fray Ricardo Zúñiga Barragán, O.F.M., dio los agradecimientos a la Provincia en nombre de los hermanos que celebraron los jubileos.

Como recuerdo de su fidelidad y perseverancia recibieron los hermanos una imagen de San Francisco de Asís.

Mensajes recibidos

1. Fraternidad de San Francisco de Asís, Bucaramanga.2. Fray Juan Alberto Morantes Urbina, O.F.M.

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La Sierra Nevada de Santa Marta está compartida por los departa-mentos de: Guajira, Magdalena y Cesar. La parte correspondiente a la Guajira es atendida por la parroquia de Dibulla-Guajira donde nuestra provincia labora desde el mes de enero de 2011 y en la cual hay tres de nuestros hermanos: Guillermo Meza Arango, Juan Carlos Calderón López y Edwin René Moreno Morales.

De la población de Dibulla, podemos decir lo siguiente:

Datos sobre Dibulla

• Por medio de Luis Guillermo Burgos hemos recopilado estos datos sobre el municipio de Dibulla1. Nos dice el autor.

• Su territorio fue habitado por los Tayronas, en sus dos grupos: los Gulamena y los Sangaramena, (p. 17).

• Desde las primeras décadas del siglo XVI los españoles empiezan a llegar a su costa, pero también sufre ataques de piratas, como aquel en el año 1543, comandado por el francés Roberto Waal. (p. 18ss).

• Hacia el año 1569 San Luis Beltrán llega hasta la Sierra de Santa Marta, cuya figura es recordada hasta hoy, (p. 22).

• Se menciona que hacia el año 1576 los indios sangaramenas se rebelan contra los españoles (p. 22).

1 Burgos, Luis Guillermo. Conozcamos a Dibulla. Riohacha, Copicopias, 1999, 108 ps.

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• Los barcos negreros empiezan a llegar a comienzos del siglo XVII, a través de la compañía holandesa de las Indias Occidentales y se establecen los ingenios de azúcar en el sitio conocido como La Ramada (p. 25).

• A comienzos del siglo XVIII los franciscanos y los dominicos llegan a evangelizar. Se menciona un fraile franciscano: Cristóbal Busta-mante (p. 26).

• Un dato curioso: Eliseo Reclus, de nacionalidad francesa, llega a la Sierra de Santa Marta y cuenta el caso de uno de los sacerdotes, diciendo: «el padre Quintero, quien había sido cura de uno de los pueblos de la Sierra, se encontraba sumido en el alcohol y tenía mujer, pero había impuesto su ley espiritual en el poblado». Y los dibulleros piden a su Obispo de Santa Marta el cambio del cura, con estas razones: «estaba provocando males ya como ministro del altar, ya como hombre privado, olvidando su misión santa y pacífica de caridad; siembra discordia que es la piedra de estorbo donde los cristianos desde la más baja a la más alta escala, tropiezan susci-tándose escándalos que la moral y la sana razón rechazan» (p. 32).

• Desde 1875 el territorio hace parte de Santa Marta (p. 33). En 1875 se construye la primera ermita, con el patrocinio de Santa Rosa (p. 34).

• Hay un apunte especial con motivo de un milagro atribuido a la Virgen del Pilar. Dice el relato: «El primero de junio de 1903 cuando los agriculto-res dibulleros llegaron al cerro, lugar donde cada dibullero tiene su parcela, encontraron su cultivo arrasado por la plaga de la langosta, desconcertados ante esta situación buscaron la ayuda de un sacerdote que se encontraba en la Punta de los Remedios donde se ha-bían realizado las fiestas de Santa Rita de Casia y tenía que esperar un buen viento para poder regresar a Riohacha; los dibulleros pidieron al sacerdote que los acompañara a sacar la procesión de Nuestra Señora del Pilar, la pasearon por la orilla del mar, cuando vieron oscurecer el cielo por una nube de

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langostas que regresaban del cerro y caían muertas al océa-no, y vieron cómo uno de los animales estaba posado sobre la frente de san José; cuando regresaron a sus cultivos estos estaban reverdecidos, emocio-nados regresaron al pueblo y encontraron que la comunidad estaba asombrada por otro su-ceso: la playa estaba llena de millares de animales, langos-tas muertas. Al año siguiente la plaga volvió de paso y los dibulleros sacaron nuevamente a la virgen, institucionalizando las «fiesta de la Rogativa» (p. 37).

• En el año 1948 llegó al pueblo el primer carro, del Sr. Eduardo Machandé. Desde ese entonces se hace por carreta el transporte a Riohacha, pues antes era por el mar (p. 39).

• En 1942 Se construye la escuela y esta se termina en 1944. El primer bachiller sale en el año 1952, quien hace estudios en el Colegio de la Divina Pastora y los culmina en el Celedón de Santa Marta. (p. 39-40).

• El 13 de junio de 1954, por Decreto 1264 se crea la Intendencia de la Guajira y Dibulla se une a Riohacha. Y debido a la compra que hace un hijo de Rojas Pinilla, se mejora la carretera. La carretera de Riohacha a Santa Marta se cambia de ruta, para mejorar las tierras del terrateniente Mario Pinedo, haciendo que la distancia de Dibulla a la carretera central sea más larga (p. 41s).

• Viene la energía eléctrica, a través de la instalación de un motor marca Buda, en el año 1957 (p. 43).

• El departamento de la Guajira es creado en el año 1964, con la Ley 19, siendo el primer gobernador Nacho Vives (p. 44).

• La década del 70 del siglo pasado es el tiempo del apogeo de la marimba y trastorna todo el ambiente del pueblo (p. 44).

• En 1977 la Junta Comunal pide a Carlos Rojas le permita pasar por su finca la carretera para conectar a Dibulla con la transversal del Norte. Este concede el permiso y pone como requisito no talar los

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árboles adultos. El ministerio de Transporte envía personal y maquinaria para hacer 7 kilómetros (p. 45).

• Las Legionarias empiezan a mover a la gente para la cons-trucción del nuevo templo, en el año 1979; algunas personas colaboran y el Obispo Ligio Reginaldo Fiscioni entrega la suma de $464.448,94 pesos. Algunos dibulleros residentes en Caracas se suman a la obra con sus ayudas. El templo es terminado en 1995 (p. 46ss).

• Desde 1968 se trata de crear el municipio de Dibulla. Varios estudiantes del lugar que estudian en Bogotá ayudan a la idea: año 1970. Luego en 1974 otros estudiantes retoman la idea. José Cuestas presenta el proyecto de Ordenanza, pero intereses de la gobernadora Lola de Cruz de Pastrana tumba el proyecto. Se hace un estudio socioeconómico en 1991, pero hay otro obstáculo: la ley no permitía crear nuevos municipios durante cuatro años. En 1944 no solo Dibulla quiere ser centro municipal, sino también Mingueo y Palomino. El presidente Ernesto Samper llega al pueblo el 4 de febrero de 1995 y sus palabras son: «desde ya comprometo la decisión y la voluntad política del gobierno nacional para que Dibulla se convierta en el duodécimo municipio de la Guajira». La Asamblea departamental da un concepto favorable en 1995, con la Ordenanza 030. El gobernador Jorge Pérez firma la autorización de creación del municipio, el 5 de diciembre de 1995. Su primer alcalde fue Cristian Montero, quien toma posesión del cargo en enero de 1996 (p. 50-56).

• El municipio tiene los corregimientos de Las Flores, la Punta de los Remedios, Migueo, Palomino y Río Ancho. Y los caseríos de la parte plana: Campana, Campana Nuevo, Buenos Aires, Ríos Ne-gro, el Naranjal y Limonar. En territorio indígena: San Miguel, El Pueblito, San Antonio, Santa Rosa.

• La población de Dibulla está constituida por estas etnias: negros, mulatos, mestizos y blancos (p. 56-57).

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Después de dos días en la Casa de Dibulla acompañados por los her-manos venidos de la Casa de San Bernardino de Siena: José Fernando Vásquez Pinzón, Julián Beltrán, John Jairo Aristizábal Quintero, José Luis Bonilla Montaño, Horacio Afonso Puitique, Jonathan Córdoba Peinado, iniciamos con Fray Horacio, quien se ganó el sorteo hecho por Fray Guillermo, Vicario local, para elegir el hermano quien subiría a la Sierra, y mi persona el viaje conducente a la comunidad de los Koguis ubicada dentro de la jurisdicción de la parroquia de Dibulla. Salimos para allí el día 2 de abril a las 5:30 a.m. hacia la población de Mingueo, gracias a la conducción de Fray Juan Carlos, donde abor-damos un vehículo desvencijado por los años y la calidad del terreno y conducido por un joven paisa, en el cual fuimos hasta un punto llamado «la cuchilla». La ansiedad se veía sobre nuestros rostros: ¿hacia dónde nos encaminábamos a través de tales caminos, montañas, quebradas y piedras?

Llegados a «la cuchilla» nos recibieron Freddy y María, una pareja ha-bitante en una casa grande llamada bodega perteneciente a la Diócesis de Riohacha y en la cual las Hermanas Lauritas guardaban todas las provisiones almacenadas con las cuales sostienen todo el personal del internado ubicado a 1400 m. Dichas cargas eran llevadas por mulas y mulos cuyos arrieros Rubén y Gustavo acosaban con sus gritos y ma-noteos a fin de acelerar el ascenso. También estaba allí al lado de su papá «Rubencito» un niño e hijo de quien sabemos. Iban de igual forma en ese grupo reunido en la casa-bodega de «la cuchilla» una funcionaria de Bienestar Fami-liar, Nicolasa, responsable de la vigilancia del cuidado y nutrición de los niños Koguis presentes en el internado regentado por las Hermanas Lauritas. Además dos jóvenes Lucila y Nayda de la co-munidad Wayuu quienes querían vivir la experiencia de la Semana Santa entre las Hermanas Lauritas como parte de su discernimiento vocacional.

No sobra decir que todo este per-sonal estaba acompañado por una mulada de 10 animales. Saliendo a

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las 8:30 a.m. de «la cuchilla» llegamos a Pueblo Viejo, comunidad Kogui, a las 2:00 p.m. Durante este viaje fuimos testigos de la belleza descu-bierta en las montañas, ríos, paisajes variados, sonidos y las historias de Hermanas Lauritas y Hermanos Capuchinos relatadas por Gustavo, el arriero, quien desde hace 20 años trabaja en aquel sitio; a esto se le suman las historias con personas extranjeras llegadas al lugar. Vale la pena decir que los Hermanos Capuchinos llegaron allí hace 40 años en la persona de Fray Emilio Cuccina y 4 años después se instalaron las Hermanas Lauritas para un total de 36 años de vida y de misión en aquel sitio; esto narrado por la hermana Herminda una hermana quien vive allí desde hace 21 años. Toda la actividad desplegada desde «la cuchilla» se detiene en un lugar llamado: «El Descanso» en donde la mulada, conocedora del sitio, se relaja un poco y con ella los viajeros. Allí tomamos un pequeño refrigerio otorgado por Nicolasa.

Arribados al sitio, el Lunes Santo, descansamos un poco, después de las siete horas de viaje a pie y en mula y nos preparamos para la Euca-ristía celebrada en la capilla del internado en la cual participaron los profesores del sitio, el cuerpo médico: cuatro en total, los arrieros, las personas empleadas en la cocina con el chef a la cabeza, las hermanas,

las aspirantes, Horacio y un grupo de jóvenes Koguis, vale la pena decir que en el aspecto religioso, las Hermanas

Lauritas son muy respetuosas de las prácticas reli-giosas de ellos y además existen acuerdos en esta materia con los jefes espirituales de los Koguis, llamados: «Mamos». Los jóvenes que quedan en el internado están allí durante la Semana Santa por la lejanía de sus familias, pues hay comunidades

indígenas Koguis a 15 horas de camino.

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indígen

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Después de la celebración de la Eucaristía te-níamos el diálogo con las hermanas y algunas personas empleadas allí, dando así espacio para el conocimiento, el intercambio de ideas y demás elementos de crecimiento cuando nos encontra-mos para dialogar. Esto es facilitado por la falta de televisor, de señales permanentes de celular que en muchos casos obstaculizan estos espacios de intercambio y de comunicación. Podemos decir con conocimiento de causa que la estadía en es-tas bellas tierras es un verdadero retiro espiritual aconsejado para todos nosotros los hermanos de la Provincia. Este pequeño programa fue seguido hasta el Miércoles Santo, pues en los otros días los horarios en el día y en la noche variaron.

En estas bellas montañas cinteadas por bellos ríos y quebradas, vemos allí el fruto de la organización, de la construcción, del orden, de la mano de los Hermanos Capuchinos y de las Hermanas Lauritas. En una lejanía tal hay tantos ejemplos para nuestra vida de hombres, de cristianos, de hermanos menores, de ciudadanos colombianos.

Destacamos en los hermanos Koguis su modo de ser: silencioso, con-templativo, reservado, y porqué no decirlo «desconfiado» con aquellos distintos de ellos; en ellos hay situaciones de vida, de cultura, de or-ganización y de vida que son muy respetadas a pesar de las grandes dificultades para nosotros en la aceptación de las mismas.

Las diferencias de género allí son también bien marcadas, tenemos al respecto cómo la mujer está todo el tiempo hilando, incluso al nivel del lenguaje, la palabra muchacha e hilo tienen la misma raíz mostrando así la relación del lenguaje con la cultura. El hombre porta siempre su mochila: «gamma» en la cual lleva el «ayo» o la hoja de coca la cual les proporciona mucha resistencia percibida en la forma de su caminar y en las largas distancias transitadas por ellos. En el camino de «la cuchilla a Pueblo Viejo» y de este último a San Antonio contemplamos todas estas manifestaciones culturales descritas. La comunidad de San Antonio la visitamos el día 3 Martes Santo en done vivimos la experiencia triste del castigo infligido a una mujer por su infidelidad. Estas son de «las cosas culturales» que nosotros, desde nuestra cultura, rechazaríamos inmediatamente. Nuestra presencia en estas comunidades Koguis de la Sierra Nevada de Santa Marta coincidió con la reunión de «los mamos»

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o jefes espirituales quienes esta-ban tratando asuntos propios de la etnoeducación y de tierras en aquellos territorios.

El Miércoles Santo, 4 de abril vi-sitamos en forma la comunidad de Pueblo Viejo y de Nubiyaca, esta última famosa por sus fiestas pa-tronales y comunitarias; muchas de las fiestas programadas en aquellas comunidades están ligadas a las fiestas de algunos santos de nues-tra Iglesia Católica. Juntamente con estas visitas, nuestra vida allí transcurría en la oración, en la

meditación, en las lecturas personales, para tal efecto nuestro hermano Horacio aportó sus libros y yo me dediqué a conocer la vida de la herma-na Laura Montoya Upegui, fundadora de la Comunidad de las Lauritas, libro prestado por la hermana Herminda, residente allí y cuyo título es: Laura Montoya Upegüi. Historia de las misericordias de Dios en un alma. Personalmente estudié un poco la gramática Kogui: Kalta Kuistûwi.

Ahora bien, como gran novedad en la comunidad residente allí fue la llegada, el Jueves Santo, de la hermana Elcida, la Rectora del internado quien arribó acompañada por la hermana Carmel procedente de Haití. En este día organizamos el monumento decorado sencillamente para la exposición del Santísimo después de la celebración de la Ultima Cena del Señor programada a las 5:00 p.m. y en la cual hubo muy buena colaboración de parte de todos allí para su buena realización.

Por la ubicación del cuarto para dormir, el Santísimo dormía con noso-tros en el mismo lugar y como cosa hermosa las luciérnagas venían en la oscuridad a hacerle compañía para iluminar el sitio. Creo que era el modo de iluminar el Santísimo por el hecho que la vela era apagada por cuestiones de seguridad en el cuarto del dormitorio.

Durante las comidas, el intercambio cultural era algo extraordinario, pues estaban en la mesa la representación de la cultura Wayuú, la cultura de nuestro hermano Horacio con su idioma propio, la cultura y el idioma de la hermana Carmel venida de Haití y la cultura y len-gua propias del resto de hermanos en la mesa. Toda esta pluralidad lingüística y cultural en el territorio Kogui.

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En el día del Viernes Santo, el sol resplandeciente nos acompañó a lo largo de nuestro recorrido del Viacrucis, por espacio de dos horas. Este ejercicio fue muy bien organizado con sus cantos, lugares para las estaciones, signos alusivos a cada momento, las meditaciones, por las Hermanas Lauritas. En la tarde la adoración de la Cruz y en la noche una dramatización realizada bajo la iniciativa de los profesores del internado con la participación de algunas personas empleadas allí mismo. La dramatización tuvo como pasaje bíblico la oración de Jesús en el huerto y después hubo una resonancia al respecto donde las reflexiones fueron muy espirituales y propias para nuestras vidas de mujeres y hombres cristianos.

Para el Sábado Santo tuvimos el rezo del santo rosario, las 5:00 p.m., en un kiosco en paja, existente allí y luego en la noche hacia las 8:00 p.m. la gran celebración de la vigilia pascual, para la cual la capilla debidamente embellecida para la ocasión estuvo lista desde el medio-día para tan magno evento. El dato curioso lo puso el presidente de la celebración quien pisó en falso, cayéndose, y con él, el cirio pascual, ni al uno ni al otro les sucedió algo que lamentar.

El Domingo de Pascua la gran celebración pascual la realizamos a orillas del río donde la Eucaristía se vio adornada por aquella vegeta-ción y naturaleza hermosas, presentes en el sitio. Luego almorzamos allí mismo, nos bañamos en el río y nos divertimos al son del vallenato en la voz de algunas profesoras y empleados del internado. Es bueno resaltar cómo aquel bello día de Pascua y de Resurrección comenzó con un exquisito desayuno preparado por las profesoras allí presentes durante la Semana Santa.

El lunes 9 de abril a las 6:00 a.m. reemprendimos el regreso a Dibulla el punto de inicio de esta bella experiencia que deberíamos vivir, viendo que tenemos en la parroquia de Di-bulla la gran oportunidad para compartir con nuestros herma-nos franciscanos de la provincia y su población, en cualquier tiempo del año.

Cronista: Fray Luis Fernando Benítez Arias, O.F.M.

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Crónica

Actualmente, la sociedad vive transformaciones aceleradas a nivel socio-cultural, y a dichos cambios, no son ajenos los jóvenes. Es bien sabido que hoy por hoy, los jóvenes son quienes más fácilmente asumen las novedades del mundo contemporáneo. El acceso instantáneo a los me-dios masivos de comunicación y el sumergirse en un mundo capitalista y globalizado hace que se modelen de manera muy diversa la cosmovisión y comportamientos juveniles. La realidad de los jóvenes se ha convertido en un complejo entramado de relaciones que dificulta en gran manera, y probablemente imposibilita, caracterizar a los jóvenes de hoy.

Por ello, todo proyecto o trabajo que tenga a los jóvenes como deposita-rios se constituye en un verdadero reto porque implica, no sólo tratar de comprender y ver al joven desde su contexto sociocultural, sino la manera propia como él ha tratado de identificarse como persona y las concepciones propias que ha constituido para relacionarse con el mundo y constituir su proyecto de vida. Es pues, un complejo desafío el que tiene que asumir la Pastoral Vocacional y en general el que tienen que asumir todos los frailes de la Provincia llamados a ser animadores vocacionales.

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Con el fin de contribuir al abordaje de dicha complejidad cultural, se organizó el encuentro de anima-dores vocacionales realizado entre los días 11-14 de abril de 2012. El desarrollo de dicho encuentro se hizo en tres partes los días jueves, viernes y sábado, respectivamente.

El día 12 de abril, en la primera parte, se abrió oficialmente el encuentro con una intervención del padre Ministro Provincial Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M. Seguidamente, se dio la intervención de la doctora Adriana Ban-guero, especialista en psicología del niño, quien trabaja actualmente en la U.S.B. de Cali como coordinadora del área de desarrollo y bienestar en el área de atención psicopedagógica. La doctora desarrolló una te-mática en la que se caracterizó el complejo mundo de los jóvenes y los diferentes agentes psicológicos y sociales que influyen en él. Es posible, de esta manera, reconocer una serie de cambios a lo largo de los últimos tiempos que permiten ver qué elementos han influido más drásticamente en la actitud comportamental de los jóvenes, incluso, en la actualidad, donde se presentan diversos y complejos matices y se puede entrever como la constitución de los núcleos familiares, la sociedad, la educación y la sociedad de consumo, entre otros, influyen de forma definitiva en la constitución de la personalidad y cosmovisión de los jóvenes.

Entre las consecuencias más evidentes de cómo el medio influencia a los jóvenes se puede reconocer la constitución de las «Tribus y Grupos Urbanos». Estos, ofrecen a los jóvenes paradigmas de identificación per-sonal en un colectivo, seguridad de grupo, soportes afectivos y muchas veces, autorización para sobrepasar los límites de las reglas morales y sociales. Entre los más característicos se encuentran: Emo, Pokemones, Bloggers, Góticos, Metaleros, Hippies, Punks, Skin Head, Neonazis, Candles Kids, Raperos, Yuppies, Rastas y Barras Bravas, entre otros. En la exposición se destacaron las características más sobresalientes de estos grupos en cuanto a la forma de identificarlas y a las actitudes vivenciales que asumen los miembros de las mismas. Esto último, recobra una im-portancia fundamental para el ejercicio de la pastoral vocacional, pues son muchos los jóvenes que directa o indirectamente tienen influencia de colectivos como estos, modificando así, sus propias concepciones ante la vida, las personas, la religión y la sociedad en general.

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En el segundo día, el viernes 13 de abril, los encuentros de la jornada fueron dirigidos por el padre Carlos Alberto Rivadeneira Gutiérrez, quien abordó el tema de la pastoral vocacional desde una perspectiva diferente: «La Pastoral vocacional como una respuesta pastoral, para un mundo desafiante». En esta temática, ya no se reflexionó directa-mente acerca de las personas que tocan las puertas de las diferentes comunidades con la intención de ser admitidos, sino, sobre aquellos encargados de discernir acerca de la idoneidad de los candidatos, es decir, sobre los animadores vocacionales. En cuanto a esto se reconoció que en un mundo secularizado, en el cual las convicciones religio-sas y morales van en detrimento en muchos sentidos, es prioritaria la formación de personas de convicciones espirituales firmes, que comprometidos y fieles a la vivencia del Evangelio, con su vida den testimonio y «atraigan» a otros al seguimiento de Cristo. Es claro que esta responsabilidad no es exclusiva de aquellos que acompañan los procesos vocacionales sino, también de todos aquellos que han optado por la vida consagrada.

El 14 de abril fue una jornada destinada a la reflexión de la pastoral vocacional al interior de los procesos que se vienen desarrollando en la Provincia, por ello, se organizaron tres intervenciones acerca de el Proyecto Social de la Provincia y la Formación y Estudios y sobre la etapa del Postulantado. Estas fueron dirigidas por Fray Ricardo Leaño Jaimes, O.F.M., Fray José Alirio Urbina Rodríguez, O.F.M. y Fray Eduar-do Martín Mendoza, O.F.M., respectivamente.

En cuanto al Proyecto Social de la Provincia, durante la intervención se abordaron el origen, las perspectivas y los alcances de dicho proyecto. Se reconoció, que es una empresa importante en la que la Provincia ha

venido trabajando gradualmente, y que, poco a poco, se va consolidan-do como una realidad que atañe a todas las instancias de la Provincia en general. Por ello, es importante el conocimiento de esta iniciativa y los aportes que se puedan seguir brindando a la misma.

En cuanto al Secretariado de For-mación y Estudios, se resaltó la importancia del proyecto que se ha venido adelantando en cuanto a la constitución de un «Plan For-

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mativo Provincial» que vincule las diferentes instancias de la forma-ción. De acuerdo con ello, existen «Acciones Prioritarias» que vie-ne adelantando el Secretariado y que involucran, no sólo a las etapas de formación inicial, sino a la misma pastoral vocacional y a la formación permanente. La idea es que se puedan brindar los aportes necesarios para «elaborar e implementar la Ratio Studiorum Provinciae» y para establecer «un único Plan Formativo Provincial que integre la Formación Inicial y la Formación Permanente».

Finalmente, Fray Eduardo Mendoza expuso algunas realidades que se han venido presentando en la etapa del Postulantado con los jóvenes que han sido admitidos. Se reconoció que en, no pocas ocasiones, se han observado procesos de acompañamiento previos que adolecen de los elementos necesarios (en las dimensiones humana, cristiana y franciscana) para un verdadero proceso de discernimiento y para una preparación a dicha etapa de la formación inicial. Incluso, se ha evi-denciado un serio desconocimiento acerca de la etapa del Postulantado y de las condiciones del candidato para asumirla. También se han ob-servado problemáticas, que bien pueden obedecer a la realidad social de nuestro país o a la deficiente educación que se recibe en muchas instituciones educativas y que se manifiestan en: falencias cognitivas, problemas de lectoescritura, deficiente bagaje cultural e incluso falta de motricidad, entre otros. Sin embargo, se reconoce que, si bien es utópico pretender que en el acompañamiento de la pastoral vocacional se solucionen dichos inconvenientes, sí se pueden involucrar estrategias que mitiguen, en cierta manera, estas falencias. Lo fundamental sigue siendo acompañar muy cercanamente el proceso de discernimiento y presentar a los candidatos una visión realista de nuestra Provincia y de la Orden en general.

El encuentro finalizó exitosamente y los participantes reconocieron la importancia del abordaje de temas como estos, pues permiten enrique-cer la labor de acompañamiento a los aspirantes, desde la procura de un conocimiento cada vez más amplio de las convicciones, las expec-tativas y los intereses que mueven a los jóvenes de hoy a optar por la vida consagrada.

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El día 26 de abril del presente año, la Familia Francis-cana de Colombia, realizó su reunión en la sede de la Cu-ria Provincial - Casa de Juan Bautista. En este encuentro se hicieron presen-tes los superiores mayores de los ins-titutos religiosos franciscanos resi-dentes en la ciudad

de Bogotá. Por consiguiente nuestro Ministro Provincial, Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M., además de acoger a los hermanos de la familia franciscana asistió a dicha reunión, la cual finalizó en horas de la tarde.

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Durante los días 14 al 19 de mayo de 2012, Fray Joel Castro, O.F.M., Custodio de la Inmaculada Concepción - Vene-zuela, visitó de una manera fraterna a nuestra Provincia Franciscana de la Santa Fe - Colombia. Durante la visi-ta Fray Joel, se encontró con algunos hermanos de la Provincia con los cua-les compartió durante el tiempo que estudió en la misma. Además visitó a algunas fraternidades de la ciudad de Bogotá: Porciúncula, San Bernardino, San José y la Casa del Noviciado, San Luis en Ubaté - Cundinamarca.

Esta estadía seguramente fue significa-tiva para Fray Joel, quien se formó en esta Provincia.

Fray Joel Castro, O.F.M., Fray Jaime Daniel Jiménez Páez, O.F.M., y Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M.

Fray Joel con los hermanos Novicios en la Casa de San Luis

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Como ya es tradicional, el 21 de mayo de 2012 se celebró la solemni-dad de San Bernardino de Siena en la Casa de Formación y Estudios. La jornada fue muy provechosa para el compartir como hermanos y transcurrió en un ambiente de alegría y fraternidad. Se contó, en esta ocasión con la presencia de la fraternidad de San Luis de Ubaté y las fraternidades de San Bernabé Apóstol, San Buenaventura y la Porciún-cula de Bogotá.

Con la celebración de la Eucaristía se dio inicio al itinerario celebrativo, esta fue presidida por nuestro Ministro Provincial Fray Mario Wilson Ramos Novoa, quien indicó, cómo desde la persona de San Bernardino se puede ver la incidencia directa que tiene la formación y los estudios en el seguimiento de Cristo, además, la respuesta vocacional que cada hermano brinda desde su propia experiencia vital y de unión con Dios.

Posteriormente, el festejo se trasladó a la cafetería de la casa, en donde se abrió espacio para el diálogo y la interacción personal a la vez que se compartían unos pasabocas y unos cocteles con una festiva música

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de fondo. Este fue un ambiente propicio para conversar, reír y, por su-puesto, bromear. Ahora bien, en la cafetería no se permaneció mucho tiempo, pues se dio paso a uno de los momentos más esperados del día, el almuerzo. Allí, en el co-medor, alrededor de los alimentos se continuó favoreciendo la integra-ción fraterna.

Como a eso de las 2:00 p.m., se convocó a todos los hermanos a uno de los eventos más tradicionales y esperados de la jornada: el partido de fútbol entre los seleccionados de San Bernardino y de San Luis de Ubaté. Debido a que el conjunto de San Luis no contaba con toda su planilla, el generoso equipo de San Bernardino donó algunos de sus jugadores para que las cargas quedaran más niveladas. Tan reñido fue el encuentro futbolístico, que terminó con un empate sin goles; ahora bien, no sobra decir que el «Glorioso equipo de San Bernardino» es-tuvo a punto de ganar el encuentro. Ante tal resultado y con la gran ansiedad de los espectadores por presenciar goles, surgió la idea de concluir el partido con tiros desde el punto penal, sin embargo, puesto que los hermanos de San Luis tenían que retornar a su Casa, los goles se pospusieron para el próximo partido en la Casa del noviciado. Sin embargo, como los hermanos salieron de afán y no se pudieron esperar al momento del algo se les dio una generosa merienda: chori-zo y arepa para el camino.

Como toda experiencia positi-va, este día concluyó rápida-mente, pero son muchas las alegrías y para recordar. Con gran expectativa se espera el próximo encuentro con los hermanos del Noviciado y las demás fraternidades, será una oportunidad más para compar-tir la vida como hermanos.

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Comunidad Franciscana Provincia de la Santa FeSecretaría de Evangelización y Misión

Moderación para las Parroquias y Centros de Culto

n.º Ciudad Nombre de la Parroquia Decreto y fecha de creación

1Armenia

San Francisco de AsísDecreto n.º 75915 de diciembre de 1973

2 Nuestra Sra. del Carmen Decreto n.º 433 - 8 de marzo 1965

3 Barranquilla San Francisco de Asís Decreto n.º 226 - 13 de junio de 1963

4

Bogotá

Nuestra Sra. de los Ángeles de la Porciúncula

Decreto n.º 16 - 12 de mayo de 1942

5 San Bernabé Apóstol Decreto n.º 257 - 3 de octubre de 1972

6Templo de San Francisco de Asís

7 Bucaramanga San Francisco de Asís Diciembre 8 de 1968

8 CaliTemplo San Francisco de Asís y Capilla de la Inmaculada

9 Cartagena San Sebastián de Ternera

10 Ibagué San Roque Marzo 14 de 1939

11Medellín

San Benito de Palermo Decreto n.º 300 - 21 de agosto de 1961

12 San Antonio de Padua Decreto n.º 300 - 21 de agosto de 1961

13 Pereira San Francisco de Asís 24 de mayo 1962

14 Santa Marta San Francisco de Asís

15 Tuluá Nuestra Sra. del Carmen 8 de diciembre de 1951

16 Tunja San Francisco de Asís 4 de octubre de 1970

17 Ubaté Templo San Luis Obispo

18 Villavicencio Par. del Divino Niño Jesús 6 de agosto de 1949

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Se da inicio al encuentro con un saludo de bienvenida y la Oración por parte de Fray Mario Liroy Or-tega, quien a continuación, nos ilustra acerca del propósito del mismo: la formación permanente de quienes están llevando a cabo esta labor de la economía dentro de un marco de responsabilidad y transparencia en la administración de nuestros recursos y entidades.

ASISTENTES:

• Fray Mario Liroy Ortega Abarca, O.F.M. (Presidente de la CFB)• Fray Bolívar Guayanay, O.F.M. (Secretario y Ecónomo de la CFB)• Fray Luis Gerardo Villacruz, O.F.M. (Ecónomo Provincial de la Provincia de San Francisco de Quito)• Fray Félix Santamaría, O.F.M. (Ecónomo Provincial de la Provincia de San Solano en Perú)• Fray Luis Ernesto Chamba, O.F.M. (Ecónomo Provincial de la Provincia de los Doce Apóstoles de

Perú)• Fray Aurelio Pérez, O.F.M. (Ecónomo Provincial de la Provincia de San Antonio de Bolivia)• Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M. (Ecónomo Provincial de la Provincia de la Santa Fe de Colombia)• Clarita Malex (Economista y asesora en asuntos económicos de la Provincia

de San Francisco de Quito).

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1. El día 28 de mayo de 2012 se ha propuesto el Tema de la COMUNIÓN DE BIENES EN LA ORDEN DE FRAILES MENORES con la orientación magistral de Monseñor Luis Cabrera, O.F.M. (Arzobispo de Cuenca). Por la amplitud del tema sobre los bienes, señala algunos aspectos sobre el Concepto de Bien; sus propiedades, los usos, el origen, la finalidad y la administración de los mismos, soportando su reflexión en los valores fundamentales de la espiritualidad franciscana y su carisma. (Se anexa el documento).

Los bienes

«La primera pregunta que nos hacemos es de QUÉ bienes estamos hablando». No es fácil identificarlos y clasificarlos. Para que «alguien» o «algo» puedan ser considerados un bien, es necesario tener en cuen-ta las opciones de vida y sus respectivos intereses. Lo que para unos significa un bien, para otros puede ser un mal. El alcohol, la droga y las armas, por ejemplo, pueden ser un bien para los productores, co-merciantes y consumidores; y, en cambio, un gran mal para muchos por los efectos personales y sociales que se desprenden de estos. Lo mismo puede suceder con otras cosas y personas. Esto hace que cada persona y grupo humano tengan una lista de «cosas» consideradas como bienes y otra calificadas de males.

En cuanto a su clasificación, existen muchas formas de hacerlo, lo cual depende del estilo de vida que se lleve. Entre ellas, por ejemplo, encontramos las siguientes:

Bienes espirituales y materiales; bienes eternos y temporales; bienes tangibles e intangibles; bienes naturales y cultuales; bienes personales y sociales; bienes muebles e inmuebles; bienes intelectuales, morales y estéticos. Lo curioso es que algunos de estos bienes, en otros contextos, son considerados males.

Esta breve constatación nos lleva a la pregunta primera y fundamental: ¿Qué es un bien? Las respuestas son muchas, variadas e incluso contra-dictorias, de acuerdo con las diferentes ciencias humanas y positivas, las distintas filosofías y teologías.

Desde el punto de vista «ontológico», el bien se identifica con «el ser» o con todo lo que existe. Por contraposición, el mal es «carencia» de ser o, dicho en otros términos, el no ser o la nada.

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En este horizonte de comprensión, todo lo existente es un bien. Por esta razón, los bienes por antonomasia son las personas, las cosas y, por supuesto, Dios, que a su vez es la fuente de todo ser y existencia. Para Francisco, Dios es el sumo bien, el todo bien y el bien total.

Desde una visión bíblica y teológica, los bienes se relacionan directa-mente con Dios Creador. Cuando Dios confiere el ser o la naturaleza al hombre, tanto varón como mujer, y a las cosas, el autor del Libro Sagrado nos dice que «vio Dios que estaba bien» (Gen 1, 10. 13. 25); y, al concluir la creación, maravillado, afirma: «Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien» (Gen 1, 31).

La gnoseología o teoría del conocimiento al bien lo identifica con la verdad lógica (logos). La mente humana, por su propia naturaleza, está en una constante búsqueda de la verdad y descansa únicamente cuando la encuentre. Esto hace que exista en su interior un rechazo, casi instintivo, a todo lo que sea falso. Lo que sí puede ocurrir, muchas veces, es que la mente se encuentre en el error y que no es otra cosa que identificar, voluntaria o involuntariamente, como verdadero lo que es falso o viceversa.

En el campo de lo ético y lo moral, el bien tiene que ver con lo bue-no, es decir, con lo que ayuda al ser humano a desarrollarse como persona en sus distintas dimensiones y relaciones: consigo mismo, con los demás, con las cosas y con Dios. El bien, de este modo, entra en comunicación con otros valores, como la dignidad, el respeto, el amor, la justicia, la solidaridad, la confianza, la igualdad, la ho-nestidad, la paz. En contraposición con estos bienes, se indican los

grandes males o carencias éti-cas y morales, como el desamor, la injusticia, la indiferencia, la discriminación, la corrupción, la violencia…

En el ámbito de la estética, el bien se relaciona con la belleza. Los parámetros dependen de las concepciones sociológicas, filosó-ficas y teológicas de las culturas existentes ya sea en un mismo territorio o en otras latitudes geo-gráficas. Entramos, de este modo, al mundo maravilloso y fascinante

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del arte en sus diferentes manifestaciones: arquitectónicas, pictóricas, escultóricas, acústicas.

Los bienes, por lo tanto, tienen que ver con todo lo que somos y dispo-nemos. Esta realidad nos lleva a profundizar en el tipo de relación que podemos tener con cada uno de ellos.

2. Propiedad de los bienes

Con mucha frecuencia, cuanto estamos delante de algún bien, nos preguntamos de quién es o a quién pertenece. Las grandes tensiones y conflictos personales, familiares, sociales, políticos, económicos y hasta religiosos, por lo general, tienen que ver con la propiedad de los bienes.

a. Sentido teológico

La revelación bíblica afirma que la propiedad de los bienes está re-servada exclusivamente al autor de los mismos. Si Dios los ha creado, entonces el único señor o dueño es Dios. Pero la revelación también nos dice que Dios, sin renunciar a la propiedad, ha encomendado los bienes al ser humano para que los cuide, los cultive y los comparta con las otras especies (cfr. Gen 2, 15). De aquí brota el principio del destino universal de los bienes, que la doctrina social de la Iglesia lo desarrolla.

La espiritualidad y el carisma franciscano, por su parte, también reco-nocen a Dios como al único dueño y Señor de todo lo que existe y que se nos ha encomendado. A partir de este fundamento, Francisco insiste en que se debe vivir sin apropiarse de personas, lugares y trabajos. Un concepto que, como se ve, abarca a todos los bienes, ya sean espiri-tuales o materiales, personales o comunitarios, eternos o temporales, naturales o culturales.

La apropiación de bienes, por su parte, desnaturaliza su origen (Dios) y su finalidad (compartir con los hermanos y hermanas) y, en consecuen-cia, esclaviza a quien los posee. La expresión vivir «sin nada propio» no subraya la carencia como tal (la nada), lo cual sería imposible, si no la relación de propiedad que pueda darse entre los hermanos y los bienes.

Los bienes, de esta manera, quedan también liberados de todo intento de «dominación» o subyugación de parte del ser humano. Quien se apropia de alguien (personas, comunidades, grupos humanos) o de algo (cosas, cargos o actividades), nos dirá Francisco, es simplemente un ladrón.

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Por esta razón, Francisco insiste en la decisión de «restituir» o «de-volver» a los demás lo que nos hemos apropiado. Lo que nos da la gente, y que generalmente es la más pobre, por lo tanto, no es sólo para nosotros, sino principalmente para los más necesitados.

En consonancia con el principio de la no apropiación, nuestra le-gislación dice: «Como peregrinos y extranjeros en este mundo, los hermanos una vez que renunciaron a la propiedad personal, no se apropien ni casa ni lugar ni cosa alguna, conforme a la Regla; por lo tanto, en pobreza y humildad, pónganse ellos mismos y pongan todo cuanto usan para la vida y el trabajo al servicio de la Iglesia y del mundo» (CCGG 72, 1).

b. Sentido legal

Desde el punto de vista legal, como hermanos menores, por medio de la profesión religiosa, renunciamos libre y conscientemente a la posesión personal de bienes materiales, de una manera particular a los denominados inmuebles (casas, tierras), y al uso de los mismos sin la debida autorización. «Por el voto de pobreza, los hermanos menores, siguiendo a Jesucristo, ‘que se hizo pobre por nosotros en este mundo’, renuncian al derecho de usar y disponer de los bienes materiales sin licencia de los Ministros y de los Guardianes; mas después de la profesión solemne, también al derecho de propiedad; y, como siervos humildes, se confían a la providencia del Padre ce-lestial» (CCGG 8, 1).

Esta renuncia, en muchos países, ya tiene efectos civiles. En donde la legislación de un Estado no lo permite, «los Estatutos particulares dispondrán lo necesario para que la renuncia a los bienes hecha antes de la profesión solemne tenga validez ante el derecho civil y surta efecto a partir del día de la profesión» (CCGG 75, 3).

Las Constituciones Generales, de una manera muy clara, establecen lo que se tiene que hacer antes de la profesión temporal y de la solemne: «El candidato a la Orden que posee bienes temporales disponga de ellos antes de la profesión temporal, de tal modo que, reservándose su pro-piedad, ceda, mediante documento válido para el tiempo que duren sus votos temporales, la administración, uso y usufructo de dichos bienes a favor de quienes le pluguiere, pero no de la Orden» (CCGG 74, 1).

«En virtud del voto de pobreza, según la Regla, el que va a profesar solemnemente debe, antes de la profesión, hacer por escrito, y con

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validez a partir del día de la profesión, la renuncia a la propiedad de todos los bienes que en la actualidad posea o que ha de poseer por herencia necesaria a favor de quien quiera, pero muy especial-mente en favor de los pobres; y no le está permitido en modo alguno reservarse algo para sí» (CCGG 75, 1).

En cuanto a las propiedades de la Fraternidad, la legislación tam-bién es muy explícita cuando afirma: «la propiedad de los edificios y bienes necesarios para la vida y obras de los hermanos permanezca en realidad bajo dominio de aquellos a quienes sirven los mismos hermanos, o de los bienhechores, o de la Iglesia, o de la Santa Sede» (CCGG 73).

3. Criterio para el uso de los bienes

Si los hermanos menores no somos propietarios de los bienes, tanto teológica como legalmente, sino tan sólo administradores, es nece-sario que indiquemos los criterios para usarlos de la mejor manera, los cuales los tomamos de los grandes valores de nuestra espiritua-lidad, como la fraternidad, la minoridad, la justicia, la solidaridad y la sobriedad.

a. La fraternidad

Como hermanos menores, estamos llamados a vivir «una vida fraterna en común»; y a ser los unos para los otros «un estímulo permanente de esperanza, paz y alegría», que nos permita alcan-zar «la plena madurez humana, cristiana y religiosa» (cfr. CCGG 38. 39).

Cada hermano es un don de Dios o un bien para los demás. Esta certeza nos debe llevar a aceptarnos y a compartir la diversidad de regalos: caracteres, culturas, costumbres, talentos, facultades y cualidades, «de modo que toda la fraternidad resulte lugar privile-giado de encuentro con Dios». En la fraternidad, por lo mismo, no sólo se comparten los bienes espirituales, sino también los bienes materiales.

La vida de comunión fraterna exige «un estilo similar de vida, la participación en los actos de la vida de fraternidad, sobre todo en la oración común, en la evangelización y en los quehaceres domésticos, así como la entrega, para utilidad común, de todas las ganancias percibidas por cualquier título» (CCGG 42, 2).

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b. La minoridad

La minoridad, para Francisco y sus hermanos, brota no de una reflexión teológica o filosófica, sino de la contemplación de Jesús en la Navidad, en la pasión y en la Eucaristía, como también de la misericordia del Padre.

La minoridad es una característica esencial de nuestro carisma, lo que define el ser de hermanos y lo que pertenece al núcleo voca-cional: al seguimiento a Cristo, cuya kénosis es nuestro referente de identidad (cfr. Peregrinos y extranjeros en este mundo, 15). Por esta razón, «no somos hermanos pobres, hermanos humildes, hermanos pequeños, sino hermanos menores». La minoridad nos indica el modo de ser y de relacionarnos con Dios, con los herma-nos, con las demás personas y con la naturaleza, como también el modo de anunciar el evangelio (cfr. Peregrinos y extranjeros en este mundo, 14).

La minoridad nos ayuda a relacionarnos con los bienes ya no amos frente a los esclavos, sino de hermanos servidores de las personas y de las cosas. De este tipo de relaciones brota el respeto y el cuidado por todo lo que se nos ha confiado, especialmente de la naturaleza, a la que Francisco llama hermana y por la que agradece al Altísimo y Buen Señor.

La minoridad, por lo tanto, debe reflejarse en la construcción y en el uso de los bienes. Los edificios que se construyen para los hermanos, por ejemplo, «y todas las cosas que éstos adquieren o usan estén en consonancia con la pobreza, según las condiciones de lugares y tiem-pos» (CCGG 72, 2).

c. La justicia

La justicia tiene que ver con la distribución de los bienes de tal manera que estos ayuden a vivir con dignidad y a desarrollar, de una manera armónica, todas las capacidades físicas, psíquicas y espirituales.

Los hermanos están llamados a vivir en este mundo «como promotores de la justicia y como heraldos y artífices de la paz, venciendo el mal con el bien» (CCGG 68, 1). La reconciliación y la paz dependen de la justicia. Si algún derecho humano es lesionado, la paz desaparece; recordemos que detrás de cualquier forma de violencia familiar, social o religiosa se esconde alguna injusticia.

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La explotación y usurpación de los bienes a los pobres no pueden dejar-nos indiferentes. «Cualquiera que vea el tráfico de armas, el desarrollo militar, la explotación de los recursos y el empobrecimiento de toda la población, difícilmente se conformará con una piedad desencarnada y puramente intimista, encerrada en su propio convento». La contempla-ción y la justicia, por lo tanto, se relacionan íntimamente (cfr. Peregrinos y extranjeros en este mundo, 35).

Esta conciencia en favor de la justicia no nos permite quedarnos tranquilos con la limosna y la asistencia caritativa, sino que debe, «comprometernos con valentía para eliminar las estructuras injustas de nuestros ambientes, regiones y países» (Peregrinos y extranjeros en este mundo, 36). Esto nos lleva a vivir y anunciar «una justicia que no sólo asegure a los desafortunados una mera supervivencia, sino que ofrezca una vida digna, libre de toda amenaza» (Peregrinos y extran-jeros en este mundo, 38).

d. La solidaridad

La solidaridad es una de las dimensiones fundamentales de nuestro carisma. Este valor se relaciona directamente con el amor misericor-dioso o compasivo, con la gratuidad y la generosidad; más aún, es la expresión más grande y noble del corazón humano que se pone por encima de todo derecho y legislación. La solidaridad, por ello, no tiene en cuenta las diferencias personales, culturales, sociales y económicas, ni mucho menos los resultados que se puedan obtener, sino tan solo las necesidades urgentes e impostergables de las personas y de los grupos.

El ideal de la vida cristiana no es lograr una sociedad opulenta, donde sobreabundan los bienes, ni tampoco una sociedad de extrema pobreza y miseria. Ambos modelos son inhumanos. La opulencia insensibiliza a las personas y las vuelve crueles y despiadadas; y la miseria, por su parte, se vuelve denigrante y humillante. Lamentablemente, sigue acre-centándose el abismo entre los pocos ricos que nadan en la abundancia de bienes y las multitudes de pueblos empobrecidos que sobreviven y hasta mueren en la miseria.

El modelo de la vida cristiana y franciscana es una sociedad justa y solidaria, donde todos los seres humanos cuenten con lo necesario para vivir y trabajar con dignidad. Nuestro mundo no se muere por la falta de recursos o bienes, sino por la carencia de justicia y de solidaridad «con los hermanos y las personas que viven y sufren situaciones difíciles en el mundo» (Peregrinos y extranjeros en este mundo, 36).

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Solidaridad con los hermanos. Nuestros documentos, en este senti-do, insistentemente nos llaman a superar las grandes desigualdades y discriminaciones que se dan entre hermanos ricos y pobres; y entre fraternidades locales o provinciales ricas y pobres. No es justo que es-tas grandes diferencias obnubilen o anulen una vida fraterna serena, alegre y digna. Los bienes, aunque parezca paradójico, con esta nefasta distribución se transforman en males.

La solidaridad se da en todos los niveles: «con los hermanos de una misma fraternidad, solidaridad de las fraternidades locales con la fra-ternidad provincial, solidaridad de las fraternidades provinciales con la Orden» (Con Lucidez y audacia, 65).

La solidaridad entre los hermanos es una cuestión de justicia; pues «si no nos pertenece el trabajo, tampoco nos pertenece el fruto del trabajo. Para los hermanos, es de justicia hacer partícipes a los demás del fruto del propio trabajo» (Con Lucidez y audacia, 69).

La solidaridad, además de vivirla entre los hermanos y con los padres «de algún hermano que se hallaren necesitados» (CCGG 54, 2), tam-bién debe hacerse extensiva a la Iglesia y a los pobres. «Los hermanos están obligados, en testimonio de pobreza y caridad, a socorrer, con los bienes destinados al uso de la fraternidad, las necesidades de la Iglesia, a prestar ayuda a los que se hallan en verdadera necesidad y a hacer partícipes de sus bienes a los pobres, según las normas de los Estatutos particulares» (CCGG 53).

Solidaridad con la Iglesia. Pues si bien es cierto que gran parte de los recursos económicos que administran los hermanos es destinada a las obras de apostolado (educación, pastoral familiar, social, juvenil); sin embargo, es importante que los hermanos tengan en cuenta las grandes necesidades de la Iglesia local donde viven y desarrollan su carisma de solidaridad. No es suficiente por lo mismo su presencia en la Iglesia local y en la sociedad, sino también su colaboración económica para la realización de las obras pastorales y sociales.

Solidaridad con los pobres. La conversión de Francisco es inseparable de la Gracia de Dios y del encuentro con los leprosos, los menores entre los menores de entonces. Abandona su status social y económico para vivir entre los exluidos.

La vida de pobreza asumida por Francisco y sus hermanos no sólo tiene que ver con la austeridad en el uso de los bienes materiales, sino tam-

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bién con la solidaridad en favor de los desfavorecidos o con el compartir lo que rebibimos como don de Dios.

Actualmente, debido a la globalización económica, mucha gente es arrastrada a la pobreza. Cuántas personas pierden su trabajo y su dig-nidad. Poblaciones enteras son forzadas a vivir en la marginación por la explotación de sus tierras por grupos minoritarios. Como hermanos menores, no podemos contentarnos con la piedad de la oración; todo lo contrario, de la oración debemos sacar la fuerza para afrontar estas realidades. «En este punto central nuestra espiritualidad se hace polí-tica» (Peregrinos y extranjeros en este mundo, 38).

Es hermoso reconocer, en el ámbito de la solidaridad, «la respuesta generosa que han tenido algunas llamadas a la colaboración que se hicieron desde la Curia general de la Orden: solidaridad con las vícti-mas de catástrofes naturales, solidaridad con Entidades pobres» (Con Lucidez y audacia, 62).

e. La sobriedad

La sociedad de consumo en la que vivimos cada vez es más asfixiante y exigente. Las necesidades creadas nos invaden e imponen la urgencia de comprar los bienes que, supuestamente, las satisfacen. Es impre-sionante la cantidad de artículos de toda índole que llegan a nuestros mercados. Estamos en el mundo de los objetos desechables, del use y bote.

Como consecuencia, de esta desenfrenada competencia, cada día se recolectan millones de toneladas de basura o desperdicios. En algunos países, gran parte se recicla y lo demás acrecienta la contaminación de la madre Tierra, sobre todos los desechos radioactivos y los no perecibles a corto plazo, como los plásticos.

Vivir y proponer un nuevo estilo de vida más sano y menos complicado: ¡he aquí uno de los grandes desafíos para los hermanos menores!

La sobriedad en el uso de los bienes sigue siendo uno de los grandes valores de nuestra vida de hermanos menores. Este compromiso nos invita a discernir entre lo esencial y lo secundario y lo necesario y lo superfluo. Pues con el pretexto de que algún día nos serán útiles, ¡cuántos bienes permanecen almacenados en nuestras habitaciones y casas ocupando espacios

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que se podrían poner al servicio de actividades fraternas, pastorales y sociales! A veces, nos parecemos más a los hijos del «recogimiento» de toda clase de bienes que a los hermanos solidarios que comparten los bienes del Señor con los más necesitados.

Es muy alentador constatar cómo muchos hermanos, fraternidades y Entidades han hecho una opción muy clara por llevar «una vida sobria y esencial, motivados por la radicalidad evangélica y la llamada a la solidaridad con tantas personas que carecen de lo indispensable. Esto ha llevado a muchas fraternidades a compartir los espacios de la pro-pia casa con los pobres y ofrecerles comida (comedores para pobres), acogida, particularmente para los sin techo, primeros auxilios de salud, orientación profesional» (Con Lucidez y audacia, 59).

4. Fuentes de los bienes

En general, los bienes materiales, tanto muebles como inmuebles de los hermanos, provienen de su trabajo, de las donaciones y herencias personales o comunitarias. En algunas fraternidades, también de los arriendos y de los sueldos y salarios de los hermanos.

a. El trabajo

El trabajo es parte de la condición del ser humano; y, para el hermano menor, es también una gracia. Es una gracia en cuanto regalo de Dios (cf. 2 R 5,1), «quien dice y hace todo bien» (Adm 8,3), como también porque nos pone «en relación con los demás, particularmente con los más pobres, y nos hace «colaboradores del Dios creador» (Cfr. Con Lucidez y audacia, 69).

Nuestra legislación, haciéndose eco de esta verdad, dice: «como po-bres de verdad y guiados por el espíritu y el ejemplo de San Francisco, consideren los hermanos el trabajo y el servicio como un don de Dios; por lo cual, muéstrense como menores a quienes nadie tiene que temer, pues buscan servir y no dominar» (CCGG 76, 1).

El trabajo manual, intelectual y pastoral es «el medio ordinario y prin-cipal de procurarse las cosas necesarias». El trabajo, además, ayuda a todos los hermanos a huir de la ociosidad, enemiga del alma (cfr. CCGG 76, 2).

En cuanto a la elección de trabajos, la Regla nos ofrece mucha libertad. Sin embargo, los hermanos están llamados a optar «preferentemente

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por aquellos en los que brille el testimonio de la vida franciscana», buscando «de modo particular el aspecto de solidaridad y de servicio a los pobres» (CCGG 78, 1). Por este motivo, «en nuestras fraternidades, las labores domésticas han de realizarlas los hermanos mismos, todos ellos, en cuanto sea posible» (CCGG 80, 1).

Es importante también que los hermanos, con el pasar del tiempo, no se aferren a ningún trabajo, sino que siempre estén dispuestos «a aban-donar los lugares y obras comenzadas y a emprender nuevos trabajos necesarios» (CCGG 77, 2).

Si bien el trabajo remunerado tiene como finalidad conseguir lo nece-sario para el sustento de los hermanos, no debe ser un obstáculo para prestar trabajos sin retribución alguna (cfr. CCGG 78, 2). Por ello, «vi-viendo siempre en humildad y alegría de corazón, guárdense los her-manos de toda soberbia y avaricia, dedíquense con empeño al trabajo diario y estén dispuestos a prestar sus servicios a todos los hombres» (EEGG 31).

b. Donaciones y herencias

La mayor parte de los recursos para la vida de los hermanos, las obras de apostolado y la solidaridad con la Iglesia y los pobres provienen de las donaciones y limosnas que nos ofrecen precisamente los más pobres. Más de una vez, hemos sido testigos del enorme esfuerzo y sacrificio que significa para ellos la privación de algo para compartir con los hermanos. La generosidad con la que lo hacen es digna de reconocimiento y gratitud.

Francisco de Asís, luego de subrayar que la primera fuente para vivir con dignidad es el trabajo, nos indica otro modo de hacerlo al que lo llama «la mesa del Señor». Las Constituciones Generales, recogiendo esta orientación, nos dicen: «Cuando el fruto del trabajo y otros medios no son suficientes para el sustento de la fraternidad, recurran los her-manos a la mesa del Señor y vayan por limosna confiadamente, según las normas de los Estatutos» (CCGG 81).

Este mismo parecer lo recogen los Estatutos generales al afirmar: «Cuando el fruto del trabajo y los otros subsidios no bastan para la sustentación de la fraternidad, pueden los hermanos, según las circunstancias de los lugares y bajo la dependencia del Ministro provincial y de los guardianes, recurrir a los bienhechores en la forma que la situación aconsejare» (EEGG 34, 1).

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Las modalidades quedan al buen criterio de los Ministros. «Donde el Ministro provincial lo juzgare necesario, oportuno y apto para dar testimonio, los hermanos pidan limosna de puerta en puerta, pero dentro de los límites de la Provincia» (EEGG 34, 2).

Otra fuente de donde los hermanos obtienen lo necesario para la vida personal, fraterna, eclesial y social está constituida por las herencias no tanto personales, sino de las fraternidades que, con el pasar de los años, han ido acumulando y dejando a las nuevas generaciones.

El valor del trabajo, sigue siendo el criterio máximo. Por esta razón, los Estatutos generales insisten en que «no les está permitido a los hermanos recibir

legados perpetuos ni donaciones perpetuas ni réditos estables que les eximan de la necesidad de trabajar» (EEGG 35).

5. Finalidad de los bienes

Los bienes que se obtienen mediante el trabajo o las donaciones y he-rencias están destinados, principalmente, al sostenimiento o al bienestar de los hermanos y de las fraternidades, a la realización de las obras de apostolado y a la solidaridad con la Iglesia y los pobres.

a. Bienestar de los hermanos

Como todo ser humano, los hermanos menores, tanto personalmente como en fraternidad, requieren de suficientes recursos para satisfacer sus necesidades vitales, como también para desarrollar sus capacidades físicas, psíquicas, morales y espirituales.

Los espacios físicos deben garantizar la vida fraterna en todas sus di-mensiones: oración, formación, recreación, alimentación, encuentro con los más pobres, servicios pastorales, etc. La austeridad no está reñida con la belleza de una vivienda decente, como tampoco con una sana y nutritiva alimentación. Lo que sí se debe evitar a toda costa es cualquier forma de lujo que, a la larga, es una afrenta contra los más pobres.

b. Misión evangelizadora

La misión evangelizadora que los hermanos llevan a cabo requiere de bienes materiales. Sin estos, sería muy difícil y hasta imposible animar

Fray Mario Liroy Ortega Abarca, O.F.M.Presidente de la CFB

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y sostener las obras que se realizan en los distintos campos de la pas-toral, como la parroquial, la educativa, la de la comunicación social.

Desde esta perspectiva, el presupuesto general de cada fraternidad local y provincial debe contemplar los recursos que se invierten en las obras de apostolado, como la catequesis, la liturgia, la pastoral social, la misión ad gentes.

No es suficiente la presencia carismática y la actividad pastoral de los hermanos, sino también la colaboración económica en las obras de evangelización de la Iglesia particular. Esta actitud no debe ser vista como un peso, sino como una expresión del sentido de pertenencia a la Iglesia concreta donde vivimos y trabajamos como hermanos menores. Este es uno de los grandes vacíos en muchos documentos, lo cual refleja, en gran parte, la tendencia a vivir y trabajar de una manera aislada de los Planes pastorales de las respectivas diócesis.

c. Solidaridad con los pobres

Según la mentalidad de Francisco, los pobres son los principales be-neficiarios de todos los recursos o bienes espirituales y materiales. No duda, por ejemplo, en regalar incluso la Biblia para que pueda un pobre satisfacer sus necesidades. Además, todo lo que recibía de la gente lo conservaba hasta encontrar a los más pobres. Todo lo que recibía de Dios era tan sólo prestado.

Siguiendo estas orientaciones, nuestra legislación nos dice: «los bienes confiados al uso de los hermanos han de compartirse con los pobres, de acuerdo con lo que legítimamente dispongan los Estatutos particu-lares» (CCGG 72, 3).

Uno de los grandes peligros de la vida religiosa y, en particular, de la franciscana es la acumulación de bienes. Con el pasar del tiempo, los bienes ma-teriales se van acrecentando, lo cual hace que los hermanos aparezcan como ricos frente a los pobres. Por este motivo, nuestras Constituciones generales nos dicen: «Eviten cuidadosamente los hermanos, y en especial los Ministros y Guardianes, toda suerte de acumulación, no perdiendo de vista las necesidades de los pobres» (CCGG 82, 3).

La solidaridad, por otra parte, no tiene que ver úni-camente con el compartir de bienes para satisfacer

Fray Bolívar Guayanay, O.F.M.Secretario y Ecónomo de la CFB.

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algunas necesidades concretas, como el hambre, el frío, la sed, la falta de vivienda o de trabajo, sino sobre todo con la promoción de fuentes de trabajo, de donde los pobres puedan obtener, mediante su esfuerzo, lo suficiente para vivir con dignidad. No es nada raro, en este sentido, apreciar las inicia-tivas de los hermanos en el campo de la agricul-tura, de las artesanías, del comercio y del ahorro y crédito. Basta citar los montes de piedad y las cooperativas fundadas por los hermanos.

«No basta –por lo tanto– la actividad asistencial, pues, … puede crear diversas formas de depen-dencia y, por lo mismo, también de esclavitud. Al tiempo que ayudamos a los necesitados, hemos de prepararles para que tomen en sus manos su vida y su futuro. Al mismo tiempo, es necesario que nos mantengamos vigilantes para evitar que

nuestras obras de solidaridad sirvan de justificación para actitudes que nada tienen que ver con nuestra forma de vida, tales como: el abur-guesamiento, la búsqueda de seguridades, la falta de libertad interior y exterior, el apego a lugares, obras, personas, cosas y posiciones del pasado» (Con Lucidez y audacia, 65).

6. Administración de bienes

Si los bienes que reciben los hermanos menores, para su sustento personal y fraterno, para la misión evangelizadora y la solidaridad con la Iglesia y los pobres, provienen principalmente de su trabajo y de las donaciones de los pobres, es imprescindible una administración transparente y eficiente.

a. Transparencia

Uno de los grandes vacíos es la falta de formación para vivir y trabajar en Fraternidad. La mayor parte de las actividades se las deja a la ini-ciativa de cada hermano; lo cual, si no se está atento, poco a poco, va generando la independencia también en el campo pastoral y económico.

Como consecuencia del individualismo, no es nada raro que muchos hermanos se sientan en su derecho y obligación de administrar su propia economía, olvidando sus compromisos adquiridos con su pro-fesión religiosa.

Fray Félix Santamaría, O.F.M.Ecónomo Provincial de la Provincia de

San Solano en Perú

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Igualmente, en muchas fraternidades locales, es muy común encon-trarnos con cuentas paralelas: una, la que se presenta a la Fraternidad; y otra, al Economato Provincial.

Para que los hermanos compartan los bienes de un modo práctico y concreto, por lo tanto, es necesaria la organización de una economía provincial. Las modalidades varían de acuerdo con cada lugar socio-económico. Lo importante es crear y mantener la conciencia de que todos los hermanos, en virtud de su profesión religiosa, tienen los mismos derechos y obligaciones.

Esta conciencia tiene que plasmarse en una economía fraterna y so-lidaria, capaz de garantizar la vivencia de los valores de la igualdad, la justicia y la caridad. Una de las grandes propuestas que se impulsa en la Orden es el fondo común. Para ello, es recomendable conocer las experiencias de varias entidades y buscar sus modalidades par-ticulares.

El uso del dinero. La transparencia en la administración del dinero debe estar garantizada no sólo por una sólida espiritualidad, sino también por un eficiente sistema contable. Nuestra legislación es muy explícita en este sentido cuando nos dice: «todos los hermanos usen el dinero de modo conveniente a los pobres y con responsabilidad solidaria para con la fraternidad, como conviene a siervos de Dios y seguidores de la santísima pobreza» (CCGG 82, 1).

«En el uso del dinero, los hermanos dependan absolutamente de los Mi-nistros y Guardianes, no sólo en cuanto a los permisos que han de solicitar sino también en cuanto a la fiel rendición de cuentas del dinero recibido y gastado» (CCGG 82, 2).

b. Eficiencia

La eficiencia, en la administración de los bienes muebles e inmuebles, tiene que ver, principal-mente, con el uso correcto de los bienes y con un sistema contable actualizado.

Los ecónomos general, provincial y local son los responsables directos de la administración de los bienes, en dependencia por supuesto de sus res-pectivos ministros y guardianes y de la organiza-ción de las fraternidades.

Fray Luis Gerardo Villacruz, O.F.M.Ecónomo Provincial de la Provincia

de San Francisco de Quito

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La elaboración de presupuestos económicos, en to-dos los niveles de la vida fraterna, es cada vez más urgente. Estos presupuestos ayudan a los hermanos a ser mesurados y disciplinados en el uso de sus re-cursos, de acuerdo con las necesidades prioritarias y los ingresos reales.

La ciencia contable, por otro lado, se ha desarrolla-do de una manera muy rápida, cuyos resultados los debemos aprovechar para la administración de los recursos. La ciencia y la tecnología en este caso faci-litan un sistema de contabilidad ágil y seguro y es de fácil acceso a todos los hermanos.

La eficiencia también tiene que ver con el máximo aprovechamiento de los pocos o muchos recursos con los que cuenten las fraternidades locales y provincia-les. El ideal es que todas las fraternidades sean au-tosuficientes. Sin embargo, en la práctica no siempre es posible, por lo que no se debe descuidar el sentido de justicia y solidaridad con los hermanos, la Iglesia y los pobres.

Conclusión

La comunión de bienes en la Orden de los Hermanos Menores, para que sea una realidad, debe estar animada y sostenida por una fuerte espiritualidad, cuyos criterios fundamentales son la fraternidad, la mi-noridad, la justicia, la solidaridad y la sobriedad; y también garantizada por una administración transparente y eficiente que tenga en cuenta tanto el origen como la finalidad de los mismos.

Una de los formas muy concretas de hacer realidad la comunión de bienes entre los hermanos es la creación o el fortalecimiento del Fondo común provincial, cuya finalidad (salud, formación, infraestructura, va-caciones…), las fuentes de financiamiento y el modo de administración deben ser muy claros y precisos, teniendo presente la realidad social y económica de cada Entidad».

† Luis Cabrera Herrera, O.F.M.

Sintetiza y concluye Monseñor Luis Cabrera, que para que sea una realidad la Comunión de bienes, en la Orden de Frailes Menores,

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esta debe estar sustentada, fuertemente, en la espiritualidad y en los criterios ya expuestos en su documento: la fraternidad, minoridad, justicia, solidaridad y sobriedad. Además, afirma que para llegar a ese escenario solamente será garantizado a través de una administración transparente, eficiente y con conocimiento de la procedencia y finalidad que se tenga de los bienes.

A continuación, en horas de la tarde, se comparten experiencias sobre la comunión de bienes, por parte de las entidades que participan en el encuentro, bajo el siguiente esquema:

• Propiedad o Títulos de bienes

¿Los títulos de propiedad a nombre de quién están? ¿de las parroquias? o ¿a nombre de frailes? 0 ¿de las provincias?

Hubo consenso general, en que la mayoría de los bienes inmuebles, están titulados a nombre de las entidades franciscanas; otros, están en proceso de legalización. Se ve la urgencia de que todos los predios, propiedades o bienes inmuebles, tengan legalizada la titulación o escrituras como garantía o reconocimiento, de nuestras pertenencias, frente a los Estados.

Existen comodatos con las Diócesis, y, ¿si los hay? ¿se ve la necesidad de dejarlos y pasar mejor a la propiedad? Al respecto no hubo precisión sobre comodatos; pero sí se deja, desde el redimensionamiento pro-puesto por la Orden, la posibilidad de pensar en entregar, en comodato, propiedades a las jurisdicciones donde estamos presentes (arquidióce-sis, diócesis, vicariatos, prefecturas). Tienen comodatos, la Provincia de San Solano en Lima, con los conventuales, más o menos por diez años, renovable y la Provincia anfitriona.

En la organización de las fraternidades locales y obras, ¿existe orientación, por parte del Gobierno Provincial, o son totalmente autónomas? Esta inquietud es compren-dida por casos, aislados, pero existentes, en nuestras entidades, de obras sociales que son manejadas por frailes independientemente de sus provincias. Esta actitud ha llevado a la pérdida de las obras sociales, y en el peor de los casos, también del fraile. Frente a lo cual, se invita a que se motive a los frailes, a trabajar siempre en clave franciscana. Las directrices u orien-taciones deben ser dadas, siempre, desde el Gobierno Provincial.

Fray Aurelio Pérez, O.F.M. Ecónomo Provincial de la Provincia

de San Antonio de Bolivia.

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Se nota, en las intervenciones, que las provincias tienen organización administrativa y contable. Hay claridad en los ingresos, los cuales, provienen, en la totalidad de las obras. En la gran mayoría, están dados por porcentajes y otros, por los resultados que arrojan los estados financieros, y, todos esta-blecidos por los gobiernos de las provincias. Se solicitan informes económicos, algunas entidades lo hacen anualmente, otras semestralmente y las que lo hacen mensualmente. Algo bien importante y que se ha ido implementando en las provincias, al menos las de la Conferencia Bolivariana que parti-ciparon en el encuentro, es el uso del presupuesto, como instrumento valioso, en el buen manejo del gasto o el egreso, el cual también se ha convertido

en una herramienta fundamental para la optimización de los recursos.

Se han implementado sistemas contables que permiten, además de la organización de la información, la centralización de la misma en los economatos provinciales, en los cuales recae la responsabi-lidad de la administración y buen uso de los recursos o bienes de las entidades.

Otro avance que se percibe en las provincias es la seguridad y el bien-estar de los frailes: Se pagan seguros o se hacen aportes en los sistemas de salud propuestos por los Estados, incluyendo también, los aportes para jubilaciones.

Cuando las obras o fraternidades no tienen solvencia económica las provincias no les aplican cuantías y por el contrario algunas asumen su sostenimiento.

El día 29 de mayo se aborda el tema; ¿CÓMO OPTIMIZAR LOS RECURSOS ECONÓMICOS?, orientado por el ingeniero comercial, Wilson Mariño Tamayo: contador público, autorizado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, magíster en Administración de Empresas del Tecnológico de Monterrey, autor de algunos libros como: Guía para crear una empresa sin dinero, no tengo dinero, instructor de cursos de motivación y finanzas personales en varias empresas del país y con-sultor empresarial.

El objetivo que se propone con nosotros, es fundamentalmente, MOTI-VARNOS para que seamos los generadores de nuestros propios recursos.

Fray Luis Ernesto Chamba, O.F.M.Ecónomo Provincial de la Provincia de

los Doce Apóstoles de Perú

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Contenido:

• Requisitos prácticos para obtener fondos • Conocimiento del mercado• Técnicas generosas y novedosas para obtener financiamiento en

la O.F.M.• Planificación financiera

Hoy hay que asumir nuevas actitudes frente al dinero, que no es otra cosa, sino una simple herramienta, la cual, puede ser bien o mal utilizada.

¿Qué se necesita para plasmar obras?

• Personas con sueños• Recursos y necesidades• Ideas de financiamiento• Plan financiero• La acción que es lo más importante

El mercado cambió y con él, el círculo de necesidades del ser humano; por consiguiente, nuestro ritmo ha de ser igual al de la sociedad, actual.

¿Cuál es el círculo de necesidades?

Se pone como centro los Principios, alrede-dor de los cuatro tipos de salud que tiene el ser humano: salud espiritual, emo-cional, mental y física. El siguiente círculo son los valores que se puedan tener y el último círculo, dado por cuatro columnas de soporte: la columna familiar, la comunidad, la laboral y la última el conocimiento. Estas columnas están en crisis, hay que restaurarlas.

Todo lo anterior, es el mercado que tenemos para explorar: Si se apoya por ejemplo, el campo de la salud espiritual, la comunidad a la cual se le presta ese servicio retribuye económicamente. Esto genera ingresos.

Finalmente, son presentadas algunas técnicas que se pueden tener en cuenta para la generación de fondos:

sidddddaddddes?

cipiiioooso , alrede-ud qqqque tiene tuaaaal, emo-siiiiiguiente

ooollululumnmmmna aaboororo al y la s s cccocolumnas aauurarlas.

aaada o que tenemmmmos pppoor ejejejejempmmpmm lo, elllll campo

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• Lluvia de ideas (Bramstorming) por disparatadas que parezcan al principio.

• Análisis de la realidad, del entorno.• Investigar, indagar en otros lugares.• La literatura especializada y la tecnología, esta que ya está a nues-

tro alcance.• Crear el plan financiero.

Aprender de los mejores maestros que son los niños. ¿Por qué?

• Los niños tienen un alto nivel de seguridad. Saben bien que sus papás les prodigan todo.

• Se dedican todo el día a hacer lo que les gusta y lo mejor es que lo hacen con pasión.

• Tienen capacidad de adaptación al jugar con todo lo que está a su alcance.

• Su nivel de comunicación es altísimo, juegan con quien no conocen.• No descansan y no se quejan de la actividad del día.• En ellos hay perseverancia y creatividad para buscar siempre lo

que quieren.

Como conclusión: si queremos incrementar nuestros patrimonios para poder responder a las necesidades de las fraternidades y las sociales, que están bajo nuestra responsabilidad, debemos poseer el Espíritu de luchadores, de ganadores, de los que desean cambiar las cosas para llegar a ser exitosos, en el servicio que se nos ha encomendado o en lo que hacemos. Pasando con esto a ser modelos orientativos de los que nos sucederán.

Clarita Malex, asesora de los asuntos económicos de la Provincia de Quito, presenta la estructura en la que se apoya toda contabilidad, haciéndonos claridad en la diferencia que existe entre balance y el P y G (el estado de pérdidas y ganancias). Este permite ver más claramente el estado de resultados: superávit o utilidad, o, lo contrario: déficit o pérdida. El Balance presenta una información más amplia, comprendiendo el activo corriente: saldos en caja, bancos e inversiones. El activo fijo: representado: edificaciones, vehículos, equipos de cómputo, los pasivos, representados por las cuentas por pagar u obligaciones. Los activos menos los pasivos nos dan el patrimonio.

Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M.Ecónomo Provincial de la Provincia

de la Santa Fe de Colombia.

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En últimas, se debe tener como meta ser eficiente, buscando rentabilidades distintas a las ordinarias. Reflejar siempre utili-dad, la cual permitirá conseguir liquidez o recurso disponible para el cuidado y mejora de la calidad de vida de los frailes, el mantenimiento y crecimiento del patrimonio.

El compartir de experiencias, sobre la optimización de los recursos: se abre con el planteamiento de ¿cómo lograr efi-ciencia en el manejo administrativo de las provincias?

Se coincide en que la eficiencia se logrará si existe:

• Creatividad • Transparencia • El conocimiento que puedan adquirir los frailes imple-

mentándose, en su formación, temas de: economía, con-taduría, finanzas, emprendimiento, administración, etc.

• El cuidado y el buen trato que se tenga con los feligreses.

Evaluación

• El encuentro de entrada, enriquecedor, por el compartir fraterno.

• Los temas apropiados, y mejor aún, la certeza en la selección de los conferencistas.

• El lugar, una casa franciscana, adecuado porque se compartió la vida fraterna con los frailes, de quienes se recibieron las mejores atenciones, con todo el calor humano que se pueda disfrutar en un ambiente de familia y el goce de estar en tan bello lugar.

La agenda de trabajo se cumplió con exactitud, no fue cargada, esto hizo el trabajo ameno y agradable.

Sugerencias

• Interesar, implementar y capacitar, el tema de la administración durante el proceso formativo del fraile.

• Que este tipo de encuentros, en donde se traten aspectos económi-cos, sean, también, de interés de la Curia General.

• Enfocados hacia el futuro, en próximos encuentros, abordar el tema ampliamente, sobre la Restitución de los Bienes.

Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M.Secretario Ad Doc

Encuentro de Ecónomos de la CFB

Clarita MalexEconomista y asesora en

asuntos económicos de la Provincia de

San Francisco, Quito

Ingeniero Wilson Mariño Tamayo

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Con el objeto de promover la sensibilización y la capacidad de compartir con los más necesita-dos, desde la animación JPIC, como Provincia, nos unimos a la campaña de Comunicación cris-tiana de Bienes propuesta por la Conferencia Episcopal. Por medio

de la cual se motivaba a cada uno de los hermanos a participar con donaciones económicas, ropas, alimentos no perecederos, etc., para que posteriormente, lo recaudado en dinero (en total $ 5.726.000), fuese entregado a la campaña de la conferencia y demás donaciones fueran distribuidas en los sectores más vulnerables de las ciudades de nuestra presencia.

Estimados hermanos, el éxito de esta campaña no está en el haber dado mucho o poco, el verdadero éxito está en haber reflexionado acerca de nuestro sentido de compartir un poco de lo que poseemos con aquellas personas más necesitadas de la sociedad, dar no es lo que muchos laicos llevan a nuestras obras y que luego nos convertimos en puentes. Real-

mente es el sacrificio personal de dar un poco de lo propio.

Agradecemos a las fraternida-des que se han unido con sus donaciones y han promovido el compromiso social en cada una de nuestras obras.

El Señor nos ilumine para que demos no de aquello que nos sobra sino de lo que más necesitamos.

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Los días 17 al 27 de abril del presente año, el animador de la Oficina JPIC, participó en el curso anual de anima-dores provinciales de Justicia y Paz realizado en el Antonianum y organiza-do por la Oficina principal de JPIC en Roma. El tema desarrollado fue la Paz y la Reconciliación. Hubo participantes de varios países del mundo (Filipinas, Tailandia, Camboya, Egipto, España, Italia, Colombia, Venezuela, Guatemala, Perú y Kenya).

En cuanto a la distribución del programa, todas las mañanas fueron dedicadas a la formación específica de los promotores de JPIC para desarrollar temas como: los valores y la historia de JPIC, el rol del animador, JPIC en colaboración con la Formación, los mandatos del Capítulo general 2009; JPIC en la evangelización, profundización de «Peregrinos y extranjeros»; profundización de la «Ecología en la vida cotidiana» y el desarrollo de un programa de JPIC para la Enti-dades de la Orden. Y las tardes estuvieron dedicadas al estudio y a la profundización de temas propuestos, con la participación de algunos docentes de la Universidad y de profesores visitantes, especializados en los diversos trabajos referentes a la paz y la reconciliación. Así, en

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la primera semana se estudiaron las «Perspectivas hermenéuticas de la paz». En cambio, la segunda semana estuvo dedicada a un enfoque más práctico de experiencias, sobre el tema de la «reconciliación y sus efectos». Se contó con la traducción simultánea en las tres lenguas oficiales de la Orden: español, inglés e italiano.

La participación en este curso de JPIC, lanza para este trabajo de ani-mación provincial grandes retos:

1. Cuidado de la creación en nuestra vida cotidiana/Justicia ambiental. Examinar el impacto de nuestro estilo de vida sobre la creación, especialmente en lo que se refiere al cambio climático.

2. Construcción de paz desde la no-violencia y resolución de conflic-tos. Promover la no-violencia activa con particular énfasis en la resolución de conflictos.

3. Colaboración. Existe una gran invitación a nivel de la Orden y la Provincia, el aprender a trabajar en conjunto. Por lo tanto, busca-remos que haya un trabajo aunando fuerzas con los Laicos, otras organizaciones y demás secretariados de la Provincia.

En la Casa de Formación de San Bernardino de Siena, el 28 de febrero de 2012, tuvimos el encuentro de formación bajo la responsabilidad de la animación provincial JPIC. En esta ocasión fueron dos los mo-mentos que caracterizaron el espacio: el primero, una charla sobre la fraternidad universal a cargo de Fray Ernesto Londoño, y el segundo, la realización de un taller, el cual se desarrolló según la organización de las comisiones de la casa. La propuesta se inició con un canto mo-tivacional: «Hombre entre los hombres», luego se procedió a la lectura de uno de los versículos de la carta a los Romanos: «Transformaos por la renovación de vuestra mente».

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Terminada la lectura, se nos proyectó un vídeo titulado «al-gún día». Siguiendo ese hilo conductor, Fray Dairon realizó una reflexión sobre la situación global del hombre. Motivan-do a que uno de los fines de la oficina de JPIC es buscar concienciar a los hermanos de las casas de formación y la Provincia en general para que fomenten los valores correspondientes a esta animación: justicia, paz e integridad de la Creación, ello con el propósito de construir verdade-ros lazos de fraternidad y justicia desde la espiritualidad franciscana.

Acto seguido, se hace la presentación del conferencista invitado Fray Ernesto Londoño. Él nos ayudó a retomar desde el franciscanismo elementos para reflexionar sobre el mundo en el que vivimos. Su exposición tituló: «De la ética mundial a la fraternidad universal».

Lo que busca una ética global es una ética de la coexistencia. El franciscanismo va a centrar sus relaciones en el siguiente axioma: «Todos somos hermanos». La espiritualidad franciscana hace un reconocimiento de todas las creaturas. Juan Pablo II habla de la eco-logía humana. San Buenaventura dice que Francisco daba a todas las creaturas el dulce nombre de hermanas. El ser humano es, según San Buenaventura, relación. En ese orden de ideas, es claro desde la visión franciscana, que los seres humanos tenemos un común origen y para lograr esa fraternidad universal es necesaria la reconciliación. Los franciscanos tenemos la ética de la fraternidad universal que supera el precepto de la ética mundial.

La segunda parte del encuentro estuvo marcada por un trabajo colecti-vo. Se buscó que las comisiones elaboraran compromisos y propuestas para JPIC que se puedan implementar desde la Casa de Formación de San Bernardino de Siena. Finalmente, se realizó la plenaria para la socialización del trabajo elaborado por las comisiones. Resaltamos las siguientes propuestas, entre otras:

• Crear los espacios para las celebraciones que exalten los valores de la justicia, la paz y la integración en esta casa de formación.

• Ser responsables con todo lo que tiene que ver con el cuidado de los animales que se tienen en la casa de formación.

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• Aprender como frailes, a dialogar sin excluir.• Presentar a la fraternidad material de reflexión (a través de vídeos),

sobre la situación actual del mundo que exige de nosotros una res-puesta consciente. (Se utilizarían algunos momentos de encuentro de la fraternidad para presentar los vídeos).

• Desarrollar un encuentro fraterno con los marginados y/o necesita-dos de un sector de la ciudad que nos permita concientizarnos de nuestro espíritu minorítico y a la vez brindar una ayuda solidaria a nuestros hermanos.

• Realizar una comisión de hermanos de votos temporales que perte-nezcan a la Comisión de Apostolado para la recolección del dinero que los hermanos disponen de su cuota con el fin de ayudar a una ONG o un grupo de personas necesitadas (Desapropiación).

• Realizar actividades que propendan a la concienciación del mejo-ramiento del medio ambiente a través de salidas culturales (Amor por la Creación).

• Generar espacios de formación en ciudadanía para que partiendo de nuestros deberes tengamos y conozcamos nuestros derechos ya que «un buen cristiano, debe ser un buen ciudadano» (Promotores de Justicia y Paz).

• Realizar un una sensibilización de reconocimiento a partir de nues-tro contexto en la ciudad de Bogotá (Solidaridad).

Informó:Fray Julián Andrés Beltrán, O.F.M.

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El encargado de la oficina de JPIC, de la Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia, Fray Dayron Hinestroza Ramos, O.F.M.; com-partió una charla con los hermanos de la Casa del Noviciado de San Luis de Tolosa, ubicada en el municipio de Ubaté - Cundinamarca. En este encuentro se trataron temas importantes de nuestra actualidad que afrontamos a diario no solo en nuestro municipio, sino en nuestro país y en el mundo, tomando como base el Capítulo 4 de las Constituciones Generales de los Hermanos Menores, Peregrinos y Extranjeros.

La charla estuvo centrada en tres puntos específicos:

1. Promotores de Justicia y de Paz.2. Custodios de la Creación.3. Pobres entre los pobres.

Los hermanos novicios trabajaron en tres co-misiones, cada uno enfocado en uno de los puntos señalados anteriormente. De igual manera cada grupo realizó una pequeña tesis sobre cada problemática dando pautas de cómo tomar conciencia en diferentes aspectos que afectan a nuestra sociedad.

El tema central que nuestros hermanos novicios tocaron durante los dos días de la charla fue: la problemática que está afrontando nuestro municipio de Ubaté, respecto a las gravilleras que se encuentran en el municipio de Carmen de Carupa; la contaminación que estas empresas están realizando al río Ubaté y cómo esta problemática afecta a toda la población, sin desligarse de cómo estamos nosotros viviendo, desde el noviciado, dicha problemática.

El encargado de la oficina de JPIC, Fray Dayron Hinestroza Ramos, O.F.M. compartió con los hermanos novicios una charla sobre «nues-tro compromiso como Hermanos Menores frente a la Justicia, la Paz e Integridad de la Creación», con el fin de implementar el trabajo de JPIC en la Casa del Noviciado.

Se abordaron algunas problemáticas que se viven actualmente en nuestro continente, el interés por la adquisición de armas en los países

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vecinos y la manera de mantener el poder económico y social de unos pocos, sin tener presente el abandono de la población civil más vulnerable, donde los pobres se hacen cada vez más pobres y los ricos más ricos.

También vimos representado el compromiso como Hermanos y Menores que se tiene ante estas problemáticas que se viven en la

actualidad y el modo en el que desde el noviciado nos podemos compro-meter con miras a mejorar parte de lo que vivimos en nuestro entorno.

Cada comisión en desarrollo del trabajo propuesto planteó algunas luces que ayudaran a mejorar y a salvaguardar la relación del hombre con el medio ambiente. Algo fundamental y claro que se pudo tratar fue identificar que cada vez se unen más personas, ONG, institutos y la sociedad en general, en tomar conciencia del daño que se está presen-tando en nuestro planeta y en tratar de contrarrestar los desequilibrios ambientales. Algunas propuestas que surgieron de este encuentro fueron las siguientes:

• Crear una conciencia ecológica en la fraternidad acorde al lugar donde vivimos, incentivando la misión apostólica con la comunidad.

• Llevar a la fraternidad a una profunda reflexión en torno al segui-miento cristiano desde nuestro carisma franciscano, partiendo desde el encuentro con el Señor de quien proviene todo el bien.

• Motivar a los hermanos a vivir la fraternidad por medio de la cari-dad con la naturaleza.

• Que en los encuentros con la comunidad en los diferentes aposto-lados, tengamos un enfoque en la parte de JPIC, para concientizar a las personas en el cuidado de la naturaleza.

El encuentro finalizó con la dinámica de socialización y compromiso de actividades que con la ayuda de toda la comunidad que vive en la vereda, nuestro Municipio y en los sectores cercanos a nuestra casa de formación podríamos realizar, y así hacernos verdaderos constructores de Justicia Paz e Integridad de la Creación.

Informó:Hermano Novicio Luis Miguel Pérez Cotes

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«Compromiso cristiano con la realidad colombiana en el Postulantado»

En la Casa San Pablo del Postulantado, del 17 al 19 de mayo de 2012 se realizó el taller liderado por la Oficina de Justicia, Paz, E Integridad de la Creación (JPIC) para los hermanos postulantes; coordinado por Fray Dayron Hinestroza Ramos, O.F.M., con la asistencia de Fray Jesús Antonio Ruiz, O.F.M.

El taller tuvo como objetivo acercarnos a la realidad de nuestro país, desde el conocimiento y la comprensión de nuestro pasado, de nuestros problemas, para así comprometernos como cristianos, todo esto desde nuestra realidad como postulantes.

El primer día inició con la introducción al taller, direccionada al conoci-miento de JPIC, seguido esto, tuvimos un acercamiento al surgimiento de JPIC, encontrando su fundamento en el Concilio Vaticano II y en la Doctrina Social de la Iglesia, nos compartieron tres principios fun-damentales:

• Ojos abiertos, que estén atentos a lo que ocurre alrededor, que es-cuchen los gritos del mundo dejando de lado la indiferencia, para así ver con los ojos de Dios.

• Corazón sensible, en el que el conocimiento de la realidad produzca un efecto, que esa realidad llegue a lo profundo del corazón y pueda mover a la compasión

• Mano lista para el trabajo de caridad, que no permite la pasividad, la despreocupación, este trabajo supone hacer presente el amor de Dios, es estar dispuestos a hacer parte del mundo, a actuar en él.

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Al terminar esta introducción y en los distintos encuentros del día nos presentaron el vídeo ¡Colombia vive! 25 años de resistencia; en el que dimos un vistazo a la historia de nuestra patria, posteriormente en plenaria compartimos la triste realidad del conflicto armado, del narco-tráfico, de la corrupción, la desigualdad y muchas otras problemáticas; Sin embargo, pudimos ver también, la alegría, la esperanza, las ganas de progresar de un país que no se rinde ante tantas adversidades. Con este vídeo visualizamos la realidad colombiana, primer objetivo del ta-ller, así mismo reflexionamos sobre la superficialidad con la que se han tratado estos conflictos, y la necesidad de una nueva mirada profunda, que permita ir a la raíz del problema.

En el segundo día de trabajo el tema fue «juzgar», el cual se desarro-lló a partir de la charla de Fray Jesús Antonio Ruiz, O.F.M. llamada: «dimensión profética del cristiano». En este encuentro reflexionamos sobre la necesidad de conocer nuestra realidad, y partiendo de ella debe-

mos empezar a juzgar, denunciar, anunciar, como el profeta bíblico. Desde esta visión de profeta Ilu-minamos nuestro qué hacer ante esta realidad.

Al terminar el día Fray Dayron Hinestroza Ramos O.F.M., nos ilustró qué es «JPIC» en la Orden de Hermanos Menores y en con-creto, en la Provincia de la Santa

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Fe de Colombia. Posteriormente, realizamos un trabajo personal y grupal, sobre las expectativas que tenemos de nuestro país y cuáles serían nuestros aportes para lograr esta Colombia, ade-más de los compromisos con la Justicia, la Paz e Integridad de la Creación desde nuestra vida de postulantes. Todo esto nos permi-tió aportar ideas para aplicar toda esta transformación que queremos desde nuestro postulantado. Para terminar, individualmente realizamos una evaluación del taller y su contenido; y con el almuerzo terminó el encuentro.

Algunos de los compromisos de los hermanos postulantes de la Provin-cia de la Santa Fe de Colombia, como resultado del taller JPIC:

• Medio ambiente: generar conciencia dentro de la fraternidad acerca del buen uso de los recursos naturales en efecto, se ha pensado en un plan de reciclaje, con todo lo que ello implica; también se ha pensado en sembrar árboles en determinados sitios alrededor de la casa, resaltando la importancia que ellos nos dan, y su función vital en el medio ambiente; también se resaltará a los hermanos sobre el uso adecuado de la energía y el agua, ya que el ahorro de estas contribuye a una disminución en el costo del servicio.

• Fraternidad: asumir un compromiso con cada uno de los hermanos, para que el desarrollo de la vida en fraternidad sea posible. Por ello, recurriremos a actividades de integración, mediante las cuales se puedan superar poco a poco esas barreras que impiden su normal desarrollo. Concientizarnos de la importancia de nuestro sentido de pertenencia para con todo lo que la casa nos brinda.

• En cuanto a la formación, buscaremos poner en práctica todo lo que en el transcurso del tiempo hemos recibido y aprendido, así se podrá empezar un cambio para bien, empezando por cada uno de nosotros. El cambio no se empieza en el noviciado, o siendo ya frailes, se da desde el inicio, desde el postulantado.

Muchas gracias JPIC, por este aporte tan valioso a nuestra formación.

Informó:Hermano postulante Felipe Serrano Quintana

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Con el objetivo de distinguir un ejercicio evangelizador desde la identidad francis-cana y el ser universita-rio en un país que reclama nuestra presencia ante las realidades de pobreza, vio-lencia e injusticia social y ambiental, el día martes 29 de mayo de 2012 nos reuni-mos en la sala de juntas de la Universidad de San Bue-

naventura, Cartagena: Day Buendía (encargada del Departamento de proyección Social), Eduardo Ribón Badillo (coordinador del CIDEH) Rodrigo García Alarcón (profesor del CIDEH), Piedad Mejía Chávez (Bienestar Institucional), Erwin Vínora Marquez (profesor del CIDEH), Gerardo Murcia (Bienestar Institucional), Fray Ricardo Alfonso Leaño (asesor de Proyección Social) y Fray Dairon Hinestroza (animador de la oficina de JPIC).

Fue un encuentro muy agradable donde se pudo compartir algunos temas de interés como la identidad cristiana, valores JPIC e historia de lo social en relación con la identidad bonaventuriana y el compromiso social. Así mismo, tuvimos espacio para conocer más de cerca las ex-celentes experiencias sobre el trabajo que adelanta la Universidad en lo que se refiere a la promoción humana y social, a la promoción de los derechos humanos y al trabajo de proyectos ambientales. Compro-misos que generan impacto social y cultural a partir de los eventos que se lideran desde el grupo de teatro; el grupo de estudiantes que conforman la Corporación Pulso Verde, quienes se han convertido en actores sociales para la formu-lación de la declaración juvenil frente al desarrollo sostenible; el convenio con la fundación Nuestra

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Señora de la Esperanza donde apoyan la formación integral de niños en vulnerabilidad, etc.

Agradecemos a Fray Nelson Antonio Pérez Cano, rector y Fray Jesús María Peña, secretario y responsable de la Pastoral Universitaria, quienes por su acogida, respaldo, entrega y acompañamiento a estos procesos, que no sólo son asumidos como una obligación sin más, sino como el espacio propicio para evangelizar en clave franciscana.

Finalmente, con la tarea propia de seguir trabajando por la construc-ción de un Reino de paz y justicia desde el compromiso social, Dios continúe bendiciendo la constancia y pertinencia con que la comunidad bonaventuriana de esta seccional adelanta sus proyectos.

Fray Dairon Hinestroza Ramos, O.F.M.Fray Ricardo Alfonso Leaño Jaimes, O.F.M.

Los días del 5 al 7 de marzo, el animador de la Oficina de JPIC, participó en el encuen-tro sobre Minorías Étnicas y Elaboración de Proyectos en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana, organizado por el Departamento de Diálogo y Etnias de la misma Institución, el cual es liderado por Fray Mario Toro, O.F.M.

A este encuentro asistieron representantes de diferentes regiones y ciudades del país, a saber: Antioquia, Chocó, Putumayo, Caquetá, Valle del Cauca, Cauca, Amazonia, Orinoquía, Pereira, Cartago, Resguardo de Catalaura - Norte de Santander y Bogotá.

Es bueno resaltar que Colombia es una nación llena de inequidad, desigualdades, falta de oportunidades, marginados y exclusión de muchas personas. Pero nosotros como Iglesia, tenemos que ponernos decididamente al lado de los más débiles, frágiles y contribuir con todo nuestro trabajo a afrontar las dificultades y ayudar a que las minorías étnicas puedan ser dignificadas y fortalecer las raíces que les permitan

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crecer, desarrollar sus capacidades y que puedan ser personas en el auténtico sen-tido de la palabra.

Como fruto de este encuentro actualmente desde JPIC trabajamos en conjunto con los Misioneros Consolatos y Combonianos en la Pastoral Indígena y Afro en Bogotá.

Los días 6 y 7 de junio del año en curso el equipo de JPIC asistió a la reunión de la Familia Franciscana de América Latina y el Caribe, llevado a cabo en la Casa de Encuentros Los Pinares.

La cercanía y el trabajo adelantado por JPIC desde el 2010 con la Fa-milia Franciscana ha dejado como resultado la creación de la Comisión de Justicia y Paz, a la cual pertenecen frailes conventuales, Hnos. Ca-puchinos, laicos de la OFS, frailes de la O.F.M., de las dos Provincias.

Razón por la cual, Franciscans International, una voz con incidencia en la ONU, quiso reunirse con esta comisión para adelantar algunos asuntos respecto a RIO + 20, encuentro sobre la justicia ambiental y el desarrollo sostenible, organizado por la ONU y se realizará en Río de Janeiro, Brasil. Así mismo, también se habló con respecto al EPU en Colombia (Examen Periódico Universal), donde cada cuatro años los países son evaluados con respecto a los Derechos Humanos. La

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Organización Franciscans International evaluará a Colombia en marzo del 2013 y para ello requiere de la ayuda de esta comisión de Justicia y Paz de la Familia Franciscana. Esta es una oportunidad, que como Provincia tendremos para tener cierta incidencia política respecto a los temas de los Derechos Humanos y el Cuidado del Medio Ambiente en nuestra sociedad.

JPIC y las parroquiasJPIC y la Parroquia San Sebastián de Ternera

Con motivo de la visita de JPIC y Proyección Social a la Universidad de San Buenaventura, seccional de Cartage-na, también se apartó, en las horas de la no-che, un espacio para reunirnos con algunos líderes de la Parroquia de San Sebastián de Ternera.

El Párroco, Fray Jesús María Peña, O.F.M., convocó a algunos Laicos de los diferentes grupos, quienes muy atentos y a la expectativa por este encuentro nos reunimos en el salón parroquial para compartir sobre JPIC e incidencia parroquial, al igual que el Proyecto Social de la Provincia.

Los Laicos manifestaron su alegría y compromi-so para que estas dos oficinas de la Provincia se visibilicen en un tra-bajo con mayor entrega en las parroquias que son pastoreadas por los Franciscanos.

Fray Dairon Hinestroza Ramos, O.F.M.

Fray Ricardo Alfonso Leaño Jaimes, O.F.M.

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Reconociendo que la misión es inherente al ser y quehacer franciscano, el Secretariado para las Misiones y la Evangelización organizó, en la casa de San Bernardino de Siena, un encuentro desarrollado entre los días 6-8 de junio de 2012.

El encuentro tuvo una duración de tres días, durante los cuales se tuvo la oportunidad de compartir con diferentes ponentes que desde su experiencia y conocimientos personales compartieron aquello que conocen acerca de la misión.

El primer día del encuentro se tuvieron dos momentos. En horas de la mañana se tuvo una conferencia y debate con Fray Luis Carlos Mantilla, O.F.M., quien compartió algunos importantes aportes acerca de la misión, que hiciera en su época el Arzobispo Virrey Caballero y Góngora a finales del siglo XVIII, aportes que a pesar de su antigüe-dad siguen teniendo relevancia en la actualidad: en la época la gran obra misionera se realizó en las grandes ciudades, especialmente en Cali, partiendo de los frailes del convento de San Joaquín, la misión era concebida como una labor evangelizadora que debía llegar a las

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personas en su realidad concreta sin limitarse al adoctrinamiento memorístico. El padre Mantilla abrió un espacio para compartir las diferentes impresiones perso-nales acerca de la misión, dicho ejercicio, además de fructífero resultó algo polémico pues salie-ron a flote diversas visiones de la realidad evangelizadora y misio-nera, no solo de la Iglesia, sino de la Provincia misma. Finalmente, el padre Mantilla invitó, desde su experiencia y trabajo personal, a

que los esfuerzos intelectuales y apostólicos respondan a un ejercicio reflexivo acerca de nuestra realidad concreta, a un ejercicio de pensar en nuestra «colombianeidad», pues nuestra realidad social y provin-cial nos deben interpelar continuamente y deben llevarnos a buscar maneras efectivas de responder desde nuestro carisma.

En horas de la tarde se tuvo la oportunidad de visitar la sede de las OMP (Obras Misionales Pontificias). En este lugar se recibió un pa-norama general de las principales obras que se tienen a nivel mundial y las respectivas formas particulares de actuar en el contexto colom-biano. En la sede principal de las OMP, diferentes personas que allí trabajan ofrecieron una breve exposición en la que se describieron los diferentes puntos de acción de las diferentes obras de las OMP. Estas obras son: Pontificia Obra de la Propagación de la fe (POPF) que suscita el interés por la evangelización universal en todos los sectores del pueblo de Dios, promoviendo y ayudando material y espiritual-mente el esfuerzo apostólico de las misiones; la Pontificia Obra de la Infancia Misionera (POIM) que promueve la animación y formación misioneras de los niños, padres de familia y educadores; la Pontifica Obra de San Pedro Apóstol (POSPA) que busca que en las Iglesias surjan vocaciones propias para la misión y que no desfallezcan por falta de recursos; finalmente, la Pontificia Unión Misional (PUM) que busca la sensibilización y la formación misioneras de los sacer-dotes, religiosos, religiosas, seminaristas, novicios, novicias y laicos comprometidos con la intención de trabajar unidos en la misión. Esta actividad permitió el conocimiento de diversas e importantes iniciati-vas de la Iglesia universal respecto de la evangelización que muchas veces no se apoyan o promueven por ignorancia o desconocimiento de las mismas.

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Durante el segundo día de encuentro, en la sesión de la mañana, el Hermano Marco Abinaghi, formador de los misioneros combonianos quien compartió algunos apartes de su experiencia misionera y de los aspectos fundamentales que distinguen la misión. La misión se convier-te en una forma de discipulado, en «vivir como Dios», es una vivencia auténtica y comprometida del bautismo en el que fuimos inmersos en el misterio de salvación. En su exposición también narró algunas de sus experiencias de cuando fue misionero entre los «Pigmeos» en África, de esta manera, mediante ejemplos vivenciales iluminaba los aspectos más importantes de la misión y las condiciones y disposiciones que debe desarrollar un misionero al integrarse a ambientes socioculturales tan diversos al propio. El encuentro finalizó con la formulación de tres preguntas para la reflexión personal: ¿Por qué anunciar a Jesús? ¿Por qué ser misionero? ¿Por qué la misión ad gentes?

En horas de la tarde se contó con la participación en el encuentro de cinco hermanos dominicos y cuatro hermanos combonianos. Durante este espacio se tuvo la oportunidad de escuchar experiencias indivi-duales respecto de las implicaciones personales, familiares, anímicas y culturales que tiene el asumir una opción misionera. De igual manera, se tuvo una panorámica de cómo se caracteriza la misión, a nivel ca-rismático y formativo, en la Orden de Predicadores y la comunidad de los Misioneros Combonianos. Este espacio concluyó con el compartir de un refrigerio entre las diferentes comunidades.

El último día del encuentro inició con una charla dirigida por Fray Luis Ángel Estrada quien partió de una frase muy sugerente: «La misión no parte de discursos sino del impacto de la presencia de Jesucristo». Durante este espacio se establecieron algunos linea-mientos básicos que permitieron abordar el tema de la misión a la luz de lo que nos presenta la Sagrada Escritura en el Antiguo y el Nuevo Testamento y, de igual manera se abordaron los diferen-tes paradigmas de la misión pre-sentes en la historia de la Iglesia, partiendo desde el cristianismo primitivo.

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La última sesión del encuen-tro inició con una interven-ción de Fray Jaime Peláez V., moderador para la misión, quien, desde su experiencia dirigió unas palabras de in-vitación a contemplar la op-ción misionera, no limitada a la opción ad gentes, sino también partiendo de una sensibilidad concreta hacia nuestro contexto social co-lombiano en el que muchas personas están sedientas de la palabra de Dios y nece-sitadas de una voz cercana

que les ayude a direccionar la superación de diferentes problemáticas que les afligen. La misión requiere, en palabras del padre, de una op-ción firme por nuestro carisma, de un querer comunicar nuestro ser de Hermanos Menores a los demás, desde el compartir, la cercanía, el servicio y la entrega desinteresada.

Luego se dio paso a un compartir vivencial en el que nuestros her-manos Fray Juan Evangelista Garzón, Fray Julio César Franco y Fray Ricardo Zúñiga narraron sus diferentes experiencias misioneras, las motivaciones que los llevaron a asumirlas, las dificultades que tuvie-ron, la forma como asumieron los diferentes retos que les suscitaban los lugares en que estuvieron, las experiencias más enriquecedoras, las estrategias que usaron para ser aceptados por las comunidades que visitaron, entre otras. Cada mensaje de nuestros hermanos enfatizaba a vivir con intensidad nuestros carismas en los diferentes servicios que tengamos que afrontar y una invitación a contemplar la posibilidad de asumir la misión como una opción real que puede llevar a enriquecer la vivencia del carisma franciscano.

Los comentarios finales acerca del encuentro fueron muy positivos, pues permitió brindar una perspectiva y conocimiento de la misión de manera abierta, dialogante y crítica. Se reconoció que la falta de promoción de espacios como estos conlleva a que, por desconocimiento, los herma-nos no gusten de la experiencia misionera o pierdan gradualmente las motivaciones misioneras que poseen.

San Bernardino, 8 de junio de 2012

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Formación y EstudiosHace tiempo estaba buscando el momento para compartir con ustedes, con la Provincia, algunas de las motivaciones y experiencias misioneras a lo largo de estos 20 años dedicados a la misión ad gen-tes. Ahora que me han pedido el servicio de animar la parte misionera de la Provincia como Moderador para la misión, veo que es el momento más indicado para hacerlo.

Tengo que confesar que mi vocación misionera no es el re-sultado de una formación específica, continuada, que hiciera parte del plan de formación de la Provincia, sino más bien algo que fue surgiendo de manera espontánea y en las lecturas que hacía de los primeros frailes en la época de San Francisco y las aventuras y peripecias de los primeros misioneros llegados a nuestras tierras en los respetables libros del Padre Mantilla.

Cuando estaba haciendo el postulantado en San Pablo (1985), tuve la oportunidad de ir a celebrar la Navidad a la misión de Guapi, propiamente a San Bernardo del Saija, con los Eperara-Sia-Pidara, de la gran familia Embera, con el querido y recordado Padre Noel Uribe (†), con Fray Nelson Pérez y Fray Humberto Ávila, quienes estábamos terminando el pos-tulantado. Este primer contacto con dicho medio, con personas tan humildes y tan olvidadas fue para mí un buen incentivo que se quedó muy grabado en mi corazón y en mi mente. El contacto con la naturaleza, con la selva, con los ríos, con el mar fue algo que parecía romántico pero que en el fondo lo estaba necesitando para despertar en mí una faceta desconocida hasta entonces.

Recuerdo que antes del regreso de esa experiencia, hubo una reunión con todos los frailes que trabajaban en la Prefectura, bella

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Pablo (1985), a la misiónija, con los n el querido son Pérez y

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ocasión para verlos, saludarlos y escucharlos. Era la época del muy ilustre Monseñor Alberto Lee L. (†), de frailes misioneros como el Padre Ricardo Zúñiga B., el Padre Gilberto Gálvez C., Fray Mario Humberto Roldán E. (†), Fray Francisco Luis Echeverry M. (†) y otros que se me escapan en el momento. Recuerdo haberlos visto muy en-tusiasmados, muy preocupados con la situación o nivel de vida de la gente, de los enfermos, se notaban muy identificados con el medio o como decimos hoy «en su salsa». Y al hacer memoria de aquel tiempo me da como una nostalgia al ver que hoy en la Provincia casi nadie quiere este tipo de trabajo. La presencia franciscana hoy en Guapi está en cuidados intensivos…

El tiempo fue pasando, la Universidad absorbía la mayor parte del tiempo. Recuerdo que me gustaba mucho leer las experiencias misio-neras que publicaba la Revista Comboniana Sinfronteras, la Revista Misiones de las OMP, la Revista de los Misioneros de Yarumal y otras tantas que llegaban a San Bernardino. Veía que se iba gestando en mí un deseo por la aventura, por los pobres, por los negros, por Áfri-ca… Fue la época en que la Orden lanzó el «Proyecto África» por el cual también comencé a interesarme. El tiempo fue pasando, llegó el momento de los votos solemnes (1989) y del Diaconado, el tiempo de dejar San Bernardino y de ir a otra parte. Pedí la experiencia que se tenía en la Parroquia de San Bernabé, allí estuve con Fray Francisco Leonardo Gómez V., Fray Leonidas Perdomo M., Fray José Evaristo Cruz A. y Fray José Freddy Escudero P., y como Guardián el padre José Santos Morales R. (†).

Timbiquí, CaucaEse año en San Bernabé pasó rápido y se llegó el momento del Presbiterado (1990). Recuerdo que en varias oportunidades le pedí al padre Provincial Héctor E. Lugo me permitiera ir a la misión de Guapi. Así fue. Mi primera obe-diencia como sacerdote fue para la Prefectura de Guapi (1991). Una vez allí, fui enviado a la Parroquia Santa Bárbara de Timbiquí donde se encontraba el padre Gilberto Gálvez como párroco. Fue una experiencia maravillosa a pesar

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de los cambios tan bruscos que se dieron: de la gran ciudad, Bogotá, a plena selva; del frío in-tenso de la capital, al calor sofocante y húmedo del Pacífico colombiano; de la alta tecnología capitalina a un lugar donde di-fícilmente se capta una estación de radio; de tierra donde la ma-yoría son blancos a un lugar donde prácticamente todos son de la raza negra. ¡Qué cambios tan bruscos! No obstante me sentía contento. Sin embargo, tengo que confesarlo, los primeros días fueron muy difíciles dado que el padre Gilberto estaba de vacaciones y me tocó estar solo durante mes y medio. Tenía una concepción negativa de los negros, creía que casi todos eran malos y que podían hacerme algo malo, una hechicería o cualquier otra cosa; esas primeras noches no dormía nada del miedo que me daba.

Los días y los meses fueron pasando y poco a poco pude ir incorporán-dome a la comunidad, a sus veredas, a su música y tradiciones. Las celebraciones de la misa siempre eran una fiesta por sus cantos, la Se-mana Santa, la Navidad, las fiestas patronales eran algo maravilloso; a veces se le olvidaba a uno que estaba en una tierra tan pobre al ver la gente tan solidaria y con gran sentido del compartir, tanta música y colorido donde se olvidaban las penas y los sufrimientos aunque fuera por un tiempo tan corto.

Estando en esta experiencia tan bonita, tan interesante allá en Timbi-quí, me fue propuesto un sueño que yo veía muy lejano: ir al África. Logrando una visita a Timbiquí del padre Provincial Héctor Lugo, me llamó para preguntarme si yo tenía todavía el deseo de ir al África, de hacer parte del «Proyecto África» de la Orden. Por supuesto, le dije. Después de mucho haber hablado sobre las necesidades en este continente y sobre los proyectos de la Orden, me pidió que terminara ese año en Timbiquí y que luego viniera a Bogotá para comenzar las vueltas de papeles y demás.

Estando aún todavía en Timbiquí, me escribió de Roma el Definidor por África, padre Peter Williams hablándome de los diferentes lugares donde ya había presencia franciscana, de la variedad de culturas, lenguas y

e dieron: de la va; del frío in-nte y húmedo ta tecnología

za cos! Sinlos les ba lo

na ros

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de frailes venidos de diferentes países que ya estaban trabajando allí. Me habló de la necesidad de aprender una lengua y de ir a algún país para aprenderla: inglés, francés, portugués y árabe. Me incliné más por el inglés y comencé a prepararme sicológi-camente para ir, tal vez, a EE.UU. Mi gran sorpresa fue cuando me indicó el país a donde debía ir: la República Centroafricana, ni sabía dónde estaba ubicado. Por tanto me pidió que debía aprender el francés y que por consiguiente tenía que viajar a Francia, a París. No fue fácil ese momento por la con-cepción que tenía de Francia, de París, un país de reyes, de ricos, la «Ciudad luz», etc.

ParísDías previos para viajar a París, me di cuenta que también el padre Ricardo Zúñiga había expresado el deseo de ir al África. Viajé a París el día 15 de agosto de

1992. Me recibió en el aeropuerto el padre José María Siciliani B. En ese tiempo José María y el padre Fernando Garzón R. (†) estaban ha-ciendo estudios para su doctorado y vivían con unas religiosas en las afueras de París, en Versalles. Pasé con ellos unos 15 días y luego me fui para el convento que me habían asignado: el Convento de la Rue de Crimée en la ciudad de París.

En este Convento de la Rue de Crimée pasé año y medio. Fue muy difícil al comienzo al no saber nada del francés. Todos los frailes eran franceses (7) y sólo uno hablaba español, ¡fue mi salvación al comienzo! Entré a estudiar francés al Instituto Católico, en el salón unos cuantos hablábamos español, otros alemán, italiano, sueco, polonés, chino, etc. Me di cuenta que definitivamente nuestra lengua vehicular tenía que ser el francés. Poco a poco lo fui agarrando. Veía mucha televisión aunque no comprendiera nada, salía a los museos, a los almacenes, a las plazas de mercado para ver cómo se llamaban las cosas, escribía y luego intentaba pronunciarlas, leerlas. Los frailes de la casa me ayuda-ron muchísimo. Mi pieza la empapelé con la conjugación de verbos, con expresiones que escuchaba de tal manera que donde fijaba la mirada ahí había algo de francés. Poquito a poquito fui aflojando la lengua en las conversaciones del comedor y en la celebración de la Misa.

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Al mes de haber llegado a París llegó el padre Ricardo, yo lo recibí en el aeropuerto. Estuvimos el mismo tiempo de aprendizaje de la lengua francesa, claro que él la estudió en otro lugar. Le asignaron como casa el Convento Máximo de París, Marie Rose. Varias veces salíamos juntos a descubrir la ciudad, a aprender algo nuevo, también teníamos en-cuentros con nuestros hermanos colombianos que vivían en Versailles. En algunos momentos sentíamos ganas de irnos rápido para el África pero de Roma nos decían que tuviéramos un poco de paciencia, que aprendiéramos bien el francés porque al llegar allá tendríamos que aprender otra lengua.

La experiencia en Europa, en Francia, fue muy interesante para los dos. Tuvimos la oportunidad de conocer varios lugares de Francia y también otros países, incluso la Tierra Santa. Aprendimos mucho de la cultura francesa, de la manera como viven los frailes, muy simples y austeros por cierto.

República Centroafricana (África)El día sábado 4 de diciembre de 1993 viajamos el padre Ricardo y yo al centro del continente africano, a la República Centroafricana. Salimos de París en la mañana y después de diez horas llegamos a Bangui, su capital habiendo hecho antes una escala en el Chad. Atravesamos el Desierto del Sahara, dos horas viendo sólo arena… En el aeropuerto nos estaba esperando un padre polonés, amigo de los frailes polacos que trabajaban a cuatro días de la capital. El carrito de este padre se fue desplazando lentamente hacia la Parroquia en medio de la oscuridad y de los huecos de las calles de la capital. Ahí en Bangui estuvimos tres días, salimos a dar unas vueltas por la deteriorada ciudad, muchas calles rotas, casas, almacenes y entida-des públicas bastante deterioradas por los constantes enfrentamientos en la lucha por el poder. Fuimos a emigración a llenar los protocolos para poder estar legalmente en el país, etc.

Después de estos tres días en la capital, viajamos en una avione-ta de la Diócesis hacia el lugar de misión de los frailes: frontera con el Sudán y con la República Democrática del Congo. Después

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de cinco horas de vuelo por pura sabana desolada donde se veían algunos asentamientos de etnias y de ver algunos animales en plena vida salvaje, llegamos a Obo (capital de departamento). En la peque-ña pista de aterrizaje nos estaban esperando el superior de la misión: Fray Tadeusz Kusy, tres hermanas de Centroamérica y muchos niños. Todo era nuevo para nosotros. Muchísima pobreza veíamos por todos lados pero la gente muy amable. Vinieron los cantos y las danzas de bienvenida; no entendíamos nada… En la noche llegó Fray Marec, también de Polonia, que estaba visitando unas comunidades. La cena fue muy fraterna junto con las hermanas. Hablábamos en francés y en español con las hermanas y también se escuchaban expresiones en la lengua local, el sango.

Como era diciembre, la gente se estaba preparando para celebrar la Navidad. Claro que no con el colorido de las luces, decoraciones y co-midas a las que nosotros estamos acostumbrados sino con la simplicidad de ellos. Para la noche del nacimiento del Niño Dios era una locura, todo el mundo se va para la iglesia, incluso los protestantes. Muchos cantos y bailes para el Niño Dios amenizados con los tambores, el na-cimiento en vivo con antorchas hechas de paja seca que recogen con anterioridad. Qué belleza, qué locura…

Esa última semana de diciembre nos separaron al padre Ricardo y a mí. Él fue enviado a la misión de Rafaï y yo a la de Zemio, claro que dentro de la misma diócesis aunque a un día de camino. Pasadas las celebraciones de fin de año nos propusieron ir a estudiar la len-gua local, el sango, a algún lugar de la diócesis. El padre Ricardo venía un poco cansado del estudio del francés en París no quiso

ir a ningún lado, se quedó en Rafaï para estudiarlo a su ritmo, yo en cambio pasé tres meses viviendo con los religiosos combonianos de origen italiano en Bangassou, sede del Obispo y capital de de-partamento. Me colocaron un profesor de sango (lengua nacional) y poco a poco comencé a aprender algunas cosas elementales, entre ellas leer la Misa aunque no entendiera nada, bueno, sí sabía lo que estaba haciendo. Pasados estos tres meses nos asignaron ahora sí el lugar de trabajo: el padre Ricardo para Obo y yo para Zemio.

RafaïEn este pequeño poblado (municipio) estuve tres años. Aquí esta-ban dos frailes jóvenes de Polonia: Kordian y Barnaba. Los primeros meses los pasé en casa afianzando el dialecto, celebrando la Misa. Mis dos hermanos salían a celebrar a las veredas. Teníamos veredas

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a día y medio en carro por unas trochas impresionantes. Los hermanos se iban hasta por tres semanas para poder visitar las comunidades, se comenzaba por las más retiradas, se quedaban dos o tres días en cada comunidad, entre tanto yo aseguraba el cuidado de la casa y la celebra-ción de la Misa. En las mañanas, después de la Misa, se reunían mu-chos niños en la misión y aprovechaba esos momentos para escucharlos y practicar la lengua, claro está que ellos tenían otra lengua diferente al sango, el sande, que era su lengua materna. Atendía una pequeña farmacia que teníamos, era la única en el caserío. La gente venía con múltiples enfermedades y dolencias, con heridas, granos, muchas en-fermedades venéreas, etc., se hacía lo que se podía por ellos. Aprendí a colocar inyecciones a la fuerza y a conocer algunos medicamentos.

Algunas anécdotas

Recuerdo uno de esos mis primeros días cuando estan-do solo en la misión llegó un viejito con una muela hinchada, suplicándome que se la sacara. Pues cómo si yo no tuve ni las mínimas instrucciones de primeros auxilios, además no había ni una herramienta de dentis-tería, ni anestesia siquiera. Bueno, la insistencia de este señor fue tal que me conmovió que no se cómo me animé y comencé a preparar lo que podía servirme para ello. De las gavetas de la mesa del comedor saqué un alicate que estaba ahí con «chécheres», torni-llos, puntillas, etc., los herví en agua, los eché alcohol y ya, manos a la obra. Nada de anestesia, y el viejito me abrió la boca, todos esos niños mirando, hablando, yo no sentía nervios, le dije que abriera la boca y lo hizo, era la penúltima muela inferior. Agarré suavemente los alicates, tiré y fallé, entre tanto el señor se iba levantando de la silla del dolor tan impresionante. Segundo intento, agarré nuevamente la muela, la moví a los lados y tiré nuevamente, salió la muela con sus raíces torcidas. Le coloqué café molido en la herida y un algodón, procedí a hervir un agua con hojas de tomatera y sal y luego le hice un enjuagado, le di un analgésico y le pedí que no se expusiera al sol. Cuando se fue el viejito y todos los niños me agarraron unos nervios impresionantes, no podía creer lo que había hecho, ahora sí comen-cé a pensar en las consecuencias que esto podía acarrear, veía esos

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alicates mohosos y pensaba en una infección. No pude dormir esa noche, no tenía con quien compartir lo que había hecho. Al día siguiente, muy de ma-ñana cuando salía de la ducha vi que alguien se acercaba a la misión, era el viejito que me saludó y me dio las gracias porque había dormido bien, yo le dije que le diera las gracias a Dios que no le había pasado nada grave. Descansé.

Otra experiencia que me con-movió muchísimo fue la vez que un niño me nació dentro del carro que iba manejando. Fue mi primera salida a las veredas solo. Después de un día de recorrido para llegar a un caserío a 80 kilómetros de la pa-rroquia y de haber tenido muchos trabajos para poder llegar por la falta de puentes, muchos árboles caídos y un camino pésimo llegué cayendo el día. Resulta que había una señora que iba a dar a luz, su noveno hijo, y estaba muy delicada, como con anemia. Me pidieron el favor de llevarla a un hospitalito que tenían los protestantes en un caserío cerca a la sede de la parroquia, es decir, casi el mismo kilometraje de recorrido. Debido al cansancio no mostré mucha disposición, incluso me enojé un poco, pues si había tenido ocho hijos ahí en el caserío podía tener el otro. Me insistieron tanto que no hubo otra salida que arrancar con ella. Qué tragedias en esos caminos, era de noche, la cabina del carro no tenía luz, los golpes al rodar hacían que los dolores de la se-ñora se aceleraran, ella trataba de cogerme las manos como para que parara el carro, pero no podía. La señora iba en la mitad y otra señora la acompañaba, el esposo y dos niños iban atrás. Cuántas cosas se me pasaban por la cabeza, cuánto dolor viendo el sufrimiento tan crudo y acordándome que no hacía mucho tiempo había dejado París donde vi excelentes clínicas para los perros, gatos y otros animales, donde incluso tenían ambulancias para trasladar los (animales) a la clínica, todos los cuidados para un animal. Vi dentisterías para los perros, el cementerio de animales con lápidas de mármol, arreglos florales y carro fúnebre para trasladar un animalito, y esta gente de África sufriendo tanto. Me decía no es posible, traté de enojarme con Dios, pues no era justo. Si no hubiese sido por la formación y la fe quizá hubiera abandonado las cosas de Dios, la Iglesia, la comunidad. Qué noche esa tan dura…

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A eso de las 2.30 de la madrugada cuando ya estábamos relativamente cerca del hospitalito, comencé a sentir que estaba mojado el asiento, mi pantalón, la señora había reventado fuente. Los dolores de ella eran muy fuertes. De un momento a otro sentí que ella estaba pujando y estirándose, el niño se le salió, el niño nació. Sentí muchos nervios, no sabía qué hacer, paré el carro un poco, con una linterna tratamos de acomodar la señora que se desmayó por un momento, continué la marcha, sentía el cordón umbilical en mi mano derecha, entre tanto la señora acompañante, buscaba pañales, trapos como para limpiar el bebecito, en fin… Llegamos a las 3.00 a.m. al hospitalito, llamamos y comenzaron a preparar unas lámparas de petróleo y los elementos necesarios para atender este caso. Vino el «médico» al carro, cortó el cordón umbilical y se llevó el niño e hizo lo que tenía que hacer con él. Entretanto la señora casi muerta de la fatiga esperaba medio acostada en el carro hasta que por fin vinieron por ella. Gracias a Dios ambos se salvaron.

Del África me quedan muchas anécdotas para contar, lo mismo podrá decir el padre Ricardo Zúñiga y el padre Gabriel Gutiérrez que también estuvieron allí.

República Democrática del CongoEn la República Centroafricana estuve siete años en las misiones de Rafaï, Zemio y Obo. Pasé luego a la República Democrática del Congo (Zaire) al estudiantado que queda en un poblado, Kolwesi, cerca a Zambia. Allí estuve un año colaborando en el seminario dando clases. Fue una experiencia muy dura dado que yo era el único blanco en medio de ochenta frailes congoleses. El Provincial de allá me pidió manejar la economía de la casa y claro, se trata-ba del dinero, fui mirado como un entrometido, como el espía que habían mandado a ver qué pasaba allí. Muchos frailes estudiantes no me saludaban, me miraban raro. Me comuniqué con el Definidor por África padre Peter Williams, le expresé mi inconformidad, logró comprender la situación y fue cuando me propuso ir a Angola, hacer parte de un equipo liderado por frailes del Brasil. Como era el momento de mis vacaciones (cada tres años), vine a Colombia a pasar mis vacaciones y con miras a integrarme a los frailes del Brasil que iban para Angola.

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HaitíUna vez que entré a Colombia, el padre Provincial, Francisco Leonardo Gómez V., me pidió que hiciera un alto en el camino de las misiones, que estuviera cerca de mi familia y de la Provincia. Después de mucho diálogo llegamos a un acuerdo y fue cuando me envió al noviciado como ecónomo y formador a la vez. Pero los deseos de estar en tierra de misiones, hizo que rápido le pidiera que me dejara volver al África, ir a Angola como estaba previsto.

Entre diálogo y diálogo comenzamos a buscar lugares de misión. Yo siempre le decía que quería estar en medio de los pobres, de los negros y donde pudiera seguir practicando el francés. Las cosas se dieron en Roma en una reunión de Provinciales. Allí Fray Francisco conoció al Provincial de la Provincia de Centroamérica y Haití, el padre Ernesto Palma, Provincial de Centroamérica, le habló de las necesidades en Haití, de la reciente llegada de los frailes a esta isla caribeña. Fue así como se dio esta oportunidad que supe aprovechar.

El 4 de febrero de 2004 viajé a Panamá para sacar la visa para Haití y llegué allí cuatro días después. El país estaba muy convulsionado, el pueblo haitiano estaba pidiendo la salida de su presidente, el ex sacer-dote salesiano Jean Bertrand Aristide. Un fraile de Costa Rica me recibió en el aeropuerto y después de tres días en la capital, viajamos en un bus de servicio público a un pueblito llamado Pestel, a orillas del mar. Qué peripecias en el camino, cada rato pinchaba, se varaba, en un asiento que es para dos personas colocaban una y hasta dos personas más, no dejaban el pasillo libre sino que colocaban tablas para llenar bien el bus, las sillas muy juntas que no había manera de estirar los pies, cajas, costales, maletas pasaban por encima de uno, qué cosas…Después de nueve horas de carretera, la gran mayoría en pésimo estado llegamos

de noche a casa. Allí estaban otros dos frailes, Fray Demsy Loarca, de Guatemala, y Fray Raymond Mahillot, de Canadá.

Pestel es un pueblito muy pinto-resco, con vista al mar y aguas cristalinas. La gente muy amable pero con una pobreza galopante. Sin fluido eléctrico, sin comunica-ciones telefónicas, poco servicio de buses y carros, etc. Es gente

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que vive de la agricultura y la pes-ca artesanal. La Parroquia es com-pletamente rural, unas 28 veredas donde a la mayoría había que ir a pie con unos soles impresionantes. Aquí no tuve mayores problemas con la lengua pues ya sabía el francés y poco a poco comencé a estudiar el kreyol, que es la lengua oficial de Haití, muy parecido al francés. Comencé a visitar las ve-redas muy rápido, me quedaba con ellos por allá, visitaba las familias, los enfermos, charlas con los niños de la catequesis, etc. En el pueblito la comunidad tenía una escuela, la escuela San Francisco, dirigida por los frailes. Comencé a dar clases de matemáticas y de religión. Fue una experiencia muy bonita.

Después de diez años de haber llegado el primer fraile (Fray Raymond) a esta tierra de Haití (yo llevaba apenas dos años), se vio la necesidad de venirnos a la capital, Puerto Príncipe, pues había muchachos in-teresados en la comunidad. Después de consultas y evaluaciones de los pro y los contra, decidimos sacrificar Pestel, entregar la parroquia y venirnos a la capital. Se compró una casita al frente de una plaza de mercado al pie de una capilla de la Tercera Orden y nos vinimos. Poco después el Arzobispo de Puerto Príncipe (que murió en el terremoto), nos ofreció una parroquia muy animada por cierto, y más adelante con la ayuda de Roma se adquirió una casa bien hecha para la formación. En la capital, entonces, estuve dos años como maestro de postulantes y de dos neo-profesos.

La situación en la capital era bastante dura, mucha pobreza y violen-cia, mucha gente durmiendo en la calle y mendigando. Hasta donde podíamos ayudábamos a la gente que no dejaba de tocar a la puerta, visitábamos los enfermos en los hospitales, y daba lástima ir a un hos-pital por tantas carencias que tenían los médicos y enfermeras para atender a los pacientes. Cada ocho días me iba con los postulantes y los dos neo-profesos a colaborarles a las hermanos de la Madre Teresa de Calcuta que trabajaban con terminales de sida. Increíble, las salas llenas y aun gente tirada en los pasillos porque no había campo para todos. Las hermanas no dejaban a nadie morir en la calle. Les ayudábamos a bañarlos, a darles los medicamentos y alimentos, a hablar con ellos, a animarlos, veíamos escenas muy tristes pero hacíamos lo que podíamos.

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En la casa del postulantado nosotros mismos hacíamos de comer, la-vábamos la ropa y le hacíamos aseo a la casa. Después del desayuno teníamos clase, a veces el calor era insoportable pues el fluido eléctrico era casi raro, no podíamos tener computador en casa y mucho menos la Internet. Nos las arreglábamos como podíamos, recurría a la crea-tividad, prestaba revistas y documentos en otras casas religiosas y ahí nos íbamos bandeando. Fue una experiencia maravillosa.

GuatemalaA comienzos del 2008 me dieron obediencia para Guatemala. A la Pro-vincia de Centroamérica (Nuestra Señora de Guadalupe) le ofrecieron una parroquia rural y misionera, en tierra de dos mártires de nuestra Orden de la época de la guerra en Guatemala (década del ochenta). Llegué a la vereda de Quiriguá del municipio de Los Amates. Llegamos dos frailes, Fray Valeriano Berdúo y mi persona. El padre Provincial, Ernesto Palma nos llevó, el Obispo presidió la Misa, hizo entrega de la parroquia a los frailes y la custodia de la tumba de los dos mártires franciscanos que se encuentran en proceso de santificación.

Yo llegué contento, muy bonito el lugar pero todo estaba para recons-truir, las instalaciones estaban completamente abandonadas, mucha parte estaba ya en tierra. Esto no me desanimó, me acordé de las palabras del Crucifijo a San Francisco de ir a reparar la iglesia… La economía estaba por el piso, me entregaron lo equivalente a diez dó-lares americanos, y la gente de las veredas (42 en total) estaban muy mal atendidas.

Recuerdo que el hermano y yo organizamos una especie de ora-torio en un rinconcito de la casa, pues por todas partes se llovía. En la oración le pedíamos juntos al Señor que nos fuera iluminando lo que teníamos que hacer. La gente muy amable, se fueron presentan-do algunas personas más cercanas al lugar y poco a poco con ellos fui tocando el tema del estado de las instalaciones parroquiales. Yo comencé a visitar las comunidades en el carro de las hermanas pues la parroquia no tenía vehículo. En

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cada visita iba animando a las comunida-des e iba conociendo su realidad; gente extremadamente pobre.

Y como dice el dicho que Dios no abando-na a nadie y que todo lo que pidamos en su nombre Él nos lo concederá, a los dos meses el Obispo nos consiguió una pa-rroquia hermana en EE.UU. para que nos apoyara económicamente en algo. Su pri-mera ayuda fue como de 2.000,00 dólares y con algunas ayudas que me fueron dan-do, reuní a la gente y les propuse que nos lanzáramos al cambio de techo de la casa cural. Programamos varios convites con la gente para quitar lo que estaba dañado y conseguimos voluntarios para ayudar a un albañil que la gente recomendó.

A los tres meses el Obispo nos consiguió carro nuevo, ya no teníamos que molestar tanto a las hermanas. Y entre tanto buscábamos la manera de hacer actividades, como rifas, comidas, para ir adquiriendo recursos. Varias personas donaron novillonas como primicias de lo que Dios les iba dando y las rifábamos para ganarles un poco más. Opté por la dinámica de dinero recibido, dinero invertido. Comencé a ver un entusiasmo de la gente que supe aprovechar. En medio de la pobreza las comunida-des se fueron organizando para captar recursos y poder dar una o dos o más láminas de zinc para el techo, comprar cemento o madera, etc. Entre tanto la Parroquia hermana nos seguía colaborando. Escribí a mi Provincia de la Santa Fe, al padre Fernando Garzón (que en paz descanse) solicitándole su apoyo, no se hizo esperar, varias veces me colaboró. Recuerdo que una vez tuvimos reunión todos los frailes de Guatemala ahí en la capital y el hermano Valeriano y yo logramos la ocasión para realizar una «Teletón» con todas las casas. Pedimos y nos colaboraron con platos, cucharas, implementos de cocina, sábanas, manteles, implementos para el oratorio, etc. Fueron muy generosos los hermanos, poco a poco nos fueron haciendo llegar sus aportes.

Muchas obras materiales se lograron hacer con la colaboración de la gente: se remodeló toda la casa cural, se construyó nueva cocina y co-medor, se hizo el Oratorio, se restauró el templo y las instalaciones de la pastoral: dormitorios, sala de conferencias, servicios sanitarios, etc.

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Muchas capillas se fueron restaurando y se construyó un internado muy grande para señoritas, con capa-

cidad para unas 70 internas en cama individual. Yo mismo hice de arquitecto, director de obra

y ecónomo. Esta construcción se hizo con el apoyo de las hermanas que trabajan ahí en Quiriguá.

En la parte espiritual y pastoral fueron muchos los pasos que se hicieron y que se siguen dando con la presencia y continuidad

de los frailes en este lugar. La gente quiere a los frailes, los siente cercanos y todo esto se

evidencia en la respuesta que ellos tienen en cualquier actividad que programe la parroquia. En

casa no teníamos que comprar arroz, fríjoles, sal, espa-guetis, maíz, etc. porque la gente nos regala todas esas cositas

y mucho más, siempre entrábamos a casa, con una o dos gallinas, plá-tanos, bananos, en fin. Los pobres no se dejan ganar en generosidad.

A Guatemala le debo mucho del amor y el afecto a la gente pobre y sencilla. No puedo calcular el esfuerzo y colaboración que me ofrecie-ron en los cuatro años que estuve con ellos. Solo le pido a Dios que los bendiga y que le permita a este bello país ir haciendo progresos signifi-cativos para que la gente no sufra tanto. A la Provincia Nuestra Señora de Guadalupe le debo muchísimo de todo lo que aprendí de ella, del trabajo tan comprometido con los más débiles, con los indígenas, con los sin tierra, como luchan por la preservación de los recursos naturales. No vi competencias desleales y de ninguna índole por el poder, o el tener, puedo decir que es una provincia sin clases, es decir, todos están en el mismo nivel, el nivel de los pobres. Al dejar Guatemala expreso mi gratitud y admiración por esta bella gente. Mil gracias a todos los frailes de Centroamérica y Haití que tan bien me acogieron durante los cuatro años que estuve con ellos. Dios les pague.

África de nuevo…Estando en Guatemala comencé a sentir deseos por volver a incorpo-rarme al «Proyecto África» de la Orden. Esto lo venía hablando con el anterior Provincial, el difunto Fray Fernando Garzón, a tal punto que logrando la visita del padre General José Rodríguez Carballo a Guate-mala y la presencia del padre Fernando Garzón en dicha reunión con los provinciales de los países bolivarianos y los de América Central,

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en el mes de abril de 2011, le hice la solicitud por escrito al General con copia para mi Provincial. Como respuesta a esta solicitud, el pa-dre General me solicitó entrar a mi Provincia de origen, ponerme a disposición de mi Provincial y seguir el proceso. Acaté la solicitud del padre General y es por eso que me encuentro (de paso) en Colombia, en Guapi, esperando la designación del país al cual debo viajar en los próximos meses.

GuapiEn estos cuatro meses que llevo en Guapi en compañía de Fray Gabriel Gutiérrez, he tenido la oportunidad de ir conociendo esta obra mara-villosa que se está haciendo con los niños, jóvenes y adultos mayores desde la fundación: Fundación Franciscana da Amor, FFUNDAMOR. Es un trabajo muy duro pero gratificante. Duro porque está dirigido a la clase más pobre y vulnerable de la zona donde hay múltiples problemas de niños y jóvenes que no pueden ir a estudiar o se quedan en mitad de camino por falta de recursos, la mayoría son desplazados por causa de los conflictos bélicos que hay en la zona, son presa fácil para los grupos al margen de la ley: guerrilla, paramilitares, narcos, etc. que los utili-zan a veces como informantes, infiltrados o se los llevan para engrosar sus filas. Dentro de los niños y jóvenes que llegan al Centro todos los días, se han presentado peleas, a veces han llevado armas blancas y hechizas. La respuesta a estos problemas no puede ser la represión o echarlos del centro sino más bien el diálogo personalizado, la compren-sión, el cariño y el afecto que se les pueda ofrecer. Se ven muchos niños carentes de afecto familiar, en sus casas carecen de lo elemental como es la alimentación, tener unos zapatos, etc. Ahí se les acoge, a los más pequeñitos se les da clases en la mañana incluyendo su almuerzo. En la tarde llegan niños y jóvenes a hacer sus tareas, a practicar en los computadores, hay voluntarios que trabajan muy comprometidos con la obra. Después del trabajo viene un plato de comida (para muchos es el único que tienen en el día), el aseo del salón y luego viene el deporte. Es algo muy bonito.

Decía anteriormente que este trabajo es duro pero gratificante. Gratificante porque cuando se va viendo que lo que estaba torcido y

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como deforme se endereza, toma forma, no se puede resistir a la gratitud. Muchos de esos niños o jóvenes que antes eran violentos, se convierten en colaboradores eficaces del centro, son voluntarios, prestos a colaborar. Muchos están ya estudiando formalmente en los centros educativos, se les apoya a veces con los útiles, con el uniforme, con algo. Antes la mayoría de esos niños vivían pidiendo limosna en el centro de Guapi o haciendo daños, hoy esta mendicidad ha disminuido significativamente.

El padre Gabriel es incansable en este trabajo y con él un grupo de personas que lo apoyan y lo aconsejan. Al otro lado del pueblo se tie-ne a los viejitos, señores y señoras donde la gran mayoría no tienen familiares que vean por ellos. Ahí en el ancianato hay un grupo de enfermeras que trabajan día y noche en el cuidado de los ancianos, se les lleva al médico si es necesario, se les da la alimentación a su tiempo, se mantienen aseados. Cada ocho días, los lunes, se les celebra la santa Misa donde participan muchos adultos mayores del pueblo y mucha otra gente que quiere la obra. Actualmente se está remodelando el ancianato y los viejitos están viviendo en dos casas que prestaron por la emergencia.

Sea la oportunidad para decirle a la Provincia que aquí en Guapi hay mucho por hacer con la gente más pobre. No nos podemos olvidar que la opción de Francisco y de los primeros frailes de nuestra querida Co-

lombia fue la del trabajo preferencial con los pobres, desvalidos y vulnerables. Qué bueno que la Provincia tomara en serio esta

presencia en Guapi y no estuviera titubeando si se queda o se va. Sé que las opiniones al respecto están divididas, pero creo que es de lo poco que nos queda como Provincia donde se puede reflejar el compromiso con los más débiles. Creo que hay que incentivar muchísimo a los estudiantes para que en su formación se profundice la sensibilidad de Francisco por los pobres, por los leprosos de su época y

de nuestra época. Procurar en lo posible que los frai-les estudiantes no se acostumbren al confort de las

casas, a que cada uno tiene que tener su com-putador individual, a que le sobra la comida,

a que se está bien en ese cofrecito. Lo que uno siembra eso cosecha. Sembremos más sensibilidad y hagamos más opciones por estar del lado de los pobres. Gracias.

Fray Jaime Antonio Peláez Vásquez, O.F.M.

vuvvvv lnerables. Quépresencia en Go se va. Sé quepero creo que edonde se puedeCreo que hay para que en suFrancisco po

de nuestra les estud

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1 Fray Jose Arturo Rojas Martínez, O.F.M.

2 Fray José Ismael Bolaños Jiménez, O.F.M.

8 Fray Ernesto Londoño Orozco, O.F.M.

9 Fray Eduardo Espinosa Vásquez, O.F.M. Fray Gonzalo Andrés Aricapa Angulo, O.F.M.10 Fray Hernán Elías Peña Quijano, O.F.M.

11 Fray Marco Alexánder Camero Buitrago, O.F.M. Fray Félix María Viveros Suárez, O.F.M.

12 Fray José Hernán Cadavid Aguirre, O.F.M.

14 Fray Alfonso María Guerrero Camacho, O.F.M.

16 Fray Miguel Ángel Arévalo Posada, O.F.M.

17 Fray Francisco Lotero Matiz, O.F.M. Fray Vicente Valencia Valencia, O.F.M.

19 Fray Luis Hernando Acevedo Quiroz, O.F.M. Fray Héctor Julio Rojas Leal, O.F.M. Fray Jorge Iván Robledo Velásquez, O.F.M.

21 Fray José Clixto Durán, O.F.M.

24 Fray José Wilson Téllez Casas, O.F.M.

25 Fray José Hernando Moreno Patiño, O.F.M.

26 Fray Pablo Emilio Castillo Novoa, O.F.M. Fray David Evelio Marín Lopera, O.F.M.

31 Fray Ignacio Martínez Velasco, O.F.M.

12011111111112111 00000000

5 Fray Juan de Jesús Henao Cuartas, O.F.M.

7 Fray Leonardo Musse Córdoba, O.F.M.

9 Fray Alonso Atehortúa Marín, O.F.M. Fray Ricardo Betancourt Aragón, O.F.M.

11 Fray José Rodrígez Carballo, O.F.M. Ministro General Fray Jesús Humberto Ávila Gómez, O.F.M. Fray Fabián Leonardo Mejía Mantilla, O.F.M. Fray Luis Evelio Carmona Arias, O.F.M.

13 Fray Francisco Javier Montoya Sánchez, O.F.M.

14 Fray Ramiro Rafael Acosta Cárdenas, O.F.M.

17 Fray Jorge Luis Portilla Pantoja, O.F.M. Fray Dayron Hinestroza Ramos, O.F.M.

18 Fray Luis Ángel Estrada Alzate, O.F.M.

21 Fray Jaime Leonidas Velandia Silva, O.F.M.

22 Fray Martín Adolfo Galeano Atehortúa, O.F.M. Fray Néstor Gómez Vélez, O.F.M.

23 Fray Gabriel Gutiérrez Ramírez, O.F.M.

25 Fray León Darío Gaviria Rojas, O.F.M.

29 Fray Augusto Duque Yepes, O.F.M. Fray Juan José Alania Espinoza, O.F.M. (Provincia de los XII Apóstoles – Perú)

30 Fray John Mario Ruiz Bolívar, O.F.M.

31 Mons. Fray Ramón Dario Molina Jaramillo, O.F.M.

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1 Fray Tarsicio Sarmiento León, O.F.M. Fray John Jairo Aristazábal Quintero, O.F.M.

2 Fray Milton Fabián Agudelo, O.F.M.

7 Fray Rafael Morales Duque, O.F.M. Fray Juan Carlos López López, O.F.M.

9 Fray Hernando Afanador Franco, O.F.M.

11 Fray Fernando Rodríguez Rivera, O.F.M.

12 Fray José Darío Uribe Ruiz, O.F.M.

16 Fray Hernando Meza Medina, O.F.M.

20 Fray Blas de Jesús Ramírez Ramírez, O.F.M. Fray Antonio José Grisales Arias, O.F.M.

21 Fray Álvaro de Jesús Cepeda van Houten, O.F.M.

22 Fray Diego Alexánder Girón Montoya, O.F.M.

24 Fray Manuel Antonio Muñoz Girón, O.F.M. Fray Fabio León Castañeda Correa, O.F.M.

25 Fray Rodrigo Carvajal Sepúlveda, O.F.M.

27 Fray Diego Ismael Montaño Rodríguez, O.F.M.

28 Fray Héctor Jaime Ramírez Ávila, O.F.M. Fray Medardo José Alvarado Gómez, O.F.M. Fray Julián Eduardo Cortés Cristancho, O.F.M.

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RECORDANDO A NUESTROS DIFUNTOSRECORDANDO A NUESTROS DIFUNTOS

«Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor

Jesucristo.Él transformará nuestro cuerpo

humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo», (Filipenses 3, 20-21).

El día 2 de junio de 2012, falleció en la Casa de la Porciúncula, Bo-gotá, Fray Germán Alfonso Bautista

Romero, O.F.M. Sus exequias se realizaron el día 4 de junio del mismo, a las 11:00 a. m., en la Parroquia de la Porciúncula y fueron presididas por nuestro Ministro Provincial, Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M., a la cual asistieron treinta y cuatro (34) Sacerdotes (Frailes de la Provincia Franciscana de la Santa Fe, de la Provincia Franciscana de San Pablo y Diocesanos), los hermanos de Votos Temporales de la Casa de San Bernardino de Siena, los hermanos Novicios, los familiares de Fray

Germán y una significativa delegación del Municipio de Arbeláez, Cundinamarca, lugar en donde nació este hermano nuestro.

Fray Germán Alfonso Bautista Romero, O.F.M., al irse de esta tierra para la «casa del Padre»,

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nos deja múltiples enseñanzas de vida: El sentido de fraternidad, el amor incondicional y genuino interés por el bienestar de todos, su solidaridad y apoyo constante ante las dificultades, su deseo de unidad familiar, su disciplina, su perseverancia en el Sacerdocio y entrega a la Provincia, su testimonio de vida, etc.

Le damos gracias a Dios por su vida, a la Provincia por su acogida como Fraile y Sacerdote, y a los familiares y amigos por la generosidad y muestras de afectos hacia Fray Germán.

Pedimos al Altísimo lo reciba en su Casa, premie y recompense abundantemente su labor ejercida al servicio de la educación, de la fraternidad y de la Iglesia.

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Exequias padre Fray Germán Alfonso Bautista Romero 4 de junio de 2012

Reverendo padre Provincial Mario Wilson Ramos y Comu-nidad Franciscana, Religiosas de diferentes Comunidades Familiares y Amigos. En este día, en el que despedimos a nuestro querido hermano, sacerdote Fray Germán Alfonso Bautista Romero, nos embarga una gran tristeza, pero a la vez esperanza y alegría, porque tenemos la plena confianza que El, ya está en la presencia de Nuestro Señor, gozando de la vida Eterna e intercediendo por cada uno de nosotros.

Nos deja múltiples enseñanzas de vida, como por ejem-plo, su deseo de unidad familiar y sentido de fraternidad, el amor incondicional y especial interés por el bienestar de todos, su solidaridad y apoyo constante ante las difi-cultades, su disciplina y excelencia, su perseverancia en el Sacerdocio y entrega a la comunidad Franciscana, su manera de orar y de celebrar Eucaristías vivenciales y par-ticipativas, y principalmente, su testimonio de vida para acercanos más a Dios.

Le damos gracias al Todopoderoso por su vida, a la Co-munidad Franciscana, por su acogida como Religioso y Sacerdote, a familiares y amigos, nuestro agradecimiento por toda su generosidad y muestras de afecto hacia él, a nuestro Párroco de Arbeláez el padre Juan Rodrigo Va-lencia y a toda la Comunidad de Arbeláez que con gran aprecio y cariño nos acompañan. Dios los Bendiga.

Germancito, aunque ya no estés presente físicamente, tu recuerdo perdurará por siempre en nuestros corazones.

Familia Bautista Romero

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Saludo Concejo de Arbeláez

El honorable Concejo de Arbeláez, Cundinamarca, lamenta el fallecimiento del padre Fray Germán Alfonso Bautista Romero, nacido en este muniopio en donde transcurrió su niñez y parte de su juventud.

El padre Germán nunca se separo espiritualmente de su pueblo natal donde acudió con frecuencia para comuni-carse con sus familiares y amigos que lo eramos todos.

Hoy el Concejo Municipal, representado por once ediles, hace público reconocimiento a su vida distinguida por su humildad, servicio y espíritu cristiano, que sin duda es ejemplo para las actuales y futuras generaciones y presenta un saludo de condolencia a su familia.

Paz en su tumba

Arbeláez, junio 4 de 2012

El presidente del Concejo:

Tirso Chuquen Cobos

Vicepresidentes:

Angélica Gutiérrez Guzmán

Wilson Roberto Daza Moreno

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M.R.P. FrayMario Wilson Ramos Novoa, O.F.M.Ministro ProvincialProvincia Santa Fe de ColombiaBogotá

M.R.P. Fray Mario,

Le reitero por escrito mi sentimiento afectuoso y fraterno ante el deceso del P. Fray Germán Bautista, O.F.M., su-ceso del cual usted, muy gentilmente, me informó el día de ayer.

Muchos y muy gratos y productivos momentos compartí con Fray Germán. Siempre recuerdo su afán y dedicación por la academia en nuestra Universidad de San Buena-ventura de Cali; su acción Pastoral muy franciscana que acercaba con su carisma a quienes con él compartíamos en charlas, encuentros o simples conversaciones que signaba con entusiasmo, positivismo y siempre con una sonrisa permanente.

Gratitud y reconocimiento especial y familiar me merece Fray Germán por el cuidado y el afecto que tuvo con mi madre a quien visitaba con alguna frecuencia para llevarle alegría y soporte espiritual.

A usted, P. Mario y a todos los frailes de la Provincia de la Santa Fe de Colombia, les expreso mi solidaridad y amistad fraterna.

Cordial saludo

Dello Merino Escobar

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«Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo»

(Filipenses 3, 20-21).

El día 29 de junio de 2012, fa-lleció en la casa de San Pedro Bautista, Itagüí, Fray David Estupiñán Manrique, O.F.M. Sus exequias se realizaron el día 1 de julio del mismo, a las 2:00 p. m., en dicha casa y fueron presididas por nuestro Ministro Provincial, Fray Mario Wilson Ramos Novoa, O.F.M.

En el momento de su fallecimiento Fray David tenía ochenta y tres (83) años de edad, ya que había nacido en Girón (Santander), el 15 de febrero de 1929.

† Profesión Temporal: 13 de noviembre de 1950. † Profesión Solemne: 13 de noviembre de 1953. † Ordenación Sacerdotal: 13 de julio de 1958.

Pedimos al Altísimo lo reciba en su Casa, pre-mie y recompense abundantemente su labor ejercida al servicio de la Provincia, la Orden y la Iglesia.

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En esta sección queremos publicar el mensaje de ¡Felicitaciones! que envió nuestra Provincia a Fray Maco Vinicio Mendieta N., O.F.M., por alcanzar el título de «Restaurador de Arte». ¡Paz y Bien!

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Esta es una sección creada para que te diviertas y compartas fraternal-mente, recordando e identificando a los personajes que aparecen en las diferentes imágenes.

!Espero que la disfrutes!

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