22
El problema de la «auténtica» filosofi’a de Avicena y su idea del «destino del hombre»’ MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ (Universidad Autónoma de Madrid) 1. Un problema académico El puesto excepcional de Avicena, tanto en el pensamiento islámico como en el medieval latino, ha dado origen a interpretaciones no siempre consistentes y a veces encontradas. La cantidad y diversidad de los escri- tos avicenianos, la riqueza de datos acerca de su vida, la filiación ~i’ci de su familia, la índole «simbólica» de algunos de sus libros, los calificati- vos que recibieron sus escritos al ser editados o traducidos y, en fin, algu- nas afirmaciones del mismo Avicena en los prólogos al Man~q al- Másriqiy¡n y al Ñjtda, convirtieron en dificil problema la índole de su filo- sofia y su auténtica intención doctrinal 2• Para ml. desde hace mucho tiempo, no hay más filosofía de Ibn Smi que la que tenemos y por ello empiezo reproduciendo, corregido y poco aumentado, lo que entonces escribí: 1. El 19 de diciembre de 1946 leí mi tesis doctoral sobre Avicena en el viejo salón de grados del edificio de la calle de San Bernardo. Parte de los materiales utilizados los recogí en mi libro Lo MetoAiea de Aviceno, Granada, 1949. Agotado hace muchos años, se me ha pedido reiteradamente que lo reeditase, lo que no hice tanto por haber estado dedicado a la redacción de otros libros, como por el hecho de haber corregido los errores, inexactitudes y huecos en algunos de ellos. Tras haber recogido en Irán en 1989 nuevos materiales, me he decidido a una revisión total. Uno de los nuevos capí- míos seria el que ahora anticipo en esta Revista de Filoso/la de la Universidad Com- plutense. como muestra de mi antiguo agradecimiento a los maestros que antaño juz- garon mi trabajo con suma generosidad. 2. La vida académica, con su reverencial culto a los currículo, desvirtua muchos esfuerzos de los investigadores. En el caso de la incesante bibliografía sobre Avicena, y en parte por el anterior motivo, hay de todo, como en la viña del Señor, y siendo mucho lo bueno, también abunda lo polémico y lo reiterativo. En mi Historia del pen- samiento en el mundo islámico, (Madrid, 1981, vol. 1. p. 209) «me consideré en la obliga- ción de zanjar de una vez este problema» (inc refiero al sentido de la filosofla de Ay- cena), por lo que a mi se refiere, naturalmente; los demás son libres de seguir o no dándole vueltas. Revista de Filosofla. 3. época, vol. V (1992). núm. 8. págs. 235-256. Editorial Complutense. Madrid

Elproblema de la «auténtica» filosofi’a de Avicena y su ... · Avicena y su idea del «destino del hombre»’ MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ (Universidad Autónoma de Madrid) 1. Un

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

El problemade la «auténtica»filosofi’a deAvicenay su ideadel «destinodel hombre»’

MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ

(UniversidadAutónomade Madrid)

1. Un problema académico

El puestoexcepcionalde Avicena, tanto en el pensamientoislámicocomoen el medievallatino,hadadoorigena interpretacionesno siempreconsistentesy a vecesencontradas.La cantidady diversidadde los escri-tosavicenianos,la riquezade datosacercade su vida, la filiación ~i’ci desu familia, la índole «simbólica»de algunosde suslibros, los calificati-vos que recibieronsusescritosal sereditadoso traducidosy, en fin, algu-nas afirmacionesdel mismo Avicena en los prólogos al Man~q al-Másriqiy¡n y al Ñjtda, convirtieronen dificil problemala índolede su filo-sofia y su auténticaintención doctrinal2• Para ml. desdehace muchotiempo, no haymás filosofía de Ibn Smi que la que tenemosy por elloempiezoreproduciendo,corregido y poco aumentado,lo que entoncesescribí:

1. El 19 de diciembrede 1946 leí mi tesisdoctoralsobreAvicenaen el viejo salónde gradosdel edificio de lacalle de SanBernardo.Partede los materialesutilizadoslos recogíen mi libroLo MetoAieadeAviceno, Granada,1949.Agotado hacemuchosaños,se me hapedidoreiteradamentequelo reeditase,lo queno hicetantopor haberestadodedicadoa la redacciónde otroslibros,comoporel hechode habercorregidoloserrores,inexactitudesy huecosenalgunosdeellos. Tras haberrecogidoenIrán en1989 nuevosmateriales,mehe decididoa unarevisióntotal. Uno de los nuevoscapí-míos seriael queahoraanticipo en estaRevistade Filoso/la de la UniversidadCom-plutense.comomuestrade mi antiguoagradecimientoa los maestrosqueantañojuz-garonmi trabajocon sumagenerosidad.

2. La vida académica,con su reverencialculto a los currículo, desvirtuamuchosesfuerzosde los investigadores.Enel casode la incesantebibliografíasobreAvicena,y en partepor el anteriormotivo, hay de todo, comoen la viña del Señor,y siendomucholo bueno,tambiénabundalo polémicoy lo reiterativo.Enmi Historia delpen-samiento en el mundo islámico, (Madrid, 1981,vol. 1.p. 209)«meconsideréenla obliga-ción de zanjarde unavez esteproblema»(inc refiero alsentidodela filosofla deAy-cena),por lo quea mi se refiere, naturalmente;los demásson libres de seguiro nodándolevueltas.

Revistade Filosofla. 3. época,vol. V (1992).núm.8. págs.235-256. EditorialComplutense.Madrid

236 Miguel Cruz Hernández

La influencia de Avicena sobreel pensamientomedieval latino fuetan importanteque Gilson ha llamadoa todaunacomenteescolásticacristiana agusúnismoavicenizado.San Buenaventura,Alejandrode Ales,Ricardode Mediavilla, RogerioMarston,Enriquede Gante,SanAlbertoMagno,Santo Tomásde Aquino, Juan Duns Escoto,Rogerio Bacon ytantosmás,hansufrido el influjo del pensamientoaviceniano;su filoso-fia fue aprovechadacasien su absolutatotalidady muchasde las doctri-nasa él atribuidas,tales comola teoría de la intencionalidad,la distin-ción deesenciay existencia,ladoctrina de los universales,el principio deindividuación,la teoría del intelecto,las pruebasde la existenciade Dios,etc. fueronlas piedrascapitalesparala formaciónde los grandessistemasescolásticosdel siglo XIII, aunquela utilización de supensamientohayaconducidoaposicionesqueavecespuedenparecerirreconciliables.Pen-semos,por ejemplo,en la famosadistinciónreal de esenciay existenciaqueSantoTomásatribuirá a lbn Siná, interpretandoel principio avice-niano de que la existenciaes extrínsecaa la esencia;pero Duns Escotodeduciríade estemismoprincipio unaconclusiónmuy diferente.El doc-tor Sutil, apoyándoseen la neutralidadde las esenciasmeramenteposi-blesqueno semerecenmásel serqueel no ser, ha deducidosuconceptode la naturalezacomún,tan indiferentea la universalidadcomo a ¡asingularidad.

Antetamañasdiferenciasen la interpretacióndel pensamientode IbnSiná,los expositoresde la filosofia del gran pensadororiental se hande-cidido por unaposición determinadadesdela cual hanarmonizadoohanrechazadolas restantes.Pero no debeolvidarseque los pensadoreslatinos medievales,por sabiosy santosque fueran,sólo pudieronmane-jar las traduccioneslatinasmedievales—quepor su literalidadunasveces,y por lo contrariootras,pecande confusas—,y quesu interésno era ex-poner a Ibn Siná.sino aprovecharsu pensamientoparasu laborfilosófi-co-teológica.Sin embargo,el peso de la tradición medievalha sido tangrandequeel propio Gilson, queen 1927 establecíaquela analogíadelserno alcanzabaal serentanto quesersino a la ecuaciónserposible, sernecesario,en 1948 borróporcompletoel sentidode la analogiadel seravi-ceniana.Esto obliga a plantearel problemade la metafísicade Ibn SImApresentandolos textosoriginalesen traduccionesasequibles.Sin embar-go, el problemalo hemoscomplicadopor partidismoo perfeccionismo.

2. Los apoyosmaterialesde lapolémica

Los apoyosmaterialesde la polémicasobreel sentidodel auténticopensamientode Ibn Sinásontres:

1.0 Unaslíneasdel prólogodel S~0’.2.0 Un pasajeun pocomásamplio del tambiénprólogodelMantiq al-

Mairiqiy7n.

Elproblema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 237

3? Los tratadosque llamaríamosen un sentidoaproximadomísticos(Rayyb. Yaqzñn,R. al-Tayr y Q.Salñmñnwa-Absñl).

Perola basereal de la discusiónresideen la ideologíade los exposito-res; por ejemplola orientaciónpro .~¡7del profesorCorbin o la másincli-nadahaciael aristotelismomitigado de los latinos de A. M. Goichon~.

a) TextodelSjfd’

El párrafo del prólogo del ÑIt~’ dice: «Tambiénhe escrito otro libro,apanede esosotros dos/S~fd’yLowáhiq/. en el quehe expuestola filoso-ha segúnsu naturalezay de acuerdocon las exigenciasde unaactituddespreocupadaqueno tieneen cuentalos puntosde vista de los colegasen la disciplina, sin preocuparsepor las discrepanciasquesurjan,comose hace por doquier: tal es mi libro sobre la Hikmat al-ma~riqiya. Encuantoal presentelibro, estámásdesarrolladoy másde acuerdoconmiscolegasperipatéticos.Quien persigala verdad limpia de cualquierdisi-mulo, sólo deberíabuscarel libro anterior; pero quien indagala verdadde maneraque complazcaa los colegas,ateniéndosea lo comúny reí]-riéndosea lo quepiensandel modo como lo entienden,no necesitadeotra obra,le bastacon el libro presente»4.

3. Histoña del pensamiento en el mundo islámico, vol 1, pp. 208-209. Escribía enton-cesenla nota2 (p. 213)que«Corbin sólo demuestra,deun mododocumentadisimoeinteligentisimo,que[la R. Ha~b. YaqpinjesobradeAvicena; lo demáses ya finísimadialécticaideológicapm-sñ>’. Si se tiene en cuentami admiracióny deudacientífica.en lo quese refiere al pensamientoiraní con H. Corbin y los añosquehe dedicadoalestudiode los textosdelos pensadoresdela 575 (1975-1981,1986-1989).podrájuzgar-se sobre el sentidode dicha afirmación: másaún,cuandoahoraalgunosme tienenporfilo-i~T(y hetenido la suertede poderdiscutir deestosproblemascon algunospro-fesoresdeTeheran(1989). Lo mismo podriadecir de otros trabajosdel prof. L. Mas-signon.del quemeconsiderodiscipulo,o del admiradoprof. Pines,etc. «Ni existieron—escribí—para¡bu Sináesoshipotéticoscientíficosorientales,ni eranecesariodemos-trar queIbn Siná erael quetodosconocíamos.Mayoraristotélico[en sentidoestrictojque¡bu Siná fue Ibn Ru~d:el autorde los archiaristotélicostaljEs&t y tafs¡rñt esel mis-mo del Fasíal-Maqál y del KJsqcan Manáhift Investigaresotéricasintencioneses bus-cartrespies al gato. El cientificisimo Newton no le hizo ascosa la astrología,y Leib-niz defendióla convenienciade la famosaediciónMaguntinadeRamónLlulí. Los fi-lósofos.comolos hombres,no estamoshechosde unapieza»(op. ct. vol. 1. p. 213, no-ta 2). Pordesgracia,hay quienessiguenbuscandoesoterismos,comootros suponien-do quetodosnegamosel aristotelismode Avicenaparadarseel gusto de mostrarsusgrandesconocimientos.Prescindode lascitaspersonalespor aquellodel dichoya po-pular: quehablende ti, aunqueseabien.

4. Corrijo mi traducciónde 1981 influida por la de Radawide1972. Son tangran-deslos conocimientosdeestepensadoreinvestigador.y tal su dominio, ami modestoentender,del árabedelos textosdel pensamientoislámico,quemees muy duro corre-

238 MiguelCruz Hernández

b) Prólogo del «Mantiq al-Mairiqiyin.

«Nos hemospropuestola composiciónde unaexposiciónacercadelos puntosde discrepanciaentrelos investigadores,sin atrevemosacon-sideracionespartidistas,dentro de nuestrogusto,ni al hábito personal,ysin miedo a una discrepanciaaparenteentre nuestro [pensamientol yaquelloa lo queestánacostumbradoslos estudiososde los libros de los ¡fi-lósofos]griegos;puessuatenciónenunasóla dirección,la falta de senti-do crítico y la inerciaacausade lo quehanleído en los libros de vulgari-zación,quehemosredactadoparael comúnde los filosofantesentusias-madoscon los peripatéticos,les hacenpensarque nadiemás antesfueguiadopor Dios ni recibió sugracia.Al mismotiempo, reconocemoselmérito del másexcelsode suspredecesores[Auistóteleslen cuantoadvir-tió lo quese les hablaescapadoasus maestrosy profesores,distinguien-do unaspanesde las cienciasde otrasy clasificándolasmejorqueaqué-líos, adviniendola verdaden muchascosasy discerniendoclaray estu-pendamentelos principios fundamentalesen la mayoríade los saberes,incluidoslos quehabíansido preteridosporsusanteriorescompatriotas.Estoes lo máximoquepuederealizarunapersonacuandoes lo primeroquetiene entremanos:el distinguir lo confusoy corregirlo corrompido.Lo quecorrespondea sussucesoreses atarlos cabosquedejósueltos,lle-nar las lagunasque se advirten en lo construidoy establecerlas conse-cuenciasde los principios fundamentalesestablecidosporél. Perosussu-cesoreshansido incapacesde limpiar las imperfeccionesheredadasdeél,perdiendosutiempoenesfuerzosparaconocer[por sí mismosj lo queélhabla realizadomejor, y en adhesiónpartidistaa algunasteoríaserró-neasderivadasde él. Talesgentessuelenocupartodo su tiempocon loqueya estabaestablecido,sin concederseun respiroparapensarpor sucuenta,ni porasomoconsideranpermisibletratarlos fundamentosde losantiguoscomonecesitadosde adición,correccióno revisión alguna.

Por nuestraparte,pudimosconocercon facilidad lo quedecíandesdeel momentomismoen quenosocupamosde ello; puesno deberíaextra-ñarquelas cienciasfilosóficasnoshayanllegado¡tambiénjde otra direc-ción diferentede la de los griegos;de ello nosocupamoscuandoéramosmuyjóvenes,teniendotal fortunaporqueDios nosconcedióla gracia dequepudiéramoscomprenderen pocotiempolo quelos [griegosjnosha-bíantransmitido.Hemospodidomediresta,puntopor punto,en la ramadel saberque los griegos llaman lógica (y no es sorprendenteque losorientalesle den otro nombre), habiendoadvertidoaquello en lo queconcuerdany en lo quediscrepan.En cadauno de los casoshemosin-

girlo. En este casoalgunasde las correccionesde 1). Gutas(1988), me hanparecidopertinentesy lashe seguido,y enotros me han servidoparadestaparlas muy modes-tas mías.En cualquiercaso,quieroadvertirque tradu2cocon arregloa las exigenciasde la lenguaespañolay haciendousodesu rica sinonimiay expresivosdichos.

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avícena 239

tentadoexplicarlo,resultandoquelo queeraverdadero[‘actualmente si-gue) siendoverdad,y lo queera falso [‘hoy sigue] siendofalso.

Ahorabien,comolos quese ocupande la filosofíason partidariosen-tusiastasde los peripatéticosgriegos,no queremospennitirnosdiscrepary separamosde la mayoría de las gentes.Nosincluimosen susfilas, ad-hiriéndonoscon espíritu de grupo a los peripatéticos,ya queéstaera lasectamás digna de adhesión.Hemos,pues,perfeccionadolo que elloshablan intentadosin conseguirlo,y hemosprocuradoprescindirde loquehabíanconfundido,analizandorazonesy pretextos,ya que¿ramosconscientesde su naturalezareal y de susdefectos.Si a vecesnoshemospermitidomanifestarnuestradiscrepanciacon ellos en algún punto,hasidocuandose tratabade algoqueno se podíatolerar; peroen la mayo-ría de talescasos,sin embargo,los hemoscubierto conel velo de unasu-puestanegligencia.Entre estoscasoshabíaalgunosen los que fuimosreaciosa que la genteconociese[nuestra) discrepanciarespectode algoque se aceptabade modotal queantesdudaríande la luz del día quepo-nerloen duda,aunqueunapartede ello fuesetan fundamentalcomoes-casade luz la mente de nuestroscontemporáneos.De hecho tuvimosque padecera un montón —tan devotosde la comprehensión<comotroncos habituadosal entivo> [Alcoran.63, 4/—, que considerabanalanálisisprofundocomoherejíay mirabancondesagradocuantole pare-ce que se desviabade la corrienteadmitida, (como los banbalíesen loque se refiere a los hadices). Si entre ellos hubiésemosencontradounoquebuscaseseguirel buencamino,hubiésemosintentadoconvencerledelo quehabíamoscomprobado,paraasí beneficiarloconello; y acasoleshubierasido fácil alcanzarsu significado,sirviéndonosen contrapartidacon algoquepor sí soloshubieransido incapacesde elucidar.

Entredichascuestioneshabíaalgunasquenos abstuvimosde publi-car por el deseode preservarlas verdadespasadasporalto, salvoqueés-tas fuesenaludidasy rechazadasexclusivamentepor espíritu partidista.Por dicha razónen muchascuestiones,cuya dificultad conocíamosple-namente,[preferimos)seguirla sendade la acomodaciónmásque la dediscusión;aunque,en relacióncon lo que se nos revelódesdeel primermomentoen que nos dedicamosa estemenester,reconsideraríamosex-presamentenuestraposturay examinaríamosde nuevolo que tantasve-ces pensamosque necesitabauna investigaciónmás completa,porquenosresultaconfusaunaopinión y crecíala dudaen nuestraconciencias,por lo quedijimos quizásypudieraser Perovosotros,hermanosnuestros,sabéiscual fue nuestrapostura,al principioy al final, y duranteel tiempotranscurridoentrenuestroprimer y segundotalante[en estascuestiones).

Si [ahora] mostramosquenuestrocasoes tal, entoncesdebemoscon-fiar cuantopodamosen la mayoría de lo quehemosdeterminado,esta-blecido y aportadopor la vía de la corrección,especialmenteen lo refe-rentea los temasqueconstituyenlos propósitosmásaltosy los fines últi-mosquehemostratadoy revisadocientosde veces.Siendoasí las cosasy

240 Miguel Cruz Hernández

quedandolascuestionesdel modocomobrevementehemosseñalado,de-seamosredactarcompendiosamenteun libro que incluya los elementosfundamentalesde la verdaderafilosofia ide tal modo] quepuedanserdescubiertosporcualquieraqueexaminemucho,reflexionelargamenteyhayadesarrolladocasiporcompletola perspicacia:y quien se aferreporempecinamientopartidistaa algunasideasquediscrepande laverdad,seencontraráen gran apuro a ojos de todo el mundo,exceptoa los suyospropios,habidacuentade su sectarismoy talante.Nadie merecesermásatendido queel secuazde un grupo cuandopide seguirlo verdadero.puesnada,salvo la verdad,puederedimirlo de los errores.

Hemos compuestoeste libro para mostrarlo solamentea nosotrosmismos,quiero decir a los queson paranosotroscomouno mismo.Encuantoal comúnde las gentesque se ocupande estamateria,les hemosdejadoen el Ñ~?Plo quelesbastabae inclusomásde los quenecesitaban.y les daremosen losLawñhiq lo quepuedaconvenirles,apartede todo loque ya hanrecibido. En cualquiercaso.Dios es nuestroúnico recurso».

3. No haymásceraque la que arde

El texto del prólogodel SItW sólo nosdice explícitamentequeIbn Sináhaceunadistinciónentrelos dos modoscomohaenseñadoy expuestolafilosofía: al modocomñnde los peripatéticosislámicosy de un modoper-sonal sin preocuparsepor las discrepanciasquesudancon el dicitur co-mun.El resto,el supuestosentidode la verdadlimpia decualquier disimulohay quedemostrarlo.Respectoal titulo, mafriq¡yun y mafriqiya sólo quie-re decirorientales y orienta! DesdequeNallino rechazóla vocalizaciónquepermitíaleeriluminativa (¡n¿¿riq) nadieconsentidocomúnse atreveabuscarotra interpretación.Quedael problemade quiénessonlos orienta-les, a los cuales,fuera de los títulos, cita en el prólogo delMantiq. El con-texto sólo permitededucirqueno eranlos griegos~. El prólogodelMantiqconfirmael fragmentoantescitadodelprólogodel $4?;peroreduciendoel campode la sedicentesabiduría oriental a «unaexposiciónacercadelos puntos de discrepanciaentrelos investigadores[.4sin miedo a unadiscrepancia[...]»Nada,pues.toto coelo diferente.

5. Avicenapudohaberconocidoalgunosrestosde los pensamientosbudista.cns-tiano oriental, judío, mazdeo.maniqueo,mandeo,etc. Piensoqueentrelos libros delos Antiquos dela bibliotecadeNUh b. MansurenBujárá. queen su autobiografiadi-ce habervisto y leído, y queluego no volvió a ver más, podían encontrarsealgunosquese ocupasende talesdoctrinas.El pensamiento~i’Tlo conocíapor declaraciónex-plícita, aunqueal menosla interpretaciónismACili fAtimi fueserechazadapor él. Lashuellas,si lashubiera, debenserbuscadasen los escritosqueconservamos,quesonmuchosy variados.Con razónel prof?D. Gutasrelacionael oriente deAvicenacon elJorasany a los orientales con los jorasánies.

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 241

La razónde sudiscrepanciaes muysimple:no quiereserun escolásti-co más,de los de magisterdixit, queni atiendende verdadal sentidodelmaestro,ni tienenespíritu critico y actúanpor inercia partidista.En IbnSiná estoes verdady auténticosentidocrítico. Aristóteles representaunmomentoexcepcional;ha superadoasusmaestros(presocráticos,Sócra-tes, Platón); ha hecho «lo máximo que puederealizar una personacuandoes la primera que tiene entremanosel distinguir lo confusoycorregirlo corrompido».Por tanto,suponerunacensuraaristotélicaesver fantasmas.Por el contrario,los sucesoresde Aristótelesteníanla obli-gación de aclararloy completarlo,perono hansabidohacerloy han per-dido su tiempo. ComoIbn Siná entiendeque los textos de la Teología delPseudoAristótelesparaleloscuandomenosde los de lasEnneadasIV. y yVI sondeAristóteles,eljuicio no esdemasiadoexagerado.Portanto, tampo-co estosignifica romperconel aristotelismomáso menosneo-platonizado.

No debieraextrañarque las cienciasfilosóficas nos hayan llegadotambiénde otra direccióndiferentea la de los griegosqueél estudiósien-do muyjoven (literalmenteadolescente).Tambiénestoes históricamentecierto.Mantiq traduceen árabeaXoyuoj; es normalqueIbn Sihá,queco-noce perfectamenteárabey persa,y podíatener noción,si no de otraslenguas,si de algunosvocablos,diga que «no es sorprendenteque losorientalesle den otro nombre».Identificar a los orientalescon unos uotros es un entretenimientomuy habilidoso,perosólo sirve paraprobarlos ingentesconocimientosde los investigadoresy su refinado sentidodialéctico6• El consensusperipatéticoárabe(aristotelismomáso menosneoplatonizado)era común.Lasrazonesqueda paraproporcionarbue-nos manuales—y el ÑUd~ y aúnel Naját son estupendassummasqueennadadesmerecende las de SanAlberto, SantoTomás,DunsEscoto,etc. yen muchospuntoslas superan—sontodaslicitas y lógicas.También escierto queal lado de Ibn Siná,as’aríes,gnoiticos, muctazilzes,pseudomotfis-tas y ~i’ies no le llegabana las babuchas;y que losperipatéticos¡.../ eran lasectamásdigna de adhesión.TampocopuederechazarsequeIbn Sínáhu-bieraperfeccionadolo que elloshabían internadosin conseguirlo.Creo queestoes evidenterespectoa al-Kindi y al-Fárbbi; y conjusticia,aunquepa-rezcavanidad,podíadecirqueles hemosdejadoen el SItd~lo queles basta-

6. Léaseestaexpresiónen sentidoponderativoy no peyorativo.Es muy cómodotratarcon desdénlasdisputasescolaresy las disquisicionesacadémicas:mientrasalos docenteseinvestigadoresse nosatosigueconlasnonnas«curriculares»seguirálaplétorade publicacionesad usumburocratiae. Comocitar mi ejemplono dalia a na-die, sientotenerquerecordarquea los cuarentay dosañosde docenciame fue recha-zadouncurriculuni por no estarordenado«deacuerdoconel modelooficial», y a loscuarentay sietede tal labor he sido excluidode la valoraciónde mi labor investiga-doradurantecasi cuarenteañospor unacuandomenosmalévolainterpretacióndeltérminoactivo. Portanto,convienereportarsea la horade apreciaro menospreciarlos«papeles»quetenemosqueir acumulandolos profesorese investigadores.

242 Miguel Cruz Hernández

ba einclusomásde lo quenecesitaban.Recuérdeseelservicio extraordinariodel Liber sextusDe naturalibusparael desarrollode la escolásticalatinadel siglo XIII.

En resumen,ni lo queconocíaantesni lo quehe sabidodespués,per-miten otra conclusiónquela ya vieja; la filosofia de Avicenaes esencial-mentela de siempre,puescomose dice en españolno haymáscera quela quearde.

4. El bosque y los árboles

Lo queacasopudierapermitirnosunamejorvisión de algunasde lasintencionesideológicasde Ibn SiTni, pudierasersu idea del destinodelhombre.Paradenominarde algúnmodo los escritosde Avicenaquetrata-bandel tema,Mehreny Massignon~utilizaron la expresiónescritosmís-ticosy en mistrabajosde 1946-1949seguítal denominación.Se tratabadeseñalar,decía,unoselementosque,peseano caberdentrodel terrenomásreducidode la filosofia, hantenidoun ecosorprendenteen el campodelamística.Sigopensandoquereferidatitulaciónno es del todoincorrecta;pero «paraevitar malentendidos—escribí en 1981— convienedecirque

un pensadorpuedeplantearsela posibilidady el carácterdel conoci-mientomístico,y aúnde la unión extática,sin necesidaddevivir las con-secuenciasdel primeroy alcanzarla segunda[..j. No sé,y no me impor-ta, si [Avicenal tuvo unaexperienciamística.Personalmentese me hacedifícil imaginarlo[...Jconsagradoa la vida místicaen unataríqa concretay sumergidoen las profundidadesde la visión carismática[, ... ni] si [...Ipuedeserconsideradocomo un sistematizadorde la sabiduríamística.Pero sí debehacersemenciónde su huellaen el pensamientoposteriordel Islam».

Peroel bosqueha crecidocon tantafrondosidadacadémicay eruditaquelos abundantesárboles,arbustosy yerbasno permitenya la visión delo único importante:lo quepensóy escribióAvicena. Que SohravardiyMolla SadraSfrazi hayaninterpretadoa Avicenaen provechode su ideo-logía; queel difunto imim Jomeinilo citaseen sucartaal señorGorba-chov en 1988 como recomendablelectura; queacasoerró Ibn Tufayl aldesarrollaralgunasde sus presuntasideas, todo ello no es cosadel otromundosino algo cotidiano.En lo quehayade error el problemaes deSohravardf,Ibn Tufayl, Molla Sadra,etc.; pero parael yerro en la inter-pretacióntiene quehaberalgunaapoyatura;y como si se investigaes afin de exponery comprendermejor,a mi entender,debeseguirdiciéndo-se quenaturalmenteafirmar de Ibn Sínáquees un pensadormístico,en

7. MEEREN, 7>aités mystiques dAbou Mi al-Hosain b. ,4bdallah b. Sina <ni Avicenne,EdL Leiden,4 fasc.1889 a 1899; Massignon,Recuelíde redesinédits concernanr ¡‘hisroirede la mystique en pays de ¡islam. Paris,1929, pp. 129 y 187-190.

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 243

el mismosentidoquepuededecirsede lbn ‘Arabí al-Mursi,resultaríatanabsurdocomo negarsu conocimientoy su teoríasobretales fenómenos~.

Ante la abundanteflora crítica, puedeparecerque la expresión«es-critos simbólicos»es menosconflictiva; y de hechoel términosimbólicoya es viejo como calificativo de las historiasavicenianasde Hay>’ b. Yaq-;án. al-Tayr y Salámánwa-Absál.Sinembargo,los vocablosalegoríay sím-bolo suelenresultarequívocosy en su uso respectode Avicena ha dadolugara queal decirsimbólico se~estabamentandounaciertaotra filosofíade Avicena. Por el contrario, a H. Corbin el término no le parecíasufi-cientementeexpresivoy prefiereemplearla expresión«récit visionnai-re» 9. Al comentarreferidosrelatosdesdeciertasideasde la ideología~Píyde las interpretacionesde Sohravardi,Molla Sadray otros pensadoresiraníes,levantótal revueloqueaúnquedaalgúnbatir de alas.A. M. Goi-chon se consideróobligadaen sutiempoa realizarigual comentario,pe-ro desdeotros textosdel mismoAvicena‘~. Así quecontan grandepolva-redaperdimosa don Beltrán.comodecíael viejo romance,o sea:a Avi-cena.Cabe,pues,buscarunaexpresiónque fueseutilizada por el propiopensadororiental,por ejemplo:el destinodel hombre.Qadary qadá’sontérminosmuy utilizadosporel ~ayj al-Ra’is,que inclusolos aparejóen eltítulo de unade susobras.Por ello, pues,me acojoa tal denominación.

5. Lo mejorenemigode lo bueno

Los escritosavicenianosquepudieransertenidosen cuentaseríanca-si todos; en este sentidotenía razón A. M. Goichonal utilizar amplia-mentela obraavicenianaparacomentarel Hayy b. Yaqzán.Sin embargo,debierabastarcon las tresobrasantescitadas(Ha» b. Yaqzán,al-Tayr ySalámón wa-Absál) a las que, por extensión no descabelladaMehrenagrególas risñlas. Fi mó/ñya¡al-$alñh, Fi macnaal-ziyara,17 daj’ al-qammmm al-mawty Fi máhiyatal5 114 Utilizando un criteriosemejantepodríanañadirseotros títulos, comoel comentarioa la azoraal-IjIás, otras risálasy algunospoemas.Siguiendola tradición de mi viejo libro y de algunosotros trabajostambiénantiguosme ceñiréa unoscuantostextosdeMar>’b. Yaqán. al-Tayr y Salomanwa-Absál.y al Poemadel alma 1, quehe inten-tado traducircomocreoqueDios manda12•

8. Historia del pensamiento en el mundo islámico, edt. ct. vol. 1. Pp. 244-245.9. CORBIN. Avicenne el le récil visionnaire. 2 vols. Teheran-Paris.1954.lo. Go¡cHoi’~, Le ré-il de Ha~ ibn Yaqzán cwnmenté par des zextes dAvicenne,

Paris. 1959.II. He prescindidode los textoscitadospor Massignony de tantosotros quepu-

dieranañadirse.12. Las ¡isaíasde Ijayy b. Yaq~on y de al-Tayrestánescritascon ciefloénfasisretó-

rico y con giros muy literarios:el Poema delalma pordefinición perteneceal lenguaje

244 Miguel Cruz Hernández

6. Inicio y final de la Risila l~a» y. Vaq~¡n

«Vuestrainsistencia,hermanosmíos,exigiéndomeun comentariodelaHistoria deHa» b. Yaqzanborrami tozudezde negarmea tal cosa,desa-tandoelnudo de mi propósitode demoraríay de guardarmeen ello. Dé-jome llevar aserviros.QueDios me ayudeen el acierto.

Cuandoya estabainstaladoporenteroen mí país,se organizóen mihonorunagira con mis compañerosa uno de los parajesde asuetoquerodeanaquel lugar. Mientras dábamosvueltas,unostrasotros, ha aquíque se nos aparecióun gran sabio,cargadode años,curtido por la edad;sualtatalla se manteníaenhiesta,nadasuyoparecíadecrépito;sus cabe-líos canos,sólo servíanparaprestarlela hermosaestampade la anciani-dad. I~1 Apenasnos acercamosa él, fue el primeroen saludamos,dán-donosla pazy deseándonoslargavida; despuéssonrió. [•..jYo le interro-gué sobresu persona,preguntándoleacercade su modo de vida, profe-sión, nombre,linaje y patria.Respondió:mi nombrees Viviente; mi linaje.Atalaya ¡3; mi tierra,laJerusalem¡celeste] ¡4; mi oficio, viajero por todoslosrinconesdel mundohastaque puedaabrazarlosa todospor enteroenunasabiduríatotal. Mi rostro,vuelto haciami Padre,el Atalaya,de quiénrecibí las llaves de todas las ciencias; El me hizo recorrerlos caminosqueconducena los confinesdel mundo,y así en mi viaje he abrazadoloshorizontesde todaslas regiones[...].

* * *

[Alláj todosestánen el desiertosin quenecesitenun cobijo. El Rey.por su modode ser, estáallendetodosellos. Quienbuscaraícesa suorí-

poético.Una traducciónsupuestamenteliteral seríaunatraición, comoafirma el di-cho italiano; y a mi no megustadaleer asíen alemán,árabe,francéso inglés los es-critosdeSantaTeresadeJesúsy SanJuandela Cruz.Portanto,hehechounesfuerzopara verteren español,sin traicionarel texto árabe,lasexpresionesde Avicena ayu-dándomede la rica sinonimiay dela abundanciadedichosy giros de la lenguaespa-ñola.Piensoquelos nombreso piropos conqueadornaAvicenaal Rey podíanescri-birsecon mayúscula:los dejo en minúscula,quehacenmejortipografía.Si algunodemis nombrespareceen excesopopular.recuérdesequeel maestroFray Luis de Leónempleaen Los Nombres de Cristo el términopimpollo, queen mis añosmozos aúnseusabaparaponderara unajoven y hermosamoza.

13. DesdePocockese ha traducidoyaq;ón por vigilante. Peroel españoltiene unsinónimoderivadodel árabe,atalaya (at-tala’i: los centinelas)queen su acepciónpri-merasignifica la torre vigía y en la cuarta«el hombre destinadoa registrardesdelaatalayay avisarde lo quedescubre>’.

14. Con Corbin piensoquees una referenciaa la JerusalemCeleste,como sabecualquieraqueconozcalasexpresionesbayt al-muqaddas(Jerusalem).queno hayquebuscaren Dozy, Freitagy Lane, porqueviene hastaenel viejo y escolarBelot.

El problema de la «auténtica» filosofla de Avicena 245

gen.divaga;quienesalquitaran’5atributos,ineptossonparadescubrirlos,y las comparacionesson odiosas¡6; quien se huelgapor [nombrar]lo. po-co es lo quedesea.No estádividido en miembros,pueses todo rostro suhermosura,todo mano su generosidad.Su belleza borra los rastrosdecualquierotra; suesplendidezdejainválida todaotra generosidad.Cuan-do algunode los querodeansu inmensidadse llena delcuidadode mcdi-tarlo, el estremecimientoentornalos ojos, y despiertaenajenado:apenassi le quedavistaantesde quemirarlealcance.Comosi su hermosurafue-ra el velo de subelleza,comosi suapariciónengendrarasu misterio,co-mo si estuvieravelado por su brillo. Cual el sol, se muestramuchomáscuandose ocultaun poco; másal lanzarunachispafulgurante,se desva-neceparalas miradas,quesu luz es el cendalde su lumbre.

En verdadesteReyamanececonsu esplendorcomo un sol sobrelossuyos:no escatimala cita conellos,peroéstosno alcanzana mirarlo conaviso,puesmíserasson suspotencias.Ciertamenteestálleno de Bondad,rezumantede Dones: abrazala tierra entera,llena de gracias,abre suatrio con largueza,a todoscubre de mercedes.Quienquieraque atisbacon susojos unapizca de su Hennosura,en ella reposarásu miradasinretomo,ni siquierael tiempo deun pestañeo.De entrelos hombres,a ve-cesemigranhacia El algunossolitarios; tantasgraciasles recibenque leshacenllorar; les vuelveconscientesde la mezquindadde las sinecurasdeesta región nuestra.Al regresarde El vuelvencolmados.

El sabio Hayy b. Yaqzan dijo: si no fuera porqueme acercoa El alcharlarcontigo,despertándolo.mi cuidadode El me alejaríade ti. Mas,siquieres.síguemehastaEl. Paz».

7. Principioy final de la RisalataI-Tayr

«¿Nohabránadiede entremis hermanosquequieraescucharmeparaquepuedaconfiarlealgunasde mis tristezas?Acasoasípodríacompartirfraternalmentemi pesadacarga j...]. Es cierto quehay hermanosunidospor un común parentescodivino, amigosque se asemejana la herman-dadcelestial,quecontemplanlas EsenciasVerdaderascon la mirada dela visión interior, quehanpurificado las entretelasde susalmasde todasombrade duda; tal sociedadde hermanossólo puedeconvocarlael he-raldo de la vocacióndivina. Doquieraqueestén,acojanel presentetesta-mento (...j Mientras tanto, lleguemos a nuestro relato y expliquemosnuestrastristezas.

15. «Alquitarar:destilarporalquitara».Alquitara. «del arabeal-qattara, la quedes-tila. el alambique».

lb. Literalmente«seseparandel camino»o sea:no alcanzanlo que se proponen:con tal significadoel españoltiene el dichoqueaquí empleo.

246 Miguel Cruz Hernández

Sabed,Hermanosde la Verdad,queun grupo de cazadoressalieronen partidaal desierto;tendieronsus redes,colocaronlos cebosy se ocul-taron entrela maleza;en cuantoa mi, estabaen la bandadade pájaros.Cuandolos cazadoresnosavistaron,paraatraemoshicieronsonarun re-clamotan agradablequenos sumióen la duda-Nosmirábamosentresí,velamos un lugar tan apacible y placentero,nos sentíamostan bienacompañadosque no experimentábamosinquietudalguna, ni ningunasospechanos impidió encaminamoshacia aquellugar, volando haciaallá. Al momentocaímosen las redes,las anillasciñeronnuestroscue-líos, las mallasaprisionaronnuestrasalas,los cordelesanudaronnues-tros pies;cualquiermovimientoque intentábamossólo servíaparaama-nar másfuertementenuestroslazosy agravarnuestrasituación.

Acabamospor resignamosa nuestrasuerte;cada cual sólo hacíacuentade supropio daño,olvidando el de su hermano[..] Pero,he aquíqueun día, mientrasmirabaentrelas mallasde las redes,vi unabanda-da de pájarosquehabíansacadolas cabezasy alasde la jaulay seprepa-rabanparael vuelo [Trasescapar...jmuchohubimosde sufrir paraatra-vesar,unatrasotra,seis montañasy llegara la séptima[...j.

* * *

Por fin, he aquíqueestamosen caminomarchandoen compañíadelMensajerodel Rey.

Pero mis hermanosme insistíanpidiéndomeque les descubrieselahermosuradel Rey. La expondréen pocaspalabrasqueconcretany bas-tan, a saber:cualquieraque fuera la belleza sin brizna de fealdadquetucorazónpudieseimaginar,seacual fuesela perfecciónsin pizcade defi-ciencia quepudiesessoñar,el Rey es el único en quehe encontradosuposesiónplena, puesen él se ha realizadode un modo absolutotoda lahermosura,sin nadade imperfección,ni siquieraen sentidometafórico.Es todo Rostropor subelleza,paraque lo contemples;todoMano abier-ta, por su generosidad.Quien a El se acerca,alcanzala felicidad supre-ma; quiende El se aparta,pierdeestemundoy el futuro.

Pero,¿cuántosde mis hermanos,soliviantadospor mi relato,no vanadecirme:<adviertoquetu menteandaun tantodescarriada,si no es queandasenajenado?¡Vamos!,jamáshaslevantadoel vuelo, lo quehavola-do es tu razón;ningúncazadorte ha tomadopor blanco,lo que te hasi-do cazadoy requetebiénes tu caletre.Mas ¿cómopodría volar un hom-bre? Se diría quela bilis ha inundadotu temperamentoy se te ha secadolamollera. Convendríaque te pusiésesa régimen:bébeteunainfusión detomillo, toma con frecuenciabañoscalientes.mójatela cabezacon aguatemplada,inhalavaporesde aceitedenenúfar;después,sigueun régimenalimenticioligero; prescindedel trasnocharexcesivo;en fin, evita queseterecalientela sesera.Puesantessiemprete habíamostenidoporhombrerazonable,de sanojuicio y agudo;sepaDios quépreocupaciónnosva a

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 247

caerencimapor culpa de tu estado;al vertetan desquiciadohastanoso-tros nos sentimosenfermos>,

¿Quéles iba a deciry paraqué triste resultado?No hay peordiscursoqueesossermonesquela gentete endilgapor nada.Peromi auxilio estáen Dios; frentea los hombres,mi libertad.Aquel queprofesaseotra creen-cia perderásuvida asíen estemundocomoen el futuro; pueslos que seesfuerzanpor ser los primeros, un día sabrándel terremotoque losderribará».

8- Resumen de la Q¡ssa Salman wa-AbsálSegún el testo resumido del Ihisi

Salámány Absaleranhermanosde madre.Salamanse casó,peroAb-sál permaneciósolteroy casto,peseasertan bello como José.La esposade Salamánse enamoróde Absál, pidiendoa su marido que invitase albello hermanoa casaparaquesu virtud sirviera de modeloa sus hijos.Ya en el hogar,la mujerde Salámándeclarósu amoraAbsál que la re-chazó,por lo cual ella convencióa SalámánparaquecasaraaAbsál conunahermanaqueella tenía,hastaentoncesvirgen.Conseguidoel enlace,la esposade Salámánconvencióa la hermanarecién desposadade queunay otra debíancompartirel lechode Absál; y habidacuentade la cas-tidad de éstedeterminaronque la consumacióndel matrimoniotuvieselugar ya anochecido.

Entnisela mujerde Salámánen el lechode Absály comoésteno pa-reciesedecididoaposeerla,apretófuertementesu pechocontrael deAb-sál con tal pasiónque éste sospechóque su compañeraera ducha enamores,pueslas virgenesamantesno debíansaberabrazarde aquelmo-do. Comoel cielo estabanublado,he aquíquebrotó un relámpagoilumi-nando el rostro de la damay confirmando las sospechasdel castoAbsál.

MarchóAbsál a la guerray conquistóel mundomuchoantesquelohicieraAlejandro.A su regresovolvió a rechazarlos avancesde sucuña-da. Esta,despechadapor el desprecio,sobomóa los soldadosde Absálque le abandonaronherido en el campode batalla,pero unahembrare-cién parida le alimentóa susubreshastaquecuró.CuandoAbsál regresóa casade su hermano,su cuñadasobomóal cocineroy al mayordomo,envenenandosu comida, haciéndolemorir. Salámán,desoladopor lamuerte de su hermano,se entregóa la vida contemplativa,revelándoleDios la identidadde los asesinos,a los quehizo beberel mismovenenoquehabíandadoaAbsál “.

17. Como el texto del Túsi es un resumeny su lenguajebastanteramplón,y nopuedecargarseen la cuentade Avicena, mehepermitido sintetizarlo.en lugarde tra-ducirlo. Corbin (op. ct. 1. Pp. 260-262)da la traduccióncompleta.La hermosaversión

248 Miguel Cruz Hernández

9. Qasida del alma I8

Plateadapalomadel cielo desprendida.castay pura,veladaparatodamirada,masen sí transparentey liberadade velo;a su pesarunidaa tu vida.La partidaacasomalqueriendo,desgraciadase sienteVivía recatada,de nadiecompañera;mora en tu compañíalas minasy el desiertoolvidadaparecedel calordel hogar.de la casadejadapor la fuerza.Sujetacon la de del despeñosobrela infernal tierradesdela te del trono,y amarradaa la pedel pesadodestino‘9, en miserableescombroy confusasroderasamanecidaal día.Entre llantos recuerdalas salasde tu casaconlágrimassin cuentoque fluyen y no cesan;su tiempo entregemidossobrelas negrashuellasquedeshaceel tenazvaivén de los cuatrovientos.Por la pesadatrampasujetada,la argollala aleja de los pastosde la cumbredel cieloprimavera.Si llega el tiempo de la partidaa la vastapraderacelestey el viaje al hogar.pareceadormecida.Desprendidoel cendal,contemplarelucientelo queno comprendíansus ojos somnolientos.Separadade todo,dejadacomonada,cual polvo miserablequeno puedeseguirla,comienzala escalada

de Yami’ ensu conocidopoemaen persa,sigueel argumentoconservadoporTus¡, pe-ro su bello desarrollotampocopuedeinformarnos del texto original de Avicena. Elorigende estanarración,comola castaactitud del Josébiblíco antelos avancesde lamujer dePutifar, procedede unavieja historia egipcia: el Cuentode los dos hermanosconservadoenun papirode finalesdel siglo XIII a. J.C.cuyatraduccióny análisisin-cluyoen mi trabajoLas «novelas» egipcias de José y del joven Moisés, en publicaciónenMiscelanea de estudios árabesy hebraicos de la Universidadde Granada.

18. Entre los muchosmaterialesquetuve queutilizar parami tesisdoctoral se en-contrabala Qasídaff-l-nafs:su texto árabey su traducciónlos publiquéen la revistapoéticaAI-Motamid(n/’ 18,julio 1949,pp.6-8). desprovistosdetodo aparatocrítico y decomentario.En 1952,apareciócomentaday conlasconsiguientesnotasen el Boletín dela Universidad de Granada n.0 91, (tirada apartade 18 Pp.). Ahora la reproduzco,perotraducidaen versocastellano;el metrok¿mil lo he pasadoal alejandrinoespañolqueporsu tono pausadomehaparecidoun tanto semejante:y he procuradono tomarmedemasiadaslicenciaspoéticas.

19. En árabedicedel há~ mm y tat inicialesde hub,t (caída).markaz (centro;conlicencia. trono) y ta4¡l (pesadez).

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 249

del montemásalzado:puesla sabiduríaal humilladoensalza.Pero,¿porquécayóde la sublimecumbrehastael tártarodel páramo?Si la ciencia divina procurósu descenso,ocultaen su razónal sabio,sagazy agudo.Si necesariafue su caídaparaluzde lo queno sabíay lo oculto de ambosmundosir sabiendo,suvaso permanecevacío.El tiempo le ha cortadosu camino.Dormidaporvez postrera,nuncajamásdespertará.Comola luz quebrilla en la morada,se apagacomo si susdestellosnuncahubieranlucido.

10. Interpretación del modo y lugar de dichos escritos

La existenciay contenidode los escritosantesreproducidosparcialototalmentey de otros semejantesha conducidoa dos interpretacionesopuestasy parcialesdel pensamientode Avicena.La primerase apoyaenla existenciabien documentadade unatradiciónperipatéticaislámicayen el profundo conocimientoque Ibn Srna tuvo de ella, como aparecedesdesu autobiografíahastalos másimportantesde susescritos.Portan-to, todo el pensamientoavicenianodeberla ser visto desdedicha tradi-ción20 La segundaposturapartede la tambiénaprobadatradición esoté-rica irano-islámicay de su conocimientoporAvicena,tanto comomiem-bro de una familia isnnic¡l¡ y con conocidosy discípulosmáso menosesotéricos,como por ciertos silenciosautobiográficosy sushuidasde losgaznawíes.Entre los escritosde lbn Smi se encuentranobrasque,sede-nominendel modoquesea,sonmuy diferentesde las exposicionesde lasabiduríaperipatéticacontenidasen el S~fd% Na9át, ¡iirút. Dñni.< etc. Elestilonarrativoy visionario de aquellosotros escritosnecesitanunaciertahermenéutica.Portanto, la interpretaciónresultanteconstituiríael pensa-miento íntimo, más peculiarde Avicena. másarraigadoen la tradiciónirano-islámicaque el mostradoen las obrascontinuadorasde la tradi-ción helénica21

20. Esta posturaapareceperfectamentedesarrolladapr A. M. GoIcHoN,Le récit deIja~ ibn Yaq;ñncommenté par des ¡ates dAvicenne, Paris. 1959. RecientementeD. GisTAS. Avicenna and ¡he aristotelian ¡radition. Leiden. 1988. sostienetambiéndicha posi-ción.bienquedeun modo rigurosamentecritico. sin prescindirde lo queél llama«themajor points of conflict with thearistoteliantradition»<Pp. 237-285);perosus«solu-ciones»se inclinan siemprepor la interpretaciónaristotélicacontenidaen losescritosdeAvicenaquedesignaconla expresión«Avicenna’smajorphilosophicalworks’> (PP.79-114).

21. Estaposiciónaparecedesarrolladapor H. CoRBIN,Avicenneetlerécitvisionaire.2 vols. Paris-Teheran.1954.

250 Miguel Cruz Hernández

Ambasconclusiones,y dicho seacontodo respeto,sonsofísticasy hu-bieranescandalizadoaAristóteles;unay otra incurrenen el recursoa lanon causa(«despuésde esto,luegopor esto»)y faltan alviejo principio si-logísticopeioremsequitursemperconclusiopartem. En la primeraargumen-tación la conclusiónlegítima no es universal(todas), sino particular(va-ñas o muchasobras);en la segunda,la conclusiónes meramenteposible<puedehacerseuna interpretaciónesotérica)y particular(de algunasobras).

El recursoa la historia del pensamientoa parte antey a partepostnoresuelvede modounívocoy universalel problema.Tantola tradición pe-ripatéticaarabo-islámica,comola irano-islámicatienenelementoscomu-nesde raíz helénica,puestampocoel pensamientogriego fue un bloquecerradoy homogéneo.Al Gazzálitantoen losMaqásidcomoen el Tahá-fut interpretóa Avicena como un estrictofilósofo aristotélicoy comotalincapaz de alcanzar los principios fundamentalesde la sabiduríaalcorá-nica;pero ello porquetomauno solo de los escritosde Avicena (posible-mentela versiónárabedel Dáni&) y lo copia descaradamenteen losMaqñ-sid, y sobretal texto descargalacríticadel Taháful. PeroAverroes,queco-nocemuchomásy mejora Avicena,le acusaráde todo lo contrario:nosiempreconcluyede un modo filosófico correcto,puesmezcla el pensa-mientorigurosamentearistotélicocon el religiosode los teólogosislámi-cos. Ibn Jufayl le cree un fiel aristotélicoen el Slfat peropensadormásoriginal en otrasobras,apoyándoseen los prólogosantescitadosy tradu-cidos del S<fá y delManíjq al-Masriqiyín; de acuerdocon estaopinión in-terpretade muy personalmodo la doctrinaavicenianade la intuición in-telectual.SohravardiconsideraqueAvicenahabíaencontradoel caminoqueconducíaa la auténticasabiduría,queno es otra que el ¡.fr&¡, masquedóseen la puertasin iniciar el recorridode dichavía y sin alcanzarlameta,siendoél el encargadode llegarhastaella. En fin, Molla Sadra(si-go X~TII) sigue a Sohravardien dichapostura,desarrollandola filosofíailuminativa de modoabsolutocon un sentidoconsciente,explícitay lite-ralmente~itx.

11. Lo que los textos dicen expresa y literalmente

La lecturade los textosantesreproducidos,comode otrossemejantesquehubieranpodido agregarse,proporcionanalgunosdatosquedebenser examinados.

a) Terminología

Los nombresy calificativosutilizadosporAvicenatienentradiciónenel temadel destinodel hombrey enlas concepcionesreligioso-teológicas;como estavinculaciónes suficientementeconocida,bastecon señalarla.

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 251

El p4jam (t.ayr), y las avesengeneral,sonviejos símbolosde la vida, la fe-cundidady el origen de unay otra. En numerosasmitologíasaparecenaves;bastecon recordaralpavoreal como símbolode lavida y la fecun-daciónen las viejas ideografíaschina e india, con frecuenciaacompaña-do de la piña que representael huevo primigenio; hastaZeusse presen-ta comocisneen la seducciónde Leda.En elcristianismo,el pneumaDi-vino o EspírituSantofue representadooriginariamenteen forma depalo-ma, símboloapoyadoen el testimoniounánimedelos cuatroevangelistassobrela teofaníadel Padretrasel bautismode Jesúsde Nazareten el Jor-dAn22 Igualmente, la alegoría de Dios como rey es vieja. Dios-Luz yDios-Sol son tan antiguoscomo las primerascosmogonías.No sólo enlos textosavésticos,tambiénlas tradicionespre-brahamánicasproporcio-nandatosmuy expresivos;la misma situaciónde Benaresen la curvadelGangesy en lugardondelos primerosrayosdel sol nacientecaensobrelos gats, es señalinequívocade un viejo culto solary luminico.

A los nombresde Salñmñny Absál se les ha querido buscarantece-dentesiranios,y no haydudade quesonante-islámicos.La existenciadedos versiones:la consideradacomo avicenianay la presuntamenteher-mética cuya traduccióndel griego se atribuyea Hunaynb. Isháq,testifi-cansusviejas raícesquese remontan,en el casodel cuentoegipcio,al si-glo XIII aJ.c~ 23, Tambiénel nombreHayy b. Yaqzñndebíaposeeralgúntipo de tradición,pues el texto de Avicena dice que los hermanosle ha-bíanpedidoreiteradamentequecomentasedicho relato.No sabemos,alno tenerel texto avicenianode la QuissaSalámánwa-Absñl, si en ella seexplicabael sentidode referidosnombres;perola explicaciónqueda deJjayy b. Yaqaán: Vivientehjjo del Vigía o Atalaya significa un esfuerzoderacionalizaciónnominal24, Estaespecificaciónes muchomás valiosa si

22. S. Mateo. 3,16: 5 Marcos, 1,10: £ Lucas, 3,22; y £ Juan, 1.32.23. Es sabidoquelos términosonomásticostienenun significadopróximoo remo-

to, perosólo seexplicancuandoconvieneseñalarsu significación.Parano salirnosdeámbitosconocidospor la culturaoccidental,S. Mateo dice(1.22-23)queel hijo de Ma-ria recibiráel nombredeJesús,«puésél salvaráasu pueblo desuspecados»,y re-currea Isaías (7.14)paradarleel nombredeEmmanuel.queexplica,segúnel citadoli-bro (8.8-10):«quequieredecirDios con nosotros’>. Estetipo de usode presuntasetimo-logíases tanviejo comopococientífico. Porno salirnosdel terrenobíblico. recuérdesequeel hombreprimigeniorecibeel nombrede Adamporquefue hechodela tierraro-ja de la ~idamah:en estecasono se fuerzademasiadoa los principios filológicos; peroal derivarel nombredeMo~é(posiblementederivadodeunaformaegipciamó-~is)de«sacadodelasaguas»riza el rizo. Digaselo mismo de lasetimologíaspeyorativasdeMoab y de Ben Ammi, hijos del incestode Lot con sushijas, paradesprestigiara losmoabitasy ammonitas.Si Avicenaexplicael significadode Ha~ b. Yaqzñny no haceotro tantocon su propionombre,pongamosporejemplo,esporquedeseasubrayarlacargaideológicadel supuestopersonaje.

24. Cfr. J.B. PRITCHARO (edt.), The Ancien Near Eastern Texts relaring ¡o tire Oíd Tes-tament, 3. cd. Princeton,Pp. 23-25.

252 Miguel Cruz Hernández

se tieneen cuentala críticade los nombreso atributosdivinos queAvice-na hacetanto enUayy b. Yaqzáncomoen al-Tayr.

b) «Destinodelhombre»yposturareligiosa deAvicena

El idealqueexponentantoel sabioljayy b. Yaqzáncomoel fayreselperfeccionamientodel hombreparaalcanzarsudestino.Lo quehacehu-manoal servivo hombrees el alma racionalqueen los textoscitadossepresentacomo unida transitoriamenteal cuerpo.La situacióncamal delalma racional es condición necesariapara el compuestohylemórficohombre,pero presuponeunacaíday significa unaprisión (en las redesde los cazadores);su liberaciónexigeun largoy dificil recorrido(lassietemontañas),queculminacon la llegadaa la Casadel Rey, tan gratificado-ra queexhortaráa todoslos quedeseenla perfeccióna emprenderdicharuta. Como los ejemplosse poneny los consejosse danparael hombreen su condicióncamal, se trata de unaexhortación(el egkómion socráti-co) a la vida de perfecciónqueconducea la unión conDios; tal es lavi-da del sabioy el ideal avicentano.

Ahora bien, Avicena es un creyentemusulmánde buenafe, social-menteinstaladoen la religión de Dios (Din Allñh) que es el Islam; perocomo hombrequevive en la reflexión, no puedeverlacomo un ritualis-mo. Posiblementeéste es el sentidodirecto de la frase«quien se huelgapor [nombrar a Dios], poco es lo quedesea»;perotampocose resignaala teoretizaciónnominalistadel kalám. con lo cual critica las teoríasdelos atributoso nombresdivinos: si no existeunivocidadentreel serdeDios y las entidadesde las criaturas,no tiene sentidoescudriñardichosnombres,porque«quienesalquitaranatributos,ineptosson paradescu-brirlos»; si se recurrea la analogíasimpley directa«lascomparacionesson odiosas»,en tantoqueentreel serde Dios y la entidadde las criatu-ras hay un auténticoabismo.Por tanto, la posturareligiosade Avicenapertenecea lo quepudierallamarsela religiosidadinterioro meditaciónsapientede la religiosidad.A mi entendertal es la significaciónde la ex-presiónfinal dela Risálatal-~ayr «miauxilio estáen Dios;frentea loshom-bres, mi libertad».

Estaconcepciónexplicalaactitud deAvicenaantela filiación ismá’ilide los Banú Siná;puedeserquehubieraotros motivos,perolo importan-tees quecuandoel ~ayj al-Ra’iscuentasuautobiografía,yabienmaduro.vedel modocomolo explica su no alineaciónconsupadrey con su her-mano:los comprendíaperfectamente,perosucorazón<su íntima convic-ción mental)no dabasuadhesióna tales ideas,porqueteníaotras.Diosera suauxilio, comolo es paratodocreyente;perofrentea las instalacio-nessocialeso personalesde los hombresteníaplenalibertad.

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 253

c) Elproblema de los «hennanos»

Tantoen la RisZila Hayy b. Yaqzñncomoen al-Tayr, Avicenahacerefe-renciaaunoshennanosquele incitan insistentementea escribirla prime-ra, y a los queen ella y en la otrase dirige intencionadamente.Comolasexpresionesají (hermanomío), 4jwán¡ (hermanosmíos) sontan usualesycoloquialesen árabesuempleono tendríaun significadoespecial,si nofueraporqueen la Risálatal-Tayr aparecenespecificadoscomohermanosdela verdad Estaexpresiónse prestaafáciles aproximaciones;de un ladoestabanlos ¡jwñn al-salá3de los famososrasá’il de tal nombrey queeranlos predicadoresde las comunidadesismá’llíes fátimíes;de otro, el térmi-no haqiqa de uso tan universal, pero que los pensadores.~icíes empleancon tantagenerosidadcomocon peculiarsentido.Bayhaqi introdujo ensu versiónde la autobiografiade Avicenaunavariante,a mi parecerespu-rea, queafirma quesu padrey suhermanomenorutilizaban los Rasáu¡jwán al-Safá’ parasus meditacionesy quetambiénAvicena se sirvió deellos; si hubierasido así,no se notamuchoen sus obras,a Dios gracias;pero bien poco podían servirle dado su conocimientode la filosofíahelénica.

Si los hermanosdela verdadfuesenunacomunidadu?concretaquedaríasin sentidosu no «alineación»ismácilí. Que tuvo amigos,conocidos,discípulosy familiarescalawíes, daylimles.fáximies. etc. es notorio, comotambiénlos tuvo cristianosy mazdeos;pero buscarunaconcreciónmepareceaventurado.Posiblementela Risálatal-Tayr fue escritaen casadel‘Alawi; perosi hubiesesido escritaparaésteo paraotro grupo aparecenaen la biografíao en el catálogode susobras,ya queson muchaslas quese dicen escritaso dedicadasparaunosu otros.Por ello me he impuestola másrigurosasuspensióndejuicio, ya quepor los otroscaminosse aca-ba en la fantasía.Pondréun solo ejemplo:Avicena teníaconocidosdayli-mies, en el territorio de éstosestabaemplazadoel castillo de Alámut, enel cual fue proclamadala «Gran Resurrección»y abolida la religión ri-tual y la formalidaddel fiqh; luego su antecedentepodría habersido lareligiosidadinterior de Avicena, etc. etc. Por tanto, creo preferible noaventurarnadasobrelos hemanosde la verdad

d) El sentidode los «relatos»

No puedenegarsequeexisteunaclararelaciónentrelos dos risálas deJ%ayyb. Yaq;ány del Tayr; tambiéndebíahaberloentreéstasy la Qis.tyaSa-lámñn wa-Absál, pero al no tenerel texto aviceniano,y pesea queSohra-vardí e Ibn Tufayl asegurantal relación,convieneexcluirla del análisis.Corbin ha insistidomásque suficientementeen el tema,y si no puedenaceptarsesusconclusiones,sí respetola correlación.En laRisálatal-Tayrpuedehaberuna referenciaa la situaciónpersonalde su autor. La bio-

254 Miguel Cruz Hernández

grafladaaentenderqueel visir Táj’ al-Mulk, refugiadoen la fortalezadeFarda9án,al evacuarcMáa al-Dawla la ciudadde Hamadán,llevosecon-sigo asuprisionero;queno estabaen libertadplenalo demuestrasupos-terior huida de referidaciudad disfrazadode su]>’, su alojamientoen ca-sa del cAla,A,j debeentendersecomo unaprisión atenuada.A ello puedereferirseal hablaral comienzodel relato de la tristeza,y puedeserunaex-plicacióndel humorísticofinal, en el quesuponelareacciónde los «her-manos»anteel relato.Estos,contertuliosy discípulos,conocíana un Avi-cena«a quien habíamostenido por hombrerazonable,de sanojuicio yagudo»,como el del Ñqá’ ya comenzado,del Qánún acasoya conclui-do y de susotros libms; ahoratienenantesi aun enajenado,embriagadode fantasías.Setrata,claroesta,de quieneshicieranunalecturaliteral desu relato; sólo un loco podía relatarque habíavolado como un pájaro,etc. Más aún:utilizando susconocimientosmédicostrazaun cuadrodi-vertido de laetiologíade la dolencia(enajenaciónhipocóndricaporefec-to del desequilibriode la bilis, de acuerdocon la teoría galénicade laconstitucióny el temperamento)y del correspondienterégimendietéticocurativo.Los hermanosde la verdad, si erantalesliteralistas,no podíanserfieles comprometidosesotéricosni ciegosseguidoresdel Sa>’] al-Ra’is.

A todo lo anteriordebenagregarsedosprecisiones:laprimera,quelasteoríasimplícitas en el relato conteníanunapreocupaciónmásparalosdiscípulos, que se sentían«enfermos»,o sea: inseguros.La segunda,laposición retóricade Avicena: no explicarlesnada,porquede nadaiba aservirles,señalciertade queno eraniniciados; y porquelos sermones,quecualquierase sienteen el derechode soltar,no sirvenparanada.Losher-manos,pues,lo eranintencionalmente,comoluegolos solitarios a los quese referirá Avempace.Por el contrario, sí hay una clara repulsade la«alienación»de la religiosidadformalistay enajenadora,quehaceperderestemundoy queno conduceaganarel futuro, puesles aguardaun ten-e-moto queecharápor tierra susconcrecionessocio-religiosasformales.

e) Dos tiposde escritos

El reduccionismoracionalistaconsideraquelos pensadoresdebensertotal y permanentementecongruentescon su pensamiento,queno puedehaberdos en un sólo hombre,salvoque se evolucionasede uno a otro, oalgunopuedasersubsumidoen el más auténtico,completoy personal.Pero las cosasno siempreson así. En estecasotenemosunosescritosdondeel temadel «destinodel hombre»es el dominante,casiexclusivoy principal,y otrosmásgeneralesy universales.Por tanto,talesescritosy relatossondiferentesde los principales (el calificativo esde D. Gutas);por ello me limito a reiterarel casoantescitado de Averroes,tan autorde los9awñmi~ taljisñt y tafsirñt aristotélicosy del Taháfutpolémicocon-tra al-Gazzálii,comodel Fa~l al-Maqal y delKaff an Manáhifl. Los escrí-

El problema de la «auténtica» filoso/la de Avicena 255

tos avicenianossobre«el destinodel hombre»,simbólicoso visionarios,debenversedesdeellosmismos;legítimoscomo las demásobrasde suautor y tan dignos de éstecomo diferentesdel Sjfá Nayát. Iiñrdt, Dñ,zi¡y demásescritos(<mayores»,si así se les quiere llamar.

12. El destinodel hombre

Paracomprenderel lugarde los escritos«visionarios»deAvicenahayque partir de lo queel Prof. J. R. Michot ha llamado«el destinodel hom-bre».Avicenaesun creyentemusulmán,pero no al modode la gentenoformaday casi impersonal(ámma:masa),ni conla inteligenciadébil, nicon la supuestafe del carboneroque tantoparecíaenvidiar Unamuno.Creeen el Dios uno, en la necesidadde un caminodeperfecciónperso-nal exigido por dichacreenciay en una cierta pervivenciadel espíritutrasde la muertecorporaly, sobretodo, en el maravillosoordenuniversalnecesarioque esla granmanifestaciónde la supremagrandezay sabidu-ría de Dios. No debeextrañar,portanto, la sobriedadde susexpresionesacercade la resurrecciónde la carney de las modalidadesdel Paraísoydel Infierno. Perolo queparael comúnde los hombressólo puedeexpre-sarsemediantela ficción imaginativa,en el sabio puedecomprendersecomo una visión imaginal especularquepuedeserexplicadaracional-mente.

Segúnla concepciónaviceniana,lacreaciónposeeunaesenciafunda-mentaldeíndoleepifánica;y habidacuentade la subordinacióndel inte-lecto prácticoal especulativoy la peculiaríndole de éste,el ordenmoraltambiénmuestrael carácterepifánicodel ordenuniversalnecesario.Estaconcepciónno debesorprender,pero tampoco debesumergirseen unconcretosistemaepistemológico.Recuérdeseque, nuevesiglos antesqueAvicena, San Pablo afirma desdeuna fe esplendorosaque «desdelacreacióndel mundo,las perfeccionesinvisibles de Dios, tantosupodereternocomo su deidad, se hacenclaramentevisibles al serentendidasdesdesusobras»(Romanos1,20>; y «los queviven segúnla carne,anhe-lan las cosascamales;los queviven segúnel espíritu,buscanlas del es-píritu» (Idem, 8,5). A finales del siglo XVIII, a pesardel criticismo ra-cionalistade Kant, ésteafirmará queel cielo estrelladosobreél y la leymoral dentrode él le permitencreeren la divinidad; lo que repetiráennuestrotiempoEinsteinal decirquela fisicay el violín de JehudiMenu-him le hacíancreeren Dios. Se trate del mundo sensibleque tocamosmediantelos sentidos,sea el mundo imaginal abstracto,para Avicenasiemprese tratarádel flujo de la epifaníadivina.

Los hombreshemosde vivir la vida comúnde nuestraespecie,peronuestramenteposeela capacidadde elevarsea la contemplaciónintelec-tual de las formasy aúnde vivir algunasrealidadesimaginales,comoenel casodel sueñoy de las visionesproféticas.Laspotenciasimaginativay

256 Miguel Cruz Hernández

estimativanutren el sensoriocomúncon las formas imaginalesdel mis-mo modoquepormedio de los sentidospuedenextraerselas formasma-teriales;y aquellasmaterializanel flujo epifánicode un modo eficaz encuantoestánsometidasal intelectopráctico.Los mismoscuerposcelestesoperancomo espejosintelectivos.

Ahorabien, el carácterintelectualen su misma raíz de estaconcep-ción ha conducidoa Avicenaaprescindirde unaexposiciónescatológicacompletay concreta. La lectura de los numerososescritosavicenianosque tratande estetema,en unoscomo intenciónprimaria, en otros indi-rectao circunstancialmente,permitenintuir las dificultadesintelectualescon quese encontró.Avicenaestásegurodel destinodel hombre,peronolo ve ni fácil ni sencillo; y esto le lleva a dos hechostan evidentescomopreocupantesparacuantoshanqueridoencasillarloen uno de los modosposiblesde la dialéctica filosófica: el primero es el recursoa los relatos«visionarios»,el segundoel carácter«trágico»de suvisión. Un sabioence-rradoen su torre de marfil puedecontentarseconla ideade unasociedadhumanaideal, con un areópagode filósofos quepuedenconcebirque larevelaciónprofética es unarepresentaciónsimbólicade la realidadparala masa,paraquienessiempresonniñossegúnel intelectoy a losquede-biéramosno inquietaren su inocenteignorancia.Avicena no se acogea esteretiradorefugio,acasoporquesupropiaexperienciavital no se lo permi-tía. Por tanto,haydosdestinoshumanos:el de la contemplaciónintelec-tiva de los sabiosy el de los premiosy castigosfuturosde la masa.

La tragediaen sentidointelectual,no afectivo, surgeporqueAvicenano renunciaa su ideal de explicar la realidad esencialepifánica, perotampocoa entenderel destinocorporalde la mayoría de los humanos,aunquereconozcaque es inferior respectoal ideal. El mundoimaginalno esinalcanzableparalos no sabios;la realizaciónde las promesaspro-féticas conducena un hombre perfeccionadoy verdaderoal paraísoimaginal. Paraello. Avicena se ha acercadomás queotros pensadoresalos fenómenosdel inconscientepsíquico,a la religiónpopulary a las di-ferenciasintelectivasentre un tipo y otro de hombres.Pero esta mayorproximidad es conflictiva en tanto queel sabercrítico se impone sobretodo tipo de praxis y en cuantosu radical intelectualismoprima en suidea del doble misteriode la existenciaconcretapersonaly de la vueltaala Realidadprimeray última. Si desdeestaperspectivaleemosde un ladoel Sqá~Na9át, DániS, etc.,y de otra Hay>’ b. Yaqzán,al-tap’, CJ¡q Adhaw¡ya.Macady la Quasidaff-l-nafs. así como la obra aviceniana,pero no de supersonalredacciónla R. al-Mabda wa~l~MaCad. la unidaddel pensamien-to avicenianopareceráevidente,mastambiénel sentidotrágicoquesiem-pre tieneque llevar unacontradicción,pequeñao grande,a cuestas25.

25. La exposicióndetalladade las ideasavicenianassobre el destino del hombrepuedeverseen el excelentelibro del prof. J.R MIcHOT, La destintede Ihonime selonAvicenne, Lovaina, 1986.