El Universo de Las Narraciones

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  • 7/23/2019 El Universo de Las Narraciones

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    EL UNIVERSO DE LAS NARRACIONES

    Los orgenes del cuento1se remontan a tiempos muylejanos, cuando los seres humanos comenzaron a entendersecon palabras. Seguramente tuvieron necesidad deexpresarse y de contarse unos a otros las actividades quehaban realizado durante el da, reunidos alrededor delfuego. En la actualidad, esa vieja costumbre no hacambiado constantemente estamos contando o demandando

    que otros nos cuenten historias.!hora bien, en el terreno de la literatura, es decir, en

    el terreno de la ficci"n, no todas estas narraciones soniguales ni tienen el mismo valor est#tico. $odemosagruparlas seg%n sus caractersticas en mitos, leyendas,cuentos populares o cuentos modernos.

    En los apartados que siguen analizaremos cada unode estos tipos por separado.

    LOS MITOS& son relatos orales de car'ctersagrado en los

    que se narran los orgenes de la existencia, de los dioses, dela vida, del mundo, de los seres humanos, entre otros.

    El car'cter sagrado remite directamente a lascreencias espirituales y religiosas: por este motivo, en losmitos los personajes que intervienen son dioses, semidiosesy h#roes. En la mayora de los mitos, los dioses y los sereshumanos se comunican e interact%an.

    Los episodios que se cuentan transcurren en untiempo mtico, es decir, en un tiempo muy lejano que no se

    puede precisar cronol"gicamente( este tiempo mticotambi#n es, asimismo, un tiempo cercano, ya que est'ntimamente relacionado con el presente. En otras palabras,el presente es considerado como una prolongaci"n de aqueltiempo inicial.

    )tra caracterstica de los mitos es que no tienen unautor conocido, ya que pertenecen a la inventiva de lacomunidad o cultura donde se originan. $ara garantizar su

    permanencia, se transmiten de una generaci"n a otra, conligeras variaciones.

    Si bien presentan elementos fantsticos, los hechosque se narran son considerados verdaderos por lacomunidad. En este sentido, *. +onneyron y L. homas-

    afirman que los mitos utilizan lo ficticio como rodeo, demodo que pueden expresar mejor ciertas verdades.

    $or %ltimo, cabe destacar que son relatosfuncionales:proyectan la vida cotidiana hacia lo sagrado. Enotras palabras, se los consideran modelos decomportamiento social para los miembros de la comunidad.Seg%n !dolfo /olombres0, el mito no s"lo es parte de larealidad, sino lo m's significativo de la misma, en #l secondensan los sentidos que dan lugar a los paradigmas de lacultura.

    LA LEYENDA re%ne las mismas caractersticas que losmitos. 1ncluso para algunos autores leyenda y mito son

    1 En esta fcha se utilizan las palabras narracin-relato-

    cuento con el mismo signifcado. Si bien en rigor cada unade estas palabras tiene un alcance dierente, la intencin deacercar un panorama general obliga a esta reduccin, paraevitar posibles conusiones terminolgicas.2Se utiliza la expresin mitos en plural rente a mito en

    singular, por!ue los mitos son muchos " se entrelazan osuperponen unos con otros, ormando una especie detelara#a de l$mites siempre imprecisos.% &r'd'ric (onne"ron " )oel *homas, Mitos y literatura,

    +uenos ires, ueva isin, 2//0.0 dolo olombres, Celebracin del lenguaje, +uenos

    ires, Ediciones del Sol, 2//.

    sin"nimos. 2o obstante, existen diferencias. !l igual que losmitos, la leyenda es un relato oral, en el que se narran losorgenes de una entidad 3divina, mundana, vegetal, animal ohumana4, transcurre en tiempos remotos, intervienen diosesy h#roes y se presentan elementos fant'sticos. La diferenciaentre mitos y leyenda se encuentra en que #sta %ltima tocaaspectos aislados de la verdad y carece de esa capacidad de

    proyectarse socialmente como modelo de comportamiento.En este sentido, !dolfo /olombres se5ala que las leyendas

    son mitos parcialmente desacralizados6

    .En este contexto, resulta curioso encontrar en losmanuales las siguientes distinciones terminol"gicas mitosgriegos y leyendas americanas. 78u# es lo que conviertea una narraci"n en mito o leyenda? 7$or qu# a lasnarraciones griegas se las consideran mitos y por qu# a lasnarraciones americanas leyendas9 Es verdad que lasnarraciones de los pueblos originarios americanos se

    presentan de forma fragmentada como consecuencia de ladestrucci"n sistem'tica que los espa5oles realizaron durantela conquista. En su af'n de imponer sus mitos cristianos 3losque aparecen en la :iblia4, los conquistadores destruyeron

    buena parte del legado espiritual, religioso y cultural de los

    pueblos originarios.$or lo tanto, tenemos que ser cuidadosos a la hora deutilizar los t#rminos leyenda o mitos, ya que podemos estaradhiriendo a una idea equivocada de lo que una culturaconsidera verdadero en el seno de sus creencias.

    EL CUENTO POPULAR es un relato oral de car'cterprofano. Seg%n el ;iccionario de la

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    animal simboliza alguna virtud o alg%n defecto de los sereshumanos. ;e este modo, la hormiga es industriosa y lacigarra es perezosa. El zorro es astuto y la gacela es ingenua.Estos animales se ven envueltos en episodios en los que se

    ponen en juego los valores morales y #ticos de la sociedad.! menudo terminan con una moraleja o ense5anza, motivo

    por el cual a%n hoy se las utiliza con fines did'cticos.)tro tipo de narraci"n popular es el cuento de hadas,

    tambi#n conocido como cuento maravilloso. Seg%n !dolfo

    /olombres?

    , el cuento de hadas vino a cubrir en Europa elvaco dejado por la muerte de las antiguas mitologas,recreando experiencias y situaciones arquetpicas a trav#s delas cuales las personas podran identificarse. !mbientadoen reinos lejanos y en tiempos imprecisos, el cuento dehadas pone en escena un mundo maravilloso en el queconviven las hadas, las brujas, los animales que hablan, las

    princesas y los campesinos.;e cada cuento de hadas podan existir diferentes

    versiones, seg%n las regiones donde esas historias semantuvieran vivas. En el siglo @A11, /harles $errault B fueuno de los primeros en recopilar narraciones de este tipo,a5adi#ndoles detalles de su propia invenci"n. Entre los

    cuentos de hadas que han perdurado hasta hoy, seencuentran La cenicienta, La bella durmiente,/aperucita as, :os nuevos tra>es del emperador.

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    MUJERCITAS ERAN LAS DE ANTES? Y OTROS

    ESCRITOS11, de $raciela %a!al.3Selecci"n de captulos4

    LAS CHICAS BUENAS VAN AL CIELO

    /on el paso del tiempo, y entre muchas otras cosas, llegu#a descubrir que los libros de mi infancia y, en general, los librospara chicos, estaban plagados de textos mis"ginos y discriminatoriosrespecto de la mujer.

    $ensemos en los cuentos tradicionales.Las protagonistas suelen ser bellsimas, es cierto, pero m's

    tontas que las vacas. an tontas como para comerse las cosasenvenenadas, pincharse a cada rato con agujas, peinetas y otrosobjetos punzantes, abrirles la puerta a los que quieren asesinarlas,confundir a sus dulces abuelitas con bestias feroces.

    !fortunadamente, siempre logran salvarse de muertesespantosas gracias a la intervenci"n providencial 7de qui#n9 de

    alg%n Dombre. >n Dombre que ni siquiera necesita ser prncipeazul. $orque para salvar a una mujer en peligro, basta y sobra unle5ador avispado o un cazador de coraz"n generoso.

    Es que, as como las ni5as de los cuentos son bellsimas,buenas y est%pidas a m's no poder, los hombres son vivsimos,leales y valientes, y siempre est'n dispuestos para acometer con#xito cualquier empresa.

    Los prncipes azules suelen ser, adem's, hermosos, peroel resto de los varones no lo necesita, porque el hombre, comoel oso, cuanto m's feo m's hermoso.

    >no de los defectos graves de las ni5as de los cuentos esla pereza. 2o es el caso de la sufrida /enicienta. $ero, porejemplo, /aperucita, con esa cara de mosquita muerta, dejabastante que desear para ir a ver a su abuelita elige el caminode los alfileres, en vez de elegir el camino correcto el de lasagujas. 3El cuento alude a las malas mujeres que, en lugar decoser lo roto con aguja e hilo, como ;ios manda, prenden todocon alfileres, a la que te criaste.4

    /aperucita, /enicienta, :lancanieves, la :ella;urmiente, son ni5as, incapaces a%n de engendrar. odava noha llegado para ellas Kaunque anda rondandoK la maldici"n fatalde la sangre Kla de la menstruaci"n, la de la p#rdida de lavirginidad, la de los partosK simbolizada en pinchaduras deagujas y ruecas y astillas. Sangre que debe ser ocultada, porquees signo de oprobio, y tiene que ver con la impureza, con lalocura 37a qui#n no se le volvi" loca una parienta por lavarse lacabeza en esos das94, y tambi#n con la mayonesa que se cortay el vino que se vuelve vinagre. 8u# diferente de la sangrevaronil, exhibida con orgullo porque es capaz de lavar ofensas,

    abonar los surcos, sellar pactos y juramentos, contribuir comojugo nutriente a la grandeza de las nacionesM

    En el otro extremo del camino de la femineidad est'n lasmujeres viejas de las que ya huy" la sangre son las brujasabominables, que no pueden engendrar aunque copulen ycopulen 37ser' por eso que son tan a!omina!les?&.

    En el medio, entre las tontas bellas y las brujasabominables, est'n las esposas martirizadas por sus propiosesposos, los cuales, pese a las apariencias, en el fondo Nmuy enel fondoK las aman con locura 3cosa que en general descubrencuando el cuento llega a su fin, pero m's vale tarde... 4.

    J est'n las ogresas alimentadas de sangre fresca,madres desaprensivas que abandonan a sus hijos en el bosque,las esposas de car'cter agriado, capaces de acabar la paciencia

    del m's santo de los varones.

    11Draciela abal, Mujercitas eran las de

    antes? Y otros escritos, +uenos ires,

    Sudamericana, 1BB@.

    $or suerte est'n las hadas. Siempre y cuando no se trate deesas hadas despistadas que se dejan olvidada la varita en cualquierparte, junto con el paraguas. $orque un hada sin paraguas, vaya ypase. $ero un hada sin varita es una in%til total.

    Se sobreentiende que estamos haciendo burdassimplificaciones de un material riqusimo, de profundosimbolismo. Distorias y personajes que ejercen su fascinaci"nsobre chicos y grandes porque est'n hablando de cosas queimportan mucho el amor, la muerte, el odio, los celos, la envidia,la venganza, el hambre, la justicia. J la sensaci"n de estar solo,

    perdido en un bosque y rodeado de espantosos peligros, que escomo tantas veces se siente un chico. J tambi#n un grande.$or eso estos cuentos que, como se5ala :runo :ettelheim,

    marcan el camino de la dependencia al de la independencia sindecirle al chico a cada paso lo que tiene que hacer, suelen tener quever mucho m's con la realidad inmediata que algunas historiaspretendidamente realistas, absurdas paparruchadas en donde nuncapasa nada.

    $ero atenci"n tambi#n es cierto que estas dulces y tontasni5as son, de alguna manera, modelos de identificaci"n.

    Entre los personajes de los cuentos tradicionales norecuerdo ninguna sastrecilla valiente que pueda matar siete de ungolpe 3sean moscas u hombres4, ninguna ni5ita tan animosa comopara despanzurrar gigantes, ninguna gata con botas que se lasingenie para conseguirle a su due5a, la marquesa de /arab's, nodigamos un reino, con prncipe y todo, sino, aunque m's no fuera,un msero ranchito.

    y decididamente no existe en estos cuentos ningunaprincesa rosa o azul Ktanto daK de besos capaces de despertar a lavida a bellos prncipes durmientes.

    MEJOR AFUERA

    OLa mujer, la pata quebrada y en casa, se dice.J tambi#n Las mujeres en el port"n huelen a caca de

    rat"n.S. Las mujeres adentro. /uanto m's adentro, mejor. Las

    mujeres guardadas, custodiadas, encerradas, movi#ndose paraaqu y para all', para all' y para aqu, pero sin ir a ninguna

    parte.Ky todo eso 7por qu#9K$or razones de seguridad.$ero 7c"mo9 72o es adentro de las casas donde se golpea

    a las mujeres golpeadas9 72o es adentro de las casas donde secometen los delitos privados9

    7J los accidentes9 78u# decir de los accidentesdom#sticos9 las que se electrocutan con las tostadorasel#ctricas( las que se queman vivas con el agua de los fideos oel aceite de las papas fritas( las que se desnucan hamac'ndoseen la mecedora o al pisar la patineta Kque alg%n ni5o desalmadocoloc" en su caminoK( las que se intoxican con loslimpiahornos, se ahorcan con la soga de la ropa o se enredanpara siempre en la lana del tejido...

    2i hablar de las que caen al vaco tratando de limpiar losvidrios por el lado de afuera.

    !unque, respecto de este %ltimo caso, una duda meatenacea 7se tratar' de accidentes9 7) las empe5os as mujereslimpiadoras de vidrios, al asomarse y comprobar que el mundoes ancho y ajeno, dicen +a s, yo me largoM, sin acordarse deque el volar es s"lo para los p'jaros9

    $or eso yo sostengo se5oras, mejor afuera.

    MEDIOS Y LIBROS PARA CHICOS

    )bellas bobaliconas o brujas perversas o sufridas amasde casa.

    Fstas parecen ser las opciones que muestran gran

    cantidad de libros para chicos 3libros de uso escolar, cuentostradicionales, seudoliteratura4. 72o son acaso las mismas queactualmente vemos en la televisi"n, la publicidad, las revistasfemeninas9

    Los medios de comunicaci"n contribuyen a fortificar laimagen de la mujer como ama y se5ora 3

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    dicen4, incit'ndola a adquirir artefactos complicadsimos 3y esolo s# por experiencia propia4 que hay que mantener brillantes,que se descomponen y una no encuentra la garanta ... J cuandola encuentra resulta que ya venci", o que falta una firma, unsello, una fecha ... 7J todo para qu#9 $ara exprimir un tristelim"n o rallar una sencilla zanahoria.

    $ero una quiere usar la m'quinaM Si no, 7para qu# se laregalaron con tanto cario el ;a de la +adre9

    2o hablemos del lavarropas, que cada tanto adquierevida propia. Eso, por lo menos, le pasaba al mo, que en el

    momento menos indicado, cuando yo estaba escribiendo oba5'ndome o hablando por tel#fono Ky seguramente para llamarmi atenci"nK, entraba a caminar, largando agua por los cuatrocostados.

    /on el tiempo descubr, y esto es una confidencia, quela %nica manera de controlar a mi lavarropas era hablarle,serenamente pero con firmeza, antes de ponerlo en marcha. Jtodo iba bien hasta el da en que me fui de viaje, y el lavarropastom" una decisi"n irrevocable acabar con su vida. Se incendi"como un bonzo, el pobrecitoM

    ;esde ese entonces ya no tengo lavarropas, porque soyuna mujer fiel a mis afectos.

    Los medios de comunicaci"n no s"lo se dirigen a lamujer consumidora de electrodom#sticos sino tambi#n a lasposibles compradoras de gotas para adelgazar, ceras paradepilar, cosm#ticos para cubrir las imperfecciones, pldoraspara ver el mundo color de rosa, perfumes para ocultar lospropios olores ...

    /laro que esto viene de lejos.En un aviso publicitario de los a5os &I leemos+ujer la fetidez que produce el sudor se quita en

    absoluto y por completo espolvoreando la ropa interior, lospies y los sobacos con los polvos 'ntime. Aenta en todas lasfarmacias.

    )tro, de la misma #poca+ujer desarrollo, belleza y firmeza de los pechos. En

    dos meses, con las pilules orientales.La mujer inventada por la publicidad es est%pida, flaca

    Kmuy flacaK, hist#rica, mentirosa, hip"crita, derrochona, y se

    hace la nena tonta para sacarle cosas al marido. Suele burlarsede las vecinas m's viejas, m's feas y nuevas en el barrio, yenvidia de todo coraz"n a las que tienen secarropas o toman elyogur de moda. /uriosamente, gusta abalanzarse sobre lasmonta5as de papel higi#nico, se adorna el pelo con mo5os depapel metalizado, disfruta sacando manchas de tuco, fregandoinodoros con limpiadores que no rayan, eliminandocucarachas, ratones, polillas.

    /laro que en la publicidad tambi#n aparecen loshombres.

    $ero mientras a las mujeres se las muestra vendiendocomestibles, productos de limpieza, cosas de chicos ycosm#ticos, los hombres aparecen ligados a rubros m's seriosautos, bebidas alcoh"licas, bancos.

    Es que con los hombres es distinto.! un hombre nadie le va a echar en cara los rollos de la

    panza ni la deshidrataci"n de la piel. ! un hombre nadie seanimara a pedirle que oculte sus canas ni que borre lasarruguitas de los ojos, ni siquiera que se ba5eM

    ! las mujeres, en cambio, la publicidad no las dejaenvejecer tranquilas, engordar sin complejos, tirar la chancleta,bah.

    >sted puede representar veinte a5os menos, leaseguran.

    J tambi#nSin dietas, sin gimnasia, sin pastillas, rebaje diez Pilos

    en quince das.

    >na preocupaci"n de las revistas femeninas y de lassecciones especiales de los diarios dirigidas a la mujer y ani5o Ksiempre juntos, la mujer y el ni5oK, est' referida acuidado de la economa familiar. En dichas secciones, escom%n que a la mujer se le aconsejen cosas como #sta

    /on tapitas de gaseosa y envoltorios de chocolates,fabrique su !ijouterie" .

    )tra>tilice los desechos en descomposici"n de la cocine y

    elabore sus propias m'scaras de belleza. Su marido no lereconocer' 3cosa que a veces suele ser bastante conveniente4.

    )tra m's)riginal aprovechando repasadores en desuso

    3atenci"n4, confeccione una salida de ba5o para lucir este verano en la playa.

    !nalicemos esta %ltima propuesta./iertamente, el ahorro es la base de la fortuna. $ero

    7ser' imprescindible, me pregunto, que los repasadores que sevayan a utilizar sean usados9 $orque cualquier ama de casa quese precie sabe por experiencia que, despu#s de un perodo Kyno muy largoK de uso, los repasadores entran a adquirir esedesagradable tinte gris'ceo y ese olor inconfundible a frituraque no ceden por m's que se los sumerja en lavandina, se loshierva, se los friegue a rajatabla, se los extienda al sol...7!caso no sera m's acertado Ksi bien m's onerosoK valerse derepasadores nuevos, comprados ad hoc? 7), lisa y llanamente,prescindir en forma total y absoluta de la salida de ba5o93/laro que si la malla est' hecha con retazos de viejos buzos degimnasia de los chicos, no s# qu# decir ... 4.

    ambi#n est'n los tests.ests que, en general, indagan el verdadero grado de

    femineidad de las que se someten a #l.$or ejemplo, si a usted le preguntan qu# prefiereH. estar echada despreocupadamente en una playa del

    /aribe,&. organizar una deliciosa cena para cuarenta personas,

    usted no dude en elegir la segunda posibilidad. $orque si eligela primera, es muy probable que usted ingrese en la categorade horrible marimacho.

    /aptulo aparte mereceran las telenovelas, que vienencomo anillo al dedo para permitir que las mujeres puedanexperimentar violentas emociones sin correr riesgo alguno. Esdecir viviendo vidas ajenas.

    /asas m's, casas menos, las telenovelas siguen dosesquemas b'sicos el de %enicienta 3chica hermosa, pobre,sumisa, casa con prncipe azul4 y el de $riselda 3despu#s de

    m%ltiples humillaciones, esposa aguantadora logra que suvirtud resplandezca al sol4.

    En ambos casos, el final es feliz. !unque respecto delsegundo especialmente, y en honor a la verdad, creo mi deberhacer reflexionar a las desprevenidas telespectadoras acerca deun hecho inquietante 7qu# edad tendr' la esposa martirizadacuando consiga que su virtud resplandezca al sol9