21
El sentido de Frege, estado mental de segundo orden: replanteamiento prag- mático-cognitivo de algunas cuestiones fregeanas * Teresa BEJARANO (Universidad de Sevilla) RESUMEN: Tras replantear en un mareo cognítivo e interpersonal algunas cuestiones fregeanas, proponemos: 1. Para aquéllos cuyo conocimiento desborda al del hablante, el enunciado tendria sólo sentido. Iii El nombre que funciona como sujeto del enunciado tendría igualmente sólo sentido, porque es para el hablante una visión ajena, una visión incompleta o inco- rrecta, que por ello requiere ser transformada por el predicado. iii. Ni al nombre ni a ninguna palabra puede asignársele referencia: las palabras son categorías sintácticas, no correlatos de parcelas de la realidad. La referencia tradicionalmente atribuida al nombre no es realmente de éste, sino del enunciado. ABSTRACT: Frege’s analysis of Sinn and Bedeutung is reviewed from a cog- nitive and interpersonal perspective. My theses are three. 1. For a hearer whose knowledge exceeds the speakerls, the sentence has only sense. IP Likewise, the noun, as sentence subject, has only sense; it is for the spe- aker not his but another’s image of an item of the world, an incomplete or incorreel image that requires to be trasformed by the predicate. iii. Words do not have references: tbey sbould be interpreted as syntactical catego- * Expreso mi agradecimiento al anónimo informante por sus muy valiosas y útiles suge- rencias. Revista de t-Ylea-ejk, V época. voi. Xiii (20»>. núm 23, páge 213-233, Senick & Publicaciones. Un¡vcrsidad Conipiutensc Ma&id

El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

  • Upload
    others

  • View
    5

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentidodeFrege, estadomentaldesegundoorden: replanteamientoprag-

mático-cognitivode algunascuestionesfregeanas*

TeresaBEJARANO(Universidadde Sevilla)

RESUMEN: Trasreplantearen un mareocognítivo e interpersonalalgunascuestionesfregeanas,proponemos:1. Paraaquélloscuyo conocimientodesbordaaldel hablante,el enunciadotendriasólosentido.Iii El nombrequefuncionacomosujetodel enunciadotendríaigualmentesólo sentido,porquees parael hablanteunavisión ajena,unavisión incompletao inco-rrecta,quepor ello requieresertransformadapor el predicado.iii. Ni alnombreni a ningunapalabrapuede asignárselereferencia: las palabrasson categoríassintácticas,no correlatosde parcelasde la realidad.Lareferenciatradicionalmenteatribuidaal nombreno es realmentede éste,sino del enunciado.

ABSTRACT: Frege’sanalysisof SinnandBedeutungis reviewedfrom acog-nitive and interpersonalperspective.My thesesarethree. 1. For a hearerwhoseknowledgeexceedsthe speakerls,the sentencehasonly sense.IPLikewise, the noun,as sentencesubject,hasonly sense;it is for the spe-akernot his but another’simageof an item of the world, an incompleteorincorreel imagethatrequiresto betrasformedby the predicate.iii. Wordsdo not havereferences:tbey sbouldbe interpretedas syntacticalcatego-

* Expresomi agradecimientoal anónimoinformanteporsus muy valiosasy útiles suge-

rencias.

Revista de t-Ylea-ejk, V época. voi. Xiii (20»>. núm 23, páge 213-233, Senick & Publicaciones.Un¡vcrsidadConipiutenscMa&id

Page 2: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

2 14 Teresa Rejarano

ries,not as correlatesof items of the world. And the referencetraditio-nally attributedto nounsshouldbe ascribedto the fulí sentence.

1. La referenciadel enunciado

Fregeseplantea:“¿Cuál esla referenciadel enunciado?Supongamosqueelenunciadotiene unareferencia.Si sustituimosen él unapalabraporotra delamismareferencia,perode distintosentido,estono podrátenerningúnefec-to sobrela referenciadel enunciado.Sinembargo,vemosque,en talescasos,el pensamientocambia; pues,p. e., el pensamientodel enunciado‘el luceromatutinoes un cuerpoiluminadopor el sol’ es distintodel enunciado‘el luce-ro vespertinoes un cuerpoiluminado porcl sol’. Alguien queno supieraqueel lucero vespertinoes el lucero matutinopodría tomarun pensamientoporverdaderoy otro por falso” (Frege,1892/1971,p. 58).

Y traslo anterior,concluye:“Un enunciadocontieneun pensamiento—uncontenidoobjetivo, apto paraser propiedadcomúnde muchos—. (...). Esepensamientono puedeserla referenciadel enunciado;por el contrario,debe-mos concebirlocomosu sentido. (...). Nos vemosimpulsadosa admitir elvalorveritativo de un enunciado(esdecir, la circunstanciade queseaverda-deroo de queseafalso) como sureferencia.(...). Ensamblandosujetoy pre-dicado siemprese consigueúnicamenteun pensamiento,pero no se pasanuncadeun sentidoasu referencia:’(ibidemp. 58, 60, 61).Y lineasmásade-lante ratifica su conclusiónformulándoladeotro modo.“Si es correctanues-tra suposiciónde que la referenciade un enunciadoes su valor veritativo,entonceséstedebepermanecerinmodificadocuandounapartedel enuncia-do se sustituyepor una expresiónde la mismareferencia,pero de distintosentido.Y, de hecho,éste es el caso.Realmente,¿quéotra cosasino el valorveritativo podría encontrarseque pertenezcacon toda generalidada cadaenunciadoen el que interesela referenciade suspartescomponentes,y quepermanezcainmodificadoen unasustitucióndel tipo mencionado’?”(ibidem,p. 62). (A estaconclusiónllega Fregetambiénporotra vía - la saturacióndela función “ conquistólas Galias” con el objeto “César” proporcionaelvalory y conotro objeto cualquiera,el valor E—. Pero estasegundavía, novoy aquía enfocarla.Comoya indica el título, el presentetrabajono aspiraaexponerla doctrinade Frege. Si tuvieraque describirmis propósitos,diríaque intento aprovecharen un nuevo mareolos problemasque él descubrió—descubriócomotalesproblemas—).

Page 3: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido dc Fregct estado mental de segundo -,,dc,t 21 5

Aqui vamosa replanteamosla argumentaciónde Frege.Desdeluego,élapuntaa un hechoindiscutible cuandodice quesi sustituimosen el enuncia-do unapalabraporotra de lamismareferencia,perode distinto sentido,esto,queno tieneningúnefectosobrela referenciadel enunciado,puedehacer,sinembargo,que el pensamientocambie.Ahora bien, ¿esnecesarioque de esehechoextraigamosla mismaconclusiónqueFrege’?

Paraempezar,citemosun párrafode lamismaobrade Fregea laqueper-tenecíanlos anteriores:“Ntiestro propósitoal hablaro al pensarde la Lunano es hablar de nuestrarepresentación,y tampoconos conformamoscon elsentido,sino quepresuponemosunareferencia”(p. 57). Es decir,el hablantese propone hablar de la referenciamisma. Ahora bien continuamosnoso-tros--, con lo quede verdadse hablaes con enunciados,no conpalabrasais-ladas.Entonces,¿porquéla referenciadel enunciado(esdecir, la referenciade aquello quees realmentela unidadde habla)no va a consistiren las cosasconcretasque el enunciadosignifica? Al hablantedel enunciado,Eregelearrebataindebidamentede la bocala referencia.Así pues,nuestroprimerpunto no hacesino recogerlacrítica contraFregemás usual y consabida.

1) Un enunciadosincerotienecomorejérenciala ¡validadconcreíade la

quetrata (En estepunto,lo quequiero enfocares queelhablantede un enun-etadoestaríaapuntandoa una referenciaconcreta.Qué sucedacon el nom-bre, o, másen concreto,con el términosujeto, y cómohaya,en consecuen-cia, queentenderexactamentela referenciadel enunciado,esoes una cues-tión queabordaréen el punto tercero).

Paracl hablantela referenciadel enunciadoes la realidadde laqueallí setrata. Pero podría aquíreplicarseen defensade Frege-- la restriccióninicialcon laquescabrelaorac-~anterior,ese“parael hablante”,ya dejaclaroquese trata sólo de un pensamiento.En este punto hemosllegado ya a la clavedel asunto.

Esaclaveconsisteen queaquítenemosdos modosde entender‘referen-cia’. Por un lado y estoes lo que importabaen el párrafode Frege sobrelaLuna antescitado—se considerabaa qué realidadel hablantequeríaapuntar.Por otro lado y este otro modo de entenderse impone de pronto cuandoFregepasaaenfocarel enunciado—,el queel enunciadotuvieraunarealidadconcretacomo referenciaexigiría que el hablanteconocieracompletamentetal realidad(y eso lo habíacalificadoal principio como“conocimientocom-pletoqueimplicaria que,de cadasentidodado,pudiéramosindicar inruedia-

Page 4: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

216 Teresa Be/arano

tamentesi le perteneceo no, y que no logramosnunca”,p. 52). Llamemosreferencia-ia la referenciadel hablanteingenuo,es decir,del hablantequenoes,en esemomentoal menos,conscientede ladiferenciaentrela realidadtalcomo él (de modo imperfecto) la conocey la realidadmisma.Y llamemosrefereneia-m,o referenciametafisica,al inalcanzableconocimientocomple-to. Estáclaro quela referenciametafísicano podráasignarsea nadadel len-guajehumano.Poreso, cuandoFrege,al pasara tratardel enunciado,subedepronto el listón acercade qué sea la referencia,y empiezaa entenderéstacomo inalcanzable,no puede tomar otra decisiónque aquéllaque hemosvisto, a saberla de quitarlede labocaalhablantela referencia.A quéqueríaelhablantereferirsecon suenunciado,esoya no lo consideraEregela refe-renciadel enunciado.

(¿Porqué da esepasoFrege?Podemossuponerqueun motivo poderosofue el hechodequela referencia-ila teníaél yaasignadaal nombre,y de queno querría,pues,quese confundieranlas referenciasdel términoy del enun-ciado. En la base,pues,estaríael supuestodel que trataremosen nuestropunto tercero).

Desde luego, atendiendoa la referenciametafísica,es completamentelógica la conclusiónde Frege.El único contactoque podemostenercon lareferenciaasí entendida(con la realidadcompletay en sí misma, o sea, noparcial,no comola pensamos),es el encontrarqueun determinadoensam-blaje de sujeto y pensamientoquedarespaldadopor la realidad,puestodo loquequedemásalLá de eso, todo lo queseaaspirara asirtal referenciamcta-física, es absurdo.Sólo el valory o el valor F, por tanto.Unamismareferen-cia, pues,paratodoslosenunciadosverdaderos,tratende lo quetraten1.

Esacoincidenciadetodos los enunciadosverdaderosseríatambiénlo queseobtendría

si, contraviniendolos límitesdenuestracapacidadcognitiva, fuéramos -suposicióneontrafác-tica--capacesdeasir lareferenciametafisicacontodossusinacabablesrasgos.Enefecto,paraconocerdel todo la másminíma cosa,tendriamosqueconocertodo el universoa lo latEo detoda su historia. 1k e., senecesitaríaconocerla situaciónen la quese hallabanencadainstan-te de la historiadel universolas moléculasde la cosaen cuestión,y los átomosdeesasmolé-culas,y los electronesde los átomos....(Másquecon el llamado‘argumentodel tíraehinas’deChurcho Davidson,hepreferidodesplegarde eseotromodo lasconsecuenciasde la acepciónmetafisicade ½eferencia’.En efecto, la invocación a la curiosidadinacabablequepodríaiie-gar a apuntaral todo a partir de cualquierhechome resultaun argumentomásconvincente,másreveladordel ‘grano desal’ que - cuando se adoptala acepciónmetafisicade la referen-cia—serevelaenesalínea). Davidson, 1969, p. 752-753,llama“el GranHecho”justamenteaeseconocimientodel universoenteroenel quecoincidiríantodos los enunciadosverdaderossi, contraviniendonuestras3imitacionescognitivas,pudiéramoscaptar la realidadcorrespon-

Page 5: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentidodc Irege, estadomental desegundo orden... 217

La discusiónentrelosmuchosqueasignancomoreferenciaal enunciadoverdaderoun hecho o situaciónreal, y aquellosotros que, como Frege,leasignanmeramenteun valor veritativo, sería,pues,el reflejo de la dualidadde acepcionesde ‘referencia’. Quienesatiendena la referenciaingenuadelhablante, harán al enunciadocorrespondercon la situación2, y quienesentiendenLa referenciacomo la referenciametafísica,tendránqueoptarporel valor veritativo. Pero¿cómosurgenesosdos diferentesenfoques?

Volvamosal argumentode Fregeacercade la referenciadel enunciadoycaractericemoscuálesson exactamentelas sustitucionescorreferencialesquecausanel efectodramáticoque lleva a laconclusión.Si tales sustitucionesseeligen en el interior del conocimientodel hablanteoriginario, si paraelegir-ías no se sale de esoslímites, entoncesno hay efectodramáticoninguno:cualquierade esasnuevasformulacionesdel enunciadoseguiráapuntandoparael hablantea la misma realidad.Es decir, que toda la fuerzadel argu-mento descansaen que hemostraspasadolos límites de la referenciadelhablante,y, por tanto,suconclusiónno debeextendersea la referenciainge-nua del hablante.Con el pretexto de que el hablanteno es omnisciente,o,dicho de otra forma, no poseela inalcanzablereferenciametafísica,no hayderechoa quitarlede la bocaal hablantela referenciaa la queél apuntaba.

2. El sentido del enunciado

Así pues,el queesareferenciadel hablantellegue a aparecercomomeropensamiento,o, dicho de otro modo,comopresentaciónparcialy limitada dela realidad,eso,repito, ¿cuándosucede?Sucedesólo cuandohemosido másallá de los límites cognitivosde esehablante,y, por tanto,cuandolo estamosviendodesdefuera. La primerapersonadel hablanteoriginario se haconver-tido ahoraen tercera--o, más bien, en segunda—personaparaquieneshan

dienteal enunciado.PeroDavidsonno olvida las limitacionescognitivas, y sólo usael (iranHecho comoargumentoparareduciral absurdola ideadecorrespondenciaentreun enuncia-do y un hecho. Lo mismoes lo que concluyeFrege,ya lo hemosvisto. Despuésde pasarseala referencia.metafisicacomomodo dc entenderla referenciaconcretadel enunciado,no lequeda,salvoqueolvidara las limitacionescognitivas,otraopción quela de la referenciaabs-tractao merovalor dc verdad.

2 ‘Situación’ o ‘hechos’esla terminologíausadaporesosautores.Yo no mecomprometocon ella. En el punto tercero,cuandopresentemi propuestasobreel nombre,y másen con-ereto,sobreel nombrequefuncionacomosujetodelenunciado,entoncesseráel momentodere,víndicarmi propiamaneradeexplicarla referenciadel enunciado.

Page 6: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

218 Teresa Bqarano

heredadoel enunciado,y, correlativamente,la referenciaingenuadel hablan-te originario se ha convertidoen una visión ajenay deformadade lo desig-nado.

Nuestrasegundapropuestava, pues,a ser:

2) El sentidodel enunciado,el enunciadocomomeropensamiento,es

justo lo quela referenciaingenuadel hablantepasaa sercuandoesvistaporotra persona con un punto de vista diferente al del hablante. Y esos dosmomentosdel enunciadohan deser diférenciados:en el primer momento,lo

quedice el enunciadoes referencia,y en el segundomomento, eso mismo essentido.

La referencia-i,o ingenua,del enunciadoes la del hablanteoriginario enprimerapersona.Cuandoel hablanteoriginario es visto desdefuera, y fun-ciona, pues,como segundao tercerapersonade alguienconun acervocog-nitivo diferentesobrelamismacosa,entoncesla antiguareferencia-iaparececomo mero sentidoo pensamiento,es decir, como mero producto de unamentelimitada querefleja imperfectamentela realidad.El Sinn sería,segúneso,intrínsecay exclusivamenteinterpersonal.Y laempresaqueFregequisollevar a cabo, exigiría de modo indispensableel diferenciarlos puntos devista de la primera personay de la segundao la tercerapersona.AunqueFregeno lo consideraraasí,la comunicacióny lo dialógicoresultanestarenel núcleode las cuestionesquele hemosvisto plantear3.

Ya hemospresentadonuestrasegundapropuesta,a saber,que el Sinn

surgecuandoaquelloque parael punto de vistadel hablanteoriginario erareferenciapasaaversedesdefuerade esehablante.Ahora mostraremosqueesoencajaconalgunasafirmacionesde Frege.Esasafirmaciones,que,en míopinión, coincidenconlospuntosmáslúcidosy profundosde “Sobreel sen-tido y la referencia”,aparecen,por un lado,cuandoFregeculminasusesfuer-zosparacaracterizarel sentido,y, porotro lado,cuandoexponelo quehasidollamado ‘el puzzlede los contextosactitudinales’.

Veamosestepuzzle. “La referenciadel enunciadosubordinadono puedesersu valor veritativo. Esoes unaexcepcióna la reglageneral,peroque en

3 Cuandola Filosofia delLenguajegiró hacialo comunicativo,scempezóporatenderalos actosdehabladel tipo debautizar,ordenar,bendecir...,y clío fee,desdeluego,oportunoyconveniente.Pero la función enunciativacomún, la predicación,no atrajo interés;pareciacomosi ella frieraantetodo el territoriode los lógicos.Esedesinterés,creo, fue lamentable.

Page 7: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido de Erege, estado mental de segundo orden... 219

absolutodesautorizatal regla.La falsedadde ‘las órbitasde los planetassoncirculares’ no impide que seaverdaderoel enunciado‘Copérnicocree quelas órbitasde los planetassoncirculares’. La referenciadel enunciadosubor-dinadoes un pensamiento”(p. 64-65). Esto es unailustraciónperfectadelprocesoque nosotroshemospropuestoparaexplicar cómo un enunciadosimple puede serdespojadode su referenciay reducidoa tenersolamentesentido.El sentidoo pensamiento,lavisión queaparececomodeformada,eslo único que quedacuandoel enunciadoes visto desdeotra personaquetengaun gradode conocimientodistinto sobreel asunto.Si esaotra personaes el oyentedel enunciado,entoncesesapersonatratarácomosegundaper-sonaal antiguo hablante.En cambio,en el casode los contextosactitudina-les,esaotra personaes exactamenteel hablantedel enunciadocomplejo,esdecir,alguien que asignala tercerapersonaal hablanteoriginario, o sea,aCopérnico.Si el hablantedel enunciadocomplejohubiesetenido el mismogradode conocimiento(o, máspropiamente,de ignorancia)queCopérnico,entonceshabría utilizado ‘Copérnico sabe’ y no ‘Copérnicocree’, y nopodríajuzgarcomo verdaderoese enunciadocomplejosin tambiénjuzgarcomo verdaderoel subordinado4.Luego la clave estáen que el enunciadocomplejoseadicho másallá de los limites mentalesdel hablanteoriginariodel enunciadosimple.

Pero en Fregeel despuésllamadopuzzlede los contextosactitudinalestambiénapareceaplicadoal nombre—aparece,en efecto,en la primerapartede “Sobre sentidoy referencia” (la dedicadaal nombre), y no sólo en lasegundaparte,o partededicadaal enunciado—.Así él nos dice queen el esti-lo indirecto, o (como másprecisay abarcativamentepodemosahoradecir),en la subordinadade los contextosactitudinales,y —puntualizandode nuevomasallá de la formulaciónde Frege---sólo si ahí se optapor unaversióndedicto, en esoscasos,repito, sucedequelas palabrasse refierena lo quehabi-tualmentees su sentido.fin ‘Colón dijo que las tierraspor él descubiertas

4 Lo mismo deberíasucederen los enunciadoscomplejosactitudinalescuyo sujetosea‘yO’ y cuyo verbo principal estéen presente.Sin embargo,estose complicaun poco.ComoBenveniste.1958 ¡ 1972, p. 184-185.supo ver, se da una asimeiríade significadoentre‘yocreo’ y lasdemáspersonaso tiemposde‘creer’. Esaasimetríalleva a la cícenciadel ‘yo creo’a teñirsede una sombra deduda,mientrasqueen las demáspersonaso tiemposla creencia

puedesersubjeiivamentelan firme comoquiera. I.a sensatezy sentidode economíadel len-guaje resplandecenen esacuriosaasimetría.En electo,sin ella, o sea,con el significadodecreer’manteniéndoseinmutablea. lo Jargode todasu conjugación.‘yo creoquep’ no podria

aportarsitio unaredundanciaabsurdaa ‘p’.

Page 8: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

220 Teresa Bejarano

eranricas en oro’5 no podemossustituir ‘las tierraspor él descubiertas’por‘América’, no podemoshacerlo,al menossi queremosser fielesa la menta-lidad de Colón. Esesentidono suponerealmente,nótese,carenciade víncu-los con la realidaden cuestión,sino sólo un atenimientoa unavisión defor-madadetal realidad.Esavisión deformadade la realidadencuestiónes unavisión ajenaal hablante(si no fuera ajena al hablante,éste no la juzgaríadeformada),y unavisión queél, el hablante,sientecomopropia de lamen-talidad de Colón. El sentidocomo interpersonalno puede seraquímáslla-mativo. Y laclaveno estáen lasubordinación,ni siquieraenlasubordinaciónrespectoa un verbo de decir, sino sólo en la atenciónaunamentedistintadelapropia.Nótese,en efecto,que tras ‘Yo aseguroque’, p. e., no cabequeelhablanteoptepor unaversión de dicto (cualquierdesignaciónque él puedadarle al objeto mencionadoen la subordinadadesignaráparaél el objeto encuestión).

Pero con toda esta revista del tercer puzzle no estamosdiciendonadanuevo:esaexigenciade interpersonalidaddel Simmestáen Erege.Despuésdehaberadmitidoque en el lenguajenaturalpuedehaberun solo signoparasen-tidos diferentes—un solo signo “Aristóteles” paraacervosde conocimientodistintossobreel asunto(p. 51, nota 2)—, es decir,despuésde que el sentidohayadejadode tenercorrespondenciabiunívoca con el significante, Fregetienequedefenderal sentidofrenteala posible(y muyreal, posteriormente)acusaciónde queseríaprivado, y por tanto,no operativoparael estudiodellenguaje.Y esoes justo lo quehaceen el párrafosobrela representaciónoVorstellung.

Pero de momento,la diferenciadel sentidofrente a la representación,pareceFregeplantearla,másque como interpersonalidaddel sentido,comoobjetividadimpersonalfrentea subjetivismo.“Mientrasqueno existeningu-na objeciónparahablardel sentidosin más,en el casode la representación,en cambio,paraser estrictos,hay que añadira quién pertenecey en quémomento” (p. 54-55). Estoparececoncordarcon la definición bajo la quepresentóel ‘sentido’: “modo de darselo designado”(p.50), conel ‘darse’engeneral,o sea,a nadieen particular

Pero en seguidaFregese autoobjeta:“Quizá alguien diría: Al igual queconla mismapalabrauno asociatal representación,el otro tal otra, también

Construyoyo el ejemplo,porqueno hayejemploen Frege. Se imita a afirmarque“enel estilo indirecto, las palabrasno tienensu referenciausual,sino quescrefierena lo quehabí-tualmentees su sentido” (p. 53).

Page 9: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El senfido de Frege, estado mental de segando orden... 221

puedeuno asociarletal sentido,el otro tal otro” (Encontramosahí de nuevola ideaque admitió en la segundanota de “Sobre sentidoy referencia”,esdecir, la ideadequeel sentidode “Aristóteles” de tinapersonapuedeserdife-renteal sentidode “Aristóteles” de otra).Y entoncespasaa formular de unmodo másadecuadola diferencia: “Eso no impide que ambosconcibanelmismo sentido; pero no puedentener la misma representación”(p. 55).Concebirel mismo sentidode Aristótelesdos personasquede entradateníandos sentidosdiferentesde Aristóteles:esoclaramenteestáenfocandoya lacomunicacióninterpersonal.“El sentido,como la imagen en el cristal deltelescopio,es,en verdad, sólo parcial, y dependedel lugar de observación;pero,contodo, es objetivo,en la medidaen quepuedeservir a varios obser-vadores”(p. 55).

¿Quelarepresentación,aunqueintransferibleen principio, puedellegarasercomunicadade algúnmodo en la poesía’?Así es —reconoceFrege—.Pero,trasesereconocimiento,da laúltima vueltade tuercaa su formulaciónde ladiferencia.La transmisiónde la representaciónse hace“mediantematicesyénfasisqueno son objetivos, sino que el oyenteo lector ha de dejarsellevarpor las alusionesdel poeta.(1,) Nuncapuedeaveriguarseexactamenteenquémedidanuestrasrepresentacionescorrespondena los propósitosdel poeta”(p. 56). 0 sea,el sentidoha quedadodefinidoal final comolo quees comu-nicado de un modo exacto. Y, por tanto, lo que alguien puedateneren sucabezabajo el signoAristóteles,no llega a ser tín sentidoa menosque seacomunicado,y mientrasqueno lo sea,aquellono seríaasuntodel lenguaje,sino sólo de la psicologíaindividual. La línea anterior,aunque,por un lado,pueda sonara teoría neomillianaantifregeana(a la crítica que Wettstein,1986, hacede los puzzles,concretamente),se podríatambién,por otro lado,presentarcomo unaglosafiel de Frege.

3. ¿Referenciadel nombre?

Ahora es yael momentode volver a plantearnosla cuestióndel nombre:¿Tieneo no tienereferencia?Y a la vez hemosya de perfilarnuestraposturaacercade la referenciadel enunciado.Nosotrosproponemosqueel enuncia-do tienecomoreferenciala referenciaingenuadel hablante,y que éstaes lacosaconcretaa queel hablanteapunta(no la ‘situación’ o ‘los hechos’,ter-minologíaquepretendeubicaren la realidadlo quees —argúiremosen segui-da en pro de ello — sólo unaestructurasintáctica).Pero ¿quéhay, entonces,

Page 10: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

222 Teresa IJejarano

del nombre?Si el nombreno designala referencia(y no podemosnosotrosaceptarquela designara,porque,de sucedereso,no sediferenciaríannombrey enunciado),¿cómohacemosentoncesjusticiaala intuición de quelos nom-bres (ya seansustantivoscomunessuficientementedeterminados,ya seannombrespropios) tienenquever con parcelasde la realidad?Antes, al exa-minarelpuzzlede los contextosactitudinalesen suaplicaciónal nombre,yaadelantamosalgo. Pero ahorahayque empezara elaborarrealmentelo queseránuestropunto tercero.

Si confiamosen nuestrapropuestaacercadel enunciado,tendremosquebuscarcómoquitarleal nombrela duplicidadde valores(referenciamássen-tido) queFrege(en los casosnormales)le atribuye,y dejarlo consólo senti-do. Y para conseguiresorespectoal nombre, la reformulaciónque arribaexpusimosde las nocionesde referenciay sentidodel enunciadocompletovaa servirnos.Recordemosque,segúnlo queparael enunciadopropusimos,lareferenciaingenuadel ‘hablanteen primerapersona’,la referencia-i,no lle-vabaaparejadoningúnsentido.Por supuesto,el hablanteencuestión,comocualquierserhumano,sólo conoceríaalgunosrasgosde lacosareal; y de ahíque su referencia,comparadaconla referencia-mo metafísica,serásuperfi-cial, limitadísima,e infinitamente mejorable.Peroeso,por indiscutible quesea,dejatotalmenteenpie el hechode queel hablantemismono ve en ellanada de deformación,o reducción,mentalde la realidad (Podráél, desdeluego, tenerasumidoen generalsu falta de omnisciencia.Pero en cadaunade suspredicacionescomunicativasnormales,no puedeestarrealmentecon-frontando su propia y mejor creenciavigente sobreel asuntocon algo —clconocimientocompleto—que no es susceptiblede ser pensado,sino sólo,podríamosdecir,de seranhelado).Ahora bien, precisamenteesjusto eso, osea,el percibir la deformaciónmentalde la realidad,lo quehemospropues-to que daríalugaral sentido—al enunciadocomoun mero sentidoo pensa-nuento—. Puesbien,así tambiénes---vamosaproponer—comosurgiríacl sen-tido en el nivel del nombre.

El sentidode los nombresnormales(o sea,exceptuandosólo los casoscomo ‘Ulises’ o ‘la seriemenosconvergente’)apuntaél tambiéna unacosareal, y esa funcióndeapuntar,la hacepor sí mismo, sindelegaría,sino sien-do justo un sentido.Precisamentehay —ya lo vimosarriba— un momentoenel quelaexposiciónfregeanacoincideconesto.En laversión quedespuéssellamaríadedicto de ‘Colón dijo quelas tierraspor él descubiertaseranricasen oro’, ¿acasotenemosqueponerlo queFregellama sentido—a saber,‘lastierraspor él descubiertas’—a la mismaaltura que ‘el unicornio’?Estáclaro

Page 11: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido de Frege. estado mental de segundo orden... 223

queno: la imposibilidadde la sustituciónpor ‘América’ o por ‘el nuevocon-tinente’ es totalmentecompatibleconelhechode queconectemosconla rea-lidad designada,aunquetengamosqueserconscientesdel envoltoriomentaly deformanteconqueahí se nos sirve tal realidad6.

Comoyahe dicho, estoes lo mismoquesehabíapropuestoparael enun-ciado. En el nivel de éste,en efecto, la diferenciaciónque hemospropuestoentresentidoy referencia-i(referencia-ies, recuérdese,la referenciaingenuaque cl hablantele da al enunciadocompleto)no tiene nadaque ver con laconexióncon lo real --ambosconectancon lo real--, y no tieneque ver tam-poco con las limitacionescognitivashumanas--en ambosestánigualmentepresentesesaslimitaciones---.La diferenciaentresentidoy referencia-iestri-ba sólo en que esaslimitacionescognitivasson percibidascomo talesen elsentido,perono en la referencia.Así pues,nuestrapropuestasobrela inter-personalidaddel sentidova bastantemásallá de toda la insistenciade Fregesobretal punto. Paranosotros,en efecto,esono seriaun requisito añadido,sinojusto todala clavede lo queconstituyeal sentidocomotal.

Peroesadeformaciónmentalajenacon la quehabríade percibirselacosareal, o sea,ese requisitoqueexigimosparaquealgo, no sólo un enunciado,sino también un nombre,sea un sentido, ¿secumpliría en aquelproblemaanteel cual precisamenteacuñaFregela nociónde sentido?Puesla imposi-bilidad de algunassustitucionescorreferencialesen el interior de las subor-dinadasde los contextosactitudinalesno es elproblemaoriginario de “Sobresentidoy referencia”.El primer puzzle,el originario, es el de la identidadnotautológica,o, dicho de otro modo,el de la diferenciade pensamientoo decargacognitivaquehay entre‘El lucerode lamañanaesel lucerode lamaña-na’, tautologíasuperflua,y ‘E! lucerode la mañanaes el lucerode la tarde’,juicio portadorde unainformaciónqueen ocasionespuedeserinteresanteyqueen un momentode lahistoria supusoun auténticodescubrimiento.Al tra-

6 Porsupuesto,al admitir queel merosentidoconeetaconla realidad(aunqueseaconmíarealidadpresentadaen un envoltoriomental y deformante),en cuantoadmitimoseso, repito,va lenemosquerenunciaral otro cometidoqueFregeconfiaasu noción dc Sinn. ‘Ulises’ o ‘laserle menosconvergente’“tienen sentido perono referencia”, nos habíadicho Frege. Peroahoranosotros(y tambiénFregecuandoafirmabaqueel nombreincluido en la subordinadade los mensajesen estilo indirecto tiene “sólo referenciaindirecta, esdecir, sólo su sentidohabitual”) estamosentendiendode otro modoel Sian. Este segundomodo,el quea nosotrosnosinteresa,aparecesólo enel usodel lenguaje.Lo quehaceespecialesa ‘Ulises’, o ‘la seriemenosconvergente’tienequever, en cambio,conesosnombresaislados,o sea,conesosnom-bresconsideradosdentrode la enciclopedia,tantoacadémicacomomundana,de unos deter-minadoshablantes.

Page 12: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

224 Teresa Rejerano

tar eseproblemaconcretoes cuandoFregepresentala acuñaciónconceptualy terminológicade ‘sentido’. Los nombresno puedenestarpor susreferen-cias si es que queremosevitar queel segundotipo de enunciadoseatan tau-tológicocomoelprimero.Perotampocopuedenestarporsussignos—la solu-ción llamadametalingilísticaqueFregetanteóen sujuventud,no la conside-ra ahoraválida—, puesello confinaríaal planomeramenteléxico lasdiferen-cias y no explicaría,pues,el hecho de que el segundotipo de enunciadopuedasuponerun avanceen el conocimientode la realidadmisma.La iden-tidadpuedeserno tautológicaporquelo queel juicio identifica son—conclu-ye Frege—sentidosdiferentes,modosdiferentesde darselamismareferencia.Nosotros,estoya se sabe,puntualizaríamosesaafirmaciónde Frege.Porunlado, el nombre—y en concreto,el término sujetodel enunciado-,sin detri-mentode su vinculaciónconla realidaden cuestión,tendríasólo sentido,osea,estaríasólo por la realidaden cuantoreconocidamenteparcialy defor-mada.Y, segundo,la referencia,la referenciaingenua,la reservaríamosparael enunciado.Pero ¿seresuelveasi el problema?,¿sonesasreformulacioneslo único que debemosañadir sobrelacuestiónde la identidadno tautológi-ca?

El puzzledela identidadno tautológicano se resuelvemientrasno pre-cisemoscuál es el sentido,cuál la cargacognitivaque ahí se estámanejan-do. Fregenos dice, sí, que ese sentido,esa cargacognitiva,ha de sercom-partible. Pero,en principio ¿dequién es ese sentidoo cargacognitiva?Hayquerespondera esapregunta,porquesí esesentidoo contenidocognitivo seconsiderarael queel hablanteposeede tal referencia,entoncesel puzzlerea-parece.

En efecto, el modo como se le presentala realidad al hablante,la cargacognitivaque éste tiene acercade tal realidad, esoincluye forzosamenteelrasgodel predicadoque ese hablanteva de inmediatoa añadirleal términosujeto. Luego,si el ‘modo de darse’quese estámanejandoen el enunciadofueseel ‘modo dedarse’queespropiodel hablante,entonceslaañadiduradelpredicadoseríaforzosamentesuperfluay redundante.Paraqueseaposibleunenunciadode identidadno tautológico,hay quehacerunaprecisión,laquescexponeen nuestrotercerpunto.

3) La carga cognitiva del término sujetoha deser no lo queel hab/ante

conocedetal cosaexterna,sinolo queél, el hablante,suponequesobreesacosa la audienciaconoce.7

7 Estoequivalea lo que en la ‘teoria (queel sujetotiene) de la mente(ajenay propia)’se

Page 13: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido de Frege, estado mental de segundo orden... 225

Peroentonceslo quealhilo del primerpuzzlehemoshalladorespectoalnombrecoincidecon lo queantespropusimos.En ‘a es b’, a esjustamentelo quehemosllamadonosotrossentido:en efecto,conesenombreelhablan-te estaríaapuntandode modo inmediato,no a lacosareal misma,sino a esacosabajounavisión mentalque el hablantecaptacomoajenaa él y defor-madora.Y la referenciaingenuadel hablante,lo que él captacomo la cosareal misma, seríaaquelloa lo queel enunciadocompletoapunta.Así pues,la referenciaseríasólo del enunciado,y, a su vez, el sentidoseríasólo deltérminosujeto.Y de ese modo aquellaamenazaqueaparecíacuandorecha-zamoscomoreferenciadel enunciadotantoel valor y o V como igualmen-te elartefactomeramentelingúistico del hechoo situación,es decir, la ame-nazade queenunciadoy nombrecoincidieranen tenerla mismareferencia,ha sido conjurada.

Podemosformular de otro modo lo anterior.Preguntémonosquéresulta-ra sí a la referencia(referencia-idel enunciado,se entiende),le restamosloaportadopor el término sujeto.Esoequivale,segúnnuestrapropuesta,aquenos preguntemosquées lo quehay queañadirleal sumando‘la cosasegúnlavisión deformadaque, ajuicio del hablante,el oyentetienede tal cosa’ paraquela sumatotal equivalgaa lo quees la realidadde lacosa(parael hablan-te, claroes,puesestamosen la referencia-i).El segundosumandoha de seren nuestrapropuestajustamenteel predicado,es decir, el rasgoque, o bienseríadesconocidopara el oyente y pasaríaa serun predicadoafirmativo, obien seríaincorrectamenteatribuidoporel oyentey pasaríaentoncesa serunpredicadonegativo:decualquiermanera,pues,elpredicadoseríajustolo quese necesitaparaqueel hablantecorrigiera ladeformación(pordefectoo porexceso)queacercade la cosaél ha detectadoen eloyente.

3.1. ¿Por qué nuestropunto tercerose ciñe al términosujeto?

Perose habránotadoqueen los últimos párrafosestamosatendiendoengeneralal sentidode todoslos nombresque desempeñanel papel de sujeto(o, másexactamente,el papelde elementotemático8),y nos hemosolvidado

viene denominando‘captaciónde la creenciafalsa ajena’o ‘metaereencia’,o también,conDennett,1978. ‘estadomentaldesegundoorden’.

(ion estapuntualizaciónse logranampararlos casosenquela dinámicaconversacionalimponeun empaquetamientode la informaciónqueno coincideconel dc la dualidadsuietoypredicadode La sintaxisconvencional.Bogdan.1987,explicaeseempaquetamientocomopro-

Page 14: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

226 Teresa Bejarano

de la restricciónoriginaria a sólo los juicios de identidad.¿Hemoshechomal?Lacuestiónessi realmentelosjuicios deidentidady losjuicios depre-

dicaciónsondos tipos ddkrentesdejuicio. Hintikka, 1984, mantienequeesadualidades unadelastrescolumnasenruina quehoypodemosdetectareneledificio fregeano.Yo tambiénrechazarlaesadualidad.Explico las razonesquea mí me mueven.

Hay predicadosquepuedenaplicarsea millonesde sujetos,otros predi-cados,sólo a unospocos, y otros, por fin, quesólo puedenaplicarsea unúnico sujeto. El predicado que hallamosen los enunciadosde identidadocupa,claro está,el extremoinferior de esa ordenación.Peroconesono seaseguraque talesenunciadostenganuna naturalezadistinta. Fregepodríaapelarala reversibilidad:sólo losenunciadosdeesetipo, nosdiría, sonrever-sibles.Perola reversibilidad—replicamos—sólo seda si lo único quenos inte-resaes la permanenciadel valor veritativo; ahorabien, cuandoFregeenfocalos enunciadosde identidad, lo haceatendiendojusto a la cargacognitiva—tautologíao, por contra,descubrimiento-queconllevan,y en cuantoaten-demosa la cargacognitiva, ya hayquediferenciarentrelos dos enunciadosde identidadvinculadospor la operaciónde reversibilidad—no se le respon-de lo mismoal quepreguntaquiénfue Cervantesy al que preguntaquiénfueel autordel Quijote—.

Pero, sí el juicio de identidades así una predicaciónmás, entonceselsegundonombrede la identidad,hayqueconsiderarloyadentrodel predica-do ‘es el lucerovespertino’,y, por lo tanto,en un rol muy distinto al del pri-mer nombre. Pero con esto se nos viene a las manosotra cuestión.Lo queacabamosde proponersobreel sentidodel nombreno se aplicaríamásquealtérminosujetodel enunciado.E/sentidoen elniveldel nombresólo existiríaen los nombresque desempeñan/a función de sujeto, no en aquéllosquepudieranaparecerconotros roles sintácticos.En los otros rolesdel enuncia-do predicativoel nombreseríasólo un instrumentoparaconstruirelenuncia-do completo.Muy conocidodesdeantiguoes el hechode queen ‘el hijo deJuan’, ‘Juan’ es un mero instrumentoquese acercabastantea los llamados

ducido por el oyente,quien, segúnsu gradode conocimiento,escogerlael elementoque leaportanovedadinformativa. Perohay quematizarla explicación de Bogdan. La decisióndeasignara un elementoel papeldetemay aotro el de remao informaciónnovedosa,la lleva acabo el hablante(de ahi quese reflejeen la entonación,a la quepor cierto invoca Bogdan).Por esoel gradodeconocimientodel oyentesólo actúaen cuantoes conjeturado—correctaoincorrectamente—por el hablante,es decir, sólo actúaen cuantoestadomental de segundoorden.

Page 15: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido de Erege, estado mental de segundo orden... 227

términossineategoremáticos<Bonoiní, 1987,p. 632).Y lo mismo,cuandounve a Juan’ o un ‘le escribeunacartaa Juan’ se predicande un sujeto o ele-

mento temático,esospredicadosfuncionanexactamentelo mismo que fun-cionaun ‘vuela’: allí, Juano la cartaaportan,claro,sussignificados,y éstoshan de seradecuadamenteentendidospor el oyenteparaentenderquées loque se estápredicando,pero seríaconcebibleque paratales predicadossecrearauna única palabrade significadomuy especializado.En definitiva,sólo elnombrequedesempeñaelpapelde sujeto,o másexactamente,de ele-mentotemáticode lapredicación,exigequeeloyentedetengasuatenciónenalgoqueyaha interpretado.

¿Y losmensajesde función comunicativadiferentea la predicación?Lasórdenes,peticiones,llamadas,son instruccionespara que el oyente actúesobreel mundo,no aspiranen absolutoa la otra direcciónde ajuste,o sea,ala de contarcómoes el mundo, y, por tanto,no necesitanigualarsimbólica-mente la realidad. Sólo las predicacionestendríanun propósitode espejoreferencia1.

Pero¿porquécl términosujeto(o,másconcretamente,elelementotemá-tico de la predicación)tendríaeseprivilegio exclusivo?.El términosujeto,yno las otras palabrasdel enunciado,seríael queaportala baseparala cone-xión con la realidad, labasequehabráde ser, desdeluego, corregidao com-pletada,peroquenunca,si el enunciadoquieretratarsobrela realidad,podrásernegada:pero - preguntamosdenuevo- ¿porquéello es así?O, formulán-dolo de otro modo, ¿quéqueríadecirexactamentenuestrarecienteafirma-ción dc que el nombrecon función de sujeto (o, más precisamente,deele-mentotemático)erael único que exigíaque la atencióndel oyentese detu-viera en él incluso despuésde haberlo interpretado?Nosotrosrespondería-mosqueesacondiciónde privilegio sedaporqueel términosujetoes el únicoqueprocederíade unareferencia,y seríaunatransformaciónde ella.

Veamoscon detalle los diferentesorígenesque puedetener el términosujeto. En ocasiones,lo que en un determinadoenunciadofunciona comosujeto es lo queparael destinatariode tal enunciadohabíasido referencia;dicho de otro modo,el término sujetode la predicaciónes lo mismo que lareferenciadel enunciadoquesobrela cosaen cuestiónhabíaformuladopre-viamenteel destinatario.En otrasocasiones,no ha habidoenunciadopreviodcl destinatario,pero ajuiciodel hablante,eldestinatariopodríahaberloemi-tido. En uno u otro caso—nótese- quedaexplicadala exigenciade queel tér-minoquefuncionecomosujeto,o, másexactamente,comoelementotemáti-

Page 16: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

228 Teresa Bejarano

co, hayade serconocidode antemanopor el oyente9.Recordemosaquelloque Fregedetectabaen la subordinadade los con-

textosactitudinales,laconversiónenmeropensamiento.Seadvertirála estre-chaanalogíaentreesaconversióny la queacabamosde proponercomoori-gen del términosujeto. Lo mismo queel enunciadode Copérnicoacercadelas órbitaspretendíaenbocade Copérnicoapuntara la realidadmisma,y, encambio, cuandoes consideradapor un keplerianoque enuncia ‘Copérnicocreíaquelas órbitasde los planetaserancirculares’,pasaa funcionarcomomero pensamientoo sentido, exactamentedel mismo modo, repito, sucedeque, cuandoKepler lanzó a su audiencia(audienciacopernicana,claro) suafirmación‘Las órbitasson elípticas’,el sujeto ‘las órbitas’estápor aquelloquehabriasido la referenciaingenuadeun enunciadodeCopérnico,es decir,estápor la realidaddeformadasegúnCopérnico,y de ahí quefuncionecomoun sentidodentro del enunciadokepleriano(¿Y la proferenciaactual de LaoracióndeKepler?Estáclaroqueo sedirige apersonaspocodoctasen astro-nomía,o, si no es así,esrealmenteredundantey tautológica).

9Perohayotro origenposible, y aúnmástipico. El mensajequeparadigmáticamentedalugara unapredicaciónquelo completay enjugasus lagunas,es la interrogaciónparcial.FIobjeto dela interrogaciónpasaa convertirseenelementotemáticode la predicaciónde res-puesta.Parael punto de vista del hablantedela predicación,eseelementotemáticoes unavisión ajenainsuficiente,esoya lo sabemos.Pero¿quées,parael punto devista del hablantedela interrogativa,el términoobjetodela interrogación?Esunadescripciónqueintentadesig-nardemodoprecisoy sin peligrodeconfusionesunarealidado referenciaingenuadesu des-tinatario,es decir, del futurohablantede la predicaciónderespuesta.Peroel interrogadorseconsideraasímismo--a si mismoyjustoenesemomento—comoignoranteacercadeesarefe-rencia,apesardequehayasabidodesignarla.Lo queél posee,lo ve él mismocomovísioninsuficiente(insuficiente,aunqueno falsa: el conocimientopropiodeuno y vigenteno puedeunonunca,pordefinición,considerarlofalso).Así pues,enestecaso(el casodela interroga-ción parael hablante interrogador)el sentidono es ajeno,sino propiodel hablanteque lomanejacomotal sentido.Esto sólo sucedeen la interrogación,y secorrespondecon el hechodequeel interrogadorofreceesesentidocomoelementotemáticopara la predicaciónde res-puestaqueél estápidiendo.Estesentido,aunquetienela peculiaridaddeserpropiodelhablan-te (del hablajite interrogador)que lo estáusando,coincide -éste eseí punto que queremossubrayar—con los demássentidosenel hechodeprocederde lo queparaunacognicióndife-renteeraunareferencia.La referenciaingenuadel sabiodestinatariode la interrogaciónesaceptadaingenuamentetambiénporel interrogador.El interrogador,en efecto,atribuyea sudestinatariola captaciónde la realidad,y enconsecuenciason suspropiaslimitacionescogni-tivas las queél percibecomotales.En todoslos casos,pues,la separaciónentrereferenciaysentidovienedelcambiodeunapersonaaotra, y, másprecisamente,aotraqueposeaungradodiferentedeconocimientosobreaquellode lo quesetrate.

Page 17: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido deErege,estadomentaldesegundoorden... 229

3.2. Consecuenciasde nuestro tercer punto

Una primeraconsecuenciadel punto anteriorseríalo siguiente.La únicamanerade comunicaracercade la realidades hacerlopartiendodel entendi-miento que el destinatariotengade la realidad. Es decir, nuncapodemoscomunicaro trasvasardirectamentenuestravisión dela realidad.El punto departida indispensablees siempreel de conseguirapuntara algoqueel desti-natarioya tengaen su mente.Sólo una vez que se hayaconseguidoeso, escuandose podráya transformarla opiniónajenaparaacercarlaalapropia.Eshabitualel dicho de queno se le puedeenseñara un ciegode nacimientoloscolores.Puesbien, lo que estamosproponiendoes quetan imposible,o aúnmás,seríaenseñarcualquier realidaddel mundoa alguien que no hubieraconectadoya dealgúnmodo,bien conesarealidad, bienconalgo apartir delo cual se la puedalocalizar La visión del otro puede ser errónea, o puedetambiénsertambiénun perfil vacío acercade cuyo relleno ha confesadosuignorancia~1o puedeincluso(y ésees elpunto máximo de lo quepuedehacerel hablante,o, dichode otro modo,el puntomínimo al quepuededescenderel oyentesinquepor ello la comunicaciónse frustre)seralgoacercade cuyaexistenciatengadudasel destinatario.Pero siempreel hablantetendráquepartirde esaconexióndeformadao inclusodubitativa.Sólo partiendode ellaes comopodrácompletarla,corregirla,o darleel espaldarazoquesuponeun—Sí—derespuestaa interrogativatotal, o un ‘existe’11.

Perotrasesa primeraconsecuencia,habríaotra. La sintaxissegeneraría

justo a partir de la visión ajenaque se percibedeformada.En efecto,la sin-taxis lapodemosdescribirdel modo másaséptico,comola necesidadqueuna

Ib “El domicilio deManolo”, “La horade la conferencia”: ‘uso atributivo’ deDonnellan,nombrede función’, o, mássimplemente,objetodeunainterrogaciónparcial.

¿Y en “Hay flores”? ¿No seestáapuntai~doahía unarealidadsin queporello “flores”desempeñeel papelde sujetoo deelementotemático?Con el presentativo,seestáapuntandoa unarealidad, pero indeterminada(Ya Frege, 1892W 1971, p. III, notó la imposibilidadde“Hay Julio César”). Sucedeque“flores” esunapalabradelcódigo,y que,portanto, cualquie-ra queconozcaesecódigo podráevocarla presenciade flores.Lo queel enunciadopresenta-tivo afirmaessólo queeso,unapresenciadeflores,seestádandoenel lugary tiempoencues-tión (Desdeluego, acercade esasflores, que paraentoncesya serán“las flores”, se podráseguirhablandohastalograr transmitirunasensaciónde individualidady concreción.Esaseríala capacidaddelbuenescritordeficción: hacerquelo presentadoen principio sólo medianteun conceptogeneral llegueaparecerun individuo). Perotodo estono hacesino ratificarnosenquela conexiónconunadeterminaday coacretarealidadno puedeestablecersesino conel tér-mino quedesempeñael papelde sujeto (o deelementotemático).

Page 18: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

230 Teresa Bejarano

palabratiene de ser completadacon otra parapoder servir aunaintencióncomunicativa.Esanecesidadno se presentamientrasno se dejanatrásaque-llos tiposde mensaje(vocativosy sustantivosde petición) en losque la ento-nación, al menosen un origen,pudo bastarperfectamente.Hay quellegar aunapalabra que,a la vezqueconectacon la realidad, lo haga de un modoquehayadeser mejorado:sólo así es comola palabradejade serautovalen-te, y pasaa necesitarcompletamientosintáctico. Mientras la palabraqueconectacon la realidadseaentendidaal modo como el hablanteentiendelarealidadencuestión,no habríanecesidadde completamientoalguno12.Todoslos rasgos,detalleso peripeciasqueparael hablanteson propios de la reali-dad en cuestión,estánincluidos en su meradesignación.Sólo el quiebrointerpersonalpuedehacerquese presentenseparadosde la realidada la quepertenecen.Así, el sentido, o sea, la visión ajenaque es percibidacomodeformada,se revelael motor de la sintaxis.

Y esa condiciónde motor y generador,hay que entenderlade un modofuerte, bastantemás fuerte del usual. En efecto,paradescribir la funcióncomunicativade las predicaciones13es clásicodecirqueel hablantede lapre-dicación quierecambiar,corregiro completar,la creenciaqueél suponequeel destinatariotienesobreel temaen cuestion.Peroeso,aunquecorrecto,sequedaríademasiadocorto. Allí, el que el hablantehayacaptadola visióndeformadaactuaríasólo comocausaqueempujaal hablantea su actocomu-nicativo de predicación,o, dichode otra forma, comoexplicaciónde quetalacto comunicativose produzca,pero no como explicaciónde que tal actotengala forma, la conformaciónsintáctica,quetiene.En cambio,lo queesta-

12 ‘La palabraqueconectacon la realidad’,hemosdicho. ¿Porquéesapuntualizacion?Pensemosen ‘El vestidoazul desedaestáenla tintorería’.Ahí estáclaro quesólo el conjun-to ‘el vestidoazul de seda’conectacon la realidad.Hayenel contextoen cuestiónvariosves-tidos, e inclusovariosvestidosazules.Poreso,esnecesariala acumulacióndelos tresrasgosparaqueel oyentepuedallegara la elecciónmentalcorrectadel vestidodcl quesetrata.Puesbien,ahí, ‘el vestido’e incluso ‘eí vestidoazul’no seríanaún‘palabraqueconectaconla rea-lidad’. Y, portanto,el problemadelqueestábamostratandoseIbrmularíaen esteejemploasí:¿Porquéva a haberque añadirlenadaa ‘el vestido azulde seda’, esdecir, porqué va esoanecesitarun completamiento,si por sí mismoya conectacon la realidad?Naturalmente,cuálseael significadoconcretodel predicadono importa(piénseseen ‘El vestidoazulqueestácnla tintoreríaesdeseda’kessólo ¡a función depredicadocomotal la queprovocaeí problema.

3 ¿Quéquierodecir con ‘la función comunicativacaracterísticade la predicación’?Mercfiero a aquella función que, aunquea vecesausente(sustituida,p. e., por la fática deMalinowski) enunaoraciónquetiene formadepredicación,nopodria. salvocasosespecialí-símos,serdesempeñada- éste os el criterio decisivo-si no existierala forma sintácticade lapredícacion.

Page 19: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido de Frege, estado mentalde segundo orden... 23 1

mosahoraproponiendoes quela visiónpercibidacomodeformadavendríaaserjusto una primera parteintrínsecamenteincompleta,e intrínsecamente,pues,necesitadade completamiento.

Peroel sentidono seríasólo el motorde la predicaciónsimple,quees loquehastaahorahemosdefendido,sino tambiénde la sintaxiscomplejade lasubordinación.En efecto,cuandoun enunciadopasaa serpensadodesdeunpuntode vistaexterior a los límitescognitivosde suhablantey queda,pues,reducidoa no tenersino sólo sentido,justo entonceses cuandopuede acce-dera la condiciónde sintácticamentesubordinado.Recuérdesela subordina-dade “Copérnicocreía”.

Peropasemosaotraglosao consecuenciade lapropuestaqueaquíhemospresentado.Habríaquereinterpretarla insistenciade Frege—de Fregey de losneomillianosconjuntamente—-en queel hablantequiereapuntara las cosasyno apensamientoalguno.Esavocaciónrealistadel hablaes indiscutible.Pero¿quées exactamentelaconclusiónquedebemosobtenerde ahí?Yo diría quela conclusióncorrectaes sólo queel enunciadoo predicaciónhacereferenciaalas cosas.El enunciadocompletosí tienereferencia(porsupuesto,referen-cia-í o ingenua).Perome pareceequivocadoel vincularal nombreesavoca-ción realista.El nombreen el lenguajehumanoes un elementoparala sinta-xis. No seapuntaa la realidadconel nombre,sinoconunacombinaciónsin-táctica. La lácida argumentaciónde cnfoque biológico que recientementeMillikan, 1997,y 1998, en la estelade Kripke y Putnam,estálanzandocon-tra la visióndel conceptocomoracimo de descripciones,o comolistade ras-gos necesariosy suficientes,debeaplicarsedirectae inmediatamentesólo ala reidentificaciónperceptual,no al nombreo término lingáistico, puesen ellenguajeintervienela sintaxis. La semánticadel término lingúísticorecoge,porsupuesto,las categoríasbiológicaso perceptuales,perono puedeasímí-larsea ellas.Su semánticaes indisociablede la sintaxis.En efecto,unapala-bra no puedeserlosi no es unadeterminada‘parte de la oración’ (o ‘catego-ría’ de la lingúísticacategorial).Y cadapartees constitutivamenteaquelloquerequiereel enlaceconotras partes14.¿Dejamoslas palabrasy pasamosa

14 Además,unadeterminadapalabraseaprendeal escucharlajunto con otraspalabras;y

las distintaspalabrasque la hanacompañadoen las distintas ocasionesenquese la ha oídoforma,,parte de la configuraciónmentalque se poseecomosignificadode tal palabra(Porsupuesto,de talesocasionesno habrá el recuerdoconscientede la memoriade tipo recolecti-yo o superior.Perohoy ya tenemosclaroquehayotro tipo de memoriaqueestáimpregnandoy conformandotodo). Laspalabrasacompañantesmásusualesestarianunidasconmásfrerza(En definitiva, estamossugiriendoquelos enlacesde la gramáticacategorialo del reciente

Page 20: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

232 Teresa Bejarano

enfocarel término sujetoy el términopredicadoconsideradoscomounida-des con independenciade cuántaspalabrasformen partede cada uno deellos?Vuelveaaparecerelmismoproblema:No hayforma de dividir larea-lidad de modo que una parcelasea asignadaal primero, y otra parcelaalsegundo.El términosujeto,venimosrepitiendo,no conectaríaconla realidaden cuestiónsino indirectamente,como unacreenciaque el hablantepercibecomofalsao insuficientesobretal realidad.

En muchosautores,la referenciadel nombrefuncionacomoun punto departidatan obvio queni se cuestiona.Pero,en mi opinión, esun errorel con-cederreferenciaalnombre,envez de concedérsela(ésa,no el valorV o E, nitampocola ‘situación’, sinojustoésa misma)sólo al enunciado.La sintaxis,y conella,necesariamente,los significadoscomopartesde la unidadsintác-tica, eso es el núcleo esencialdel lenguajehumano,y es,además,algo que,hemos sugerido,podria explicarsea partir del tipo de comunicaciónqueempezóaserconcebibletrasel surgimientode losestadosmentalesde segun-do orden,o sea, de ‘la creenciaacercade creencia’. ¿Por qué, entonces,habríaque hacercorresponderunaparecíade realidadconel nombreo concualquierotra categoríasintáctica?

4. En resumen

Pero, apartede ese punto en que acabamosde insistir, resumamoslosotros quese desarrollaronen el presentetrabajo.Hemosrecomendadoman-tenerbien separadasy distintaslas limitacionescognitivas de la referenciaingenua,limitacionesreales,perono percibidascomotalesporesehablante,y aquellasotras limitacionescognitivasajenasque el hablantepercibe.A lo4uéÁe ha urgido, en definitiva, es a puntualizarcuál es el punto de vistaalque en cadamomentoestáatendiendo.Y es que, en efecto,en nuestrapro-puesta,esepunto de vistaes crucial. La reduccióna meropensamientoo sen-tido tendríalugar cuandoaquello queen la primerapersonateníareferencia(ingenua,claro)pasaa servisto desdefuerade las limitacionescognitivasdeesapersona(queahoraes,pues,tratadacomosegundao tercera).Y la ideade

mínimalismo deberíanextendersehacia la semántica).Las connotacionesresultan así algonecesarioeimparable.Y la metáforaseinsinúacomola aplicacióndelos engarcesmásÑer-tes deunapalabraa algocuyo nombre habitualcarecede talesengarces.Así tambiénquedaexplicadala facilidadconla quehabitualmenteforjamoscombinacionessintácticas:cadatér-mino que seescogepreactivaríala gamadesus acompañantespotenciales.

Page 21: El sentido de Frege, estado mental de segundo orden

El sentido deFrege, estadomentaldesegundoorden... 233

la inasiblereferenciametafisicasurgecuandola primera personasea capazde aplicara supropiavisión vigente la lección—la lecciónde humildad—quede seguroha ido obteniendoacercade cualquierreferenciaingenua,yaajena,ya propiasuyapasada15.

Referenciabibliográfica

BENVENISTE, E., 1958/1972,“De la subjetividaden el lenguaje”,recogidoen ProblemasdeLingíiística General, s. XXI.

BOGDAN, R. J., 1987,“Mmd, ContentandInformation”, Svnthese,70, 205-227.

BONOMI, A., 1987,“RelevantSituations”,Synthese,73, 623-636.DAVIDSON, D., 1969,“True to the Facts”,JaurnalofPhilosophy,66, 748-

764.DILINNFTT, D. C., 1978, “Beliefs about beliefs”, Behavioral and Brain

Sciences,1,568-570.

FRECE,G., 1892 /1971,“SobreSentidoy Referencia”,recogidoen Estudiossobre Semántica(trad. U. Moulines),Ariel.

FREGE,(i., 1892b/1971,“Sobre conceptoy objeto”, recogidoen EstudiossobreSemántica(trad. U. Moulines).Ariel.

HINTIKKA, J., 1984, “A hundredyears later: The risc and falí of Frege’sinfluence in languagethcory”, Svnthese,59, 27-49.

MILLI KAN, R. (1., 1997, “Images of ldentity: In Searchof Modes ofPresentation”,Mmd, 106 (423),499-519.

MILLIKAN, R. 6., 1998,“A commonstruetureforconeeptsof individuals,stuffs, and real kinds: More Mama, more milk, and more mouse”,BehavioralandBrain Sciences,21, 55-100.

WETTSTEIN, FI., 1986, “Has Semanticsrestedon a Mistake?”,Journal ofPhilosophv,83, 185-209.

~ Aquí, la operaciónde convertirla referenciaingenuaen un meropensamientoo senti-do cambiaríadenivel: Envezde serinterpersonal,llegariaahoraaserradicalmenteintraper-sonal, puesnperaríasobrela visión propiavigente.Esahumildadcognitiva quesuponeel sen-tido intrapersonalno entrega,porsupuesto,la inasiblereferenciametafisica,peroproporcionael punto de comparaciónrespectoal cual la propia visión vigente acabaapareciendocomoincompletay mejorable(y de ahí--aunqueestoya corresponderíaa otro trabajo--tambiénsus-ceptible dc ser rcfnrmuladacreativamentesi cíío es necesariopara alcanzarla solución dealgúnproblema).