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El rol docente del tutor de prácticas. El acompañamiento del estudiante.
Carmina Puig I Cruells
Innovative teaching experiences at university schools of social work
Training, work experience tutors, teaching role, accompaniment
Professional training that allows for practical applications is important for schools of
social work. In fact, it is one of their traditional objectives. In our discipline, work
experience is fundamental because it exploits the knowledge students have acquired in
the classroom and turns the students into professionals.
Professionals who are also tutors have a fundamental role in the training of students
because they provide them with their first impressions of the professional world.
Through this relationship the students come into contact with a service, a way of
working, established priorities and a personal attitude. In short, the students learn a style
and a professional model.
Basically, this communication focuses on two aspects. The first of these involves the
teaching role of tutors. The second involves the strategies we can use to get to know
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and accompany students who are taking part in work experience programmes as part of
their training process.
To study strategies for accompanying students on practical training programmes, we
need to analyse the three-way relationship and communication between the
participantsi.e. between the tutor, the student and the (school) supervisor. We also
need to determine the profile of the studentsWhat do they know? What do they need?
What are their aspirations, expectations and fears? and How do they learn?
It is also essential to determine how tutor/teachers and students work so that they can
complement each other during their joint experience.
Tutors accompany students from the instruction and modelling stage and help them to
recognise both their own potential and that of the working environment. At the same
time, they become highly significant educational references for the students.
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Comunicación
La profesionalización del estudiante y el espacio practico de calidad. Plan de prácticum
de intervención e innovación docente
Titulo: El rol docente del tutor de prácticas. El acompañamiento del estudiante.
Formación, innovación, profesionalización, tutores de prácticas, rol docente,
acompañamiento
Un objetivo tradicional de las escuelas o estudios de trabajo social es la capacitación
profesional de los estudiantes Las prácticas de campo siempre han sido fundamentales
en los estudios porque instrumentalizan los conocimientos adquiridos en las aulas y
profesionalizan los estudiantes.
Esta preocupación clásica consideramos que necesita de reflexiones innovadoras que
superen la visión excesivamente artesanal y a veces ingenua de que los aprendizajes
prácticos del trabajo social, nos referimos a la idea “el trabajo social solo se aprende en
la práctica”.
También es necesario re-pensar la visión de que el “saber hacer” del trabajador social
se aprende en base al modelo de trabajo que ostenta el tutor de practicas y que es
invisible para otros profesores.
Sin duda los profesionales – tutores que colaboran con los estudios de trabajo social,
juegan un papel fundamental en la formación porque son la primera imagen del mundo
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profesional que recibe el estudiante. A través de la relación con ellos, les será
presentado un talante personal, estilo y un modelo profesional.
Por este motivo consideramos que el prácticum y los agentes que lo desarrollan han de
fundamentarse académicamente con el mismo rigor que se caracterizan los procesos
de investigación y docencia. Los tutores del prácticum y los docentes de la Universidad
han de participar de las perspectivas teóricas de los estudios y del aprendizaje
disciplinar.
La integración teórico-práctica y las investigaciones sobre didácticas adecuadas al
prácticum son parte de los objetivos que nos proponemos en el proyecto de innovación
de nuestra Universidad. Nos proponemos fundamentar y caracterizar procesos de
construcción del conocimiento profesional de los estudiantes y provocar la reflexión
docente de los tutores a través de representaciones significativas y manejables.
Esta comunicación tratará básicamente sobre dos aspectos: el rol docente que ejercen
los tutores y en algunas estrategias para el conocimiento y acompañamiento a los
estudiantes en proceso de formación práctico.
El acompañamiento en la formación práctica requiere detenerse en el análisis de los
procesos presentes en la relación y comunicación triangular que se establece entre los
sujetos participantes: tutor – estudiante - supervisor (escuela) y conocer el perfil del
estudiante, sus conocimientos, sus necesidades y aspiraciones, sus expectativas y
temores, su manera de aprender. También es del todo necesario identificar y reconocer
los estilos de trabajo de los tutores- docentes y de los estudiantes para poder
complementarse el uno con el otro.
Los profesionales-tutores acompañan desde la instrucción y el modelage, y favorecen
la identificación de los potenciales propios y del espacio de prácticas constituyéndose
como un referente educativo de amplio alcance y muy significativo para el estudiante.
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Carmina Puig i Cruells Comte Borrell, 123,1-1 08015 Barcelona [email protected] Profesora Titular de Trabajo social. UNIVERSIDAD ROVIRA I VIRGILI. TARRAGONA
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La profesionalización del estudiante y el espacio practico de calidad. Plan de prácticum de intervención e innovación
docente El rol docente del tutor de prácticas. El acompañamiento del Estudiante. Formación y supervisión
Carmina Puig i Cruells. URV. Tarragona . [email protected]
Palabras clave: Formación, innovación, profesionalización, tutores de prácticas, rol docente,
acompañamiento
Esta comunicación forma parte de un trabajo más extenso en el que estoy
comprometida en mi centro. En la Universidad Rovira i Virgili, un equipo de profesoras
tratamos de investigar, de forma innovadora, sobre una preocupación clásica en las
escuelas de trabajo social: las prácticas de campo. Nuestro objetivo es superar una
visión excesivamente artesanal y, a veces ingenua, respecto a los aprendizajes
prácticos del Trabajo Social, que sostiene que nuestro ámbito de conocimiento solo se
aprende con la práctica. Por otra parte, también consideramos necesario repensar la
visión de que el “saber hacer” del trabajador social se aprende fundamentalmente sobre
la base del modelo de trabajo del tutor de practicas, y que es invisible, y a veces oculto,
para los profesores de la Universidad.
Partimos de la consideración de que los profesionales–tutores juegan un papel
fundamental en la formación porque son la primera imagen del mundo profesional que
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recibe el estudiante. A través de esta relación, los alumnos conocerán un talante
personal, un estilo y un modelo profesional. Por este motivo, consideramos que el
prácticum y los agentes que lo desarrollan deben fundamentarse académicamente con
el mismo rigor que se caracterizan los procesos de investigación y docencia. Los
tutores del prácticum y los docentes de la Universidad han de participar de las
perspectivas teóricas de los estudios y del aprendizaje disciplinar integrando ambos
ámbitos en el mismo esfuerzo intelectual.
La integración teóricopráctica y las investigaciones sobre didácticas adecuadas para
prácticum son parte de los objetivos que hemos establecido en el proyecto de
innovación que he mencionado. Nos proponemos fundamentar y caracterizar procesos
de construcción del conocimiento profesional de los estudiantes y provocar la reflexión
docente de los tutores a través de representaciones significativas y manejables.
Con este proyecto de innovación docente, que ha sido aprobado por el ICE (Instituto de
Ciencias de la Educación) y la AGAUR (Agencia de gestión de ayudas universitarias y
de investigación), queremos analizar y mejorar algunos elementos sobre los roles que
ejercen los diversos actores que intervienen en las practicas, estudiar qué relación
mantienen entre ellos y, sobre todo, descubrir cuáles son los procesos de
acompañamiento que están presentes en el aprendizaje práctico.
Estamos convencidas que la caracterización de la innovación docente en los prácticum
de intervención de trabajo social debe pasar por repensar cómo acompañamos, cómo
sistematizamos, y cómo estructuramos la supervisión-intervisión de los estudiantes en
las prácticas. Esta necesidad se ha confirmado en los diversos talleres dirigidos a
tutores que he impartido en escuelas de Trabajo Social.
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CARACTERIZACIÓN DE LA INNOVACIÓN
A. Reconocimiento del ejercicio del rol docente
La importancia de los tutores en la experiencia de prácticas es fundamental debido al
rol docente que ejercen. Juegan un papel fundamental en la formación ya que son la
primera imagen del mundo profesional que recibe el estudiante. A través del contacto
con el tutor, la presentación del servicio, la manera de trabajar, las prioridades
establecidas, la actitud personal, etc. el estudiante conocerá un estilo y un modelo
profesional. Por todos estos motivos, consideramos básico que los tutores de prácticas
ejerzan, sean conscientes y estén formados en su rol docente, además de interesarse
en formar alumnos participando de los objetivos pedagógicos de la escuela.
Si consideramos que el tutor acompaña desde la instrucción pero, sobre todo, desde el
modelaje, es evidente que los tutores se convierten en los referentes educativos más
poderosos y eficaces para el estudiante. Podríamos decir que entre ambos co-
construyen la experiencia práctica
Por otra parte, los tutores también ejercen su docencia desde el acompañamiento del
alumno a través del asesoramiento individual que le facilitan: la organización eficaz de
las actividades diarias, el desarrollo práctico de habilidades, el feedback permanente, el
apoyo y la contención del alumno.
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Este tipo de acompañamiento individual puede ser formal y planificado, o informal y
orientativo, pero siempre resulta muy útil al alumno, ya que le supone recibir un
asesoramiento continuado sobre su actuación, que le ayuda a ir tomando más
responsabilidades en sus prácticas y le permite desarrollar un proceso en el que
progresivamente se va haciendo cargo de tareas cada vez mas difíciles. El seguimiento
del tutor y la supervisión que se realiza en la escuela son complementarios.
Por todas estas razones consideramos imprescindible que los tutores de prácticas,
profesionales colaboradores de la Universidad, participen de los objetivos pedagógicos
del centro y sean conscientes, ejerzan y estén formados en su rol docente.
B. El acompañamiento al estudiante El acompañamiento al estudiante se organiza en torno a una estructura de relación de
aprendizaje que se asienta en estos tres pilares: tiempo, objetivos y relación
Tiempo La gran cantidad de tiempo que se dedica a las prácticas (280 horas de prácticas —y
1,5 horas semanales del espacio de supervisión—) hace que la relación del estudiante
con su tutor de prácticas y con el supervisor sea muy significativa.
Objetivos Los objetivos de las prácticas deben iniciar al estudiante en la actividad profesional y
crear las condiciones que permitan desarrollar una primera experiencia de
profesionalización. Deberían estructurarse como mínimo en tres áreas:
Área del conocimiento respecto del campo especifico de prácticas.
Área de actitudes y valores hacia la autonomía. Mejora y cambio personal.
Área de habilidades y procedimientos que incida en las relaciones, la comunicación
interpersonal y las técnicas propias de la acción social.
Relación: basada en una estructura de relación integradora
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Relación
Tutor
Estudiante
Spv
La relación que integra al estudiante, al tutor y al supervisor es otro elemento
estructurado del aprendizaje. La propia naturaleza de esta relación triangular es
compleja por que el supervisor y el tutor no pertenecen a la misma institución y, sin
embargo, comparten a un estudiante al que deben acompañar, hacer crecer y con el
que deben establecer unos vínculos que serán determinantes para el proceso de
aprendizaje.
De la forma en que estos tres actores colaboren, concreten los marcos de colaboración
y establezcan sus vínculos dependerá, en buena parte, el proceso de aprendizaje del
estudiante y la satisfacción de los dos formadores. En esta relación, la interacción entre
los tres componentes es fundamental e imprescindible.
Para analizar y sistematizar los factores que influyen en esta relación, podemos
considerarla a la luz de una estructura clásica de roles.
La supervisora representa un rol más normativo. Revisa las pautas seguidas en las
actividades. Señala y marca, da orientaciones y asesora sobre aquello que se
considera lo conveniente. Orienta sobre la relación teórico-práctica, y ofrece su apoyo
en las dificultades. Acompaña el proceso de aprendizaje de forma más distante de la
acción, pero a su vez posibilita la reflexión y, sobre todo, el volver a pensar y a significar
la labor y ejercicio profesional. Para llevar a cabo la supervisión debe disponerse de un
tiempo y de un encuadre de trabajo en grupos de un máximo de 8/10 estudiantes, con
un profesional y/o docente debidamente formado en materia de supervisión y
asesoramiento en los diversos ámbitos de la intervención social.
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La tutora tiene un rol más atento y cuidadoso en lo cotidiano, orienta, ofrece un modelo
y acompaña de forma más próxima la evolución del estudiante. Apoya y escucha
cuando hay tropiezos en el quehacer del alumno. Son unos referentes educativos muy
poderosos y eficaces, y juegan un papel fundamental en la formación del estudiante ya
que el estudiante conocerá un estilo, un modelo del quehacer profesional en las
prácticas, junto con el profesional que lo tutoriza.
Los tutores realizan un seguimiento del alumno a través de supervisiones individuales y
en vivo. Este espacio facilita la eficacia de las actividades diarias y supone recibir un
asesoramiento continuado sobre su actuación, lo que le permite introducirse en un
proceso en el que progresivamente se va haciendo cargo de tareas cada vez mas
cualificadas.
El estudiante tiene un rol más de natural, en el que debe cumplir lo que le mandan,
aunque tomando iniciativas. Es un papel de respeto a la autoridad pero queriendo volar
solo.
C. La sistematización y la negociación de procesos ¿Cómo se puede sistematizar la relación entre el supervisor-tutor-estudiante? Esta
relación debe ser pactada y debe partir de aquellos objetivos de conocimiento,
actitudes, valores, habilidades y procedimientos que el estudiante debe alcanzar.
Estos objetivos pueden establecerse de la siguiente forma: Firma de un acuerdo-
contrato de prácticas singularizado para cada estudiante entre el estudiante, tutor y la
supervisora, en el que se establezcan cada uno de los objetivos y actividades a realizar,
así como los compromisos que asume cada uno de los miembros del triángulo,
respetando los propios límites que existen en cualquier persona u organización. Este
acuerdo de prácticas debe ser convenientemente negociado entre sus actores a través
de un proceso basado en la siguiente estructura, que permitirá al estudiante, al tutor y al
supervisor saber qué se espera de ellos.
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Estructura de la Negociación de practicas
Aspiraciones Recursosque tienen origen en los personales o institucionales que permitan
objetivos de las practicas satisfacer una o varias aspiraciones.
estudiante Estudiante
Tutor Confrontación entre tutoraspiraciones y recursos
Supervisor Supervisor
Solo es posible satisfacer una parte de las aspiraciones. Algunas deberán ser pospuestas, al tiempo que habrá que renunciar a otras. Las prioridades están condicionadas por la motivación de quienes deciden, por los valores internalizados y por las posibilidades establecidas.
OBJETIVOS DEL PLAN DE PRACTICAS PERSONALIZADO
La estructura debe tener en cuenta las aspiraciones y los recursos posibles de los tres
participantes: estudiante, tutores (institución) y supervisor (Universidad), que deberán
ser confrontadas aplicando los límites y posibilidades que puedan ser considerados en
la negociación.
D. Espacio de supervisión – intervisión La supervisión es un espacio de trabajo en el que se aprecia y respeta la progresiva
capacitación profesional, se propone un aprendizaje a partir de la propia experiencia,
contrastada con los otros miembros del grupo y la supervisora. El espacio semanal de
encuentro con los estudiantes permite la intermisión de los casos, (focalizado en el
proceso de intervención) y la supervisión de los estudiantes (focalizado en cómo
gestionan los procesos de sus prácticas). Permite el encuentro entre diferentes ámbitos
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de prácticas y el intercambio de experiencias, debate y reflexión alrededor de su tarea
en las prácticas. Al mismo tiempo, proporciona habilidades cooperativas de aprendizaje
en el que los estudiantes pueden compartir y trabajar sobre situaciones reales que se
encuentran en su práctica cotidiana.
Se pretende analizar las situaciones con rigor, así como relacionar los conocimientos
impartidos en la escuela y su aplicación en las prácticas. Pretende apoyar al alumno
especialmente en el análisis de la realidad compleja donde interviene y donde las
relaciones interpersonales son una herramienta fundamental. Por otra parte, también
permite al alumno situar su bagaje de conocimientos, técnicas y experiencia de
prácticas. Es el lugar idóneo para entender, aprender y organizar la pluralidad de
elementos que el alumno ha aprendido en el aula y en la práctica. La utilización de
metodologías activa y participativas son facilitadoras de los procesos.
La experiencia práctica puede generar en el estudiante, aspectos personales,
respuestas espontáneas, vivencias, sentimientos, contradicciones, inseguridades que el
supervisor ha de saber valorar y orientar para lograr iniciar al estudiante en
intervenciones e implicaciones cada vez más profesionales, descubriendo a la vez
mecanismos a través de los cuales se genera determinada situación.
La supervisión en grupos de iguales apoya al alumno en su proceso de prácticas,
mediante el análisis y la reflexión de la tarea realizada. La formación directa le ayuda a
afrontar las tareas para las que no se encuentra aún preparado, haciendo referencia a
sus conocimientos teóricos, al tiempo que le proporciona contención y apoyo emocional
ante de las dificultades cotidianas. Finalmente, la supervisión también proporciona
elementos para la evaluación del proceso y del rendimiento del alumno.
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FUNCIONES DE LOS TUTORES Y LOS SUPERVISORES
El tutor-profesional Acompaña desde la instrucción y sobre todo desde el modelaje. Los tutores son los
referentes educativos más poderosos y eficaces para el estudiante. Su tarea docente es
reconocida a través del trabajo pedagógico que realizan con los estudiantes y a través
de la atención y del seguimiento de las prácticas.
Estos profesionales juegan un papel fundamental en la formación del estudiante. Hay
que destacar que son, en general, la primera imagen del mundo profesional que reciben
los alumnos, que es precisamente en las prácticas, y junto con el profesional, donde el
conocen un estilo, un modelo del quehacer profesional.
Los tutores deben realizar un seguimiento del alumno a través de supervisiones
individuales. Este espacio facilita la eficacia de las actividades diarias mediante la
organización de la tarea del aprendizaje y el desarrollo práctico de habilidades, el
feedback permanente, el apoyo y la contención del alumno.
Esta supervisión puede darse a dos niveles: a) Formal, cuando las reuniones entre el
tutor y el alumno están planificadas y con objetivos establecidos, y b) Informal, cuando
el tutor orienta y asesora al alumno sobre las actividades que debe de realizar, sin
haber acordado previamente un encuentro.
Este tipo de supervisión individual es muy útil al alumno, ya que le supone recibir un
asesoramiento continuo sobre su actuación, le ayuda a ir tomando más
responsabilidades en sus prácticas, y le permite introducirse en un proceso en el que
progresivamente se va haciendo cargo de tareas cada vez mas cualificadas. El
seguimiento del tutor y la supervisión que se realiza en la escuela son
complementarios.
El supervisor - Universidad
Acompaña el proceso de aprendizaje de forma más distante de la acción, que, a su vez,
posibilita la reflexión y, especialmente, el volver a pensar y a significar la labor y
ejercicio profesional. Para llevar a cabo la supervisión debe disponerse de un tiempo y
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de un encuadre de trabajo en grupos de un máximo de 8/10 estudiantes, con una
supervisora debidamente formada en materia de supervisión y asesoramiento en los
diversos ámbitos de la intervención social.
Las prácticas del Trabajo Social y el desarrollo de la acción social en contextos
complejos necesita del apoyo de supervisión y de espacios de intercambio y formación
que faciliten y ayuden a mejorar la tarea.
CONTEXTOS, PROCESOS Y ESTRATEGIAS DE ACOMPAÑAMIENTO EN LA PROFESIONALIZACIÓN DEL ESTUDIANTE
• Procesos psicosociales presentes en la relación de aprendizaje entre los estudiantes, los tutores y los supervisores
En la relación de aprendizaje que se establece entre los alumnos - los tutores- los
supervisores hay que tener en cuenta y prestar especial atención a numerosos
elementos, que forman parte de esta relación.
El tutor-supervisor debe de tomar en consideración y prestar atención a las expectativas
y temores del estudiante por que la observación posibilita que el tutor también sea más
consciente de sus propias expectativas. Acompañar al estudiante consiste en poder manejar adecuadamente la propia exigencia y la comprensión, poder vincularse
adecuadamente, a la vez que respetar las posibilidades del estudiante y las del tutor.
Aceptar que el proceso de aprendizaje, guía y orientación están sujetos a procesos
vitales y humanos (del estudiante y del tutor) llenos de contradicciones, límites e
incertidumbres.
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Expectativas y temores del estudiante Los estudiantes que acuden a prácticas traen sus expectativas, que pueden ser muy
altas o casi inexistentes, dependiendo de la madurez y el juicio que hace el estudiante
de su situación. Las expectativas normalmente están teñidas de sentimientos
idealizados del tipo: “las practicas no requerirán esfuerzo”, “el tiempo de prácticas es lo
único que cuenta”, “nada depende de mí” o “todo depende de mi”, “tan solo es una
asignatura”, “aquí aprenderé y saldré siendo un profesional”, etc. Cuando las
expectativas son más razonables, hay más posibilidades de que los resultados de las
prácticas sean más exitosos. Las psicoanalistas Salzberger–Wittenberg en su obra La
Relación Asistencial nos facilitan elementos para una mejor comprensión de los
elementos que operan, en cuanto a expectativas y sentimientos del estudiante, en
relación con el tutor de prácticas.
El cliente/estudiante antes de establecer una relación con el profesional/tutor alberga
determinadas esperanzas/expectativas ideales “Cada nueva empresa tiende a
despertar nuestras expectativas ideales (...) es como si dijéramos ahora será diferente,
esta persona me dará todo lo que alguna vez desee tener”. (Salzberger-
Wittenberg,1970:23). Asimismo, también alberga temores acerca de la ayuda que le
posibilitará el tutor o de sí mismo.
Las expectativas del estudiante están muy presentes y se expresan en la relación que
establece con los tutores y supervisores. Existen diferentes mecanismos que pueden
ser utilizados por el estudiante para enfrentar sus prácticas:
a) El estudiante puede pedir que sea el tutor/supervisor el que le diga lo que debe hacer
como si se tratara de indicaciones u órdenes del tutor, que son tomadas con
resignación. Esta actitud puede originarse en la ingenuidad e inseguridad que sienten
algunos estudiantes al empezar sus prácticas. Si la relación o las indicaciones del tutor
no toman en consideración estas expectativas, puede que la hostilidad y la
incomprensión del estudiante se hagan patentes.
b) El estudiante verbaliza de forma masiva e invasiva las situaciones que le preocupan,
sus miedos, a veces con un exceso de atrevimiento, sin procurar entender qué le pasa,
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e intentando vaciar, ventilar. El miedo al rechazo o al reproche del tutor o supervisor le
hace sentirse avergonzado y operan como “vaciadores”.
c) El estudiante puede buscar a alguien que le ayude a mejorar a iniciarse en el camino
profesional. Si lo que se busca es apoyo, compartir los problemas que tiene que
abordar y que le ayuden a buscar soluciones, la relación con el tutor y el supervisor
puede convertirse en muy provechosa y contenedora ya que el estudiante se siente
reconocido y apoyado en la tarea sobrellevar la ansiedad que le produce su situación
de aprendizaje.
d) La personalidad del estudiante necesita ser aceptada tal cual es, con todas sus
posibilidades y defectos. Necesita comprensión, que a menudo se esfuerza por obtener,
aunque teme decepcionar al tutor y al supervisor. Es necesario que se mantenga la
aceptación incondicional que permita al estudiante enfrentarse a las frustraciones,
límites y desilusiones inevitables de todo espacio de aprendizaje.
Los temores son igualmente expectativos y operan sobre la relación. El miedo a no
estar a la altura de lo que se les pide, a quedarse en blanco, a no ser competentes, a
los fracasos consigo mismo o con su entorno puede ocultar información importante al
tutor o supervisor o bien desplazar la culpa hacia otros elementos.
Por otra parte, hay estudiantes que no tienen los objetivos claros y se muestran poco
motivados, parece que esperan que algo ajeno a ellos, de carácter mágico, suceda y
resuelva su situación, ”esperan que el apoyo externo (tutor, supervisor) sustituya por
entero su propio autoapoyo e incluso en ocasiones ya no esperan ni siquiera eso, tan
solo asisten a las practicas”.
Algunas personas demandan ser dependientes del tutor o del supervisor en el sentido
que han articulado su aprendizaje en torno a las múltiples dependencias. Se resisten a
plantearse un plan de trabajo sobre sus prácticas que contenga aspectos de todas las
áreas establecidas, de conocimiento, actitudes y valores, procedimientos y habilidades.
Aceptan esta situación como un fenómeno natural. Sin embargo, también hay
estudiantes que luchan por su independencia, disponen de más recursos personales y
tienen conciencia de los límites del espacio de prácticas.
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Aunque hemos descrito diferentes expectativas del momento en que puede acudir un
estudiante a prácticas, no es mi intención clasificarlas porque ninguna de estas
descripciones se dará en estado puro. Solo pretendo mostrar que estos diferentes
estados deben ser tomados en consideración e incorporados al conjunto de elementos
que deben analizarse a la hora de desarrollar la acción docente del tutor. Mostrar
atención a la expectativa, al momento en que se encuentra el estudiante, posibilita que
el tutor sea más vigilante con las expectativas que él deposita en el estudiante. Se trata
de poder manejar adecuadamente la propia exigencia con la comprensión, y poder
vincularse adecuadamente, a la vez que respetar las posibilidades del estudiante y las
del tutor. El proceso de aprendizaje, guía y orientación están sujetos a procesos vitales
y humanos llenos de contradicciones, límites e incertidumbres.
• Procesos y estrategias Desde el Marco académico y orientado por parte de las supervisoras (profesoras
de la Universidad)
Hay que facilitar al estudiante una introducción de calidad a la actividad de las
prácticas, a la vez que desarrolla una primera experiencia de profesionalización,
creando las condiciones necesarias desde el marco académico.
Esta introducción a la nueva actividad puede desarrollarse a partir de una
calendarización del proceso de entrada que responsabilice al estudiante de su primer
encuentro con las prácticas y con la elaboración de materiales personales, como la
elaboración del curriculum vitae y la elaboración de expectativas, ofertas que el
estudiante puede procurar a la institución que lo acoge en prácticas.
Este entrenamiento significa tomar conciencia de dónde estoy, cuál es mi experiencia y
cuáles son mis límites. Conseguir que el estudiante valore sus potencialidades y tome
conciencia de sus procesos, sus aspiraciones y anhelos es el objetivo desde la
academia.
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Ejemplo de proceso de acciones anteriores a la entrada al periodo de prácticas
Universidad – supervisor Institución – tutor
Desde el marco de las instituciones colaboradoras y orientado por parte de la tutora (trabajadora social)
Los tutores deben dotarse de instrumentos para conocer más al estudiante. Conocer
qué es lo que sabe, lo que no sabe, en qué hay que ayudarle, qué experiencia posee,
cuál es su ritmo de trabajo y qué patrón de aprendizaje sigue es una pauta de gran
ayuda en la acción de acompañar un proceso de aprendizaje práctico.
Algunos elementos básicos son: identificar al estudiante lo más ampliamente posible en
aquellos aspectos de su situación individual, su educación general, su interés por la
formación (además de la universidad), su evolución profesional, sus niveles de
independencia, sus expectativas profesionales. Todos estos datos ayudarán al proceso
de conocer al otro. También es indispensable saber cómo aprende el estudiante.
Explicación:
• posibilidades y límites del Prácticum
• entrenamiento de currículum y
elaboración de expectativas
Encuentro con el grupo de supervisión:
• puesta en común de estrategias de
presentación al tutor, establecimiento
de relación, horarios.
• funcionamiento y normas del espacio
de supervisón
Primera presentación
• Contacto telefónico con el tutor para
concertar una entrevista.
Encuentros de presentación anterior a la
incorporación a prácticas:
• objetivos de las prácticas
• establecimiento de la relación
• novedades
• presentación de documentos
• pacto de horarios
• currículum
• expectativas
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Algunos modelos son:
• Aspectos prácticos Algunos apuntes sobre técnicas que permiten orientar a los actores implicados: estudiante, tutores y supervisores. Todas las técnicas expuestas dirigen su atención a permitir al estudiante que disminuya
los temores para saber en qué situación se encuentra. De este modo, podrá tomar
perspectiva sobre los cambios que deberá realizar, así como sobre los logros que va a
conseguir.
La toma de conciencia le permitirá entrar en contacto con sus fuerzas y sus debilidades
y recibir gratificaciones de alguien que él respeta. Así, aumentará su conciencia de la
continuidad en el aprendizaje y fortalecerá la motivación para aprender y trabajar en la
integración de lo aprendido, al tiempo que desarrollará su auto-imagen. Las técnicas
permiten a tutores y supervisores conferirse responsabilidad sobre el estudiante, al
tiempo que se reconoce su status y su autoridad. Estas técnicas también permiten
Desde la experiencia: hacerlo él mismo. Tiene que realizarlo para aprender.
Desde la teoría: pueden trasladar lo teórico al campo práctico.
De tomar modelo: necesita ver cómo lo hace el tutor para poder imitar posteriormente.
Por influencia: debe haber alguien que lo haga antes. Él toma modelo y lo reinterpreta.
Del estudio: debe reflexionar y contrastar primero sus ideas con aportaciones documentales.
De la experiencia de los demás: asume la experiencia del otro que le es explicada.
De la búsqueda bibliográfica: busca la experiencia en los relatos que se exponen en los libros.
No es determinante que sean de Trabajo Social.
De la reflexión: necesita hablar lo que le pasa y sentir que existen diferentes opiniones para
elegir la suya.
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desarrollar habilidades profesionales y docentes, y planificar el trabajo, reflexionar y
evaluar objetivos.
Algunos ejemplos son:
Dar conocimientos referencias bibliográficas, nombres de personas a las que consultar. El
miedo se produce por falta de conocimiento.
Dar lugar a la palabra para hablar de progresos y retrocesos.
Analizar una situación detenidamente técnicas de análisis (grabaciones, registros).
Llegar a un acuerdo entre el estilo básico del estudiante y la actividad o trabajo a
desarrollar.
Devolver, confrontar al estudiante con lo que dice y lo que omite.
Enseñar técnicas concretas de trabajo: documentación, recursos, teléfono.
Tomar modelo: yo te enseño como actuar, en vivo – en directo y después cambiar el rol.
Entrenamientos previos a la acción.
Enseñar a buscar y establecer relaciones entre la experiencia propia y la experiencia de los
demás.
Aprender a valorarse: qué hice, cómo lo hice.
Enseñar a trabajar en equipo: escuchar, traer un problema, analizarlo.
Criticar constructivamente y en positivo. Criticar es valorar.
Pedir que aporten materiales y sugerencias nuevas.
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Referencias bibliográficas HERNÁNDEZ ARISTU,J.(2000): La supervisión. Un sistema de asesoramiento y
orientación para la formación y el trabajo. Valencia. La Nau llibres
PUIG CRUELLS, C. (2000 - 2003): “Seminario de formación de tutores de practicas”.
Universidad Complutense de Madrid - Universidad Rovira i Virgili – Universidad de
Granada. ( Material no publicado)
PUIG CRUELLS, C. (2004) “El rol docente del tutor de prácticas . El acompañamiento del estudiante”. Revista Portularia vol.4.Universidad de Huelva. PUIG CRUELLS, C. (2005) “El agotamiento de los profesionales. La importancia de la supervisión. Revista Trabajo social y salud. Nº 50 PUIG CRUELLS, C. (2005) : “La función docente de los tutores de prácticas.
Estrategias para el acompañamiento y el apoyo al estudiante” Actas del VIII Symposium
Internacional sobre el Prácticum . Poio. Pontevedra. Universidades de Vigo, Santiago
de Compostela y A Coruña
SALZBERGER-WITTENBERG, I. (1980): La relación asistencial. Buenos Aires.
Amorrutu editores.