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8/19/2019 El Respiro de La Misericordia http://slidepdf.com/reader/full/el-respiro-de-la-misericordia 1/5 El Respiro de la Misericordia Una madre no debería tener un hijo preferido, pero he observado a menudo que ella se inclina más al hijito enfermo o más vulnerable que los demás. Cuanto más frágil el hijo, más feroz el amor de la madre. Los que son fuertes y sanos pronto dejan atrás su solicitud, y ella no les  puede hacer más nada fuera de aceptar su independencia y amarlos prudentemente desde lejos. ero el hijo discapacitado, paralizado, o autista sigue teniendo necesidad de su cuidado, y sus manos maternales envejecidas le otorgan las mismas mil delicadezas y atenciones desde cuando ellas eran más j!venes y ágiles. "assim # $$%& 'ogar (i)o *ios en +eln -sí fue con "assim l era el ni)o que más e/igía y entonces más despertaba la maternidad de las hermanas y todos los que cuidaban de l. "assim tenía 01 a)os cuando lo conocí en el verano caluroso del 1203, durante los días inseguros de guerra entre 4aza e 5srael. 6l estaba viviendo en +eln, en nuestra casa para ni)os que se llama apropiadamente 7'ogar (i)o *ios.8 $u madre lo había encomendado al cuidado de las hermanas cuando tenía seis a)itos, y a pesar de que los doctores afirmaron que iba a morir durante aquel a)o, había vivido entre nosotros seis a)os más.

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El Respiro de la Misericordia

Una madre no debería tener un hijo preferido, pero he observado a menudo que ella se inclina

más al hijito enfermo o más vulnerable que los demás. Cuanto más frágil el hijo, más feroz elamor de la madre. Los que son fuertes y sanos pronto dejan atrás su solicitud, y ella no les

 puede hacer más nada fuera de aceptar su independencia y amarlos prudentemente desdelejos. ero el hijo discapacitado, paralizado, o autista sigue teniendo necesidad de su cuidado,y sus manos maternales envejecidas le otorgan las mismas mil delicadezas y atenciones desdecuando ellas eran más j!venes y ágiles.

"assim # $$%& 'ogar (i)o *ios en+eln

-sí fue con "assim l era el ni)o que más e/igía y entonces más despertaba la maternidadde las hermanas y todos los que cuidaban de l. "assim tenía 01 a)os cuando lo conocí en elverano caluroso del 1203, durante los días inseguros de guerra entre 4aza e 5srael. 6l estabaviviendo en +eln, en nuestra casa para ni)os que se llama apropiadamente 7'ogar (i)o*ios.8 $u madre lo había encomendado al cuidado de las hermanas cuando tenía seis a)itos,y a pesar de que los doctores afirmaron que iba a morir durante aquel a)o, había vivido entrenosotros seis a)os más.

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'na. -lianza con"assim # $$%& 'ogar (i)o *ios en +eln

$e sentaba en su silla de ruedas hecha a medida, delicado e indefenso como un pajarito, todohueso, completamente inm!vil, menos partes de su cara. *e día las hermanas le daban de

comer y le empujaban en la silla por el 'ogar, de noche le cantaban mientras se quedabadormido en una cuna especial ablandada por almohadillas. $u cabeza era de una medidanormal para su edad, pero parecía desproporcionadamente grande comparada al resto de sucuerpito demacrado y miembros contraídos. $e destacaban especialmente sus ojos e/presivos,grandes y casta)os, y eran tan transparentes que quedaron en mi memoria de un color azulclarísimo.

&i primer día en el 'ogar fue ca!tico algunas hermanas estaban ausentes por los 9jercicios9spirituales y otras actividades, y me tuve que meter sin mucha preparaci!n. 'abía venido

 para asistir a las hermanas en esta obra de misericordia por un mes: era un verano de pausa,despus de obtener el título de &aestría de griego y latín en la Universidad Cat!lica de

"ashington y antes de empezar el doctorado. ;o había estado un poco preocupada antes dellegar al 'ogar, ya que mi apostolado principal en la vida religiosa había sido el estudio y la

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ense)anza, no el de cambiar pa)ales y tratar a los enfermos. -unque me sentía muy 7en casa8con el griego de la  Ilíada y entre ediciones criticas de $an -gustín, aquí entre estos peque)osme sentía ine/perta e inc!moda. <C!mo les podía realmente ayudar= <C!mo sabría quhacer=

$r >iat con los ni)os # hogar para ni)os discapacitados en +eln

$in embargo, no había tiempo para teorías cuando una hermana me acerc! "assim y me pidi! ba)arlo. &ir con duda al ni)o, y le pregunt a la hermana, 7<C!mo=8 9lla me dio una

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sonrisa y contest! 7(ormal.8 ens dentro de mí que no había nada 7normal8 en lacircunstancia y en "assim, pero apenas me gir para decírselo, la hermana desapareci! yquedaba solo "assim delante de mí, parpadeando.

?omando aire me arremangu, prendí el agua en la ba)adera especial, y mir una vez más al

ni)o. 6l no había cambiado su mirada, y estaba simplemente esperando que empezara.9ntonces despus de haberle quitado la ropa con cuidado como si fuera una mu)eca de

 porcelana, lo levant y lo puse en cinco centímetros de agua tibia. -l verlo tan e/puesto eindefenso, se me cortaba el respiro. odía contar todos sus huesos. 9mpec a masajear susmiembros delgados con un jab!n neutro, siendo cautelosa de sus partes irritadas y dolorosas ycontinuamente mirando a su rostro para asegurar que no le estaba haciendo alg@n da)o."assim movi! sus ojos de un lado de mi cara para otro con algo de confianza, y mientras elagua limpia enjuagaba y fluía sobre su cuerpito, liber el aliento y e/hal la tensi!n.7(ormal,8 pens.

&e gustaba observar el efecto espontáneo y universal que "assim tenía sobre otros

voluntarios en el 'ogar. %isitantes lo veían inmediatamente, dado que su enfermedad era lamás grave y debilitante. Los ni)os árabes se competían entre ellos para empujarle la silla, elreportero italiano generalmente insensible se arrodillaba para mirarlo en sus ojos y hablarlesuavemente, el peregrino anciano osaba acariciarle el pelo con mano ligerísima. La mismafragilidad de este ni)o de *ios e/igía, o mejor inspiraba, a la humanidad para que realizase su

 propia humanidad. Una hermana me cont! con santo orgullo que "assim era el mejor ap!stoldel 'ogar y obraba muchos casos de conversi!n.

Una ma)ana cerca del fin de mi estadía, estaba limpiando otra parte de la casa. *urante mitrabaje pas por el patio e/terior, el lugar preferido por los ni)os, y cuando vi a "assim por la

 puerta, me detuve para saludarlo. $us ojos parecían apagados y vacantes y había arrugasdelgadas en su frente y ment!n. La mirada de color marr!n no se paraba en mi rostro sinorevoloteaba más allá de mi alcance. La madre superiora tambin lo not! y declar! que algono estaba bien. Llam! al doctor. 7+ueno, a mí me parece que está bien porque sus signosvitales son regulares. ero si quieren estar más seguras, pueden llevarle al hospital. ;o s queustedes hermanas pueden percibir cosas que nosotros no podemos. odría ser algorelacionado con el cerebro.8 Levant a "assim y lo llev en la camioneta en mis brazos conel coraz!n que latía fuerte, mientras otra hermana iba manejando al otro lado de +eln, dondese encontraba un hospital para ni)os bajo el cuidado de otras religiosas.

Cuando pasamos la +asílica de la (atividad, mir fijamente a mi propio ni)o callado de

+eln. $u cabeza, que descansaba sobre mi brazo izquierdo, era su parte más pesada, comoun beb recin nacido. 9ntonces enrosqu mi mano derecha debajo de la cabeza para darlemás apoyo. &ientras que su cuerpo dbil yacía en mi pecho, veía c!mo subía y bajabadelicadamente al ritmo de mi respiro. $u dependencia completa me asombr!. <$i lo llegase a

 poner en una posici!n equivocada o dejar caer= $us e/tremidades podrían quebrarse en uninstante. &e retorcí a@n más para darle un beso en el ce)o, tan fruncido con signos de dolor.Cuando llegamos finalmente al hospital, llev nuestro ni)o con cuidado hacia la sala deespera, donde encontramos miradas de pena y compasi!n por parte de otros padres. 9lmisterio de tan e/trema fragilidad impresion! a todos. <C!mo podría e/istir tal creatura en unmundo lleno de bombas y tanques= <or qu *ios confi! este ni)o a nosotros, para vivir entrenosotros y depender de nosotros= &ientras lo llevaba sentí que su vida misma estaba en mi

respiro.

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oco despus partí del 'ogar para volver a los 9stados Unidos y a mis pilas de libros abiertosy vida de estudiante. - una semana de mi regreso, me llegaron las noticias de que "assim noshabía dejado. 9staba feliz por l, que había finalmente cambiado este valle de lágrimas por lamorada de los ángeles, sin embargo sentía una prdida indefinible. $u mirada pasmaba micoraz!n. <Cuáles otros ojos podían e/presar a la vez confianza humilde y admisi!n de

fragilidad total= >ue su debilidad perfecta que me atraía y no su fuerza. 9sta debilidadllamaba y pedía amor, llamaba a la madre dentro de mí. 9s la misma debilidad de un Aeyrecin nacido yaciendo en los brazos de una %irgen tierna, 6l que fue manifestado al mundoen el mismo +eln. 9s la misma debilidad del Crucificado, e/puesto a los golpes y escupidas,atado y clavado, desnudo en un árbol. 9s la misma debilidad de la blanca 'ostia, peque)a yfrágil, elevada hoy sobre nuestros altares. 9s la $abiduría celeste escondida de los sabios yrevelada a los simples, la l!gica de un *ios que se hace dbil para ense)arnos c!mo ser fuertes en el amor. ; sobre todo, es la misericordia de un *ios que manda un ni)o a nosotros,

 para que nos hagamos su madre. -l fin, era yo que dependía de "assim. 9ra mi vida queestaba en su respiro.

'ermana &aria del >iat &iola, $$%&"ashington, *C

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