EL RAPTO SECRETO DE LA IGLESIA (2ª PARTE)

La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: V, No. 217 Otro de los pasajes más usados por los predictores del “rapto”, es (1 Tesalonicenses 4:15-18). “Luego nosotros los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, consolaos los unos a los otros con estas palabras.” “La Iglesia de Dios de la fe de Jesús” en México, constituida originalmente por un grupo de ministros de distintas denominaciones, que buscaban una respuesta a sus dudas, y a sus sospechas de las enseñanzas milenaristas. Inició en 1973 la denuncia y objeción de las doctrinas impropiamente llamadas doctrinas escatológicas, tales como el Milenio; el establecimiento literal del reino de Cristo sobre la tierra; la resurrección biológica de los muertos; el juicio final; el fin del mundo; la resurrección de los injustos; la inútil controversia entre pre milenarismo y post milenarismo. Y muy especialmente todo lo relativo a la doctrina de la segunda venida de Cristo en forma física, visible futura y universal. Desde luego incluida la mal fundada doctrina de “El Rapto Secreto de la Iglesia”. Una sólida columna de la verdad en este asunto, y que ha hecho una esforzada apología de la fe de Jesús en el sureste mexicano, es el Hno. Genaro Gómez Cruz, quien ha realizado la investigación del origen de la doctrina del rapto y a quien debemos los datos históricos ofrecidos en la primera parte de esta crítica doctrinal. La dificultad más grande que Jesús encontró para que le entendieran, fue lo nuevo y diferente de su evangelio lo cual chocaba con las creencias añejas de su pueblo y arraigadas hasta hoy por la fuerza de milenios. A esto se refirió El Señor en sus parábolas del vino nuevo y los odres viejos, y el paño nuevo en ropas viejas, a las que puso como conclusión el triste hecho de que quien ha probado el vino añejo, (referencia a las viejas doctrinas), no acepta el nuevo porque el añejo le parece mejor. (Lucas 5: 36-39) Así sucede con los que han saboreado las doctrinas escatológicas, “Las Buenas Nuevas” del evangelio que Jesús enseñó y ordenó a sus discípulos predicar, no son de su agrado y las rechazan porque su paladar espiritual (su oído) está prejuiciado y viciado por aquel vino que la grande

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ramera del Apocalipsis (judaísmo), ha dado a beber a todas las naciones. (Apocalipsis 17:2; 14:8 y 18:3) Este es el añejo y embriagante vino de los credos escatológicos señalados en el segundo párrafo de esta página. Por eso es muy difícil que las “buenas Nuevas” que ahora apenas empiezan a ser rescatadas del rechazo, de la omisión y del olvido, donde han estado cubiertas por el polvo del error, de la ignorancia y el conformismo, enmarcados en los ámbitos de la apostasía predominante, sean aceptados hoy. No obstante, lo seguiremos denunciando y poniendo en evidencia mientras el redentor nos conceda la vida, sabedores de que “Ninguno de los impíos entenderá, pero entenderán los entendidos.” (Daniel 12:10) Los entendidos, aunque sean pocos, serán la satisfacción de nuestro esfuerzo y el gozo en el cielo del Señor y de sus ángeles.

“OS DECIMOS ESTO EN PALABRA DEL SEÑOR” Todo lo que Pablo dijo aquí para dar consuelo a los Tesalonicenses, lo dijo “en palabra del Señor”, o sea que se basó en algo dicho por Jesús y que debe estar contenido en los evangelios. Así que todo lo que dice de la voz del arcángel, “la venida del Señor”, la trompeta de Dios, el cielo de donde desciende, las nubes, el aire y el arrebatamiento. Lo tomó seguramente del primer evangelio conocido en sus días, el de Mateo porque todos estos elementos coinciden con lo que este evangelio asienta que fue dicho por Jesús, Tal y como lo vimos en el tratado anterior al considerar (Mateo 24:31). Del mismo modo nos ocuparemos aquí en detalle de (1 Tesalonicenses 4:15-18). Lo primero que salta a la vista en el verso 15, es algo que la escuela escatológica no ha podido explicar fehacientemente pese a sus esfuerzos. Ese algo es lo que Pablo dice: “Nosotros que vivimos, que habremos quedado, hasta la venida del Señor.” Con esta aseveración Pablo nos hace ver claramente, que él esperaba estar vivo al efectuarse los acontecimientos que relata, y esto es una prueba irrefutable de que todo esto sucedería dentro del contexto histórico de aquella generación. Tal y como Jesús lo dijo: “De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.” (Mateo 24:34) Las interpretaciones que se dan a estas palabras de Pablo, pecan de ser artificiosas y acomodaticias, y ya no es lo que Pablo dijo, mucho menos la palabra de Dios. Es de elemental y a la vez de capital importancia entender y establecer el tiempo de los eventos y predicciones de la biblia, para no caer en el error de esperar que ocurran en el futuro cosas que ya sucedieron y pertenecen al pasado. Sin duda que esta declaración paulina contiene en sí misma una base inequívoca del significado espiritual de todo el relato. Y como todo esto se cumplió a nivel espiritual, entonces pasó inadvertido

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para quienes no perciben las cosas del espíritu, y no las pueden entender porque se han de examinar espiritualmente, como el mismo Pablo lo dijo en su primera carta a los Corintios cap. 2:14.

“LA VENIDA DEL SEÑOR” Es obvio que la interpretación contraria al propio texto y contexto de la biblia, la origina y la sostiene el espíritu de error, De allí nace el peligro de perdición y muerte en que se mete a los creyentes sinceros y confiados. La negra mano del Anticristo a interpolado el versículo 15 que tenemos bajo análisis en la palabra “VENIDA” que en el texto griego no existe. En su lugar se encuentra el vocablo “” “PARUSIA” que fielmente traducido es PRESENCIA y no venida. De tal modo que lo que Pablo en verdad dijo es: “Nosotros que vivimos, que habremos quedado, hasta la presencia del Señor...” ¿A qué presencia se refiere Pablo “en palabra del Señor?”. Los apóstoles preocupados por el cumplimiento de las profecías en sus días le preguntaron a Jesús: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y que señal habrá de tu presencia y del fin del tiempo?” (Mateo 24:3 versiones Nvo. Mundo y Moderna) La respuesta de Jesús fue muy amplia y está constituida por lo que se ha dado en llamar “El Sermón profético”. Pero sin duda sabiendo que sus palabras serían pervertidas, lo primero que hizo fue advertir sobre el engaño en que el Anticristo envolvería al mundo: “Mirad que nadie os engañe.” (vso.4) Esta advertencia está tan viva hoy como hace 20 siglos, y estas letras lo están demostrando. En varias ocasiones Jesús les hizo la promesa de su presencia: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, ahí estoy enmedio de ellos “ “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del tiempo.” (Mateo 18:20 y 28:20) Desde luego que esta es su presencia espiritual, menospreciada por los que anhelan su presencia visible. Note Ud. que esta presencia prometida a los suyos no es para el fin sino “hasta el fin”. Con esta presencia en espíritu Jesús quiso consolar a sus discípulos: “No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros... el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis, porque yo vivo y vosotros también viviréis...” (Juan 14:18,19) Compare esto con la frase de Pablo: “nosotros los que vivimos.” Y entenderá porque Pablo dijo: “Os decimos esto en palabra del señor.”

PABLO TAMBIÉN HABLÓ DE UNA PRESENCIA ESPIRITUAL “No seremos delanteros a los que durmieron... los muertos en Cristo resucitarán primero...” Cuando Pablo decía estas palabras; ya muchos cristianos habían partido de esta vida, (vso.13) Y sin duda ya habían obtenido la gran resurrección y con ella llegaron a la presencia de Dios, según lo señalado en el verso 14. “Nosotros creemos que Jesús murió y resucitó, y así creemos que Dios traerá con Jesús a los que han

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muerto en él.” (Nvo. Testamento internacional) Desafortunadamente también la verdad sobre la primera y la segunda resurrección es ignorada por el mundo cristiano. Sobre esto hay muchas cosas gloriosas que decir y ya lo hemos hecho en otros trabajos que usted puede solicitar a nuestra dirección. En relación con este tema solo le diremos que la primera y la segunda resurrección (no la de Himeneo y Fileto) Se iniciaron con la voz de Aquel que dijo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi aunque esté muerto vivirá.” (Juan 11:25) Y esto hasta hoy tiene plena vigencia y realidad según las promesas y requerimientos del Señor.

“CON VOZ DE MANDO” Jesús les dijo a sus ángeles: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, ID y doctrinad a todos los gentiles...” (Mateo 28:18,19) “ID por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura...” (Marcos 16:15) Este es el mandato imperativo que Reina y Valera traducen “Con aclamación” erróneamente. Así Jesús desciende del cielo como lo veremos más adelante.

“CON VOZ DE ARCÁNGEL” Arcángel quiere decir Jefe de los ángeles. Pedro dice que a Jesús están sujetos “Los ángeles y potestades y virtudes en el cielo.” (1 Pedro 3:22) La voz de Arcángel es entonces la propia voz del Señor.

“CON VOZ DE TROMPETA” El enviaría sus ángeles (mensajeros), “Con gran voz de trompeta.” (Mateo 24:31) De acuerdo con la doctrina de los mormones, algunos creen que se trata de una trompeta dorada de metal, como la que luce el ángel Moroni en lo alto de sus templos. No, esta grandiosa trompeta es la que oyó Juan dictándole el mensaje del Apocalipsis con la revelación divina. (Ap.1: 10-12) Es la poderosa y divina voz con que nos habla el Salvador. Es su gloriosa palabra, porque él es “el séptimo ángel”. El ángel perfecto que hace 20 siglos empezó a tocar la trompeta para consumar “el misterio de Dios”, “Como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas en espíritu,” (Apocalipsis 10:7 y Efesios 3:5) Ni Jesús, ni ningún ángel del cielo han tocado jamás una trompeta literal, sería necio negar que esta trompeta es espiritual. Esta trompeta habla, tiene voz, y esta voz es la voz del Apóstol de nuestra profesión Cristo Jesús. La voz que sólo escuchan e identifican sus ovejas. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen... También tengo otras ovejas que no son de este redil, aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.” (Juan 10:16, 27) Así junta el Señor a sus escogidos en el único rebaño de su reino. (En la tercera y última parte trataremos sobre el descenso del Señor y sobre Mateo 24: 37

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