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KOBIE (Serie Paleoantropología). Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVITI,pp. 233-246, año 2009. ISSN 0214-7971 EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IBIRICU, NAVARRA). PROSPECCIÓN 2008. The military f ortlet at Allide (lbiricu, Navarra). 2008 field survey. RESUMEN Antxoka Martínez Velascoi (recibido 15/11/2008) (Aceptado 29/1112008) A lo largo de 2008 se ha llevado a cabo una prospección visual en el yacimiento romano de Allide, en Ibiricu (Navarra), con el objetivo de intentar establecer un marco cronológico y funcional del mismo. Como resultado, se propone identificar el yacimiento como un pequeño puesto militar asociado a un camino secundario de la red viaria, en activo durante los siglos I y II d.C. Palabras clave: Allide, Romano, Militar, Navarra. ABSTRACT A visual field survey has been undertaken along 2008 in the roman site al Allide (Ibiricu, Navarra, Spain). The purpose of this survey was to establish the chronological and functional use of this archaeological site. This site is a small military fortlet associated to a minar pathway belonging to the general communication frame which had been working during the First and Second century A.D. Key words: Allide, Roman, Military, Navarra. Arqueólogo. Colegiado 41.936 (C.D.L. Madrid). Correo electrónico: [email protected].

EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IBIRICU, NAVARRA

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Page 1: EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IBIRICU, NAVARRA

KOBIE (Serie Paleoantropología). Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVITI,pp. 233-246, año 2009. ISSN 0214-7971

EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IBIRICU, NAVARRA). PROSPECCIÓN 2008.

The military f ortlet at Allide (lbiricu, Navarra). 2008 field survey.

RESUMEN

Antxoka Martínez Velascoi (recibido 15/11/2008)

(Aceptado 29/1112008)

A lo largo de 2008 se ha llevado a cabo una prospección visual en el yacimiento romano de Allide, en Ibiricu (Navarra), con el objetivo de intentar establecer un marco cronológico y funcional del mismo. Como resultado, se propone identificar el yacimiento como un pequeño puesto militar asociado a un camino secundario de la red viaria, en activo durante los siglos I y II d.C.

Palabras clave: Allide, Romano, Militar, Navarra.

ABSTRACT

A visual field survey has been undertaken along 2008 in the roman site al Allide (Ibiricu, Navarra, Spain). The purpose of this survey was to establish the chronological and functional use of this archaeological si te. This site is a small military fortlet associated to a minar pathway belonging to the general communication frame which had been working during the First and Second century A.D.

Key words: Allide, Roman, Military, Navarra.

Arqueólogo. Colegiado 41.936 (C.D.L. Madrid). Correo electrónico: [email protected].

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234 ANTXOKA MARTÍNEZ VELASCO

LABURPENA

2008 urtean zehar, ikus-prospekzioa burutu da Allideko erromatar aztarnategian, Ibirikun (Nafarroa). Helburua, berau bete zezakeen funtzioa eta marko kronologikoa zehaztea izan da. Jasotako datuetatik ondorioz­ta daiteke aztarnategia postu militarra izan zela, bide-sareko bigarren mailako bide batí loturik dagoela eta K.o. I eta II. mendeetan zehar indarrean egon zela.

Giltz-hitzak: Allide, Erromatar, Militarra, Nafarroa.

KOBIE (Paleoantropo!ogía n.º 28), año 2009

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EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IBIRICU, NAVARRA). PROSPECCIÓN 2008. 235

l. INTRODUCCIÓN

El pueblo de Ibiricu se encuentra ubicado en el valle de Yerri / Deierri, al inicio de la ruta que, desde el lado navarro, permite atravesar por su divisoria las sierras de Urbasa y Andía para llegar a la Barranka / Sakana por Bakaikoa, vía ermita de San Adrián.

Al norte del pueblo se encuentra el paraje denomi­nado Allide (figura 1). Zona que permaneció largo tiempo inculta hasta que, a lo largo del siglo XX, fue roturándose para crear parcelas destinadas al cultivo, razón por la cual también se la denomina Las Parcelas de lbiricu. Fue a raíz de la puesta en cultivo cuando quedaron al descubierto los restos materia­les.

ABide *

l"iavar~afarroa

o 30km.

Figura l. Allide. Ubicación.

Las primeras noticias las proporciona Argandoña (1997). Menciona la presencia de cerámica, sigillata y pigmentada, también dos dardos y dos monedas, entre las que destaca un ejemplar de la serie conocida como de "la caetra" (RPC 4; DCP 4). A partir de los materiales quedaba claro que se trataba de un yaci­miento romano, pero es la presencia de la moneda, junto a los dardos, lo que le da pie a plantear que posiblemente, se trate de un pequeño asentamiento militar romano.

Al hilo de esta noticia, años después, se intenta recabar información entre los vecinos de la zona para comprobar los datos y ampliarlos en la medida de lo

KOBIE (Pa!eoantropología n.0 28), año 2009

posible. Este paraje no reúne condiciones para un hábitat estable, su uso se destina a cultivo y el entorno más próximo a pastos estivales, por lo que los datos que se han podido recoger son reducidos.

Las noticias proporcionadas por Argandoña (1997) resultan veraces y parecen indicar, como el autor afirma, que podríamos encontrarnos ante un pequeño establecimiento militar. Pero entre los datos recaba­dos se comprueba que, además del as de Augusto "de la caetra", fueron halladas durante la ejecución de labores agrícolas, en diferentes momentos, otras tres monedas. El lote reviste el suficiente interés, por ello se completó su estudio (Martínez, en prensa) y se tomó como punto de partida desde el cual retomar el tema de Allide y ampliar la información sobre el yacimiento. En este sentido, el último paso que se ha dado es llevar a cabo una pequeña prospección que se ha concluido a lo largo de 2008.

La intervención arqueológica de 2008 se planteó como una prospección visual sin mayor ambición que reconocer el terreno, recoger alguna muestra e inten­tar despejar tres cuestiones que se consideraban fun­damentales para poder caracterizar el yacimiento: el tipo de asentamiento, la cronología y la función con­creta que desempeñaría el establecimiento en el lugar donde se emplaza. Los resultados obtenidos y las conclusiones que de ellos se derivan, son los que se ofrecen a continuación.

II. EL YACIMIENTO

Nombre: ALUDE (YERRI 34).

Paraje: Allide I Parcelas de Ibiricu.

Entidad: Ibiricu.

Zona: Valle de Yerri I Deierri.

Navarra / Nafarroa.

Coordenadas (punto central): 30579511 E / 4737013 N.

Parcela (SIGPAC): 31:260:0:0:36:147:5.

Cartograña: IGN. Hoja 140. Estella. Escala 1: 50.000

Allide queda destacado como una pequeña zona llana y despejada entre Kurruskarraz al oeste, El

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,\,\fl'>t(H{A MAlfl'ÍNE7. Vli.LASO.)

Raso de l.e:i.:au11 al noreste y Ja ligera elevación de La Planilla Alla al este. fil y:tcinúenlo se encuentra al noroe~te dentro de las parcelas, es una subdivisión de una parcela mayor (figura 2). No hay niugún hito que lo destaque.

FJ&ura 2. Lbicacióu dtl yaciJWento (YBR.34) y dcJ hall,.r.go de 1,,. punta de k1n7.a. \'~R.911Cli en el pllnljc tm AUidc.

A píe de Lcrrcno se ollsc1va una mancha oscura que destaca en ill pm:cel:t, de unos 15 por 25 metros tal y como señala Argandoña (1997: 316). Dentro de ella se consU.La Ja presencia de algunos mareriale~, no muy ilbundanles, espechtlmenle síi,".illa.ta y algo de cerámíca común. La díspe1·sión de los materiales y ill ma11cha coinciden. lo que proporciona wi yacimiento de reducidils dimensiones.

Llama la atención la ausencia de materiales de construcción. especialmente té gulas e ímbrices. Tampoco se observa Ju presencia de ladrillo. moncros de cualquier tipo o restos de mampostería local o

piedra fo1·á.nea que pudiera haber sido empleada en fa consttucci6n. Sobre este último aspecto hay que b<1cer dos observaciones;

1- Lil tierra se prospectó recién Jabrnda, en un momento pl'Opicio para ello, por lo que la ausencia de piedra es posible que responda a Ja realidad puesto que, de Jo contrurío, se hubiera observado la presen­cia de piedra en ese 111o~nto. Se revisaron, paru asegurarse, los marcueros próximo~. pero no se pudo identificar nad~ •Cñalable.

2- Junto a las parceli1s, se levantó en su momento uuas paredes de piedra que sepitrnban los ténninos de Tbiricu y Le?.auo. Puede ser posible que, de habe1· habido estmcl.ura8 en piedra, éswis se hubieran des­montado para reutilizarla8 en las paredes, pero 110 •C

observo nada definitivo.

El yaclmleuto no p1esenta en superficie una gran entidad y si11 una intervención arqueológica que per­mita ampliar y matiz;tr los dalos, sólo cabe plantearse la po~ibílidad de que quizá nos encontremos ante alguna pequeña estructura.

ID.MATERIALES

Se recogió una 1educida muestra de milleriales cerámicos y metálico~. en total diecinueve. Los m;\leriales, como se ha señHlado, eran escasos. EJ objetivo era doble, intemar ucotar el Illitrco cronoló­gico dentro del período romano e intentar caracterizar el yacimienro.

m.1. c~rámica.

La muestra se concreta en cato1'Ce fragmentos de Term Sisillata. luda ella Hispa11ica (TSH). A ella se le une un bo1'de de mo11ero (figurn 4. 5), el único fragmento de común roma11a recogido. La mayoría de !~ cerámica "omún observada corrcspondfa a galbos, pe1·0 se reveló poco expresiva en unu intervención preliminar como ésta para determinar cl'Onologías.

BJ nolllbr<: ''>lrfl'I, JluOOe ~T tsmhiCn "m('lrcucro•·, .,ucra de NovOIJiU Wmbién ~emplea ilc funna 1nuy CJtlcnJida d. táluluo ·•1najano'', Los montones de piC<1Tl'I que si; :lCl.1m,1llln en J~s li11ctcs u nñJJ¿u.; de lns t:iunpos, prucctlen~li- de Ja Jimpie~a de picJrus pu·Wdica de l<1s wis1110~.

KOBTE (P3lca3.lltmpnlosía 11." 2S). 3~ 2009

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tiL PUE.~' l(J ~ntr1'All ROMANO OE ALLIDE {IHUUCU, NAVARR."J. l'f{QSl't-:(:C1ó,.; ~lll:S. l.J7

ALLIDE 2008. TSH 37.

.. ... ·~--

Se han identificado dos fmgmentos de un mismo fondo de TSH Forma 37 (figura 3). Tnmbíén se han identificado un boroe de Ju Fomm 29 (figurn 4. 2), otro galbo de m Forma 37 de otro ejemplar cer~co diferente al anterior (figura 4.4), un borde posible­mente de la Fom1a JO (figura 4.1) y un borde de una botella de la Forma 20 o quiú 32 (figura 4.3) .

IIl2. Metales.

Se han recogido tres objetos: un cuchillo, una tachuela (clavi caligae) y un parche de plomo para cctámica. Se observó Ja prc....cncia de algunos clavos de hierro. pero no $C recogieron J'lOT COn$iderar que señalar su prescn~ia era suficientemente expresivo.

El cuchillo es dc hiem.>. de un solo filC>, lomo recto y enm"ngue en espiga, plana ~fi¡¡um 5.1). L<1 boj" mide 15' 1 cm. de lar¡;o en rotal y 2·2 cm. de ancho. La espiga e5tá fracturada, el fragmento conservado mide 1 '2 cm. de largo por 1 ' 1 cm. de ancho.

2 en total nlide. 16·~ cru de largo, pe.ro 111 c,1, i.S" cs·fá 1'Cl1.a,.por lo t.1ue se señuhl'el ltt.ri;ü de lo. huj11 COwU J¡i(() uu». expresi~·u.

KOBIE (Palco11,11tropolo¡;Ca.n." 2a), nllo 2009

,_. 1 2

• 3 4

5

AWOE. YER34. Cerámica. ., .... Figuro 4. AJJj(I..? 2008. Th1\'3. SigilL1ta liispa.ui<.:a.: l. 1.Ponnu 10?. 2. Forma 29. 3. ¿Forma.·32 / 20'?. 4. r:omu1. 37. Cnmún mninn:i: S . . \·Ji.mero.

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o-~-o & 1

© 2 3

tolgura 5 . . ~lfJ<L:.. Metak!'.: 1. Cuchi11o de bictro. 2. Pu'Cbe iJe pbn<>. 3. Ta.d1uela (c.iuvi <'ali.gr.re) .

La tachuela es de hierro, la cabeza mide 1 '2 cm. de diámetro (figura 5 2). Está muy desgastada por lo que ya oo presenta el clásico perfil piramidal, pero el vástago está c•Jmplcto y presenta Ja típica curvatura medi<tl, deri"ada de la necesidad de doblarlo uoa vez clavado en el cuero para que no u·a.~pase toda Ja caliga.y se clave en el pié del usuari\).

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238 ANTXOKA MARTÍNEZ VEl..ASCO

El parche es de plomo, con el anverso de perfil circular y superficie plana (figura 5.3). El reveso es de perfil irregular y superficie igualmente irregular. Entre ambas caras presenta una ranura perimetral que aún conserva restos de cerámíca. Se emplea como parche para reparar perforaciones en cerámíca y fun­ciona igual que lo hacen los remaches.

ID.3. Conclusiones de los materiales.

Los materiales cerámicos son típicos de cualquier yacimiento romano de habitación. Las tachuelas (clavi caligae) se asocian por principio con el mundo militar romano, pero no es raro su hallazgo fuera de contextos militares, por lo que se señala como dato a tener en cuenta sin ser definitivo. El cuchillo parece más bien de uso civil, sin mayores precisiones.

En cuanto a la cronología, la sigillata presenta cronologías amplias que van del siglo I d.C. al Il ó m d.C. El contexto general sugiere una ocupación en el siglo I d.C., aunque el fragmento de la botella, Forma 20 ó 32, parece más propio del siglo Il d.C. Por lo tanto, y como hipótesis de trabajo, se propone una cronología para la ocupación del yacimiento entre los siglos I y Il d.C.

IV. LAS MONEDAS

A partir de los datos recabados entre los vecinos del entorno donde se encuentra Allide, se tuvo cono­cimiento de la existencia de otros tres ejemplares numismáticos que se unieron a la moneda señalada ya por Argandoña (1997: 317) en su momento. El lote se estudió de forma individualizada por lo que, para evitar reiteraciones, sólo se refieren aquí las conclu­siones extraídas del mismo. Para más detalles se remite al estudio completo (Martínez, en prensa).

l 2

3 4 Figura 6.Monedas: l.As de Barskunes (CNH 249.1-3; DCP 1). 2.As de Augusto. Caetra (RPC 4; DCP 4). 3. As de Augusto de Calagurris (RPC 434; DCP 9). 4. Sin identificar.

1. As. BASKUNES. - Mediados y segunda mitad s rr a.c.

V 45.7, CNH 249.1-3, MLH 38-4.7-4.8, 4.11, DCPl

(figura 6.1)

2. As. Copia de "Caetra". -Augusto (27/14 dC).

RPC4,DCP4

(figura 6.2)

3. As. Calagurris. Augusto, ante 11 aC.

Resello de cabeza de águila a la derecha (figura 7.1)

V 157.5,RPC434,DCP9V 157.5,RPC434,DCP 9.

(figura 6.3)

4. ¿? (No se ha podido determinar)

(figura 6.4)

La única relación entre las monedas se establece en la procedencia de un mismo yacimiento, sin for­mar un tesorillo u ocultación, por lo que debemos considerarlas pérdidas de circulación.

El marco cronológico que establece el conjunto, a partir de las fechas de emisión, se establece entre mediados del siglo Il a.C. y el 11 a.C. Queda fuera de este marco el cuarto ejemplar.

Ahora bien, el as de baskunes es la emisión más antigua, pero se encuentra muy desgastado, por lo que la pérdida es muy posterior. La moneda de la caetra resulta la referencia básica. Ésta se encuentra bien conservada, de tal forma que la fecha de pérdida se encuentra próxima a la de acuñación. No sería descabellado pensar en establecer una fecha de inicio del yacimiento en torno al cambio de era, en el con­texto de la reorganización del territorio hispano lleva­da a cabo por Augusto en el momento posterior a las Guerras Cántabras. El as de baskunes presentaría un período de circulación amplio motivado por la esca­sez de numerario que obliga al abastecimiento mediante acuñaciones en Hispania como las de la caetra, el resellado o la partición de moneda, así como al mantenimiento en circulación durante largo tiempo de emisiones muy anteriores (García-Bellido

KOBIE (Paleoantropología n.• 28), año 2009

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EL PUESTO MILITAR ROMANO DE ALLIDE (IB!RICU,NAVARRA). PROSPECCIÓN 2008. 239

2006: 623 ss.). Atendiendo al mismo principio, tam­poco resulta exagerado pensar que el período decir­culación del as resellado de Calagurris sea prolonga­do en el tiempo, pudiendo llegar hasta principios del siglo II d.C. en consonancia con la sigillata.

Por lo tanto, el marco cronológico que se deduce y propone para el yacimiento a partir del lote numis­mático, presentaría una fecha de inicio en tomo al cambio de era y se extendería a lo largo del siglo 1 d.C. pudiendo, eventualmente, llegar a inicios del siglo II d.C.

Una segunda cuestión es el carácter de este lote. Son dos los ejemplares claves para entenderlo, la moneda de la caetra y el as de Calagurris. Parece existir un consenso en tomo a la emisión de la caetra y su carácter militar. Estas denominadas "copias de caetra" se han puesto en relación con el abastecimien­to de moneda al ejército en la zona centro-oriental de la Meseta Norte (Pérez González et alii 1995: 201-202, García-Bellido 1996: 107), con una concentra­ción en Herrera de Pisuerga (Palencia), al térrnirio de las Guerras Cántabras. Al final de la guerra, según citan Estrabón (Geographica ID, 3, 8, y III, 4, 20) y Tácito ( Annales IV, 5, 1), quedó una sola legión en el territorio de los Cántabros. Esta legión, parece que puede identificarse con fiabilidad con la Legio IV Macedonica, cuyo campamento se ha propuesto identificar con los restos aparecidos en Herrera de Pisuerga (Morillo 2000; Morillo et alií 2006: 305 ss.). Por lo tanto, podría ser posible que la circulación de esta serie numismática estuviera vinculada con la Legio IV Macedonica.

Respecto al as de Calagurris, tampoco cabe mucha duda sobre el carácter militar de la contramarca de cabeza de águila (Guadán 1960; Blázquez Cerrato 1999; Morillo 1999; Rodríguez Casanova 1999; García-Bellido 1999, 2006: 567 ss.). En este caso tenemos un punzón destrorso que presenta como rasgo característico cuatro pequeños trazos en la base del cuello como indicación de plumas (figura 7 .1). Punzón similar se conoce en el ámbito de los campa­mentos estables de Hispania (García-Bellido 2006: 293 ss.) aunque no se puede asociar a una unidad militar en concreto. No se tiene noticias de otras contramarcas con procedencia en yacimientos nava­rros. Cabe citar, por proximidad, la presencia de dos contramarcas de cabeza de águila en Alava, una entre los hallazgos antiguos de la ciudad de Veleia (Nieto 1958; Elorza 1974; Cepeda 1990: 73, nº 395, 1997: 289, nº 114) sobre una moneda de Tiberio de Cascantum (RPC 425 ó 427; DCP 5 ó 7) y otra en el yacimiento de Las Ermitas, en Espejo (figura 7.2)

KOB!E (Paleoantropología n." 28). año 2009

(Cepeda 2000: 284, nº 454, foto en ficha nº 455) sobre un as de Tiberio de Graccurris (V 163.1, RPC 429, DCP 1). Cabe citar, por último, un as de Augusto de Celsa (V 161.1, RPC 272, DCP 30) con contra­marca de punta de lanza (figura 7 .3) procedente de las excavaciones de la calle Beraketa de Irun (Gipuzkoa) (Urteaga, 1998: 162; Urteaga y Otero 2002: 13, fot. 30.).

l 2 3

l . Allide (lbiricu. Navarra). 2. Las Ermitas (Espejo. Arqbq). 3. Beraketa Karrika (lrun. Gipuzkoa).

Figura 7. Contramarcas: l. Cabeza de águila. Allide (Ibiricu. Navarra). 2. Cabeza de águila. Las Ermitas (Espejo. Araba). 3. Punta de lanza (Legio VI Wctrix). Beraketa Karrika (Irun. Gipuzkoa).

En este caso, el lote numismático se muestra más revelador que el resto de materiales sobre el carácter del yacimiento. La probabilidad de hallar dos mone­das militares en un yacimiento romano de pequeñas dimensiones y alejado de los núcleos de población principales, es reducidísima, por lo que se puede afirmar el carácter igualmente militar del yacimien­to.

V. LAS PUNTAS DE LANZA

Igual que en el caso de las monedas, también a partir de la información recabada entre los vecinos de la zona se tuvo conocimiento de la existencia de dos puntas de lanza (hastae) halladas en las proximidades del yacimiento de Allíde.

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240 ANTXOKA MARTÍNEZ VELASCO

YER.9003 YER.9004

Figura 8. Puntas de lanza (hasta): l. YER.9003. Allide. 2. YER.9004. Parcelas de Zalataun.

l. Punta de lanza (hasta). YER.9003 (figura 8.1).

Lugar del hallazgo I paraje: Allide / Parcelas de Ibiricu.

Entidad: Ibiricu.

Zona: Valle de Yerri / Deierri.

Navarra I Nafarroa.

Coordenadas (punto central): 30579248 E / 4736141 N.

Parcela (SIGPAC): 31:260:0:0:36:147:5.

Cartograña: IGN. Hoja 140. Estella. Escala 1: 50.000

-Medidas: Largo Máximo: 13,4 cm.

Largo de la hoja: 11,2 cm ..

Largo del enmangue (conservado): 2,2 cm.

Ancho Máximo de la hoja: 2,4 cm.

Espesor Máximo de la hoja: O ,7 cm.

Diámetro Máximo del enmangue: 1,1 cm.

Punta de lanza de hierro forjado, perfil lanceolado y sección romboidal poco marcada, con enmangue tubular. La conservación es irregular. Fue hallada a unos 500 m. al sur del yacimiento romano (figura 2, figura 9) durante la ejecución de labores agrícolas. No se ha podido determinar el lugar exacto del hallazgo dentro de la parcela, pero el reducido tama­ño de ésta, una pequeña subdivisión de la parcela mayor designada en SIGPAC, permite acotar bastante bien el lugar. La visita al lugar para intentar determi­nar el contexto no ha permitido mayores precisiones que constatar el hallazgo de un pequeño fragmento de sigillata.

2. Punta de lanza (hasta). YER.9004 (figura 8.2).

Lugar del hallazgo I paraje: Allide / Parcelas de Zalataun.

Entidad: Lezaun.

Zona: Valle de Yerri / Deierri.

Navarra I Nafarroa.

Coordenadas {punto central): 30580065 E / 4739298 N.

Parcela (SIGPAC): 31:154:0:0:5:204.

Cartograña: IGN. Hoja 140. Estella. Escala 1: 50.000

-Medidas: Largo Máximo: 15,3 cm.

Largo de la hoja: 11,3 cm ..

Largo del enmangue (conservado): 2 cm.

Ancho Máximo de la hoja: 3 ,3 cm.

Espesor Máximo de la hoja: 0,3 cm.

Diámetro Máximo del enmangue: 1 ;2 cm.

Punta de lanza de hierro forjado, perfil lanceolado y sección romboidal poco marcada, con enmangue tubular. La conservación es irregular. Fue hallada a un kilómetro aproximadamente al norte del yacimien­to romano. La parcela de referencia se encuentra en el ángulo NE que forman la carretera NA-120 y el camino que se dirige a las bordas de Zaborrate y a la Sierra de Andia, a la altura del P.K. 18 (figura 9). No se ha podido determinar el lugar exacto del hallazgo

KOBIE (Paleoantropología n.º 28), año 2009

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dentro de la parcela. En la visita de comprobación al lugar tampoco se ha observado nada que permita apuntar un contexto para el hallazgo.

La tipología de las lanzas responde a modelos romanos (Bishop y Coulston, 1993: 68-69) y en el caso de la YER.9003 parece que se confirma con el fragmento de sigillata observado en la zona del hallazgo. El tipo presenta el inconveniente de la escasa variación formal a lo largo del período roma­no, por lo que no se puede precisar la cronología por esta vía. Son múltiples los ejemplos identificados como militares romanos, de esta forma, están los de Salvatierrabide (Álava) (Gil, 1990: 152; Filloy y Gil, 2000: nº 172, p. 234), Arcaya (Gil, 1990: 154; Filloy y Gil, nº 173, p. 234), Iruña/Veleia (Gil, 2000: Nº 1-6, p. 167) o bien, procedentes de contextos militares, la de Aquae Querquennae (Portoquintela, Prov. De Ourense) (Vega, 2000: pp. 397 y 402, fig. 1.1), Los Majuelos (Palencia) (Fernández, 2006: 269, fig. 5.5), Cidadela (A Coruña) (Caamaño Gesto et alii: 2000: fig. 2) o la de Las Minas (Zamora) (Fernández, 2006: fig. 15.3). Aunque los paralelos más representativos se encuentran en la propia Navarra, en el yacimiento de Espinal, identificado con la mansio de Iturissa (Pérex y Unzo, 1992; 1997; 1998, 2007), con varios hallazgos en superficie (Pérex y Unzo, 1998: 97, fig. 5, nº 1-9) y también en contexto funerario como parte del ajuar del difunto3. La necrópolis de Espinal se ha identificado como militar por sus investigadoras pre­cisamente a partir del hallazgo de puntas de lanza y por la asociación de éstas con un tipo de fíbula que se denominó Iturissa4, que constituye una variante local de las fibulas aucissas, claramente vinculadas al mundo militar romano (Pérex y Unzo, 1997; 1998: 118).

Feugeré, a propósito del estudio de la rnilitaria de la Galla Meridional, recoge un ejemplar de tipología similar procedente de las excavaciones de la villa de Prés-Bas (Hérault, Francia) (Feugeré, 2002: fig. 12-71, p. 97) y sugiere que estos tipos de lanza, en contextos civiles, se deben vincular más bien con la actividad cinegética que con la militar. Efectivamente, es frecuente el hallazgo de armamento de tipología militar en contextos civiles. En este caso también se ha considerado esa posibilidad ya que puede encajar como explicación para los hallazgos aislados, pero se descartó en su momento. La razón principal de ello reside en el hecho de que, como se menciona más arriba, el único referente con el que se pueden asociar

3 Así, por ejemplo, se encuentra en los enterramientos nº 8, 13, 29, 34, 41y44 (Pérex y Unzu, 1998: 88-112).

4 Las fíbulas de Iturissa conforman el tipo 25 de la tipología de Erice (1995: 152-161) y presentan una cronología amplia que se extiende desde los siglos I al IV d.C.

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estas dos lanzas lo constituye el yacimiento de Allide que, a la luz de los datos recabados, se puede identi­ficar como militar romano. Precisamente el criterio del contexto es la clave en el caso de hallarnos ante casos donde el armamento se muestra ambiguo en su carácter, civil o militar, por ello, el ejemplo de Feugeré cabe interpretarlo como civil destinado a la caza puesto que ha sido hallado en la villa de Prés­Bas, pero los ejemplares de Allide y las Parcelas de Zalataun, sin otro yacimiento a la vista con el que asociarlos, serían militares.

Con relación a la lanza YER.9003, y tomando como referencia el conjunto de necrópolis y poblado de Espinal, también cabe plantearse como hipótesis de trabajo que pueda formar igualmente conjunto con el yacimiento romano. Los datos disponibles no per­miten mayores precisiones por lo que se plantea úni­camente como una posibilidad a tener en cuenta de cara a futuras consideraciones; entretanto, se ha catalogado de forma individualizada como un hallaz­go aislado.

VI. INTERPRETACIÓN DEL YACIMIENTO

Atendiendo al carácter militar del conjunto numis­mático, unido al hallazgo de una tachuela entre los materiales de superficie, así como al hallazgo en las inmediaciones de dos puntas de lanza de tipología romana, asociables por proximidad al resto del con­junto, se puede proponer una adscripción militar para este yacimiento. El área reducida donde se concentran los materiales parece indicar un pequeño asentamien­to, quizá un pequeño puesto militar para una guarni­ción igualmente reducida como un contubernio. La ausencia de materiales de construcción, unida a la presencia de clavos, sugiere un alzado en materiales perecederos. La presencia de distintos elementos cerámicos y el arco cronológico que sugieren las monedas, indican una cierta estabilidad del emplaza­miento que se pudo desarrollar entre los siglos I y II d.C.

Resulta difícil imaginar un puesto militar romano en un entorno despoblado a menos que cumpla una función determinada. Una posible respuesta la pode­mos encontrar en Sayas y Pérex (1987), que realizan una propuesta de identificación de la red viaria roma­na en Navarra y sugieren la posible presencia de un ramal que pase por Ibiricu. De esta opinión es tam­bién Castiella (2003: 266 y fig. 200) quien propone un trazado que partiría de Guirgiñano y atravesaría Muzqui, Muez e Irujo para adentrarse en el paso entre

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las sierras de Urhasa al oeste y Andfa al este, pasando necesariamente p01 la Venta de Zumbel, muy próxima a Allide, en dirección a Ztlbide y Bakaikoa, donde enlazarla con In vía 34 del Itinerario de Antonino que atra,~esa de fonna longirudinal La Barranca. Castiella (2003: J67-16R), a partir de una uoticia de Taracena y Vazquez de Parga (1947) :;obre la posible presencia de un tramo de c•lzada entre lbiricu y Abiírzuza, también se plantea Ja posibilidad de que exista un tramo de calzada entre estas dos poblaciones. Ahora bien, esta posible ca liada romana es descartada como tal desde el punto de vista de la ingeniería romana por Moreno (2004: 128), puesto que entiende que tanto el trazado como Ja ejecución son, a todas luces, moder­nos.

Un dato que debemos tener presente es el del ori­gen y destino de las vías a fin de determinar la romanidad de una propuesta de tra7ado. El destino sería Ja Barranca, pero el origen ya es otra cosa. Una pista Ja proporciona Argimdoña (1997: 317) al men­cionar de pasada la existencia de poblamiento indíge­na en Iruñcla (Figura 9).

A partir de los datos recabados en la cuestación entre los vecinos de la zona, se realizó una \~sita puntual a Jrnñela y se confirmó Ja existeucia de cerámica a mano y a torno en este núcleo de pobla­ción, concretamente eu Ja pane superior del pueblo, especialmente en el lado que mira a lbiricu, al norte, y en dos pequeñas terrazas delante de la iglesia. También se observó eu ht zona norte' Ja posible pre­sencia de un acceso retallado en Ja roca y parcialmen­te colmatado, un esviaje en forma de "L". T;tnlbién se recogió la referencia a la existencia de rescos romanos que, en cierta medida, permiten confirmar Ju sospecha previa de existencia de poblamiento romano fundada eu el hallazgo de una estela empotrada en las ruinas de la ermita de San Esteban", en la zona superior. El nombre de lTUñela pan:ce pr1>venir de Iruñu=Ciudad1, al que algún escribano castellano parlante, ~;glos después, le pudo añadir el "-ela" diminutivo castella­uo, por considerar que, ya para aquel moruemo, aquel núcleo de población no tenía entidad como para lla­marse ciudad. Lo curioso es que, los poblados de la Edad del Hierro, es más frecuente que se designen en la toponjmia de época moderna a partir de /ri, Muru O· bien Horma. Por ello, se plantea como hipótesis de trabajo, que siendo d tén.nino /ruña medieval, para designar ciudades, recibiera éste no porque lo fuera en época medieval, sino porque lo había sido ante-·- - - --- -

5 Junto a la esco1nb,ero del pueblo. 6 Marco Simún. 1979: 238-239 ~tela ?\"" 23. escen~ t..-in~gili1.:al

oeuestrc C<ln to10. 7 "/ruña, Uilla iiuta Er-e11Jc1:.u 1098'' (Jiweuu JU"río. 1995:

11'16clo)

rionnente y en fechas posteriores se le siguiera denominando de la misma forma, ciudad::iruña. Jruiiela es un emplazamiento Jjg<..-ramente elevado, definido en el terreno, y cpntrola el acce:;o al paso de las sierras de Urbasa y Andfa. Podría ser el punto de origen.

Flgusa 9. Ubj•:a(;ióu dt'1 pues{I) 1nilito:r roman-O )' halla:i.gos <le Jan.Zas. f'n~ihJc CJa1.ado del camino en éJloc-a mmana.

Cabe plantearse que el trazado del cainino, en líneas geu~Tales, se solape· con la NA-120 a lo forgo de la ruta que atraviesa las sienas. El trazado del cammo en el punto coucreto donde se ubica el yaci­miento resulta dificil de precisar, pero eJ· hilo argu­meotal es el núsmo q uc al inicio: e$ difícil plantearse un camino que deje alejado del mismo al puesto militar que Jo vigila y controla. Por ello, es posible que en esta zona, en VC1.. de continuar hacia Lczaun, $C encamine desde las Parcelas de :Z.alat:wn hacia el yacimiento romano y continúe en dirección sur

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pasando por Atabes hacia Ibiricu, y de ahí a Iruñela, de tal forma que, además, seguiría el trazado más corto para atravesar la zona y llegar al punto de des­tino (figura 9).

Sobre la razón que determina la ubicación de un puesto militar precisamente en Allide, se nos escapa. Es posible que, en el contexto de los caminos secun­darios, pretenda controlar, además del paso principal, caminos laterales, por ejemplo, el Portutxar de Ibiricu, que permite el paso hacia Urbasa (Argandoña 1994: 84).

Una última cuestión son los restos materiales. Durante la prospección se buscó algún vestigio en los alrededores del yacimiento de lo que pudiera haber sido una calzada y su trazado. No se halló nada. Con relación a los restos que recoge Castiella (2003: 165 ss, 266 y fig. 200) se comparte la opinión de Moreno (2004: 128), con una matización, realmente no creo que haya una calzada como tal sino más bien un camino o ruta que se encontraba en uso en época romana. Todo parece indicar que, efectivamente, la calzada que recoge Castiella sea de época moderna. Sin embargo, viene a acondicionar una ruta muy anterior que tradicionalmente a permitido comunicar por la vía más corta, los valles de Yerri y Guesálaz, en Tierra Estella, es decir, la Navarra Media occidental, con La Barranca, la principal ruta de paso entre la Llanada alavesa y Navarra, el Corredor del Arakil, por donde discurre la vía 34. Lo que se plantea, por lo tanto, es la existencia de una ruta de paso natural que en el esquema viario romano queda en un plano muy secundario pero que perfectamente pudo ser utilizada tanto en esta época romana como en momentos anteriores. Este puesto militar viene a cubrir un vacío en una zona de paso despoblada que precisa de vigi­lancia y control.

VII. CONCLUSIONES.

En resumen, todo indica que podríamos encon­trarnos ante un puesto de control y vigilancia, quizá una turris, como las identificadas en Cantalar (García: 1997), Pedriz (Castiella 2003: 128) o Tulebras (Castiella 2003: 129), también en Navarra, que per­maneció en activo desde el cambio de era hasta algún momento del siglo II d.C.

8 El término Atabe hace referencia a ate=puerta, paso natural, que aún hoy es el más directo desde el paraje de Allide hacia Ibiricu.

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Al inicio de la presencia romana en el solar vas­cón, los primeros trabajos a llevar a cabo en un terri­torio en proceso de reorganización, serían los relacio­nados con la explotación de las minas y la creación de toda la infraestructura viaria que permita el tránsito de mercancías, facilite las comunicaciones y de cohesión a todo el territorio. En este contexto se enmarca la presencia del ejército romano en Allide. Tal y como señala Castiella (2003: 47), el territorio de los vascones interesa a Roma por los caminos, no por la economía.

La vinculación entre el ejército romano y las vías queda atestiguada, por ejemplo, en diferentes milia­rios, concretamente en dos fragmentos de un miliario de Castiliscar (Beltrán 1970; Castillo 1981; Castillo, Gómez-Pantoja y Mauleón 1981: 17 y 21, nº 1 y 2), en la comarca de las Cinco Villas (Zaragoza), fechado en el año 9 a.C. según la tribunicia potestas de Augusto (XV), y en otros dos miliarios más, uno de Castiliscar, fechado en el año 5 a.c. según la cifra. del consulado de Augusto (XII), que hace referencia a la Legio VI Victrix (Escalada 1934: 274), y otro de Ejea de los Caballeros, que menciona a la Legio X Gemina y está fechado igualmente en el año 9 a.c. según la tribunicia potestas de Augusto (Fatás y Martín Bueno: 1977: 19). La zona de las Cinco Villas se ha puesto en relación con la calzada Oiasso­Caesaraugusta, dentro de la cual sería un nudo de comunicaciones (Aguarod y Lostal 1982: 167-28, nº 1, 5 y 7).

Sobre la vinculación entre el ejército romano y las vías de comunicación, resulta especialmente signifi­cativo el hallazgo de la contramarca de la punta de lanza en las excavaciones de la calle Beraketa, en Jrún9 (figura 7 3). Esta contramarca presenta como particularidad poder asociarla directamente con una unidad legionaria, en concreto con la Legio VI Victrix (García de Figuerola y García-Bellido 2002: 451-469; García-Bellido 2006: 575-578). Máxime aún, en este caso, cuando el hallazgo se produjo en el contex­to de un taller de herrero donde, entre otros objetos, se han hallado clavi caligae (Urteaga y Otero 2002: 13). De los ejemplos conocidos, todos se encuentran sobre moneda augústea de Celsa (RPC 270, 271 y 278), la contramarca se estampa sobre el anverso y, muy significativamente, sobre la cara de Augusto. Se conocen algunos otros ejemplos contramarcados con punta de lanza (García de Figuerola y García-Bellido 2002: 456 ss; García-Bellido 2006: 248-250) pero sólo del ejemplar hallado en Petavonium (Rosinos de

9 Para la descripción de la moneda: Urteaga, 1998: 162. Una buena foto: Urteaga y Otero 2002: 13, fot. 30. Sobre la contramarca y su identificación: Martínez, en prensa.

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Vidriales, Zamora) (Cruces y Gómez, 2006: 219, RV/1/14) se tiene constancia de su procedencia. Esta contramarca de Oiasso, es la segunda con proceden­cia conocida y viene a confirmar lo ya expresado por García-Bellido (2006: 576-577) quien supone para ella un origen en el NE peninsular, mientras la Legio VI funda Caesaraugusta junto a la Ilil Macedónica y la X Gémina y trabaja en la construcción de la calza­da Caesaraugusta-Oiasso.

Esta vinculación entre contramarcas militares y vías viene a confinnar a su vez lo dicho para la con­tramarca de cabeza de águila de Allide (figura 7.1). De esta forma además, la explicación del hallazgo de contramarcas de cabeza de águila en Veleia (Nieto 1958; Elorza 1974; Cepeda 1990: 73, nº 395, 1997: 289, nº 114) estaría en relación con la Vía 34, la misma que vigilan los militares destinados en Iturissa. La misma explicación debiéramos buscar para la contramarca de Las Ermitas (Espejo, Álava) (figura 7.2).

Una última cuestión es el por qué de la necesidad de vigilar un camino secundario. En el caso de Ituri~sa C?~pinal), por ejemplo, tiene sentido la pre­sencia rmhtar romana a partir de su vinculación con la vía 34 del itinerario de Antonino (Pérex y Unzu, 2007: 156), es decir, una vía principal muy transitada. Por eso precisamente, cabe plantearse que, al contra­rio de la imagen pacífica que presenta Castiella (2003: 27) de la sociedad vascona, ésta, es una socie­dad guerrera y la presencia de Roma en su territorio no siempre fue bien recibida, como lo demuestra el poblado asaltado por tropas romanas de Altikogaña (Martínez 2003), en Eraul, al norte de Estella, y muy cerca de Allide, o la noticia sobre el posible hallazgo de un campo de batalla en la Sierra de Aranguren (Armendáriz 2005: 50), lo que justifica la necesidad de una presencia militar incluso en vías secundarias.

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