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20 DÍA DE FIESTA / II EL DÍA, Tenerife, domingo, 15 de enero de 1984 En una de sus primeras escalas, el «Achille Lauro» coincidió en Santa Cruz con el «Canberra». Son los únicos trasatlánticos que llevan los botes salvavidas a la altura de la cubierta principal N UESTRA ciudad, que bien vive la tembloro- sa pulsación de todo el Atlántico —que bien vive la em- briaguez de la mar alta, plena y sola— pasó de la etapa de la ve- la a la del vapor casi sin sentir- lo, como también lo mismo ocu- rrió cuando los leves escapes de los motores dieron fin a los negros y espesos penachos que escapaban de las chimeneas de mucha guinda y daban sombra a las estelas de espumas rotas. Ahora, cuando los trasatlán- ticos vuelven a la mar —Astor, Europa, etc.— resucita la ima- gen de dos de ellos en aguas de Santa Cruz de Tenerife. Es obra —buena obra— de Juan Her- nández, el buen compañeros que siempre logró magníficos trabajos en aquel su quehacer, su muy buen quehacer. Cuando comentamos el paso de las eta- pas por el puerto de Santa Cruz de toda la isla de Tenerife— esta imagen en la que Juan Hernández logró, desde el ex- tremo del Muelle Norte, a los dos únicos barcos de pasaje que, en toda la historia de la navegación, llevan —pues am- bos están aún a flote— los botes salvadidas en pescantes de gra- vedad ya la altura de la cubier- ta principal, que no en la de pa- seo, como es clásico. Aquí, el Achille Lauro en el avante poca de las entradas y, en el Muelle Sur —y como siempre proa a tierra— el Canberra, de la cen- tenaria P. and O., la Peninsular and Oriental tan ligada en sus primeros años de servicio a Cá- diz y Málaga y, luego, necesa- ria como fondo en todo libro de Somerset Maugham. Tras un largo año de estan- cia en Santa Cruz —en ese Mué- Santa Cruz de ayer y de hoy £1 puerto de la generosa y noble bondad lie Sur que, según don Víctor Zurita, era la prolongación de la calle del Castillo— el Achille Lauro se encuentra en Genova y, por lo que al Canberra res- pecta, tras su etapa como transporte de tropas cuando el conflicto de las Malvinas, ha vuelto a la mar en cruceros de turismo y, con el (Meen Eliza- beth 2, su estampa marinera, fina y elegante, de nuevo ha lu- cido en su tradicional atraque del Muelle Sur. Los dos trasatlánticos que aparecen en el documento grá- fico de Juan Hernández, son de líneas precisas y preciosas. Ambos han dejado sus nombres en la buena historia del puerto tinerfeño pues, como otros mu- chos, forman la sal íntima de la vida marinera de Santa Cruz, el puerto de los ya idos bergan- tines, goletas, fragatas y bric- barcas, el puerto de los carbo- neros y las gabarras, el puerto de toda una marina que hoy es casi romántica. La quilla del hoy Achille Lauro, se arboló en enero de 1939 en los astilleros holande- ses de la De Schelde, en Vlissin- gen, de los que iba a ser la construcción número 214. Un año más tarde, y como conse- cuencia de la Segunda Guerra Mundial, fueron paralizadas las obras, y ante el temor que el DE AMISTAD XO DE ENERO Martes día 17 de enero A las 20 horas CONCIERTO ORQUESTA DE CÁMARA JUVENIL A CARGO DE LOS ALUMNOS DEL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA barco fuese terminado por los alemanes, los grupos de resis- tencia sabotearon el casco que, con graves averías, quedó en grada hasta el final de la gue- El 1 de julio de 1946, el cas- co del Willern Ruys —que así fue bautizado— resbaló por la grada y, en noviembre del año siguiente, tras las pruebas de mar fue recibido por la empre- sa armadora, la Rotterdams- che Lloyd, de Amsterdam. En- tonces era un trasatlántico de 21.119 toneladas, 192,4 me- tros de eslora y 25,1 de manga que, con ocho motores diesel —seis tipo De Schelde y dos Sul- zer— desarrollaba 38.000 Bhp sobre dos hélices y, a régimen normal, le daban 22 nudos, si bien en las pruebas oficiales al- canzó los 24,62 sin esfuerzo alguno. El entonces Willem Ruys tenía acomodación para 900 pasajeros y, con la cámara completa, el 2 de diciembre de 1947 zarpó de Rotterdam rum- bo a Indonesia. Durante diez años se mantuvo en dicho ser- vicio y, ya en mayo de 1958, inició nueva línea a Nueva York, la cual se cambió poste- riormente a Montreal fletado por la Europa-Cañad a Line. Modernizado en los astilleros de la Wilton-Fijenoord para un «round the world service», pri- mero recaló por Santa Cruz en crucero de turismo —con él vi- no el Oranje, también holan- dés, y luego el aquí bien recor- dado Angelina Lauro— y, ya en enero de 1964, fue vendido al naviero Achille Lauro, quien se hizo cargo de él en diciembre. Rebautizado Achille Lauro y modernizado —quedó con capa- cidad para 152 pasajeros en primera y 1.155 en turista- el tonelaje ascendió a 23.629 to- neladas y, vía nuestro puerto cuando los cierres del canal de Suez, hizo la línea de Australia. En 1972, la naviera Lauro ter- minó su línea regular con Aus- tralia —vía nuestro puerto, los Achille y Angelina Lauro iban por Ciudad del Cabo y volvían por el Cabo de Hornos— y, des- de entonces, ambos se dedica- ron a cruceros de turismo. El 28 de abril de 1975, en aguas de los Dardanelos el Achille lauro chocó con el Yousset, un transporte de ganado libanes que, con la pérdida de uno de sus tripulantes, se hundió poco después. Luego, y siempre con escala en Santa Cruz de Tenerife, cru- ceros y más cruceros de turis- mo hasta que, como todos bien sabemos, llegó aquella larga es- cala y, en el Muelle Sur, el Achille Lauro fue barco de ca- sa, huésped fijo, que con sus ojos —sus escobenes— bien miró a la ciudad marinera que le re- cuerda y que ahora su ausen- cia, su buena presencia en el muelle donde, durante largos meses, bebió luz y sol su gallar- da estampa marinera. El Canberra es la construc- ción número 1.621 de los céle- bres astilleros de la Harland and Wolff, de Belfast, donde nació a la mar bajo el multico- lor de la empavesada el 16 de marzo de 1960. De 45.270 to- neladas —hoy 45.733— era en- tonces el mejor trasatlántico de la P. and O. para la línea de Australia y Nueva Zelanda. Su estampa marinera era —y es- fina y elegante, con dos chime- neas pareadas a popa y largas y bien despejadas cubiertas de paseo. El Canberra tiene 249,9 me- tros de eslora por 31,1 de man- ga y, equipado con propulsión turbo-eléctrica —de la British Thomson Houston- con 88.000 Shp sobre dos líneas de ejes al- canza media de 27 nudos, si bien en las pruebas de mar mantuvo casi los 30. Con aco- modación para 548 pasajeros en primera clase y 1.650 en tu- ristas, el 2 de junio de 1962 zarpó de Shouthamtom rumbo a Sydney y Aukland, servicio en el que se mantuvo —con el Oríana— hasta que retirados los antiguos trasatlánticos de la Peninsular and Oriental del servicio turístico, pasó a susti- tuirlos. Y, desde entonces, su estampa marinera —la misma que Juan Hernández bien logró en una de sus primeras escalas tinerfeñas— nos llega con el rit- mo de su buena marcha, con el sello especialísimo de su cons- trucción. Hoy, el recuerdo de los bar- cos —tanto cargueros como tra- satlán ticos— que trillaron con monótona constancia la línea de Tenerife. Al aire la obra viva de sus lastradas y la buena siembra de puntales. Era el tiempo del trasiego del carbón, de los viejos vapores apresura- dos y, con los buenos correos de la Trasmediterránea —aún con la chimenea negra y franja roja— las contraseñas de otras navieras bien ligadas al tráfico frutero de Tenerife. Eran los años de los vapores de la Otto Thoresen —luego y ahora Fred Olsen Line—, de los Pinillos blancos, los Yeoward, y los ale- manes de las navieras Olden- burguesa y Lloyd Norte. Una estampa de cuando el muelle era —y es— la auténtica fiesta de todos. Ya no están en él las locomotoras que, peque- ñas, sonaban como un terremo- to y, con sus pitazos más ale- gres, iban y venían por la anti- gua carretera de San Andrés. Ya la furia del mar no muere en playa que,-de corazón inquieto y abierto, eran centro de toda la ciudad, eran un verdadero corazón de sal y sol. En la imagen de Juan Her- nández, el puerto de la genero- sa y noble bondad, el de los barcos cuyas vidas son aventu- ra y desventura y que rompían su estela en la cari cié de la ciu- dad marinera.— Juan A. Pa- drón Albornoz. CRUZ ROJA ESPAÑOLA ASAMBLEA PROVINCIAL CENTRO DE RECONOCIMIENTO MEDICO PARA LOS PERMISOS DE CONDUCIR SE PONE EN CONOCIMIENTO DE TODAS LAS PERSONAS QUE TENGAN QUE OBTENER O RENOVAR EL PERMISO DE CONDUCIR, QUE DE ACUERDO CON EL NUEVO HORARIO DE LA JEFATURA PRO- VINCIAL DE TRAFICO, ESTE CENTRO DE RECONOCIMIENTO DE LA CRUZ ROJA Y PARA DAR MAYOR FACILIDAD A LOS INTERESADOS, ADAPTARA SU HORARIO DE RECONOCIMIENTO AL ESTABLECIDO POR DICHA JEFATURA A PARTIR DEL MARTES DÍA 17 DE ENERO, OTTE-T-» ATvmn T7CT A TJT TJr-mn ni? TA QTflTTTTTTJTTT A/TA1MT7TIA- AYUNTAMIENTO DE PUERTO DE LA CRUZ (TENERIFE) OBJETOS PERDIDOS EXPEDIENTE: 28/83. Un sobre con metálico. 29/83. Una cámara fotográfica. 30/83. Un portamone- das con metálico. 31/83. Una pulsera. Puerto de la Cruz, cin-

EL PUERTO DE LA GENEROSA Y NOBLE BONDAD

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz de ayer y hoy", 1984/01/15

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Page 1: EL PUERTO DE LA GENEROSA Y NOBLE BONDAD

20 DÍA DE FIESTA / II EL DÍA, Tenerife, domingo, 15 de enero de 1984

En una de sus primeras escalas, el «Achille Lauro» coincidió en Santa Cruz con el «Canberra». Son los únicos trasatlánticosque llevan los botes salvavidas a la altura de la cubierta principal

NUESTRA ciudad, quebien vive la tembloro-sa pulsación de todo el

Atlántico —que bien vive la em-briaguez de la mar alta, plena ysola— pasó de la etapa de la ve-la a la del vapor casi sin sentir-lo, como también lo mismo ocu-rrió cuando los leves escapesde los motores dieron fin a losnegros y espesos penachos queescapaban de las chimeneas demucha guinda y daban sombraa las estelas de espumas rotas.

Ahora, cuando los trasatlán-ticos vuelven a la mar —Astor,Europa, etc.— resucita la ima-gen de dos de ellos en aguas deSanta Cruz de Tenerife. Es obra—buena obra— de Juan Her-nández, el buen compañerosque siempre logró magníficostrabajos en aquel su quehacer,su muy buen quehacer. Cuandocomentamos el paso de las eta-pas por el puerto de Santa Cruz— de toda la isla de Tenerife—esta imagen en la que JuanHernández logró, desde el ex-tremo del Muelle Norte, a losdos únicos barcos de pasajeque, en toda la historia de lanavegación, llevan —pues am-bos están aún a flote— los botessalvadidas en pescantes de gra-vedad ya la altura de la cubier-ta principal, que no en la de pa-seo, como es clásico. Aquí, elAchille Lauro en el avante pocade las entradas y, en el MuelleSur —y como siempre proa atierra— el Canberra, de la cen-tenaria P. and O., la Peninsularand Oriental tan ligada en susprimeros años de servicio a Cá-diz y Málaga y, luego, necesa-ria como fondo en todo libro deSomerset Maugham.

Tras un largo año de estan-cia en Santa Cruz —en ese Mué-

Santa Cruz de ayer y de hoy

£1 puerto de la generosa y noblebondad

lie Sur que, según don VíctorZurita, era la prolongación dela calle del Castillo— el AchilleLauro se encuentra en Genovay, por lo que al Canberra res-pecta, tras su etapa comotransporte de tropas cuando elconflicto de las Malvinas, havuelto a la mar en cruceros deturismo y, con el (Meen Eliza-beth 2, su estampa marinera,fina y elegante, de nuevo ha lu-cido en su tradicional atraquedel Muelle Sur.

Los dos trasatlánticos queaparecen en el documento grá-fico de Juan Hernández, son delíneas precisas y preciosas.Ambos han dejado sus nombresen la buena historia del puertotinerfeño pues, como otros mu-chos, forman la sal íntima de lavida marinera de Santa Cruz,el puerto de los ya idos bergan-tines, goletas, fragatas y bric-barcas, el puerto de los carbo-neros y las gabarras, el puertode toda una marina que hoy escasi romántica.

La quilla del hoy AchilleLauro, se arboló en enero de1939 en los astilleros holande-ses de la De Schelde, en Vlissin-gen, de los que iba a ser laconstrucción número 214. Unaño más tarde, y como conse-cuencia de la Segunda GuerraMundial, fueron paralizadaslas obras, y ante el temor que el

DE AMISTADXO DE ENERO

Martes día 17 de enero A las 20 horas

CONCIERTOORQUESTA DE CÁMARA JUVENILA CARGO DE LOS ALUMNOS DEL

CONSERVATORIO SUPERIORDE MÚSICA

barco fuese terminado por losalemanes, los grupos de resis-tencia sabotearon el casco que,con graves averías, quedó engrada hasta el final de la gue-

El 1 de julio de 1946, el cas-co del Willern Ruys —que asífue bautizado— resbaló por lagrada y, en noviembre del añosiguiente, tras las pruebas demar fue recibido por la empre-sa armadora, la Rotterdams-che Lloyd, de Amsterdam. En-tonces era un trasatlántico de21.119 toneladas, 192,4 me-tros de eslora y 25,1 de mangaque, con ocho motores diesel—seis tipo De Schelde y dos Sul-zer— desarrollaba 38.000 Bhpsobre dos hélices y, a régimennormal, le daban 22 nudos, sibien en las pruebas oficiales al-canzó los 24,62 sin esfuerzoalguno.

El entonces Willem Ruystenía acomodación para 900pasajeros y, con la cámaracompleta, el 2 de diciembre de1947 zarpó de Rotterdam rum-bo a Indonesia. Durante diezaños se mantuvo en dicho ser-vicio y, ya en mayo de 1958,inició nueva línea a NuevaYork, la cual se cambió poste-riormente a Montreal fletadopor la Europa-Cañad a Line.Modernizado en los astillerosde la Wilton-Fijenoord para un

«round the world service», pri-mero recaló por Santa Cruz encrucero de turismo —con él vi-no el Oranje, también holan-dés, y luego el aquí bien recor-dado Angelina Lauro— y, ya enenero de 1964, fue vendido alnaviero Achille Lauro, quien sehizo cargo de él en diciembre.

Rebautizado Achille Lauro ymodernizado —quedó con capa-cidad para 152 pasajeros enprimera y 1.155 en turista- eltonelaje ascendió a 23.629 to-neladas y, vía nuestro puertocuando los cierres del canal deSuez, hizo la línea de Australia.En 1972, la naviera Lauro ter-minó su línea regular con Aus-tralia —vía nuestro puerto, losAchille y Angelina Lauro ibanpor Ciudad del Cabo y volvíanpor el Cabo de Hornos— y, des-de entonces, ambos se dedica-ron a cruceros de turismo. El28 de abril de 1975, en aguasde los Dardanelos el Achillelauro chocó con el Yousset, untransporte de ganado libanesque, con la pérdida de uno desus tripulantes, se hundió pocodespués.

Luego, y siempre con escalaen Santa Cruz de Tenerife, cru-ceros y más cruceros de turis-mo hasta que, como todos biensabemos, llegó aquella larga es-cala y, en el Muelle Sur, elAchille Lauro fue barco de ca-

sa, huésped fijo, que con susojos —sus escobenes— bien miróa la ciudad marinera que le re-cuerda y que ahora su ausen-cia, su buena presencia en elmuelle donde, durante largosmeses, bebió luz y sol su gallar-da estampa marinera.

El Canberra es la construc-ción número 1.621 de los céle-bres astilleros de la Harlandand Wolff, de Belfast, dondenació a la mar bajo el multico-lor de la empavesada el 16 demarzo de 1960. De 45.270 to-neladas —hoy 45.733— era en-tonces el mejor trasatlántico dela P. and O. para la línea deAustralia y Nueva Zelanda. Suestampa marinera era —y es-fina y elegante, con dos chime-neas pareadas a popa y largasy bien despejadas cubiertas depaseo.

El Canberra tiene 249,9 me-tros de eslora por 31,1 de man-ga y, equipado con propulsiónturbo-eléctrica —de la BritishThomson Houston- con 88.000Shp sobre dos líneas de ejes al-canza media de 27 nudos, sibien en las pruebas de marmantuvo casi los 30. Con aco-modación para 548 pasajerosen primera clase y 1.650 en tu-ristas, el 2 de junio de 1962zarpó de Shouthamtom rumboa Sydney y Aukland, servicioen el que se mantuvo —con el

Oríana— hasta que retiradoslos antiguos trasatlánticos de laPeninsular and Oriental delservicio turístico, pasó a susti-tuirlos. Y, desde entonces, suestampa marinera —la mismaque Juan Hernández bien logróen una de sus primeras escalastinerfeñas— nos llega con el rit-mo de su buena marcha, con elsello especialísimo de su cons-trucción.

Hoy, el recuerdo de los bar-cos —tanto cargueros como tra-satlán ticos— que trillaron conmonótona constancia la líneade Tenerife. Al aire la obra vivade sus lastradas y la buenasiembra de puntales. Era eltiempo del trasiego del carbón,de los viejos vapores apresura-dos y, con los buenos correosde la Trasmediterránea —aúncon la chimenea negra y franjaroja— las contraseñas de otrasnavieras bien ligadas al tráficofrutero de Tenerife. Eran losaños de los vapores de la OttoThoresen —luego y ahora FredOlsen Line—, de los Pinillosblancos, los Yeoward, y los ale-manes de las navieras Olden-burguesa y Lloyd Norte.

Una estampa de cuando elmuelle era —y es— la auténticafiesta de todos. Ya no están enél las locomotoras que, peque-ñas, sonaban como un terremo-to y, con sus pitazos más ale-gres, iban y venían por la anti-gua carretera de San Andrés.Ya la furia del mar no muere enplaya que,-de corazón inquietoy abierto, eran centro de todala ciudad, eran un verdaderocorazón de sal y sol.

En la imagen de Juan Her-nández, el puerto de la genero-sa y noble bondad, el de losbarcos cuyas vidas son aventu-ra y desventura y que rompíansu estela en la cari cié de la ciu-dad marinera.— Juan A. Pa-drón Albornoz.

CRUZ ROJA ESPAÑOLAASAMBLEA PROVINCIAL

CENTRO DE RECONOCIMIENTO MEDICO PARA LOSPERMISOS DE CONDUCIR

SE PONE EN CONOCIMIENTO DE TODAS LAS PERSONAS QUETENGAN QUE OBTENER O RENOVAR EL PERMISO DE CONDUCIR,QUE DE ACUERDO CON EL NUEVO HORARIO DE LA JEFATURA PRO-VINCIAL DE TRAFICO, ESTE CENTRO DE RECONOCIMIENTO DE LACRUZ ROJA Y PARA DAR MAYOR FACILIDAD A LOS INTERESADOS,ADAPTARA SU HORARIO DE RECONOCIMIENTO AL ESTABLECIDOPOR DICHA JEFATURA A PARTIR DEL MARTES DÍA 17 DE ENERO,OTTE-T-» ATvmn T7CT A TJT TJr-mn ni? T A QTflTTTTTTJTTT A/TA1MT7TIA-

AYUNTAMIENTO DEPUERTO DE LA CRUZ

(TENERIFE)OBJETOSPERDIDOS

EXPEDIENTE:

28/83. Un sobre conmetálico.

29/83. Una cámarafotográfica.

30/83. Un portamone-das con metálico.

31/83. Una pulsera.Puerto de la Cruz, cin-