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El periodismo y yo Por Rodolfo A. Rico Permitida la reproducción total o parcial siempre que se cite la fuente. Prohibida la reproducción con fines comerciales. Todos los textos disponibles en www.colofon.org rodoarico(at)gmail.com El Periodismo y yo/Rodolfo A. Rico

El Periodismo y Yo

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Reflexiones sobre periodismo, producción editorial, diseño de la información.

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Por Rodolfo A. RicoPermitida la reproducción total o parcial siempre que se cite la

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Entrada

Los siguientes textos fueron publicados en su mayoría en el transcurso de 2007 cuando estaba por cumplir 15 años haciendo periodismo y que me pagaran por ello. Algunos antes, otros pocos después, pero en su mayoría forman parte de mi reflexión sobre el periodismo y la producción editorial. Reflexión que de manera dispersa compartí en mi blog, en sus distintas reencarnaciones, y quiero ahora juntar para compartir. Los textos tienen ese estilo dialogante e informal de bitácora personal que no he querido cambiar y mantienen el calor con el que fueron escritos. Espero que los disfruten y sean también de utilidad para quiénes los lean.

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¡Por favor no estudies comunicación social! 23-03-06

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Hace unas semanas atrás me conseguí con una nueva estudiante de comunicación. Se también que alguna gente que aspira a estudiar comunicación pasa por estas páginas. Yo vengo desde hace años en una cruzada personal dándole a la gente razones para no estudiar comunicación. Siento que en el área sobra gente, sobran escuelas y hay mucha, mucha gente que entra a la carrera por las razones equivocadas.

Razones equivocadas:

Si quieres salir por televisión, no hace falta estudiar comunicación. Si quieres ser editor, camarógrafo,locutor e incluso presentador de programas, no hace falta estudiar comunicación. Si quieres ser famoso no hace falta estudiar comunicación. Si quieres ser narrador deportivo,de noticias o de farándula no hace falta que estudies comunicación. Si quieres masajear tu ego no hace falta estudiar comunicación. Si quieres ser diseñador no es necesario (aunque puede ser muy bueno) estudiar comunicación. Si quieres ser cantante o actor no hace falta estudiar comunicación. Si no sabes que estudiar, por favor ni se te ocurra estudiar comunicación.

Algunos mitos: “A mi no me interesa escribir, lo que me interesa es lo audiovisual”. Si te interesa la comunicación social te debería interesar leer y escribir. Es verdad que todos los años las escuelas graduan gente que solo ha leído fotocopias en la carrera, pero en comunicación, en cualquier área se escribe y mucho. Se escriben los copys para publicidad, los guiones de cualquier tipo en lo audiovisual, los informes y las estrategias de relaciones públicas y por su puesto se escribe en la práctica periodistica. Escribir no solamente está vinculado al área de periodismo impreso sino que te capacita para poder organizar las ideas de manera eficiente, y te da la posibilidad de organizar y crear discursos coherentes. Esto vale para relacciones públicas, corporativas, publicidad, periodismo, diseño de información y el largo etcetera que abarca la carrera de comunicación. Si no te gusta leer o escribir hazle un favor a la profesión y no la estudies.

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Aprender a comprender al otro 21-05-07

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Quizás porque mis viejos son de una izquierda no dogmática (vienen de la izquierda cristiana, militaron en el MAS y daban clases de pedagogía Freinet, Freire) quizás porque aunque militantes de partido, la formación que me dieron fue sobre todo libertaria, posiblemente también por la cooperativa escolar en la catalana Barcelona en la que me tocó estudiar (los alumnos decidíamos si pasábamos o no de grado con un compromiso con nuestros padres y profesores, no más de 15 alumnos por aula). Quizás por que mis viejos nunca nos formaron con dogmas y nos abrían las puertas desde chicos para que tomáramos nuestras decisiones. Quizás por todo ello me obligué desde chico a verle a todo la contracara, a no tomar las verdades como absolutas, a desconfiar de cuando me vendieran una idea. Así las cosas siempre me he obligado a ir a las fuentes más directas sobre los temas. No escribir/ ni opinar tanto sobre lo que se dice como lo que se escribe. Y es que con frecuencia los declaradores profesionales solo cuentan una parte de la historia. Y solo conociendo de antemano la otra parte o al menos mosqueándose lo suficiente como para no creer a pies juntillas lo que te dicen puede uno saber que existe al menos otra cara del asunto. Y esto es siempre.

Por ejemplo, siempre me pareció sospechosa esa especie de paraíso que nos tratan de vender las organizaciones basadas en ideologías. Los partidos, por ejemplo, los de izquierda en mi caso y particularmente esos que se llaman marxistas leninistas. La receta que le vendían a uno era simple, demasiado simple para ser verdad: podemos construir el paraíso aquí, tomamos el poder, asumimos el Estado y gobernamos para los trabajadores y excluidos y luego deshacemos el estado que hemos creado y zuas llegamos al comunismo. Y comieron perdices y fueron felices. Pero lo cierto es que allí estaba la Unión Soviética con personajes por setenta años entronizados en el poder y nada que lo soltaban para llegar al ansiado comunismo. Llegaron a mis manos también las revistas Sputnik que en sus últimos años resultaron ser una crónica pormenorizada de la caída de la Unión Soviética y del desmontaje de muchas historias oficiales porque tanto esa revista como Socialismo Teoría y Práctica estaban llenas de revisiones históricas. Después, una visita a Cuba me puso en evidencia que el hombre nuevo no estaba por ningún lado. Y me hacía preguntarme si debía estar. Quiero decir, ¿que un país cualquier se pretenda una fabrica de hombres nuevos no es un tanto sospechoso? Y miren que lo dice alguien que fue formado para vivir en un mundo que no existe (cooperativo, solidario, de apoyo mutuo, igualitario etc). Pero es que la cosa no es muy distinta cuando uno se encuentra con el discurso neoliberal. En algún momento de mi vida hice un par de cursos de economía en el Centro de divulgación de conocimiento económico (CEDICE) conocido centro de promoción del liberalismo en Venezuela. Significó para mi confrontarme con mis creencias, verlas desde el otro lado, escuchar tanto argumentaciones sólidas, como irreverentes, exageraciones y un culto a la empresa privada que la verdad a mi no dejaba de hacerme un tanto de gracia (supongo que en economía me encuentro ubicado entre el keynesianismo y el gradualismo que apunta Stiglitz). Pero también sirvió

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para aprender a ver los matices, entre neoliberalismo, liberalismo clásico, conocer las propuestas de capitalismo popular, o las justificaciones para promover el dólar como moneda continental. Del lado de la izquierda los matices los conocía un poco más y como digo desde hace un tiempo yo me ubico más en esa izquierda que impactó al mundo del 68 para acá. Pero lo interesante es que leer, leer enfocándose a leer de manera contrastada. Leer no solo lo que le confirmen las creencias a uno sino también lo que se las niega es un tremendo ejercicio que le abre a uno las miras. Para la política pero también para cualquier otra cosa. Yo creo en la teorías de Darwin de selección de las especies. Me parece que es la explicación más razonablemente explicada sobre la evolución de las especies. Pero no por ello voy a dejar de leer sobre el diseño inteligente creacionista. El asunto es que uno se enriquece leyendo de manera contrastada, porque más allá de las creencias, esto le obliga a uno a aprender a ver los matices. Liberándose en el camino de parte de los prejuicios que uno pueda tener. Incluso aunque uno tome su propio partido, puede ver y hacer un esfuerzo por comprender al otro y eso creo que también es periodismo.

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El diseño y yo. Mi pequeña revancha19-05-07

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Algunos pueden haberlo notado porque me la paso comentando el diseño y el rediseño de diarios. Algunos habrán entrado a éste blog a través de textos más íntimos o más políticos pero para los que no lo hayan notado a mi el diseño y en concreto eso que llaman el diseño de la información es algo que me apasiona. La otra filia gráfica que me posee es la de las tipografías. Aquí nunca lo he escrito, nunca lo he contado pero es que estos gustos en particular tienen como todo una razón de ser. En mi caso tres razones: el encuentro temprano con el proceso de producción de un periódico, mi encontronazo con diseñadores que saben usar el software pero no siempre diseñar, y por último llevarle la contraria a mi estimada profe de Artes Gráficas, la excelente Carmen Riera que cuando terminé el semestre en que vi su materia me dijo que se notaba que yo era bueno para la escritura, que tenía sentido de la información. Insinuando que lo mio definitivamente no era el diseño. Y lo confieso mis prácticas nunca fueron de las mejores. Así que cada texto que escribo sobre diseño de la información es mi pequeña revancha. Este será el primero de una serie de textos de una pequeña celebración personal y es que en octubre cumplo 15 años de ejercer la profesión y que me paguen por ello. Pero empecemos por el principio.

1) El encuentro cercano con los procesos de producción: Cuando en 1992 empecé a trabajar en un irreverente mensuario universitario, me tocaba hacer varias cosas además de escribir. Y una de ellas era el montaje de los artes finales. No, no la diagramación, eso vino poco después, sino el montaje. Teníamos una pequeña impresora láser que imprimía en hojas de tamaño oficio y me tocaba a mi pegar las hojas para convertirlas en el arte final tamaño tabloides desde las cuales se hacían las planchas, además de incorporarle las fotos ya tramadas. Fueron generalmente largas noches de rubber cement y confieso que en las ediciones aniversario uno terminaba gustosamente mareado (era un huelepega y no lo sabía). una vez que dejamos de mandar a tramar las fotos y descubrí que el escáner también escaneaba grises pues yo era el responsable de escanear todas y cada una de las imágenes que publicábamos. Ese sería mi primer encuentro con el diseño. Me tocaba ver todos los meses las páginas del periódico. Mi segundo encuentro sería el pagemaker 3.5 . Para aquél entonces nosotros diagramábamos todo el periódico en una Macintosh classic, que si mi memoria no falla tenía una pantalla de apenas 13 pulgadas ( y pensar que hoy en día conoce uno diseñadores que se incomodan por trabajar en una de 17 pulgadas). Para mi que en mis publicaciones estudiantiles hacia mis dos columnas a mano ( parte de mi formación fue fanzinera), y ubicaba el espacio para el texto y la imagen; el Aldus Page Maker fue todo un descubrimiento como también el Photoshop. Podía recortar y pegar digitalmente.

2) mi encontronazo con los diseñadores. Los cuatro gatos que hacíamos el periódico entonces también eramos como dije antes los responsables de su diseño y maquetación. Aunque cuando yo entré ya tenía desde luego un diseño. Sus características: la numeración de las páginas

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era en palabras, no en números y en la parte superior y en el centro iba un recuadrito con el nombre del periódico,en la esquina externa iban las imágenes gráficas que identificaban a las secciones y que invariablemente eran hechas por un diseñador amigo (creo que cuando entré por la entonces esposa del dueño del coroto) además toda la página era bordeada por una fina línea. Pero con el tiempo nos vimos en la necesidad de rediseñar el periódico más profundamente fue allí cuando decidimos recurrir a los diseñadores. Para que nos dieran un cambiazo y que conseguimos. Bueno que nuestro periódico también fue escuela para algunos . Pero que también con la moda web no había tantos diseñadores que estuvieran estudiando que supieran de diseño para medios impresos. Así que muchas veces mientras los diseñadores nos hacían sus propuestas gráficas, nos tocaba a nosotros enseñarle los detallitos: desde como hacer bien un pdf para impresión, cómo convertir los textos en curvas, que el tabloide que aparece por defecto en el pagemaker no es necesariamente el que nosotros usamos (luego de diagramadas todas las páginas), que el color negro, no es lo mismo que el negro registro y que no todo lo que se ve tan bonito en pantalla se ve necesariamente igual en papel. Cosas por el estilo. Cosas que por cierto también habíamos aprendido nosotros a los golpes.

Pero también yo empecé a notar que habían modas en el diseño. Modas que a veces eran como excesivas porque hacían que todas las publicaciones se parecieran (recuerden: principios de los noventa internet no estaba tan establecido). Recuerdo en particular el rediseño que nos hicieran unos estudiantes de Prodiseño (hicieron uno para nuestro encarte musical y otro para el ya entonces quincenario. Me refiero aquí a éste último), y es que aunque el diseño tenía un particular atractivo: todo el concepto es que el periódico era una carpeta, de hecho las secciones estaban con tipografía tipo maquina de escribir pero los títulos, esa cosa que todo el mundo ve (en formata bold italic para más señas) en breve tiempo también las usarían: Radar (un suplemento universitario que hacía Urbe para El Universal), Estampas y nosotros. Pero no era solo la tipografía sino también la manera como estás eran tratadas. Siempre los títulos sobre recuadros u óvalos en diapo que se integraban a una línea vertical del lado externo de la página. Yo insistía que aquello con tanto parecido no le terminaba de dar una identidad propia al periódico y uno no dejaba de preguntarse porque tenía que haber tantos parecidos. Nos los cuestionábamos con los pelos en la mano. Para entonces en el periódico intercambiamos nuestra publicación con otras de Argentina, México, País Vasco, Chile, Colombia y todas, se los puedo asegurar eran bien distintas una de la otra.

3) Llevarle la contraria a Carmen Riera. De tanto lidiar/ trabajar con diseñadores me di cuenta de una gran debilidad y es que buena parte de los diseñadores no leen. Miran pero no leen, por eso uno casi nunca debe confiarles al revisión de un texto final, la incorporación de correcciones o si quiera la mirada final de un diseño que incorpora texto. La más de las veces no ven un sumario aunque tenga errores. Por eso la mirada final siempre la hacía un periodista responsable, que no es que no se le pudieran

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escapar errores pero al menos los más obvios se revisaban. Pero estas líneas no son para hablar de lo poco que leen la mayoría de los jóvenes diseñadores sino de que al darme cuenta de ello vi una oportunidad. Me dediqué yo a leer de diseño, de rediseño de la información, de tendencias gráficas, de infografías. Me volví un fiel lector de la web de la empresa de Mario García, fui subscriptor del boletín gratuito de Innovation mientras existió, me paseaba por el Poynter buscando textos que me pudieran interesar, luego descubrí un par de sitios dónde uno podía ver gratis las portadas, al menos las portadas de muchos diarios del mundo, le seguí la pista al diseño de Cultura/s, a Tentaciones y su transformación en EP3, o la revista femenina Donna en sus diversas variantes italiana, española, y todo el proceso del WSJ, me bajo la revista digital de la SND méxico (Area 11), estoy pendiente de los premios Malofiej y de los NH. En el ínterin de tanto buscar me tropecé primero con un par de blogs: Visualmente, y Maquetadores dónde diseñadores de medios hablan de lo suyo, diseccionan tendencias, entrevistan gentes, opinan y deabten. y yo allí de mirón. Por supuesto de un blog uno salta a otro y últimamente me he tropezado con Cuatro Tipos, Letritas y algunos más que se me escapan del tintero.

Y hay claro una razón que abarca todo lo antes dicho y otros cuentos que echaré en el futuro y es que siempre me he visto como algo más que un redactor. Especialmente cuando me di cuenta de mi diferenciada formación, yo a diferencias de la mayoría de la gente que egresa de una escuela conocía (y conozco) cómo se hace un periódico de pe a pa. Por que me ha tocado desde cobrar los cheques, llevar los artes finales, maquetear el periódico, organizarlo, conceptualizarlo como producto, hacerle edición a los textos, escribir el horóscopo, y sobre todo, para mi el momento más especial, me he manchado muchas veces las manos de la tinta de un periódico recién impreso. También lo he olido. En fin hasta aquí por hoy. Les debo los enlaces. Pero con los nombres para eso está google.

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La palabra precisa 17-06-07

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Siempre digo que el periodismo es echar el cuento. Un cuento con muchas limitaciones. De espacio, de lenguaje y de tiempo para empezar. nosotros recreamos la realidad (o una parte de ella) con el lenguaje. No todo el mundo que lee, escribe o que es útil para escribir una información entiende que escribir periodísticamente es mucho más que poner unas comillas aquí o allá, que relatar un hecho con su 5wh, que desgrabar unas cuantas preguntas. Vamos de lo sencillo a lo complejo: los problemas de espacio ¿sencillo? Bueno ya veremos. A uno lo mandan a hacer una nota si tienes suerte ya sabes cuanto va a ocupar, sino te enteras cuando regresas de cubrir la información. Y claro no siempre las informaciones tienen el espacio que se merecen. Pero seamos honestos, no todas las posibilidades de notas son lo que uno espera y más de una vez uno va por una noticia y lo que hay es un caliche. Y al llegar toca de todos modos llenar el espacio. Y si la cosa es una nota que no vale mucho la pena de todos modos hay que escribirla para llenar el espacio (supongo que los de internet tendrán otras complicaciones).Pero vamos uno va aprendiendo los métodos para completar las notas calichosas con el tiempo. Generalmente se traduce en incorporarle el contexto al final de la nota y el contexto mi estimada gente son las noticias anteriores sobre el tema. También la experiencia me ha enseñado que a esas pequeñas notas calichosas puede darle una vuelta en la escritura. Escapando un poco del convencionalismo. Recuerdo cuando me tocaban guardias los domingos, generalmente en las mañanas los alcaldes nos regalaban actividades que nosotros debíamos convertir en noticias, en informaciones atractivas y para mi el asunto siempre fue un sabroso reto creativo. Sabía que esos días me podía poner un poco más creativo, darle un poco más de ambientación a la nota y no limitarme al puro dato. A eso que Miguel Ángel Bastenier llama la nota seca.

No hay nada más terrible que le manden a uno a editar una entrevista de un entrevistado quisquilloso. O más bien como fue en mi caso de un entrevistado militaroso, un comandante de las FARC-EP. Mi primera entrevista a un comandante guerrillero, hecha en algún lugar de Caracas. La entrevista como corresponde la hice con preguntas bien argumentadas. Y hasta me dieron dos páginas para publicarla pero luego a la hora de montarla llegó la solicitud: Rodolfo las preguntas están muy largas. Bueno pero así las hice, que no, que hay que recortarlas y luego me tocó a mi editar esas preguntas sin que perdieran el espirítu de lo que había preguntado y sobre todo que la nueva pregunta no traicionara la respuesta que él me había dado. La cosa no estuvo fácil, dudé pero finalmente quedé bastante conforme con el resultado.

Una entrevista es siempre una representación. La representación de una conversación. No es de ninguna manera la conversación transcrita. La mayoría de la gente pasaría por idiota si uno se limitara a transcribir las grabaciones de la conversación . Porque los entrevistados suelen ser redundantes, disgresivos y/o mal hablados y eso de manera general se ve bastante mal cuando toca leerlo. Así que uno tiene licencia para poner sinónimos, eliminar redundancias a menos que aporten alguna cosa, eliminar disgresiones que no aporten nada, recortar

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preguntas,condensar respuestas y hasta cambiar el orden de la conversación para hacerla más atractiva. Todo se vale menos traicionar lo dicho , el espíritu de lo dicho, en la conversación. Por todo eso uno como periodista solo cuenta con la ética para serle fiel (en lo que dijo) al entrevistado y al lector. Por eso uno debe estar siempre vigilante, de la coma, del punto y de la palabra precisa que puede llegar a ser tan apasionante.

Con el tema del espacio se me olvidaba algo, y es lo difícil que es alargar o recortar una nota que ya tiene su propio tamaño. No el tamaño asignado sino más bien el tamaño que ella naturalmente tiene. Y es que muchas veces uno escribe lo que tiene que escribir porque no da par más y sin embargo hay que rellenar. O peor aun recortar. Peor porque a uno es lo que más le duele. Sobre todo cuando se trata de los textos propios.

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Lecturas18-06-07

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Muchos le entran al periodismo porque quieren ser escritores o sencillamente quieren ser famosos. Yo le entré al periodismo por la realidad. Si, si. La escritora de la casa siempre fue mi hermana. A ella es a la que de la nada le salían mundos maravillosos. Yo también tenía los míos pero sin duda no me salían los cuentos tan fácilmente. Es verdad que a los nueve años me pareció fabuloso que Gianni Rodari fuera cuentista,educador y periodista pero también es cierto que nunca me leí un texto periodístico del autor de la Gramática de la fantasía. Así que además de Rodari me fascinaba la idea de trabajar en algo en que había que escribir siempre, contar cosas así fueran reales y no fantásticas. Y es que en casa siempre había periódicos que leer. Antes de mis nueve años, era la prensa venezolana y en Catalunya no me faltaban El País y La Vanguardia en casa. Y claro, mi hermana y yo desde chicos hacíamos nuestros propios periódicos, con suplementos dominicales incluidos y se los vendíamos a mis viejos y a sus amigos. Toda esta perorata es para justificar, lo que quizás para algunos cuantos sea injustificable y es mis grandes baches de literatura universal y latinoamericana. No es que yo no lea literatura, pero si tengo cerca un buen ensayo, un libro de historia,de economía, de sociología o una revista que me cuente otras maneras de ver el mundo puede que me termine por leer ese libro o revista en primer lugar. Y es que en el periodismo no sólo hace falta escribir bien bonito sino que también es muy importante conocer el mundo en que se vive, las tendencias, los problemas actuales y los que se perfilan. Haciendo eso puede que uno se sensibilice ante la realidad que lo rodea, o (para que negarlo) termine uno convertido en un cínico. Cosa ésta última que pasa con bastante frecuencia.

Otras cosas que busco leer son textos de humor: Así que me he leído todo lo que me encuentro de Groucho Marx, Tibor Fischer, Woody Allen, Andy Warhol,Otrova Gomas, Pedro Chacín. y en general todos aquellos que escribían ( y dibujaban) en el Letras de los años noventa. (también hay un humorista brasileño de quien no recuerdo el nombre que devoré en las páginas de Economía Hoy y luego mi hermana consiguió el libro, pero que desapareció sin dejar rastro).

También leo mucho sobre periodismo. Sí, si además de los cuatro periodismos que uno ve en la escuela yo me dedico a leer sobre el como se hacen las cosas en el periodismo y también como no, sabrosos reportajes que ando cazando por aquí y por allá. Uno de esos libros con los que me tropecé alguna vez gracias a mi hermano es una compilación de textos de Gunter Wallraf, un periodista alemán que suele trabajar de incógnito para hacer sus reportajes de una manera muy vivencial. Podríamos decir que desde una óptica de observación participante. El libro por cierto se llama “El periodista indeseable” y está editado por Anagrama. Ah y una de las razones por la que sigo leyendo sobre periodismo es porque en varias ocasiones disfruté dar clases y tengo preparados un par de cursos – talleres. Uno sobre periodismo popular-alternativo-ciudadano o como se llame según la moda al uso y otro más para aprender a relacionarse con los medios (desde como hacerlos, hasta como leerlos mejor). De ellos hablaré en otra ocasión. Pero si quiero decir que una de las cosas más interesantes que uno se

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da cuenta al leer sobre periodismo es que las convenciones sobre los géneros no son iguales en todos lados. Lo que si parece ser bastante igual en todos lados son las convenciones éticas del periodismo. Y eso es lo que salva al asunto en medio de las diferencias. Enlaces a lo que leo: Mis Subscripciones ¿Qué leo en internet?

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La ética07-06-07

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“La ética es al periodismo como el zumbido al moscardón” Gabriel García Márquez.

Ética es una materia perdida que uno ve, al menos en la UCV, en los últimos semestres. Cuando ya generalmente está trabajando y ha tenido que enfrentarse a la realidad laboral del día a día. Para colmo es una materia a la que le ponen apellido: Ética y legislación. Con lo cual la posibilidad de que la materia se convierta en un recital de leyes es muy alta. A pesar de que, mirando hacia atrás, uno se da cuenta luego que la carrera no ha hecho más que formarlo a uno éticamente. No es sino ese el fin de ver materias como psicología de la comunicación, socio política de la comunicación, teoría de la comunicación, teoría de la información, o todos los periodismos que a uno le toca ver. Uno en esas materias se forma en las maneras de comunicar, sus efectos,y en como elaborar discursos responsablemente. Porque si a ver vamos, en la mayoría de las materias teoricas uno termina recibiendo pildoritas de generalidades que sirven para prevenirnos sobre los desmanes que se pueden cometer ejerciendo el trabajo de comunicador en cualquier área. Y si, por supuesto para alargar, que no necesariamente engrosar, el mar de conocimientos. Confieso que yo de la ética aprendí poco en la escuela. Por el contrario siento que aprendí más en la redacción y leyendo textos de Savater, Singer o Javier Dario Restrepo (mi viejo tiene toda una investigación sobre ética y valores así que libros sobre el tema no faltaban en casa). Pero uno echa en falta en las clases de ética de la universidad un mayor contacto con la realidad, con la cotidianidad, con las cosas que pueden pasarnos cada día y enterarse uno de las coincidencias de valores de compromiso con la independencia, la verdad, y la responsabilidad con la verdad en periodistas de todo el mundo. Yo aprendí más sobre la ética de la profesión vista desde un punto de vista práctico y no legislativo o de código alguno en tres días de clase con Javier Dario Restrepo en un taller de la FNPI aquí en Caracas que en todo un semestre de esa materia en la escuela. Además de la certeza de valores comunes entre los periodistas de todo el mundo me quedó una idea que me parece un buen termómetro sobre como uno debe hacer las cosas y esa idea es que: “la información no debe hacer daño”. En otras palabras la información debe servir para algo. Y no se a ustedes pero a mi me parece que ese es un criterio (que creo es súper válido y comparto) que pocos medios hoy en día cumplen. No solamente en Venezuela, como puede ser bastante evidente, sino en buena parte del mundo. Una verdadera pena.

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Editar los textos de otros 08-08-07

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No hay nada más sabroso que editar un texto. Siempre que sea de otro por supuesto. Uno lo ve tan claro. En mi última temporada en Letras yo era el editor de cierre . Los artículos que invariablemente llegaban o se hacían a última hora me tocaba a mi editarlos. La página de música y la de viaje, el horóscopo (antes que me tocara hacerlo) más algún que otro artículo pasaban por mis manos cada semana. Y confieso aquí, en éste confesionario periodístico, que gozaba un mundo quitando aquí y allá lo redundante, lo que sobraba , lo que no aportaba nada.

Aprendí a editar los textos de otros, los míos siempre me cuestan un poco más, en primer lugar gracias a Luis Angulo mi profesor de Castellano I y II en Comunicación Social. El asunto era simple pero eficaz. Todos los lunes y martes teníamos que llevar leídos los artículos de Uslar Pietri y Escovar Salom que publicaba El Nacional y tocaba también convertirlos a su mínima expresión en cada clase. Exprimirles al jugo, la esencia. Un articulo llevado a un párrafo, o incluso a una sola oración. También la revisión sistemática de esos textos sirvió para aprender el tejido de un articulo en profundidad y para conocer las estrategias para convencer al lector que usaba cada uno de ellos. Por supuesto, luego de editar textos de Uslar Pietri y Escovar Salom queda uno con las ganas de hacérselo a cualquiera así que cada vez que se presentaba la oportunidad no la dejaba pasar.

El próximo post será sobre ser editado. Digo para compensar un poco. Y si, en mi blog yo no edito casi nunca nada, todo sale tal cuál como lo escribo sin segundas revisiones, con redundancias y excesos de adjetivos si me provocan. Vamos que para eso es mi blog.

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Que me editen y corrijan17-08-07

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Muy probablemente la mayoría no lo sabe , pero los correctores en los periódicos suelen tener bastante trabajo. Y conmigo tengo que decir lo tuvieron. Especialmente cuando comencé con el diarismo. Recuerdo que todas las tardes o al día siguiente me mostraban las páginas con las correcciones (antes de eso Dak, mi correctora en Letras, al menos no me mostraba mis errores en color fosforescente). Y la verdad es que a mi me daba bastante pena cuando me tocaba ver aquellas páginas llenas de vergonzosas marcas amarillas (por el color del rotulador). Afortunadamente con el tiempo fueron disminuyendo porque de tanto ver mis errores pues me tocaba ponerle cuidado al asunto y así los fui disminuyendo. Cierta cultura ensayística me hacía usar más oraciones subordinadas de la cuenta y sospecho que a veces ordeno frases como si estuviera escribiendo en catalán (pues aprendí primero a escribir más correctamente en ese idioma que en español) que a mi me parecen lógicamente escritas y a otros le parecen que están al revés. Otras de mis grandes pesadillas al escribir son los acentos. Siempre fui malo aprendiéndome normas y de paso a mí las acentuaciones no me suenan. Ni que las grite estoy seguro. Podría decir que también es culpa del catalán porque aprendí a acentuar con vocales abiertas y cerradas y con dos tipos de signos de acentuación. Pero para ser bien franco en catalán tampoco nunca me aprendí las normas. Así que al acentuar yo recurro al recuerdo, al recuerdo de como se ve la palabra. Casi diría que al diseño de la palabra. Como periodista no trabajo pensando en el texto perfecto sino en el mejor texto posible. Especialmente cuando toca redactar para el diarismo. Y es que pensar en el texto perfecto, como se que muchos hacen, sería una tortura porque nunca estoy conforme con los ellos. Y porque sé que el mismo texto siempre puede tener distintas vías. Cuando entrego un texto se que desde ese momento es un poco menos mío. Por eso acepto los cambios (o me los calo si prefieren) con resignación. Además por aquello que uno no es muy buen editor de si mismo es bien posible que expresiones que a uno le parecen obvias no lo sean para otros, que giros irónicos que uno use no sean entendidos por todos. O que el énfasis que uno quiere dar con una redundancia no sea igualmente comprendido. En ese momento, aunque le duela un poco al ego de uno, es bueno que alguien llegue y haga el corte final. De todos modos no deja de ser divertido escribir con esa idea en mente. Tratar de darle múltiples lecturas a una oración, sin que sobren palabras, con sinónimos (o al menos palabras ideológicamente afines ya que comparto la idea que los sinónimos no existen. Crecí leyendo el ideológico Julio Casares ) y como dije en otro post buscando siempre la palabra precisa.

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Diseñadores, redactores y otras especies22-09-07

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Me ha pasado bastantes veces con jóvenes diseñadores. Uno lo escucha como comentario rutinario. Alguien en algún lado le vendió la idea a los diseñadores ( o al menos a unos cuantos de ellos) de que las normas del lenguaje son secundarias, lo estético va primero. Así entonces es común leer oraciones que no terminan en puntos, mayúsculas que no están acentuadas y hasta signos de exclamación e interrogación que no abren por ningún lado. Pero ustedes me dirán, bueno pero detrás de esos textos hay también redactores creativos, y yo digo si. Pero lo jodido es que el virus se expande por todos lados y entonces le tocan a uno jefes que vienen y le dicen a uno que Nobel se acentúa o que en su trabajo anterior no acentuaban las mayúsculas. Y que de paso no se rinden ante la evidencia (el RAE, libros de estilo de prensa etc) y concluyen que debería entonces crearse una Academia de la lengua latinoamericana.

Las mayúsculas se acentúan porque esa es la norma para un mejor español, a las oraciones se les pone un punto al final y no hay ninguna razón para quitárselo ¿Qué alguien me demuestre que un punto es feo? Hay montones de avisos en prensa del mundo cuyos textos terminan en punto. Y finalmente los apellidos se escriben tal y como son en su lengua original. El asunto es de cuidado porque estas ideas de que el idioma es feo tal y como lo conocemos , tal y como se aprenden la repiten hasta la saciedad y termina por convertirse en una seudo verdad y uno ve por la calle avisos de prestigiosas empresas mal escrito hasta con varios signos de exclamación que cierran y ninguno que abre. El español es también un idioma chic.

Yo me pasé años leyendo prensa punk y anarquista (aun lo hago cuando puedo por cierto) dónde por ser irreverentes convertían cualquier “que” en “ke” y soy un creyente de que el lenguaje que usas y como lo usas prefigura el mundo externo e interno de cada quien, pero no le veo ningún sentido, no veo que aporte nada ese tipo de barbaridades en el lenguaje y más claramente viniendo de empresas que anuncian y de agencias que le pagan a gente para que creen. Solo las desprestigia un poco y no las hace modernas para nada.

Otra mala costumbre popularizada por la secretarias ( y los abogados) y de allí se ha trasladado a todo el mundo es el mayúsculismo . Es decir la mala costumbre poner las distintas palabras de una misma oración iniciando mayúscula. Esto empezó me imagino gracias al jalabolismo cualquier doctor (médico o doctorado) empezó a llamarse Doctor y así por el estilo. Hasta dónde yo recuerde eso solo se reserva para el Rey, la Reina, el Papa etc. Igual pasa con frecuencia con las instituciones si quien escribe pertenece a esa institución suele escribir la Universidad (por poner un ejemplo) y es sencillamente está mal.

Otra discusión frecuente con los diseñadores es el abuso que hacen al colocar los títulos todos en mayúsculas porque según algunos eso y que se lee mejor . Pues no. Está demostradísimo que las mayúsculas se leen más lento y me ha tocado ver títulos puestos en mayúsculas, en letra palo seco y con apenas espacio de

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interletrado. Pero es que esas letras supuestamente son modernas y entonces queda bien usarlas. No es que no se puedan usar , pero es que hay que saberlas usar. Si usas textos en palo seco tienes que darle más aire que si usas tipografía con serif, por que las colas ayudan a la lectura. A mi el tema de la tipografía me apasiona, en realidad como he dicho en varias oportunidades acá el del diseño de la información en su conjunto.

Es solo mi opinión. Pero como redactor creativo tengo con bastante frecuencia estás discusiones. Unos blogs sobre tipografía y diseño de la información: Letritas Cuatro tipos Unos tipos duros Quinatinta Visualmente Maquetadores No son todos los que leo pero si los que reviso con más frecuencia.

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Se solicitan los corresponsales más pilas de la Vía Láctea 14-10-07

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“Se solicitan los corresponsales más pilas de la Vía Láctea. Más vivos que muertos”. Más o menos así decía la solicitud que me tocó responder por allá en 1992. Había aparecido en Letras, el periódico universitario, un mensuario que por entonces salía más o menos cuando podía, que era mensualmente,cada mes y medio o incluso cada mes y cuarto. Lo había descubierto en mis paseos por la UCV y luego había estado pendiente de su edición aniversario encartada en El Diario de Caracas en 1991.Aquél año el texto de Claudia Guerrero que ganó el concurso aniversario me hizo llorar. Luego le seguí la pista en su Columna Ver-t-bral.

Era seis de octubre de 1992. Cumplía ese día mis 18 años y mientras almorzaba recibí una llamada. Al teléfono de la casa, entonces no tenía móvil celular, me llamaban de Letras, el periódico universitario para entrevistarme. Y no me llamaba cualquier persona no, me llamaba el mismísimo Manuel Guzmán. Que no es que yo lo conociera de algo pero era junto con Pedro Chacín el que más arriba en la cabecera aparecía. Concertamos para el día siguiente. Y el día siguiente yo llevé mis carpetas. Con todos los periodiquitos caseros o estudiantiles que había hecho en mi vida, con los casseticos de programas de radio inventados, con las columnas sobre efemérides que había escrito para El Universalito de Miyó Vestrini. El lugar al que llegué era diminuto, quedaba cerca de la UCV en la avenida Maria Teresa Toro, parecía más un apartamento de solteros que lo que me imaginaba yo de una redacción de un periódico de 24 páginas mensual, escrito por un montón de gente prestigiosa. Pero así era la cosa. Le mostré a Manuel mi trabajo, las cosas que hasta esa edad había hecho y sobre todo le insistí en mis ganas de aprender. En uno meses entraría yo a comunicación social pero quería aprender desde ya a hacer un periódico. Mis responsabilidades serían un poco de todo: llevar los originales a la imprenta, buscar cheques y depositarlos, llevar la fotos al fotolito, buscar las ilustraciones que entonces hacían Kico, Cañas y Juan, ayudar a montar los artes finales. Buscar el artículo del viejo periodista Federico Álvarez era sin duda el mejor momento del mes. Sentarse allí con él en su biblioteca, esperarlo, recibir de su mano las páginas de opinión escritas a maquina, ser el primero en leer esos sabrosos análisis y cuando agarré confianza incluso conversar con él un rato ¿Qué pensaría él del país de hoy? ¿Habría seguido su senda de desencanto o estaría entre los que apoyan al gobierno actual? ¿y del mundo? Porque su columna de entonces era sobre el mundo. Y si, al principio media página al mes era para que yo escribiera. Pero regresemos de nuevo a ese siete de octubre. Terminada la conversa me fui feliz a casa, tan feliz que se me olvidó preguntarle a Manuel cuanto me iba a pagar por aquél trabajo. Lo llamé y me citó d nuevo para el día siguiente, ocho de octubre. Nos vimos frente a la Biblioteca Central de la UCV. Y allí me ofreció 6 mil bolívares, que pese a que eran dos mil bolívares menos que el salario mínimo para mí resultaban ser una pequeña fortuna. Esa fue la primera vez que me pagaron por hacer periodismo que para mí desde entonces es mucho más que escribir, es hacer un periódico es llenarse las manos con la tinta todavía húmeda del periódico recién impreso.

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Crear un proyecto editorial20-04-08

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A mi no solo me gusta escribir, informar o echar el cuento sino que también disfruto desarrollando proyectos editoriales. Podría poner a contarme aquí los fanzines que hacía de chico, que vendía a los amigos, que distribuía en 10 liceos de Caracas y cuya concepción fueron en buena parte mi responsabilidad. Pero no me iré tan atrás pues estos cuentos y reflexiones de “el periodismo y yo ” son sobre mis primeros quince años cobrando por escribir. Así que tengo que contar que mi gran escuela en esto de crear publicaciones fue Letras el periódico universitario. Y es que aunque cuando yo llegué el periódico ya estaba creado, se trataba ( y se trata aunque ahora menos) de un medio que siempre convirtió su experimentalidad en una constante ( para bien o mal es un debate que dejo para otro momento o lugar). A los pocos meses de estar allí me encomendaron a mi y a dos compañeros más crear El Sordo, encarte musical culturoso. En Letras también me tocó inventarme algunas otras ideas como un encarte juvenil que finalmente nunca salió pero se suponía una separata en un formato más dinámico y coleccionable, también me inventé (sobre el papel) una revista de música y otra que tenía como eje las diferencias, la pluralidad y pensaba que su ámbito podía estar vinculados con las ONG y en general con la gente interesada en transformar el mundo. Aquél proyecto se llamaba Babilón (no Babilonia, no Babylon, no Babel ). Una revista para el mundo homosexual venezolano fue una idea que manejamos una amiga y yo. Ese tipo de revistas se multiplicaban en el mundo anglosajón y en España (Zero, empezaba a salir) además una web gay venezolana era ya entonces una referencia para la comunidad latinoamericana. Pero consultando a amigos homosexuales nos dimos cuenta que no habría suficientes venezolanos dispuestos a salir del closet para comprar una revista.

Crear un proyecto editorial pasa por hacerse un montón de preguntas. La primera de todas es: ¿con quién cuento? La segunda ¿con qué cuento? La tercera: ¿a quien va dirigido? ¿con que periodicidad? La cuarta: ¿cuánto se del tema? Creo que todas las demás preguntas y respuestas se desprenden de estas primeras cinco. Vamos una por una:

1)¿con quién cuento? Esta pregunta incluye socios, posibles periodistas, fotógrafos y diseñadores que se puedan ganar para el proyecto.Necesitas cómplices. A mucha gente le puede parecer maravillosa la idea de lanzar una publicación y de buenas a primeras pueden decir que si pero se trata de descubrir con quien se cuenta de verdad, verdad. Preferiblemente en el caso de socios de gente que se complemente.

2¿con qué cuento? Con qué capital, con qué equipos. Conocer tus limitaciones puede hacerte más creativo. Y la creatividad te puede hacer destacar.

3)Quién quieres que lea la publicación, pero también quien esperas que anuncie.

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Nos guste o no las dos cosas van juntas. Porque tus anunciantes esperan determinadas características según a quien va dirigida la publicación. Ellos tienen ya una preconcepción de los intereses de determinados segmentos. Tú tienes tú olfato, tu intuición y eso seguramente es lo que puede hacer la diferencia. Y es que uno de los grandes problemas de las publicaciones de hoy en día es que responden tanto al segmento al se suponen que están orientadas que terminan pareciéndose todas. Y eso es un verdadero fastidio. Lo ideal es crear tu propio segmento pero para ello (y mientras lo haces) debes lograrle vender la idea a los posibles anunciantes de que el perfil de tu revista encaja en uno ( o varios) de los perfiles que ellos tienen preconcebidos y es que si no, ¿con qué avisos vas a mantener tu publicación? Y es que el precio de venta al público solo representa un pequeño porcentaje de los ingresos.

4) ¿cuánto se del tema? Siempre viene bien saber del tema en que gire tu proyecto editorial. Aunque no es del todo indispensable si sabes cual puede ser tu aporte, tu ángulo particular que crees que le puedes dar.Si tienes mucho conocimiento de un tema quizás lo que tengas que cuidar es que otros no lo tengan tanto como tú. Y si lo tienes poco quizás lo que toque es rodearte de gente que sepa del asunto.

La distribución Una vez resueltas las pequeñeces de arriba (además de la creación de la empresa como tal) viene el que es el verdadero dolor de cabeza de una publicación (es más fácil conseguir una buena imprenta o siquiera una decente) : la distribución. De nada vale hacer una publicación maravillosa que no va a llegar a nadie por falta de distribución. Aquí hay dos formas básicas de trabajar o bien creas tu propia distribuidora o negocias con las que ya existen. Pongamos que decides por lo segundo…bueno la distribuidora te va a decir cual es el porcentaje del precio de venta que aceptan y cual es el precio mínimo de venta ¿que no te gusta? Bueno, siempre puedes buscarte otra distribuidora. Por mi trabajo como parte del equipo editor de Letras a mi me ha tocado trabajar con tres de ellas: Distribuidora Santiago que entonces además de libros distribuía (distribuye seguramente) también revistas importadas y locales, la de El Nacional y la de El Universal. No se si La Cadena distribuye publicaciones que no sean propias y siempre me recomendaron que ni de vaina dejara mi publicación en manos del Bloque de Armas. No sé bien por qué. También puedes tratar de montar tu propia distribuidora y si se mira bien hay algunas áreas que no son cubiertas por las principales que seguro pueden convertirse en tu nicho. Pero hoy en día hay otra cosa que hay que considerar y es si quieres que la gente compre tu publicación o si te apuntas a la moda de los gratuitos.

Cada opción tiene sus pros y sus contras. Lo bueno de la adquisición gratuita de la publicación es que puedes presumir con tus anunciantes de que tu publicación se agota. Pero también es importante que se agote en los lugares adecuados. Una publicación juvenil que se distribuya en ancianatos da igual que se agote porque no está llegando al público meta. Probablemente una distribución

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gratuita te obligue a organizar tu mismo la distribución pues las grandes distribuidoras suelen trabajar por porcentaje del precio de venta. Cuando armes tu distribuidora para tu publicación gratuita tienes que entender que no puede ser distribuida en sitios convencionales (lo tuyo no serán los kioscos) y eso te obligará a realizar convenios y a venderles la idea de que tu publicación es un valor agregado para ellos (para que no queden dudas, para los locales donde dejarás tu publicación). A ti te da lectores y a ellos algo adicional que ofecerle a sus clientes. Posibles lugares para distribuir prensa gratuita son locales de todo tipo, sistemas de transporte público, Centros comerciales y pregoneros. La venta de pregón es indispensable para los medios pagos a los pregoneros se les paga un porcentaje de la venta de publicación y en el caso de la distribución gratuita pues les pagas más como si fueran promotores, promotoras o sea por tiempo trabajado pero es también muy importante el pregón sobre todo cuando arrancas una publicación para darla a conocer se trata de una interaccción humana de alguien que se le acerca a un consumidor cautivo ofreciéndole un producto que es gratis pero que le puede ofrecer cosas (información en nuestro caso – aunque también puede ser estatus y otros valores asociados a la información y estilo de tu publicación-) de su interés ¿Los contras? En determinados grupos es más difícil crear fidelidad a las publicaciones gratuitas. Aunque ya hay gratuitos de primera, segunda y tercera generación. Esto es más o menos los gratuitos sustentados fundamentalmente en información de agencia y breves; los que son gratuitos pero de calidad con mayor información propia e incluso postur as definidas ;y finalmente los gratuitos especializados .

El diseño ¿Cómo quieres que se vea? Pero también cómo espera tu público cautivo que se vea ¿y tus anunciantes? El diseño debe estar asociado al tipo de publicación que quieres. Y es lo primero que tienes que tener claro. El exceso de experimentalidad generalmente no ayuda a la lectura. Antes de pedirle a un diseñador una propuesta la debes primero tener claro tú. No se trata de que le dictes línea por línea lo que quieres pero si es importante que el sepa los margenes en que te quieres mover. Que cosas son para ti indispensables y por qué (indispensables por ejemplo: a lo mejor tu publicación colabora gente famosa y eso es importante para ti que se destaque porque es uno de tus argumentos para que los lectores se acerquen a tí o por ejemplo tu publicación va dirigida a gente de cierta edad entonces hay que optar por un buen punto en la letra y una tipografía de fácil lectura) . Y creéme que para un diseñador es mejor decirle los argumentos del tipo de cosas que quieres que armarle un frankesteín del tipo que se parezca a éste o a esta otra publicación porque eso es bastante desestimulante. Es interesante también que desde un principio el diseño y la forma en que se van a elaborar los textos estén integrados.

Creo que por ahora voy a llegar hasta aquí. Este es el abc para la creación de una publicación. Hay desde luego más detalles sobre la creación de la empresa periodística, sobre margenes de ganancia, cantidad de publicidad, detalles sobre el diseño, tipografías, mercadeo y las formas de trabajo de un equipo de los que

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se podría hablar pero los dejaré para otra ocasión o para cuando algún interesado decida contratarme .

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El periodismo alternativo17-07-08

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¿Qué demonios es el periodismo alternativo? ¿Existe? ¿Con qué se come? Se supone que en Letras hacíamos periodismo alternativo. Yo he dictado talleres de periodismo alternativo y comunitario. Es un tema que me apasiona pero en el que cada vez creo menos. Si me preguntan prefiero hoy en día el periodismo sin apellidos. Y es que al periodismo alternativo se le puede definir por su mirada a las cosas que generalmente los grandes medios no ven, por que su agenda de temas de interés es diferente. Pero con frecuencia mucho de ese llamado periodismo alternativo es un periodismo sesgado, interesado, sin el menor interés de informar equilibradamente (aquí un punto importante para mi: si no hay equilibrio no es periodismo sino propaganda). Pero por si fuera poco, este periodismo que se llama a si mismo alternativo es elaborado generalmente con los mismos criterios discursivos del periodismo tradicional por lo que aun cuando la agenda de temas sea diferente en el fondo lo que hace es legitimar el sistema establecido y no uno diferente. Así que de alternativo tiene más bien poco. Aclaro que yo si creo en el periodismo con posición, pero que incluso teniendo posición debe tener el equilibrio de creer a sus lectores lo suficientemente inteligentes como para dilucidar por si mismos lo que se les cuenta de la realidad. Muchos de los temas de ese periodismo alternativo de los años sesenta y setenta fueron incorporados a la agenda de los medios de las décadas subsiguientes: los temas de tribus urbanas, de ecologismos, de derechos de genero, derechos humanos o consumo cultural son corrientemente leídos en la prensa tradicional. Es más, el capitalismo ha sabido absorberlos tan bien (lo cual sinceramente no creo que sea malo al contrario) que hoy en día son secciones fijas de un periódico (primero fue el periodismo cultural, luego el de tendencias). Quiero volver a insistir en que buena parte del periodismo alternativo es legitimador de discursos. Y es que mientras no se escriba de manera diferente lo será. No se trata de sustituir las “q” por las “k” sino de algo mucho más complejo, de cómo sustituir la prominencia individual que se usa en los textos tradicionales por una más bien colectiva por ejemplo (en otras palabras sustituir el quién por el quienes), se trata también de cambiar la jerarquización de la información e incluso la manera de leer una nota (lead-cuerpo-cola). Esto último es si se quiere con lo que más se ha experimentado y ha dado los buenos resultados que conocemos como Nuevo periodismo, periodismo gonzo o como lo quieres tú llamar. El gran problema que se tiene es desde luego que tenemos a los lectores acostumbrados a una manera de decodificar los textos periodísticos por lo construir el discurso de una manera diferente pasa por tener lectores más arriesgados, inconformes que se atrevan a cambiar sus maneras de ver y comprender. El periodismo hiperlocal es otra cosa. Creo que es importante y necesario que las gente esté informada sobre su entorno para que pueda defenderlo, protegerlo, mejorarlo y sobre todo compartir con el otro. Pero este tipo de periodismo responde a las mismas prácticas del periodismo tradicional solo que con una agenda diferente. Sobre el llamado periodismo ciudadano, abierto o de construcción colectiva creo que puede llevar el nombre de periodismo siempre que cumpla ciertos criterios del oficio. Sino termina más bien siendo contraloría social o simplemente chisme. Pero lo que si me interesa del periodismo de construcción colectiva es su poder para ser

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supervisor y desligitimador del poder de los medios tradicionales. Aunque cuando de periodismo ciudadano se trata yo me siento bien cercano al modelo híbrido del Oh my news coreano. Y antes que salte la pregunta para mi los blogs (entendidos como bitácoras) son espacios de opinión en ocasiones muy bien informada y fundada, necesarios como las buenas columnas de opinión que muchos admiramos o hemos admirado. Los blogs como herramienta técnica desde luego pueden ser usados para cualquier cosa, un buen cuento, persuasión comercial, opinión cercana, paraperiodismo etc.

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La prensa en crisis ¿cuál será su futuro? 08-01-09

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La pregunta que aún me parece sigue sin responder es ¿cuál es el modelo a seguir? Tanto para el periodismo como para el negocio editorial. Todo ese periodismo de tendencias que se puso muy de moda de los setenta para acá puede ser muy bien cubierto por blogs de individualidades o de pequeños colectivos (como bien demuestra la red hipertextual o weblogs SL,por ejemplo).Las columnas de opinión y de breves políticos también pueden ser cubiertas comodamente por blogs o micrositios. Pero me pregunto, ¿qué pasa con ese periodismo vigilante del poder, de investigaciones prolongadas y costosas? Es verdad que viene siendo un bien escaso en la medida que las crisis han afectado a los medios (y también los oligopolios comunicacionales, hay que decirlo), pero no por eso deja de ser necesario y además útil para el debate que debe haber siempre sobre la cosa pública y su uso. La inmediatez no es en realidad buena consejera para el periodismo. Puede que los tubazos sean buenos para el negocio pero no necesariamente lo son para la información misma.La información que se publica en la red es con frecuencia una secuencia de hechos a la que les falta el contexto ( y si, es verdad uno puede conseguir sitios en los cuales proveerse ese contexto pero es mucho más complejo entonces acceder a la información).

Personalmente creo que hay dos cosas que le han hecho mucho daño a los medios de comunicación: los oligopolios mediáticos y el hacerle demasiado caso a los expertos en mercadeo. Y es que cada vez más los medios se parecen y para colmo si no se parecen los expertos en mercado dicen que se deben parecer. Los medios han perdido en buena medida personalidad y eso claro los ha hecho más inútiles. Todos tienen contenidos parecidos, secciones parecidas , responden a perfiles parecidos y son diseñados por gente con nociones parecidas. Y en consecuencia tienen menos interés. Lo que ha pasado con los medios impresos ( y tradicionales) es que si en general dicen lo mismo que la información que se puede conseguir de manera gratuita ¿a quién van a interesar?

Está de cajón lo que voy a decir: los medios deben cada vez más apostar por un perfil propio, que responda a parte de sus lectores que no compita con internet y en la que los periodistas más que informadores de “la verdad” de los acontecimientos se conviertan en el hilo de Ariadna de la información.

Pero esto tiene varios problemas, en primer lugar que estoy seguro que son pocos los periodistas que tienen esa capacidad, las escuelas de comunicación forman pero no para eso. Otro problema es más bien social y es que no deja de ser importante la existencia de medios que homogeinicen el debate público que nos permita tener puntos de partida común en medio de las diferencias y la tendencia va justo en el sentido contrario . Con todo, un medio que se ocupe de los grandes temas, de manera no necesariamente noticiosa sino interpretativa o incluso prospectiva, que tome en cuenta a sus lectores también para la elaboración de información, que se convierta en el nodo de una red (y del debate) y deje de ser un periódico

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sabihondo por si mismo sigue siendo más que necesario indispensable. Y sospecho que para éste tipo de cosas están más preparadas las revistas de información general que los diario. Lástima que en éste país no tenemos revistas de información general (excepto la Zeta de Poleo que yo recuerde).

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Mi diario ideal 07-05-05

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Me tropecé navegando por La Jornada, el diario de la Universidad Nacional Autónoma de México, con un sitio maravilloso. Al menos por seis dias. Se llama Press Display y te permite ver y leer más de 200 diarios de todo el mundo. Pero no verlos en su versión web, sino en su versión papel, en su diseño papel. Lo cual para mi es una gozada pues yo tengo un fetiche particular por el diseño de periódicos y revistas integrado claro siempre con el contenido. Pensaba, ahora que recién salgo de la ducha en como sería mi periódico ideal: Para empezar sería tabloide y tendría el diseño de Liberation. El diario mejor diseñado del mundo,francés, chic y de izquierdas, fundado por Jean Paul Sartre y por su actual director Serge July.

Tendría también la irreverencia de Página 12, diario argentino del cual fui durante un buen tiempo adicto y compraba la edición dominical cada semana en el sempiterno kiosco del sur de la Avenida Casanova. Ahora hasta tengo un amigo venezolano que es periodista de allí.

Mi diario ideal tendría las entrevistas de la contraportada de La Vanguardia, en especial las que hace Ima Sanchís pues es capaz de hacer siempre las preguntas acertadas para que los personajes se describan siempre a si mismos en cada respuestas dejándolos hablar a gusto pero en un espacio contado y reducido. Seguro están muy bien editadas, porque la edición casi no se nota. Mi diario ideal tendría un suplemento de cultura que sería una mezcla de Cultura/s de La Vanguardia (también bellamente diseñado) con Babelia de El País de España y con el toque contraculturla de la revista Ajoblanco.

Y si hablamos de suplementos tendría uno de economía tan bueno como ese diario venezolano color salmón de los años 90: Economía Hoy. Con ese diario aprendí de economía y ese diario tenía la que ha sido para mi la mejor edición dominical de un diario en este país. Las ediciones de Domingo Hoy. Lástima que la crisis bancaria y las constantes pérdidas acabaran con el diario de los Di Mase. El diseño de este diario siempre me parecio singular: muchas ilustraciones ¿dónde está Peli hoy en día? no escatimaba espacio para los buenos textos y hacia un uso preciso del blanco y negro y el color. Mi periódico ideal tendría columnistas como José Igancio Cabrujas o Juan Nuño que devoré de pequeño en las páginas de El Diario de Caracas y de Economía Hoy.

Mi periódico ideal tendría un editorialista tan frontal e irreverente como Teodoro Petkoff en Tal Cual. O mejor aún como Jorge Lanata. Porque editorialistas así son los que hacen destacar a un periódico.

Mi periódico ideal tendría unos retratos (perfiles) tan buenos como los de la última página de Libération y unas páginas de reportajes internacionales tan buenas como los “Horizons” de el diario Le Monde (no confundir con Le Monde Diplomatique por favor).

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Mi periódico ideal tendría unos periodistas tan comprometidos como los del diario El Espectador de Bogotá en los años 80 y claro los recursos económicos de El País de España y los sueldos del Wall Street Journal.

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El periodismo y yo se terminó de editar en la madrugada del 25 de febrero de 2011. El cuerpo del texto fue compuesto en DejaVu Serif de 12 puntos, mientras que los títulos se compusieron en 16 y 12 puntos. Fue publicado en Caracas, Venezuela en año Bicentenario.

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