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El Huésped Del Que Todos Despreciaban

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Religioso

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EL HUSPED DEL QUE TODOS DESPRECIABAN

Zaqueo, el recaudador de impuestos (Lucas, 19, 110)

1 Jess lleg a Jeric y comenz a cruzar la ciudad. 2 Resulta que haba all un hombre llamado Zaqueo, jefe de los recaudadores de impuestos, que era muy rico. 3 Estaba tratando de ver quin era Jess, pero la multitud se lo impeda, pues era de baja estatura. 4 Por eso se adelant corriendo y se subi a un rbol para poder verlo, ya que Jess iba a pasar por all. 5 Llegando al lugar, Jess mir hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa. 6 As que se apresur a bajar y, muy contento, recibi a Jess en su casa. 7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: Ha ido a hospedarse con un pecador. 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente: Mira, Seor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolver cuatro veces la cantidad que sea. 9 Hoy ha llegado la salvacin a esta casa le dijo Jess, ya que ste tambin es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se haba perdido.

INTRODUCCIN Jeric era una ciudad muy importante y rica. Estaba en el valle del Jordn, y controlaba el acceso a Jerusaln y el paso al Este del Jordn. Tena un gran palmeral, y bosques de balsameras mundialmente famosos que perfumaban el aire varios kilmetros a la redonda. Sus jardines de rosas tambin eran clebres. Tambin lo llamaban " La Ciudad de las Palmeras, y Josefo dice que era cuna regin divina, la ms feraz de Palestina. Los Romanos comercializaron e hicieron famosos sus dtiles y blsamo.

Todo eso convirti a Jeric en uno de los principales centros de impuestos de Palestina. La recaudacin de impuestos era el negocio de los publicanos Zaqueo haba llegado a la cima de su profesin, por lo que sera el hombre ms odiado del distrito. La historia tiene tres etapas:

(I) ZAQUEO ERA RICO, PERO NO ERA FELIZ. No poda por menos de sentirse solo, porque haba escogido una profesin que le converta en un ser despreciable. Haba odo hablar de Jess, que reciba a los publicanos y a los pecadores, y quera saber si tendra algo para l. Despreciado y odiado por los hombres, Zaqueo buscaba el amor de Dios.

(II) ZAQUEO DECIDI VER A JESS, Y NO DEJ QUE NADA SE LO IMPIDIERA. El mezclarse con la multitud requera valor en su caso, porque muchos aprovecharan la oportunidad para pegarle una patada o un puetazo o algo peor, de forma que Zaqueo acabara el da con ms cardenales que la curia romana. Pero aun as no poda ver nada, porque era bajito; as es que tuvo una gran idea: sali corriendo, se adelant a la comitiva, se subi a un rbol corpulento y frondoso cuyas ramas daban sombra a la carretera, y all se dispuso a ver lo que pasaba sin ser visto ni molestado.

(III) ZAQUEO SE COMPROMETI CON LA COMUNIDAD AL ANUNCIAR SU CAMBIO. Cuando Jess le hizo saber que parara en su casa aquel da, y cuando Zaqueo descubri que haba encontrado un nuevo amigo maravilloso, hizo la mayor decisin de su vida: Decidi darles a los pobres la mitad de todo lo que tena; y la otra mitad no se la reserv para s mismo, sino para hacer restitucin de los fraudes que hubiera cometido. En esto de la restitucin fue mucho ms all de lo que mandaba la ley, que obligaba a devolver por cuadruplicado o quintuplicado slo lo que se hubiera robado violentamente (Exo_22:1 ). Si se trataba de un robo ordinario y no se podan devolver las cosas, haba que pagar el doble de su valor (Exo_22:4 ; 7). Si se confesaba el robo y se haca restitucin voluntariamente, haba que devolver el valor de lo robado ms una quinta parte (Lev_6:5 ; Num_5:7 ). Zaqueo estaba decidido a hacer ms de lo que demandaba la ley, y mostrar en sus obras que era un hombre cambiado. La conversin es algo que no se demuestra con palabras, sino con obras.

(IV) LA HISTORIA TERMINA CON UNA GLORIOSA AFIRMACIN: El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se haba perdido. Debemos tener cuidado con el sentido que damos a la palabra perdido. En el Nuevo Testamento no quiere decir condenado, sino sencillamente que no est en su sitio, y que no se sabe dnde est. Cuando encontramos aquello que habamos perdido, lo volvemos a poner en su sitio. Una persona est perdida cuando no est en contacto con Dios; y es hallada cuando una vez ms ocupa su debido lugar como hijo o hija obediente en la casa y familia de su Padre Dios.