15
Hernán Castellanos Publicidad/ Comunicación Social UJTL El hijo arrogante de la naturaleza Hace no mucho escuche esto, “Si se eliminaran todos los insectos del planeta, todos los organismos vivientes estarían extintos en menos de 5 años, si se eliminara al hombre de la faz de la tierra, todos los sistemas orgánicos florecerían en el mismo periodo de tiempo”. El hombre, el más abstracto, extraño, astuto, timador, el animal transformador, es tal vez el más enigmático de los seres vivos que ocupan este planeta. Es paradójico que, proclamándose el rey y poseedor del planeta, sea la única especie que no tiene un orden lógico dentro de los sistemas vivos, es tal vez por eso que sea una constante en la sociedad la famosa y antigua pregunta, siempre tan filosófica, ¿Quiénes somos? Definitivamente, es algo que llevaría más de una vida responder, pero hay algo que es claro, y es que somos una especie que ha transformado al mundo en un reflejo nuestro. Nuestras complejas y avanzadas sociedades, siempre segmentando, siempre estereotipando, encasillando, clasificando todo y a todos, generación tras generación, dicha conducta es apenas una manifestación de la “incapacidad” del ser humano de ver a la sociedad como un todo objetivo, y en cambio verla como un ambiente competitivo subjetivo, en el que la ley, es la del más fuerte. En el hombre es fácil encontrar un común denominador, que trasciende toda época, y todo lugar, ese común denominador, frio y desconsolador, es el EGO. Ese es el catalizador de la maleficencia en el ser humano, pues no es sino desde un punto

El hijo arrogante de la naturaleza

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: El hijo arrogante de la naturaleza

Hernán CastellanosPublicidad/ Comunicación SocialUJTL

El hijo arrogante de la naturaleza

Hace no mucho escuche esto, “Si se eliminaran todos los insectos del planeta, todos los organismos vivientes estarían extintos en menos de 5 años, si se eliminara al hombre de la faz de la tierra, todos los sistemas orgánicos florecerían en el mismo periodo de tiempo”.

El hombre, el más abstracto, extraño, astuto, timador, el animal transformador, es tal vez el más enigmático de los seres vivos que ocupan este planeta. Es paradójico que, proclamándose el rey y poseedor del planeta, sea la única especie que no tiene un orden lógico dentro de los sistemas vivos, es tal vez por eso que sea una constante en la sociedad la famosa y antigua pregunta, siempre tan filosófica, ¿Quiénes somos?

Definitivamente, es algo que llevaría más de una vida responder, pero hay algo que es claro, y es que somos una especie que ha transformado al mundo en un reflejo nuestro. Nuestras complejas y avanzadas sociedades, siempre segmentando, siempre estereotipando, encasillando, clasificando todo y a todos, generación tras generación, dicha conducta es apenas una manifestación de la “incapacidad” del ser humano de ver a la sociedad como un todo objetivo, y en cambio verla como un ambiente competitivo subjetivo, en el que la ley, es la del más fuerte. En el hombre es fácil encontrar un común denominador, que trasciende toda época, y todo lugar, ese común denominador, frio y desconsolador, es el EGO. Ese es el catalizador de la maleficencia en el ser humano, pues no es sino desde un punto de vista subjetivo, en el que mis intereses están por encima de los tuyos.

El objetivo de este ensayo es, revisar el proceso histórico que se lleva a cabo en el mundo, del cual se hará énfasis Latinoamérica desde la colonización hasta el día de hoy, para que desde ahí sea posible plantear alternativas de comportamiento individuales que se proyectan hasta la integración de una sociedad cooperativa. Mi objetivo es salir de los esquemas de la crítica social, enfatizándolo desde un punto de vista ético y racional en el que prevalece, sin importar el sistema político ni económico, el comportamiento de los individuos de la sociedad, y cómo este es trascendental para llevar a cabo un punto de quiebre histórico que desemboque en una evolución responsable.

Producción y progreso en Colombia

Page 2: El hijo arrogante de la naturaleza

Hoy día Colombia es reconocida frente al mundo como una república democrática soberana e independiente, un país que lucha para asegurar la libertad y la democracia de la manera en que cree que es correcto, con el fin de administrar la riqueza de la nación y a partir de ahí el bienestar de sus individuos.Pero esto no siempre fue así, América Latina, vista desde la modernidad, se divide en 5 etapas básicas que son, descubrimiento, conquista, colonia, independencia y república. Desde el descubrimiento, el mundo occidental entró a conocer un nuevo mundo, uno en el que las cualidades y diversidad de cada elemento que contiene son tan magnificas que no es posible definir mediante la razón si hace parte del cielo, o es más bien una irónica muestra del infierno.De cualquier manera, la involucración del mundo blanco en este mundo colosal, trae consigo un esquema mental cerrado, cegado por la vanidad de la razón, pues, parafraseando a Sábato, Europa, aún con toda su filosofía y sus saberes no tuvo la capacidad ni la humildad de comprender lo mucho que les falta por aprender, es por esta razón que llegaron a este continente virgen e hicieron todo al revés. No llegaron con una conciencia contemplativa, desinteresada, limpia, eso no estaba en los planes, de hecho siempre estuvo en juego un factor importante y es un fuerte complejo de superioridad, combinado con el gran poderío militar del viejo continente.

Antes de hablar de modernidad, es necesario aclarar que la modernidad en América Latina no es una modernidad igual a la europea, pues, ellos pasaron por todo un proceso que implicaba grandes cambios en la conciencia social, hitos como la ilustración, el renacimiento, la revolución industrial jugaron roles importantes a la hora de cambiar las conciencias europeas. Mientras que América no pasó por esas transiciones, sino, que a través del corto proceso de colonización, se le fue obligando a unir indefinidamente su destino con el mundo occidental con los medios persuasivos más sádicos y crueles, a esto no se le puede llamar modernidad sino que es mejor definido como modernización de América. De manera que la modernidad, es el proceso evolutivo occidental, y la modernización es el curso intensivo que recibió América.

Durante la colonización, América estuvo en constantes cambios que no tenían ningún precedente. El paradigma estaba cambiando, de una América precolombina pluricultural, estrechamente ligada con su entorno y de perfecta armonía con la madre tierra, a una nueva civilización hibrida pobremente occidentalizada, es decir, que aunque las similitudes en ambos continentes eran cada vez mayores, el distanciamiento cultural, posiciona desde este momento a América, como una Europa de segunda clase, subvalorando todo lo que aquí se encontraba, a excepción de los recursos primarios, tan necesarios para el progreso europeo.

Page 3: El hijo arrogante de la naturaleza

Después de medio siglo de explotación humana y de los recursos naturales, se comienzan a evidenciar en toda América, indicios de movimientos independentistas que surgen como oposición al régimen europeo. En el caso de Colombia, son los criollos, o los descendientes europeos nacidos acá, quienes estaban dirigiendo el movimiento. Los criollos iniciaron esta campaña, pues, no estaban conformes con el trato que recibían por parte de los europeos, ya que se veían marginados de las decisiones políticas y económicas, y ellos pretendían tener una participación más activa en este tipo de decisiones. Esta situación de inconformidad hizo que la clase pudiente del país iniciara la llama del fervor patriota en el que se vio envuelta la colectividad colombiana de la época.Años de lucha independentista dieron sus frutos, y en 1819 se logra la independencia de la república de Colombia. Bajo este contexto, nos encontramos en un punto en que Colombia es un estado incipiente, que logra superar un pasado conflictivo y bastante sangriento, pero que no cuenta con una proyección ni metas claras para su futuro, de hecho, el periodo comprendido entre los años 1810 y 1816 se le conoce como “la patria boba” pues es evidente que no existía en ese momento una visión unificada en el país. Por un lado estaban quienes pensaban que se debía establecer un gobierno centralista (Bolívar) que sostuviera una base sólida para la nación emergente, y por otro lado había quien pensaba que la solución inmediata debería ser un gobierno federalista (Santander) que impulsara el comercio y la producción local de manera coherente con cada contexto. Las opiniones encontradas permitían ver una clara inestabilidad estatal, dando como resultado cinco años de federalismo improvisado.

El complicado proceso republicano, determinaba el inicio de la carrera del progreso. Cuyo propósito ideal es el de brindar las condiciones para que la seguridad, educación, calidad de vida, y el bienestar de cada ciudadano sea garantizado por el Estado.

El progreso como estandarte de la modernidad

La modernidad, estimula, mediante el incremento de la capacidad de los mercados, una acumulación de capital a todo nivel, es decir, tanto capital humano como monetario.Esto se debe al sistema económico dominante, pues, el fin básico del capitalismo es la acumulación de capital, de ahí su nombre.

El estado entonces, se ve obligado a crecer multidimensionalmente. Es obligación mejorar la infraestructura política y económica, para crear las condiciones necesarias que contribuyan al crecimiento del país. Llevar a cabo esta tarea, requiere de un sistema productivo, eficaz, competitivo y de constante actualización.

Page 4: El hijo arrogante de la naturaleza

El mercado y la tecnología van de la mano, pues, la necesidad del mercado de hacerse cada vez más eficiente, requiere de adaptaciones físicas y organizacionales que desafían a la mente de manera constante. En la primera etapa de la república colombiana, los próceres de la independencia se vieron obligados a dar sus primeros pasos en el largo proceso de modernización, de esto se encargaría el General Santander, quien hace las primeras reformas para establecer a nivel nacional las primeras instituciones educativas. Este será un paso necesario pues él afirmaba en sus propias palabras, que la educación “prepara la felicidad de los pueblos que, cuando más ilustrados, conocen mejor sus derechos y se hacen más dignos de su libertad”.

La rápida actividad del mercado, hace necesario que todos sus participantes sigan un ritmo acelerado de crecimiento, producción, distribución, eficiencia, etc. Para ser capaces de seguir participando en él, a esto se le llama ser competitivo.La competitividad requiere de unas características bastante exigentes, pues por un lado, es necesario estar siempre a la vanguardia de cada proceso, de lo contrario cualquier institución (desde el estado hasta cualquier microempresa) puede caer en picada debido a la incompetencia.

A este conjunto de procesos y resultados, se le denominará progreso, es decir, todo aquello que haga más fácil la vida del hombre, y simplifique los procesos. Esto es, de hecho, el baluarte de la modernidad, el pilar sobre el que se sostiene la sociedad contemporánea.

Desde la modernización de América, el ideal del progreso es una constante en las repúblicas pos independentistas, quienes, en adelante, comienzan a hacer parte de esta carrera, en la que tienen, o más apropiadamente, tenemos una posición poco ventajosa.Las diferentes facetas del progreso parecen ser contradictorias, por una parte esta el progreso tecnológico, el cual es tangible y su crecimiento es lineal, es al tipo de progreso que más se le hace énfasis, pues aparentemente beneficia a toda la humanidad. Partiendo de este punto, es posible afirmar que la llegada del hombre a la luna es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad. Pero desde un punto de vista más pragmático, la noción de progreso cambia abruptamente, de su condición de noción, a la calidad de ilusión, una abstracción que es limitada y parcializada por la fuerza humana más antigua, el ego, quien en cada ocasión, hace del hombre el animal más salvaje e irracional del planeta, pues, hechos trascendentales en el progreso humano, como la llegada a la luna, no establecen un común denominador de la sociedad. Dichos avances, se ven reducidos a un escaso grupo de individuos, que poseen los medios para lograrlo. Esta característica del progreso en la sociedad es igual en casi todos los ámbitos, es decir, desde un punto de vista económico, ocurre lo

Page 5: El hijo arrogante de la naturaleza

mismo que con la llegada a la luna. Es solamente un reducido porcentaje de la población mundial el que ha logrado llegar a la luna económicamente, mientras un gran porcentaje que comprende a más de la mitad de la población, vive bajo la línea de la pobreza.

El progreso es entonces, tecnológicamente avanzado y de constante crecimiento, mas socialmente es retrograda y elitista.

La eficacia de la producción moderna

La noción del progreso, implica que el capitalismo, como dirigente del aparato productor, tenga una tendencia a la constante perfección de sus métodos. Esta obsesión por la eficiencia, han hecho del sistema, una híper máquina, que a su ves es, híper productora e híper consumidora.

Desde el punto de vista teórico, esta maquina está muy bien diseñada, pues logra sacar el máximo provecho de los recursos disponibles, transformando las materias primas en objetos de poca longevidad. Su vasta producción es su mayor valor agregado, pero es también, su propia perdición (o la nuestra), en el sentido de que un sistema sobre productivista lineal e infinito, no puede durar eternamente, en un mundo cíclico y finito. Como indica Max Neef en su economía transdisciplinaria para la sustentabilidad, “la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera y por lo tanto el crecimiento permanente es imposible”

En América, el crecimiento parcial hacía de ciertas ciudades centros financieros, dejando de lado a las demás ciudades o urbanizaciones que no contaban con las condiciones apropiadas para la tecnificación, lo que implícitamente provocaba una inminente inmigración de tipo interno. Personas de cada país del continente, comienzan un éxodo moderno hacia las grandes metrópolis en busca de una oportunidad de hacer parte del sistema productivo, pues de lo contrario, el sistema los borraría.Por cada ciudad que crecía, cientos de pequeñas urbanizaciones, iban perdiendo poco a poco sus habitantes y por tanto, también sus capacidades productivas, haciendo de las grandes ciudades, los focos monetarios más clasistas, pues junto a las grandes oleadas de inmigración, iban las grandes oleadas de pobreza, que hoy en día siguen en aumento en todo el globo, siendo más evidente en ciertas zonas.

Debido al monstruoso crecimiento de las ciudades latinoamericanas en el siglo XX, la economía y la producción industrial demostraron grandes crecimientos, que, debido a las condiciones que implican estos procesos tratados previamente, fueron también marcados por las características exclusionistas de la modernidad. El siglo XX representó un crecimiento industrial sin precedentes en la historia, pero la misma eficacia del sistema de producción provocó un deterioro acelerado de los

Page 6: El hijo arrogante de la naturaleza

ecosistemas, desembocando en este siglo en una crisis ambiental mundial.Los métodos de producción y consumo del siglo XX han sido tan efectivos que han llevado a la propia crisis del sistema, los metarelatos de la modernidad, como el estado, la iglesia y el sistema financiero, han llegado al siglo XXI claramente debilitados, y sus debilidades han sido expuestas en todos los niveles.El siglo XXI trae consigo una oportunidad (obligatoria) de cambio en todas las estructuras que sostienen al mundo como lo conocemos actualmente.

El fin de la modernidad

El siglo XX es el cenit de la modernidad, es el siglo en el que la gran maquinaria invisible, alcanza magnitudes nunca antes vistas. El sistema capitalista ha demostrado reiteradamente que es sumamente efectivo a la hora de conseguir lo que quiere sin medir las consecuencias, pero en medio de la vanidad que producen las riquezas materiales, se esconde una crisis profunda que no es, ni puede ser satisfecha por medios materiales.

A pesar de los astronómicos flujos de dinero que se registran en los países industrializados, la gente que allí habita no es más feliz, ni le encuentra un mayor sentido a la vida que en otros países. El dios de la modernidad, el dinero, pareciera prometer una vida de confort y de plenitud a quien alcanza la cúspide, pero esto no es más que una mentira, una que solo saben quienes lo han podido lograr. La búsqueda de la felicidad a través de lo material, nos ha llevado a una profunda crisis espiritual, un vacío interno que no está compuesto por materia ni puede ser saciado con ella. El ego es una cortina de humo que nos hace creer en esa ilusión de la realización por medio de la vanidad y de la satisfacción material. El factor ego trae consigo consecuencias desastrosas para el progreso, hechos que lo confirman son, por ejemplo, la obstrucción y falta de apoyo de la que fue víctima Nikola Tesla inventor de la Bobina Tesla. Invento que, de haber sido famoso, proporcionaría no solo energía gratuita, sino también, inalámbrica. Otro ejemplo son las guerras, que películas como el señor de la guerra, ilustran hábilmente cómo este negocio tan lucrativo para algunos, cobra las vidas de miles de otros, incluyendo niños que carecen de alimento, pero les sobra munición. Como he dicho anteriormente, el progreso y el desarrollo tecnológico se ve limitado por el interés económico de unos pocos.

La crisis humana total, ha demostrado que la “deshumanización” de la especie no tiene limite, el siglo XX, aún con toda sus máquinas, producción industrial, (des)estructuración económica, derroche de energía y la ciencia que apuntaba mejorar la calidad de vida de la especie, además de solucionar todos los problemas del cielo y de la tierra definitivamente no lo ha logrado. Nuestro sadismo e indiferencia han dejado 2 guerras mundiales, el siglo que representa el

Page 7: El hijo arrogante de la naturaleza

mayor avance en la historia humana, es también el siglo más decadente y más sangriento de todos.

La modernidad es una de las maquinas más sorprendentes de las que haya sido capaz de crear el hombre, y en vista de los hechos, parece también obvio que la mente humana no puede controlar todo lo que crea. Creamos un gran monstruo, lo alimentamos con nuestro ego, y ahora parece que su sobrealimentación le ha causado indigestión y todo se volvió en nuestra contra. Las consecuencias de nuestro modus vivendi ahora se hacen visibles, y aparentemente no queda mucho tiempo para corregir años consecutivos de errores.

La contaminación ha provocado cambios climáticos que están al borde de un colapso natural de escala global. La crisis económica, no es cosa del siglo XXI sino un fenómeno que sobrevive desde hace siglos con la mala repartición de los recursos que azota a más del 50% de la población. Tantas incoherencias del sistema están a punto de llegar a su clímax, y hacen tambalear todo lo que esta bajo su estructura. La modernidad tiene sus días contados, creció tanto que ahora está a punto de caer por su propio peso, cambios radicales son necesarios de manera inmediata, pero, un amplio sector que incluye a quienes están en el poder es reacio al cambio. Apostando por el sistema como lo conocemos, pero con ligeros cambios, llamando a esto crecimiento sostenible. Según Eudald Carbonell hablar de esto es una barbaridad, el crecimiento sostenible, no es sostenible, es simplemente un eufemismo para denominar la destrucción sostenible, la cual consiste en contaminar menos para vivir un poco más, pero de igual manera, termina por ser no sostenible a largo plazo.

¿El fin de la humanidad?

El mundo como lo conocemos está a punto de cambiar, es evidente que el auge de la modernidad en el siglo XX es algo que nunca se va a poder repetir, es claro que nuestros modelos de extracción y aprovechamiento de los recursos son defectuosos, sacamos más de la naturaleza de lo que ella misma es capaz de producir, y producimos objetos superfluos de corta duración. También es obvio que nuestros modelos de distribución son poco efectivos, el 80% de los recursos son devorados por un escaso 20% de la población mundial. Y no es un secreto que los sistemas de desechos son ineficientes y nocivos. El futuro de la modernidad es oscuro, implica un cambio del cual, seguramente no va a salir viva. Me surge de pronto la interrogación ¿Está el hombre condenado a morir con la modernidad?

Evolución responsable

Page 8: El hijo arrogante de la naturaleza

Se ha hecho famosa en los últimos tiempos la frase “salva al planeta”, las causas ya las dije, los efectos son evidentes. Pero si vamos a hablar enserio, esa frase es un eufemismo, un slogan engañoso que nos pareciera sugerir que el problema no es con nosotros. La esfera en la que habitamos está acá desde que tenemos memoria histórica, y seguramente después de nuestra desaparición ella seguirá aquí.Una aseveración más cercana a la realidad sugeriría cambiar dicha frase por una más apropiada, como publicista se me ocurre “salvémonos”. El mundo que hemos construido se está desmoronando, el antropocentrismo de la modernidad nos ha tendido una trampa, hemos sido prepotentes y estamos olfateando nuestra extinción, nuestro egocentrismo nos hizo pensar que de alguna manera somos superiores a la creación.

Nuestro ego es una cosa seria, la vanidad en la que nos envolvimos, no nos dejó ver las consecuencias de nuestros actos antes de estar en un nivel tan crítico. Todos los problemas que tiene el mundo, todo lo malo que hay en él tiene su origen en el hombre, somos una suerte de cáncer para el planeta y si queremos una cura para este mal, tenemos que mirar el problema de raíz para poder transformarlo, toda crisis representa una oportunidad.

Es necesario un cambio urgente, un cambio real. Este cambio, a pesar de lo que muchos opinen, no es un cambio de carácter político ni económico, el cambio es como el mundo en sí mismo, subjetivo. Cada quien ve al mundo como se le da la gana, y cada uno de nosotros, como la seis milmillonésima parte que representa, ejerce una gran fuerza sobre el mundo colectivo que todos habitamos, hecho que la física cuántica ha demostrado cabalmente.Sobrevivir a esta crisis, es algo que se debe hacer como el colectivo humano que somos, todos juntos, pero para lograrlo debemos entender que esto no es una crisis del sistema, sino una crisis provocada por nosotros y que implica, no sólo un cambio en la estructura de los organismos mundiales, sino un cambio total del paradigma de la concepción de la vida misma y del hombre dentro del mundo.El cambio real, representa un esfuerzo en conjunto que inicia en la individualidad. Cada uno de nosotros debe replantearse totalmente el modo como vive en el mundo. No digo que esto sea fácil, sobretodo teniendo en cuenta quiénes son quienes manejan el planeta, y sabiendo que “todo ha caído en manos de unas fuerzas que no tienen ningún interés en la conservación del planeta, que no pueden conmoverse ante el deterioro de la vida humana y natural, que no pueden sentir lo sagrado ni lo divino por la triste y poderosa razón de que ni siquiera pueden sentir”

El reconocimiento de nuestro ego, como el mayor obstáculo a superar para poder construir un mundo más apropiado es absolutamente necesario para la

Page 9: El hijo arrogante de la naturaleza

consolidación de un mundo más habitable. No estoy diciendo que sea lo único que hay que cambiar, pero es el paso primordial.

No soy comunista, nunca lo fui ni lo seré, aunque me parece un ideal maravilloso aquel de repartir concienzudamente los recursos, siempre fui consiente de que la diabólica sed de poder del ser humano trascendía cualquier sistema político, y que por más apropiado que parezca un sistema cualquiera, si la codicia, la avaricia, la corrupción aparecen, poco se puede hacer por impedir que el ciclo empiece de nuevo.

El cambio se trata de una revolución cultural, en el que cada individuo conozca la trascendentalidad que tienen sus actos en el mundo, y decida de manera autónoma y consciente los actos que va a realizar, asumiendo siempre las consecuencias de sus actosLa educación de la población es necesaria, juega un papel fundamental en la evolución de cada ser. Los artículos académicos que connotan los últimos conocimientos de la humanidad son de interés de un puñado de individuos, mientras el gran porcentaje de la sociedad lo ignora completamente. ¿Cómo se puede opinar si no conoces? La mayoría de gente no sabe en que mundo vive, ni cómo funciona, es gracias a la fuerza de la ignorancia, que pueblos enteros son manipulados de manera descarada.

En este tiempo de transición que estamos atravesando, es necesario que la gente conozca los antecedentes de la modernidad, sus pros y contras, y también debe tener conciencia de las herramientas para manejar mejor su vida, herramientas que son provistas por el amplio y enigmático saber de la física cuántica, por dar un sencillo ejemplo. Estamos en la aldea global, ya la vivimos, y esto representa una ventaja para la difusión exitosa de información, que en mi condición de comunicador, es casi una obligación moral.

Eso es lo que yo pienso desde mi pequeño porcentaje de la realidad, y así es como veo una luz de esperanza al final de este oscuro túnel construido por el hombre.

William Ospina escribe “La humanidad podría todavía muy bien estar en repartida por la superficie de los continentes, cultivando de un modo razonable la tierra, cuidándose de no saquear no depredar el universo sagrado que en la condición misma de nuestra existencia. La especia podría estar organizada en comunidades semirurales, instruidas, laboriosas, cultoras de la ética y la estética, respetuosas de la naturaleza, vigorosas, afectivamente saludables, libres de prejuicios y austeras, en las que podría florecer la mayor diversidad cultural imaginable e incluso aprovechar las posibilidades benéficas de la ciencia y la técnica y el planeta ni siquiera sentiría que hay humanos en él”

Page 10: El hijo arrogante de la naturaleza

Hay un fantasma entre nosotros, una transformación inminente del mundo como lo conocemos, ¿Qué dirección va a tomar? Eso depende de nosotros, yo ya escogí hacia donde empujar. ¿Y tú?

Page 11: El hijo arrogante de la naturaleza

Bibliografia

Es tarde para el hombre – William Ospina

Hombres y engranajes – Ernesto Sábato

La tierra que atardece – Fernando C. Kronfly

Las ciudades y las ideas – José Luis Romero

América Mestiza – William Ospina

Nacidos Para Cambiar – Enrique Gil Calvo

Conferencias

Tecnología Socializada – Eudald Carbonell

Economía Transdisciplinaria para la Sustentabilidad – Manfred Max Neef

Documentales

Zeitgeist

What the bleep do we know?

Surplus

The Corporation