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EL FIN DE LA ETERNIDAD ISAAC ASIMOV http:// www.librodot.com

EL FIN DE LA ETERNIDAD

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Libro de Isaac Asimov

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EL FIN DE LA ETERNIDAD ISAAC ASIMOV

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A Horace L Gold

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LibrodotEl fin de la eternidadIsaac Asimov 100Librodot

1El Ejecutor

Andrew Harlan entr en la cabina. Sus lados perfectamente esfricos se ajustaban dentro de un tubo vertical formado por barras metlicas muy espaciadas, cuyos extremos parecan fundirse en el vaco, a unos dos metros sobre la cabeza de Harlan. ste situ los mandos y tir poco a poco de la palanca de arranque.

La cabina no se movi.

Harlan tampoco se lo haba propuesto. Saba que no iba a haber movimiento, ni arriba ni abajo, a derecha o izquierda, ni adelante o atrs. En cambio, los huecos entre las barras se llenaban de una opacidad griscea, slida al tacto pero inmaterial, sin embargo. Al mismo tiempo sinti aquella ligera opresin en el estmago, la leve sensacin de nusea (tal vez psicosomtica), que le deca que todo cuanto contena la cabina, incluyndole a l, estaba siendo lanzado al hipertiempo a travs de la Eternidad.

Haba entrado en la cabina en el Siglo 575, la Base Temporal donde fue destinado dos aos antes. En aquel entonces, el 575 era el hipertiempo ms distante que haba visitado nunca. Ahora se desplazaba hacia el hipertiempo del Siglo 2456.

En circunstancias normales le habra intimidado un poco la perspectiva de aquel viaje. Su Siglo natal estaba en el lejano hipotiempo, en el Siglo 95, para ser exactos. El 95 era un Siglo muy restrictivo en el empleo de la energa atmica, aficionado a lo rstico, gran consumidor de madera natural para sus construcciones, gran exportador de licores a los cercanos isotiempos e importador de semillas forrajeras. Aunque Harlan no haba regresado al 95. desde que empez su formacin especial como Aprendiz a los quince aos, experimentaba siempre aquella sensacin de nostalgia cuando se alejaba de su Siglo. En el2456. estara a casi doscientos cuarenta milenios del da de su nacimiento, y eso era mucho, incluso para unempedernido Eterno.

Tal habra sido su estado de nimo en circunstancias normales.

Pero en aquel momento. Harlan no poda pensar otra cosa sino que los documentos le pesaban en el bolsillo, y que su plan le pesaba en la conciencia. Estaba algo asustado, algo tenso, algo confuso.

Fueron sus manos, como si estuviesen dotadas de voluntad propia, las que detuvieron la cabina en elSiglo previsto y en la forma prevista.

Era extrao que un Ejecutor estuviera tenso o nervioso. Como dijo en cierta ocasin el InstructorYarrow:

Ante todo, el Ejecutor debe ser impasible. El Cambio de Realidad a programar puede afectar la vidade cincuenta mil millones de seres, o ms. Un milln o ms pueden quedar afectados de tal modo que deber considerrseles como individuos nuevos. Dadas estas condiciones, un temperamento emotivo sera un serio inconveniente para el Ejecutor.

Harlan mene la cabeza casi salvajemente, para aventar el recuerdo de las secas palabras de su maestro. En aquellos das no poda suponer que l mismo reuna las peculiares condiciones exigidas. Sin embargo, ahora le embargaba la emocin. No por cincuenta mil millones de seres, qu le importaban a l cincuenta mil millones!

Era slo por una persona. Slo una.

Al notar que la cabina se haba detenido interrumpi sus divagaciones para recobrar la mentalidad fra e impersonal que cuadraba a un Ejecutor, y sali del aparato.

La cabina que dejaba, desde luego, no era la misma donde haba entrado, en el sentido de que no estaba compuesta de los mismos tomos. Aquello no le preocupaba ms que a cualquier otro Eterno. El centrarse en la mstica de la Traslacin Temporal, dejando de lado el mero hecho de su existencia, constitua la meta de todo Aprendiz tan pronto como era admitido a la Eternidad.

Se detuvo un instante frente a la cortina infinitamente delgada de No-Espacio y No-Tiempo que le separaba en un sentido de la Eternidad y en otro del Tiempo normal.3Librodot

Aquella Seccin de Eternidad sera del todo nueva para l. Conoca sus peculiaridades a grandes rasgos por haberlas estudiado en el Manual de todas las pocas. Sin embargo, la experiencia directa nunca dejaba de ser un choque para el que convena estar preparado.

Ajust los mandos, operacin sencilla cuando se trataba de pasar a la Eternidad, pero muy complicada para ingresar en el Tiempo normal, una traslacin mucho menos frecuente. Atraves la cortina y al instante qued cegado por un aluvin de reflejos. Levant instintivamente una mano para cubrirse los ojos.

Un individuo le esperaba. Harlan, deslumbrado, apenas consegua distinguirlo.

-Soy el Socilogo Kantor Voy -dijo el hombre a Harlan-. Supongo que usted es el Ejecutor Harlan. Harlan asinti.

- Santo Cronos! No podra moderar esa decoracin? Voy mir a su alrededor y dijo con indulgencia:-Se refiere a las pelculas moleculares?-En efecto -dijo Harlan-. El Manual ya las menciona, pero no dice nada de esta orga de reflejos. Tena bastante motivo para enojarse, pens Harlan. En el Siglo 2456 predominaba la materia, lomismo que en casi todos los Siglos; caba esperar una compatibilidad fundamental entre ellos. No presentaba la absoluta confusin (para alguien nacido en una poca de predominio material) de los remolinos energticos del 300. o de los campos dinmicos del 600. En el Siglo 2456, para descanso de los Eternos que lo visitaran, la materia era empleada para todo, desde un clavo hasta un edificio.

Desde luego, existan distintas clases de material. A un miembro de un Siglo con predominio de la energa tal vez le pasaran desapercibidas. Para l, todas las materias seran variaciones sobre un mismo tema basto, pesado y brbaro. Pero Harlan, educado en un medio de formas materiales, reconoca diferencias entre la madera, los metales (con distincin entre ligeros y pesados), los plsticos, la slice, el hormign, el cuero, y as sucesivamente.

Pero una materia compuesta enteramente de espejos!

Tal fue su primera impresin del 2456. Todas las superficies reflejaban y emitan luz. En todo apareca la ilusin del pulimento perfecto, debido a la presencia de una pelcula reflectante. Y en la infinita repeticin de su propia imagen, de la del Socilogo Voy y de cuanto les rodeaba, Harlan no vea ms que confusin. Una confusin absurda y vertiginosa!

-Lo siento -dijo Voy-. Es una costumbre de este Siglo y la Seccin competente estima que conviene adoptar en lo posible las costumbres locales. Pronto se acostumbrar a ello.

Voy anduvo rpidamente sobre las huellas de otro Voy, su reflejo invertido en el suelo. Alarg una mano y puso a cero un indicador capilar que se desplazaba sobre una escala en espiral.

Los reflejos desaparecieron y la iluminacin adopt una intensidad soportable. A Harlan le pareci que su mundo regresaba a la normalidad.

-Acompeme, por favor -dijo Voy. Harlan le sigui por varios corredores que momentos antes, supuso, estallaban de luces y resplandores enloquecidos. Subieron por una rampa, y despus de cruzar una antecmara, penetraron en un amplio despacho.

Durante el breve recorrido no vieron alma viviente. Harlan estaba tan acostumbrado a eso, le pareca tan normal, que le habra sorprendido y casi escandalizado distinguir alguna figura humana tratando de apartarse de su camino. Sin duda, la noticia de la llegada de un Ejecutor haba corrido pronto. Hasta Voy se mantena apartado de l, y cuando la mano de Harlan roz casualmente el brazo del Socilogo, ste se hizo a un lado con evidente sobresalto.

Harlan se sorprendi un poco al notar cierta amargura ante tal reaccin. Se crea revestido de una coraza mucho ms fuerte, ms eficazmente insensible. Si estaba equivocado, si su armadura tena puntos dbiles, slo poda haber una causa:

Noys!

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El socilogo Kantor Voy se inclin hacia el Ejecutor en un gesto que pareca bastante cordial, peroHarlan no poda dejar de notar que estaban sentados en los extremos opuestos de una mesa bastante larga.

Voy dijo:

-Me complace que nuestro pequeo problema haya interesado a un Ejecutor de su fama.

-S -dijo Harlan en el tono fro e impersonal que todos esperaban de l-. Presenta algunos aspectos interesantes.

Pens si parecera lo bastante imparcial. A lo peor estaba dejando entrever sus verdaderos motivos, y su delito era delatado por las gotitas de sudor que acompaaban su frente.

Sac de un bolsillo interior la transparencia con el resumen del Cambio de Realidad proyectado. Era el mismo texto enviado al Gran Consejo Pantemporal un mes antes. Gracias a sus relaciones con el Jefe Programador Twissell (el ilustre Twissell), no le fue difcil a Harlan hacerse con el proyecto.

Antes de desenrollar la lmina dejando que se extendiera sobre la superficie de la mesa donde quedara retenida por un dbil campo paramagntico, Harlan hizo una breve pausa.

La pelcula molecular que cubra la mesa haba sido opacada, pero no del todo. El movimiento de su brazo atrajo su mirada, y por un momento el reflejo de su propio rostro pareci contemplarle hoscamente desde la mesa. Tena treinta y dos aos, pero pareca ms viejo. No necesitaba que nadie se lo dijera. Quiz su rostro alargado y las cejas negras sobre unos ojos an ms oscuros contribuyesen a darle la expresin severa y la fra mirada que todos los Eternos asimilaban a la caricatura de un Ejecutor. O quizs era slo su propia conviccin de ser un Ejecutor.

En seguida extendi la transparencia sobre la mesa y volvi al asunto que le traa all.

-Yo no soy Socilogo, seor mo... Voy sonri.

-Eso suena formidable. Cuando alguien empieza por manifestar su incompetencia en cualquier especialidad, generalmente anuncia que se dispone a formular una opinin categrica.

-No se trata de una opinin -dijo Harlan-. Slo de una peticin. Deseo que examine este resumen y me diga si no ha cometido usted un pequeo error en alguna parte.

Voy se puso serio inmediatamente.

-Espero que no.

Harlan dej colgar un brazo sobre el respaldo, y la otra mano sobre las piernas. No era cuestin de tamborilear con los dedos sobre la mesa, ni de -morderse los labios. No deba permitir que le traicionasen sus emociones.

Desde aquel instante que cambi toda la orientacin de su vida, haba estudiado con atencin todos los proyectos de Cambios de Realidad que pasaban por la maquinaria administrativa del Gran Consejo Pantemporal.

Como Ejecutor adjunto al Jefe Programador Twissell poda hacerlo, saltndose un poco la tica profesional. Menos mal que Twissell estaba cada vez ms entretenido con su propio y ms importante proyecto. (Las aletas de la nariz de Harlan se dilataron. Ahora saba algo acerca de la naturaleza de tal proyecto.)

Harlan no poda estar seguro de encontrar lo que buscaba dentro de un plazo razonable. Cuando estudi por primera vez el proyecto de Cambio de Realidad 2456-2781, nmero de orden V-5, crey que sus deseos hacan una jugarreta a su capacidad de raciocinio. Pas un da entero verificando una y otra vez las ecuaciones y desarrollos, atenazado por una dolorosa incertidumbre mezclada con una creciente excitacin y amarga gratitud, puesto que al menos le haban enseado psicomatemticas elementales.

Ahora Voy estudiaba la misma lmina y sus smbolos con expresin entre confusa y preocupada.

-Me parece... digo que me parece que todo est en orden -asegur al fin.

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-Compruebe en particular los ritos sociales del noviazgo en la Realidad actual de este Siglo -dijo Harlan-. Eso es sociologa y supongo que cae dentro de su responsabilidad. Por eso dispuse verle a usted a mi llegada, antes que a ningn otro.

Voy frunci el ceo. An se mostraba corts, pero su tono al responder fue glacial:

-Los Observadores destinados a nuestra Seccin son muy competentes. Estoy seguro que los asignados a este proyecto han proporcionado datos exactos. Tiene pruebas de lo contrario?

-Nada de eso, socilogo Voy -dijo Harlan-. Acepto los datos, pero no estoy de acuerdo con el planteamiento del problema. No observa un tensor complejo indeterminado en este punto, si ponderamos correctamente el comportamiento prenupcial?

Voy mir con atencin, y una expresin de alivio se extendi por su rostro.

-En efecto, Ejecutor, en efecto. Pero se resuelve por s mismo en una identidad. Se tiene un bucle de pequeas dimensiones, que no presenta caminos secundarios. Espero que me perdone si uso imgenes grficas en vez de expresiones matemticas exactas.

-Se lo agradezco. As como no soy Socilogo, tampoco soy Programador -replic Harlan.

-Muy bien, pues -dijo Voy-. Ese tensor complejo indeterminado a que alude, o bifurcacin del camino, como si dijramos, no es significativo. La dicotoma se resuelve ms adelante y tenemos un. camino nico. Nos pareci innecesario mencionarlo en nuestro informe.

-Si es su criterio, me someto al mismo. Sin embargo, queda la cuestin del C.M.N.

El Socilogo torci el gesto al or aquellas siglas, como haba previsto Harlan. C.M.N. El Cambio Mnimo Necesario. Aqu el Ejecutor era el amo. Un Socilogo poda creerse inmune a la crtica en lo relativo al anlisis matemtico de las infinitas Realidades posibles en el Tiempo, pero al definir el C.M.N., el Ejecutor tena la ltima palabra.

El clculo mecnico no era suficiente. La mayor Computaplex existente, manejada por los ms expertos y hbiles Jefes Programadores, no serva sino para sealar los lmites dentro de los cuales se situaba el C.M.N. Era entonces cuando el Ejecutor, examinando los datos del problema, decida el punto exacto del Cambio dentro de aquellas condiciones lmite. Un buen Ejecutor rara vez se equivocaba. Los mejores Ejecutores no se equivocaban nunca.

Harlan no se equivocaba nunca.

-El C.M.N. recomendado por su Seccin -dijo Harlan, hablando en tono pausado, fro, silabeando el Idioma Pantemporal Normalizado con meticulosidad- implica la induccin de un accidente espacial, y una muerte inmediata y bastante horrible para una docena o ms de personas.

-Es inevitable -dijo Voy, encogindose de hombros, indiferente.

-Sugiero que el C.M.N. puede reducirse al mero traslado de un envase de un estante a otro. Aqu! - seal Harlan. La blanca y bien cuidada ua de su ndice dej una leve huella debajo de un grupo de perforaciones.

Voy examin aquel punto con dolorosa pero muda atencin.

-No altera eso la situacin con respecto a la dicotoma que ha dejado de tener en cuenta? -continu Harlan-. No cree que entonces se utiliza el camino de mnima probabilidad, convirtindolo prcticamente en una certeza, y que eso nos conduce a...?

-Virtualmente, al R.M.D. -dijo Voy en un susurro.

-Exactamente al Resultado Mximo Deseado -afirm Harlan.

Voy alz los ojos, con una expresin entre compungida e irritada en su moreno rostro. Harlan, indiferente, observ que aquel hombre tena entre los incisivos superiores un hueco que le daba un aspecto conejil, lo cual chocaba con la contenida energa de sus palabras.

Voy pregunt:

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-Supongo que esto llegar a conocimiento del Gran Consejo Pantemporal.

-No lo creo -dijo Harlan-. Que yo sepa el Gran Consejo no se ha ocupado de ello. Por lo menos, elCambio de Realidad programado se me pas sin ningn comentario.

Harlan no crey oportuno explicar con ms detalle cmo le fue pasado, y Voy se abstuvo de preguntar.

-Entonces, ese error, lo ha descubierto usted?

-S.

-Y no dio parte al Gran Consejo Pantemporal?

-No.

Hubo una reaccin de alivio, y luego Voy se puso en guardia.

-Por qu?

-Pocas personas habran dejado de caer en ese error. Pens que poda corregirlo antes de que se cometiera un dao irreparable. As lo hice. Por qu ir ms all?

-Bien... gracias, ejecutor Harlan. Se ha portado como un amigo. El error de esa Seccin que, como usted dice, era prcticamente inevitable, habra manchado nuestra hoja de servicios.

Voy continu despus de una breve pausa:

-Aunque, en realidad, y teniendo en cuenta las alteraciones de personalidad que va a inducir esteCambio de Realidad, la muerte de algunos hombres resultaba de escasa importancia.

Harlan pens framente: No parece muy agradecido. Igual me guarda rencor. Cuando tenga tiempo para pensarlo, es posible que su rencor aumente an ms, por haber sido salvado de una descalificacin gracias a un Ejecutor. Si yo fuese Socilogo como l, me estrechara la mano con gratitud, pero no quiere dar la mano a un Ejecutor. No le repugna condenar una docena de hombres a la asfixia, pero s el contacto de un Ejecutor.

Comprendiendo que no le convena dar tiempo al resentimiento de su interlocutor, Harlan atac casi en seguida:

-Espero que su agradecimiento me autorice a pedirle que su Seccin haga un pequeo trabajo param.

-Un trabajo? -pregunt Voy.

-Un problema de Anlisis Individualizado. He trado todos los datos, as como los de un Cambio deRealidad propuesto para el Siglo 482. Deseo saber el efecto de este Cambio sobre la probabilidad de supervivencia de cierta persona.

-No estoy seguro de haberle entendido bien -dijo el Socilogo con vacilacin-. No dispone de medios para hacer este anlisis en su propia Seccin?

-En efecto. Sin embargo, estoy realizando una investigacin personal y por ahora no quiero que figure en los archivos. Sera muy difcil encargar este trabajo a mi Seccin sin que...

Harlan hizo un gesto vago, sin concluir la frase.

-Entonces, no quiere que esto vaya por va oficial?

-pregunt Voy.

-Debe hacerse confidencialmente, y quiero una contestacin confidencial.

-Es muy irregular. No puedo aceptarlo. Harlan frunci el ceo.

-No es ms irregular que mi olvido en denunciar su error al Gran Consejo Pantemporal. En ese caso no tuvo usted ninguna objecin. Si hemos de atenernos a las normas en un caso, tendremos que ser igualmente formales en otro. Creo que me comprende, verdad?

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La expresin de Voy revelaba que le haba comprendido perfectamente, sin lugar a dudas. Alarg la mano hacia Harlan.

-Puedo ver los documentos?

Harlan se tranquiliz. Haba superado el obstculo principal. Mir con atencin mientras elSocilogo se inclinaba sobre las lminas que haba trado.

-En nombre del Tiempo! Es un Cambio de Realidad sin importancia -fue el nico comentario deVoy.

Harlan aprovech la ocasin, mintiendo a medida que hablaba:

-As es. Demasiado pequeo, creo. De ah surge la discusin. Est por debajo de la diferencia crticay he escogido un solo individuo como caso piloto. Naturalmente, no sera hbil que yo usara el equipo de nuestra Seccin sin estar del todo seguro de mi acierto.

Voy no dijo nada a esto, y Harlan no continu. No convena exagerar la comedia. Voy se puso en pie.-Pasar estos datos a uno de mis Analistas. Esto quedar entre nosotros, aunque comprender que no podemos sentar un precedente.

-En modo alguno.

-Y si no le importa, me gustara observar el Cambio de Realidad que vamos a efectuar aqu. Espero que nos haga ,el honor de dirigir el C.M.N. personalmente.

Harlan asinti.

-Asumo toda la responsabilidad.

Cuando entraron en la sala de control dos de las pantallas estaban conectadas. Los tcnicos las haban ajustado segn las coordenadas exactas de Espacio y Tiempo, y luego salieron. Harlan y Voy se vieron a solas en la centelleante sala. (La decoracin a base de pelculas moleculares reflectantes se haca notar, y no poco por cierto, pero esta vez Harlan, atento a las pantallas, no hizo caso.)

Ambas imgenes aparecan inmviles. Semejaban naturalezas muertas, pues representaban instantes matemticos del Tiempo.

Una de las vistas era en colores naturales muy contrastados: la sala de mquinas de un vehculo espacial experimenta], como bien saba Harlan. Una puerta se estaba cerrando y an asomaba por el resquicio un brillante zapato de material rojo semitransparente. No se mova. Nada se mova. Si se hubiese aumentado el contraste de la imagen hasta el punto de hacer visibles las motas de polvo en el aire, ni siquiera stas se habran movido.

Voy dijo:

-Esta sala de mquinas permanecer vaca durante dos horas y treinta y seis minutos a partir del instante que contemplamos. En la Realidad actual, desde luego.

-Lo s -murmur Harlan.

Empez a ponerse los guantes y mientras tanto sus ojos recorran con rapidez los estantes, memorizando la situacin del envase crtico, midi los pasos necesarios para llegar a l y el mejor emplazamiento adonde trasladarlo. Lanz una breve ojeada a la otra pantalla.

Mientras la sala de mquinas, situada en el presente definido con respecto a la Seccin Eternidad en la que ahora se encontraba, apareca iluminada en colores naturales, la otra escena, situada a unos veinticinco Siglos de distancia en el futuro, presentaba el filtro azulado que serva para diferenciar las imgenes futuras.

Era la vista de un espaciopuerto. Un cielo color azul oscuro, con edificios azulados de desnudo metal sobre un terreno verdeazulado. Un cilindro azul de raro diseo, con una protuberancia en la base, destacaba en

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primer plano. Al fondo se vean dos cilindros ms, parecidos al primero. Los tres apuntaban al cielo, sus extraas ojivas partidas, en cuyo interior se alojaba seguramente la maquinaria principal.

Harlan frunci el ceo.

-Raros aparatos -dijo.

-Electro-gravitacionales -dijo Voy-. El Siglo Dos mil cuatrocientos ochenta y uno es el primero en desarrollar la navegacin espacial por electro-gravitacin. No necesita combustible ni energa nuclear. Una solucin elegante; lstima que nuestro Cambio la haga desaparecer. Una verdadera lstima!

Clav la mirada en Harlan con visible disgusto.

Harlan apret los labios. Conque disgustado, eh? Por qu no? El Ejecutor era l.

Sin duda, algn Observador habra presentado un informe sobre la cuestin del abuso de drogas. Algn Estadstico demostr que los ltimos Cambios haban aumentado el nmero de adictos hasta que lleg a ser el mayor en todas las presentes Realidades de la humanidad. Un Socilogo, probablemente el propio Voy, estableci el perfil psiquitrico de aquella sociedad, y un Programador calcul el Cambio de Realidad necesario para disminuir la tendencia al uso de drogas, hallando que, como efecto secundario, la navegacin espacial por electro-gravitacin iba a desaparecer. En la decisin final haban intervenido una docena, cien hombres quiz, de todas las categoras en la Eternidad.

Pero, a fin de cuentas, tendra que ser un Ejecutor quien la llevase a la prctica. Siguiendo las instrucciones convenidas por los dems, a l le tocaba iniciar el Cambio de Realidad. Y entonces los dems le miraran con ojos acusadores, y sus miradas pareceran decir: A ti, y no a nosotros, se debe la destruccin de toda esa belleza.

Y por esa razn, los dems le condenaran y evitaran su presencia. Descargaban su propia culpa sobre los hombros del Ejecutor, y por ello le odiaban. Harlan dijo con sequedad:

-Las naves no importan. Debemos preocuparnos por ellos.

Ellos eran un grupo de personas, en apariencia insignificantes al lado de la nave espacial, del mismo modo que las dimensiones fsicas de las trayectorias interplanetarias hacen parecer insignificante la Tierra as como la sociedad humana que la puebla.

Parecan pequeos muecos. Sus diminutos brazos y piernas permanecan en posturas extraas y ridculas, inmovilizados en aquel instante del Tiempo.

Voy se encogi de hombros.

Harlan ajust el pequeo generador de campo que llevaba en su mueca izquierda.

-Acabemos cuanto antes -dijo.

-Un momento -dijo Voy-. Quiero preguntarle al Analizador de Destinos cunto tardar en completar este trabajo suyo. Yo tambin quiero terminar cuanto antes.

Sus manos desplazaron hbilmente un pequeo cursor; luego escuch con atencin el repiqueteo que recibi en respuesta.

Otra caracterstica de esta Seccin de Eternidad -pens Harlan-. Un cdigo de ruidos intermitentes. Espectacular, pero innecesario, al igual que las pelculas moleculares reflectantes.

-Dice que tardar unas tres horas -dijo Voy por fin-. Adems, dice que le gusta el nombre de esa persona, Noys Lambent. Es una mujer, no?

Harlan sinti la garganta seca.

-S.

Los labios de Voy se curvaron en una lenta sonrisa.

-Parece interesante. Me gustara verla sin que ella se diese cuenta. No hemos tenido ninguna mujer en esta Seccin desde hace meses.

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espalda.

Harlan contuvo un arrebato de ira y no contest. Mir framente al Socilogo y bruscamente le dio la

Si haba un defecto en la Eternidad, era esta cuestin de las mujeres. Desde que ingres en laEternidad haba comprendido claramente el problema, pero no se sinti personalmente afectado hasta que conoci a Noys. De aquel momento haba llegado a este otro, en que se hallaba traidor a su juramento de fidelidad y a todo lo que haba credo hasta entonces.

Por qu? Por Noys.No senta remordimiento. Esto era lo que ms le sorprenda. No senta ningn remordimiento. No tena sensacin de culpabilidad por las faltas que ya haba cometido, entre las cuales el uso prohibido de un Anlisis de Destino para fines particulares casi careca de importancia.

Ira hasta donde fuese necesario.

Aquella idea, que por primera vez se planteaba con claridad, le pareci blasfema y escarnecedora. Y aunque la apart de s con horror, saba que estaba dispuesto a hacerlo. La idea era sencillamente esta: que destruira la Eternidad, si se vea obligado a hacerlo.

Y lo peor era saber que tena poder para hacerlo, si se lo propona. Harlan estaba frente a la entrada del Tiempo y pens en s mismo de una manera diferente: antes todo era muy sencillo; existan ideales, aunque slo fueran palabras, por y para las cuales viva uno. Cada fase de la vida de un Eterno tena su propsito. No rezaban as los Principios Bsicos?

La vida de un Eterno puede dividirse en cuatro etapas...

Todo era claro y sencillo; sin embargo, para l todo haba cambiado, y lo que se haba roto nunca podra recomponerse.

l haba pasado confiadamente por las cuatro etapas de su vida como Eterno. Primero, el perodo de quince aos durante los cuales no fue un Eterno, sino un simple habitante del Tiempo. Slo un ser humano extrado del Tiempo, un Temporal, poda llegar a ser un Eterno; nadie naca en tal posicin.

A la edad de quince aos fue seleccionado, tras un proceso riguroso de eliminacin cuya naturaleza no pudo comprender entonces. Le haban llevado detrs del velo de la Eternidad despus de una desgarradora despedida de sus familiares. (Antes le haban dicho que, pasara lo que pasara, nunca regresara. Hasta mucho ms tarde no supo la verdadera razn de ello.)

2El Observador

Ingresado en la Eternidad, pas diez aos en la escuela como Aprendiz y una vez hubo aprobado los exmenes entr en la tercera etapa, para graduarse como Observador. Slo despus de ello se convirti en Especialista y en un verdadero Eterno. Era la cuarta y ltima parte de la vida de un Eterno: Temporal, Aprendiz, Observador y Especialista.

Harlan haba pasado por todas ellas fcilmente. Poda decir que con xito.

Recordaba perfectamente el da en que termin su perodo de Aprendiz, da que se convirti en un miembro independiente de la Eternidad; pues, aunque an no fuese Especialista, ya tena derecho al honroso ttulo de Eterno.

Lo recordaba bien. Estaba formado con los otros cinco que haban terminado el ltimo curso con l, las manos a la espalda, las piernas ligeramente separadas, la vista al frente, escuchando.

Les hablaba el Instructor Yarrow, de pie al lado de su mesa. Harlan recordaba muy bien a Yarrow. Era un hombre bajito y enrgico, de rojos y rebeldes cabellos, antebrazos pecosos y una expresin de desamparo en su mirada. (Era muy frecuente encontrar aquella mirada entre los Eternos. Asomaba a sus ojos10Librodot

la nostalgia del hogar y de su ambiente natal, el deseo de volver al Siglo que nunca ms veran: un deseo prohibido y que ninguno de ellos habra confesado jams.)

Desde luego. Harlan no recordaba las palabras exactas de Yarrow, pero el significado de las mismas acuda con claridad a su mente.

Yarrow haba dicho, en sustancia: Vais a convertiros en Observadores. No es un cargo de gran categora. Los Especialistas lo consideran trabajo de aprendiz. Quiz vosotros, Eternos... (hizo una pausa intencionada despus de aquella palabra, para darles tiempo de sentirse embargados por el honor implcito en tal calificativo), tambin pensis lo mismo. En tal caso, sois unos necios e indignos de esa responsabilidad.

Si no fuese por los Observadores, los Coordinadores no tendran nada que coordinar, los Analizadores de Destino nada que analizar, ni los Socilogos podran trazar cuadros de los grupos sociales; ninguno de los Especialistas podra hacer nada. Ya s que habris odo antes este argumento, pero quiero que tengis nociones claras y concretas acerca de este asunto.

Seris vosotros, los jvenes, quienes entraris en el tiempo normal, bajo las condiciones ms difciles, para recoger los hechos. Hechos fros y objetivos, no influidos por vuestras propias opiniones ni deseos, ya lo sabis. Hechos exactos que puedan ser pasados por los ordenadores. Hechos definidos que sirvan de fundamento a las ecuaciones sociales. Hechos fiables para decidir los Cambios de Realidad necesarios.

Y recordad esto. Vuestra etapa de Observadores no es para pasar por ella con la mayor rapidez y de la forma ms cmoda que os sea posible. Se os calificar segn vuestro trabajo de Observadores. No ser lo que hicisteis en la escuela, sino lo que hagis como Observadores, el criterio determinante de vuestra Especialidad y de la categora que tendris dentro de ella. sta ser vuestra tesis de Doctorado, Eternos, y un error en ella, aunque sea pequeo, servir para ser destinados al Servicio de Mantenimiento, sin tener en cuenta lo brillante de vuestra capacidad. He dicho.

Estrech la mano a cada uno de ellos y Harlan, grave y lleno de entusiasmo, orgulloso en su creencia de que el privilegio de ser un Eterno acarreaba el supremo privilegio de velar por la felicidad de todos los seres humanos existentes en los confines de la Eternidad, se sinti lleno de respeto por su misin.

Las primeras misiones encomendadas a Harlan fueron poco importantes y se desarrollaron bajo estrecha supervisin. Pero sirvieron para aguzar su habilidad con la experiencia adquirida en una docena de Siglos y a travs de una docena de Cambios de Realidad.

En su quinto ao como Observador le nombraron Jefe Observador de Zona y fue asignado al Siglo482. Por primera vez trabajara sin las orientaciones de otro, y eso fue lo primero que le hizo sentirse algo inseguro cuando abord al Programador que diriga aquella Seccin.

Se trataba del Ayudante Programador Hobbe Finge, cuya boca apretada y ceudo gesto parecan incongruentes en un rostro como el suyo. Tena la nariz redonda y gruesa y las mejillas sonrosadas. Slo le faltaba la barba y la cabellera blanca para convertirse en la imagen del mito Primitivo de Pap Noel, tambin llamado Santa Claus o San Nicols. Harlan conoca esos tres nombres. No crea que existiera un Eterno entre cien mil que los conociese ni de odas. Harlan senta una vanidad oculta y casi vergonzante por su aficin a los conocimientos arcanos. Desde sus primeros das en la escuela le interes el estudio de la Historia Primitiva, y el Instructor Yarrow le haba animado a ello. Harlan lleg a simpatizar con aquellos extraos y oscuros Siglos anteriores, no slo al establecimiento de la Eternidad en el 27., sino incluso al descubrimiento del Campo Temporal, en el Siglo 24. Durante sus estudios haba ledo libros y peridicos. Haba viajado muy lejos en el pretiempo hasta los primeros Siglos de la Eternidad, para consultar viejas bibliotecas, siempre que pudo obtener permiso para ello. Desde haca ms de quince aos estaba reuniendo una notable biblioteca privada, casi toda en papel impreso. Tena un libro de un tal H. G. Wells, y otro de un llamado W. Shakespeare, y algunos libros de historia medio destrozados. Pero la joya de su coleccin era un juego completo de volmenes encuadernados de una revista semanal primitiva. Ocupaban un espacio extraordinario, pero nunca pudo decidirse a microfilmarlos.

En ocasiones se trasladaba con la imaginacin a un mundo donde la vida era vida y la muerte, muerte; donde el hombre tomaba decisiones irrevocables; donde el mal no poda ser atajado ni el bien alentado, y donde la Batalla de Waterloo, una vez perdida, quedaba perdida para siempre. Tena unas pginas

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de poesa, que guardaba con indecible cario, donde se poda leer que lo que una mano haba hecho nunca poda deshacerlo.

Luego se le haca difcil, casi violento, el traer de nuevo sus pensamientos a la Eternidad y a un Universo donde la Realidad era algo flexible y cambiante, algo que hombres como l podan tomar en sus manos para convertirla en algo mejor.

El falso aspecto de Pap Noel se desvaneci cuando el Programador Hobbe Finge le habl en un tono rpido y objetivo.

-Empezar a trabajar maana con una inspeccin de rutina de la Realidad actual. Necesito que sea exacta, completa y definida. No tolerar la menor imprecisin. Su programa espacio-temporal estar preparado maana por la maana. Comprendido?

-S, Programador -dijo Harlan.

En aquel momento se dio cuenta que l y el Ayudante Programador Hobbe Finge no se iban a llevar bien, y lo lament.

A la maana siguiente Harlan recibi su programa de trabajo en lminas llenas de intrincadas perforaciones, tal como salan de la Computaplex electrnica. Us un decodificador de bolsillo para traducirlas al Idioma Pan-temporal Normalizado, a fin de asegurarse de no cometer ningn error en aquella su primera misin. Desde luego, habra podido leer las perforaciones directamente, pero prefera la seguridad que le daba el decodificador.

El programa le indic dnde y cundo poda penetrar en el Siglo 482 y dnde y cundo no; lo que poda hacer y lo que deba evitar a toda costa. Su presencia deba slo afectar a aquellos lugares y tiempos donde no entrase en contradiccin con la Realidad actual.

El 482. no le pareci un Siglo agradable. No se pareca nada a su Siglo natal, austero y laborioso. Aqulla era, a su entender, una poca sin tica ni principios morales, sensual, materialista y con un extendido sistema matriarcal. Era la nica poca, segn pudo comprobar en los archivos, en la cual los nacimientos por ectognesis haban llegado a ser tan comunes, que el cuarenta por ciento de las mujeres cumplan con sus deberes maternales simplemente donando un vulo fertilizado al incubador comunal. Los matrimonios se formaban y se deshacan por mutuo acuerdo y no tenan otra vigencia sino la de un contrato privado sin responsabilidades ante la Ley. Los vnculos con el fin de tener descendencia se consideraban algo completamente aparte de las funciones sociales del matrimonio; los primeros se contraan nicamente a fines eugensicos.

Aquella sociedad le pareci a Harlan pervertida en muchos aspectos; por ello crea necesario un Cambio de Realidad. Ms de una vez se le ocurri que su propia presencia en aquel Siglo, como ser que no perteneca a aquel Tiempo, poda desviar la Historia. Si los efectos de su presencia llegaban a ser cruciales en algn punto clave, una opcin de probabilidad diferente se convertira en dominante. En esa nueva senda, millones de mujeres que slo vivan para el placer de los sentidos se transformaran en madres verdaderas, de corazn puro. Seran transportadas a otra Realidad, y todos sus recuerdos perteneceran a la nueva Realidad, sin llegar siquiera a sospechar que alguna vez haban sido muy diferentes.

Desgraciadamente, para realizar tal propsito Harlan habra tenido que transgredir los lmites sealados por su programa espacio-temporal, y ello era impensable. Aunque se atreviese a hacerlo, el traspasar al azar los lmites fijados poda cambiar la Realidad actual de muchos modos imprevisibles. El resultado poda ser mucho peor que la Realidad presente. Slo un anlisis exacto y una Programacin ajustada definan el ptimo entre posibles Cambios de Realidad.

Por tanto, y cualesquiera que fuesen sus opiniones particulares, Harlan sigui siendo exteriormente un Observador. Y el Observador ideal no era ms que un conjunto sensorial receptor, unido a un mecanismo de escribir informes. Entre la percepcin y el informe no deba interponerse ningn sentimiento.

En ese sentido, los informes de Harlan eran perfectos.

El Ayudante Programador Finge lo llam a su despacho despus de su segundo informe semanal.

-Le felicito, Observador -le dijo en tono desprovisto de cordialidad-. Pero, qu piensa realmente de la situacin?12Librodot

Harlan se refugi en una expresin impasible; su rostro pareca tallado en un trozo de madera de los que tanto amaba su Siglo natal.

-No tengo opinin sobre este asunto -dijo.

-Vamos, Observador! Usted procede del Noventa y cinco y ambos sabemos lo que eso significa. Sin duda este Siglo le desagrada.

Harlan se encogi levemente de hombros.

-Ha encontrado en mis informes algo que le haga pensar tal cosa?

Era casi una impertinencia, y los dedos de Finge, tamborileando sobre la mesa, traicionaron su contrariedad. Al fin dijo:

-Conteste a mi pregunta.

-En un aspecto sociolgico -dijo Harlan-, muchas facetas de este Siglo representan puntos extremos. Los tres ltimos Cambios de Realidad han acentuado esa situacin. Supongo que eso debe ser corregido eventual-mente. Nunca conviene tal alejamiento del trmino medio.

-Quiere decir que se ha tomado la molestia de comprobar los resultados de los ltimos Cambios que afectan a este Siglo?

-Como Observador, debo estudiar todos los hechos pertinentes.

Harlan, en efecto, tena el derecho y la obligacin de conocer aquellos hechos. Finge lo saba. Todos los Siglos eran sacudidos continuamente por los Cambios de Realidad. Ninguna Observacin, por cuidadosa que fuese, poda considerarse definitiva por mucho tiempo, sin ser verificada peridicamente. Una de las normas de la Eternidad era el someter a todos y cada uno de los Siglos a una Observacin continua. Y para observar correctamente, uno deba ser capaz de presentar, no slo los hechos de la Realidad presente, sino tambin su relacin con los hechos de las Realidades anteriores.

Sin embargo, a Harlan le pareci que haba algo ms que curiosidad en aquellas preguntas de Finge, en aquel interrogatorio sobre las opiniones de Harlan. Finge demostraba una evidente hostilidad.

En otra ocasin Finge le dijo a Harlan, despus de presentarse sin previo anuncio en el pequeo despacho de este ltimo:

-Sus informes han creado una impresin muy favorable en el Gran Consejo Pantemporal. Harlan no supo qu replicar a esto, por lo que se limit a decir:-Muchas gracias.

-Todos parecen estar de acuerdo en que denotan un grado extraordinario de penetracin.

-Lo hago lo mejor que puedo.

Finge cambi de tema inopinadamente:

-Conoce al Jefe Programador Twissell?

-Al Programador Twissell? -los ojos de Harlan se agrandaron-. No, seor. Por qu me lo pregunta?

-Parece muy interesado en sus informes. Finge apret los labios y luego cambi nuevamente de conversacin:

-Tengo la impresin de que usted ha desarrollado su propia filosofa de la Historia, un punto de vistaoriginal.

La tentacin fue demasiado fuerte para Harlan. La vanidad y la prudencia lucharon por un momentoen su mente, y la primera gan la batalla.

-He estudiado Historia Primitiva, seor.

-Historia Primitiva? En la academia?

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-No exactamente, Programador. Por mi cuenta. Es... una aficin. Es como contemplar la Historia inmvil, sin Cambios, congelada! La Historia Primitiva puede ser estudiada con todo detalle, mientras que los Siglos de la Eternidad son siempre cambiantes -fue entusiasmndose a medida que hablaba de su tema favorito-. Es como si pudiramos tomar una serie de vistas fijas de un libro filmado y las estudiramos con minuciosidad. Se observan muchos detalles que pasan inadvertidos cuando contemplamos la pelcula en movimiento. Creo que esto me ayuda mucho en mi trabajo.

Finge le mir con sorpresa, abri los ojos un poco y sali del despacho sin replicar palabra.

Despus de aquello volvi a hablarle, en ocasiones, del tema de la Historia Primitiva, y acept las respuestas que Harlan le daba de no muy buena gana, sin que su redondo rostro mostrase ninguna expresin.

Harlan no estaba seguro de si arrepentirse de su franqueza o considerar el asunto como un posible mrito para adelantar en su carrera.

Decidi que la primera alternativa era la ms acertada, un da que se cruzaron en el Pasillo A, cuandoFinge le dijo sbitamente y de modo que pudieran orle los dems:

-Por Cronos, Harlan! Es que no saluda usted nunca?

Despus de aquello, Harlan se convenci que Finge le detestaba. Sus propios sentimientos hacia l se aproximaban al odio.

A los tres meses de estudiar la Realidad actual del 482., Harlan haba ya agotado todos los hechos y detalles dignos de mencin. Por ello no le sorprendi recibir orden de presentarse inmediatamente en el despacho de Finge. Haca das que esperaba que le asignaran otra misin, una vez presentado su resumen final. El Siglo 482 deseaba exportar ms tejidos de celulosa a los Siglos que no contaban con grandes bosques, como por ejemplo el 1174., pero no quera recibir pescado ahumado a cambio. El informe detallaba una larga lista de artculos por orden de prioridad y con sus recomendaciones.

Tom el borrador de su informe para llevarlo consigo al despacho de Finge.

Pero durante la entrevista no se habl del Siglo 482. A su llegada Finge le present a un hombre bajito y delgado, con la cara llena de finas arrugas, escaso cabello blanco y expresin astuta, que durante toda la conversacin mantuvo en perpetua sonrisa. Aquella sonrisa trasluca extremos de nerviosismo y de jovialidad, sin llegar a desaparecer en ningn momento. El hombre sostena entre dos dedos manchados de amarillo un cigarrillo encendido.

Era el primer cigarrillo que vea Harlan; a no ser por este motivo, se habra fijado ms en el hombre y menos en el humeante cilindro, y la presentacin de Finge no le habra cogido desprevenido.

Finge dijo:

-Jefe Programador Twissell, ste es el Observador Andrew Harlan.

Los ojos de Harlan, espantados, pasaron del cigarrillo al rostro del Jefe de la Eternidad. El Jefe Programador Twissell dijo con voz aguda:-Cmo est usted? De manera que ste es el joven que escribe esos magnficos informes?

Harlan no pudo articular palabra. Laban Twissell era una leyenda viviente, un hombre a quien se reconoca en el acto. Era el principal Programador de la Eternidad, lo que en otras palabras significaba que era el ms eminente de los Eternos. Era el Presidente del Gran Consejo Pantemporal. Haba dirigido ms Cambios de Realidad que ningn otro hombre en la historia de la Eternidad. Sus ttulos y sus xitos no tenan fin.

La serenidad haba desertado de la mente de Harlan. Asinti con la cabeza, sonri con expresin confusa y no dijo nada.

Twissell se llev el cigarrillo a los labios, le dio una rpida chupada y exhal el humo.

-Djenos solos, Finge. Quiero hablar con el muchacho. Finge se levant, murmur algo entre dientes y sali del despacho.

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-Parece nervioso, muchacho -dijo Twissell-. No tiene por qu preocuparse.

Pero el encontrarse cara a cara con Twissell haba sido demasiado para Harlan. Siempre desconcierta el descubrir que alguien a quien uno miraba como a un gigante, no mide en realidad sino un metro sesenta de estatura. Era posible que aquella cabeza medio calva albergase el cerebro de un genio? Aquellos ojos astutos, rodeados de arrugas, relucan por efecto de una aguda inteligencia, o era slo que su propietario estaba de buen humor?

Harlan no saba qu pensar. El cigarrillo pareca dispersar los restos de su lucidez. Se ech un poco atrs cuando le alcanz una volunta de humo.

Los ojos de Twissell se estrecharon como si tratase de ver a travs de la humareda de su cigarrillo, y continu en el dialecto del Siglo 100, con un acento horrible:

-Es que mejor entender si hablar en su suyo dialecto, muchacho?

A punto de estallar en una risa histrica, Harlan contest con prudencia:

-Puedo hablar el Idioma Pantemporal perfectamente, seor.

Pronunci correctamente la frase en el Pantemporal que l y los dems Eternos usaban desde su aprendizaje en la Eternidad.

-Tonteras -dijo Twissell, imperioso-. M no preocupar de Intertemporal. Mi habla de Milenio Diez es mucho perfecta.

Harlan se dio cuenta de que por lo menos haca cuarenta aos desde que Twissell usaba de los dialectos hipotemporales.

Satisfecho por haber demostrado sus conocimientos de idiomas, Twissell sigui hablando enPantemporal.

-Le ofrecera un cigarrillo, pero estoy seguro de que no fuma. El fumar ha sido mirado como una costumbre reprobable en casi todos los Tiempos de la Historia. En realidad, slo se consiguen buenos cigarrillos en el Siglo Setenta y dos; los importan especialmente para m. Le aconsejo que vaya a buscarlos all, si se decide a convertirse en fumador. Es muy triste. Ahora nadie fuma, ni siquiera en la Seccin de la Eternidad destinada al Siglo Ciento veintitrs. Los Eternos de aquella Seccin han adoptado las costumbres locales. Si encendiera un cigarrillo se pondran furiosos. A veces pienso que me gustara calcular un gran Cambio de Realidad y hacer desaparecer los prejuicios contra el tabaco de todos los Siglos. Pero me lo impide la seguridad que un Cambio semejante producira una gran guerra en el Cincuenta y ocho o una sociedad esclavista en el Mil. Todo tiene sus inconvenientes.

Al principio, Harlan estaba confuso, pero luego despert su aprensin. Seguro que aquellas divagaciones ocultaban algo.

Tena la garganta seca. Al fin pudo decir:

-Puedo preguntar por qu ha solicitado mi presencia, seor?

-Me gustan sus informes, muchacho. Hubo un destello de placer en los ojos de Harlan, pero nosonri.

-Tienen el toque del artista. Usted tiene intuicin, sabe captar las cosas. Creo que s cual es el puestoadecuado para usted en la Eternidad, y he venido a ofrecrselo.

Harlan pens: No puedo creerlo.

Reprimi la nota de triunfo en su voz y dijo:

-Es un gran honor para m, seor.

En aquel momento el Jefe Programador Twissell, habiendo acabado su cigarrillo, hizo aparecer otro en su mano izquierda como por arte de prestidigitacin y lo encendi. Exhal un par de nubes de humo y dijo:

-Por vida de Cronos, muchacho! Habla como si recitase en el teatro. Gran honor! Bah, tonteras! Dgame en palabras sencillas lo que le parece. Est contento, no es as?

15Librodot

-S, seor -dijo Harlan con precaucin.

-Bien; es lo normal. Qu le parecera llegar a ser Ejecutor?

-Ejecutor! -exclam Harlan, saltando de su asiento.

-Sintese, sintese. Parece sorprendido.

-Nunca he pensado en especializarme como Ejecutor, Programador Twissell.

-Nadie lo piensa -dijo Twissell secamente-. Todos esperan llegar a ser algo, menos eso. Por eso los Ejecutores son difciles de encontrar y siempre hay puestos vacantes. Ni una sola Seccin de la Eternidad tiene los que necesita.

-No creo reunir las condiciones necesarias.

-Quiere decir que no quiere aceptar un puesto difcil. Por Cronos! Si desea servir a la Eternidad, como creo que desea, las dificultades del puesto no deben importarle. Y tendr la satisfaccin de saber que le necesitamos, y mucho. Especialmente yo.

-Usted, seor? Usted especialmente?

Hubo un reflejo de astucia en la sonrisa del anciano.

-No ser un simple Ejecutor. Ser mi Ejecutor personal. Tendr una categora especial. Qu le parece ahora?

-No lo s, seor -dijo Harlan-. Es posible que no rena condiciones para desempear ese puesto. Twissell mene la cabeza con decisin.

-Yo le necesito. Le necesito a usted. Sus informes y su trabajo me aseguran de que tiene en su cabeza lo que yo necesito. -Se golpe la frente con el ndice-. Su hoja de servicios como Aprendiz es buena; las Secciones en donde ha trabajado como Observador informan favorablemente. Pero lo que me ha convencido ha sido el informe de Finge.

Harlan se sorprendi.

-Me es favorable el informe del Programador Finge?

-Acaso esperaba lo contrario?

-Pues... no lo s.

-Bien, muchacho, no he dicho que le fuese favorable. He dicho que me haba convencido. En realidad, el

37informe de Finge no habla a su favor. Recomienda que se le releve de todas las misiones relativas a Cambios de Realidad, y sugiere que se le traslade al Servicio de Mantenimiento.

Harlan enrojeci.

-Qu motivos tiene para decir eso?

-Por lo visto tiene usted una aficin, muchacho. Le interesa la Historia Primitiva, verdad?

Hizo un ademn con su cigarrillo. En su irritacin, Harlan se olvid de contener el aliento, respir humo y se vio sacudido por un incontenible acceso de tos.

Twissell esper con calma a que cesara la tos de Harlan y luego continu:

-No es cierto?

-El Coordinador Finge no tiene derecho... -empez Harlan.

-Tranquilo, hombre. Le he hablado de ese informe porque guarda relacin con el trabajo que va a desempear para m. De hecho, el informe era confidencial y secreto, y debe olvidar lo que le he dicho sobre l. Olvidarlo completamente, muchacho.

-Pero qu hay de malo en mi inters hacia la Historia Primitiva?

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-Finge opina que su aficin demuestra un fuerte Complejo de Retorno. Me comprende ahora, muchacho?

Harlan le comprenda, en efecto. Todo el mundo llegaba a conocer algo de la jerga psiquitrica. Sobre todo, aquella frase. Se supona que todos los miembros de la Eternidad sentan una fuerte tendencia, tanto ms poderosa por cuanto estaban oficialmente prohibidas todas sus manifestaciones, a regresar, no necesariamente a su propio Siglo, pero cuando menos a un Tiempo definido; a formar parte de un Siglo, en vez de pasar incesantemente a travs de todos ellos. Desde luego, en la mayor parte de los Eternos, aquella tendencia permaneca siempre oculta en el subconsciente.

-No creo que sea ste mi caso -dijo Harlan.

-Tampoco yo lo creo. Opino que su aficin es interesante y de mucho valor para nosotros. Como le he dicho, por ella me interesa usted. Quiero que ensee a un Aprendiz que le traer, todo cuanto sepa y cuanto pueda averiguar sobre Historia Primitiva. Durante el tiempo que le quede libre ser mi Ejecutor personal. Ocupar su nuevo cargo dentro de unos das. Est conforme?

Conforme? Tener permiso oficial para estudiar cuanto pudiera sobre los aos anteriores a la Eternidad? Estar personalmente asociado con el ms distinguido de los Eternos? Hasta los aspectos desagradables del cargo de Ejecutor eran soportables bajo aquellas condiciones.

Su cautela, sin embargo, no le abandon por completo, y dijo:

-Si es necesario para el bien de la Eternidad, seor...

-Para el bien de la Eternidad? -exclam con sbita agitacin el pequeo Programador, arrojando su colilla tan bruscamente, que choc contra la pared y rebot en medio de una lluvia de chipas-. Le necesito para la misma existencia de la Eternidad.

3El Aprendiz

Harlan pas varias semanas en el Siglo 575 antes de' conocer a Brinsley Sheridan Cooper. Tuvo tiempo de acostumbrarse a su nuevo alojamiento, a la higiene y claridad del cristal, a la porcelana. Aprendi a llevar el emblema de Ejecutor sin avergonzarse, y a no empeorar la situacin como hacan otros, cuando se colocaban la insignia de manera que la volvan hacia una pared o la tapaban con cualquier otro objeto que llevasen.

Los dems sonrean con desprecio cuando se daban cuenta de tales aagazas y su actitud se haca an ms desdeosa, como si sospechasen que ello fuese un intento de ganarse amigos por medio del fingimiento.

El Jefe Programador Twissell le presentaba diversos problemas diariamente. Harlan. los estudiaba y preparaba sus anlisis en borradores que rehaca cuatro o cinco veces, entregando la versin final sin estar muy convencido.

Twissell los examinaba meneando la cabeza y al final deca:

-Bien, vamos a ver.

Luego, sus cansados ojos azules miraban rpidamente a Harlan y su sonrisa se haca fra mientrasdeca:

-Voy a comprobar sus conjeturas en la Computaplex.

Siempre llamaba conjeturas a los anlisis de Harlan. Nunca le comunic el resultado de suscomprobaciones en la Computaplex, y Harlan no se atreva a preguntar. Le decepcionaba el que nunca fuesen puestas en prctica las recomendaciones de sus anlisis. Sera que la Computaplex daba unos resultados diferentes, o que l haba seleccionado un punto equivocado para la induccin del Cambio de Realidad? Quiz le faltaba habilidad para encontrar el Cambio Mnimo Necesario dentro de los lmites sealados. (Le cost mucho tiempo acostumbrarse a pronunciar aquella frase por sus iniciales, diciendo simplemente C.M.N.)

17Librodot

Un da Twissell vino a verle junto con un joven de aspecto tmido, que a duras penas se atreva a levantar los ojos para mirar a Harlan.

-Ejecutor Harlan -dijo Twissell-, ste es el Aprendiz B. S. Cooper. Automticamente Harlan dijo:-Encantado.

Examin el aspecto de aquel hombre y lo que vio le dej indiferente. El joven era ms bien de corta estatura, con negros cabellos peinados con raya en el medio. Tena la barbilla estrecha y sus ojos eran de color castao indefinible, mientras que sus orejas eran algo grandes y sus uas mostraban seales de ser mordidas con frecuencia.

-ste es el muchacho a quien debe ensear Historia Primitiva -dijo Twissell.

-Por Cronos! -dijo Harlan, animndose de pronto-. Caramba! Encantado de conocerle. Casi haba olvidado el asunto.

-Prepare un horario de estudios que le sea satisfactorio, Harlan -dijo Twissell-. Si puede dedicarle dos tardes a la semana, creo que ser lo ms conveniente. Use sus propios mtodos de enseanza. Dejo esta cuestin a su direccin. Si necesita libros microfilmados o documentos antiguos impresos sobre papel, dgamelo, y si existen en la Eternidad o en cualquier parte del Tiempo adonde podamos llegar, se los buscaremos. Conforme, muchachos?

Como haca siempre, un cigarrillo apareci en su mano como si lo extrajera del vaco y el aire se llen de humo. Harlan tosi y, por los gestos que haca el Aprendiz, era evidente que habra hecho lo mismo si se hubiera atrevido.

Cuando Twissell hubo salido, Harlan dijo:

-Bien, sintate... -dud un momento y luego concluy con decisin-, muchacho. Sintese, muchacho. Mi despacho no es gran cosa, pero considrese en su casa siempre que estemos juntos.

Harlan estaba lleno de entusiasmo. Se mova en su elemento. La Historia Primitiva era algo a lo que poda dedicar todas sus energas.

El Alumno levant los ojos por primera vez, y dijo con voz confusa:

-Usted es un Ejecutor.

Gran parte del entusiasmo y alegra de Harlan se desvanecieron.

-Y qu hay con eso?

-Nada -dijo el Aprendiz-. Slo que...

-Ha odo al Programador Twissell dirigirse a m como Ejecutor, no es as?

-S, seor.

-Cree que fue un error? Algo tan malo que no puede ser cierto?

-No, seor.

-Se le ha comido la lengua el gato? -pregunt Harlan brutalmente, y al hacerlo, sinti vergenza de tratar al muchacho de aquella forma.

Cooper se ruboriz.

-An no domino muy bien el Pantemporal Normalizado.

-Por qu no? Cunto tiempo hace que es Aprendiz?

-Algo menos de un ao, seor.

-Qu edad tiene?

-Veinticuatro fisio-aos, seor. Harlan \e mir fijamente.

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-No me diga que ha ingresado en la Eternidad a los veintitrs!

-S, seor.

Harlan se sent en una silla y se frot las manos, pensativo. Aquello no era posible. De quince a diecisis era la edad de ingreso en la Eternidad. Qu poda significar aquello? Una nueva prueba a la que le someta Twissell?

-Sintese y empecemos a trabajar -dijo-. Dgame su nombre completo y su Siglo natal. El Aprendiz tartamude:

-Brinsley Sheridan Cooper, del setenta y ocho, seor.

Harlan casi experiment cierta simpata por el muchacho. Slo diecisiete Siglos de distancia del suyo propio. Eran casi unos vecinos en el Tiempo.

-Le interesa la Historia Primitiva? -pregunt Harlan.

-El Programador Twissell me ha pedido que la aprenda. No conozco gran cosa sobre este tema.

-Qu otras cosas est estudiando?

-Matemticas: Ingeniera Temporal. Hasta ahora slo he aprendido los fundamentos bsicos. En elSiglo 78, yo era mecnico de Rapidvac.

Harlan no consider necesario preguntarle qu era Rapidvac. Poda tratarse de una aspiradora elctrica, una mquina calculadora o cierta marca de pintura por aire comprimido. A Harlan no le importaba en absoluto.

-Sabe algo de Historia? -pregunt-. Cualquier clase de Historia?

-He estudiado Historia Europea.

-Supongo que se trata de su grupo poltico.

-Nac en Europa, en efecto. Desde luego nos ensearon principalmente Historia Moderna. Quiero decir la posterior a las revoluciones del Siete mil quinientos cincuenta y cuatro.

-Bien. Lo primero que debe hacer es olvidar lo que le han enseado. No significa nada. La Historia que ensean a los Temporales se modifica con cada Cambio de Realidad. Desde luego ellos no se dan cuenta. Dentro de cada Realidad, su Historia es la nica verdadera. En esto estriba la diferencia con la Historia Primitiva y su belleza. No importa lo que nosotros hagamos, la Historia Primitiva existe precisamente en la forma que siempre ha existido. Coln y Washington, Mussolini y Hereford existen siempre.

Cooper sonri dbilmente. Se pas el dedo meique a travs del labio superior y por primera vezHarlan se dio cuenta de que tena all algunos pelos, como si el Aprendiz empezara a dejarse el bigote.

Cooper dijo:

-En realidad, no acabo de acostumbrarme, a pesar del tiempo que llevo aqu.

-Acostumbrarse a qu?

-A encontrarme a quinientos Siglos de distancia del mo.

-Yo tambin soy de muy cerca. Del Noventa y cinco.

-Eso es otra cosa que me cuesta comprender. Usted es ms viejo que yo, pero en otro sentido yo soy diecisiete Siglos ms viejo que usted. Podra ser el tatarabuelo de su ms remoto antepasado.

-Qu importa eso? Supongamos que lo sea.

-Bien, pues cuesta acostumbrarse.

Haba un tono de obstinacin en la voz del Aprendiz.

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-Todos tenemos que pasar por ello -dijo Harlan severamente y empez a hablar de los Primitivos. Al cabo de tres horas, estaba enfrascado explicando las razones de que existieran Siglos anteriores al Primero de la Eternidad.

(Cooper haba preguntado en tono lastimero:

-Cmo es posible que el Siglo Uno no sea el Primero?)

Por ltimo Harlan le entreg al Discpulo un libro, no muy bueno, pero que servira para un principiante.

-Ya le dar libros ms avanzados a medida que vayamos progresando en nuestros estudios -le dijo.

Al cabo de una semana, el bigote de Cooper era ya tan visible que le haca parecer diez aos ms viejo y adems acentuaba la estrechez de su barbilla. Bien mirado, decidi Harlan, aquel bigote no favoreca nada al Aprendiz.

-Ya he terminado el libro -le dijo Cooper.

-Qu le ha parecido?

-En cierto modo... -hizo una larga pausa y luego continu la frase-. Algunas partes de los ltimos Siglos Primitivos eran muy parecidas al Setenta y ocho. Me han hecho recordar mi hogar. Por dos veces he soado con mi esposa.

-Su esposa? -estall Harlan.

-Estaba casado antes de venir aqu.

-Por el Gran Cronos! Han trado tambin a su esposa?

Harlan recobr la serenidad. Desde luego, si el Aprendiz tena veintitrs aos cuando ingres en laEternidad, era muy posible que estuviese casado. Una cosa sin precedentes conduca inevitablemente a otra.

Qu estaba pasando? Si se empezaban a modificar las reglas, pronto se llegara al punto en que todo se convertira en un caos. La Eternidad era una organizacin demasiado delicadamente equilibrada para poder soportar muchas modificaciones.

Quiz fue su irritacin en favor de la Eternidad lo que puso una nota de dureza en su voz cuando pregunt:

-Supongo que no piensa en regresar al 78. para ver como sigue su esposa? El Aprendiz levant la cabeza y sus ojos eran firmes y serenos.-No.

Harlan cambi de postura, confuso.

-Bien. Ahora no tiene familia. Ahora es un Eterno y no debe pensar en nadie de los que conoci en elTiempo normal.

Los labios de Cooper se apretaron y sus rpidas palabras fueron cortantes.

-Est hablando como un Ejecutor.

Harlan apret los puos sobre la mesa. Dijo con voz ronca:

-Qu quiere decir? Que soy un Ejecutor y que tengo la culpa de los Cambios? Que estoy aqu para defenderlos y exigir que los acepte? Mire, muchacho, an no lleva aqu un ao; no puede hablar correctamente el Pan-temporal; est lleno de nociones errneas sobre el Tiempo y las Realidades, pero ya cree que sabe cuanto hay que saber sobre los Ejecutores y cmo se les puede hablar.

-Lo siento -dijo Cooper rpidamente-. No he querido ofenderle.

-No, no. Quin puede ofender a un Ejecutor? Ya ha escuchado lo que dicen los dems, no es eso? Todos dicen: Helado como el corazn de un Ejecutor, no es as? Tambin dicen: Un trilln de personalidades cambiadas cada vez que un Ejecutor bosteza. O quizs algunas cosas peores. Y cul es la20Librodot

respuesta, seor Cooper? Es que se siente ms importante al ponerse al lado de ellos? Ello le convierte en un personaje? Tendr as ms categora en la Eternidad?

-Ya le he dicho que lo siento.

-Bien. Slo quiero que sepa que me nombraron Ejecutor hace menos de un mes, y que nunca he inducido un Cambio de Realidad personalmente. Y ahora, volvamos al trabajo.

El jefe Programador Twissell llam a Andrew Harlan a su despacho al da siguiente.-Le gustara dirigir un C.M.N., muchacho? -dijo.

Pareca una coincidencia. Durante toda la maana Harlan haba estado reprochndose su cobarda al negar toda relacin personal con el trabajo propio de un Ejecutor; su grito infantil de: Yo no he sido, yo no tengo la culpa de nada.

Era como admitir tcitamente que haba algo reprobable en la misin del Ejecutor, y querer disculparse slo porque era demasiado nuevo en el oficio para haber tenido tiempo de convertirse en un criminal.

Recibi con alegra la oportunidad de poder eliminar aquella excusa. Era casi una penitencia que se impona a s mismo. Ahora podra decirle a Cooper: Mire, ahora ya lo hice, y millones de personas tendrn nuevas personalidades; pero fue un acto necesario y estoy orgulloso de haber sido la causa de ello.

De manera que Harlan contest alegremente:

-A su disposicin, seor.

-Bien, bien. Le agradar saber -Twissell aspir y la punta del cigarrillo brill con un color rojizo- que todos los anlisis han demostrado ser de gran precisin.

-Gracias, seor.

Ahora los llamaba anlisis, pens Harlan, y no conjeturas.

-Usted tiene talento. Una mano maestra. Espero grandes cosas de usted, muchacho. Podemos empezar con este Cambio en el Doscientos veintitrs. Su indicacin de que simplemente un embrague atascado en cierto vehculo, puede facilitarnos la bifurcacin necesaria, sin efectos secundarios perniciosos, es perfectamente exacta. Quiere usted encargarse de atascar ese mecanismo?

-S, seor.

Aquella fue la verdadera iniciacin de Harlan en su carrera de Ejecutor. Despus de aquello se convirti en algo ms que un hombre con un emblema rojo. Haba manipulado en la Realidad. Haba descompuesto aquel mecanismo de un coche durante unos rpidos minutos sustrados al Siglo 223, y como resultado, un joven no lleg a tiempo para asistir a una conferencia sobre la Ingeniera Solar, y un sencillo invento retras su aparicin en diez aos crticos. Aunque pareca extrao, debido a todo ello desapareci de la Realidad una guerra en el 224..

No era aquello un bien? Qu importaba que se modificasen las personalidades? Las nuevas personalidades eran tan humanas como las anteriores y tan merecedoras de vivir. Si algunas personas resultaban con la vida acortada, otras, en cambio, vivan mucho ms y ms felices. Una gran obra de literatura, un monumento de la inteligencia y sensibilidad del Hombre, nunca se escribi en la nueva Realidad, pero varias copias de la misma se conservaban en las bibliotecas de la Eternidad, no era cierto? En cambio, fueron creadas otras nuevas obras.

A pesar de todo ello, aquella noche Harlan pas muchas horas atormentado por el insomnio, y cuando finalmente consigui dormirse, ocurri algo que no haba sucedido en muchos aos.

So con su madre.

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A pesar de haber tenido unos principios tan sencillos en su carrera, bast un fisio-ao para que a Harlan se le conociera en toda la Eternidad como el Ejecutor de Twissell y, con un deje de maligna irona, como El Nio Prodigio y El Infalible.

Sus relaciones con Cooper llegaron a ser casi agradables. A pesar de ello, no se hicieron ntimos amigos. (Si Cooper hubiese tratado de demostrar su amistad, Harlan no habra sabido corresponderle.) Sin embargo, trabajaban en buena armona y el inters de Cooper por la Historia Primitiva creci a tal punto que lleg a rivalizar con el propio Harlan.

Un da Harlan le dijo al Aprendiz:

-Mire, Cooper, le molestara dejar la clase para maana? Tengo que desplazarme hasta el Tres mil para comprobar una Observacin y la persona que necesito ver est libre esta tarde.

Los ojos de Cooper se encendieron de deseo.

-No podra acompaarle?

-Le gustara?

-Desde luego. Nunca he estado en una cabina cronomvil excepto la vez que me trajeron aqu desde el Siglo Setenta y ocho, y entonces no me pude dar cuenta de nada.

Harlan estaba acostumbrado a usar la cabina del Tubo C, que, de acuerdo con una costumbre inmemorial, se reservaba a los Ejecutores en toda su inconmensurable longitud a lo largo de los Siglos. Cooper no demostr ningn embarazo porque los dems le viesen en compaa de un Ejecutor. Entr en la cabina sin vacilar y se sent en el asiento circular que corra a todo lo largo de la pared.

A pesar de ello, cuando Harlan estableci el Campo y lanz la cabina a gran velocidad hacia el hipertiempo, el rostro de Cooper mostr una expresin casi cmica de sorpresa.

-No siento nada -dijo-. Algo va mal?

-Todo marcha normalmente. No siente nada porque en realidad no se mueve. Estamos lanzados a lo largo de la extensin temporal del Tubo. En realidad -continu Harlan en tono didctico-, en este momento ni usted ni yo tenemos materia, a pesar de las apariencias. Cien personas distintas podran estar usando este aparato al mismo tiempo, movindose (si podemos llamarlo movimiento) a diversas velocidades en cada direccin del Tiempo y pasaramos unos a travs de los otros, sin darnos cuenta de nuestra mutua presencia. Las leyes del Universo normal no se aplican a los Tubos del Cronomvil.

Cooper apret fuertemente las mandbulas y Harlan pens, intranquilo: El muchacho est estudiando Ingeniera Temporal y probablemente sabe de esto ms que yo. Por qu no me callo y dejo de hacer el estpido?.

Se qued silencioso y contempl sombramente a Cooper. Desde haca meses, el bigote del joven haba llegado a su plena expansin. Caa ligeramente sobre las comisuras de la boca, enmarcando sus labios en lo que los Eternos llamaban la lnea de Mallansohn, porque la nica fotografa reconocida como autntica del inventor del Campo Temporal (una fotografa oscura y desenfocada) le mostraba con un bigote como aqul. Por tal motivo, aquel tipo de bigote gozaba de cierta popularidad entre los Eternos, aunque slo favoreca a unos pocos entre ellos.

Los ojos de Cooper estaban fijos en los nmeros del indicador que sealaba el paso de los Siglos con respecto a ellos. Al fin dijo:

-Hasta qu distancia en el hipertiempo llegan los Tubos?

-Es que an no le han enseado eso?

-En realidad, apenas han mencionado ese tema en la escuela. Harlan se encogi de hombros.-La Eternidad no tiene fin. El Tubo es infinito.

-A qu distancia en el hipertiempo ha llegado usted?

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-Este ser el Siglo ms lejano a que he llegado. El doctor Twissell ha llegado hasta el Cincuenta mil.

-Gran Cronos! -suspir Cooper.

-se no es el fin. Algunos Eternos han llegado ms all del Siglo Ciento cincuenta mil.

-Qu aspecto tiene?

-Completamente distinto del actual. Hay muchas especies vivientes, pero ninguna humana. ElHombre ha desaparecido.

-La especie se ha extinguido? O ha sido destruida?

-No creo que nadie sepa con exactitud lo que sucedi.

-Y no podemos hacer algo para cambiar esa situacin?

-Ver, a partir de los Setenta mil... -empez Harlan y luego se interrumpi bruscamente-. Djelo. Cambiemos de conversacin.

Si exista un tema sobre el que los Eternos se sentan casi supersticiosos, era el de los Siglos Ocultos, el Tiempo que transcurra entre los Siglos 70.000 y 150.000. Era un asunto que rara vez se mencionaba en las conversaciones entre Eternos. Slo gracias a la estrecha relacin que una a Harlan con Twissell, aqul pudo averiguar algunos datos sobre aquella lejana Era. En realidad, toda la informacin disponible poda resumirse en que los Eternos no podan penetrar en el Tiempo normal durante todos aquellos Siglos. Las puertas que separaban la Eternidad del Tiempo normal eran infranqueables. Por qu? Nadie lo saba.

Harlan supona, por algunos comentarios odos a Twissell, que se haba intentado hacer un Cambio de Realidad en los Siglos inmediatamente anteriores al 70.000., pero sin Observacin adecuada ms all del70.000. no se poda hacer nada.

Recordaba que una vez Twissell haba dicho riendo: Algn da entraremos all. Mientras tanto, los70.000 Siglos que tenemos son ms que suficientes para darnos trabajo.

Sin embargo, su voz no haba sonado muy convincente.

-Qu le pasa a la Eternidad despus del Ciento cincuenta mil? -pregunt Cooper. Harlan suspir. Por lo visto, no haba manera de cambiar de tema.-Nada. Las Secciones continan, pero no hay Eternos en ninguna de ellas despus del Setenta mil. Las Secciones continan durante millones de Siglos hasta que el Sol se convierte en nova y an siguen, ms y ms. La Eternidad no tiene fin. Por eso la llamamos Eternidad.

-Entonces el Sol llega a convertirse en nova?

-Ciertamente. La Eternidad no podra existir sino fuese por este hecho. La nova Sol es nuestra fuente de energa. Dgame, sabe qu potencia se necesita para activar un Campo Temporal? El primer Campo de Mallansohn slo tena dos segundos desde el extremo hipotiempo hasta el extremo hipertiempo, y consumi toda la energa de una central nuclear durante un da entero. Se necesitaron casi cien aos antes de poder enviar un Campo Temporal del grueso de un cabello lo bastante lejos, para poder utilizar la energa radiante de la nova y a fin de construir un Campo que pudiera acomodar a un hombre.

Cooper suspir.

-Quisiera haber llegado a un punto en mis estudios en que dejaran de hacerme aprender ecuaciones y mecnica de Campo y empezaran a ensearme algo interesante. Si yo hubiese vivido en el Tiempo de Mallansohn...

-No habra podido aprender nada. l vivi en el Siglo Veinticuatro, pero la Eternidad no empez hasta finales del Veintisiete. Ya comprender que inventar el Campo no es lo mismo que construir la Eternidad, y los hombres del Veinticuatro no tenan la menor idea de la tremenda importancia del invento de Mallansohn.

-Quiere decir que estaba muy por delante de su generacin?

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-Exactamente. No solamente invent el Campo Temporal, sino que describi los fundamentos bsicos que hicieron posible la Eternidad, y predijo casi todos los aspectos de su funcionamiento excepto los Cambios de Realidad. En realidad, estuvo muy cerca de la verdad... pero creo que nos hemos detenido, Cooper. Vmonos.

Salieron de la cabina.

Harlan nunca haba visto al Jefe Programador Twissell tan irritado como en aquella ocasin. La gente deca que era incapaz de albergar ningn sentimiento, que era un instrumento sin alma de la Eternidad, hasta el punto de haber olvidado la cifra exacta de su Siglo natal. Decan que a muy temprana edad su corazn se haba atrofiado y que en su lugar le haban colocado una calculadora de bolsillo, parecida a la que llevaba siempre en el bolsillo de sus pantalones.

Twissell nunca se haba molestado en desmentir esos rumores. En realidad mucha gente se figuraba que l mismo haba llegado a crerselos.

Por esto Harlan, incluso mientras se doblegaba ante el iracundo huracn de palabras, todava se maravillaba del hecho de que Twissell fuese capaz de dejarse llevar Por la ira. Se pregunt si ms tarde Twissell se sentira mortificado, al darse cuenta que su corazn le haba traicionado revelndose nicamente como un pobre amasijo de msculos y venas, sujeto a los vaivenes de la emocin.

Entre otras cosas, Twissell le dijo, con voz aguda de rabia:

-Por el Padre Cronos, muchacho! Es que se cree ya miembro del Gran Consejo Pantemporal? Es usted quien da las rdenes por aqu? Es usted quien me dice lo que tengo que hacer, o soy yo quien le ordena el trabajo que debe realizarse? Es usted quien dispone todos los viajes de las cabinas en esta Seccin? Es que ahora tendremos que acudir a usted para pedirle permiso?

Se interrumpa a menudo con bruscas interjecciones como:

-Contsteme, vamos, contsteme -y luego continuaba lanzando ms preguntas desde el hirviente fondo de su ira.

Al final dijo:

-Si alguna otra vez vuelve a salirse de sus atribuciones, le mandar al Servicio de Mantenimiento como simple operario para siempre. Me ha entendido? .

Harlan, plido de confusin y vergenza, contest:

-Nunca se me dijo que el Discpulo Cooper no deba ser llevado en cabina. Aquella explicacin no sirvi para calmar la irritacin de Twissell.-Qu excusa es una doble negativa, muchacho? Nunca se le ha dicho que no lo emborrache. Nunca se le ha dicho que no le afeite la cabeza a rape. Nunca se le ha dicho que no le quite la piel a tiras con una navaja de afeitar. Por el gran Padre Cronos, muchacho! Qu se le dijo que hiciera con l?

-Tengo instrucciones de ensearle Historia Primitiva.

-Entonces, haga eso, ni ms ni menos.

Twissell dej caer su cigarrillo al suelo y lo aplast salvajemente con el tacn, como si se tratase de un enemigo mortal.

-Quisiera indicarle, Programador -dijo Harlan-, que muchos Siglos de la presente Realidad se parecen a ciertas eras especficas de la Historia Primitiva en varios aspectos. Tena la intencin de llevarlo a esos Tiempos,

previa una programacin espacio-temporal cuidadosa, a modo de viaje de estudios.

-Qu? Dgame, cabezota, es que no piensa pedir permiso para nada? No y no. Limtese a ensearle Historia Primitiva. Nada de viajes de estudios. No haga ningn experimento en el Laboratorio. Cualquier da se le podra ocurrir hacer un Cambio de Realidad, para que aprendiera el procedimiento.

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4El Programador

Harlan haba pasado dos aos como Ejecutor cuando regres al Siglo 482, por primera vez desde que lo haba abandonado para ir a trabajar con Twissell. Casi no lo reconoci.

El Siglo no haba cambiado, pero l s.

Dos aos como Ejecutor haban significado mucho para l. En cierto modo haban aumentado su aplomo. Ya no tena que aprender nuevos idiomas, nuevas formas de vestido y nuevas maneras de vivir con cada proyecto de Observacin al que fuese destinado. Por otro lado, Harlan se haba encerrado en s mismo. Casi haba llegado a olvidar la camaradera que una al resto de los Especialistas en toda la Eternidad.

Pero, principalmente, haba saboreado el poder de ser un Ejecutor. Haba tenido el Destino de millones de personas en sus manos, y si por ello deba seguir un camino solitario, poda recorrerlo con orgullo.

De modo que pudo mirar framente al tcnico de Comunicaciones que ocupaba la mesa de recepcin en el 482. y anunciarse a s mismo con acento preciso.

-Andrew Harlan, Ejecutor, presentndose al Programador Finge con destino eventual en el SigloCuatrocientos ochenta y dos.

No hizo el menor caso de la rpida mirada que le lanz el hombre de mediana edad a quien sediriga.

Era lo que muchos llamaban el vistazo al Ejecutor, una rpida e involuntaria mirada disimulada alemblema rojo que los Ejecutores ostentaban en el hombro, seguida de unos mal disimulados esfuerzos para no volver a mirarlo.

Harlan se fij en el emblema del otro. No era ni el amarillo del Programador, ni el verde del Analista, ni el azul del Socilogo, ni el blanco del Observador. Simplemente una barra azul sobre fondo blanco. Aquel hombre perteneca a Comunicaciones, una rama del Servicio de Mantenimiento y no llegaba ni con mucho a la categora de Especialista.

Pero tambin se permita el vistazo al Ejecutor. Harlan dijo con cierta acritud:-Bien?

Comunicaciones contest rpidamente:

-Estoy llamando al Programador Finge, seor.

Harlan recordaba al 482. como slido y vigoroso, pero ahora le pareca algo triste y esculido.

Se haba acostumbrado al cristal y a la porcelana del 575., a su obsesin por la higiene. Se haba acostumbrado a un mundo de blancura y claridad, slo interrumpido por ligeros toques de color pastel.

Las pesadas paredes estucadas del 482., con sus fuertes colores vivos y sus superficies de metal pintado, le parecieron casi repulsivas.

Hasta Finge le pareci distinto, como empequeecido. Dos aos antes, cada gesto de Finge haba parecido siniestro y poderoso al Observador Harlan.

Ahora, desde la solitaria altura de su cargo de Ejecutor, Finge le pareca un hombre pattico y confuso. Harlan le contempl mientras hojeaba una pila de lminas preparndose para atender al recin llegado, con el aire del que ya ha hecho esperar lo suficiente a la visita.

Finge perteneca a un Siglo, el 600, basado en la energa pura. Twissell se lo haba contado y aquello explicaba muchas cosas. Los arrebatos de malhumor de Finge podan ser el resultado de la inseguridad natural en un hombre acostumbrado a la solidez de los Campos de energa, que se senta desgraciado al tener que vivir entre estructuras de dbil materia. Harlan recordaba bien el felino paso de

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Finge, pues a menudo haba levantado la vista de su trabajo para encontrarse a Finge de pie a su lado, observndole, sin que Harlan hubiera advertido su llegada. Ahora comprenda que ello no era un carcter traicionero, sino ms bien el temeroso caminar del que teme constantemente que el suelo pueda hundirse bajo su peso.

Harlan pens, condescendiente: Finge est mal adaptado a esta Seccin. Posiblemente lo nico que puede ayudarle es que lo trasladen.

-Saludos, Ejecutor Harlan -dijo Finge.

-Saludos, Programador -contest Harlan.

-Por lo visto, en los dos aos desde que... -empez Finge.

-Dos fisio-aos -corrigi Harlan. Finge lo mir sorprendido.

-Desde luego, dos fisio-aos.

En la Eternidad no exista el Tiempo tal como se le consideraba normalmente en el universo exterior, pero los organismos de los 'hombres envejecan y sta era la inevitable medida del Tiempo, aun en ausencia de fenmenos fsicos significativos. Fisiolgicamente el Tiempo pasaba, y en un fisio-ao en la Eternidad un hombre se haca tan viejo como hubiera ocurrido durante un ao ordinario en el Tiempo normal.

Sin embargo, slo los ms pedantes entre los Eternos cuidaban de subrayar aquella distincin, y aun eso raramente. Era mucho ms conveniente decir: Hasta maana o No pude localizarte ayer o Nos veremos la semana que viene, como si el maana o el ayer existieran en algo ms que en el sentido puramente fisiolgico. Y se tuvieron en cuenta los instintos de la Humanidad, dividiendo las actividades de la Eternidad en un da arbitrario de veinticuatro fisio-horas, fingiendo creer en la presencia del da y de la noche, del hoy y del maana. Finge continu:

-Por lo visto, en los dos fisio-aos desde que usted se march, se ha ido formando una crisis en el Cuatrocientos ochenta y dos. Una crisis bastante extraa, delicada, casi sin precedentes. Necesitamos ahora de una Observacin ms exacta que nunca.

-Y usted me necesita como Observador?

-S. No es rentable pedir a un Ejecutor que realice tareas de Observador, pero las anteriores Observaciones de usted fueron perfectas en cuanto a claridad y penetracin. Necesitamos sus cualidades de nuevo. Ahora voy a darle unos cuantos detalles...

De aquellos detalles Harlan no iba a enterarse inmediatamente. Finge habl, pero la puerta se abri en el mismo instante y Harlan no oy lo que le deca.

Se qued contemplando a la persona que acababa de entrar.

No era que Harlan no hubiese visto a una muchacha en la Eternidad otras veces.

Pero una muchacha como aqulla! Y en la Eternidad!

Harlan haba visto a muchas mujeres en sus viajes por el Tiempo, pero all slo eran objetos para l, como las paredes y las calles, los animales y los insectos. Estaban hechos simplemente para ser observados.

En la Eternidad una muchacha era algo distinto. Sobre todo si era como aqulla.Iba vestida segn la moda de las clases elevadas del 482.a, es decir, con una blusa de un material parecido a la seda y unos pantalones del mismo material que le llegaban a la rodilla. stos, sin ser transparentes, sugeran unas formas muy femeninas.

Su cabello era negro azabache, en melena hasta los hombros, mientras que sus labios rojos estaban cuidadosamente perfilados. Los prpados y el lbulo de las orejas eran de un color rosa plido mientras el resto de su juvenil (casi infantil) rostro era sorprendentemente blanco.

La muchacha se apoy en el escritorio que estaba en un rincn del despacho de Finge, y slo levant sus largas pestaas una vez para lanzar una rpida mirada al rostro de Harlan.

Cuando Harlan repar de nuevo en la voz de Finge, ste estaba diciendo:

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-Recibir toda esta informacin en el resumen oficial. Mientras tanto puede disponer de su antiguo despacho y de las mismas habitaciones.

Harlan se hall fuera de la oficina de Finge sin recordar exactamente cmo haba salido de all. Probablemente se haba marchado sin despedirse.

Entre las emociones que lo dominaban, la ms saliente era la ira. Por Cronos! No se poda permitir que Finge hiciera esas cosas! Sera de psimos efectos sobre la moral del personal. Era una burla...

Se detuvo, afloj los puos y dej de apretar las mandbulas. Ahora veran! Sus pasos resonaron fuertemente en sus propios odos mientras se diriga con decisin al tcnico de Comunicaciones que estaba en recepcin.

Comunicaciones levant la vista, sin mirarle de frente, y dijo con precaucin:

-Diga, seor?

-Hay una mujer en el despacho del Programador Finge -dijo Harlan-. Es nueva aqu?

Quiso que pareciese una pregunta indiferente. Se trataba de aparentar que haca una pregunta ociosa, casual. Pero le pareci que sonaba como un toque de clarn.

Aquello despert la atencin del tcnico. La mirada de sus ojos expres algo de lo que hace a todos los hombres compaeros, Ejecutores inclusive. El tcnico dijo:

-Se refiere a aquella morena? Estupenda! No le parece que tiene un cuerpo como una estatua de energa pura?

Harlan tartamude ligeramente.

-Limtese a contestar a mi pregunta. El tcnico le lanz una ojeada, y su simpata se desvaneci.

-Es nueva aqu -dijo-. Es una Temporal.

-Cul es su empleo?

El de Comunicaciones esboz una lenta sonrisa que se convirti en una mueca.

-Se supone que es la secretaria del Jefe. Su nombre es Noys Lambent.

-Perfecto.

Harlan dio media vuelta y se march.

El primer viaje de Observacin de Harlan al 482. tuvo lugar al da siguiente, pero slo dur treinta minutos. Se trataba de un viaje de orientacin, preparado para que pudiera hacerse una idea de la situacin. Reingres una hora y media al otro da; el tercer da no fue al Tiempo normal.

Ocup las horas estudiando sus informes anteriores, refrescando la memoria en sus propias anotaciones, revisando el sistema idiomtico de aquel Siglo, familiarizndose de nuevo con las costumbres locales.

El 482. haba soportado un Cambio de Realidad, aunque de poca importancia. Un partido poltico que fue predominante haba desaparecido, pero por lo dems la organizacin social no pareca haber cambiado.

Sin darse plena cuenta de ello se dedic a buscar en sus viejos informes la informacin disponible sobre la aristocracia. Sin duda haba realizado Observaciones.

Los datos estaban all, pero eran impersonales, distantes. Sus comentarios se referan a un grupo social, no a los individuos.

Desde luego sus programas de trabajo espaciotemporales nunca le haban exigido o permitido observar a la aristocracia en su propio ambiente. Las razones no estaban al alcance de un Observador. Se senta irritado consigo mismo por sentir curiosidad respecto a aquellos detalles.

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Durante aquellos tres das tuvo ocasin de ver a la muchacha Noys Lambent cuatro veces. Al principio slo se haba fijado en sus ropas y en su aspecto general. Ahora se dio cuenta de que meda un metro setenta de altura, un poco ms baja que l. Sin embargo, era delgada y andaba de un modo erguido y gracioso que la haca parecer ms alta. Tena ms edad de la que aparentaba a primera vista, quiz frisaba en los treinta, y desde luego pasaba de los veinticinco...

Era tranquila y reservada. Una vez, cuando se cruzaron en el pasillo, le sonri para luego bajar los ojos. Harlan se hizo a un lado para evitar el rozarla, y luego continu su camino, sintindose irritado consigo mismo.

Al final del tercer da. Harlan empezaba a creer que su condicin de Eterno le exiga una resolucin. No haba duda de que a ella le agradaba estar all. No haba duda de que Finge no infringa la letra de la Ley. Sin embargo, la poca discrecin de Finge en aquel asunto y su descuido iban contra el espritu de las ordenanzas, y ya era hora que se pusiera remedio a aquella afrenta.

Harlan decidi que no haba un hombre en toda la Eternidad que le desagradase tanto como Finge. Las excusas que haba tenido para l, haca slo unos cuantos das, le parecieron ya carentes de valor.

En la maana del cuarto da, Harlan solicit y recibi permiso para hablar con Finge en privado. Entr en el despacho con paso decidido y fue directo al grano, no sin sorpresa para l mismo.

-Programador Finge, sugiero que la seorita Lambent sea devuelta al Tiempo normal.

Finge apret los labios, le indic una silla con un gesto, junt las manos cerradas bajo la barbilla y ense parte de sus dientes.

-Por favor, sintese, sintese. Le parece que la seorita Lambent es incompetente? Ineficiente?

-En cuanto a su eficiencia o ineficiencia, Programador, no tengo nada que decir. Depende del trabajo que deba realizar, y yo no le he encargado ninguno. Pero comprender usted que su presencia es perniciosa para

la moral de la Seccin.

Finge le mir sin verle, como si su cerebro de Progra-mador estuviera sopesando abstracciones incomprensibles para un Eterno corriente.

-En qu manera cree que daa nuestra moral, Ejecutor?

-No creo que sea necesario explicarlo ms -dijo Harlan, cada vez ms irritado-. Sus ropas son exhibicionistas. Su...

-Espere, espere. Un momento, Harlan. Usted ha sido Observador en este Siglo. Ya sabe que sus vestidos corresponden a la moda corriente en el Cuatrocientos ochenta y dos.

-En su propio ambiente, en su medio cultural normal, no tendra nada que decir, si bien me parece que sus trajes son extremados inclusive para el Cuatrocientos ochenta y dos. Creo que me permitir opinar sobre este punto. Pero aqu, en la Eternidad, esa persona est ciertamente fuera de lugar.

Finge asinti con la cabeza. En realidad, pareca disfrutar con aquella discusin. Harlan se pusorgido.

-Est aqu con una finalidad determinada -dijo Finge-. Realiza una funcin importante, aunqueeventual. Trate de soportarla mientras tanto.

Los labios de Harlan temblaron. Haba presentado su protesta y la haban dejado de lado. Dira lo que pensaba.

-Ya puedo imaginar cul es la funcin esencial de esa mujer. Pero el tenerla de un modo tan descarado no debera