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Ciencia Ergo Sum ISSN: 1405-0269 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México Canales Guerrero, Pedro El discurso pro EZLN, las reivindicaciones y los proyectos neozapatistas ¿Cuestionamientos pertinentes o soslayables? Ciencia Ergo Sum, vol. 10, núm. 2, julio, 2003 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10410212 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Ciencia Ergo Sum

ISSN: 1405-0269

[email protected]

Universidad Autónoma del Estado de México

México

Canales Guerrero, Pedro

El discurso pro EZLN, las reivindicaciones y los proyectos neozapatistas ¿Cuestionamientos

pertinentes o soslayables?

Ciencia Ergo Sum, vol. 10, núm. 2, julio, 2003

Universidad Autónoma del Estado de México

Toluca, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10410212

Cómo citar el artículo

Número completo

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

PUMC-UNAM5
Texto escrito a máquina
Consultado en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10410212
PUMC-UNAM5
Texto escrito a máquina
Fecha de consulta: 12/03/2015.
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Advertencia preambular

Estas líneas requieren que el lectoradopte la misma actitud metódica queguió al escritor: separar, por razonesanalíticas y de claridad, los planos im-plicados en una realidad social tan com-

pleja como la chiapaneca en la zonade conflicto. No sólo la realidad se des-envuelve de manera compleja, tambiénlas miradas de quienes observamos sonresultado de nuestra propia historiaintelectual y social complejas. Todoanálisis implica por definición –la raíz

griega de la palabra lo significa–, sepa-ración de elementos que permita vermejor, explicar, su composición y sufuncionamiento conjunto. Así, mi pro-puesta para formular interrogantesanalíticas consiste en diferenciar clara-mente la posición política –e incluso el

Recepción: agosto 28 de 2002

Aceptación: marzo 24 de 2003

* Historiador, profesor investigador de la

Universidad Autónoma del Estado de México.

Teléfono: (722) 213 14 07

Correo electrónico: [email protected]

El discurso pro EZLN,las reivindicaciones y los proyectos neozapatistas

¿Cuestionamientos pertinentes o soslayables?

Resumen: La pertinencia de las preguntas formuladas se halla por encima de la simpatía o antipatía quedespierte en nosotros el movimiento del Ejército de Liberación Nacional (EZLN). Se interroga,fundamentalmente, sobre la viabilidad económica de las reivindicaciones de dicho movimiento. Secuestiona la coherencia arquitectónica de algunos discursos pro EZLN y neozapatistas en torno aEstado, mercado, productividad, derechos humanos. Sustenta el autor que el apoyo eficaz a los grupossociales excluidos de nuestra historia debe consistir en potenciar entre los indígenas tres renglones: elproductivo, el de mercado y el sanitario, incluida la salud reproductiva.Palabras clave: posibilidades productivas, mercado, Estado nacional, igualdad de oportunidades,Estado de derecho, derechos humanos, proyecto nacional.

Discourse in Favor of the EZLN: Claims, Demands, Recoveries and the Neo-zapatista

Projects. Are the Pertinent Questions Sometimes Ignored?

Abstract. The relevancy of the formulated questions transcends the sympathy or dislike that theEZLN movement engenders in us. The economic viability of the claims of this movement isquestioned, as is the archetectonic coherence of some neozapatista speeches about State, markets,productivity, human rights. The author suggests that effective support for the historically excludedsocial groups must be investigated along three lines: productivity, markets, and sanitation (includingreproductive health).Key words: peasants’ productive potential, markets. National State, equal opportunities, humanrights, viable national Project.

A Octavio Paz, ensayista e historiadorin memoriam

Pedro Canales Guerrero*

C I E N C I A e r g o s u m , V o l . 1 0 - 2 , j u l i o - o c t u b r e 2 0 0 3 . U n i v e r s i d a d A u t ó n o m a d e l E s t a d o d e M é x i c o , T o l u c a , M é x i c o . P p . 2 2 1 - 2 2 8 .

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sentimiento de indignación por la in-justicia– en torno a la situación y a susactores políticos, del trabajo estricta-mente analítico sobre la viabilidad delas propuestas u objetivos de los neoza-patistas del EZLN.

La serie de cuestiones que aquí evo-camos se refiere a la viabilidad dealgunas de las propuestas neozapa-tistas de mediano plazo, cuestiona-mientos que habrá que leer indepen-dientemente de la simpatía espontá-nea que la lucha, incluso armada,zapatista despierte (o no) tanto en ellector como en el escritor de estas lí-neas. La simpatía o la antipatía y elanálisis pueden, deben, en rigor analí-tico, seguir caminos paralelos.

1. Algunas delimitaciones

La cuestión inicial se refiere a si lasreivindicaciones y propuestas progra-máticas del neozapatismo pueden serclasificadas como realistamente via-bles, es decir si son realizables másallá del papel donde parecen guardarcoherencia, o bajo qué condicionesserían realizables y no utópicas. Ha-brá que referirse al programa neo-zapatista, distinguiendo sus proyectoseconómicos de sus metas políticas yde sus reivindicaciones sociales. Ha-brá que distinguirlas incluso, o preci-samente por ello, si se nos dice quecada una va ligada indisolublemente alas otras, que la realización de unarequiere el cumplimiento previo o si-multáneo de las otras. Que la revolu-ción debería hacerse en lo político ylo económico para coronar el proyec-to social. Que la revolución armadaentablada es ya resultado de la revo-lución política al interior de las co-munidades indígenas. Que el paso si-guiente es la revolución de la lógicaeconómica, a la par de una revolu-ción sociopolítica intercomunitaria ynacional. El análisis lógico requiere la

separación de los diversos aspectosde esta realidad, de ese proyecto.

Por otro lado, si todo cambio revo-lucionario –que puede ser no armado–implica una favorable correlación defuerzas sociopolíticas, cabe pregun-tarse si tal correlación de fuerzas fa-vorable al neozapatismo existe o si seestá constituyendo. Parece claro que noexiste ni se está constituyendo. Lo quepuede decirse es que en los momentosde mayor presencia neozapatista llegóa crearse una corriente de discursoprozapatista que parece desvanecerse.Para fundamentar este diagnóstico de-bería remitirme a comparar encuestasde opinión que midieran tanto la evo-lución de la opinión de los encuestadosdesde el primero de enero de 1994,como la calidad de la información queposeyeran sobre el conflicto, pero so-bre todo el nivel de participación delos encuestados que se declararan fa-vorables a las reivindicaciones socialesde los zapatistas, por un lado, y al pro-yecto político o al económico, por otro.Encuestas representativas sobre estepunto podrían ser levantadas por unapublicación con recursos que viera laimportancia de ello o por el Estado.Los gobiernos, el de Zedillo en su mo-mento o el de Fox hoy día, habrán le-vantado ese tipo de encuestas. Las en-cuestas que midieran calidad de infor-

mación y nivel de participación o apo-yo eficaz no estarían a nuestra dispo-sición. No puedo, entonces, fundamen-tar inobjetablemente mi escepticismorespecto a la correlación de fuerzasfavorable al neozapatismo; tampoco sepodría comprobar que es la tradicio-nalmente optimista visión de la izquier-da –sobre lo que considera el sentido dela historia a su favor–, la que correspon-de a la realidad.

Existe en cambio un argumento apriori que alimentaría el pesimismo. Lasluchas sociales –las triunfantes y lasviables– son resultado, fundamental-mente, de intereses de clase o de coin-cidencia de intereses de diversas clasessociales: ¿acaso coinciden objetivamen-te los intereses de las clases mediasmexicanas –de donde fundamental-mente han surgido discursos proza-patistas– con los intereses de los gru-pos indígenas (en rebelión)? No veo aqué interés clasemediero corresponde-rían las reivindicaciones, el programapolítico, el económico, de los neozapa-tistas. Sin dejar de reconocer la excep-cional generosidad de la gente que lle-ga al límite de su tiempo y sus posibili-dades reales –y considerando aparte eltrabajo propiamente analítico de losestudiosos–, en la mayoría de los casosel apoyo, más pretendido que real, pa-rece responder exclusivamente a la sa-tisfacción personal de buena conciencia,buena intención, buena acción (puntual) porlas causas de los menos favorecidos.Esta actitud derivaría más del concep-to católico de limosna que de la con-cepción cristiana reformada de her-mandad, más del sentimiento de com-pasión que de intereses comunes declase. Respondería igualmente más alsueño –peor aun, en algunos casos: a lapose oportuna que reditúa prestigio adhoc– por una sociedad ideal utópica, quea un apoyo real, eficaz. En el peor delos casos, se observan apoyos bajo la for-ma de turismo revolucionario subsidiado,

Una revolución como la

implicada en la propuesta

zapatista, no se hace con la

sola opinión pública. Una

revolución, por muy pacífica

que sea, resuelve cambios

institucionales que

transforman las estructuras

sociales y mentales.

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el de aquéllos que utilizan la coyunturay los recursos económicos de tercerospara conocer lugares o momentos histó-ricos que de otra manera no conoce-rían, o para realizar actos que en sulugar de origen no podrían llevar a cabo,no impunemente. Algunos observado-res extranjeros cumplen una funciónpolítica de apoyo internacional a losneozapatistas, apoyo coyuntural ydesvaneciente si se juzga por el núme-ro de integrantes de tales grupos queaparecen, por ejemplo, en internet. Decualquier manera, la presencia más omenos física, más o menos lejana, máso menos persistente de personas queapoyan moralmente a los grupos y co-munidades neoza-patistas no se tradu-ce en procesos económicos de ciertaeficacia, en dirección del desarrollo amediano plazo. Tales presencias y acti-vidades físicas tampoco resultanautosustentables económicamente. Elapoyo eficaz –exclusivamente coyun-tural, para no ser calificado de limosnaen su peor sentido– debería ser la co-operación, también fundamentalmen-te, si no es que exclusivamente, mone-taria. En cambio, el apo-yo de media-no plazo, dentro o fuera del ámbito gu-bernamental, habría de consistir enpotenciar entre los indígenas tres ren-glones: el productivo, el de mercado yel sanitario.

2. Propuestas reformadoras

Potenciar las posibilidades productivasde los campesinos –incluso sin repar-timiento de tierras nuevas– implica noolvidar que la agricultura y ganaderíaintensivas constituyen mejor alterna-tiva, económica y ecosistémica, que lasextensivas practicadas por los indí-genas. Existen ya técnicas de cultivo–cuyo más antiguo antecedente es pre-cisamente mesoamericano, prehispá-nico: la chinampa– que no requierende tierra fértil sino de espacio. Cierto

que el dominio y la aplicación de lasnuevas técnicas tal vez alejarían al tra-bajador indio de su prehispánica con-cepción cosmogónica y territorial –bajoel supuesto de que aún la conservacomo tal. La historia de la humanidades el resultado y el proceso por el quetodos los pueblos cambian al tiempoque modifican su cultura. Todos lospueblos tienen tanto derecho al cam-bio como a la pervivencia. Cabría en-tonces preguntarse si el trabajadorindio, transformando o no su culturamental, desea acercarse al mercado;preguntarse hasta qué punto se puedeseguir viviendo lejos del mercado y me-jorar, al mismo tiempo, las condicio-nes materiales de existencia.

Potenciar sus posibilidades de merca-do –a mediano y largo plazos–, signifi-ca en primer lugar multiplicar, por mu-cho, las vías de comunicación. ¿No aca-so es éste el objetivo central del llama-do Plan Puebla-Panamá, el mismo delque, por otro lado, precisamente en re-cientes declaraciones, la dirigencianeozapatista del EZLN no quiere siquie-ra escuchar? Contradictoriamente, elmismo Ejercito Zapatista (EZ) habla deaceptar inversiones. Acaso piensa queuna inversión puede ser redituable sinvías de comunicación. O que puede in-vertirse a fondo perdido sin tener quellamar a esto asistencia simple.

Finalmente, propiciar el mejoramien-to sanitario en su sentido más amplio,desde el drenaje hasta la salud repro-ductiva, la femenina en primer lugar.Existen allí problemas demográficos yde género. No reconocer la existenciade los problemas demográficos, con-traargumentando simplemente que sepretende acabar con los pobres y nocon la pobreza, es desconocer o que-rer ignorar el abecé de la economía yde la transición demográfica por la quehan pasado los países desarrollados. Elpropio EZLN ha reconocido los proble-mas de género, tiene militantes muje-

res y ha propuesto cambios cotidianosconcretos para aliviar la condición fe-menina.

Estos tres renglones evocados debe-rían constituir la primera, irrenuncia-ble e incorruptible tarea de un Estadonacional digno de ese nombre: el nues-tro no lo ha sido con los mexicanosindios. El gobierno de Zedillo dio prio-ridad a la represión, también tarea –aunque finjamos ignorarlo– de cual-quier Estado: lo hizo a través de mili-tares; más gravemente, también por serilegal, a través de paramilitares. El go-bierno de Fox ha pretendido dar prio-ridad a los renglones evocados, pero elEZLN ha revirado tomando la posiciónde impedirlo, como una forma de lu-cha, en las comunidades que parecenseguir apoyando al EZ.

3. Apoyo moral y opinión pública

Se puede matizar el escepticismo so-bre el apoyo moral del resto de losmexicanos a los zapatistas, señalandoque no es inútil en la misma propor-ción que eso que se llama opinión pú-blica sea –como lo es– importante enun país formalmente democrático co-mo el nuestro. Entre nosotros, la opi-nión pública todavía no cobra la im-portancia que tiene en otros paísesya que, dada la juventud de nuestrosistema electoral democrático, los par-tidos políticos apenas comienzan a re-cibir la sanción a través del sufragio.De cualquier manera, una revolucióncomo la implicada en la propuestazapatista no se hace con la sola opi-nión pública. Una revolución, por muypacífica que sea, resuelve cambiosinstitucionales que transforman las es-tructuras sociales y mentales. Esto es,precisamente, parte del proyectoneozapatista: tienen claro ellos que nobasta la opinión pública, sino que serequiere una favorable correlación defuerzas. No excluían antes del triunfo

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224 CANALES, P. EL DISCURSO PRO EZNL...

Somos una sociedad todavía

dividida por intereses

de clase –intereses

materiales, los otros se

diluyen con facilidad–,

intereses que aún no

convergen.

electoral de Fox la fuerza física, perotambién claman por la participaciónreal de la sociedad civil en sus proyectos,e incluso en la construcción de un nue-vo proyecto nacional. Es esta partici-pación de la sociedad civil la que se espe-raría ver corroborada en las encues-tas, a falta de constatarla en la reali-dad.

En efecto, la participación que unosesperan y otros imaginan, no se hadado. Y no se ha dado porque somosuna sociedad todavía dividida por in-tereses de clase –intereses materiales,los otros se diluyen con facilidad–, in-tereses que aún no convergen. A de-cir verdad, las diversas clases parecenhaber ya convergido en la reformapolítico-electoral, incluido el EZLN: porfin la modernización burguesa delEstado. En efecto, el jefe del gobier-no federal anterior llegó a reconoceren esto el papel fundamental jugadopor los zapatistas: su existencia, su pre-sencia y su actitud determinaron, pa-radójicamente, tanto el triunfo elec-toral del candidato del partido oficialen 1994, el propio Zedillo, como elúltimo paso de la incipiente pero alparecer definitiva reforma electoralmexicana. Y con ello la subsiguienteprimera derrota nacional del PRI. Acep-tar el alto al fuego para entablar ne-gociaciones –colocar la inteligencia porencima de la violencia–, es otro de losactivos del EZLN.

4. Lo deseable. Lo viable

Retomemos el principal problemaplanteado en la introducción de estetexto. ¿Son realizables los puntos con-tenidos en la propuesta neozapatista?Porque antes de hablar de la viabilidadpolítica por la correlación favorable defuerzas –de opinión y de acción míni-ma eficaz–, cabe preguntarse por laviabilidad de las propuestas en el con-texto económico actual. ¿Bajo qué con-

diciones serían realizables? Su radica-lidad implica que sólo serían realiza-bles tras la transformación, o el aisla-miento, de los procesos económicos ypolíticos mundiales. Un aislamiento asíse antoja imposible. Por otro lado, re-sultaría ingenuo olvidar que la realiza-ción de cualquier proyecto tiene uncosto económico e incluso social na-cional. Si no podemos abstraernos dela realidad internacional, menos aún delcontexto nacional. Se necesitan recur-sos para elevar el nivel de vida de lospueblos campesinos, indios: tanto en eltiempo inmediato como en el medianoplazo. Si es de inmediato, se trataría deconsumo final. Si nos referimos almediano plazo, se trataría de inversióncuya rentabilidad en sentido propio yfigurado no puede soslayarse. Igual-mente, se necesitan recursos para vol-ver eficaz la autonomía político-admi-nistrativa de los mismos y numerosospueblos. Y todo esto al mismo tiempoque, según el EZLN, habría que revolu-cionar la economía. No abordamosaquí la discusión sobre si la revoluciónpropuesta es más bien una involución.Hay que prever, entonces, de dónde ycómo se van a obtener los recursoseconómicos indispensables y sobre todoquién los va a aportar. ¿Se cuenta, almismo tiempo, con el capital social parallevar adelante el revolucionario proyec-to? Dudo mucho que las clases mediasdiscursi-vamente pro neozapatistas

sean conscientes de esto y, sobre todo,estén dispuestas a pagar el costo. Talvez en su imaginario –inconsistente entérminos del abecé económico–, creanque eso es problema de los gobiernos que paraeso están, o del gobierno y los ricos puestodo sería un simple problema de maladistribución de la riqueza, la riquezaexistente. Olvidan que la riqueza no exis-te per se, se crea con el trabajo: hoy díacon el trabajo competitivo. Los recur-sos del Estado, de la nación, no soninfinitos ni se recolectan por simpleacto de voluntad del ejecutor en turno.Aquí cabe atender el contraargumentodel rescate financiero de la última grancrisis mexicana. En teoría, sería ente-ramente válida la objeción de que tra-tándose de banqueros –sí, pero tam-bién de deudores citadinos y medianosempresarios del campo– y a nombrede la estabilidad y el conjuro del caosque nos habría golpeado a los citadinos–a los indígenas no se les puede gol-pear más, pues están prácticamente almargen del sistema monetario–, tratán-dose de banqueros y citadinos y node indios, pues, el gobierno zedillistacon el apoyo mayoritario de los legisla-dores, no tuvo reparo en incremen-tar la deuda del país. La lógica del sis-tema, la correlación de fuerzas, per-mite esto. Los citadinos clase mediaexindios fuimos los beneficiarios del sis-tema y de ese rescate financiero. Noparece que tengamos mayor imagina-ción o interés en revolución alguna.

Propusimos distinguir las reivindica-ciones sociales zapatistas de su proyectoeconómico-político autonómico. Nosdetenemos en las reivindicaciones; so-bre el proyecto formulamos cuestio-namientos insoslayables.

5. Las reivindicaciones

Sin duda las reivindicaciones socio-económicas del EZLN por la igualdad–tan formal cuanto quiera acotarse–

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ante la ley y la igualdad –ésta sí mate-rial– de oportunidades, están subrayan-do las causas de su levantamiento. Losmexicanos que no se han beneficiadode esa igualdad son los que hablan unidioma diferente del español; durante yamás de 500 años se han tenido y con-servado como los últimos, los exclui-dos. Por supuesto que un levantamien-to armado es una forma de hacerseescuchar. Hay dos tipos de argumentosque permiten no calificar a priori el pro-cedimiento de equivocado, impertinen-te, improcedente o “violador de los de-rechos humanos” de terceros –JorgeMadrazo1 dixit. A los olvidados, los úl-timos, los excluidos, no puede pedírselespaciencia indefinidamente. Paralelamen-te, cabe preguntar cuántos años es per-tinente, procedente, inteligente, respon-sable por parte del Estado y sus gobier-nos, hacer esperar o excluir impunemen-te a los menospreciados de entre loscompatriotas. ¿Quiénes somos respon-sables de ello? Por otro lado, la libertad,la igualdad ante la ley y otros derechoshumanos fundamentales no se mendi-gan, se arrebatan: pareció que sólo ar-mado pudimos ver a un indio mexica-no caminar erguido, por cierto al entrara la catedral de San Cristóbal para ne-gociar con el supremo gobierno. Ergui-dos, en pie de igualdad, sin armas, senos había podido ver con relativa fre-cuencia –según la clase social alcanza-da– sólo a los indios citadinos –¡noso-tros!– de varias generaciones, mestizospor cultura. Parece claro que ese pro-ceso de mestizaje cultural que ha per-mitido la movilidad social, fue la resul-tante mayor de la Revolución Mexica-na de principios del siglo XX.

García de León (1985) ha probadoque la Revolución Mexicana no llegó aChiapas, es decir que aun considerandoque la Revolución no hubiera cambia-do mayormente las cosas en el resto delpaís y en su conjunto, ese logro del mes-tizaje cultural que fomenta(ba) la idea

de la igualdad ante laley, no pudo llegar aChiapas. El levanta-miento del EZLN debie-ra conseguir, como lo-gro importante, el ma-yor o el primero entreotros, la interiorizaciónen todos los chiapa-necos y todos los me-xicanos de que los indios y los (ya) noindios –culturalmente hablando– somosmexicanos iguales ante la ley. Por su-puesto que esto requiere un Estado dederecho que no parecía vigente en Chia-pas antes del 1 de enero de 1994. Has-ta ayer, a los responsables de las institu-ciones estatales no siempre se les veíahaciendo cumplir la ley, sino más bienviolándola a nombre de los intereses su-periores, razón, crimen, de un Estadoque no existía. El Estado no cumplíasino sus peores funciones, pero suyas alfin: la represión, aunque fuera a travésde la guerra civil –léase masacre de Ac-teal y formación de grupos paramilita-res. Para colmo, y dificultad de com-prensión de la realidad, los paramilitareseran también indígenas. Esa guerra de bajaintensidad incluía intervenciones policía-co-militares legalistas contra comunida-des civiles de apoyo zapatista, expulsióntambién legalista de extranjeros, presio-nes y dominio gubernamentales del dis-curso televisivo. La televisión es el me-dio de comunicación más eficaz en so-ciedades analfabetas funcionales comola nuestra, incluidos los egresados univer-sitarios, de instituciones privadas o públi-cas, a decir de Monsiváis. Y no porquesigan el reciente consejo de Fox: noleer –es decir, no pensar– para ser felices.

6. Lo nuevo en el discurso.Discusión

Es el mejoramiento de las condicionesde vida cotidiana lo que ha movido his-tóricamente a las comunidades indíge-

nas. Esto puede resumirse en la deman-da de igualdad ante la ley e igualdad deoportunidades socioeconómicas. La de-manda de autonomía política constitui-ría una demanda diferente, nueva. Tam-bién nuevo sería que pensaran o imagi-naran la autonomía como camino paraalcanzar las igualdades evocadas. Pro-cede, entonces, cuestionar si las comu-nidades indígenas piensan realmente esto.Discutir si efectivamente la autonomíaes el camino de la igualdad de oportuni-dades. Inquirir si la dirigencia neoza-patista piensa más en igualdad socioeco-nómica, simplemente, que en igualdad deoportunidades. Empero, la igualdad eco-nómica no tiene nada de simple si sepiensa en dar a todos el nivel de vida deque gozan las clases medias altas denuestro país: los bienes y servicios seproducen antes de ser distribuidos. Nobasta repartir la riqueza existente sinoproducir más, sobre todo si se piensadistribuir fuera de la lógica de mercado.Porque al interior de esta lógica, la re-muneración monetaria del trabajador,suficiente y apegada a su productividad,es la que le permite precisamente acce-der a mayor número de satisfactores,mejorando su nivel de vida. La distri-bución simple de productos de consu-mo final fuera de la lógica de mercadose llama asistencia o limosna, es decirque se hallaría fuera de la lógica de pro-ducción para el mercado. La población

1. Ex procurador general de la República Mexicana y ex

presidente de la Comisión Nacional de Derechos

Humanos (CNDH).

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226 CANALES, P. EL DISCURSO PRO EZNL...

El EZLN dice no interesarse en la toma del poder de Estado, pero según

los hechos conocidos, no puede inferirse que el EZ no dirigiría con lógica

de Estado los pueblos con autonomía indígena que reclama.

económicamente dependiente se incre-menta. La población asistida pierde dig-nidad. ¿Esto se quiere para las comuni-dades indígenas, esto quieren ellas mis-mas? Se me dirá que lo que piden esjusticia, precio justo a sus productos,pues en ellos hay más desgaste huma-no, más tiempo de trabajo. Más tiempode trabajo para el mismo producto fi-nal significa baja productividad. La al-ternativa es elevar la productividad, su-poniendo que no haya sobreoferta delproducto en cuestión, o pagar sus pro-ductos por encima del precio de mer-cado. ¿Las clases medias están dispues-tas a pagar más por esos productos?,¿todos, siempre, por cuánto tiempo? Decualquier manera, esto implica salirse de,o cambiar, la lógica de mercado. Cam-biarla se antoja imposible si no es a tra-vés de una lucha de largo aliento y defuerzas reunidas para, al menos, mode-rar el engranaje ya secular de la carreratecnológica encabezada por las empre-sas que pagan salarios y producen lossatisfactores que tanto gustan a las cla-ses medias: ¡otra vez la necesidad de

hacer coincidir intereses de clase diver-sos! Ese salirse del mercado o simple-mente distribuir mejor la riqueza existente,constituyen el supuesto mayor de casitodos los discursos pro neozapatistas.Este supuesto resulta de lo más discuti-ble. Y ha sido de lo menos discutido.

En cambio, las reivindicaciones deigualdad ante ley y de oportunidades re-sultan indiscutibles y viables. Indiscuti-bles pues están ya consagradas en laConstitución: recuérdese la habilidadzapatista para dejar en evidencia a larepresentación gubernamental zedillistaen la mesa de negociación de San An-drés, al ser negada la pertinencia de una

demanda zapatista... ¡ya consagrada enla Constitución! Reivindicaciones via-bles porque pertenecen enteramentea la lógica del sistema de mercado.Viables porque el sistema de merca-do necesita individuos en pleno ejer-cicio de sus derechos.

7. Interludio

Permítaseme una disgresión, contradic-toria en apariencia, respecto de lo queacabo de argumentar. En uno de susagudos ensayos, Ruggiero Romano(1994) llamó a nuestra Constitución –ya la de otros países de nuestra Américamesomeridional– Carta Magna del popu-lismo, habida cuenta del elevado núme-ro de derechos económicos otorgados atodo ciudadano. No podemos sino dar-le la razón, al recordar que no hace mu-cho se incorporaron a la Constituciónlos llamados derechos humanos de ter-cera generación: los sociales. Por ejem-plo el derecho al trabajo –diverso al de-recho a la libertad de trabajo, derechoéste civil o humano de segunda genera-

ción–, el derecho a la alimentación y ala vivienda digna. La satisfacción de es-tos derechos no dependen del estado de de-recho sino del estado de la economía. ¿Ono? Ahí mismo Romano define el suge-rente concepto de proyecto nacional via-ble que yo he utilizado más arriba, enoposición a proyecto sólo deseable: confrecuencia olvidamos distinguir lo de-seable de lo posible.

8. Recapitulando

Las reivindicaciones zapatistas por laigualdad deberían ser el mejor logroademás del, nada despreciable, ya con-

seguido por su levantamiento y al queme referí más arriba: el respeto al su-fragio. He de reiterar que el hecho mis-mo de armarse en defensa de la igual-dad de derechos pudo constituir el pri-mer ejercicio –y enseñanza para quie-nes no lo hubiéramos aprendido–, dela igualdad que no se mendiga sinoque se arrebata y ejerce, sobre todocuando no se goza de otro mecanis-mo de movilidad social. Entonces, nopuedo menos que estar de acuerdocon las reivindicaciones hasta aquí evo-cadas; las otras quedan por discutir.Los grupos indígenas nunca debieronquedar fuera del proyecto nacional:porque tenemos los mismos abuelos,porque los indios son, ¡al menos enigualdad de derecho!, propietarios dela riqueza del también común país.Produciendo Chiapas más de la mi-tad de la hidroelectricidad, sus pue-blos –es cierto que en un hábitat muydisperso– son lo que menos gozan deese fluido; poseyendo Chiapas una delas mayores reservas petroleras, es elestado que tiene menos vías de co-municación asfaltadas. Por supuestoque es otra la discusión que llevaría aproponer la instrumentación mejor, lamás eficaz, la más pronta, para ofre-cer a los indígenas las mismas oportu-nidades que nosotros los citadinoshemos tenido desde hace medio siglo.

9. Más consideraciones sobrediscursos y proyectos

Hablé de reivindicaciones socioeconó-micas y apunté que constituyen el mó-vil de participación de los indígenas enel EZLN. Evoquemos ahora los proyec-tos del EZ. No discutimos si estos pro-yectos también son compartidos ente-ramente por los pueblos de base y apo-yo logístico del neozapatismo; tampo-co si los compartiría el resto del casi15% de mexicanos que, además de sermexicanos y no vivir en su mayoría en

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ciudades, hablan una lengua indígena.Consideramos, antes de su viabilidad,la coherencia interna de las demandasdel EZ. Miramos si no hay contradic-ciones internas o insuficiencias arqui-tectónicas en su discurso autonómico.Por ejemplo: el EZLN dice no interesar-se en la toma del poder de Estado, perosegún los hechos conocidos, no puedeinferirse que el EZ no dirigiría con lógi-ca de Estado los pueblos con autono-mía indígena que reclama. Aun sin re-ferirnos a acusaciones de represalia,por parte del EZ, contra indígenas queno abrazan el proyecto del EZ, sí re-cordemos declaraciones de combatien-tes, en los primeros días de 1994, enque resaltaba el carácter partidario yno el comunalista. Quien dice partido,dice Estado. Aparecería así una auto-nomía estatista más que comunalista.

10. Otra falla arquitectónica

Parece un error lógico pedir o exigirautonomía de un Estado del que se de-penderá financieramente para instru-mentar proyectos, de desarrollo u otros.Tampoco queda claro, según decíamosantes, si el desarrollo proyectado porel EZ se piensa dentro o fuera de losmercados. Si el EZ considera suficien-tes, sin negar su riqueza cultural tradi-cional, los niveles de productividad ac-

tuales. Si esa proyectada autonomía notendrá problemas de crecimiento de-mográfico, porque esto supondría quesus problemas de consumo o de nivelde vida nada tienen que ver con losniveles de productividad. Más: si esasociedad autonómica estaría exenta decontradicciones internas de clase y degénero, o en sus usos y costumbres exis-ten probadamente las herramientas pa-ra resolverlas, como parecen creerloalgunos autores de discursos proza-patistas. Según algunos discursos, losíndices más altos de analfabetismo fe-menino son enteramente imputables alEstado mestizo, y el analfabetismo fe-menino no tiene que ver con la muyalta fecundidad chiapaneca, la que ade-más no representaría mayor problemaen esas sociedades autónomas, comoapuntábamos antes. Se soslaya la dis-cusión de si el respeto de los derechoshumanos individuales, la laicidad, latolerancia, priman o no sobre el dere-cho consuetudinario indígena y sobrelos llamados derechos humanos decuarta generación. No han dado a esto,el EZ, los pro neozapatistas, una res-puesta analítica, inequívoca si fueraposible. No puede negarse la funcio-nalidad general del derecho consuetu-dinario indígena, ni su mayor eficaciay economía para delitos consideradosno graves por el derecho occidental

actual. Sería ideal que existiera una apli-cación tan económica del derecho enlos barrios citadinos. Pero no cabe dudaque hay contradicciones entre tales de-rechos que llegan a ser irreconciliables,y de manera muy grave, porque seafectarían los derechos individuales fun-damentales, la laicidad, la tolerancia. Enconclusión de este párrafo, reiteraríami pretensión: la pertinencia de estoscuestionamientos se halla por encimade la simpatía o antipatía que despierteen nosotros el movimiento del EZLN.

11. Más sobre el discurso proneozapatista

Es menos difícil hallar contradiccionesinternas en algunos discursos de pro-moción o defensa, más o menos pater-nalista, de la organización y demandasneozapatistas: suponen, por ejemplo, sinprobarlo, que la principal demanda za-patista es la autonomía, una autono-mía que sin terminar de definir imagi-nan ideal, como si la unanimidad deopinión y de acción intracomunitariano fuera contradicha por hechos comola división de las comunidades entredesplazados y no, entre católicos o pro-testantes y no, entre intolerantes y me-nos intolerantes. ¿Los discursantes pa-ternalistas se imaginan a ellos mismosviviendo en esas autonomías idealiza-das? No veo. No creo. A nombre de laenriquecedora diferencia nos quedamoscon la economía productivista, consu-mista, con la democracia de unanimi-dad y su economía campesina poco onada monetarizada. Parodiando aOrwell: unos más diferentes que otros.Discutía con un compañero sobre silos pueblos chiapanecos –zapatistas,habría precisado, en función de su ima-ginario–, son etnocentristas: él soste-nía que no, yo argüía que entonces se-rían la excepción universal y, por ende,no habría peligro de racismo (inversoahora o interétnico) por parte de los

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Bibliografía

García de León, A. (1985) Resistencia y utopía. Me-morial de agravio y crónica de revueltas y profecíasacaecidas en la provincia de Chiapas durante losúltimos quinientos años de su historia. Era, México.

Romano, R. (1994). “Algunas consideracionesalrededor de las nociones de Estado, nación(y libertad)” en Blancarte, R. ed.,Cultura e

identidad nacional. FCE, México.

pueblos indios. Excepción universal nosólo en el plano social en donde eletnocentrismo de todo pueblo constituyeel mecanismo natural de sobrevivenciasicosocial, de la misma manera que lairritabilidad es el mecanismo natural desobrevivencia física de todo organis-mo vivo, la territorialidad lo sería delos animales vertebrados y el egoísmo(aunque sabe ser generoso) lo es detodo humano.

Conclusión abierta

Habremos de considerar los proyec-tos zapatistas como tales para discu-tir su viabilidad técnica, su viabilidad po-

lítica, o de lo contrario inferir su uto-pía. No postulo la inutilidad de lascreencias, por su terreno es diverso deleconómico e incluso del político. Nodigo que la economía, tampoco la bur-guesa que implica mercado generali-zado, nacional, excluya elementos utó-picos, de prejuicio espontáneo. Lo queparece necesario es distinguir, analíti-camente las reivindicaciones socioeco-nómicas –viables porque al menos for-malmente ya legales– de los proyectoseconómico y político. Reivindicacionesviables también porque –como apun-té– el sistema de mercado requiere in-dividuos en pleno ejercicio de sus de-rechos. Si se acepta la pertinencia de

esa distinción, lo que procede es dete-nernos a discutir analíticamente losproyectos político-autonómico y eco-nómico del EZLN, sin soslayar cuestio-namientos como los evocados.