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RESUMEN / ABSTRACT Recepción: 21/04/03 • Aceptación: 12/04/04 De forma irónica, a pesar del crecimiento desbordado de exportaciones durante el Porfiriato, los porfiristas no concibieron a México como un país rico, especialmente en el sector agricola. Incluso, atacaron la noción de la legendaria riqueza de México. El conocimiento sobre las economías del norte de Europa y Estados Unidos afectaron de forma clara las percepciones de los porfiristas. En este artículo sostengo que una perspectiva comparativa internacional no fue la razón principal por la que ellos concibieron la economía de México como deficien- te. Más bien, nuevos conceptos de riqueza influyeron particularmente en su análisis de la economía mexicana. Los porfiristas rechazaron los conceptos de riqueza de la época colo- nial mercantilista-fisiocrática, que enfatizaban la tierra, los recursos naturales y el comercio. En vez de eso, se adhirieron a las concepciones del siglo XIX, que remarcaron la producción, el trabajo especializado, el capital y la tecnología. Dadas sus severas críticas a la fuerza de trabajo indígena de México y sus quejas sobre capital y tecnología insuficientes en el sector agricola, no es sorprendente que los porfiristas hayan puesto de cabeza la legendaria idea de la riqueza de México. Concibiendo la riqueza como producción y no como un recurso natural, los porfiristas definieron a México no como una tierra de riqueza ilimitada sino como un país con una economía insuficiente. Ironically, despite the Porfirian export boom, Porfiristas did not conceive of Mexico as wealthy, especially when it came to the agricultural sector. In fact, they even attacked the notion of Mexico’s legendary wealth, contending that it was a myth. Knowledge about the robust economies in Northern Europe and the United States clearly affected Porfiristas’ perceptions. But this paper argues that an international comparative perspective was not the main reason why they found Mexico’s economy deficient. Rather, new conceptions of wealth weighed particularly heavy on their perceptions. Porfiristas rejected Colonial-era mercantilist and Physiocratic notions of wealth, which emphasized land, resources, and trade. Instead, they embraced 19 th century conceptions, which highlighted production, and especially labor, capital, and technology. Given their severe critiques of Mexico’s indigenous labor force and loud complaints about insufficient capital and technology in the agricultural sector, it is unsurprising that Porfiristas stood the notion of Mexico’s legendary wealth on its head. By conceiving wealth as production as opposed to resources, Porfiristas defined Mexico not as a land of limitless riches, but as a country marked by economic inadequacies.

El declive económico de México en el siglo XIX: una perspectiva cultural

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    RICHARD WEINERRESUMEN / ABSTRACT

    Recepcin: 21/04/03 Aceptacin: 12/04/04

    De forma irnica, a pesar del crecimiento desbordado de exportaciones durante el Porfiriato,

    los porfiristas no concibieron a Mxico como un pas rico, especialmente en el sector agricola.

    Incluso, atacaron la nocin de la legendaria riqueza de Mxico. El conocimiento sobre las

    economas del norte de Europa y Estados Unidos afectaron de forma clara las percepciones

    de los porfiristas. En este artculo sostengo que una perspectiva comparativa internacional

    no fue la razn principal por la que ellos concibieron la economa de Mxico como deficien-

    te. Ms bien, nuevos conceptos de riqueza influyeron particularmente en su anlisis de la

    economa mexicana. Los porfiristas rechazaron los conceptos de riqueza de la poca colo-

    nial mercantilista-fisiocrtica, que enfatizaban la tierra, los recursos naturales y el comercio.

    En vez de eso, se adhirieron a las concepciones del siglo XIX, que remarcaron la produccin,

    el trabajo especializado, el capital y la tecnologa. Dadas sus severas crticas a la fuerza de

    trabajo indgena de Mxico y sus quejas sobre capital y tecnologa insuficientes en el sector

    agricola, no es sorprendente que los porfiristas hayan puesto de cabeza la legendaria idea de

    la riqueza de Mxico. Concibiendo la riqueza como produccin y no como un recurso

    natural, los porfiristas definieron a Mxico no como una tierra de riqueza ilimitada sino

    como un pas con una economa insuficiente.

    Ironically, despite the Porfirian export boom, Porfiristas did not conceive of Mexico as wealthy,

    especially when it came to the agricultural sector. In fact, they even attacked the notion of

    Mexicos legendary wealth, contending that it was a myth. Knowledge about the robust economies

    in Northern Europe and the United States clearly affected Porfiristas perceptions. But this

    paper argues that an international comparative perspective was not the main reason why they

    found Mexicos economy deficient. Rather, new conceptions of wealth weighed particularly

    heavy on their perceptions. Porfiristas rejected Colonial-era mercantilist and Physiocratic

    notions of wealth, which emphasized land, resources, and trade. Instead, they embraced 19th

    century conceptions, which highlighted production, and especially labor, capital, and technology.

    Given their severe critiques of Mexicos indigenous labor force and loud complaints about

    insufficient capital and technology in the agricultural sector, it is unsurprising that Porfiristas

    stood the notion of Mexicos legendary wealth on its head. By conceiving wealth as production

    as opposed to resources, Porfiristas defined Mexico not as a land of limitless riches, but as a

    country marked by economic inadequacies.

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    El declive econmico de Mxico...

    RICHARD WEINERUniversidad de Indiana/Universidad de Purdue Fort Wayne

    n 1902, el cientfico Carlos Daz Dufoo sostuvoque el error ms grande de Agustn Iturbide, el pri-mer lder del Mxico independiente, fue proclamarante el pueblo de Mxico: Son el pas ms rico delmundo.2 Daz Dufoo no era el nico que lo crea, yaque otros miembros de la muy influyente camarillade los Cientficos activamente desmentan el mito dela riqueza legendaria de Mxico.3 Los Cientficostraan a colacin un tema que ltimamente ha sido

    1 Este ensayo preliminar ha mejorado gracias a la crtica y sugerencias de Emilio Kour,

    Ted Beatty y dos revisores annimos de Signos Hstricos.

    2 Carlos Daz Dufoo, Mexico, its industrial evolution, en Justo Sierra (ed.), Mexico, its

    Social Evolution, 2 vols., Mxico, J. Ballesca, 1902, vol. 2, p. 107.

    3 De hecho, Daz Dufoo atribuy su comentario acerca de Iturbide al prominente cientfico

    Justo Sierra.

    E

    El declive econmico de Mxico en el siglo XIX:una perspectiva cultural1

    Signos Histricos, nm. 12, julio-diciembre, 2004, 68-93

    PALABRAS CLAVE:

    ECONOMA

    RIQUEZA

    PORFIRIATO

    ELITES MEXICANAS

    ALEXANDER VON HUMBOLDT

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    RICHARD WEINER

    objeto de mucha atencin para los investigadores: el declive econmico deMxico en el siglo XIX. Los representantes de la Nueva Historia Econmica(NHE) se han ocupado de documentar esta cada mediante una cuidadosamedicin de la productividad y la comparacin del desempeo econmico deMxico con el de otras regiones de Amrica Latina, Europa y Estados Uni-dos.4 Segn ciertos indicadores econmicos, la economa mexicana era dealrededor de la mitad de la de Estados Unidos en 1800. Aproximadamente unsiglo despus era, en el mejor de los casos, de una cuarta parte del tamao dela de ese pas.5 Enfatizando en el deterioro de Mxico, los estudiosos han de-mostrado que durante el siglo XIX la brecha econmica entre Estados Unidosy Mxico se ampli de manera considerable.

    La cada de Mxico durante el siglo XIX se ha estudiado desde una perspec-tiva material, pero, qu hay de analizarla desde un punto de vista cultural?Pese a la cantidad de estudios recientes, este enfoque no se ha seguido ya que laNHE, fuertemente influida por los modelos neoclsicos y el anlisis cuantitati-vo, rechaza una aproximacin cultural a los temas econmicos.6 Haciendo

    4 Para algunos trabajos muy influyentes de la corriente de la Nueva Historia Econmica (NHE), vanse los trabajos de Stephen

    Haber (ed.), How Latin America Fell Behind, Stanford, Stanford University Press, 1997; Political Institutions and Economic

    Growth in Latin America, Stanford, Hoover Institution Press, 2000; Stephen Haber y Jeffrey Bortz (eds.), The Mexican Economy,

    1870-1930, Stanford, Stanford University Press, 2002. Tambin se pueden consultar: John Coatsworth y Alan Taylor, (eds.),

    Latin America and the World Economy Since 1800, Cambridge, Harvards Rockefeller Center for Latin American Studies, 1998.

    Para una relacin del declive econmico de Mxico elaborada por un historiador que no pertenece a la Nueva Historia Econmica,

    vase Jaime Rodrguez, Down from Colonialism: Mexicos Nineteenth Century Crisis, Los ngeles, University of California Press,

    1983. Para revisiones generales del desempeo econmico de Mxico a lo largo del siglo XIX, vase Edward Beatty, Institutions

    and Investment: The Political Basis of Industrialization in Mexico Before 1911, Stanford, Stanford University Press, 2001,

    cap. 2; Enrique Crdenas, A macroeconomic interpretation of nineteenth century Mexico, en Stephen Haber, op. cit.,

    1997, pp. 65-92.

    5 Vase John Coatsworth, Obstacles to economic growth in nineteenth-century Mexico, en American Historical Review, nm.

    83, 1978, pp. 80-100 y Economic and institutional trajectories in nineteenth century Latin America, en John Coatsworth y

    Alan Taylor, op. cit., 1998, pp. 23-54; y Stephen Haber, Introduction: Economic growth and Latin American economic

    historiography, en Stephen Haber, op. cit., 1997, pp. 1-33.

    6 Para una aguda discusin de esta temtica, vase Paul Gootenberg, Between a rock and a softer place: reflections on some

    recent economic history of Latin America, en Latin America Research Review, vol. 39, nm. 2, 2004.

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    El declive econmico de Mxico...

    frente al sesgo de la NHE respecto de la especializacin acadmica (tendenciaextendida en los mbitos acadmicos), examino el declive de Mxico desde elpunto de vista de la cultura econmica.7 Por cultura econmica entiendo losvalores y suposiciones que determinan aquello que constituye riqueza y pobre-za. La anttesis de conceptos eternos e inmutables y sus significados adquierenforma segn el capricho e imaginacin humanos. As, sus definiciones se deter-minan culturalmente. Como investigo las ideas en torno a la riqueza, compartoterritorio con los acadmicos del pensamiento econmico. Sin embargo haytambin distinciones importantes. Una tiene que ver con las fuentes. Los estu-diosos del pensamiento econmico, por lo general, limitan sus revisiones a laeconoma poltica acadmica y, en particular, a los trabajos de los investigado-res ms notables. En cambio, yo examino la articulacin cotidiana de los trmi-nos de economa poltica que encuentro en peridicos, revistas, estudiosgubernamentales, panfletos y reportes. Divergen no slo mis fuentes, sino tam-bin el anlisis. Los trabajos en torno al pensamiento econmico generalmentehacen de las ideas econmicas la pieza central del estudio, pero a m me preocu-pan ms las maneras en que los supuestos econmicos subyacentes afectan lasrepresentaciones; cmo los enfoques culturales particulares dan forma a diver-sas representaciones de la economa mexicana.8

    La crtica de los porfiristas9 acerca de la riqueza de Mxico, estaba funda-mentada en su reconceptualizacin de qu la constitua. En el centro de su an-lisis colocaban la interaccin entre los seres humanos y el medio natural en lacreacin de riqueza. Rechazaban la idea de que Mxico era increblemente ricodebido a sus magnficos y abundantes recursos naturales, idea popularizada

    7 Ricardo Salvatore utiliza un enfoque en cierto sentido similar al estudiar la economa de mercado en Argentina desde un ngulo

    cultural. The normalization of economic life: Representations of the economy in golden age Buenos Aires, 1890-1913, en

    Hispanic American Historical Review, vol. 81, nm. 1, 2001.

    8 Aun cuando el tema de anlisis es distinto, mi acercamiento no difiere del que emplearon Robert Heilbroner y William Milberg

    en The Crisis of Vision in Modern Economic Thought, Cambridge, Cambridge University Press, 1995. Ellos examinan las formas

    en que los valores culturales de raz histrica han afectado el desarrollo de la economa a lo largo de la historia.

    9 Incluso los Cientficos tienen importancia por s mismos, me veo forzado a usar la etiqueta mayor de porfiristas porque la crtica

    econmica que examino no estaba limitada a una camarilla en especfico. No obstante, no todos los integrantes de la elite

    porfirista estaban de acuerdo con todos los aspectos de la crtica.

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    RICHARD WEINER

    por Alexander von Humboldt a principios del siglo XIX. Al contrario deHumboldt, los porfiristas sostuvieron que Mxico tena una desventaja compa-rativa en cuanto a recursos. Pero el aspecto fundamental de su crtica atacaba laidea de que el medio natural fuera la base de la riqueza. No los recursos queprovea la madre naturaleza, sino las mejoras que el hombre hiciera a la crea-cin fsica de Dios mediante el trabajo y la tecnologa humanos, eran la fuentede riqueza. Lamentando la insuficiencia de Mxico en estos campos, losporfiristas conceban a la economa mexicana como una economa atrasada.

    HUMBOLDT Y LAS IDEAS DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX EN TORNO A LA RIQUEZADE MXICO

    Ya que los porfiristas atacaban la idea de la riqueza de Mxico popularizadapor Humboldt, resulta ilustrativo examinar sus puntos de vista sucintamente.Su muy influyente obra Ensayo poltico sobre el Reino de la Nueva Espaa tuvoinmenso impacto sobre las percepciones pblicas de la riqueza de Mxico no sloen ese pas, sino en el mbito internacional.10 El texto de Humboldt describa aMxico con una sorprendente riqueza. Para l, la grandeza del lugar se basabaen sus ricos y abundantes recursos, en especial en la agricultura.11 El nfasis quehaca este autor en los recursos naturales puede parecer extrao debido a lafuerte influencia de Adam Smith en su pensamiento. Sin embargo, la equipara-cin de Humboldt de recursos naturales con riqueza estaba en concordanciacon otra fuerte influencia sobre sus ideas: los fisicratas.12 Su anlisis subraya-

    10 Alexander von Humboldt, Ensayo poltico sobre el Reino de la Nueva Espaa, Mxico, Editorial Porra, 2002.

    11 Para un anlisis de las ideas econmicas de Humboldt, vase Richard Weiner, Redefining Mexicos riches: representations of

    wealth in Alexander von Humboldts Political Essay on the Kingdom of New Spain, en Travels, Travelers, and Travel Writing to

    and Mexico, Latin America, and the Caribbean, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo, (en prensa).

    12 Vase Anne Robert Jacques Turgot, Progress, Sociology and Economics, Cambridge, Cambridge University Press, 1973, p.

    123. Pero los economistas que prestan mayor atencin al nfasis de los fisicratas sobre la produccin, generalmente han

    pasado de largo este aspecto de sus ideas. Para un anlisis que subraya la gran importancia que daban a la naturaleza

    como fuente de riqueza vase Jos Manuel Naredo, La economa en evolucin: Historia y perspectivas de las categoras

    bsicas del pensamiento econmico, Mxico, Siglo XXI, 1987, pp. 74-86. Para una discusin ms breve vase: Karl Marx,

    A History of Economic Theories, Nueva York, Langland, 1952, p. 29.

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    El declive econmico de Mxico...

    ba la importancia del mundo fsico al enfatizando sobre la calidad de la tierra.Desde el punto de vista de la fertilidad, Mxico era extremadamente rico, dehecho, sostena que la tierra estaba entre las ms frtiles del mundo entero.13 Deacuerdo con esto, afirmaba que en ciertas reas de produccin agrcola limi-tada, el problema no era la pobreza de la tierra, sino la falta de demanda y lasdificultades de transporte limitaban la produccin. Continuando con estalnea argumentativa, declar que la tierra mexicana podra producir bienesagrcolas para mantener a una poblacin 8 o 10 veces ms grande con tanslo un poco ms de cuidado en el cultivo.14 Los anlisis comparativos deHumboldt apoyaban sus aseveraciones ya que demostraban que, debido a lagran fertilidad de la tierra mexicana, se producan cosechas mucho ms gran-des que sus contrapartes en Europa, en algunas regiones de Latinoamrica yen Estados Unidos.15

    La fertilidad de la tierra no era la nica caracterstica fsica positiva de Mxi-co. Su gran extensin, clima variado y geografa diversa eran otras cualidadesnaturales excelentes, ya que permitan que la Nueva Espaa produjera una granvariedad de productos agrcolas:

    13 Reconoci que algunas otras regiones de la Amrica espaola, tales como Venezuela o Nueva Granada, tenan una agricultura

    ms desarrollada. No obstante, sostena que, en un balance, Mxico, debido a su riqueza territorial, era la ms valiosa de

    las colonias espaolas. Humboldt, op. cit., 2002, p. 4.

    14 Ibid., p. 260.

    15 Alexander von Humboldt hizo una serie de comparaciones. En una de ellas compar pltanos mexicanos con trigo y papas

    europeos. Deca que, dado el mismo tamao de una parcela, la produccin de pltanos mexicanos exceda al trigo europeo en

    una sorprendente proporcin de 133 a 1 y a las papas en una proporcin en extremo impresionante de 44 a 1. En su comparacin

    de la produccin de trigo, sostena que saber cunto se multiplicaba la cantidad de trigo plantada poda considerarse uno

    de los elementos primarios de la prosperidad de las naciones. Midi cunto creca un grano plantado de trigo. El norte de

    Mxico, la parte menos productiva de la Nueva Espaa, produca 17 granos por cada grano plantado. Algunas de las partes

    ms frtiles de Mxico producan 24 y las zonas ms frtiles llegaban a 35. Per, la segunda nacin ms productiva, produca

    de 18 a 20; Ro de la Plata 16; Hungra de 8 a 10; Francia, la menos productiva, de 5 a 6. Haciendo nfasis en la diferencia

    entre Mxico y Francia, Humboldt sostuvo que el segundo deba cultivar 5 veces la cantidad de tierra que Mxico para producir

    una cosecha similar. Tambin compar a Estados Unidos y Mxico. Antecedi esta comparacin diciendo que Mxico tena una

    ventaja doble sobre Estados Unidos: salarios ms bajos y una mayor fertilidad de la tierra. Apoy esta argumentacin

    mostrando que las regiones estadounidenses ms frtiles no lo eran tanto como sus contrapartes mexicanas. Ibid., pp. 243,

    261, 263 y 264.

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    RICHARD WEINER

    De acuerdo con el orden de las cosas establecidas por la naturaleza, en un reino

    montaoso y extenso como Mxico, deba haber una inmensa variedad de

    productos locales; virtualmente no existe nada en el resto del mundo que no se

    pueda cultivar en alguna parte de la Nueva Espaa.16

    Esto era verdadero no slo para los productos de consumo local, sino tam-bin para la exportacin:

    El vasto reino de la Nueva Espaa, si se cultiva bien, producir todo lo que el resto

    del mundo desea: azcar, grana cochinilla, cacao, algodn, caf, trigo, linaza, seda,

    aceites y vino. Proveer de todos los metales, sin excluir al mercurio.17

    Al hacer nfasis en la abundancia de plata en Mxico, Humboldt estim quehaba diez veces ms de este metal en Mxico que en toda Europa, y que lasminas de Guanajuato eran ms ricas que las del Potos.18

    El alto valor que colocaba en los recursos naturales se puede notar no slo enaquello que subrayaba, sino tambin en lo que desatenda e ignoraba. Soste-na que se necesitaba capital, pero minimizaba su importancia. No slo discutapoco sobre ste sino que, de manera ms importante, en su anlisis no loconceba como generador de riqueza. Para Humboldt, el mundo fsico era labase de la riqueza. El capital poda ayudar a explotarla, pero no la creara. Siel capital no era esencial, el trabajo se dejaba totalmente de lado. Esto con-trastaba fuertemente con Adam Smith y, en especial, con David Ricardo, yaque stos articularon una Teora del valor basada en el trabajo. Smith hacanfasis en l al demostrar que la divisin de trabajo incrementaba la produc-tividad de forma significativa.19 Ricardo lleg tan lejos con el tema que atribu-y la creacin de valor tan slo al trabajo; la naturaleza era insignificante.20 Enlos escritos de Humboldt la situacin era exactamente la opuesta. La naturaleza

    16 Ibid., p. 236.

    17 Ibid., p. 30.

    18 Ibid., pp. 335, 343-344.

    19 Adam Smith en su libro La riqueza de las naciones dedica un apartado a la divisin del trabajo.

    20 David Ricardo, Principles of Political Economy and Taxation, Nueva York, Prometheus Books, 1996, captulo 1.

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    El declive econmico de Mxico...

    creaba riqueza, el trabajo slo la extraa. El anlisis de Humboldt acerca de laindustria pesquera es un ejemplo. Deca que ya que los mexicanos podan sub-sistir fcilmente de la tierra, haba una falta de trabajadores para la pesca. Porello permaneca subdesarrollada.21 La argumentacin de Humboldt en torno ala industria implicaba que los trabajadores slo eran instrumentos para ex-traer la riqueza que la naturaleza provea. De manera ms relevante, no hayuna discusin acerca de la relacin entre trabajo y productividad en su texto.

    Los contemporneos de Humboldt, as como algunos acadmicos, han su-brayado el inmenso impacto que el texto referido tuvo en la percepcin de laeconoma mexicana entre la gente de la poca. Lucas Alamn sostuvo queinspir al movimiento de independencia porque condujo a los protagonistasa creer, falsamente, que una vez que la independencia se llevara a cabo, Mxi-co sera el pas ms rico del universo.22 De manera similar, los financierosingleses, cuyas inversiones en las minas mexicanas en la dcada de 1820 fraca-saron, culparon al Ensayo poltico sobre el Reino de la Nueva Espaa por haberpintado una imagen en exceso optimista.23 Los historiadores Daniel CosoVillegas y Charles Minguet, entre otros, sostuvieron que su creador perpetuel mito de la inmensa riqueza de Mxico.24 De manera similar, WaltherBernecker, en la ponencia magistral durante un evento dedicado a ese perso-naje en 2003, afirm que ningn autor ha dado a conocer ms el mito de lariqueza ilimitada de Mxico que [...] Humboldt.25

    21 Alexander von Humboldt, op. cit., 2002, p. 315.

    22 Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, Editorial Jus, 1942, vol. 1, p. 138. Algunos acadmicos sugieren que, independientemente

    de Humboldt, algunos criollos tenan una visin muy positiva del potencial econmico de Mxico. Vase Luis Gonzlez y

    Gonzlez, El optimismo nacionalista como factor de la independencia de Mxico, en Silvio Zavala (ed.), Estudios de

    historiografa americana, Mxico, El Colegio de Mxico, 1948, pp. 155-215.

    23 Para una detallada relacin histrica de esta controversia, vase Jos Miranda, Humboldt y Mxico, Mxico, Universidad

    Nacional Autnoma de Mxico, 1962, pp. 187-202.

    24 Daniel Coso Villegas, American Extremes, Austin, University of Texas Press, 1964, pp. 163-165; Charles Minguet, Una nueva

    imagen de la Amrica espaola: la obra de Alejandro de Humboldt (1805-1850), en Leopoldo Zea y Hernn Taboada (eds.),

    Humboldt y la modernidad, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2001, pp. 7-9.

    25 Walther Bernecker, Literatura de viajes como fuente histrica para el Mxico decimonnico: Humboldt, inversiones e

    intervenciones, II Congreso Internacional Alexander von Humboldt, Morelia, 2003, p. 6.

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    RICHARD WEINER

    La concepcin humboldtiana de la riqueza basada en la naturaleza demos-tr haber ejercido una fuerte influencia en el Mxico independiente.Embonaba bien con el concepto ricardiano de ventaja comparativa. Debidoa los ricos y abundantes recursos de Mxico, la nacin poda sobresalir en elorden econmico internacional como exportador de productos agrcolas yminerales. Haciendo eco de Humboldt, en 1821 un panfleto afirmaba queMxico se convertira en el mximo poder mundial debido a su gran tamao,fertilidad y situacin geogrfica.26 En la dcada de 1830 el influyente idelogoliberal Jos Mara Luis Mora sostuvo que el citado texto contena impre-cisiones en los terrenos poltico y moral, ya que mucho haba cambiado desdeque fue escrito. Asimismo, aseveraba que el anlisis econmico an era cier-to.27 Reflejando la gran influencia de Humboldt, el captulo de Mora sobre elmedio fsico, celebraba los recursos naturales, abundantes y valiosos, deMxico.28 An ms que el de Mora, el texto del economista Tadeo Ortiz de 1832,que colocaba nfasis en la riqueza agrcola de Mxico, su tierra frtil y susrecursos abundantes, utilizaba tambin el mismo anlisis.29

    Se podra suponer que, para mediados del siglo, dada la cada econmicaque Mxico haba experimentado desde la Independencia, la visin de Humboldtse habra minado. Ciertamente, este no era el caso para el escritor liberal MarianoOtero. No slo lo cit, sino que su descripcin general del medio fsico de Mxi-co, que acentuaba la excepcional fertilidad de la tierra y recursos naturalesabundantes, estaba claramente influida por Humboldt. Para Otero, la decaden-cia de Mxico no era consecuencia de una escasez de recursos naturales, sino de laherencia colonial conservadora, que evit que la abundante riqueza mexicana

    26 Citado en Charles Hale, Mexican Liberalism in the Age of Mora. 1821-1853, New Haven/Londres, Yale University Press,

    1968, p. 253. Vase tambin Walther Bernecker, El debate acerca del comercio exterior mexicano en la primera mitad del

    siglo XIX: Comercio libre, proteccionismo, prohibicionismo?, documento no publicado, p. 23; y Jess Reyes Heroles, El

    liberalismo mexicano, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1957, vol. 1, pp. 174-175.

    27 Jos Mara Luis Mora, Mxico y sus revoluciones, Mxico, Porra, 1950, vol. 1, pp. 4-5.

    28 Ibid., pp. 13-32.

    29 Tadeo Ortiz, Mxico considerado como nacin independiente y libre, 2 vols., Guadalajara, Ediciones I.T.G., 1952, vol. 2, pp.

    7-51.

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    El declive econmico de Mxico...

    se explotara.30 La visin humboldtiana persisti durante la Intervencin fran-cesa. De hecho, fue esta leyenda de una nacin con abundantes recursos natura-les, en especial plata, lo que, al menos en parte, motiv a los europeos aintervenir.31 Adems, esa misma idea pareci animar las impresiones y polticade desarrollo de Maximiliano.32 As, parece que el pensamiento de Humboldten torno a la riqueza de Mxico domin durante los primeros 50 aos de Inde-pendencia. En efecto, durante ese periodo tambin se articul una visin econ-mica distinta que abogaba por la manufactura nacional. Pero haba al menosalgo de territorio en comn entre ambas ideas, por ello la retrica de los pro-motores de la manufactura no socav la visin humboldtiana.33

    30 Mariano Otero, Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestin social y poltica que se agita en la Repblica Mexicana,

    Mxico, Instituto de la Juventud Mexicana, 1964, pp. 39-56.

    31 Vase Martn Quirarte, Historiografa sobre el imperio de Maximiliano, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,

    1970, pp. 11-21.

    32 Conversacin personal con Robert Duncan. Tambin vase su texto, For the good of the country: State and nation building

    during Maximilians Mexican empire, 1864-67, tesis doctoral, Universidad de California, 2001.

    33 Aun cuando Humboldt se haba centrado en la agricultura, no haba rechazado la manufactura. De hecho, la haba

    promovido. De este modo, haba cierta relacin entre su anlisis y la posicin de los promotores posindependentistas de la

    manufactura mexicana. Pero estas posiciones de ninguna manera eran idnticas. Humboldt, siguiendo a Adam Smith,

    atacaba al monopolio y al mercantilismo y abogaba por el libre comercio. Acerca de la posicin de Humboldt ante la

    produccin manufacturera, vase Richard Weiner, op. cit., 2003, pp. 12-15. En cambio, los intereses manufactureros en

    Mxico, defendan el proteccionismo. Sobre los impulsores de la industria y los debates entre el proteccionismo y el libre

    comercio, vase Walther Bernecker, Foreign interests, tariff policy and early industrialization in Mexico, 1821-1848, en

    Ibero-America..., vol. 14, nm. 1, 1988, pp. 61-102; Walter Bernecker, op. cit., documento no publicado; Charles Hale, op.

    cit., 1998, captulo 8; Jess Reyes Heroles, op. cit., 1957, pp. 165-212; y Guy Thompson, Protectionism and industrialization

    in Mexico, 1821-1854: the case of Puebla, en Christopher Abel y Colin Lewis, (eds.), Latin America: Economic Imperialism

    and the State, Londres, University of London, 1985, pp. 125-146. Para una recopilacin de fuentes sobre el debate entre

    el libre comercio y el proteccionismo, vase Proteccin y libre cambio: el debate entre 1821 y 1836, Mxico, Banco Nacional

    de Comercio Exterior, 1971. Para un estudio de caso reciente sobre la industria textil, vase Mario Trujillo Bolio, Operarios

    fabriles en el Valle de Mxico, 1864-1884, Mxico, El Colegio de Mxico, 1997.

  • 78

    RICHARD WEINER

    SUBESTIMANDO LAS VISIONES HUMBOLDTIANAS EN EL MXICO DE FINALESDEL SIGLO XIX

    Cmo explicar que los porfiristas atribuan a los humanos y no a la natura-leza, la capacidad de generar riqueza? Qu explica el surgimiento de estanueva concepcin? En rasgos generales, corresponde a cambios en las nocio-nes de riqueza en el pensamiento econmico occidental que se pueden seguirdesde los principios del siglo XIX en la obra de Smith y, en especial, en la deRicardo. Es cierto, la academia ha puesto de relieve un movimiento de laesfera de la circulacin a la esfera de la produccin. Pero, adems de la circu-lacin, el mundo natural era descrito como generador de riqueza, tal comoJos Manuel Naredo lo muestra en detalle.34 As, el caso mexicano sigue latrayectoria del pensamiento econmico occidental, aun cuando lo haga conun retraso de alrededor de medio siglo. No obstante, Ricardo, la figura claveen esta transicin hacia una concepcin de riqueza centrada en lo humano(con su teora del valor-trabajo) haba sido eficientemente desafiado por elPorfiriato. Para mediados del siglo, los economistas europeos (incluso en GranBretaa, de dnde es dicho pensador) haban atacado su teora.35 Y parafinales del siglo XIX los economistas desarrollaron el concepto de utilidadmarginal, que echaba por tierra la teora de Ricardo.36 No fue la teora econ-mica, sino las tendencias populares del pensamiento, las que originaron cam-bios en las ideas sobre la riqueza de Mxico. La idea de que la tecnologa podasobreponerse a las limitaciones de la naturaleza fue muy influyente. Otrastendencias importantes fueron las ideas evolucionistas y racistas acerca de lafuerza de trabajo.

    Los Cientficos en particular, atacaron conscientemente la nocin histri-ca de que Mxico era rico gracias a sus abundantes recursos.37 Se manifesta-ron contrarios a la idea de Humboldt al concebir al medio natural de Mxico

    34 Jos Manuel Naredo, op. cit., 1987, pp. 29-86.

    35 Eric Roll, A History of Economic Thought, Nueva Jersey, Prentice-Hall, 1971, pp. 318-341.

    36 Ibid., pp. 368-414.

    37 Para una excelente discusin de la crtica de los cientficos, vase Moiss Gonzlez Navarro, Historia moderna de Mxico. El

    Porfiriato. La vida social, Mxico, Editorial Hermes, 1990, pp. 134-143.

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    El declive econmico de Mxico...

    ms como un obstculo para la riqueza que como un generador de la misma.El cientfico Pablo Macedo, en un captulo que escribi para la obra de mlti-ples volmenes de Sierra, Mxico, su evolucin social, y que se reimprimicomo monografa, demostr que los recursos de Mxico eran una carga msque una ventaja. Macedo seal de qu manera el medio fsico estaba divididopor cadenas montaosas y no contaba con un sistema de ros que pudiera serexplotado comercialmente y, por lo tanto, era un severo impedimento al co-mercio nacional e internacional.38 El Secretario de Desarrollo, ManuelFernndez Leal, seal lo mismo, acentuando el hecho de que las cadenasmontaosas de Mxico y la ausencia de ros navegables eran un obstculo alcomercio.39 Carlos Daz Dufoo, en su estudio de la industria mexicana, tam-bin contrari, de manera explcita, la idea de que los recursos naturales deMxico lo hacan una nacin rica. Para combatir este punto de vista, docu-ment las diferentes formas en que la naturaleza era un impedimento para eldesarrollo econmico de Mxico, enfatizando la ausencia de ros navegables,la pobre calidad del mineral y de la tierra agrcola, y una serie de otras limita-ciones fsicas. Concluy que: Diversos obstculos naturales se oponen [...] ala evolucin industrial de la Repblica. El anlisis de Justo Sierra se opona alde Humboldt al mostrar que Mxico tena una desventaja comparativa encuanto a recursos agrcolas.40 De todas las crticas al medio fsico, la msconstante era la aseveracin de que Mxico no tena agua para la produccinagrcola.

    Aun cuando algunos componentes especficos de esta crtica se haban ex-presado antes, no fue sino hasta finales de la dcada de 1880 que se enfrentseriamente la visin humboldtiana. Los anlisis anteriores, aunque sealabanlas limitaciones del medio natural, no atacaban la idea fundamental de queMxico tena una abundancia de valiosos recursos naturales. El mismoHumboldt haba notado las deficiencias naturales del pas. Slo durante el

    38 Pablo Macedo, La evolucin mercantil; comunicaciones y obras pblicas. La hacienda pblica, Mxico, Universidad Nacional

    Autnoma de Mxico, 1989, pp. 175-178.

    39 Memoria de fomento, en Rafael de Zayas Enrquez, Los Estados Unidos Mexicanos, Nueva York, H.A. Rost, 1989, pp. 176-

    177.

    40 Sierra compar a Mxico con California y Rusia. Moiss Gonzlez Navarro, op. cit.,1990, pp. 139-40.

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    Porfiriato esta crtica result ser tan completa que min totalmente aHumboldt: en trminos de recursos, Mxico era pobre. No obstante, no to-dos los porfiristas rechazaron la visin humboldtiana sobre los abundantesrecursos naturales mexicanos.41

    Si la naturaleza se devaluaba en esta crtica, la tecnologa se colocaba en unpedestal. Daz Dufoo describa a la tecnologa humana como una fuerza quepoda superar los obstculos creados por la naturaleza para acceder a la ri-queza. Afirm que la destruccin humana de dichos obstculos estaba lle-vndose a cabo y mencion a las

    [...] grandes obras materiales, desarrollo de fuentes de energa, suma de capita-

    les, educacin cientfica [como] fuerzas que eliminaban a estas limitaciones que

    surgen espontneamente frente al desarrollo del bienestar nacional.42

    Dcadas ms tarde, el eminente acadmico Daniel Coso Villegas elaborun comentario sobre las ideas de Daz Dufoo en torno a la tecnologa. Locritic por su actitud, en extremo optimista, acerca del poder de la tecnologapara superar las limitaciones de la naturaleza.43

    El perspicaz comentario de Coso Villegas captura el espritu de la concep-cin porfirista de la riqueza. Como lo ha demostrado la academia, el deseo detecnologa de Daz Dufoo no era nico.44 Tampoco lo era su fe en sus inmensos

    41 Algunos mexicanos y extranjeros continuaban describiendo a Mxico de manera que retomaban a Humboldt. Un contemporneo

    afirm: No es necesario hablar largamente sobre la riqueza de nuestro subsuelo y minerales. La fama de nuestro pas es

    legendaria como vasto depsito de ricos recursos que han sido, desde la conquista y hasta nuestros das, explotados de

    manera incompleta, Enrique Martnez Sobral, La divisin internacional del trabajo: III, en El Economista Mexicano, 18 de

    enero de 1908, p. 325. Vase tambin Moiss Gonzlez Navarro, op. cit., 1990, pp. 142-143. La prensa de negocios

    estadounidense haca este tipo de aseveraciones constantemente. Vase Richard Weiner, Mexico and the Ideology of American

    Economic Imperialism, ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de Historia Econmica, Ciudad de Mxico,

    octubre de 2001.

    42 Carlos Daz Dufoo, op. cit., 1902, p. 107.

    43 Daniel Coso Villegas, op. cit., 1964, pp. 174-175.

    44 Sobre el uso de la tecnologa como smbolo nacional, vase Mauricio Tenorio-Trillo, Mexico at the Worlds Fairs, Berkeley, University

    of California Press, 1996, captulo 8. Esta preocupacin tambin se manifestaba en las crticas porfiristas de los mtodos de

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    El declive econmico de Mxico...

    poderes. Los porfiristas celebraban la tecnologa como el motor del progresoeconmico. Parece que el ejemplo de Estados Unidos era particularmente per-suasivo. Genaro Raigosa, en su estudio sobre la agricultura mexicana de 1902,deca que las mejoras al capital podan hacer productiva a la tierra. La agri-cultura actual, transformada de este modo por las inestimables conquistas dela ciencia, slo pide a la naturaleza condiciones meteorolgicas normales yuna superficie efectiva para sembrar y plantar.45 Narr con detalle la trans-formacin del desierto estadounidense [Arizona, Nuevo Mxico, Texas yColorado], hasta ahora clasificado como absolutamente rido, en un rea decultivo productivo, como ejemplo de lo expresado.46 De manera similar, elcientfico Francisco Bulnes se maravillaba del alto nivel de productividad dela agricultura en Estados Unidos debida a innovaciones tecnolgicas.47

    Estas observaciones empricas se apoyaban en formulaciones tericas oca-sionales. El congresista Genaro Garca, en su trabajo de 1902 acerca de econo-ma poltica, sostena que los seres humanos, no la naturaleza, eran la fuentedel valor: Primitivamente, la naturaleza es ms un agente de la ruina que laproduccin [El hombre] llega a dominar ms y ms a la naturaleza y la hacesu dcil colaboradora en el proceso de produccin.48 El anlisis del escritorSilvestre Moreno Cora, aparecido en un trabajo histrico sobre la tierra deMxico, publicado en 1910, rebaj el papel de este recurso al hacer nfasis enla importancia del capital. Explicaba que el:

    [...] territorio nacional haba perdido mucha de su importancia como elemento de

    dominacin debido a la competencia superior de la riqueza mvil, base del

    produccin tradicionales. Vase William Beezley, Judas at the Jockey Club and Other Episodes of Porfirian Mexico, Lincoln,

    University of Nebraska Press, 1987. La poltica gubernamental tambin fue prueba de que los porfiristas estaban muy

    interesados en la tecnologa, vase Edward Beatty, op. cit., 2001, en especial el captulo 5.

    45 Genaro Raigosa, Mexico, its agricultural evolution, en Justo Sierra, (ed.), Mexico, Its Social Evolution, Mxico, J. Ballesca, 1902,

    vol. 2, p. 40.

    46 Ibid., p. 41.

    47 Francisco Bulnes, El porvenir de las naciones latinoamericanas ante las recientes conquistas de Europa y Norteamrica,

    Mxico, El pensamiento vivo de Amrica, 1899.

    48 Genaro Garca, Nociones de economa poltica, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1989, p.13.

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    comercio y de la industria moderna. La riqueza de las naciones ya no est exclusi-

    vamente vinculada con la tierra o la propiedad, sino que una gran parte de ella

    consiste en capital [...] destinado para la produccin de ganancias mayores.49

    Cmo afectaban estas nuevas nociones de lo que constitua riqueza a laspercepciones de la economa mexicana? El hecho de lamentar lo inadecuadode Mxico, tanto en el mundo fsico como en el humano, resultaba ser unacrtica poderosa. Sumndose al pensamiento evolucionista, la economa mexi-cana estaba en las escalas menores de la evolucin o era retrgrada. Esta ase-veracin puede parecer paradjica dado el auge exportador del Porfiriato. Y,por supuesto, haba un evidente discurso oficial, del que se haca eco en laprensa semioficial, que celebraba el avance material de ese gobierno.50 Perotambin haba una crtica poderosa que surgi de cara a las nuevas sensibili-dades respecto de lo que constitua la riqueza. El discurso sobre el progresomaterial era, en gran parte, estadstico. Apreciaba el incremento en las expor-taciones, vas ferroviarias, etctera. Pero la crtica a la riqueza de Mxico eracualitativa. Aun cuando ocasionalmente se sostuviera sobre comparacionesnumricas, en su mayor parte haca nfasis en las fuerzas subyacentes que lageneraban.

    Se aplicaba de manera primordial al sector agrcola. Esto puede parecerextrao dada la importancia histrica de la minera, en especial de la plata.De forma irnica, pese a que la actividad minera creci durante el Porfiriatoy la plata fue el principal producto de exportacin, la nocin de que ese metalera la piedra angular de la riqueza mexicana fue socavada durante ese periodo.La razn principal de este cambio en las ideas fue la baja en el valor internacio-nal de la plata, tendencia que surgi del movimiento hacia el oro como estndarinternacional. Ya en la dcada de 1880, los porfiristas estaban conscientes de la

    49 Vale la pena notar, no obstante, que Cora era suspicaz respecto del capital. Sostena que ste poda ser en extremo peligroso

    porque no tena la consistencia de la tierra. Silvestre Moreno Cora, Resea histrica, en Aniceto Villamar y Eduardo Pallares

    (eds.), Las leyes federales vigentes sobre tierras, bosques, aguas, ejidos, colonizacin y el gran registro de la propiedad, Mxico,

    Herrero Hermanos, 1910, p. 8.

    50 Sobre el discurso en torno al progreso econmico, vase Richard Weiner, Challenges to porfirian visions of progress, ponencia

    presentada en la IX Conferencia de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, Ciudad de Mxico, 1994.

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    El declive econmico de Mxico...

    cada en el valor de las exportaciones de plata. La estrategia principal queutilizaban para hacer frente a este problema fue hacer que los productos agr-colas fueran la exportacin principal de Mxico. Esta era una preocupacincentral. En efecto, haba un llamado intenso y consistente para que la agricul-tura reemplazara a la minera como el principal producto de exportacindesde la dcada de 1880 hasta el final del Porfiriato.51

    Si la minera no fue especialmente atendida durante el Porfiriato, la indus-tria manufacturera no corri con mejor suerte, sin embargo, esto no quieredecir que no haba una preocupacin por promoverla. Estudios recientes hanestablecido de manera convincente que s haba tal preocupacin.52 Comoreflejo de este inters existieron algunos debates entorno al lugar ms apropia-do para Mxico en la divisin internacional del trabajo.53 Pero la retricanacional no presentaba los dilemas de la industria manufacturera mexicana.Pienso que los porfiristas crean que ese sector era importante, pero no estaban

    51 Sobre el llamado para cambiar de la plata hacia la agricultura como principal producto de exportacin, vase La crisis

    monetaria: Estudios sobre la crisis mercantil y la depreciacin de la plata, Mxico, Secretara de Fomento, 1886, p. 9; La

    depreciacin de la plata, en Semana Mercantil, 4 de julio de 1893, p. 319; La agricultura nacional y la depreciacin de la

    plata, en El Economista Mexicano, 4 de septiembre de 1897, p. 49; Horizonte mexicano: presente y porvenir, en El Progreso

    Latino, 21 de julio, 1906, p. 65; Horizonte mexicano: presente y porvenir, en El Progreso Latino, 28 de julio, 1906, pp. 97-98;

    La plata, en Boletn de la Sociedad Agrcola Mexicana, 8 de octubre, 1897, pp. 584-585; Nuevas opiniones, en Boletn de

    la Sociedad Agrcola Mexicana, 16 de diciembre de 1897, p. 727; R. Lpez y Parra, Agricultura y minera, en Boletn de la

    Sociedad Agrcola Mexicana, 17 de febrero de 1900, pp. 124-127; y Leroy Beaulieu, La depreciacin de la plata, reimpreso

    en una serie de nmeros del Boletn de la Sociedad Agrcola Mexicana, tomo X, agosto 1886-junio 1887.

    52 Vase en especial, Edward Beatty, op. cit.,, 2001, y Visiones del futuro: la reorientacin de la poltica econmica en Mxico

    (1867-1993), en Signos Histricos, nm. 10, julio-diciembre, 2003.

    53 Debatieron El Economista Mexicano y Semana Mercantil. El primero apoyaba centrarse en la agricultura y la minera. Aun

    cuando el segundo se apartaba de esta posicin al apoyar acciones gubernamentales para fomentar la industria manufacturera,

    su postura era un tanto similar ya que estaba de acuerdo con que la minera y la agricultura deberan ser las principales

    industrias de Mxico. Vase La divisin internacional del trabajo, en Semana Mercantil, 10 de febrero de 1908, pp. 72-73,

    tambin una serie de tres artculos titulados La divisin internacional del trabajo de Enrique Martnez Sobral publicados en

    El Economista Mexicano los das 11, 18 y 25 de enero de 1908, vanse tambin algunos artculos de Alberto Carreo publicados

    en la misma revista y despus en Alberto Carreo, Temas econmicos. Primera parte. Coleccin de obras diversas, Mxico,

    Ediciones Victoria, 1938, vol. 6, pp. 167-217.

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    demasiado preocupados porque Mxico estuviera detrs de Estados Unidos yalgunas reas de Europa. Desde una perspectiva evolucionista, conceban aMxico como una nacin joven y crean que la industria manufactureranacional se desarrollara con el tiempo. (De manera opuesta, algunos po-dran haber pensado que era imposible alcanzar a esos pases). As, durante elPorfiriato, haba cierto consenso respecto del lugar de Mxico en la divisininternacional del trabajo. El pas deba concentrarse en la exportacin dematerias primas. En consecuencia, se escribi ms acerca de la agricultura elproducto que los porfiristas esperaban fuera la principal exportacin de Mxi-co que de la manufactura. Pero el discurso nacional en torno a la primeraera ms una historia de escasez que de opulencia. La tecnologa, el capital y eltrabajo, fueron los ingredientes clave en la nocin porfirista de riqueza centra-da en el elemento humano, eran insuficientes para la agricultura mexicana.

    El tema de la innovacin tecnolgica en la produccin agrcola fue muyvisible porque muchas publicaciones lo promovieron. Los boletines guberna-mentales (Boletn de la Secretara de Fomento) y revistas agrcolas (Boletn dela Sociedad Agrcola Mexicana, Haciendas y Ranchos, y El Heraldo Agrcola)publicitaban acerca de los beneficios de introducir mtodos de produccinmodernos. Adems, el gobierno public materiales pedaggicos y organizexposiciones agrcolas para convencer a los agricultores de adoptar dichosmtodos.54 Este discurso de tecnologa agrcola, que concuerda con las ideasrevisadas anteriormente, describa a la intervencin humana como algo esen-cial, ya que la naturaleza era inadecuada. Las aseveraciones del agrnomoLeopoldo Palacios expresan vvidamente este sentimiento: Es indispensableentender que la agricultura es imposible sin agua; esperar a que caiga del cieloes dejar al azar lo que debiera ser el trabajo del hombre; por qu transformarpor azar lo que pertenece al terreno de la ciencia?55

    El problema era, segn la crtica de los porfiristas, que los hacendados se resis-tan a las innovaciones.56 Leopoldo Palacios, por ejemplo, se quejaba de que:

    54 Rafael Zayas Enrquez, op. cit., 1989, p. 177.

    55 Leopoldo Palacios, El problema de la irrigacin, Mxico, Imprenta y Fototipia de la Secretara de Fomento, 1909, pp. 4-5.

    56 La academia se ha enfrentado a esta descripcin de los hacendados. Vase Alejandro Tortolero Villaseor, De la coa a la

    mquina de vapor, Mxico, El Colegio Mexiquense, 1995.

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    57 Leopoldo Palacios, op. cit., 1909, pp. 18-19.

    58 El regado de tierras, en El Progreso Latino, 21 de enero de 1906, pp.69-70.

    59 A lo largo del siglo XIX se discuti la productividad de las haciendas. Vase Moiss Gonzlez Navarro, Las tierras ociosas, en

    Margarita Menegus Borneman (ed.), Problemas agrarios y propiedad en Mxico, siglos XVIII y XIX, Mxico, El Colegio de Mxico,

    1995, pp. 190-226.

    60 Para ver la postura de quienes abogaban por gravar la tierra ociosa vase Mexican land owners, en Boletn de la

    Asociacin Financiera Internacional, julio de 1907, p. 13; Una ley que no se ha dado, pero que debiera darse, Boletn de

    la Asociacin Financiera Internacional, diciembre de 1908, pp. 44-45; Tierras cultivadas y tierras incultas, en Semana

    Mercantil, 10 de diciembre de 1906, pp. 592-593; La agricultura y su porvenir, en Semana Mercantil, 21 de septiembre

    de 1908, pp. 523-524; Las cuatro preguntas de El Progreso Latino, en El Progreso Latino, 21 de abril de 1906, p. 460;

    Inversin de capitales cortos: las pequeas empresas agrcolas, en El Progreso Latino, 14 de abril de 1906, p. 421;

    [Se lleva un trabajo] enorme introducir la menor innovacin en la agricultura.

    Nadie quiere ser el primero en experimentar porque si falla [el experimento], todos

    los vecinos se reiran, y esto es muy importante para nosotros. Aun cuando las

    ganancias se demostraran con nmeros, la respuesta es siempre la misma: deje-

    mos que otra persona lo intente primero.57

    De manera similar, El Progreso Latino se quejaba de la sistemtica resistenciade los hacendados a abandonar sus viejas prcticas, que se saba eran deficien-tes, para adoptar tcnicas nuevas, ya en uso y utilizadas por agricultores inte-ligentes y expertos en Europa y los EEUU.58

    Ideas parecidas, acerca de lo limitado de la naturaleza y el papel esencialque la tecnologa jugaba en la generacin de riqueza agrcola, se expresaronen el debate en torno a gravar las tierras ociosas, est eproceso de tasacin seemprendi de buenas a primeras durante la ltima dcada del Porfiriato.59

    Ambas posiciones estaban de acuerdo respecto del lamentable estado del sec-tor agrcola. De hecho un supuesto universal que acompaaba al debate, eraque gran parte de los terrenos de los hacendados permanecan ociosos. Ladiscusin era acerca de por qu la tierra segua sin ser cultivada. Quienes abo-gaban por gravarla sostenan que el cultivo limitado provena de actitudesfeudales de parte de los hacendados y no tocaban explcitamente el tema de larelacin entre tecnologa y riqueza.60 Sin embargo, la descripcin que hacende los hacendados que apoyan el impuesto estaba, en general, de acuerdo con la

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    imagen que los representa como renuentes a aceptar innovaciones tecnolgi-cas. Los temas de naturaleza y tecnologa, en cambio, eran sobresalientes en eldiscurso de los opositores.61 Ellos sostenan que lo que limitaba la produccin,no era la visin retrgrada del mundo, sino ms bien, una combinacin de losproblemas del medio fsico y la escasez de capital para superar tales proble-mas. El Tiempo explicaba que los hacendados tienen cultivos pequeos debi-do a alteraciones climticas, falta de lluvia y escasez de agua, y la actitud de losbancos [...] que piden que los agricultores paguen los prstamos en un plazode seis meses.62 De manera similar, El Economista Mexicano afirmaba que laescasez de agua limitaba la produccin.63 Si estos anlisis debilitaban la ideade quienes defendan los impuestos respecto de que la divisin de las haciendasen pequeas propiedades automticamente incrementara la produccin agr-cola, la crtica del economista Enrique Martnez Sobral lo minaba por com-pleto. Con fundamento en la idea de que el capital, no la naturaleza, era lafuente de la riqueza, argumentaba que:

    No ser de ayuda distribuir la tierra si se trata de tierra seca, no como la madre,

    sino como la madrastra. [En vez de ello, para hacerla productiva], era indispensa-

    ble dejar a la tierra en condiciones de ser cultivada, invirtiendo en ella sumas

    mayores de capital.64

    Editorial: poltica sobre la reparticin de las tierras, en El Heraldo Agrcola, marzo de 1910, p. 2; y Tax unoccupied lands

    to encourage colonization, en The Mexican Herald, 29 de octubre de 1908, p. 2.

    61 Para las ideas de quienes se oponan al impuesto, vase Una idea inaceptable, en El Economista Mexicano, 1 de diciembre

    de 1906, pp. 177-178 (este artculo se reimprimi en el Boletn de la Sociedad Agrcola Mexicana, 25 de diciembre de 1906,

    pp. 945-946); Tierras e impuestos, en El Economista Mexicano, 22 de diciembre de 1906, pp. 246-247. Para conocer la

    posicin del gobierno, vase Memoria presentada al Congreso de la Unin por el Secretario de Estado y del Despacho de

    Fomento, Colonizacin e Industria, Rafael Hernndez, 1910-1911, Mxico, Secretara de Fomento, 1910, pp. LXI-LXXX, 223-

    225.

    62 El impuesto sobre las tierras, en El Tiempo, 5 de noviembre de 1908, p. 1; y La contribucin sobre terrenos, en El Tiempo, 11

    de noviembre de 1908, p. 2.

    63 Un impuesto injustificado, El Economista Mexicano, 7 de noviembre de 1908, pp. 111-112.

    64 Enrique Martnez Sobral, Los fisicratas socialistas, en El Economista Mexicano, 30 de octubre de 1909, p. 69.

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    El declive econmico de Mxico...

    La naturaleza no era generosa, pero los seres humanos podan sobrepo-nerse a los obstculos que presentaba.

    La discusin de los porfiristas acerca del trabajo difera de su discurso entorno a la tecnologa, en el sentido de que el trabajo no se representaba comouna fuerza que superara las limitaciones de la naturaleza. Pero esa discusinera similar a la de la tecnologa, que tambin reflejaba un cambio en la nocinde riqueza, de una basada en la naturaleza, a una fundamentada en el efecto delos seres humanos. En contraste con las ideas de Humboldt, quien ignoraba larelacin entre trabajo y productividad, los porfiristas la utilizaban. De hecho,en su interminable retrica sobre inmigracin y fuerza de trabajo indgena, elprogreso econmico dependa de la calidad de esta ltima.65 Este nfasis en el tra-bajo acentuaba la importancia del elemento humano y minimizaba la del me-dio natural. Aunque, Ricardo haba desarrollado esta idea a principios del sigloXIX, la variante porfiriana difera significativamente ya que estaba ms influidapor el pensamiento racista y evolucionista, que por la teora econmica clsica.

    Si el concepto ricardiano de trabajo se hubiera aplicado al caso mexicano,se habra tenido una imagen ms positiva de la produccin agrcola. El anli-sis abstracto y ahistrico de Ricardo requera de una imagen del trabajo concualidades universales. Todos los trabajadores buscaban maximizar la ga-nancia y se apegaban al individualismo. Al articular esta posicin, por logeneral se refera indistintamente a todas las personas que laboran como tra-bajadores. Sin embargo, seal que el nivel de productividad poda ser afec-tado por la cantidad de capital invertido y el grado de capacitacin de lostrabajadores. De este modo, no hizo distinciones entre trabajadores de pasesespecficos.66 De hecho cuando discuta el asunto de las naciones ms pobres,propona que la solucin (si bien en extremo breve) a sus problemas econ-micos era incrementar la inversin de capital, lo que implicaba que no haba

    65 Sobre inmigracin, vanse las obras de Moiss Gonzlez Navarro, La colonizacin de Mxico, 1877-1910, Mxico, Talleres de

    Impresin de Estampillas y Valores, 1960; y Los extranjeros en Mxico y los mexicanos en el extranjero, 1821-1970, Mxico, El

    Colegio de Mxico, vol. 2, 1994.

    66 La desatencin de Ricardo al tema de la raza no era nica; se trataba ms bien de una tendencia dominante en las obras de los

    economistas. Sobre esto vase Joseph Alois Schumpeter, History of Economic Analysis, Nueva York, Oxford, 1954, pp. 791-792.

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    diferencias entre los trabajadores de diversas naciones.67 Expresando una con-cepcin del trabajo no jerrquica, era partidario de la organizacin socialigualitaria y horizontal en el que se inscriba el liberalismo poltico, aunque porrazones distintas.

    Influidos por el liberalismo poltico y econmico, parece que los liberalesde principios de la Repblica tenan una concepcin similar, de los trabajado-res, a la que tena Ricardo. Si bien es cierto, juzgaban a los indios comoinferiores a otros segmentos de la poblacin mexicana. Defendan la inmigra-cin extrajera y tenan a los europeos en alta estima. Pero los liberales mini-mizaban las diferencias entre los indgenas y otras personas al descartar eltrmino indios y, en su lugar, emplear la etiqueta de ciudadanos.68 Lasexplicaciones culturales que daban los liberales a la distincin de los indge-nas tambin minimizaba las diferencias. Aun cuando los liberales no adopta-ron completamente al trabajador universal de Ricardo, sus solucionesculturales (educacin, propiedad privada y modernidad) al problema ind-gena reducan la brecha entre los trabajadores indgenas y otra fuerza detrabajo local o extranjera.69

    En cambio, los porfiristas argumentaban que haba una jerarqua interna-cional de trabajadores. Esto no es de sorprender ya que tenan la influenciadel pensamiento racista y evolucionista decimonnico, que sostena que algu-nas razas eran ms evolucionadas que otras.70 Ciertamente no eran, en sumayora, deterministas biolgicos (as, estrictamente hablando, no suscri-ban el racismo cientfico).71 Sin embargo, eran deterministas raciales de tipo

    67 David Ricardo, op. cit., 1996.

    68 Charles Hale, op. cit., 1968, pp. 217-219.

    69 Richard Weiner, Race, Nation and Market: Economic Culture in Porfirian Mexico, Tucson, University of Arizona Press, 2004,

    captulo 2.

    70 Sobre el pensamiento racista europeo, vase Michael Banton, Racial Theories, Nueva York, Cambridge University Press, 1992;

    Stephen Gould, The Mismeasure of Man, Nueva York, Norton, 1981. Sobre Amrica Latina, vase Charles Hale, Political and

    social ideas in Latin America, 1870-1930, en Leslie Bethell (ed.), The Cambridge History of Latin America, Cambridge,

    Cambridge University Press, 1985, vol. 4, pp.367-441.

    71 Para consultar las ideas sobre indgenas y raza durante el Porfiriato, vase Moiss Gonzlez Navarro, Las ideas raciales de

    los cientficos, 1890-1910, en Historia Mexicana, vol. XXXVII, nm. 4, abril-junio, 1988, pp. 565-583; Martin Stabb, Indigenism

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    eclctico. Con base en una variedad de factores (raza, medio ambiente, edu-cacin, clima, dieta, la herencia colonial), los porfiristas representaban a lasrazas como grupos que ostentan rasgos distintivos y afirmaban que las razasevolucionadas eran econmicamente superiores.72

    Los porfiristas describan a los indgenas mexicanos como inferiores (in-cluso retrgradas) en la escala de la evolucin y, por tanto, trabajadores agr-colas menores. La Semana Mercantil se quejaba de su limitada productividad.

    El indio, nuestro nico trabajador agrcola, permanece atado a su lugar de

    nacimiento, como la otra [la tortuga] a su caparazn, y debido a su atavismo,

    no produce todo lo que es capaz de producir, incluso en esa regin.73

    Genaro Raigosa tambin opinaba que la productividad de los indgenasera limitada. Esto no resulta sorprendente dada su descripcin de ellos comoretrgradas:

    [...] el trabajo rural [...] contina confindose a la poblacin ms renuente a todos

    los estmulos del progreso moderno y ms distante del movimiento general; la

    poblacin indgena cuya evolucin regresiva an no se ha detenido.74

    Los deterministas biolgicos, aunque pocos en Mxico y diferentes de losevolucionistas, tambin incluan, entre sus ideas, una jerarqua en la fuerza detrabajo y colocaban a los indgenas mexicanos en la parte inferior. El socilo-go alemn Otto Peust, Director del Departamento de Agricultura Mexicanodentro de la Secretara de Fomento, es un ejemplo de ello. Confrontando loque l llam como la nocin darwinista de la perfectibilidad de las razas,

    and racism in mexican thought: 1857-1911, en Journal of Inter-American Studies, nm. 1, 1959, pp. 405-423; y T. G. Powell,

    Mexican intellectuals and the indian question, en Hispanic American Historical Review, vol. 48, 1968, pp. 19-36.

    72 Sobre el impacto negativo del clima de Mxico, por ejemplo, vase Matas Romero, Mexico and the United States, Nueva York,

    Putnams Sons, 1989, p. 522. Sobre la dieta, vase Francisco Bulnes, op. cit., 1899, pp. 9-42. Sobre la herencia colonial, vase

    Alberto Mara Carreo, Problemas indgenas: coleccin de obras diversas, Mxico, 1935, vol. 1, pp. 149-223.

    73 La falta de brazos en la Repblica, en Semana Mercantil, 26 de febrero de 1906, pp. 98-99.

    74 Genaro Raigosa, op. cit., 1902, p. 37.

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    sostena que la constitucin de cada raza es inalterable. La jerarqua racialde Peust haca nfasis en lo econmico. Argumentaba que las razas inferioreseran menos activas econmicamente que las razas superiores. La descripcinde Peust dejaba en claro que los jornaleros indgenas mexicanos eran inferiores:

    La indolencia de la raza [india, explicaba, ha] reducido la cantidad de individuos

    interesados en ganarse la vida con su trabajo y conquistar el progreso y avance

    materiales. De los 12 a 13 millones de habitantes rurales, slo 1 milln se ocupan

    en la industria agrcola, el resto permanece inerte y slo cultiva lo indispensable

    para su propio consumo.75

    Los porfiristas definan a los extranjeros, en especial a los europeos, comoms productivos econmicamente. En esta su postura encontramos el corola-rio a su nocin de raza nacional mexicana, en vista de que asuman que otrasrazas tenan rasgos especficos. Roberto Gayol, un ingeniero que trabajabapara la Secretara de Desarrollo, haca nfasis en las caractersticas econmi-cas superiores de los europeos, y expresaba que su mentalidad vigorosa, surobusta constitucin fsica, y sus hbitos de trabajo y econmicos son capacesde generar progreso en nuevos pases.76 Carlos Daz Dufoo, al repetir unargumento de Matas Romero, prolfico escritor de temas econmicos, acercade la productividad de los trabajadores de los telares, tambin defini a loseuropeos como econmicamente superiores. Argumentaba que un francspoda manejar cuatro telares, un belga cinco y un ingls incluso de seis a

    75 Otto Peust, Estadstica agrcola, razones que determinan la naturaleza de los datos ms vigentes para el fundamento de la

    poltica agraria, reimpreso en Marta Eugenia Garca Ugarte (ed.), En torno a la democracia: la poltica agraria en Mxico,

    1893-1921, Mxico, Instituto Nacional de Estudios Histricos de la Revolucin Mexicana, 1993, vol. 1, pp. 259-260. Hizo

    aseveraciones similares en otra ocasin. Vase su artculo Situacin econmica de la agricultura mexicana, en Boletn de

    la Sociedad Agrcola Mexicana, 1 de julio de 1906, p. 489. Antes, la publicacin hizo una aseveracin parecida: Nuestro

    comercio con naciones extranjeras no puede pasar de ciertos lmites, difcilmente producimos ms de lo que consumimos. Los

    4 000 000 de indgenas que existen [... ] no son productores; vase Las necesidades de nuestra agricultura, en Boletn

    de la Sociedad Agrcola Mexicana, 1 de junio de 1901, pp. 404-413.

    76 Roberto Gayol, Dos problemas de vital importancia para Mxico: la colonizacin y el desarrollo de la irrigacin, Mxico, Tipografa

    Popular de Francisco Montes de Oca, 1906, p. 5.

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    77 Carlos Daz Dufoo, op. cit., 1902, p. 106 [nfasis en el original]. Para revisar el original, vase Matias Romero, op. cit., 1989,

    p. 521. Para un estudio reciente que examina la productividad laboral, vase Aurora Gmez-Galvarriato, Measuring the

    impact of institutional change in capital-labor relations in the Mexican textile industry, 1900-1930, en Stephen Haber y

    Jeffrey Bortz, op. cit., 2002, pp. 289-323.

    78 Maqueo Castellanos, Algunos problemas nacionales, Mxico, Eusebio Gmez de la Puente, 1909, p. 83.

    79 Moiss Gonzlez Navarro, op. cit., 1990, p. 151.

    80 Mariano Otero, op. cit., 1964, p. 68.

    ocho. En tanto que, tristemente, un mexicano llega a manejar dos comomximo.77

    La implicacin era clara. Los trabajadores nacionales (en especial los in-dios) eran incapaces de desarrollar la riqueza agrcola de Mxico. Slo unflujo de trabajadores extranjeros poda desarrollar la riqueza del pas.

    En tanto que los argumentos de Gayol, Romero y Daz Dufoo slo implicabanel vnculo entre niveles de riqueza e inmigracin, otros autores lo asentaban demanera explcita. Maqueo Castellanos haca hincapi en el siguiente punto:

    [...] si en lugar de los 11 millones de indgenas dispersos por los bosques y

    montaas, tuviramos el mismo nmero de inmigrantes extranjeros de todas las

    nacionalidades o de cualquiera, seramos un pas treinta veces ms rico, respetado

    y fuerte.78

    Francisco Bulnes, sealando a los argentinos en particular (quiz debido aque Argentina tena altos niveles de inmigracin europea y una poblacinindgena pequea), enarbol un argumento similar cuando declar que loscinco millones de habitantes de Argentina eran ms valiosos que los 14 millo-nes de Mxico.79 En total contraste, Mariano Otero, a mediados del siglo, ha-ba rechazado, explcitamente, un comentario racial de las penas econmicasde Mxico, afirmando que los brazos que viven en Mxico [son] iguales a losque fecundan en todas las partes del globo.80 El concepto en torno a la rela-cin entre raza y produccin cambiaron claramente durante las ltimas d-cadas del siglo XIX.

    Segn las suposiciones de Castellanos y Bulnes, la inmigracin era el mtodopara incrementar la produccin agrcola. El rgimen de Porfirio Daz coincida,

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    ya que buscaba crear colonias agrcolas extranjeras. Esta era una clara priori-dad. El gobierno no slo financiaba este proyecto, sino que tambin le diogran visibilidad; las convocatorias para revisar y dividir las tierras se justifi-caban en gran medida sobre la base de que facilitaran la inmigracin, lo cual,no obstante, fue un fracaso.81 Dada la nocin jerrquica de trabajo de losporfiristas, esta derrota fue muy mal presagio para la produccin agrcolamexicana.

    CONCLUSIN

    Moiss Gonzlez Navarro explica que La fe en la gran riqueza nacional [deMxico] termin durante el Porfiriato; pero tambin trajo consigo una crisis,la exageracin opuesta de gran pobreza.82 En vista de las impresionantes tasasde crecimiento de Mxico durante el Porfiriato, las aseveraciones de GonzlezNavarro parecen paradjicas. Sin embargo, desde la perspectiva de este ensa-yo preliminar, que explora las ideas en torno a la riqueza de Mxico, tienenperfecto sentido. Debido a que se hicieron comparaciones estadsticas de for-ma ocasional, la crtica porfiriana a la riqueza de Mxico era ms bien cualita-tiva que cuantitativa. En efecto, esas crticas surgan de una reconceptualizacinde lo que constitua la riqueza. Las ideas respecto del papel que jugaba lanaturaleza en la generacin de sta, fueron centrales en los cambios de puntode vista. Durante las primeras dcadas de vida independiente predomin unavisin econmica humboldtiana, que conceba al mundo natural como labase de la riqueza. Bajo este criterio, Mxico pareca ser inmensamente rico,debido a, segn Humboldt, la tierra increblemente frtil del pas, su enorme

    81 La inmigracin oficial termin en la dcada de 1890, no debido a creencias ideolgicas sino a preocupaciones programticas.

    Los funcionarios porfiristas llegaron a creer que no era la promocin estatal, sino el nivel de desarrollo general de la nacin, lo

    que sera la manera ms efectiva de atraer a extranjeros. Sobre este tema, vase Manuel Fernndez Leal, Memoria presentada

    al Congreso de la Unin por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonizacin, Industria y Comercio de la

    Repblica Mexicana, 1892-96, Mxico, Tipografa de la Secretara de Fomento, 1908, pp. 14-15; vase tambin Jos Covarrubias,

    Varios informes sobre tierras y colonizacin, Mxico, Secretara de Fomento, 1912, p. 346.

    82 Moiss Gonzlez Navarro, op. cit., 1990, p. 135.

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    tamao y diversidad climtica. Durante el Porfiriato, el mundo natural sevolvi un obstculo para la creacin de riqueza. La creacin de Dios era im-perfecta; slo los humanos podan generar riqueza. En este nuevo contextointelectual, la tecnologa y las razas evolucionadas, superiores econmica-mente, eran los ingredientes clave en la mezcla que creara opulencia. Conestos elementos como medida, el valioso sector agrcola de Humboldt se vol-vi retrgrado porque el factor humano no tena el poder suficiente parasuperar las barreras de la naturaleza, ya que la tecnologa era insuficiente ylos trabajadores inferiores. Irnicamente, durante el auge exportador delPorfiriato, Mxico era pobre.

    TRADUCCIN DEL INGLS DE LUCIA RAYAS