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El Cielo hablasobre la

DEPRESIÓN

Dirección para Nuestros TiemposRevelaciones a Ana, apóstol laica

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El Cielo habla sobre la Depresión


ISBN: 978-1-933684-17-8

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Dirección para Nuestros Tiempos es unaorganización libre de impuestos 501(c)(3).

Publicado en los Estados Unidos de América

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Dirección para Nuestros Tiempos desea manifestarsu absoluta obediencia y sumisión de mente y cora-zón al juicio final y definitivo del Magisterio de laIglesia Católica y del Ordinario local, en cuanto a lanaturaleza sobrenatural de los mensajes recibidospor Ana, apóstol laica.

En este espíritu, los mensajes de Ana, apóstol laica,han sido sometidos a su Obispo, Reverendo LeoO’Reilly, de Kilmore, Irlanda, así como a laCongregación Vaticana para la Doctrina de la Fepara su revisión formal. Entretanto, el ObispoO’Reilly ha otorgado permiso para su publicación.

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Indice

8 de Agosto, 2005Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1Santa Dympna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3Santa Dympna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5Santa Dympna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Santa Madre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

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8 de Agosto, 2005Jesús

Envío las más grandes gracias de aliento a

todos los que lean estas palabras. Mis hijos

en el mundo pueden llegar a sentirse desa-

nimados y tristes. Queridísimos pequeños:

si se sienten de este modo, vengan a Mí y

depositen todas sus preocupaciones en Mi

Corazón. No me gusta verlos tristes, aún

cuando la vida pueda ser difícil. Se sienten

solos y esa es en parte la razón de su tris-

teza. Pero nunca están solos porque Yo

nunca los dejo. Dejarlos sería actuar en

contra de Mi propia naturaleza, y tal cosa

es imposible. Estoy con ustedes mientras

leen estas palabras, atendiendo su herido

corazón con gracias de amor y aliento.

Sigan adelante y Yo les enviaré alivio. Ya se

los he dicho y deben creerme. Decir algo

que no es verdad también sería actuar en

contra de Mi naturaleza, por lo que deben

creer y confiar en Mi cuando les digo estas

cosas. Les enviaré el alivio. Tráiganme

todas sus tristezas. Derrámenlas en Mi pre-

sencia. Los escucharé y los seguiré escu-

chando días y días enteros y así hasta la

eternidad, si es preciso. Tengo todo el

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tiempo, Mi amado apóstol; no estoy tan ocu-

pado y te puedo escuchar. También podrás

llorar si así lo deseas, porque te aseguro

que cuando Yo viví en la tierra, también

lloré. El dolor no lo podrás evitar hasta

que llegues al cielo. No eres el único que

sufre de esa manera: actualmente en tu

mundo, hay muchas almas que padecen la

misma tristeza que tú, porque el mundo no

siempre alimenta a las almas. Solamente

Yo, el Médico Divino, te puedo sanar y te

puedo dar el alimento que volverá a encen-

der tu alma. Ven a Mí con plena confianza,

y sé paciente mientras examino tus heridas

y dolencias; no te sumiste en la tristeza de

un momento para otro...Acércate a Mí a lo

largo de todo tu día, y permite que Yo te

ayude a cargar con esa pesada cruz de tris-

teza.


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Santa Dympna

Mis más amorosos saludos fluyen sobre uste-des. Le estoy pidiendo a Jesús que les concedaver algo de la alegría celestial, porque si la tie-nen, por pequeña que ésta sea, seguirán cami-nando esperanzados de que no siempre sesentirán igual, porque eso es lo que temen ¿noes cierto? ¿Que su tristeza y desánimo dure porsiempre? Les voy a pedir que vean las cosas unpoquito diferentes, y cuando lo hagan, estoysegura de que hallarán la suficiente fortaleza.Miren, en la tierra sólo estarán poco tiempo, yactualmente son muchas las almas que no pue-den ver con claridad, porque estas pobres yequivocadas almas piensan que lo único queimporta es el mundo y el tiempo que logrenestar en la tierra. Creen que están en el mundopara divertirse y pasarla bien, cuando en rea-lidad ése no es el caso. Jesús es alegre, porsupuesto, y los apóstoles que le sirven tambiénson alegres, pero la vida en la tierra no es untiempo de juego, sino de servicio al cielo.Muchos de los amados siervos de Jesús sufrende gran tristeza y soledad, pudiéndose decirque para ellos es una condición común, pero,déjenme explicarlo de otra forma. Cuando yoviví en la tierra estaba consciente de que


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estaba separada de Jesús y, aunque yo no dese-aba esa separación porque hacía que mi cora-zón se sintiera terriblemente pesado y triste,también sabía, sin embargo, que Jesús menecesitaba para servir, y para servir con ale-gría. Entonces eso fue lo que hice: serví tanalegremente como me fue posible, permitién-dole a Jesús valerse de mi tristeza para conso-lar a los demás. Intercambié mi tristeza porgracias de sanación para los demás y paraconducir a otros hacia su Corazón. El saberque estaba trabajando para Jesús y colabo-rando con el cielo me hacía sentir mejor por-que aún en medio de mi depresión hacía queme sintiera profundamente realizada. Les pidoa ustedes que hagan lo mismo, pero antes,vamos a pedirle a Jesús que los sane. Pedir lasanación siempre será algo que esté bien, y siJesús los sana, es claro que deben servir. Si lavoluntad de Jesús es que soporten un poco másde tiempo la cruz de la tristeza ¿permitirás queyo, Dimna, te ayude? Obtendré las graciasnecesarias para que renueves tus fuerzas. ElReino te necesita. Jesús te necesita. Trabajare-mos juntos, tu y yo, y nos aseguraremos de quelas almas se estén beneficiando de tu tristeza.


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Santa Dympna

Querida alma: cuánto sufres por no sentirtecomprendida, y los demás no hacen más queponer más peso a tu cruz mediante sus prejui-cios e impaciencias. Quiero decirte que yo tecomprendo, que entiendo muy bien lo que estáspasando, pero más importante que mi com-prensión, es la total comprensión y compasiónde Jesucristo hacia ti, Quien conoce todas ycada una de tus heridas. Él te ama con tantaternura y desea ayudarte. ¿Le puedes permitirla entrada a tu dolor? No le ocultes tu dolorporque, de hacerlo, sólo conseguirás empeo-rarlo; ofrécele constantemente tu dolor. Pocasson las almas terrenas que se valen del cielotan completamente como al cielo le gustaría.Confía en el cielo para todo. Te preocupas deque quizás no agrades al cielo por tu tristeza ydesaliento. Te aseguro que ahora mismo elcielo está agradecido porque te has tomado eltiempo de leer estas palabras y, de ese modo,trabajar con nosotros. No eres una carga parael cielo, al contrario, eres su alegría y unregalo para el mundo en el que vives. Quizássientes que no se te trata como un regalo parael mundo, y tendrás razón, pero la mayoría delos más grandes regalos que el cielo ha otor-


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gado al mundo, han sido tratados de la mismaforma, así es que no permitas que eso te preo-cupe. Recuerda lo que le hicieron a nuestroJesús y verás que el mundo no siempre reco-noce los grandes y pequeños tesoros del cielo.Pero tú eres diferente, porque vas a intercam-biar los ojos que tienes del mundo por los ojoscelestiales. Ahora mira con los ojos del cielo yve tu sufrimiento como algo temporal y valioso.Los corazones pequeños y suaves son fácil-mente heridos, pero eso no significa que sequiera tener el corazón endurecido: me estre-mezco sólo de pensarlo. Sé feliz con el corazónque Jesús te dio. Busca la comprensión de losángeles y los santos y la encontrarás. Sépaciente con los que te rodean, porque posible-mente ellos se encuentran padeciendo su pro-pio dolor y eso les impide ayudarte. Ese es elestado actual en gran parte del mundo, mi que-rido amigo, por eso existe tanta tristeza. Peroprimero nos encargaremos de tu tristeza, yluego ayudarás a que otros encuentren la ale-gría que proviene del cielo.


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Santa Dympna

No tengan miedo. No hay nada que deba ate-morizarlos. Jesús velará por sus necesidades yustedes se encargarán de las suyas. En estostiempos, el temor está paralizando a muchasalmas de la tierra, y eso nos lleva de vuelta ala necesidad de tener los ojos celestiales. Siexaminan su situación a la luz de cómo la con-templa el cielo, comprenderán que en la tierrano existe nada que pueda o deba infundirlestemor alguno. Servirán por un tiempo y luegomorirán a su cuerpo. Siempre ha sido igual yese es el plan celestial, por lo que no se tratade algo malo, sino de algo bueno. ¡Imagínensetener que vivir en la tierra indefinidamente!Eso los pondría tristes, porque les quitaría laesperanza de terminar su tiempo de servicio enla tierra para dar inicio a su tiempo en el cielo.Si las almas de la tierra no piensan bien de ti yse burlan de ti, bueno, amigo mío, eso te sitúaen la mejor de las compañías que puedasencontrar jamás: Jesús tampoco la pasó bienen ese sentido; no pensaron bien y se burlaronde Él conduciéndolo a la muerte. Jesucristo esel regalo más grande que nos haya otorgadoDios, es el don de Sí Mismo y, con todo, lomataron. ¿Crees que esa situación menguó su


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dignidad de Rey? ¡Claro que no! Él es el Rey.Por lo tanto, el tratamiento que recibas en elmundo no dictará de ninguna forma el trata-miento que recibirás en el cielo, en donde losprimeros serán los últimos. Jamás temas lasopiniones de los demás, de aquellos que estánen el mundo. La gente buena y santa sabecuánto vales y cuánto vale también tu sufri-miento. Aléjate de las opiniones de los demás,confiesa tus pecados, y deja que Jesús llene tualma. Entonces podrás irradiar a Cristo en elmundo aún en medio de tus sufrimientos, odebiera decir, especialmente en tus sufrimien-tos. De la misma manera en que Jesús fluía através de mi, lo hará también a través de ti. Loúnico que tienes que hacer es disponer tuvoluntad para cooperar con Él. Ofrécele cadadía que se te regala en un espíritu de amor ypaciencia, y Él te ayudará a pasar al siguienteporque, ese es otro de tus temores ¿no escierto? Tienes miedo de no poder llegar alsiguiente día, pero Jesús te irá conduciendo alo largo de ese día. Guardará cada momentopara la eternidad y lo usará para la salvaciónde otras almas que podrían estar sufriendo,incluso, mucho más que tú: esa es la verdad.Podría ser que el estado de ánimo en el que teencuentras sea el que más se necesite en estosmomentos: ¿lo utilizarás al máximo?.


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San Pablo

A mis hermanos y hermanas que están pade-ciendo de tristeza, hoy les digo que levantensus corazones, anímense, porque el tiempo dela tristeza está llegando a su fin con gran rapi-dez; la oscuridad se está levantando. ¿No sonestas palabras prueba de lo que digo? Sentiránlas enormes gracias que brotan de estas pala-bras y de toda esta misión. Pidan, pues, conti-nuamente estas gracias para ustedes y paratodas las almas con las que tengan contacto,ya que Jesús no ha puesto límite alguno en lacantidad de amor y sanación que se está derro-chando en estos tiempos...¿me están escu-chando? ¡Jesús no está limitando las gracias!y por ello debemos hacer una gran celebra-ción. Piensan que tal vez San Pablo se equi-vocó de tema: ¿cómo puedo estarles hablandode alegría, cuando ustedes se sienten tan tris-tes? Precisamente es por eso que necesitohablarles de la alegría, y aquí, todos los santosestarían de acuerdo conmigo. Verán hermanos,cuando estuvimos en la tierra, nosotros experi-mentamos la alegría en la esperanza, pero nosiempre tuvimos experiencias alegres —la solaidea nos haría sacudir la cabeza—. Algunasveces nos admirábamos de la tristeza tan pro-


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funda que se puede llegar a sentir cuando seestá en el exilio, lejos del cielo. Nuestra alegríanos venía de Cristo y de la firme esperanza deque Jesucristo había vivido, muerto y resuci-tado de entre los muertos. No pongan su espe-ranza en las almas terrenas pues los habrán dedecepcionar fuertemente, no lo pueden evitarporque ellas mismas cargan con sus propiossufrimientos y luchas. Confíen sólo en Jesús yno quedarán decepcionados. Miren su tristezay digan: “Jesús, soporto esta tristeza por ti. Almirar tu cuerpo en la cruz, te quiero ofrecermi propia angustia.” Tú y Jesús, unidos de esaforma, atravesarán tu propio calvario hastaque Él decida quitarlo o venir por ti para lle-varte a casa. En el cielo cuentas con todo unbatallón de asistentes que te ama; vemos tusluchas y comprendemos porque muchos denosotros también cargamos con esa cruz. Noestás solo. Regocíjate porque Jesucristo vive yregresará para reclamar lo que le pertenece. Yahora, muéstrate valiente un poco más detiempo. Dimna tiene razón cuando dice quepidas tu sanación. Yo, Pablo, me uniré a ti y aDimna para pedirla. Todos unidos la pedire-mos, y cuando la recibas, haremos una cele-bración; y si no la recibes, tambiéncelebraremos, pues toda voluntad de Dios esen sí buena.


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San Pablo

Ahora amigos míos, les pido que comprendanque una gran tristeza no siempre es una trage-dia. Si jamás se ha experimentado la tristeza,resultaría difícil consolar a los que así se sien-ten, y esa sería la verdadera tragedia ¿no locreen? ¿Ver que otra alma está sufriendo y nopoderle ofrecer ningún consuelo? Siempre serámejor recibir consuelo de un alma que hapasado por las mismas pruebas. Sé que lo com-prendes, amigo mío, por lo tanto, no le nieguesa Jesús este tiempo de tristeza en tu vida, puescon ello Él sacará el mayor beneficio para tualma. También sé que probablemente no estésde acuerdo conmigo, pero es porque tú no pue-des ver lo que yo veo: yo estoy en el cielo, y mivisión es mucho más amplia de lo que tu pue-das comprender. Dicho esto, quizás confíes enmi y respetes que mi panorama es más amplio,y por mucho. Si atraviesas tu noche oscura conJesús, Él irá sembrando en tu alma semillas dela mayor santidad, y tu alma será alimentada ycuidada amorosamente por Él mismo. Al finalde la prueba, serás una persona diferente, en elsentido de que tu alma tendrá mayor capaci-dad para albergar al cielo y para que fluya através de ti. Únicamente beneficios obtendrás


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de esta prueba, esa es la verdad: te benefi-ciará. ¿Te beneficiará desde la perspectivaterrena? No, amigo mío, no, a menos que seauna perspectiva terrena cristiana; entonces losbeneficios serán reconocidos. Sin embargo, tumundo, en términos generales, percibe el sufri-miento como algo negativo que ha de ser evi-tado. Nosotros, por el contrario, vemos elsufrimiento como el entrenamiento o ejerciciocelestial que pone en condición al alma pararomper con los apegos del mundo. Si Jesúsnecesitara elevarte a un mayor nivel de santi-dad, y decidiera hacerlo a través del sufri-miento ¿en realidad pondrías algunaobjeción? Ahora escucho que me dices: “Sí,Pablo, pero basta; necesito alivio.” Jesús sabehasta dónde eres capaz de soportar. Te repitoque le pidas el alivio, pero también te pido quecomprendas que tus sufrimientos traen consigobeneficios que no puedes ver. Te amo y te envíomi fortaleza. También le pido a Jesús que teenvíe mi alegría porque, a pesar de los grandessufrimientos que padecí en la tierra, tenía unagran alegría. Que la paz esté siempre contigo.


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Santa Madre

Mi querido y pequeño hijo: no necesitas estartriste pues yo estoy contigo y te cuidaré. Si nopercibes la presencia del cielo, es únicamenteporque te has alejado, pero eso no significa queno estemos allí contigo, intercediendo por ti,observándote muy de cerca y protegiéndotemientras sufres. Te amo tiernamente y veo quetu corazón está triste y apesadumbrado. No megusta ver sufrir a nadie, nunca, pero sé quepuede ser la voluntad de Dios. Yo vi a mi pobrey pequeño Hijo sufrir terriblemente, y si bientoda mi alma se resistía, comprendí que el plancelestial era mucho más importante y productivoque el plan de una madre. Si somos seguidoresde Dios, por supuesto que sus planes siemprehabrán de venir en primer lugar: no hay ningúnotro camino para la felicidad. Te pido, queridohijo del cielo, que confíes en que yo siempreestaré a tu lado mientras lleves esa cruz, y queobtendré todo lo que necesites para que perse-veres en esa prueba. Mi ayuda se hará de formasmuy diferentes y variadas, aunque silenciosasque tú no podrás ver, pero siempre estaré allícontigo. Busca mi auxilio. Acudiré al Trono deDios, te llevaré conmigo y diré: “Dios, nuestrobuen Padre, te pido que concedas a esta pequeñay valiosa alma todo lo que necesite para conser-


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var la paz y la calma.” Dios, que tiene un corazóntan suave, no nos rechazará. Yo soy tu Madre ycomprendo tu dolor. Estoy aquí para ayudarte ydebes creer que para el cielo eres muy valioso yestimado. Yo confío en mi Hijo Jesús en todas lascosas; tú también debes confiar. Para ti no esposible que comprendas la inmensidad de subondad o la profundidad del amor que te tiene,pero le creerás a tu Madre cuando te dice quehas de depositar todas tus esperanzas en Él.



Apóstoles Laicos del Regreso de Jesucristo Rey

Buscamos unirnos a Jesús en nuestro trabajo diario, y a tra-vés de nuestras vocaciones, para obtener gracias por la con-versión de los pecadores. En unión con María, nuestraSantísima Madre, la comunión de los santos, todos los santosángeles de Dios y nuestros compañeros laicos afiliados entodo el mundo, juramos obediencia a Dios Padre y colabo-ramos con el Espíritu Santo para permitir que Jesús irradiesu luz al mundo a través de nosotros.

Como Apóstoles Laicos del Regreso de Jesucristo Rey acep-tamos adoptar, lo mejor posible, las siguientes prácticas es-pirituales:

1. El Ofrecimiento Matutino, el Oración de Lealtad a Dios yuna breve oración por el Santo Padre.

2. Una hora de adoración eucarística semanal.

3. Participar mensualmente en un grupo laico de oración pararezar los Misterios Luminosos del Santo Rosario y dar lec-tura a los mensajes mensuales de Jesús.

4. Confesión mensual.

5. Además, seguir el ejemplo que nos dejó Jesucristo en lassagradas Escrituras tratando a los demás con su pacienciay bondad.

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Promesa de Jesús a sus Apóstoles Laicos:12 de Mayo de 2005El mensaje que les di para las almas es permanente. Acojana todas las almas a la Misión de Rescate. Asegúrenle a cadaApóstol Laico que así como ellos velan por Mis intereses,Yo Me ocuparé de los suyos: los pondré en Mi Sagrado Co-razón para defenderlos y protegerlos. Asimismo veré quecada uno de sus seres queridos llegue a la plena conversión.Las almas que sirvan en esta Misión de Rescate como Misqueridos apóstoles laicos, les concederé la paz. El mundo nopuede hacer esta promesa porque sólo el cielo puede otorgarpaz a un alma. En verdad esta es la misión celestial y estoyconvocando a todos los hijos del cielo para que Me ayuden.Su recompensa será grande, queridos Míos.

Oración de LealtadMi amado Dios celestial: ante tu presencia te juro lealtad. Teentrego mi vida, mi trabajo y mi corazón, y sólo te pido queme des tu gracia para obedecer, cabalmente, cada uno de tusdesignios. Amén

Ofrecimiento MatutinoOh Jesús, a través del Corazón Inmaculado de María, teofrezco las oraciones, trabajos, alegrías y sufrimientos deeste día por todas las intenciones de tu Sagrado Corazón, ylo uno a todas las santas Misas que se celebren en todo elmundo en reparación de mis pecados y por las intencionesdel Santo Padre. Amén.

Los Cinco Misterios Luminosos:1. El bautismo de Jesús en el Jordán2. La manifestación de Jesús en las bodas de Caná3. La proclamación del Reino de Dios4. La transfiguración de Jesús 5. La institución de la Eucaristía


Los Volúmenes


Volumen Uno: Pensamientos sobre Espiritualidad

Volumen Dos: Conversaciones con el CorazónEucarístico de Jesús

Volumen Tres: Dios Padre se dirige a sus HijosLa Santísima Madre se dirige asus Obispos y Sacerdotes

Volumen Cuatro: Jesús el ReyEl Cielo se dirige a los SacerdotesJesús se dirige a los Pecadores

Volumen Seis: El Cielo se dirige a las Familias

Volumen Siete: Saludos Celestiales

Volumen Nueve: Ángeles

Volumen Diez: Jesús se dirige a sus Apóstoles

Los Volúmenes Cinco y Ocho serán publicados posteriormente.

Los Volúmenes están disponibles en formato PDF para bajarlos eimprimirlos gratuitamente desde nuestra página web:

www.directionforourtimes.orgAnimamos a todos nuestros lectores a imprimirlos y distribuirlos.

Los Volúmenes también están disponibles en las librerías locales(sólo en EUA).


Serie de Folletos ¨El Cielo habla”Dirección para Nuestros TiemposRevelaciones a Ana, apóstol laica

Esta serie de folletos están disponibles de maneraindividual en Dirección para Nuestros Tiempos:El Cielo habla sobre el AbortoEl Cielo habla sobre las AdiccionesEl Cielo habla a las Víctimas de Abuso ClericalEl Cielo habla a las Almas ConsagradasEl Cielo habla sobre la DepresiónEl Cielo habla sobre el DivorcioEl Cielo habla a los PresosEl Cielo habla sobre los SoldadosEl Cielo habla sobre la AnsiedadEl Cielo habla a los Jóvenes

El Cielo habla a los que se han alejado de la IglesiaEl Cielo habla a los que piensan en el suicidioEl Cielo habla a los que no conocen a JesúsEl Cielo habla a los que están muriendoEl Cielo habla a los que experimentan tragediaEl Cielo habla a los que temen el PurgatorioEl Cielo habla a los que han rechazado a DiosEl Cielo habla a los que luchan por perdonarEl Cielo habla a los que padecen necesidades económicasEl Cielo habla a los Padres preocupados por la salvación de

sus hijos

Los veinte folletos que forman la serie “El Cielo habla”están disponibles en formato PDF para bajarlos eimprimirlos gratuitamente desde nuestra página web:www.directionforourtimes.org. Animamos a todosnuestros lectores a imprimirlos y distribuirlos.


Este folleto es parte de una misión no lucrativa.Nuestro Señor ha pedido que estas palabras

se difun dan a nivel internacional.

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Jesús le dicta a Ana un mensaje para el mundo el primer día de cada mes. Si desea recibir los

mensajes mensuales cruce el cuadro respectivo en la tarjeta de contestación incluida en la

contraportada o visite nuestra página de Internet:www.directionforourtimes.org

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