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No hace falta ser un
experto en Historia
del Arte para saber
que agua y arte están
estrechamente vincu-
lados. Desde tiempos
remotos, artistas de
los rincones más re-
cónditos se han vali-
do de este elemento como tema y/o fuente de inspiración
para crear sus obras en todas las disciplinas.
Si el agua tiene una presencia ubicua en el arte, ¿por qué
no habría de pasar lo mismo, pero al revés? Nada lo impi-
de, y entonces, tampoco es novedad que en todo el mun-
do se expongan obras sobre el agua. Sin ir más lejos, en
estas latitudes existe el caso de Eduardo Plá, por nombrar
un solo ejemplo.
Lo que sí sorprende, en cambio, es que hasta este año no
haya existido una institución construida por completo de-
bajo del mar. La idea se le habrá ocurrido a más de uno,
que la habrá abandonado por considerarla descabellada.
Pero en Cerdeña los sueños se hacen realidad, y así, bajo la
iniciativa del alcalde de Golfo Aranci, Giuseppe Fasolino,
EL ARTE BUCEA
MuMArt es el primer museo de arte contemporáneo que se sumerge bajo el mar;
pero no de cualquier mar, sino bajo las aguas cristalinas del Golfo Aranci, en Cerdeña.
El artista Marc Quinn es uno de los líderes
de su generación. Su obra explora el vínculo entre arte y ciencia, el
cuerpo humano y la percepción de la belleza, entre otros.
Utiliza materiales varios, no siempre
tradicionales.
en 2013 se inauguró el proyecto de MuMArt.
El acrónimo responde a “Museo Marítimo de Arte”, y en
su nombre no hay resabio alguno de exageración; porque
MuMArt es justamente eso, un museo de arte instalado
bajo el mar que abrió sus puertas el 26 de julio pasado.
El universo que vive bajo el agua suscita misterio y desde
siempre ha atraído al hombre. Genera enigmas que intri-
gan y seducen. En tiempos de comunicación exacerbada
cada vez hay menos lugar para los secretos y la magia que
sí se esconde en los pocos espacios que el hombre todavía
no logró colonizar; entre ellos, claro, el mundo marino.
Con esta premisa es que MuMArt apela al hechizo del mar.
Y no de cualquier mar, sino que son las aguas de Cerdeña
las que sirven de escenario para alojar a esculturas con-
temporáneas. Así, la flora y la fauna de este ecosistema
conviven en armonía con obras de artistas renombrados,
para realzar aún más su belleza.
Las obras de arte exhibidas se rodean de un hálito enigmáti-
co en el que la luz, el sonido y los sentimientos que evoca el
microcosmos marino homenajean la poesía de la naturale-
za. En concreto, se trata de unas 14 obras de nombres inter-
nacionales de la talla de Alex Angi, Roberto Bricallli, Rimer
Cardillo, Franco Carloni, Emmanuel Chapalain, Nino Mus-
A R T E
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Otro de los artistas que participan de
MuMArt es Roberto Bricalli, quien realiza esculturas en mármol
y bronce con gran precisión geométrica
de las formas, en contraste con la
pureza de los rostros.
Las distorsiones anatómicas de las
esculturas de Franco Carloni transmiten
ímpetu y vigor. Pero junto con la distorsión convive la naturalidad
expresiva de las formas, que entra en juego con el espacio
circundante.
tica, Ben Patterson, Rogelio Polesello y Luiso Sturla. Todas
las estatuas representan temas relacionados con el agua y
se ubican a una profundidad de entre cuatro y siete metros.
Como bien explicó el presidente del Museo del Parco di
Portofino, Daniele Crippa, una gran parte del mensaje que
el museo quiere evocar tiene que ver con advertirle al hom-
bre que está descuidando el mundo en el que vive.
Para visitar la institución se puede llegar haciendo snorkel,
buceo o en un minisumbarino, adquirido por la ciudad es-
pecialmente para el museo. Este no fue fundado a raíz de
una colección particular, sino como una colección pública;
de este modo, todo aquel que quiera acercarse a conocer
las obras vanguardistas puede hacerlo. La iniciativa parte de
la creencia de que el arte debe ser accesible al público, ade-
más de cautivar al turista.
A Cerdeña no le faltan atractivos, pero sin dudas MuMArt
lo convierte en un destino aún más codiciado… y no solo
para los amantes del arte, sino para todo curioso que de-
see vivir una experiencia diferente. Con este mismo afán
de embelesar a los visitantes, en Golfo Aranci se presenta
la Sirenita, una estatua de bronce de tres metros y medio y
700 kilogramos creada por Pietro Longu que dos veces al
día sale del agua y canta en sardo. Que el Ulises moderno
esté atento para no sucumbir a la tentación…
Cabe destacar que este es un proyecto totalmente sus-
tentable: la estructura del museo es ecológica. El pro-
yecto realizado por el arquitecto milanés Lucio Micheletti
fue galardonado en la edición 2012 de Grandesign Etico
International Award, premio que reconoce los proyectos
sostenibles innovadores y de alta calidad. Y es que, lejos
de estar construido con paredes de cemento, el espacio es
abierto y está limitado solo por redes. Así, rayas, besugos
y meros conviven con las obras de arte y enriquecen las
vistas del museo.
Micheletti explicó: “Me gustó la idea de hacer un museo
de arte sin arquitectura; un museo de luz natural, donde las
obras se pueden ver flotando”. Y la idea fue concretada.
MuMArt invita a una fiesta cromática en la que el azul del
mar entra en juego con los tonos creados por el hombre y
la fauna marina ensalza la belleza de las esculturas, mien-
tras se embellece ella también.
Quizás algunos sueños parezcan imposibles… Pero en
Cerdeña, este se concretó.
A R T E B A J O D E L M A R