El aceite de argán

En uno de los viajes que mi mujer me llevo en barco, que si Dios quiere no iré más, pasamos por la costa de Marruecos y estuvimos en las ciudades de Agadir y Casablanca

En Agadir, ciudad que en el año 1960 quedo arrasada a consecuencia de un terremoto, hubo dos cosas que me llamaron la atención. Una de ellas es que los coches de las prácticas de Autoescuela tenían dos volantes.

Y la otra es que había unas olivas con unas aceitunas un poco raras para mi, le pregunté al taxista y me comento que eran de aceite de argán y que después nos llevaría a donde se elaboraba.

El árbol de argán, o arganero (argania espinosa) Con 80 millones de años de antigüedad, es un árbol único en su género en el mundo y no se cultiva ni se abona. Originario de los bosques de Argania (Marruecos), es de hoja perenne, como el olivo

El argán es un árbol que crece de forma salvaje y espontánea en marruecos y en algunas partes de México y Andalucía, puede llegar a vivir hasta 200 años y su constitución está preparada para resistir sequia absoluta

Puede resistir temperaturas de frío de 3º hasta 50 de calor. Crece en alturas que no superan los 800 m a nivel del mar y en climas secos. El argán da sus frutos entre mayo y junio estos se parecen a la aceituna pero son más grandes y redondos

Este árbol es el emblema de las tierras del sur del país, recibe nombres como, árbol de vida, árbol bendito, árbol sagrado, árbol mítico, es considerado un don divino, el padre de todos. Debido a su dureza y resistencia, es el símbolo de una fuerza que protege de todo mal, guardián de las almas y de los rebaños.

La capacidad del árbol para atrapar la humedad atmosférica nocturna, almacenar el agua y devolver parte de ella al subsuelo le convierten en una pieza clave para la subsistencia de una flora endémica que depende de el en un medio en el que las precipitaciones son escasas

No teme al calor; se encuentra en suelos áridos, semiáridos y hasta en puertas de zonas desérticas, Poco exigente en agua, sus raíces pueden hundirse hasta los 30 metros en busca de las aguas profundas. En caso de gran sequia, el argán pierde sus hojas para resistir a la evaporación y luego se “hace el muerto” (estado latente) y después vuelve a la vida cuando aumenta el porcentaje de humedad.

Hasta llegar a convertir la semilla del argán en aceite hay un proceso arduo y manual. Primero está la recolección , que se produce por junio, con los primeros calores. Hay dos formas de recolectar el fruto del argán, uno es dejar que el fruto madure y caiga al suelo, otra es varear al árbol igual que el olivo y los frutos se ponen a secar al sol.

La otra forma de recolectar el fruto del argán es muy peculiar, pero no carente de ocurrencia. Cuando ya para junio el pasto de las cabras escasea, a estas se les permite subirse a los árboles a comerse sus brotes y las semillas. La cabra es un rumiante y por las noches, cuando empieza a rumiar, escupen las nueces ya limpios de su cascara verde (parecida a la almendra) y el agricultor hace una recogida sin haber tenido que hacer el trabajo duro ni pincharse con las espinas

Una hectárea de bosques de arganes suministra 800 kilos de almendras maduras; tras el secado, proporcionarán unos 40 kilos de semillas que permitirán extraer 18 litros de aceite, el rendimiento de las semillas suele ser de casi un 50%.

Una vez recogidos los frutos, el proceso es el mismo a partir de ahí: se parte la nuez una a una por las mujeres y los niños y se extraen de dentro las pipas y comienza el proceso de fabricación del aceite.

Estas pipas se trituran con un poco de agua en un molino de piedra llamado Azeg. El resultado es una masa espesa.

Luego se forman una bolas con la masa endurecida y las presionan para que escurra todo el aceite poco a poco. El resultado es un aceite muy ligero.

El aceite de argán es el más caro del mundo, actualmente es mu valorado como ingrediente cosmético por sus propiedades y como elemento terapéutico con cualidades comprobadas científicamente y actualmente muy utilizado en Europa y América del Norte.

Para muchos dermatólogos el aceite de argán supone un autentico redescubrimiento de uno de los principales activos más antiguos en el cuidado de la piel. De hecho, cada vez son más los médicos que lo recomiendan tanto como para tratar problemas severos de la piel, como el acné, la psoriasis y la neurodermitis.

El precio se este aceite es muy superior al del aceite de oliva, 330c.c cuesta 30 euros, por tanto el litro sale casi a 100 euros.

Y en Villacarrillo, en el escaparate de una peluquería he visto este anuncio, 60 c.c de aceite de argán 10 euros, por tanto el litro se aproxima a 150 euros.

Este tipo de cultivo es alternativo a nuestras olivas, sobre todo en las de sierra que por el alto coste de mantenimiento no tardarán mucho tiempo en no ser rentables, así es que a poner olivas de argán, no necesitan abonos, fitosanitarios, cuanto menos agua mejor, el proceso de elaboración es sencillo, por las noches a machacarlas para sacar las pepitas, puede colaborar toda la familia, y a ratos vuelta al mazo para exprimirlas.

Podemos demostrar que no sólo en Marruecos es posible su cultivo. En Andalucía se está experimentando con resultados muy satisfactorios, si estáis interesados os puedo indicar donde están los viveros, después de navidades recibo una partida que plantaré en las olivas que nadie me quiere comprar, sólo me faltan las cabras, pero tiempo al tiempo.