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EJE 1: Desigualdad en el mundo
Temas:
-Desigualdad en el mundo (teoría de la modernización, teoría de la dependencia)
-Pobreza
-Desigualdad y exclusión. Los countries en argentina, y la construcción de muros en el mundo
MATERIALES
¿Por qué hay países ricos y pobres en el mundo? ¿Qué ocasiona que haya países llamados “potencias”
y otros que son nombrados como “países emergentes”? ¿Cómo se distribuye la riqueza en todo el
mundo?
Muchas de estas preguntas fueron y lo son en la actualidad grandes interrogantes para las disciplinas
sociales. Sobre todo desde el inicio de los procesos descolonizadores desatados desde mediados de
siglo XX, esta pregunta permeó básicamente todas las ciencias sociales, con mayor énfasis en los
llamados países del tercer mundo, o en vías de desarrollo. De esta manera grandes polos de
pensamiento desde ese tercer mundo marginal emergieron tratando de dar respuestas acerca de la
persistencia de la desigualdad y de la injusta distribución de las riquezas a nivel mundial. Los principales
aportes que buscaron problematizar esta cuestión provienen de tres grandes centros de pensamiento:
África, la India, y el continente latinoamericano. Desde las grandes metrópolis sin embargo también se
realizó un esfuerzo para justificar, de alguna manera, la desigualdad y las diferencias entre países,
sobre todo como postura ideológica que buscaba frenar la oleada comunista desatada por los procesos
rusos, y sobre todo desde el desenlace de la revolución cubana en el continente latinoamericano. En
este sentido la teoría de la modernización surgió en la década de los cincuentas y sesentas en
respuesta a la batalla ideológica que entonces se libraba entre el capitalismo occidental y el comunismo.
Frente a la percepción del comunismo como una amenaza regional, las potencias occidentales,
encabezadas por los Estados Unidos, dedicaron su atención a ganarse la lealtad de los llamados países
tercermundistas de la época. La preocupación del bloque occidental se centraba en el fracaso que los
países tercermundistas habían experimentado al intentar introducir sus economías al sistema global.
Dadas las constantes fallas de los modelos de desarrollo implementados por estos países,
particularmente sus esfuerzos para sustituir importaciones por productos producidos internamente, el
comunismo ofrecía un modelo rápido y convincente de desarrollo. Contra esta amenaza, analistas
occidentales desarrollaron un modelo de desarrollo conocido como Teoría de Modernización para
contrarrestar el avance del comunismo.
La Teoría de Modernización divide las sociedades en dos tipos:
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- Sociedades Tradicionales, que son caracterizadas por: una dinámica social en la que relaciones
interpersonales son establecidas por medio de enlaces emocionales y afectivos; un importante
componente religioso que influye sobre todo aspecto de la vida cotidiana; la población es
predominantemente concentrada en áreas rurales; la estructura social es altamente estratificada y las
posibilidades de movilidad social son limitadas; y sus economías dependen principalmente de la
agricultura y otros productos primarios. Según la Teoría de Modernización, todos estos factores son
impedimentos para el libre desarrollo de un mercado capitalista.
- Sociedades Modernas, que en contraste son caracterizadas por: relaciones sociales de tipo
impersonal y de carácter neutro; las cuales son consideradas óptimas para la implementación de un
mercado capitalista.
El argumento central de la Teoría de Modernización consiste en que para que los países en vía de
desarrollo alcancen un nivel de industrialización y prosperidad económica digna de una sociedad
moderna, es necesario que estos hagan un cambio profundo en sus valores y estructuras sociales. Las
observaciones presentadas por los proponentes de esta teoría son basadas en gran parte en el
desarrollo histórico de los países del Norte. Por ende, muchos críticos de esta teoría ven en ella un
modelo euro-centrista cuyo argumento se limita a imponer una serie de valores ajenos a aquellos de los
países del Sur.
Esta teoría le asigna un papel central al estado en la tarea de llevar a cabo los cambios necesarios en la
estructura social. El proceso propuesto por esta teoría demanda una reestructuración social en todo
nivel: desde el nivel más básico, como la familia, hasta las instituciones estatales más altas.
Precisamente por esto, un estado fuerte y estable es necesario para llevar a cabo la tarea de
modernizar un país. Basado en las observaciones anteriores, Samuel Huntington predijo que para que
la mayoría de los países en vía de desarrollo llevaran a cabo esta tarea satisfactoriamente, estos
terminarían bajo el mando de gobiernos autocráticos y militares. En efecto, la mayoría de países
Latinoamericanos durante la época de los setentas sucumbieron a las dictaduras militares, con la
notable excepción de Colombia y otros pocos.
Por otro lado se entiende por teoría de la dependencia al conjunto de formulaciones teóricas que
buscaron explicar, desde una perspectiva latinoamericana, el porqué de las desigualdades económicas
entre los países llamados centrales y la periferia. Este conjunto de teorías tuvieron lugar en los años
sesenta impulsada por la CEPAL, y uno de cuyos principales referentes era el argentino Raúl Prebisch.
Inicialmente se dirigieron al entorno latinoamericano aunque posteriormente fueron retomadas por
economistas de corrientes marxistas entre los que destacó Samir Amin.
La dependencia económica es una situación en la que la producción y riqueza de algunos países está
condicionada por el desarrollo y condiciones coyunturales de otros países a los cuales quedan
sometidas. El modelo "centro-periferia" describe la relación entre la economía central, autosuficiente y
próspera, y las economías periféricas, aisladas entre sí, débiles y poco competitivas. Frente a la idea
clásica de que el comercio internacional beneficia a todos los participantes, estos modelos propugnan
que sólo las economías centrales son las que se benefician.
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El subdesarrollo no es consecuencia de la supervivencia de instituciones arcaicas, de la falta de
capitales en las regiones que se han mantenido alejadas del torrente de la historia del mundo, por el
contrario, el subdesarrollo ha sido y es aun generado por el mismo proceso histórico que genera
también el desarrollo económico del propio capitalismo.
Andre Gunder-Frank: "América Latina: Subdesarrollo o Revolución", Editorial ERA, México, 1963.
Los mecanismos mediante los que el comercio internacional agrava la pobreza de los países periféricos
son diversos:
La especialización internacional asigna a las economías periféricas el papel de
productores-exportadores de materias primas y productos agrícolas y consumidores-importadores de
productos industriales y tecnológicamente avanzados.
La monopolización de las economías centrales permite que los desarrollos tecnológicos
se traduzcan en aumentos salariales y de precios mientras que en la periferia se traducen en
disminuciones de precios.
La expansión económica tiene efectos diferentes sobre la demanda de productos
industriales y la de productos agrícolas ya que su elasticidad respecto a las rentas es diferente. Cuando
los países de la periferia crecen económicamente sus importaciones tienden a aumentar más
rápidamente que sus exportaciones.
Como consecuencia de estas ideas, los países latinoamericanos aplicaron una estrategia de desarrollo
basada en el proteccionismo comercial y la substitución de las importaciones. A la vez, los bancos
centrales latinoamericanos se esforzaron por sobrevalorar sus propias monedas para abaratar sus
importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la década de los setenta
en la que se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias primas en los mercados
internacionales que influyó muy negativamente en las economías "centrales". Pero finalmente, la
contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocó en la década
de los ochenta en la crisis de la deuda externa lo que exigió profundas modificaciones en la estrategia
de desarrollo.
La teoría de la modernización
Afirma que las diferencias económicas entre países se explican por el desigual desarrollo tecnológico
alcanzado por las distintas naciones. Según el economista Rostow, cada país atraviesa distintas fases o
estadios del proceso de modernización. Estas fases son: 1. Tradicional 2. De despegue 3. Hacía la
madurez tecnológica 4. Etapa de consumo de masas.
De acuerdo a esta explicación los países capitalistas “desarrollados” han pasado sucesivamente por
estas etapas, culminando su proceso de desarrollo; los países "subdesarrollados", en cambio se
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encuentran en alguna de las etapas previas (los más atrasados de ellos, en las iniciales). El desarrollo
sin embargo, es una posibilidad al alcance de todos los países. Esta teoría, surgida de los polos de
poder mundial más relevantes (Estados Unidos e Inglaterra, por ejemplo) sostenía que los países
subdesarrollados debían dedicarse a lo que las ventajas comparativas a nivel mundial le permitían
competir en el mercado, es decir, vendiendo y exportando materia prima, para ir atravesando
sucesivamente las etapas de modernización. Además, sostenía que el desarrollo muchas veces se veía
obstaculizado por factores políticos, sociales, y culturales dentro de esos países: “porque son pobres,
no ahorran, y porque no ahorran, siguen siendo pobres”.
Esta posición surgió hace cincuenta años atrás, como réplica al surgimiento de gobiernos de corte
comunista, que negaban la posibilidad del crecimiento económico en el marco del capitalismo y
denunciaban la responsabilidad de Estados Unidos y de los antiguos países colonialistas en el atraso de
los países pobres.
A partir de la revolución cubana (1959), esta posición fue adoptada oficialmente por el gobierno
norteamericano, que trató de frenar la ola revolucionaria en Latinoamérica, financiando programas de
“desarrollo económico”. El más conocido fue el llamado “Alianza para el progreso”, que finalmente dio
mínimos resultados. De acuerdo a la teoría de la modernización, los países ricos iban a contribuir a
aliviar la situación de desigualdad a nivel internacional, promoviendo distintos programas de desarrollo
con el propósito de contener la explosión demográfica, aumentar la capacidad de producción de
alimento y desarrollar los sectores industriales y de servicio.
La teoría de la dependencia
Sostiene que la desigualdad económica entre los distintos países tiene raíces históricas: la expansión
europea de los siglos XV y XVI y la explotación de los pueblos de Latinoamérica, Asia y África por parte
de las potencias colonialistas. Desde esta perspectiva, desarrollo y subdesarrollo económico son dos
caras de una misma moneda: algunos países se enriquecieron porque otros se empobrecieron; los
países desarrollados son responsables de la pobreza de los otros países. Es más, como siguen
obteniendo grandes beneficios de esta situación, los países ricos no tienen interés alguno en
modificarla.
Para los partidarios de la teoría de la dependencia el capitalismo constituye un sistema mundial, en el
que los países desarrollados ocupan el centro y los subdesarrollados, la periferia. Los países pobres se
encuentran en una relación de dependencia respecto a los más ricos, a los que les proporcionan
materias primas, mano de obra barata y mercados; los pilares de la dependencia son las economías
primarias exportadoras, la escasa industrialización, y la deuda externa. Los teóricos de la dependencia
afirman que los países centrales van en contra de todos los esfuerzos por cambiar esta subordinación:
para ellos, los teóricos de la modernización pretender encubrir estos vínculos y frenar la lucha de los
países pobres contra los que producen su atraso.
La dependencia económica es una situación en la que la producción y riqueza de algunos países está
condicionada por el desarrollo y condiciones coyunturales de otros países a los cuales quedan
sometidas. El modelo "centro-periferia" describe la relación entre la economía central, autosuficiente y
próspera, y las economías periféricas, aisladas entre sí, débiles y poco competitivas. Frente a la idea
clásica de que el comercio internacional beneficia a todos los participantes, estos modelos propugnan
que sólo las economías centrales son las que se benefician.
El subdesarrollo no es consecuencia de la supervivencia de instituciones arcaicas, de la falta de
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capitales en las regiones que se han mantenido alejadas del torrente de la historia del mundo, por el
contrario, el subdesarrollo ha sido y es aun generado por el mismo proceso histórico que genera
también el desarrollo económico del propio capitalismo.
Andre Gunder-Frank: "América Latina: Subdesarrollo o Revolución", Editorial ERA, México, 1963.
Los mecanismos mediante los que el comercio internacional agrava la pobreza de los países periféricos
son diversos:
La especialización internacional asigna a las economías periféricas el papel de productores-
exportadores de materias primas y productos agrícolas y consumidores-importadores de productos
industriales y tecnológicamente avanzados.
La monopolización de las economías centrales permite que los desarrollos tecnológicos se traduzcan en
aumentos salariales y de precios mientras que en la periferia se traducen en disminuciones de precios.
La expansión económica tiene efectos diferentes sobre la demanda de productos industriales y la de
productos agrícolas ya que su elasticidad respecto a las rentas es diferente. Cuando los países de la
periferia crecen económicamente sus importaciones tienden a aumentar más rápidamente que
sus exportaciones.
Como consecuencia de estas ideas, los países latinoamericanos aplicaron una estrategia de desarrollo
basada en el proteccionismo comercial y la substitución de las importaciones. A la vez, los bancos
centrales latinoamericanos se esforzaron por sobrevalorar sus propias monedas para abaratar sus
importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la década de los setenta
en la que se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias primas en los mercados
internacionales que influyó muy negativamente en las economías "centrales". Pero finalmente, la
contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocó en la década
de los ochenta en la crisis de la deuda externa lo que exigió profundas modificaciones en la estrategia
de desarrollo.
POBREZA
El sentido común y la incansable insistencia de los pobres por seguir siendo pobres
por Federico Rozanski
“Y sí, les dan un plan y ya está, mientras que nosotros trabajamos y nadie nos regala nada ¡Son pobres
porque no quieren trabajar!” Este tipo de razonamiento derivado del seno del sentido común –aunque no
cualquier sentido común- afirma que las causas de la condición de pobreza de una persona son reducibles
a una mera decisión personal, a la elección de ser pobre pudiendo no serlo.
Existen múltiples conceptos de pobreza y, por consiguiente, múltiples perspectivas para interpretar qué se
entiende como “pobre”. Sin embargo, ninguna definición de pobreza podría afirmar que la condición de
pobre se refiere a una decisión personal. Sería un tanto extraño imaginarse a millones de personas ociosas
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que deciden por motus propio no poseer los recursos necesarios para satisfacer necesidades tales como
vivienda, salud o educación.
Aunque la pobreza entendida en un sentido más amplio, como exclusión, revela aún más lo inverosímil de
la idea antes mencionada. “Se considerarán pobres aquellas personas, familias y grupos de personas cuyos
recursos (materiales, culturales y sociales) son limitados a tal punto que quedan excluidos del estilo de
vida mínimamente aceptable para el Estado Miembro en el que habitan” (European Economic Community,
1985).
En este sentido, la exclusión incluye no sólo las privaciones de recursos materiales o del acceso para
obtener dichos recursos sino también elementos sustanciales como lo son la estigmatización y el rechazo
social. De este modo esta perspectiva considera a la pobreza no como la consecuencia de una decisión
personal y deliberada, sino como la consecuencia de un proceso involuntario en el cual los hombres no
poseen incidencia sobre la situación en la cual se encuentran inmersos. Así lo explicita Clerc: “La exclusión
es una consecuencia de la miseria, mientras que la marginalización surge del distanciamiento –voluntario o
no– respecto a las normas sociales” (Clerc, 1989)
Si bien puede que existan quienes aun teniendo la posibilidad de trabajar decidan no hacerlo, la
generalización de que la causa de la condición de pobreza se deba a la decisión de renunciar a la
posibilidad de laborar es un argumento fácilmente refutable. En primer término debido a que la
generalización implica realizar un reduccionismo sobre el tema, sin ofrecer datos que sustenten dicha
afirmación, la cual se presenta como una verdad absoluta, y segundo, por lo dicho previamente respecto a
la pobreza entendida como exclusión. Sin embargo, no sólo la generalización es poco probable sino también
la misma idea tomada en un solo caso individual. Esto se debe a que la condición de pobreza no se refiere a
un período de tiempo transitorio ni específico sino extenso y prolongado (Spicker, S/F: 3), por lo cual en el
caso que se sea pobre por no desear trabajar, en primer término debería haber existido una constante
oferta laboral por un período extenso de tiempo (supongamos unos diez años o más) para que ésta sea
rechazada constantemente por quien no deseara trabajar, estando esta persona cómoda –o al menos no
insatisfecha- con una serie de privaciones y una situación de exclusión social.
En Argentina, desde el año 1976 –con el inicio de la última dictadura militar- se han implementado
políticas económicas que se basaron en, progresivamente, reducir el rol del Estado en la economía para
abrir paso a una era de libre mercado que alcanzó su punto más álgido durante la década neoliberal
instaurada por el presidente Carlos Menem. Este proceso acrecentó la brecha entre ricos y pobres y
promovió a las inversiones especulativas (que favorecieron a sectores minoritarios) en detrimento de las
inversiones productivas. Cientos de fábricas se cerraron y la industria local se vio desfavorecida a causa de
una competencia desigual con productos extranjeros importados mucho más baratos que los que ofrecía el
mercado local, como así también cientos de fábricas de bandera nacional fueron privatizadas y compradas
por multinacionales. Las consecuencias de este proceso fueron numerosas y nada favorables para los
sectores populares. Millones de trabajadores fueron despedidos, los casos de inseguridad se incrementaron,
la educación se pauperizó, al igual que la salud. La pobreza estructural comenzó a transformarse en una
problemática habitual.
Pero más allá de las notables y evidentes consecuencias que produjo el orden neoliberal argentino, se
encuentra quizás una de sus mayores “hazañas” :lograr instaurar un nuevo sentido común en la sociedad.
Éste tuvo la capacidad de legitimar los intereses socioeconómicos del neoliberalismo en tanto economía
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liberalizada de especulación y un sistema político neoconservador. Nuevos valores como el hiper
individualismo y el darwinismo social remplazaron los valores de solidaridad. Y son estos mismos valores los
que imperan hoy día en expresiones tales como creer que “los pobres lo son porque quieren; por no querer
trabajar”. La condición de pobreza no depende de una mera decisión individual, son necesarias políticas de
Estado estructurales para poder así lograr un país más justo e igualitario. No obstante, no parece éste ser
un objetivo que todos deseen.
Exclusión (D. Duart)
El concepto de exclusión social, así como el de marginación, han sido utilizados desde algunos años en
el discurso público y académico para referirse a una serie de situaciones de privación material, cultural y
política. Ya sea la preocupación por la superación de la pobreza, la situación de los pueblos indígenas,
o la realidad de poblaciones invisibles a las políticas sociales, tales como los ancianos, las mujeres y la
juventud, múltiples han sido los casos en que han se ha hecho referencia a estos conceptos. Sin
embargo, al momento de hablar sobre la exclusión social y diseñar políticas para superarla e integrar a
estos grupos, entran en juego una serie de reflexiones más profundas acerca de las implicancias y
supuestos implícitos en este proceso. Por un lado, desde una perspectiva más conceptual, ¿qué luces
nos puede dar el concepto de exclusión social acerca de la naturaleza misma de la privación?, ¿qué
nuevo nos entrega en relación a otros conceptos, como el de pobreza? Y en este sentido ¿qué aporte
puede hacer para la acción y el diseño de políticas de inclusión? Por otro lado, como extensión de esta
reflexión, y desde una perspectiva más amplia del desarrollo, ¿para qué queremos integrar a estos
grupos sociales excluidos del sistema económico-político y social?, ¿para que ellos cambien y adopten
los cánones del sistema?, ¿o no será que el sistema mismo es inherentemente excluyente? Y en este
sentido, ¿no será también necesario un proceso de transformación del mismo sistema durante este
proceso de inclusión o integración social?, ¿cómo se puede lograr este proceso paralelo e
interconectado? Estas son sólo algunas de las reflexiones que consideramos vitales al momento de
reflexionar sobre el concepto de exclusión social, así como sobre las políticas sociales en el proceso de
desarrollo general, y que pretendemos abordar en el presente artículo.
¿Qué es Exclusión Social?
Existe una amplia discusión y debate sobre el concepto de exclusión social, su aporte, sus usos, y sus
implicancias para la política social. Uno de los más importantes aportes es el realizado por el
economista Nobel Amartya Sen, en el contexto de su enfoque de pobreza como privación de
capacidades. Para el caso de América Latina, la CEPAL ha abordado el concepto y lo ha incluido en sus
reflexiones sobre la superación de la pobreza.
De acuerdo con Amartya Sen, el origen del concepto se remonta al año 1974, en Europa, cuando el
entonces Secrétaire d’Etat a l’Action Sociale del Gobierno Francés, René Lenoir, se refirió a la población
marginal y “socialmente desadaptada” que había quedado excluida del Estado Benefactor, un 10% de la
población en ese momento. Al describir a este sector, los caracterizaba como los “discapacitados,
suicidas, ancianos, niños abusados, drogadictos, delincuentes, padres-madres solteros, hogares con
problemas múltiples, personas marginales, etc.”.
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De acuerdo con Amartya Sen, en los años siguientes el concepto de exclusión social comenzó a ser
utilizado en la discusión académica y pública para referirse a una amplia gama de situaciones,
convirtiéndose en un concepto “paraguas” que abarca todo, pero que no quiere decir nada. Las cosas
de las cuáles las personas pueden ser “excluidas” serían: “un sustento; empleo seguro y permanente;
ingresos; propiedad, crédito y tierra; niveles mínimos de consumo; educación, destrezas y capital
cultural; del Estado Benefactor; ciudadanía y equidad legal; participación democrática; bienes públicos;
de la nación o raza dominante; de la familia y sociabilidad; de la humanidad, respeto, realización
personal y entendimiento.” O sea finalmente de todo, entonces: ¿cuál es el aporte del concepto?
En América Latina el concepto también comenzó a ser utilizado con bastante fuerza en los años
noventa, en el contexto del retorno de la democracia y el lanzamiento de una nueva generación de
políticas sociales para la superación de la pobreza. De acuerdo con la CEPAL, “… la exclusión social es
un proceso que surge a partir de un debilitamiento progresivo o un quiebre duradero de los lazos que
unen a los sujetos con la sociedad a la que pertenecen, de tal modo, que se establece una división
entre los que están dentro y quienes están fuera de ella. Por lo tanto, la exclusión aluda a procesos a
través de los cuales algunas personas no sólo poseen menos, sino que son crecientemente incapaces
de acceso a los diferentes ámbitos de la vida social.”4
Luego agrega:
“No es por tanto, solamente un problema de desigualdad y pobreza, sino un fenómeno basado en la
desintegración social: las sociedades contemporáneas son crecientemente incapaces de integrar a
todos sus miembros, particularmente en el sistema económico y en los beneficios públicos y básicos,
pero también en las instituciones y organizaciones formales y en las diversas redes de interacción
social. La exclusión puede, por lo tanto, ser entendida como un síntoma de desintegración y una
amenaza contra la cohesión social.”
Este estudio nos da luces sobre ciertos rasgos del fenómeno de la exclusión social, relacionándolo con
el proceso de desintegración social y el debilitamiento de los lazos sociales. Pero al momento de
analizar en más profundidad la realidad chilena, el estudio se limita a citar una serie de situaciones de
precariedad y privación, como el desempleo, el empleo precario, el empleo parcial, las condiciones de
trabajo poco adecuadas, ausencia de filiación y cotización provisional, baja productividad de las
actividades, bajo niveles de ingresos, la falta de acceso a crédito, falta de acceso a la justicia y
programas sociales, dificultades de participación y la exclusión sociocultural, entre otras. Sin embargo,
hace falta un análisis más profundo de cómo el debilitamiento de los lazos sociales y la desintegración
social lleva a estas situaciones de privación, en este sentido el proceso mismo de exclusión social que
produce la pobreza. Es necesario diferenciar entre la exclusión como privación en sí misma, y el
proceso mismo de exclusión que lleva a la privación, donde es necesario poner mayor énfasis.
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3-11-2014|16:47|INUNDACIONESNACIONALES Etiquetas:
|Inundaciones
La última inundación fue hace dos años.
Los countries sobre la cuenca, responsables de la crecida del Río Luján Lo explicó la geógrafa Patricia Pintos a través de un estudio sobre los
efectos del urbanismo privado en la cuenca baja del río Luján.
La crecida del Río Luján no se detiene. Las causas aparentes de este fenómeno: las lluvias
constantes de los últimos días. Las reales: el crecimiento de los barrios privados sobre la cuenca
del Río que destruyeron su normal cauce. “Hay algunos estudios realizados por investigadores del
Instituto Nacional del Agua (INA), específicamente el doctor Malagnino, que analizan la mega-
urbanización San Sebastián, en Pilar. En ese estudio pudo determinar que el emprendimiento está
asentado sobre el propio humedal, en la rivera del Río Luján, en el límite con Campana. Y que a
partir de las obras de relleno para poder llevar adelante el emprendimiento, la planicie de
inundación se redujo un 40 por ciento”, explicó a Infojus Noticias la geógrafa Patricia Pintos,
investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata y
coautora junto a Patricio Narodowski, del libro “La privatopía sacrílega. Efectos del urbanismo
privado en la cuenca baja del río Luján”, (2012).
“Hay una sucesión de mega-emprendimientos inmobiliarios que generó un efecto conjunto, un
proceso de sumatoria que genera una incidencia clara en los cambios de los patrones de
escurrimiento del Río Luján y por lo tanto, sería uno de los elementos más fuertes en la explicación
de las inundaciones de los últimos años”, explicó.
A dos años de la máxima inundación en la historia de la ciudad de Luján, el río que surge en la
unión de los arroyos El Durazno y Los Leones, y recorre Luján, Pilar, Exaltación de la Cruz,
Escobar, Campana, Tigre y San Fernando, para desembocar en el Río de la Plata, aumentó su
cauce y amenaza alcanzar niveles récord.
“El río necesita una planicie de inundación para que en momentos de creciente, el agua
naturalmente inunde esa planicie, un proceso natural de cualquier río que tiene un caudal medio
pero en épocas de crecientes, al superar ese caudal, evacúa el agua avanzando sobre ese
espacio”, señaló Pintos.
Al hacerse el emprendimiento junto al Río Luján –recordemos que San Sebastián tiene 1100
hectáreas– el lecho de inundación se redujo, porque se rellena un área que habitualmente el Río
anegaba y esa reducción del lugar por donde debían escurrir las aguas, el Río lo resuelve de
alguna anegando nuevas áreas. A su vez, –explicó Pintos– este fenómeno, ejerce un efecto de
tapón sobre el libre escurrimiento del agua y genera un impacto aguas arriba. “Por esto es que
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desde 2011 y sobre todo en 2012, se vienen sucediendo una serie de inundaciones en la propia
ciudad de Luján, a tal punto que hace un par de años el agua llegó hasta la cripta de la Basílica en
un hecho inédito en su historia”, dijo.
Según Pintos, se puede argumentar, según los estudios, que “la afectación de las planicies de
inundación del Río para la construcción de estos mega-emprendimientos está cambiando la
dinámica de drenaje del cauce principal y los tributario del Río Luján y genera complicaciones
aguas arriba, en la cuenca media.
La geógrafa explicó que los estudios hechos por el INA se abocaron a San Sebastián como
muestra, pero que son aplicables a los 60 emprendimientos de este tipo que están asentados en el
humedal del Río Luján, algunos de ellos linderos al cause principal y otros a sus tributarios. “Se
puede extrapolar el análisis al resto, estamos hablando de que hay una sucesión de
emprendimientos que generó un efecto conjunto, hay un proceso de sumatoria que genera una
incidencia clara en los cambios de los patrones de escurrimiento del Río y por lo tanto, sería uno
de los elementos más fuertes en la explicación de las inundaciones de los últimos años”, dijo.
Neoliberalismo geográfico
“El boom de estos desarrollos inmobiliarios a fines de los 90 y principios del 2000 va de la mano de
las políticas neoliberales en la gestión urbana. Eso Incide en que los Municipios relajaron mucho su
política de planificación del territorio, sobre todo en los ’90, muy de la mano del paradigma del dejar
hacer al mercado, flexibilizar las reglas de juego y los procedimientos para que los mercados
pudieran dinamizar las economías locales y alcanzar el tan pregonado derrame hacia otros
sectores. Con esos argumentos los Municipios dejaron hacer y ahora nos encontramos con los
efectos de todo esto”, explicó la especialista.
El impacto de las políticas neoliberales en la forma de organización del Estado también tuvo su
impacto en la problemática de Luján. “Antes, los Municipios, adheridos a la descentralización con
las Secretarias de Asuntos Municipales, podían ellos mismos emitir declaraciones de impacto
ambiental en sus órbitas. Eso derivó en que Municipios con estructuras débiles y muy acotadas
emitieran una declaración de impacto ambiental para emprendimiento que tienen una escala muy
importante”, argumentó Patricia Pintos y agregó que” la Provincia en ese momento, un poco a partir
del trabajo de algunas organizaciones y de nuestros trabajos de investigación, sacó la resolución
29 a partir de la cual todos aquellos emprendimientos que implican una modificación del humedal o
áreas que tuvieran algún tipo de acumulación somera, superficial, permanente o semipermanente
de agua y que implicara una transformación drástica de esa característica ambiental, tiene que
tener una declaración de impacto ambiental emitida por la autoridad provincial”.
26-5-2015|18:14|INUNDACIONESNACIONALES
Etiquetas:
|Inundaciones
|Decretos
|Buenos Aires
A través de un decreto le otorgó a la constructora la factibilidad de uso del suelo
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Tigre: aprueban la construcción de un country sobre humedales
Se trata del emprendimiento Remeros Beach. El Concejo Deliberante aprobó una "excepción" al Código de Zonificación que señala la zona
donde se proyecta construir el complejo, como un área rural. Concejales del FpV y organizaciones ambientalistas pedirán a la justicia pedir que
falle "sobre esta situación irregular e ilegal”.
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Enviar por mail Por: Ana Soffietto ANTECEDENTES
Countries sobre los humedales: la empresa que los construye “El río Luján crece por el desarrollo urbano que destruye los...
El Frente Renovador aprobó hoy en el Concejo Deliberante de Tigre una excepción al código de
zonificación para instalar otro mega emprendimiento inmobiliario, Remeros Beach, sobre los
humedales que permiten controlar las inundaciones. El complejo tendrá 195.994 m2 de superficie
cubierta para más de 7600 habitantes y en el centro, una laguna artificial. “Playa deportiva, familiar
o de relax, la laguna de aguas cristalinas estará diseñada para ser disfrutada en toda su
dimensión”, dice en el sitio de Remeros Beach. “Lo más vergonzoso es el argumento de que esto
ayuda a resolver el déficit habitacional de Tigre”, dijo a Infojus Noticias el concejal del Frente para
la Victoria, Federico Ugo, quien también anunció que llevará el caso a la justicia.
Vecinos de diferentes organizaciones sociales se convocaron hoy en la puerta del Consejo con
banderas y carteles que pedían “basta de barrios privados” para frenar la aprobación de Remeros
Beach. Para ellos, el nuevo complejo es sinónimo de mayores inundaciones. Al igual que la
mayoría de los otros barrios privados de Tigre, se construirá sobre un humedal, el drenaje natural
del agua cuando las lluvias amenazan los hogares de los barrios más populares del municipio.
“Estos proyectos hacen de Tigre un lugar donde se privilegia un sector social y a otro se lo deja de
lado”, dijo a Infojus Noticias Margarita García, miembro de la Asamblea de vecinos inundados de
Tigre.
“A esto se suma el hacinamiento de los sectores populares a los cuales sólo les queda un
porcentaje mínimo de territorio para habitar. En la actualidad, casi el 46% del territorio continental
de Tigre está en manos de barrios privados (countries, clubes de campo, etc.) donde vive menos
del 5% de la población del municipio”, denunció la Asamblea de vecinos inundados de Tigre y el
Movimiento en defensa de la pacha a través de un comunicado.
Un área rural
Según el código de zonificación, el lugar donde la empresa Juano S.A. levantará el mega
emprendimiento en Rincón de Milberg es un área rural, donde no es posible construir por encima
de los nueve metros cuando Remeros Beach contará con torres de 22 pisos. Pero además, como
la zona es inundable debe regirse por la ley 6254, que en su artículo 1° prohíbe la construcción de
este tipo de proyectos inmobiliarios.
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Nada de esto pareció importar. Desde hace meses que la empresa constructora comenzó con los
movimientos de la tierra del predio y los departamentos ya se ofrecen a la venta a través del sitio
del complejo. Un decreto del intendente Julio Zamora del 24 de abril le había otorgado a la
empresa la factibilidad de uso del suelo sin ningún tipo de discusión legislativa ni evaluación de
estudios ambientales.
La decisión del Concejo Deliberante vino ahora a legitimar este decreto. Allí se aprobó una
excepción al código de zonificación que permite a Juano S.A. avanzar en los permisos para
construir Remeros Beach. “Lo que hicieron hoy los concejales es una barbaridad. Votan porque
ellos mandan pero legalmente eso no sería posible. La comisión que analizó el proyecto no tuvo en
cuenta el artículo del código de zonificación” que remite a la ley 6254, dijo a esta agencia el
ambientalista Ricardo Barbieri.
“Nosotros vamos a ir a la justicia con las organizaciones de Tigre para pedir que falle sobre esta
situación irregular e ilegal”, dijo el jefe de bloque de concejales del Frente para la Victoria y agregó
que la decisión expresa “una visión de urbanismo neoliberal que nada tiene que ver con pensar
cómo resolver los problemas de vivienda”.
Desde el Movimiento en defensa de la pacha sumaron su indignación. “Antes de tener
autorizaciones las empresas ya empiezan a vender el producto y el movimiento del suelo y
después ven cómo consiguen la factibilidad”, dijo a esta agencia Pablo Badano.
Para los vecinos que se autoconvocaron hoy en la puerta del Concejo, la lucha es contra cualquier
emprendimiento inmobiliario que los perjudique. “Hoy es Remeros Beach, mañana va a ser otro”,
dice Margarita con un dejo de tristeza pero con una voz firme, llena de fuerza, la suficiente para no
quedarse callada. “Cuando ves las casitas que viven al lado del arroyo y al lado las mansiones
pensás: ‘qué injusto que es todo, qué mal está repartida la riqueza en este país, no puede ser que
algunas personas vivan tan bien y otras tan mal”.
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Los riesgos impensados del paraíso, por Maristella Svampa [adaptación]
La expansión vertiginosa de las “urbanizaciones privadas” es uno de los fenómenos más emblemáticos y radicales de la
dinámica de privatización que marcó fuertemente la Argentina de la década menemista. Su difusión incluye una variedad
de ofertas inmobiliarias, entre barrios privados, countries, condominios, chacras y ciudades privadas; más de
430 emprendimientos para la sola Región Metropolitana de Buenos Aires, a los que hay que añadir los que se encuentran
en grandes ciudades del interior, como Córdoba, Mendoza, Rosario, y otras de mediano tamaño. Los protagonistas
centrales de esta experiencia son parejas jóvenes, en gran parte profesionales, con hijos en edad escolar, pertenecientes
a las clases altas y medias altas, así como a sectores de las clases medias en ascenso, favorecidos por el crédito fácil que
caracterizara los años de la convertibilidad.
¿Derivas de un modelo de socialización?
Es sabido que los countries y los barrios privados encontraron su impulso mayor en un contexto de notorio aumento de las
desigualdades sociales: frente a la deserción del Estado y el vaciamiento de las instituciones públicas, se desarrollaron
formas privatizadas de la seguridad y de la integración social, que marcaron nuevas y rotundas formas de diferenciación
entre los “ganadores” y los “perdedores” del modelo neoliberal, tanto respecto de los estilos residenciales como en
las formas de socialización. Así, el cerramiento y la vigilancia del predio permitió la adopción de un estilo de vida, de
más en más estandarizado por la oferta inmobiliaria, centrado en el contacto con el verde, donde no falta la onda light
combinada con las referencias “new age”. Por otro lado, este nuevo estilo de vida apuntó al despliegue de un modelo de
socialización que favoreció la libertad de los chicos “puertas adentro”, en lo que podemos denominar un modelo de
“autonomía protegida”. Este modelo de socialización permite el desarrollo de una libertad más precoz, que es valorado
por sus consecuencias inmediatas: los padres se ven liberados de ciertas obligaciones tradicionales que acompaña la tarea
de la crianza y educación de los niños; éstos, a su vez disfrutan de grandes márgenes de libertad y expansión lúdica en
un contexto de sociabilidad barrial homogénea. “Puertas afuera”, la contracara es la falta de autonomía y la ausencia de
destrezas para resolver situaciones que plantea el mundo exterior. La socialización se lleva a cabo en un
ambiente protegido y homogéneo, con escaso contacto con seres diferentes; algo que los mismos residentes denominan
“el modelo de la burbuja”, que no les provee de habilidades o destrezas para desenvolverse con autonomía en el
espacio exterior. En fin, no es raro ver que cuando visitan la ciudad “abierta”, los niños tienden a desenvolverse o con
ingenuidad provinciana, rehuyendo todo contacto con lo extraño, o con una confianza suicida, como si el
espacio abierto tuviera las mismas propiedades que el espacio protegido del country.
Estilo de vida “country” y gestión reflexiva de los riesgos
En virtud de su carácter incipiente, resulta imposible sopesar de manera definitiva la totalidad de “efectos indeseables”
que a largo plazo genere la implementación de estos nuevos estilos de vida en urbanizaciones cerradas. Sin embargo, una
cuestión que llamó nuestra atención en el transcurso de la investigación que quedó plasamada en el libro “Los que
ganaron. La vida en los countries y en los barrios privados” (2001), fue el pragmatismo que exhibían con total
naturalidad nuestros entrevistados, especialmente a la hora de realizar una primera evaluación de las consecuencias del
nuevo estilo de vida. Por lo general, los beneficios u oportunidades eran evaluados en el corto plazo (la
libertad, el contacto con el verde, la seguridad), mientras que los nuevos riesgos (por ejemplo, respecto de la educación de
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los hijos y la relación con la sociedad “abierta”) aparecían diluidos en una suerte de temporalidad indefinida, esto es, en el
horizonte de un inasible e impensable mediano y largo plazo. Este diagnóstico nos llevó a considerar seriamente la
hipótesis de Richard Sennett, desarrollada en un excelente libro, “La corrosión del carácter” (2000), en donde afirma que
cualquier pretensión de gestión reflexiva y planificada de la vida moderna se estrella contra las características que posee el
nuevo modelo de acumulación flexible, cuya consigna central es, precisamente “nada a largo plazo”. En principio, la
frenética huida que los grupos altos y medios altos realizaron hacia countries y barrios privados durante la década de los
noventa (esa suerte de sobreactuación nacional de los riesgos y las oportunidades, alimentado
por publicistas, desarrolladores y agentes inmobiliarios), estaba íntimamente asociada con la dinámica vertiginosa
y radical que tuvo el modelo neoliberal en nuestro país. Para ciertos sectores y a mediano plazo, el alto costo del
“estilo de vida country” (escuelas privadas, mantenimiento de dos autos, expensas) puede tornarse
insostenible. Pero para las clases altas y mediasaltas consolidadas, la opción es otra: si la vida en el country se torna
difícil, no tiene mucho que ver con una cuestión de costos económicos, sino más bien con el aumento de la inseguridad
y la exacerbación del sentimiento de vulnerabilidad, en un contexto de altísima descomposición social. Para ellos, la
opción que se plantea, insistimos, no es la de dejar el country o el barrio privado para volver a la sociedad abierta y sus
enemigos. El camino más usual es la elección de otro destino, más tranquilo y menos pavoroso del que
ofrecen estas tierras.
La fragmentación social
Hoy en día es necesario repensar la mutación estructural que reconfigura la sociedad argentina. Debemos entender que
sobre las crecientes desigualdades sociales, culturales, económicas, se dibuja claramente una nueva sociedad en
cuyo interior coexisten numerosas y disímiles sociedades, caracterizadas por diferentes niveles de (auto)regulación y
recursos muy desiguales, de acuerdo al fragmento social al que hagamos referencia. Es desde esta perspectiva que los
barrios privados y countries adquieren su verdadera dimensión, pues su expansión vertiginosa
ilustra de manera paradigmática (y radical) el estallido de un modelo de integración social y el pasaje a un
modelo centrado en la fragmentación socioespacial. Más aun, en Argentina, los countries y los barrios privados, en su
nueva modalidad neo liberal, no sólo llegaron para quedarse, sino que fueron un anticipo, una muestra, una suerte de
ilustración de lo que vendría: un fragmento que contiene en sí mismo su propia lógica de acción y representación, su propio
universo simbólico y cultural, sus específicos espacios de sociabilidad, en fin, visto desde “los que ganaron”, sus cada vez
más exacerbados mecanismos de regulación frente a la descomposición social.
El proceso de segregación social urbana
La desigualdad social, referida a la existencia de profundas e injustas diferencias entre los distintos grupos socioeconómicos
en cuanto al acceso a recursos y oportunidades, es una de las características de las sociedades capitalistas. Ella conduce a
una situación de fragmentación social, entendida como divisiones en el tejido social y el debilitamiento e incluso
desaparición de lazos sociales entre los diversos grupos socioeconómicos, como así también una escasa movilidad social.
La segregación residencial es uno de los resultados de este proceso de fragmentación social urbana. Según Marcuse y van
Kempen (2000), las divisiones entre los diferentes barrios, estando cada uno de ellos más aislado de sus alrededores, y la
tendencia a que cada barrio satisfaga sus necesidades cotidianas dentro de sus propios límites, son dos de las
características que exhiben hoy las ciudades.
Sin embargo, el fenómeno de la segregación no es nuevo; por el contrario, ella es inherente a la historia de las ciudades. La
segregación social urbana puede entenderse como la separación espacial de los diferentes grupos sociales en una ciudad o
un área geográfica de acuerdo a diferencias étnicas, religiosas, de ingresos, etc. De esta forma, es posible visualizar en una
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ciudad los diferentes barrios donde cada grupo social tiene su propio espacio determinado. En el caso de la segregación
basada en diferencias de ingresos, las relaciones de poder y subordinación se tornan evidentes. Los grupos de altos
ingresos tienen la posibilidad de elegir su localización residencial, mientras los grupos más empobrecidos son segregados
en las zonas más desfavorecidas.
Los barrios cerrados constituyen un caso extremo de segregación social urbana, al ser ésta explícita y evidente. Los
dispositivos de seguridad se convierten no sólo en barreras físicas, sino también sociales, estableciendo claramente los
límites y las diferencias existentes en el tejido social. En este sentido, lo nuevo de la segregación social urbana es su
intensidad, visibilidad y explicitud.
A modo de inevitable conclusión (fragmento adaptado de: Svampa, M. “Clases Medias , Cuestión Social y Nuevos Marcos
de Sociabilidad”, 2007)
El actual proceso de suburbanización ha sido descripto por los urbanistas como eldesplazamiento de un modelo de “ciudad
abierta”, básicamente europeo, centrado en la noción de espacio público y en valores como la ciudadanía política y la
integración social, a un régimen de “ciudad cerrada”, según el modelo norteamericano, marcado por la afirmación de una
ciudadanía “privada”, que refuerza la fragmentación social. Durante mucho tiempo en nuestro país, este modelo de
“ciudad” abierta se asentó, aún con sus deficiencias, sobre una matriz social que suponía el reconocimiento explícito de
una sociedad democrática, atravesada por vínculos jerárquicos reales. Así, si es posible caracterizar a la integración social e
individual como un proceso que articula relaciones horizontales (al interior de un grupo social), con lazos verticales (con
otros grupos de la estructura social), a través de diferentes marcos de socialización, la ciudad “abierta” aportaba no pocos
de esos “espacios”. Dichos “espacios” de socialización, por ejemplo, lugares públicos como una plaza, la esquina de un
barrio o los patios de un colegio del estado, proveían al individuo de una orientación doble, hacia adentro y hacia fuera de
su grupo social y aparecían como contextos propicios para una socialización “exitosa”. Por otro lado, este proceso de
segmentación social termina de diluir la homogeneidad cultural de la antigua clase media. En efecto, en las nuevas
comunidades cercadas, la exitosa clase media de servicios ahora sólo se codea con los ricos globalizados
Desde allí comienza a “interiorizar” la distancia social, desarrollando un creciente sentimiento de pertenencia y
desdibujando los márgenes confusos de una culpa, como resabio de la antigua sociedad integrada. No olvidemos que sus
hijos ahora sólo comparten marcos de socialización con niños de clase alta. Así, mientras los colegios privados facilitan la
llave de una reproducción social futura, los espacios comunes de la comunidad cercada contribuyen a “naturalizar” la
distancia social. De modo que, aunque la cuestión atente contra nuestra tradicional “pasión igualitaria” (J.C.Torre), hay que
reconocer que la fractura social desarticuló las formas de sociabilidad que estaban en la base de una cultura igualitaria,
desplegando en su lugar una matriz social más jerárquica y rígida. Las urbanizaciones privadas se encuentran entre las
expresiones más elocuentes de esta fractura, pues asumen una configuración que afirma, de entrada, la segmentación
social (a partir de un acceso diferencial y restringido), reforzada luego por los efectos multiplicadores de la espacialización
de las relaciones sociales (constitución de fronteras sociales cada vez más rígidas).
En suma, todo parece indicar que, pese las diferencias en términos de capital (sobre todo, económico y social) y la
antigüedad de clase, las clases altas y una franja exitosa de las clases medias de servicios, devienen partícipes comunes de
una serie de experiencias respecto de los patrones de consumo, de los estilos residenciales; en algunos casos, de los
contextos de trabajo; en otras palabras, de los marcos culturales y sociales que dan cuenta de un entramado relacional,
que se halla a la base de nuevas formas de sociabilidad. Consumada la fractura al interior de las clases medias y asegurado
el despegue social, los “ganadores” mismos van descubriendo, día a día, tras las primeras incongruencias de estatus, algo
más que una creciente afinidad electiva.
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