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Revista educadores enero-marzo 2015 nº 253 Espacio de ideas y proyectos educativos
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= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
SU
MA
RIO
DIRECTORJosé Antonio Solórzano
SUBDIRECTORAIrene Arrimadas
REDACTORA JEFELoli García
DIRECTOR DE ARTESiro López
CONSEJO DE REDACCIÓNÓscar AlonsoÍñigo ArranzJosé Mª BautistaManuel BorregoCiro CaroGregorio CasadoLuis CentenoRodrigo FerrerAlberto MayoralJuan Luis MediavillaMª Victoria MoyaCarmen PellicerJavier PovedaLeonor PrietoFernando Vidal
PRECIOS 2014Suscripción Nacional: 35€Suscripción al extranjero: 75€Número individual: 10€
ADMINISTRACIÓNEscuelas CatólicasC/ Hacienda de Pavones, 5 – 1º28030 MADRIDTeléfono: 91 328 80 00Fax: 91 328 80 00Correo electrónico:[email protected]
Imágenes:© thinkstockphotos, iStock ywww.sirolopez.com
DEPÓSITO LEGALM-00941-1959ISSN 0013-113
e DUCADORESespacio de ideas y proyectos educativos
aRTÍCULOS
eDITORIAL
rECURSOS
eXPERIENCIAS
La función -de mañana, tarde y noche- docente2
Los inicios de la carrera docenteJorge Torres Lucas
6
El trabajo docente: Un aprendizaje vitalRosa Mª Romo Soler
20
Educar para el éxitoJesús Alcoba González
34
Carrera Profesional Docente del educador FECJuan Ignacio Yagüe González
58
Aprender a desaprender para reaprenderPatro González Rubio
62
Recursos66
f IRMASRoles nuevos del profesor Luis Fernando Vílchez
Colabora:
56
Redes de aprendizajeCarlotta San Emeterio Bedia
44
1
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= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
DIT
OR
IAL
eCon la cita de Celestin
Freinet, bastaría. Co-
nocimos al francés
Freinet y sus “técnicas ex-
perimentales” en Salamanca
-predominaba la pedagogía
francesa en aquel entonces
en la Facultad de Pedagogía-,
allí nos hablaron de la Escue-
la Nueva y leímos alguna obra
suya, al menos dos. Estaba de
moda; una moda que no pasó
y que nos abrió perspectivas
nuevas para los que al poco
tiempo íbamos a salir de allí
con un título con el que culti-
vásemos sueños, amásemos
la vida, mostrásemos caminos
nuevos para ayudar a crecer, a
desarrollar el pensamiento crí-
tico, a animar y amar la lectura,
el teatro, la escritura, los viajes,
la creatividad, a la ruptura en
suma con métodos (caminos)
diferentes al “siempre se ha
...No podéis preparar a vuestros
alumnos para que construyan
mañana, el mundo de sus
sueños, si vosotros ya no creéis
en esos sueños;no podéis prepararlos para la vida,
si no creéis en ella;no podréis mostrar el camino,
si os habéis sentado, cansados y
desalentados en la encrucijada de los caminos.
Celestín Freinet
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= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
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La función -de mañana, tarde y noche- docente
u
buen docente, claro. Si es buen
docente, es buen educador. Para
el mal docente da igual su horario
de función/nes: él lo que quiere es
acabar pronto.
La tan traída y llevada, no por ello
menos real, mala consideración social de
la función docente no tiene la virulencia de
antaño. Se ha ido tomando más y más conciencia
de la importancia de la labor del educador para el
buen funcionamiento de la sociedad. Los estudios
comparativos con otros países donde el fracaso
escolar es menor, la pertenencia a la comunidad
europea que ha puesto sumo interés en la educa-
ción como base fundamental para tal construcción
del sentido europeísta, la enorme movilidad uni-
versitaria o laboral de los jóvenes y un montón de
necesidades más, han hecho que la educación de
cada país pase a formar parte del interés prioritario
-al menos eso dicen los políticos, que se llenan la
boca con las palabras educación, instrucción y sus
logros- del entramado social, familiar y personal.
Triste es cuando, en un país como el nues-
tro, la educación haya estado (está aún) sometida
a los antojos partidistas de turno, no llegándose a
hecho así”, como salto necesario a la autonomía y
a la libertad. “¡Qué pedagogos éramos cuando no
estábamos preocupados por la pedagogía!” dice
el también francés Daniel Pennac, sino preocupa-
dos por la vida, entorno que comenzaba ya a to-
mar otros visos: sentido democrático, cultura más
moderna, salidas al extranjero… Era el final de los
años 70.
Función docente,
más que mero Funcionamiento
Cuando oigo la palabra “función” siempre la
asocio con las funciones teatrales o cinematográ-
ficas de antaño: de mañana, tarde y noche. Tam-
bién con las “funciones matemáticas”, que tan de
cabeza me trajeron en el bachillerato. Un poco así
es la “función docente”. No sabe de horas y da
no pocos quebraderos de cabeza y corazón. Co-
mienza temprano con las clases y barullos escola-
res, decae un poco por la tarde como un respiro,
como una recogida de tramoya, y descansa, sin
descansar, por la noche en que te vas a casa, co-
rriges, preparas, piensas, das vueltas a lo hecho,
lo dudas y, a veces, lo sueñas. Estoy hablando del
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= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
u un pacto escolar que dé estabilidad y consistencia
a un sistema educativo más firme y duradero. Eso
hace que los educadores (no todos) se cansen, se
llenen de escepticismo, se desmotiven en su la-
bor/función docente y el clima del aula y sus deri-
vados no sea todo lo animante, creativo y atractivo
que se precisa.
más allá de los métodos, la actitud
“Lo más extraordinario de un maestro real-
mente bueno es que va más allá de los métodos
educativos aceptados” (Margaret Mead). Lo fácil
-a veces no tanto- es reproducir lo señalado por el
Ministerio, aunque no convenza o uno comprue-
be cómo se rebajan sus expectativas y las de los
alumnos en los conocimientos y maneras de ad-
quirirlos.
Todo profesor, buen educador, sabe sobra-
damente que debe lograr al comienzo de cada
clase, como una condición necesaria para poner
en movimiento la motivación y captar la atención
de los alumnos, el nada fácil despertar su curiosi-
dad, mostrándoles la relevancia significativa para
sus vidas –no todo se aprecia y valora de forma
inmediata- de lo que han de aprender, y hacerlo de
tal forma que se creen las condiciones necesarias
y gratas para mantener su interés. Esto no implica
que, en muchos momentos, no todo debe ser el
“aprender jugando”, sino el “aprender esforzando
(se)”. Idea tonta esa de que los niños deben ir a
clase a pasárselo bien. A veces sí, a veces no. Otra
cosa distinta es que lo que aprendas proporcione
gusto, placer, curiosidad, sorpresa grata, satis-
facción final, tanto para los alumnos como para el
educador-profesor. Es entonces cuando la “fun-
ción docente” ha funcionado.
El docente sabe que trabaja a “corta distan-
cia” para el futuro, que es “larga distancia”, pero ya
debe ir recogiendo en el presente satisfacciones
que le hagan atisbar que lo que ahora prepara, es-
tudia, renueva en sí, fructificará no ese mismo día,
sino mañana, cuando entre en clase y compruebe
que el alumno, sin darse cuenta, ha utilizado una
palabra que antes de ayer no sabía, ha resuelto
un problema que no tenía ni idea de cómo hacerlo
dos días antes; ha dado solución o respuesta a
algo que no sabía hace unos días; que hoy ha he-
cho preguntas que no se le hubieran ocurrido sin
que él, funcionando adecuadamente como docen-
te paciente y sabio, se lo hubiera sugerido, pro-
puesto aprender, memorizar, concatenar.
Sentido de la función docente,
que no Solo “docet” Sino que educa
Este nº 253 de Educadores es una buena
muestra de lo que desde Escuelas Católicas se
pretende: elevar no solo en dignidad la función
docente, sino darle todo su sentido y orientación
viva, práctica, experimental; porque se trata de
preparar para la vida, para la propia antes que
nada, que encontrará más tarde su realización en
la vida social compartida, solidaria, del buen ciu-
dadano que Platón ponía como objetivo primordial
de la educación: ser virtuoso y desear convertirse
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
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en un buen ciudadano, sin dogmatismos ni segu-
ridades extrañas que lleven a la insatisfacción, al
dominio de otros, a vivir sin alma.
Los autores de este nº 253 nos dan a cono-
cer su experiencia docente, sus reflexiones para
elevar y colocar en el sitio que se merecen el tra-
bajo educativo que funciona. No pretenden sentar
cátedra. “Siempre que enseñes, enseña a la vez
a dudar de lo que enseñas” (José Ortega y Gas-
set). Ellos comparten con nosotros su saber, su
experiencia, sus resultados. Como me decía uno
de ellos: “Cuando terminé el artículo, dudé de si
lo dicho valía para algo, para alguien”. Solo le dije:
“No lo dudes, es el mejor”.
Hace unos días, un profesor, buen educador
y amigo, de aquellos años de facultad, de cultura
muy clásica y muy francesa, me enviaba un tex-
to de A. Saint-Exupéry, que no puedo menos que
transcribir. Sí, es poesía educativa en estado puro,
pero… qué otra cosa es la “función docen-
te”, por educativa, que poesía creativa:
“El árbol no es semilla, después
tallo, después tronco flexible, des-
pués madera muerta. No es preci-
so dividirlo para conocerlo. El ár-
bol es esa fuerza que lentamente
desposa al cielo. Así pasa contigo,
mi hombrecito. Dios te hace nacer,
crecer, te llena sucesivamente de de-
seos, de pesares, de alegrías y sufri-
mientos, de cóleras y perdones, des-
pués te hace entrar en él. Sin embargo,
no eres ni ese escolar, ni ese esposo, ni ese niño,
ni ese anciano. Eres aquel que se realiza. Y
si sabes descubrirte rama balanceada, bien
pegada al olivo, saborearás la eternidad en
tus movimientos. Y todo alrededor de ti se
hará eterno. Eterna la fuente que canta y ha
sabido abrevar a tus padres, eterna la luz
de tus ojos cuando te sonría la amada, eter-
na la frescura de las noches. El tiempo no
es un reloj que consume su arena, sino un
cosechador que ata su gavilla”.
Tú, educador, también fuiste “hom-
brecito”. Trabaja, enseña, educa, hasta que
“Él te haga entrar en Él”. Descúbrete como
rama balanceada bien pegada al olivo; en-
tonces todo alrededor de ti se hará eterno.
Sin duda, habrás funcionado bien, no
solo como un reloj, sino como un
buen cosechador…
José Antonio Solórzano Pérez
a RTÍCULOS
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Jorge Torres Lucas
Director del Instituto de Ciencias de la Educación
Universidad Pontificia Comillas
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
1. INTRODUCCIoN
El tema que nos ocupa en este
número de la revista Educadores es el
de la carrera docente. Es un tema de
una gran pertinencia y relevancia
para el mundo educativo por
cuanto se sitúa de lleno en la
encrucijada de todos los vec-
tores que tienen importancia
para promover un sistema
educativo de calidad. Para
hablar con propiedad de
carrera docente habre-
mos de tener en cuenta
todos los subsiste-
mas que componen
el sistema escolar: la
formación inicial de
los maestros, los pro-
cesos de formación
permanente, la cali-
dad del aprendizaje,
el liderazgo y la organiza-
ción de los centros escolares,
los sistemas de evaluación del
desempeño y el papel de la ad-
ministración en sus planteamientos
legisladores y estratégicos…
En nuestro artículo nos vamos
a centrar en las primeras fases de
dicha carrera, la formación inicial y la
inserción en el puesto de trabajo del u
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
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a RTÍCULOSaa
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u
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Las líneas que siguen son la
narración de la historia de la educadora
que fui a la que soy. Son la descripción del proce-
so de alguien al principio preocupado por enseñar, para
llegar a ser alguien que busca que sus alumnos aprendan. Hay
también en el relato un tránsito de la individualidad a la cooperación,
de la imitación o repetición al cambio y la transformación. En cualquier
caso es un proceso abierto que he compartido y comparto con otros que
están en este mismo camino, aún hoy inacabado.
No tuve una especial formación pedagógica, mis estudios de Físicas
y de Teología después me proporcionaron contenidos que enseñar. Simul-
taneé durante varios años las clases de Física y de Química, o de Ma-
temáticas y Religión, con labores de tutora y otras responsabilidades
que en la Congregación a la que pertenezco, las Hijas de Jesús, se
me encomendaron. Tras varios años en tareas de dirección,
la propia reflexión sobre mi tarea docente, la experien-
cia de acompañar a otros profesores y profe-
soras en varios centros educativos,
pero sobre
EL TRABAJO DOCENTE: UN APRENDIZAJE VITALRosa Mª Romo Soler
Directora del Colegio María Virgen
Hijas de Jesús, Madrid
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
a RTÍCULOSaa RTÍCULOS
Jesús Alcoba González
Director de La Salle International Graduate School of Business
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
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35
u
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
Es un hecho evidente que el mundo ha
cambiado drásticamente en las últimas
décadas, al menos en los países desarro-
llados, dibujando un paisaje hasta hace
poco tiempo inédito. En primer lugar, la transforma-
ción digital ha provocado un casi omnipresente ac-
ceso a la información y una aceleración exponencial
de la innovación tecnológica. En segundo lugar, la
globalización ha derribado las fronteras entre muchos
mercados, tanto en los de productos y servicios como
en el del trabajo. Y por último, y no menos importante,
una disrupción económica de extraordinarias propor-
ciones, quizá equívocamente identificada al comienzo
como una crisis más en el ciclo económico, ha provo-
cado que la era del crecimiento sostenido se haya ter-
minado, al menos como la conocíamos, dando paso a
un mercado de inusitada complejidad.
Tan obvio como que el mundo es significativa-
mente diferente es que en las próximas décadas ocu-
rrirán más cambios y que con toda seguridad serán
= Enero - Marzo 2015e DUCADORES
a RTÍCULOS
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REDES DE
45
En la vida, las personas estamos enseñan-
do y aprendiendo constantemente por-
que somos seres sociales y nos hallamos
determinados por el contexto en que nos
desarrollamos y las experiencias que vivi-
mos. El aula no es sino un fiel reflejo de
esta realidad, donde profesores y alumnos interac-
cionamos con un reparto de roles para enseñar-
nos y aprender los unos de los otros en función
de las características personales, sociales, cultu-
rales, etc. que tengamos en ese momento. Si so-
Esto es un trabajo en equipoCarlotta San Emeterio Bedia
Máster en TEFL, Especialista en Enseñanza del Inglés
en colegios bilingües.
Colaboradora de la editorial Macmillan
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APRENDIZAJE
mos seres sociales, cabe pensar que lo natural e
inherente a la especie sería el trabajo cooperativo:
el grupo. Es en esta red de trabajo en la que ense-
ñamos a los alumnos, sí, pero también a nuestros
compañeros y a nosotros mismos. El presente ar-
tículo tratará de dar unas pinceladas a este cuadro
tan bello en el que pintamos los profesores cada
mañana: cómo los docentes nos enseñamos los
unos a los otros para poder enseñar a esas peque-
ñitas cabezas pensantes que pasan por nuestras
aulas cada día.