1. Autoconocimiento: El mayor premio de todos. Sin él estás perdido y destinado al…

2. Observación: Tus poderes de observación debieran ser como una filosa navaja; debieras ser capaz de funcionar como una cámara grabadora extrayendo información precisa para su posterior análisis. ¿Puedes “leer” los documentos y las imágenes originales de cada época y lugar? ¿O acaso debes tomar la palabra de otro sobre su significado?

3. Retroalimentación: ¿Te encuentras rigurosamente entrenado para reconocer pistas sobre ti mismo a partir de las reacciones de los demás y las señales del entorno?¿Tienes dificultades para evaluar las críticas y reconocer su valor? Si confías en las evaluaciones de los profesores como si fuesen metas de importancia real entonces puede que un día descubras con estupor las discrepancias existentes entre aquello que te han enseñado a pensar y la realidad.

4. Análisis: ¿Puedes tomar un nuevo problema, fragmentarlo en sus elementos estructurales y funcionales, determinar las relaciones entre ellos, reconocer las principales fuerzas externas y hacer todo lo anterior sin ayuda experta?

5. Reflejo: ¿Has aprendido a ser cualquiera además de ti mismo?¿Puedes ser un camaleón a voluntad o te encuentras atrapado en tu estrecha piel tal como las demás personas?¿Puedes encajar en cualquier grupo, incluso un grupo de enemigos saliendo y entrando pero permaneciendo tu mismo?

6. Expresión: ¿Tienes voz propia? ¿Puedes manifestar tu dicha voz con claridad, fuerza y estilo al escribir y hablar? Sin ello tu habilidad para reclutar aliados será estéril y probablemente serás avasallado por alguien cuya expresividad sea superior a la tuya.

7. Valor Agregado: ¿Has añadido valor a cada encuentro y a cada grupo del que has sido parte?¿Sabes el menos lo que aquello significa? Si no eres de valor alguno para los demás, entonces de veras no vales nada.