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EDITORIAL - Colegio de Coroneles

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CONTENIDO

03 EDITORIALCoronel(RP) William Orlando Nuñez C.Presidente - Colegio de Coroneles

06 CURSO JUAN JOSÉ RONDÓNCoronel(RP) Gilberto Fernandez C.Past President - Colegio de Coroneles

16 LIDERAZGO POLICIAL CLAVEPARA FORTALECER LA CONFIANZA DE LA COMUNIDAD Coronel(RP) Jorge Elías Salazar P.Vicepresidente - Colegio de Coroneles

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SOY TOMBOMayor(RP) Hernando Copete O.

POLICÍA UN DÍA POLICÍA TODA LA VIDACoronel(RP) Luis Enrique Larrota B.Past President - Colegio de Coroneles

30 REESTRUCTURACIÓN POLICÍA NACIONAL Mayor(RP) Hernando Copete O.

38 EL VALOR DE LA RESERVA POLICIAL Brigadier General Ernesto García H.

40 ESCUADRÓN MÓVIL ANTIDISTURBIOS - ESMAD Mayor(RP) Hernando Copete O.

44 LA FÁBRICA DE CRETINOS DIGITALES Teniente Coronel(RP) Javier A. Rodríguez P.

46 DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Los Artículos publicados son responsabilidad directa de cada uno de los autoresy no son responsabilidad de la Revista del Colegio de Coroneles

Presidente - DirectorCoronel(RP) William Orlando Nuñez Corredor

Vicepresidente - EditorCoronel(RP) Jorge Elías Salazar Pedreros

Secretario GeneralCoronel(RP) Luis Orlando Cely Vega

Diseño Gráfico - Páginas Web - AplicativosDarío Fernando Andrade Peinado

Celular No. 319 250 2319Email: [email protected]

Revista Colegio de CoronelesAvenida Boyacá No. 142 A 55 - Bogotá

Celular No. 311 831 8150Email: [email protected]

Comité EditorialCoronel(RP) Eduardo Martínez Herrera

Coronel(RP) Emel Aguilar Carreño Coronel(RP) Francisco Bermudez Marín

Coronel(RP) Patricia Peña FajardoCoronel(RP) Carlos Alfonso Becerra

Coronel(RP) Antonio José Ardila Torres

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Autor: Coronel (RP) William Orlando Núñez CorredorPresidente Colegio de CoronelesEl año que está próximo a concluir trajo consigo situaciones especia-les que los analistas se atrevieron a denominar como la “nueva nor-malidad,” coinciden ellos al afirmar que se busca implantar un nuevo ser humano y presentar al futuro ciudadano del mundo con un for-mato diferente en una nueva rea-lidad, analizar y discurrir sobre el tema nos llevaría hacia escenarios desconocidos e inesperados en los que no sabemos desenvolvernos por esta incertidumbre y muchas razones más nos hacemos cues-tionamientos sobre cuál debe ser o será esa nueva hoja de ruta que marcará el sendero por el que de-ben transitar los que por muchos años le sirvieron al país en la con-solidación de la democracia y que hoy por voluntad del gobierno na-cional se han hecho acreedores al glorioso título de Veteranos. No es fácil entender esa nueva nor-malidad, cuando nos confinaron mundialmente como medida de protección y así lo entendimos y realizamos, en una forma muy jui-ciosa, la OMS fue la encargada de convencernos al demostrar la exis-tencia de un virus que atacaba a toda la población sin importar raza, sexo o condición etaria, sin embar-go la misma secuencia de eventos demostró la incapacidad mundial para atender y sobrepasar ese es-collo, le debemos sumar a esta cri-sis que ya no podemos acompañar ni despedir a nuestros seres que-ridos o amigos porque los proto-colos lo impiden y las medidas de protección y distanciamiento nos robaron los ritos y tradiciones.

La verdad si es que en algún mo-

mento se puede llegar a saber, es totalmente esquiva y quienes tie-nen la capacidad de jugar con las cifras las tergiversan o acomodan para que el pánico no vaya a sumir-nos en mayores abismos de deses-peranza, tendremos que afirmar que en el país haciendo un símil, diariamente se cae un avión 727 y mueren 180 o más personas lo que paradójicamente nos llevaría a afir-mar que trimestralmente muere un municipio clase 6, pero esto no es lo más complejo ya que al parecer hay un virus mucho más grave y mortal LA INDOLENCIA, porque al parecer esta situación ya no le pre-ocupa a nadie.

Como lo decía uno de nuestros co-lumnistas, (Jorge Salazar Pedreros) “Ni el Covi 19 con toda su fuerza, fue capaz de hacer que las cifras de violencia y delincuencia bajaran”, lo cual es imposible de aceptar ya que la gran cantidad de normas emitidas por el gobierno nacio-nal, departamental y municipal no lograron contener a los desadap-tados que continuaron su rauda carrera de violencia tiñendo el te-rritorio nacional con la sangre de los inocentes.

Por su parte las autoridades encar-gadas del manejo de la informa-ción estadística demuestran con profusos análisis, que el número de personas muertas no baja pero que pasó su ocurrencia para dentro de los hogares

¿me pregunto entonces en donde están los grandes estrategas y ana-listas de seguridad y convivencia?

Las redes sociales se convirtieron en herramienta fundamental, el WhatsApp nos permitió crear la “Red de Cuidado” y todos pode-mos estar al pendiente de nuestros

compañeros y amigos en su estado de salud o de ánimo y así poder acudir en tiempo real ante ellos para acompañar o motivar.

Por su parte la página www.cole-giodecoroneles.com alcanzó nive-les de reconocimiento y aceptación por la profundidad y seriedad en sus publicaciones.

Al cierre de esta edición el ranking alcanzado a nivel mundial está por los 153.598 y el nacional sigue en rumbo hacia los primeros niveles con 1.682, cabe anotar para su in-terpretación que a menor número, mejor el rango de calificación; es decir, mayor tráfico en la página web, según refleja el ranking de tráfico web de Alexa, propiedad de Amazon.

Desde esta instancia es importante hacer un reconocimiento a nues-tros editorialistas y columnistas, quienes, con su dedicación al es-cribir para conocimiento de todos los lectores, hacen que la llama del conocimiento y la investigación se mantenga encendida para benefi-cio de las futuras generaciones.

Las tecnologías de la información nos llevaron a un nuevo escena-rio y a través de la plataforma web nos seguimos viendo, escuchando y produciendo en beneficio de la organización, la institución y a la misma sociedad a la que juramos defender hace ya muchos …. mu-chos años;

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las reuniones virtuales dieron paso a largas jornadas de trabajo, las reuniones de Junta directiva se cumplen en estricto orden a lo dis-puesto por la asamblea, el ejercicio de rendición de cuentas llegó a nuestras casas con desayuno in-cluido, para que mantuviéramos esa hermandad que caracteriza a quienes como policías recorrieron valles y praderas, campos y ciuda-des, barrios y calles de la Colombia de nuestros sueños llevando mo-mentos de tranquilidad a los con-

ciudadanos.La capacidad de resiliencia del ser humano siempre se muestra con la intensidad que le imponen sus actores, en el colegio este ejemplo adquiere condiciones de especial relevancia y significado, ya que en forma inmediata se dotó a los integrantes del Kit de sanitización con las acordes instrucciones que permiten romper las cadenas de contagio si se hace en forma efec-tiva, convirtiendo su uso en habito, de igual manera llegamos a todos los hogares el día de su cumplea-ños y en forma virtual y presencial acompañamos a los colegiados a la

celebración del inicio de una nueva vuelta al sol.

Se aproximan las celebraciones de fin de año que seguramente esta-rán pletóricas de nostalgia al re-cordar las celebraciones de años anteriores, sin duda ésta será la luz que guie el paso al nuevo año que estará esperando para que entre todos escribamos esa página de honor y gloria; es por eso que no debemos olvidar la frase de Cice-rón “La amistad promueve la felicidad y abate la tristeza al duplicar nuestro gozo y dividir nuestro dolor”.

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“Cuando la Verdad brilla, la Justicia hace honor a los hombres que le sirven de corazón a la Sociedad Colombiana”

Felicitaciones Sr. Director General de la Policía Nacional de Colombia

General Oscar Atehortua Duque

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Autor: Coronel (RP) Gilberto Fernandez Castro Past PresidentColegio de Coroneles

I. PREÁMBULO HISTÓRICO:Nuestra historia Institucional no puede reducirse a conocer la ex-pedición de la ley 23 de 1890 y el Decreto 1000 del 05 de noviembre de 1891, como sus cimientos y los pasos de su primer director, el Co-misario Especial Juan María Mar-celino Gilibert.

Gobiernos y personajes anteriores y posteriores, al igual que hechos transcendentales, merecen el re-cuerdo, aunque sea someramente, para descubrir como tomó vida a partir de 1.950 esta nueva Institu-ción y tal vez el porqué, de algunos de sus resultados.

De otra parte, su situación debe di-lucidarse si recordamos que, en ese entonces, era en su mayoría depar-tamental y la nacional solamente cubría a Bogotá y los Territorios Nacionales (Intendencias y Comi-sarias); y si la Nacional, se encon-traba políticamente al vaivén de los Gobiernos centrales bajo el Minis-terio de Gobierno, que podríamos esperar de las Departamentales.

Ha tenido que afrontar a lo largo de su historia, hechos profundos en su desarrollo, como sucedió con el aberrante suceso que la quebró en dos: el 9 de Abril de 1.948, cuan-do en Bogotá , sede de la 1a.Con-ferencia Panamericana, los direc-tivos del comunismo internacional, en Budapest, sede del Cominform, decidieron obstruirla, para cuyo fin destinaron los agentes soviéticos Rujith, Zupan y Branco, con la co-laboración de estudiantes latinos, encabezados por Fidel Castro, que se encargaría de organizar un apa-

rente congreso estudiantil, para lo cual arribó doce días antes, quien a pocos minutos del asesinato del líder Gaitán , estuvo reunido con Roa Sierra, en el sitio de los acon-tecimientos.

A la una de la tarde, Jorge Eliecer Gaitán notable caudillo del partido liberal, cuando sale de su oficina en la carrera 7 con la calle 14, Juan Roa Sierra, le hace tres disparos.

Un cabo de la policía lo captura y trata de protegerlo de un lincha-miento, introduciéndole frente al lugar de los hechos en una dro-guería, pero el pueblo enardecido, derrumba sus puertas y el sujeto es asesinado cruelmente a golpes.

Estalla entonces lo que quiso ser una revolución.

El centro de Bogotá arde, el comer-cio es saqueado y el populacho re-cibe armas de policías extremistas, seguidores de Gaitán, las que han hurtado en sus cuarteles; hasta el punto de que en la antigua “V Di-visión” (Estación) en la calle 12 con carrera 6ª, se trata de organizar, con los líderes gaitanistas, una jun-ta revolucionaria para darle direc-ción al movimiento hacia la toma del Poder Nacional.

Otras unidades son tomadas por ellos; la mayoría del personal huye, encabezada por sus comandantes (abogados asimilados a capitanes y los subtenientes del ejercito en comisión), quedando sin mando alguno; pero una escogida masa de policías leales se une al Ejército y recuperan a Bogotá. La mayoría de las armas hurtadas a la Policía fueron llevadas a la Embajada de Cuba.

Por desgracia se inicia en esos os-

curos momentos lo que se llamó la era conocida como de la “violen-cia”.

Ante los hechos del 9 de abril men-cionado, sin mayores considera-ciones, ni miramientos de ninguna naturaleza, el gobierno central, de un plumazo, acaba con la policía, retira a todo el personal.

Solo se salvan algunos pocos, los de la Escuela General Santander que, a órdenes de su director, el coronel del ejército Alfonso Ahu-mada Ruiz, salen a tomar posición defensiva del Palacio de la Policía, para defenderlo a toda costa de las turbas enardecidas, que causan la muerte del cadete Gerardo Monca-yo Barrera.

Además, un grupo de policía mon-tada a órdenes de los comandan-tes Genaro Rozo Osorio y Alberto Guzmán Aldana apoya al Guardia Presidencial, en la defensa del go-bierno legítimo.

“Todo termina a fin de que todo vuelva a empezar, pero todo mue-re a fin de que todo reviva”.

La Policía Nacional es reemplazada así, en las calles bogotanas y en los territorios nacionales por la recién fundada “policía militar” con tal objetivo, capacitados en la Escue-la General Santander solo durante unos pocos días.

La nueva estructuración y orga-nización de la Policía Nacional, se inició en el año de 1949, cuando el congreso autorizó al gobierno na-cional para su reorganización, pro-cediendo a contratar una misión de policía...

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ante el gobierno de Inglaterra, la que arribó en Colombia en no-viembre de 1949 y asesoró en su dirección y capacitación hasta el año de 1.951.

II. NUEVA DINAMICA INSTITUCIONAL

Corría el año 1950, los cuerpos de policías departamentales y muni-cipales ejercían sus labores en el resto del territorio patrio, en algu-nos pocos casos con oficiales de escuela en comisión y, en los de-más, con mandos seleccionados y nombrados por los gobiernos loca-les y, por tal motivo, sin formación académica.

En aquel año ingresamos ciento veinte aspirantes a oficiales; 30 incorporados en la Escuela Militar y la Academia Militar de Ramírez, con los que se integró el primer grupo de brigadieres y, los demás, de las principales regiones del país; muchos de ellos de insuperables condiciones, pero que, por desgra-cia, la politiquería, a través de algu-nos de los incorporados, acosa con ensañamiento a quienes juzgaron no eran de la confianza del partido de gobierno, hasta dar al traste con su permanencia y privaron así a la Policía de magníficos exponentes, que hubieran sido un orgullo ins-titucional.

No tuvimos uniforme de salida y a dos cadetes nos correspondió proyectar el que se adoptó.El 17 de diciembre de 1950, reci-bimos el grado de “Subcomisarios a Prueba” (Sub-Ttes) 85 aspirantes y pocos días después, seis compa-ñeros más.

Iniciamos una NUEVA ERA para la Policía Nacional, con lo que se nos enseñó en la Escuela de Cadetes General Santander, que dirigía, en aquel período, el Teniente Coronel del Ejército Nacional Daniel Cuervo Araoz, y nuestro comandante de compañía el Mayor Bernardo Ca-macho Leyva.

Como una atrevida y señalada ju-ventud y con su fogosidad natural y los ideales que nos forjaran en la escuela, salimos a devorar llanuras y montañas, poblados y urbes tras la meta final; a enfrentar con altivez los obstáculos.

Amamos nuestra institución, y nue-vas ilusiones iluminaron el camino para recorrer y nos infundieron un gran valor para asumir con éxito rotundo, los destinos de ella. Sali-mos a lucir el nuevo uniforme gris y dejamos atrás el carmelito, usado por los militares durante el inter-medio aducido (1949-1950).

De acuerdo con el nuevo estatu-to (2176/49) al siguiente año, nos fueron impuestas las insignias de grado, que ahora se había modifi-cado, para denominarnos teniente II, y más tarde tenientes, en cuyo grado permanecimos por espacio de 8 años, con motivo de nues-tra incorporación al Ministerio de Guerra, hasta quedar equiparados en tiempo y antigüedad con los oficiales de las Fuerzas Militares, como producto de la unificación con ellas.

Otros, en su mayoría, los departa-mentales, fueron degradados para obtener el correspondiente grado acorde a su antigüedad.

Generalmente podemos decir que la responsabilidad honra al hom-bre y con esa virtud acometimos la

labor de participar, natural y senci-llamente, en la lid para rehacer la Policía, para lo cual embragamos el blasón de ¨DIOS Y PATRIA¨, con-fiados en las doctrinas, dones y sa-beres que nos inculcara la Misión de Policía Inglesa, presidida por Sir Douglas Gordon y el Coronel Eric Maxfield Rogers y conformada, también, por doce oficiales y pro-fesionales, más un selecto grupo de oficiales colombianos super-vivientes del holocausto del año 1948.

Esta misión se encargó, asimismo, del nuevo Estatuto Orgánico para la Policía Nacional, con la asesoría de ilustres personajes de la época, como fueron los doctores: Darío Echandía, Carlos Lozano y Lozano y Jorge Gutiérrez Anzola.

Pero las dificultades no estaban en cumplir su misión, fieles a su deber, sino en conocerla en su magnitud y consecuencias, porque el trabajo es un don de Dios que no consien-te ateos; y bajo una misma doctrina e ideales, comenzamos a esculpir la NUEVA HISTORIA de la POLICIA NACIONAL, con la siembra de la semilla, especialmente en la anti-guas policías departamentales y municipales.

Cinco categorías de oficiales cons-tituíamos el escalafón para esta época, primero, los altos mandos eran ocupados por distinguidos oficiales del Ejército en comisión.

En segundo lugar, unos pocos ofi-ciales que de la antigua Policía Na-cional habían permanecido, les se-guían como mandos intermedios.

A continuación, en un tercer lugar, las nuevas formaciones de oficiales

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que nos graduamos a partir del año 50, formadas por la misión de Policía Inglesa, que comenzamos a asumir los mandos medios.

En cuarto lugar, oficiales de las Fuerzas Militares en uso de buen retiro, quienes al ingresar a la Po-licía se les reconoció el mismo gra-do y antigüedad.

En quinto lugar los mandos pro-venientes de las policías departa-mentales y municipales que, como se ha expuesto, eran selecciona-dos, nombrados y asignados en sus grados, a voluntad del gober-nador y del alcalde de turno y de sus jefes políticos, sin formación académica de policía.

Una vez nos graduamos, se nos distribuyó por todo el país, con miras al reemplazo de los oficiales departamentales y municipales y de los oficiales del ejército que se encontraban en comisión.

Sembramos por doquier los nue-vos conocimientos, doctrinas y téc-nicas.

La aureola con que nos señalaron por nuestras realizaciones, como “SABIOS¨, lleva a los mandos en las diferentes secciones del país, a depositar en las manos de esta muchachada, cargos que no co-rrespondían al grado y experiencia, como, por ejemplo, con 15 días de egresado y de prácticas en Bogo-tá, llegué a recibir el comando del Distrito Cali, hoy, Policía Metropo-litana, un año más tarde el de Ar-menia, también hoy Metropolitana. El Tte. Tello, con tres años de ser-vicio el comando de Nariño y así, muchos de los integrantes del cur-so.

A pesar de todo, después de ese “primer año de prueba” y de erro-res, caídas y subidas, el grupo se cohesionó, integró propósitos y fue cuidadoso en su trabajo.

Estas aspiraciones personales se mejoraron con el curso para te-nientes, primero por realizarse, pero clausurado en un comienzo por haber coincidido con el golpe del 13 de junio de 1953, en un nue-vo ambiente cargado, para unos de dudas y para otros de promisoras ejecutorias.

Puede decirse, sin mayores dudas, que nos vitalizamos y nos impu-simos objetivos, en el ¨primer¨ curso de perfeccionamiento para oficiales, ya con miras más serias, concretas e institucionales, y como testigos áticos y actuantes de un proceso social y político que sufría un impacto y prometía mucha paz.

Como resultados del golpe mili-tar, el gobierno del señor General Rojas Pinilla, en el año referido, mediante el decreto 1814, dispu-so que la Policía se incorporara al Ministerio de Guerra, (por tercera ocasión en su trayectoria), ), aho-ra como la “Cuarta Fuerza” orde-nada mediante el Decreto 1814 del 10 de Julio de 1953 y corregi-da, posteriormente por el Decreto 3220 del 9 de Diciembre del mismo año, que señala: “art. 1° Las Fuer-zas Armadas están constituidas por las Fuerzas Militares y las Fuerzas de Policía”, por lo que nos corres-pondió la revisión, el trámite y la reorganización de su estructura y los reglamentos en todas las áreas, adaptando en gran parte los de ellos, y así por ejemplo, se organi-zó el célebre F-2 ( DIJIN) bajo la di-rección de otro compañero, el Tte., Barragán.

Años más tarde, con el coronel Castillo, propusimos una nueva reforma institucional, saliéndonos del esquema de las Fuerzas Milita-res, aumentamos las Direcciones a seis, la Operativa y la Docente (Es-cuelas), asumiéndolas compañeros que se encargaron de su ordena-miento interior y funcionamiento.

En relación con la oficialidad de-partamental y municipal se cum-plió un plan para su integración al escalafón pertinente y, luego, lentamente, pero con pasos segu-ros y de profunda huella, fuimos ascendiendo hasta quedar equipa-rados, en un todo, con las Fuerzas Militares.

Así mismo, se nos coloca judicial-mente dentro de la Justicia Penal Militar; su presupuesto se equilibra con el de las Fuerzas Militares y sus sueldos y prestaciones sociales alcanzan los mayores niveles del país.

Con esos fundamentos, coadyuva-mos en la capacitación de nuevos contingentes y reformamos las vie-jas Policías seccionales.

Paralelamente a todos aquellos de-sarrollos político-sociales, se iban sentando bases doctrinales.

Fuimos realizando la sustitución de los oficiales del Ejército en comi-sión, que ocuparon los cargos de mando, operativos y administrati-vos; asumimos mayores responsa-bilidades de las correspondientes al grado y conocimientos adquiri-dos en la práctica...

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pero siempre estuvimos a la altura de las exigencias por aquellas fe-chas.

Debido a las circunstancias creadas por el deterioro de la convivencia en la década del 50, y escaso nú-mero de mandos en el Ejercito, se ordenó, por ejemplo, que un gru-po de compañeros fuera destina-do en comisión a este (Escuela de Artillería), para asumir el mando de pelotones de soldados en cin-co batallones, configurados con el fin de marchar a comisiones deno-minadas de “orden público” y tras un breve curso de contraguerri-llas, asumieron sus excepcionales funciones, con prendas e insignias de la Oficialidad del Ejército, re-conociéndoles, sin más condicio-nes, el grado correspondiente de sub-tenientes de las Fuerzas Mili-tares. (Así nos iniciamos en algunas áreas).

Algunas ciudades y municipios, afectadas en alto grado por situa-ciones extremas de desorden, exi-gían alcaldes denominados “mili-tares”, por lo que el gobierno nos ocupó igualmente en esos menes-teres, y como jefes de organismos oficiales; por ejemplo, los primeros fueron los tenientes Rafael Gelvez Esteban, Fabio Londoño Cárdenas y Alfonso Barragán Salguero, de Sogamoso, Quibdó y Chita, en su orden.

Definitivamente, quedó atrás la era de los policías departamentales y politiqueros, hoy se mira con amar-gura y congoja esa época, la de los alguaciles, los gendarmes, los sere-nos, los “chapoles”, los lacayos de la autoridad civil o el politiquero de turno, los peones a jornal para ser-vir únicamente los intereses de sus

jefes, al cumplir incondicionalmen-te órdenes para preservar el pues-to, y se desliga definitivamente el grado y la promoción, de influen-cias extrañas, además de implan-tarse la obligatoria capacitación académica.

En este año, 1958, sobreviene el cambio del gobierno del General Rojas Pinilla y una Junta Militar in-tegrada por cuatro Generales y un Almirante, de la cual hace parte el General Deogracias Fonseca, direc-tor de la Policía, asumen la Presi-dencia; pocos días después, un grupo de oficiales descontentos y leales al General Rojas, traman un golpe de estado para restituirlo al poder, el que aborta el 2 de mayo de 1958. Tras un estruendoso fra-caso, se ordena la detención del personal implicado de las distintas fuerzas.

Ante este hecho, la Junta decide dar el mando de la Institución a un oficial de policía, al oficial de ma-yor grado y antigüedad, el señor Teniente Coronel Saulo Gil Ramírez Sendoya.

En ello tienen gran influencia nues-tros compañeros que laboraban en Palacio.

Se accede al fin al hecho inespera-do y feliz, la entrega de la Dirección de la Policía Nacional, a sus propios mandos, en mayo de 1958.

En desarrollo de esta independen-cia, el Ejército termina la comisión a todos sus oficiales en la Policía y deja acéfalos los comandos ocupa-dos por ellos, muchos de los cuales debimos asumir nosotros.

Los altos mandos iniciaron la de-signación de varios de los nuestros como comandantes de Divisiones,

hoy Departamentos, correspon-diéndoles algunos de los primeros a los capitanes: Alberto González Rivera, de Huila; Pablo Rosas Gua-rín, de Córdoba y Humberto Ortiz Muñoz de Nariño.

En el desenvolvimiento de esas variadas y complejas labores po-licíacas pusimos nuestra cuota de sangre; las circunstancias y los des-tinos Divinos así lo permitieron.

Los primeros en caer y en fertilizar con su sangre el camino que reco-rríamos fueron los tenientes: Félix Rojas Ramírez Y Rodolfo Villamizar Gómez.

No fuimos inferiores al ponderado adjetivo, con que se nos signó.

Recordemos que bajo la gesta emancipadora liderada por el liber-tador Simón Bolívar y con cabeza de vanguardia del General Fran-cisco de Paula Santander, cuando estaba por fracasar en la batalla del Pantano de Vargas, con gran vi-sión seleccionó entre sus hombres a quien, por sus dones de lealtad, valor, entrega, espíritu patriótico y de superación, estuviera en capa-cidad de transformar la derrota en victoria.

A JUAN JOSE RONDON, le dió la orden: “Coronel, salve usted la patria”...

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éste, con un puñado de lanceros, acometió contra las filas españolas, con tal bravura, intrepidez y coraje, que les puso en desbandada, ven-ció y culminó la misión encomen-dada con la que cimentó los pos-teriores triunfos y realizaciones de libertad para cinco naciones.

Podemos decir, con orgullo y mo-destia que, como el héroe Juan José Rondón en el Pantano de Var-gas, superamos la misión impuesta para rememorar así, fielmente, a tan insigne héroe, y con el emble-ma que acogimos de “LEALTAD Y COMPAÑERISMO”, palabras he-ráldicas escogidas porque corres-pondían a nuestros espíritus, a nuestros deseos, que, abrigaban el futuro que deseábamos, comul-gaban con nuestra formación en el hogar y exigían más personalidad.

Recordamos lo que decía el sabio ALFONSO X: “La lealtad es cosa que dirige a los hombres en todos sus hechos, para que hagan siem-pre lo mejor”.

En el campo del progreso del co-nocimiento participamos en nume-rosos cursos en el Ejército, entre ellos los de Armas y Contragueri-llas en el batallón Caldas; de Logís-tica y Administración en la Escuela Militar de Cadetes; de Estudios Su-periores en la Escuela Superior de Guerra, y, dejamos en todos esos sitios muy en alto la imagen insti-tucional.

Recorrimos otras aulas y cátedras, fuimos alumnos de la ESAP, así como de las universidades Javeria-na, La Sabana, Andes y el Rosario; tuvimos la oportunidad de ser los

primeros en participar en los cur-sos de altos mandos de la Escuela de Cadetes General Santander y en salir a estudiar al exterior.

En reconocimiento a quienes fue-ron nuestros profesores y a sus óptimas condiciones profesiona-les, recordemos algunos insignes nombres: Alfonso Reyes Echandía (Presidente de la Corte Suprema de Justicia, muerto en la toma del Palacio de Justicia), Roberto Pine-da Castillo, Miguel Lleras Pizarro, Jorge Gutiérrez Anzola, Fernando Cepeda, Ramón Alberto García, Ál-varo Castaño Castillo, Miguel San-tamaría Dávila; a distinguidos ofi-ciales del Ejercito profesores de la Escuela Superior de Guerra, al céle-bre entrenador norteamericano de tiro, de reconocimiento mundial, REDY HART; así como a expertos en las artes lúdicas: Wolff Ruvinsky y Jorge Arévalo, o el profesor Val-derrama campeón en esgrima, la modalidad deportiva de la época.

En reconocimiento a nuestra labor, La Dirección General, por primera y única ocasión en la historia policial, con motivo de cumplir cinco años de egresados, ofreció una gran re-cepción en traje de gala, en el Ho-tel Tequendama, con asistencia de los altos mandos Militares.

Los conocimientos modernos de organización nos llevaron a realizar

una gran reforma estructural de la Policía, apelando también al estu-dio de las más prestigiosas Policías del mundo.

Podemos relacionar algunas de nuestras realizaciones: Construimos las primeras casas fis-cales de la Policía, en los terrenos de la Escuela General Santander y en el Cesar.

Creamos el Museo de la Policía Na-cional.

Dimos origen a la Revista de Crimi-nalidad y la de ECSAN.

Constituimos la Primera Academia Superior, cuya clausura se realizó en acto especial en el Club Mili-tar, en traje No 2, presidido por el Sr. Presidente de la Republica y con sendos premios para los dos primeros puestos: primera y única vez.

Creamos y fundamos la Escuela Carlos Holguín y la Gabriel Gonza-les.

Construimos numerosos edificios para comandos Departamentales de Huila, Cundinamarca, Tolima, Nariño, Amazonas, Valle, Norte de Santander, Antioquia y Bogotá, el Casino en Cartagena, el de la Di-rección General y el actual Hospital Central.

El Fondo Rotatorio lo ampliamos de una a quince sucursales, con apertura al público, como super-mercados de importancia (Geren-tes posteriores dieron al caos este servicio) e importamos vehículos para vender a nuestros miembros, a crédito y con precios muy infe-riores a los del comercio; además, iniciamos las adquisiciones para la institución.

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Creamos la Fuerza Disponible, el GOES, el Cuerpo de Granaderos, la Unidad de Antinarcóticos y el Gru-po Aéreo.

Por primera ocasión, tuvimos Ede-canes en la Presidencia, iniciando con dos al mismo tiempo.

Creamos el Aguinaldo Boyacense en la Ciudad de Tunja en el año de 1.958.

Afamados escritores aportan im-portantes obras a la cultura poli-cial. Uno de nosotros es pintor y escultor.

Con el fin de estrechar relaciones con la sociedad fuimos socios de Asociaciones Cívicas de impor-tancia, como la Cámara Junior, Club Leones y Rotarios, en don-de ocupamos posiciones direc-tivas.

Fundamos el Casino General de Oficiales.

Durante numerosos años fuimos profesores de la Academia Supe-rior de Policía, tanto en servicio activo como en el retiro, principal-mente de las materias de Táctica y Estrategia.

Dos compañeros dirigieron la Ins-titución.

Pese a la oposición del Ministro de Guerra del momento, general Currea Cubides, iniciamos la era de las agregadurías cuyo gestor fue el general Bernardo Camacho Leyva, siendo los primeros destinados al extranjero como tales, y por uno de ellos, a quien, gracias a su labor en Caracas, y no obstante el crite-rio del ministro de Guerra de que no se nombraran agregados de la Policía, el señor Embajador Germán Arciniegas se dirigió al Gobierno Central, para conceptuar que ¨ son más importantes los Agregados de Policía que los del Ejército.¨

Con este paso, abrimos una puerta más a la función policial en el exte-rior, tan indispensable en la época contemporánea.

Elevamos el nivel de la escuela de formación para sub-oficiales y agentes “Gonzalo Jiménez de Que-sada”, en 1955, colocándola para esa época, a la altura de las de ca-detes.

Graduamos los primeros pilotos: el teniente Mario Sarmiento Boada, en ala fija; y a los tenientes Alde-mar Gómez Vásquez y Rafael Gel-ves Esteban en helicópteros.

Sin embargo, no solamente nos preocupamos por dar lustre a la Institución internamente; externa-mente, desde muy temprano, crea-mos y dirigimos los respectivos Clubes Deportivos, con victoriosas participaciones, en un principio para representar a la Policía, luego a las Fuerzas Armadas y pasamos a engrosar los equipos representa-tivos de Colombia y a los pies de la Patria colocamos los laureles con que allende las fronteras nos ciñeran las sienes por los triunfos obtenidos, especialmente en las modalidades de ajedrez, esgrima y

tiro; en ésta última con varios cien-tos de medallas y trofeos hasta el año 2.000, en que se hizo entrega del Club (y todo terminó).

Organizamos Campeonatos Nacio-nales e Internacionales de Tiro en nuestra Alma Mater.

Realizaciones que le dieron presti-gio a la Policía, nacional e interna-cionalmente.

Todos y cada uno de los compa-ñeros, labraron en letras de molde su historia, con la que hicieron más grande la institución benemérita: dos Mayores Generales, tres Bri-gadieres Generales, catorce co-roneles, diez tenientes coroneles, diez y nueve Mayores, ocho Capi-tanes, veintiséis tenientes y nueve Sub-tenientes.

Coronamos el tan anhelado y es-quivo generalato, con cinco com-pañeros, que hubieran podido ser otros tantos, pero por una errónea concepción, límites impuestos al escalafón respectivo y aspectos personalistas del director del mo-mento, se privó a la Policía del ser-vicio de otros insuperables oficia-les. Llegaron a la Dirección General: Pablo Rosas Guarín y Francisco José Naranjo Franco.

Ahora en el retiro, el espíritu poli-cial y la fidelidad, aun latentes, nos llevaron a participar, en la creación, entre otras, de ACORPOL, para la cual participamos en la proyección de sus estatutos e hicimos parte de sus primeras juntas directivas; tra-zamos sus rumbos y, cimentamos su futuro. Participamos igualmente en la del Colegio de Coroneles..

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y siempre vinculados con la Institu-ción, desde la Cámara de Comercio de Bogotá, se crearon y organiza-ron los CAI, bajo el comando de Oficiales en retiro y la financiación de los vecinos; y se dió impulso a la “Policía Comunitaria” y la organiza-ción vecinal contra la delincuencia, que extendimos a las ciudades de Cali, Medellín, Ibagué y Villavicen-cio, en un principio.

Así, con sencillez y naturalidad, solo aquellos que no esperan nada del azar, son dueños del destino.

-COLOFÓN-Helmut Kohl anotaba: “Un pue-blo que no conoce su historia no puede comprender el pre-sente ni construir el porvenir” y agregaba Henry Bergson “El presente solo se forma del pa-sado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa”.

Historiográfica y filosóficamen-te estas notas podrían conside-rarse de escasa significación, ante todo porque son un resu-men; empero, en el desarrollo de la Policía Nacional- como cuerpo-institución, señala hitos para la investigación en este

campo y para la elucubración acerca de algunos fenómenos de carácter espiritual y socioló-gico-políticos, particularmente en el ámbito de futurología po-licial que exige la dinámica del mundo contemporáneo.

Este fue y ha sido el “CURSO DE LOS SABIOS”, el primero después del nefasto 9 de abril, y aún hoy, 70 años ulteriores al recibo de nuestro primer gra-do, revisada la historia nacional y luego de escrutar y cotejar la institucional, antes y después, firmes, orgullosos, damos par-te de la misión cumplida, listos aún al llamado que esta patria o la Institución nos realice.

Como cadetes y en nuestros primeros grados observamos los rayos del sol tras las mon-tañas con la incertidumbre del futuro que nos esperaba; hoy, desde la cúspide de ellas, ob-servamos el paisaje completo, lo que íbamos a ser ya lo so-mos, lo que no íbamos a ser, no lo fuimos.

No puedo terminar sin hacer

alusión a nuestras esposas, re-cordando aquella frase de Na-poleón con la que quiero ence-rrar todo nuestro sentir: “Una mujer bella place a la vista, una mujer buena agrada al corazón, la primera es una joya; la otra, es un tesoro” ...y tesoros nos prodigó el Señor.Y para finalizar, permítaseme incluir a continuación la última estrofa de uno de los poemas de nuestro “corneta mayor”, el teniente JAIME RICO RAMÍREZ:

“Y así cuando lo quieras, dentro de pocos o muchos años,Permíteme tocar con un clarín alado, una diana alegre y muy sonora; Que endulce tus oídos y pueda alguno de nosotros con un parte Señor, decirte en formación en cuadro: ¡Está completo aquí, el curso de los sabios ¡”

“La historia, solo es escrita por los vencedores “Coronel(RP) Gilberto Fernández Castro

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Fotografía: GÉNERO DEL CORAJE II - POLICÍA NAL

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Autor: Coronel (RP) Jorge Elías Salazar Pedreros VicepresidenteColegio de Coroneles

El funcionario de la policía na-cional siempre ha sido visto como un líder de la comunidad, por su disposición para servir y por la integralidad que encierra en su servicio donde colabora con la ciudadanía en multiplici-dad de facetas marcadas en la función preventiva, educativa y social que le atañen a la insti-tución.

La educación policial en los pro-cesos curriculares tiene incluido el liderazgo, por que además de las cualidades personales de cada policial, la institución tiene el interés de contribuir a su for-mación como líder, por que en-

tiende que es una de las mejo-res formas de llegar al corazón y la mente de los ciudadanos.

Por ello los miembros de la ins-titución, hoy por hoy deben eri-girse como líderes sociales que comprenden el entorno donde trabajan y buscan aportar a la solución de las diferentes pro-blemáticas que afectan la con-vivencia y la seguridad ciuda-dana.

El liderazgo policial privilegia el espacio de la prevención, por ello, los programas de partici-pación ciudadana y de capacita-ción a la comunidad diseñados por la institución, se constitu-yen en el medio por el cual sus hombres se relacionan con la comunidad y los involucra en el desarrollo de programas que

buscan aportar a fundamentar la cultura de seguridad y convi-vencia ciudadana y a estimular hábitos en los ciudadanos para asumir una conducta adecua-da de prevención del delito y de formar en niños, jóvenes y adultos, buenos comporta-mientos que fortalezcan la con-vivencia ciudadana.En el trasegar institucional se ha inculcado el liderazgo pero basándose en sus diferentes formas, dejando al conocimien-to y autonomía propia del fun-cionario la forma de expresarlo.

Pero la institución se ha preo-cupado por este tema, por eso en un estudio reciente realizado por miembros de la institución con fundamentos científicos y metodológicos se ha llegado a la conclusión que es necesario diseñar un modelo de liderazgo policial teniendo en cuenta las distintas formas de liderazgo, por tanto propone un modelo propio denominado: “Modelo Holístico de Liderazago Po-licial”.

En este sentido, el Modelo Ho-lístico de Liderazgo Policial tie-ne como objetivo contribuir a la implementación de buenas y mejores prácticas de liderazgo por parte de los integrantes de la Insitución y lograr desde la efectividad de su aplicación la consolidación de un cuerpo de policía más humano, íntegro, disciplinado, innovador, cerca-no al ciudadano...

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y comprometido con los nuevos retos de la seguridad y conviven-cia ciudadana. (Nieto y otros, 2018, Pag.11).

El Modelo Holístico de Liderazgo Policial se entiende como: “con-cepto de ciencia de policía, que permite integrar los ámbitos per-sonal, institucional y comunitario del uniformado con atributos ta-les como: honor policial, visión e innovación, credibilidad y confianza, vocación de servicio, adapabilidad y efectividad; con el fin de optimizar el servicio de policía entendido como un todo y movilizar la cultura ins-titucional, frente a los entornos sociales, dinámicos y complejos de la sociedad colombiana.” (Ibídem, 2018, Pag.13)

Este modelo de liderazgo con-templa su desarrollo en los entornos institucionales opera-tivo, docente y administrativo, lo que indica que todo policía sin importar su lugar de traba-jo o el ambiente en el que se desempeña debe desarrollarse como un líder holístico, por que su escencia es el servicio a la comunidad, de tal manera que en sus actuaciones y servicios demuestre su liderazgo y logre llegarle al ciudadano como un líder total. Por ejemplo, no im-porta si la labor de un funciona-rio es en el campo administra-tivo, habrá momentos en que prestará algún tipo de servicio donde interactuará con la ciu-dadanía y allí debe mostrar su

liderazgo.

También el modelo señala que el liderazgo se debe desarrollar en los ámbitos personal, insti-tucional y el de la comunidad, abarcando con amplitud los diferentes ambientes en que interactua el policial. En este sentido, invita a que el unifor-mado de policía en su ambien-te personal se muestre como líder, con su familia, en su en-torno social, con sus vecinos y allegados de tal manera que su liderazgo no se quede única-mente cuando está en su traba-jo, sino que se aprecie cuando está interactuando en los otros espacios.

En el ámbito institucional nue-vamente llama a que todos los policias al interior de la institu-ción deben mostrarse como lí-deres en el desempeño de sus diferentes cargos y en todas las actividades que desarrollan. Distinguirse por su colabora-ción, su puntualidad, sus bue-nos modales y comportamien-tos, su inciativa y aporte, su manera de expresarse, su bue-na disposición para trabajar en equipo, su buena disposición para escuchar y comunicarse, entre otros.

En el ámbito con la comunidad, el cual está relacionado direc-tamente con la misionalidad de la institución, el uniformado por medio de su liderazgo debe fortalecer ese referente de líder ante la sociedad por la forma como atiende al ciudadano,

por la calidad de su servicio, su disposición para tratar de resol-ver los problemas que le pide el ciudadano, y su ayuda para coordinar diferentes temas re-lacionados con la convivencia ciudadana. Igualmente la forma como guía y orienta a la comu-nidad y como le ayuda para re-solver los diferentes conflictos y problemas que lo aquejan y que muchos de ellos pueden impactar en la seguridad ciuda-dana.

En este sentido, que impor-tante sería revivir el Policía de antaño que “hablaba” por la comunidad ante problemas o necesidades en las cuales po-día interceder o coordinar con entidades o autoridades para buscar una solución, el que se untaba de “pueblo” en activida-des barriales o en los munici-pios y veredas participando en actividades para beneficio del campesino, el que se relacio-naba y compartía con las juntas de acción comunal; todas esas prácticas de integración con la gente son las que nuevamente se deben desarrollar, quizas el contexto actual es otro, pero la escencia de esa forma de actuar son las que el policía de hoy debe retomar.

Si bien es cierto, los problemas que afectan la seguridad se han multiplicado y la sociedad muestra unos niveles mayores de intoleracia hacia el cumpli-miento de las normas, el respe-to y la disciplina social, aún hay muchos ciudadanos

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que aprecian el orden y que ven en el Policía esa figura res-petable que biene a colaborar, a educar con su ejemplo y su comportamiento y a apoyar las causas en bien de la comuni-dad.

Por eso se considera que el li-derazgo policial es un liderazgo de servicio, donde muchas ve-ces el policía es el doliente de las necesidades de la comuni-

dad y se apropia de ellas para interceder o para proponer so-luciones como un líder público que vela por mejorar las condi-ciones de tranquilidad, bienes-tar y sociego de la comunidad.

El ciudadano común no inter-preta el liderazgo policial de acuerdo al grado o cargo del policía, simplemente lo visiona como un servidor público al cual puede recurrir en momentos de necesidad o de peligro, por

eso es tan importante que todo policía tenga la disposición ge-nuina de prestar el servicio de manera diligente y comprome-tida y que los uniformados que ostentan altos grados también se integren y muestren su lide-razgo por medio de reuniones con la comunidad en los ba-rrios, en los conjuntos residen-ciales, en sectores residenciales y que lleguen con acciones civi-cosociales a los sectores donde por diferentes razones las co-munidades no sienten el mejor afecto por la institución y sus servidores. Todas estas accio-nes influyen en los ciudadanos y van cambiando esos referen-tes de fuerza e imposición, que por norma acompañan la fun-ción policial pero que en esen-cia son mecanisos que se utili-zan cuando es exclusivamente necesario.

Ahora es el momento propi-cio, la institución está inmersa en un proceso evolutivo donde la doctrina del humanismo se sigue profundizando y cam-biando paradigmas que pasan a ubicar al hombre y mujer po-licía como lo más importante para la institución y como ellos entienden que ese humanismo revierte en mejor trato a la ciu-dadanía, en un mejor servicio con mayor calidad y en resul-tados efectivos en bien de la seguridad, la tranquilidad y la convivencia en general.

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Autor: Mayor (RP) Hernando Copete OrtízPsicólogo, Sociólogo, Estadístico

La esencia de las cosas es su ser, así lo determina la filoso-fía. Siendo más ilustrativo, este ser, está determinado por su naturaleza, materia, sustancia; algo diferente a la conciencia y a las sensaciones, es decir que se encuentra fuera de nosotros, es una realidad objetiva, que se puede medir, tocar, eliminar, cambiar o modificar.

Cuando se habla de tombo, a todos los colombianos inme-diatamente nos aparece en nuestras mentes, un policía.

Esta imagen es la de un hom-bre o una mujer con una vesti-menta1 puntual, de color verde aceituna y una serie de acce-sorios como bastón de mando (bolillo), armas, placas, cinturo-nes, arneses, insignias de man-do, gorras, medallas, conde-coraciones, corbatas, escudos,

chalecos antibalas, cascos, etc.

Los atuendos, en general, son representaciones simbólicas de un estatus social (rico – pobre), profesión, oficio, actividad o tipo de servicio (médico, bom-bero, chef, piloto de avión, so-corrista, sacerdote, estudiante, ciclista, campesino, magistrado, prisionero, albañil, vigilante, etc.).

A lo anterior le debemos sumar los colores y su fotometría, es decir la intensidad (cantidad de flujo de luz) del color, los cua-les, tienen una influencia en nuestras emociones.

Unos colores nos pueden irri-tar y otros llevar a la calma. Estudios señalan que el color rojo (se encuentra dentro de los colores cálidos) aumenta el ritmo cardiaco e incremento de la adrenalina, llevando a los individuos a ser activos y entu-siastas.

El verde, color del uniforme po-

licial, es un color frío, es un co-lor que provoca la sensación de calma, frescura; bienestar; pero también, tristeza, soledad.

En síntesis, el policía con sus ac-titudes, aptitudes y el color de su uniforme, busca una relación fresca, calmada y amigable con la ciudadana.

El llegar a vestir de equis (x) o ye (y) estilo, se debe a las dife-rentes formas de indumentaria por las que ha pasado el ser humano en nuestra sociedad y que obedecen, también, al tipo de cultura, su clima ambiental, y al tipo de influenciapsicológica que puede desen-cadenar; partiendo de la desnu-des, uso de taparrabos, mantos, túnicas, casacas, pañolones, ruanas, abrigos, sombreros, cascos, gorras, chalecos, togas, guantes, pantalones, faldas, tú-nicas, medias, interiores, arma-duras, tirantes etc

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En la evolución de todas estas prendas de vestir, entran en juego también, el tipo de ma-terial, su diseño, la tecnología para su construcción, la influen-cia socio cultural, la diferencia de género como edad, estatura y volumen de la persona, cos-tos, o contextos donde se vaya a utilizar.

Continuando con la historia, los primeros uniformes de la Poli-

cía Nacional de Colombia, en su diseño, se caracterizaba, por un buen número de botones ubi-cados en las mangas, parte de-lantera del saco, en dos o tres hileras verticales, y en la parte trasera, en sus aberturas.

Que me digan tombo, para mí, no es un desprecio, humilla-ción, censura, desaprobación, etc., por lo contrario, es un ha-lago, alabanza, honra, prestigio.

Es un reconocimiento histórico, pues el botón, botón, botón, tombo, tombo, de mi uniforme,

es representación de autoridad, reconocimiento de la protec-ción que irradio y materializo; muy diferente al uniforme que está asociado con la guerra.

Para finalizar el saber portar este uniforme, debe estar siem-pre acompañado de la ética, moral, competencias profe-sionales y una buena toma de decisiones, en el actuar, para impartir y dar ejemplo de com-portamiento social y aplicación de la justicia.

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Autor: Coronel (RP) LuisEnrique LaRotta BautistaPresidente Grupo ISVIPast PresidentColegio de Coroneles

Interesante y acelerado ha sido el cambio del principal actor de la vida pública en la transitorie-dad social: el policía. La multi-funcionalidad lo ha llevado al conocimiento, y lo ha alejado de las presiones y coacciones burocráticas en el transcurso de las dificultades del mundo mo-derno, por lo que se identifica como “la fuerza a servicio del derecho” y en cumplimiento de la Constitución Nacional.

Así, el policía se constituye como profesional a través de un mejoramiento psicológico e intelectual, para entrar a las épocas de la reflexión, propi-ciando y propagando su senti-do profesional, no dependiente de políticos, sofistas o filósofos, sino de la ley.

Ante la astuta y sagaz delin-cuencia, su conducta necesita ser ingeniosa y creativa, sere-na y de aplicación inmediata como brazo de la norma. La Policía presenta de manera téc-nica planteamientos, incluidos

los conocimientos y las capaci-dades diversas contra la trans-gresión. Asimismo, su moral ha tenido que robustecerse contra la corrupción, la coacción o el apremio. Como entidad es un referente universal, encargada del orden público, la seguridad ciudadana y el cumplimiento de las leyes.

El policía en su propósito de solucionar la incógnita o el mis-terio, el conflicto o el reto, el auxilio o la reprensión, se olvida muchas veces de sí mismo- in-cluso de su propia familia-. Su servicio está ajustado a la inspi-ración de su propia vida y des-tino, al espíritu de abnegación y al sacrificio que exige vocación y talante específico para tales tareas.

Su arte, disciplina y filosofía constituye, eleva y unifica su condición humana como artista y sabio de su propio destino.

En su origen y en su base, su actuar se entiende como la ela-boración psicosocial y cultural creativa, legalmente selecta para su misión específica.

En su unidad científico-artística, en su naturaleza y su esencia, la Policía se define como arte científico, el arte de las circuns-tancias, que, aunque entiende la democracia, su interés es de-fender la república.

Además, busca conciliar senti-mientos más que intereses, así sean inminentes o inmanen-

tes; su actitud debe ser abso-lutamente diligente frente al adversario así sea conocido o desconocido. Por principio, el representante de la autoridad es consciente de las fórmulas ideológicas, de las determina-ciones que ocultan las diferen-cias o maquinan con intereses grupales.

En el campo de la estructura del Estado, la institución poli-cial esta liberada de las espe-culaciones o elucubraciones, y está encargada de acciones que promuevan la paz, la tranquili-dad y el orden ciudadano.

Asimismo, lucha contra el terro-rismo, combate la criminalidad y previene la inseguridad; en este sentido, el papel de la Poli-cía es algo distinto y diferencia-do del de las Fuerzas Militares, que tienen a su cargo la defen-sa de la nación ante un ataque externo.

Sin embargo, hoy en día, es cla-ro que esta división de tareas ha venido diluyéndose.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad comienza vertiginosamente a disfrutar de lo indeterminado y lo genérico. Comunicaciones e informática desafían lo extraño, rompen dimensiones y alteran la tradi-ción; ahora hay más ideologías, más personas, más desplaza-mientos y migraciones.

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Así, comienza la descarga de todo lo que signifique límites o costum-bres, lo que también abre el acce-so a posiciones antes exclusivas, a rápidos cambios en las prácticas humanas. También, se promueve la conectividad y la infraestructura, la globalización y la glocalización, la industrialización virtual, la energía nuclear, la eutanasia, el trasplante y la igualdad de género.

A la sombra de todo está la indo-lencia acompañada de la anarquía, escoltada de acuerdos entre espe-cialidades, regiones.

Asimismo, lo que se ha venido pre-sentando durante los últimos 60 años es que el crimen organizado, la incapacidad de muchos estados para hacer presencia en todo el territorio nacional, la fragilidad de los sistemas de justicia, la corrup-ción política y administrativa, tanto en lo público como en lo privado, además de las alianzas mafiosas entre políticos y delincuentes, han generado no solo la crisis del mo-delo tradicional de las FF. MM. y la Policía, sino la necesidad de un Estado que posibilite, además de la seguridad ciudadana real, la utiliza-ción de herramientas eficaces que permitan combatir con mayor efi-ciencia y eficacia las cada vez más desafiantes amenazas de la crimi-nalidad, la violencia, la aglomera-ción, la escasez y la inseguridad en general.

El lugar actual de la Policía

La discusión sobre el lugar en el que debe ubicarse la institución policial implica una serie de con-sideraciones que permitan ampliar el panorama y poder elegir la me-

jor opción, lejos de apetitos bu-rocráticos y de orden político, los cuales muchos se manifiestan sin conocimiento y otros con ánimo de alcanzar beneficios electorales, generalmente considerados como populistas y efectistas, mientras la ciudadanía se limita a votar en fa-vor de los políticos.

En este sentido, basta recordar que uno de los factores de desestabili-zación política en Colombia contó con la participación de la Policía, que estaba abiertamente politiza-da y defendía intereses liberales o conservadores, lo que dio origen, por ejemplo, al “Bogotazo” y a los tristemente célebres enfrentamien-tos entre “Cachiporros”, “Pájaros” y “Chulavitas”.

De allí, que muchos expertos en el campo de la seguridad se opongan con bastante razón a la ubicación de la Policía como dependiente de un ministerio político, pues obvia-mente estaría participando de una estructura de naturaleza partidista muy sensible a los designios del grupo político de turno y muy frá-gil a los criterios del poder presi-dencial del momento.

Los desafíos que hoy enfrenta la institución implican tener en cuen-ta varios componentes: las nuevas amenazas, la corrupción política, el abuso de poder, la tecnología, la inteligencia artificial, la globali-zación y la localización, la insegu-ridad líquida, la debilidad del Esta-do, la fragilidad de los sistemas de justicia, y la imposibilidad de con-trolar, delimitar, definir fronteras seguras y fijas.

Asimismo, supone varias conside-raciones que permiten abordar el problema de una manera menos ingenua. Por ejemplo, en primer

lugar, ya no es posible hablar de una Policía eminentemente civil, ahora se debe enfocar el problema de la seguridad desde una pers-pectiva combinada entre lo policial y lo militar, dada la naturaleza de la actuación del crimen organizado y la amenaza para la ciudadanía y el propio Estado.

En segundo lugar, la institución está en una transformación de su actividad operativa, orientada ha-cia una especialización en tecno-logías propias de los momentos actuales: inteligencia artificial, ADN criminal, resiliencia organizacio-nal, sostenibilidad, bases de datos, construcción de escenarios, estu-dios de actuación criminal especia-lizada, IOt, entre otros.

De esta forma, la Policía se está encaminando a generar confianza idiosincrásica a la ciudadanía y al Estado, estimular los valores mo-dernos de libertad, orden e igual-dad, y comprender las emociones humanas, así como a constituirse en una institución especializada en cada una de las diversas formas de actuación criminal, con una gestión subversiva que responda con acti-vidades científicas y operativas, y no de manera reactiva e intuitiva.

En tercer lugar, se debe generar una forma distinta de selección y formación de los aspirantes a policías, atendiendo a los perfiles propios que cada actividad requie-re. Este es uno de los aspectos de mayor importancia, dado que ser policía es más que una actividad profesional, se trata de una misión o un apostolado de dedicación ex-clusiva, en la que debe primar el servicio y no los intereses particu-lares dentro de la institución.

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En cuarto lugar, es importante pre-cisar que, en el mundo líquido, el Estado fuerte no solo debe tener leyes severas y sanciones adecua-das, sino que además debe tener una fuerza policial independiente del poder político, estar al servicio de la Constitución y del ciudadano y no de quién ejerce dicho poder en estos momentos.

Finalmente, la institución policial trabaja un campo de actuación más acorde con el reconocimien-to de nuevo patrones, las identi-dades colectivas, la comprensión del comportamiento humano en la

construcción de escenarios, la neu-ropsicología, el riesgo psicosocial, de manera que sus operativos no estén sometidos a intereses par-tidistas (cacicazgos), sino a aque-llos globales de combate contra el crimen, el desorden sistemático y masivo. Por ello, generar mayores y más eficaces alianzas con poli-cías de otros países y organizacio-nes internacionales, es un desafío que se debe enfrentar de manera decidida. La cooperación policial es uno de los componentes más importantes del combate contra el crimen organizado y los grupos ar-mados organizados (GAO) en estos momentos de evolución psicoso-cial.

La modernidad con sus nuevos valores de libertad, igualdad, dere-chos humanos, exige el músculo de cuerpos tecno científicos con ca-pacidades cognitivas, equipados y armados, diestros en la administra-ción del orden público, el control del desorden público, la violencia crónica, el terrorismo, el crimen or-ganizado, el caos y la desquiciada convulsión social que excedieron la órbita municipal; además, de una esterilización política, partidista o sectaria.

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La paz, el orden y la tranquilidad necesitan estar a cargo de científi-cos, técnicos, operadores de vasta experiencia y profundos conoci-mientos en las teorías de la crimi-nología como ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupen de los patrones de génesis delincuen-cial, la infracción, la victimología, el comportamiento social, los pro-gramas de prevención, las técnicas de prevención e intervención del riesgo público, con métodos y mo-delos alejados del empirismo tanto en las fuerzas del desorden como en las de orden.

Hay una tradición confusa, erráti-ca, heredada del pasado y ahora inadecuada en un mundo paralelo y nublado de los mandatarios loca-les: los gobiernos municipales, de-partamentales y nacionales están embargados por crecientes fun-ciones de la vida pública. Alcaldes, gobernadores y presidentes deci-den condicionados por sensacio-nes y emociones que no alcanzan a garantizar la supervivencia física ni la tranquilidad psicológica. Asi-mismo, la gobernabilidad ha sido altamente afectada por la conecti-vidad, la automatización, el mundo de los computadores, la robótica, la info- tecnología, las redes inte-gradas, el transporte intermunici-pal, así como los sistemas de salud y la educación pública, que son unos de sus activos.

Para encarar los asuntos de segu-ridad pública ante la desquiciada convulsión social o violencia cróni-ca —que dejaron de ser locales—, un presidente tiene a su disposi-ción la experiencia y el conocimien-to (sabiduría) de la fuerza pública, que se debe mantener amparada y

alejada de la contaminación políti-ca, filosófica o sofística. De manera que, la Policía o el Ejército puedan mantener nuevos algoritmos de intervención, y estén a disposición para acudir a ellos y maximizar su eficiencia como gobernantes tem-porales. Las circunstancias de la época exigen al estamento armado su absoluta subordinación presi-dencial. El peligro es el incremento de una línea más dura de autoridad del poder ejecutivo nacional ante escenarios explosivos.

La Policía Nacional es la ciudadanía misma en su reserva moral, como cuerpo disciplinado, competen-te y largamente experimentado, cuyo componente orgánico está cobijado por una celosa alerta en su neutralidad política, filosófica o sofisticada, y alejado de presiones y coacciones. La profesión policial tiene una relación inseparable, una comunión interna vitalicia con el servicio a la humanidad y el sacri-ficio incluso de la vida.

Al policía no se le retira, sino que pasa a la Reserva, porque ha sido formado, conoce bien el mundo que lo rodea, tiene conciencia re-flexiva y actitud positiva. Es pro-ducto de la práctica social, posee la búsqueda del sentido, tiene arraigada la identidad Institucional, fue formado porque posee los ras-gos, el perfil, el talante entre arte y seguridad (fuerza al servicio del derecho); y se le educa (cambio de conciencia de por vida porque no es un empleado).

La política de la Reserva Activa (RA) se refiere a permanecer como un bloque de control sólido a todo el estamento político, filosófico, reli-gioso y, especialmente, a la fuerza pública y la justicia. El campo elec-toral no es su destino, que es para

individuos temporalmente carac-terizados en lo sinuoso, lo turbio y lo demagógico, mientras que lo castrense es lineal, recto y severo.

Cuando el militar entra en la políti-ca (como ya ha sucedido) se sube a un ring de campeones o entra a bailar en un hueco de arenas mo-vedizas en el que puede perder la dignidad, el respeto y la opor-tunidad de actuar en calidad de maestro veedor y corrector de los desmanes, tanto oficiales como sociales. Además, implica perder la vocación, la formación y el talante vital propio de la fuerza pública.

El hombre y mujer de la RA no son unos pensionados, porque no fue-ron unos empleados, por lo que no se jubilan, sino que son profesio-nales que continúan cumpliendo su juramento de servir a la Patria.

Puede ser que no vista el unifor-me, pero no pierde el carácter y la dignidad, pues, como en un sacer-docio, jura servir de por vida no en calidad de burócrata, sino como hombre o mujer de fe y de princi-pios. La carrera policial no termina con el servicio activo, sino que con-tinua acumulando experiencia con la mística y las responsabilidades profesionales.

Actualmente, muchos dudan de la democracia, los derechos huma-nos, la responsabilidad social, los mercados libres, la justicia, la ver-dad; mientras que las fuerzas ar-madas las respetan y las protegen, porque tienen una senda idiosin-crática propia, descontaminada y diferente.

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Autor: Mayor (RP) Hernando Copete OrtízPsicólogo, Sociólogo, Esta-dístico

Inicialmente debemos enten-der que las organizaciones son estructuras administrativas, que “perse”, no tienen poder, por el contario a ellas se les dota de este, a través de recursos hu-manos, materiales, financieros e intangibles y cuya meta, ob-jetivos, es prestar un servicio o generar un producto a la comu-nidad, el cual debe ser legítimo y eficiente.

La reestructuración, como su nombre lo señala, es la modifi-cación de una estructura.

En términos organizacionales, la identificación de su estructu-ra organizacional está dada por: direcciones, departamentos, seccionales, divisiones, despa-chos, grupos, etc., que señalan la línea de mando o autoridad.

En otras palabras (analogía) todo lo anterior sería el esque-leto que permite materializar el plan de acción.

El plan de acción es el direc-cionamiento de las actividades humanas, encaminadas a satis-facer necesidades tanto intra como interinstitucional, que se pueden evidenciar mediante los resultados (productos, ser-vicios), que deben obedecer a una visión, misión, políticas, metas estratégicas, procesos, objetivos, actividades, tiempos,

valores corporativos, recursos (humanos y financieros), y su medición (indicadores de ges-tión), evaluación y análisis.

Concluyendo, toda organiza-ción tiene dos (2) factores que influyen en su imagen y acep-tación social (legitimidad): la forma estructural y su funcio-nalidad.

En Colombia, cuando se habla de reestructuración de las or-ganizaciones, supuestamente, esta acción se hace fusionándo-las o eliminándolas (supresión).

Cuando se fusionan, permite identificar la improvisación de sus creadores, diseñadores, or-ganizadores y se evidencia con la duplicidad de funciones en cada una de estas institucio-nes, lo que indica una falta de estudio de las verdaderas nece-sidades de la comunidad y sus formas de dar respuesta.

Bajo esta perspectiva, especu-lando, se podría decir que es una forma de obtener apoyos o favores politiqueros.

Cuando se realiza la supresión de la institución y realizando una tentativa de explicación (hipótesis), es una forma de ocultar procesos, actividades, acciones, productos de esta organización, que pueden in-criminar o responsabilizar a al-guien(corrupción).

Esto se evidencia porque se crea otra institución que cum-

ple las mismas funciones, pero se le asigna otro nombre.

Eliminar esta estructura o rea-lizar la reestructuración, como lo dan a entender, es un so-fisma de distracción, porque en última instancia es cambiar el nombre a esta estructura, que se creó para cumplir una función social, con resultados simétricos; es decir servir a la comunidad, en general, sin nin-gún tipo de discriminación.

Entonces, para entender ¿qué es la reestructuración?, se debe asimilar como: 1. Supresión de la estructura, 2. Un cambio, modificación o supresión de su función (para la cual fue creada o fundada), o 3. Supresión de su estructura y su función.

Cuando una institución, orga-nización cumple fielmente con sus funciones, estamos hablan-do de legitimidad.

La legitimidad, entonces es per-cibida como el accionar justo, ético, moral, valido, confiable, simétrico y razonable.

En términos probabilísticos, garantizan la estabilidad, paz, consenso, y percepción de res-peto,por parte de las personas (ciudadanía) y asociaciones cí-vicas, a la organización.

En el escrito titulado la idea de legitimidad en Max Weber...

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Carl Schmitt y Guglielmo Ferre-ro de Luis René Oro Tapia5 ex-presa lo siguiente:

“Si los mandatos emanan de una estructura de poder que es considerada legítima, los individuos realizarán pre-ferentemente acciones con arreglo a valores, puesto que obedecerán las órdenes sin mayores cuestionamien-tos y sin sentir violentadas sus consciencias.

Inversamente, si el poder constituido genera acciones con arreglo a fines, se debe a que él es obedecido por conveniencia, por tanto, es ilegítimo, inestable y frágil.”

La administración pública se manifiesta o materializada en sus verdaderas funciones, que no son otra cosa que la iden-tificación de una buena demo-cracia.

Para lograr estos resultados en cada una de las entidades del estado, esta administración pú-blica, debe ser profesionalizada.

Pero, ¿qué entendemos por profesionalizada ?

Lo anterior significa, que la fun-ción pública o servicio civil es un sistema que funciona por méritos, justicia, que garantiza la limpieza y transparencia de los procedimientos y la elimi-

nación de la corrupción.

Sus integrantes deben ser unos garantes de la ética de los com-portamientos públicos.

En consecuencia, y como se es-tableció al inicio de este escrito el poder que se les dota a las organizaciones, cae en las ma-nos de sus integrantes, pues con sus acciones se determina el cumplimiento de las funcio-nes institucionales.

En virtud de lo anterior; el po-der, relación causal entre un sujeto activo y uno pasivo, es definido como: “la habilidad y capacidad de hacer que suce-dan las cosas”.

Es el logro de materialización de las cosas, ideas.

Su habilidad está dada en la autoridad que posee el suje-to activo determinada por sus conocimientos, competencias, valores, moralidad, planeación y legitimidad de sus acciones.

A lo anterior se le debe sumarsu contexto, representado en su capacidad, medida por los medios, recursos (costos, bene-ficios), estrategias y estructura social u organización dentro de la cual se encuentra.

En síntesis, el poder se eviden-cia con una eficiente adminis-tración, liderazgo, ética, moral, verdad, justicia y simetría de sus decisiones.

Contrario al poder, en su sig-nificado más negativo, se en-cuentra la “dominación”, acción arbitraria, unilateral, ilegítima, manipuladora, que busca con-dicionar el comportamiento de los individuos, mediante re-fuerzos o estímulos negativos, discursos con argumentos sin sustentación de la verdad.

Aquí surge lo que Maquiavelo expresaba “El fin Justifica los medios”. Es decir, la voluntad del dominador es la que se debe obedecer.

Visto desde otra perspectiva, la dominación es la antítesis de la libertad de conciencia e identi-dad, donde la coerción (repre-sión, restricción, inhibición) es la presión que se ejerce para forzar un tipo de comporta-miento.

¿Qué se logra con los domina-dos?

La finalidad es que entre ellos no exista el consenso, sembrar-les la percepción de impoten-cia, desesperanza aprendida, aprendizaje vicario, fatalismo, ignorancia, paranoia social (desconfianza), miedo, eliminar el disenso, eliminar la libertad de expresión, etc.

Desde la visión de Freud (teoría psicológica del aprendizaje) es lograr la aplicabilidad del con-dicionamiento operante, instru-mental o análisis experimental de la conducta.

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Sintetizando lo arriba expues-to, el poder legítimo debe estar ceñido a las leyes, normas, re-glas, que obedecen a las creen-cias, comportamientos, cultura, como al consentimiento de sus subordinados, a la aplicabilidad pluralista (no discriminación), permitiendo la accesibilidad a la contestabilidad.

Contestabilidad que debe irdi-reccionada a mejorar los con-textos de libertad, igualdad, vida, salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad, convivencia y de derechos humanos en ge-neral.

La legitimidad se evidencia, en-tonces, con el comportamiento colectivo de la ciudadanía, con-sistente en el consentimiento de las formas de actuar de las personas que han ejercido el poder, inclusive apoyándolos.

A futuro es la ciudadanía la que debe cuidar a los policías, pues son los garantes de la justicia.

En conclusión, es la medición, evaluación, mediante indica-dores de gestión y sus análisis en contexto, los elementos que deben determinar qué produc-tos o servicios no son efecti-vos7 y requieren de su perfec-cionamiento.

En consecuencia, las institu-ciones no se deben eliminar, sino ver qué procesos no son efectivos y buscar su solución, mediante el mejoramiento de

estos.

Lo contario a lo señalado, se encuentran las instituciones disfuncionales.

Disfuncional, es el dilema en-tre lo ético y lo no ético, lo que significa el no cumplimiento de su visión, misión, políticas, metas, objetivos y estrategias propuestas, para materializar su función.

Los factores sociales, tecnológi-cos, físicos, el comportamiento individual, como grupal y las formas de dirección, bien en-caminadas, son el contexto de la verdadera identidad y legiti-midad de la organización; con-firmando lo antagónico, es ser disfuncional.

Las acciones que hacen disfun-cional, a la Policía Nacional, en-tre otras se reflejan, mediante:

1.Abuso de la “Fuerza Violenta”.2.Anomía en sus acciones.3.Demora en la prestación del servicio (tiempos de respuesta).4.Tratamiento con el ciudada-no, asimétrico. (unos son espo-sados, otros no).5.Inexistencia de protocolos de conducción de los antisociales (delincuentes) o asociales (vio-lador de las normas).6.Inexistencia del trabajo en equipo (ESMAD).7.Mala atención al denunciante, no confianza en la denuncia y no soluciones, impunidad.8.La presencia policial no cum-ple una de sus funciones, que

debería ser la de disciplinar y educar.9.Olvido y aplicabilidad del contenido del código de ética.10.Política social o comunitaria versus gerencia pública, son di-ferenciales.11.Eliminación o creación de cargos como respuesta a solici-tudes políticas.12.Calificación del rendimiento por resultados (Mayor peso).13.Connivencia.14.Ostentación del poder, para ejercer actos de dominación, para ocultar corrupción.15.Falta de transparencia.16.No libertad de expresión.17.Disciplina con temor.18.Su función como institución encaminada a garantizar y cui-dar los DDHH y la disciplina so-cial, no se cumple.19.Capacidad de respuesta nula o deficiente.20.La accesibilidad a la justicia, es difícil, incoherente, prolon-gada, para poder lograr ese acceso se requiere de uso de palancas, o pagos ilegales; de-legan a otros.

La Policía Nacional define su visión: “Al 2030 seremos una organización preparada para responder ante el cambio so-cial a nivel local y global, como resultado de transformaciones estructurales que generen cul-tura y conciencia de futuro res-ponsable en la ciudadanía”.

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Y su misión como: “El fin pri-mordial de la Policía Nacional es el mantenimiento de la con-vivencia como condición ne-cesaria, para el ejercicio de los derechos y libertades públicas y para asegurar que los habitan-tes de Colombia convivan en paz fundamentada en el código de ética policial”.

En el Código de ética de la Po-licía Nacional, se establece el rol del policial de la siguiente manera: “Como policía tengo la obligación fundamental de ser-vir a la sociedad, proteger vidas y bienes; defender al inocente del engaño, a los débiles de la opresión y la intimidación; em-plear la paz contra la violencia y el desorden y respetar los dere-chos constitucionales de liber-tad, igualdad y justicia de todos los hombres. …”

Bajo este contexto, una rees-tructuración de la policía, es absurda. Lo que se debe ade-lantar es un estudio detallado de los planes de acción de cada una de sus direcciones, buscan-do qué procesos y sus proce-dimientos no responden a las necesidades comunitarias.

Por ello eliminar una de sus di-recciones de las ocho que tiene, como la de tránsito y transpor-tes, cuya función es transversal

a las otras siete direcciones, es muy clave para la policía na-cional; pues la delincuencia y sus diferentes modalidades criminales; la indisciplina social (contravenciones) hacen uso de los vehículos y los espacios pú-blicos.

Esta relación entre las personas y los espacios, es una relación entre la densidad poblacional y ocupación de los espacios12, hecho que exige crear reglas, normas, disciplina social, para mejorar la movilidad, impedir los accidentes y generar un am-biente de seguridad.

A lo anterior se suma la elimi-nación del ESMAD. En térmi-nos generales la respuesta que debe dar la policía nacional a la ciudadanía, por un lado, es te-ner excelentes profesionales y por el otro, cómo se debe dar respuesta inmediata, cuando se presenta un hecho delictivo o contravencional.

Es decir, tener un policía por densidad poblacional, atender el hecho en el menor tiempo posible (desplazamiento), o establecer una relación poli-cía – comunidad (compromiso compartido).

Al respecto, a lo último de este escrito se encuentra unatabla o cuadro, que permite la comparación de estos tres (3) tipos de respuesta policial,

frente a 25 criterios, entre ellos: calidad del policial, evaluación del servicio, identificación ne-cesidades del servicio, plani-ficación del servicio y tipo de intervención.Ahora bien, cómo deben ser las competencias sociales, cogniti-vas y profesionales del policía.

A saber, con el siguiente algo-ritmo, vemos que el peso beta (ß) asignado a cada policía, depende en forma directa de sus niveles o valores asigna-dos como un ser protector de las personas, sus bienes y las buenas relaciones sociales y en forma inversa, un ser ético con buena moral, es decir una persona que rechaza los actos ilegales. (Fórmula 1)

No olvidar que la suma de las personas es representada por una comunidad u organización.(Fórmula 2)

Su competencia profesional depende de una buena incor-poración y la capacitación, ac-tualización y frecuencia de sus entrenamientos.

El algoritmo establecido seria que la incorporación y su ca-rrera está ligada directamente a sus méritos, capacidad, idonei-dad, competencias y disciplina e inversamente proporcional a las “amistades”, afinidad polí-tica, clientelismo, nepotismo o pago por favores.

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El comportamiento del policial debe ser un reforzador de com-portamientos sociales, para ello debe:

1. Brindar seguridad y confian-za por sus actos.2. Garantizar la aplicabilidad y forma procedimental de la jus-ticia.3. Ser respetuoso con su com-portamiento social.4. Fomentar y apoyar los com-portamientos cooperativos (al-truismo).5. Controlar y respetar las aso-ciaciones.6. Colaborar en la resolución de problemas, conflictos, haciendo uso de laconciliación.7. Garantizar los derechos hu-manos.8. Tomar decisiones teniendo en cuenta la relación entre cos-tos, beneficios.9. Tener en cuenta que las or-denes se agotan cuando entran en conflicto conel ordenamiento jurídico y los derechos humanos. No todo se debe cumplir.10. Aplicar los protocolos de detención, con respeto y sin discriminación o preferencia en su aplicabilidad.11. Manejar y hacer seguimien-to a la información delictiva (Datos), identificando zonas, horas del accionar delictivo, tipos de víctimas, objetivos y modus operandi de los victima-rios.12. Elaborar y distribuir cartillas o accesibilidad a una página de

internet que identifiquen los diferentes tipos de riesgo, en los que puede estar inmerso un ciudadano.13. Enseñar técnicas o formas de protección, que permitan disminuir los niveles de vulne-rabilidad del ciudadano.

PROCEDIMIENTO

La forma como debe actuar se presenta en la siguiente grafi-ca (pirámide), donde su actuar

debe ir desde la presencialidad, es decir que se perciba su exis-tencia y no que sea un ser ima-ginario o atemporal, hasta que lo lleve al uso de la fuerza letal, acto que no se espera, por sus excelentes competencias pro-fesionales.

Con la fuerza letal, el uso de las armas debe atender a los si-guientes factores o criterios:

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Autor: Brigadier General Luis Ernesto García Her-nández

En una Institución de 129 años como lo es la Policía Nacional de Colombia, han sido muchas las personas que han desarro-llado su profesión de cara al servicio a la comunidad, con la convicción de servir a quien no se conoce; este llamado voca-cional ha estado presente en todos los policías de Colombia, tanto en quienes nos encon-tramos en servicio activo como en quienes actualmente hacen parte de la reserva de la Policía Nacional.

El valor de nuestra reserva poli-

cial es incalculable, pues en ella reposa un cúmulo de saberes y experiencias que contribuyeron a sortear favorablemente mo-mentos difíciles de nuestra his-toria republicana y a configurar hitos que hoy en día siguen siendo reconocidos a nivel na-cional e internacional.

La dedicación, entrega y profe-sionalismo conque forjaron las bases de una institución sólida garante del orden social son aún admiradas y reconocidas por las nuevas generaciones que se encuentran iniciando el trasegar policial, pues aprender de quienes han hecho parte de la construcción de un mejor país es un acto de humildad y reconocimiento al deber cum-plido.

El Estado colombiano, median-te diversas disposiciones nor-mativas, ha generado espacios de reconocimiento y exaltación a quienes han entregado su vida al servicio de la nación, una de ellas es la Ley 1979 de 2019, por medio de la cual se reco-noce, rinde homenaje y se otor-gan beneficios a los veteranos de la fuerza pública; de igual

forma, establece la conforma-ción de la reserva activa policial, que se puede movilizar cuando se pase de una situación de paz a un estado de excepción, así como para coadyuvar en el deber de protección a las per-sonas residentes en Colombia, el servicio de seguridad, y en general en el cumplimiento de los fines esenciales del Estado.

Como una iniciativa estratégica para aprovechar el conocimien-to y potencial que tiene nuestra reserva policial, y en atención a la necesidad de priorizar a los policías activos en funciones de vigilancia policial el Gobierno Nacional con la Política Mar-co de Convivencia y Seguridad Ciudadana, establece la posi-bilidad de incorporar personal en uso de buen retiro como personal no uniformado, con el fin de desempeñar funciones administrativas en importantes cargos de soporte en las esta-ciones de policía; en este sen-tido, será necesario que desde los entes territoriales se realicen los ejercicios de planeación.

EL VALOR DE LA RESERVA POLICIAL

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Fotografía: GÉRMAN GAVIRIA

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Autor: Mayor (RP) Hernando Copete OrtízPsicólogo, Sociólogo, Esta-dístico

Introducción a cargo de Cr. (RP) William Orlando Nuñez Corredor - Presidente Cole-gio de Coroneles de la Poli-cía Nacional de Colombia.

Como resultado de un estu-dio de Estado Mayor de Pla-neación liderado por la di-rección operativa llevó a qué la dirección general tomará la decisión acertada frente a la eliminación de unas unida-des y creación de otras con el fin de buscar la eficien-cia y mejorar los procesos de profesionalización de los integrantes de la institución policial.

Trascurría el año mil no-vecientos noventa y nueve en la DIPON y un grupo de profesionales de diferentes disciplinas fue el encargado de diagnosticar y presentar el proyecto de creación del EMCAR, Escuadrón Móvil de Carabineros, que reempla-zaría a las llamadas contra-guerrillas, ESMAD, Escua-drón Móvil Antidisturbios qué eliminaba a las fuerzas disponibles y la creación del UNIR, Unidad Nacional de Intervención y Reacción de las Carreteras de Colombia.

Cada uno de estos grupos fue creado con principios, filosofía del servicio y es-

tructura que le permitía eva-luación y seguimiento per-manente en cada una de sus intervenciones.

En este espacio académico quiero presentar a uno de esos profesionales con los cuales se logró después de pruebas ácidas y evaluacio-nes de impacto el diseño de la creación de uno de los gru-pos que hoy está en el esce-nario nacional y que ha mo-tivado a diversos sectores de la sociedad colombiana a proponer la reestructura-ción de la policía nacional de los colombianos, se trata del señor Mayor Hernando Co-pete Ortiz un destacado Psi-cólogo, Sociólogo y Estadís-tico que nos aportó y orientó en la construcción de estas nuevas agrupaciones poli-ciales que en ese momento daban cumplimiento a lo que solicitaban las comisiones interna y externa que el go-bierno nacional había crea-do.

Con el siguiente artículo so-bre el ESMAD el señor mayor nos ilustrará sobre lo pro-puesto e implementado al momento de la creación del Escuadrón Móvil Antidistur-bios que espero sea recibi-do con la calidad académica que corresponde.

Cuando se creó este escuadrón se partió de estudios psicológi-cos del comportamiento del ser humano dentro de los grupos,

es decir de un conglomerado de personas.

En consecuencia, se tuvo en cuenta su organización, tempo-ralidad de su existencia, cómo se identifica el grupo y las rela-ciones de afecto que une a sus miembros.

Sumado a lo anterior se adicio-nó o complementó la susten-tación de la construcción del ESMAD con una herramien-ta llamada condicionamiento operante o instrumental (Skin-ner – Thorndike). Su propósito es controlar la conducta, es decir que una res-puesta determinada depende de las consecuencias espera-das, si estas son positivas, el comportamiento perdura, de lo contrario tiende a desaparecer.

Lo que significa no reforzar o premiar la respuesta o conduc-ta que se manifiesta por parte de los miembros de una masa.

En virtud de lo anterior lo que se señaló es que se debía acla-rar en primer lugar la diferencia de una masa poblacional (mul-titud de ciudadanos) de un gru-po organizado (Policía Nacional - PONAL).

Para entender esta diferencia se tomó de Freud, de su escrito “psicología de las masas y aná-lisis del yo”...

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ESCUADRÓN MÓVIL ANTIDISTURBIOSESMAD

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información por él planteada y en la cual recurre a estudios de Gustavo Le Bond1.En consecuencia, la fundamen-tación o argumentación para el surgimiento del ESMAD es la relación entre la masa tempo-ral (conjunto de ciudadanos), la masa estable (PONAL) y los estímulos o reforzadores para el mantenimiento de una con-ducta.

Esa masa (temporal o perma-nente) es simplemente la fa-milia, una tribu, un pueblo, una casta, una clase social, una ins-titución (pública o privada), una organización social, una multi-tud humana, etc.

Dentro de cada una de ellas existe un alma colectiva, repre-sentada por su género, etnia, ocupación, carácter, inteligen-cia, pensamiento, ideales, racis-mo, odios sociales, prejuicios, visión de vida, ideología,etc.Para cada uno de los miembros que la integran se torna o se percibe como modelo, objeto, auxiliar o adversario.

Es decir, unifica la percepción, los sentimientos y la perspec-tiva de vida (Identificación, ho-mogenización), lo cual genera una coerción de la afectividad (enlace afectivo), la intelectua-lidad, y materialización de su visión.

En la masa temporal no existe una estructura u organización como tal, por ello se denomina o llama “multitud”.

La masa temporal (multitud) es el objeto del ESMAD. Dentro de ella se incorporan personas o grupos, que pueden ser dia-metralmente opuestos, pero allí pueden coexistir, pues las ilusiones o sentimientos que los une temporalmente están por encima de la verdad.

En resumen, su comportamien-to es más impulsivo, expresán-dose como noble, heróico, o cruel.

Frente a esta masa (multitud), la función esencial y fundamental de la Policía, tal como lo plan-tea Michel Foucault, en su obra “vigilar y castigar”, en la que plantea que las instituciones de hecho deben ser unas institu-ciones disciplinares.

Estos integrantes son influen-ciables, crédulos, al carecer desentido crítico.

El orden, la vigilancia (yo agre-garía una comunicación moral y ética) y la utilización del cas-tigo, son los elementos funda-mentales para la educación, re-educación, inserción, curación debilidad y el fin de esta for-mación, es poder capturar a los líderes de las manifestaciones; por eso su forma de cono, don-de el primer policial, es la puer-ta de entrada del líder, que una vez adentro se hace su captura.

Es importante resaltar que a esta formación se le puede adi-cionar una segunda alineación con el fin de proteger el espacio vertical, es decir las cabezas de la primera fila, con los escudos.

De ahí la importancia de su ves-tidura, diseñada, para soportar el golpe de armas arrojadizas. (VER IMAGEN 001)

La siguiente formación, es para hacer la captura o neutraliza-ción de un grupo de personas que quedarían cercadas, por los policiales, quienes una vez estén dentro de ese vértice se cerrarían formando un rombo. (VER IMÁGEN 002)

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ESCUADRÓN MÓVIL ANTIDISTURBIOSESMAD

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Autor: Teniente Coronel (RP) Javier Alexander Rodríguez Parra Abogado Especialista en Derecho Médico

No deja de ser impactante el título, que le dio el Doctor en Neurociencia y director de In-vestigación en el Instituto Na-cional de Salud y la Investiga-ción Médica de Francia, Doctor Michel Desmurget.

Sin embargo, más allá del im-pacto se esconde una serie de investigaciones que nos sirven de reflexión y a la vez, la ma-nera de buscar un espacio para el cambio o modificación de al-gunos hábitos y/o costumbres que se están adquiriendo, de manera cada vez más recurren-tes en nuestras familias.

Soy hijo de Suboficial (Sargento Viceprimero) y de una Maestra de más de 40 años de actividad laboral en educación infantil (primaria) y confieso, aunque al principio me causaba cierta incomodidad escuchar sus co-mentarios acerca del televisor, los celulares y el computador para mis hijos, encontré varios artículos que nos llevan a pen-sar.

Entonces, cuando me doy a la tarea de consultar más acerca del tema, cuando encuentro no solo al experto Doctor Desmur-get, sino otras investigaciones que vale la pena repasar y que invito a tener en cuenta, en me-dio de la curiosidad que a dia-rio tenemos.

De la mano y guía de mi her-mano, Neurocirujano que tra-baja en el Departamento de Santander, en una de las más reconocidas instituciones de Salud, encontré temas como el del llamo Efecto Flynn, un tér-mino “bautizado” por Ticard Herrnstein y Carles Murray, en su publicación THE BELL CURVE (La curva de la campana), que en términos generales habla del aumento de cociente inte-lectual, como efecto natural de las generaciones, que en apli-cación a otras variables, pue-den definir el avance de nuestra sociedad.Es entonces, cuando se encuen-tran los expertos con las nove-dades de hallar una tendencia inversa (decreciente o inverti-da) en algunos países, respecto de ese nivel del coeficiente, que busca sus razones académicas en variables como la contami-nación (exposición temprana a pesticidas) y a la exposición a las pantallas.

Es un tema, interesante que me ha llevado a hacer un alto en el camino y tomar como ejemplo cierta experiencia que viví con un amigo, que me invito hace un tiempo a compartir junto

a su familia, una tarde con al-muerzo en un restaurante de la Sabana, con amplios espacios para que los niños jugaran y sin embargo lo que más me cau-so curiosidad, es que quienes disfrutaban los espacios verdes eran adolescentes con su Bub-ble Football, mientras que los niños entre dos (2) y diez (10) años, eran entretenidos en las mesas, para que almorzarán, con tablets, celulares o cual-quier dispositivo digital a la mano.

Sé que el periódico de Acorpol, lo leen padres, madres y abue-los (as), que deseamos lo mejor para nuestros herederos y qui-zás lo que podemos aportar ini-cialmente, para sus beneficios, es disminuir los tiempos en pantalla, por las nefastas con-secuencias que traen consigo, no solo por tener usos recrea-tivos empobrecedores, además de otros riesgos importantes (desinformación, por ejemplo) y darles más espacio para des-cubrir el mundo y sentirlo más allá de una pantalla.

Ahora sí, debo decir con con-vicción que Papá y mamá tie-nen toda la razón, seguimos con sus dos nietos, corrigiendo los errores de crianza e incenti-vándolos a cultivar su imagina-ción, asi como las habilidades motoras que de seguro necesi-tarán en sus vidas, sin que esto signifique alejarlos de la evolu-ción tecnológica de la sociedad.

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LA FÁBRICA DE CRETINOS DIGITALES

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación Colombiana de Policías en Retiro

AG(RP) José Pascual Blanco [email protected]

323 292 5825

ACOPORE

BOGOTÁ

Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro

ACORPOL

TC(RP) José Alberto Peroza [email protected]Á

313 350 6102Asociación Colombiana de Suboficiales en Retiro

ACSURPONAL SV(RP) Jorge Carreño Nuñ[email protected]

320 3447956BOGOTÁ

Asociación de Pensionados por Invalidez de la Policía Nacional

ASOPIPNAL TE(RP) José Alberto Peroza ArteagaPresidente

[email protected]

313 412 1282BOGOTÁ

Asociación Colombiana de Agentes y Patrulleros

ACARPOL

PresidenteDG(RP) Rafael Jesús Alarcón

[email protected]

312 404 1119BOGOTÁ

Asociación Nacional de Empleados y Pensionados Civiles de la Policía Nacional

ASPENCIPOL Ligia Díaz [email protected]

315 512 9835BOGOTÁ

Asociación de Veteranos de Guerra Mindefensa Policía Nacional

COVETERANOS AG(RP) José W. Valencia GómezPresidente

[email protected]

313 871 0863BOGOTÁ

Asociación de Retirados de la Fuerza Pública Nacional

UNDERPONAL AG(RP) José A. Rojas SalazarPresidente

[email protected]

311 775 4671BOGOTÁ

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Colegio de Coroneles de la Policía Nacional

COLCOR CR(RP) William O. Nuñez Corredor Presidente

[email protected]

301 544 5164BOGOTÁ

Colegio de Generales de la Policía Nacional

COLGEN MG(RP) Hector Darío Castro Cabrera Presidentecolgenerales.com.cocolegiodegeneralespresidencia@hotmail.com

312 378 5472Colegio Profesional de Administradores Policiales

COLPAP BG(RP) Hipólito Herrera Carreño [email protected]

314 485 5905

Fraternidad de Personas en Condición de Discapacidad

FRAPON SS(RP) Diego Martínez Montero [email protected]

321 566 0267

BOGOTÁ

BOGOTÁ BOGOTÁ

Fondo de Empleados Suboficiales y Nivel Ejecutivo Policía Nacional

Dr. Eber Antonio Tocora Sánchez FESNEPONAL

Gerente y Representante [email protected]

314 460 4061BOGOTÁ

Grupo de Oficiales Carabineros de la Policía Nacional

MG (RP) Tobías Durán Quintanilla Presidenteoficialescarabinerosgocar.comgocaroficialesponal@fesneponal.com

310 576 0011BOGOTÁ

Club de Suboficiales Policía Nacional

CLUSUPOL SC (RP) Jesús Eduardo Ortíz JimenezPresidenteclusupolcolombia.com.cosedesocialbogota@clusupolcolombia.com.co

317 427 5696BOGOTÁ

Asociación Internacional de Policía

IPA CR (RP) Pedro Nel Delgado [email protected]

310 771 0551BOGOTÁ

GOCAR

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional

CASUR GR (RP) Alirio Barón Leguizamón [email protected]

311 569 7874BOGOTÁ

Asociación de Policías en Retiro y Fuerzas Militares

ASPEFAM AG (RP) Roque JiménezPresidente

[email protected]ÍAS

320 236 6948Asociación Colombiana de Reservas Policiales

ASOCORPOL AG (RP) Esau Ramírez Clavijo

[email protected]

300 779 2887ARMENIA

Asociación de Policías Retirados del Atlántico

APRAT SS (RP) Edilberto Rodríguez Orozco

Presidente Presidente

[email protected]

301 779 1101BARRANQUILLA

Asociación de Agentes Retirados Policía Nacional

AGREPON AG (RP) Angelmiro Alvarado MendietaPresidente

[email protected]

310 636 9255

Cooperativa Multiactiva de Policías Retirados

COOMPOR SS (RP) Edilberto Rodríguez OrozcoPresidente

[email protected]

301 779 1101BARRANQUILLA BARRANQUILLA

Colegio de los Pensionados de la PolicíaNacional Esperanza y Paz

COOPEPAZ AG (RP) Angelmiro Alvarado [email protected]

310 636 9255BARRANQUILLA

Asociación de Riesgo CardiovascularPolicía Nacional

ASOCARVA SS (RP) Jorge E. Quesada [email protected]

310 276 3191BUCARAMANGA

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación de Policías Retirados delPacífico

APOREPAC AG (RP) Blas Antonio Medina [email protected]

315 566 7703BUENAVENTURA

Asociación de Policías en Uso deBuen Retiro

ASOPOBUENAG (RP) Alvaro Sarria [email protected]

032 240 1578BUENAVENTURA

Asociación de Jubilados y Pensionados PolicíaNacional Guadalajara de Buga

AJUPPENB

SC (RP) Reynel Hernández [email protected]

BUGA

315 868 1913

Federación de Asociaciones de Pensionadosy Jubilados de la Fuerza Pública

FERPOLTC(RP) Heriberto Angulo MoyanoDirector [email protected]

315 486 7505CALI

Club de Suboficiales Ponal

CLUBSUPOL

SC (RP) Fidencio García [email protected]

310 329 1446CALI

Asociación Centro de Profesionales parala defensa de la Fuerza Pública

CARFUPU

James Eliécer Hernández [email protected]

315 567 9493CALI

Asociación Mutual Aporeval

APOREVAL AG (RP) Jorge MeloPresidente

[email protected]

313 791 0287CALI

Asociación Colombiana de Oficialesen Retiro

ACORPOL TC (RP) Alberto Arturo Romo Vitery

acorpol.com

[email protected]

320 735 0235CALI

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación de Agentes Retirados de laPolicía Nacional

ASAREPONALDoris María [email protected]

311 749 9988CALI

Asociación de Suboficiales Jubilados yPensionados de la Policía Nacional

ASJUPONALMaría Eugenia Rodríguez [email protected]

321 646 4683Asociación de Femeninas Jubiladasde la Policía Nacional

ASFEMJUPOLSC(RP) Tulia Liliana Ló[email protected]

315 591 5255CALI

Fondo de Empleados de Suboficialesde la Policía Nacional

FESNEPONALSV(RP) Gringer Cabezas [email protected]

314 812 7603

CALI

CALI

Asociación de la Salud Viejos Amigos TerceraEdad Policía Nacional

ASVATEPONAL

PresidenteAG(RP) Argemiro Cortés

[email protected]

314 804 4097CALI

Asociación Nacional Retirados y Pensionadosde la Policía Nacional

ASORPONAL

Zairon Solano [email protected]

031 656 2464CARTAGENA

Asociación de Policías Retirados del Nortedel Valle

ASPRONORVAAG(RP) José Isolis Díaz Rí[email protected]

310 892 4792CARTAGO

Asociación de Policías Retirados Norte de Santander

ASOPOREAG(RP) Oscar Contardo Rico [email protected]

311 221 1765CÚCUTA

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación Norte Santanderiana de Suboficiales de la Policía Nacional

ANSURPONSV(RP) Veredicto Alvarez [email protected]

315 381 7473CÚCUTA

Cooperativa Multiactiva de Policías Retirados de Norte de Santander

COOMULREPOLSV(RP) Milton [email protected]

320 288 4989CÚCUTA

Asociación Señoras Personal FallecidoPolicía Santander

ASFUSAN

Miriam Martínez de [email protected]

301 236 8895FLORIDABLANCA

Asociación de Policías en Retiro

ASPORARIAG(RP) David Pareja [email protected]

320 808 0020GRANADA

Asociación de Jubilados y Pensionados de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas Guacarí

ASOPOREGUA

del Alto Ariari

IT (RP) Jairo López Gonzá[email protected]

317 365 1280GUACARÍ

Fundación de Discapacitados Físicos de la Ponal

FUNDISPONALAG (RP) Edilberto Cardona [email protected]

315 325 3829IBAGUÉ

Asociación Tolimense de Policías en Retiro

ATOLPORE

DG (RP) Augusto Romero [email protected]

320 273 8975IBAGUÉ

Cooperativa de Suboficiales Policía Nacional

COSUPONAL

SP (RP) Gonzálo Acosta [email protected]

315 331 3558IBAGUÉ

Page 53: EDITORIAL - Colegio de Coroneles

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación de Retirados del Tolima

ASODERTOLAG (RP) Fructos Santos TrujilloPresidente

[email protected]

320 453 6878IBAGUÉ

Asociación de Personal en Retiro y Pensionado de la Policía Nacional en el Dpto de Caldas

ASPORCALAG (RP) Alvaro de Jesús TabordaPresidente

[email protected]

310 431 3625MANIZALES

Asociación de Hipertensos de la Policía deAntioquia

ASHIPOLANSS (RP) Hernán de Jesús [email protected]

315 689 2050 MEDELLÍN

Asociación de Policías Retirados de Córdoba

APORCOAG (RP) Luis Uberney [email protected]

313 528 4445 MONTERÍA

Asociación de Veteranos de la FuerzaPública para la Paz

AVEFUPAP

SC (RP) Edgar Gorgona de [email protected]

311 437 7723 MONTERÍA

Asociación de Policías Reservas del Huila

APORHUILA

AG (RP) Rodrigo Collazos Calderó[email protected]

315 364 1597 NEIVA

Asociación de Policías Retirados Palmira

ASOPOREPALAG (RP) Camilo Rodríguez [email protected]

316 443 6749 PALMIRA

Cooperativa de Personal con Asignación deRetiro Pensión Activos de la Policía Nacional

COOPERNALSS (RP) Erilberto Rosero [email protected]

317 649 0388 PALMIRA

Page 54: EDITORIAL - Colegio de Coroneles

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación de Policías Jubilados deRisaralda

ASOPOLIJUBIRAG (RP) José Manuel Cuellar [email protected]

321 801 5753 PEREIRA

Asociación de Policías Retirados del Chocó

ASOPERCHOAG (RP) Pedro Abel Martínez Berrí[email protected]

311 348 8183 QUIBDÓ

Asociación de Policías Retirados delOriente Antioqueño

ASPROANMaría Socorro [email protected]

313 785 0036 RIONEGRO

Asociación de Retirados de la Policía Nacional

ARPONAG (RP) Héctor Manuel Medina Baró[email protected]

SAN GIL

311 578 2817 Asociación de Policías en Uso de Buen Retirodel Departamento del Guaviare

APREGAG(RP) Bereardo Bermudez Beltrá[email protected]

320 227 1364 SAN JOSÉ

Cooperativa Multiactiva de Policías Retiradosdel Magdalena

COOMPORMAGDG(RP) Eduardo Barraza [email protected]

317 362 1448 SANTA MARTA

Asociación Policías Retirados de Sucre

APORSUC

DG(RP) Salomón Medina [email protected]

311 696 5139 SINCELEJO

Asociación de Policías Retirados de la Provincia Comunera

ASOPORCO

AG(RP) José de Jesús Rodríguez [email protected]

314 244 2162 SOCORRO

Page 55: EDITORIAL - Colegio de Coroneles

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DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

Asociación de Policías Retirados Tuluá

ASOPORTUL

AG(RP) José Rodríguez [email protected]

317 638 5337 TULUÁ

Asociación de Policías en Retiro de los LLanos

ASPORLLANOS

AG(RP) José Raúl Sarmiento [email protected]

311 707 4174 VILLAVICENCIO

Asociación de Suboficiales de la Policía Nacional

ABSUPOLSV(RP) Miguel Antonio Ruí[email protected]

310 570 3540 VILLAVICENCIO

Asociación de Policías en Uso de Retiro y Pensionados de Casanare

ASOPRECASDG(RP) Hernando Valencia Dí[email protected]

311 232 4413 YOPAL

Asociación de Policías Retirados de Yumbo

ASPORYAG(RP) Libardo Zuñ[email protected]

317 714 4185 YUMBO

Asociación de Policías Retirados de Boyacá

ASPORBOYAG(RP) José O. Lancheros [email protected]

TUNJA

321 379 7974 Asociación de Policías Retirados de Duitama

ASOPREDUAG(RP) Tulio Ernesto Acero [email protected]

DUITAMA

310 3312608

Asociación de Policías Retirados de Colombia

ASPRECAG(RP) Rafael [email protected]

SOGAMOSO

317 3313907

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Asociación Boyacense de Agentes en Retiro

ABARPON

AG(RP) Angelino Vargas Patiñ[email protected]

312 352 7936 SOGAMOSO

Asociación de Personal en Uso de buenRetiro Ponal

ASPREPOLCHI

AG(RP) Damaso Rodrigo Estupiñ[email protected]

320 637 7233 CHIQUINQUIRÁ

Ponal

DIRECTORIO ASOCIACIONES RESPOL

MOMENTOS SOCIALES

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MOMENTOS SOCIALES

RED DE CUIDADO... YO ME CUIDO

EN CASA CELEBRAMOS EL CUMPLEAÑOS

MARCHA APOYO A LA POLICÍA NACIONAL

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CORRESPONDENCIA

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CORRESPONDENCIA

EL COLEGIO DE CORONELES DE LA POLICÍA NACIONAL

AL CUERPO MÉDICO ASISTENCIAL Y VOLUNTARIO

DE COLOMBIA

El Colegio de Coroneles de la Policía Nacional ha se-guido de cerca las incidencias, sucesos y fatalidades que ha causado el COVID 19 en el mundo y especial-mente en el territorio nacional, donde se han desperta-do sentimientos de respeto, unión familiar, solidaridad y en especial de confianza hacia los mejores servidores que se han puesto en primera línea de defensa, con-tención y lucha contra este enemigo común, que sin mirar condición social, edad o género está atacando en forma brutal a la humanidad.

Consideramos sinceramente que es nuestro deber ren-dir un sentido y fervoroso homenaje a nuestros valien-tes defensores que lo están entregando y sacrifican-do todo para protegernos, evitando que esta temible amenaza siga avanzando y entre a afectar la serguri-dad, la tranquilidad y sobre todo la salud de nuestros hogares.

Nos referimos inicialmente a los hombres y mujeres Policías que en cumplimiento al juramento que hicie-ran ante el altar de la institución y a la misionalidad Constitucional, salen de sus casas a recorrer calles y senderos, campos y ciudades en una faena constan-te que viene desde los tiempos de la diosa Higea, en procura de brindar prevención y protección física y real a la comunidad, quienes, con los medios de policía disponibles invitan y exigen a los ciudadanos a man-tenerse en sus hogares en cumplimiento de la orden legal de aislamiento social obligatorio. Estos adalides lo hacen con entrega y constancia, por que honrran el sello del juramento que dice: “Que Dios y la patria os lo premien o, sino que él y ella os lo demanden”

Igualmente reconocemos y exaltamos con la misma importancia a los hombres y mujeres de blanco, Mé-dicos, Enfermeras y Voluntarios que en un momento trascendental de sus vidas decidieron seguir los postu-lados de Asclepio, dios griego de la medicina, y de Hi-pócrates considerado padre de la profesión; por quien juraron: “Hacer de la salud y de la vida de los enfermos la primera de sus preocupaciones,” ….y movidos por

la inscripción que dice: “Si cumpliereis íntegramente con este Juramento, que podáis gozar de vuestra vida y de vuestro arte y disfrutar de perenne estima entre los hombres. Si lo quebrantáis, que vuestra conciencia y el honor de la profesión médica en la que acabáis de ingresar os lo demanden.” No cabe duda, que hasta el momento están cumpliendo con valentía, entrega y abnegación esta promesa; dando todo de sí, dentro de las limitaciones de una Nación como la nuestra que solo espera con apoyo de todos, salir avante de este tropiezo.

A todos Ustedes integrantes del cuerpo sanitario de nuestra amada Patria, queremos decirles que apren-demos de su profesionalismo y compromiso, que para nosotros representan a aquellos santos a quienes en-comendamos nuestra salud y recuperación, porque en ustedes tenemos depositada nuestra confianza; sepan que los admiramos por su heroísmo al usar por arma-dura un uniforme blanco o azul y un tapabocas, y escu-dados en vetustos implementos atienden y restituyen la salud y bienestar de sus pacientes.

Recomienda la sabiduría que al igual que al personaje mitológico a ninguno de ustedes se les concedió el po-der de la inmortalidad y es por eso, por lo que los pone-mos en manos del creador y exigimos a las autoridades que les provean de la máxima protección para que no vayan a ser afectados en su salud y puedan seguir en el denodado cumplimiento de la sagrada misión.

Finalmente, hacemos una recomendación a la comuni-dad colombiana, para que seamos conscientes que es nuestro deber conocer, entender y aplicar las medidas de aislamiento social en cumplimiento del principio de corresponsabilidad, donde el Ministerio de Salud por una parte emite lineamientos de acción y prevención y por la otra los pacientes tenemos la obligación de auto-cuidado y de acatamiento estricto de esas normas para que así, juntos, podamos vencer a ese enemigo común.

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