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Actas XV Congreso AIH (Vol. IV). JACQUES JOSET. ¿Ecos de «La lozana andaluza» en «Bomarzo»? - ¿ECOS DE LA LOZANA ANDALUZA EN BOMARZO? Parece que la novela de Manuel Mujica Láinez Bomarzo (1962) tenga alguna dificultad para integrar el canon de la novela histórica hispanoa- mericana según la modalidad clásica del subgénero 1 o, mejor, según la "nueva forma de novela histórica" de la que, con El unicornio ( 1965), sería precursora 2 Quizá la resistencia al reconocimiento simbólico de la situación genérica de Bomarzo se deba precisamente al adelanto cronológico de su publicación cuando a la altura de 1962 sólo a Alejo Carpentier los historiadores de la literatura le reconocen el estatuto de "precursor" de la nueva novela histórica hispanoamericana con El reino de este mundo (1949) y El siglo de las luces (1962)3. Pero opino más bien que la razón de tales reticencias hay que buscarlas en el hecho de que Bomarzo se alejaba dela cronotopía de ficciones tales como Yo el Supremo (1974) de Augusto Roa Bastos, Terra Nostra (1975) de Carlos Fuentes, La guerra del fin del mundo (1981) de Mario Vargas Llosa, Los perros del Paraíso ( 1983) de Abel Posse, etc., narraciones todas que se ubican en el espacio iberoame- ricano cuestionando a la vez la legitimidad de la escritura historiográfica "oficial" del continente y reconfigurando una y otra vez la manoseada problemática de las identidades de sus pueblos. La ubicación "exótica" de la trama de Bomarzo, la Italia renacentista, no ayuda mucho a clasificar el texto en una corriente lateral del subgénero marcada por el sello inconfundible del americanismo. Se recordará que Bomarzo son las memorias póstumas de Pier Francesco Orsini, duque de Bomarzo. Del entramado de las múltiples peripecias de sus sesenta años de vida (1512-1572), destacaré para el 1 Así la lee SEYMOUR MENTON, La nueva novela histórica de la América Latina, 1979-1992, F.C.E., México, 1993, p. 17, quien la clasifica entre las "novelas históricas latino americanas más tradicionales, 1949-1992 ". 2 Véase MALVA E. FILER, reseña de George O. Schanzer, The persitence of human passions. Manuel Mujica Láinez's satirical Neo-Modernism, Tamesis Books, London, 1986, en Revista Iberoamericana, 57 ( 1991 ), p. 40 l. M. Filer aduce con razón "el uso deliberado de anacronismos y el libre manejo del material histórico" como argumentos en pro de su clasificación a los cuales añadiría yo "la reencarnación del príncipe renacentista de Bomarzo en el propio autor del siglo xx" de que se valió G. Schanzer erróneamente para negar la calidad de histórica a la ficción de 1962. 3 Es el caso del ya mencionado S. MENTON, op. cit., p. 20. "' 1- Centro Virtual Cervantes

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¿ECOS DE LA LOZANA ANDALUZA EN BOMARZO?

Parece que la novela de Manuel Mujica Láinez Bomarzo (1962) tenga alguna dificultad para integrar el canon de la novela histórica hispanoa-mericana según la modalidad clásica del subgénero1 o, mejor, según la "nueva forma de novela histórica" de la que, con El unicornio ( 1965), sería precursora2

• Quizá la resistencia al reconocimiento simbólico de la situación genérica de Bomarzo se deba precisamente al adelanto cronológico de su publicación cuando a la altura de 1962 sólo a Alejo Carpentier los historiadores de la literatura le reconocen el estatuto de "precursor" de la nueva novela histórica hispanoamericana con El reino de este mundo (1949) y El siglo de las luces (1962)3. Pero opino más bien que la razón de tales reticencias hay que buscarlas en el hecho de que Bomarzo se alejaba dela cronotopía de ficciones tales como Yo el Supremo (1974) de Augusto Roa Bastos, Terra Nostra (1975) de Carlos Fuentes, La guerra del fin del mundo (1981) de Mario Vargas Llosa, Los perros del Paraíso ( 1983) de Abel Posse, etc., narraciones todas que se ubican en el espacio iberoame-ricano cuestionando a la vez la legitimidad de la escritura historiográfica "oficial" del continente y reconfigurando una y otra vez la manoseada problemática de las identidades de sus pueblos. La ubicación "exótica" de la trama de Bomarzo, la Italia renacentista, no ayuda mucho a clasificar el texto en una corriente lateral del subgénero marcada por el sello inconfundible del americanismo.

Se recordará que Bomarzo son las memorias póstumas de Pier Francesco Orsini, duque de Bomarzo. Del entramado de las múltiples peripecias de sus sesenta años de vida (1512-1572), destacaré para el

1 Así la lee SEYMOUR MENTON, La nueva novela histórica de la América Latina, 1979-1992, F.C.E., México, 1993, p. 17, quien la clasifica entre las "novelas históricas latino americanas más tradicionales, 1949-1992 ".

2 Véase MALVA E. FILER, reseña de George O. Schanzer, The persitence of human passions. Manuel Mujica Láinez's satirical Neo-Modernism, Tamesis Books, London, 1986, en Revista Iberoamericana, 57 ( 1991 ), p. 40 l. M. Filer aduce con razón "el uso deliberado de anacronismos y el libre manejo del material histórico" como argumentos en pro de su clasificación a los cuales añadiría yo "la reencarnación del príncipe renacentista de Bomarzo en el propio autor del siglo xx" de que se valió G. Schanzer erróneamente para negar la calidad de histórica a la ficción de 1962.

3 Es el caso del ya mencionado S. MENTON, op. cit., p. 20.

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objeto de este trabajo el doble encuentro del protagonista con la cortesana Pantasilea, quien desempeña en la vida sentimental y sexual del Príncipe un papel trastornador, no sólo en el campo amoroso4

Enviado por su padre y la junta de familia a Florencia para endure-cerse y estudiar bajo la férula del preceptor de los Médicis, Pier Frances-co, "que aún no había cumplido quince años" (p. 141), ha de visitar a la meretriz obligado por el abuelo, el cardenal Franciotto Orsini. Angustia-do por sus imperfecciones físicas -es jorobado y cojea-, el futuro duque de Bomarzo fracasará en esta iniciación sexual agregando el oprobio a la humillación.

Muy diferente es el segundo encuentro del memorialista con Pantasilea. Este episodio, el de la venganza de Pier Francesco, ocurre el 24 de febrero de 1530 en Bolonia El ahora duque de Bomarzo, tras las muertes del padre y del hermano mayor, vuelve a topar con la cortesana a la salida de la coronación de Carlos Quinto en tanto emperador. El rencor por el recuerdo todavía vivo del fracaso sufrido en Florencia enciende al Príncipe, quien no sólo viola a la meretriz sino que le pone en evidencia los primeros estigmas de la vejez. Además,' así como en la casa de Florencia Pantasilea había espantado al adolescente enseñándole el contenido espeluznante de una alacena secreta, en Bolonia el duque encerrará a la mujer en una habitación ciega de tal forma que ella no podrá lucir asistiendo al cortejo triunfal de la coronación imperial desde la terraza de su casa. A la hora de gloria de Carlos Quinto y de revancha de Pier Francesco, a punto de ser armado caballero por el mismo emperador, corresponde la amargura de una Pantasilea mortificada.

Ahora bien tanto la cronología de la diégesis de Bomarzo como el ambiente que rodea al personaje de Pantasilea remiten a un célebre texto del Renacimiento español ubicado y escrito en el mismo espacio narrativo: La Lozana andaluza de Francisco Delicado, redactado probable-mente a partir de 1524, publicado en Venecia después del saco de Roma de 1527, relación de las andanzas españolas, levantinas y sobre todo romanas de Aldonza de Córdoba, mejor conocida en el gremio de la prostitución como "la Lozana andaluza". En el mundo utópico de los encuentros de personajes literariós, los caminos de la cortesana hispano-

4 "Hasta esa edad, los dos episodios de mi existencia que me impresionaron más fueron el enfrentamiento con el esqueleto coronado de rosas, en Bomarzo, y la aventura con Pantasilea, en su casa florentina" (MANUEL MUJICA LÁINEZ, Bomarzo, Seix Barral, Barcelona, 1997, p. 146; de aquí en adelante, remito directamente a esta edición en el texto y en las notas}.

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italiana de Delicado, quien desembarca en Italia en 15135, y del Príncipe

de Mujica Láinez, nacido un año antes, hubieran podido cruzarse. Desde luego una serie de indicios parece apuntar hacia una relación

intertextual entre la novela argentina de 1962 y el Retrato cuya fecha hipotética de publicación sería 1528. Iremos desgranando los que, en nuestra opinión, otorgan el estatuto de hipotexto a La Lozana advirtiendo que sólo el conjunto de datos desemboca en la conjetura.

Antes del relato del primer encuentro, el narrador señala que el palacio romano de su abuelo, el cardenal Franciotto Orsini, está situado "no lejos de la iglesia de S. Giacomo degl'Incurabili" (p. 137), cuyo hospital menciona Delicado bajo el nombre de Santiago de las Carretas [p. 320].

La forma del nombre de la cortesana, Pantasilea, "de acuerdo con la costumbre que exigía que las meretrices comme il faut buscaran sus apodos en la historia antigua o en los mitológicos entreveros" (p. 143), es la misma que aparece en La Lozana andaluza, en una nómina de prostitu-tas de alto vuelo que "como vienen se mudan los nombres con cognom-bres altivos y de grand sonido" [p. 192]6

• Mujica Láinez prefirió este significante al moderno "Pentesilea", nombre de la reina de las Amazo-nas, seleccionado con cuidado en función del papel castrador que desempeña en el episodio de la iniciación sexual de Pier Francesco Orsini y de la violencia que sufre en la escena de la venganza, lo cual nos recuerda que Aquiles la mató en combate.

La prosopografía de Pantasilea viene precedida en Bomarzo por un pequeño tratado de sociología de las damas cortesanas florentinas:

Las cortesanas -que antes se habían llamado, con más exactitud, pecadoras, peccatrici- se dividían a la sazón en tres grandes grupos. Había las meretrices honestae, las de prestigio mayor; las de candela, de lume, así designadas, según algunos, porque, a falta de servidores,

5 En el mamotretro VI, Lozana alude a la coronación de León X (Giovanni di Medici}, proclamado papa el 11 de marzo de 1513: " ... me dijeron que el Santo Padre iba a encoronarse" [p. 96]. Cito el texto del Retrato de la Lozana andaluza por la edición que estamos preparando F olke Gernet y yo, pero para que el lector pueda situar las referencias textuales, remito a la conocida edición de Bruno M. Damiani y Giovanni Allegra: Francisco Delicado, Retrato de la lorana andaluza, José Porrúa Turanzas, Madrid, 1975; la paginación de esa edición va entre paréntesis cuadrados.

6 Entre las muchas erratas de la edición Damiani-Allegra, se notará que en el "Índice analítico" el apodo de la cortesana es "Pantasilia" [p. 463].

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iluminaban ellas mismas las traidoras escaleras ante sus huéspedes, y que frecuentaban de noche los bancos de piedra que flanqueaban las fachadas de los palacios; y había por fin las que sumaban a la prostitución distintas profesiones (camiseras, lavanderas) ... Entre unas y otras categorías, circulaban por los pórticos de Florencia determina-das viejas insalubres organizadoras de citas y vendedoras de hierbas, untos y filtros de amor (p. 142).

El pasaje recordará al lector de La Lozana andaluza el mamotreto XX donde el "valijero" da a Lozana una información exhaustiva sobre las infinitas categorías de "cortesanas ricas y pobres" [p. 185] entre las cuales figuran las "putas a la candela" [p. 187]. Sin embargo, como el catálogo de Francisco Delicado es mucho más amplio y se fundamenta a la vez en una tipología muy diferente de la basada en "tres grandes grupos" de Bomarzo, se deducirá que la fuente del tratadito de Bomarzo es, como mínimo, complementaria del mamotreto XX del Retrato, obra en la que "camiseras" y "lavanderas" ocupan un lugar destacado en la prostitución romana (véanse mamotretos VII-IX y XII). Por otra parte la presencia de la alcahueta remite al arquetipo celestinesco que la propia Lozana vuelve a plasmar en la segunda parte de su vida: como las viejas de Bomarzo, organiza citas, vende hierbas, untos y filtros de amor.

Las cortesanas honestae, apunta Pier Francesco, frecuentan "los baños públicos" (p. 142), así como Lozana que goza de las estufas, lugares de reunión de prostitutas y de citas sospechosas en la Roma del Quinientos (mamotreto XIII).

Pantasilea, recuerda el duque de Bomarzo, ejerció primero su oficio en Roma (como Lozana) donde la conoció el famoso Benvenuto Cellini quien, si bien no interviene explícitamente en La Lozana andaluza se relaciona con el transfondo histórico de la misma por ser responsable del arcabuzazo que mató al Condestable de Barbón, capitán de las tropas imperiales, el 6 de mayo de 1527, primer día del saco de Roma, por lo menos al decir del jactancioso orfebre: " ... murió su capitán, por voluntad de Dios, de un tiro romano" [pp. 438-439]7.

La siguiente intertextualidad tiene un grado de probabilidad más alto por tener un personaje común identificado por el mismo significante: Pier Francesco Orsini sospecha que su "paje" Beppo "aprovechó su condición de correo y de banquero provisorio, además de su cara

7 Relato del arcabuzazo que mató a Carlos de Borbón en La vita di Benvenuto Cellini, in Opere di Baldassare Castiglione, Giovanni della Casa, Benvenuto Cellini, a cura di Cario Cordié, Riccardo Ricciardi, Milano-Napoli, s.a., p. 572.

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hermosa, para lograr los favores de Pantasilea sin ningún dispendio personal" (p. 143). En el mamotreto XXV del Retrato, Lozana aprovecha la buena disposición sexual de un "paje", de este algo que le "crece tanto que se [le] sale de la bragueta": "Si no lo pruebo -insinúa Lozana- no diré mal dello". A lo cual contesta descaradamente el paje: "Como vuestra merced mandare, que mercedes son que recibo, aunque sea sobre mi capa" [p. 219].

Menos probable es que Mujica Láinez se inspirara en la parte superior del grabado de la página 1 vº de la edición prínceps de La Lozana (repetido p. 32v0

), donde se ven reunidas en torno a Lozana las cortesa-nas Divida, Oriana, Aquilea y Clarina, para describir el público de "mujeres, amigas y protegidas" que adornan el aposento de Pantasilea (p. 149). Tal encuentro -siempre posible- supondría que el novelista argentino tuviese entre las manos la única edición asequible antes de 1962 donde figuraban los grabados de la original, o sea la facsímil de Antonio Pérez Gómez publicada en Valencia en 1950.

Un detalle del retrato de Pantasilea vuelve a acercar ambos textos: "el aceite de almendras" que alisaba su piel (p. 150) recuerda el "olio de almendras amargas perfetísimo" [p. 332], uno de los cosméticos de que se sirve Lozana para embellecer a sus clientas. Este "afeite" no pertenece al laboratorio de Celestina con lo cual queda descartada la obra de Rojas como fuente de la ficción contemporánea, pero en contra de la intertex-tualidad con La Lozana va el hecho de que ningún otro rasgo de la prosopografía de Pantasilea esté claramente presente en el Retrato del siglo XVI y que el aceite de almendras todavía hoy sirva para suavizar la piel. En cambio los "laboratorios" conjuntos de Celestina y de Lozana fundamentan más que probablemente la invención de la alacena secreta de Pantasilea:

En los estantes se exhibía una exposición macabra: cráneos, huesos, trazas de piel humana, sórdidos andrajos arrebatados tal vez de las tumbas, frascos rebosantes de dudosos líquidos. El esqueleto de un sapo, colgado de una hebra, se balanceó suavemente. Recordé que ... algunas cortesanas recibían de las hechiceras esos despojos horribles, con los cuales fabricaban sus filtros de amor (p. 157).

Lozana se vale de sus dotes de boticaria para otros fines que la fabricación de filtros amorosos. La enumeración de sus muchos remedios, desparramada a lo largo de la obra dialogada (mamotretos XXIII, XLVIII, LVI, LIX, LXII ... ), no es tan espeluznante como la

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"exposición macabra" de su colega florentina quien, desde luego, parece más bien heredera de Celestina.

Las "lecturas" de Lozana pudieron también inspirar a Mujica Láinez: " ... quiero que me leáis, vos que tenéis gracia, las coplas de Fajardo y la comedia Tinalaria y a Celestina, que huelgo de oír leer estas cosas muncho" [p. 339]. Traspuestas al ambiente aristocrático del "salón" de Pantasilea, estas "lecturas" se transforman en una conversación sobre novedades literarias de la Italia del tiempo, en particular sobre el poema de Ariosto (p. 150).

Tampoco es indiferente el término "lozanía" (p. 152) aplicado al aspecto físico de Pier Francesco y alineado con la voz "adolescencia", precisada por el sustantivo que evoca el nombre o más bien el apodo del personaje de Francisco Delicado.

El primer encuentro con Pantasilea termina con la salida vergonzosa del futuro duque de Bomarzo que como coronación de la tarde humillan-te ha de sufrir el espectáculo callejero de un juglar ciego quien cuenta la dramática leyenda de Ginebra de Ravena, una muchacha destinada por su padre a casarse con un jorobado -personaje en el que el príncipe giboso se proyecta-, mientras ella está enamorada de un adolescente. Ginebra se casa por obligación pero la relación ilícita sigue en la misma casa matrimonial. Al final los amantes matan al marido. El joven asesino se llama Diomedes, igual que el "segundo amante" de Lozana, originario de Ravena ("Diomedes el Raveñano" [p. 85]). Ahora bien, la historia de Diomedes de Ravena y Lozana parece ser anticipación de la de Ginebra de Ravena y Diomedes con trueques de papeles. Separada de su amante y padre de sus hijos, Lozana es perseguida por el padre de su Diomedes y hubiese sido condenada a muerte si el barquero encargado de echarla al mar, "movido a piedad" [p. 92], no la hubiera salvado. La tergiversa-ción de la leyenda del Retrato, reescritura de un cuento folclórico muy difundido -recuérdese la historia de Genoveva de Brabante-, confirma de manera palmaria, a nuestro entender, la hipótesis intertextual de partida con el guiño de la conservación del antropónimo masculino y del topónimo italiano.

Más difusa quizá es la presencia de La Lozana andaluza en el segundo encuentro del duque de Bomarzo con Pantasilea en Bolonia. Ni los nuevos afeites que siguen embelleciendo a la meretriz (p. 272), ni el agasajo de "vino y confituras" traído por una criada constituyen criterios

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ciertos de intertextualidad aunque no faltan en el Retrato escenas en las que clientes de Lozana le regalan víveres8

Tal vez se podrían tomar en cuenta las situaciones paralelas de Pantasilea que tuvo que huir de Florencia para escapar de un asedio y de Lozana que salió de Roma antes del saco de 1527 "y se fue a vivir a la ínsula de Lípari" [p. 422]. Tampoco es de descartar como eco del Retrato en Bomarzo el grito de júbilo de los españoles "¡Oliva d'España!" [pp. 309, 403, 405] por la elección de Carlos V como emperador en 1519 y el "¡Imperio, Imperio! ¡España, España!" (p. 275) de los mismos cuando la coronación de 1530.

Por fin los estigmas de la vejez notados por Pier Francesco triunfante en la cara de Pantasilea (p. 275) recuerdan al lector de Francisco Delicado los mismos que lleva Lozana los últimos años de estancia romana marcados por la decadencia y la muerte.

Pues si no nos cabe ninguna duda sobre la presencia del Retrato de la Lozana andaluza en el trasfondo textual de Bomarzo, sería absurdo pensar que la obra de Francisco Delicado fuese el único hipotexto de los dos episodios de Manuel Mujica Láinez. Tratándose de cortesanas italianas del Quinientos, la primera fuente de información en la que piensa el investigador es, por supuesto, Aretino. De hecho el memorialista de Bomarzo menciona al autor de La Cortigiana (p. 136), quien en el Raggionamento del Zoppino fatto frate e Lodovico, puttaniere, dove contiensi la vita e genealogía di tutte le cortigiane di Roma ( 1539} describe también el Spedal di San Giacomo que recogia a los enfermos de sífilis9

El propio nombre de la cortesana, Pantasilea, se encontraba fácilmente en cualquier edición anterior a 1962 de la conocida obra de Pietro Aretino, Sei giomate ( 1534 }, y más particularmente en la "ultima giornata":

... e gli pongono un dei piu belli nomi che si trovino, il quale mutano tuttodi; ne mai un forestiere puo sapere qual sia il suo nome dritto:

8 Véase, por ejemplo, lo que le dice el judío Trigo a Lozana hablando de un fraile, procurador de un convento "que os proveerá a la mañana de pan e vino y a la noche de carne y las otras cosas. Todo lo toma a taja, y no le cuesta sino que vos vais al horno y al regatón y al carnicero, y así de las otras cosas, salvo de la fruta" (p. 196).

9 PIETRO ARETINO, Raggionamento del Zoppino, Milán, 1969, p. 49.

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ora si fanno chiamare Giulie, ora Laure, ora Lucrezie, or Cassandre, or Porzie, or Virginie, or Pantasilee, or Prudenzie e ora Cornelie ... 10

Otra fuente posible del nombre de la meretriz, declarada por el narrador homodiegético y póstumo de Bomarzo, sería La vita de Benvenuto Cellini:

... yo no había podido leer aún lo que Benvenuto cuenta en sus memorias sobre su relación con Pantasilea, por la simple razón de que todavía faltaban treinta años para que empezara a escribirlas y dos siglos para que les diera a la estampa, por primera vez, un médico filósofo (p. 155).

De hecho en sus memorias el orfebre relata minuciosamente un incidente protagonizado por él y "una giovane molto bella, chiamata Pan tas sil ea, la quale era grandemente innamorata di me", relato reescrito en la novela de Mujica Láinez11

Por supuesto tampoco es de descartar que el autor de una novela histórica acudiera a la erudición profesional de los especialistas de la Italia renacentista. Por ejemplo detrás del tratadito de sociología "cortesana" de la época pueden estar trabajos como los de Mariano Armellini o Jean Delumeau12

• Y tras la mención de los baños públicos frecuentados por las cortesanas honestae pueden estar contribuciones históricas como las de Umberto Gnoli y G. Alberti 13

Así pues la coincidencia cronotópica del Retrato de la Lozana andaluza y de Bomarzo a más de cuatro siglos de distancia acaba revelándose como el lugar de una poligénesis que dispone sus datos según una escala de probabilidades sumamente diversas.

10 PIETRO ARETINO, Ragionamenti. Seigiornate, a cura di Romualdo Marrone, Tascabili Economici Newton, Roma, 1993, p. 90. Lo subrayado es mío.

11 B. CELLINI, La vita, ed. cit., p. 556; relato del incidente, pp. 563-569, y reescritura en Bomarzo, p. 155.

12 Véanse MARIANO ARMELLINI, "Un censimento della citta di Roma sotto il pontificato di Leone X, tratto da un codice inedito dell' Archivio Vaticano", Gli Studi in Italia, 4 (1881), núm. 2, 890-909; 5 (1882), núm. 1, 69-84, 161-192, 321-355, 481-518;JEAN DELUMEAU, Vie économique et sociak de Rome dans la seconde moitié du xvt siecle, de Boccard, Paris, 1957-1959, 2 ts. Se consultará también la excelente síntesis, posterior a 1962, sobre la prostitución italiana renacentista de P AULLAR IV AILLE, La vie quotidienne des courtisanes en Italie au temps de la Renaissance (Rome et Venise, xv' et xvt siecles), Hachette, Paris, 1975.

13 UMBERTO GNOLI, "Stufe romane della Rinascenza", Pan, 2 Uulio, 1934 }, 402-408; G. ALBERT!, "Le cortigiane e le stufe", Il Vasari, 1941, núm. 3.

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El relato de la riña que enemistó definitivamente a Pantasilea y Benvenuto Cellini, por ejemplo, no debe nada a la obra dialogada de Francisco Delicado y lo debe todo a La vita del orfebre del célebre Salero de Francisco 1, desaparecido del museo de Viena en mayo de 2003. Otros pasajes de Bomarzo apuntan más bien a un hipotexto complejo donde intervienen Fernando de Rojas o Aretino junto al titular del vicariato del Valle de Cabezuela En cambio la leyenda de Ginebra de Ravena y de su amante Diomedes reescribe claramente la historia dramática de los amores juveniles de Lozana.

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Université de Liege

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