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Dossier: FRENDLY FLOAT - Miguel Alfredo Hernndez Busto (Zirika)
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FRENDLY FLOAT
introducción
44º.7´N, 178º.1´E Accidente del OLD SUSAN Las coordenadas del Lugar exacto donde en enero de 1992, en medio del océano Pacifico, un
buque de carga portacontenedores que había zarpado de Hong Kong rumbo a América se
averió en medio de una tormenta. Por culpa de los violentos balanceos que sufrió aquel barco,
algunos de los contenedores se desprendieron de sus amarras y cayeron al agua. Uno de ellos
se abrió vertiendo su cargamento: 29.000 juguetes de plástico para la bañera.
Empujada por el viento y las corrientes oceánicas, esta flotilla de patos amarillos, castores
rojos, ranas verdes y tortugas azules, empezó uno de los periplos más grandes en su viaje
alrededor del mundo. Así permanecerían durante más de 12 años viajando en distintas
“flotillas” que tomarían cursos considerablemente distintos unas de otras. Varios de estos
juguetes terminaron en el ártico, otros en Europa y una flotilla inmensa llegó a bañar las costas
de Massachusetts, apareciendo durante semanas en la prensa.
Estos patitos, se llegaron a hacer muy famosos por el
seguimiento que los oceanógrafos y especialistas en corrientes
oceánicas, Curtis Ebbesmeyer y James Ingraham, realizaron
durante varios años. Se realizaron avistamientos por toda la
costa de Alaska, atravesaron el Ártico por el estrecho de Bering
llegando a las costas de Inglaterra, Australia, Sudáfrica... Vista
la utilidad que brindaron, un nuevo campo de estudio
oceanográfico existe hoy en día, llamado “Rubber duckie
tracking” en honor a los patitos. La única diferencia es que
estos pequeños objetos arrojados, están provistos de un
arsenal tecnológico que va desde avanzados sensores GPS,
hasta medidores termales.
Mapa del Viaje que realizaron las distintas flotillas en que se dividieron los juguetes
El 80% del comercio mundial se realiza por vía marítima, en los enormes contenedores que
pasan a convertirse en remolques de los caminos. Cada año 200 millones de contenedores
viajan por los mares del mundo, y se calcula que en un momento dado hay entre 6 y 8 millones
de contenedores camino de algún puerto y cada hora, uno de estos contenedores, cae al
agua, de modo que 10.000 de ellos acaban cada año en el lecho marino.
¿Un desastre ecológico? Desde luego…pero no siempre.
Si bien la mayoría de sus contenidos se hunden en las profundidades, muchos otros
permanecen flotando y viajando durante años. La lista de estos objetos es interminable. Igual
que hicieron siguiendo el rastro de los patos y sus amigos, Ebbesmeyer e Ingraham, han
observado el recorrido flotante de 100.000 globos y coches de juguete, 34.000 guantes de
hockey y cinco millones de piezas de Lego, han recopilado información de unas 33.000
zapatillas Nike que se cayeron de un barco en la costa de California en diciembre de 2000. Y no
era ésta la primera vez. En 1990, esta compañía de calzado deportivo perdió 80.000 zapatillas
más allá del Pacífico. Al cabo de dos años, la mercancía apareció en Hawái. A pesar de llevar
tanto tiempo en el agua, el calzado todavía se podía usar, siempre y cuando se encontrara el
par correspondiente, porque no iban atados.
42º,50´ 55´´ N- 2º,40´06 O
Coordenadas del bar donde me fije en la
primera botella.
Sin saber muy bien por qué, hace unos meses
una botella de agua, de plástico llamo mi
atención por su diseño, su color azul, sus
posibilidades plásticas… sin saber muy bien lo
que iba a hacer con ellas, comencé a
recopilar las botellas que una vez bebido su
contenido los clientes dejaban en los bares.
Tras varias semanas
recogiendo botellas, llegaron
las vacaciones y las primeras
experimentaciones con los
recipientes.
La colocación de las botellas
por la playa, por los charcos
intermareales… solo eran
experimentos. Me
interesaba su movimiento,
crear manchas… sabia que
quería hablar de belleza, de
basura, de reciclaje… quizá,
conectar con el “Land-art”
con el “Arte povera”.
Proyecto Sin pretenderlo, se cruzó la historia de los “Friendly Floatess” relatada anteriormente. Lo que
yo estaba realizando se parecía o cuando menos a mi me recordaba a lo que hace casi 20 años
había sucedido.
En el accidente del “Old Susan”, unos juguetes pasaron de repente a convertirse en basura, en
contaminación… sin embargo a pesar de la tragedia, alguien supo ver una oportunidad,
convirtiendo un montón de basura en algo valioso, en una gran experiencia científica. Además
aquellos juguetes, al ponerse de moda, adquirieron un valor no estimado anteriormente. Se
llegó a pagar hasta 1000 dólares por algunos de los juguetes aparecidos, dando lugar a
falsificaciones y un comercio de estas curiosas piezas. También las zapatillas pasaron de objeto
de valor y uso cotidiano a basura contaminante de los océanos y de nuevo, a servir para paliar
las economías de gente necesitada que sin reparos buscó entre las zapatillas mojadas las
parejas que les servían.
Las azules botellas que los clientes dejan una vez bebido su contenido, se convierten en basura
que en el mejor de los casos acabará en una planta de reciclaje. Pero también pueden tener
otra finalidad, divertirse con ellas, implicar a gente en su recogida, su reciclaje, hacer arte,
nuevos objetos, acciones, concienciar…
Estas acciones, instalaciones… realizadas dentro del proyecto, pretenden ser una reflexión
sobre nuestro tiempo. Un tiempo donde el “usar y tirar” esta a la orden del día: botellas,
pañuelos, servilletas, cubiertos, chubasqueros, envases, maquinillas de afeitar, pañales,
productos médicos… 540 kilogramos de basura anual por persona es la media europea, 480 kg.
en el caso del País Vasco, una familia de 4 miembros casi 2000 kg al año una ciudad como
Gasteiz cerca de 100.000 tm, se podría llenar el campo de futbol de Mendizorroza varias veces.
Solo hablando de agua embotellada, su consumo va en aumento se calcula en más de 80 litros
por habitante y año 17millones de litros en Gasteiz. Se puede imaginar el volumen de plástico
y el problema que esto genera en cualquier ciudad.
Una sociedad atrapada en un bucle sin fin. Una sociedad que necesita producir para poder
consumir y consumir para poder producir. Un ciclo que se va alimentando una y otra vez hasta
llegar a consumir por consumir. El sentido, ya no es el colmar una necesidad, la obsesión es
conseguir tener el producto, poseerlo, decir que yo también lo tengo. Una vez desenvuelto
pierde su valor. Necesitamos iniciar de nuevo la persecución de otro objeto que una vez
conseguido, tampoco nos hará felices.
Se habla de una sociedad moderna, consumista… el reciclaje a tanto abuso sobre las materias
primas es la solución. Atrás quedó la reutilización, los talleres de reparación, la segunda mano.
Hoy los electrodomésticos sobre todo los de mayor consumo, las herramientas que hemos
hecho imprescindibles para la vida moderna, se construyen con fecha de caducidad: un
teléfono móvil se tira nuevo a la basura porque es más caro sustituir su batería que comprarlo
nuevo. El ordenador se nos queda sin bits en dos años.
Necesitamos consumir ocupar la naturaleza domesticarla: La carretera al pueblo parece que se
estrecha, se hace lenta, primero necesitamos desdoblarla, luego una nueva autovía, más tarde,
la autopista paralela, para ganar otros seis minutos construimos el tren veloz, con el mono
carril quitamos otros dos minutos, más adelante…
El reciclaje es necesario pero… ¿Qué reciclamos en los contenedores azules, amarillos, grises,
marrones…? ¿papel, orgánicos,
plásticos….o conciencias?
No habremos convertido el reciclaje en el
pretexto que nos permite seguir
consumiendo sin importarnos que nuestra
huella ecológica sea superior dos veces y
media a lo que de verdad podríamos
consumir.
Una sociedad que tal vez ha tocado techo,
una sociedad en crisis económica, ética,
moral… una sociedad que se necesita
reinventar.
Las botellas Estas botellas permiten múltiples reflexiones:
Podrían hablar de esta sociedad donde algo tan básico y abundante como el agua,
llega a tener precio. También el agua es presa de las multinacionales como Cocacola,
Pepsi, Nestle… Hablar de esta sociedad donde gente no tiene agua potable para beber
y otras llegan a pagar dinerales por aguas exóticas de glaciar, de volcán o
cuaternarias… por puro esnobismo.
Todas azules uniformes como la sociedad que algunos pretenden construir, el
pensamiento único…
Sugerir embotellamientos atascos…
Hablar de comunicación. Siempre se ha relacionado las botellas lanzadas al agua como
método para enviar mensajes…
Friendly floatees traducido como flotadores amistosos, flotilla amigable… es un proyecto en
sus primeras fases. Necesito número mayor de botellas para experimentar con manchas
mayores, la idea es realizar experiencias de estas manchas en movimiento, que surquen
pequeños cauces de ríos, interactuaciones en el oleaje, en fuentes con recorrido, etc.
42º51´09´´ 2º40´12´´ Una acción a realizar, será en la
fuente situada en el Parque del
Norte, fuente con suficiente
caudal de agua y un recorrido en
escalones. Sería como
reproducir el viaje de aquella
flota de juguetes a micro escala.
“Friendly floatees” es un proyecto que va diversificándose, hablando de embotellamientos, del
atasco social…
Fotografias de diversas acciones o instalaciones ya realizadas
Intervenciones realizadas en Lekeitio
Karraspio
Partzoneria de Enzia
Plaza de los Fueros Vitoia-Gasteiz
Jugatxi
Mendexa