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Año XXXI Nº 1.561; 1 euro Domingo 19 de abril de 2020 PERIÓDICO SEMANAL Iglesia en Valencia PARAULA “En estos momentos de pandemia, la última palabra la tiene Dios” El Papa presidió la celebración del vía crucis en una plaza de San Pedro vacía y no en el Coliseo de Roma, como tradicionalmente se realiza. Una Semana Santa especial, entre la fe y el confinamiento Págs. 11 y 12 El coronavirus ha obligado este año a celebrar la fiesta de san Vi- cente Ferrer desde la intimidad de los hogares valencianos. Así, la honorable clavariesa de las Fiestas Vicentinas 2020, Inma- cu lada Atienza, ha invitado a las familias vi centinas “a ofrecer este año a san Vicente Ferrer la fiesta más bella con nuestra ora- ción desde nuestras iglesias do- mésticas, que son nuestras casas, y acompañados por esa legión de apóstoles digitales que son nuestros sacerdotes”. Págs. 8 a 10 Clínicas UCV ofrece terapia gratis a enfermos con Covid-19, familiares y personas solas Pág. 23 El Comedor Social S. José de Benimaclet recibe más solicitudes de ayuda para comer Pág. 17 “Siempre habrá alguien dispuesto a cogernos la mano y rezar por nosotros” Pág. 14 En su carta semanal, el Arzobispo llama a “elaborar proyectos de acción caritativa” por los afectados por el Covid-19 A.SÁIZ En una Pascua inédita por el coronavirus y con un mundo “abrumado por la pande- mia, que somete a nuestra gran familia hu- mana a una dura prueba”, el papa Fran- cisco pidió “el contagio de la esperanza” durante la tradicional bendición ‘Urbi et Orbi’ celebrada a puerta cerrada en la Ba- sílica de San Pedro y no desde la plaza como es costumbre. Pág. 19 “El contagio de la esperanza” S.Vicente Ferrer, este año en oración y desde casa

Domingo 19 de abril de 2020 PERIÓDICO SEMANAL 1 · con el corazón roto, desde lo más hondo de sus almas, con autenticidad, como los mártires :”Sin la Eucaristía, no podemos;

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Page 1: Domingo 19 de abril de 2020 PERIÓDICO SEMANAL 1 · con el corazón roto, desde lo más hondo de sus almas, con autenticidad, como los mártires :”Sin la Eucaristía, no podemos;

Año XXXI Nº 1.561; 1 euroDomingo 19 de abril de 2020 PERIÓDICO SEMANALIglesia en Valencia

PARAULA

“En estos momentos de pandemia,la última palabra la tiene Dios”

ElPapa presidió la celebración del vía crucis en una plaza de San Pedro vacía y no en el Coliseo de Roma, como tradicionalmente se realiza.

��Una Semana Santa especial, entre la fe y el confinamiento Págs. 11 y 12

El coronavirus ha obligado esteaño a celebrar la fiesta de san Vi-cente Ferrer desde la intimidadde los hogares valencianos. Así,la honorable clavariesa de lasFiestas Vicentinas 2020, Inma-cu lada Atienza, ha invitado a lasfamilias vi centinas “a ofrecereste año a san Vicente Ferrer lafiesta más bella con nuestra ora-ción desde nuestras iglesias do-mésticas, que son nuestrascasas, y acompañados por esalegión de apóstoles digitales queson nuestros sacerdotes”. Págs. 8 a 10

Clínicas UCV ofrece terapia gratis a enfermoscon Covid-19, familiaresy personas solas Pág. 23

El Comedor Social S. José de Benimaclet recibe más solicitudes deayuda para comer Pág. 17

“Siempre habrá alguiendispuesto a cogernos lamano y rezar por nosotros” Pág. 14

�� En su carta semanal, el Arzobispo llama a “elaborar proyectos de acción caritativa” por los afectados por el Covid-19

A.SÁIZ

En una Pascua inédita por el coronavirusy con un mundo “abrumado por la pande-mia, que somete a nuestra gran familia hu-

mana a una dura prueba”, el papa Fran-cisco pidió “el contagio de la esperanza”durante la tradicional bendición ‘Urbi et

Orbi’ celebrada a puerta cerrada en la Ba-sílica de San Pedro y no desde la plazacomo es costumbre. Pág. 19

“El contagio de la esperanza”

S.Vicente Ferrer, este año en oracióny desde casa

Page 2: Domingo 19 de abril de 2020 PERIÓDICO SEMANAL 1 · con el corazón roto, desde lo más hondo de sus almas, con autenticidad, como los mártires :”Sin la Eucaristía, no podemos;

Estamos pasando momentos muy difíciles, de grandes sufrimientos, envueltos en la obscuridad y la niebla de la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias que nos sumen en una gran tristeza y llanto, desconcierto y desolación. Lo peor, evidentemente es la pandemia del covid-19, los miles de muertos sobrevenidos de esta enfermedad, y muchos más miles y miles de afectados por ella, y el miedo y pavor que nos están creando; los desastres sociales que se están desencadenando, la destrucción de la economía y de puestos de trabajo, las pobrezas y las miserias que va a traer todo esto; una verdadera ruina, cuyas consecuencias, inimaginables ahora, veremos en un futuro no tardío, de la que las principales víctimas van a ser los de siempre: los pobres y los descartados, los vulnerables, los ancianos que ya lo están siendo, las familias que ya no podrán ayudar como lo han hecho tan bien en anteriores crisis, pero que ahora no podrán hacerlo, muchas familias destrozadas, pequeñas empresas en quiebra... Todo nos habla de ruina, de desplome y desmoronamiento de una sociedad que se asentaba en criterios falsos y contrarios a la verdad, y que reclama un cambio urgente y sin dilaciones, un viraje profundo y firme. Vivimos una crisis muy honda de la Humanidad, cuyo origen no podemos separar del silencio y ausencia de Dios de nuestra cultura, del paganismo reinante, del laicismo imperante, de deterioro moral evidente, de autosuficiencia y de la mentira. Vivimos momentos cruciales. Son muchas las realidades, grandes las necesidades, no solo económicas, también políticas y sociales, pero sobre todo humanas, que reclaman la solicitud atenta de la sociedad mundial, de los Estados, de España, también, y sobre todo, de la Iglesia, llamada a ser testigo de la fe, de Dios y de su amor, signo y anticipo de vida eterna.

Ancianos, jóvenes y niños van a ser o están siendo ya los más dañados, aunque están siendo un ejemplo para todos y están mostrando una capacidad de resistencia y sacrificio, de madurez, admirable, que tal vez no esperábamos de ellos por su edad. Amigos, muy amigos, familiares queridos, han fallecido, sin poderlos acompañar, y sin poder despedirnos. Personas de fe verdadera y enraizada que no pueden comulgar ni siquiera en Pascua, y te dicen con el corazón roto, desde lo más hondo de sus almas, con autenticidad, como los mártires :”Sin la Eucaristía, no podemos; no podemos vivir”, y menos hoy, no les basta vivir la comunión espiritual, anhelan recibir al Señor en persona, su Cuerpo real ¡Qué dolor y qué tristeza tan grandes!

La muerte de personas para mí muy queridasAndaba yo enfrascado en estos pensamientos, en el día en que comenzaba la Semana Santa, Domingo de Ramos por la tarde, cuando inesperadamente en aquellos momentos recibo una llamada de una persona amiga, joven y muy formada, muy competente, seglar, arquitecto, que ejerce su docencia en diversas universidades extranjeras, con varios premios internacionales en su currículo. Le comuniqué en qué pensamientos andaba en esos momentos y le manifesté mi

tristeza y mi dolor; habían muerto, además de un primo hermano mío, Gonzalo, muy querido, con el que me había criado desde la infancia, tabique por tabique nuestras respectivas casas, y otras dos personas entrañables: uno judío, Sady Cohen, hombre de fe donde los haya, verdadero hijo de Abraham, un auténtico santo del pueblo de Israel, hombre de diálogo, encuentro y paz, muy cercano a los católicos, y el otro, musulmán, Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica Española, hondamente creyente, un verdadero hermano, como él me llamaba y yo le correspondía con la misma expresión de hermano, otro hombre clave del diálogo interreligioso en España, amante de la paz y luchador por la paz; y un tercero, Francisco Hernando, “El Pocero”, mi “hermano” Paco, como él me distinguía en su gran bonhomía, en su profunda y verdadera amistad de la que me sentía muy orgulloso, por tener un amigo, un “hermano” con aquella bondad y aquellos sentimientos y obras tan nobles en favor de los demás, singularmente de los pobres; también había sufrido el gran dolor por la muerte de dos hermanos sacerdotes, mi queridísimo amigo, condiscípulo y paisano, Miguel Díaz Valle, Vicario episcopal de mi equipo de gobierno diocesano, y mi no menos amigo y entrañable colaborador en la Curia Diocesana, José Bellvís Cerdá. Andaba sí, triste y lloroso.

La persona que me llamó la tarde de Domingo de Ramos por teléfono me hizo volver a lo esencial y me dijo más o menos: “D. Antonio, usted no puede andar en esa tristeza, mire su vida pasada y su presente, y vea cómo le ama Dios, cómo anda envuelto en un amor que Dios le da y le desborda; nos tiene que ayudar a que los demás tengamos esperanza, a que vivamos en ese amor que Dios le ha dado; y si le falta algo, mire a la cruz, y contemple cómo Dios nos ama: más imposible; y usted es ministro de ese amor, sacerdote, Obispo, Cardenal, para anunciar y comunicar ese amor, colaborador muy cercano del Papa Francisco, de Benedicto XVI: ¡mire la cruz!, ahí está todo el amor, que vence y supera toda tristeza y consuela; recuerde lo que dijo Jesús, el único, y lo único que importa: ‘Venid a mí los que estáis cansados y agobiados, desolados, y yo os aliviaré’. ¡Qué lección tan grande recibí de una persona seglar, cierto que de una gran fe y testigo ejemplar en el mundo, de Jesús. La verdad es que me hizo entrar y me ayudó a vivir el misterio de la Semana Santa: el misterio del amor de Dios, de la pasión y de la cruz, a pedir perdón a Dios y centrarme mucho más en Él. Así la he vivido esta Semana Santa, única y distinta: con fe, con esperanza, gozando de un amor tan grande como el de la Cruz de Cristo y de la Eucaristía, que Él nos dejó y de la que me hizo su indigno ministro.

Pág. 2 PARAULA

CARTA SEMANAL DEL CARDENAL ARZOBISPO

TODOS UNIDOS EN LA ESPERANZA

Valencia, domingo 19-IV-2020

Todo nos habla de ruina, de desplome de una sociedad que se asentaba en criterios falsos y contrarios a la verdad, y que reclama un cambio urgente y sin dilaciones

“Sin la Eucaristía, no podemos; no podemos vivir”.

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Vivimos una crisis muy honda de la Humanidad, cuyo origen no podemos separar del silencio y ausencia de Dios de nuestra cultura

Y para colmo, hoy mismo, lunes de Pascua, cuando escribo estas reflexiones que comparto con quienes las quieran escuchar, recibo la amarga y dura noticia de la muerte de otros tres amigos: Juan Cotino, Landelino Lavilla, y Alberto Elzaburu, Marqués de la Esperanza. D. Alberto era un hombre encantador que hacía honor al nombre del marquesado que poseía, el de la “Esperanza”, siempre alegre, con la sonrisa en los labios, cercanísimo, hombre justo, prudente, de fe sólida, sencillo y cultísimo, creador y artífice de encuentros y diálogo, fiel propulsor de la devoción sincera y real a la Reina Isabel Iª de Castilla, la Católica, de la que era ferviente admirador y difusor de su inmensa obra; D. Landelino Lavilla, cuya grandeza de hombre y de hombre de Estado me hizo apreciar D. Adolfo Suárez, el jamás olvidado y siempre presente; y D. Juan Cotino, a quien tantísimo he querido, tantísimo me ha ayudado con su sabiduría cristiana y con quien tan unido he estado y me he sentido, y también mi familia, desde que mi hermano Jerónimo me lo presentó meses antes de su muerte, acaecida en Utiel; un hombre de fe hasta las raíces más hondas de su corazón, que, como del justo dice la Escritura, vivía de la fe, un cristiano de una pieza, “un santo”,- me ha dicho de él esta mañana un testimonio vivo y muy directo suyo-, un mártir de la fe, -como acaba de decirme otro de él-, y que como tal ha muerto víctima de la persecución desatada contra su persona por ser, en el fondo, un hombre de Iglesia, una víctima de ese mundo tan viscoso de tramas políticas tan oscuras e injustas, cebadas en Valencia, un hombre comprometido con la política desde joven por su fe y desde ella, no a pesar de ella, un hombre que nos deja un gran vacío en el urgente campo de la acción política y social conforme a las enseñanzas sociales de la Iglesia que con tanto afán como sabiduría enseñó y propagó, un apóstol incansable para tiempos nuevos, un hombre bueno de verdad a quien Dios me concedió conocerlo y tratarlo como era, en su interior, y no como decían de él sin conocerlo bien algunos políticos y periodistas: ha muerto el lunes de Pascua, Dios lo ha librado de una presunta condena por algo injusto que se pretendía contra él y Dios se lo ha llevado antes con Él, a la gloria del cielo, venciendo la muerte de la condena, librándole de las ataduras de la prisión, del banquillo de los jueces y de los medios y de la losa de mala fama que se pretendía poner encima de él; ¡qué bueno, misericordioso y compasivo es Dios!.

Un día para mí muy amargo, triste y doloroso, de desolación pero también, debo decirlo, de una gran esperanza, una grandísima esperanza y un gran consuelo que nada ni nadie me puede arrebatar, ni borrar, y que me da la fe que de la Iglesia he recibido:¡Lo más grande bello y hermoso, que tengo!

Jesús, abrazado a la cruz del Covid-19 con nosotros

y por nosotrosHoy es Pascua; Jesucristo ha vencido la muerte, no ha sucumbido a la desgracia y a la pasión de que fue víctima injustamente condenada, a pesar de que sigue sufriéndola hoy en sus hermanos, la Humanidad sufriente por la pandemia del virus Covid-19, abrazado a esa cruz con nosotros, y por nosotros. Pero hoy es Pascua, ha resucitado y vive vencedor de la muerte, sin la losa sepulcral de muerte. Sigue amándonos y no nos deja. Camina con nosotros como con los discípulos desconcertados y cariacontecidos hacia Emaús, desesperanzados. Nos invita a proseguir el camino, sin retirarnos, con la mirada fija puesta en Él que tanto supo y sabe de ignominia y de desgracia. Y nos levanta el ánimo y devuelve la esperanza grande y verdadera. A Él dirigimos nuestra mirada para que sane las heridas de la Humanidad desolada. Hoy es Pascua de resurrección y sigue repitiéndonos con fuerza: “no temas, he resucitado y aún estoy contigo”, no te dejo, camino contigo, Humanidad herida y desolada. “Para muchos es una Pascua de soledad, vivida en medio de numerosos lutos y dificultades que está provocando la pandemia, desde los sufrimientos físicos hasta los problemas económicos” (Francisco)

¿Por qué he dicho todo esto? Porque quiero compartir este gozo con los demás, en estos momentos de desolación de la pandemia, y proclamar que la cruz, la muerte, la enfermedad, el dolor, la desolación, la losa sepulcral, la ruina, no tienen la última palabra: la última palabra la tiene Dios que ha resucitado a su Hijo de entre los muertos y ha retirado ya la losa opresora, porque nos quiere con su amor sin medida. Verdaderamente ha resucitado el Señor, el crucificado, atrapado por la muerte pero no

vencido por ella, y vive. Esta es nuestra esperanza que humildemente, como don de Dios, se la ofrezco a todos y para todos pido. ¿Qué hemos de hacer? Desde aquí grito: volvamos a Dios, abramos las puertas a Cristo que vive. Desterremos de nosotros, la indiferencia, el egoísmo, la división y olvido (Francisco). Abramos las puertas a

Cristo, abran las puertas de los Estados, de la sociedad, de la cultura, de las familias, de los hombres todos, singularmente los afligidos y miedosos, a Jesucristo; sólo Él sabe lo que hay en el corazón de los hombres. Es la hora de la Pascua, es la hora de la esperanza que no defrauda. Es necesario que fluya esta corriente de esperanza, que se contagie esta esperanza que se nos ofrece en la Pascua y trabajemos juntos unos por otros y con otros en el próximo futuro. Es posible un nuevo futuro, pero cambiemos, no olvidemos lo fundamental y primero: Dios y su amor, su apuesta por el hombre, y su predilección por los pobres, enfermos y vulnerables.

Echemos a volar la imaginación y creatividad de la caridad en nuestra diócesis, no cesen ni se aminoren o debiliten las fuerzas en Cáritas y su voluntariado, que sus instituciones diocesanas educativas y

universitarias elaboren y realicen proyectos que son posibles en su manos y si no que busquen apoyos, que los medios de comunicación estén al servicio de lo que hoy en la pandemia nos está pidiendo el Señor. ¡Adelante, con ánimo, con fe, con esperanza. Sin límites nada más que los que Dios nos ponga!

El otro ‘contagio’Volvamos una y otra vez al “Mensaje Urbi et orbi” del domingo, tan colosal, del Papa Francisco, cuyas palabras hago mías y repito: “el mundo se encuentra abrumado por la pandemia, que somete nuestra gran familia humana a una dura prueba. En la noche de esta prueba resuena la voz de la Iglesia: ‘Resucitó de veras mi amor y mi esperanza’. Es otro “contagio”, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza, la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que traspasa el sufrimiento y la muerte, trasformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios. Este no es el tiempo de la indiferencia, ni del egoísmo, ni de la división, ni del olvido.

Pág. 3PARAULAValencia, domingo 19-IV-2020

De izquierda a derecha: Juan Cotino, Miguel Díaz, Álvaro Elzaburu, Francisco Hernando, Riay Tatary y Sady Cohen.

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Las palabras que queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre!. Estas palabras pareciera que prevalecen cuando triunfa el miedo y la muerte; es decir, cuando no dejamos que el Señor Jesús triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida. Que Él que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso” (Francisco) Volvamos a Dios, abramos nuestro corazón a Cristo. Es la hora de la esperanza que no defrauda.

Este momento actual de la historia, de modo particular de España y Europa, de crisis no solo económica, y social, incluso política de las mismas democracias, de infierno que nos oprime y circunda en esta epidemia por la ausencia de Dios que hemos creado unos y otros, y esto es el verdadero infierno,- ESA AUSENCIA-, en estos tiempos actuales de la historia mundial, europea y española, digo, abundantes y muy gruesos problemas, reclaman nuestra solicitud, la de todos en común y con la responsabilidad compartida de todos en común, solicitan particularmente la solicitud atenta de la Iglesia.

En este momento actual de la historia, atrevámonos a decirlo con todo respeto, pero con todo amor y sentido de responsabilidad, el más hondo, vasto y auténtico problema es que : Dios desaparece del horizonte de los hombres y con el apagarse la luz que proviene de Dios, la Humanidad se ve afectada por la falta de orientación , cuyos efectos destructivos son cada vez más manifiestos, como nos está ocurriendo ahora.

Es hora de un auténtico rearme moralAmigos todos: En estos días de confinación, de silencio, de oración y de casi total incomunicación y escaso trato con personas, me he preguntado muchas veces ante el Señor: ”Qué podríamos hacer, además de este ayuno y penitencia, además de orar y ayudar, de volver a Dios y escucharle y adorarle y de ayudar a los demás en lo que se pueda?¿qué nos pides; Señor?. Eso ¿qué nos pides, Señor? Que volvamos a Ti, que nos convirtamos, que sigamos invocándote, que nos unamos todos, según tu voluntad o querer, para ocuparnos de la salud y sanación de todos, y evitar que haya nuevos contagios, que colaboremos en superar, con tu auxilio, esta pandemia. Esto es lo más inmediato. Pero ante tanta miseria destapada, y tanta desgracia y ruina, tanta desolación y destrucción como ha desvelado y ocasionado y sigue ocasionando en el ámbito social, económico, político, moral y espiritual, es urgente y apremiante que reemprendamos un camino nuevo de futuro, de recomposición y reconstrucción.

Se habla mucho del campo económico, incluso político, pero, pienso, que hay que ir más allá; sin duda que el desastre económico, de empresas que tienen que cerrar, de trabajadores que se quedan sin empleo, de familias depauperadas, es ya y va a ser muy grande; la pobreza que va sobrevenir va ser de gran magnitud; pero también la descomposición y los problemas morales que se originan no son de menor tamaño. Es hora de un cambio o de una renovación honda y extensa, el rearme económico, político y social tan necesario y apremiante requiere un cambio, una actuación que no se puede demorar. No soy yo ni me corresponde hablar de economía o de política, pero sí que exige de mí, por deber social y en responsabilidad como Obispo, hablar de renovación de la sociedad, de rearme moral y de apelar a la conciencia de los cristianos a que se apremien a actuar con los demás sin demora y colaborar, codo con codo, en la reconstrucción de nuestra sociedad que tanto la vamos a necesitar. Así brillará con brillo y esplendor grandes, el esplendor de la verdad, una inmarcesible belleza de Dios que es amor.

La belleza a la que me refiero “no es un mero esteticismo, sino el modo en que nos llega, nos fascina y cautiva la verdad del amor de Dios en Cristo, haciéndonos salir de nosotros mismos y atrayéndonos así hacia nuestra verdadera vocación: el amor… Esta belleza es misteriosamente quien no tiene “un aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres (…) ante el cual se ocultan los rostros” (Is 53,2). Jesucristo nos enseña cómo la verdad del amor sabe también transfigurar el misterio oscuro de la muerte en la luz radiante de la resurrección” (Benedicto XVI).

Y esta belleza del amor los cristianos habremos de transparentarla siempre en la situación ruinosa a la que nos vemos abocados contribuyendo en primera fila, con la ayuda de Dios, y siguiendo las sabias indicaciones del Papa en estos días, a solucionar los problemas del paro, de cierre de empresas, de hambre que pueda

sobrevenir en la nueva época en que nos encontremos con imaginación, prudencia y audacia. Hay que hacer “algo”, o mejor, “mucho” porque, sin duda, estamos necesitando y vamos a necesitar aún más de una reconstrucción para ese mañana que, de alguna manera, ya está aquí, sobre todo social, cultural, espiritual y moral. La diócesis de Valencia en otros momentos como el que estamos a vamos estar se ha mostrado con una capacidad y fuerza muy grandes para acudir a las situaciones de pobreza o de nuevas pobrezas. Ha de demostrar a los ojos de todos que es una Iglesia pobre y para los pobres, que es capaz y sabe quedarse prudentemente a “dos velas”, si necesario fuese, por atender a los pobres. Tenemos muchas personas e instituciones con las que podemos y debemos contar, y unidos poner en marcha la imaginación de la creatividad para la caridad.

Creíamos que éramos invulnerables pero no es asíInnegablemente nos encontramos en una situación que, doloroso es reconocerlo, puede ser propicia u oportuna para pensar en qué se puede hacer, aunque la situación que vivimos nos ha paralizado a casi todos, al mundo en que nos movemos. Hemos sido claramente víctimas de unos virus, insignificantes seres microscópicos que han hecho caer al gran coloso de nuestro mundo que nos estamos fabricando, han derribado a los poderes de este mundo, a los nuestros, a nuestros grandes planes, fruto de nuestras grandiosas ideas, capacidades y acciones, han hecho caer al gran coloso que nos estábamos formando, obra de nuestras manos. Creíamos que éramos invulnerables, pero no es así. Lo siento mucho, aunque en este momento así es. Y por eso es preciso confiar más plenamente en Dios, abrirnos a Él, a su amor, es la hora de Dios, nada es ajeno a Dios y a su providencia y misericordia¸ confiar, por encima de todo en Él y no en nuestras obras, confiar en el Dios de las obras, el único, y no en nuestras obras, humanas al fin y al cabo, que no son Dios. Es hora de elaborar proyectos de acción caritativa y social, es hora de mostrar que somos una familia, una fraternidad. ¡no podemos permanecer impasibles y parados!

Para elaborar esos proyectos a los que me refiero o la realización de sugerencias válidas que puedan y deban hacerse, una primera cosa que no convendría olvidar es el libro del Génesis cuando narra lo que sucedió a los hombres que proyectaron edificar una torre para evitar otra destrucción masiva como el diluvio, que paliase al menos una devastación universal. Y, en todo caso, pienso que sería muy oportuno que nos planteásemos en esta situación que vivimos algunas preguntas: “¿No estaba todo bajo control?¿Será capaz un virus de echar abajo el bienestar del que gozamos?¿Es tan frágil el sistema económico que ha llevado el hombre a la

Luna y ha creado un nuevo mundo globalizado por instrumentos sofisticados para el transporte de personas y mercancías y para la comunicación? ¿No podrán, de verdad, los sistemas sanitarios curar y ni siquiera atender a los enfermos? Cuando las cosas mejoren ¿no será necesario revisar a fondo el modelo de vida democrático que nos domina? ¿No he de plantearme ya en qué relación están mi vida y mi muerte con el supuesto futuro mejor de la Humanidad?¿Me salvará a mí ese futuro?¿Salvará a mi familia y al pueblo del que formo parte?¿Será el porvenir mejor desde el punto de vista de desarrollo social y económico?¿Lo será desde el punto de vista moral?¿Lo será necesariamente como la ideología del progreso (moral) no cesa de pretender hacernos creer?” (J.A. Martínez Camino). Es cierto, segurísimo, que esta prueba, precisamente en este tiempo, “podrá marcar el comienzo de una nueva época para la Humanidad, si se aprovecha esta oportunidad de redescubrir la humildad y de encontrarse con Dios humilde y paciente, que nos salva y hace hermanos” (J.A. Martínez Camino), porque nos da su amor.

Reconstruir este mundo nuestroPara recomponer el tejido social de nuestro mundo o para una reconstrucción de este mundo nuestro, creo, además, que no podemos dejar en el olvido el episodio de las tentaciones de Jesús, narrado por el evangelista Mateo, para no sucumbir, una vez más a manos del Maligno, y aconsejo, al mismo tiempo, releer la explicación e interpretación que nos ofrece Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, en su obra “Jesús de Nazaret” sobre tales tentaciones, que reclaman poner en el centro a Dios y adorarlo a Él sólo.

Debo añadir que, precisamente a raíz de este reconocimiento y adoración de Dios, para la recomposición del tejido social de nuestro mundo o la reconstrucción de este mundo nuestro, -aparentemente tan poderoso y fuerte pero, la verdad, tan débil-, tan necesarias y que Dios las quiere, habremos de ponernos a escuchar a Dios y atender a sus signos, pues de Él y por Él, nos llega su palabra y nos llegan los signos de reconstrucción y salvación que nos ofrece. Acojámosle, acojamos su palabra y sus signos. Venzamos, con Jesús y unidos a Él, toda tentación que nos puede llegar en este intento.

Se nos ofrece la oportunidad de que, así y en estos momentos de reflexión y silencio, busquemos por encima de todo a Él y su voluntad, que no es otra que salvarnos y llevarnos a participar de su amor y vivir ese amor suyo en formas concretas, como estos días estamos viendo. Con dolor, debo decir que bendito este momento si nos sirve para recibir su luz, la luz de la Pascua que nos guíe en esta prueba -la luz es Cristo en su vida, pasión, crucifixión, muerte y resurrección-, y

nos haga mirar el gran futuro que Él quiere y dispone para los hombres, y vayamos, volvamos a Él, reconozcamos a Dios manifestado en el rostro de su Hijo y adoremos a Dios, sin omitir que adorar y servir Dios no es posible sin respetar, promover, servir, amar a los hombres, mis hermanos, sobre todo si sufren y están necesitados.

No podemos “escurrir el bulto”Para esta reconstrucción y recomposición del tejido social, necesarias, la verdad es que la fuerza del Evangelio del amor, de los pobres, de los enfermos y de los que sirven y dan la vida, ha de guiarnos y conducirnos para encaminarnos a una humanidad nueva, con hombres y mujeres nuevos. A partir de ahí me vienen a este respecto las siguientes reflexiones, la primerísima e imprescindible: que como Iglesia debemos pensar en que la Iglesia sea Iglesia, hacer lo que ella es: obra de Dios, que, en estas y futuras circunstancias, su único fundamento, y el de todos sean o no creyentes quienes me lean o escuchen, es Cristo, la piedra angular sobre la que edificar y reconstruir; y, por tanto, que la Iglesia se dedique aún más intensamente, con la ayuda de lo Alto, a ser Iglesia y cumplir hoy su misión recibida y encargada de su Señor: anunciar el Evangelio y hacer discípulos de Jesús; esta primerísima e insoslayable reflexión me lleva a otra también clave: no podemos “escurrir el bulto” y ser o engrosar más la larga cofradía de los ausentes.

Traigo a colación aquel hecho, después de la resurrección de Jesús, de cuando Pedro se dirige al templo de Jerusalén, y en la puerta se encuentra con un paralítico que está pidiendo limosna, y Pedro le dice a aquel paralítico y mendigo a la puerta del templo de Jerusalén: “No tengo oro ni plata; lo que tengo te doy: en nombre de Jesús Nazareno, toma tú camilla, levántate y echa a andar”. La Iglesia no tiene oro ni plata, aunque algunos les pueda parecer lo contrario: que tiene “plata” y “poder”. Pero, sin embargo, tiene un tesoro y una fuerza mucho mayor: Jesús; en estos momentos junto a la pandemia y ahí mismo, sin pasar de largo de ella, la Iglesia tiene que dar este tesoro a la humanidad, en casi ruina que le impide andar y abrirse caminando al futuro que le espera por delante. En esto no puede fallar.

También quiero recordar, como hizo el Papa en la oración universal en la plaza de san Pedro ante la inmensidad de la pandemia del Covid-19, a Jesús con los discípulos en la barca sacudida por una tormenta: en esta ocasión, compartiendo con sus discípulos llenos de pánico las aguas agitadas y procelosas, el torbellino, de ahora, la zozobra de la amenaza de naufragio que sienten los hombres, en peligro, con los que comparte la misma barca que navega tan azotada y de la que Él, sin embargo, no se baja, no la abandona y deja a su suerte, y de la que no se despreocupa. Y sí le importa y mucho, todo, aunque se le vea dormido, poniéndose en pie. Impera y manda sobre la tormenta borrascosa, sobre los vientos adversos, y le obedece la tormenta y le obedecen los vientos y se silencia su fragor y amenaza.

¿Dónde está nuestra fe ahora?La Iglesia de hoy en su barca, dispuesta a acoger a todos en ella, y sintiéndose unida a esa Humanidad sufriente, con miedo, castigada por la tormenta de la pandemia, grita en súplica angustiada y confiada, y así los discípulos despiertan al Señor: “Señor, ¿no te importa que perezcamos? ¿que nos hundamos? ¡Sálvanos! Él les dijo: ¿Por qué tenéis miedo, aún no tenéis fe”, ¿dónde está vuestra fe? ¡hombres de poca fe!”. ¿No nos está sucediendo esto, que estamos llenos de miedo, incluso de pánico? ¿dónde está nuestra fe en esos momentos? ¿no estamos dando muestras, en ese miedo, que no tenemos fe o somos de poca fe? Basta ver cómo oramos, si es que oramos, y suplicamos y cómo actuamos tras la oración para constatar la verdad del reproche que Jesús nos hace: no hay fe sin obras, no hay oración y súplica a gritos sin fe en Dios, pero esta fe debiera ir acompañada de obras buenas de caridad, y si no tenemos estas obras de caridad que tiene muchos aspectos, hasta políticos, habría que ver a dónde vamos.

Vivimos momentos para que esto lo reflexionemos y discernamos, porque me parece que a esta situación hemos llegado con poca fe en Dios, con falta de fe en Dios, con olvido de Dios y con poco amor que de esa fe se deriva. ¿No estamos haciendo de este mundo y civilización sin Dios, un mundo contra el hombre, donde tampoco el hombre cuenta o se le somete a otros intereses, no estamos ya mucho tiempo intentando “matar” a Dios, suprimiendo a Dios, y haciendo un mundo más pobre, más angosto, más vacío?¿qué llena ese vacío, la economía, el dinero, el bienestar, el placer, bienestar y sexo, las ideologías, los intereses individuales o de grupo, el poder y el mandar, ocupar puestos,…?

El vacío que ha dejado Dios, no lo puede llenar el hombre y sus intereses, ni planes o proyectos que solo proceden de los hombres. Y la humanidad enferma, se

Pág. 4 PARAULA Valencia, domingo 19-IV-2020

Es hora de elaborar proyectos de acción caritativa y social, es hora de mostrar que somos una familia, una fraternidad. ¡No podemos permanecer impasibles!

Como Iglesia no podemos “escurrir el bulto” y ser o engrosar más la larga cofradía de los ausentes

Pág. 5PARAULAValencia, domingo 19-IV-2020

El Papa en la oración especial ante la pandemia del pasado 27 de marzo.

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abruma y perece o se hunde. Por eso esta situación que estamos pasando debería hacernos reflexionar y llevar y conducir a todos, especialmente a la Iglesia, a la fe, a la sola fe en Dios que espera en Él y todo de Él y se expresa en la caridad que viene de Él, que no tiene límites. ¡Ayúdanos, Señor, a creer!¡Aumenta nuestra fe, una fe que obra por la caridad! Me llama la atención y me duele que, incluso en estos momentos, públicamente y por medios públicos, se esté ignorando la fe o lo que tiene que ver con la fe. Es cierto, sin embargo, que alguna cadena de TV está emitiendo la Santa Misa, cosa que tal vez antes no hacía, y que la Santa Misa está siendo muy demandada por los telespectadores, pero en tertulias y entrevistas, en reconocimiento de actuación, la fe o lo relacionado con ella brilla por su ausencia; y, sin embargo llena de esperanza y alegría, por ejemplo, por medio de algún que otro whatsapps, llega o llegan testimonios bellísimos y gozos, animosos, como el de aquella ancianica, me parece argentina-hispana por el tono y las expresiones de su lenguaje, que, con sus 96 años, daba, a través de poco más de dos minutos, un testimonio bellísimo y valiente de fe; pero testimonios, desgraciadamente, así no los veo o no nos llegan por las TV u otros medios de comunicación. Y esto también ayuda y ayudaría muy mucho a superar la crisis, por múltiples conceptos, y la tormenta destructora que está cayendo.

Tarea de la Iglesia, despertar la Humanidad dormidaHay, además, otro relato evangélico que traigo a colación: el de la resurrección de Lázaro; en ese relato vemos a la Humanidad que, como Lázaro, está enferma, no sólo por los afectados por el virus covid-19, sino por otras muchas enfermedades, físicas y, sobre todo, espirituales, como puedan ser el egoísmo, individualismo, la violencia, el pecado, la dejación de responsabilidades, la soberbia humana, la cerrazón a Dios, el olvido de Dios, y tantas otras: está enferma, muy enferma, esta humanidad nuestra, tan querida por Jesús, que llora a su lado; preciso es reconocerlo. Y Jesús comenta: “Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”, y se quedó sin actuar inmediatamente con eficacia, hasta que dice: “mis amigos los hombres enfermos, están dormidos, y voy a despertarlos”. Sí, la humanidad de hoy parece enferma, está enferma, pero no de muerte, está dormida, hay que despertarla: esa es la tarea de la Iglesia, despertar a esta humanidad, como Jesús a su amigo Lázaro; confiamos que esta humanidad no caiga aún en la muerte, no esté muerta y esperamos que venga Jesús para que

creamos; da la impresión que en la circunstancia que atravesamos le estuviésemos diciendo a Jesús, algo así como le dijo Marta: ”Si hubieses estado aquí con los hombres enfermos no se hubiese propagado esta enfermedad que nos aflige y algunos hermanos no habrían muerto; pero aún ahora sabemos que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Y Jesús nos responde más o menos como entonces: “Tus hermanos, la humanidad entera, resucitarán”. Y nosotros, como repitiendo mecánicamente, medio consolados, respondemos con la respuesta verdadera, pero manida ya del catecismo: “Sabemos que resucitarán con la resurrección del último día”. Pero Jesús, hoy mismo replica anunciándonos y diciéndonos la gran noticia, la gran realidad, la gran palabra, no hay otra: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y el que está vivo y cree en mí no morirá para siempre, ¿crees esto?”.

Por último, me remito al episodio de las bodas de Caná; la Madre de Jesús, en una situación tan normal como una boda, adelantando la hora de Jesús, les dice a los criados –también la Iglesia, los cristianos, somos criados, siervos y servidores- y nos dice: “Haced lo que Él os diga”. En la insipidez o amargura del agua que nos provoca la situación que estamos viviendo, la Madre de Jesús, la Santísima Virgen, a cuyo corazón Inmaculado fuimos consagrados desde Fátima el día 25 de marzo, fiesta de la Anunciación a María, esclava del Señor y Salud de los enfermos, Madre intercesora, siempre atenta a las eventuales carencias, necesidades, apuros de sus hijos,…, nos está diciendo como en Caná de Galilea: “Haced lo que Él os diga”. No tenemos otra salida del “atolladero” en que nos encontramos que esta: Hacer lo que Cristo nos dice. Esto, por favor, no es fundamentalismo; es la verdad, y soy testigo. Y nos lo dice Él mismo, Jesús, a lo largo de toda su vida, especialmente en los acontecimientos de los que hemos hecho conmemoración en las celebraciones de la Semana Santa, este año a puerta cerrada, y que también, por lo demás, nos ha mostrado en tantos gestos que estamos viviendo y viendo estos días: en médicos, enfermeros y enfermeras, personal auxiliar sanitario, administrativos en hospitales, conductores de ambulancia, jóvenes, familias, vecinos, enfermos, hospitales, investigadores, universidades, sacerdotes, capellanes de pastoral sanitaria, religiosas, señoras de la limpieza, militares… etc, etc.

Estos hechos, de algún modo, podemos relacionarlos con los del coronavirus, y vemos que el protagonista y salvador es Jesucristo como quien hace caminar al paralítico, calma la tempestad, convierte el agua en vino de alegría y de amor, es resurrección y vida, triunfador del mal, del pecado y de la muerte, trae y da la esperanza, y a su lado María, su Madre y nuestra Madre que adelanta la hora de salvación de su Hijo. Siempre Jesucristo y nada más que Jesucristo. Es la única palabra, luz, riqueza, verdad y fuerza que tiene la Iglesia. Y esta no la debe callar, ni la puede silenciar ni dejarla morir. Ha de acudir siempre, a tiempo y a destiempo, ahí, anunciar a Jesucristo, darlo a conocer, seguirle y testificarlo, adorarlo. La Iglesia no tiene otro plan ni otra respuesta, ni otra esperanza que Jesucristo, de quien se derivan tantos caminos. Este plan, esta obra no es de los hombres, es de Dios y quiere que, juntos, la llevemos a cabo y adelante.

Como en los mejores tiempos de la IglesiaA partir de Jesucristo corresponde a los cristianos aceptar, vivir, encarnar en sus vidas y en la sociedad, en sus pensamientos y en sus obras, guiados por el Espíritu Santo, a Jesucristo; a partir de Él, del encuentro con Él, saldrán y concretarán y se decidirán proyectos y acciones como siempre ha sido surgidos de un nuevo corazón y de una nueva mente, inspirados por la luz del Evangelio del modo que Dios sabe y a nosotros se nos escapa, y cambiará el mundo; a partir de este encuentro con Él se podrán y se deberán hacer muchas cosas, unas espontáneas, casi naturales, otras más pensadas y proyectadas comunitariamente, como ha sido en los mejores tiempos de la Iglesia; y esto es, llamémosle como sea, es EVANGELIZAR DE NUEVO, con nuevos métodos y lenguajes, y sobre todo con nuevo ardor: dar a Cristo a nuestras gentes desalentadas que hambrean esperanza y consuelo, ofrecer remedios y respuestas que van más allá, ayudar y contribuir, colaborar, a que nazca y crezca una humanidad nueva con hombres y mujeres nuevos, con un nuevo estilo de vivir, el del Evangelio, que muestren lo que ha sucedido al aceptar y seguir a Jesucristo y así lo viven y proclaman en cuanto son o se les demande, pero que no se quedan aquí solo sino que van más allá abren un grandísimo horizonte de luz. Este es el gran reto que tenemos, en el que se nos pide ofrecer lo que tenemos y aportarlo con sus consecuencias humanas, sociales, religiosas, culturales, y

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Me llama la atención y me duele que, incluso en estos momentos,públicamente y por medios públicos, se esté ignorando la fe o lo que tiene que ver con la fe

‘Tormenta en el Mar de Galilea’ de Rembrandt.

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políticas, económicas, de reconstrucción de un mundo nuevo y una humanidad nueva con hombres y mujeres nuevos.

Esto es lo que quería compartir con vosotros con esta comunicación, deciros una vez más, como tratamos de hacer ahora y con el Sínodo Diocesano: tenemos el Evangelio y busquemos en él, como en la alegoría del arcón, cosas viejas y nuevas y pongámonos manos a la obra, en el brete de hacer eso nuevo y viejo reales y eficaces, con el auxilio que siempre nos viene y vendrá del Señor, con fe, confianza, perseverancia, oración y súplica a Dios para quien nada hay imposible, y sin olvidar la palabra de María que nos anima a que sirvamos a Cristo, sirviendo de medios e instrumentos para que se dé y continúe la alegría, que viene de Él, y anticipa la alegría final a la que aspiramos, por el deseo puesto por Dios en nuestro corazón e inscrito por Él, desde el principio, en nuestra gramática humana.

Sin nerviosismos, sin prisas, que nunca son buenas, pensando, con humildad y paciencia y sensatez y confianza edificaremos juntos o reconstruiremos juntos con el Señor la casa común después de la pandemia, y por eso hagamos o habríamos de hacer también planes de futuro, como enseña Jesús cuando nos dice que hay que proyectar antes de edificar; para esto, sin duda, habría que ponernos en común y sumar esfuerzos, por ejemplo, convocando y reuniendo a políticos cristianos que, a partir del Evangelio, a su luz, y las enseñanzas de la Iglesia, plasmen ese Evangelio en proyectos para el ahora y el inmediato después de la crisis; a economistas, entidades y personas con medios económicos, o a profesores e investigadores, a intelectuales y a gentes sencillas, a médicos, enfermeros y enfermeras, responsables y expertos del ámbito de la salud, a universidades en común, a grupos de profesionales o de observatorios sociopolíticos, culturales, de pensamiento y acción, grupos educativos y de comunicación, cristianos, a miembros de seguridad y defensa y que vean cada uno, desde su competencia, qué aportar y qué se podría hacer, anticipándose, ante el inmediato futuro que mañana mismo va a llegar. También habría que pensar en los sacerdotes porque también ellos deben animar y dar aliento y vida a cristianos que lo necesitan, alentar e ir delante y acompañando a las comunidades. ¡Adelante!, pues. Pensemos en los actuales momentos que vivimos para que las cosas se hagan bien conforme a lo que Dios quiere. Pero pensemos también en el futuro, en el que tal vez podamos encontrarnos en otras situaciones nuevas y no previstas, incluso nuevas e inéditas, que necesitarán, sin duda fe y ayuda de Dios, pero también colaboración y concordia de todos. ¡Ánimo y adelante, en nombre del Señor!

Innumerables ejemplos ante la pandemiaEn todo caso creo que habría que aprender mucho de estos días de pandemia y del estado de alarma en el que estamos. Por ejemplo, me ha maravillado y me ha cautivado el ejemplo y testimonio que están dando tantos médicos, enfermeros y enfermeras, cuidadores, servidores de la sociedad desde sus farmacias o desde los comercios agroalimentarios, empresarios, trabajadores, en concreto de limpieza: han sido, están siendo un verdadero y auténtico ejemplo con su entrega, su volcarse sobre las personas, su dejar dar la vida por los demás, su atención a los enfermos hasta la extenuación, su generosidad, su poner hasta en riesgo sus propias vidas…No sé si son cristianos todos o si están inspirados en ese proceder y actuar suyo reflexivamente desde el Evangelio; lo que sí puedo y podemos asegurar es que el Evangelio, con la fuerza de Dios, no está lejos de ellos, y está actuando en ellos y actuándose y haciéndose presente en ellos. ¡Gracias! ¡¡Mil millones de gracias a todos, sin dejarme a ninguno!! Y lo mismo habría que decir de los militares y agentes de la seguridad del Estado que nos han ofrecido y están ofreciendo un ejemplo tan conmovedor y tan anónimo, y tantos otros; están siendo unos días muy ricos en enseñanzas para aprender y secundar, como también en conductas o “ejemplos” que no debemos seguir, porque se ven a la legua cargados de ideología o de interés por el poder. También habría que fijarse en el comportamiento de algunos políticos, dignos del mayor encomio por su libertad y búsqueda del bien común; y, también el de las religiosas, voluntarios y responsables de Cáritas, de los sacerdotes, admirable comportamiento el suyo que desde la soledad y el silencio están prestando tan ejemplar testimonio, y tal vez no reconocido socialmente, ese testimonio y servicio suyo tan fundamental e imprescindible. He de reconocer que todo este tiempo doloroso está siendo un aliento para vivir en verdad la comunión a cuyo servicio me encuentro. Todos estos gestos, más abundantes de lo que parece,

nos están diciendo a voces: ¡Hoy es día de Pascua de resurrección, es día abierto a la esperanza. ¡Ojalá escuchemos hoy la voz del Señor, no endurezcamos nuestro corazón!.

Que Dios nos ayude y nos dejemos ayudar por Dios, porque el auxilio en esta situación tan difícil nos viene y vendrá de Él, para quien nada es imposible. A Él nos encomendamos, en sus manos ponemos nuestras vidas e inquietudes, nuestros afanes, nuestros proyectos. Y acudimos a su Madre, de quien nos viene la esperanza y la alegría que trae su Hijo. A Ella, Madre de los desamparados y salud del pueblo, que está en el cielo y nos fue dada por Madre junto a la cruz, encomiendo todo esto y a las personas que lo viven, lo sufren o tienen miedo. Los ejemplos tomados del Evangelio que he recordado antes, nos pueden ayudar y los misterios que hemos conmemorado en Semana Santa y Pascua son nuestra luz, nuestro consuelo, porque en la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo está la esperanza de nuestra feliz resurrección y de vuelta a la vida, que es donde se encuentra el verdadero juicio de Dios, siempre de misericordia, de aliento, de amor y de vida. Vayamos a Él si estamos cansados y agobiados y hallaremos el alivio y el consuelo.

Con mis mejores deseos para todos, un abrazo cordial a todos en Cristo Jesús, nuestra esperanza y nuestra salvación. Pero no nos crucemos de brazos. Actuemos, en nombre de Dios, de Jesucristo Nazareno y pongamos a esta humanidad en pie, en camino, a hacer camino hacia adelante, hacia la patria y la casa que Dios nos promete y concede, la suya, la de la familia y fraternidad que somos todos, ya que tenemos al mismo Padre, Dios, y todos somos hermanos en Jesucristo por el Espíritu Santo.

¡¡¡Feliz Pascua de Resurrección!!!

Me he maravillado y me ha cautivado el ejemplo y testimonio que están dando tantos médicos, enfermeros y enfermeras, cuidadores, servidores de la sociedad

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Sanitarios a la puerta de un hospital.

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❐ BELÉN NAVA“Cristo vence, Cristo reina, Cristo man-da, Cristo de todo mal me defienda”. Este es el inicio de la oración que san Vicente Ferrer escribió contra la peste, enfermedades contagiosas y otras cala-midades. Hoy, estas palabras se hacen más necesarias que nunca cuando la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus se ha extendido por todo el mundo. Considerado como abogado contra la peste y epidemias, con mi-lagros como el de la ‘llantia’ acaecido en el pueblo de Agullent, el patrón de la Comunitat Valenciana este año será festejado en la intimidad de los hogares vicentinos.

Suspendidas las celebraciones, la Junta Central Vicentina -que integra todos los Altares y Cofradías de san Vicente Ferrer-, estaba preparando di-ferentes iniciativas como la retransmi-sión en la web de la representación de algunos de los ‘milacres’ del año pasado así como de la ofrenda o de la proce-sión tal y como explica, José Miguel López, vicepresidente de la Junta Cen-tral Vicentina al cierre de esta edición de PARAULA.

“En estos momentos -comenta- esta-mos, más que nunca, unidos en espíritu con la confianza de que saldremos de esta y unidos en la oración”.

La Junta Central Vicentina publica en su web oficial una carta de la Honora-ble Clavariesa de las Fiestas Vicentinas 2020, Inmaculada Atienza, en la que pide a los vicentinos y a los valencianos en general que “hoy más que nunca, con fuerza, debemos pedir la intercesión de nuestro patrón, debemos encomendar-nos a Sant Vicent Ferrer”.

Teulada pide su intercesiónLa localidad de Teulada está ligada a la figura del santo dominico porque allí vivió su hermana Constança a la que

el Pare Vicent visitó en el verano del año 1410. Fue una estancia reflejada en testimonios históricos y en diversos milagros sucedidos en la villa. Cuentan, además, que, un día, a la altura del cru-ce de caminos que une el Camí de San Miquel, con el Camí del Pas, lugar des-de donde se observa gran parte del tér-mino municipal, haciendo la señal de la cruz, bendijo la población de forma que desde ese momento no sufriesen los de-sastres de la peste. Un siglo después, la población sobrevivió a una gran epide-mia que asoló la comarca.

Así, en el pasado domingo 5 de abril, fiesta litúrgica del santo, Teulada recor-dó a su patrón y le pidió amparo. Los vecinos salieron a sus balcones y ven-tanas para cantar al unísono, el ‘Himno de Sant Vicent Ferrer’.

Tras la celebración de la misa, el pá-rroco, Vicente Solera, salió a las puer-tas del templo. En sus manos portaba la reliquia que llegó en 2009 de la mano del entonces obispo de la catedral de Vannes, Raymond Centène. De esta ma-nera se pedía por la intercesión de sant Vicent Ferrer a través de un acto de fe, al cantar acompañado de las voces de todo el pueblo el himno del venerado Pare Vicent.

Este año con el hashtag #somosde-teuladayharemosfiesta la localidad de la Marina Alta celebra a su patrón ha-ciendo uso de las redes sociales y del perfil de Facebook Teulada Morarira Digital.

Imágenes en los balconesDesde la Cofradía de san Vicente Ferrer de Llíria, y ante la suspensión tempo-ral de las fiestas por la situación origi-nada por el Covid-19 y el confinamiento de todas las familias “queremos animar a todos los fieles de Llíria y devotos de san Vicente Ferrer, a que cuelguen en sus ventanas y balcones la imagen de de nuestros santos patronos san Vicente y san Miguel”, explican y aseguran que “nuestros antepasados se aclamaban a ellos para acabar con la peste y las epi-demias, a ellos les funcionó. Llenemos nuestras calles de devoción, porque los templos pueden estar vacíos pero la Iglesia está mas viva que nunca”.

Retransmisión en La Ocho TVLa Catedral de Valencia acogerá el lu-nes 20 de abril la solemne misa de pon-tifical en la fiesta de San Vicente Ferrer, patrón regional de la Comunitat Valen-ciana, a las 10:30 de la mañana, presidi-da por el cardenal arzobispo de Valen-cia, Antonio Cañizares.

En la misa, que se celebrará a puerta cerrada debido a la normativa por el vi-gente estado de alarma por el coronavi-rus y será transmitida por La Ocho TV, predicará como es tradición, un fraile dominico, en este caso será el sacerdo-te Vicente Grau.

La misa en la solemnidad de San Vi-cente Ferrer se celebra tradicionalmen-te el lunes siguiente al lunes de Pascua.

Pare Vicent, abogado contra la peste y otras epidemiasEste año, su fiesta se celebra en la intimidad de los hogares pidiendo por el fin de la pandemia del coronavirus

Librando de la pesteEl pasado año, durante las celebraciones por el VI centenario de la muerte del santo dominico, se ce-lebró, a principios del mes de abril, una procesión extraordinaria. Fue la Roca de san Vicente Ferrer la que encabezó la proce-sión. Precisamente esta roca, que se construyó a partir de otras dosrocas más antiguas, se ofreció a la devoción de san Vicente Ferrer en 1665. Su figura central es la del santo vistiendo el hábito dominicano y con unaespada en su mano dere-cha, así como alas en su espalda y un escudo en su mano izquierda haciendo alusión a una leyendasegún la cual, se apareció en lo alto de una muralla, sobre la puerta de San Vicente, actual plaza San Agustín, defendiendoa la ciudad de la peste.

Vecinas de Teulada cantando el himno al Pare Vicent.

ARCHIVO/ M.GUALLART

FACEBOOK TEULADA MORAIRA DIGITAL

<FIESTA DE SANT VICENT FERRER

En Teulada, se pedía por la intercesión del santo a través de un acto de fe, al cantar todo el pueblo el himno del venerado Pare Vicent

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❐ B.N.Rezar al Pare Vicent “una oración sen-cilla, que nace del corazón, una con-fesión de amigo, de hermano, de esa persona a la que llamamos ante un problema”. Es la petición que realiza la Honorable Clavariesa de las Fiestas Vi-centinas del 2020, Inmaculada Atien-za Peñarrocha en estos momentos en los que la familia vicentina vive su fiesta desde el confinamiento y la inti-midad de cada uno de sus hogares.- ¿Cómo afronta el mundo vicenti-no esta situación?- El mundo vicentino, como todos, se está viendo afectado por esta pande-mia a todos los niveles. Hemos sufrido y perdido a personas y seres queridos. Por ello estamos siguiendo de forma estricta todas las instrucciones de las autoridades.

La nuestra es una fiesta totalmente popular y “de carrer”, cada asociación organiza el entronamiento de su sant Vicent que queda visible en su altar, y se celebran las Eucaristías, las representa-ciones de los milagros, la ofrenda floral, las procesiones, y más actos. También organizamos eventos en interior, pero siempre totalmente abiertos a quien quiera acompañarnos, como el concur-so sobre la vida del santo que organizamos las Damas y el concurso de milagros.

Este año la fiesta continúa, más viva que nunca, pero de una forma diferen-te, desde nuestras casas, desde nuestras iglesias domésticas, con el acompa-ñamiento de los sacerdotes que tanto esfuerzo están haciendo para adaptarse tecnológicamente a esta situación. Nuestra entrega, la oración, el ofrecimiento, todo ello constituye una fiesta preciosa. Estamos agradeciendo las oportuni-dades y los momentos de encuentro con el Señor en esta Semana Santa. Es un momento de ser visibles, de acercar nuestra devoción a tantas personas que se sienten solas, es momento de rebozarnos totalmente en el saber que la miseri-cordia de Dios es para nosotros- En esta situación de pandemia, ¿qué crees que nos diría hoy san Vicen-te?- Creo que nos instaría a estar pendientes de todos los necesitados y vulnera-bles. Las personas excluidas de la sociedad, indigentes, personas enfermas por adicciones, todos lo que están solos y desamparados y necesitan de nuestra ayuda. Familias sin ingresos que “iban tirando” con trabajos precarios y ahora se han quedado sin nada, seres humanos llegados de lejos sin ningún medio ni conocidos que les ayuden, personas marginadas por su condición o trabajo.

Sant Vicent nos diría: “Mira hacia ahí, sigue este pañuelo”, como en el milagro del Mocadoret, “llega a esta casa, o a esta esquina, a este trozo de acera, aquí hay un hijo de Dios que sufre”. Cáritas, como muchas entidades de ayuda de la Iglesia, las parroquias, siguen trabajando, atendiendo estas personas y familias. Cada uno de nosotros, desde sus posibilidades y con los medios a nuestra dis-posición debemos aportar.- ¿Cómo Honorable Clavariesa, qué mensaje le daría tanto a los vicen-tinos como a los valencianos en general que tanta devoción sienten por san Vicente Ferrer?- Me dirigí a ellos al principio de esta situación. Tenemos que encomendarnos y rezar con mucho fervor, pedir intensamente el regalo de la fe y esa luz del entendimiento que viene del Espíritu Santo. Juntas nos configuran en estas si-tuaciones.

Sant Vicent nos da muestras de su presencia entre nosotros, actuando a tra-vés de tantas y tantas personas que arriesgan su vida por un desconocido, son milagros en lo cotidiano.

Este año viviremos la fiesta desde el corazón, dentro de nuestras iglesias do-mésticas, en el trabajo, con nuestra oración, con la tranquilidad de sentirnos acompañados y envueltos en su protección, unidos en la oración bajo su hábito negro.

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Honorable Clavariesa 2020, Inmaculada Atienza.

“Este año la fiesta continúa desde nuestras iglesias domésticas”

❐ B.N.“Las familias que componen el mundo vicentino son una maravilla. Sabemos que pertenecemos a una gran familia y que nuestro padre es el Pare Vicent, y tenemos la tranquilidad que él nos transmite con sus enseñanzas, una con-fianza infinita en Dios”. Son palabras de Mariví Borrell Alós, Honorable Cla-variesa de las Fiestas Vicentinas 2019 que atiende a PARAULA en esta situa-ción de confinamiento. - ¿Qué diría san Vicente en estos momentos a la familia vicentina?- Como nos dijo en su lecho de muer-te, que su protección no nos va a faltar nunca así que estamos tranquilos pues y cogidos de su mano superaremos esta situación y saldremos de ella reno-vados y siendo mucho mejores.

Todos los altares y asociaciones vi-centinas estamos unidos por los medios tecnológicos que tenemos a nuestro al-cance y estamos más unidos que nunca rezando unos por otros y procurando atender a la gente que está sola, por sus circunstancias personales, para que en-cuentren consuelo en la medida que el confinamiento nos permite.- ¿Cómo cree que van a vivir estas celebraciones a san Vicente Ferrer tan atípicas por culpa del coronavirus?- Yo siempre digo que sant Vicent ‘es molt bon pagaor’, pero siempre se reserva algo para que valoremos lo que con tanta generosidad se nos regala. Este año es un año atípico, es verdad, pero en la intimidad de nuestros hogares estoy segura que lo celebraremos con alegría y dando gracias a Dios por lo mucho que nos da, una Fe, Caridad y sobre todo Esperanza para seguir trabajando para que todo el mundo conozca a nuestro santo patrón y así aprenderán a quererlo pues no se puede querer a quién no se conoce.

Le doy las gracias a D. Antonio, nuestro cardenal arzobispo por todos los medios que pone a nuestro alcance, estoy segura que habrá celebración, no en la calle, a san Vicente le gusta estar en la calle y que todo el mundo disfrute de su fiesta pero en la intimidad de nuestras casas lo celebraremos y recordaremos el año 2019, un año inolvidable para todos los vicentinos y recordaremos todos los momentos maravillosos que ocurrieron el año pasado y que este año lo está-bamos preparando todo para que todo lo conseguido el año pasado no quedara en el olvido y siguiéramos trabajando todos juntos para enaltecer cada día más la figura de san Vicente Ferrer pero Dios sabe más y sabe lo que nos conviene en cada momento .- Usted tuvo el privilegio de ser la Honorable Clavariesa en el año jubi-lar vicentino por el VI centenario de la muerte del santo dominico. Este año, desde luego, va a ser muy diferente.- Tuve la inmensa suerte de ser honorable en un año muy importante para la gran familia vicentina. Fue un año para mí único, imborrable. Todo lo guardo en mi memoria. Celebramos el VI centenario y todas las instituciones se volcaron en hacer grande la fiesta. Se organizaron congresos, exposiciones, conferencias, charlas, se editaron libros y todos los actos propios de la fiesta. La fiesta estuvo en la calle más que nunca para disfrute de todos los vicentinos y los valencianos.

Me gustaría transmitir mi Fe en que todo volverá a ser igual. Mejor dicho, será mucho mejor, pues nuestra Fe se verá reforzada después de esta prueba que estamos pasando. Nuestro amor por el prójimo y por la gente que lo está pa-sando mal será más grande y nos daremos cuenta de que el amor todo lo puede. Y por último, una esperanza en Dios que no la hemos de perder nunca pues en Él hemos de poner toda nuestra confianza. Sé que puedo parecer repetitiva, pero en estos momentos difíciles mi mensaje es un mensaje de Fe, Esperanza y Ca-ridad. Y tengo la seguridad de que con todo lo que nos está pasando saldremos reforzados y siendo mejores personas y habremos adquirido unos valores que o nos los teníamos o los teníamos un poco olvidados.

Y dejadme deciros algo: San Vicente de tu mano siempre.

“La protección de san Vicente no nos va a faltar nunca”

Sant Vicent nos diría: “Mira hacia ahí, sigue este pañuelo”, como en el milagro del Mocadoret, “llega a esta casa, aquí hay un hijo de Dios que sufre”

Honorable Clavariesa 2019, Marivi Borell.

Sant Vicent ‘es molt bon pagaor’, pero siempre se reserva algo para que valoremos lo que con tanta generosidad se nos regala

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<FIESTA DE SANT VICENT FERRER

Actos retransmitidos a través de la web de la

Junta Central Vicentinawww.juntacentralvicentina.org

Jueves 16 abril 15:30h. Redifusió dels Milacres de 2019.

Lunes 20 abril 10:3oh. Misa Pontifical de S. Vicent Ferrer.(*)12:00h. Ofrena virtual a sant Vicent Ferrer Redifusión de la ofrenda del año pasado.19:00h. Procesión general “virtual”. Redifusión de la procesión extraordinaria por el VI cente-nario de la muerte del santo dominico.

(*) Retransmisión en La8 TV desde la Catedral de Valencia de la misa pontifical de san Vicente Ferrer.

El Altar de la Playa festejará a san Vicente con 69 ‘aleluyas’ con frases del dominico❐ REDACCIÓNLa Asociación San Vicente Ferrer Altar de la Playa de la ciudad de Valencia está elaborando unos ‘aleluyas’ con frases atribuidas a san Vicente Ferrer y algunas extraidas de sus sermones para celebrar la fiesta del patrón de la Comunitat Valenciana.

Serán, tal y como informa nues-tro corresponsal José Ángel Cres-po, 69 ‘aleluyas’ con los que el al-

tar quiere celebrar la fiesta desde el confinamiento y exaltando a su titular, san Vicente Ferrer.

De igual manera, el Altar de la Playa, ha abierto una cuenta de acción social para poder ayudar a algunas asociaciones ligadas a la Iglesia “para que estas sigan ha-ciendo lo que hasta ahora han he-cho: dar el primer paso y estar con los que más necesitan de nuestra ayuda y compañía: los pobres, los

sin techo, los marginados y aban-donados de la sociedad a los que desde la Iglesia como son Cáritas, Manos Unidas, Pastoral Peniten-ciaria, MAIDES, CIDES o Casa Cuna Santa Isabel, entre otras”, explican desde el Altar de la Pla-ya. Esta “cuenta social” se abrió el Jueves Santo 9 de abril (Día de la Caridad y del Amor Fraterno).

El número de esta cuenta es: ES53 3159 0072 8826 9313 1829.

Petición.- Con la canción ‘Resistiré’ como banda sonora, los ‘chiquets del Miracle del Mocadoret’ han subido un vi-deo a su canal de Youtube para pedir a los valencianos que re-cen al ‘Pare Vicent’ para que todo esto acabe pronto.

De igual manera le piden al santo que proteja a la ciudad y que pronto se pueda decir “mi-lacre, senyor, milacre!”.

❐ REDACCIÓNAnte el estado de alerta sanita-ria en el que nos encontramos la Fiesta de los Niños de la Ca-lle de San Vicente ha decidido posponer el tradicional reparto de bizcochos a sus asociados al mes de junio.

“En el caso de que las cir-cunstancias siguieran sin per-mitirlo se realizaría en el mes

de septiembre”, explican desde la propia junta de fiestas.

La Asociación de Niños de la Calle de San Vicente celebra su fiesta de forma ininterrumpida desde el año 1625 con el fin de recordar la labor de la insti-tución, que adoptó el nombre de Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Fe-rrer en 1624.

Se pospone la ‘bescuità’

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❐ REDACCIÓNEste año hemos vivido una Se-mana Santa muy especial. Ante la situación de confinamiento impuesta para evitar el contagio del Covid-19, los actos multitu-dinarios, como las procesiones, tuvieron que suspenderse, y las misas, vía crucis, meditaciones o charlas cuaresmales tuvieron que seguirse desde casa por te-levisión o internet.

En la catedral de Valencia, la Misa Crismal ya se celebró a puerta cerrada, sólo con la participación del Cabildo y sin la presencia de fieles. En este sentido, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañiza-res, señaló en su homilía que la Misa Crismal “es una manifes-tación privilegiada de la unidad de la Iglesia universal, presente en la Iglesia diocesana de Va-lencia, que aunque se halle dis-persa y encerrada en sus casas, está aquí reunida. Allá donde estéis, es necesario volver a lo esencial, momento para descu-brir la Iglesia en su interioridad y tomar conciencia de ella des-de nuestra propia vocación y

misión, desde el sitio donde nos encontramos”.

La Misa Crismal fue conce-lebrada en la Catedral por los obispos auxiliares de Valencia, Javier Salinas, Arturo Ros y Vicente Juan, así como por el arzobispo emérito de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, y el Cabildo Metropolitano.

El arzobispo de Valencia afirmó que “somos una Iglesia vinculada a los enfermos, a las familias, a las víctimas que está originando esta dolorosa y an-gustiosa pandemia, con todo mi corazón y cariño, no podemos tener miedo, Dios va con noso-tros y nos guía por estos valles oscuros hacia las fuentes de aguas tranquilas. Hemos de dar-nos por completo a su misión”.

En este sentido el Arzobis-

po quiso trasladar palabras de agradecimiento a “todos los que dan su vida por los demás, y a los sacerdotes en su apoyo a los que sufren, llevando el con-suelo y el auxilio que de Dios viene. Qué bien lo estáis ha-ciendo queridos sacerdotes en estos momentos. No buscamos honores, somos humildemente los últimos y no escatimamos en trabajo, en servir a Dios y a los demás”.

El Cardenal señaló que “sin Dios, el hombre y el mundo no tienen futuro ni esperanza y, sin embargo, el contexto cultural ofrece otro camino muy dife-rente, un mundo que vive como si Dios no existiera y Occidente sigue en las vías de la seculari-zación y laicismo. Por ello he-mos de volver a Él, que todo lo hace renacer en una nueva vida. La alegría y la fuerza con Dios nos hace percibir con vigor la gran urgencia de convertirnos en mensajeros del Evangelio”.

Finalmente, recordó que “es preciso repetir la importan-cia de cuidar la oración diaria, que estos días estamos inten-sificando, y cuidar la liturgia, la meditación de la Palabra de Dios, la Adoración Eucarística, el sacramento de la Penitencia, los retiros espirituales, además de la Eucaristía y la Liturgia de las Horas cada día, el rezo del Santo Rosario, y la oración per-sonal, la lectura y el estudio de la Palabra de Dios”.

En la Misa Crismal, el Arzo-bispo invitó a renovar las pro-mesas sacerdotales y bendijo los óleos y el crisma que serán utilizados en la celebración del Bautismo, Confirmación, Orde-nación Sacerdotal y Episcopal, Dedicación de las Iglesias y Un-ción de Enfermos.

La eucaristía pudo seguirse en directo por televisión e In-ternet.

La misa fue celebrada sólo con la presencia del Cabildo.

El Arzobispo bendijo los óleos y el crisma.

“La Iglesia universal está presente aunque se halle dispersa y encerrada en casa”El Cardenal preside la Misa Crismal a puerta cerrada en la Catedral

SEMANA SANTA

“No podemos tener miedo, Dios va con nosotros y nos guía por estos valles oscuros hacia fuentes de aguas tranquilas”

ALBERTO SAIZ

A. SAIZ

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❐ REDACCIÓNEn el Viernes Santo, el Arzo-bispo presidió en la Catedral, los Oficios de la Pasión, que incluyeron una plegaria por los enfermos y fallecidos por la pandemia del coronavirus, por los profesionales sanitarios y por los científicos que están trabajando para buscan una solución a la pandemia.

Durante la celebración, que pudo seguirse por el canal You-tube de la Seo, la web de La

Razón y por La Ocho Medite-rráneo, permaneció en el altar la reliquia de la Vera Cruz, un relicario de plata del siglo XV con fragmentos de madera de la cruz original, unidos en for-ma de cruz patriarcal.

La plegaria incluída en el texto decedretado por el Car-denal decía: “Oremos, tam-bién por los enfermos del CO-VID-19, por todos los que están a su cuidado, por los profesio-nales de la sanidad, por los que

están buscando una solución desde la ciencia a esta pande-mia, por los que han muerto y por sus familiares, amigos y conocidos, para que el Señor, dueño de la vida y de la muer-te, otorgue el eterno descanso a los difuntos, consuelo a sus familiares, la fuerza a quienes les cuidan y la luz del Espíritu a los científicos que se esfuerzan en buscar una solución tras la cual se rezará un momento en silencio”.

❐ L.B.El cardenal arzobispo de Valen-cia, Antonio Cañizares, presidió este Jueves Santo, en la catedral de Valencia, la Misa de la Cena del Señor, en la que permaneció en el altar la reliquia del Santo Cáliz, en memoria de la institu-ción de la Eucaristía.

El Santo Cáliz sólo sale de su capilla dos veces al año, en su fiesta anual -el último jueves de octubre- y para el Oficio del Jue-ves Santo, con el que comienza el Triduo Pascual.

La Misa de la Cena del Se-ñor fue concelebrada en la Seo por el Cabildo Metropolitano y los fieles pudieron seguirla en

directo por La Ocho TV, por el canal Youtube de la Seo y por la página web del periódico La Razón.

En su homilía el Cardenal destacó cómo la apariencia y la imagen dominan nuestros tiempos, “pero nosotros nos de-bemos a la verdad, que no es la opinión dominante”, subrayó. E hizo una llamada a la humildad porque “sólo el humilde puede amar y darse a sí mismo”.

Tal y como se recogía en el decreto con las normas sobre las celebraciones en Semana Santa ante la crisis sanitaria, los sacerdotes pudieron, este año, celebrar privadamente la Misa

de la Cena del Señor y se omitió el lavatorio de los pies

Las campanas, se hicieron sonar en el momento del Glo-ria, rito que este año “adquiere un carácter más significativo, como indicación a los fieles de la celebración que se está teniendo en la parroquia y per-mite que ellos puedan unirse

espiritualmente”, explicaba el decreto.

Después de la comunión se reservó el Santísimo en el Sa-grario, en un rito que se desa-rrollaró sin solemnidad alguna, es decir, sin procesión, ni in-cienso, ni velo humeral.

La Misa de la Cena del Se-ñor concluyó con la oración

después de la comunión y fi-nalizada ésta, el Arzobispo se retiró a la sacristía omitiendo la bendición final. Siguiendo las instrucciones decretadas, no se celebró la procesión de entrada ni la solemne procesión con el Santísimo hasta la capilla de San Pedro, para su adoración en el ‘Monumento’.

El cardenal Antonio Cañizares, este Jueves Santo en la catedral de Valencia.

Oficios de la Pasión con plegaria por las víctimas del Covid-19 y los sanitarios

Con el Santo Cáliz en el altar

También por los científicos que buscan solución a la pandemia

La Misa de la Cena, sin lavatorio de pies

<JUEVES SANTO

<VIERNES SANTO

❐ REDACCIÓN El Arzobispo presidió la solemne Vigilia Pascual en la Ca-tedral, concelebrada por el Cabildo Metropolitano. La ce-lebración suprimió la bendición del fuego toda la primera parte, denominada Lucernario, se realizó en el presbiterio. También se omitió la procesión y las aclamaciones, mientras que se mantuvo el pregón pascual y la bendición del ci-rio pascual. La Liturgia de la Palabra se desarrollarrolló de modo habitual y la Liturgia bautismal se redujo únicamente a la renovación de las promesas del Bautismo.

También, el Cabildo Metropolitano de la Catedral de Va-lencia decidió suspender el Oficio de Lectura y Laudes, cuya celebración estaba prevista para la mañana del Sábado San-to, a las 10 horas, en la Seo.

❐ REDACCIÓN“Con la resurrección de Cristo se nos ha abierto una esperan-za viva, esta es nuestra sobre-humana certeza, que atraviesa y renueva la historia del mun-do, y somos cristianos para

decírselo a todos y atestiguar-lo con nuestra vida renovada”. Así se expresó el Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la misa que presidió en la Catedral el Domingo de Resu-rrección.

En su homilía, insistió en que Cristo “es la gran esperan-za para toda la humanidad” y alentó a que “no tengamos mie-do”.

El Arzobispo destacó que “a la cultura dominante le mo-

lestan las afirmaciones tan ta-jantes, hechas sin vacilación alguna, pero los cristianos se-guimos afirmando nuestra es-peranza en Cristo resucitado porque es verdad”. Por ello, el Cardenal señaló que “nuestra esperanza es inmensa”.

Al término de su homilía in-vitó a todos a rezar “por la Igle-sia que peregrina en Valencia, en especial por el Sínodo dioce-sano, para que el Señor la forta-lezca en su fe, la mantenga en la unidad y la conceda fuerza y

capacidad evangelizadora”.En la plegaria de los fieles se

introdujeron preces especial-mente por todos los difuntos por la pandemia y también por “todos los que en primera línea la están afrontando, por los profesionales de la Sanidad, por los sacerdotes, religiosos y religiosas que están aten-diendo a los enfermos, por las fuerzas armadas y por todo el personal de los diversos servi-cios, para que no se desanimen en su tarea”.

SEMANA SANTA

<SABADO SANTO

<DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Una Vigilia Pascual especial y reducida por el coronavirus

“Con la resurrección de Cristo se nos ha abierto una esperanza viva”El Arzobispo en su homilía en la Catedral

Se suspendió las Lecturas y Laudes

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❐ C.A.A pesar del confinamiento y de no poder asistir a las prin-cipales celebraciones de la Semana Santa la alegría de la Resurrección llegó a multitud de hogares de las diferentes localidades de la archidióce-sis de Valencia. Desde casa los feligreses siguieron las ce-lebraciones y en muchas loca-lidades tras la vigilia pascual o el domingo de Resurrección mostraron la alegría a través de iniciativas como el toque de tambores, campanas o el ador-no de balcones.

En Valencia la Semana San-ta Marinera las distintas parro-quias anunciaron la Gloria de la Resurrección con el toque de campanas, a las que se unió la tradición de los barrios marí-timos de lanzar agua desde los balcones.

En otras localidades como Moixent el domingo a las 12 h. desde diferentes balcones tocaron los balcones. En Xà-tiva el sábado a las diez de la noche los vecinos se unieron a las campanas con sus propias campanas o teléfonos. Asimis-mo, en Ontinyent la parroquia Santa María a través del Movi-miento Juvenil distribuyó en-tre todos los niños una imagen cirio pascual que tenía que im-primir y decorar para así distri-buir en las redes sociales. Tam-bién propuso que se colocar un farol con un cirio encendido el sábado por la noche.

En numerosas localidades,

como Llíria, como ya ocurrió el domingo de Ramos se deco-raron los balcones con un to-que pascual.

En el caso de Ribarroja del Turia los niños que tomaron la Primera Comunión el año pasa-do se vistieron con su trajes y

han lanzado globos, uniéndose a la tradición del Domingo de Resurrección en que los niños de catequesis recogen globos y salen detrás de la imagen de la Virgen Dolorosa para lanzarlo sen el momento del Encuentro con la imagen de Jesús.

Una de las niñas de Primera Comunión en Ribarroja.

Con toque de tambores, campanas y adornos

<CRISIS SANITARIA / PUEBLOS Y CIUDADES

El gozo por la Resurrección, a la vista de todos desde los balcones

Balcones con faroles encendidos en Ontinyent el sábado por la noche.

Los cofrades de Alzira reparten los caramelos del Santo Entierro a sanitarios y policías

❐ REDACCIÓNLa Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Alzira entregó durante el Viernes Santo los tradiciona-les paquetes con caramelos y peladillas, tal y como se realiza durante la Procesión General del Santo Entierro y que este año no se ha realizado debido a la situación de alerta sanita-ria, a sanitarios y a las fuerzas

y cuerpos de seguridad. Esta iniciativa, realizada

desde las casas de los cofrades alzireños, ha ido destinada a agradecer y hacer más lleva-dero el confinamiento en las tres residencias de ancianos, así como a los sanitarios y a los niños ingresados en el Hospi-tal de la Ribera, así como a las fuerzas y cuerpos de seguridad como la Policía o la Guardia

Civil.Para el reparto de los cara-

melos se ha contado con la co-laboración de los voluntarios de Protección Civil. La Junta de Hermandades y Cofradías quiere agradecer a este colec-tivo su implicación para hacer posible que los caramelos y peladillas de los cofrades alzi-reños hayan podido llegar a sus destinatarios. Sanitarios reciben los caramelos y peladillas.

Como un signo de agradecimiento a la labor que realizan

Cocentaina pospone la fiesta de este domingo de los 500 años del ‘milagro de las lágrimas’ ❐ REDACCIÓNLa localidad alicantina de Co-centaina ha pospuesto los actos de sus fiestas patrona-les, previstos del 18 al 23 de abril, debido a las indicacio-nes sanitarias y a la pandemia del Covid-19, pero el próximo domingo, 19 de abril, día en el que se cumple el V Centenario del ‘Milagro de las lágrimas’, se retransmitirá por YouTube, te-levisión y radio la misa mayor desde el monasterio de la Vir-gen del Milagro, que se celebra-rá a las 11.30 h.

La Pía Unión Virgen del Mi-lagro ha decidido posponer la celebración de las fiestas pa-tronales, enmarcadas, además, en el Año Santo Mariano con-cedido por la Santa Sede con motivo del quinto centenario del milagro, “y se está estudian-do la posibilidad de realizar los actos centrales de la fiesta el próximo mes de octubre, coin-cidiendo con el medio año de la festividad, pero está por con-firmar”, han explicado desde la Comisión para la propagación de la devoción a la Virgen del Milagro.

Igualmente, desde que co-menzó el estado de alarma “quedaron suspendidas todas las peregrinaciones a Cocen-taina, localidad perteneciente a la diócesis de Valencia, y los actos de entidades locales que quedaban por realizar”, han añadido.

El próximo domingo, “se conmemorarán los 500 años

del milagro ocurrido el 19 de abril de 1520 cuando el icono de su patrona, la Mare de Déu del Miracle, lloró 27 lágrimas, hecho que cambió el sentir y la devoción de todo un pueblo, motivo por el que Cocentai-na se encuentra inmersa en el Año Santo, en el que ha acogi-do a multitud de peregrinos y ha realizado numerosos actos”, según recuerda la comisión or-ganizadora.

Según la tradición, “el 19 de abril de 1520, el icono bizanti-no de la Virgen Inmaculada que presidía la capilla de San Anto-nio Abad, en el Palacio Con-dal, lloró lágrimas de sangre mientras el sacerdote Mossén Onofre celebraba la eucaris-tía”. Actualmente el Salón de Embajadores de dicho palacio “exhibe el protocolo notarial, firmado por don Juan Luis de Alzamora en 1520, en el que quedó constancia del ‘Milagro de la Mareta’.

Quinientos años después, “la Virgen ha querido que este 19 de abril nos lleve a la sen-cillez de aquel 1520, cuando en una pequeña capilla del Pala-cio Condal, ante un sacerdote, un monaguillo y los condes, en presencia del Señor en la Eu-caristía la Virgen lloró 27 lágri-mas de sangre que coronaron su rostro”, han señalado.

También se celebrará a puer-ta cerrada y se retransmitirá a través del canal de YouTube el ejercicio de la novena, desde el 13 hasta el 18 de abril.

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jovenPARAULA14 /domingo 19 abril

/ BELÉN NAVALa pasada semana lanzábamos el reto a los jóvenes para que nos aportaran sus reflexiones positivas a raíz del confinamiento en nuestros hogares. Entre los tes-timonios que nos llegaron hubo uno que nos llamó de manera muy especial la atención. Era el de MªÁngeles, una joven que trabaja en un hospital de Valencia. Ella es una de esas heroínas sin capa de las que el papa Fran-cisco nos hablaba el Domingo de Ramos, de esas a las que el Santo Padre pedía a los jóvenes que observaran y siguieran su ejemplo. De las que, día a día, arriesgan su vida por la de los demás.

MªÁngeles nos explicaba que hace unos días, ha-blando con su director espiritual le comentaba “mis miedos: ¡la soledad! Le dije que tenía más miedo que nunca. Miedo a que me pasase algo y que nadie es-

tuviese cogiéndome de la mano en mi último suspiro al lado de la cama del hospital”. Dicen que las perso-nas somos esclavos de nuestras palabras y MªÁngeles pronto se dio cuenta de ello. “Me encontré a mí, una persona a la que le aterra la muerte, con un miedo a las despedidas horrible...en esta situación”.

MªÁngeles tuvo que atender en sus últimos momen-tos de vida a un hombre de 86 años enfermo de coro-navirus. Totalmente solo, sin el acompañamiento de la familia. Ni él podía despedirse de sus seres queridos, ni por supuesto ellos de él debido a los protocolos sa-nitarios establecidos con los contagiados por el Co-vid-19. “Su nieta me pidió que le pusiese ‘su canción’, una canción que era de ella y de su abuelo”. Pese a sus miedos MªÁngeles entró en la habitación y mientras sonaba una melodía de Frank Sinatra cogió de la mano

al anciano. “Recé junto a él un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria”, y una oración que improvisó entre lágrimas mientras el hombre partía hacía la casa del Se-ñor. “Querido paciente, marchándote en soledad no te fuiste solo. Yo cogí tu mano. Yo fui tu familia”.

“Es una historia triste, -asegura- pero mi aprendizaje fue, que siempre habrá alguien dispuesto a cogernos la mano, a rezar por nosotros. Y cuando más miedo tenemos a algo, ahí está Él, para darnos fuerzas, para cambiar ese miedo por valentía. Gracias Jesús, por acompañarme en estos momentos. Por hacerme saber que soy más fuerte de lo que pensaba. Y que cada vez que entro por la puerta del hospital me escuchas y me vistes de fortaleza y alegría para luchar todos por todos y con toda el alma. Gracias Hakuna por hacerme vivir con cara de resucitada”.

“No te fuiste solo. Yo cogí tu mano. Yo fui tu familia”Una joven sanitaria valenciana acompaña en sus últimos momentos de vida a un enfermo de coronavirus

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❐ CARLOS ALBIACHYa es un mes lo que las familias están viviendo confinadas con motivo de la pandemia del coronavirus. Teletraba-jar, hacer los deberes que los colegios envían por las plataformas digitales, juego, deporte, intentar seguir una ruti-na... son muchos los retos a los que se afrontan y que no siempre son fáciles de gestionar. Muchos padres se han en-frentado a una realidad nueva para to-dos. Desde la perspectiva de formación de UpToYou la clave es “descubrir en lo ordinario algo extraordinario”.

Tras los primeros días de confina-miento, como señala el valenciano Pablo Romero, del equipo de forma-ción de UpToYou, “nuestros buzones de correo electrónico y nuestras redes sociales se colapsaron con infinidad de respuestas a una misma pregunta: “¿qué hacer durante la cuarentena? Con niños, con mayores, con adolescentes, con papel, con cristal, con plantas, con tela … muchas de ellas con la idea de hacer algo que no hacemos de normal”. Esto, añade, con el propósito de que du-rante este tiempo “se adornase la vida un poco y se hiciese rentable con dife-rentes propuestas como hacer comidas diferentes, manualidades sofisticadas, maratones de películas y series...”

Sin embargo, aunque “ésta bien que se realicen estas cosas lo conveniente es huir del ‘adorno barroco’ de la vida con elemento superficiales que puedan enmascarar la interioridad y no dejan vivir desde lo auténtico”, añade. ¿En-tonces que hay que hacer? La clave de

UpToYou es que “no hay que dejar de hacer nada de lo que hacemos de or-dinario”: hacer la cama, ducharse, ves-tirse, cocinar todas las comidas, poner la mesa, hacer deberes, limpiar la casa, hablar con amigos, etc…

En este sentido, la propuesta de Up-ToYou no es novedosa sino que es la misma que ofrecen en sus cursos de formación, talleres y actividades ex-traescolares: “¿Qué pasa si buscamos lo extraordinario en lo que tenemos de or-dinario? ¿Qué pasa si en lo ordinario ya tenemos todo lo que necesitamos para crecer y disfrutar en el encuentro con

los demás?”. En este sentido, animan a las familias

a que “pensemos en añadir valor a lo que hacemos y en cómo nos comunicamos para compartir la vida que tenemos, en cómo aprovechar la oportunidad que tenemos cada día para reconocer que la presencia del otro ya es de por sí ex-traordinaria, y sentir que vibramos con el encuentro personal”. “Decirnos lo que supone que uno cocine para otro, o haga la cama, o comparta un juguete, o haga la compra nos lleva a descubrir que hay algo más en la relación perso-nal. Tener una conversación acerca de

cómo estamos viviendo estos días du-rante la cena, sin que sea algo extraordi-nario, favorece que se dé el acercamien-to persona a persona, un encuentro en la interioridad”, explica Romero.

Todas estas preguntas, detallan, “tie-ne que hacernos reconocer que para nosotros lo extraordinario son las per-sonas y no si lo que hacemos con ellas es útil o no”.

Por tanto, desde UpToYou aconsejan “no hacer algo extraordinario durante estos días sino hacer de lo ordinario algo extraordinario, y esto es posible porque ya lo es”.

El día a día de la familia en casa: “Buscar en lo ordinario lo extraordinario”UpToYou da claves a las familias para que el confinamiento sea “una oportunidad de descubrir al otro”

El confinamiento permite hacer todo tipo de actividades en familia y creativas.

¿Para qué jugamos? Quizás nunca nos hayamos hecho esta pregunta. Lo que no hay duda, según destaca Mi-riam Fenoz, formadora de UpToYou, es que “es im-portante que los niños lo hagan como una relación in-terpersonal y una oportunidad para el encuentro”. En estos días de confinamiento, explica, el juego es una herramienta primordial. “Hacer un juego, cocinar un bizcocho, una tarea... todo está bien si es para conocer-se unos con otros y disfrutar juntos”. “Así que no solo se trata de pasarlo bien sino también de favorecer el encuentro”.

El juego, como señala Fenoz, también es bueno para aumentar la autoestima: “pero no una autoestima basa-da en los halagos para conseguir el bienestar del niño sino una autoestima de significado que transmita que para mi mi hijo es importante”.

En medio de está situación de confinamiento muchas familias también trabajan por poner orden en medio del

caos en el que se desenvuelven. ¿Cómo hacerlo? Dé-bora Bezares, formadora de UpToYou, plantea las cla-ves de esta formación: autoconocimiento y mejora de la relación y así intentar crear novedad”. Para ello hay que evitar, destaca, “una educación basada en el super-proteccionismo, la falta de límites, el premio-castigo o rutinas basadas en esto se hace así porque yo lo digo”.

La clave está primero “en partir de la realidad con-creta de cada familia”. “¿Quieres ser la madre ideal de tus hijo o tan solo la madre de tus hijos?”, pregunta. También hay que tener en cuenta que al niño “le motiva el encuentro con el otro, por lo que son muy importante hacer cosas que nos ayuden a vivir juntos”. También es importante las normas, que no reglas, “porque ayudan a vivir mejor y que son para todos, es decir, están formu-ladas en primera personal del plural”.

En estos tiempos “la educación es todo un reto apa-sionante que requiere mucha creatividad”, concluye.

La importancia del juego: entrar en contacto con el otro Más info de UpTo-You en uptoyoue-ducación.com

Accede a un vídeo sobre el juego

Accede a un vídeo sobre el caos y el orden

Descubrir en lo ordinario lo extraordinario

Huir del ‘adorno barroco’: ir a lo esencial

Mantener las cosas que se hacen de ordinario: hacer la cama, poner la mesa,

deberes...

Comunicarse e interactuar con el otro: lo extraordinario son las personas

Importancia del juego para entrar en contacto con el otro

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Se suma a la campaña ‘Cada gesto cuenta’

Con la colaboración de la parroquia San Josemaría Escrivá

SOLIDARIDAD

Ofrenda de alimentos en Buñol ❐ DAVID AVILÉS CORRESPONSALLa comisión fallera Nuevo Buñol, de esta localidad, ha donado a Cáritas todos los productos no perecederos recogidos por la comisión, que debían entregarse durante la ofrenda fallera que tuvo que cancelanse por la crisis sanitaria del Covid-19. Algunos integrantes de la comisión, junto al presidente, se acercaron la pasada semana a las instalaciones de Cáritas para entregar los alimentos y que puedan ser repartidos por las gente más necesi-tadas de la localidad.

Cáritas de Tavernes Blanques, al pie del cañón más que nunca❐ E.A.La Cáritas parroquial de Tavernes Blanques está más que nun-ca al pie del cañón, tal y como anima a hacer la campaña que Cáritas Diocesana de Valencia ha puesto en marcha en las redes sociales -con los hagstags #CáritasNoCierra y #CadaGestoCuen-ta-, donde se quiere poner en valor la fraternidad como uno de los pilares fundamentales para tejer una red de ayuda mutua. Es el caso de los jóvenes voluntarios de Cáritas Tavernes Blanques, que al mantenerse cerrado el economato por la crisis sanitaria, han preparado en los locales parroquiales los lotes de productos para entregar a los usuarios y que puedan disponer de la ayuda para cubrir sus necesidades básicas, tanto en alimentación, como en higiene personal y limpieza.

La Ocho Mediterráneo, con Cáritas

La parroquia de Mislata duplica el número de familias atendidas

❐ REDACCIÓNLa 8 Mediterráneo ha queri-do apoyar la labor de Cáritas Diocenasa de Valencia y se ha sumado a la promoción de la campaña de la entidad caritati-va para recaudar fondos.

Así en un comunicado la ca-dena autonómica ha señalado que “quiere contribuir a que la gran labor que está realizando Cáritas Diocesana de Valencia ante la crisis del Covid-19 lle-gue a muchas más personas a través de nuestra televisión, ya que cualquier persona puede colaborar y aportar su granito de arena, y es que hoy más que nunca, cada gesto cuenta”.

Para hacer frente a esta si-tuación, Cáritas Diocesana de Valencia y las Cáritas parro-quiales de la diócesis están atendiendo a más de 50.000 personas que viven en situa-ción de vulnerabilidad y exclu-sión, cuya situación se ha visto agravada por las consecuen-

cias de la crisis del Covid-19.Por ello, Ignacio Grande, di-

rector de Cáritas Diocesana y presentador del programa “En-tregados”, que emite La Ocho, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para recaudar fon-dos y ayudar a los más necesi-tados a través de la campaña “Cada gesto cuenta”.

Las personas interesadas pueden hacer su donación a través de las diferentes entida-des bancarias que colaboran en la campaña y, ante cualquier duda, llamar al teléfono, 963 919 205, según recuerda La Ocho en el comunicado, en que subaraya que “ante el coronavi-rus #Cadagestocuenta”.

❐ E.A.La parroquia San Miguel de So-ternes, de Mislata, que desde que empezó la crisis sanitaria del coronavirus lleva a cabo el proyecto “Tocan a mi puerta” ha duplicado ya el número de familias que atiende.

Actualmente el proyecto está acompañando, con ali-mentos y medicinas, a un total de 45 familias, procedentes de 13 países diferentes, incluído España, que han acudido a la puerta de la parroquia a pedir ayuda.

Las 45 familias están forma-das por un total de 138 perso-nas. De ellas 34 son niños, 6 son bebés y el resto son adul-tos. Los países de procedencia de las famiias atendidas son: Venezuela, Colombia, Cuba, Argentina, Honduras, Argelia, Marruecos, Bolivia, Ecuador, Rumanía, Gaza, Pasquistán y España.

Según ha indicado el párro-co, Olbier Hernández, a algu-nas familias le entregan un so-

bre con dinero, para que ellos mismos hagan sus compras o hagan frente a sus mensuali-dades. A otras, se les entrega alimentos perecederos y no perecederos que son donados

a la parroquia o que la propia parroquia compra para poder después entregarlos.

A otras familias, se les en-trega un menú confeccionado para tres dias a las semana. “En los próximos días va a aumen-tar a cinco menús por semana. ya que las religiosas de Pureza de María van a concinar dos días más para este proyecto”, explica el párroco de San Mi-guel de Soternes.

Colaboración de la parroquia San JosemaríaEl proyecto “Tocan a mi puer-ta” también cuenta con la co-laboración de la parroquia San Josemaría, que está en contac-to contínuo con el Banco de Alimentos, ya que el centro so-cial de esta parroquia atiende a su vez a unas 250 familias.

Una empresa de restaura-ción, en días alternos, ofrece bandejas con menús que los vo-luntarios de San Josemaría lle-van hasta Mislata. “Nadie sale de su confinamiento salvo los voluntarios, personas que no son de riesgo y que disponen de coches y permisos especia-les”, señalan desde la parroquia San Josemaría que también dis-pone de otros “voluntarios que preparan menús desde casa con muchísima, fe, alegría, es-peranza y ganas de ayudar a esta gente”.

Para colaborar: Tocan a mi puerta - Caixa BankES 17 2100 1432 3101 0043 1858

Acompaña con comida y medicinas a 138 personas, entre ellas 34 niños y 6 bebés

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❐ E.A.La actividad solidaria no para nunca en las parroquias de la diócesis de Valencia y mucho menos cuando las necesidades son más acuciantes. Ya se de-mostró en la crisis del 2008 y ahora, en medio de la crisis sa-nitaria y social producida por el Covid-19, los voluntarios se movilizan para ayudar aunque sea más difícil y de una manera diferente.

Este es el caso del Comedor Social San José, ubicado en la parroquia de la Asunción de Benimaclet, que tuvo que ce-rrar sus puertas como medida de seguridad por la pandemia. Sin embargo, su actividad no ha parado, sino que ha aumen-tado todavía más.

Desde que comenzó la cua-rentena por el Covid-19, los voluntarios de este proyecto interparroquial, muy conocido y valorado en el barrio de Be-nimaclet, está atendiendo a las personas más desfavorecidas en sus necesidades básicas.

Todos los usuarios -más de 50- que acudían a comer de lunes a viernes, o recogían la comida para el fin de semana, son atendidos igualmente por sus Caritas parroquiales e in-cluso a algunos se les lleva la comida a su casa, si no pueden desplazarse, especialmente en los casos de personas mayores o enfermas.

El equipo de voluntarios ora-ganiza cada miércoles y sába-dos los alimentos y los distribu-yen a los usuarios, para que los cocinen en sus propias casas.

Más peticiones de ayudaEn los útimas semanas, las parroquias estan recibiendo muchas perticiones nuevas de ayuda. “Son llamadas de per-sonas inmigrantes que se han quedado sin trabajo, no tienen papeles ni dinero; están pri-sioneros de esta pandemia y carecen de comida”, explica el párroco de la Asunción de Be-nimaclet, José Antonio Varela, que subraya que “las puertas de

la burocracia no les atienden y nos ruegan ayuda”.

“Las caritas parroquiales es-tán haciendo un verdadero y encomiable esfuerzo para ayu-dar y los voluntarios demues-tran que el Día del Amor Fra-terno, el Jueves Santo, es una realidad”, añade el sacerdote.

El Comedor Social San José de Benimaclet atiende actual-mente a unas 50 usuarios, que cubren de este modo sus ne-cesidades de alimentación bá-sica. Los usuarios son, en su mayoría, familias sin recursos, mayores que viven solos o per-sonas con discapacidad o algu-na enfermedad.

Además de la ayuda para co-mida, que consiste en una co-mida diaria de lunes a viernes durante todo el año y bolsas de comida los sábados, se ofre-ce a los beneficiarios ayudas puntuales de medicamentos urgentes, transporte y acom-pañamiento personalizado, acciones que se retomarán en cuanto pase la pandemia y se regrese a la normalidad.

El proyecto cuanta con la participación de unos 60 vo-luntarios y el apoyo del Rotary Club de Valencia, que propor-ciona la comida y su transpor-te de forma gratuita a través de diversos hoteles y casas de hostelería de la ciudad.

El Comedor Social San José de Benimaclet recibe más solicitudes de ayuda para comerAunque sus puertas permanecen cerradas, su actividad se mantiene a domicilio

SOLIDARIDAD

El Covid-19 ha cambiado la forma de ofrecer ayuda.

Los voluntarios del Comedor Social San José de Benimaclet continúan ofreciendo ayuda a los más necesitados.

El Comedor San José atiende a más de 50 personas y cuenta con la labor de 60 voluntarios

4Por la vidaSpei Mater................................................. 665 191 171Proyecto Raquel........................................ 618 300 383Casa Cuna................................................ 96 064 30 88Provida...................................................... 96 320 12 58

4adiccionesProyecto Hombre...................................... 96 359 77 77Grupo Martes............................................ 96 366 75 37

4dueloAsociación V. Frankl.................................. 96 351 0113Centro de escucha.................................... 601 08 84 26

4TraTaCáritas Jere Jere....................................... 96 315 32 87Villa Teresita.............................................. 96 392 08 53.................................................................. 660 12 13 98Fundación Amaranta................................. 96 371 26 44 ................................................................... 686 622 441

4inmigranTesServicio Jesuita SJM.................................96 315 22 20Delegación Diocesana................................637 336 768Ciudad Esperanza.................................... 96 150 70 52

4Personas sin HogarSan Juan de Dios.......................................96 366 50 70Cáritas Valencia.........................................96 391 92 05 4maTrimonios en crisisRetrouvaille.................................................629 134 529 ....................................................................686 308 7384oTrosTel. de la Esperanza...................................96 391 60 06Acompañamiento y Mediación Intrajudicial Canónica del Tribunal Eclesiástico de Valencia ....................................................................619 420 973

TELÉFONOS PARA EMERGENCIAS

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❐ REDACCIÓNVoluntarios y personas sin em-pleo, en su mayoría inmigran-tes, usuarios del Centro Social de la parroquia San Josemaría Escrivá de Valencia se han ofrecido a tejer mascarillas y trajes sanitarios para repartir en residencias geriátricas y así hacer frente al coronavirus.

De momento, han podido ser entregados más de dos mil trajes sanitarios y mascarillas gracias a la colaboración de dos empresas que se encargan de la producción y distribu-ción.

“Es una realidad conmove-dora”, según el párroco de San Josemaría, Jorge Molinero, que ha asegurado que “provee-mos de material a los usuarios del centro social para que lo elaboren desde sus propias casas”.

Igualmente, el Banco de Alimentos del centro social de la parroquia está realizando

una “labor encomiable” con la atención de 250 familias, “mu-chas de las que vienen a reco-ger la comida de toda la sema-na un día con la supervisión de la Policía”.

En cuanto empezó el esta-do de alarma “se agravaron las dificultades para muchas fa-milias al perder el trabajo que tenían”, según explica el pá-rroco. Actualmente, la ayuda del Banco de Alimentos está siendo completada con do-naciones económicas de per-sonas amigas de la parroquia a través de unas cuentas que han sido habilitadas.

Asimismo, entre otras ac-ciones solidarias, voluntarios de la parroquia de San Jose-maría, en colaboración con una empresa de restauración, están llevando en días alter-nos bandejas con menús a cerca de 70 personas, también de la parroquia de San Miguel de Soternes de Mislata. De esta manera, “nadie sale de su confinamiento salvo los volun-tarios, personas no de riesgo que tienen coches, y lo están preparando desde sus casas con muchísima, fe, alegría, es-peranza y ganas de ayudar”, ha añadido.

Voluntarios y parados atendidos por la parroquia San Josemaría tejen mascarillas y trajes sanitariosReparten más de 2.000 en residencias geriátricas

La parroquia también lleva bandejas con menús a casa de 70 personas para que no salgan

Juan CotinoJorge Molinero Domínguez de VidaurretaPárroco de San Josemaría Escrivá. Periodista

Hace unos días pedía a nuestros feligreses oraciones por un amigo cercano, más que amigo. Se trataba de don Juan Cotino, que fue, entre otros muchos cargos, Director General de la Policía, Consejero y Vicepre-sidente de la Generalitat Valenciana, y Presidente de las Cortes valencianas. Ha fallecido por coronavirus el pasado lunes en el Hospital de Manises.

En la primera foto de prensa que acompaña la noti-cia, está Juan subiendo la escalinata de esta parroquia y detrás se lee: parroquia de San Josemaría Escrivá. Me parece una instantánea elocuente: Juan, durante muchísimos años ha intentado subir la escalinata que lleva al Señor, ayudado por el espíritu del Fundador del

a Opus Dei, san Josemaría. Y la subía con constancia, con Alegría y con deseos grandes de que muchos le siguieran.

Otras escaleras no tenía ninguna necesidad de subir y mucho menos de trepar. Entró en la política por voca-ción de servicio.

Quizá a otros les interesan más esas escaleras que conducen a la infamia: -políticos y plumíferos (enten-diendo por plumíferos a periodistas, colegas míos, ideologizados o en cualquier caso poco interesados en la verdad).

Juan sabía todo, hasta de que despachos había salido todo lo que le orquestaron, e iba lógicamente indemne de los juicios en los que le implicaron. Pre-cisamente estaba citado en Alcalá de Henares en un juzgado el 9 de marzo. El día anterior llegó a Madrid en

el AVE y tuvo que viajar en el transporte público desde Atocha, y aquel cercanías iba atestado de personas que acababan de asistir a la manifestación del 8 de marzo. Allí fue seguramente su contagio. Se diría que los que procuran su muerte política lograron con ese juicio y la manifestación feminista también su muerte temporal.

Esta de la calumnia, de los juicios en los telediarios y en las portadas es también por desgracia una tristísima pandemia que dura demasiado.

Juan, aún sabiéndolo todo, rezaba por ellos y no les guardaba rencor, aunque reconocía la maldad de todo aquello. Más bien se daba cuenta de que el Señor, como a otros personajes públicos, les pedía cargar así con su Cruz infamante como fue la de su Señor. Infa-mante y salvadora. Juan la supo llevar con elegancia, con paz, con alegría, con madurez cristiana.

La Policía Local supervisa el reparto de alimentos.

El Banco de Alimentos de la parroquia atiende a 250 familias.Los voluntarios tejen mascarillas y trajes sanitarios.

REMITIDA

REMITIDAREMITIDA

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❐ AGENCIASNo perder la esperanza en este momento en la que pandemia del coronovirus se extiende por todo el mundo. Este sería el mensaje que el papa Francis-co ha lanzado en las diferentes celebraciones de Semana San-ta que ha presidido en una basí-lica de San Pedro vacía debido a las restricciones de la actual situación de emergencia sani-taria. Unas celebraciones que han dejado imágenes insólitas que han ido acompañadas de mensajes en los que el Papa ha invitado a no perder la fe en Dios y la esperanza. “En esta noche conquistamos un dere-cho fundamental, que no nos será arrebatado: el derecho a la esperanza; es una esperanza nueva, viva, que viene de Dios. No es un mero optimismo, no es una palmadita en la espalda

o unas palabras de ánimo de circunstancia”, aseguraba en su homilía de la vigilia pascual.

En este sentido, añadía, “una esperanza que es un don del cielo, que no podemos al-canzar por nosotros mismos”. “Todo irá bien, decimos cons-tantemente estas semanas, afe-

rrándonos a la belleza de nues-tra humanidad y haciendo salir del corazón palabras de ánimo. Pero, con el pasar de los días y el crecer de los temores, has-ta la esperanza más intrépida puede evaporarse. La esperan-za de Jesús es distinta, infun-de en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir de la tumba la vida”, resaltó.

Este mismo mensaje estuvo presente durante la bendición ‘Urbi et orbi’ que impartió el domingo de Resurrección y que este año se celebró en el inte-rior de la basílica: “Hoy resue-na en todo el mundo el anuncio

de la Iglesia: ¡Jesucristo ha re-sucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!. Es otro ‘contagio’, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la es-peranza: ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”.

“No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no pasa por encima del sufrimien-to y la muerte, sino que los tras-pasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal

en bien, signo distintivo del po-der de Dios”, añadió.

Oración por los afectados Durante su felicitación pascual el Papa también se acordó de todos los afectados de la ac-tual pandemia del covid-19: “Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directa-mente por el coronavirus: los enfermos, los que han fallecido y las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, y que en algunos casos ni si-quiera han podido darles el úl-timo adiós. Que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y

esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, espe-cialmente a los ancianos y a las personas que están solas.”

También tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que están trabajando para frenar el virus y en garan-tizar los bienes esenciales o la seguridad. Entre ellos tuvo pa-labras para los sanitarios, para los que pidió “a Jesús, nuestra Pascua, fortaleza y esperanza, ya que en todas partes ofre-cen un testimonio de cuidado y amor al prójimo hasta la ex-tenuación de sus fuerzas ey no pocas veces el sacrificio de su propia salud”.

Ánimo a los gobernantesEn sus palabras también dirigió unas palabras de ánimo a los gobernantes para que “trabajen activamente en favor del bien común de los ciudadanos”. En

ese sentido, destacó que “no es el tiempo de la indiferencia, ni del egoísmo ni de la división” y pidió que se atienda especial-mente a los más necesitados. Además, pidió que se reduzca o condone la deuda de los paí-ses más pobres.

El Papa durante su felicitación de Pascua previa a la bendición ‘Urbi et orbi’.

El Papa lanza mensajes de ánimo frente a la pandemia durante unos oficios de Semana Santa sin fieles

IGLESIA EN EL MUNDO

“En Cristo resucitado conquistamos el derecho a la esperanza, que viene de Dios”

“La buena noticia de que Cristo ha resucitado es otro contagio, el de la esperanza”

“No es el tiempo de la indiferencia, ni del egoísmo ni de la división”

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San Gregorio Magno decía que la Escritura cum legenti-bus crescit, crece con quienes la leen1. Expresa signifi-cados siempre nuevos en función de las preguntas que el hombre lleva en su corazón al leerla. Y nosotros este año leemos el relato de la Pasión con una pregunta —más aún, con un grito— en el corazón Wque se eleva por toda la tie-rra. Debemos tratar de captar la respuesta que la palabra de Dios le da.

Lo que acabamos de escuchar es el relato del mal obje-tivamente más grande jamás cometido en la tierra. Pode-mos mirarlo desde dos perspectivas diferentes: o de frente o por detrás, es decir, o por sus causas o por sus efectos. Si nos detenemos en las causas históricas de la muerte de Cristo nos confundimos y cada uno estará tentado de decir como Pilato: «Yo soy inocente de la sangre de este hombre» (Mt 27,24). La cruz se comprende mejor por sus efectos que por sus causas. Y ¿cuáles han sido los efec-tos de la muerte de Cristo? ¡Justificados por la fe en Él, reconciliados y en paz con Dios, llenos de la esperanza de una vida eterna! (cf. Rom 5, 1-5)

Pero hay un efecto que la situación en acto nos ayuda a captar en particular. La cruz de Cristo ha cambiado el sentido del dolor y del sufrimiento humano. De todo sufri-miento, físico y moral. Ya no es un castigo, una maldición. Ha sido redimida en raíz desde que el Hijo de Dios la ha tomado sobre sí. ¿Cuál es la prueba más segura de que la bebida que alguien te ofrece no está envenenada? Es si él bebe delante de ti de la misma copa. Así lo ha hecho Dios: en la cruz ha bebido, delante del mundo, el cáliz del dolor hasta las heces. Así ha mostrado que éste no está envene-nado, sino que hay una perla en el fondo de él.

Y no sólo el dolor de quien tiene la fe, sino de todo dolor humano. Él murió por todos. «Cuando yo sea le-vantado sobre la tierra —había dicho—, atraeré a todos a mí» (Jn 12,32). ¡Todos, no sólo algunos! «Sufrir —escribía san Juan Pablo II desde su cama de hospital después del atentado— significa hacerse particularmente receptivos, especialmente abiertos a la acción de las fuerzas salvíficas de Dios ofrecidas a la humanidad en Cristo». Gracias a la cruz de Cristo, el sufrimiento se ha convertido también, a su manera, en una especie de «sacramento universal de salvación» para el género humano.

¿Cuál es la luz que todo esto arroja sobre la situación dramática que está viviendo la humanidad? También aquí, más que a las causas, debemos mirar a los efectos. No sólo los negativos, cuyo triste parte escuchamos cada día, sino también los positivos que sólo una observación más atenta nos ayuda a captar. La pandemia del Coronavirus nos ha despertado bruscamente del peligro mayor que siempre han corrido los individuos y la humanidad: el del delirio de omnipotencia. Tenemos la ocasión —ha escrito un conocido Rabino judío— de celebrar este año un espe-cial éxodo pascual, salir «del exilio de la conciencia». Ha bastado el más pequeño y deforme elemento de la natura-leza, un virus, para recordarnos que somos mortales, que la potencia militar y la tecnología no bastan para salvar-nos. «El hombre en la prosperidad no comprende —dice

un salmo de la Biblia—, es como los animales que pere-cen» (Sal 49,21). ¡Qué verdad es!

Mientras pintaba al fresco la catedral de San Pablo en Londres, el pintor James Thornhill, en un cierto momento, se sobrecogió con tanto entusiasmo por su fresco que, re-trocediendo para verlo mejor, no se daba cuenta de que se iba a precipitar al vacío desde los andamios. Un asistente, horrorizado, comprendió que un grito de llamada sólo ha-bría acelerado el desastre. Sin pensarlo dos veces, mojó un pincel en el color y lo arrojó en medio del fresco. El maestro, estupefacto, dio un salto hacia adelante. Su obra estaba comprometida, pero él estaba a salvo.

Así actúa a veces Dios con nosotros: trastorna nuestros proyectos y nuestra tranquilidad, para salvarnos del abis-mo que no vemos.

Pero atentos a no engañarnos. No es Dios quien ha arrojado el pincel sobre el fresco de nuestra orgullosa ci-vilización tecnológica. ¡Dios es aliado nuestro, no del vi-rus! «Tengo proyectos de paz, no de aflicción», nos dice él mismo en la Biblia (Jer 29,11). Si estos flagelos fueran castigos de Dios, no se explicaría por qué se abaten igual sobre buenos y malos, y por qué los pobres son los que más sufren sus consecuencias. ¿Son ellos más pecadores que otros?

¡No! El que lloró un día por la muerte de Lázaro llora hoy por el flagelo que ha caído sobre la humanidad. Sí, Dios “sufre”, como cada padre y cada madre. Cuando nos enteremos un día, nos avergonzaremos de todas las acusaciones que hicimos contra él en la vida. Dios parti-cipa en nuestro dolor para vencerlo. «Dios —escribe san Agustín—, siendo supremamente bueno, no permitiría ja-más que cualquier mal existiera en sus obras, si no fuera lo suficientemente poderoso y bueno, para sacar del mal mismo el bien».

¿Acaso Dios Padre ha querido la muerte de su Hijo, para sacar un bien de ella? No, simplemente ha permi-tido que la libertad humana siguiera su curso, haciendo, sin embargo, que sirviera a su plan, no al de los hombres. Esto vale también para los males naturales como los terre-motos y las pestes. Él no los suscita. Él ha dado también de la naturaleza una especie de libertad, cualitativamente diferente, sin duda, de la libertad moral del hombre, pero siempre una forma de libertad. Libertad de evolucionar se-gún sus leyes de desarrollo. No ha creado el mundo como un reloj programado con antelación en cualquier mínimo movimiento suyo. Es lo que algunos llaman la casualidad, y que la Biblia, en cambio, llama «sabiduría de Dios».

El otro fruto positivo de la presente crisis sanitaria es

el sentimiento de solidaridad. ¿Cuándo, en la memoria humana, los pueblos de todas las naciones se sintieron tan unidos, tan iguales, tan poco litigiosos, como en este momento de dolor? Nunca como ahora hemos percibido la verdad del grito de un nuestro poeta: «¡Hombres, paz! Sobre la tierra postrada demasiado es el misterio» 5. Nos hemos olvidado de los muros a construir. El virus no co-noce fronteras. En un instante ha derribado todas las ba-rreras y las distinciones: de raza, de religión, de censo, de poder. No debemos volver atrás cuando este momento haya pasado. Como nos ha exhortado el Santo Padre no debemos desaprovechar esta ocasión. No hagamos que tanto dolor, tantos muertos, tanto compromiso heroico por parte de los agentes sanitarios haya sido en vano. Esta es la «recesión» que más debemos temer.

De las espadas forjarán arados,de las lanzas, podaderas.No alzará la espada pueblo contra pueblo,no se adiestrarán para la guerra (Is 2,4).

Es el momento de realizar algo de esta profecía de Isaías cuyo cumplimiento espera desde siempre la huma-nidad. Digamos basta a la trágica carrera de armamentos. Gritadlo con todas vuestras fuerzas, jóvenes, porque es sobre todo vuestro destino lo que está en juego. Desti-nemos los ilimitados recursos empleados para las armas para los fines cuya necesidad y urgencia vemos en estas situaciones: la salud, la higiene, la alimentación, la lucha contra la pobreza, el cuidado de lo creado. Dejemos a la generación que venga un mundo más pobre de cosas y de dinero, si es necesario, pero más rico en humanidad.

La Palabra de Dios nos dice qué es lo primero que de-bemos hacer en momentos como estos: gritar a Dios. Es él mismo quien pone en labios de los hombres las pala-bras que hay que gritarle, a veces incluso palabras duras, de llanto y casi de acusación. «¡Levántate, Señor, ven en nuestra ayuda! ¡Sálvanos por tu misericordia! […] ¡Des-pierta, no nos rechaces para siempre!» (Sal 44,24.27). «Señor, ¿no te importa que perezcamos?» (Mc 4,38).

¿Acaso a Dios le gusta que se le rece para conceder sus beneficios? ¿Acaso nuestra oración puede hacer cambiar sus planes a Dios? No, pero hay cosas que Dios ha decidido concedernos como fruto conjunto de su gra-cia y de nuestra oración, casi para compartir con sus cria-turas el mérito del beneficio recibido 6. Es él quien nos impulsa a hacerlo: «Pedid y recibiréis, ha dicho Jesús, lla-mad y se os abrirá» (Mt 7,7).

Cuando, en el desierto, los judíos eran mordidos por serpientes venenosas, Dios ordenó a Moisés que levan-tara en un estandarte una serpiente de bronce, y quien lo miraba no moría. Jesús se ha apropiado de este símbolo. «Como Moisés levantó la serpiente en el desierto —le dijo a Nicodemo— así es preciso que sea levantado el Hijo del hombre, para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna» (Jn 3,14-15). También nosotros, en este momento, somos mordidos por una «serpiente» venenosa invisible. Miremos a Aquel que fue «levantado» por nosotros en la cruz. Adorémoslo por nosotros y por todo el género hu-mano. Quien lo mira con fe no muere. Y si muere, será para entrar en la vida eterna.

“Después de tres días resucitaré”, predijo Jesús (cf. Mt 9, 31). Nosotros también, después de estos días que es-peramos sean cortos, nos levantaremos y saldremos de las tumbas de nuestros hogares. No para volver a la vida anterior como Lázaro, sino a una vida nueva, como Jesús. Una vida más fraterna, más humana. ¡Más cristiana!

“Dios es aliado nuestro y no del virus”IGLESIA EN EL MUNDO

Homilía del padre Raniero Cantalames-sa, predicador de la Casa Pontificia, en la celebración de la Pasión del Señor, presidida por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro el pasado Viernes Santo.

El padre Cantalamessa durante la predicación.

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LA PÁGINA DEL PAPA

❐ ZENIT El papa Franciso presidió el pasado Viernes Santo un vía cru-cis inédito, puesto que por la situación actual de pandemia se celebró una plaza San Pedro sin fieles y no en el Coliseo. Las meditaciones fueron realizadas por la capellanía de la Casa de Reclusión Due Palazzi de Padua e incluyeron los tes-timonios de los presos y sus familias. “Acompañar a Cristo en el camino de la cruz, con la voz áspera de las personas que habitan el mundo de las prisiones”, así comenzaba el rezo del vía crucis. Lea el artículo ‘El otro vía crucis’ de José Miguel Mar-tínez, voluntario de Pastoral Penitenciara en el Centro Penitenciario de Picassent, en paraula.org

En estas semanas de preocupación por la pandemia que está haciendo sufrir tanto al mundo, entre las muchas preguntas que nos hacemos, también puede haber preguntas sobre Dios: ¿Qué hace ante nuestro dolor? ¿Dónde está cuando todo se tuerce? ¿Por qué no resuelve nuestros problemas rápidamente?

Nos sirve de ayuda el relato de la Pasión de Jesús, que nos acompaña en estos días santos. También allí en efecto, se adensan tantos interrogantes. La gente, después de haber recibido triunfalmente a Jesús en Jerusalén, se preguntaba si liberaría por fin al pueblo de sus enemigos (cf. Lc 24,21). Ellos esperaban a un Mesías poderoso, triunfador con la espada. En cambio, llega uno manso y humilde de corazón, que llama la conversión y a la misericordia. Y precisamente la multitud, que antes lo había aclamado, es la que grita: “¡Sea crucificado!” (Mt 27:23). Los que lo seguían, confundidos y asustados, lo abandonan. Pensaban: si esta es la suerte de Jesús, el Mesías no es Él, porque Dios es fuerte, Dios es invencible.

Pero, si seguimos leyendo el relato de la Pasión, encontramos un hecho sorprendente. Cuando Jesús muere, el centurión romano, que no era creyente, no era judío sino pagano, que le había visto sufrir en la cruz, y le había escuchado perdonar a todos, que había sentido de cerca su amor sin medida, confiesa: “Verdade-ramente este hombre era el Hijo de Dios” (Mc 15,39). Dice, precisamente, lo contrario de los demás. Dice que Dios está allí, que verdaderamente es Dios.

Hoy podemos preguntarnos: ¿Cuál es el verdadero rostro de Dios? Habitualmente proyectamos en Él lo que somos, a toda potencia: nuestro éxito, nuestro sentido de la justicia, e incluso nuestra indignación. Pero el Evangelio nos dice que Dios no es así. Es diferente y no podíamos conocerlo con nuestras fuerzas. Por eso se acercó a nosotros, vino a nuestro encuentro y precisamente en la Pascua se reveló completamente. ¿Y dónde se reveló completamente? En la cruz. Allí aprendemos los rasgos del rostro de Dios. No olvidemos, hermanos y hermanas, que la cruz es la cátedra de Dios. Nos hará bien mirar al Crucificado en silencio y ver quién es nuestro Señor: El que no se-ñala a nadie con el dedo, ni siquiera contra los que le están crucificando, sino que abre los brazos a todos; el que no nos aplasta con su gloria, sino que se deja desnudar por nosotros; el que no nos ama por decir, sino que nos da la vida en silencio; el que no nos obliga, sino que nos libera; el que no nos trata como a extraños, sino que toma sobre sí nuestro mal, toma sobre sí nuestros pecados. Y, para liberarnos de los prejuicios sobre Dios, miremos al Crucificado. Y luego abramos el Evangelio. En estos días, todos en cuarentena, en casa, confinados, tomemos dos cosas en la mano: el crucifijo, mirémoslo; y abramos el evangelio. Será para nosotros -por decirlo así- como una gran liturgia doméstica porque estos días no podemos ir a la iglesia. ¡Crucifijo y Evangelio!

En el Evangelio leemos que cuando la gente va donde está Jesús para hacerlo rey, por ejemplo, después de la multiplicación de los panes, él se va (cf. Jn 6:15). Y cuando los demonios quieren revelar su divina majestad, los silencia (cf. Mc 1, 24-25). ¿Por qué? Porque Jesús no quiere que se le malinterprete, no quiere que la gente confunda al verdadero Dios, que es amor humilde, con un dios falso, un dios mundano, espec-tacular, y que se impone con la fuerza. No es un ídolo. Es Dios que se ha hecho hombre, como cada uno de nosotros, y se expresa como un hombre, pero con la fuerza de su divinidad. En cambio, ¿cuando se proclama solemnemente en el Evangelio la identidad de Jesús?… Cuando el centurión dice: “Verdaderamente era el Hijo de Dios”. Se dice allí, apenas cuando acaba de dar su vida en la cruz, porque ya no cabe equivocación: Se ve que Dios es omnipotente en el amor, y no de otra manera. Es su naturaleza, porque está hecho así. Él es el Amor.

Tú podrías objetar: “¿Qué hago de un Dios tan débil, que muere? Preferiría un Dios fuerte, un Dios pode-roso”. Pero, sabes, el poder de este mundo pasa, mientras el amor permanece. Sólo el amor guarda la vida que tenemos, porque abraza nuestras fragilidades y las transforma. Es el amor de Dios que en la Pascua sanó nuestro pecado con su perdón, que hizo de la muerte un pasaje de vida, que cambió nuestro miedo en confianza, nuestra angustia en esperanza. La Pascua nos dice que Dios puede convertir todo en bien. Que con Él podemos confiar verdaderamente en que todo saldrá bien. Y esta no es una ilusión, porque la muerte y resurrección de Jesús no son una ilusión: ¡fue una verdad! Por eso en la mañana de Pascua se nos dice: “¡No tengáis miedo!” (cf. Mt 28,5). Y las angustiosas preguntas sobre el mal no se esfuman de repente, pero encuentran en el Resucitado la base sólida que nos permite no naufragar.

Queridos hermanos, Jesús cambió la historia acercándose a nosotros y la convirtió, aunque todavía mar-cada por el mal, en historia de salvación. Ofreciendo su vida en la Cruz, Jesús también derrotó a la muerte. Desde el corazón abierto del Crucificado, el amor de Dios llega a cada uno de nosotros. Podemos cambiar nuestras historias acercándonos a Él, acogiendo la salvación que nos ofrece. Abrámosle todo el corazón en la oración, esta semana, estos días: con el crucifijo y con el evangelio. No os olvidéis: crucifijo y evangelio. La liturgia doméstica será esta. Abrámosle todo el corazón en nuestra oración. Dejemos que su mirada se pose sobre nosotros y comprenderemos que no estamos solos, sino que somos amados, porque el Señor no nos abandona y nunca se olvida de nosotros. (Catequesis del Papa durante la audiencia general el 8-4-2020)

Inédito vía crucis realizado por presos en la plaza S. Pedro vacía

El verdadero rostro de DiosFRANCISCO

<CATEQUESIS SEMANAL

En estos días, todos en cuarentena, en casa, confinados, tomemos dos cosas en la mano: el crucifijo, mirémoslo; y abramos el evangelio. Será para nosotros como una

gran liturgia doméstica porque no podemos ir a la iglesia

El Papa presidió el vía crucis en la plaza de San Pedro.

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❐ B.N.El próximo mes de mayo es la fecha escogida para lanzar ‘Holydemia’ “un lugar donde puedes seguir alimentando tu fe a través de cursos online de calidad”, tal y como expican desde el propio lugar web.

‘Holydemia’ es una plata-forma de cursos de formación online que tiene como fin facili-tar a los católicos un fortaleci-miento de su conciencia católi-ca y dar razones de la fe.

Además está pensado para jóvenes, adultos y familias. “Tengas la edad que tengas, si quieres conocer más a Dios y crecer en tu camino, ya no ten-drás más excusas para formar-te y tener una fe más firme”.

Los cursos abarcan múlti-ples temáticas que se centran en todos los aspectos de la vida de cada como católico. Cada curso tiene un nivel de profun-didad marcado por el profesor para que se pueda elegir el que mejor se adapte a la vida espi-ritual de cada uno de los ‘inter-nautas’.

Además, se garantiza el con-trol de todos los cursos que se imparten, respetando al 100% la doctrina de la Iglesia católi-ca.

La plataforma incluye un sistema de mensajería privada donde el usuario podrá resol-ver todas sus dudas directa-mente con el instructor.

Holydemia.com está reali-zada por el desarrollador web Dimitri Conejo Sanz, creador de iniciativas como Cathopic o Mater Coeli. Cathopic es una

plataforma de fotografías ca-tólicas de calidad profesional totalmente gratuitas lanzada en enero de 2017, donde ade-más, cualquier fotógrafo podrá aportar sus propias imágenes.

Por su parte, Mater Coeli es un proyecto de agradecimiento a la Virgen en el que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, puede prepararse durante 33 días para consagrar-se a la Madre de Dios siguien-do el método de San Luis María Grignion de Montfort.

‘Holydemia’, cursos católicos onlineCONTINENTE DIGITAL

8Narrativa‘Manual para damas sobre el protocolo y el asesinato’✒ Dianne FreemanPalabra. 432 páginasDespués de un año de luto por su esposo, Frances Wynn abandona su mansión en la campiña inglesa y se traslada a vivir a Londres con su hija. Allí se prepara para reci-bir a su hermana, Lily, que viene de Nueva York a pasar su primera temporada londinense. Apenas ha empezado a disfrutar de su nueva vida, los fantasmas del pasado re-gresan para atormentarla y se le implicca en la muerte de su esposo. Además, mientras se ocupa de los preparativos para la presentación de su herma-na, nuestra protagonista se ve envuelta en una ola de robos misteriosos que azota a la élite londinense. Una novela mez-cla de misterio y humor.

8Infantil‘El tesoro más precioso del mundo’✒ Alfredo Gómez CerdáSM. 136 páginasFlor va a todas partes con una maleta cargada de títeres. No-meacuerdo es un escritor con una imaginación desbordante al que se le olvidan las cosas. Juntos, han montado una divertida obra de tea-tro que puede saltar de las páginas de este libro a la clase o al salón de casa. ¿Dónde está la línea que se-para la ficción de la realidad? Inte-grada en la narración, aparece una divertida obra de teatro con todas sus indicaciones para que los lectores la puedan represen-tar. Muy útil para estos días de confinamiento en casa.

8Espiritualidad‘Las siete palabras’✒ James MartinSalTerrae. 417 páginasLas últimas palabras de Jesús en la cruz tradicionalmente han sido para los cristianos una invitación a meditar y vivir profundamente el Viernes Santo los momentos fina-les de la vida de Cristo. Estos siete últimos mensajes han permitido a James Martin SJ acercarnos a un sorprendente retrato del Jesús crucificado, que muestra hasta qué punto Dios es capaz de comprender nuestras dificultades. Las Siete Palabras son el mejor reflejo de ese Dios hecho ser humano. Un Jesús que hasta su misma muerte empatiza con las alegrías y las penas. Acogedor de esperanzas e ilusiones. Y también de nuestros miedos y angustias.

LIBROS

❐ B.N.Ver películas en familia se ha convertido, estos días de confi-namiento, en una de las opcio-nes de ocio favoritas. De esta manera, la productora católica Bosco Films ha explicado que “queremos poner las cosas sencillas a las familias y nos hemos puesto rápidamente en marcha para poder llevar a los hogares, el primer estreno Religioso online para toda la familia: ‘El progreso del pere-girno’.

El pasado 5 de abril, la pro-

ductora cinematográfica lanzó su iniciativa de alquiler online a través de su web www.bos-cofilms.es. Además, como re-curso gratuito prepararon una guía didática, para trabajar en familia todos los aspectos de la película.

Así, en tan sólo 24 horas, cerca de 1.500 hogares se su-maron a este evento pionero y siguen multiplicándose las reacciones positivas en torno a la cinta.

‘El progreso del peregrino’ está basada en la novela de

John Bunyan, el segundo libro más vendido de la historia des-pués de la Biblia habiéndose traducido a más de doscientos idiomas.

Esta poderosa alegoría, escrita en 1678, “ayuda a mi-les de familias a entender que nuestro peregrinaje espiritual es el más importante en nues-tra vida; así como a compren-der la importancia de permane-cer en el camino correcto aún cuando lleguen las tentaciones y dificultades”, aseguran desde Bosco Films.

1.500 hogares acceden al alquiler a través de la web de ‘El progreso del peregrino’

Fotograma de la película de animación ‘El progreso del peregrino’.

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Hoy Cristo, resucitado de entre los muertos, se apareció a sus discípulos, reforzando así la fe en la resurrección. Se apareció, aunque las puertas estaban cerradas: el que había mostrado que el infierno no era impenetrable, no tenía necesidad de puertas para entrar. Al resucitar removió la piedra del sepulcro, para que se supiese que el infierno iba a sufrir, de modo invisible, la mis-ma suerte que la tumba visible. El sepulcro abierto hacía ver que Cristo había roto las puertas de la muerte. Entra con las puertas cerradas, para que quienes dudaban de su resurrección fuesen conducidos a la fe de milagro en milagro.

Pero Tomás, que no estaba presente durante esta aparición, fue incrédulo. Desea ver, no cree lo que le cuentan; cierra los oídos y quiere abrir el corazón. La impaciencia le quema cuando dice: “Si no meto mi dedo en el agujero de los clavos,... no lo creo”. De carácter exigente y desconfiado, Tomás declara su in-credulidad, esperando gozar así de una aparición. Viene a decir: “Aunque me reproche mi incredulidad, que me llene de gozo con su visión; quiero ver las manos agujereadas que han curado a las manos pecadoras de Adán; quiero ver el costado que ha elimina-do la muerte; quiero ser uno de los que han visto, no uno de los que han oído hablar”.

Y he aquí que el Señor vuelve a aparecerse y elimina la duda de su discípulo. Más que la duda, satisface su deseo. Obra un segundo milagro para convencer a Tomás: “Mete tu dedo en la herida de los clavos”, le dice. “Tú me buscabas cuando no es-taba, aprovéchate ahora. Conozco tu deseo; he escuchado tus palabras, y, aunque invisible, estaba cerca de ti y de tus dudas. Mete tu mano en mi costado”. Entonces Tomás lo toca, depo-ne su duda, y, lleno de una fe sincera y de todo el amor que se debe a Dios, exclama: “¡Señor mío y Dios mío!”. Y el Señor le responde: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”, que es como decirle: “Tomás, anuncia mi resurrección a los que no me han visto. Convence a las gentes para que crean no en lo que ven, sino en lo que les anuncias. Vete a pueblos extranjeros y enséñales a llevar la cruz, en lugar de las armas. Anúnciame. Diles que están llamados a la gracia, a la fe: ‘Dichosos los que crean si haber visto’.”

Momentos para la oración:“Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20, 29)La fe de los patriarcas del Antiguo Testamento (Hb 11). Los testimonios sobre la fe de los apóstoles y sus dificultades para creer (Mt 8, 23-27; 14, 22-33; Mc 9, 14-29; 16, 9-14; Lc 17, 5-6). Quien no acepta con fe el Evangelio se priva de la luz y el gozo del Espíritu Santo (Jn 5, 41-47; 9, 35-41; Mt 11, 25-30; Hch 17, 16-34; 1Cor 1, 17-31; Is 5, 21-25).

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Basilio de SeleuciaHOMILÍA SOBRE LA PASCUA

LEER Y ORAR Selección del Prof. MIGUEL NAVARRO

El evangelio concluye con una bienaventuranza: “Bienaventurados los que crean sin haber visto”. “¡Bienaventurados!”, es decir ¡feli-ces, dichosos!, unas palabras que son un tesoro. A quien cree no se le promete una vida más fácil, sino más intensa y apasionada, más real y más plena; una vida con problemas, penas y sufrimien-tos (como toda vida humana) pero luminosa y gozosa; una vida como la de Jesús: buena, hermosa, esperanzada y feliz.

S. Luis Bertrán, abogado contra el cólera, pandemia de tiempos pasados

Alfonso Esponera Cerdán, OPCatedrático emérito de Historia de la Iglesia

Las diferentes tipologías representadas en las obras plásticas en la Nueva España (actual México), tanto en imágenes de bulto, óleos y grabados están enfocadas a destacar del dominico valenciano san Luis Bertrán (1526-1581), su carácter de misionero (o predicador apostólico), confesor de la fe católica y abogado contra el cólera morbus, una de las más grandes pandemias de los tiempos pasados como la del actual coronavirus. Sobre esta última casi desconocida dimensión hay dos aspectos que creo que son sugerentes y están bastante interelaciona-dos.

Desde los umbrales del siglo XVII, el Convento de Santo Domingo de la mexicana Puebla se erigió en centro propagador de la devoción del beato Luis Bertrán, fortalecida a través de su invocación como intercesor por la salud. Hay noticia temprana que informa sobre la devoción de sus gentes en calidad de protector contra las enfermedades, vinculada a su fama de milagros y a la devolución de la salud por intercesión suya.

Pero es curioso que fue encumbrado en este as-pecto cuando él mismo carecía de ella, pues ya sus primeros hagiógrafos nos hablan de sus enferme-dades y que no había un día que no tuviera dolen-cias. Esa carencia fue esgrimida en la declaración de su santidad como fundamento y comprobación plena de las virtudes de humildad, paciencia y amor a sus semejantes, pues el siervo de Dios sobrelle-vaba su cuerpo achacoso. Nos cuentan también que redactó una oración en latín con la que sanaba enfermos y se nos dice que “era para alabar a Dios, ver la devoción con que venían las gentes a pedir salud a quien nunca la tuvo. Pero no era mucho que sin tenerla la diese, pues no la daba en su nombre, sino en el de nuestro Señor Jesu Christo, fuente de toda salud” (V.J. Antist).

Puede afirmarse que san Luis fue invocado como varón apostólico, confesor y abogado contra el terrible cólera morbus en otras muchas poblacio-bes novohispanas.

Ahora considero importante hacer algunas aclaraciones sobre el cólera. Es una enfermedad infecto-contagiosa intestinal aguda, que ha recibido varios nombres a lo largo de la Historia, entre ellos el de cólera morbus. Los enfermos muestran un síndrome basado en vómitos y una excesiva dia-rrea, sin mostrar apenas fiebre, tras un periodo de incubación de uno o dos día. La muerte se produce por deshidratación en menos de una semana. Habi-tualmente, la enfermedad se transmitía por el agua y los alimentos, pues las abundantes deposiciones son las que contaminan con suma facilidad las fuentes de agua y las ropas de las personas afec-tadas. De ahí pues, la importancia del agua potable en los tiempos de esa epidemia.

Recuérdese que en la valenciana Casa Natalicia de San Vicente Ferrer a la derecha de la amplia pila de agua, se ve en la parte superior una hornacina con el santo, debajo de la cual hay unos azulejos valencianos con una inscripción de 1858 relativa a la epidemia de cólera morbo que padeció la ciudad cuatro años antes -tercera de las seis pandemias que desde 1817 se dieron en todo el mundo en

este siglo XIX- y por la cual se sacaron de este Pouet 159.976 cántaros de agua potable por estar el resto contaminada, en recuerdo de lo cual la pie-dad de los valencianos instaló en aquel entonces esa hermosa taza de mármol.

Por otra parte, conocemos también el patronaz-go de san Luis Bertrán sobre lugares con manantial proveedor de este líquido vital para la población. Este es el caso de la valencianas fuentes de Torrent y de Ruzafa. En sus Procesos informativos de la beatificación y canonización de san Luis Bertrán, el primer milagro se identifica como la lluvia milagro-sa en Torrente, que cayó en ese lugar una vez que hizo la señal de la cruz y la fuente cercana no se secó como otras. A esta villa había sido llevado por su amigo el Patriarca Juan de Ribera para que se distrajese de sus padecimientos y, como solía tener sed, antes de beber el agua la bendijo, acto segui-do se percató de que el criado del dueño de esas tierras estaba enfermo por lo que le persuadió para que bebiese de esa agua y se curó de la calentura. Después de la muerte del dominico se difundió que esa agua era benéfica y hubo prodigios.

También se señala que fray Luis bebía de la fuente de Ruzafa y que con el tiempo aquella agua curaba así por ejemplo la niña que recuperó la vista cuando le lavaron los ojos con esa agua (F. Vidal y Micó). Este milagro fue tomado en cuenta y aproba-do en su Proceso, siendo registrado en su Bula de Canonización (12 de abril de 1671).

Esta relación de san Luis Bertrán sobre el agua fue algo asumido también en otras partes del orbe católico, como por ejemplo entre los naturales de Tubará (actual Colombia), uno de los primeros lugares donde estuvo un tiempo como misionero en 1562.

Lo expuesto, no es una invitación a una fe fetichista sobre personas o elementos naturales en estos tiempos de pandemia, sino a que al conocer-los, reconozcamos la acción de Dios sobre ellos y descubramos que también nosotros hoy podemos ser instrumentos de su acción en nuestro mundo como lo fueron ellos en el suyo.

S. Luis Bertrán Beltrán abogado especialísimo contra el cólera morbus, (anónimo, s. XVII, Pinacoteca de México).

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LA MISA DE ESTE DOMINGO

LA LITURGIA DE LA SEMANA

LO QUE CELEBRAMOS La celebración de la alegría por la re-surrección del Señor es tan importante, que los cristianos no podemos dedi-carle un solo día, sino que, desde muy antiguo, los ocho días siguientes a la Pascua se celebran como una única ce-lebración. Por eso, a este domingo se le llama octava de Pascua, el último día de las solemnidades de la Pascua. Y repeti-mos algunos de los gestos del domingo pasado: la secuencia, la despedida de la asamblea con el doble Aleluya. El color que utilizaremos durante todo el tiem-po de Pascua será el blanco.

LA LITURGIA DE LA PALABRA

La Iglesia nos propo-ne las siguientes lec-turas para la celebra-ción dominical:

● Hch 2, 42-47La lectura del libro de los Hechos nos describe la vida de los primeros cristia-nos y, en el centro de esa vida, la fra-ternidad y la fracción del pan. Una vida sencilla que debe ser el modelo para construir el presente de nuestra Iglesia.

● Sal 117“Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”. El salmo festivo que proclamamos en este día nos recuerda el día que hizo el Se-ñor que para los cristianos es el domin-go, el día de la Pascua.

● 1Pe 1, 3-9El apóstol alaba los cristianos a los que se dirige por conservar viva la fe reci-bida en Cristo Jesús, al que sin haberlo visto, siguen con fervor. Esta carta nos habla a nosotros que caminamos en la fe hacia la salvación.

COMENTARIO AL EVANGELIO DOMINICALEL DOMINGO DE TOMÁSLa lectura del evangelio

de esta semana recoge justo estos ocho días. El mismo día de la resurrección Jesús se aparece a los discípulos, pero

Tomás no estaba con ellos y no se cree que el Señor ha vuelto a la vida. Tomás se vuelve suspicaz y cree que es todo fruto de una alucinación y afirma que sólo tocando físicamente a Cristo vivo, creerá. El domingo siguiente, Jesús se vuelve a hacer presente en medio de sus discípulos y Tomas, ahora sí, expe-rimenta en plenitud el gozo de la resu-rrección.

EL DOMINGO DE LA IGLESIALa Iglesia nos propone leer este evan-gelio todos los años en este día, porque es verdaderamente importante. Tomás es el modelo de aquel que quiere creer en Jesús fuera de la Iglesia y fuera de la reunión del domingo. Sin la Misa do-minical vivida en la Iglesia no se pue-de encontrar a Cristo resucitado. Sólo cuando Tomás vuelve a la comunidad de discípulos puede experimentar la vida nueva de Jesús. Por eso el domin-go es el día de la Iglesia y, por medio de ella, nos encontramos con Cristo, el Señor de la resurrección y de la Vida.

EL DOMINGO DE LOS CRISTIANOSEl domingo es el día de la resurrección del Señor. Los cristianos celebramos la Pascua anual, pero el eco de esta fiesta se transmite a todos y cada uno de los domingos del año. Es la Pascua sema-nal, nuestro encuentro cotidiano con Cristo resucitado. El evangelio de este domingo y las lecturas, nos recuerdan la importancia de la comunidad cristia-na, de la Iglesia, para vivir la fe. Sin Igle-sia, no hay fe. Como dirán más tarde unos mártires del norte de África: sin el domingo no podemos ser cristianos.

CONOCER LA LITURGIAEL RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOSPara la celebración del bautismo de los niños utilizamos un ritual específico. Este libro litúrgico fue elaborado tras el Concilio Vaticano II, pues antes se uti-lizaba el ritual de los adultos adaptado para la situación de los más pequeños. Este ritual da mayor importancia a los padres y a los padrinos en la celebra-

ción del sacramento e insiste en el fuer-te compromiso que adquieren ante Dios y la Iglesia de educar en la fe al nuevo

cristiano. Este ritual sólo de utiliza para los niños que aún no han llegado al uso de razón.

DOMINGO 2º DE PASCUACon la colaboración de la delegación diocesana de Liturgia EVANGELIO

Jesús se aparece a sus discípulos(Jn. 20, 19 - 31)Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discí-pulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:«Paz a vosotros».Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les que-dan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:«Hemos visto al Señor».Pero él les contestó:«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:«Paz a vosotros».Luego dijo a Tomás:«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costa-do; y no seas incrédulo, sino creyente».Contestó Tomás:«¡Señor mío y Dios mío!».Jesús le dijo:«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Acabada la Octava de Pascua, la Iglesia continúa la celebración del tiempo de Pascua, que tiene unas carac-terísticas peculiares: en primer lugar, no se leen lecturas del Antiguo Testamento, pues la Pascua es el tiempo del cumplimiento de las promesas de Dios que vemos rea-lizadas en los libros del Nuevo Testamento. En segundo lugar, como signo de este cumplimiento leeremos en la

Misa diaria el libro de los Hechos de los Apóstoles, que nos narra la vida de la Iglesia primitiva y los avatares de la primera evangelización. Además, cada domingo es, de algún modo, temático, desplegando el contenido de la Pascua del Señor.

Para nosotros, la celebración principal de la próxima semana es la solemnidad de san Vicente Ferrer, el próxi-

mo lunes. En realidad, el día propio de esta fiesta es el 5 de abril, día de su piadoso tránsito, pero los valencianos, para poder hacer una fiesta bien cumplida, trasladamos la celebración al primer día libre después de Pascua y así, poder festejar con mayor solemnidad a nuestro patrono. San Vicente Ferrer es patrono de la Comunidad Valenciana.

Pág. 29PARAULAValencia, domingo 19-IV-2020

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❐ José Luis BarreraLa salas de cine están cerradas y nosotros encerrados en nuestras casas. Por mucho que nos guste aquel, no creo que sea lo primero que hagamos -ir al cine- cuando nos levanten el confinamiento. Aparte de ver a nuestros seres queridos en imagen real y después pasear por el campo o por el parque tal vez ya se nos ocurra pisar una sala de cine. A pesar de todo ¿nos seguirá gustando el cine y sobre todo el buen cine? Así que ahora hay que conformarse con ver a través de la pantalla del televisor películas que las distintas cadenas nos ofrecen o también series que sin duda se están apoderando del público al que ya le da pereza ver las imágenes en pantalla grande. Las cadenas de televisión nos ofrecen estos días pues, un montón de películas para llenar la parrilla de sus emisiones y también para entretener al personal. Las cadenas potentes emiten títulos relativamente recientes. Las cadenas menos poderosas suelen emitir títulos de pe-lículas más conocidas y antiguas que para muchos de nosotros están llenas de nostalgia. ¿Cuantas películas nos recuerdan cuando las vemos ahora, a nuestra ado-lescencia y juventud e incluso, infancia? Es impagable el montón de películas bíblicas que estos días de Se-mana Santa han ofrecido algunas cadenas de televi-sión.

Así pues, ahora mientras dura el tiempo del confi-namiento, se hace muy aceptable el poder ver algunas series de televisión que tanto prosperan ahora. Como tenemos tiempo, podemos también dosificarlas en su contemplación: a mi me parece contraproducente “pe-garse” un hartazgo de una tarde, pues se suele perder al final la referencia de lo que la serie pretende comu-nicar.

En otro memento, hablaremos de series de tele-visión que han hecho historia, que ya son “antiguas” pero que han marcado sin lugar a dudas muchos de los caminos de la historia de la televisión. Aquí y ahora se indican algunas de las series ya más recientes pero que son verdaderamente recomendables. Citaremos únicamente cuatro que pueden responder a los gustos de los espectadores y que además consiguen una gran calidad artística. Ellas pueden ser vistas a través de las tres o cuatro principales plataformas de televisión que podemos recibir o captarlas por internet.

‘Los Durrell’ Es una serie británica que comenzó a emitirse en 2016.- Consta de cuatro temporadas de unos seis u ocho epiosdios de medio metraje (45minutos.) Es la adaptación de la ‘Trilogía de Corfú’ escrita por el na-turalista Gerard Durrell y narra la estancia en la isla griega de Corfú de su familia cuando su madre al en-viudar decide trasladarse allí con sus cuatro hijos ado-lecentes. La serie está realizada con una gran pericia y amenidad, llena de sentido del humor donde se con-trasta los valores de la vida de la cultura mediterránea desde el punto de vista inglés. Es un luminoso canto a la vida con unos actores casi en estado de gracia, y con la plasmación de una serie de valores humanos vividos en la relación de la familia con los habitantes autóctonos de la isla.

‘Dark mirror’ Es otra gran serie de gran calidad que está en las antí-podas de la anterior sobre todo por los planteamientos de las situaciones inciertas e inseguras del futuro del ser humano. Es decir, lo que nos está pasando ahora mismo. Son cuatro temporadas de seis o siete episo-dios autóctonos narativamente. En un mundo futuro los distintos planteamientos de la vida humana, llenos de auténtico pesimismo. Algunas de las historias que cuentas son verdaderamente impactantes y que hacen

por fuerza reflexionar sobre el ser humano y el futuro del mundo que está construyendo.

‘Unorthodox’ Es una serie que acaba prácticamente de estrenar-se, compuesta por cuatro capítulos o episodios. Es la historia de una muchacha en el primer año de su matrimonio que escapa de una comunidad judía - de la integrista rama hasídica- que mantiene aún en la actualidad una serie de ritos y tradiciones que rayan en lo inhumano y relegan a las mujeres en situaciones verdaderamente humillantes.

The Crown Es también una serie inglesa que nos muestra una cró-nica de la vida de la reina Isabel II desde los años 40 hasta nuestros días. A medida que pasan las décadas se van liberando distintas intrigas personales, asuntos de romances y rivalidades políticas. Comenzó a emi-tirse en 2016 y ahora está en la tercera temporada.Es un drama magnífico muy bien realizado como sólo los ingleses saben hacer las reconstrucciones históri-cas. Cada episodio es casi una obra maestra.

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CINE&MÁS

Valencia, domingo 19-IV-2020

Series de televisión: ¿Un modo de ver cine?

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ZAPEO DE PRENSA

Valencia, domingo 19-IV-2020

2 Todos afectados por coronavirusA estas alturas, cuando estamos todavía lejos -muy lejos- de divisar el final de la pandemia que nos asola, es aún temprano -muy temprano- para atreverse siquiera a aventurar una cifra definitiva de infectados o de fallecidos, y más aún para hacer un cálculo aproximado de las pérdidas que esto supondrá para nuestra maltrecha economía. Pero desde ya mismo hay una cifra definitiva e inamovible de víctimas del coronavirus que es posible avanzar sin sombra de duda acerca de su exactitud: cuarenta y siete millones.(Carlos Flores Juberías, cate-drático de Derecho Constitucional de la Universitat de Valencia,en Las Provincias)

2 Los padres y las madres también se han convertido en superhéroesLos funcionarios que forman ese organismo consultivo que tiene el pomposo nombre de Consejo Escolar del Estado tienen claro que los estudiantes no se tienen que relajar. No les importa el confinamiento, las diferencias sociales notables que existen entre las familias, la tristeza generalizada que existe en el seno de las familias y el desazón por el futuro, porque deben pensar que en estas circunstancias se puede estudiar con nor-malidad. Los padres y madres se convierten en superhéroes dispuestos a ayudarles en matemáticas, historia, literatura, geografía…. vamos en cualquier materia y esos pisos peque-ños y medianos donde vive la inmensa mayoría de españoles se convierten en academias clásicas donde emergen en las familias el espíritu de los sabios grecorromanos. (Francisco Marhuenda, en La Razón)

2 Dar lo mejor¿Qué enseñanzas nos dejará esta crisis? Una de ellas es la capacidad de respuesta de los ciudadanos. Si algo ha demos-trado esta situación es que tenemos unas empresas y trabaja-dores excepcionales, preparados y dispuestos a cumplir con su deber con todo el esfuerzo que suponga. Nuestras empresas son una de nuestros principales activos como sociedad. Cuan-do todo esto pase, tendremos por delante un reto enorme: recuperar la actividad económica en un mundo que no será el mismo. (José Vicente Morata, Presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, en Levante-emv)

<EN LOS MEDIOS

<PARA VER Y OIR

❐ E.A.El Gobierno cubano ha per-mitido a la Iglesia disponer de algunos espacios de radio y te-levisión, a nivel nacional, para transmitir algunas celebracio-nes y reflexiones en los cuatro días centrales de la Semana Santa, así como en los domin-gos sucesivos, mientras estén suspendidas las celebraciones públicas por la emergencia sa-nitaria por el Covid-19.

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) tuvo que pedir permisos espe-ciales y tras la respuesta posi-tiva del gobierno, la Oficina de Atención a los Asuntos Religio-sos ofreció diferentes alocucio-nes de 30 minutos de duración.

Además los domingos 5 y 12 de abril, domingos de Ramos y Resurrección, fue transmitida por televisión, a nivel nacional,

la misa que se celebra en la Ba-sílica- Santuario de la Virgen de la Caridad en El Cobre.

Gracias a estos permisos es-peciales, los cubanos han podi-do disfrutar la proyección de la

película “Jesús de Nazaret” de Franco Zefirelli; el Sermón de Las Siete Palabras, pronuncia-do por el Cardenal Juan García Rodríguez, Arzobispo de La Habana; y de la transmisión del Vía Crucis presidido por el Papa Francisco desde la Ciu-dad del Vaticano.

Tras la Semana Santa, mien-tras se mantenga el aislamiento social por la crisis sanitaria del Covid-19 y los fieles no pue-dan asistir a misa, los obispos tendrán también un espacio de radio cada domingo por la mañana para emitir un mensa-je o una alocución y las misas serán televisadas a las 9.00 de la mañana a través del Canal Educativo.

El Gobierno cubano concede a la Iglesia espacios de radio y TV por el Covid-19

4SANTA MISA Lunes a domingo a las 10:30 h., desde la Basílica de la Vir-gen de los Desam-parados de Valencia ( ✱ )4AUDIENCIA VATICANAMiércoles a las 10h.4PERSEGUIDOS PERO NO OLVIDADOS. (Actualidad de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada) Miércoles a las 10:30h.4Encuentros (magazine so-ciorreligioso sobre la archidió-cesis de Valencia). Sábados a las 11h.

4ÁNGELUSLunes a viernes a las 12:00 h. 4El EspejoLunes a viernes a las 13:35h. Sábados y domingos a las 14:05 h.El Espejo de la Iglesia en Va-lencia: Viernes de 13:30 a 14:004LA LINTERNA DE LA IGLESIAViernes de 22:30 a 23:30 h.4IGLESIA NOTICIADomingos de 08:30 a 9:00hIglesia Noticia en Valencia: Domingos de 9:45 a 10:004LA MISADomingos de 09:00 a 9:45h

4PALABRADE VIDA Lunes a sábado a las 10:55 y los domingos a las 11:55 h.4SANTA MISA Lunes a sábado a las 11h. y los domingos a las 12h. 4ÁNGELUS Lunes a sábado 12h. Domingo a las 12:45h.4AUDIENCIA VATICANAMiércoles de 10:00 a 10:45 4Misioneros por el Mundo Vier-nes a las 21:15 h.4PERIFERIAS Domingos a las 11:00 h.4CRONICA VATICANA Lunes a las 0:30 h.

4BUENAS NOTICIAS Domingos a las 9:30 h.4ÚLTIMAS PREGUNTAS Domingos a las 10:00 h.4TESTIMONIO.Domingos a las 10:25 h.4EL DÍA DEL SEÑOR (retrans-misión de la Eucaristía desde diferentes parroquias de España)Domingos a las 10:30 h.4PUEBLO DE DIOS Domingos a las 11:30 h.

4ALBORADALunes a domingode 04:57 a 05:00 h.4HORIZONTE (magazine con entrevistas y noticias de la Con-ferencia Episcopal Española)Sábados de 23:30 a 00:00 h.4BUENA NUEVADomingos a las 8:10 h.4MISA EN ESPAÑADomingos a las 8:15 a 9:00 h.

La Ocho Mediterraneo COPE TRECE TVE / LA 2 RNE

( ✱ ) Misas en la Basílica - Domingo 19:Alfara del Patriarca y Alfarp; Lunes 20: Benasau; Martes 21: Bejís, Miércoles 22: Alfarrasí y Algar del Palancia; Jueves 23: Benejama, Viernes 24: Benafer, Sábado 25: Algemesí y Algimia de Alfara.

Mientras estén suspendidas las misas públicas, los obispos tendrán espacios de radio y televisión

HUMOR GRÁFICO, JM Nieto en ABC

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EDICIÓN: FUNDICES / ARZOBISPADO DE VALENCIADEPÓSITO LEGAL: V-1602- 1987-

Las opiniones publicadas son obra de sus autores y PARAULA no se identifica necesariamente con ellas PARAULASUSCRIPCIÓN: Tel. 96 315 58 83

PUBLICIDAD: Tel. 96 315 58 84 REDACCIÓN: Tel. 96 315 58 81 C/ Avellanas, 12, 4º 46003-Valenciae-mail: [email protected]