Dogma Y Ritual de La Alta Magia 02

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Dogma Y Ritual De La Alta MagiaEliphas Levi

Primera Parte El Dogma

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Datos BiogrficosEliphas Levi naci en Paris, Francia, el ocho de febrero de 1810. Hijo de un zapatero. De muchacho fue muy inteligente por lo cual su padre decidi enviarlo a la iglesia de St. Sulpice para que recibiera all su educacin. As decidi consagrarse a la vida religiosa y se hizo sacerdote. Se dice que aos mas tarde fuera expulsado por sostener ideas herticas y por no poder cumplir con su voto de castidad. En algn momento conoci a una pareja de msticos de apellido Ganneau, El Sr. Ganneau aclamaba ser la reencarnacin de Luis XVII y tambin se declaraba profeta. Su esposa deca ser la reencarnacin de Maria Antonieta. De esta manera Elifas se convirti en uno de los seguidores de Ganneau con quien recibi sus primeras lecciones. En 1852 conoci a J.M.H.Wronski quien lo orient hacia el ocultismo y la cbala. En 1854 se relacion con el novelista ingls Bulwer Lytton y con el doctor Ashburner, quienes pertenecan a la Hermetic Brotherhood of Luxor, realizando con ellos experimentos tergicos. Iniciado en la Masonera el 14 de marzo de 1861 en la Logia Rosa del Perfecto Silencio del Gran Oriente de Francia. Consta en los registros masnicos que Lvi asciende al tercer grado de Maestro el 28 de agosto de 1861. Antes de su iniciacin masnica haba publicado dos importantes obras: Dogma y ritual de Alta Magia (1854) e Historia de la Magia (1860). En 1873 se hizo miembro de la Sociedad Rosacruciana in Anglia (SRIA). En este periodo el Dr. Woodman era el secretario de la orden y cinco aos mas tarde seria elevado al rango de Mago Supremo. Woodman fundara una nueva orden mas tarde llamada la Orden del Dorado Amaneceren donde incorporara las creencias de Eliphas. El introdujo una serie de enseanzas muy importantes que darian forma al ocultismo moderno, de hecho a Levi se le considera el padre del ocultismo moderno. En el ao 1460 Marcelo Ficcino traducira el Corpus Hermeticum, un cuerpo de textos greco egipcios ricos en enseanzas esotricas como la reencarnacin , las esferas, los siete cuerpos, y la inmortalidad de la mente superior o inteligencia.. Los conceptos claves enseados hoy en las distintas escuelas esotericas son derivaciones de las enseanzas en el Corpus. Mas tarde un joven cabalista llamado Picco de la Mirandola tomaria la Cabala hebrea y la fusionara con las enseanzas del Corpus y Giordano Bruno desarrollara la tcnica de usar imgenes nemotcnicas como puertas a otros mundos o estados

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de conciencia. Sin embargo todos estos progresos fueron detenidos por la inquisicin y la quema de brujas y mas tarde por la reforma protestante. Como resultado se formaron Sociedades Ocultas con el propsito de transmitir las enseanzas de manera muy secreta, se instituyeron palabras de paso y signos de reconocimientos todos ellos muy secretos. Sin embargo para el 1850 Francia habria levantado la ley que prohiba escribir sobre la Magia y Eliphas Levi hizo su entrada triunfal. Elifas Levi comienza explicando que existe dentro de todas las religiones del mundo una tradicin esotrica que es universal, que existe una fraternidad universal de iniciados en la doctrina esotrica, el esoterismo es pues la verdad que se encuentra en todas las religiones y que las explica a todas. Este concepto del esoterismo como fuente de todas las religiones es introducido por Levi y luego copiado por otros prominentes esoteristas como Madame Blavatsky. Adems de esto Levi utiliza por primera vez el termino ocultismo y ocultista para definir esta enseanza universal. Levi tambin insiste en considerar el Tarot como un Libro Sagrado, capaz de explicar todos los misterios, un resumen de la doctrina universal. Es el la primera persona que traza un paralelismo entre los veintids arcanos mayores del tarot con las veintids letras del alfabeto hebreo. Tambin el Levi el primero en establecer una diferencia entre el Pentagrama con la punta hacia arriba y el pentagrama con la punta hacia abajo el cual considera estar al revs y por primera vez lo asocia con el demonio dibujando la cabeza de un macho cabrio dentro de este de manera que los cuernos son las dos puntas de la estrella. El pentagrama en su estado natural representara a un hombre con los pies y manos abiertos, la cabeza arriba dominando sobre los rganos inferiores es decir la mente gobernando las pasiones. El Concepto de Cuerpo Astral y el mundo astral tal y como se comprende hoy dia es original de Levi, el termino astral para designar a esta fuerza y mundo es muy suyo aunque hay que decir que estos misterios fueron explicados usando una terminologa diferente por Cornelius Agripa y el Corpus Hermeticum per se. Elifas Levi reconoce como fue influenciado por el Libro llamado El Mago de Francis Barret, a su vez esta obra es prcticamente un plagio de la obra de Cornelius Agripa Oculta Filosofa. En su libro Historia de la Magia, Elifas explica como la gente de la India son los descendientes de Can y agrega que estos poseen la cabala de una manera corrupta y critica fuertemente los conceptos de la religin vedica como perniciosos e inmorales.

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Esto

causa

que

Elena Petrovna Blavatsky, la madre del ocultismo

moderno por asi decirlo entre en una batalla filosfica con el a travs de sus libros, .Blavatsky como ya se dijo toma el concepto del esoterismo como verdad universal y tambin hace uso del concepto de la Luz Astral y del Cuerpo Astral, sin embargo la Blavatsky critica la cabala y agrega que los cabalistas modernos perdieron hace mucho la clave para interpretar la Biblia y que la verdadera sabidura esotrica no solo se ensea en secreto en los monasterios de la india si no que es precisamente desde la india que este conocimiento se esparci hacia el resto del mundo pasando de la india a Egipto, de Egipto a Grecia, y de Grecia al resto del mundo. Blavatsky abundara mucho mas que Levi no solo en lo que respecta a la naturaleza de la Luz astral pero tambin revelara la existencia de otros planos y dimensiones que explica con todo lujo de detalles, penosamente Blavatsky echa a un lado a la cabala y a la magia ceremonial por considerarlas muy peligrosas. Eliphas Levi muere el 31 de Mayo de 1875.

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PrlogoEs un honor para mi poder ofrecer hoy la versin electrnica de una obra tanimportante como esta desde el punto de vista histrico. Esta es la obra que rompi el hielo, que acabo con el silencio de muchos siglos de sigilo y que estableci unrenacimiento en el inters por la Magia y la Cabala de los antiguos iniciados. Esta obra fue leda por las grandes mentes de las ciencias ocultas como Madame Blavatsky y Papus, tan solo por mencionar a algunos. Contiene ideas que serian heredadas por los mismos y ampliadas hasta llegar a formar el Dogma de las ciencias ocultas tal y como se ensea hoy da. Este es el primer libro de magia que yo compre, y cuando lo ley me desilusion mucho porque pareca hablar de todo menos de magia, hablaba del Tarot y de la Cabala, de los Iniciados, de las luz astral etc etc, pero En donde estn los rituales de la magia para ganar el amor de esta o aquella muchacha? Compre muchos libros mas, estudie muchas disciplinas hasta que finalmente decid darle una segunda lectura, ya no como un principiante si no como un iniciado que ya haba estudiado y comprendido la teosofa de la Blavatsky, entonces entend, todo estaba claro, incluso aquellos misterios que el maestro tema revelar. Tomo un bolgrafo y comenc a hacer todo tipo de notas en el libro, marque muchos conceptos clave y lo guarde. Hoy ofrezco una versin electrnica de mi copia. He subrayado los textos en la versin electrnica copiando lo que yo ya haba subrayado previamente en el mio, las varias notas que hice al margen de la obra las incluyo como notas al calce. Espero que con este esfuerzo el trabajo de Eliphas Levi sea una lectura mas placentera para los principiantes de lo que fue para mi cuando apenas gateaba en la Luz Astral. Kox Om Pax Luz en Extensin! Frater Alastor:.

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IntroduccinA travs del velo de todas las alegoras hierticas y msticas de los antiguos dogmas, a travs de las tinieblas y de las bizarras pruebas de todas las iniciaciones, bajo el sello de todas las criaturas sagradas, en las ruinas de Nnive o de Tebas, sobre las carcomidas piedras de los antiguos templos y sobre la ennegrecida faz de las esfinges de Asiria o de Egipto, en las monstruosas o maravillosas pinturas que traducen para los creyentes las pginas sagradas de los Vedas, en los extraos emblemas de nuestros antiguos libros de alquimia, en las ceremonias de recepcin practicadas por todas las sociedades secretas, se encuentran las huellas de una misma doctrina yen todas partes, cuidadosamente oculta. La filosofa oculta parece, pues, haber sido la nodriza o la madrina de todas las religiones, la palanca secreta de todas las fuerzas intelectuales, la llave de todas las oscuridades divinas y la reina absoluta de la sociedad, en las edades en que ella estaba exclusivamente reservada a la educacin de los sacerdotes y de los reyes. Haba reinado en Persia con los magos, que un da perecieron, como perecen los dueos del mundo, por haber abusado de su poder; haba dotado a la India de las ms maravillosas tradiciones y de un lujo increble de poesa, de gracia y de terror en sus emblemas; haba civilizado a Grecia mediante los cuidados de la lira de Orfeo; ocultaba los principios de todas las ciencias y de todos los progresos del espritu humano, en los audaces clculos de Pitgoras; la fbula estaba llena de sus milagros, y la historia, cuando trataba de juzgar ese poder desconocido, se confunda con la fbula; derrumbaba o afirmaba los imperios por sus orculos; haca palidecer a los tiranos sobre su trono, y dominaba en todos los espritus por la curiosidad o por el temor. A esta ciencia, deca la muchedumbre, nada le es imposible; manda a los elementos, sabe el lenguaje de los astros y dirige la marcha de las estrellas; la luna, a su vez, cae sangrando desde el cielo; los muertos se levantan de sus tumbas y articulan palabras fatales que el viento de la noche repercute. Duea del amor o del odio, la ciencia puede dar a su antojo, a los corazones humanos el paraso o el infierno; dispone, a su placer, de todas las formas y distribuye como le place, la fealdad ola belleza; cambia, a su vez, con la varilla de circe, a los hombres en brutos y a los animales en hombres; dispone tambin de la vida o de la muerte y puede conferir a su adepto la riqueza, por la transmutacin de los metales y la inmortalidad por su quinta esencia y su elixir, compuesto de oro y de luz. He aqu lo que haba sido la Magia desde Zoroastro hasta Manes, desde Orfeo hasta Apolonio de Tiana,

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cuando

el

cristianismo

positivo, triunfante, al fin de los hermosos sueos y

de las gigantescas aspiraciones, de la escuela de Alejandra, os fulminar pblicamente su filosofa con su anatema, reducindola, por esta causa, a ser ms oculta y ms misteriosa que nunca. De otra parte, circulaban con respecto a los iniciados y a los adeptos, rumores extraos y alarmantes; esos hombres estaban rodeados por todas partes de una influencia fatal; mataban o hacan enloquecer a aquellos que se dejaban arrastrar por su meliflua elocuencia o por el prestigio de su sabidura. Las mujeres a que amaban se convertan en Estriges, sus hijos desaparecan en los conventculos nocturnos, y se hablaba, en voz baja y temblando, de sangrientas orgas y de abominables festines. Se haban encontrado osamentas en los subterrneos de los antiguos templos; se haban escuchado alaridos durante la noche; las cosechas se malograban y los rebaos languidecan, cuando el mago pasaba por delante de aqullas y de stos. Enfermedades, que desafiaban el arte de la medicina, hacan su aparicin en el mundo decan-- bajo las venenosas miradas de los adeptos. En fin, un grito universal de reprobacin se eleva contra la magia, cuyo solo nombre es un crimen, y el odio del vulgo se formula por este decreto: Al fuego los magos!, como se haba dicho algunos siglos antes: Los cristianos a los leones. Las multitudes no conspiran ms que contra los poderes reales; no tienen la ciencia de lo que es verdadero, pero s tienen el instinto de lo que es fuerte. Estaba reservado al siglo XVIII el rerse, la vez, de los cristianos y de la magia, cubriendo de fango de igual modo las homilas de Jean-Jacques que los prestigios de Cagliostro. Sin embargo, en el fondo de la magia hay ciencia, como en el fondo del cristianismo hay amor, y en los smbolos evanglicos vemos al Verbo encarnado, adorado en su infancia por tres magos a quienes gua una estrella (el ternario y el signo del microcosmos) y recibiendo de ellos el oro, el incienso y la mirra; otro temario misterioso bajo cuyo emblema estn contenidos alegricamente los ms elevados secretos de la cbala. El cristianismo no deba odiar a la magia; pero la ignorancia humana siempre tiene miedo de lo desconocido. La ciencia se vio obligada a ocultarse para librarse de las apasionadas agresiones de un amor ciego; se envolvi en nuevos jeroglficos, disimul sus esfuerzos y disfraz sus esperanzas. Entonces fue creada la jerga de la alquimia, continua decepcin para el vulgo, ansioso de oro, pero lengua viva para los verdaderos discpulos de Hermes.

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Y cosa singular! existen en los sagrados libros de los cristianos, obras que la Iglesia infalible no tiene la pretensin de comprender, ni ha tratado nunca de explicar; la profeca de Ezequiel y el Apocalipsis; dos clavculas cabalistas, reservadas sin duda en el cielo para que los comenten los reyes magos; libros terrados y sellados con siete sellos para los fieles creyentes y perfectamente claros para el infiel iniciado en las ocultas ciencias. Otro libro existe an; pero ste, aunque sea hasta cierto punto popular y se le encuentre por todas partes, es ms oculto y el ms desconocido de todos, porque contiene la clave de todos los dems; se le ha dado publicidad, sin ser conocido por el pblico; no se preocupen de pensar en dnde est, porque perderan mil veces el tiempo. Este libro, ms antiguo quiz que el de Enoc, jams ha sido traducido, y est escrito totalmente en caracteres primitivos y en pginas sueltas como las tabletas de los antiguos. Un distinguido sabio ha revelado su existencia, siendo de advertir que lo que le ha llamado la atencin, no ha sido precisamente el secreto, sino la antigedad y su singular conservacin; otro sabio, pero de un espritu ms fantstico que juicioso, se ha pasado treinta aos estudindolo, sin comprender nada ms que su indiscutible importancia. Se trata, en efecto, de una obra monumental y singular, sencilla y fuerte como la arquitectura de las pirmides, y duradera, por consiguiente, como ellas; libro que resume todas las ciencias y cuyas infinitas combinaciones pueden resolver todos los problemas; libro que habla y hace pensar; inspirador y regulador de todas las combinaciones posibles; la obra maestra quiz del espritu humano, y seguramente una de las ms hermosas que nos ha legado la antigedad; clavcula, cuyo nombre no ha sido comprendido y explicado ms que por el sabio iluminado Guillaume Postel; texto nico, cuyos primeros caracteres, tan slo extasiaron el espritu religioso de San Martin, y hubieran dado la razn al sublime e infortunado Swedenborg. Este libro ya hablaremos de l y su explicacin matemtica y rigurosa, ser el complemento y la corona de nuestro concienzudo trabajo La alianza original del cristianismo y de la ciencia de los magos, si queda una vez ms bien demostrada, no ser un descubrimiento de mediana importancia, y no dudamos que el resultado de un estudio serio de la magia y de la cbala, no conduzca a los espritus serios a la conciliacin, considerada hasta el presente como imposible, de la ciencia y del dogma, de la razn y de la fe. Ya hemos dicho que la iglesia, cuyo atributo especial es el depsito de las llaves, no pretende tener las del Apocalipsis o de las visiones de Ezequiel. Para los cristianos y en opinin suya, en clavculas cientficas y mgicas de Salomn se han perdido.

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Es cierto, sin embargo, que en el dominio de la inteligencia, gobernada por EL VERBO, nada de lo que est escrito se pierde, solamente las cosas que los hombres cesan de comprender, no existen ya para ellos, al menos como verbo. Estas cosas penetran, entonces, en el dominio del enigma y del misterio. De otra parte, la antipata y aun la guerra abierta de la Iglesia oficial contra todo lo que entra en el dominio de la magia, que es una especie de sacerdocio personal y emancipado, obedece a causas tan necesarias e inherentes como las del sacerdocio cristiano. La iglesia ignora lo que es la magia porque debe ignorarlo todo o perecer, como lo demostraremos ms tarde. La conoce menos que su misterioso fundador, que fue saludado en su cama por los tres magos, es decir, por los embajadores hierticos de las tres partes del mundo conocido y de los tres mundos analgicos de la filosofa oculta. En la escuela de Alejandra la magia y el cristianismo se dan casi la mano bajo los auspicios de Ammonio Saccas y de Platn. El dogma de Hermes se encuentra casi todo entero en los escritos atribuidos a Dionisio el Areopagita. Sinesio traza el plan de un tratado de los sueos, que deba ser comentado ms tarde por Cardan, y compuesto de himnos que podra servir a la liturgia de la iglesia de Swedenborg, si una Iglesia de iluminados pudiera tener una liturgia. Es tambin en esta poca de abstracciones ardientes y de logomaquias apasionadas cuando se une el reinado filosfico de Juliano, llamado el Apstata, porque en su juventud haba hecho, en contra de su voluntad, profesin de fe en el cristianismo. Todo el mundo sabe que Juliano tuvo la desgracia de ser un hroe de Plutarco, fuera de razn, y fue, si as puede hablarse, el Don Quijote de la Caballera romana; pero lo que todo el mundo no sabe es que Juliano era un iluminado y un iniciado de primer orden; era un individuo que crea en la unidad de Dios y en el dogma universal de la Trinidad; era, en una palabra, un ser que no admita del antiguo mundo ms que sus magnficas smbolos y sus muy graciosas imgenes. Juliano no era pagano, sino un gnstico atiborrado de las alegoras del politesmo griego, y que tena la desgracia de encontrar menos sonoro el nombre de Jesucristo que el de Orfeo. Como emperador pag sus gastos de colegio como filsofo y como retrico, y, despus que se hubo dado a s mismo el placer de expirar como Epaminondas, con las frases de Catn, tuvo de la opinin pblica, ya toda cristiana, anatemas por oracin fnebre y un epteto deshonroso por ltima celebridad. Pasemos por alto las pequeeces del Bajo Imperio y lleguemos ala Edad Media...

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Tomad ese libro, leed en la sptima pgina y sentaos despus sobre el manto que yo voy a extender y con una de cuyas puntas nos taparemos los ojos... Vuestra cabeza da vueltas, no es eso, y os parece as como si la tierra huyera de vuestro pies? Manteneos firmes y no mirdis... El vrtigo cesa; hemos llegado. Levantaos y abrid los ojos; pero guardos de hacer ningn signo y de pronunciar ninguna palabra cristiana. Estamos en un paisaje de Salvador Rosa. Es un desierto que reposa despus de haberse desencadenado en l una tormenta. La luna no resplandece en el cielo. Pero, no veis oscilar las estrellas por entre los matorrales? No escuchis a vuestro alrededor el revoloteo de gigantescos pjaros que, al pasar, parece que murmurarn palabras estraas? Aproximmonos silenciosamente a la. encrucijada. Una ronca y fnebre trompeta se deja oir; una infinidad de antorchas e iluminan por todas partes. Una numerosa asamblea se congrega alrededor de un crculo que est vaco; miran y esperan. De pronto, todos los concurrentes se prosternan y murmuran: Helo ah, helo ah! Es l! Un prncipe con cabeza de macho cabro llega contonendose, sube sobre su trono, se inclina y presenta a la asamblea un rostro humano, al que todo el mundo acude, cirio negro en mano, a ofrecerle un saludo y un sculo; luego se endereza, lanza una carcajada estridente y distribuye a sus fieles oro, instrucciones secretas, medicinas ocultas y venenosas. Durante esta ceremonia las malezas se incendian y arden mezcladas con osamentas humanas y grasas de suplicios. Druidesas coronadas de una planta parecida al perejil y de verbena sacrifican con falces de oro nios sustrados al bautismo y preparan horribles gapes. Las mesas se ponen; los hombres enmascarados se colocan al lado de las mujeres semidesnudas, y comienza la bacanal. Nada falta all, excepto la sal, que es el smbolo de la sabidura y la inmortalidad. Corre el vino a torrentes, dejando manchas semejantes a la sangre; comienza las conversaciones y las caricias obscenas; toda la concurrencia est borracha de vino, de lujuria y de canciones deshonestas. Todo el mundo se levanta en desorden y se forman los corros infernales... Llegan entonces todos los monstruos de la leyenda, todos los fantasmas de las pesadillas; sapos enormes tocan la flauta al revs, y soplan, apretando las ancas con sus patas; escarabajos cojitrancos se mezclan en la danza; cangrejos hacen sonar las castauelas; cocodrilos hacen piruetas con sus escamas; llegan elefantes y mamuts vestidos de Cupido y levantan las patas como si danzaran... Luego los corros se deshacen y se dispersan... se apagan, perdindose el humo entre las sombras... Aqu, ally acull se escuchan gritos, carcajadas, blasfemias y estertores... Vamos, despertaos, y no hagis el signo de la cruz. Yo os he transportado y estis en

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vuestro lecho, os encontris un tanto fatigados, la que todo el mundo habla sin conocerla.

un

poco

si

es,

no

es

magullados, a causa del viaje y de la mala noche; pero habis visto una cosa de Estis iniciados en terribles secretos como del antro de Trofonio. Habis asistido al Sabbat! De desear es que no os volvis locos y que os mantengis en un saludable temor de la justicia y a una distancia respetuosa de la Iglesia y de sus hogueras. Queris ver ahora alguna cosa menos fantstica, ms real, y verdaderamente terrible? Pues os har asistir al splicio de Jacques de Molay y de sus cmplices, o de sus hermanos en martirio... Pero, no os engais y no confundis al culpable con el inocente. Hanadorado realmente los templarios Baphomet, o han dado un humilde abrazo a la faz posterior del macho cabro de Mends? Qu era, pues, esa asociacin secreta y poderosa que ha puesto en peligro a la Iglesia y al Estado y la cual exterminaron sin orla? No juzguis nada a la ligera; son culpables de un gran crimen, han dejado ver a los profanos el santuario de la antigua iniciacin; han recogido para repartirlo entre s, y hacerse los dueos del mundo, los frutos de la ciencia del bien y del mal. El decreto que los condena se remonta ms all que el mismo tribunal del Papa o de Felipe el Hermoso. El da que comas de este fruto, morirs, haba dicho el mismo Dios, segn vemos en el Gnesis. Qu ha ocurrido en el mundo y por qu los sacerdotes y los reyes han temblado? Qu poder secreto amenaza las tierras y las coronas? He ah algunos locos que corren de pas en pas y que ocultan, segn dicen, la piedra filosofal, bajo sus harapos y su miseria. Pueden cambiarla tierra en oro, y sin embargo carecen de pan y de asilo! Su frente est ceida por una aureola de gloria y por un reflejo de ignominia. Eluno ha encontrado la ciencia universal y no sabe cmo morir para escapar a las torturas de su triunfo: es el mallorquino Ramon Liull. El Otro cura con remedios fantsticos las enfermedades imaginarias y ofrece un formal ments al proverbio que comprueba la ineficacia de un cauterio en una pierna de madera; es el maravilloso Paracelso, siempre ebrio y siempre lcido como los hroes de Rabelais. Aqu es Guillaume Postel, que escribe ingenuamente a los Padres de Concilio de Trento que ha encontrado la doctrina absoluta, oculta desde el comienzo del mundo y que ya se le hace tarde en compartirla con los dems. El Concilio no se inquieta del loco y ni aun se digna condenarle, pasando al examen de cuestiones tan graves como la gracia eficaz y la gracia suficiente. Aquel que vemos morir pobre y abandonado es Cornelio

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Agrippa, el menos mago de todos, y a quien el vulgo se obstina en considerarle como el mayor hechicero del mundo, porque era a veces satrico y mistificador. Qu secreto se han llevado todos esos hombres a sus tumbas? Por qu se les admira sin haberlos conocido? Por qu se les conden sin escucharlos? Por qu estn inciados en esas terribles ciencias ocultas de las que la Iglesia y las sociedad tienen miedo? Por qu saben ellos los que los dems hombres ignoran? Por qu disimulan ellos lo que todo el mundo arde en saber? Por qu estn investidos de un poder terrible y desconocido? Las ciencias ocultas! La magia! He aqu dos palabras que os dicen todo y que an pueden hacernos pensar ms. De omnire scibili et quibusdam alus. Qu es, por tanto, la magia? Cul es el poder de esos hombres tan perseguidos y tan fieros? Por qu si eran tan fuertes no han vencido a sus enemigos? Por qu si eran tan insensatos y tan dbiles se les dispensaba el honor de temerles? Existe una magia, existe verdaderamente una ciencia oculta que sea ciertamente un poder y que opere prodigios capaces de competir con los milagros de las religiones autorizadas? A estas preguntas principales responderemos con una palabra y con un libro. El Libro ser la justificacin de la palabra y esta palabra es: s, ha existido y existe todava una magia poderosa y real; s, todo cuanto las leyendas dicen es cierto; aqu, nica y contrariamente a lo que ocurre generalmente, las exageraciones populares no estaban slo de lado sino muy por debajo de la verdad. S, existe un secreto formidable cuya revelacin ya ha trastornado el mundo, como lo atestiguan las tradiciones de Egipto, resumidas simblicamente por Moiss en el comienzo del Gnesis. Este secreto constituye la ciencia fatal del bien y del mal y su resultado, cuando se divulga, es la muerte. Moiss lo representa bajo la figura de un rbol que est en el centro del paraso terrenal, y vecino, y con las races comunes al rbol de la vida; los cuatm ros misteriosos, toman su manantial al pie de este rbol, que est guardado por la espada flameante y parlas cuatro firmas de la esfinge bblica, el querubn de Ezequiel... Aqu debo detenerme y hasta temo haber dicho demasiado. S, existe un dogma nico, universal, imperecedero, fuerte como la razn suprema, sencillo como todo lo que es grande, inteligible como todo lo que es universalmente y absolutamente verdadero, y este dogma ha sido el padre de todos los dems. S, existe una ciencia que confiere al hombre prerrogativas, en apariencia sobrehmanas, helas aqu tales y como yo las he hallado enumeradas en un manuscrito hebreo del siglo XVI.

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He aqu ahora cules son los privilegios y los poderes del que tiene en su mano derecha las clavculas de Salomn, y, en la izquierda, la rama florida del almendro. Aleph. Ve a Dios cara a cara, sin morir, y conversa familiarmente con los siete genios que mandan a toda la milicia celeste. Beth. Est por encima de todas las aflicciones y de todos los temores. Ghimel. Reina en todo el cielo y se hace servir por todo el infierno. Daleth. Dispone de su salud y de su vida y puede disponer de las de los dems. He. No puede ser sorprendido ni por el infortunio, ni agobiado por los desastres, ni vencido por sus enemigos. Vau. Sabe la razn del pasado, del presente y del porvenir. Dzain. Tiene el secreto de la resurreccin de los muertos y la llave de la inmortalidad. Estos son los siete grandes privilegios. He aqu ahora los que vienen despus. Heth. Tener la medicina universal. Teth. Encontrar la piedra filosofal. Jod. Conocer las leyes del movimiento continuo y poder demostrar la cuadratura del crculo. Caph. Cambiar en oro, no solamente todos los metales, sino tambin la misma tierra, y aun las inmundicias de la misma. Lamed. Domar a los animales ms feroces y saber pronunciar palabras que alienten y encanten a las serpientes. Men. Poseer el arte notorio que da la ciencia universal. Nun. Hablar sabiamente sobre todas las cosas sin preparacin y sin estudio. He aqu, por ltimo, los siete menores poderes del mago. Samech. Conocer a primera vista el fondo del alma de los hombres y los misterios del corazn de las mujeres: Ain. Forzar, cuando le plazca, a la naturaleza, y revelarse. Phe. Prever todos los acontecimientos futuros que no dependan de un libre albedro superior, o de una causa inapercibida. Tsade. Prestar en el acto a todo el mundo los consuelos ms eficaces y los consejos ms saludables.

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Koph. Trinfar

sobre las adversidades

Resch. Dominar el amor y el odio. Schin. Tener el secreto de las riquezas; ser siempre el amo y no el esclavo. Saber gozar aun en la pobreza y no caer nunca ni en la abyeccin ni en la miseria. Thau. Agregaremos nosotros a estos tres septenarios que el sabio gobierna a los dementes, aplaca las tempestades, cura las enfermedades con el tacto y resucita los muertos. Estas son las cosas que Salomn sell con su triple sello. Los iniciados saben y basta. Cuanto a los dems, que ran, que crean, que duden, que amenacen o que tengan miedo, qu importa a la ciencia y qu a nosotros? Tales son, efectivamente, los resultados de la filosofa oculta, y estamos en condiciones de no tener una acusacin de locura o una suposicin de charlatanismo al afirmar que todos estos privilegios son reales. Esto es lo que todo nuestro trabajo, acerca de la filosofa oculta tender a demostrar. La piedra filosofal, la medicina universal, la transmutacin de los metales, la cuadratura del crculo y el secreto del movimiento continuo, no son, pues, ni mistificaciones de la ciencia, ni ensueos de la locura; son trminos que es preciso comprender en su verdadero sentido, y que manifiestan todos los diferentes usos de un mismo secreto, los diferentes caracteres de una misma operacin que se define de una manera ms general, llamndola nicamente la gran obra. Existe asimismo en la naturaleza una fuerza mucho ms poderosa, siquiera sea en outra forma que el vapor, y por medio de la cual, un solo hombre que pudiera apoderarse de ella y supiera dirigirla, trastornara y cambiara la faz del mundo. Esta fuerza era conocida por los antiguos, y consiste en agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cuya direccin tiende inmediatamente al gran arcano de la magia transcendental. Por medio de la direccin de ese agente, se puede cambiar el orden de las estaciones; producir en la noche fenmenos inherentes al da; corresponder en um instante de uno a otro confn del mundo; ver, como Apolonio, lo que ocurra al outro extremo de la tierra; dara la palabra un xito y una repercusin universal. Este agente, que apenas se revela ante el tacto de los discpulos de Mesmer, es precisamente lo que los aceptos de la Edad Media llamaba la materia primera de la gran obra. Los gnsticos hacan gneo el cuerpo del Espritu Santo, ya l era a quien adoraban en los sitios secretos del sabbat o del templo, bajo la jeroglfica figura del Baphomet o del macho cabro del

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Andrgino de Mends. Todo esto quedar

demostrado.

Tales

son

los

secretos de la filosofa oculta; tal se nos aparece la magia en la historia, vemosla, ahora, en los libros y en las obras, en las iniciaciones y en los ritos. La clave de todas las alegoras mgicas se encuentra en las hojas que hemos sealado y creemos son obra de Hermes. Alrededor de este libro, que se puede llamar la clave de la bveda de todo el edificio de las ciencias ocultas, vienen a establecerse numerosas leyendas que son o la tradicin parcial o el comentario sin cesar, renovado bajo mil distintas formas. Algunas veces, esas ingeniosas fbulas se agrupan armoniosamente y forman una gran epopeya que caracteriza una poca, sin que la muchedumbre pueda explicar cmo ni por qu. As es como la fabulosa historia del Vellocino de Oro, resume, velndolos, los dogmas hermticos y mgicos de Orfeo, y si nos remontamos alas poesas misteriosas de Grecia, veremos cmo los Santuarios de Egipto y la India nos espantan hasta cierto punto con su lujo y nos dejan absortos ante la acumulacin de sus riquezas; luego llegamos a la tebaida, esa asombrosa sntesis de todo el dogma presente, pasado y futuro, a esa fbula, por decirlo as, infinita, que toca, como el dios Orfeo, alas dos extremidades del ciclo de la vida humana. Cosa extraa. La siete puertas de Tebas defendidas y atacadas por siete jefes que han jurado sobre la sangre de una vctima, tienen el mismo sentido que los siete sellos del libro sagrado explicado por siete genios, y atacado por un monstruo de siete cabezas, despus de haber sido abierto por un cordero vivo e inmolado en el libro alegrico de San Juan! El origen misterioso de Egipto, que se encuentra suspendido como un fruto sagrado sobre un rbol del Cytheron, recuerda los smbolos de Moiss y los relatos del Gnesis. Lucha contra su padre y le mata sin conocerle; espantosa profeca de la emancipacin ciega de la razn sin la ciencia; despus llega enfrente de la esfinge. La esfinge! El smbolo de los smbolos, el enigma eterno para el vulgo, el pedestal del granito de la ciencia de los sabios, el monstruo devorador y silencioso, que manifiesta por su forma invariable el dogma nico del gran misterio universal, Cmo el cuaternario se cambia en binario y se explica por el ternario? En otros trminos mas emblemticos, pero ms vulgares, Cul es el animal que por la maana tiene cuatro patas, dos al medioda y tres por la noche? Filosficamente hablando, cmo el dogma de fuerzas elementales produce el dualismo del Zoroastro y se resume por la triade de Pitgoras y Platn? Cul es la razn final de las alegoras y de los nmeros, la ltima palabra de todos los simbolismos? Edipto responde una simple y terrible palabra que mata la esfinge y va a convertir al adivinador en rey de Tebas; la palabra del enigma es el hombre!...

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Desgraciado!

ha

visto demasiado bastante claro, y muy pronto

expiar su funesta e incompleta clarividencia por una ceguera voluntaria; despus desaparecer en medio de un huracn como todas las civilizaciones que hubiera adivinado un da, sin comprender todo el alcance y todo el misterio, la palabra del enigma de la esfinge. Todo es simblico y transcendental en esa gigantesca epopeya de los destinos humanos. Los dos hermanos enemigos, manifiestan la segunda parte del gran misterio completado divinamente por el sacrificio de Antgona; despus la guerra, la ltima guerra, los hermanos enemigos muertos el uno por el otro; Capaneo, por el rayo que desafiaba; Anfirao devorado por la tierra, son otras tantas alegoras que llenan de asombro, por su verdad y por su grandeza, a los que penetran el triple sentido hiertico. Esquilo, comentado por Balanche, no da ms que una dbil idea, sean por lo dems, las que fueren las majestades primitivas de Esquilo y la belleza del libro de Balanche. El libro secreto de la antigua iniciacin no era ignorado por Homero que traza el plan y las principales figuras sobre el escudo de Aquiles con una precisin minuciosa. Pero las graciosas ficciones de Homero pronto parecen hacer olvidar las sencillas y abstractas verdades de la revelacin primitiva. El hombre se agarra a la forma y olvida la idea; los signos al multiplicarse pierden su poder; la magia tambin se corrompe en esa poca y va a descender con las hechiceras de Tesalia a los ms profanos encantamientos. El crimen de Edipo, ha producido sus frutos de muerte y la ciencia del bien y del mal erige a ste en divinidad sacrlega. Los hombres fatigados de la luz se refugian en la sombra de la sustancia corporal: el sueo del vaco que Dios llena, pronto les parece ms grande que el mismo Dios y se crea el infierno cuando en el curso de esta obra nos sirvamos de palabras consagradas: Dios, el cielo, el infierno, sepase de una vez por todas, que nosotros nos alejamos tanto del sentido atribuido a estas palabras profanas, como la iniciacin esta separada del pensamiento del vulgo. Dios, para nosotros, es el zoe de los sabios, el principio eficiente y final de la gran obra. Ya explicaremos ms adelante lo que estos trminos tengan de oscuro. Volvamos a fbula de Edipo. El crimen del rey de Tebas no es el de haber comprendido a la esfinge, sino el de haber destruido el azote de Tebas sin ser bastante puro para completar la expiacin en el nombre de su pueblo. As, bien pronto la peste se encarga de vengar la muerte de la esfinge, y el rey de Tebas, forzado a abdicar, se sacrifica a las terribles manos del monstruo, que. est ms vivo y ms devorador que nunca, ahora que ha pasado del dominio de la forma al de la idea. Edipo, ha visto lo que es el hombre y sesaca los ojos para no ver lo

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que es Dios. Ha divulgado la mitad del grande arcano mgico,y para salvar a su pueblo, es preciso que se lleve con l al exilio y la tumba la otra mitad del terrible secreto. Despus de la fbul colosal de Edipo, encontramos el gracioso poema de Psique, del que Apuleyo no es ciertamente el inventor. El gran arcano mgico reaparece aqu bajo la figura de la unin misteriosa entre un dios y una dbil mortal abandonada, sola y desnuda sobre una roca. Psique debe ignorar el secreto de su ideal realeza, y si contempla a su esposo le pierde. Apuleyo interpreta y comenta aqu las alegoras de Moiss; pero, los Eloim de Israel y los dioses de Apuleyo, no ha salido igualmente de los santuarios de Memfis, y de Tebas? Psique es la hermana de Eva, ms bien es Eva espiritualizada. Ambas quieren saber y pierden la inocencia para pagar el honor de la prueba. Ambas merecen descender a los infiernos: una para llevarla antigua caja de Pandora, y la otra para buscar en ellos y aplastarla cabeza de la serpiente, que es el smbolo del tiempo y del mal. Ambas cometen el crimen que deben expiar, el Prometeo de los antiguos tiempos y el Lucifer de la leyenda cristiana, el uno entregado, y el otro sometido por Hrcules y por el Salvador. El gran secreto mgico, es pues, la lmpara y el pual de Psique, es la manzana de Eva, es el cetro ardiente de Lucifer, pero es tambin la cruz santa del Redentor. El saber bastante para abusar o divulgarlo, es merecer todos los suplicios; el saber como debe saberse para servirse de l y ocultarle, es ser dueo de lo absoluto. Todo est encerrado en una palabra, y en una palabra de cuatro letras. Es el tetragrama de los hebreos, es el azoe de los alquimistas, es el thot., de los bohemios, es el tarot de los cabalistas. Esa palabra, de tan diversa manera manifestada, quiere decir Dios para los profanos, significa el hombre para los filsofos, y ofrece a los adeptos la ltima palabra de las ciencias humanas y las llave del poder divino; pero slo al que sabe servirse de l y comprende la necesidad de no revelarlo nunca. Si Edipto en lugar de hacer morir a la esfinge la hubiera domado y enganchado a su carro para entrar en Tebas, hubiera sido rey sin incesto, sin calamidades y sin exilio. Si Psique a fuerza de sumisiones y de caricias hubiera alcanzado que el amor se revelara por s mismo; no lo hubiera perdido. El amor es una de las imgenes mitolgicas del gran secreto y del gran agente, porque manifiesta a la vez una accin y una pasin, y un vaco y un lleno, una flecha y una herida.1 Los1

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Refierese probablemente al Tantra o sexo sagrado. La flecha es el organo sexual masculino, la herida la cabidad vaginal, segn las tradiciones orientales el momento cercano al orgasmo genera una gran cantidad de energia chi que puede ser usada de diversas maneras y con propositos magicos.

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iniciados deben comprenderme, y a causa de los profanos no puede decirse demasiado. Despus del maravilloso asno de oro de Apuleyo, no encontramos ms epopeyas mgicas. La ciencia vencida en Alejandra por el fanatismo de los asesinos de Hipatia, se hace cristiana, o ms bien, se oculta bajo los velos cristianos de Ammonio, Sinesio y el annimo autor de los libros de Dionisio el Areopagita. En ese tiempo era preciso hacerse perdonar los milagros por las apariencias de la supersticin y la ciencia por un lenguaje ininteligible. Se. resucit la escritura jeroglfica y se inventaron los pantculos y los caracteres que resuman toda una doctrina en un signo, toda una serie de tendencias y de revelaciones, en una palabra. Cul era el fin de los aspirantes a la ciencia? Buscaban el secreto de la gran obra o de la piedra filosofal, o el movimiento continuo, o la cuadratura del circulo, o la medicina universal, frmulas que los salvaba con frecuencia de la persecucin y del odio hacindolos tildar de locura, frmulas que 1 Refierese probablemente al Tantra o sexo sagrado. La flecha es el organo sexual masculino, la herida la cabidad vaginal, segn las tradiciones orientales el momento cercano al orgasmo genera una gran cantidad de energia chi que puede ser usada de diversas maneras y con propositos magicos. manifestaban cada una de por s, una de las fases del gran secreto mgico como lo demostraremos ms tarde. Esta ausencia de epopeyas dura hasta nuestra novela de la Rosa; pero, el smbolo de la rosa, que manifiesta tambin el sentido misterioso y mgico del poema del Dante, est tomada de la alta Cbala y ya es tiempo de que abordemos este inmenso manantial oculto de la filosofa universal. La Biblia, con todas 1as alegorias que encierra, no manifiesta sino de una manera incompleta, y velada la ciencia religiosa de los hebreos.. El libro que hemos hablado y cuyos caracteres, hierticos explicaremos, el libro que Guillaume Postel denomina El Gnesis de Enoc, exista seguramente antes de Moiss y de los profetas, cuyo dogma, idntico en el fondo al de los antiguos egipcios, tenan tambin su exoterismo y sus velos. Cuando Moiss hablaba el pueblo, dice alegricamente el libro sagrado, colocaba un velo sobre su rostro y se quitaba ese velo para hablar con Dios; tal es la causa de esos pretendidos absurdos de la Biblia, que tanto han ejercitado el verbo satrico de Voltaire. Los libros no estaban escritos ms que para recordar la tradicin, y se escriban en smbolos inintelibles para los profanos. El Pentateuco y las poess de los profetas no eran, adems, ms que libros elementales, sea de dogma, sea de moral, sea de liturgia, la verdadera filosofia secreta y tradicional no fue escrita

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sino ms tarde, bajo velos menos transparentes an. As es como naci una segunda Biblia desconocida, o ms bien incomprendida por los cristianos; un relato dicen de absurdos (y aqu los creyentes confundidos en una misma ignorancia, hablan como los incrdulos); un monumento, digamos nosotros, que reune todo lo que el genio filosfico y el religioso han podido hacer o imaginar de sublime; tesoro rodeado de espinas y diariamente oculto en una piedra bruta y oscura. Nuestros lectores ya habrn adivinado que quiero hablar del Talmud. Extrao destino el de los judos! Los machos cabros emisarios, los mrtires y salvadores del mundo! Familia movediza, valerosa y dura; que las persecuciones han siempre conservado intacta, porque an no ha cumplido su misin! Nuestras tradiciones apostlicas, no dicen que despus de la declinacin de la fe en los gentiles, la salvacin debe venir todava de la casa de Jacob, y entonces el judo crucificado que han adorado los cristianos pondr el imperio del mundo en manos de Dios, su padre? Se siente uno extasiado de admiracin al penetrar en el santuario de la cbala, a Ja vista de un dogma tan lgico, tan sencillo y, al mismo tiempo tan absoluto. La unin necesaria de las ideas y de los signos, la consagracin de las realidades ms fundamentales por los caracteres primitivos, la trinidad de las palabras, las letras y los nmeros; una filosofa sencilla como el alfabeto, profunda e infinita como el verbo; teoremas ms completos y luminosos que los de Pitgoras; una teologa que resume contando por los dedos; un infinito que puede caber en el hueco de la mano de un nio veintids letras, un cuadrado y un circulo; he aqui todos los elementos de la cabala. Son los principios elementales del verbo escrito, reflejo de ese verbo hablando que ha creado el mundo! Todas las religiones verdaderamente dogmticas han salido de la cbala, y a ella retoman; todo lo que hay de cientfico y de grandioso en los sueos religiosos de todos los iluminados, Jacob Boehme, Swedenborg, San Martin, etc., est tomado de la cbala; todas las asociacines masnicas le deben sus secretos y sus smbolos. La cbala consagra por s sola la alianza de la razn universal y del Verbo divino; establece por los contrapesos de dos fuerzas opuestas en apariencia, la balanza eterna del ser, concilia la razn con la fe, el poder con la libertad, la ciencia con el misterio; tiene las llaves del pasado, del presente y del porvenir. Para iniciarse en la cbala, no basta leer y meditar los escritos de Reuchlin, de Galatinus, de Kricher o de Pico de la Mirndola, es preciso tambin estudiar y comprender a los e ritos hebreos de la Coleccin de Pistorius, el Sepher Jezirah, sobre todo, despus de la filosofa de amor de Leon el Hebreo.. Es preciso,

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asimismo, abordar el gran libro de Sohar, leer atentamente en la Coleccin de 1689 titulada Cbala denudata, el tratado de la pneumtica cabalstica y el de la revolucin de las almas; despus, penetrar audazmente en las luminosas tinieblas de todo el cuerpo dogmtico y alegrico del Talmud. Entonces se podr comprender a Guillaume Postel, y confesarse en voz baja que, aparte de sus sueos, asaz prematuros y demasiados generosos de la emancipacin de la mujer, ese clebre y sabio iluminado poda no estar tan loco como pretenden aquellos que ni siquiera le han ledo. Acabamos de bosquejar rpidamente la historia de la filosofa oculta, hemos indicado los manantiales y analizado en pocas palabras los principales libros. Este trabajo no se refiere ms que a la ciencia; pero la Magia, o mejor, el poder mgico, se compone de dos cosas: una ciencia y una fuerza. Sin la fuerza, la ciencia no es nada, o ms bien, es un peligro. No otorgar la ciencia sino a la fuerza, tal es la ley suprema de las iniciaciones. As, el gran revelador, ha dicho: El reino de Dios sufre violencia, y son los violentos los que le hacen perder su fuerza. La puerta de la verdad est cerrada como el santuario de una virgen; es preciso ser un hombre para penetrar en l. Todos los milagros estn prometidos ala fe; pero qu es la fe sino la audacia de una voluntad que no vacila en las tinieblas y que marcha hacia la luz a travs de todas las pruebas y venciendo todos los obstculos? Novamos a repetir aqu la historia de las antiguas iniciaciones; cuanto ms peligrosas y terribles eran, tanto ms eficaces resultaban; tambin tena en mundo entonces hombres capaces de gobernarlo y de instruirlo. El arte sacerdotal y el arte real consistan especialmente en pruebas de valor, de discrecin y de voluntad. Era un noviciado semejante al de esos sacerdotes, tan impopulares de nuestros das, conocidos con el nombre de jesutas, y que gobernaran todava el mundo si tuvieran una cabeza verdaderamente sabia e inteligente. Despus de haber pasado nuestra vida en la investigacin de lo absoluto, en religin, en ciencia y en justicia; despus de haber dado vueltas en el circulo de Fausto, hemos llegado al primer dogma y al primer libro de la humanidad. All nos detuvimos; all hemos encontrado el secreto de la omnipotencia humana y del progreso indefinido, la llave de todos los simbolismos, el primero y el ltimo de todos los dogmas. Y hemos entendido tambin lo que quiere decir esa palabra tan frecuentemente repetida en el Evangelio: el reino de Dios. Dar un punto fijo por apoyo a la actividad humana, es resolver el problema de Arqumedes, realizando el empleo de su famosa palanca. Eso es lo que hicieron esos grandes iniciadores que produjeron sacudidas en el mundo, no

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pudiendo hacerlo sine mediante el grande e incomunicable secreto. Para garanta, por otra parte, de su nueva juventud, el fnix simblico no reaparece nunca a los ojos del mundo sin haber consumido solemnemente los despojos y las pruebas de su vida anterior. As es como Moiss hizo morir en el desierto a todos aquellos que haban podido conocer el Egipto y sus misterios; as es tambin como San Pablo en Efeso quem todos los libros que trataban de ciencia ocultas; es as, finalmente, tambin como la Revolucin francesa, hija del Gran Oriente Johannita y de la ceniza de los Templarios, saquea las iglesias y blasfema de las alegoras del culto divino. Pero todos los dogmas y todos los renacimientos proscriben la magia y regalan los misterios al fuego o al olvido. El que todo culto o toda filosofa que viene al mundo es un Benjamn de la humanidad, que no puede vivir ms que dando la muerte a su madre; es que la serpiente simblica gira siempre devorando su cola; es que hay necesidad, por razn de ser, que en toda plenitud haya un vaco, en toda magnitud un espacio, en toda afirmacin una negacin; es la realizacin eterna de la alegora del fnix. Dos ilustrados sabios me han precedido en la va por donde marcho, pero se han pasado, por decirlo as, la noche en blanco, y por ende, a oscuras. Hablo de Volney y de Dupuis, de ste especialmente, cuya inmensa erudicin no ha podido producir ms que una obra negativa. No ha visto en el origen de todos los cultos ms que astronoma, tomando as el cielo simblico por el dogma, y el calendario de la leyenda. Un solo conocimiento le ha faltado, el de la verdadera magia, que encierra los secretos de la cbala. Despus ha pasado por los antiguos santuarios, como el profeta Ezequiel por la llanura cubierta de osamentas, y no ha entendido ms que la muerte, por no saber la palabra que rene la virtud de los cuatro vientos del cielo, y qu puede hacer un pueblo viviente de todo ese inmenso osario, gritando con los antiguos smbolos: Levantaos! Revestos de una nueva forma y marchad! Lo que nadie, pues, ha podido o no ha osado hacer antes de nosotros, ha dado lugar a que haya llegado un tiempo en que tratemos de hacerlo. Queremos, como Juliano, reedificar el templo, y no creemos producir con esto un ments a una sabidura que adoramos, y que el mismo Juliano se hubiese dignado adorar, silos doctores, rencorosos y fanticos de su tiempo, le hubieran permitido comprenderla. El templo, para nosotros, tiene dos columnas, sobre una de las cuales el cristianismo ha escrito su nombre. No tratamos de atacar al cristianismo, por el contrario, lejos de eso, queremos explicarlo. La inteligencia y la voluntad han, alternativamente, ejercido el poder en el mundo; la religin y la filosofa luchan todava en nuestros das, y deben concluir

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por

ponerse

de

acuerdo.

El cristianismo ha tenido por fin provisorio

establecer, por la obediencia a la fe, una igualdad sobrenatural o religiosa entre los hombres e inmovilizar la inteligencia por la fe, en fin, dar un punto de apoyo a la virtud que destruyera la aristocracia de la ciencia, o ms bien, reemplazar esa aristocracia ya destruida. La filosofa, por el contrario, ha trabajado por hacer volver a los hombres por la libertad y la razn, a la desigualdad natural, y para sustituir, fundando el reino de la industria, el savoir faire, a la virtud. Ninguna de estas dos acciones ha sido completa y suficiente; ninguna ha conducido a los hombres a la perfeccin y a la dicha. Lo que ahora se suea sin osar casi esperarlo, es una alianza entre esas dos fuerzas, largo tiempo consideradas como contrarias, y esa alianza se tiene razn en desearlas, porque las dos grandes potencias del alma no son opuestas entre s, como el sexo del hombre no es opuesto al de la mujer; no hay duda de que son diferentes, pero sus disposiciones, contrarias en apariencia, no proceden ms que de su aptitud para encontrarse y unirse. ,Se trata pues, nada menos que de una solucin universal para todos los problemas? Sin duda, puesto que se trata de explicar la piedra filosofal, el movimiento continuo, la cuadratura del circulo, el secreto de la gran obra y de la medicina universal. Se nos motejar de locura como al divino Paracelso, o de charlatanismo, como el grande e infortunado Cornelio Agrippa. Si la hoguera de Urbano Grandier est apagada, quedan las sordas prescripciones del silencio o de la calumnia. Nosotros no la desafiamos, pero nos resignamos. Nosotros no hemos buscado la publicacin de esta obra, y creemos que ha llegado el tiempo de hablar; se habra producido por s misma, por nosotros o por otro cualquiera. Permaneceremos tranquilos y en espera de lo que venga. Nuestra obra tiene dos partes. En una establecemos el dogma cabalsticos y mgico en todas sus manifestaciones; la otra est consagrada al culto, es decir, a la magia ceremonial. La una es lo que los antiguos sabios llaman la clavcula; la 01ra, la que todava los campesinos llaman el grimorio. El nmero y el objeto de los captulos que se corresponden en ambas partes no tienen nada de arbitrario y se encuentran perfectamente indicados en la gran clavcula universal, de la que damos, por vez primera, una explicacin completa y satisfactoria. Ahora, que esta obra vaya a donde quiera y deba ir, y que resulte lo que quiera la Providencia. Est hecha y la creemos duradera, porque es fuerte como todo lo que es razonable y concienzudo. ELIPHAS LVI

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TABLA DE CAPITULOS Y PLAN DEL LIBRO PRIMERA PARTE El Dogma

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SEGUNDA PARTERitual 1. Disposiciones y principios de la operacin mgica, preparaciones personales deloperador. 2. Empleo alterno de las fuerzas. Oposiciones necesarias en la prctica. Ataque y resistencia simultneas. La paleta y la espada de los Templarios. 3. Empleo del temario en los conjuros y los sacrificios mgicos. El tringulo de las evocaciones y de los pentculos. Las combinaciones tringulares. El tridente mgico de Paracelso. 4. Los elementos ocultos y su uso. Conjuro de cuatro. Modo de dominar y de servirse de los espritus elementales y de los genios malhechores. 5. Uso y consagracin del pentagrama. 6. Aplicacin de la voluntad al Gran agente. El mdium natural y el mediador extra-natural. 7. Ceremonias, vestidos y perfumes propios para los siete das de la semana. Confeccin de los siete talismanes y consagracin de los instrumentos mgicos. 8. Precauciones que deben adoptarse al realizar las grandes obras de la ciencia. 9. Ceremonias de las iniciaciones. Su finalidad y su espritu. 10. Uso de los pantculos. Los misterios antiguos y modernos. -Clave de las oscuridades bblicas. Ezequiel y San Juan. 11 Tres modos de formar la cadena mgica. 12 Procedimientos y secretos de la Gran obra. Ramon Lluil y Nicholas Flamel. 13. Ceremonial para la resurreccin de los muertos y la nicromancia. 14. Medios para cambiar la naturaleza de las cosas. El cordero de Cyges. Palabras que operan las transmutaciones. 15. Ritos de Sabbat y de las evocaciones particulares. El macho cabro de Mndez y su culto. Aberraciones de Catalina de Mdicis y de Gifles de Laval, seor de Raiz. 16. Ceremonia de los hechizos y de los maleficios. Modo de defenderse. 17. Adivinacin por las estrellas. Planisferio de Gaffarel. -Cmo puede leerse en el cielo el destino de los hombres y de los Imperios.

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18. Composicin de filtros. Modo de influenciar los destinos. Remedios y preservativos. 19. Uso de la piedra filosofal. -Cmo debe conservarse, disolverla en partes y recomponerla inmediatamente. 20. Taumaturgia. Teraputica. Insuflaciones fras y calientes. Pases cony sin contacto. Imposicin de las manos. Diversas virtudes de la saliva. El aceite y el vino. La incubacin y el mensaje. 21. Ceremonial de las operaciones adivinatorias. La clavcula deTrithemo. El porvenir probable de Europa y del mundo. 22. Cmo toda esta ciencia est contenida en el libro de Hermes. Antigedad de este libro. Trabajos de Court de Gebelin y de Etteilla. Los theraphines de los hebreos, segn Gaffarel. La clave de Guillaume Postel. Un libro de San Martin. La verdadera figura del Arca de la Alianza. Tarots italianos y alemanes. Tarots chinos. 22 Una medalla del siglo XVI. Clave universal del tarot. Su aplicacin a las figuras de la Apocalipsis. Los siete sellos de la cbala cristiana. Conclusin de toda la obra.

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Fig.2 El esoterismo sacerdotal formulando la reprobacin

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1 A EL RECIPIENDARIO Disciplina - Ensoph KeterCuando un filsofo ha tomado como base de una nueva revelacin de la sabidura humana este razonamiento; Yo pienso, luego existo, ha cambiado en cierto modo, y a especho suyo, segn la revelacin cristiana, la nocin antigua del Ser Supremo. Moiss hace decir al Ser de los seres: Yo soy el que soy. Descartes hace decir al hombre: Yo soy el que piensa, y como pensar es hablar interiormente, el hombre de Descartes puede decir como el Dios de San Juan el Evangelista: Yo soy aquel en quien est y por quien se manifiesta el Verbo, in principio erat verbum. Qu es lo que es un principio? Es una base de la palabra, es una razn de ser del verbo. La esencia del verbo est en el principio; el principio es lo que es; la inteligencia es un principio que habla. Qu cosa es la luz intelectual? Es la palabra. Qu cosa es la revelacin? Es la palabra; el ser es el principio, la palabra el medio, y la plenitud o el desenvolvimiento y la perfeccin de ser, es el fin; hablar es crear. Pero decir: Yo pienso, luego existo, es deducir de la consecuencia el principio, y recientes contradicciones elaboradas por un gran escritor, por Lamennais, han demostrado suficientemente la imperfeccin filosfica de este mtodo. Yo soy, luego existe alguna cosa, nos parece ser una base ms primitiva y ms sencilla de la filosofa experimental. Yo soy, luego el ser existe Ego sum qui sum: he aqu la revelacin primera de Dios en el hombre y del hombre en el mundo, y es tambin el primer axioma de la filosofa oculta

El ser es el ser Esta filosofa tiene, pues, por principio lo que es, y no tiene nada de hipottico ni de aventurado. Mercurio Trismegisto comienza su admirable smbolo, conocido bajo el nombre de tabla de esmeralda, por esta triple afirmacin: Es verdad, es cierto sin error, es del todo verdad. As, lo verdadero confirmado por la experiencia en

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fsica, la certidumbre desprendida de toda aleacin de error en filosofa, la verdad absoluta indicada por la analoga en el dominio de la religin o de lo infinito, tales son las primeras necesidades de las verdadera ciencia, y es lo que la magia sola puede acordar a sus adeptos. Pero, ante todas las cosas, quin eres t que tienes este libro entre tus manos y que te propones leerlo?... Sobre el frontis de un templo que la antigedad haba dedicado al Dios de la luz, se lea esta inscripcin de dos palabras: concete. Este mismo consejo es el que yo debo ofrecer a todo hombre que quiera aproximarse a la ciencia. La magia, a laque los antiguos llamaban Sanctum regnum, el santo reino, o el reino de Dios, Regnum Dei, no se ha hecho ms que para los reyes y para los sacerdotes. Sois sacerdote? Sois rey? El sacerdocio de la magia no es vulgar, y sus reinado no tiene nada que debatir en los principios de este mundo. Los reyes de la ciencia son los sacerdotes de la verdad, y su reino est oculto para la muchedumbre, como su sacrificios y sus plegarias. Los reyes de la ciencia son los hombres que conocen la verdad ya quienes la verdad ha libertado segn la formal promesa del ms poderoso de los iniciados. El hombre que es esclavo de sus pasiones o de prejuicios de este mundo, no puede ser iniciado y no podr serlo tampoco mientras no se reforme; no podr ser, pues, un adepto, porque la palabra adepto significa aquel que ha llegado por su voluntad y por sus obras. El hombre que ama sus ideas y que tiene miedo de desprenderse de ellas; aquel que teme las nuevas verdades y est dispuesto a dudar de todo antes que admitir alguna cosa al azar, se debe cerrar este libro, puesto que resultara peligroso o intil para l; lo comprender mal y se encontrar perturbado, pero lo estara mucho ms si por ventura llegara a comprenderlo bien. Si amis ms al mundo que a la razn, a la verdad ya la justicia; si vuestra voluntad es incierta y vacilante, sea n el bien sea en el mal; si la lgica os espanta, si la verdad desnuda os hace enrojecer; si se os hiere al tocar los errores en que habis sido criados, condenad inmediatamente el libro y haced, al no leerlo, como si no existiera para vosotros; pero no le motejis de peligroso; los secretos que revela sern comprendidos slo por un pequeo nmero de hombres, y aquellos que los comprendan no los revelarn ciertamente. Mostrarla luz alas aves nocturnas es ocultrsela, puesto que las ciega y se convierte para ellas en algo ms oscuro que las tinieblas. Hablar, pues, claramente; lo dir todo y tengo la firme confianza de que slo los iniciados, o los que sean dignos de

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serlo, lo leern y comprendern algo. Hay una verdadera y una falsa ciencia, una magia divina y una magia infernal, es decir, embustera y tenebrosa; vamos a revelar la una ya desvelar la otra; vamos a distinguir al mago del hechicero, y al adepto del charlatn. El mago dispone de una fuerza que conoce; el hechicero se esfuerza por abusar de lo que ignora. El diablo, si est permitido emplearen un libro de ciencia esta palabra despreciable y vulgar, se entrega al mago y el hechicero se entrega al diablo. El mago es el soberano pontfice de la naturaleza, el hechicero no es otra cosa que el profanador de la misma. El hechicero es al mago lo que el supersticioso y el fantico al hombre verdaderamente religioso. Antes de ir ms lejos, definamos claramente lo que es la Magia. La Magia es la ciencia tradicional de los secretos de la naturaleza, que nos viene de los magos. Por medio de esta ciencia, el adepto se encuentra investido de una omnipotencia relativa, y puede operar sobrehumanamente, es decir, de una manera que no est al alcance de los dems hombres. As es como muchos adeptos clebres, tales como Mercurio, Trismegisto, Osiris, Orfeo, Apolonio de Tiana y otros, que podran ser inconveniente o peligroso nombrar, han podido ser adorados o invocados despus de su muerte como dioses. Tambin es as como algunos otros han llegado a ser proslitos del infierno o aventureros sospechosos como el emperador Juliano, Apuleyo, el encantador Merln y el arqui-hechicero, como se le llamaba en su poca, al ilustre y desgraciado Cornelio Agrippa. Volviendo al Sanctun regnun, es decir, a la ciencia y al poder de los magos, diremos que se les son indispensables cuatro cosas: una inteligencia esclarecida por el estudio, una audacia sin limites, una voluntad inquebrantables y una discrecin que no pueda corromperse o enervarse por nada. Saber, Osar, Querer y Callar. He ah los cuatro verbos del mago, que estan escritos en las cuatro formas simblicas de la esfinge. Estos cuatro verbos pueden combinarse juntos de cuatro maneras, y se explican cuatro veces los unos por los otros. 2 En la primera pgina del libro de Hermes, el adepto est representado cubierto con un basto sombrero que, al bajarse, puede cubrirle toda la cabeza. Tiene una mano elevada hacia el cielo, al cual parece mandar con su varilla, y la2

Vase el juego de cartas llamado TAROT.

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otra mano sobre el pecho; presenta ante

s

los

principales

smbolos

o

instrumentos de la ciencia, y oculta otros en un cubilete de escamoteador. Su cuerpo y sus brazos forman la letra Aleph, la primera del alfabeto que los hebreos tomaron de los egipcios; pero ya volveremos luego a ocuparnos de este smbolo. El mago es verdaderamente lo que los cabalistas hebreos llaman el microprosopo, es decir, el creador del mundo pequeo. Estribando la primera ciencia mgicas en el conocimiento de s mismo; sta es tambin la primera de todas las obras de la ciencia, la que encierra todas las dems y la que es el principio de la gran obra, esto es, la creacin de s mismo; esta palabra tiene necesidad de mayores explicaciones. Siendo larazn suprema el nico principio invariable, y, por consiguiente, imperecedero, puesto que el cambio es lo que nosotros llamamos la muerte, la inteligencia que se adhiere fuertemente y se identifica de algn modo a este principio, se hace, por lo mismo, invariable, y, por consiguiente, inmortal. Se comprende que, para adherirse invariablemente ala razn, es preciso haberse independizado de todas las fuerzas que producen, por el movimiento fatal y necesario las alternativas de la vida y de la muerte. Saber sufrir, abstenerse y morir, tales son, pues, los primeros secretos que nos colocan por encima del dolor, de las angustias sensuales y del miedo a lanada. El hombre que busca y encuentra una muerte gloriosa, tiene fe en la inmortalidad y toda la humanidad cree en l, con l y por l, porque sta le eleva altares o estatuas, como signo de vida inmortal. El hombre no se hace rey de los animales ms que domndolos o domesticndolos, pues de otro modo sera su vctima o su esclavo. Los animales son, pues, la figura de nuestras pasiones; estas son las fuerzas instintivas de la naturaleza. El mundo es un campo de batalla en donde la libertad dispuesta con la fuerza de la inercia oponindola la fuerza activa. Las leyes fsicas son las muelas de las que t sers el grano, si no sabes ser el molinero. Ests llamado a ser el rey del aire, del agua, de la tierra y del fuego, pero, para reinar sobre esos cuatro animales del simbolismo, es preciso vencerlos y encadenarlos. Aquel que aspira a ser un sabio ya conocer el gran enigma de la naturaleza, debe de ser el heredero y el espoliador de la esfinge; debe de tener la cabeza humana para poseer la palabra, las alas del guila para conquistar las alturas, las nalgas del toro para labrar las profundidades, y las garras del len para abrirse camino a derecha y a izquierda, adelante y atrs.

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T que quieres ser iniciado, eres un sabio como Fausto? Eres impasible como Job? No. No lo eres? Pues puedes serlo si quieres, Has vencido a los vagos torbellinos de ideas vagas y confusas? Eres hombre sin indecisin y sin caprichos? No aceptas el placer ms que cuando quieres y no quieres sino cuando debes? No eres siempre as? Pues todo, todo eso puedes ser si t lo quieres. La esfinge, no solamente tiene una cabeza humana, tiene tambin senos de mujer. Sabes t resistir a los atractivos de la mujer? No? Y a que res al responder y te jactas de tu debilidad moral para glorificar, para ensalzar en ti, al propio tiempo, la fuerza vital y material. Sea; yo te permito rendir pleito homenaje al asno de Sterne o de Apuleyo. Que el asno tiene su mrito, convengo en ello, por algo estaba consagrado a Priapo, como el macho cabro al dios de Mends. Pero dejmosle tal cual es y sepamos nicamente si es tu maestro o t puedes ser el suyo. El solo puede verdaderamente poseer la voluptuosidad del amor que ha vencido al amor de la voluptuosidad. Poder usar y abstenerse, es poder dos veces. La mujer te encadena por tus deseos; se dueo de tus deseos y tu encadenars a la mujer. La mayor injuria que se puede hacer a un hombre es llamarle cobarde. Ahora bien, qu es ser un cobarde? Un cobarde es el que no tiene cuidado de su dignidad moral a causa de obedecer ciegamente a los instintos de la naturaleza. En efecto; en presencia del peligro es natural tener miedo y tratar de huir; por qu es esto una vergenza? Porque el honor nos dicta una ley segn la cual preferimos nuestro deber a nuestras atracciones o a nuestros temores. Qu es, desde ese punto de vista, el honor? Es el presentimiento. universal de la inmortalidad y la estimacin de los medios que a ella pueden conducirnos. La ltima victoria que el hombre puede alcanzar sobre in muerte es la de triunfar del gusto de la vida, no por desesperacin, sino por una ms elevada esperanza, que est encerrada en la fe, por todo lo que es bello y honesto, debido al consentimiento de todo el mundo. Aprender a vencerse, es aprender a vivir; las austeridades del estoicismo no eran sino una yana ostentacin de libertad. Ceder a las fuerzas de la naturaleza, es seguir la corriente de la vida colectiva, es ser esclavo de causas secundarias.

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Resistir a la naturaleza y dominarla, es hacerse una vida personal, imperecedera; el franquear las vicisitudes de la vida y de in muerte. Todo hombre que se halla dispuesto a morir antes de abjurar de la verdad y de la justicia, est verdaderamente vivo, porque es inmortal en su alma. Todas las iniciaciones antiguas tenan por objeto encontrar o formar hombres de temple semejante. Pitgoras ejercitaba a sus discpulos en el silencio yen las abstinencias de todo gnero; en Egipto se probaba a los recipiendarios por los cuatro elementos; en la India, es sabio a qu prodigiosas austeridades se condenaban los faquires y los brahmanes para llegar al reinado de la libre voluntad y de la independencia divina. Todas las maceraciones del ascetismo estn tomadas de las iniciaciones en los antiguos misterios, y no han cesado, porque los iniciables, no encontrando ya iniciadores y habindose convertido los directores de las conciencias en seres ignorantes como el vulgo, los ciegos se han dejado guiar por los ciegos, y nadie ha querido sufrir ni sujetarse a pruebas que no conducan ms que a la duda ya la desesperacin; el camino de in verdadera luz se haba perdido. Para hacer alguna cosa es preciso saber lo que se quiere hacer, o por lo menos, tener fe en alguien que lo sepa. Pero, cmo arriesgar mi vida a la aventura y seguir al azar, a aquel que ni l mismo sabe adnde va? En la va de las altas ciencias no hay que comprometerse temerariamente, sino, una vez en marcha, es preciso llegar o perecer. Dudar es volverse loco; detenerse es caer, retroceder, es precipitarse en un abismo. T, pues, que has comenzado la lectura de este libro, silo comprendes y quieres leerlo hasta el fin, har de ti un monarca o un insensato. En cuanto a ti, haz del volumen lo que quieras, no podrs ni despreciarlo, ni olvidarlo. Si eres puro, este libro ser para ti una luz; si eres fuerte, ser tu arma; si eres santo, ser tu religin; si eres sabio, regular tu sabidura. Pero si eres pecador, si eres malvado, este libro ser para ti como una antorcha infernal; destrozar tu pecho como si fuera un pual, quedar en tu memoria como un remordimiento, te llenar la imaginacin de quimeras y te conducir, por las vas del vesanismo, a la desesperacin. Querrs reir y no alcanzars ms que a rechinar los dientes porque este libro ser para ti como la lima de la fbula, lima que una serpiente trataba de roer, siendo aqulla la que ray todos los dientes a la serpiente. Comencemos ahora la serie de las iniciaciones.

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Ya he dicho que la revelacin es el verbo. El verbo, en efecto, o in palabra, es el velo del ser y el signo caracterstico de la vida. Toda forma es el velo de mi verbo, porque la idea madre del verbo es la nica razn de ser de las formas. Toda figura es un carcter; todo carcter pertenece y retorna a un verbo. Por esta razn, los antiguos sabios, de los que Trismegisto es el rgano, formularon su nico dogma en estos trminos: Lo que esta arriba es como lo que esta abajo y lo que esta abajo es como lo que esta arriba. - En otros trminos: in forma guarda proporcin con la idea; la sombra es la medida del cuerpo calculada en su relacin con el rayo luminoso. La vaina es tan profunda como el largo de la espada; la negacin es proporcional a in afirmacin contraria la produccin es igual a la destruccin en el movimiento que conserva la vida, y no hay un solo punto en el espacio infinito que no sea el centro del circulo, cuya circunferencia se agrada y retrocede indefinidamente en el espacio. Toda individualidad es, por tanto, indefinidamente imperceptible, puesto que el orden moral guarda analoga con el orden fsico, y porque no se podran concebir un punto que no pueda dilatarse, agrandarse y lanzar rayos en un circulo filosficamente infinito. Lo que puede decirse del alma entera, se puede decir tambin de cada una de las facultades del alma. La inteligencia y la voluntad del hombre son instrumentos de un alcance y de una fuerza incalculables. Pero la inteligencia y la voluntad tienen como auxiliares y como instrumento una facultad muy poco conocida y cuyo poderio pertenece exclucivamenteal dominio de la magia; me refiero a la imaginacin, la cual los cabalistas llamaban lo diafano o traslucido. La imaginacin, en efecto, es algo as como los ojos del alma, siendo en ella en donde se dibujan y se conservan las formas; es por ella tambin por donde vemos los reflejos del mundo invisible, y asimismo, en fin, es el espejo de las visiones y el aparato de la vida mgica. Por medio de ella curamos las enfermedades, influenciamos las estaciones, apartamos los muertos de los vivos, y hasta resucitamos los muertos, porque es ella la que exalta la voluntad y la que la adquiere del agente universal. La imaginacin determina la forma del hijo en el seno de la madre y fija el destino de los hombres, da alas al contagio y dirige a los combatientes en el campo de la batalla.

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Estis

en

peligro

de

un combate? Pues consideraos invulnerables

como Aquiles y lo seris, dice Paracelso. El miedo atrae las balas en la guerra, en tanto que el valor las hace desviar o retroceder. Ya se sabe que los amputados se quejan, con frecuencia, de los miembros que ya no poseen. Paracelso operaba sobre sangre viviente, medicamentado el resultado de una sangra. Curaba los dolores de cabeza a distancia, operando- sobre cabellos cortados. Se haba anticipado en mucho para la ciencia, acerca de la unidad imaginaria y la solidaridad del todo o de las partes, teoras todas, o ms bien conjunto de todas las experiencias de nuestros ms clebres magnetizadores. Por esto sus curaciones eran maravillosas, milagrosas, y mereci que se agregara a su nombre de Felipe Teofrasto Bombast, el de Aureola Paracelso, agregndole, todava el epteto de divino. La imaginacin es el instrumento de la adaptacin del verbo. La imaginacin, aplicada a la razn, es el genio. La razn es una, como el genio es uno en Ia multiplicidad de sus creaciones. Hay un principio, hay una verdad, hay una razn y hay una filosofa absoluta o universal. Lo que est en la unidad, considerada como principio, retorna a la unidad considerada como fin. Uno esta en uno, es decir, todo esta en todo. La unidad es el principio de los nmeros y es tambin el principio del movimiento, y por consiguiente, de la vida. Todo el cuerpo humano se resume en la unidad de un solo rgano, que es el cerebro. Todas las religiones se resumen en la unidad de un solo dogma, que es la afirmacin del ser y de su igualdad a s mismo, que constituye su valor matemtico. No hay ms que un dogma en magia, y helo aqu: lo visible es la manifestacin de lo invisible, o en otros trminos: el verbo perfecto est en las cosas apreciables y visibles, en proporcin exacta con las cosas inapreciables para nuestros sentidos e invisibles para nuestros ojos. El mago eleva una mano hacia el cielo y baja la otra hacia la tierra, y dice: La alta inmensidad y la baja inmensidad todava! La inmensidad igual a la inmensidad! Estos es verdad en las cosas visibles, tanto como tambin lo es en las invisibles.

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La primera letra del alfabeto de la lengua sagrada. Alep, ,representa un hombre que eleva una mano hacia el cielo y baja la otra hacia la tierra. Esta es la expresin del principio activo de toda cosa; es la creacin en el celo, correspondiente a la omnipotencia del verbo aqu abajo. Esta letra es, poi s sola, un pan~culo, es decir, un carcter que manifiesta la ciencia universal. La letra _ puede suplir a los signos sagrados del macroscomo y del microcosmo; explica el doble tringulo masnico y la brillante estrella de cinco puntas, porque el verbo es unoy la revelacin una sola. Dios, dando al hombre la razn, le ha dado la palabra, y la revelacin, mltiples en formas, pero una en su principio, est completa en el verbo universal, interprete de la razn absoluta. Esto es lo que quiere decir la palabra tan mal comprendida catolicismo, que en lenguaje hiertico moderno significa infalibilidad. Lo universal en razn es lo absoluto, y lo absoluto es infalible. Si la razn absoluta conduce a toda la sociedad a creer irresistiblemente en la palabra de un nio, este nio ser infalible, ante Dios y ante toda la humanidad. La fe no es otra cosa que la confianza razonable en esta unidad de la razn y en esta universalidad del verbo. Creer es aquiescer a lo que an no se sabe, pero de lo que la razn nos da anticipadamente seguridades que sabremos, o por lo menos, conoceremos algn da. Absurdos son, pues, los pretendidos filsofos que dicen: Yo no creer en lo que yo no sepa. Pobre infelices! Si lo supierais, qu necesidad tendrais de creer? creencia es aventurada, es la supersticin y la locura. Es preciso creer en las causas cuya existencia nos obliga a admitir la razn mediante el testimonio de efectos conocidos y apreciados por la ciencia. La ciencia! Gran palabra y gran problema! Qu es la ciencia? Responderemos a esta pregunta en el segundo captulo de este libro.

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2 B LAS COLUMNAS DEL TEMPLO Chocmah - Domus - GnosisLa ciencia es la posesin absoluta y completa de la verdad. As, pues, los sabios de todos los tiempos han temblado ante esta palabra absoluta y terrible; todos han temido abrogarse el primer privilegio de la divinidad, al atribuirse la ciencia, por lo cual se han contentado, en lugar del verbo saber, con el que expresa conocimientos, y en lugar de la palabra ciencia, adoptaron la de gnosis, que solamente quiere indicar la idea de conocimiento por intuicin. Qu sabe el hombre, en efecto? Nada, y sin embargo, no le es permitido ignorar nada. No sabe nada, y est llamado a conocerlo todo. Ahora bien, el conocimiento supone el binario. El binario es el generador de la sociedad y de la ley; es tambin el nmero de la gnosis. El binario es la unidad, multiplicandose a si misma para crear, y es por esto por lo que los smbolos sagrados hacen salir a Eva del mismo pecho de Adam. Adam es el tetrgrama humano que se resume en el jod misterioso imagen del falso cabalsticos. Agregad a ese jod el nombre ternario de Eva y formaris el nombre de Jehov, el tetragrama divino, que es la palabra cabalstica y mgica por excelencia:

que el gran sacerdote en el templo pronunciaba Jodcheva. As es como la unidad completa en la fecundidad del temario forma, con l, el cuaternario, que es la clave de todos los nmeros, de todos los movimientos y de todas las formas. El cuadrado girando sobre s mismo, produce el circulo, y es a la cuadratura del crculo lo que el movimiento circular de cuatro ngulos iguales girando alrededor de un mismo punto. Lo que est arriba dice Hermes iguala a lo que est abajo; he aqu el binario sirviendo de medida la unidad, y la relacin de igualdad entre lo de arriba y lo de abajo es lo que forma el temario. El principio creador es el falo ideal, y el principio creado el cteis formal. La insercin del falo vertical en el cteis horizontal forma el stauros de los gnsticos, o la cruz filosfica de los masones. As, el cruzamiento de dos produce

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cuatro, que moviendose, determina el circulo con todos sus grados. Aleph es el hombre; Beth es la mujer, I, es el principio; 2, es el verbo; A, es el activo; B, es el pasivo; la unidad es Bohas y el binario Jakin . En los tetragramas de Fohi, la unidad es el yang; el binario es el yin.

Bohas y Jakin son los nombres de dos columnas simblicas que estaban delante de la puerta principal del templo cabalstico de Salomn. Estas dos columnas explican en cbala todos los misterios del antagonismo, sea natural, sea poltico, sea religioso, como asimismo la lucha entre el hombre y la mujer, porque, segn la ley de la naturaleza la mujer debe resistir al hombre y ste debe encantarla o someterla. El principio activo busca al principio pasivo; la plenitud est enamorada del vaco. Las fauces de la serpiente atraen su cola y, al girar sobre s misma, se huye y se persigue. La mujeres la creacin del hombre y la creacin universal es la mujer del primer principio. Cuando el ser principio se ha hecho creador, ha erigido un jod o un falo, y para abrirle camino en la plenitud de la luz increada, ha debido cavar un cteis o una fosa de sombra igual a la dimensin determinada por su deseo creador y atribuida por l al jod ideal de la luz radiante. Tal es el lenguaje misterioso de los cabalistas en el Talmud, y a causa de las ignorancias y maldades de vulgo, no es imposible explicarle o simplificare algo ms. Qu es, por consiguiente la creacin? Es la casa del Verbo creador. Qu es el cteis? Es la casa del falso. Cul es la naturaleza del principio activo? La de expandirse. Cul la del principio pasivo? La de reunirse y fecundar. Qu es el hombre? El iniciador, el que rompe, trabaja y siembra. Qu es la mujer? La formadora, laque rene, riega y cosecha. El hombre hace la guerra y la mujer procura la paz; el hombre destruye para crear; la mujer edifica para conservar; el hombre es la revolucin; la mujer es la conciliacin; el hombre es el padre de Can; la mujer es la madre de Abel.

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Qu es la sabidura? Es la conciliacin y la unin de dos principios; es la dulzura de Abel dirigiendo la energa de Can; es el hombre siguiendo las dulces inspiraciones de la mujer; es el vicio vencido por el legtimo matrimonio; es la energa revolucionaria dulcificada y domada por las suavidades del orden y de la paz; es el orgullo sometido al amor, es la ciencia reconociendo las inspiraciones de la fe. Cuando la ciencia humana se hace prudente por su modestia, y se somete a la infalibilidad de la razn universal, enseada por el amor o por la caridad universal, puede tomar entonces el nombre de Gnosis, porque conoce, por lo menos, lo que an no puede vanagloriarse de saber perfectamente. La unidad no puede manifestarse ms que por el binario; la unidad por s sola la idea de la unidad son ya dos. La unidad del macrocosmo se revela por los dos vrtices opuestos de los dos tringulos.

Fig.3 El Tringulo de Salomn

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La

unidad

humana

es completa por la derecha y por la izquierda.

El hombre primitivo es andrgino. Todos los rganos del cuerpo humano estn dispuesto por pares, excepto la nariz, la lengua, el ombligo y el jod cabalstico. La divinidad, es una en su esencia, tiene dos condiciones esenciales, como bases fundamentales de su ser; la necesidad y la libertad. Las leyes de la razn suprema necesitan de Dios y regulan la libertad, que es necesariamente razonable y sabia. Para hacer visible la luz, es por lo que nicamente Dios ha impuesto la sombra. Para manifestar la verdad, ha hecho posible la duda. La sombra es la tenaza de la luz, y la posibilidad de error es necesaria para la manifestacin temporal de la verdad. S el broquel de Satans no detuviera la lanza de Miguel, el poder del ngel se perdera en el vaco, o debera manifestarse por una destruccin infinita, dirigida de arriba a abajo. Y si el pie de Miguel no detuviera en su ascensin a Satans, Satans ira a destronar a Dios, o ms bien se perdera l mismo en los abismos de la altura. Satans es, por tanto, necesario a Miguel, como el pedestal a la estatua, y Miguel es preciso a Satans como el freno a la locomotora. En dinmica analgica y universal no se apoya uno ms que en lo que resist. As el universo est contrabalanceado por dos fuerzas que le mantienen en equilibrio; la fuerza que atrae y la fuerza que repele. Estas dos fuerzas existen en fsica, en filosofa yen religin. Ambas producen: en fsica, el equilibrio; en filosofa, la crtica; en religin, la revelacin progresiva. Los antiguos han representado este misterio por la lucha de Eros y de Anteros; por el combate de Jacob con el ngel; por el equilibrio de la montaa de oro, que est sujeta, con la serpiente simblica de la India; los dioses de um lado y del otro lado los demonios. Se encuentra tambin figurado por el caduceo de Hermanubis, por los dos querubines del Arca, por las dos esfinges del carro de Osiris, por los dos Serapis, el blanco y el negro. Su realidad cientfica est demostrada por los fenmenos de la polaridad y por la ley universal de las simpatas y de las antipatas. Los discpulos de Zoroastro, que eran inteligentes, dividieron el binario sin referirse a la unidad , separando as las columnas del templo y queriendo descuartizar a Dios. El binario en dios no existe mas que por el ternario. Si

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concebs lo absoluto como dos, es preciso concebirle inmediatamente como tres para encontrar el principio unitario. Por esta razn, los elementos materiales anlogos a los elementos divinos, se conciben como cuatro, se explican como dos y no existen. Finalmente mas que como tres. La revelacin es el binario; todo verbo es doble y supone, por consiguiente, dos. La moral que resulta de la revelacin, est fundada en el antagonismo, que es la consecuencia del binario. El espritu y la forma se atraen y se repelen como la idea y el signo, como la verdad y la ficcin. La razn suprema necesita el dogma al comunicarse con las inteligencias finitas, y el dogma, al pasar del dominio de las ideas al de las formas, se hace partcipe de ambos mundos y tiene, necesariamente, dos sentidos que hablan sucesivamente, o a la vez, sea al espritu, sea a la carne. As, pues, en el dominio moral hay dos fuerzas; una que espera y otra que reprime o expa. Estas dos fuerzas estn figuradas en los mitos del Gnesis por los personajes tpicos de Can y Abel. Abel oprime a Can por su superioridad moral; Can, para librarse de esa opresin inmortaliza a su hermano dndole muerte, y se convierte en vctima de su propia accin. Can ha podido dejar que Abel viviera, y la sangre de Abel no deja dormir a Can. En el Evangelio, el tipo Can est reemplazado por el del hijo prdigo, a quien su padre perdona, porque vuelve al hogar despus de haber sufrido mucho. En Dios hay misericordia y justicia; hice justicia a los justos y emplea Ja misericordia con los pecadores. En el alma del mundo, que es el agente universal, hay corriente de amor y corriente de clera. Ese fluido ambiente que penetra en todas las cosas; ese rayo desprendido del nimbo del sol y fijado por el peso de la atmsfera y por la fuerza de atraccin central, ese cuerpo de espritu santo que nosotros llamamos el agente universal, y que los antiguos representaron bajo la forma de una serpiente que se muerde la cola, ese ter elctricomagntico, ese calrico vital y luminoso est figurado en los antiguos monumentos por el cinturn de Isis que se tuerce y se retuerce en un nudo de amor, lrededor de dos polos y por la serpiente que se muerde la cola, emblema de la prudencia y de Saturno.

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El fuerzas.

movimiento

y

la

vida consisten en la tensin extrema de dos

Plugue a Dios dice el maestro que fueseis todo fro o todo caliente! En efecto, un gran culpable est ms vivo que un hombre cobarde o tmido, y su retorno a la virtud estar en razn con la energa de sus compromisos. La mujer que debe aplastar la cabeza de la serpiente es la inteligencia que flota siempre sobre la corriente de las fuerzas ciegas , es, dicen los cabalistas virgen del mar, a la que el dragn infernal viene a lamer los pies hmedos con sus lenguas de fuego, y la cual se duerme de voluptuosidad. Tales son los misterios hierticos del binario. Pero ah uno que no puede ser revelado y este es el ultimo de todos. La razn de la prohibicin est, segn Hermes Trimegistro en que la inteligencia del vulgo dara las necesidades de la ciencia todo el alcance inmortal de una fatalidad ciega. Es preciso contener al vulgo dice una vez mas por el espanto de lo desconocido. El Cristo deca tambin, no echis perlas a los cerdos, por miedo de que no escarben con los pies y volvindose contra vosotros os devoren. El rbol de la ciencia del bien y del mal cuyo frutos causaban la muerte, es la imagen de ese secreto hieratico del binario. Ese secreto en efecto, si se divulgase no podra sino ser mal comprendido y hasta podra llegarse a la negacin impa del libre albedro3 que es el principio moral de la vida. Es pues en la esencia de las cosas como la revelacin de ese secreto que causa la muerte y no es sin embargo este el gran arcano de la magia, pero el secreto del binario conduce al del cuaternario o mas bien procede de el y se resuelve por el ternario que contiene la palabra del enigma de la esfinge, tal cual ha debido encontrarse para salvar la vida, espiar el crimen involuntario y asegurar el reino de Egipto. El libro jeroglfico de Hermes, que se llama tambin el libro de Thot, el binario est representado, sea por una gran sacerdotisa que tiene los cuernos de Isis, la cabeza cubierta con un velo y un libro abierto, que oculta a medias con su manto, o, por la mujer soberana, la diosa Juno de los griegos, teniendo una mano elevada hacia el cielo y la otra descendiendo hacia la tierra, como si formulara por ese gesto el dogma nico y dualista, que es la base de la magia, y que comienza los maravillosos smbolos de la tabla de esmeralda de Hennes.

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Debe referirse al karma, concepto oriental que ensea que tras la muerte las faltas cometidas sobreviven hasta que el hombre vuelve a nacer en el mundo mortal por segunda o tercera vez para pagar sus faltas. El concepto del karma cuando es mal comprendido puede entenderse como el destino irrevocable de los hombres y es capaz de desarrollar una percepcin fatalista de la vida. A veces es llamada ley de Causa y Efecto y por tanto Ley del Binario.

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En el Apocalipsis de San Juan es cuestin de dos testigos o mrtires, a los cuales la tradicin proftica da los nombres de Elas y de Henoch, Elas, el hombre de la fe, del celo y de los milagros, y Henoch, el mismo a quien los egipcios han llamado Hermes, ya quien los fenicios honraban con el nombre de Cadmo, el autor del alfabeto sagrado y de la llave universal de las iniciaciones al Verbo, el padre de la cbala, aquel que, segn las alegoras santas, no ha muerto como los dems hombres, sino que ha sido llevado al cielo para volver al final de los tiempos. Se deca, poco ms o menos, idntica cosa del mismo San Juan, quien encontr y explic en su Apocalipsis los smbolos del Verbo de Henoch. Esta resurreccin de San Juan y de Henoch, espe