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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
Buenos Aires, octubre 2011
# Trabajo elaborado para la Conferencia 2011 del Boletín Informativo Techint “América Latina y la abundancia de recursos naturales: ¿Bendición o maldición?”. Se agradecen los intercambios con Diego Barril, Ramiro Moya, Oscar Natale y con los organizadores de la mesa de la Conferencia, en especial José M. Fanelli y Susana Szapiro. Se agradece también el apoyo de investigación de Oscar Natale en las estimaciones del Anexo 1. Las opiniones, errores y omisiones de este trabajo son de exclusiva responsabilidad del autor. * Economista Jefe de FIEL y Profesor Titular de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata.
Documento de Trabajo N° 108
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y
ENFERMEDAD HOLANDESA#
F. Navajas*
FIEL
Fundación de I nvestigaciones Económicas Latinoamericanas
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
QUÉ ES FIEL?
La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, FIEL, es un organismo de investigación privado, independiente, apolítico y sin fines de lucro, dedicado al análisis de los problemas económicos de la Argentina y América Latina. Fue fundada en 1964 por las organizaciones empresarias más importantes y representativas de la Argentina, a saber: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina. FIEL concentra sus estudios en la realización de investigaciones en economía aplicada, basadas en muchos casos en el procesamiento de la estadística económica que elabora directamente la institución. Estas investigaciones abarcan áreas diversas, tales como economía internacional, mercado de trabajo, crecimiento económico, organización industrial, mercados agropecuarios, economía del sector público, mercados financieros. En los últimos años la Fundación ha concentrado sus esfuerzos en diversas líneas de investigación relacionadas con el sector público y su intervención en la economía, trabajos que han hecho de FIEL la institución local con mayor experiencia en este área. Dentro de esta temática, ocupa un lugar destacado el estudio y la propuesta de soluciones económicas para los problemas sociales (educación, salud, pobreza, justicia, previsión social). Recientemente se han incorporado nuevas áreas de investigación, tales como economía de la energía, medioambiente, economía del transporte y descentralización fiscal. El espíritu crítico, la independencia y el trabajo reflexivo son los atributos principales de las actividades de investigación de FIEL. Por la tarea desarrollada en sus años de existencia, FIEL ha recibido la "Mención de Honor" otorgada a las mejores figuras en la historia de las Instituciones-Comunidad-Empresas Argentinas, y el premio "Konex de Platino" como máximo exponente en la historia de las "Fundaciones Educacionales y de Investigación" otorgado por la Fundación Konex. La dirección de FIEL es ejercida por un Consejo Directivo compuesto por los presidentes de las entidades fundadoras y otros dirigentes empresarios. Dicho órgano es asistido en la definición de los programas anuales de trabajo por un Consejo Consultivo integrado por miembros representativos de los diferentes sectores de la actividad económica del país, que aportan a FIEL los principales requerimientos de investigación desde el punto de vista de la actividad empresarial. Un Consejo Académico asesora en materia de programas de investigación de mediano y largo plazo. Los estudios y las investigaciones son llevados a cabo por el Cuerpo Técnico, cuya dirección está a cargo de tres economistas jefes, secundados por un equipo de investigadores permanentes y especialistas contratados para estudios específicos.
AV. CORDOBA 637-4° PISO- (C1054AAF) BUENOS AIRES-ARGENTINA
TEL. (5411) 4314-1990-FAX (5411) 4314-8648
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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
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CONSEJO DIRECTIVO Presidente: Dr. Juan P. Munro Vicepresidentes: Ing. Víctor L. Savanti Ing. Juan C. Masjoan Ing. Manuel Sacerdote Secretario: Ing. Franco Livini Prosecretario: Sr. Alberto L. Grimoldi Tesorero: Dr. Mario E. Vázquez Protesorero: Dr.Alberto Schuster Vocales: Guillermo E. Alchourón, Juan Aranguren, Gerardo Beramendi, Hugo Biolcati (Presidente de la Sociedad Rural Argentina), Matías Brea, Alejandro Bulgheroni, José M. Dagnino Pastore, Carlos de la Vega (Presidente de la Cámara Argentina de Comercio), Jorge Ferioli, Carlos Franck, Adelmo Gabbi (Presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires), Enrique Humanes, Hugo Krajnc, Alberto J. Martínez, Daniel Pelegrina (Sociedad Rural Argentina), Pablo Pérez Marexiano, Luis Ribaya, Rodolfo Roggio, Luis Sas. CONSEJO CONSULTIVO Luis Blasco Bosqued, Martín Carignani, Ernesto J. Crinigan, Horacio Cristiani, Enrique Cristofani, Carlos Alberto de la Vega, Martín del Nido, Horacio Delorenzi, Ciro Di Cecio, Daniel Di Salvo, François Eyraud, Jorge Goulu, Jorge A. Irigoin, Eduardo Mignaquy, Juan Luis Mingo, Javier Ortiz, Gustavo Ariel Perosio, Mario Quintana, Osvaldo J. Schütz, Juan Pedro Thibaud, Horacio Turri, Amadeo Vázquez, José María Vázquez, Gonzalo Verdomar Weiss, Gustavo Verna. CONSEJO ACADEMICO Miguel Kiguel, Manuel Solanet, Mario Teijeiro CUERPO TÉCNICO Economistas Jefe: Daniel Artana, Juan Luis Bour (Director), Fernando Navajas, Santiago Urbiztondo
Economistas Asociados: Sebastián Auguste, Walter Cont.
Economistas Senior: Marcela Cristini, Cynthia Moskovits, Ramiro A. Moya, Mónica Panadeiros, Abel Viglione.
Economistas: Guillermo Bermudez, Nuria Susmel, Ivana Templado.
Investigadores Visitantes: Enrique Bour, Marcelo Catena, Diego Jorrat, Alfonso Martínez, Oscar Natale. Asistentes de Estadísticas: J. Cao, M. Cherkasky, J. Christensen, A. Davidovich, I. Horovitz, E. García Lembergman, J. Tavani, F. Velisone. Entidad independiente, apolítica sin fines de lucro, consagrada al análisis de los problemas económicos y latinoamericanos. Fue creada el 7 de febrero de 1964. -FIEL, está asociada al IFO Institut Für Wirtschaftsforschung München e integra la red de institutos corresponsales del CINDE, Centro Internacional para el Desarrollo Económico. Constituye además la secretaría permanente de la Asociación Argentina de Economía Política.
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................................... 1
2. BURBUJA ENERGÉTICA, MALDICIÓN Y BENDICIÓN. .............................................................................. 2
3. ENERGÍA Y SHOCK DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO.......................................................................... 9
4. CONCLUSIONES ................................................................................................................................................. 12
ANEXO 1 .................................................................................................................................................................... 14
COMPARANDO LA PARTICIPACIÓN DEL GAS NATURAL EN EL CONSUMO DE ENERGÍA DE LA ARGENTINA .................. 14
ANEXO 2 .................................................................................................................................................................... 17
EL IMPACTO DE LA ENERGÍA SOBRE LA EVOLUCIÓN DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO 2003-2011 ............................ 17
REFERENCIAS ......................................................................................................................................................... 20
Esta investigación es parte del Programa de Estudios de FIEL, aprobado por su Consejo Directivo, aunque no refleja necesariamente la opinión individual de sus miembros ni de las
Entidades Fundadoras o Empresas Patrocinantes.
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1. INTRODUCCIÓN
La energía no renovable, que es la que todavía ocupa el grueso de la energía del planeta y una proporción abrumadora de la energía primaria de la Argentina1, proviene de recursos naturales no renovables que han figurado históricamente en el centro de las hipótesis de maldición de abundancia de recursos naturales y de la denominada enfermedad holandesa. En rigor, el propio nombre de enfermedad holandesa adquirió vuelo a mediados de los años 70 como una representación del efecto negativo sobre la actividad manufacturera ocasionado por la apreciación del tipo de cambio real causado por descubrimientos de gas natural en Holanda a fines de los años 50. Es decir que se trató no de un shock de precios externos sino de un boom de abundancia relativa de un recurso energético. Del mismo modo, los recursos energéticos han sido, junto a otros recursos naturales, actores primarios de casos que han inspirado la hipótesis de maldición de recursos, que explora el modo en ue dicha abundancia actúa negativamente por vías directas o indirectas sobre el qcrecimiento de los países. Ni ambas hipótesis de “maldición” y “enfermedad” son la misma cosa ni tampoco la energía es un elemento necesario para el contexto en que aquellas se estudian, ya que las hipótesis se aplican a una amplia gama de recursos naturales, agotables o renovables. Hacer una taxonomía de modalidades o episodios que caractericen a ambas hipótesis escapa a los intereses de este breve ensayo. Más bien, el objeto del mismo está acotado y vinculado con la interacción o rol que juega la energía en la Argentina en la nueva era de revalorización mundial de los recursos naturales. Esta nueva era ha venido caracterizada por mejoras sustanciales en los precios de las commodities que, junto con la expansión concomitante y endógena de la producción de los recursos que las producen, pueden tener efectos de rimer orden de magnitud sobre la macroeconomía, el desarrollo y la estructura económica pde los países dotados con tales recursos. Mirar el rol de la energía en el caso puntual de la Argentina frente a los riesgos de maldición de abundancia de recursos y de enfermedad holandesa provoca “emociones mixtas”. Es que ya hace más de un lustro que diferentes trabajos2 han caracterizado problemas de funcionamiento al interior del sector energético argentino que resultan ortogonales o polares a los casos vinculados a la maldición o enfermedad de la abundancia. La Argentina ha realizado en la década pasada un viraje casi monumental de su confortable posición exportadora neta de energía hacia una posición francamente importadora. Dicho viraje se ha producido, para colmo, en una década sin precedentes en la suba del precio de la energía en el mundo. En suma, si uno tuviera que usar terminología para sintetizar el rol de la energía en el caso argentino debería usar más bien términos como “anti enfermedad”, dado que la transición de la abundancia a la escasez ha sido el rasgo distintivo de la década. 1 Según datos del Anuario Estadístico de BP (ver BP, 2011), en 2010 el consumo mundial de energía primaria era 12 mil millones de toneladas equivalentes de petróleo, de las cuales el petróleo y el gas natural participaban con un 57%. En el caso de la Argentina se reportan 77.1 millones de TOE, con el petróleo y el gas natural abarcando l 87% . e
2 Ver, por ejemplo, Navajas (2006).
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Poner en contexto este fenómeno es el objetivo central de este ensayo. Para ello nos vemos favorecidos por el hecho fortuito de que la vinculación del gas natural con el episodio histórico que dio el nombre a la enfermedad holandesa no podría ser más pertinente en nuestro caso. Ocurre que justamente es el gas natural el principal actor en el argumento y medición de este trabajo, por ser el principal energético de la Argentina y el que describe una dinámica que marca el ritmo de los cambios más importantes que vamos a estimar. La evolución de la producción doméstica del gas natural juega un rol central tanto en la correcta apreciación de fenómenos de maldición o bendición de abundancia de un recurso omo así también de efectos vinculados con shocks de términos del intercambio del ccomercio exterior y el síndrome, por esta vía, de la enfermedad holandesa. Nuestro enfoque hacia el problema abordado va a ser suficientemente amplio y reflexivo para estar a la altura del estilo, los interrogantes y los desafíos planteados en la Conferencia para la que este trabajo contribuye. Nuestras hipótesis de trabajo son básicamente dos. La primera, que desarrollamos en la sección 2, busca redefinir el problema de maldición de abundancia de recursos naturales apartándonos de la discusión o debates planteados en la literatura recibida. El tipo de maldición a que nos vamos a referir en nuestro caso es otra cosa. Se refiere a una suerte de burbuja energética causada por la abundancia de gas natural que, dando lugar a percepciones de precios muy bajos, facilita la penetración del mismo en la matriz energética a niveles que van a resultar demasiado elevados, si la evolución productiva del sector no acompaña un salto tecnológico que haga sostenible tal configuración de consumo. En una visión amplia de este fenómeno, argumentamos que la Argentina se encuentra inserta en un ciclo de abundancia‐escasez‐abundancia que está nfluido por una demora en la transición desde tecnologías “convencionales” a “no iconvencionales”. La segunda hipótesis, que desarrollamos en la sección 3, se refiere al rol de la energía como causante de un efecto de “anti‐enfermedad” holandesa. En este sentido es menos especulativa o más directa que la anterior y se refiere al rol de la reversión de la posición exportadora neta de la energía como mecanismo compensador del efecto positivo en los términos del intercambio con que la Argentina se benefició durante gran parte de la última década. Así, nuestro objetivo es el de aportar estimaciones simples del efecto cuantitativo sobre la evolución de los términos del intercambio del comercio exterior que este fenómeno introduce. Conocer la magnitud de este efecto es importante no sólo para contextualizar mejor la discusión de enfermedad holandesa en la Argentina actual, sino para precisar qué ejamos de ganar o cuanto podemos todavía perder o recuperar en materia de términos del ntercambio del comercio exterior. di 2. BURBUJA ENERGÉTICA, MALDICIÓN Y BENDICIÓN.
Existen muchos casos en la discusión o debates económicos de las últimas décadas en que la “agenda” se arma sobre la base de alguna hipótesis que causa algarabío inicial y luego se relativiza, por no decir que se rebate o se reformula en versiones menos fuertes que la que (para provocar o definir la agenda de debate) se postulara inicialmente. Estas hipótesis
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normalmente no se deducen de teorías o modelos, sino que se apoyan en observaciones empíricas. La teoría o teorización viene generalmente después de la instalación del argumento, en muchos casos a modo de esfuerzos para demostrar porque tales hipótesis pueden explicarse. Dos ejemplo claros de este fenómeno, en mi opinión, son la denominada curva de Kuztnetz ambiental (que postula que la contaminación aumenta con la actividad conómica hasta un umbral en que luego empieza a caer)e 3 y la denominada maldición de los recursos naturales. La hipótesis de la maldición tuvo una entrada en escena tan estelar como la de algunos de los economistas que primero la difundieron. Si a Tom Hanks, en el papel central de una película interpretativa de una historia moderna de Robinson Crusoe, le hubiera llegado por mar una botella con una copia del paper de Jeffrey Sachs y Andrew Warner (2001), después de leerlo hubiera mirado a su entorno, pensado en la proximidad al ecuador (¡que es una variable ficticia relevante en las regresiones!) y exclamado que estaba en una economía “maldita”. Economías (relativamente) abundantes en recursos naturales están condenadas a tener bajo crecimiento según la regularidad empírica encontrada en ese trabajo, a la que sobrevinieron varias estimaciones alternativas que negaron o calificaron los resultados btenidos.o 4 Sin embargo, a primera vista no pareciera razonable que ni Robinson ni los habitantes de la pampa húmeda argentina puedan sentirse malditos por lo que tienen. Pero en mi opinión no es el escrutinio econométrico el que más duro ha sido con la tesis de Sachs y Werner, sino más bien el de los historiadores económicos como Paul David y Gavin Wright (ver David y Wright, 1977 y también Wright y Czelusta, 2002). En un paper fascinante, que mira la perspectiva histórica del desempeño de los recursos mineros en los Estados Unidos, estos autores habían mostrado (¡antes que se pusiera de moda la hipótesis de la maldición!) que lejos de ser algo estático y utilizador de un recurso agotable, los sectores asociados a recursos naturales muestran una historia muy rica de progreso tecnológico y aumentos incrementales en conocimientos específicos, pasando a constituir industrias de conocimiento tecnológico avanzado y transformándose en un ingrediente genuino de un programa de desarrollo hacia adelante. Dos elementos que me llamaron la atención del paper de David y Wright (1977), sobre el desarrollo de los recursos mineros en Estados Unidos es el papel del sector de investigación basado en las universidades y el rol parentemente relativo que la evidencia que se describe parece concederle a la fortaleza o ainmovilidad de los derechos contractuales. Además de varios papers técnicos que continúan examinando teóricamente los canales por los que la hipótesis puede ocurrir, trabajos recientes de resumen y lectura amplia de la
3 Ver Mariana Conte Grand (2011) para una reseña de esta hipótesis dentro de un análisis muy amplio y rico del nómeno ambiental global y Mariana Zilio (2011) para una evaluación cuantitativa crítica de la hipótesis. fe
4 Entre otros, por ejemplo, los trabajos de William Maloney (2007) en el Banco Mundial.
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hp
ipótesis han criticado a la misma y condicionado a los efectos de lo que las políticas úblicas deben cuidar para evitar el síndrome.5
Una maldiciónbendición diferente De todos modos el término de “maldición” nos da la oportunidad de retener la frase cambiando la hipótesis a algo que sea relevante para el caso estudiado. El argumento es que luego de los cuantiosos descubrimientos (a los fines operativos) de yacimientos de gas natural realizados por la Argentina en los años 70, el país inició un fenómeno dinámico de penetración del mismo en la matriz energética, hasta superar ampliamente el 50% de la oferta primaria. A la sombra de una generosa abundancia de gas natural, la percepción de precios bajos llevó a un proceso de sustitución del consumo hacia gas natural sin precedentes en los sectores residencial, industrial, eléctrico y hasta de transporte. Todo este proceso se fortaleció en los años 90 con las reformas en el sector hidrocaburifero que ganaron eficiencia en la producción al tiempo que mostraron hacia fines de la década una fatiga visible en la expansión de las reservas. Con una demanda joven y dinámica y una oferta convencional y madurando rápidamente, la Argentina entró en la última década con na posición mucho menos confortable en materia de la relación reservas a consumo o
,
uproducción y finalmente a un energo‐crunch (ver al respecto Navajas 2006). Visto retrospectivamente, la Argentina experimentó una época de abundancia en la disponibilidad de gas natural que llevó posiblemente a una burbuja respecto a las expectativas de su disponibilidad futura, lo que condujo a una penetración exagerada (en relación a los recursos disponibles a mediano plazo)6. La sostenibilidad de este fenomenal proceso de sustitución hacia el gas natural nunca fue evaluado crítica o preventivamente (a través de stress tests) por la política pública en los 90s, a pesar de que años atrás existieron informes técnicos que se manifestaron explícitamente al respecto.7 El optimismo y la auto indulgencia pública y privada hacia un desempeño exitoso en materia de gas natural, posiblemente evitaron que se examinara críticamente si numerosas decisiones descentralizadas de consumo doméstico y exportación –que podían tener una lógica individual impecable‐ iban a poder satisfacer condiciones de balance agregado si el desempeño productivo en materia de descubrimientos y adición de reservas no
5 Ver, por ejemplo, José Pineda y Francisco Rodríguez (2010). El trabajo de Emily Sinnott, John Nash y Augusto de la Torre (2010) y la exposición realizada por este último en la Conferencia son un ejemplo claro al respecto. Ayudan a considerar con más cuidado y rigurosidad el argumento de David y Wright (1977), no por el argumento en sí sino porque el sector para el cual el caso se plantea (la minería) es el que ha sido señalado en estos estudios –sobre la base de la experiencia de centurias de nuestra región como el más peligroso en cuanto a conformar enclaves que no difundan conocimiento al resto de la sociedad. La interacción que David y Wright eñalan con el sistema universitario es algo crítico en este y en otros sectores que debe examinarse en cada caso. s6 Este fenómeno ha ocurrido también en países, como el Reino Unido, que pasaron de la abundancia a la escasez de gas natural en pocos años. Pero en este caso, existieron muchos informes públicos y privados discutiendo anticipadamente el problema de provisión a futuro y los mecanismos de ajuste necesarios. Ver por ejemplo POSC 2003) y David Hough (2005). (7 Ver las referencias en Navajas (2008a) pags. 3132.
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evolucionaba favorablemente en el futuro.8 Si esto debe reconocerse como una falla de planificación de los años 90s es una cuestión de debate, que depende de la interpretación de la información y el contexto en el que se tomaron las decisiones. Lo que resulta menos debatible es que la “función de reacción” de la política pública en los años 2000 –cuando ya se vislumbraba claramente este problema‐ actuó, por una serie de circunstancias, en entido contrario a lo que las circunstancias exigían, en particular eliminando o
sdistorsionando las señales de precios que se necesitaban. Más allá de este debate, una pregunta relevante es si podemos dar cuenta de que la Argentina sesgó demasiado su consumo hacia gas natural a partir de haber pasado por una era de abundancia del recurso. En otras palabras ¿hay alguna evidencia de que la Argentina haya tenido una “excesiva” penetración del gas natural en su matriz energética condicionando por la disponibilidad del recurso?9 La Figura 1 hace una motivación introductoria al punto, realizando un benchmarking de la posición Argentina contra 60 países en el espacio de Reservas/Consumo (años, en el eje horizontal) y de Participación del Gas Natural en el Consumo (en el eje vertical).10 Los resultados son bastante claros al respecto, en el sentido que la Argentina es una suerte de “outlier” en la nube de datos. Los países (12% de la muestra) que muestran mayores niveles de penetración del gas natural que la Argentina tienen una relación reservas a consumo muy superior a nuestro país y, eliminando los casos extremos, no existen países en el cuadrante superior izquierdo de la figura.
8 Ver la sección 2 de Navajas (2008a) para un desarrollo de este argumento en el caso de los contratos de xportación de gas natural. e
9 La eventual existencia de exceso se refiere no con respecto a derivados como el fuel oil, que es lo que el gas natural sustituyó en los 70 y 80 en la industria y la generación eléctrica, sino a que la Argentina debería haber favorecido proyectos de generación eléctrica no renovable. Sin duda la introducción del gas natural en el sector ansporte entra dentro de la definición de exceso, si el recurso no está disponible en el largo plazo. tr
10 Los datos se refieren al año 2007, se eliminan algunos valores que se consideran “extremos” y se comentan en el Anexo 1.
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020
4060
80Share GN en Co
nsum
o Primario, %
0 50 100 150 200Ratio Reservas/Consumo GN, en años
Nota: Excluye a Irán, Libia, Bolivia, Nigeria, Noruega, Qatar e Iraq por outliers (>200 años)
Figura 1: Share de GN en Consumo Primario y Ratio R/C
Una forma de replantear el interrogante anterior es indagar cuál debería ser la participación del gas natural en el consumo de energía que viene indicado por los datos de esta muestra de países. La respuesta se desarrolla en el Anexo 1 en donde realizamos estimaciones econométricas que se resumen en un modelo empírico simple que explica la participación del GN en el consumo en función de un conjunto de variables energéticas y macroeconómicas, de las que finalmente quedan seleccionadas la relación Reservas/Consumo, la intensidad eléctrica y la participación del gas en la generación eléctrica. Los resultados indican que la participación del GN en el consumo, para una relación de Reservas/Consumo como el que detentaba la Argentina en 2007, debería bicarse entre 25% y 35%, más de veinte puntos por debajo de lo que se observa u
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actualmente. La interpretación de este resultado depende, como casi siempre, de cómo se califica o se condiciona lo que observamos o medimos. Sin duda pueden existir países que tengan una participación del gas natural en el consumo que luce extrema a los efectos de las reservas que poseen si están dotados de accesos fáciles, económicos y (económica y políticamente) seguros a terceros países proveedores. Este podría haber sido el caso con el acceso a las reservas bolivianas, que lamentablemente los hechos han desmentido en los últimos años. En segundo lugar, puede ser que lo que estamos viendo es la peor fotografía o toma de una película que es mucho más favorable porque hay un rezago o transición (que no estamos
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iendo) en el desarrollo de las reservas de gas natural. Esta es una hipótesis mucho más lausible, que pasamos a considerar.
Una transición entre dos tecnologías La hipótesis anterior de burbuja y exceso de penetración del gas natural luce muy diferente si lo que estamos viendo es una transición de una tecnología a otra, que va a permitir expandir los recursos disponibles de gas natural. En los últimos 3 años, la emergencia más visible del denominado gas no convencional en los EEUU11 han cambiado el panorama para la Argentina, en particular después de la publicación este año de estimaciones para el epartamento de Energía de EEUU (ver Vello Kuuskraa et.al.,2011) que sitúan al país en D
una posición privilegiada para la explotación del “shale‐gas”. Los datos que tenemos actualmente acerca del progreso efectivo de esta tecnología son todavía preliminares, por más que sean promisorios. Más bien, el peso de la evidencia sobre la evolución reciente de la producción de gas natural va en el sentido de una caída tendencial y sistemática de la productividad en campos convencionales que no pueden ser revertidos. Un estudio reciente al respecto (Barril y Navajas, 2011) realiza un análisis de los determinantes de la caída de la producción por área desde 2003 a 2009 partiendo de un modelo simple de decisiones de oferta de un recurso agotable, en donde aparece una relación básica entre producción y reservas (o producción pasada acumulada). Los resultados indican que una vez que se controla por esto, otras variables relacionadas con el desempeño “anómalo” por empresa o por área12 o con la ausencia de renegociaciones de concesiones, se vuelven no significativas. En suma la evidencia apunta a que lo que estamos viendo en estos años es un caso de incentivos de exploración deprimidos que actúan sobre ecursos convencionales y demoran el salto a tecnologías más avanzadas que permitirían rexpandir los recursos y recuperar o expandir los niveles de producción. Dado que la historia propia de un evento cualitativamente nuevo no ayuda demasiado para evaluar que esperar, surge la pregunta habitual de si podemos hacer algún benchmarking basados en alguna experiencia relevante. ¿Qué país sufrió las consecuencias de un exceso de control regulatorio de los precios del gas natural y aplicó luego políticas más flexibles que llevaron a un salto hacia tecnologías no convencionales?. Como se argumenta en un informe reciente de FIEL (FIEL, 2011), la respuesta hay que buscarla en la experiencia de EEUU durante los últimos 50 años. Como resumen, la Figura 2 muestra la evolución de la producción y el precio del gas natural en los EEUU desde 1965 a 2010.
11
12 Estos resultados son incompatibles con explicaciones de la dinámica de producción basadas en desempeños anormales de empresas como YPF o de áreas como Loma La Lata. Los datos más recientes de los últimos años y de 2010 y 2011 refuerzan esta hipótesis, al mostrar caídas bastante generalizadas, siempre controlando por la madurez del área.
Ver al respecto Anthony Andrews et.al. (2009) y MIT (2010).
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1968
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992
1995
1998
2001
2004
2007
2010
Figura 2Producción de gas natural y precio promedio en los Estados
Unidos 1965‐2010(Fuente: EIA)
Producción comercializada de GN (billones de pies cúbicos), eje izquierdo
Precio de boca de pozo de GN (USD por 1000 pies cúbicos), eje derecho
Durante casi 25 años (desde 1954 a 1978), la regulación en EEUU actuó controlando el precio del gas en boca de pozo13 y llevando a una situación de caída de la producción y racionamiento que fue objeto de preocupaciones de las autoridades y por parte de varios economistas académicos14. Esto fue luego revertido, dando lugar a precios de mercado que más tarde permitieron generar una recuperación lenta y parcial de la producción y, más importante, incentivos para la introducción de nuevas tecnologías, que frente a precios más elevados de la segunda mitad de los años 2000, provocaron un salto significativo en la producción. Una imagen ineludible de la Figura 2 es el rezago entre la suba de precios y la recuperación de la producción en los 80s y 90s, todavía dominada por el gas convencional. Al mismo tiempo, la suba de precios más reciente dio lugar a una respuesta de oferta muy agresiva, con consecuencias en los propios precios de mercado. La irrupción de la producción de shale‐gas en los campos primero de Barnett y más recientemente
ysville y otros muestra un salto muy importante en la producción de gas natural (ver, Hanepor ejemplo MIT, 2010). Las enseñanzas de este caso son varias, tanto restrospectiva como prospectivamente. En primer lugar, la respuesta de la oferta a precios de mercado puede, luego del daño que la sobre‐regulación ocasiona, revertir la caída de la producción en el mediano plazo. Lo puede hacer lentamente y hasta tanto las inversiones maduren, pero la respuesta de cantidades va a estar relativamente acotada si no viene acompañada por mejoras tecnológicas. Segundo,
13 Como se comenta en FIEL (2011), la justificación de la intervención federal en el mercado remite a acciones de la administración Roosvelt en los años 30, buscando proteger el interés de los consumidores ante denuncias de abuso de poder de mercado. En estos casi 25 años, la Federal Power Commission (FPC, reemplazada por la FERC desde 1978) reguló de manera directa los precios del gas natural en boca de pozo. 14 Ver por ejemplo Paul MacAvoy y Robert Pindyck (1973).
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la elasticidad‐precio de la oferta a largo plazo es mucho más elevada que a corto plazo precisamente porque en el medio hay una transición a una tecnología más avanzada. Con estos elementos comparativos se podría sostener que, retrospectivamente, la Argentina se autoimpuso un sendero de caída de la producción por sobre‐regular los precios del gas atural en los 2000s y, prospectivamente, ahora se está moviendo en la dirección correcta nde elevar los precios y facilitar los incentivos para la introducción de nuevas tecnologías. Lo que sabemos menos es sobre la temporalidad de estos fenómenos que van a depender de la intensidad y credibilidad con que se encara la transición. Dadas la situación descripta en la Figura 1 y el “exceso” de participación de gas natural ‐si nos quedamos con reservas y métodos convencionales‐ resulta justo afirmar que la Argentina se ha movido demasiado lento frente a los desafíos. Las posibilidades de “validar” los actuales niveles de penetración de gas natural y de evitar mayores desbalances van a depender de si se logra instalar un cambio de régimen y un vuelco en las expectativas sobre la proximidad del gas natural no convencional. Como en otros casos bien documentados, la rapidez de difusión y adaptación de las nuevas tecnologías va a hacer que a la Argentina, como “newcomer” en la era del gas o convencional le lleve menos tiempo (a igualdad de condiciones obviamente) dar el salto nexperimentado en EEUU.15 Es decir, esto no solo va a depender de la regulación y de cómo podemos hacer que los precios que paga la demanda se acerquen a los verdaderos costos económicos16, sino de un viejo conocido de los estudiosos del cambio tecnológico en la región17 que viene dado por la capacidad de adaptar las tecnologías disponibles a las condiciones geológicas argentinas. Este componente idiosincrático nos remite a lo señalado al comienzo de esta sección y a la observación contenida en la literatura revisada –para que la abundancia de recursos naturales se transforme en bendición‐ respecto de la necesaria interacción entre desarrollo tecnológico, recursos naturales y capacidades domésticas en los sectores público y privado. La Argentina va a ser exitosa en el desarrollo de los recursos gasíferos no convencionales ólo si moviliza sus capacidades y aspira a primero adaptar y luego desarrollar la ecnología. st 3. ENERGÍA Y SHOCK DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO
Otra de las preocupaciones centrales de esta Conferencia se refiere al fenómeno de enfermedad holandesa, entendida en el caso argentino no como un boom de descubrimiento de recursos naturales con precios dados sino como los efectos de un boom
15 En el caso de EEUU, Adamson y Parker (2011) documentan recientemente una dinámica inicialmente bastante explosiva en la productividad gracias a ganancias originadas en una fácil difusión y adaptación de las técnicas sarrolladas en las primeras áreas (Barnett). de
16 Una parte importante del éxito de la operación de sinceramiento de precios de la energía en la Argentina va a depender de la introducción de mecanismos de suavizado en la forma de una tarifa social a consumidores residenciales de bajos ingresos (Navajas, 2008b). Para ellos se van a tener que tomar decisiones estratégicas portantes respecto del paradigma a seguirse en el largo plazo (Navajas, 2010). im
17 Ver por ejemplo Jorge Katz (1974, 2000).
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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 10
de precios con recursos naturales dados o en lenta expansión. El tema es la ganancia permanente de términos del intercambio y los efectos que ésta puede ocasionar sobre el esarrollo. En particular, tal como lo indica el modelo básicod 18, sobre la posición competitiva del sector manufacturero. Más allá del debate sobre si la Argentina está cerca o lejos de experimentar este fenómeno, nuestra contribución aquí es, dado lo discutido en la sección anterior, establecer los efectos ue un “anti‐boom” o “depresión” de recursos energéticos ocasiona sobre los términos del qintercambio, actuando como compensador del fenómeno de enfermedad holandesa. El cambio de la posición exportadora neta en energía es la transición desde una situación en donde las exportaciones de energía eran aproximadamente 10% de las exportaciones totales (y las importaciones de energía eran nulas) a otra donde las exportaciones de energía son nulas y las importaciones de energía van camino al 10% de las importaciones totales. Este es esencialmente un fenómeno de cantidades, dado que la posición exportadora neta es por identidad contable equivalente al exceso oferta (sobre demanda) doméstica. Pero esta transición se produce durante un período de casi 10 años (2003‐2011) en donde los precios de la energía y de las commodities han cambiado drásticamente. La Argentina tenía en el primer trimestre de 2011 términos del intercambio del comercio exterior (precios de exportaciones sobre precios de importaciones) que eran 33% mayores a los valores promedio trimestrales del año 2003. Pero este aumento es el resultado neto de cambios en la composición de la estructura comercial en donde la energía ha pasado de er exportable a importable, compensando el aumento de la soja y otros productos de sexportación. Este efecto tiene un doble contenido conceptual. Por un lado, ilustra que la Argentina ha tenido en la reversión de la posición exportadora neta de la energía un “estabilizador” o compensador del aumento experimentado en los términos del intercambio. Por el otro, se hace notar que de no haberse producido dicho fenómeno hoy la Argentina tendría un shock positivo de términos del intercambio mucho más intenso. En otras palabras, la Argentina no sólo tuvo viento de cola sino que además tuvo viento de frente (creado por la reversión de la posición en energía) y, de no haber ocurrido esto último el efecto de empuje hubiera sido mucho más fuerte. En otras palabras, puede haber dudas sobre si la Argentina ha estado fectivamente expuesta a los efectos de la enfermedad holandesa. Pero el punto es que la ereversión de la posición exportadora en energía ha contribuido para que ello no ocurra. Si la energía moderó la ganancia de términos del intercambio de la Argentina desde 2003 a 2011, las preguntas que surgen son ¿en cuánto? o ¿cuánto dejó de ganarse? En el Anexo 2 se exponen los detalles para arribar a una aproximación al efecto del “viaje” o traslado de la energía desde el numerador al denominador de los términos del intercambio (TDI). Para ello se apela a la definición convencional de los TDI, definido como el cociente de dos índices de precios, de exportación e importación, que se representan como índices de precios tipo Paasche (es decir, valuados a cantidades finales). Esta definición se reescribe 18 Ver por ejemplo Max Corden (1984).
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convenientemente separando entre “energía” y “resto” de exportaciones e importaciones y e realiza una simplificación algebraica para expresar las fórmulas en términos de s(variaciones de) precios relativos entre estos dos componentes. Sobre esta definición, la comparación de los efectos se hace simulando cuatro “estados” diferentes, todos respecto de un punto de partida (promedio de 2003). Un primer estado (A) se denomina “actual o potencial” y escribe los TDI con exportaciones de energía nulas e importaciones tal como se captarían en la definición. Este índice de TDI no se corresponde exactamente con el observado actualmente porque las exportaciones de energía son todavía positivas en 2011. Un segundo estado (B) se denomina “de partida o referencia” y reescribe los TDI tomando las cantidades exportadas e importadas (estas últimas eran nulas en 2003) que reflejan el supuesto de que la Argentina hubiera mantenido su posición exportadora en energía. Un tercer estado (C) se denomina de “mayor desbalance” y supone que las exportaciones de energía tienden a ser nulas y las importaciones aumentan significativamente, según la tendencia reciente. Un cuarto estado (D) se denomina de balance” y simula el caso de autosuficiencia en que tanto exportaciones como portacione g i
“im s de ener ía t enden a cero. El Cuadro 1 resume los resultados de estas simulaciones, indicando la magnitud que alcanzan los términos del intercambio en los cuatro estados. Adicionalmente se presenta una estimación de la ganancia de términos del intercambio como porcentaje del PIB, que es una aproximación a la ganancia anual de ingreso nacional que la Argentina experimenta en el primer trimestre de 2011 –respecto del promedio de 2003‐ por tener términos del intercambio más elevados.19
19 La definición adoptada para la medición del efecto de ganancia de términos del intercambio sigue en nuestro caso la metodología CEPAL (véase INDEC “Metodología utilizada en la elaboración de los Indices de Precios y Cantidades del comercio exterior”, http://www.indec.mecon.ar/). El denominado efecto de términos del intercambio del comercio internacional trata de captar una transferencia neta de recursos reales al o desde el exterior, al cambiar los precios de los bienes y servicios reales que se intercambian con el resto del mundo. Este efecto puede ser negativo o positivo, implicando una reducción o aumento del ingreso nacional por debajo o encima del PBI. Se mide como {(X/ Px).(Px/Pm ‐ 1)}, donde X es el valor nominal de las exportaciones en dólares y Px y Pm son, respectivamente, el índice de precios de exportaciones y de importaciones de bienes y servicios no factoriales. La expresión como porcentaje del PBI surge de dividirla por el PBI nominal en dólares.
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TDI
(2003=1)
A. Actual o Potencial 1.33 2.9%
B. Referencia 1.56 6.2%
C. Mayor desbalance 1.2 1.8%
D. Balance 1.45 3.9%* En porcentaje del PBI
Fuente: Anexo 2
"Estados"
Ganancia anual de TDI*
Cuadro 1Simulación de efectos de la energía en cuatro estados
La actual reversión de la posición exportadora neta en energía deja a la Argentina con términos del intercambio del comercio exterior que son en el primer trimestre de 2011 un 33% más elevados respecto del promedio del año 2003 y dan lugar a una ganancia contable equivalente a 2.9% anual del PBI. De haberse mantenido conjeturalmente la situación de partida, la suba de términos del intercambio hubiera sido del 56% y la ganancia anual hubiera sido equivalente a 6.2% del PBI, ambas cifras verdaderamente impresionantes. Los estados de “mayor desbalance” o de “balance” son interesantes prospectivamente. En el caso de mayor desbalance la Argentina disminuiría la suba de términos del intercambio a 20% y perdería contablemente más de un punto porcentual anual de PBI respeto de la posición actual. El caso de tender a la autosuficiencia energética elevaría los términos del ntercambio y agregaría un efecto de un punto de PBI, siempre respecto de la posición ctual. ia 4. CONCLUSIONES
La incorporación de la energía al debate sobre los efectos de maldición de recursos y la nfermedad holandesa en el caso argentino lleva a calificaciones importantes respecto de lo e
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 12
que hemos estado experimentando en nuestro país. En la sección 2 y luego de presentar brevemente la hipótesis de maldición, se argumenta que la Argentina tiene un problema diferente al caso típico de abundancia de recursos energéticos, porque hoy transita un energo‐crunch que va camino a cumplir 10 años y en donde la disponibilidad de recursos y la producción doméstica se han contraído significativamente. Luego se adoptó una perspectiva más amplia y optimista para caracterizar al estado actual como una etapa de un ciclo más largo de abundancia‐escasez –abundancia de energía. Mirando el caso más relevante que es el del gas natural, y haciendo un ejercicio de benchmarking basado en una estimación econométrica simple, encontramos evidencia preliminar consistente con un exceso de penetración del gas natural en la matriz energética. Claro que dicho exceso es condicional a lo que definamos como recursos disponibles. Con el gas convencional solamente, surgiría que la Argentina tiene hoy un exceso de más de 20 puntos porcentuales en la participación del gas natural en la matriz energética. Si así fuera la Argentina va a tener que esforzarse mucho en sustituir capital por
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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 13
energía en su economía y el ámbito más apropiado para hacerlo es en primer lugar el sector léctrico, por su influencia en el crecimiento potencial de la demanda de gas natural y la eposibilidad de desarrollar energías renovables en amplia escala. La situación cambia cualitativa y cuantitativamente cuando se introduce la posibilidad de hacer un salto exitoso, en tiempo y forma, al gas no convencional. Exploramos brevemente el caso más interesante (EEUU en los últimos 50 años) en cuanto a un ciclo que va de la sobre‐regulación a la des‐regulación y, luego de varios años, a un salto tecnológico como el que se requiere en la Argentina. Entendemos que pasar a la próxima “abundancia” de recursos energéticos va a requerir de precios y regulación inteligente que acomoden un gran salto tecnológico que sea capaz de revertir las expectativas de desbalance estructural en el mercado de gas. Ese salto podría ser mucho más rápido que el experimentado en los EEUU ya que hay una mayor velocidad asociada con la adaptación de técnicas a nuestro medio. Aquí es donde las contribuciones recientes al debate sobre maldición o bendición de abundancia de recursos se vuelven más relevantes, en el sentido de indicarnos que para que tengamos una bendición se requiere manejar bien los nexos entre el cambio tecnológico adaptativo y el desarrollo de la capacidad de innovación doméstica, junto con una olaboración público‐privada intensa. Esto no es una expresión de deseos, dado lo que ha cmostrado, en términos de factibilidad, el caso brasilero. Yendo a los efectos de la enfermedad holandesa y el atenuante que significa una reversión en la posición exportadora neta en energía, realizamos algunas simulaciones respecto de la evolución de los términos del intercambio del comercio exterior. Entre 2003 y 2011, la energía fue en la Argentina una suerte de vacuna no deseada contra una enfermedad holandesa proveniente de un shock positivo en los precios de las commodities. Nuestras estimaciones son que el efecto de la energía redujo a la mitad la ganancia contable de términos del intercambio que podría haber tenido el país desde 2003. Y puede llevarla en el corto y mediano plazo más abajo o más arriba, dependiendo de cómo evoluciona la brecha entre consumo y producción doméstica. Además, obviamente dependiendo también del comportamiento de los precios de las commodities20 y en particular de la energía cuya caída circunstancial beneficia ahora a una Argentina que aparece como creciente importadora de energía.
20 Hildegart Ahumada y Magdalena Cornejo (2011) muestran un comportamiento diferencial de los precios de los commodities que es muy relevante a los efectos de la relación sojapetróleo, que resulta crucial para la Argentina,
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ANEXO 1
Comparando la participación del gas natural en el consumo de energía de la Argentina En este Anexo hacemos un ejercicio econométrico simple con el objeto de estudiar la relación existente entre la penetración del gas natural en la matriz energética y la isponibilidad del recurso, entendida ésta como el equivalente de años de consumo antenidos como reservas.
dm Fuentes y datos Usando datos de IEA, el US Department of Energy y el Anuario Estadístico de BP (BP, 2011), se construyó una base de corte transversal (para el año 2007) con las cantidades de reservas, producción y consumo (primario) de gas natural para un total de 61 países. Además, se agregan como controles otras variables de desempeño macroeconómico y energético, a saber: producto bruto interno corregido por PPP; importaciones netas de energía (como porcentaje de la oferta interna primaria); participación de la industria (y las manufacturas) en el valor agregado; porcentaje de población urbana; desvío porcentual del precio del diesel con respecto al benchmark del Golfo de México; intensidad eléctrica agregada y participación del gas natural en generación eléctrica. La fuente principal de stos controles es el World Development Indicators, mientras que los datos sobre precios edel diesel provienen de GIZ (2009). A modo descriptivo, la Figura A.1 presenta la ubicación de los países en el espacio share de as natural‐años de consumo en reservas y una línea de regresión. Puede verse a la rgentina como un “outlier” de dicha relación positiva.
gA Estimaciones Ensayamos un modelo lineal simple para el share de gas natural en la oferta interna primaria de energía del país i ( ). Como principal variable explicativa, proponemos el ratio de reservas a consumo primario de gas natural del país . La matriz contiene l conjunto de controles macro‐energéticos ya mencionados con anterioridad. Por último, e epresenta un término de error de buen comportamiento. r
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(1) En un principio, realizamos el ejercicio estimando variantes del modelo (1) por mínimos cuadrados ordinarios (en adelante OLS), si bien es posible que exista un problema de endogeneidad habida cuenta de que el consumo primario de energía se encuentra tanto en el lado izquierdo como el derecho de la ecuación (1). Para mitigar este problema, luego estimamos mediante variables instrumentales (en adelante IV) dicho modelo, instrumentando con el ratio de reservas sobre producción primaria de gas natural .
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ALG
ARG
AUS
AUT
AZE
BRA
BRN
BGR
CAN
CHL
CHNHKG
COCZE
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ECU
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GER
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ROM
RUS
SAU
SGP
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ZAF
KOR
ESP
SWE
SWI
SYR
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TKM
US
UKR
UAE
UK VEN
VNM
020
4060
80
0 50 100 150 200Ratio Reservas/Consumo GN, en años
Valores observados Recta de regresión
Nota: Excluye a Irán, Libia, Bolivia, Nigeria, Noruega, Qatar e Iraq por outliers (>200 años)
Figura A.1: Share de GN en Consumo Primario y Ratio R/C
Resultados En el Cuadro A.1 presentamos los resultados del ejercicio. Las primeras tres columnas corresponden a estimaciones por OLS de (1), con diferentes controles. La estimación OLS 1 no tiene controles, y el coeficiente del ratio reservas/consumo de gas es aproximadamente 0.21, estadísticamente significativo al 1%. El valor de dicho coeficiente aumenta levemente en la estimación OLS 2 a 0.228, cuando consideramos como variable explicativa la intensidad eléctrica agregada (que también tiene un efecto positivo y significativo). Finalmente, al incorporar la participación del gas natural en la generación eléctrica el coeficiente resultante es de 0.116 (OLS 3). Una aplicación interesante del ejercicio es comparar para un país determinado los valores predichos por el modelo con los observados en la realidad. Por ejemplo, la participación del gas natural en la matriz energética argentina en el año 2007 fue de 54.1%. Nuestra predicción más “rica” (bajo OLS 3) toma un valor de 33.8%, indicando que un país con la intensidad eléctrica y participación de gas en generación eléctrica equivalentes a las de Argentina, debiera tener un share que es más de 20 puntos porcentuales inferior al observado.
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 15
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
Vs
ale aclarar que el resto de los controles propuestos no son significativos, por lo tanto no on considerados en estas formas reducidas.
Variables OLS 1 OLS 2 OLS 3 IV 1 IV 2
Ratio R/C 0.212*** 0.228*** 0.116*** 0.162*** 0.118***(instr.: Ratio R/P) 0.047 0.044 0.033 0.048 0.042
Intensidad Eléctr. 7.762* 13.02*** 9.099** 12.97***Agregada 3.884 2.984 4.325 3.044
% de Gas natural en 0.422*** 0.421***Generación Eléctr. 0.063 0.068
Constante 20.78*** 18.24*** 6.901*** 20.19*** 6.892***2.136 2.539 2.323 3.046 2.311
Predicción p/ ARG (observado: 54.1%)
22.8% 22.1% 33.8% 23.7% 33.7%
Observaciones 61 60 60 60 60R2 0.304 0.362 0.682 0.335 0.682R2 ajustado 0.293 0.34 0.665 0.312 0.665RMSE 15.72 15.28 10.89 15.60 10.89
Cuadro A.1: Resultados del ejercicioVariable Dependiente: Share de Gas en Consumo Primario
Errores estándar robustos en cursiva*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Al instrumentar por el ratio reservas‐producción, los resultados no varían mucho, dando cuenta de que el potencial problema de sesgo de los coeficientes a causa de la endogeneidad no es de una magnitud importante. Si bien la estimación IV 1 da coeficientes medianamente diferentes a los de la especificación OLS 2 (que es contra la que se debe comparar), la predicción del share de gas natural es prácticamente equivalente (23.7% instrumentando y 22.1% sin instrumentar). Para las especificaciones que incluyen la participación del gas natural en el total generado de energía eléctrica, las diferencias son incluso menores.
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ANEXO 2
El impacto de la energía sobre la evolución de términos del intercambio 2003-2011 Defi iciones Los TDI se definen como el cociente de dos índices de precios (tipo Paasche) de exportaciones e importaciones que separan entre energía “E” y el resto “R” y que expresan el cambio en los precios entre un período de “referencia” (0) y al actual (1), tomando las cantidades actuales (1). Las expresiones (1) y (2) definen dichos índices de precios de exportaciones (IPX) e importaciones (IPM). X y M son cantidades de exportaciones e importaciones y entran como subíndices (junto con E y R) en los precios P para denotar si se trata de precios de exportaciones o importaciones. Los supra‐índices indican el período inicial o final (0,1).
n
(3)
...
..
...
..
.
(2) .
...
. .
...
..
(1) .
...
.. .
...
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XPXP
PP
PP
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PP
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PP
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PPIPX
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Comparación de cuatro estados En primer lugar, llamamos estado actual o potencial (A) a la situación en donde las exportaciones de energía van a cero y las importaciones de energía crecen según lo observado. En este caso los términos del intercambio se definen como TDI(XE=0). En segundo lugar llamamos estado de referencia (B) al caso en donde las importaciones de energía son iguales a cero y las exportaciones se hacen en las mismas cantidades que en el período de referencia (promedio del año 2003) . En este caso, los términos del intercambio se definen como TDI(XE1=XE0;ME=0). En los desarrollos de las expresiones (4) y (5) abajo,
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
suponemos, adicionalmente, que los precios de exportaciones de la energía evolucionan del ismo modo que los precios de las importaciones, con lo cual el cociente que inicia el érmino del lado derecho de la definición (3) es igual a la unidad. mt
(5) )1.(
...
...
.
)0;(
(4) )1.(
..
..
.
)0(
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αβαδ
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−+=
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PP
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PP
PP
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PP
MPMP
PP
PP
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Una aproximación cuantitativa El estado A se aproxima por la medición de los parámetros de la expresión (4), o por la medición actual que hace el INDEC para el primer trimestre de 2011.21 La simulación para l estado B resulta de los valores de los parámetros de la expresión (5). Para dar valores a ichos parámetros postulamos los siguientes valores aproximativos. ed
(6) 07.0 48.0 33.0 05.0 ==== γδβα Así, consideramos respectivamente que: a) La energía tendría una participación del 5% en las importaciones totales si las cantidades actuales se valuaran a precios (más bajos para la energía) del período de referencia; b) El precio de las importaciones de energía aumenta dos veces y media más que el aumento del precio del resto de las importaciones; c) El
21 En el caso del valor reportado por el INDEC, que se usa en el Cuadro 1 del texto principal, el valor es levemente mayor al teórico estimado por la fórmula (4) porque este último supone que las exportaciones de energía son cero, cuando en la actualidad son positivas.
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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
precio de las exportaciones de energía aumenta el doble del aumento de precios del resto de las exportaciones y d) La energía participa en un 10% del valor de las exportaciones en l período inicial (0) y las cantidades del resto de las exportaciones aumenta un 50%, lo que eimplica el valor del parámetro γ que figura en la expresión (6).22 Los estados de mayor desbalance (C) y de balance (D) son casos especiales más fáciles de computar. En el primer caso adaptamos la expresión (5) suponiendo que α=0.10, es decir que se duplica la participación (a precios del período de referencia) de las importaciones de energía en las importaciones totales. En el segundo caso suponemos α=0, es decir que hay autoabastecimiento y no se exporta ni se importa energía. Las estimaciones del efecto de ganancia de términos del intercambio se hacen siguiendo el procedimiento explicado en la nota al pie 19.
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22
γ
γ
.0.10 que tienese 0.10,en (7) de derecho lado del valor el Tomando
)(...
.1..
).(..como escribirse puede ddesigualda esta de izquierdo e derecho lado el entre ratio El
(7) ..
...
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0
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0000
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000R
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EXE
=
=−
++=
+−++
+<
+=>
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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108 20
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ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJOSERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO 108. Energía, Maldición de Recursos y Enfermedad Holandesa. F. Navajas. Octubre 2011.
107. What Drove Down Natural Gas Production in Argentina? D. Barril y F. Navajas. Mayo 2011.
106. Is the Argentine Revenue Effort “too” High? D. Artana and I. Templado. Noviembre 2010.
105. Infraestructura y Energía en la Argentina: Diagnósticos, Desafíos y Opciones. F. Navajas. Octubre 2010.
104. Passenger Cars and CO2 Emissions: Assessing Global Impacts of a Convergence to Low-power. F. Navajas y M. Panadeiros. Octubre 2010.
103. Política Fiscal y Cohesión Social: El Federalismo Cuenta. M. Cristini, C. Moskovits, G. Bermúdez y D. Focanti. Junio 2010.
102. Informalidad Laboral en la Argentina. J. L. Bour, N. Susmel y P. Roccatagliata. Mayo 2010.
101. Energy Populism and Household Welfare. W. Cont, P. Hancevic y F. Navajas. Agosto 2009.
100. Acceso a Internet y Desempeño Académico en la Argentina: Explorando la Evidencia. M. Cristini y G. Bermudez. Diciembre 2008. Abril 2009.
99. Políticas para Mitigar Riesgos Sociales. El Caso de los Infortunios Laborales y el Desempleo. M. Panadeiros y N. Susmel. Diciembre 2008.
98. El Desempeño de los Sistemas de Capitalización Previsional en América Latina: Determinantes Estructurales y Regulatorios sobre la Competencia de las AFP. Sebastián Auguste y Santiago Urbiztondo. Noviembre 2008.
97. Financiamiento de la Infraestructura en la Argentina: lo que dejó la crisis macroeconómica. D. Artana y R. Moya. Noviembre 2008.
96. Adaptación Tarifaria y Tarifa Social: Simulaciones para Gas Natural y Electricidad en el AMBA. F. Navajas y P. Hancevic. Diciembre 2007.
95. Estructuras Tarifarias en el Servicio de Electricidad para Usuarios Residenciales. El Caso de las Provincias Argentinas. Walter Cont. Diciembre 2007.
94. El Shock de los Precios del Petróleo en América Central: Implicancias Fiscales y Energéticas. Daniel Artana, Marcelo Catena y Fernando Navajas. Agosto 2007.
93. El Mapa Económico de las Mujeres Argentinas (1998-2006). M. Cristini y G. Bermudez Abril 2007.
92. Are Latin-American Countries Decentralized? D. Artana. Marzo 2007.
91. El Sistema Argentino de Innovación (1980-2004): Evaluación y Propuestas. M. Cristini, G. Bermudez y F. Ares. Diciembre 2006.
90. ¿Qué Hace Diferente a las Aseguradoras del Resto de las Empresas? Una Propuesta General para Fortalecer el Mercado de Seguros. R. Moya. Diciembre 2006.
89. “Energo –Crunch” Argentino 2002-20XX. F. Navajas. Octubre 2006.
88. Privatization of Infrastructure Facilities in Latin America: Full Economic Effects and Perceptions. S. Urbiztondo. Julio 2006.
87. Gasto Tributario: Concepto y Aspectos Metodológicos para su Estimación. D. Artana. Diciembre 2005.
86. Fusiones Horizontales. W. Cont y F. Navajas. Diciembre 2005.
85. La Reforma del Sector Eléctrico en Colombia: Breve Análisis y Crítica Constructiva. S. Urbiztondo y J.M. Rojas. Octubre 2005.
84. Transparencia, Confidencialidad y Competencia: Un Análisis Económico de las Reformas Actuales en el Mercado de Gas Natural Argentino. S. Urbiztondo, FIEL. Agosto 2005.
83. Proyecto Mundial de Internet: El Capítulo Argentino. FIEL e Instituto de Economía Aplicada (Fundación Banco Empresario de Tucumán). Noviembre 2004.
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
82. La Anatomía Simple de la Crisis Energética en la Argentina. F. Navajas y W. Cont. Septiembre 2004.
81. La Nueva China Cambia al Mundo. M. Cristini y G. Bermúdez. Septiembre 2004.
80. Las PyMES Argentinas: Ambiente de Negocios y Crecimiento Exportador. M. Cristini y G. Bermúdez. Junio 2004.
79. Educación Universitaria. Aportes para el Debate acerca de su Efectividad y Equidad. M. Echart. Diciembre 2003.
78. Cables Sueltos: La Transmisión en la Provincia de Buenos Aires (Comedia). E. Bour y Carlos A. Carman. Noviembre 2003.
77. Renegotiation with Public Utilities in Argentina: Analysis and Proposal. S. Urbiztondo. Octubre 2003.
76. Productividad y Crecimiento de las PYMES: La Evidencia Argentina en los 90. M. Cristini, P. Costa y N. Susmel. Mayo 2003.
75. Infraestructura y Costos de Logística en la Argentina. M. Cristini, R. Moya y G. Bermúdez. Noviembre 2002.
74. Nuevas Estrategias Competitivas en la Industria Farmacéutica Argentina y Reconocimiento de la Propiedad Intelectual. M. Panadeiros. Octubre 2002.
73. Estructuras Tarifarias Bajo Estrés. F. Navajas. Setiembre 2002.
72. Seguridad Social y Competitividad: El Caso del Sistema de Salud. M. Panadeiros. Marzo 2002.
71. El Agro y el País: Una Estrategia para el Futuro. M. Cristini y Otros. Octubre 2001.
70. Reseña: Indice de Producción Industrial y sus Ciclos. Lindor Esteban Martin Lucero. Agosto 2001.
69. Apertura Comercial en el Sector Informático. P. Acosta y M. Cristini. Junio 2001.
68. Microeconometric Decompositions of Aggregate Variables. An Application to Labor Informality in Argentina. L. Gasparini. Marzo 2001.
67. Una Educación para el Siglo XXI. La Práctica de la Evaluación de la Calidad de la Educación. Experiencia Argentina e Internacional. M. Nicholson. Diciembre 2000.
66. Una Educación para el Siglo XXI. La Evaluación de la Calidad de la Educación. G. Cousinet. Noviembre 2000.
65. Hacia un Programa de Obras Públicas Ampliado: Beneficios y Requisitos Fiscales. S. Auguste, M. Cristini y C. Moskovits. Setiembre 2000.
64. La Apertura Financiera Argentina de los ’90. Una Visión Complementaria de la Balanza de Pagos. Claudio Dal Din . Junio 2000.
63. La Integración Mercosur-Unión Europea: La Óptica de los Negocios. M. Cristini y M. Panadeiros. Diciembre 1999.
62. El Control Aduanero en una Economía Abierta: El Caso del Programa de Inspección de Preembarque en la Argentina. M. Cristini y R. Moya. Agosto 1999.
61. El Crédito para las Microempresas: Una Propuesta de Institucionalización para la Argentina. M. Cristini y R. Moya. Agosto 1999.
60. El Problema del Año 2000. Implicancias Económicas Potenciales. E. Bour. Marzo 1999.
59. Aspectos Financieros de Tipos de Cambio y Monetarios del Mercosur. Diciembre 1998.
58. Desarrollos Recientes en las Finanzas de los Gobiernos Locales en Argentina. R. López Murphy yC. Moskovits. Noviembre 1998.
57. Regulaciones a los Supermercados. D. Artana y M. Panadeiros. Julio 1998.
56. La Deuda Pública Argentina: 1990-1997. C. Dal Din y N. López Isnardi. Junio 1998.
55. Modernización del Comercio Minorista en la Argentina: El Rol de los Supermercados. D. Artana, M. Cristini, R. Moya, M. Panadeiros. Setiembre 1997.
54. Competencia Desleal en el Comercio Minorista. Experiencia para el Caso Argentino. D. Artana yF. Navajas. Agosto 1997.
53. Decentralisation, Inter-Governmental Fiscal Relations and Macroeconomic Governance. The Case of Argentina. Ricardo L. Murphy and C. Moskovits. Agosto 1997.
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
52. Las Estadísticas Laborales. Juan L. Bour y Nuria Susmel. Junio 1997.
51. Determinantes del Ahorro Interno: El Caso Argentino. R. López Murphy, F. Navajas, S. Urbiztondo y C. Moskovits. Diciembre 1996.
50. Mercado Laboral e Instituciones: Lecciones a partir del Caso de Chile. Ricardo Paredes M. Diciembre 1996.
49. Una Propuesta de Tarificación Vial para el Area Metropolitana. O. Libonatti, R. Moya y M. Salinardi. Setiembre 1996.
48. El Relabanceo de las Tarifas Telefónicas en la Argentina. D. Artana, R. L. Murphy, F. Navajas y S. Urbiztondo. Diciembre 1995.
47. Las PYMES en la Argentina. M Cristini. Diciembre 1995.
46. Precios y Márgenes del Gas Natural: Algunas Observaciones Comparativas. F. Navajas. Octubre 1995.
45. Encuesta sobre Inversión en la Industria Manufacturera (2da. parte). M. Lurati. Setiembre 1995.
44. Defensa de la Competencia. D. Artana. Marzo 1995.
43. Defensa del Consumidor. D. Artana. Diciembre 1994.
42. Fiscal Decentralization: Some Lessons for Latin America. D. Artana, R. López Murphy. Octubre 1994.
41. Reforma Previsional y Opción de Reparto-Capitalización. José Delgado. Junio 1994
40. La Experiencia del Asia Oriental. FIEL/BANCO MUNDIAL. Marzo de 1994.
39. Financiamiento de la Inversión Privada en Sectores de Infraestructura. FIEL/BANCO MUNDIAL. Diciembre de 1993.
38. La Descentralización de la Educación Superior: Elementos de un Programa de Reforma. Agosto 1993.
37. Encuesta sobre Inversión en la Industria Manufacturera. M. Lurati. Julio 1993.
36. El Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR: los conflictos. M. Cristini, N. Balzarotti. Febrero 1993.
35. Costos Laborales en el MERCOSUR: Comparación de los Costos Laborales Directos. J. L. Bour, N. Susmel, C. Bagolini, M. Echart. Diciembre 1992.
34. Gasto Público Social: El Sistema de Salud. M. Panadeiros. Setiembre 1992.
33. El sistema Agro-Alimentario y el Mercado de la CE. M. Cristini. Junio 1992.
32. Costos Laborales en el MERCOSUR: Legislación Comparada. J. L. Bour, N. Susmel, C. Bagolini, M. Echart. Abril 1992.
31. Los Acuerdos Regionales en los 90: Un Estudio Comparado de la CE92, el NAFTA y el MERCOSUR. M. Cristini, N. Balzarotti. Diciembre 1991.
30. Reforma de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la Provincia de Mendoza. M. Cristini, J. Delgado. Octubre 1991.
29. El Sistema de Obras Sociales en la Argentina: Diagnóstico y Propuesta de Reforma. M. Panadeiros. Agosto 1991.
28. Propuesta de Reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. J. Piekarz, E. Szewach. Marzo 1991.
27. La Comercialización de Granos. Análisis del Mercado Argentino. D. Artana, M. Cristini, J. Delgado. Diciembre 1990.
26. Algunas Consideraciones sobre el Endeudamiento y la Solvencia del SPA. D. Artana, O. Libonatti, C. Rivas. Noviembre 1990.
25. Evolución de las Cotizaciones Accionarias en el Largo Plazo. C. Miteff. Julio 1990.
24. Efectos de un Esquema de Apertura Económica sobre la Calidad de Bienes Producidos Localmente. C Canis, C. Golonbek, I. Soloaga. Marzo 1990.
23. Principales Características de las Exportaciones Industriales en la Argentina. C. Canis, C. Golonbek, I. Soloaga. Diciembre 1989.
22. La Promoción a la Informática en la Argentina. D. Artana, M. Salinardi. Septiembre 1989.
21. Inversión en Educación Universitaria en Argentina. J. L. Bour, M. Echart. Junio 1989.
20. Incidencia de los Impuestos Indirectos en el Gasto de las Familias. J. L. Bour, J. Sereno, N. Susmel. Enero 1989.
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
ENERGÍA, MALDICIÓN DE RECURSOS Y ENFERMEDAD HOLANDESA
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
19. Aspectos Dinámicos del Funcionamiento del Mercado de Tierras: El Caso Argentino. M. Cristini, O. Chisari. Noviembre 1988.
18. Investigaciones Antidumping y Compensatorias contra los Países Latinoamericanos Altamente Endeudados. J. Nogués. Agosto 1988.
17. Sistema de Atención Médica en la Argentina: Propuesta para su Reforma. M. Panadeiros. Mayo 1988.
16. Regulación y Desregulación: Teoría y Evidencia Empírica. D. Artana y E. Szewach. Marzo 1988.
15. Informe OKITA: Un Análisis Crítico. D. Artana, J. L. Bour, N. Susmel y E. Szewach. Diciembre 1987.
14. La Política Agropecuaria Común (PAC): Causas de su Permanencia y Perspectivas Futuras. M. Cristini. Julio 1987.
13. Las Encuestas de Coyuntura de FIEL como Predictores del Nivel de Actividad en el Corto Plazo. M. Cristini e Isidro Soloaga. Noviembre 1986.
12. La Demanda de Carne Vacuna en la Argentina: Determinantes y Estimaciones. M. Cristini. Noviembre 1986.
11. El Impuesto a la Tierra: una Discusión de sus Efectos Económicos para el Caso Argentino. M. Cristini y O. Chisari. Abril 1986.
10. El Impuesto a la Tierra, las Retenciones y sus Efectos en la Producción Actual y la Futura. M. Cristini, N. Susmel y E. Szewach. Octubre 1985.
9. El Ciclo Ganadero. La Evidencia Empírica 1982-84 y su Incorporación a un Modelo de Comportamiento. M. Cristini. Noviembre 1984.
8. Determinantes de la Oferta de Trabajo en Buenos Aires. J. L. Bour. Enero 1984.
7. La Oferta Agropecuaria: El Caso del Trigo en la Ultima Década. M. Cristini. Septiembre 1983.
6. Ocupaciones e Ingresos en el Mercado de Trabajo de la Cap. Fed. y GBA. H. Hopenhayn. 1982. 3 tomos.
5. Oferta de Trabajo: Conceptos Básicos y Problemas de Medición. J. L. Bour. Julio 1982.
4. Ganado Vacuno: El Ciclo de Existencias en las Provincias. M. Cristini. Junio 1982.
3. Algunas Reflexiones sobre el Tratamiento a los Insumos no Comerciados en el Cálculo de Protección Efectiva. G. E. Nielsen. Diciembre 1981.
2. Encuesta sobre Remuneraciones en la Industria. Diseño Metodológico. J. L. Bour, V. L. Funes, H. Hopenhayn. Diciembre 1981.
1. La Fuerza de Trabajo en Buenos Aires, J. L. Bour. Diciembre 1981.
ESTAS EMPRESAS CREEN EN LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PRIVADA EN LA
ARGENTINA
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
AACS - Asociación Argentina de Compañías de Seguros ABA – Asociación de Bancos de la Argentina ACARA – Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina Amarilla Gas S.A. American Express Argentina S.A. AMX Argentina S.A. Apache Energía Argentina S.R.L. Banco CMF S.A. Banco COMAFI Banco Galicia Banco Sáenz S.A. Banco Santander Río BBVA Banco Francés Bodegas Chandon S.A. Bolsa de Cereales de Buenos Aires Bolsa de Comercio de Buenos Aires Brinks Bunge Argentina S.A. Caja de Seguro S.A. Cámara Argentina de Comercio Campos y Asociados Comunicación Cargill S.A.C.I. Cauciones Seguros Cencosud S.A. Central Puerto S.A. Cervecería y Maltería Quilmes Chep Argentina S.A. Citibank, N.A. Coca Cola de Argentina S.A. Coca Cola FEMSA de Argentina Consejo Federal de Inversiones Corsiglia y Cía. Soc. de Bolsa S.A. Costa Galana CSAV Argentina S.A.
Dell Argentina Direct TV Distribuidora de Gas del Centro S.A. Droguería Del Sud Du Pont Argentina S.A. Esso S.A. Petrolera Argentina Everis Argentina S.A. F.V.S.A. Falabella S.A. FASTA Farmanet S.A. Firmenich S.A.I.yC. Ford Argentina S.A. Fratelli Branca Dest. S.A. Gas Natural Ban S.A. Grupo Carrefour Argentina Grupo Danone Grupo Linde Gas. S.A. Grimoldi S.A. Hoteles Sheraton de Argentina HLB Pharma Group IBM Argentina S.A. Infupa S.A. Internet Securities Argentina SRL. Japan Bank Internacional Cooperation Johnson Diversey de Argenitna S.A. JP Morgan Chase
KPMG
ESTAS EMPRESAS CREEN EN LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PRIVADA EN LA
ARGENTINA
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 108
Loimar S.A. Loma Negra C.I.A.S.A. Los Gallegos Shopping L’Oreal Argentina Louis Dreyfus Commodities Mabe Argentina Magic Software Argentina A.A. Manpower Marby S.A. Massalin Particulares S.A. Mastellone Hnos. S.A. Medicus Mercado Abierto Electrónico S.A. Merck Química Argentina S.A.I.C Metrogas S.A. Microsoft de Argentina Neumáticos Goodyear SRL. Nextel Communications Argentina S.A. Nike Argentina S.A. Nobleza Piccardo S.A.I.C.F. OCA S.A. Organización Techint Orlando y Cía. Sociedad de Bolsa Pan American Energy LLC Parexklaukol S.A. Parker Hannifin Argentina S.A.I.C PBBPolisur S.A. Pegasus Argentina S.A. Petroquímica Cuyo SAIC Petrobras Energía S.A. Philips Argentina S.A. Pirelli Neumáticos SAIC. Quickfood S.A. Roggio S.A. San Jorge Emprendimientos S.A. SC Johnson & Son de Arg. S.A. Sealed Air Argentina S.A. Securitas Argentina S.A. Shell C.A.P.S.A. Siemens S.A.
Smurfit Kappa de Argentina S.A. Sociedad Comercial del Plata S.A. Sociedad Rural Argentina Sodexho Pass Standard Bank Standard New York Securities, INC
Telecom Argentina Telecom Italia S.P.A. Sucursal Argentina Telefónica de Argentina Televisión Federal Argentina Terminal Zárate S.A. Total Austral Unilever de Argentina S.A. Vidriería Argentina S.A.
Wärtsilä Argentina S.A.
YPF