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GRACIAS , POR SIEMPRE, UNAS
TITO A. HERNANDEZ T.
Cuando se fundaba la UNAS en 1964, yo asistía al último año de educación primaria en la
Escuela Fiscal No.333 de Chimbote. Tenía 12 años de edad y escuchaba con atención en la
radio los apasionados y prospectivos discursos del Presidente Fernando Belaunde Terry sobre
la Marginal de la selva. El arquitecto nos invitaba a formar parte de su asombrosa visión
respecto a la selva peruana, cuyo futuro empezó a construirse desde entonces con la famosa
Carretera Marginal de la Selva (la que hoy con justicia lleva su nombre) para unir la selva, en
ese momento casi desarticulada con la sierra y la costa, así como para interconectarla con los
países vecinos.
Entre 1965 y 1969 realicé mis estudios secundarios en la Gran Unidad Escolar San Pedro de
Chimbote y hasta 1968, cuando ocurrió el golpe de Estado, seguíamos escuchando por radio y
viendo por TV las noticias y discursos oficiales sobre la “carretera Marginal” y una creciente
promoción de la colonización de la selva. “Este señor Belaunde es un presidente para el
futuro….” comentaba mi padre, un aprista de viejo cuño norteño. Tenía razón, 45 años después
puedo testimoniar que para mí lo fue.
Por esos años recibíamos en la casa familiar las visitas de mi primo el Ing. Agrónomo Herman
Hernández Espinoza (1), quien trabajaba desde 1959 en el SIPA- Tingo María (hoy la UNAS) y
luego fue destacado como jefe en SIPA-Aguaytia. Él nos ilustraba sobre las bondades de esa
parte de la Amazonía y nos invitaba a conocerla y convenció a mi hermano Oscar Hernández
Castañeda para trabajar en Aguaytía en 1967 hasta 1969. Yo había concluido ese año mis
estudios secundarios y me preparaba para postular a una Universidad en Lima o Trujillo,
porque en ese entonces no había universidad en Chimbote.
1 El Ingeniero Agrónomo Herman Hernández Espinosa († 2012), estudió en la Universidad de Misiones –Argentina. En
1959 llegó a Tingo María, y trabajó en el Servicio de Investigación y Promoción Agraria (S.I.P.A.) , junto a destacados
profesionales como, Reynaldo Crespo (†), Javier Robles, Oscar Césare, Luis Liceras (†), Héctor Garayar, , José Burgos(†), Julio Víctor Vargas Méndez(†)., Manuel Lescano, Julio Lozano ,José del Carmen Muro, entre otros, quienes lo llamaban cariñosamente “papacho”. Luego fue destacado como Jefe de la Agencia del SIPA en Aguaytía. Sobre la Estación Experimental de SIPA Tingo María funciona desde 1964 la Universidad Nacional Agraria de la Selva, nuestra alma mater, con el legado de estos y otros ilustres profesionales.
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A los cinco meses de haber concluido la secundaria y mientras me preparaba para la
Universidad, ocurrió el terremoto del 31 de mayo de 1970. Ello aceleró mi partida a Lima,
donde me enteré del funcionamiento de una oficina de la UNAS en la calle Pablo Bermúdez -
Jesús María y me acerqué a esta.
Es decir, mi relación con nuestra alma mater ya tiene 44 años, desde octubre de 1970, cuando
fui atendido diligentemente por el joven funcionario unasino Víctor Grados Ruiz quien me
describía a la UNAS entregándome un prospecto en papel periódico mimeografiado, y me
contaba, tal como lo hacía con los otros postulantes, sobre las maravillas geográficas de Tingo
María, confirmando lo que en mi adolescencia escuchaba por radio al Arquitecto Belaunde y
los relatos familiares de mi primo el Ing Herman Hernández.
Aunque paralelamente estaba listo para iniciar estudios de Ingeniería Electrónica en Lima, mi
hermano Oscar Hernández, había decido volver a la selva , y me animaba a acompañar a su
familia a Tingo María. Fue así que en la noche del 27 de enero de 1971 llegué a Tingo María.
Nunca había experimentado una lluvia nocturna torrencial , acompañada por el ruido de
bienvenida producido por el croar de sapitos y “ hualos “. Esa noche casi no pude dormir
escuchando los sonidos más increíbles , como una especie de concierto natural , con
extraños agudos, graves profundos, y el sonido del “hualo”, que se siempre se distinguía
croando fuerte durante toda la noche lluviosa. Mary Carranza, la dueña de la casa donde
habíamos llegado, me dijo que el “hualo” era comestible. Yo no lo creía, pero años más tarde
lo vi enlatado, producto de una tesis en la FIA -UNAS.
En febrero de 1971 luego de pasar un examen totalmente manual de tres horas, bajo la
vigilancia estricta del Capitán Lazo, quien fue luego mi profesor de “Concepción física del
Universo”, ingresé a la UNAS , ocupando el cuarto puesto. Dicen que soñar con el croar de
sapos y ranas, significa que se recibirá noticias muy buenas. Es un sueño de buen augurio,
según los chinos. Para mí era un sueño hecho realidad. Desde entonces soy un amazónico ,
no por nacimiento, pero si por “derecho de piso” , en todo sentido de la palabra.
Así, inicié mis estudios universitarios junto a otros 50 ingresantes, entre los que había otro
chimbotano, Miguel Herrera Pereda. Compartimos aulas, carpetas, vivencias, interculturalidad
(costa, sierra y selva juntos), por periodo de dos años de estudios generales. No sé porque
razones, equivocadas por supuesto, se anuló posteriormente esta importante fase bianual de
carácter inductivo y de formación integral para un profesional. La UNAS solo tenía las dos
Facultades cincuentenarias : Agronomía y Zootecnia, y yo opté por Agronomía en 1973, al
concluir los dos años de estudios generales.
Mis cursos básicos de Estudios Generales (1971 y 1972) realmente constituyeron una sólida
base en mi formación profesional y humanística. Fue un periodo lleno de vivencias y anécdotas
inolvidables, algunas de las cuales quiero destacar:
Un profesor muy respetado y querido fue el Dr. Salvador Cruz (“Chito Cruz”),
pacasmayino (paisano de San Pedro de Lloc) formado en Biología en la Universidad de
Medellín,Colombia, nos impartía las clases de Biología, con un peculiar estilo en el
hablar -casi nasalmente- y siempre con la simplicidad y sorna del norteño.
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En la primera clase teórica de biología, el Dr. Cruz nos contaba que había leído un
libro sobre la evolución de las especies (yo pensaba en Charles Darwin, Alexander
Von Humboldt), y pronosticaba que “llegará el día en que el hombre desarrolle e
invente una maquinita y esa maquinita inventará otra maquinita…”. Otros
compañeros nos contaban que eso siempre lo había repetido en todas las
promociones anteriores.
En la clase Práctica de biología, se escuchaba:
-¿Tolomeo, dónde estás que no te veo?. Así llamaba “Chito Cruz” a su asistente de
laboratorio. Luego nos decía : Jóvenes, ¿han traído sus laminillas? (se refería a
láminas de vidrio fino para observar muestras en el microscopio, que comprábamos en
la librería La Florida o lo “compartíamos” con los compañeros que las vendían).
- Profesor ¡¡se han robado mis laminillas!! …reclamaba en voz alta y muy aguda
nuestra querida Mireya Pajuelo (2). Alguien había compartido su lámina de microscopio.
Desde ese momento la llamábamos “laminilla”, imitando su “fina” voz.
Recuerdo también con gratitud y cariño a otros profesores de los estudios generales:
Al Ing. Rómulo Mora , profesor de Matemáticas, quien era muy serio e imponía
respeto en las aulas, pese a su poca estatura y peso.
-Señores: ¿ dije o escribí algún chiste?...no creo haber dicho algo que dé risa.. Nos
decía “Morita”, volteando la mirada mientras escribía y explicaba sus fórmulas
matemáticas en la pizarra, cada vez que nos reíamos ante un chiste del “Cholo” Almicar
Huamán, o de “Chicharra” Lozano, compañeros de aula tingaleses, quienes nos
abandonaron y se fueron a estudiar otras carreras a Lima. No eran profetas en su
tierra.
Al capitán Lazo, quien era un personaje fuera de serie. Nos enseñaba un curso
denominado “Concepción física de Universo” nunca entendimos el porqué de ese
nombre del curso, tampoco sus criterios de calificación de nuestras notas.
-Bueno alumnos, aquí he traído un libro, que la verdad ni yo mismo entiendo.
Realmente Einstein era un fuera de serie, ……muchachos, creo que mejor no vamos
más hablar de esto, .porque no entenderíamos estas teorías…pasemos a otro
capítulo..…
-Profesor Lazo…..Profesor lazo…..llamaba una voz similar a la del Dr. Cruz, en la
puerta posterior del aula 1 , cerca al granero. Profesor Lazo…., Profesor Lazo.,,,,
El Capitán Lazo salía del aula y decía Dr. Cruz ….aquí estoy , ¿qué se le ofrece?.
Todos nos reímos, al descubrir que nuevamente el “Chicharra” Lozano hacía de las
suyas con sus bromas, imitando la voz de “Chito Cruz”.
2 MIREYA PAJUELO MAGUIÑA, nos dejó en Julio del 2010. Tuvo una importante y destacada labor profesional, política y social en favor de su pueblo de Leoncio Prado. Hoy descansa en Paz junto a nuestros compañeros de aula y destacados profesionales en el sector agrario y del mundo universitario, OLGA SARELA RÍOS DEL AGUILA, FRANCISCO AREVALO RIVERA. A ellos nuestro eterno homenaje, especialmente hoy, al celebrar los 50 años de la UNAS, junto a nuestros queridos profesores Salvador Cruz Cruz (Biología), Luis Liceras Zárate(Geografía y Entomología),Julio Várgas Mendez(Arroz), José Burgos (cacao), Lucho Del Valle(suelos), Manuel León O.(Química) y Raúl Ríos Reátegui(Suelos tropicales), y otros.
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-Te pasaste Lozano, tienes talento. Me la hiciste. Pensé que realmente era el Dr. Cruz.
Te has ganado cinco puntos para tu nota. Le dijo el Profesor a nuestro querido amigo
Lozano, hoy un destacado Ingeniero pesquero y empresario.
Pero no todos tenían suerte. Una vez al pasar la lista de asistencia, el profesor Lazo
mencionó: ¡¡Ríos Arbildo.!!
- ¡¡Presente!!!, respondió nuestro amigo Gilberto Ríos Arbildo.
-Tú eres primo o familiar de Olga Ríos?
- No Profesor.
- Pucha, perdiste cinco puntos, porque Olga está muy bonita. Lástima que no es tu
hermana o prima.
En aquella época no había muchas profesoras universitarias en el Perú, y la UNAS sólo
contaba con la Dra. Luisa “Pochita” Herrera, Destacada Médico veterinario y docente
universitaria. Los muchachos y muchachas del segundo año estudios generales (1972),
estábamos felices, por su manera de hacer fácil y agradable el aprendizaje de la bioquímica,
tanto que obtuve 18 de nota final. Con ella descubrí que mi grupo sanguíneo era A Rh positivo,
porque era quien hacia los análisis en el laboratorio y todos nos apuntábamos. Posteriormente
llegó la Joven Bióloga Zoila Piscoya para hacerse cargo de las prácticas de microbiología
general, en apoyo al profesor Blgo-Raúl Espíritu Cavero.
Otro destacado Biólogo, César Mazabel Torres, fue nuestro profesor, en el curso de zoología.
Aprendí a memorizar sistemáticamente los nombres científicos de las especies en estudio,
particularmente me interesaban las amazónicas, que habían sido coleccionadas en el museo, y
que aún existen, porque Mazabel, egresado de la Universidad Nacional de Trujillo, vino y se
quedó en Tingo María. Es uno de nuestros primeros profesores que aún están en actividad y
actualmente es el Vice Rector administrativo de la UNAS.
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Pero no todo era estudiar. También había mucho tiempo para el deporte. Con campeonatos de
fulbito inter años, en la canchita junto al pabellón central, e inter regional o interdepartamental
en la canchita del internado (solo había uno y de varones).
A mí me tocó formar parte del equipo de futbol de la UNAS que participaba en la liga provincial.
Nuestro entrenador y director técnico era el Ing. Fred Coral Izurieta con el apoyo logístico del
Ing., Alberto Silva Del Águila. Yo era “Medio tiempista “ como me llamaba el Profesor Coral,
porque jugaba de “interior derecho” (en el 4-2-4 de esa época, “sin salirse de su puesto”), y
porque sólo jugaba 45 minutos. No tenía el físico suficiente, a los 20 años de edad.
Era el año 1972, cuando logramos el campeonato con el “Churre” en el arco, y la “defensa
colosal” conformada por “Gallina” Arellano, Benny Ríos, “Pacharaco” Mallma y “Caballo”
Rodríguez, reemplazando a Octavio Llanto Piñán, en el medio campo estaban el “negro”
Guerra Chombo y Manuel Zapata, y la delantera Otilio el “chino” Choy, el“pajarito” Henry
Centeno, Tito Hernández, reemplazando al “shapra” Carlos Arévalo, y “banderita” José
Valdivia. Los incrédulos y los que nos vieron de jóvenes de hace 42 años (kilos) , pueden ver
la foto enviada por Benny Ríos.
UNAS 1972: Churre”,“Gallina” Arellano, Manuel Zapata, “Pacharaco” Mallma,“Caballo” Rodríguez, Benny Ríos,
Henry Centeno, José Valdivia, Tito Hernández, Otilio Choy y Ernesto Guerra Chombo.(Foto: Benny Ríos)
Al equipo de la UNAS también se integraría con éxito otros compañeros como Oscar el “loco”
Anaya, contando con el apoyo de su señor padre, nuestro respetado amigo el Dr. Julio Anaya,
quien además de ser un destacado abogado, y profesor, había incursionado en el periodismo
con su programa Reportajes, en radio La selva. A Oscar lo fastidiaban los compañeros,porque
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su papá había transmitido el “¡gooooool…. de mi hijo…!! . Yo creo que debió haber sido
autogol , porque el “loco” siempre fue defensa. Otros compañeros de promoción que
destacaban en fútbol fueron: nuestro amigo y destacado maestro en ciencia y tecnología Dr.
Manuel Sandoval Chacón, con la camiseta del DUS (Equipo del Hospital), nuestro recordado y
querido Ing. Gustavo Castro con la camiseta del New boys Tingo, nuestro tocayo Ing. Misael
Arnaldo Alvarado Paucar, arquero de polendas en el DUS, la UNAS y otros equipos,
posteriormente.
En el año 1973, luego de culminar dos años de estudios generales, iniciamos con otros 25
compañeros de aula, los cursos de carrera, 14 de los cuales recibimos el grado de bachiller en
ciencias agrarias, en 1975.
Como a algunos nos tocaba, trabajar y estudiar, conseguí una bolsa de trabajo, en el
laboratorio de suelos. Zósimo Pujay me enseñó los secretos de los análisis de suelos. Y el
Ingeniero Edmundo del Águila Morote, mi profesor del curso de Edafología, me dio la
oportunidad para hacerme ayudante de prácticas. Era mi primera experiencia como “docente
universitario”. Posteriormente mi profesor de suelos tropicales el Ing., Raúl Ríos Reátegui, me
enseñó los criterios del manejo racional de los suelos tropicales.
Todo indicaba que mi inclinación era por la ciencia de los suelos y su manejo racional. Pero fue
el curso de Fitopatología General dirigido por el Ing. Enrique Castañeda Párraga, con enfoques
y conceptos para mí novedosos, que marcaría por siempre mi formación y desempeño
profesional, inicialmente en los campos de la investigación y desarrollo agrícola, y
posteriormente en la gerencia, planificación y desarrollo organizacional.
Al recibí mis primeras Clases de Fitopatología, me impactó el enfoque que le daba “Kike”
Castañeda al curso, basándose en la relación: Planta- Patógeno- Medio Ambiente, para
describir una enfermedad. Mi interés era encontrar conceptos y métodos de cómo explicar y
cuantificar las interrelaciones que se dan entre los factores o variables componente de un
patosistema. Por tales razones fundamenté mi trabajo de grado sobre un análisis sistémico del
“quemado de la hoja del arroz”, en 1975, en la amazonía peruana y mi tesis de post grado
sobre epidemiología cuantitativa de la “roya del cafeto”, en el Brasil, en 1985. Desde entonces
he practicado el enfoque sistémico, como conductor y asesor de procesos organizacionales y
de desarrollo rural, en áreas andino amazónicas latinoamericanas. El avance tecnológico
actual facilita hoy desarrollar este enfoque en cualquier campo de la vida humana.
Este periodo de estudios de la carrera entre 1973-1975 también estuvo lleno de experiencias y
anécdotas:
El Ing José Loayza nos impartía el curso de fisiología vegetal y, como parte de este curso,
debíamos preparar pequeños viveros (parcelas) para sembrar y medir el desarrollo de algunas
especies de crecimiento rápido. Como Loayza era un excelente profesor y dedicado 100% a
su rol de docente investigador, normalmente se quedaba hasta tarde a supervisar esas
parcelas de prácticas, que habíamos sembrado cerca a la vía interna que lleva hoy al
zoocriadero. Nos contaba que a veces él pasaba por allí y alcanzaba ver algunos pies en
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alto, que surgían por encima de la vegetación, y le saludaban atentamente y a la vez le decían
adiós.
Había algunos estudiantes “relajados”. A uno de ellos le gustaba la música andina y siempre
andaba con su quena en su morral y se sentaba a tocar sentado en el granero, el “punto de
encuentro”. Pasaba el tiempo y este “músico” no había sembrado nada. Un día Loayza acercó
al grupo y dirigiéndose a uno le dijo:
-Oiga, señor Díaz, ¡he visto su parcela y veo que no crece nada allí ¡!.Por favor, vamos,lleve su
quena y toque una música a las semillas que ha sembrado y veamos si germinan y salen
danzando. El músico repitió el curso, porque sus semillas nunca danzaron.
Otro compañero había decidido nombrar a Loayza como su patrocinador de tesis. Hizo el
proyecto. Pero se olvidó de ejecutarlo, sin avisar al orientador. Un día apareció en la vitrina al
lado de la oficina de evaluación académica un aviso que decía:
Señor Mandujano, acérquese a la oficina para tratar sobre su trabajo de tesis. Firmado:
Presunto patrocinador. Mi compadre Mandujano sólo pudo hacer la tesis cuatro años después.
No sé si Loayza lo esperó o cambió de patrocinador.
Yo no tenía cuaderno y sólo anotaba ,en hojas sueltas, las ideas clave de todo lo que nos
explicaban los profesores (Dos de ellos eran “dictadores” porque se dedicaban solamente a
dictar lo escrito en sus deterioradas copias o “papiros” ,como decíamos, por lo amarillento y
arrugado que lucían). Por ello, siempre recurría a Irma o Mireya, antes de los exámenes (o
de los “pasos”) para prestarme sus limpios y ordenados cuadernos de notas, por unas horas.
Cuando recibíamos los resultados del examen de fitopatología, ellas me reclamaban: ¿Por
qué tú tienes 18 de nota , y nosotras sólo 13 y 14, y si hemos respondido de la misma
manera?- por ejemplo en esta pregunta del triángulo epidemiológico de la relación Planta-
Patógeno-Medio ambiente. Yo, mirándolas con seriedad, les respondía, con sarcasmo y
malicia: Por favor, revisen bien sus respuestas y notarán que sus triángulos están mal
hechos…¡¡El triángulo tiene que ser isósceles ▲!!. “Qué se habrá creído ese ciego
(Castañeda)”, replicó Irma.
Con todo, puedo dar fe que tuve una formación sólida, con profesores de alta jerarquía, tanto
en los estudios generales, a los que ya mencioné, como a los que nos impartieron los cursos
de carrera, en el campo de la agronomía. Entre ellos, debo destacar a José Loayza Torres
(Fisiología (también filosofía) y propagación de plantas) Luis Liceras y Rafael Urrelo
(Entomología), Fred Coral y Carlos Carbajal (Genética y Mejoramiento de plantas), Oscar
Césare Guerra (Cacao), Edgardo Sedano (oleaginosas), Percy Lindo, Gerardo Bailón, Pedro
Córdova,y Daniel Juárez (Zootecnia), Carlos Taboada (Economía), Raúl Ríos y Edmundo Del
Águila (suelos), Enrique Castañeda Parraga (Fitopatología y café), entre otros, a quienes los
recuerdo con respeto y cariño merecido. Con ellos conocí en teoría y en los viajes de práctica
la realidad amazónica y su manejo sostenible, y me preparé sólidamente para enfrentar retos
del futuro ,en un mundo cada vez más cambiante. Ese es hoy el futuro, al que se refería mi
padre, cuando me bendijo y despidió al salir de Chimbote en 1970, para convertirme en
ciudadano de la selva, como la mayoría que la habitan hoy.
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1973. EMDEPALMA-Tananta/Tocache. Los estudiantes de agronomía, Anselmo Haro Reyes (de Tocache),
Heberto Calvo (de Uchiza), Miguel Herrera Pereda (de Chimbote) y Tito Hernández Terrones(Chimbote) , en
viaje de prácticas de Entomología.
En 1973 dejé temporalmente de jugar futbol competitivo. Talvez porque el Ingeniero Liceras,
gran maestro pero poco aficionado al deporte, me dijo: ¿Sr. Hernández usted quiere ser
Ingeniero o futbolista?. Pero, como el futbol siempre fue mi pasión, me integré al equipo de
fulbito del CONSULADO ORIENTAL, integrado por la colonia charapa, con quienes me llevaba
muy bien. Llegué a ser su capitán por dos años (1973 y 1974) cuando campeonamos en la
Liga Cusi, que se llevaba a cabo en el Colegio Padre Abad, organizado por los hermanos
canadienses. Cada triunfo lo celebrábamos en la casa de la familia Arriaga, donde la señora
“Moyo” y el señor “Vlady” junto a sus hijos e hijas, nos recibían con cariño y alegría propia de
la gente de San Martín y Loreto: Aquiles Ramírez, Raúl Pezo, Rafael Escudero, Luis Arévalo, el
“ojón” Pinedo, el “Chato” Tuesta, etc, y toda la “mancha” de la “embajada” antes y del
“consulado” oriental después, eran como hermanos, como una gran “juamilia”.
Así, combinando trabajo,deporte y estudios, concluí mis estudios universitarios y me gradué
en 1975, a la edad de 23 años, alcanzando el segundo puesto en rendimiento académico,
superado por Panchito Arévalo Rivera, quien nos dejó muy pronto.
En la UNAS éramos un gran familia, todos nos conocíamos. Agrónomos y zootecnistas
compartíamos sueños, alegrías, tristezas y éxitos presentes y futuros. Para mí era muy fácil
compartir con mis hermanos zootecnistas como Guevara Oliva, Monjarás, Ríos Alvarado,
Anaya de Bracamonte, Sandoval Chacón, Alvarado Reyes, Alvarado Paucar,, Álvarez Vilca,etc
junto a los agrónomos Meza Lucas, Irma Ríos, Olga Ríos†, Mireya Pajuelo†, Viera Huimán,
Díaz Paredes, Herrera Pereda, Gustavo Castro, Heberto Calvo, Anselmo Haro, El “Gordo”
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Guerrero †, Arévalo Rivera †, Escudero Pérez, Marina Trigoso, Raul Pezo Ruíz, etc. Algunos
de ellos estarán recordando a nuestra UNAS en el cielo.
También había tiempo para la política. Fui dirigente de la FEUNAS, concertando y trabajando
juntos con “compañeros” y “camaradas”, como mi querido amigo y hermano Manuel Diaz
Paredes, presidente de la federación estudiantes y hoy destacado profesional, profesor
agricultor Puerto Maldonado, presidente de la Federación Agraria de de Madre de Dios, a la
que con mucho gusto a veces brindo asesoría técnica.
Una vez invitamos al Maestro Luis Alberto Sánchez a dar una conferencia en el aula 6 de la
UNAS, que era como nuestro paraninfo. El profe “clavito” De la Cruz, preguntó: “Dr. Sánchez
¿Cuando se va aplica la nueva Ley universitaria?...A lo que el Maestro Sánchez respondió:
“Cuando se apruebe, mi querido señor”.
Eran épocas en que se hacían marchas exigiendo el retorno del dirigente nacional Rolando
Breña Pantoja, de Patria Roja y expulsado por el gobierno militar. Nuestros “gritos libertarios”
eran: ¡¡Breña Pantoja, libertad..!!….Breña Pantoja, libertad !!.. Cuando pasábamos cerca al
cafetín. El señor Pantoja, un antiguo funcionario de la UNAS, salía y nos decía, “ ¡Gracias
muchachos…gracias!. Pensando que hacíamos alusión a su persona. Años después Rolando
Breña Pantoja fue senador de la república.
Al culminar mis estudios de agronomía, tuve la oportunidad de quedarme e incorporarme como
asistente de prácticas en la UNAS, pero decidí salir a realizar trabajos en el sistema
cooperativo agrícola que se desarrollaba en la región. Esa decisión me llevó luego, en Julio de
1976, a ingresar a trabajar en la Cooperativa Jardines de Té y paralelamente obtener mi título
de Ingeniero Agrónomo. Por entonces, la Agroindustria del Té recibía la cooperación técnica
holandesa. De esta manera, entre 1976 y abril de 1979 me desempeñé como gerente de
planta de la Empresa. Fue mi primera experiencia en el campo agroindustrial, y desde
entonces entendí que la amazonía se desarrollará solo con proyectos agroindustriales de
envergadura, sostenibles y formando clusters, y no con “jardinerías”.
Fue en los campos de té donde en 1976 , conocí a Walter Aguilar Del Águila. Curiosamente
yo NO conocía a Walter pese a que él se desempeñaba como encargado de publicaciones
en la UNAS, además de ser dirigente de ATUNAS. Tal vez porque yo estaba inmerso en mis
tareas de estudiante y él con sus esténciles, mimeógrafos, y publicaciones oficiales. Le
regalé una bolsa de té selecto en agradecimiento por su visita a la planta industrial de la
Empresa y porque me llevó a Tingo María, en su recordado Volkswagen rojo.
Allí nació nuestra larga amistad, que perdura hasta hoy y que tiene frutos importantes,
destacando la REVISTA PURA SELVA , la cual fundamos con OSHWIN ,su padre ,y otros
amigos, hace ya 35 años. No es coincidencia que en sus páginas sigamos hasta
escribiendo, con el mismo entusiasmo y cariño , esta nota testimonial para la UNAS.
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JARDINES DE TÉ (TEA GARDENS) 1976. Tito Hernández, Con trabajadores de la planta industrial
Al presentarse la oportunidad de nuevas plazas para docentes en la UNAS, en Mayo de 1979,
ingresé a trabajar como profesor de los cursos de cultivos tropicales y de fitopatología. Además
de dedicarme a la docencia universitaria, participé como jefe de la oficina de investigación, y
fui coordinador de convenios con otras organizaciones privadas y públicas vinculadas al
desarrollo regional.
Mi paso como docente de la UNAS, entre 1979 y 1990, también está lleno de experiencias,
logros y aprendizajes y por supuesto anécdotas, particularmente en la relación docente-
alumno. Recuerdo que en mi primera clase habían algunos alumnos mayores que yo y eran
“duros” dirigentes estudiantiles y muy buenos estudiantes. Talvez desconfiaban al verme muy
joven en comparación a los otros docentes. Pero luego un largo discurso político, quedaron
convencidos quien era su profesor y desde entonces y hasta ahora somos grandes amigos.
Aunque no era muy activista siempre sostuve que lo técnico y lo político deberían ir juntos.
Talvez por eso fui dirigente de la FEUNAS como ya indiqué, y de la ADUNAS, como docente.
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Fue así que conocí a los directivos de un Proyecto de Desarrollo de la Región del Alto
Huallaga, en el marco de la cooperación técnica del Gobierno de los EEUU (USAID) y el Perú
(INADE), logrando la ejecución de un programa de apoyo académico a la UNAS, que incluía
becas integrales para estudios de maestría de 15 docentes y 04 doctorados, entre los cuales
fui seleccionado, y en 1982 me vinculé a los estudios de Maestría en la Universidad Federal de
Viçosa –Brasil, donde obtuve mi grado de Master en 1984.
Al retornar al Perú, he continuado con mi labor docente en la UNAS, especialmente en el
campo de la Investigación y Transferencia de tecnología agrícola y en la gestión de Proyectos
y convenios de cooperación de la UNAS con entidades de cooperación internacional. En este
contexto, en 1987,al iniciarse un importante programa de desarrollo alternativo en la región me
vinculé a tiempo parcial al Proyecto de Desarrollo Agroindustrial, ejecutado por el Programa de
la naciones Unidas para el Desarrollo PNUD/OSP, con sede en New York, y financiado por la
Oficina de Control de drogas UNDCP(UNODC) con sede en Viena.
En 1989, luego de 10 años dedicados a la docencia universitaria, me retiré de la UNAS como
profesor principal. Fui contratado por el Proyecto de las Naciones Unidas, antes indicado,
desempeñándome como Director Técnico, hasta 1998. Fueron otros diez años de experiencias,
esta vez muy ricas en la gerencia de proyectos de desarrollo y vinculado al mundo de la
cooperación internacional. Ello me permitió además, conocer diversas culturas dentro y fuera
del Perú, y aprender y aplicar nuevas técnicas de gestión del desarrollo.
En 1998, fui contratado por la Agencia de Cooperación alemana-GTZ, para co-dirigir un
importante Proyecto de Desarrollo Rural en el Departamento del Cauca –Colombia, donde
trabajé hasta el año 2004. Los seis años en la GTZ , me han dado la oportunidad de
capacitación permanente en técnicas de gestión de proyectos, manejo de conflictos,
planificación estratégica. Además, durante mi permanencia en Colombia he podido realizar
estudios de especialización en planificación y Dirección prospectiva estratégica de
organizaciones.
Pese a retirarme de sus aulas mi cariño y vínculo con la UNAS nunca lo perdí.
Desempeñándose como Director y consultor en Proyectos de cooperación internacional,
logramos crear la actual Escuela de Post Grado, FUNDEAS, instalar una de las más
importantes colecciones en el Baco de germoplasma del cacao, fuente de investigación que no
debe perderse. Más de 80 profesionales unasinos me acompañaron en estas experiencias de
desarrollo agroindustrial del cacao, palma aceitera, palmitos, café y que permitieron sentar las
bases de un modelo de desarrollo agrario que algunos políticos llaman hoy “milagro”, pero que
en verdad ha sido un paciente y duro trajinar de técnicos, economistas, y administradores,
principalmente unasinos y unasinas y de agricultores de la Selva alta de San Martin, Huánuco y
Ucayali, en un entorno de violencia generalizada, entre los años 80 y 90 del siglo pasado.
Muchos de estos profesionales hoy son líderes internacionales en el mundo empresarial
globalizado del café, cacao, palma aceitera, entre otras actividades agroindustriales, en el siglo
21. La UNAS, especialmente sus profesores, deberían estar muy orgullosos de ellos.
Las metas principales de mi vida personal y profesional las he logrado con éxito. Sin embargo,
creo que la educación y aprendizaje permanente es, hoy más que nunca, una necesidad
importante, no sólo porque nos permite tener nuevos conocimientos, sino porque nos ayuda a
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romper permanentemente paradigmas y estar en constante cambio, para enfrentarse a nuevos
retos. Es decir, para mantenernos vivos. Por ello decidí hacer el Doctorado en el 2006, lo cual
me permitió reforzar mis conocimientos y experiencias en Planeamiento Estratégico para el
desarrollo sostenible, y gerencia de organizaciones con enfoque prospectivo.
A partir del año 2006, me dedico a consultorías nacionales e internacionales, apoyando
algunos proyectos de la Cooperación Belga-CTB, Cooperación Alemana-GIZ, Naciones
Unidas- UNODC, BID, Universidades, y soy Director de INCADES (www.incades.org) .
Mantenemos así una actitud abierta a nuevos conocimientos y retos.
He querido -con este testimonio- rendir homenaje a la UNAS y sus tres estamentos (docentes,
trabajadores y estudiantes), como decíamos en los 70, al conmemorar sus primeros 50 años.
Uno de mis mejores profesores, el Ing. Fred Coral Izurieta, y uno de mi mejores amigos, Walter
Aguilar Del Águila, quienes llevan en la mente y el corazón el alma unasina (nuestra alma
mater), así me lo pidieron.