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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 29/22-VI-1996 Divorcio: la gran equivocación

Divorcio: la gran equivocación - alfayomega.es · 9.483 en el primer semestre de 1981, hemos pasado a 23.191 en 1990 y a 30.892 en 1994, repre-sentando el número de senten-cias

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 29/22-VI-1996

Divorcio:la gran equivocación

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Etapa II - Número 29Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid

Asesores religiosos: Alfonso Simón Muñoz, Manuel Mª Bru AlonsoRedacción: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid

Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo- Redactores: Coro Marín Palacios, Jesús Colina (Roma)Producción: Francisco Flores Domínguez, José Antonio de la Fuente - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

ΩA

20-21

18-19

En este número

ESPAÑA

El futuro de la clase

de Religión

MUNDO

Palabras de la reinaFabiola de Bélgica, en Pekín:«El respeto a la mujercrea un mundo máshumano»

Sumario

la foto 6

criterios 7

españa Familias cristianos 8

iglesia en madridMonseñor Rouco:«No nos acostumbremosa la violencia»El día a díaLas parroquias se vuelcan con los niños de Chernobil«Caldo, bocatas y futuro»9-13

testimonio 14

el día del señor 15

raícesTestimonios de un acontecimientopermanente 16-17

santos de ayer y hoyDos víctimas del nazismo,a los altares 22-23

la vida 24-25

desde la feEl Madrid de García Morente Radio, Música, Libros 26-31

contraportada 32

3-5

EN PORTADA

La inconsecuencia de una unión que prevé la ruptura

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De 6.851 separaciones en1981, se pasó a 36.272 en1990 y a 47.546 en 1996,

habiéndose dictado por los tri-bunales civiles españoles un to-tal de 425.459 sentencias de se-paración matrimonial, entre 1981y 1994. Esto supone, sobre la ba-se de un hijo de media por ma-trimonio separado, aproximada-mente 1.250.000 personas impli-cadas en un proceso dedisgregación familiar.

En cuanto a los divorcios, de9.483 en el primer semestre de1981, hemos pasado a 23.191 en1990 y a 30.892 en 1994, repre-sentando el número de senten-cias de divorcio, aproximada-mente, los dos tercios del núme-ro de separaciones, cifrándose en278.323, en el período señalado.Calculando una media de un hi-jo por matrimonio divorciado, re-sulta un total aproximado de830.000 personas pertenecientesa familias rotas por el divorcio.

CONSECUENCIAS

Acción Familiar acaba de pu-blicar un interesantísimo traba-jo, Los efectos del divorcio en España,del profesor Gabriel García Can-tero, catedrático de Derecho Ci-vil, del que entresacamos algu-nos párrafos:

El divorcio es un mal nego-cio, sobre todo para las mujeresque carecen de trabajo y tienenla guarda de los hijos. El tema delimpago de pensiones es uno delos más conflictivos en el post di-vorcio. Más de 120.000 españo-las no reciben las pensiones desus ex–maridos.

Sociólogos, psicólogos yeducadores afirman que los hijosmenores de edad son, en mayor omenor medida, las principalesvíctimas de las desavenenciasprofundas y duraderas de susprogenitores.

Los hijos ya no podrán dis-frutar de los derechos que la leyles otorga en el artículo 154 delCódigo Civil, comenzando por elde vivir juntos. Esa convivencia

entre los padres y los hijos me-nores es esencial para el desarro-llo normal y armónico de éstos,pero después de la sentencia elhijo vivirá con uno u otro proge-nitor. Es verdad que el Juez fijarálos días en que se ejerza el dere-cho de visita y comunicación conlos hijos, pero ¿puede racionarsey planificarse el cariño? El hijo

irá creciendo en la disociación y,frecuentemente, será moneda decambio o arma arrojadiza de unprogenitor frente al otro.

Aproximadamente, hay enEspaña un millón de menorespertenecientes a hogares des-truidos. Los directores y profe-sores de centros escolares sonconfidentes de situaciones más o

/3en portadaNº 29/22-VI-1996

Matrimonios rotosHace ahora 15 años –el 7 de julio de 1981– se introdujo el divorcio en nuestra legislación. Cuando se debatía el proyecto de laley, el entonces ministro de Justicia declaró que un millón de españoles lo esperaban para legalizar su situación. Sin embargo,el millón se redujo a poco más de 9.000 parejas en el primer semestre de vigencia de la ley. Pero el efecto se había conseguido:

impresionar a los ciudadanos para que no se opusieran a una medida de la que iba a depender «la felicidad de tantas personas»

Julián es un niño de ochoaños que pide junto al

mercado de Barceló.«Pido porque tengo ham-

bre» (y es verdad, porque leinvitas a un bocadillo y lo de-vora).

«En mi casa casi nuncahay comida. Mi padre y mimadre discutían todos losdías, un día él se fue».

«Yo vivo con mi madre,pero ella está todo el día fue-ra y no se preocupa por mí».

«Mis padres ya no se pe-lean, pero discuten para verquién me cuida. No me quie-ren. Yo prefiero estar aquípidiendo que viendo cómono me quieren».

«Me gustaría tener pa-dres normales, de esos quepasean con sus hijos y lescompran helados».

El testimoniode Julián

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menos dramáticas de estos niñosde matrimonios rotos.

Si el hijo está en edad esco-lar, lo normal es que su situaciónse traduzca en perturbaciones deconducta, fracaso escolar, aisla-miento respecto de los compañe-ros que tienen una familia nor-mal. A plazo más largo, la tristeexperiencia vivida en su propiafamilia puede conducirle a des-confiar del matrimonio. Los hi-jos de padres divorciados tien-den a divorciarsecon mayor fre-cuencia que loshijos de hogaresnormales.

Muchos hi-jos no compren-den nunca las razones del di-vorcio de susprogenitores. Nofaltan quienesafirman no ha-berlos perdona-do nunca por ha-berse divorciado.

Junto a las consecuenciasde tipo psicológico, a veces difí-cilmente curables, el divorciopuede suponer para los hijos se-rias dificultades de tipo econó-mico, ya que el nivel de vida pa-ra ellos va a rebajarse sensible-mente con relación a la épocaanterior, hasta el punto de queesos hijos, en unión del proge-nitor que los tiene bajo su guar-da, integran grupos socialmen-te marginados, a los que, con fre-cuencia, la sociedad debe asistir.

Más del 85% de los matri-monios celebrados desde la in-troducción del divorcio hasta elpresente año viven normalmente,sin conflictos judiciales. Ello sig-nifica que sigue funcionando el

valor matrimonio indisoluble, reci-bido por tradición de las genera-ciones anteriores, y por influenciade la Iglesia católica. Esta situa-ción puede evolucionar negati-vamente, pues las generacionesjóvenes se verán influidas en susconvicciones por la legislación yla práctica del divorcio. Si divor-ciarse es fácil, pues prácticamen-te se divorcia el que quiere —in-cluso contra la voluntad del otrocónyuge— y no se conocen casos

de demandas dedivorcio rechaza-das, es comprensi-ble que los jóvenesse casen, cada vezen mayor número,bajo el supuesto desi me va mal me di-vorcio. Ello explicala aparición dematrimonios di-sueltos tras unacorta duración;efecto al que noson ajenos los me-

dios de comunicación que difun-den modelos de matrimonios,contraídos frívolamente, con es-casa capacidad de resistir las di-ficultades inherentes a la vida encomún.

¿Por qué no realizar cam-pañas educativas? ¿Son impen-sables carteles institucionales enlos Juzgados de Familia que di-gan, por ejemplo, divorciarse es no-civo para la salud mental, el divorcioes malo para los hijos menores? Alcabo de tres lustros de la entradaen vigor de la ley que reintrodu-jo el divorcio en la legislación es-pañola, acaso sea posible un de-bate más desapasionado sobre untema que está resultando de es-pecial gravedad para toda la so-ciedad.

TEXTOS QUE HACEN PENSAR

Ninguna intimidad puede serprofunda sin concentración y sin per-petuidad, pues la sola idea de cambioconstituye una provocación al mismo(Augusto Comte: Politique positive).

Los partidarios del divorcio noshablan constantemente de la infelici-dad de esos cónyuges atados contra

su voluntad. Se colocan en un puntode vista eudemonista, pensando sóloen dos individuos, olvidando la fami-lia y que los hijos y sus bienes no de-ben hacerse depender de una decisiónarbitraria y de sus caprichos (CarlosMarx: Escritos políticos jóvenes).

Una vez concedido el divorcioningún freno podrá detenerlo den-tro de los límites en que se había creído poderlo fijar (León XIII: Ar-canum divinae sapientiae).

La única solución venturosa ala inquietud de los instintos es la pa-reja unida por el amor. Por lo tanto lasolución cristiana de la cuestión se-xual, el matrimonio, es, sin duda, ex-celsa. El rigor con que este sacra-mento fue constituido y conservadoha contribuido, en primera línea, alprogreso moral de la humanidad(Gregorio Marañón: Ensayos so-bre la vida sexual).

Sociólogos, psicólogos y edu-cadores son unánimes en afirmar quelos hijos menores de edad son, en ma-yor o menor medida, las principalesvíctimas de las desavenencias pro-fundas y duraderas de sus progeni-tores (García Cantero, catedráti-co de Derecho Civil).

4/ en portada Nº 29/22-VI-1996

En parroquias y movimientos surgen cadavez más grupos de acogida a divorciados.

Se reúnen para compartir con ellos su propiahistoria, los problemas de sus hijos, y su in-quietud respecto a la separación de la Iglesia. Yésta, que es madre y no madrastra, les tiende lamano de la acogida, el diálogo y la misericordia,y lo hace «infatigablemente», según la orienta-ción de Juan Pablo II en la Familiaris Consorcio:

Exhorto vivamente a los pastores y a todala comunidad de los fieles para que ayuden a losdivorciados, procurando con solícita caridadque no se consideren separados de la Iglesia,pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautiza-dos, participar en su vida: escuchando la Pa-

labra de Dios, frecuentando el sacrificio de laMisa, perseverando en la oración, incremen-tando las obras de caridad y las iniciativas de lacomunidad en favor de la justicia, educando alos hijos en la fe cristiana, cultivando el espírituy las obras de penitencia para implorar de estemodo, día a día, la gracia de Dios.

La Iglesia no obstante, fundándose en la Sa-grada Escritura, reafirma su práxis de no admi-tir a la comunión eucarística a los divorciadosque se casan otra vez. La Iglesia está conven-cida de que también quienes se han alejadodel mandato del Señor y viven en tal situación,puedan obtener de Dios la gracia de la conver-sión y la salvación.

La Iglesia no abandona a sus hijos

«EL SACRAMENTO

DEL MATRIMONIO

AL PROGRESO MORAL

DE LA HUMANIDAD»

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En el caso del divorcio los hijossaben con seguridad que el hogar nose recompondrá nunca más y, en elcaso de un nuevo matrimonio, asis-ten aterrorizados al hundimiento dela unión de la que ellos mismos hannacido y de la felicidad, hipócrita-mente legalizada, del padre o de lamadre o de ambos. Si el divorcio noexistiese, habría un menor númerode hijos destrozados, porque las de-mandas de separación serían menosnumerosas (Pierre Barbier, Presi-dente del Tribunal de Versalles).

En materia de divorcio, lapuerta no puede quedar más queabierta o cerrada del todo: la espe-ranza de mantenerala entreabiertasólo para casos graves se ha revelado,en la concreta experiencia, comple-

tamente ilusoria (Henri Battifol,catedrático de Derecho Interna-cional Privado).

Tengo muy poca simpatía por eldivorcio, porque creo que su mera po-sibilidad mina el matrimonio: unaunión que prevé la ruptura, que cuen-ta con la salida, que se entiende co-mo revocable y no definitiva, tienepocas probabilidades de alcanzar la

intensidad, la plenitud, el interés delgesto que envuelve la vida entera, pa-ra siempre y sin retiradas (JuliánMarías: Problemas del cristianismo).

Esta íntima unión, como mu-tua entrega de dos personas, lo mis-mo que el bien de los hijos, exigenplena fidelidad conyugal y urgen suindisoluble unidad (Vaticano II:Gaudium et spes, n. 48).

Cuando Cristo dice que «elhombre abandonará a su padre y asu madre y se unirá a su mujer y se-rán una sola carne» está dando to-davía un más explícito significadonormativo a la indisolubilidad ma-trimonial. A la luz de estas palabrasde Cristo, y de las que añade al decir«lo que Dios ha unido no lo separeel hombre», el Génesis enuncia elprincipio de la unidad y de la indi-solubilidad del matrimonio comocontenido de la palabra de Dios. Yesto no es menos válido para los in-terlocutores de hoy que para los deentonces (Juan Pablo II: AudienciaGeneral, 6–IX–1979).

Al ser el divorcio más fácil, re-sulta inevitablemente más sencilloaceptarlo como si fuera parte normalde la vida. La posibilidad de divor-cio en la esfera de la ley civil hace quela estabilidad de los matrimonios seacada vez más difícil (Juan Pablo II:Homilía en Limerick –Irlanda–, el1–X–79).

Los hijos son los grandes per-judicados por el divorcio. Acasolos padres con un nuevo matri-monio alcancen la «felicidad» queno les dio el anterior, pero si asífuera, esa «felicidad», si es quepuediera llamarse así, la habríanconseguido a costa de haber pri-vado a sus hijos de su verdaderohogar. La delincuencia juvenil,desgraciadamente, es el frecuen-te final de muchos de ellos. Peroaunque no se llegase a ella, loseducadores, los psicólogos, losmédicos, los sacerdotes, nos po-drían hablar de muchachos ymuchachas que arrastran en susalmas —y no pocas veces en suscuerpos— el dolor, la tristeza yla angustia que tiene su origen enun hogar destruido por el divor-cio y por las nuevas relacionesamorosas de sus progenitores.

Luis Riesgo MénguezPsicólogo

/5en portadaNº 29/22-VI-1996

Mariano y Aurora han celebrado las bodas deoro de su matrimonio. El matrimonio Ferrer

Cuéllar tiene 11 hijos: Javier, Aurora, María Eu-genia, Mariano, Jorge, Almudena, Susana,Óscar, Adolfo, Carlos y Rebeca. Los nueve ma-yores ya casados, por lo que se suman a la fa-milia 22 nietos. Susana nos ha dicho: «Hemostenido la gran suerte de unos padres ejempla-res por su trabajo, dedicación y amor a sus hi-jos. Nos han enseñado a ser buenas personas,o al menos, a intentarlo».

Mariano y Aurora nos cuentan los principios deesta gran aventura: «No fue fácil. No teníamosningún patrimonio; sólo un sueldo, pero muchoentusiasmo, y sobre todo nos queríamos». Yapadre de dos hijos, Mariano se licenció en De-recho y aprobó unas oposiciones que del Minis-terio de Trabajo para la creación de lo que eshoy la Seguridad Social. Mariano se multiplicabatrabajando en varios sitios, y Aurora trabajandoen casa. Aurora está convencida: «Yo estoy ple-

namente realizada. Dejé mi trabajo por mi fami-lia, porque teniendo hijos, pienso que la mujergana más en casa que trabajando». La políticafamiliar ha sido estirarlo todo al máximo, here-dando la ropa, los libros y los juguetes de unoshermanos a otros.Todos están de acuerdo enque son muy afortunados: tener una gran fami-lia es lo mejor que les ha podido pasar. Hoy, lacasa de campo que los abuelos construyeroncon sus hijos ha sido bautizada por los nietoscomo Ferrerlandia, creando su propio himno,bandera y equipo de fútbol.

Tras estos 50 años de matrimonio, Auroray Manolo dicen contentos: «Ha merecido la pe-na. Tenemos que dar muchas gracias a Dios.Ahora, nuestra vida es distinta, más apacible;ahora es cuando sientes el amor verdadero. Tedas cuenta, con la edad, de que te apoyas en tupareja en todo y que no puedes vivir sin el otro».

Gloria Ostos

«Ahora es cuando sentimos el amor verdadero»

«LA MERA POSIBILIDAD DEL DIVORCIO MINA EL MATRIMONIO:

UNA UNIÓN QUE PREVÉ LA RUPTURA TIENE POCAS

PROBABILIDADES DE ALCANZAR EL INTERÉS DEL GESTO QUE

ENVUELVE LA VIDA ENTERA, PARA SIEMPRE Y SIN RETIRADAS.»

«LOS HIJOS MENORES

DE EDAD SON, EN MAYOR

O MENOR MEDIDA, LAS PRINCIPALES VÍCTIMAS

DE LAS DESAVENENCIAS

PROFUNDAS Y DURADERAS

DE SUS PROGENITORES»

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6/ la foto Nº 29/22-VI-1996

Cuando el amor es noticiaNo es demasiado habitual en nuestro mundo —ni aquí ni en nuestros antípodas— que las agencias internacionales de noticiasdestaquen lo que revela, defiende y ensalza el amor y la familia, lo que debería ser normal y lo es, a pesar de todo, más de lo que

pueda parecer. Suelen ser «noticia», por desgracia, más bien lo contrario: la violencia, los divorcios de las familias, laprostitución, el desamor. Oxigena el alma y alienta la esperanza ver, entre el caudal habitual de los servicios gráficos, una foto

como ésta: el padre alza en brazos a su pequeño ante la prodigiosa bahía de Sidney. Allí celebran ahora el Día del Padre…

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Resulta grotesco que se venda el divorciocomo una verdadera conquista, comoseñal indiscutible del grado de «civili-

zación», y de «libertad», alcanzado en unasociedad. Resulta más grotesco aún que, a es-tas alturas, se pretenda hacerlo pasar por«progreso», y que en eso que se llama «laprensa del corazón», no den un duro por unpersonaje, si no tiene en su haber al menostres o cuatro divorcios. Incluso hasta se hanllegado a anunciar «Salas de Banquetes paraComuniones, Bautizos, Bodas... y Divorcios».¿Es que hay algo que celebrar en un divor-cio? Explican que lo que se celebra es el nue-vo romance de un divorciado. ¡Triste cele-bración!, preludio no pocas veces de nuevosfracasos, y cuando no, de una vida que haperdido su significado y es incapaz de res-ponder a la sed infinita del hombre y de lamujer. Todo esto, sin contar el drama humanode quien es rechazado, y especialmente delos hijos. Se habla del nuevo romance dequien se divorcia, y se silencia el dolor del es-poso o la esposa legítimos, y de los hijos deunos y de otros, que crecen tantas veces sin sa-ber bien si tienen o no tienen padres.

El divorcio es el reconocimiento evidentede un fracaso humano, por muchos disfracesque se le intente poner. Y es, sobre todo, lanegación del deseo del corazón, que quiereun amor eterno. O quizás, más bien, es la con-firmación de este deseo. ¿El cambio de pare-ja, no es acaso una demostración de que elhombre y la mujer, cuando se buscan, estánbuscando en realidad algo más grande que

ellos mismos? Dios no es un adorno de la vi-da. Es la Vida misma, y al margen de Él noes posible felicidad verdadera alguna. Dioscreó a su imagen al hombre y la mujer, y poreso los llamó para ser «una sola carne», demodo que lo que Dios ha unido no lo puedaseparar el hombre. Cuando Cristo recuerdaa los judíos que el divorcio no va contra lasleyes de su religión, sino contra el ser mismodel hombre, no está poniendo traba alguna aese deseo de felicidad infinita que define atodo hombre y mujer: está señalando preci-samente el camino de esa felicidad. Bastacomparar los rostros, llenos de vida, de loshijos de un matrimonio que vive el designiode Dios, con los de aquellos, como el de nues-tra portada, que, al no tener el disfraz de losmayores, no dejan lugar a dudas.

Por mucho que la sociedad actual quieracamuflar la inevitable tristeza humana queconlleva el divorcio, ésta termina apareciendo.El aborto deja su huella imborrable en la ma-dre, por mucho que se la quiera disfrazar de«liberada». Del mismo modo deja su huellael divorcio en quien piensa haber encontra-do en él su libertad. Al final, unas y otros, ensu angustia, sólo en la Iglesia encuentran unlugar para la esperanza. Es verdad que la Igle-sia rechaza el aborto y el divorcio, y no puedepor menos que hacerlo así; pero no es menosverdad que allí donde nuestra «permisiva»sociedad da la espalda al dolor de madres ydivorciados, la Iglesia despliega todo su amorde Madre, lleno de la misericordia infinita desu Señor Jesucristo.

/7criteriosNº 29/22-VI-1996

ΩHablemos de leyes, no de orden moral»,escribía en El País recientemente una

abortista que no quiere ni oir hablar de queel aborto es un delito. No quieren hablar de or-den moral. Sólo de leyes. Como si las leyespudieran sustituir en el corazón humano y enla convivencia social al orden moral. Como sitodo lo que es legal, o todo lo que se logra quesea legal, fuera lícito moralmente o lograsenhacerlo lícito.

No lo lograrán jamás. Por muy legal queconsigan hacer el aborto, nunca dejará deser un crimen de lesa humanidad, contra unser humano indefenso, al que precisamenteaniquilan quienes moralmente más obliga-ción tienen de velar por su seguridad: sumadre, su padre, los profesionales de la me-

dicina y el Estado. Si el Estado no sirve paraproteger al más indefenso de los seres hu-manos, si no sirve para hacer posible el máselemental y primigenio derecho humano, elderecho a nacer, que es el comienzo inequí-voco de todos los demás, ¿para qué sirve elEstado? ¿Para qué las leyes? ¿Cómo se pue-den permitir quienes tienen confiado por lasociedad la gestión del Estado y quienes hanelegido como vocación el servicio a la ley ya la justicia hablar luego de «derechos hu-manos», si conculcan el más básico e irre-nunciable de todos ellos? ¿Qué clase de Hu-manidad es ésta que corrompe hasta tal pun-to el vocablo «ley», que lo usa, no paraabrirle el paso a la justicia, sino precisamentepara cerrárselo?

¿Para qué las leyes?

Los disfracesde un fracaso A

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Aescala mundial, como sucede en Es-paña, aparecen distintas concepcio-nes sobre la familia y el matrimonio,

pero también sobre la sexualidad, la pobla-ción y el desarrollo. Estas diversas opinionesgeneran un debate apasionante. Por ejemplo,

¿será la familia en el futuro «el núcleo naturaly fundamental de la sociedad», como apuntael artículo 16.3 de la Declaración Universalde los Derechos humanos? ¿O habrá queaceptar que la familia —sin entrar a definirde qué familia hablamos— sea simplemente

la base de la Hu-manidad? ¿Es la fa-milia una institu-ción natural y esen-cial para laHumanidad, o sim-plemente un con-senso social modi-ficable?Los términos amor,libertad, entregasincera, persona,derechos de la per-sona, ¿significan re-almente lo que porsu naturaleza con-tienen?

A mi modo de ver, delegaciones diocesa-nas de Familia, parroquias, movimientos fa-miliares, escuelas de Familia, habrán de hacerfrente a este debate. En él no habrá que olvi-dar unas cuantas cosas:

Las generaciones más jóvenes deben co-nocer lo que es realmente la familia cristianay el matrimonio del que nace. Hemos de pre-sentárselos, sin arrogancia, pero sin comple-jos. Los documentos del Vaticano II, la Ex-hortación Familiaris consortio, la Carta a las fa-milias, el Catecismo de la Iglesia Católica no sonsólo Magisterio: son también la experienciay la vivencia de la Iglesia, de lo que ella sien-te que es la familia y el matrimonio.

Esta familia cristiana, como familia, estambién una realidad humana, instituciónfundamental para la Humanidad, que hayque aceptar en toda su riqueza.

Dentro de la enorme riqueza eclesialque posee el concepto familia, Iglesia domésti-ca, hemos de considerar o recuperar la mi-sión de Iglesia que realiza la familia en laevangelización y la catequesis, en la oración yla celebración cristiana: la unidad y comu-nión de vida de sus miembros, en la justicia yla caridad, dentro y fuera, por el amor prac-ticado.

El matrimonio cristiano, y la familia aque da lugar, debe ser en nuestro mundo untestimonio. Para ello, ha de vivir su unicidadde hombre y mujer, que son una sóla carne.

Y, aunque la procreación no es el único findel matrimonio, no hay matrimonio plenocuando se excluye el bien de los hijos. La pla-nificación familiar natural debe tener cartade ciudadanía en nuestras comunidades, side veras se acepta el principio de la paterni-dad/maternidad responsable.

8/ españa Nº 29/22-VI-1996

Este año se cumple el primercentenario del nacimiento

del sacerdote asturiano donAvelino López de Castro, fun-dador de Acies Christi, InstitutoSecular que agrupa a sacer-dotes y seglares consagrados ala propia santificación y al ejer-cicio del apostolado seglar.El Instituto se inició en los años40 en la diócesis de Coria-Cá-ceres, aunando a jóvenes pro-cedentes de la Acción Católicadeseosos de consagrarse porentero a las tareas apostólicas.Fue erigido como Instituto Se-cular de Derecho diocesano enla archidiócesis de Valencia, en1962, recibiendo entonces elnombre de Acies Christi. Estápresente en diversas diócesisde España y de América.

Sus fines son: formar a sus

miembros para su misión cris-tiana en el mundo; impulsar suacción evangelizadora dentrode su propia condición de vida,profesional y familiar; fomentarla espiritualidad matrimonial yfamiliar; cuidar y atender la for-mación cristiana de los jóvenes;difundir las enseñanzas de laIglesia sobre el mundo seglar.

Esta comunidad quiere lle-var el mensaje cristiano a to-dos los ámbitos de la vida so-cial, por eso sus miembros sonde distintas vocaciones:

Célibes, que renuncian almatrimonio como signo de suentrega total a Dios y a los hom-bres, que viven en pequeñosgrupos para lograr su santifica-ción, formación y apostolado,tanto seglares, que hacen desu profesión el cauce funda-

mental de su acción evangeli-zadora, como sacerdotes, quese incardinan en el Instituto pa-ra la atención espiritual y la for-mación de los miembros segla-res, y que cooperan con losobispos en la tarea pastoral.

Casados o solteros, queno renuncian al matrimonio.Junto a la profesión, el Institutoles propone la vivencia cristia-na en la propia familia como ca-mino fundamental de santifica-

ción y acción apostólica.Cada uno es responsable

de su actividad profesional, queejerce con la máxima libertad,de acuerdo con las enseñan-zas de la Iglesia.

Acies Christi aspira a vivir la feen íntima amistad con Jesucris-to; en la oración, escucha y re-flexión de su Palabra, y tenien-do como intercesora a María.

C.M.

«Acies Christi»

MONSEÑOR BRAULIO RODRÍGUEZ HABLA PARA ALFA Y OMEGA:

Familias cristianas:testimonio creíble

El obispo de Salamanca, responsable de la Subcomisión para la Familia y la Defensa dela Vida, de la Conferencia Episcopal, en declaraciones a nuestro semanario, ha dicho:

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De nuevo un atentado te-rrorista en Madrid. La víc-tima, un convecino y feli-

grés de nuestra archidiócesis, Ma-gistrado de la Audiencia Na-cional. En un lugar y en unas cir-cunstancias, extraordinariamen-te significativas: se trata de la se-de de un alto Tribunal, donde seaplica el Derecho y se adminis-tra la justicia. Las consecuenciaspudieron ser mucho más desas-trosas.

Una vez más, Madrid, susgentes y su pueblo se han con-vertido en el objetivo de los te-rroristas que no cejan en sus ac-ciones criminales contra la paz yla convivencia de todos los espa-ñoles, como se ha podido com-probar también en Córdoba ha-ce pocas semanas.

No podemos —¡no debe-mos!— acostumbrarnos pasiva-mente a la reiterada violencia te-rrorista, como si no hubiese másremedio, como si hubiésemos deenfrentarnos a una insoslayablefatalidad. !No! De ningún modo.Antes bien, debemos alzar, inte-rior y exteriormente, la voz inso-bornable de la conciencia moral,iluminada por la ley de Dios ypor el Evangelio de Nuestro Se-ñor Jesucristo, el Evangelio de laVida. La vida humana es sagra-da e inviolable, don singular deDios Creador y Redentor; de aquíla perenne y gravísima actuali-dad del mandamiento del Señor:¡No matarás!

Siempre que ocurre un aten-tado terrorista habría de oirse lavoz de la Iglesia como un clamorde todos sus hijos —pastores yfieles— que testimoniase públi-camente, con la verdad del amorcristiano, la urgencia del no ma-tarás.

En primer lugar identificán-donos con el dolor de las víctimasde la agresión terrorista. Lesacompañamos con nuestro afec-to fraternal y oramos por ellos. Esmás, debemos sentirnos nosotrosmismos —todos y cada uno de

nosotros— como heridos y lesio-nados en él, en la víctima de la ac-ción terrorista. No nos equivo-quemos. Si todos y cada uno delos miembros de la sociedad no sesienten afectados siempre que seproduce un atentado terrorista; siel «no va con nosotros» se impu-siera medrosamente en el estilodel comportamiento social ante elterrorismo, resultaría imposiblevencer la violencia asesina. La de-gradación de «lo humano» mis-mo sería la última consecuencia.

Luego, llamando la atenciónsobre la gravísima lesión del or-

den moral que se produce siem-pre con las acciones terroristas.Se agrede al mismo hombre enaquello que constituye el presu-puesto imprescindible de su dig-nidad: el derecho a la vida. Or-ganizar, además, la acción terro-rista como un método sistemáticode una supuesta acción política,al final siempre indiscriminadaen sus efectos —se hiere y se ma-ta al que se quiere y al que no sequiere— lleva la agresión al hom-bre y el desprecio de la Humani-dad a unos límites máximos deperversión moral, y a los objeti-vos político-sociales —que se di-cen perseguir— a un máximumde corrupción humana y de des-prestigio social. Usar el crimencomo instrumento de la acciónpolítica equivale a una corrup-ción intrínseca del sentido de lopolítico, que no es otro que el ser-vicio a la persona humana y albien común.

Y, finalmente, preguntándo-nos a nosotros mismos en lo másíntimo de nuestra conciencia, an-te Dios, ante Jesucristo, NuestroSeñor y Salvador: ¿en qué medi-

da somos nosotros factores tam-bién —por acción y/o por omi-sión— del clima de violencia quese respira, a veces tan intensa-mente, en nuestra sociedad? ¿Nohemos sido testigos —y lo somosdiariamente— en Madrid de ac-ciones violentas contra la vida yla integridad de las personas, fre-cuentemente en el mundo juve-nil de muchos barrios —muyqueridos— de nuestra ciudad yde su entorno, que se cometencon una facilidad y una ligerezaque no hacen presagiar nadabueno para el futuro? Y aunqueparezca reiterativo: ¿y no tienenada que ver con este ambientede violencia pronta a desenca-denarse, de la que se toma notatan frívolamente, con el despre-cio al derecho a la vida del nonacido, del deficiente y minus-capacitado, del anciano y del en-fermo terminal? No, que no lle-gue a triunfar entre nosotros,nunca, aquel fatídico principiode conducta social que distin-guía entre «vidas» dignas de servividas y «vidas» indignas deser consideradas como tal.

/9iglesia en madridNº 29/22-VI-1996

MONSEÑOR ROUCO, TRAS EL ATENTADO AL MAGISTRADO DE LA AUDIENCIA NACIONAL:

«No nos acostumbremos a la violencia»

«¿EN QUÉ MEDIDA SOMOS

FACTORES TAMBIÉN —POR

ACCIÓN O POR OMISIÓN—DEL CLIMA DE VIOLENCIA

QUE SE RESPIRA, A VECES TAN

INTENSAMENTE, EN NUESTRA

SOCIEDAD?»

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10/ iglesia en madrid Nº 29/22-VI-1996

El día a díaI Jornada Diocesana de la Salud

en Getafe

En la diócesis de Getafe, bajo el lema «Vete y haz tú lo mismo»,el próximo sábado 29 de junio, desde las 10 de la mañana, en

el salón de actos del Hospital Universitario, tendrá lugar la I Jor-nada Diocesana de la Salud, presidida por monseñor Pérez yFernandez-Golfín. Los objetivos son, en primer lugar, el en-cuentro de quienes se dedican al mundo del enfermo: profesio-nales del mundo sanitario, voluntarios de la Delegación Diocesanade Salud, sacerdotes que coordinan los distintos equipos parro-quiales, así como todos aquellos que, sensibilizados ante el do-lor, quieran participar en este acto; y en segundo lugar, se trata dedespertar, desde las experiencias compartidas, la conciencia desu misión evangelizadora.

Una Primera Piedra muy esperada

La comunidad cristiana de la parroquia de la Santísima Trinidad,en Villalba-Estación, está de enhorabuena. Mañana será colo-

cada la Primera Piedra del nuevo templo y complejo parroquial,cuya construcción se hace cada día más urgente para esta popu-losa localidad madrileña. Las dos pequeñas iglesias —la antigua pa-rroquia y la iglesia «circular», de Nuestra Señora del Camino, quese construyó junto a la carretera de La Coruña— son a todas lucesinsuficientes para la enorme población de Villalba, que además seve multiplicada en los fines de semana. Mañana domingo, día 23,comenzará la cuenta atrás para la inauguración del nuevo templo,que deseamos sea muy pronto. A las 20 horas el señor arzobispo,don Antonio María Rouco, presidirá la Eucaristía en la iglesia dela Santísima Trinidad. A continuación, la comunidad se trasladará alsolar donde ha de construirse la nueva iglesia, frente a la estacióndel ferrocarril, y monseñor Rouco bendecirá el terreno y será colo-cada la Primera Piedra.

A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundación San Agustín en la pu-blicación de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesiástica de Madrid en medios de comunicación,puede enviar su donativo al Banco Popular Español (Agen-cia nº 52, Plaza de San Miguel nº7) a la Fundación SanAgustín (cuenta nº 0075-0615-57-06001310-97).

Campamento de juveniles de Acción Católica

Durante las dos quincenas de julio tendrán lugar en Sobrepeña(Santander) los campamentos de la Acción Católica General pa-

ra juveniles (de 10 a 16 años). Las inscripciones se hacen en la ca-lle Silva nº12, teléfono 5222267/4804, y fax: 5222267.

El arzobispo visita «Manos Unidas»

El pasado jueves el arzobispo de Madrid, monseñor Rouco, vi-sitó la sede de «Manos Unidas, Campaña contra el Hambre»,

organización eclesial promovida por las Mujeres de Acción Cató-lica, y que realiza una ingente labor en favor del Tercer Mundo. Trassaludar a cuantos trabajan en la sede (calle Barquillo, 38), y visi-tar las instalaciones, don Antonio Rouco se reunió con algunos delos máximos responsables: Ana de Felipe, la presidenta, CharoMármol, responsable de Comunicación, y Luis Arancidia, miembrode «Manos Unidas» elegido Coordinador Nacional de las ONG.

Nuevo templo para la parroquiade los Santos Inocentes

Hoy, sábado 22 de junio, a las 8 de la tarde, se inaugura la nue-va iglesia y los locales de la parroquia de los Santos Ino-

centes, en la calle Embajadores nº209. Hace dos años fue co-locada la primera piedra en este lugar, cedido por el Ayunta-miento de Madrid. La ilusión y el esfuerzo de la comunidadparroquial ha hecho posible este nuevo templo, que será con-sagrado por el arzobispo de Madrid, monseñor Rouco. A la ce-lebración asistirá, asimismo, el alcalde de la capital, don José Ma-ría Álvarez del Manzano.

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/11iglesia en madridNº 29/22-VI-1996

Ala puerta del bingo Canoe llegan ca-da tarde Loli y su hijo Javi. Llevan die-ciocho años pidiendo en la calle. Jun-

to a ellos Ab belajad, emigrante irakí que lle-va recorrido medio mundo, vende tabacopara sacar adelante a su mujer y cinco hijos.Con los termos llenos de café y bolsas reple-tas de bocadillos, un grupo de jóvenes se acer-ca a ellos para charlar. Después de estos tresaños, ya se conocen. Se llaman por su nombre,se les pregunta cómo ha ido el día. Se les es-cucha. Cada uno de estos «vagabundos» havisto pasar junto a él a miles de personas. Lamayor parte pasa sin mirar, y el que más echaalguna moneda. Estos jóvenes saben que loque más necesitan estas personas es que seles escuche, se les quiera. «El pasado 15 demayo Ab belajad vino a la fiesta de la parro-quia y nos presentó a toda su familia. Para él,ahora somos sus verdaderos hermanos».

Comenzó siendo el compromiso de un re-ducido número de jóvenes. La ONG Solida-rios para el Desarrollo inició este proyecto. Ca-da noche podemos encontrar grupos de chi-cos universitarios que bajan desde Moncloa,por la calle Princesa hasta la Plaza de España.De ahí suben la Gran Vía, recorren Preciados,hasta llegar a la Puerta del Sol.

La idea se ha ido extendiendo por la capi-tal y ya son casi una decena de parroquias lasque están repartiendo bocadillos y amistad.La parroquia de San Jorge, tras conocer la ini-ciativa, puso en marcha en noviembre el pro-yecto. Jorge de Dompablo, sacerdote de la

parroquia, junto a un buen grupo de jóvenes,recorren cada noche los bajos del complejoAzca.

También son muchos los drogodepen-dientes que se acercan a charlar mientras co-men el bacadillo. Jorge nos comenta una ex-periencia con uno de ellos. «Se llama Javi. Tie-ne dieciocho años y se droga desde los diez.La noche que le conocimos tenía fiebre. Asíque decidí llevármelo a mi casa. Estuvimoshablando y llegó a emocionarse cuando mehabló de su familia. Por la mañana le llevé a la

estación de tren, le compré un billete y partióhacia Alicante, donde residen sus padres».

Quizá no sea la solución para rehabilitar atodos estos marginados, pero sin duda es unaayuda necesaria y útil. Además, a través de es-ta cercanía es posible ayudar a salir de estasituación, como Pachi que se ha convencidode la necesidad de reconciliarse con su her-mano en Bilbao, y éste le ha encontrado untrabajo allí y le ha acogido en su casa.

Alberto Orenes

ACCIÓN SOCIAL EN EL ARCIPRESTAZGO DE SAN AGUSTÍN

Caldo, bocatas, y futuro

El pasado domingo llegarona la parroquia de Torrejón

de la Calzada un grupo de die-cinueve niños bielorusos acom-pañados por su monitora. Vein-te familias del pueblo los aco-gen con gran ilusión. Han sidomeses de muchos preparativospara que estos niños puedanestar entre nosotros. La llegadafue emocionante, buena partede la parroquia acudió a reci-birlos. ¡Vivan los niños de Cher-nobil!, exclamó una señora alverlos descender del autobúsque los trasladaba desde Ba-rajas. No era para menos, to-dos ellos son víctimas inocen-tes del mayor desastre nucle-ar conocido en nuestros días.

Noticias como ésta no sonnuevas. Desde 1994 España es-

tá acogiendo grupos como és-te, y, sin pretenderlo, la genero-sidad de los españoles ha con-vertido a nuestro país en el nú-mero uno de esta corriente desolidaridad con los niños rusos.

Pero la noticia que tienemás interés es comprobar quela Iglesia, una vez más, lleva la

delantera en estas iniciativassociales. Un 85% de los gru-pos que vienen a España a lolargo del año, tienen como des-tino parroquias u otro tipo deinstituciones eclesiales. En Pe-rales de Tajuña, Colmenar deOreja, Aranjuez, Griñón, Mós-toles, Fuenlabrada, Las Matas,

Getafe, Alcorcón, Las Rozas,Carabanchel… han sido las pa-rroquias las que han organiza-do y financiado todos estos gru-pos.

Es gratificante comprobarcómo los cristianos no hemosolvidado las palabras de Cristoen el Evangelio: «Porque tuvehambre, y me disteis de comer;tuve sed, y me disteis de be-ber; fui forastero, y me acogis-teis; estaba desnudo, y me ves-tisteis; enfermo, y me visitas-teis; en la cárcel, y vinisteis averme. En verdad os digo quecuantas veces hicisteis eso auno de mis hermanos más pe-queños, a mí me lo hicisteis».

Julio Rodrigo PeralPárroco de Torrejón de la Calzada

Las parroquias se vuelcan con los niños de Chernobil

Una ayuda concreta y útil

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Día y noche la calle Am-posta se ve llena de mori-bundos que van a Los Fo-

cos o vuelven de allí. Si no tienenlas 4.000 pesetas de la papelina,o si la policía se la quita, son ca-paces de todo para no aguantarel mono. Arramplan con lo quesea, atracan un establecimiento,o entran en una casa para llevar-se una olla con comida, o en unaparroquia, como ocurrió hace po-cos años, por algo de aparente va-lor. Cualquier cosa sirve en LosFocos de moneda de cambio. Só-lo algunos de ellos son del barrio,el resto viene de todo Madrid.

Los vecinos del barrio, susparroquianos, ¿qué opinan?

No estamos contra los más dé-biles: la comunidad gitana, a laque queremos y atendemos, y losdrogadictos, a quienes acogemospara su rehabilitación en nues-tras asociaciones. Son pobres gra-nitos de arena en un mar de ne-

cesidades. No queremos que setraslade el problema a otro barrioo a otra parte del barrio, sino quese realoje a las familias gitanas, sejuzgue a los traficantes, y se atien-da a los enfermos.

IMPOTENCIA POLICIAL

El encerramiento en forma deghetto de la zona parece bastanteineficaz, porque todos los díasaparecen nuevas entradas.

Pero, ¿y la actuación policial?No queremos pensar lo peor,

pero es inexplicable la impotenciade la policía. Ellos dicen que nopueden hacer más, porque losjueces cuestionan la capacidadprobativa de los videos policia-les: la entrada de 35 jóvenes de-macrados cada 5 minutos en unode estos módulos, por ejemplo,dicen que no significa que vayana comprar droga. Y si al salir sepinchan, no prueba que lo que se

12/ iglesia en madrid Nº 29/22-VI-1996

Niños de «Los Focos»

HABLA PARA ALFA Y OMEGA EL ARCIPRESTE DE SAN BLAS, SOBRE LOS PROBLEMAS SOCIALES DEL BARRIO

Al lado de los más pobresPablo Cestonaro, arcipreste de San Blas y párroco de Nuestra Señora del Recuerdo, vino del norte de Italia hace nueve años a

esta comunidad de Josefinos, que se ofreció al arzobispado de Madrid para ir a una parroquia «con los últimos». Desde entonces,y no sólo con las protestas de los vecinos de estos días, su denuncia, tan serena como clara, le ha costado muchas amenazas. Así describe el problema de los focos de San Blas: «Más de mil drogadictos entran diariamente en los módulos de la Avenida

de Guadalajara. El mercado de la droga esta perfectamente organizado: en un sitio se compra la papelina, en otro la jeringuilla y el papel de plata, y en otro se alquila una habitación por cien pesetas para pincharse».

Familias gitanas de «Los Focos», en el barrio de San Blas

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inyecten sea droga. Así las cosas,no es fácil lograr una demandajudicial para entrar en uno de es-tos módulos, y si la hay, ya hantenido tiempo de llevar la mer-cancía al otro módulo por puertasinteriores, donde ya no tendríanautorización para entrar.

¿Y la Comunidad de Madridy el Ayuntamiento?

Hay una inexplicable lentituden el realojo de los vecinos de losmódulos y de las chabolas de LosFocos. La Administración se siguepasando la patata caliente evitan-do cualquier decisión. Sólo apa-

recen en época de elecciones y lue-go desaparecen tranquilamente.Se han incumplido todas las pro-mesas hechas durante años. He-mos agotado todos los medios, ysólo hemos recibido evasivas ymensajes de resignación.

¿Cómo viven esta situación

las comunidades parroquialesde San Blas?

La parroquia más cercana aLos Focos, la del Recuerdo, juntoa las otras cinco que también con-viven con este drama (San Blas,San Joaquín, Virgen del Mar, LaCandelaria y Santa Florentina),comparten con todos los vecinos,el sufrimiento, y la rabia conte-nida, apoyan totalmente las justasreivindicaciones y las pacíficasmanifestaciones, bucan luz paraentender lo que pasa, con sereni-dad, valor para no evadirse, co-raje para denunciar las injusti-cias, fuerza para trabajar sin des-canso por todos, buscandoalternativas y propuestas inspi-radas en el Evangelio, disponi-blidad para apoyar las iniciativasde otras instituciones, sin que na-da ni nadie los utilice, y capaci-dad para hacerlo todo en un cli-ma de respeto, ayuda y acogida.Para todo ello, la visita que hizoel señor arzobispo a Los Focos,con su cercanía y su palabra, fuesin duda un gran impulso.

Por otro lado, los sacerdotesde San Blas, adelantándose a losúltimos acontecimientos, dirigie-ron hace ya dos meses un comu-nicado pastoral a las comunida-des parroquiales, en el que ante«el deterioro progresivo e impa-rable del barrio», se recuerda elcriterio cristiano fundamental:«La encarnación del Hijo de Diosfue siempre el punto de partidade toda su denuncia y la base detoda su Buena Noticia. Jesús diósu vida para que todos, sobre to-do los más pobres, puedan recu-perarla».

Manuel María Bru

/13iglesia en madridNº 29/22-VI-1996

«NUESTROS CRISTIANOS

BUSCAN LUZ

PARA ENTENDER

LO QUE PASA

CON SERENIDAD, VALOR

PARA NO EVADIRSE, CORAJE PARA DENUCIAR

LAS INJUSTICIAS, FUERZA

PARA TRABAJAR SIN

DESCANSO POR TODOS,BUSCANDO ALTERNATIVAS

Y PROPUESTAS INSPIRADAS

EN EL EVANGELIO»

Después de la ocupa-ción del mercado de

Monta-Marta, los mediosde comunicación no hantardado en volver su mira-da al barrio de San Blas,que lleva el sambenito deser el barrio de la droga.Los vecinos dicen que nun-ca se habla de lo que elloshacen, que sólo se dan lasnoticias negativas de susproblemas, con sensacio-nalismo y pesimismo. ¿EsSan Blas así? ¿No es ver-dad que en el barrio de Sa-lamanca se consume aúnmás droga que en SanBlas? Los vecinos de SanBlas están siendo capacesde afrontar sus problemasy buscar soluciones.

¿Los problemas? Similares a los de los de-más barrios periféricos de la gran ciudad, y to-talmente interdependientes, como son: el incremento del nivel de hacinamiento porfalta de viviendas para las nuevas generacio-nes; la falta de recursos adecuados para la de-sintoxicación, que provoca grandes listas deespera y un incremento de abandonos. De he-cho, los presupuestos de la Administración enmateria de dorgas se han visto reducidos casi un40%; la falta de empleo, sobre todo en la pobla-ción juvenil, tanto paya como gitana; la escasez de espacios y recursos de ocio ytiempo libre para chavales y jóvenes, por lo quela calle se ha convertido para tantos de ellosen el espacio donde tiene lugar el inicio del con-sumo frecuente y abusivo de alcohol y del en-ganche con las drogas; la falta de estímulo familiar y el fracaso es-colar: cada vez más niños abandonan el colegio,los maestros tiene la sensación de que su cos-tosísima labor es contracorriente e ineficaz, yla implantación de una Escuela Oficial de Idio-mas o un centro de la UNED no parecen sersoluciones que vayan a las raíces de estos pro-blemas.

¿Soluciones? Claro que las hay: cumplir los plazos previstos para los realo-jos, bien hechos, tratando de erradicar el cha-bolismo, y no de cambiar de sitio el problema;

crear centros y otros medios de atención pa-ra la desintoxicación y la rehabilitación, empe-zando por reducir las listas de espera; depurar las responsabilidades políticas encuanto a la intervención de los traficantes; crear casas de acogida para enfermos de SIDA que no tienen apoyos familiares; atender a las familias que padecen el pro-blema de las drogas en alguno de sus miem-bros; crear escuelas preprofesionales para chicosy chicas de 13 a 16 años, que se encuentranfuera de la escuela por diversas razones: ex-pulsados, inadaptados, etc... aprovechando pa-ra ello el antiguo mercado de Montamarta; crear campañas de prevención en los colegiosy los institutos; enviar trabajadores sociales que hagan depuente entre la escuela y las familias; ayudar a las familias más necesitadas en be-cas de comedor completas, materiales de es-tudio, etc...; dotar de recursos de preparación profesio-nal a los jóvenes del barrio, en especial aulaspara los que estén en proceso de reinserción; apoyar mediante convenios a las empresaspara que puedan acoger a los jóvenes que sepreparan profesionalmente; apoyar y promover asociaciones de preven-ción y de rehabilitación de drogodependientes.

M.M.B.

Un barrio con problemas,y con soluciones:

Monseñor Rouco con don Pablo Cestenaro, celebra la Eucaristía en laparroquia de Nuestra Señora del Rosario

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Leyendo, hace unosdías, el capítulo delevangelio de San

Mateo en el que habla dela oración y dice: «Cuan-do recéis, no uséis mu-chas palabras como lospaganos, que se imagi-nan que, por hablar mu-cho, les harán más caso»,me vino a la mente el re-cuerdo de una cristianachina de mi misión, quepasaba grandes ratos enla iglesia diciendo siem-pre al Señor, en voz alta,la misma oración, inven-tada por ella, y que le sa-lía del alma: «T’ien tchu,pu ki guo i yang» –Señor,no seas como yo–.

Extrañado por oírlesiempre la misma frase,me acerqué un día a ellay le pregunté: «¿No sa-bes otras oraciones?Por-que siempre dices al Se-ñor lo mismo». «Sí, pa-dre, me contestó ella, séotras oraciones, pero mecontento con decirle alSeñor siempre lo mismo,“que no sea como yo”,porque yo soy muy ma-la: envidiosa, soberbia,vengativa y otras mu-chas cosa malas. Y si elSeñor fuera como yo, es-taba perdida. Por esto,no me canso de decirleque no sea como yo.¿Hago mal rezando así?»

Verdaderamente, teníarazón mi analfabeta cris-tiana, y sonriéndome ydándole unas palmadi-cas en el hombro, le dije:«Sigue con tu oración,que es muy buena». Y asísiguió la buena mujer,frecuentando la iglesia ydiciéndole al Señor siem-pre lo mismo, «que nofuera como era ella».

Otro día, estando yoen el confesionario y elladelante, preparándosepara confesarse, comen-zó a darse golpes de pe-cho y diciendo al mismotiempo su propia ora-ción, «Señor, no seas co-mo yo». Pero, unas ve-ces, se golpeaba la partesuperior del pecho, yotras el vientre. La llaméy le pregunté a qué vení-an aquellos altos y bajosgolpes, y me respondió:«Ya sabe el padre que eldolor de contrición se di-ce en chino «shang tengtung juei» –dolor supe-rior–, y el dolor de atri-ción se dice «chia tengtung juei» –dolor infe-rior–. Pues dándomegolpes altos hago el do-lor de contrición y, conlos golpes bajos, el deatrición. Ya ve, padre,qué fácil es hacer los dosactos de dolor para con-fesarse bien. Y el Señor

me entiende muy bien yme perdona. ¿No le pa-rece?»

Si algún moralista leeeste relato se reirá a gus-to, como me reí yo de es-ta opinión de mi analfa-beta y moralista cristia-na china, que no deja detener su gracia. Perotambién estoy convenci-do de que el Señor, quees el mejor moralista y,en el confesionario, elmás humano y com-prensivo confesor, sesonreía, escuchaba, com-prendía y perdonaba ami cristiana china, comosonríe, escucha, com-prende y perdona acuantos se acercan a él aconfesar sus pecados,dándose golpes, altos obajos, por haberlos co-metido. Y en estos tiem-pos, en los que tanto habajado la estima y lapráctica del sacramentode la confesión, ¡quéconfortadora resulta lalección de mi analfabetarezadora y moralistacristiana china...!

Y yo, contagiado porella, termino golpeandomi pecho y diciendo«T’ien tchu, pu ki guo iyang» –no seas como yo,Señor–.

P. Aguirre

14/ testimonio Nº 29/22-VI-1996

Aveces, me los encuentro al salir de casa, antes de las sietede la mañana, cuando subo el autobús para asistir a una Misa

conventual, más abajo, en nuestra misma calle. A veces, los veo al salir de la Misa, que viene a durar lo que

ellos tardan en llegar a pie, desde casa. Es un matrimonio de me-diana edad, que pienso van juntos a sus respectivos trabajos. Loque me sorprende de ellos es que van cogidos de la mano y —tanencantadores— muy enfrascados en su coloquio. Siempre juntoscomo José y María —que dirían en Canarias.

Les recuerdo, como un ejemplo, cuando le escribo a Miguel,a quien conozco desde que nació, y va a casarse dentro de un

par de semanas: «Os parecerá mentira, pero Elena y tú os vaisa querer aún más que hoy. Esto es lo hermoso de un buen ma-trimonio. Los avatares de la vida, con sus pruebas y alegrías,asumidos con la gracia de Dios, os han de acercar más, com-partiendo y acreciendo vuestra sintonía en la mutua compren-sión, la tolerancia y el respeto. A Elena no le regatees la aten-ción y todo el tiempo que merece; porque para ti debe ser la per-sona más importante del mundo, más incluso que vuestrospropios hijos».

Carlos Moreno Pérez

Un buen matrimonio más

ORACIONES DE ANDAR POR CASA

«No seas como yo...»

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Qué cosa de menos valorque unos pajarillos? Y,sin embargo, ni ésos serán

cogidos en el lazo sin conocimientode vuestro Padre. No dice que seaDios quien los haga caer en ellazo —pues ello sería indignode Dios—, sino que nada decuanto acontece le pasa inad-vertido. Si, pues, Dios no ignoranada de cuanto acontece y a vo-sotros os ama con más sinceroamor que el de un padre, y has-ta tal punto os ama que tienecontados los cabellos de vues-tra cabeza, no hay motivo paraque temáis. Con esas palabrasquiso el Señor poner de mani-fiesto a sus discípulos el cabalconocimiento y la grande pro-videncia que de ellos tenía. Si,pues, Él sabe todo lo que os pa-sa, y puede y quiere salvaros,sufráis lo que sufráis, no pen-séis que lo sufrís por estar de Élabandonados. Realmente noquiere el Señor librar a los su-yos de sufrir, sino enseñarles amenospreciar el sufrimiento,pues ésta es sin duda la más ca-bal liberación del sufrimiento.

No temáis, pues; vosotros valéismás que muchos pajarillos. ¿Veiscómo ya el miedo se había apo-derado de los apóstoles? Bienconocía el Señor los secretos desu alma. De ahí que prosiguie-ra: No los temáis, pues. Aun cuan-do lleguen a dominaros, sólo

dominarán lo que hay de infe-rior en vosotros, es decir, vues-tro cuerpo. Y éste, aun cuandono lo mataran vuestros enemi-gos, la naturaleza vendrá sin re-medio a arrebatároslo.

San Juan Crisóstomo

El amor a la verdad y el derecho a transmitirla —o sea, libertad de expresión— es una idea

que nace en el Evangelio cristiano, no en el mun-do judío o romano contemporáneo. El texto desan Mateo tiene esta frase: «Lo que os digo denoche, decidlo a pleno día; y lo que escuchéis aloído, pregonadlo desde la azotea». Gracias alcristianismo se propaga esta idea de libertad pa-ra la difusión pública del pensamiento, y ello cons-tituye un valor universalmente aceptado inclusoen áreas socio-culturales no católicas o no cris-tianas.

Curiosamente, la acusación más reiterada con-tra la Iglesia consiste en atribuirle caracteres declandestinidad o de secretismo, cuando la realidadhistórica nos dice que ha nacido predicando y seha extendido predicando en todos los ámbitos cul-turales. Si la Iglesia tuviese ese carácter oscu-rantista con el que tanto se la denuncia, no ha-

bría salido de un pequeño barrio de Jerusalén.Por el contrario tuvo desde el primer momentouna idea sobre sí misma: la esencia de la fe cris-tiana es la universalidad de su mensaje. Ya en laprimera generación cristiana, y con todas las in-suficiencias de viajar de aquel entonces, se llegóa Roma, verdadera capital política y cultural deesos siglos. Eso no lo haría un aficionado a laclandestinidad. También es curiosa la expresión«pregonadlo desde la azotea». La voz humanadesde una azotea era el único instrumento de di-fusión; faltaban diecinueve siglos para el inventode la radio y trece para el de la imprenta. Hoy elevangelista habría escrito que se vaya a la BBC oa la CNN. La azotea de hoy es un satélite a diez ki-lómetros de altura. Pero la idea es la misma: de-ber/ derecho de predicar.

Luis Apostua

/15el día del señorNº 29/22-VI-1996

Evangeliode mañana

DUODÉCIMO DOMINGO

DEL TIEMPO ORDINARIO

Mateo 10, 26-33

En aquel tiempo dijoJesús a sus discípu-

los: —No tengáis miedo a

los hombres, porque na-da hay cubierto que nollegue a descubrirse; na-da hay escondido que nollegue a saberse. Lo queos digo de noche, decid-lo en pleno día; y lo queos digo al oído, prego-nadlo desde la azotea.No tengáis miedo a losque matan el cuerpo, pe-ro no pueden matar el al-ma. No; temed al quepuede destruir con el fue-go alma y cuerpo. ¿No sevenden un par de gorrio-nes por unos cuarto?; y,sin embargo, ni uno solocae al suelo sin que lodisponga vuestro Padre.Pues vosotros hasta loscabellos de la cabeza te-néis contados. Por eso,no tengáis miedo, no haycomparación entre voso-tros y los gorriones.

Si uno se pone de miparte ante los hombres,yo también me pondré desu parte ante mi Padredel cielo. Y si uno me nie-ga ante los hombres, yotambién lo negaré antemi Padre del cielo.

¡Valéis más que los pajarillos!

EPÍSTOLA PARA AUSENTES

Predicación, no secreto

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«DESDE LA TIERRA, A LAS GENTES»

Testimonios de un acon

16/ raíces Nº 29/22-VI-1996

Sarcófago de la Natividad (detalle). Cripta de la iglesia de San Honorato, en Arlés

Fragmento de un sarcófago. Se representa la nave de la Iglesia guiadapor Cristo y conducida por los evangelistas (siglo IV)

Los cristianos no sedistinguen de losdemás hombres nipor territorio ni porlengua ni por ma-nera de vestir. Noviven en ciudades

propias, ni usan un lenguaje es-pecial, ni tienen un peculiar mo-do de vida, viviendo en ciuda-des griegas o bárbaras, igual quecualquier otro, y adaptándose alas costumbres del país en el ves-tir, en el comer y en el resto delvivir, dan ejemplo de una formade vida social maravillosa, casiincreíble. Viven en su propia pa-tria, pero como gente extranjera.Comparten todos los deberes deciudadanos y soportan todos los

impuestos. Toda tierra extranjeraes patria para ellos y toda patriaes tierra extranjera. Tienen en co-mún la mesa, pero no el lecho.Pasan su vida en la tierra, peroson ciudadanos del cielo. Obe-decen a las leyes establecidas, pe-ro las superan con su tenor de vi-da. En una palabra, los cristianosson en el mundo lo que el almaen el cuerpo».

Este extracto de la carta de uncristiano anónimo del siglo II, es-crita a un pagano llamado Diog-neto, ofrece una descripción viva,e increíblemente actual, de la vi-da de los cristianos en un mundoque no era cristiano, y perfila unavalidísima prospectiva en la quese puede enmarcar la excepcio-

L

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nal exposición «Desde la tierra a las gentes. Ladifusión del cristianismo en los primeros si-glos», que está teniendo lugar en Rímini has-ta el 1 de septiembre de este año, dentro del«Encuentro para la amistad entre los pue-blos», evento de excepcional altura cultural,que desde hace algunos años se viene cele-brando en dicha ciudad italiana.

Cientos de piezas y muestras, algunas deellas expuestas por vez primera, presentadasen cuatro grandes secciones, ofrecen un ri-quísimo e inigualable testimonio del aconte-cimiento cristiano y de su irrupción en la his-toria («desde la tierra....»), y de su difusiónen el tiempo y el espacio («... a las gentes»).«Cuando llegó la plenitud de los tiempos»,Dios se hizo presente al hombre a través deuna realidad humana, en un determinadoambiente, en fiel lealtad a todas las condicio-nes humanas y al momento histórico que eli-gió para manifestarse.

Palestina y el judaísmo, tablas escritas y lu-cernarios, sarcófagos y frescos, ins-cripciones en piedra y pintu-ras, mosaicos y uten-si-lios domésticos, mo-nedas y estelas funera-rias, todo el inmensoabanico de la realidadhumana aparece en estaexcepcional exposición,junto a papiros de las cue-vas de Qumrán (que no só-lo dan testimonio del ju-daísmo de la época de Je-sús, sino incluso de los pri-meros pasos de la difusióndel cristianismo), y a do-cumentadísimos estudioslingüísticos sobre el sustra-to arameo de los evangelios,realizados en Madrid por discí-pulos del profesor Mariano Herranz Marco.Ofrecemos, en esta doble página de raíces, una

primera muestra de tanta riqueza que permi-te ver y tocar huellas y vestigios incontro-

vertibles del hecho cristiano, que no essusceptible de ser reducido a una le-yenda nebulosa, porque está pro-fundamente arraigado «en la tie-

rra», en la historia de los hom-bres. Volveremos sobre estamuestra excepcional.El acontecimiento cristiano,que entró en el mundo caside manera insensible comola simiente en la tierra, ha in-

vadido la vida del hombre de todos lostiempos en un devenir ininterrumpido

que, dos mil años después, permanece vivoy experimentable en la realidad actual. Los

testimonios históricos no son más que unaconfirmación de que la irreductible no-

vedad del cristianismo es una misma fe,una misma esperanza y una misma comunión.

Alfa y Omega

ntecimiento permanente

/17raícesNº 29/22-VI-1996

Fresco del «pastor intelectual». Hipogeo delos Aurelios. Roma

Arriba: vidrio de oro con la multiplicación de los panes. Biblioteca Apostólica Vaticana (siglo IV)Abajo: papiro 7Q5, de Qumrán (año 50 d.C.) con un fragmento del evangelio de Marcos

«EL ACONTECIMIENTO CRISTIANO

HA INVADIDO LA VIDA DEL HOMBRE

DE TODOS LOS TIEMPOS EN UN DEVENIR

ININTERRUMPIDO QUE, DOS MIL AÑOS

DESPUÉS, PERMANECE VIVO»

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El anuncio de esta decisión ha levantadouna fuerte polvareda en los medios laicos.Al día siguiente, El Mundo denunciaba

en un editorial el error del Gobierno Aznaral seguir fielmente las tesis de la jerarquía ca-tólica. Dos días después, el inefable Paco Um-bral, en su columna Los placeres y los días, en-cizañaba más el asunto afirmando que «esteGobierno no respeta una Constitución no con-fesional». La Confederación Española de Aso-ciaciones de Padres de Alumnos de los centrospúblicos (próxima a IU y al PSOE) anunciabaque «actuará con contundencia» ante el anun-cio del Gobierno de dar «rango académico a laasignatura de religión». El País (18 de junio),que dedicó una página entera a este asunto,recogía unas declaraciones de Joan Romero,portavoz socialista de la Comisión de Edu-cación en el Congreso, en las que acusaba aAznar de «una gran intolerancia» y puntua-lizaba que el PSOE será «beligerante contrauna eventual devolución del valor académi-co a esta asignatura». Bastan estos botones co-mo muestra de lo mal que ha sentado en al-gunos sectores el anuncio de que las clasesde Religión se volverán a impartir con serie-dad en los colegios.

La cuestión de la enseñanza de la Religiónen la escuela fue uno de los grandes debatesintelectuales en la II República. Sesenta añosdespués las posturas siguen claramente en-frentadas, si bien es cierto que el debate notiene la virulencia de entonces.

RELIGIÓN EN LA ESCUELA

¿Cuáles son las principales tesis que se es-grimen ante el hecho de la enseñanza de laReligión en la escuela?

En primer lugar está la actitud de losque defienden a capa y espada que la Reli-gión debe enseñarse exclusivamente en la fa-milia y en la parroquia. Son los que piden agritos una «escuela plenamente laica», ca-rente de todo tinte de confesionalidad. Es latesis defendida por IU, y los sindicatos e in-telectuales afines a ella. Su principal argu-mento es que en un Estado aconfesional, co-mo es el caso de España, la escuela no tieneque adoctrinar religiosamente a nadie.

Hay un segundo sector que se muestramás conciliador y dice: de acuerdo, religiónconfesional en la escuela para quienes seancreyentes y la pidan, y una alternativa de re-

ligión no confesional para los no creyentes.Pero con una condición: que esas enseñan-zas, en uno y en otro caso, no tengan efectosacadémicos, es decir, que no haya exámenes yque no se evalúen. «En una sociedad plura-lista –decía el citado editorial de El Mundo– yen un Estado aconfesional, no nos parece lomás adecuado que un niño suspenda, aprue-be o saque sobresaliente en Religión».

La formación religiosa o moral, seguía di-ciendo, constituye un «bagaje vital» del queno puede depender ni el aprobado del cursoni la nota para la selectividad. Esta tesis pa-

rece, a primera vista, convincente, pero si seanaliza a fondo carece de todo fundamento,como veremos más adelante.

La actitud del actual Gobierno pareceser la siguiente: la cultura religiosa es un he-cho universal de suma importancia, que debeestar presente en los planes de enseñanza, se-gún los Acuerdos firmados con la Santa Sedey las sentencias reiteradas del más alto Tri-bunal de Justicia. El Estado debe respetar es-te hecho y dar cauce al sagrado derecho delos padres a elegir el tipo de educación quequieren dar a sus hijos.

RESPETO A LA CONSTITUCIÓN

¿Puede aceptarse esta solución en un Es-tado cuya Constitución es aconfesional? Sí.Una Constitución no es aconfesional porqueexija que no se enseñe ningún tipo de Reli-gión en la escuela (esto es lo que parece haberentendido el Sr. Umbral), sino que porque esaconfesional «se lava las manos» en esta cues-tión y se limita —que no está nada mal desdeel punto de vista democrático— a reconocer(como hace la Constitución Española en suartículo 27.3) el derecho de los padres a elegir el ti-po de educación que desean para sus hijos con-forme a las convicciones que tengan, bien seancatólicas, hebreas, islámicas, laicas o agnós-

18/ españa Nº 29/22-VI-1996

Hace pocos días surgió la noticia de que el nuevo Gobierno piensa aprobar en los próximos meses un decreto–ley que volverá a dar a la asignatura de Religión el valor académico que tenía antes de que el anterior Ejecutivo socialista

aprobara dos decretos sobre la cultura religiosa y las «alternativas» a la enseñanza de la Religión.

CLASES DE RELIGIÓN Y ACONFESIONALIDAD

El futuro de las clases

«LOS PADRES QUE ELIJAN

PARA SUS HIJOS CLASES DE RELIGIÓN

TIENEN PLENO DERECHO

A EXIGIR QUE APRENDAN

EN LA ESCUELA

LOS CONTENIDOS BÁSICOS

DE LA RELIGIÓN

DE UN MODO SERIO Y RIGUROSO»

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ticas.Pero, además, el anuncio del decreto-ley

apunta a que esta asignatura, confesional ono confesional, tendrá rango académico y,por lo tanto, será evaluada y la nota aparece-rá, junto a las demás asignaturas, en el expe-diente del alumno.

¿Puede mantenerse esta tesis en un Estado

pluralista, democrático y aconfesional? ¿No esla Religión algo que pertenece exclusivamentea la dimensión vivencial del ser humano, asu «bagaje vital», por usar la expresión delmencionado diario?

Para entender que no es ninguna incon-gruencia, sino que resulta plenamente lógi-co evaluar las clases de Religión, conviene re-cordar la distinción entre la «enseñanza reli-giosa» que se imparte en la escuela y la«catequesis» que se transmite en la familia yen el seno de la comunidad parroquial. La ca-tequesis sí apunta plenamente a la transmi-sión vivencial del mensaje cristiano. La En-señanza religiosa escolar se mueve en un pla-no docente de adquisición de conocimientos,hechos y valores.

EL DERECHO DE LOS PADRES

Los padres que elijan para sus hijos clasesde Religión tienen pleno derecho a exigir queaprendan en la escuela los contenidos bási-cos de la Religión de un modo serio y rigu-roso. Esos padres, en el caso de que elijan cla-ses de Religión católica para sus hijos, tienenderecho a que éstos aprendan en la escuela

un conjunto de conocimientos religiosos bá-sicos, como, por ejemplo: pasajes bíblicos im-portantes del Antiguo y del Nuevo Testa-mento, los diez Mandamientos y sus princi-pales consecuencias en el orden personal ysocial, las nociones claves de la religión cris-tiana, la Historia de veinte siglos de cristia-nismo, la influencia del hecho cristiano en la

cultura (literatura, pintura, escultura, arqui-tectura, música), etc...

Y esos padres tienen derecho a que eseconjunto de conocimientos se transmita a sushijos al menos con la misma seriedad y rigorque en las demás áreas de enseñanza; tienenderecho a que la Religión no sea una maría , ya que los profesores que imparten esas cla-ses estén bien cualificados y sean unos pro-fesionales competentes. Tienen también de-recho a que sus hijos sean evaluados, comoen las demás asignaturas, porque tienen de-recho a que no sean, en materia religiosa, unatropa de ignorantes, como, por desgracia, lesucede ahora a un amplio sector de la juven-tud española, educada en el campo de la Re-ligión en una atmósfera poco seria, pasota ydelicuescente.

Esos padres —que, por cierto, son másde ochenta de cada cien— tienen este dere-cho, que está reconocido por la Constitu-ción Española y por los Acuerdos del Go-bierno Español con la Santa Sede, que, porfin, va a ser respetado. Démonos, todos, laenhorabuena.

Pedro de la Herrán

/19españaNº 29/22-VI-1996

de ReligiónEl 99% de los alumnosde los centros privados y el 76% de los públicos

solicitan clase de Religión

La Comisión de Enseñanza y Cate-quesis de la Conferencia Episco-

pal Española ha dado a conocer losdatos correspondientes a los alum-nos inscritos en clase de Religión, tan-to en los centros públicos como enlos privados de titularidad canónica ycivil, correspondientes al curso 1995-96. Según los datos que se ofrecen,en los centros de titularidad canóni-ca, el 99,58 por ciento de los alum-nos optaron por la Enseñanza Reli-giosa Escolar. En estos centros, el0,42 por ciento no solicitaron estaasignatura. El índice más elevado co-rresponde a los cursos de Educaciónprimaria y a BUP, con el 99,89 y el99,50 por ciento, respectivamente. Enlos citados centros hay un total de739.062 alumnos, de los cuales735.940 eligieron Religión, frente a3.122 que no la eligieron. En los cen-tros privados de titularidad civil, el por-centaje de alumnos que optaron por laasignatura de Religión asciende al85,06 por ciento, frente al 14,94 queno optaron por ella. Hay un total de198.173 alumnos, de los cuales168.557 están inscritos y 29.616 noinscritos. En los centros públicos, algomás de dos millones de alumnos(2.043.702) se inscribieron en la cita-da asignatura, lo que supone un 76,15por ciento del total, mientras que640.069 no se inscribieron, con unporcentaje equivalente del 23,85 porciento. En los centros públicos haymás de dos millones y medio de alum-nos matriculados (2.683.771). En és-tos, los porcentajes más altos co-rresponden a los cursos de Educa-ción Primaria (1º a 6º) y EGB (7ºy8º),con el 88,05 y el 81,37 por ciento, res-pectivamente.

Estos son datos, hechos, no opi-niones. A la vista de ellos, es inacep-table, intolerable, que el Estado nocumpla con su deber de servir a estesagrado derecho de los ciudadanos.Por muchas razones, éticas y mora-les, previas: pero es que, incluso, porpuro respeto a las reglas democráti-cas. Quienes han soportado 14 añosal PSOE sin estar de acuerdo con éllo hicieron porque una mayoría muy,pero que muy justita, así lo decidió.Ahora, los que se oponen a la clasede Religión, salen con que si la fe esuna vivencia y no es evaluable… ¿Y el Derecho sí? ¿Y la Medicina sí?¿Y la Política sí?

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Queridas hermanas delmundo entero:

Estoy unida a todas ustedescon el corazón dolorido al ver lainsigne dignidad de la mujer tanfrecuentemente pisoteada.

Recuerdo un proverbio árabeque dice: Ven a mi con tu corazón yyo, a cambio, te daré ojos. Tres te-mas impresionan vivamente a losojos de mi corazón:

• La situación de las mujeresrurales, sobre todo en los paísespobres;

• Las violencias que sufren lasmujeres en el mundo entero;

• El papel que la familia de-be desempeñar como lugar deaprendizaje de la dignidad y dela igualdad de la mujer.

Quiero hacer un llamamientourgente y solicitar que esta Con-ferencia dé prioridad a las muje-res rurales, sobre todo de los países pobres. Las discriminacio-nes e injusticias que sufren son,sin duda, las más graves de cuan-tas afectan a la mujer. Son explo-tadas a través de duras tareas asu-midas desde su niñez, a menudoexcluidas de la formación esco-lar, poco o nada remuneradas, yabandonadas para asumir solasla supervivencia de los hijos, quie-nes son, con ellas mismas, las pri-meras víctimas de la desnutrición.Todo esto conduce al éxodo ruraly a la feminización de la pobre-za, que afecta hoy en día a cien-tos de millones de mujeres ruralesen el Tercer Mundo.

La condición de inferioridadde tantas mujeres es en sí unagrave injusticia. La negación desu dignidad perjudica además alconjunto de la sociedad porquepenaliza a estas mujeres que con-tribuyen de manera esencial aldesarrollo económico y social desu país, desempeñando una fun-ción vital para el bienestar de sufamilia y de toda la comunidad.

La Comunidad internacionaldebe adoptar medidas concretas:

• El acceso de la mujer rural ala enseñanza implica la supresión

de trabajos abusivos de las jóve-nes, para que, desde su infancia,puedan beneficiarse, como los chi-cos, de una enseñanza regular;

• Una formación diversificaday adaptada a las necesidades es-pecíficas de las mujeres ruralesy, particularmente, su formaciónsanitaria básica, que genere sa-lud para toda la familia y mejoresu situación socio-económica;

• Igualdad en el acceso a losservicios de sanidad, a la propie-dad y al crédito, lo que necesita lamodificación de las legislacionesy de las costumbres, a menudodiscriminatorias, con respecto alas mujeres;

• La creación de asociacionesfemeninas no gubernamentalese independientes que ayuden alas mujeres a asumir responsabi-

lidades en sus familias, comuni-dades y naciones;

• La participación concreta, através de asociaciones, en los pro-yectos de desarrollo que les con-ciernen. La comunidad interna-cional debe adoptar también al-gunas medidas concretas.

• Los países ricos deberíananular las deudas públicas de lospaíses más pobres, incrementary coordinar mejor las sumas de-dicadas a los proyectos de pro-moción de la mujer, principal-mente de la mujer rural.

• Evitemos que se vean obli-gadas las mujeres a aceptar pro-gramas de reajustes estructura-les, impuestos por Organismosinternacionales, en los que que-dan discriminadas.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

El primer informe de las Na-ciones Unidas sobre violenciacontra la mujer habla de «viola-ciones, prostitución forzada, mu-tilaciones sexuales, acoso sexual,malos tratos en el hogar, desi-gualdad de sueldos». La causamás grave de violencia contra lasmujeres es la indiferencia y lainercia de algunos gobiernos an-te estos crímenes. Pienso concre-tamente en aquellos países dondese practica el infanticidio de lasniñas a gran escala. Es impres-cindible que, cada año, las Na-ciones Unidas y Amnistía Inter-nacional publiquen sus informescon el fin de aumentar la presiónde la opinión pública mundial so-bre los Gobiernos.

•Llamo particularmente suatención sobre estas mujeres delos países pobres del mundo y delos países en transición que,atraídas con falsos pretextos, seven forzadas a la prostitución. Espreciso combatir, a escala nacio-nal, pero también internacional,estos tráficos, cada vez más or-ganizados por auténticas mafiasinternacionales, que constituyenuna nueva forma de esclavitud.Naciones Unidas debería hacer

20/ mundo Nº 29/22-VI-1996

Muy significativamente, un silencio generalizado en los medios de comunicación cayó sobre el discurso que la Reina Fabiola deBélgica pronunció en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre las Mujeres, celebrada en Pekín en septiembre del

año pasado. Alfa y Omega considera oportuno recordar sus pasajes más importantes:

PALABRAS DE LA REINA FABIOLA DE BÉLGICA, EN PEKÍN

El respeto a la mujer crea un

«SE ESTÁ PRODUCIENDO UN ÉXODO RURAL Y LA FEMINIZACIÓN

DE LA POBREZA, QUE AFECTA HOY A CIENTOS DE MILLONES

DE MUJERES RURALES EN EL TERCER MUNDO»

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regularmente un informe sobrela lucha contra esta esclavitud.Las organizaciones no guberna-mentales juegan un papel indis-pensable en este combate.

Pido que la Asamblea Gene-ral de las Naciones Unidas adop-te la jornada del 2 de diciembrecomo el día de la lucha contra to-das las formas de esclavitud mo-derna.

¿Cómo no relacionar con eltráfico de los seres humanos lapornografía, que se extiende a es-cala internacional y es financia-da fundamentalmente por Occi-dente? Es un ataque criminal con-tra la dignidad de mujeres y deniños convertirlos en objetos decomercio. A este propósito pidoun código ético exigible a todoslos medios de comunicación, asícomo a los de la Informática.

• Segundo ejemplo de violen-cia: la situación de las mujeres re-fugiadas o desplazadas en cam-pos o en otros lugares. Sin me-dios de subsistencia son el blancofácil y vulnerable, padecen los su-frimientos y angustias del éxodo,así como los daños físicos que lle-

van consigo traumatismos psico-lógicos, exclusiones sociales y lamayor de las soledades. A mu-chas mujeres no se les reconoceel estatuto de refugiadas políti-cas porque se encuentran des-plazadas en campos de su pro-pio país, como en el trágico ejem-plo de Bosnia Herzegovina.

Pido que el Convenio de Gi-nebra de 1951, relativo al Estatu-to internacional de los refugia-dos, se complete con una decla-ración que especifique losprincipios que hay que aplicarpara ayudar a estas personas.

La familia es el lugar idóneodonde, desde el primer momen-to de la vida, la dignidad y laigualdad de todos deben ser re-conocidas y vividas en la vida co-tidiana y protegidas por una so-ciedad democrática y respetuosade los derechos del hombre.

Estoy profundamente con-vencida de que la unidad de lacélula familiar que cumple la de-cisiva tarea de la educación delos hijos y en la que cada miem-bro debe gozar de igual valor, esla base de todas las sociedades yconstituye un bien universal, queinfluye fundamentalmente en lavida económica, social y cívica.

En el ámbito familiar cada ni-ño debe poder hacer la insusti-tuible experiencia de su propiaidentidad y de su valor igual alde los otros. Gracias al aprendi-zaje de esos valores en su fami-lia, el adulto podrá resistir mástarde a los peligros, bien de unexcesivo individualismo, bien deun condicionamiento social y cul-tural o económico contrarios a ladignidad de cada uno, que es ina-lienable y exige que la personahumana no se encuentre jamássubordinada a los poderes de laeconomía, de la política o de cier-tas tradiciones. Olvidar esto con-duce a terribles injusticias indi-viduales o colectivas.

Todos juntos y con un espíritude diálogo, tenemos que llevaradelante el combate por la digni-dad y la igualdad de la mujer. Es-ta lucha no tiene como objetivosolamente a las mujeres, sino atoda la sociedad, porque un mun-do en el que se respeten mejor, apartir del nivel familiar, la digni-dad y la igualdad de la mujer, se-rá un mundo menos violento ymás armonioso.

Mi bien amado, el Rey Bal-duino, poco antes de su muerte,recordaba que es indispensable querecuperemos los valores básicos denuestra civilización, especialmentela solidaridad, la justicia, la toleran-cia, el respeto a la familia y a cadaindividuo. Siempre que la sociedadse aparta de estos valores sufre y ha-ce sufrir a los otros. Todos estos va-lores contribuyen a la dignidadhumana. Constituyen la felicidady la verdad de mi vida.

/21mundoNº 29/22-VI-1996

mundo más humanoHABLA EL PAPA

TODA FAMILIA

NECESITA

UN HOGAR

No es lícito para nadie —ymucho menos todavía

para la autoridad pública, res-ponsable del bien común— ig-norar el drama de tantas per-sonas y de familias enterasobligadas a vivir en la calle o acontentarse con refugiosaleatorios y poco acogedores.Asimismo es triste que mu-chos jóvenes, por la dificultadde encontrar una casa y, confrecuencia, por la falta o la pre-cariedad del trabajo, tenganque postergar durante muchotiempo el matrimonio o, in-cluso, renunciar a formar unafamilia. Sea bienvenida, portanto, esta expresión renova-da de la conciencia ética y ju-rídica internacional, que almismo tiempo que garantizael derecho a la casa para to-dos, subraya también la cone-xión íntima con el derecho aconstituir una familia y a te-ner un trabajo retribuido ade-cuadamente.

Asegurar a todos un «há-bitat» conveniente es una exi-gencia del respeto que se debea todo ser humano y, por tan-to, es una medida de civiliza-ción, una condición para laconvivencia pacífica y frater-na. En virtud de la dignidadhumana, hay que garantizar atoda persona un alojamientoque no sólo sirva de refugio fí-sico, sino que sea también unlugar adaptado para satisfa-cer las propias exigencias so-ciales, culturales y espiritua-les.

(16-VI-96)

«LA PERSONA HUMANA

NO ESTÁ SUBORDINADA

AL PODER ECONÓMICO

O POLÍTICO. OLVIDARLO

CONDUCE A TERRIBLES

INJUSTICIAS»

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Bernhard Lichtenberg era párroco de lacatedral de Berlín en 1932. En 1935 pro-testó ante Hermann Göring, por las con-

diciones de vida de los prisioneros del campode concentración de Esterwegen. Después dela Noche de los cristales (noviembre de 1938),que acabó con la devastación de tiendas, casasy sinagogas de los hebreos, el padre Bernhardcomenzó a rezar con los fieles, todas las tar-des, en la catedral, por el pueblo hebreo y portodos los perseguidos por el Tercer Reich.

Su púlpito, a un kilómetro de la Cancille-ría del Führer, resultaba incómodo al nazis-mo. Amigos y religiosos le advirtieron del pe-ligro que corría. Él siempre respondía: Estoydispuesto a ir a la cárcel, pero si los sacerdotes nohablan, la gente no sabe qué pensar, con todas lasmentiras que esparce la propaganda...

Fue arrestado por la Gestapo el 23 de octu-bre de 1941, denunciado por dos chicas quehabían asistido a las oraciones por los perse-guidos. Consciente de que todo escrito per-sonal podría ser utilizado en su contra porlos nazis, desde 1933 había dejado de escri-bir su diario personal. Le traicionaron los li-bros de ideología nazi que había leído —entreellos Mein Kampf—. En el margen anotó suscomentarios y críticas. La sentencia fue emi-tida el 22 de mayo de 1942: dos años de pri-sión en la durísima cárce.

TODO POR AMOR

Una vez que cumplió la pena, su obispo, alvisitarle en la cárcel, le recomendó pruden-cia. Si no criticaba al régimen desde el púlpi-to, le dejarían en paz; pero el padre Bernhard,que siempre se había opuesto a pronunciarel famoso Heil Hitler, sustituyéndolo por unmás sonoro Sea alabado Jesucristo, respondióal obispo con una pregunta: «¿Qué cosa me-jor le puede suceder a una persona que morirpor la fe católica?»

Declarado «peligro público» por los nazisal no querer aceptar el compromiso del si-lencio, fue enviado al lager de Dachau. El via-je hacia el campo de concentración acabó consu salud, ya terriblemente debilitada duran-te los años de cárcel. Murió en el camino, enHof, en una localidad cerca de la frontera conChecoslovaquia.

En su última carta, desde la prisión de Te-gel, el 27 de septiembre de 1943 había escrito:«Todo quiero hacerlo por amor y, por amor,sufrir».

El 17 de diciembre, el campo de concen-tración de Dachau, al que nunca llegó el padreBernhard vivió unos de los momentos más

emocionantes de su trágica historia: la orde-nación sacerdotal de Karl Leisner.

Cinco años antes, el obispo Clemens Au-gust von Galen le había ordenado diácono.Debía haber sido ordenado sacerdote pocodespués de haber recibido el diaconado, perouna incipiente tuberculosis le obligó a inter-narse en un sanatorio. El joven diácono fuearrestado, a pesar de estar gravemente en-fermo, el 9 de noviembre de 1939 por hacermanifestaciones contra el Führer. Después depasar por varias cárceles por «motivos de se-guridad pública» acabó en Dachau, en Ba-viera. Desde finales de 1940, por orden delmismísimo Heinrich Himmler, jefe de la Ges-tapo, habían sido encerrados a finales de 1940más de tres mil sacerdotes en aquel lugar.

KARL LEISNER

Karl Leisner llegó a Dachau el 8 de di-ciembre de 1940; como todos los demás de-tenidos, fue destinados a trabajos forzosos.Los frecuentes vómitos de sangre obligaron alos responsables a transferirlo a la enfermeríadel campo. Karl no se rendía a la enferme-dad. Trataba de infundir alegría y esperanzaentre los prisioneros. A escondidas les lleva-

ba la Comunión. Por la tarde les invitaba acantar para levantarles la moral. Su gran es-peranza era ser sacerdote.

Entre los prisioneros franceses que, ha-cia la mitad de 1944, fueron internados enDachau, se encontraba también el obispo deClermont-Ferrand, monseñor Gabriel Pi-guet. En medio del mayor secreto se cele-bró, el 17 de diciembre, el rito de la ordena-ción. En el pabellón 26, Karl Leisner, ya gra-vemente enfermo, logró alzarse sobre untaburete de madera para poder ser ordenadosacerdote. Todo lo necesario para la cere-monia, incluidos los ornamentos del obis-po, habían sido introducidos en el campo, aescondidas, por los prisioneros.

Reinhol Friedrichs, sacerdote de Münster,presente en la consagración, también deteni-do, anotó: «El candidato, pálido, delgadísi-mo, con temblores, vestido con su uniformede prisionero a rayas se encontraba ante elaltar… El obispo con los ornamentos pontifi-cales debajo de los cuales sobresalían los pan-talones del uniforme… Otros treinta sacer-dotes —con vestidos a rayas— le impusieronlas manos, después del obispo, en silencio».

Karl Leisner no había cumplido todavía los30 años. Lo volvieron a trasladar a la enfer-mería y sólo pudo salir de ella en una ocasión,para celebrar su primera y última misa. Cuatromeses más tarde liberaron el campo de prisio-neros de Dachau. Pero Leisner se encontrabaen una situación desesperada. Fue llevado aun sanatorio a las afueras de Munich. Pocodespués, el 12 de agosto la tuberculosis acabócon su cuerpo.

Jesús Colina. Roma

22/ santos de ayer y hoy Nº 29/22-VI-1996

Dos víctimas del nazismo,a los altares

Después de Edith Stein y Rupert Mayer, Juan Pablo II beatificará mañana a otras dos víctimas del nazismo.

«¿QUÉ COSA MEJOR LE PUEDE SUCEDER

A UNA PERSONA QUE MORIR

POR LA FE CATÓLICA?»

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En Marzo de 1992, dos meses antes de laBeatificación del Fundador del OpusDei, Josemaría Escrivá de Balaguer, en-

trevisté a su primer sucesor, monseñor. Al-varo del Portillo, su mejor colaborador a lolargo de 46 años. Le pregunté, para empezar,qué destacaría de la personalidad humanadel nuevo Beato, al que había tratado tan decerca, con el que tantas situaciones difícileshabía vivido, para sacar adelante, contra vien-to y marea, esa Obra de Dios en la tierra.

Sin dudarlo un instan-te, me respondió: «Era muysimpático. Un hombre quese hacía querer porque sa-bía querer». De los rasgossobrenaturales no le resul-taba fácil resumir en unasola pincelada la santidadde una vida, que arranca-

ba de un amor a Dios sin lí-mites y, como consecuen-cia, de un empeño incansa-ble por cumplir la misiónque le había confiado. Al fi-lo de estas ideas, me vienena la memoria momentosinolvidables en los que tu-ve la suerte de tratar al Be-ato Josemaría, y de captarun poco de su personalidadextraordinaria que a nadiedejaba indiferente. Recuerdo ahora, quizásporque se lo escuché en distintas ocasiones,un consejo sorprendente: « Sé humano, nosrepetía, que es la única forma de ser divino».No era, ni de lejos, una frase hecha. Nadie seacordaría de esas palabras si su propia vidano hubiese estado marcada por ese enfoque.

El núcleo de lo que Dios le había inspiradoel 2 de Octubre de 1928, difundir la santidaden medio mundo, lo transmitía con honduray con firmeza, pero con tal sencillez que re-sultaba un programa asequible y muy atrac-tivo. Con un quiebro poético decía que « te-

níamos que convertir la prosa diaria en versoheroico, en un poema divino». Otro de losconsejos que, como monedas de oro, derro-chaba a manos llenas era que para difundirese espíritu «teníamos que marcar la huellade Dios con cariño, con caridad de doctrina,en toda persona que se cruzara en nuestro ca-mino». También afirmaba, con el merchamode su propia experiencia, que «en lo huma-no nos quería dejar como herencia el amor ala libertad y el buen humor. En lo espiritual su

amor a la Virgen». El Beato Josemaría, al di-señar estas líneas maestras, nunca fue un teórico. Iba siempre por delante, sin alardes,pero sin la menor sombra de misterio. Habíaque ser sordo y ciego para no captar, al cono-cerle, que todo lo que predicaba lo había con-vertido en vida propia.

Se entiende así que un peluquero, en Pam-plona, después de cortarle el pelo, y de sentircómo se preocupaba por su familia al tiem-po que le gastaba una broma, y se metía afondo en su alma, dijera: «Yo con este curame iría al fin del mundo». O la exclamación de

un gran psiquiatra judío, Victor Frankl, que,después de un rato de conversación con él,comentó lleno de asombro: «Este hombre esuna bomba atómica espiritual». Del trabajomás sencillo en apariencia al colmo de la in-telectualidad, la fuerza de su persona y la au-tenticidad de sus palabras traspasaban cual-quier barrera. Sin duda, a golpe de sus propiaspisadas, y de los primeros que le siguieronen la Obra, «se habían abierto los caminos di-vinos de la tierra». Para cada uno en su sitio,

en su trabajo, en su fami-lia, en su ambiente, entresus amigos. Y, para todosquedó claro que «si no en-contramos a Dios en la vidaordinaria, no lo encontra-remos nunca». Son muchosmiles los que lo han descu-bierto siguiendo esa fór-mula, que se hace cada día

más actual, de convertirnuestra vocación humanaen vocación divina, enpunto de encuentro conDios y de servicio a loshombres. Sólo un santo tande hoy y tan de siemprepuede explicar lo que ocu-rrió aquel 17 de Mayo de1992. En la Plaza de San Pe-dro, desbordada hasta el

Tiber, gentes variadísimas de todas las razas,culturas y condiciones sociales, rompieron enun aplauso cerrado al escuchar cómo el Pa-pa Juan Pablo II declaraba Beato al fundadordel Opus Dei, que «con sobrenatural intuiciónpredicó incansablemente la llamada universala la santidad y al apostolado». Por eso el 26 dejunio, a lo largo y a lo ancho del mundo, alcelebrar su fiesta, acudimos con plena con-fianza a su intercesión , seguros de que nosechará una mano desde el cielo…

Covadonga O`Shea

/23santos de ayer y hoyNº 29/22-VI-1996

26 DE JUNIO: XXI ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL BEATO ESCRIVÁ DE BALAGUER

«Un hombre que se hacía querer»

«DIJO DE ÉL VICTOR

FRANKL, DESPUÉS

DE UN RATO

DE CONVERSACIÓN :«ESTE HOMBRE ES UNA

BOMBA ATÓMICA

ESPIRITUAL»

«SI NO ENCONTRAMOS

A DIOS EN LA VIDA

ORDINARIA, NO LO ENCONTRAREMOS

NUNCA»

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24/ la vida Nº 29/22-VI-1996

Ahora que ya no está el YAen el kiosco cada maña-

na, habrá quien piense queel cierre de un banco o deuna fábrica con miles de em-pleados es más tragedia queel cierre de una empresa condoscientos; pero si esta em-presa es un periódico, contres cuartos de siglo de mu-cho más que Historia a la es-palda, y si esa historia es lade YA, no hay banco ni cal-culadora que pueda calcularla irrecuperable pérdida queello supone, no sólo para losdoscientos que pasan a en-grosar las vergonzosas lis-tas del paro, sino para todala sociedad, banco y fábricaincluidos. Los profesionales,antes o después, encontra-rán el trabajo que saben ha-cer, pero la sociedad no po-drá encontrar esa brújula per-dida.

Que una sociedad dejeperder un periódico como elYA —y la nuestra lo empezóa dejar perder no ahora, si-no hace ya varios años— lodice todo sobre esa socie-dad. Huelga todo calificativo,y sobra tanta lágrima de co-codrilo, tanta adhesión de bo-quilla y tanta indignante hi-pocresía como abunda estosdías con ocasión del tristísi-mo adiós del YA. Junto a sin-ceras y elegantísimas soli-daridades, ha surgido el mi-serable coro de plañiderasde quita y pon. Lo he dichoy escrito hace mucho, perorepito ahora que no pocos delos que hoy se rasgan las

vestiduras y claman al cielocon voz hueca, no sólo no locompraban, como dice miadmirado Jaime Capmany,sino que han hecho todo loposible por asfixiar la nobilí-sima voz del YA. Que deciresto sea duro no significaque no sea verdad. A mu-chos no les gustaba, y siguesin gustarles, que se oigauna voz limpia y exigente, se-rena, digna y mesurada co-mo la del YA: ésa es la prin-cipal causa del cierre del dia-rio; todas las otras teníanarreglo.

No es cuestión —porquedesgraciadamente no sirvepara nada— de echar las cul-pas a nadie, sino de repartir-las y de aprender. Es muycómodo culpar a los obispos;

pero ¿qué decimos de lospolíticos que sólo lo usaroncomo trampolín para me-drar? ¿Y de los intelectualesque se sirvieron de él comode un «kleenex» de usar y ti-rar y que, hasta última hora,han vertido en sus páginasmatute de deshecho que na-da tiene que ver con el YA?¿Y de los empresarios y ges-tores, eclesiásticos o no, queaprovecharon todo lo renta-ble de EDICA (Editorial Ca-tólica), edificios incluidos, pa-ra hacer negocio, y dejaronque se hundiera el buque in-signia de la flota, cuya vozcristiana tanto molestaba, oque, en pocos años, pusie-ron al frente del periódicohasta nada menos que docedirectores, traídos de fuera

—¡con lo que había en ca-sa!—, cada uno de un color,que entendían la Iglesia y elConcilio y España cada cuala su gusto, y volvieron locosa los lectores? ¿Tan difícil eradarse cuenta de que todoeso no lo resiste ni el YA?

Muy anestesiada tiene queestar nuestra sociedad cuan-do deja que se apague unavoz como ésta. Semejanteirresponsabilidad no se co-mete impunemente. Antes odespués se paga. No ya antela Justicia de Dios, sino aquíabajo. Es probable que ya loestemos pagando todos, por-que en una sociedad comola española de 1996, si el YA(el YA, no otra cosa disfraza-da de YA) no existe, habríaque inventarlo. Y ya no exis-te. Tengo ante mí la foto deuna chiquita periodista llo-rando con el último númerodel YA en la mano. Si le sir-ve de consuelo, me gustaríahacerle comprender lo quesentimos quienes hemos de-jado en el YA los treinta me-jores años de nuestra vida,aunque casi nadie se acuer-de, ni siquiera quienes debe-rían acordarse. Y me gustaríatambién decirle que el YA (pe-ro, repito, el YA, no sucedá-neos del YA) sólo puede ha-cerlo gente con el espíritu delYA. Si la hay, el YA puede ydebe volver a estar en loskioscos cada mañana. Sólohace falta que gente sensibley responsable se empeñe.

Miguel Angel Velasco

El «YA»

Mingote, ABC 14/06/96

Gallego y Rey, El Mundo 14/06/96

«MUY ANESTESIADA TIENE QUE ESTAR NUESTRA SOCIEDAD

CUANDO DEJA QUE SE APAGUE UNA VOZ COMO ÉSTA»

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/25la vidaNº 29/22-VI-1996

Así han visto las revistas TIME y Le Point,norteamericana y francesa, respectiva-

mente, dos de las cuestiones más palpi-tantes de la actualidad internacional: la si-tuación en Israel, tras la sorprendente vic-toria electoral de Netanyahu, y lasinquietantes perspectivas de la inminentesegunda vuelta electoral en Rusia: ¿Podrá

conseguir la paz el líder de los alcones is-raelíes?, se pregunta la primera. De hecho,el mundo árabe está en efervescencia, trasla victoria de Netanyahu. ¿Y si los comu-nistas volvieran al poder en Rusia?, se pre-gunta la segunda. Yeltsin está llevando acabo una campaña electoral desbordante,con el fin de evitarlo, en lo posible; pero hay

Dos librosoportunos

Descubrir a estas alturasque José Luis Martín

Descalzo era un apasionadode Cristo y de María, Madrede Dios, sería poco menosque descubrir el Mediterrá-neo. Tras su gran libro sobreCristo, —un auténtico clási-co— ya preparaba su gran li-bro sobre María; escribió mu-cho —y muy bien— sobreElla. Edibesa ha tenido elacierto de recoger lo mejor-cito en este libro María de Na-zaret. Para algunos, en cam-bio, sí supondrá el descubri-miento de un cierto Medi-terráneo, descubrir en Yoamo a la Iglesia que JoséLuis era un sacerdote apa-sionado por su Iglesia, quees la nuestra. Este libro esuna antología de lo mucho ybueno que, para las pantallasde televisión, escribió JoséLuis sobre la Iglesia.

Querida Ana:Soy Beatriz, te quiero dar las

gracias por enseñarnos cosasde Jesús y prepararnos para laPrimera comunión; que, porcierto, es este domingo. Mu-chas veces he soñado con esedía que ya lo voy a ver cumpli-do.

Ana, quiero que nos perdo-nes por nuestro mal comporta-miento que hemos tenido du-rante los tres años de cateque-sis, aunque los peores hayansido Pedro, Pablo y Miguel, noshemos portado mal todos.Ana, has sido mi mejor profe-sora de catequesis y nunca teolvidaré.

Beatriz.Parroquia de San Miguel de

Carabanchel

Dos portadas elocuentes

Ante la Primera Comunión

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Recientemente, Alfa y Omegase ocupó de la conversióndel profesor García Moren-

te, ocurrida en años difíciles paraEspaña —en 1937—, en los an-gustiosos tiempos de la contien-da civil. El ilustre catedrático, tra-ductor de Kant, que había huidode la muerte unos meses antes,cuando su vida se hallaba ame-nazada, en el Madrid sumido enla angustia y el terror de 1936, re-tornó del agnosticismo, dictadopor su devoción kantiana, a la fe,sorprendentemente, en una no-che, tras reconstruir la vida de Je-sús, en circunstancias muy extra-ñas, en provechosa soledad, en unParís que contaba por ese tiempocon refugiados españoles de la ca-tegoría de Ortega, Marañón y Pé-rez de Ayala, que se habían nega-do a prestar su adhesión a la Es-paña de la República. En 1945 unazar de trabajo, empeñado yo enuna tarea cinematográfica —laproducción de documentales edu-cativos—, me deparó la ocasiónde escuchar ese mismo relato he-cho por un sacerdote ejemplar, be-llísima persona también, que te-

nía a su cargo la dirección espiri-tual de los seminaristas madrile-ños: don José María García Lahi-guera, que luego sería obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, y ar-zobispo de Valencia, y que hoy es-tá camino de los altares.

García Lahiguera, que se ha-bía prestado a actuar como «pro-tagonista» en un cortometraje so-bre «la Santa Misa», de «Magis-ter», que así se llamaba laproductora, nos asesoraba al

equipo de realización, encabeza-do por Jerónimo Mihura, y enotros documentales que conta-ban asimismo con otras asesorías:de José Luis Sáenz de Heredia yde Luis Ortiz Muñoz. Éste era elpromotor de la empresa produc-tora que luego depararía muchosquebraderos de cabeza a cuantosarriesgaron su dinero en ella. Tra-bajábamos de noche, en los estu-dios de Cine-Arte (lo imponíanlas restricciones eléctricas que Es-

paña padecía), y a veces ya en lamadrugada salíamos para des-pachar el hambre en alguna mo-desta tasca de la vecindad de laCuria. García Lahiguera trabaja-ba en la Curia como valioso co-laborador del Dr. Eijo Garay, obis-po entonces de Madrid-Alcalá.No recuerdo bien có mo surgióel tema, pero sí las puntualiza-ciones que hizo de la historia deGarcía Morente. Terminada laguerra, el profesor decidió ha-cerse sacerdote, y completar suformación teológica en el Semi-nario de Madrid, entonces arra-sado. En el invierno de 1940 re-sultaba insoportable el frío. Sequejaba el profesor: «Si al menoshubiera puerta en cada celda…»No comprendía, contaba GarcíaLahiguera, cómo algo tan sencillopudiera provocar «tanta mortifi-cación». Cuando García Moren-te recibió la ordenación, el Pa-triarca-obispo le compensó man-dándole como capellán alconvento donde se hallaba su hi-ja. Allí estuvo hasta que murió.

Francisco Narbona

26/ desde la fe Nº 29/22-VI-1996

Aquel Madrid de García Morente

Asignar esa pequeña cantidad de los im-puestos personales no supone un gasto

o impuesto añadido. Casi dos tercios de los encuestados por la

Conferencia Episopal, en mayo, declarandesconocer cómo se financia la Iglesia. Un30% había colaborado con la Iglesia frente al25% que había dado su ayuda para otros fi-nes sociales. El 76,6% conocía la posibilidadde asignar el 0,5% de sus tributos al soste-nimiento económico de la Iglesia. El 51,1%estima que la Iglesia dispone de recursossuficientes para desarrollar su labor. Sólo un29,1% opina que los recursos de la Iglesiason insuficientes o precarios.

Un 57,1% de los declarantes opina que laIglesia debería financiarse exclusivamentepor las aportaciones de los católicos. Sóloun 4% opina que el Estado debería corrercon todos los gastos de la Iglesia.

Los encuestados aprobaron la honradezde la Iglesia con una nota media de un 5,3,siendo el Estado la Institución que suscitamás baja imagen de honradez en lo tocantea la administración de fondos que se le con-fían; los entrevistados «le suspenden» conuna nota media de 4,3 puntos.

La mayoría de los españoles delegan lacumplimentación de su declaración a terce-ras personas; sólo uno de cada cuatro la ha-ce por sí mismo. Por ello los resultados deeste Estudio subestiman la proporción real decolaboradores tanto para con la Iglesia comopara con el Gobierno.

Quienes asignan el 0,5% de su IRPF alsostenimiento de la Iglesia católica suelenser hombres, mayores de 50 años y con in-gresos económicos superiores a la mediaque, asimismo, poseen alto nivel cultural yprofesan una religiosidad arraigada.

Los motivos aducidos para marcar la X enla casilla de la Iglesia son los siguientes: Porque tenían esa voluntad (87,7%). Porque la Iglesia contribuye al bienestar dela sociedad (77,6%). Por los servicios específicamente religio-sos que presta (75,5%). Por los servicios sociales que presta laIglesia (75,4%). Porque hay que mantener a las personasque viven al servicio de la Iglesia (51,4%). Porque la Iglesia no tiene capital propiopara mantenerse por sí misma (50, 3%).

La razón histórica en que se fundamentala actual asignación tributaria, la expropia-ción que hizo el Estado de los bienes ecle-siásticos y la prohibición de pagar impuestosa la Iglesia, sólo convence al 45,5%.

Coro Marín

ENCUESTA SOBRE LA FINANCIACIÓN DE LA IGLESIA

Irresponsable desconocimiento de un deberEl pasado día 20 concluyó el plazo de las Declaraciones de la Renta positivas, y el próximo día 30 concluye el plazo

de las negativas. Sigue suscitando polémica la X en la casilla que asigna a la Iglesia Católica un 0´5% de lo tributado. La Conferencia Episcopal ha hecho una encuesta entre los declarantes del IRPF para sondear sus opiniones sobre el sistema de sostenimiento económico de la Iglesia Católica, y verificar si los españoles conocen, la forma concreta

de financiación que tiene la Iglesia .

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Se abusa mucho, en nuestrosdías, de las reclamaciones detolerancia. La palabra ha lle-

gado a convertirse en un tópicoy, así, se vacía de sentido. Puestodo el mundo se sitúa incons-cientemente en el plano del quetolera —¡qué hermosa actitud ha-cia el «otro»!— pero evita situar-se en la posición del que es tole-rado. Si alguien le invita a hacer-lo así, comienza a sentirseincómodo pues es evidente quesólo lo que es malo, molesto, pe-ligroso, se convierte en materiade «tolerancia». ¿Recuerdan queen otro tiempo así eran llamadaslas casas de lenocinio? O ¿de quémodo los médicos hacen referen-cia al límite de tolerancia frentea la nicotina? Estamos, pues, an-te una curiosa actitud, relaciónentre dos factores, el «tolerante»que se llena de nobleza, y el «to-lerado» que debe resignarse a sersimplemente soportado. Los do-cumentos de las postrimerías de la Edad Media, cuando se re-ferían a los judíos empleaban co-mo sinónimas dos palabras, afir-mando que debían ser «toleradosy sufridos».

Aplicando la cuestión al te-rreno religioso, es evidente queel peligro que acecha puede ha-cerse mayor, pues si la religióndebe ser objeto de tolerancia, esevidente que no se reconoce enella el valor sustancial que posee.La religión es el modo cómo loshombres establecen su relacióncon Dios; nada hay que puedaequipararse a ella en valor. Elateismo es, por su propia defini-ción, una carencia, en la práctica,una inhibición; el agnosticismo,que ahora se proclama como ejesustancial de tolerancia, consisteapenas en eludir el problema, tra-tando de esconder la cabeza, co-mo dicen que hacen las avestru-ces. En el decurso histórico apren-demos por experiencia que, enrelación con las religiones, se em-pieza siempre con la tolerancia:de este modo se las define comoalgo negativo, molesto o, si seprefiere, un estorbo. Basta conque pase el tiempo: la elimina-ción del estorbo llegará como unaconsecuencia inevitable.

No estoy hablando de utopías:los católicos tienen, en este pla-centero siglo XX —el más cruel ysanguinario de la Historia— una

amplia experiencia. Los sietemártires trapenses son apenasuna manifestación resplande-ciente porque ha encontrado ecoabundante en la prensa: pero sonmuchos los que experimentan lasilenciosa marca de la margina-ción que se esconde tras la tole-

rancia. Se han invertido los tér-minos y se confunde toleranciacon transigencia: pues lo primeroque del «tolerado» se exige, esque no pretenda reclamar para laverdad que profesa un derecho aser considerada como lo que es;simplemente se trata de una opi-nión privada y, como tal, debe re-ducirse a defenderla.

Así los generosos tolerantesde nuestros días piden carta delegitimidad para el concubinato,la homosexualidad, el aborto, elhedonismo materialista y tantascosas más. Construyen un mun-do a semejanza e imagen de suspropios valores, premian y exal-

tan a quienes los defienden y pro-pagan. Luego, volviéndose a losque tratan de defender la Ley deDios, que está ínsita en el ordendel universo, les dicen: ¿de quéos quejáis?, ¿no os estamos auto-rizando a que privadamentemantengáis vuestras ideas? Nopretendáis moldear al mundo.Sois, simplemente, «tolerados».

Y en el alma de quien así se con-templa surge la pregunta: ¿hastacuándo?

Entonces queda al descu-bierto la realidad. Toda toleran-cia se ejerce desde un orden devalores que no tolera que se lediscutan. Si alguien pretendehacerlo le acusarán de fanático.Es hora ya de que los católicosalcen su voz y digan que ellostienen una virtud —verdaderavirtud— que es el amor. Se debeamar al prójimo, a todo hombre,a pesar de sus defectos: desdeluego que el amor no se extien-de a los vicios ni a los males; siverdaderamente amo al «otro»,no puedo limitarme a dejarle enun rincón rumiando sus desdi-chas. Debemos rescatar a eseprójimo, por amor suyo, porquetenemos el deber de amarle co-mo a nosotros mismos, de losmales que le rodean, de los vi-cios que le enferman, de la men-tira que le envilece. Sabemosque sólo la Verdad hace el hom-bre libre. Pero esa Verdad no esun capricho de los hombres. Es-tá ahí, Dios la ha establecido, Éles la Verdad.

Luis Suárez Fernández

/27desde la feNº 29/22-VI-1996

Los límites de la tolerancia

LOS TOLERANTES DE HOY PIDEN CARTA DE LEGITIMIDAD

PARA EL CONCUBINATO, EL ABORTO… LUEGO, LES

DICEN A LOS QUE DEFIENDEN LA LEY DE DIOS: ¿DE QUÉ

OS QUEJÁIS? SI SOIS «TOLERADOS». NO PRETENDÁIS MOLDEAR AL MUNDO»

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28/ desde la fe Nº 29/22-VI-1996

Quince años han transcurrido ya des-de el fallecimiento de este músico je-

suita asturiano e, inexplicablemente, to-davía está asomando al público gran par-te de su espléndida obra de compositor yde director de coros y orquesta. José Ig-nacio Prieto dedicó toda su vida a Dios ya la música. Dejó escritas cerca de dos-cientas obras. Una de ellas, bajo el títuloPolifonía Religiosa, acaba de ganar elpremio Bravo 1996: en ella la CamerataRevillagigedo, de la tierra natal del autor,nos presenta los Responsorios de Se-mana Santa y la Misa jubilar para seis vo-ces mixtas y órgano, escritas por el pa-dre Prieto.

Lo antiguo y lo nuevo perfectamenteamalgamado: ahí reside la modernidaddel padre Prieto. Si Tomás Luis de Victoriahubiera nacido en nuestro siglo, hubieraescrito hoy polifonía sacra, probablemen-te, como lo hizo este digno sucesor suyo.La espiritualidad del gregoriano, la emoti-vidad de Tomás Luis de Victoria (basta es-cuchar el impresionante In monte Oliveti,o el Una hora) y los ritmos, colores y ar-monías del siglo XX se unifican en la obradel padre Prieto, que se enriquece, a suvez, con la hábil adaptación de la músicaal texto, rico y sugerente, transmisor per-fecto de la profunda convicción y viven-cia religiosa de este músico jesuita.

Magnífica, la labor de la Camerata Re-villagigedo que resuelve con comodidad,delectación y buen gusto las dificultadesde afinación y de ritmo que, general-mente, entraña el montaje de las obrasdel siglo XX, repertorio al que se dedicaexclusivamente esta interesantísimaagrupación coral desde 1993, año en quefue fundada por su actual director José F.Avello.

En definitiva, gran acierto el de los Pre-mios «Bravo» de este año al galardonaresta obra que se resume en modernidadmusical y altísima calidad artística y reli-giosa.

María del Mar Velasco

¿Qué caracteriza a la Radio co-mo medio de comunicación?

Fomenta una comunicaciónmuy directa, muy cálida e inme-diata, con todas las ventajas e in-convenientes que eso conlleva.

¿La Radio es sinónimo de ba-rullo o superficialidad?

No tiene por qué. Lo impor-tante es que la palabra ofrecidasea una palabra viva y no prefa-bricada. Es decir, que la noticia oel comentario tienen que nacer deuna mirada auténticamente hu-mana sobre las personas y las co-sas que son objeto de nuestro tra-bajo.

¿Cómo se aprende a mirar asílas cosas?

No es un problema específicode los comunicadores, sino de to-do el mundo. Se aprende junto aotras personas que son capacesde ver la profundidad de las co-sas, y no sólo su apariencia. Yo loaprendo cada día en el seno de lacomunidad cristiana.

¿Qué le sobra y qué le faltahoy a la Radio?

Le sobran el escepticismo y latendencia de muchos a convertir-se en jueces purificadores de losmalos del momento. Le falta unpoco de humildad, y una expre-

sión más leal de los verdaderosdeseos e interrogantes de la gente.

¿Qué recomendarías a cual-quiera que se inicie en estas li-des?

Que viva intensamente todolo que le rodea. Que «padezca» to-

do aquello de lo que deba ocupar-se en su trabajo. Y que tenga siem-pre presente que la palabra se nosha dado para cuidar la vida, paraexpresarla en toda su exigencia deverdad, de justicia y de belleza.

Alfa y Omega

MÚSICA

POLIFONÍA RELIGIOSA

RADIO

La palabrase nos ha dado

para cuidarla vida

¿Qué es la radio? ¿Cómo es hoy la radio? ¿Humaniza odeshumaniza? Hablamos con José Luis Restan, responsable dela sección de religión de los informativos de la cadena COPE.

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/29desde la feNº 29/22-VI-1996

Después de una larga jor-nada, a veces muy durapara muchos de nosotros,

se llega al hogar, con el deseo dedescansar, aunque sólo sea unosminutos, comentando con la fa-milia las incidencias del día e in-tentando, posteriormente, rela-jarse con algún programa ade-cuado. Y lo que no pueden hacerlas televisiones es «colarse» enesos momentos para abrumarcon tragedias, sucesos extrava-gantes y shows sensacionalistas.La vida, en la realidad, ya tienemuchos, y no es que tengamosque ocultarlos, pero resulta ne-cesaria la distracción, esbozar al-guna sonrisa.

La parodia nacional, de Antena3, podría ser uno de esos progra-mas de distracción que tantos te-lespectadores reclaman, si no fue-ra por la politización tan excesivaque se hace. Y la verdad es queConstantino Romero, su presen-tador, con buenas maneras, lo ha-ce bien. No tiene que aprendernada, porque es natural y se lenota veteranía, alcanzada conmuchos años de tablas.

Romero se ayuda, con bas-tante acierto —ésta será la tóni-ca general—, de una azafata «porun día», que, pese a ser la prime-ra vez que actúa en televisión,cumple su papel de forma acep-table con normalidad.

La parodia nacional es un pro-grama espectáculo, en clave dehumor, con público en el estu-dio, que desmienta que se pue-de ser divertido sin ser soez.Desfilaron chirigotas, ataviadascomo requería la ocasión, consus bailes y bromas. Repasaronla actualidad política, centrada

principalmente en el cambio dedomicilio del matrimonio Az-nar, sin olvidar a Hacienda, a laque consideraron «la bien pa-gá», y al cese del entrenador Jo-han Cruyff.

El programa se puede elabo-rar mucho mejor y resultar ren-table a la cadena, pues sus gas-tos son mínimos, con un presu-puesto bajo. La realización seapoya en imágenes preparadascon humor y cierta gracia. Resul-ta aceptable.

José Luis Pimentel

El testamento de EliadeEl rumano Mircea Elia-de (Bucarest 1907, Chi-cago 1986) fue uno delos pocos mortales pa-ra quien no hubo nin-guna religión sobre laque él no hubiera es-crito algo. Ideó un gran-dioso proyecto que ti-tuló nada menos queHistoria de las creen-cias y de las ideas reli-

giosas, del que la editorial Herder acaba deeditar el tomo cuarto.

Es obligado advertir al lector que Mircea Elia-de falleció cuando empezaba a dar forma a susinvestigaciones. Un grupo de escogidos espe-cialistas han recogido la antorcha de sus notasy apuntes y han tratado de seguir sus directricespara realizar la redacción definitiva.

Chaplin, el clásico

El genial Charlot,ha hecho reír a

generaciones ente-ras con su peculiarhumor, desde su pri-mera película, en1914, hasta hoy.Visual Ediciones hapreparado cinco tí-tulos de Chaplin yuno de Buster Kea-ton, en edición es-

pecial para coleccionistas; las cassettes vienenpresentadas en una lata estampada con la ca-rátula de la película. Estas cintas son la pri-mera versión traducida, ya que han cambiadolos rótulos originales en inglés por unos nuevosen español. Entre los títulos aparecidos hayalgunos tan emblemáticos como La quimeradel oro o El maquinista de la General.

LIBROS VÍDEO

TELEVISION

En busca del programarelajante

TELEVISIÓN

En busca del programarelajante En una frase lanzada

por un dirigente so-cialista, comentando te-mas de Seguridad Social,afirmó que las reivindica-ciones sociales debenatenderse, no por caridad,sino por justicia.

¿Es incompatible la ca-ridad con la justicia? Enlenguaje bergsoniano, lafórmula de la moralidadque acepta una sociedadengloba dos factores: unsistema de normas dicta-do por exigencias socia-les impersonales, y unconjunto de llamadas a laconciencia de cada cualpor personas que repre-sentan lo que ha habidode mejor en la Humani-dad. El primer factor creauna obligación y el se-gundo, una emoción, pe-ro ambas se compene-tran: la justicia se ve am-pliada por la caridad.

La caridad está en elcentro del mensaje de Je-sucristo. Para un cristia-no, las medidas de justi-cia social están inspiradasno s`ólo por la justicia sinotambién por el amor hacialos desposeídos. En elfondo ocurre los mismocon los socialistas since-ros, pues de otra manerahabría que pensar que ac-túan por motivos políticosy no humanitarios, por de-fender la estabilidad delpaís y no el bienestar delos humildes.

El socialismo en susorígenes fue abiertamen-te antirreligioso, y, aun-que esta actitud evolucio-na y vemos cada vez másespañoles que son socia-listas y católicos, todavíason muchos los que guar-dan las viejas esenciasanticlericales y se niegana admitir que su amor ha-cia los desposeídos ten-ga nada que ver con lacaridad cristiana.

Javier Oyarzun

Punto de Vista

CARIDAD

Y JUSTICIA

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30/ desde la fe Nº 29/22-VI-1996

Aunque en 1954 ya Guitton había escrito unensayo sobre el genio espiritual de Teresa

de Lisieux, es más que probable que, al titularasí su último libro, ese maestro de las letras ydel espíritu haya querido hacerse eco de las pa-labras de Juan Pablo II sobre el «genio de la mu-jer», que a buen seguro ha visto, hecho vida, enTeresa de Lisieux, aquella fantástica muchachade cuya muerte se cumplen cien años el año queviene, 1997.

Jean Chalon, otro apasionado de la santa deLisieux, ha editado, en Francia, otro libro sobreella que es bastante más que una biografía. Na-da más lejos de la realidad de Teresa que la vie-ja, tópica y falsamente pía imagen de sonrisaextática, en tono sepia, con virginal corona deflores sobre la cabeza, como escapada de undevocionario de beata «fin de siècle». Figura le-

gendaria de tan eterna y vigorosa feminidad co-mo santidad, la cada vez más viva Teresa de Li-sieux, hecha de ternura y alegría, de fascinantey creadora imaginación, de poderosa fuerza vitalcontagiosa, muere a los 24 años (había nacido enAlencon en 1873), pronunciando estas palabrasque no acaban jamás de sorprender: «Mon Dieu,je vous aime». Dios mio, te amo; que es como de-cir: Os quiero a todos con todo mi corazón.

Es la Teresa que tiene que requerir el per-miso del Papa para entrar en el Carmelo a los15 años; la novicia de los madugrones impre-sionantes para rezar, con la sonrisa en los la-bios, y para ganarse el título de Patrona de lasMisiones sin pisar una misión más que en sue-ños; es la enferma inmovilizada cuyo espíritunadie puede inmovilizar; la del martirio silen-cioso y secreto, ofrecido en don por los demás,

LIBROS

El genio de Teresa de Lisieux

GENTESELSA ANKA, presentadora de televisión: «He aprendido que en el planoprofesional y personal no necesito a nadie más para mantenerme. Eso sí, ne-cesito mucho de mi familia en el plano afectivo».

MIGUEL INDURAIN, ciclista: «Las victorias no llegan por casualidad. Son elfruto de una progresión lenta, a veces tremendamente lenta. Y cada carrerate da la medida de lo que eres, tu verdad. Si ganas, si pierdes. Si vas bien tie-nes que dar el máximo de ti mismo. Si vas mal, también tienes que esforzartea tope. Haces un trabajo, plantas una semilla y esperas a que salga. Sólotienes que esperar y ver cómo crece».

JOSE SARAMAGO, escritor: «Si no sabemos utilizar la solidaridad en nuestrapropia casa, ¿cómo se puede esperar solidaridad en relación con el tercer, elcuarto o el quinto mundo?»

Dios de amor y

misericordia

Moeller escribió: «Losincrédulos no pueden

ver el catolicismo más quedesde el exterior». Esto lesinduce a tener en cuenta elcomportamiento de los cris-tianos, que con su forma deactuar construyen ese ex-terior, única realidad de sufe accesible al observadorincrédulo. Pero también elmismo Moeller precisa: «Lagrandeza de la fe radica enque no la pueden com-prender, de manera real, si-no los que se disponen aacogerla».

Una realidad grande yfuerte es la presencia del do-lor en el mundo. Una realidadde cuya vivencia no escapanadie. La conciencia de nues-tra propia indigencia, denuestra debilidad y limitación,de la condición de pecado-res, hace al hombre levantarlos ojos hacia Dios en buscade protección o consuelo.

La fe cristiana no es unadoctrina abstracta o un sen-timiento; no es un recursopara salir de nuestras difi-cultades. Es el encuentro delhombre con Dios, por Jesu-cristo. Por medio de la fe, elcristiano toma conciencia deuna realidad nueva que úni-camente por esa revelaciónle ha sido accesible.

Desde la cuna hasta laCruz, la fe cristiana nosmuestra con claridad que losmisterios de la Encarnación yde la Redención son el fun-damento de la relación entreCristo y los hombres.

El incrédulo está ciego an-te estas realidades y no en-tiende nada. Se queda en loexterior. No entiende lo esen-cial: la relación profunda en-tre Cristo y los hombres. Nosabe que Jesucristo está pre-sente y es recibido en el silencio de las almas que creen en Él.

Fernando Murillo

CONTRAPUNTO

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permanentemente sumergida en su Diosde amor. ¿En el primer centenario de su«entrada en la vida» la harán, como a Te-resa de Ávila y a Catalina de Siena, Doc-tora de la Iglesia, porque quien se humillaserá ensalzado?

En su impresionante libro, el académicofrancés Jean Guitton, amigo personal delos dos últimos Papas, nos ofrece la prue-ba de que ha pasado —ya era hora— eltiempo en que Teresa de Lisieux era des-deñada por intelectuales y filósofos, tan sa-bihondos ellos, como «una buena santitarosa». Otros, como Bergson nada menos,nunca la desdeñaron, sino que la vieroncomo una de las cumbres del pensamien-to y del espíritu, a la altura de Catalina yTeresa, de Pablo, Agustín y del «Poverello»de Asís.

Dice Guitton que el encanto no se defi-ne; se tiene, o no se tiene. Teresa lo tuvo. Y,en siete palabras, tomadas de los escritosde Teresa, muestra las siete vías, antiguas

y nuevas, de la vida espiritual. Recoge laprodigiosa, elocuentísima dedicatoria delos versos de Newman a su hermana Ma-ría, muerta a los 18 años: «Dearest, gen-tlest, purest, fairest/, loveliest, meekest, blit-hest, kindest/ Lead, we seek the home thoufindest». Es decir: Tú, la más querida, lamás gentil, la más pura, la más bella, lamás amable, la más dulce, la más alegre,la mejor, guíanos a quienes buscamos lamorada que tú ya has encontrado.

«No tenemos más que esta vida paravivir la fe», escribió en Historia de un alma(¡qué otra cosa podía escribir ella, el es-fuerzo sin esfuerzo!), y añadió: «Cada ins-tante es una eternidad de alegría». Así quela santidad es posible, por lo visto. ¡Uf, porfin, una santa Teresa de Lisieux sin meli-fluas delicuescencias, ni remilgos, ni dimi-nutivos, ni floripondios; una Teresa normal,a nuestro alcance!

Miguel Angel Velasco

No es cuestión de aplicar el viejo adagio español «Cree elladrón que todos son de su condición», pero casi. Resulta que haescrito Carmen Rico Godoy un libro sobre los problemas de lasmujeres en el que, por lo visto, mantiene la tesis de que el des-tino de las mujeres es enamorarse perdidamente , y luego de-senamorarse a golpe de disgustos. Dice que, de pequeñas, les en-señan que el amor es el único cauce por el que transcurre la fe-licidad, pero luego se dan cuenta de que no, que la vida es otracosa. Pues no es verdad, puede que eso le haya ocurrido a ella y aotros cuantos más de esa fecunda y esperanzada generación del al-modovarismo ilustrado. Intentan llevar al cine, al teatro, a la tele-visión, a los libros, a los periódicos sus decepciones y frustracionespersonales y, tristemente, no se dan cuenta de que todo el monteno es orégano, y de que la inmensa mayoría de los matrimoniosnormales, de aquí y de fuera de aquí, se quieren de verdad, loque les ayuda decisivamente a superar los problemas y dificulta-des de la vida, sin necesidad de recurrir a dosis masivas de amar-gura y de pesimismo.

La carencia de ideas en el mundo de la creación literaria, ar-tística, periodística, siempre ha echado mano de los facilones re-cursos, al alcance de cualquiera, como el erotismo barato, la za-fiedad de la pornografía, el mal gusto y la ordinariez para tratarde hacerse con una cuota de mercado. Basta echar un vistazo aprogramas televisivos como el de Pepe Navarro, para ver queeso está al alcance del menos dotado de luces. Ahora llegan deValencia unos muchachos agrupados bajo el original apelativode Sexto sentido , que pretenden arrasar con su descarado erotis-mo radiofónico a una audiencia que ya no puede estar más devuelta de todas esas bajezas. Como la competencia es tan fuerte,lo único que se le ocurre a este Sexto sentido son frases cuartelariasy desvergonzadas, carentes del menor indicio de creatividad. Pa-ra que se den ustedes una idea del grado de originalidad de estos

chicos llegan incluso a querer hacer creer a sus, supongo que es-casos, oyentes, que el summun de la originalidad erótica está enque el propio conductor (lo llaman así) puede hacer el programacompletamente desnudo. Como si a alguien le importara un pi-miento si está desnudo o en traje de baño o con albornoz; perose ve que le encuentran un morbo especial y fronterizo a la cosa.No es el Sexto sentido, es la falta del más elemental sentido co-mún.

Si por un casual algún día, o algún mes de éstos, se llega a cum-plir la intolerable amenaza de que los diputados se suban el suel-do más de un 20%, en un país como éste, con un 23% de paro, a míque no me vengan contando historias del Oeste sobre ética, justi-cia, y respeto democrático al pueblo español quienes decidan tal co-sa, porque no me lo voy a creer; otro día hablaré de lo de televi-sión… y otras yerbas.

No es verdad que sea absoluta y determinantemente impres-cindible que el Estado español tenga que aumentar cada año ladotación económica a la Iglesia Española. No es verdad. Aparte deque la Iglesia española se autofinancia ya en buena medida, bas-taría con que, en los impresos de la declaración de la renta, se du-plicase el porcentaje que se destina a la Iglesia católica, mediantela polémica x y que, como se hace en Italia, el resto de lo que se asig-na a otros fines sociales se distribuyera de acuerdo con la propor-ción en que lo hacen los que sí ponen la x en el impreso, para quela Iglesia española pudiera renunciar a toda otra dotación estatal.Ganaría no poco su imagen, aunque es injusto no tener en cuentaque esa dotación no es un regalo del Estado, —o sea de todos no-sotros—, a la Iglesia, sino una contraprestación simbólica al im-presionante e insustituible servicio social que la Iglesia presta alos españoles en los más diversos campos, aparte obviamente, delestrictamente religioso.

No es verdad

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Chen Po Shih era unfamoso rico que vi-vió hace unos cienaños. Tenía tanto di-nero, que siempre es-

taba ocupado invirtiéndolo, co-brando deudas y pagando im-puestos. De la mañana a lanoche no tenía un momento depaz. Apenas tenía tiempo pa-ra comer. Su mujer sentía com-pasión de él, y le repetía:

— Cuídate más. Vives co-mo un esclavo.

Chen Po Shih admitía quesu mujer tenía razón, pero noveía el modo de liberarse.

Su vecino, Li el Cuarto, erapobre como un ratón. Traba-jando en el campo ganaba unpequeño jornal que, unido a loque su mujer añadía con su tra-bajo y su economía, les bastabapara el pan de cada día.

Li era un hombre hábil, yterminaba su trabajo antes deanochecer. Entonces regresabaa casa, entregaba a su mujer eldinero que había ganado y nose preocupaba de más. Si esta-ba de buen humor cantaba can-ciones acompañándose de laflauta o la mandolina.

El sonido de su música y sucanto llegaba hasta la casa deChen Po Shih, pero Chen esta-ba demasiado ocupado paraprestar atención. Estaba en-frascado en las facturas y reci-bos de sus deudores, y hastaaltas horas de la noche no te-nía tiempo para comer.

A su mujer, en cambio, laalegre conversación y la músi-ca de los vecinos le causabanpesadumbre. Cuando la gentese había ido y Chen se sentabaa la mesa para la cena, la mú-sica seguía sonando. Un día lamujer dijo a Chen:

— Li parece enormementefeliz, y es pobre como una rata.Nosotros somo muy ricos y, sinembargo, no somos felices.

— ¿No has oído nunca elproverbio: «El hombre necesi-tado, de tiempo anda sobra-do»?— replicó Chen—. Puede

estar alegre porque es pobre.Sería muy fácil hacerle dejar decantar. Basta darle algún dine-ro.

— Si haces eso –dijo ella–,será más feliz.

— Espera a mañana —in-sistió Chen—. Si vuelves a oír-lo cantar, admitiré que estabaequivocado.

A la mañana siguiente,Chen envió un criado a casa deLi pidiéndole que viniese a ca-sa de su amo. Li no se atrevió anegarse y se presentó al mo-mento.

— ¿Cómo te han ido las co-sas últimamente?, preguntóChen.

—¡Oh Señor! —respondióLi—. Trabajando para otros,uno no tiene tiempo para pen-sar si le van bien o mal las co-sas.

— Es cierto —dijo Chen—.Como jornalero nunca podrás

ganar mucho, y como en algodebe notarse que somos viejosvecinos, he pensado hacer al-go por ti. Te daré cien mone-das de plata. Podrás empren-der un negocio prometedor;para empezar es un buen capi-tal. Puedes llevarte el dinero yno tendrás que devolvérmelo.El dinero es tuyo.

Li apenas pudo balbucear:—Muchas gracias por tu

bondad.Recogió el dinero y corrió a

casa terriblemente excitado, ycontó a su mujer lo sucedido.Ahora no necesitaba trabajarcomo jornalero.

El poder del dinero es real-mente misterioso. Desde queLi tuvo en sus manos aquelmontón de plata no hizo másque dar vueltas al mejor modode hacerlo rentable. Ningunasolución le parecía satisfacto-ria. El primer día de rico llegó a

casa una hora más tarde parala cena, que engulló atropella-damente. Como es natural, notuvo tiempo de cantar o ras-guear la mandolina; al contra-rio, se pasó la noche dandovueltas en la cama, entre la-mentos y suspiros.

Chen y su mujer estabanatentos para ver qué hacía suvecino, pero no hubo música.

— ¿Tenía o no tenía yo ra-zón?—, dijo Chen.

Su mujer con una sonrisa,reconoció que él había ganadola apuesta.

Las dos noches siguientes,Li tampoco logró dormir. Altercer día se hallaba tan agota-do que a duras penas podíamantenerse en pie o sentado;no hacía más que dar vueltasen la cama en la penumbra deun sueño que no era sueño. Derepente, la Fortuna se le apare-ció y le dijo:

— El dinero proporcionadesvelos. Piénsalo, y no pon-gas tu corazón en él.

Li entendió en seguida y,saltando de la cama, corrió acasa de Chen y le devolvió eldinero según lo había recibido.

— Bien, Li —dijo Chen—,¿tienes algún proyecto?

— Ninguno —respondióLi—. Estoy aquí para devol-verte tu dinero y darte las gra-cias por tu bondad.

Dejó las monedas de plataen las manos de Chen y saliócorriendo. Li sentía como si lehubieran quitado un peso delcorazón. Volvió a su casa y dur-mió toda la noche de un tirón.Al día siguiente marchó a sutrabajo, y, al anochecer, el soni-do de su canto, y las notas desu mandolina llegaron de nue-vo hasta la casa de Chen.

Pocos años después, Chenel rico se empobreció, mientrasel canto y la música de Li se-guían oyéndose cada noche.

W. EberharrTraducción: C. Dorado

y M. Herranz.

Las desgracias del pobreque se hizo rico