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2010 David Carrascosa [BARAJAS, DISTRITO B.I.C.] Proyecto para la declaración del distrito de Barajas como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico

Distrito de Barajas, Bien de Interés Cultural (BIC)

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Proyecto para la declaración del distrito de Barajas como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Conjunto Histórico.

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2010

David Carrascosa

[BARAJAS, DISTRITO B.I.C.] Proyecto para la declaración del distrito de Barajas como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico

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El sol es nuevo cada mañana

Heráclito de Éfeso

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ÍNDICE

A vueltas con la Historia……………………………………………………………………………………

4

Introducción General…………………………………………………………………………………………

6

1ª sección: Configuración de Barajas como Conjunto Histórico………………

8

2ª sección: El Patrimonio Histórico de Barajas……………………………………………

20

Introducción………………………………………………………………………………………………………… 21

La Villa Romana de El Rasillo……………………………………………………………………………….. 23

El Castillo de los Zapata………………………………………………………………………………………… 30

La Plaza Mayor y el Casco Histórico de Barajas………………………………………………………. 38

El Jardín Histórico de El Capricho…………………………………………………………………………. 46

El Búnker de El Capricho……………………………………………………………………………………… 55

La Colonia de Nª Sª de Loreto………………………………………………………………………………. 63

El Parque Juan Carlos I………………………………………………………………………………………… 72

Conclusiones Generales……………………………………………………………………………………

82

Bibliografía y Fuentes………………………………………………………………………………….........

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A vueltas con la Historia

La Historia, ¿”es” algo o, por el contrario, “somos” nosotros? Disculpará el lector este inicio

tan abrupto, pero a la hora de escribir este prólogo, el cual servirá de frontispicio al presente

proyecto, es la pregunta que me ronda por la cabeza. Y no es una pregunta baladí pues el

mismo concepto de Historia variará si escogemos una u otra opción. De un primer vistazo ya

podemos, aunque sea intuitivamente, vislumbrar la diferencia entre las opciones propuestas

que, a su vez, queda fundamentada en la diversa gramática, que no significado, entre “es” y

“somos”; de esta forma, si la Historia “es” algo, lo será como un ente ajeno a nosotros mismos,

como algo que está delante de nosotros para ser observado, mientras que si la Historia

“somos” nosotros todo parece reducirse a una actividad ínsita en nuestro ser, consustancial al

mismo.

La misma etimología del verbo ser nos introduce en esta gran variación de significado que,

aparentemente, queda diluida en la abstracción de la misma palabra. Siguiendo a Martin

Heidegger, podemos decir que el sentido más radical de la palabra ser proviene de su tercera

persona singular del presente de indicativo, la cual mantiene su presencia en todas las

lenguas indo-germánicas (, est, ist, es), que de forma prístina viene a significar aquello

que sostiene, se mueve y descansa desde y en sí mismo; es decir, lo autónomo. Otra raíz de la

palabra sitúa su significado en el campo semántico de “surgir”, “brotar” y, a partir de aquí,

“manifestarse”. Con estos mimbres podemos observar la diferencia de significado que un no

muy exhaustivo análisis etimológico depara en la misma palabra: “ser”, por un lado, como un

ente autónomo, lo que “es”, y, por otro, como algo que brota y, en tal proceso, se manifiesta.

Así, volviendo a la pregunta que abría este prólogo, y empezando a aclararla, tenemos una

disyuntiva entre acompañar al sujeto, la Historia, con la forma verbal “es” o, en caso

contrario, “somos”. El primero de los casos, el que nos muestra la Historia como un ente

autónomo, implica que, estando delante de nosotros, nos convertiremos en los observadores

del mismo, y a él nos dirigiremos para su compresión con alguna determinada técnica, la

ciencia histórica. La Historia, como objeto de estudio, se convierte en algo mensurable para el

sujeto, nosotros, que dispondrá de todos los recursos científicos para delimitarla. Pero,

volviendo la mirada al caso contrario, si la Historia “somos” nosotros, ésta ya no se nos

presenta como algo delante de nuestros ojos para su observación, para su medición, sino como

la manifestación, el resultado, de un incesante proceso interno de nuestro ser, la actividad que

hace surgir o brotar algo.

Esta diferencia semántica que adquiere el concepto de Historia cuando es acompañado por las

formas verbales en cuestión, parece tener una repercusión entre dos conceptos diferentes de

Tiempo que existen a partir de sendas palabras que la lengua griega tenía para referirse a él.

Con el término , los griegos aludían al tiempo determinado, al lapso temporal situado

entre dos hitos que lo delimitaban. En este sentido, se puede hablar de un periodo concreto,

más o menos extenso, siempre definido, como lo pueda ser el periodo romano, visigodo o

medieval. Sin embargo, con el término se aludía al tiempo de una forma indeterminada,

como un proceso en el que el presente quedaba reducido a una infinitamente delgada línea

divisoria entre el pasado y el futuro, tiempos éstos que en aquél confluían.

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La Historia, por tanto, en cuanto queda fundamentada por el concepto de , “es” algo, es

un ente delimitado temporalmente mediante una determinada técnica, la ciencia histórica. Por

el contrario, cuando lo hace por el de, “somos” nosotros mismos, pues se presenta como

una manifestación esencial de nuestra propia actividad, la cual se extiende desde el pasado,

como realización, hasta el futuro, como proyecto.

Y estas han sido, querido lector, las conclusiones metafísicas a las que quien le escribe ha

llegado tras los cuatro meses durante los que se ha extendido la elaboración del presente

proyecto. Sirvan pues éstas para iluminar, quizá oscurecer, la lectura del mismo.

David Carrascosa

Madrid, 8 de Febrero de 2010

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INTRODUCCIÓN GENERAL

1- NOTAS SOBRE LA NORMATIVA DE PATRIMONIO HISTÓRICO

La amplitud conceptual

El carácter netamente formal de la normativa concerniente al Patrimonio Histórico obliga a

acudir a otras disciplinas con el fin de dotar de contenido a los conceptos allí albergados. La

filosofía, la historia o la sociología, entre otras, componen un plano desde el que, con la ayuda

instrumental de otros ámbitos de carácter más técnico, como lo es el urbanismo, se construye

de una forma siempre provisional el mismo concepto de patrimonio histórico. De esta forma,

más que acompañar éste a la cultura, entendida como el sistema de pautas de comportamiento y

pensamiento de una sociedad determinada, aquél concepto es representativo de ésta, pues en él

cristalizan los diferentes modos de concebir al propio ser humano y su actividad.

En la actualidad, debido al creciente interés por otras culturas tanto contemporáneas como ya

pretéritas provocado, quizá, por la omnipresencia de la cultura occidental en la casi totalidad del

globo terráqueo, el concepto de Patrimonio Histórico se abre considerablemente de cara a las

múltiples manifestaciones que de aquéllas nos llegan. De ahí que sea considerado como

patrimonial todo objeto que sea portador de valor cultural, representativo, por tanto, de otras

formas de vivir y pensar. A sensu contrario, y debido a este carácter de los bienes en cuestión, se

hace necesario realizar la pertinente contextualización de los mismos dentro del sistema cultural

de cuyos valores son portadores, pues es en él donde adquieren su correcto significado.

Sobre los conjuntos históricos. Coherencia y trascendencia

En cuanto a los conjuntos históricos, una de las categorías tasadas por ley para declarar como

bien de interés cultural un determinado objeto, se puede decir que su concepto queda

enmarcado dentro de la amplitud aludida sobre el de Patrimonio Histórico, delimitando a éste

en ciertos aspectos formales. Las premisas esenciales que esquematizan filosóficamente el

concepto de conjunto histórico se resumen en, por un lado, que este se constituya como una

unidad coherente a partir de varios elementos (bienes inmuebles, según prescribe la ley) y, por

otro, corolario de la anterior, que dicha unidad trascienda en importancia a la suma de las

partes, de esos elemento tomados individualmente.

La formalidad del precepto legal hace, por tanto, necesaria, más que una mera labor de

subsunción de un hecho particular en el caso general, la creación de un discurso que dé

coherencia al conjunto y que lo haga trascender de la mera suma de sus elementos. La

declaración como conjunto histórico de una determinada agrupación de elementos con valor

cultural no depende de una característica intrínseca de ésta, sino de la configuración de una

relación que los hilvane entre sí y que, ya como unidad coherente, adquiera un valor cultural

superior.

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2- EL DISTRITO DE BARAJAS. EL DEVENIR HISTÓRICO

La estructura histórica de Barajas

La larga historia del distrito de Barajas se estructura en torno a dos hechos fundamentales que

la condicionan en su devenir; el río Jarama y el Aeropuerto Internacional.

El territorio delimitado por los límites administrativos de Barajas es, por su cercanía al rio

Jarama, una de las zonas en las que ser humano realiza sus primeros asentamientos en la región

de Madrid. De hecho, la consolidación y pervivencia de la agricultura como base económica

desde épocas muy tempranas hasta bien entrado en siglo XIX, tiene en Barajas un fiel reflejo al

estar gran parte de sus hitos históricos sustentados por tal realidad. Es en siglo XX cuando la

construcción del aeropuerto de Barajas supone un cambio radical en el desarrollo histórico del

distrito, haciéndolo un nuevo referente en la región y la ciudad Madrid. El nuevo polo

económico que supone la consolidación paulatina de tal infraestructura, referente internacional

obligado en el tráfico en la actualidad, supone la implantación de una nueva perspectiva de

acercamiento histórico-social al distrito de Barajas.

Se puede decir que la historia del distrito consta de dos fases; la que va desde la consolidación

de la agricultura como base económica hasta la construcción del aeropuerto, y la que se proyecta

hacia el futuro desde ésta última.

El devenir histórico como categoría cultural

Así pues, podemos crear en Barajas un discurso que compacte en una unidad coherente los

diversos elementos que representan todas y cada una de las épocas que han dejado vestigios en

su territorio. No es ya que tales elementos sean representativos individualmente de su

respectiva época, sino que el conjunto de todos ellos es representativo del devenir histórico, no

ya del distrito, sino de toda la región de Madrid.

La elección del concepto de devenir histórico para crear el discurso que dé coherencia a la unión

de los elementos patrimoniales supone, asimismo, una nueva revisión del más básico y

fundamental de valor cultural, pues tal conjunto histórico, el distrito de Barajas, no será

representativo de una determinada forma de vivir y pensar encuadrada en cierta época histórica,

sino que lo será del proceso de cambio cultural y de la coexistencia de distintos sistemas sociales

a través del tiempo.

Tal discurso dota de una singularidad a la visión sobre el Patrimonio Histórico de Barajas tal

que, en cuanto conjunto histórico, se aleja de la tipología ordinaria que se tiene de esta

categoría, la cual queda referida a la representatividad de una determinada época, como lo es el

caso de Alcalá de Henares o Patones de Arriba, ambos en la región de Madrid.

3- ESTRUCTURA DE ESTE PROYECTO

El presente proyecto se dividirá en dos partes bien diferenciadas entre sí; la primera, la

destinada a delimitar el distrito de Barajas como conjunto histórico, constará de un

acercamiento previo a los conceptos jurídicos básicos que se hallan en cuestión, una

aproximación básica a los elementos del Patrimonio Histórico barajeño y, por último, de una

exposición de las notas distintivas que singularizan la propuesta sobre el distrito.

La segunda parte, mucho más amplia en extensión, se constituirá como un recorrido

individualizado por los hitos patrimoniales del distrito, centrándose, no ya en su propia

fisonomía, sino su el respectivo valor cultural. De esta forma, serán contextualizados, sin

ninguna pretensión de exhaustividad, en el sistema cultural del que son representativos.

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1ª SECCIÓN

CONFIGURACIÓN DE BARAJAS COMO

CONJUNTO HISTÓRICO

INTRODUCCIÓN

CONCEPTOS BÁSICOS

ELEMENTOS PATRIMONIALES DEL DISTRITO DE BARAJAS

DEFINICIÓN DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO

ANEXO: EL EJE HISTÓRICO-CULTURAL DE LA ALMEDA DE

OSUNA

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CONFIGURACIÓN DE BARAJAS COMO

CONJUNTO HISTÓRICO

1- INTRODUCCIÓN

Metodología de esta sección

Formalmente podemos acogernos a la ordinaria práctica jurídica de la subsunción para

estructurar esta sección; de esta forma, el considerar algo particular como partícipe de una

norma o regla de carácter general plantea una metodología básica para desarrollar la idea de

configurar el distrito de Barajas, el caso particular, como un conjunto histórico, categoría

prefijada en la normativa sobre Patrimonio Histórico, tanto a nivel nacional (LPHE, 1985) como

madrileño (LPHCM, 1998).

Siendo tal la estructura de esta sección, sin embargo, el propio lenguaje jurídico utilizado en la

normativa aludida, mediante la utilización de conceptos jurídicos indeterminados y, por tanto,

amplios, hace que su contenido básico no sea el propio de la subsunción, sino el de la

construcción de un caso singular que pueda ser considerado como conjunto histórico. La propia

definición legal básica de conjunto histórico como “la agrupación de bienes inmuebles que

constituye una unidad coherente”, en la que entre sus elementos existe una relación sintáctica

que los configure como una entidad única, obliga a construir un discurso que lo posibilite.

El devenir, en cuanto categoría metafísica, será concretada con el calificativo de histórico,

emparejándola de esta forma con el concepto más material de evolución, la de una “comunidad

humana”, a la que alude la normativa sobre patrimonio histórico. El devenir histórico se

constituirá en el discurso básico que configure el pretendido conjunto histórico del distrito de

Barajas. De tal concepto se extraerán las notas características del mismo.

Estructura de la sección

a- Conceptos básicos

En este apartado se analizarán los conceptos y categorías que la ley fija para la protección y

definición de los bienes culturales. De esta forma, se bosquejará la amplitud de los conceptos de

Patrimonio Histórico, Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico, constituyendo un tanto

una aproximación a la realidad cultural como una delimitación del concepto jurídico que se

utilizará para definir el distrito de Barajas culturalmente.

b- Elementos patrimoniales del distrito de Barajas

En tal apartado se realizará una primera aproximación individual a cada uno de los elementos

con marcado valor cultural del distrito, acompañada de una breve introducción de los hitos

estructurantes de la historia del mismo, que mostrará una imagen de las partes antes de ser

hilvanadas bajo la coherencia aportada por el concepto de devenir histórico.

c- Definición de Barajas como conjunto histórico

En el último apartado será explicitado el concepto de devenir histórico, emparentándolo con el

de evolución, y extrayendo del mismo ciertas notas definitorias del distrito de Barajas como

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conjunto histórico. El nuevo discurso subyacente a los distintos elementos patrimoniales

otorgará no sólo la coherencia entre los mismos necesaria para que se constituyan en unidad,

sino la trascendencia de ésta sobre la suma de cada todos ellos.

2- CONCEPTOS BÁSICOS

Patrimonio Histórico. El valor cultural.

Es lugar común admitir como concepto jurídico indeterminado el de patrimonio histórico. La

constante evolución semántica del mismo, así como la necesidad de que en su progresiva

formación coadyuven diversas disciplinas ajenas al derecho (sociología, estética, antropología,

filosofía, historia), convierten dicho concepto, más que en una referencia, es un auténtico foro

de debate. La legislación, tanto española como internacional, siendo permeable a esta

problemática, configura, según se puede leer en la exposición de motivos de la Ley 16/85, de

Patrimonio Histórico Español, “una nueva definición de Patrimonio Histórico y amplía

notablemente su extensión. En ella quedan comprendidos los bienes muebles e inmuebles que

los constituyen, el patrimonio arqueológico y el etnográfico, los museos, archivos y bibliotecas

de titularidad estatal, así como el patrimonio documental y bibliográfico. Busca, en suma,

asegurar la protección y fomentar la cultura material de vida a la acción del hombre en sentido

amplio, y concibe aquella como un conjunto de bienes que en sí mismos han de ser apreciados,

sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad, uso, antigüedad o valor económico.”1

La ley 10/1998, de 9 de Julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid (LPHCM),

en plena consonancia con normativa estatal2, hace uno de tal amplitud de concepto:

Art 1.3. “Integran dicho patrimonio, los bienes muebles e inmuebles de interés cultural, social, artístico, paisajístico, arquitectónico, geológico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico y técnico, así como natural, urbanístico, social e industrial, relacionados con la historia y la cultura de la Comunidad. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los conjuntos urbanos y rurales, los lugares etnográficos, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques de valor artístico, histórico o antropológico y aquellos bienes inmateriales que conforman la cultura popular, folclore, artes aplicadas y conmemoraciones tradicionales.”

1 En la misma línea, el artículo 1.2. de dicha ley recoge tal amplitud e indeterminación en el concepto de patrimonio

histórico, prescribiendo que “integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés

artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo

el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales,

jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico”. Siguiendo a Llull Peñalba, podemos

abundar en las notas predominante de la nueva concepción del patrimonio histórico diciendo que “la LPHE de 1985

propone algunos avances muy interesantes respecto a las anteriores normativas españolas:

a- Se valora el significado histórico colectivo del bien cultural por encima de su efecto estético estimado

individualmente, ya que los criterios de belleza son cambiantes a lo largo del tiempo. Este planteamiento

concede al patrimonio un valor de seña de identidad colectiva, que constituye un marco adecuado para la

integración del hombre en la sociedad.

b- Se da primacía al valor social del bien frente al sentido de propiedad, desde el momento en que éste puede

constituir una limitación para su uso. De acuerdo con este criterio, la conservación del patrimonio

corresponde a toda la sociedad.

c- Se entiende que el uso más importante que debe darse a los bienes culturales es el de su estudio y disfrute

por la mayor cantidad posible de población, con el fin de que el patrimonio sirva de estímulo creativo a las

generaciones venideras.

d- Se justifica el tratamiento público del bien por la función social que cumple, lo cual facilita el acceso a

determinados bienes privados, o a la función preferente que deben desempeñar por ejemplo los

monumentos eclesiásticos”.

Llull Peñalba, Josué: Evolución de concepto y de la significación social del patrimonio cultural. Arte, individuo y

sociedad, 2005, vol. 17; pp. 201-202 2 En su exposición de motivos se señala que “la interrelación con la legislación estatal ha de ser necesariamente

estrecha, y por ello se ha tomado como referencia la Ley 16/1985, de 25 de Junio, del Patrimonio Histórico Español,

y se ha huido en lo posible de la utilización de nomenclaturas diversas para expresar la misma realidad protegida”

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El origen de tales definiciones legales se encuentra en la elaboración del Informe Fraceschini, documento de conclusiones de una Comisión creada en el Parlamento italiano con el fin de sentar las bases para la reforma de la legislación sobre bienes histórico-artísticos de aquel país. “El valor de este documento estriba en el hallazgo de la razón última que motiva la protección de un bien: el valor cultural, definido en su referencia a la historia de la civilización, a los diferentes modos de vivir, pensar y sentir de los hombres en el tiempo y en el espacio”3. La relatividad del concepto hace que el mismo se construya permanentemente en el tiempo en base a un proceso de atribución de valores sometido al devenir histórico. “Podemos definir el patrimonio cultural como el conjunto de manifestaciones u objetos nacidos de la producción humana, que una sociedad ha recibido como herencia histórica, y que constituyen elementos significativos de su identidad como pueblo. Tales manifestaciones u objetos constituyen testimonios importantes del progreso de la civilización y ejercen una función modélica o referencial para toda la sociedad, de ahí su consideración como bienes culturales. El valor que se les atribuye va más allá de su antigüedad o su estética, (…). La función referencial de los bienes culturales influye en la percepción del destino histórico de cada comunidad, en sus sentimientos de identidad nacional, en sus potencialidades de desarrollo, en el sentido de sus relaciones sociales, y en el modo que interacciona con el medio ambiente”4.

Bienes de interés cultural

La evolución a la que ha estado sometido el concepto de patrimonio histórico tiene su correlato en la aparición de nuevos términos en el ámbito de la cultura. El de bien de interés cultural surge de la necesidad de abarcar una realidad que los utilizados con anterioridad (monumento, obra de arte, antigüedades, documento histórico) no abarcaban debido a la limitación de su significado5.

Tal fenómeno ha sido recogido en la legislación española como así lo demuestra la clara alusión a la nueva terminología, y a sus consecuentes efectos, realizada en la exposición de motivos de la LPHE de 1985: “En el seno del Patrimonio Histórico Español, y al objeto de otorgar una mayor protección y tutela, adquiere un valor singular la categoría de bienes de interés cultural, que se extiende a los muebles e inmuebles de aquel patrimonio que, de forma más palmaria, requieran tal protección. Semejante categoría implica medidas asimismo singulares que la Ley establece según la naturaleza de los bienes sobre los cuales recae”.

La LPHCM de 1998 conserva tal figura y la hace reflejar en su articulado:

Artículo 9.1: “1. Los bienes muebles e inmuebles, así como los hechos culturales y obras de la naturaleza integrantes del patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid, que reúnan de forma singular y relevante las características previstas en el artículo 1 de la presente Ley, serán declarados bienes de interés cultural.

3 Barrero Rodríguez, Concepción: La ordenación urbana de los conjuntos históricos; Madrid, 2006; p. 22.

Abundando en el tema, podemos decir que “uno de los más importantes cambios operados en la historia de la

protección fue el introducido por la Comisión Franceschini al instituir el valor cultural como definidor de los bienes a

proteger, valor este que suponía trasladar a atención del objeto al sujeto, produciéndose así “…un reencuentro entre

sujetos y objetos que va a cuestionar el valor en sí mismo de los testimonios considerados relevantes (obras de arte,

monumentos) para reafirmar que su principal activo es precisamente la intangibilidad de unos valores que refieren a

su condición de testimonios e la cambiante evolución de una determinada colectividad”. Olvidan o desconocen que la

propia existencia del Patrimonio Histórico se basa en el sujeto, pero no en los objetos o hechos realizados por el

hombre, sino en el significado que esos objetos o actividades realizados por el hombre en su devenir histórico

disponen para el sujeto, para los ciudadanos, en el presente”. Castillo Ruiz, José: El futuro del patrimonio histórico:

la patrimonialización del hombre; Revista electrónica de patrimonio histórico, nº 1, 2007 4 Llull Peñalba, Josué: op. cit en loc cit.; pp. 181-182 5 “La identificación de una determinada cultural por sus monumentos llevó a postergar el interés por una multitud de

objetos de una capacidad documental, más o menos compleja, como testimonios de la cultura, y, como tales,

igualmente insustituibles. La necesidad de superar, o completar, el concepto de monumento para lograr una noción

más amplia que integrara a todos estos objetos hasta entonces relegados ha dado lugar a la formulación y desarrollo,

durante la segunda mitad del siglo XX, del concepto moderno de bien cultural”. González-Varas, Ignacio:

Conservación de bienes culturales, Teoría, historia, principios y normas. Madrid, 2003; p. 43

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La remisión al artículo 1 de la LPHCM de 1998, cuyo apartado 3 ha sido referido más arriba, hace de la noción de bien de interés cultural tan sumamente amplia que el mismo legislador es consciente de su necesaria concreción. A tal efecto, serán declarados bienes como de interés cultural siempre en base a unas categorías tasadas legalmente; será necesaria, por tanto, la subsunción de los diversos elementos que se pretendan así declarar en las distintas clases fijadas por la ley:

Art 8.2: “Los bienes inmuebles declarados de interés cultural lo serán dentro de las siguientes categorías: Monumento, Conjunto Histórico, Jardín Histórico, Sitio o Territorio Histórico, Zona Arqueológica, Lugar de Interés Etnográfico y Zona Paleontológica. La inclusión de estos bienes de interés cultural en cualquiera de las categorías mencionadas se realizará mediante expediente administrativo incoado por la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid”.

Los conjuntos históricos

La definición legal de conjunto histórico nos viene dada por la LPHCM de 1998:

Art. 8.2.b Conjunto Histórico: La agrupación de bienes inmuebles que constituye una unidad coherente o forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana, por su interés o valor expreso o por ser testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad, aunque individualmente no tengan una especial relevancia6.

Siguiendo al profesor González-Varas, el concepto de conjunto histórico surge de la misma

dilatación del de bien de interés cultural “al considerar que la cultura también se plasma en las

creaciones del hombre sobre el territorio, en sus formas de asentamiento, que han sido

configuradas históricamente, y en la utilización del espacio físico territorial como lugar de

convivencia e intercambio cultural. La ciudad, y en un sentido más amplio, el territorio, aquel

territorio donde son patentes las huellas de la actividad humana, son manifestaciones de

cultura, patrimonio cultural por excelencia”7. Continua el autor señalando que “esto valores que

reúne la morfología urbana hacen que la consideración de un núcleo urbano como conjunto

histórico no dependa, como ocurría con el monumento arquitectónico, del establecimiento de

un umbral de antigüedad, sino más bien de su singularidad o de su valor excepcional como

testimonio representativo de la ocupación del territorio por el hombre”8.

Como notas definitorias del concepto legal de conjunto histórico que nos ofrece LPHCM de 1998

se pueden destacar las siguientes:

a- Formalidad del concepto. Ausencia de tipología.

La definición legal del conjunto histórico ofrece un concepto formal en el sentido que no alude a

ninguna concreción en cuanto al contenido que tales bienes han de conllevar, por lo que, a sensu

contrario, se puede interpretar como la ausencia de una tipología definida por ley. La definición,

6 La normativa madrileña se ciñe esencialmente a la LPHE de 1985 cuando define los conjuntos históricos como “la

agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una

estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana, por ser testimonio de su cultura o

constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad. Asimismo es conjunto histórico cualquier núcleo

individualizado de inmuebles comprendidos en una unidad superior de población que reúna esas mismas

características y pueda ser claramente delimitado”. Según la Recomendación Relativa a la Salvaguardia de los

Conjuntos Históricos y su Función en la vida contemporánea (Carta de Nairobi – 30 de Noviembre de 1976) “se

considera conjunto histórico o tradicional todo grupo de construcciones y de espacios, inclusive los lugares

arqueológicos y paleontológicos, que constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio

rural y cuya cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, prehistórico, estético o

sociocultural. Entre esos conjuntos, que son muy variados, pueden distinguirse en especial: los lugares prehistóricos,

las ciudades históricas, los antiguos barrios urbanos, las aldeas y los caseríos, así como los conjuntos monumentales

homogéneos, quedando entendido que estos últimos deberán por lo común ser conservados cuidadosamente sin

alteración” 7 González-Varas, Ignacio: op. cit; p. 341 8 González-Varas, Ignacio: op. cit; p. 342

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pues, es de tal amplitud que será necesario un proceso concreto e individual para su

declaración9. De esta forma también se expresa en la STS de 6 de Mayo de 2002 que, en su

interpretación de artículo 14.2 de la LPHE de 1985, señala que esta ley “realiza una definición

genérica de lo que debes ser considerados bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español

(art 1.2), y prevé actos formales de individualización o aplicación de ese concepto abstracto

sobre bienes concretos, consistentes tales actos formales en la calificación o declaración del bien

como de Interés Cultural (…) Son el presupuesto [tales actos formales] que determina la

aplicación de ese régimen especial que se establece en la LPHE (…) [en ellos] procede la

discusión sobre si los mismos merecen o no la consideración de bienes integrantes del

Patrimonio Histórico Español”10.

b- Coherencia del conjunto

Según la LPHCM, un conjunto histórico es una “agrupación de bienes inmuebles que constituye

una unidad coherente o forman una unidad de asentamiento”. Esta disyunción podemos

interpretarla en base a los textos internacionales y a la normativa autonómica española. En este

sentido, la Carta de Nairobi de 30 de Noviembre de 1976 califica como conjunto histórico “todo

grupo de construcciones y de espacios, inclusive los lugares arqueológicos y paleontológicos, que

constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio rural y cuya

cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, prehistórico, estético o

sociocultural”. En la misma línea, cabe mencionar algunas normas análogas a la madrileña en

las que se menciona expresamente la necesidad de coherencia interna de los elementos

integrantes del conjunto11.En síntesis, se puede decir que la coherencia que compacta los

distintos elementos en un conjunto histórico es la nota esencial del mismo. En sintonía con el

carácter formal de la definición legal del art. 8.2 b), no se delimita en ningún momento las notas

9 Art 10 LPHCM de 1998. Tramitación del procedimiento de declaración.

“1. Gozarán de singular protección y tutela los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español

declarados de interés cultural por ministerio de esta Ley o mediante Real Decreto de forma individualizada.

2. La declaración mediante Real Decreto requerirá la previa incoación y tramitación de expediente

administrativo por el organismo competente, según lo dispuesto en el artículo 6 de esta Ley. En el expediente

deberá constar informe favorable de alguna de las instituciones consultivas señaladas en el artículo 3, párrafo

2, o que tengan reconocido idéntico carácter en el ámbito de una Comunidad Autónoma. Transcurridos tres

meses desde la solicitud del informe sin que éste hubiera sido emitido, se entenderá que el dictamen requerido

es favorable a la declaración de interés cultural. Cuando el expediente se refiera a bienes inmuebles se

dispondrá, además, la apertura de un periodo de información pública y se dará audiencia al Ayuntamiento

interesado.

3. El expediente deberá resolver en el plazo máximo de veinte meses a partir de la fecha en que hubiera sido

incoado. La caducidad del expediente se producirá transcurrido dicho plazo si se ha denunciado la mora y

siempre que no haya recaído resolución en los cuatro meses siguientes a la denuncia. Caducado el expediente

no podrá volver a iniciarse en los tres años siguientes, salvo a instancia del titular.

4. No podrá ser declarada bien de interés cultural la obra de un autor vivo, salvo si existe autorización expresa

de su propietario o media su adquisición por la Administración.

5. De oficio o a instancia del titular de un interés legitimo y directo, podrá tramitarse por el organismo

competente expediente administrativo, que deberá contener el informe favorable y razonado de alguna de las

instituciones consultivas, a fin de que se acuerde mediante Real Decreto que la declaración de un determinado

bien de interés cultural quede sin efecto” 10

Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; p. 22. 11 Por destacar algunos ejemplos, la Ley 1/2001, de Patrimonio Cultural de Asturias, define los conjuntos históricos

en su artículo 11.1. b) como “las agrupaciones de bienes inmuebles que formen una unidad de asentamiento, continua

o dispersa, con coherencia suficiente para constituir una unidad claramente identificable y delimitable y con interés

suficiente en su totalidad, aunque sus componentes o elementos no lo tengan individualmente”. La Ley 9/1993, de

Patrimonio Cultural Catalán, señala que es conjunto histórico “: Agrupación de bienes inmuebles, continua o

dispersa, que constituye una unidad coherente y delimitable, con entidad propia, aunque cada uno individualmente no

tenga valores relevantes” (art. 7.2.b). La Ley 12/1998, de Patrimonio de las Illes Balears prescribe “art. 6.2. Conjunto

histórico: Agrupación homogénea de construcciones urbanas o rurales, continua o dispersa, que se distingue por su

interés histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico, histórico-industrial, social, científico o técnico, con

coherencia suficiente para constituir una unidad susceptible de delimitación, aunque cada una de las partes

individualmente no tenga valor relevante”.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

14

predominantes de tal coherencia del conjunto, debiendo ser ésta evaluada en el proceso de

declaración del bien como de interés cultural.

c- Trascendencia del todo sobre las partes

El artículo 8.2.b de la LPHCM de 1998 apostilla que una agrupación de bienes será considerada

conjunto histórico “aunque individualmente no tengan una especial relevancia”. Tal aserto, que

tiene su correspondencia en la práctica totalidad de leyes autonómicas, no tiene su correlato en

la LPHE de 1985. Tal diferencia pueda tener su principio en la STC 17/1991, de 31 de Enero, uno

de cuyos efectos ha sido la posibilidad por los entes políticos regionales de su propia normativa

sobre patrimonio histórico, ampliando en varias ocasiones los conceptos y supuestos plasmados

en la legislación estatal12.

De esta forma, se puede concluir que más que lo que verdaderamente cualifica a un conjunto

histórico como tal, al margen de la importancia de sus distintos elementos, “son unas

características de orden inmaterial y de ámbito histórico (estructura representativa de una

comunidad humana), cultural (testimonio de su cultura) o sociológico (constituir un valor de

uso y disfrute para la colectividad)”13, las que, a la postre, hilvanando entre sí los elementos

constitutivos, darán relevancia al conjunto.

3- ELEMENTOS PATRIMONIALES DEL DISTRITO DE BARAJAS

Aproximación histórica al distrito de Barajas14

Se puede decir que Barajas constituye un conjunto notablemente heterogéneo al ser un referente

de asentamiento humano desde la implantación de la agricultura como base económica. El

devenir histórico del actual distrito se desarrolla a partir de dos ejes vertebradores: la

proximidad al cauce fluvial del rio Jarama y la construcción del aeropuerto internacional.

a- El rio Jarama

La cercanía de las tierras de Barajas a este cauce fluvial propicia que sean posiblemente las

primeras en ser habitadas en lo que hoy es el actual municipio de Madrid y uno de los focos

atracción demográfica de toda la región. La fertilidad que el rio propicia a aquéllas hace que los

primeros asentamientos humanos, a los que la agricultura hace sedentarios, estén datados en la

edad de bronce. Barajas, mientras esta forma de producción es básica en la economía, es

referencia obligada para romanos, visigodos o islámicos (a quienes se debe el toponímico del

distrito), lo que tiene una clara continuación en el bajo Medievo castellano, con la creación del

señorío de Barajas, el desarrollo del mismo durante los siglos XVI y XVII, y la creación de las

fincas del recreo, con sus tierras de labor adyacentes, del actual Jardín Histórico de El Capricho,

ya en el siglo XVIII.

b- El aeropuerto internacional de Barajas

La construcción de la infraestructura aeroportuaria en la década de los 30 supone un cambio

radical tanto en la fisonomía como en la historia del actual distrito, haciendo al mismo

representativo de tres etapas muy diferentes en el decurso del siglo XX en Madrid: la Guerra

Civil, la postguerra y su urbanismo social, y el cambio en el paradigma urbanístico a partir de los

ayuntamiento democráticos, en particular por el Plan General de Ordenación Urbana de 1985.

12 Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; pp. 30-38 13 Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; p. 40. 14 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; pp. 331-

337

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

15

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

16

Patrimonio histórico de Barajas

El distrito de Barajas alberga dentro de sus límites territoriales, consecuencia de ese largo

devenir histórico, una gran cantidad de elementos cuyo valor cultural les hacen ser acreedores

del calificativo de patrimonio histórico, según ha sido caracterizado este concepto más arriba. La

sucinta exposición de los mismos se atendrá a dos coordenadas: la significatividad de los hitos

más importantes respecto de su contexto histórico-social y la relación físico-espacial existente

entre estos y otros de menor relevancia. Esto desembocará en la configuración de siete zonas

delimitables dentro del distrito15

a- La villa romana de El Rasillo (siglos I a V d. C.)

Este elemento patrimonial se considera como el más representativo de los 13 yacimientos

arqueológicos descubiertos en la vega del Jarama a raíz de la ampliación del aeropuerto de

Barajas. En la misma zona podemos encontrar restos de asentamientos de la Edad del Bronce,

de la época visigoda y de la islámica. En base, y aun cuando tales yacimientos han sido

parcialmente investigados, se puede considerar que la zona referida tiene un gran valor

arqueológico, donde queda plasmada la evolución socio-cultural propiciada por los cambios

provocados en la misma por los distintos pueblos allí asentados a lo largo del tiempo.

b- El Castillo de los Zapata (siglo XV)

Esta es la única fortaleza medieval que se halla en el municipio de Madrid y es claramente

representativa del fenómeno de creación y consolidación de los señoríos en el bajo Medievo

castellano y, en general, de la vida rural en esta zona durante el periodo transcurrido desde

finales del siglo XIV a principios del XVI. Arquitectónicamente, el Castillo de los Zapata se

corresponde con las construcciones castellanas erigidas por la nobleza señorial.

En el mismo ámbito espacial podemos encontrar asimismo otros tres elementos representativos

de diversas épocas:

- Yacimiento arqueológico del calcolítico (2º milenio a. C.)

- Panteón de Fernán Núñez (siglo XIX)

- Nido de ametralladoras (Guerra Civil Española, 1937)

En definitiva, el cerro del Castillo es todo un conjunto en el que se hallas distintos elementos

representativos de diferentes épocas.

c- La Plaza Mayor y el Casco Histórico de Barajas (siglos XVI-XVII)

Este elemento arquitectónico, uno de los más significativos del distrito de Barajas, es todo un

ejemplo del urbanismo implantado tras la coronación de Felipe II y de la conversión de Madrid

en capital del reino, en 1561. La plaza es en la actualidad en elemento nuclear urbanístico del

Casco Histórico de Barajas, el cual se desarrolló a partir de la configuración rectangular de

aquélla. Vinculadas con la plaza se hallan tanto la Iglesia de San Pedro Apóstol, edificio

proveniente del Medievo rematado en la primera mitad del siglo XVII, y la Ermita de Nuestra

Señora de la Soledad, todo un ejemplo de arquitectura popular barroca del setecientos.

Relacionados espacial y socialmente con la plaza, encontramos edificaciones protegidas datadas

a finales del siglo XIX, por los que podemos definir el Casco Histórico de Barajas como otro

conjunto de elementos en los que se aprecia el devenir tanto urbanístico como social de este

núcleo urbano desde la Edad Media hasta épocas recientes.

15 Una exposición más detallada de los elementos patrimoniales y de la representatividad de los mismos se realizará

en la segunda parte de este proyecto.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

17

d- El Jardín Histórico de El Capricho (siglo XVIII)

Catalogado como bien de interés cultural desde 1934, es uno de lo parque más importantes, por

su valor cultural y estético, del municipio de Madrid. La configuración de este Jardín Histórico

es claramente representativa de la asimilación en España de las ideas de la Ilustración y de la

forma de vida de la nobleza de nuestro país en esta época. Junto a este parque podemos

encontrar la Iglesia de Santa Catalina, del siglo XVI.

e- El Búnker de El Capricho16 (Guerra Civil Española, 1937)

Es la fortaleza defensiva más importante construida para la Defensa de Madrid, periodo en el

que la capital se vio asediada por las tropas sublevadas desde 1936 hasta 1939 siendo, por tanto,

uno de los elementos más representativos de aquel periodo. El Búnker, además, es todo un

paradigma de la ingeniería bélica de la época ofreciendo unas singularidades que lo hacen

prototípico para los proyectos europeos realizados en la II Guerra Mundial.

f- La Colonia de Nuestra Señora de Loreto (1950)

El urbanismo implantado en Madrid en la postguerra tiene un fiel reflejo en el distrito de

Barajas en la Colonia de Nuestra Señora de Loreto, también conocida por Colonia Iberia por ser

la compañía aérea la promotora de estas viviendas para sus empleados. Tal elemento es

claramente representativo, no ya sólo de las formas urbanísticas y arquitectónicas de la época,

sino que lo es también de la sociedad madrileña y, por extensión, urbana durante el proceso de

industrialización de las ciudades implantado en los años 50.

g- El Parque Juan Carlos I (1990)

Junto con los nuevos recintos feriales de Madrid, constituyó el buque insignia del Plan de

Ordenación Urbana de 1985, significando la ruptura con el urbanismo desarrollista de los

anteriores planes madrileños que acercaría a la capital española a los modelos de desarrollo de

las ciudades europeas. El Parque, asimismo, es todo un paradigma de unión entre la naturaleza

y la cultura, siendo todo un referente de diseño arquitectónico moderno.

4- DEFINICIÓN DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO

Podemos definir el distrito de Barajas, en cuanto conjunto histórico, como una agrupación

dispersa de inmuebles que presenta una unidad coherente, representativa del devenir histórico

de la región de Madrid desde la edad de bronce hasta la actualidad, caracterizada por la gran

heterogeneidad de sus elementos, producto ésta de las diversas épocas de las que proceden y son

representativos.

El devenir histórico

El concepto que da coherencia y que, por tanto, compacta los elementos patrimoniales que

hemos visto más arriba es el de devenir histórico. Una simple observación denota que en Barajas

coexisten elementos representativos de casi todas las épocas históricas que hacen del distrito,

sin solución de continuidad, un referente de la evolución cultural que ha tenido la región de

Madrid desde la Edad del Bronce hasta la actualidad. El distrito, por tanto, ha sido el plano

donde se han desarrollado no sólo formas culturales propias y concernientes a la historia de la

región y del municipio de Madrid, sino representativas de fenómenos culturales de una escala

superior, tanto nacional como continental, siendo de esta forma la mayor parte de los elementos

referidos significativos de sistemas culturales más amplios.

16 Evidentemente este elemento patrimonial se halla circunscrito físico-espacialmente al Jardín Histórico de El

Capricho; sin embargo, su significación histórica y su relevancia en el ámbito de la ingeniería bélica de la época

obligan a un tratamiento singular del mismo.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

18

La singularidad de Barajas hace que su tipología como conjunto histórico no sea, por tanto, la

que de ordinario se tiene de esta categoría cultural, la que consagra una lectura sincrónica de los

componentes como pertenecientes todos ellos a una época más o menos delimitada en el tiempo

(en este sentido son elocuentes los ejemplos de Alcalá de Henares o Patones de Arriba), sino la

que ofrece una lectura diacrónica, a través del tiempo, pues los elementos patrimoniales del

distrito pertenecen a diversas épocas que, tomadas por separado, nada tiene en común

culturalmente. Es precisamente el devenir histórico que atraviesa tales épocas el que engarza los

vestigios dejados por las mismas en el distrito de Barajas.

El concepto de devenir histórico queda emparentado con el de evolución resaltado en la

normativa, tanto nacional como regional, sobre Patrimonio Histórico. De hecho, se puede

considerar al primero como la base conceptual del segundo al suponer el proceso básico por el

que un ente, en este caso la colectividad humana en sentido amplio, se desarrolla cristalizando

en hitos significativos de tal evolución17.

La heterogeneidad

Entendiendo la evolución como el desarrollo mediante un perpetuo movimiento intrínseco de

una realidad primera, el ser humano, por el que ésta pasa de lo simple y homogéneo a lo

compuesto y heterogéneo, se puede decir, concretando en el caso que nos ocupa, que Barajas

denota la heterogeneidad que, como resultado final, es propia de tal de proceso. Uno por uno,

los elementos patrimoniales expuestos anteriormente no denotan la homogeneidad de una

concreta época histórica sino, todo lo contrario, la existencia en el mismo espacio de diversas

formas culturales a lo largo de tiempo.

La heterogeneidad patrimonial de Barajas, nota distintiva en cuando conjunto histórico, es, por

tanto, resultado de de ese proceso evolutivo, de ese devenir histórico, acaecido dentro de sus

límites territoriales.

Pero, con fundamento en esta idea, la heterogeneidad no sólo está referida al carácter temporal

de cada bien, sino que también lo está en cuanto a la categoría de los mismos. Así, el distrito de

Barajas alberga bienes susceptibles de ser declarados como zona arqueológica (los yacimientos

de la vega del Jarama), inventariables como bienes culturales (como el Castillo de los Zapata), o

sobre los que recae ya declaración expresa (el Jardín Histórico de El Capricho).

La dispersión de sus elementos

El gran espacio físico comprendido en los límites territoriales del actual distrito de Barajas ha

posibilitado la coexistencia, a lo largo del tiempo, de numerosos elementos patrimoniales sin

necesidad de que la realización de los, paulatinamente más modernos, menoscabe o elimine la

existencia de los más antiguos. Tal coexistencia es una realidad gracias a la dispersión de

aquéllos por el territorio del distrito.

Esta nota característica de Barajas en cuanto conjunto histórico deviene en la necesidad de

delimitación de varias zonas, con el fin de su diversa protección, en las que los bienes de valor

cultural se hallan.

17 En primer lugar, entendemos por devenir la realidad como proceso o cambio, mientras que, en segundo, por

evolución la explicación de todos los fenómenos por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera,

sometida a perpetuo movimiento intrínseco, en cuya virtud pasa de lo simple y homogéneo a los compuesto y

heterogéneo. De hecho, abundando en esta última idea, etimológicamente la palabra evolución proviene del verbo

latino evolvere (expandirse, desenvolverse) que se constituye de la unión de prefijo ex (hacia fuera) y volvere (girar);

así, evolvere semánticamente se definiría como un “girar hacia fuera”. Se puede decir, simplificando hasta cierto

extremo, que el ser humano, como realidad única, mediante su actividad, movimiento intrínseco que le es innato,

evoluciona, se desenvuelve, en un proceso de perpetuo cambio, el devenir.

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19

ANEXO: EJE HISTÓRICO-CULTURAL DE LA ALAMEDA DE OSUNA

Desde el 21 de Febrero de 2008, se denomina Eje Histórico-Cultural de la Alameda de Osuna a

la zona colindante con la cara nordeste del Jardín Histórico de El Capricho18. Tal denominación

la adquiere a raíz del acuerdo plenario suscitado por una proposición del Grupo Municipal

Socialista del Ayuntamiento de Madrid en la que, asimismo, se planteaba la necesidad de

redactar un Plan Director encaminado a la recuperación del Patrimonio Histórico albergado en

la zona, la creación de nuevos espacios público en torno a éste y la construcción de un centro

cultural en la parcela de Las Caballerizas, cercana al Palacio de los Duques de Osuna.

En esencia, el Eje Histórico-Cultural se constituye como un conjunto histórico en el que, de igual

forma que en la totalidad del distrito de Barajas, se condensa gran parte del devenir histórico del

mismo. Como puede verse en el plano adjunto, son varios los elementos arquitectónicos,

representativos de diversas épocas, los que delimitan esta zona urbana.

18 Diario de Sesiones del Pleno del Ayuntamiento de Madrid: 3 de Marzo de 2008

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20

2ª SECCIÓN

EL PATRIMONIO HISTÓRICO DE

BARAJAS

INTRODUCCIÓN

LA VILLA ROMANA DE “EL RASILLO”

EL CASTILLO DE LOS ZAPATA

LA PLAZA MAYOR Y EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS

EL JARDÍN HISTÓRICO DE “EL CAPRICHO”

EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”

LA COLONIA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO

EL PARQUE JUAN CARLOS I

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21

INTRODUCCIÓN

Esta sección supone un recorrido tanto espacial, por las diferentes zonas que delimitan los hitos

patrimoniales del distrito, como temporal, pues tales quedarán contextualizados en su época

histórica. La alusión a ambas vertientes en la exposición es necesaria por los motivos

metodológicos que conducen de desarrollo de este proyecto.

El devenir histórico y la diacronía de la exposición

La premisa principal desde la que se desarrolla esta sección será la del recorrido diacrónico por

tales hitos patrimoniales, matizado en su segundo plano por la situación espacial de los mismos.

Para ello, se han escogido un total de siete bienes cuyo valor cultural sea significativo, en su

correlativa relación diacrónica, del devenir histórico del distrito de Barajas. Espacialmente la

existencia de otros bienes culturales de, relativamente, menor valor hace necesaria una alusión a

los mismos en la exposición y contextualización de los principales. Tal es así habida cuenta de la

necesidad de delimitar las zonas físicas que serían objeto de una futura protección urbanística.

En base a tal exposición diacrónica, en esta sección se expondrán los referidos siete hitos de

Patrimonio Histórico intentando ofrecer el devenir de la historia del mismo desde la Edad de

Bronce hasta la actualidad. En tal podemos ver con claridad la influencia de los principales

vórtices desde donde se genera la historia del distrito:

a- El río Jarama

La sección empezará por el estudio de los yacimientos arqueológicos de la vega del Jarama que,

si bien tienen en la villa romana de El Rasillo su referente principal, muestran los contrastes

culturales desde unos 2000 años antes de Cristo hasta la ocupación islámica. El Castillo de los

Zapata, que será tratado a continuación, nos introducirá en las circunstancias político-sociales

del bajo Medievo castellano, en la constitución de los señoríos, sistema éste emparentado con el

feudalismo europeo. El acercamiento a la Plaza Mayor de Barajas y otros elementos de su Casco

Histórico mostrará la pervivencia de dos mundos distintos en la Castilla de los siglos XVI y

XVII, el tradicional de base agraria con raigambre medieval y el moderno de influencia europea.

Por último, en la parte dedicada al Jardín Histórico de El Capricho serán palpables las

influencias de la Ilustración europea.

b- El aeropuerto de Barajas

La construcción del aeropuerto de Barajas confiere una nueva dimensión al actual distrito

permitiendo que el devenir histórico del mismo discurra apoyándose en la consolidación de tal

infraestructura. De esta forma, por su cercanía al mismo será construido el Búnker de El

Capricho, a raíz del traslado del Estado Mayor del Ejercito Republicano al Jardín Histórico,

durante la Guerra Civil Española; tal elemento será un referente para la ingeniería bélica

posterior en Europa. Tras la misma, y teniendo como foco económico el aeropuerto, será

construida la Colonia de Nuestra Señora de la Soledad, representativa del nuevo urbanismo

madrileño de postguerra y de la política de vivienda social propugnada por aquél, lo que queda

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

22

enclavado, sin bien con los matices propios de la historia española, con el proceso de

reconstrucción de las ciudades europeas y la segunda industrialización. La última parte de la

sección será la dedica al Parque Juan Carlos I, Puerta de la Ciudad en su vista desde el aire, todo

un símbolo del urbanismo de los primeros ayuntamientos democráticos de Madrid en su

acercamiento al urbanismo europeo.

Metodología de esta sección

La definición amplia de Patrimonio Histórico que sirve de frontispicio a este proyecto nos da la

pauta metodológica para el desarrollo de esta sección. Si por aquel entendemos todo objeto que

sea portador de un valor cultural, que sea representativo de una concreta forma cultural, es

decir, de un completo sistema conceptual con repercusiones político-sociales en la época

histórica en la que se desarrolla, necesariamente todo hito patrimonial debe ser contextualizado

respecto de tal sistema, pues es en él donde adquiere su correcto significado. En la exposición

que sigue cobra, por tanto, una gran importancia tal contextualización que en ningún momento

tiene la pretensión de constituirse como un ejercicio erudito, sino como el fundamento último

del valor cultural atribuido a los hitos del Patrimonio Histórico del distrito.

Esta metodología básica quedará profundizada por las palabras de la exposición de motivos de

la Ley 10/1998, de 9 de Julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid:

“En el sentido expresado anteriormente, la definición del objeto de la Ley ha querido hacerse desde una perspectiva que haga referencia a la condición de depositaria de la Comunidad de Madrid de una seria de bienes que por su naturaleza se considera que deben ser protegidos, pero que pertenecen al acervo de una comunidad más amplia, en primer lugar, la española, pero también la europea y el resto de los pueblos. Corresponde a la Comunidad de Madrid preservarlos para sus propios ciudadanos, pero también para los demás”.

La alusión a tal comunidad más amplia que la madrileña obliga, por tanto, a circunscribir los

elementos patrimoniales del distrito en una fenomenología histórico-social más general; de esta

forma, veremos que a la contextualización concreta de los mismos se superpone otra más

general que nos los hará ver imbricados en procesos históricos generales, tanto a nivel nacional

como europeo.

En todo caso, es complicado, en un proyecto que se marca como objetivo la declaración como

Bien de Interés Cultural del distrito de Barajas, realizar una contextualización precisa de su

patrimonio histórico manteniéd0se, sin excederse en el acopio de material historiográfico, en

unos márgenes de inteligibilidad. Hubiera rebasado las pretensiones de este proyecto realizar un

estudio pormenorizado de las condiciones históricas, con sus correspondientes vertientes

antropológicas, que dan significado a los bienes patrimoniales de Barajas, habiendo devenido

aquél en un tratado sobre la historia de éste. La alusión a la cuantiosa, aunque bien pudiera

haber sido mayor, bibliografía utilizada pueden hacer profundizar al lector en los temas que más

sean de su interés.

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23

LA VILLA ROMANA DE “EL RASILLO”.

1- INTRODUCCIÓN

La villa romana de El Rasillo, asentamiento que perduró entre los siglos I a V d.C., se sitúa a

escasos metros del puente que separa los municipios de Paracuellos y Madrid, a poca distancia

de la orilla del río Jarama. Descubierta en 1998 durante los trabajos preliminares de ampliación

del aeropuerto de Barajas, la villa ha sido objeto de investigaciones parciales que han deparado

importantes conclusiones como la importancia de la misma en la economía de la vega de Jarama

y, en relación a otros

yacimientos cercanos de

origen visigodo y

musulmán, el contraste

cultural con otros

periodos históricos.

En general, siguiendo los

estudios de Alfonso Vigil-

Escalera, “la riqueza

arqueológica de la vega

del Jarama consiente una

lectura inédita de nuestro

patrimonio y

especialmente de nuestra

arqueología de los

asentamientos rurales:

toda la extensión de la

vega es un enorme yacimiento, porque donde acaban las estructuras arqueológicas de un

periodo comienzan las del siguiente, y eso si directamente no se superponen”19.

Estos yacimientos corroboran que la vega del Jarama se constituyó como un importante núcleo

de población en cuanto que la agricultura se convirtió en la principal base económica de las

comunidades. Barajas, por ende, fue uno de los lugares de la región madrileña en ser poblados

por los distintos colectivos humanos sedentarios. Tal fenómeno es paralelo al de muchas

regiones tanto españolas como europeas que, por estar sitos en la ribera de un río, contaban con

terrenos lo suficientemente fértiles como para hacer efectivos diferentes asentamientos.

19 Vigil-Escalera, Alfonso: Nuevas perspectivas sobre la arqueología madrileña en época visigoda. Actas de las

Primeras Jornadas de Patrimonio Arqueológico en la Comunidad de Madrid, 2005; p. 176

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

24

2- LAS VILLAE ROMANAS: CONCEPTO Y CONTEXTUALIZACIÓN

HISTÓRICA

En origen, la villa romana se configuró como una morada de origen rural cuyas edificaciones

formaban el centro de una propiedad de explotación agrícola. Paralelamente a los cambios

económicos de los siglos I y II d.C., por los que los pequeños agricultores van desapareciendo en

favor de la irrupción de los grandes latifundios, las villae se configurar en auténticos centros

económicos-sociales de carácter territorial, lo que repercute en su potenciación arquitectónica:

la parte señorial de las villae, la destinada a residencia de la familia propietaria de las mismas,

adquiere una gran importancia, siendo pauta general la construcción de magníficas domus.

Estructuralmente, y siguiendo lo indicado por el autor latino Columella, la villa se puede

desglosar en tres parte diferenciadas: en la villa rustica, donde residían los trabajadores

esclavos y los encargados, también quedaban recogidas las instalaciones para la protección del

ganado; la villa fructuaria estaba configurada por los graneros, almacenes, molinos y bodegas;

en la villa urbana, por último, residía el propietario con su familia20

La progresiva concentración

de tierras y la competencia

con la producción agrícola

africana, hacen que gran

parte de las villae romanas

sean abandonadas a finales

del siglo II d.C. Muchas de

las que perduran a partir de

esta época, si bien continúan

siendo centros de

explotación agrícola o

ganadera, compaginan con

esta función su conversión

en lugares de culto,

convirtiéndose así en centros

de irradiación rural del

cristianismo. Las invasiones

provenientes del centro de

Europa del siglo V

constituyen el punto y final

de las villae romanas.

3- LAS VILLAE ROMANAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Si bien es cierto que las villae poseen una importante función de residencia de carácter señorial,

habiendo estado direccionados la mayoría de las investigaciones arqueológicas en este sentido,

no lo es menos que “las villae hispánicas aparecen ante nosotros en la gran mayoría de los casos,

como establecimientos agrícolas y ganaderos, estructurándose a partir de construcciones que

podemos definir como de carácter urbano (estructura señorial) y las construcciones que

podemos denominar como rústicas, en ocasiones vecinas o compartiendo el mismo volumen

arquitectónico”21 .

La gran mayoría de las villae romanas de la Península Ibérica tenían una función

primordialmente económica, como centros para la explotación de la tierra, adecuando sus

20 Aguilar Sáenz, Antonio: Dependencias con funcionalidad agrícola en las villas romanas de la Península Ibérica.

Homenaje al Dr. Michel Ponsich. Gerión, nº extra 3 (1991); pp. 261-262 21 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 262

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

25

edificaciones hacia esta función. Se constituyen como el centro de una posesión y, en

consecuencia, como organismo de potencialidad económica. “La villa romana traduce un hecho

económico y social que se extrae entre otras de algunas costumbres sedentarias, un hábitat

disperso, el predominio constatado en la mayor parte de los casos de la agricultura sobre la cría

del ganado. Y sintetiza una forma de hábitat que por su trazado, su mobiliario y su forma de

vida, representa en el ámbito rural el modo cultural romano”22.

La implantación particular de las villae obedece a una serie de elementos determinantes

enfocados siempre hacia la función económica que desarrollarían; la búsqueda de tierras

propicias para la agricultura hace que el relieve, el clima, el suelo y la proximidad de agua sean

factores que repercutan decisivamente en su creación. Como consecuencia de la implantación

del sistema de villae en la Península Ibérica se produjeron transformaciones económicas

impulsadas por el desarrollo de la tecnología. De esta forma, se propició la creación y mejora de

los entramados de caminos, el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas y la creación de obras

hidráulicas23.

4- LA VILLA DE EL RASILLO

Las villae en la Comunidad de Madrid. La vega

del Jarama.

El paisaje rural de lo que hoy es la Comunidad de

Madrid durante los siglos I y V d.C. no difiere de la

contextualización general ofrecida. La gran cantidad

de yacimientos de pequeñas dimensiones de los

siglos I y II se corresponde con la mayor atomización

de los núcleos económicos, mientras que los

encontrados del periodo comprendido entre los

siglos IV y V, menor en cantidad, se corresponden

con complejos de una importancia mayor. “Un

puñado de ricas villae que funcionan como centros

de extensos territorios, por tanto, son las

protagonistas del paisaje rural madrileño durante la

etapa del florecimiento bajoimperial en la segunda

mitad del siglo IV e inicios del V”24.

Particular importancia, por la fertilidad del sus

tierras y por la abundancia de agua, tiene la vega del

Jarama, que se constituye en “una de las cuatro zonas

de la Comunidad de Madrid que presentan mayor índice de poblamiento romano de tipo villa.

Así en la ribera del río Jarama se desarrollaron, tal y como prescribían los agrónomos latinos -

Catón, Varrón y Columella-, las villae de San Martín de la Vega, El Rasillo y el importante

complejo teodosioano de Valdetorres del Jarama”25

Descubrimiento y situación

La villa del El Rasillo fue descubierta en Junio de 1997 durante los trabajos previos para la

ampliación del Aeropuerto de Barajas, cuando los expertos auscultaban una franja de terreno de

22 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 264 23 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 264 24 Vigil-Escalera, Alfonso: Granjas y aldeas altomedievales a norte de Toledo (450-800 d.C.). Archivo Español de

Arqueología – 2007, vol. 80. p. 249. 25 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 79-21/10 – 20 Ene 2003 – 3 Mar

2003 (Dir: Alejandra Real Carretero)

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

26

2 km. entre el arroyo de

Valdebebas y el río Jarama26.

El yacimiento se sitúa en la

margen occidental del río

Jarama, a 20 metros de su

orilla, y a escasa distancia

hacia el norte del puente que

en la actualidad une los

municipios de Madrid y

Paracuellos del Jarama,

encontrándose en una

prominencia rodada por dos

regatos del río. Según la

Dirección General de

Patrimonio, el hallazgo fue

calificado como “muy

importante”27.

La decisión del Ministerio de Fomento de no acometer, por razones medio ambientales, la

construcción de la cuarta pista28, imposibilitó el conocimiento completo de la villa, el cual

hubiera sido posible a través del presupuesto destinado para construir aquélla. El estudio

completo de la villa quedó fuera de los planes de la Dirección de Patrimonio de la Comunidad de

Madrid debido al exiguo presupuesto manejado29

Contexto

“Históricamente, estos terrenos debieron formar parte del suburbio agrícola de Complutum

(Alcalá de Henares). El sistema viario romano de la zona incluye el paso de la vía Mérida-

Zaragoza a unos 2 kms al sur del yacimiento y se sospecha fundadamente la existencia de un

ramal que remontaría el curso del Jarama hacia las localidades de Talamanca o Torrelaguna, en

las que se han documentado importantes restos romanos. De los datos disponibles sobre otros

yacimientos coetáneos de menor entidad situados a un radio inferior a 1 km, todo parece indicar

que la villa romana de El Rasillo ocupó un lugar central, en términos jerárquicos”30.

Descripción e importancia del asentamiento de El Rasillo. Los yacimientos satélites:

El Guijo y El Encadenado.

Los trabajos arqueológicos desarrollados, el realizado en 1998 por Miguel Rodríguez Cifuentes31

y los posteriores, a cargo de diversos equipos, fechadas entre 2002 y 2003 en este yacimiento y

otros satélites, nos dan una idea de la importancia que en su tiempo tuvo la villa de El Rasillo.

En el aspecto meramente descriptivo, “las casas parcialmente descubiertas cierran las esquina

sudeste de un gran patio. Estas construcciones se alzan sobre zócalos de cantos rodados

trabados con arcilla, sin zanja de cimentación salvo en los puntos en los que la obra se

superpone a otras fosas más antiguas. Tuvieron presumiblemente alzados de adobe, suelo de

tierra pisada y sus cubiertas eran de teja curva. Cada una de ellas dispone de una gran

26 El País (ed. Madrid), 3 de Junio de 1997 27 El País (ed. Madrid), 4 de Junio de 1997 28 El País (ed. Madrid), 15 de Enero de 1998 29 El País (ed. Madrid), 15 de Enero de 1998 30 Pozuelo, Diana – Vigil-Escalera, Alfonso: Ocultación de un ajuar doméstico a inicios del siglo V d.C. en El Rasillo

(Barajas, Madrid). Algunas posibilidades de análisis e investigación. Bolskan; Revista de Arqueología Oscense.

2003, (20): p. 278 31 Rodríguez Cifuentes, Miguel: Memoria de excavación del yacimiento tardorromano de El Rasillo (1999); memoria

inédita depositada en la DGPH de la CAM. Citada en Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, A: op. cit en loc. cit.

Page 27: Distrito de Barajas, Bien de Interés Cultural (BIC)

Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

27

habitación rectangular de unos 38 m2 (8,2 por 4,5 m) a la que se adosan otros dos ambientes

menores. Un gran hogar o cocina se dispone en el centro de la habitación principal, y al menos

otro de los ambientes anejos contaría con un hogar más pequeño”32.

Desde una perspectiva algo más amplia, y siguiendo el trabajo de Alfonso Vigil-Escalera, “a

partir de la información conjunta de las campañas llevadas a cabo, parece que el yacimiento se

configura en torno a un gran patio central, con las estancias más nobles situadas al este (cerca

del río o en la antigua playa fluvial) y las dependencias agrícolas o la parte rústica al oeste”33.

Como se ha indicado más arriba, la villa del El Rasillo debió ser el núcleo central de una

explotación agraria importante situada en las orillas del Jarama. Tal queda corroborado por las

actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en el cercano yacimiento de El Guijo, situado al oeste

del principal, del que se señala claramente que “debe pasar por su relación con las estructuras

documentadas paralelamente en sectores anejos al corredor afectado por el enterramiento de la

línea eléctrica [proyecto que genera gran parte de estas intervenciones arqueológicas] y todo ello

con el cercano yacimiento de El Rasillo. (…) Los datos recopilados parecen señalar que esta

parte del yacimiento constituye una porción de la parte rústica destinada a la producción,

manufactura y conservación de bienes agropecuarios asociada a la residencia de los productores

de un dominio romano clásico

de tipo villa”34.

También en el yacimiento de El

Guijo, esta vez gracias al trabajo

del equipo dirigido por Eva

Redondo Gómez, se encontró un

horno de cerámica

contextualizado en el área de

producción de la villa. “El

horno, estructuralmente, es una

planta rectangular de 1,80 m de

largo por 1,20 m de ancho, y un

altura conservada de 1.60 m,

excavado en el subsuelo,

buscando incrementar su

aislamiento térmico, conserva

intacta la cámara de

combustión; del praefurnium sólo se conserva parte del pasillo y de la cámara de cocción el

arranque de las paredes. Se han documentado dos grandes estructuras circulares al sur del

horno que pudieron estar vinculadas con la actividad del alfar y con la extracción de arcillas para

la producción cerámica”35.

De menor importancia es lo encontrado en el yacimiento del El Encadenado, también satélite

respecto del El Rasillo, si bien corrobora de la misma forma la importancia de éste último. Lo

documentado allí, careciendo de una estructura constructiva, es un depósito de piezas de

cerámica y material constructivo con una relación evidente con el yacimiento principal36.

32 Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. pp. 249-250 33 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, A: op. cit en loc. cit. p. 278 34 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/39 – Oct 2002 (Dir: Alfonso

Vigil-Escalera) 35 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: 16 Oct 2002 – 5 Nov 2002(Dir: Eva Redondo

Gómez) 36 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 79-21/10 – 20 Ene 2003 – 3 Mar

2003 (Dir: Alejandra Real Carretero)

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

28

La ocultación de un ajuar doméstico en El Rasillo. El efecto de las invasiones del

norte de Europa.

Las investigaciones arqueológicas en la zona no sólo se han centrado en la estructura de

asentamiento sino que, a partir del estudio de los enseres descubiertos, se han podido llegar a

ciertas conclusiones acerca de la concreta realidad histórica de la villa en el periodo

tardoromano (siglo V d.C.). Tal estudio muestra como varios de estos instrumentos (uso

agropecuario, herramientas de carpintería, instrumentos de pesar,…), todos ellos metálicos,

fueron deliberadamente ocultados, reflejando “el abandono del hogar de una familia (que se

pensó temporal y fue a la postre definitivo) a inicios del siglo V d.C.”37. Tal hecho se repite de

forma asimilar en la misma época en otras villae hispanas: Torrecilla (Getafe), Uxama (Soria),

Fuentespreadas (Zamora) y Las Ermitas (Álava)38.

Según las conclusiones a las que llega Alfonso Vigil-Escalera en su estudio, “el impacto causado

por las primeras invasiones de la época y sus consecuencias a corto y medio plazo pueden tener

un reflejo sociológico real atestiguado por el registro arqueológico. Lo cierto que es que, a partir

de mediados del siglo V d.C., la documentación arqueológica de los asentamientos de la vega del

Jarama (y de otros contextos regionales) marca importantes diferencias que apoyan la idea de

que hubo un antes y un después. Las diferencias a las que se alude no atañen sólo al repertorio

cerámico, sino a los modelos de arquitectura doméstica rural, a las unidades de ocupación

familiar y, posiblemente, a un entorno marcado por las dificultades de acceso a especialistas,

productos y servicios que ya sólo estarán al alcance de una minoría de alta posición social”39.

ANEXO I: OTROS YACIMIENTOS IMPORTANTES DE LA VEGA DEL JARAMA

Dejando ya aparte el hallazgo de la villa del El Rasillo, el más importante, la vega del Jarama es

rica en yacimientos arqueológicos que nos llevan desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media.

Particularmente interesantes, por los restos del periodo visigodo e islámico, son los de La

Huelga y El Encadenado.

Yacimiento de El Encadenado. El periodo visigodo.

Fue objeto de sendas intervenciones en los meses de Noviembre y Diciembre de 2002 y,

posteriormente en 2005, entre Junio y Diciembre. Los restos más significativos, al margen de

los encontrados pertenecientes a otras épocas, son los circunscritos en el periodo visigodo, entre

los siglos VI a VIII d.C. “Las estructuras documentadas (…) incluyen una serie de cabañas de

suelo rehundido (4), silos (4), hornos (3) y numerosas fosas, de función indeterminada, muy

concentradas en un área de espacios libres alrededor”40. Asimismo, se halló una necrópolis de

inhumación compuesta por nueve sepulturas41.En síntesis, se trata de un asentamiento visigodo

que se extiende en el tiempo, según demuestra el registro estratigráfico, durante dos siglos.

Yacimiento de La Huelga. El periodo islámico.

Las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Febrero de 2003 y finales de ese mismo año

alumbran un interesante yacimiento en el que son ostensibles las pruebas del intercambio

cultural producido entre las costumbres visigodas y las incipientes musulmanas, a mediados del

siglo VIII. Alfonso Vigil-Escalera, tras asegurar que los restos encontrados son un punto de

apoyo en la investigación del proceso de islamización del campo en región de Madrid, apunta a

37 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 282 38 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 281-282 39 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 283 40 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/42/79-21/10 Nov-Dic 2002 (Dir

Alfonso Vigil-Escalera) 41 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2005: Jun-Dic 2005 (Dir Alfonso Vigil-Escalera)

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

29

“la fuerte pervivencia de la tradición rural local, con procesos lentos y progresivos de adaptación

de lo social a las nuevas coyunturas políticas”42.

Las conclusiones a las que se llega se apoyan en el hallazgo de estructuras habitacionales, la

localización de un pozo, y de una serie de silos de almacenaje lo que, en conjunto, pudiera

desvelar en parte los métodos de explotación agraria de la época43. Particularmente importante

es el hallazgo de una necrópolis islámica aneja al asentamiento rural de la zona44 en la que es

notorio el mestizaje de formas tardovisigodas y protoislámicas en un proceso de cambio

cultural.

ANEXO II: LA DECLARACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL

La Resolución de 30 de Noviembre de la Secretaria General de Medio Ambiente, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto de ampliación del sistema aeroportuario de Madrid, prescribía, respecto de los yacimientos arqueológicos de la zona, lo siguiente:

Sexta. Protección del Patrimonio Cultural.ÐDebido a la presenciade numerosos yacimiento arqueológicos y paleontológicos en el ámbito de afección del proyecto de ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas, se realizarán prospecciones intensivas, con las técnicas necesarias que permitan documentar totalmente los yacimientos y proponer las actuaciones concretas dirigidas a la adecuada protección del patrimonio arqueológico y paleontológico. Estas actuaciones se llevarán a cabo, una vez aprobadas por la Dirección General de Patrimonio Histórico-Artístico de la Consejería de Artes de la Comunidad de Madrid, y serán ejecutadas con carácter previo al desarrollo de las obras. En el caso de aparición de un yacimiento no inventariado previamente, se llevarán a cabo las medidas preventivas que considere dicha Dirección General, de forma que los planes de obra sean compatibles con el programade dichas actuaciones.

42 Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit.; p. 176 43 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 76/XXI/6 Dic-2003 (Dir. Juana

García y Luis Ángel) 44 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/40/79-21/6 Feb-203 (Dir.

Domínguez Alonso y Rincón Vázquez)

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

30

EL CASTILLO DE LOS ZAPATA

1- INTRODUCCIÓN

El Castillo de los Zapata, cuya construcción se puede fechar en 1431, es la única fortaleza

medieval del municipio de Madrid. Tal se halla inextricablemente unido a la familia Zapata y al

señorío que años antes de su levantamiento se constituyó en las tierras de Barajas tras la guerra

civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara. El castillo es representativo de la arquitectura

bélica del bajo Medievo, siendo su fisonomía paralela a la del Castillo de Manzanares el Real.

La construcción es significativa del poder señorial que se afianzó en Castilla a finales de la Edad

Media y que, según la doctrina, está vinculado, con ciertos matices, al sistema feudal europeo

que declinaba como organización económico-política en el resto de Europa. En Castilla, al

contrario, las diferentes circunstancias geográficas y demográficas hicieron posible que, no sólo

perviviese tal modelo, sino que se constituyera en un pilar básico en la estructura de poder.

En la actualidad, las ruinas del castillo se han recuperado con cargo al Fondo Estatal de

Inversión Local y serán incluidas en el inventario de bienes culturales de la Comunidad de

Madrid, incluyéndose la zona dentro del programa de Yacimientos Visitables.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

31

2- LA CRISIS BAJOMEDIEVAL EN EL REINO DE CASTILLA

Situación de la corona de Castilla en el siglo XIII

La situación económico-social del reino de Castilla en el bajomedievo rompe con el paradigma

del ocaso del feudalismo en el resto de Europa. Cuando en el continente el estancamiento de la

producción agraria coincidía con el paulatino crecimiento de la población, la corona de Castilla,

por la expansión hacia el sur de sus territorios, vive un crecimiento económico, más que por la

aplicación de innovaciones tecnológicas, por la incorporación de nuevos territorios que se

destinarán a la producción agrícola. En el siglo XIII las situaciones en Europa y en Castilla son,

por tanto, antitéticas45.

Causas de la crisis bajomedieval en el reino de Castilla

La prosperidad económica de Castilla, sin embargo, queda cercenada entre los últimos años del

siglo XIII, la decimocuarta centuria y los primeros años el siglo XV a raíz de lo que los

historiadores han denominado la trilogía de las grandes catástrofes: la peste, la guerra y el

hambre. Las fuentes constatan la gran diferencia existente entre el tormentoso presente de

aquello años con el periodo de bonanza anterior46.

Las malas cosechas de mediados del siglo XIV, constatadas en fuentes como las actas de las

cortes castellanas, las crónicas de Alfonso XI y en numerosos testimonio locales, producen una

gran cantidad de muertes en la población castellana. Las pestes, mal endémico del mundo

medieval, se desarrollan en Castilla con gran virulencia a partir de mediados del siglo XIV:

desde lo que se denomina en la crónica regia como “primera gran mortandad”, la peste negra

tiene rebrotes, si bien menores, en otras partes de la corona. Por último, la guerra también

contribuye como factor de inestabilidad: entre finales del siglo XIII y principios del XV, si bien

ya finiquitada en Castilla la cruzada antiislámica, se suceden una gran cantidad de conflictos de

carácter interno que tiene una especial incidencia en el ámbito agrario47.

Efectos de la crisis

El contexto de crisis descrito dará lugar a una serie de efectos que, a la postre, desembocarán en

una nueva configuración del orden económico-político en la corona de Castilla. Las

manifestaciones de la crisis se dejan sentir palpable en el descenso de la población, retroceso de

los cultivos, alteraciones de los precios y salarios y caída de las rentas señoriales.

a- Descenso de la población.

La mortandades provocadas por la peste y el hambre repercutieron ostensiblemente en la

demografía castellana del bajomedievo, si bien sea imposible constatar por las fuentes la

importancia cuantitativa de este hecho. A esto se une la riada migratoria producida por la

anexión de los nuevos territorios ganados en la expansión hacia el sur de la corona; por la

misma, grandes contingentes de población abandonaron la meseta norte hacia las nuevas tierras

de Andalucía, Extremadura y Murcia. El efecto más palpable del descenso de la población será

notorio en el aumento cuantitativo de los despoblados48.

45 Valdeón Baruque, Julio: Reflexiones sobre la crisis bajomedieval en Castilla; En la España medieval, nº4, 1984;

pp. 1049-1050 46 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1051 47 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1052 48 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 1053-1054

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32

b- Retroceso de las tierras cultivadas

A mediados del siglo XIV, las fuentes constatan un sensible descenso de las tierras cultivadas;

este fenómeno ha sido puesto en relación con la implantación y posterior expansión de una

economía basada en ganadería ovina. El retroceso de los campo cultivado favoreció el cambio de

modelo productivo en el reino de Castilla49.

c- Dislocación de precios y salarios

El mundo rural sufre un nuevo revés con la política de ordenación de precios y salarios

efectuada desde mediados del siglo XIII, con Alfonso X, y que tuvo nuevas manifestaciones con

Pedro I, a raíz de la difusión de la peste negra, y con Enrique II. Mientras que los salarios de

obreros y los precios de los productos manufacturados en las ciudades vieron incrementada su

cuantía, los de los productos agrarios quedan estancados produciendo una grave erosión de la

economía agraria50.

d- Descenso de las rentas señoriales

Uno de los fenómenos más significativos para medir el impacto de las crisis es el análisis del

descenso de las rentas señoriales. Éstas, apoyadas en la producción agraria, sufren una gran

erosión a raíz de la caída de ésta. Son numerosas las fuentes del siglo XIV en las que se constata

claramente la situación deficitaria de gran parte de los señoríos51.

Los señoríos en el bajo Medievo castellano

a- Concepto

El señorío representa un complejo sistema

apoyado en tres pilares fundamentales: el

poder gubernamental sobre los habitantes

sometidos al mismo, una administración

tributaria ejercida sobre su territorio y una

economía basada en la explotación de la tierra.

La pequeña propiedad rústica del siglo X fue

dejando paso, a raíz de la concentración de la

propiedad en pocas manos, a grandes dominios

donde la relación entre el propietario y quienes

trabajaban directamente la tierra era, en

principio, de carácter económico.

Paulatinamente las donaciones que el monarca

concedía a los señores, tanto de índole

territorial como jurisdiccional, acrecentarían la

importancia político-económica de los señoríos

haciendo que devinieran en circunscripciones o

distritos sometidos administrativamente a su

titular; en definitiva, se constituyeron como micro-estados, auténticos órganos descentralizados

de la corona52.

49 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1054 50 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1055 51 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 1055-1056 52 López Pita, Paulina: Señoríos nobiliarios bajomedievales; Espacio, tiempo y forma, nº 4, 1991; p. 247

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

33

b- Importancia

Según Julio Valdeón, una tupida red de señoríos atravesaba el reino de Castilla en la segunda

mitad del siglo XV, constituyendo el elemento nuclear de la articulación social de sus territorios.

De alguna manera reproducían, aunque sin duda a una escala reducida, el mismísimo aparato

del poder monárquico. En múltiples, por tanto, casos confluían en el señorío los dos elementos

que lo configuraban, el poder jurisdiccional y el territorio, dando lugar a lo que se denomina

“señorío pleno”. El efecto de tales señoríos era, por un lado, la configuración de relaciones

político-administrativas entre el señor y los vasallos y, por otro, la formación de las de carácter

económico que se materializarán en la institución de la “renta señorial”. El fenómeno de los

señoríos fue ante todo de carácter agrario y campesino, si bien la dominación señorial se ejercía

a veces sobre villas y aldeas53.

c- La consolidación de los señoríos en el siglo XIV

La crisis del bajomedievo en la corona de Castilla había afectado a los señoríos desde su misma

base: la recaudación de la “renta señorial”. Gran parte de la evolución posterior del sistema

señorial puede ser encuadrada en el intento de la nobleza por mantener su estatus político y

económico, consolidando el sistema de producción. El periodo comprendido entre los años

1369, el final de la contienda entre Pedro I y Enrique II, y 1474, ascenso de Isabel I al trono de

Castilla, está considerado como el de la definitiva implantación y consolidación de los señoríos

en la corona54

3- EL CASTILLO DE LOS ZAPATA

El señorío de Barajas

La guerra fraticida entre Enrique de Trastámara y Pedro I, el rey legítimo, desemboca en la

victoria del primero y en la concesión de beneficios por su parte entre su partidarios. Enrique II,

ya rey, concede a Pedro González de Mendoza en 1369 las tierras de Alcobendas, Cobeña y

Barajas,

dependientes por

entonces de

Madrid, que había

permanecido del

lado del

contendiente

perdedor, sobre las

que se crea un

señorío. Esta

amputación del

alfoz madrileño

tenía como fin

controlar gran

parte de la

economía de la

región debido al

potencial agrícola

que atesoraban las

53 Valdeón Baruque, Julio: Señoríos y nobleza en la baja Edad Media (el ejemplo de la corona de Castilla); Revista

d´historia medieval, nº 8; 1997;pp. 16-19 54 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 21-22

Page 34: Distrito de Barajas, Bien de Interés Cultural (BIC)

Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

34

tierras de la ribera del

Jarama y la

importancia del rio

para apacentar los

rebaños de la creciente

cabaña ganadera

castellana55.

El señorío de Barajas se

constituye como pleno;

no sólo el titular del

mismo lo era de las

tierras recibidas sino

que, en virtud del

documento que da fe

tal cesión se reconoce

su potestad

administrativa y

judicial, tanto civil como penal56. De esta forma, el titular del señorío nombraba a los miembros

del Concejo Municipal de las villas bajo su jurisdicción: alcaldes ordinarios, regidores y

procuradores ejercían la potestad gubernativa en su nombre57.

Barajas y la Alameda pasaron como dote a Ruy Sanz Zapata en 1385 a raíz de sus nupcias con la

nieta de Pedro González de Mendoza. Tras un pleito entre los descendientes de los Zapata y el

nuevo propietario de las dos villas, estas quedarían definitivamente en poder de la familia

Zapata en 1431 tras el pago de una contraprestación de 70.000 maravedíes58. La fundación del

mayorazgo sobre las dos villa debió impulsar a su nuevo propietario a la construcción del castillo

de la que no se conoce el año exacto de comienzo.

El Castillo de los Zapata.

“El castillo y fortaleza de la Alameda, en la meseta castellana, con sus perfiles y detalles del

mejor estilo, a caballo entre e Medievo, el Renacimiento y el Barroco, es obra sin duda en la que

se manifiesta la grandeza de un linaje y el extremo al que llegó la individualidad señorial,

tomando como principal símbolo el castillo convertido en construcción genuina de un largo

periodo de nuestra historia”59

a- Morfología

“El castillo está formado por un cuerpo rectangular con las esquinas redondeadas cuya

superficie interior es algo más de 200 m2. Una torre cuadrangular en el ángulo noroeste, y tora

cilíndrica, en el ángulo opuesto, defienden los cuatro flancos del pequeño recinto. Los muros

tienen un grosor de 1,4 m. en el cuerpo central y de dos en la torre cuadrada. Su altura en la

torre cilíndrica es, con respecto a suelo principal, de unos ocho. No se conservan, en ningún

caso, ni restos el adarve ni de su petril. Tanto el recinto con las dos torres están hechos en

mampostería caliza irregular con tendencia a forman hiladas. Los tres elemento se edificaron,

indudablemente, a la vez. Toda la estructura principal estaba encerrada dentro de una

barbacana, de la que quedan los restos informes de sus muros de hormigón. Su trazado se

55 Montero Vallejo, Manuel: El Madrid medieval; Madrid, 2003; p. 190 56 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 38 57 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p.42 58 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p. 39 59 Marín Tovar, Cristóbal: El castillo madrileño de la Alameda. Rev. Arte Geografía e Historia, nº7; 2005; p. 113

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

35

adapta al contorno del castillo, dejando un pasillo entre ambos de cuatro metros. Este antemuro

estaba rodeado, al menos en tres de sus flancos por un foso”60

b- Arquitectura militar de uso civil

El Castillo de los Zapata en una muestra de arquitectura del bajomedievo castellano que denota

la singularidad de este tipo de obras constituidas en base a recursos económicos privados61. Si

bien es cierto que se puede circunscribir tales formas dentro del orden militar, no lo es memos

que “aparenta en su estructura global un planteamiento arquitectónico más civil que militar. (…)

Los castillos construidos hacia el siglo XV, incluso los que persisten en el siglo XVI con el mismo

valor de dominicum, desde donde el noble presta atención a sus tierras, mantienen tres

elementos sustantivos: una cerca exterior, la muralla, que constituye el cuerpo perimetral del

castillo; ya las torres, entre las que destaca una por su mayor prestancia, la llamada torre del

homenaje”62.

Este tipo de arquitectura se mantiene en los siglos XV y XVI pese a las reticencias de los Reyes

Católicos, denotando así el carácter nobiliario castellano que, ya sin utilidad bélica, deseaba

mantener la apariencia de dominio y superioridad en sus tierras. “Los rasgos estilísticos del

castillo de la Alameda repiten las formas de aquellos singulares ejemplares (fortaleza de

Manzanares el Real, Palazuelos), aunque sirviéndose de un esquema más simplificado y de

escala más reducida”63

Evolución, ruina y

proyecto de

reestructuración del

siglo XIX

Las progresivas

restauraciones llevadas a

cabo por la familia

Zapara en el edificio

hasta el siglo XVIII no

menoscabaron su aspecto

esencial original,

conservando así su

aspecto bajomedival. Es

en este sigo cuando ya se

tienen noticias de

lamentable estado y

posterior ruina constatada en documentos datados en Marzo de 177164.

Habiendo recaído a mediados del siglo XIX el señorío de Barajas en la familia Fernán Nuñez, y

según documento fechado el 11 de Junio de 1856, se presenta un proyecto para la

reestructuración del Castillo con el fin de realizar, conservando los elementos todavía

persistentes, una residencia señorial65

60 Cámara Muñoz, Alicia y Gutiérrez Marcos, Javier (coord.): Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la

Comunidad de Madrid. Madrid, 1993; p. 82 61 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 98 62 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 106 63 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 107 64 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; pp. 107-108 65 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; pp. 109-112

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

36

Recuperación de los restos

a- Campañas a finales de los 80

Se ha realizado un profundo estudio arqueológico, dirigido por D. Javier Pastor y D. Fernando

Velasco, que ha permitido la datación de los restos del Castillo y el conocimiento de su planta

completa. Asimismo, fueron descubiertos yacimientos arqueológicos pertenecientes al

Calcolítico (segundo milenio antes de Cristo) y estructuras del periodo tardoromano y visigodo

(siglos V-VI d. C). Las obras de restauración y consolidación de los restos del Castillo de la

Alameda han sido llevadas a cabo por el Servicio de Conservación y Restauración del Patrimonio

Histórico e Inmueble dirigidas por el arquitecto D. Pedro Herrero Pintó en el periodo 1988-8966.

b- El proyecto de musealización y el Plan E

Ya a finales de los 80 existía la idea de hacer de la zona del Castillo un parque arqueológico. Esto

se consolida con el proyecto presentado por el Ayuntamiento de Madrid para musealizar en

entorno de aquel para hacerlo visitable a los ciudadanos. La Comunidad de Madrid, una vez

acabados los trabajos de recuperación del Castillo y su entorno, procedería a incluir esta

localización en el Plan de

Yacimientos Visitables67.

El Ayuntamiento de

Madrid, sin embargo, no

ha solicitado a la

Comunidad de Madrid la

inclusión del Castillo en

el catálogo de Bienes de

Interés Regional68

El proyecto de

restauración y

musealización del Castillo

de Barajas se acomete,

por fin, con cargo a los

fondos del Fondo Estatal

de Inversión Local de

2009.

ANEXO I: YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

En el cerro del Castillo, asimismo, y como consecuencia de los trabajos de recuperación de éste

llevados a cabo a finales de los 80, fueron hallados importantes restos arqueológicos que

permiten trazar una línea de continuidad desde la Edad de Hierro hasta, evidentemente, la Edad

Media, pasando por el periodo romano. Particularmente relevante fue el descubrimiento de una

cabaña de origen calcolítico (2 milenio a. C.) de unos 5 m. de diámetro, complementada con

varias áreas separadas para el ganado y zonas de trabajo. El hallazgo también posibilitó el

estudio de la vida cotidiana del periodo al ser encontrados útiles de trabajo y restos de

cerámica69.

66 Cámara Muñoz, Alicia y Gutiérrez Marcos, Javier (coord.): op. cit.; p. 83 67 El Mundo (ed. Madrid); 25 de Agosto de 2007 68 El País (ed. Madrid); 18 de Agosto de 2008 69 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 191-192

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37

ANEXO II: EL PANTEÓN DE LOS

DUQUES DE FERNÁN NÚÑEZ

Rodeado de un pequeño jardincillo

delimitado por una valla construida con

el material derruido del Castillo, se

conserva el Panteón de los Duques de

Fernán Núñez, mausoleo funerario que se

hiciera levantar para enterramiento de la

familia en la que había recaído el condado

de Barajas a mediados del siglo XIX. Se

trata de una capilla con una planta

rectangular, sobre la que se levanta una

bóveda de crucería, dividida en tres

tramos a los que se suma otro que hace

las veces de sacristía. Sobre el arco

apuntado de la entrada, que señala su

inconfundible estilo neogótigo, se sitúan

el escudo ducal y una pequeña cruz como

únicos ornamentos exteriores70.

El Panteón es un caso singular pues se

constituye como un punto de ordenación

urbana de la zona donde se halla

enclavado al estar situado en una zona de ensanche adyacente a la Avenida de Logroño71. En

torno a él se realizó un paseo dividido en tres tramos que vertebra la zona compartida con el

Castillo de los Zapata.

ANEXO III: NIDO DE AMETRALLADORAS

Junto a las ruinas del Castillo se

encuentra un “nido de

ametralladoras de hormigón con

una tronera frontal y diseño

parecido a los nidos gemelos de la

carretera de Castilla (plano

inclinado frontal entre el techo y la

pared delantera) y a los demás

nidos que cerraban los accesos

radiales a Madrid (cerro de la

Mata Espera, los Dominicos, cerro

de los Gamos…, paredes que no

caían verticalmente sobre el suelo,

sino que presentaban un remetido

trasero). Situado a las afueras del

Parque de El Capricho, donde estaba la Posición “Jaca”, testimonios orales nos hablan de la

existencia de otro nido similar destruido por la urbanización de la Alameda de Osuna”72.

70 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 201-202 71 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 345 72 Castellano, Ricardo: Los restos de la defensa: fortificaciones de la Guerra civil en el frente de Madrid: ejército

republicano. Madrid, 2007; p. 184

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LA PLAZA MAYOR

EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS

1- INTRODUCCIÓN

La Plaza Mayor de Barajas, la cual podemos fechar alrededor de 1575, pasa por ser un notable

ejemplo del urbanismo que, importado desde Italia, es implantado por la corte de Felipe II en

Castilla. Su diseño es significativo del poder señorial que ostentaba el recién nombrado Conde

de Barajas por el monarca que, de la misma forma que otros muchos personajes poderosos,

intentaban emular en las villas que tenía bajo su jurisdicción la nueva planificación urbana.

Este fenómeno es claramente representativo de la dicotomía que se daba en Castilla entre las

antiguas formas de vida medievales, apoyadas en una economía agraria, y las nuevas corrientes

renacentistas que entraban en España desde Europa. Asimismo, le crecimiento del poder

señorial en algunas de las zonas de Castilla, como lo era Barajas y la vega del Jarama, nos lega

este ejemplo de intento de urbanismo propiamente urbano en una zona claramente rural.

A la Plaza Mayor de Barajas le son inseparables, por haber sido construidas en época algo

posterior, tanto la Iglesia de San Pedro Apóstol y la Ermita de Nª Sª de la Soledad, claro ejemplo

de convivencia entre las nuevas ideas importadas de Italia, la primera, y las arraigadas desde el

medievo.

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39

2- MADRID, VILLA Y CORTE

1561 es un punto de inflexión para la villa de Madrid y la región que la circunda; Felipe II, ante

los problemas que genera a la corte la ciudad de Toledo, hasta entonces capital del reino, decide

trasladar la capitalidad a Madrid. Las consecuencias no se quedarían únicamente en el ámbito

de lo político, sino que, a partir de éste, la situación socio-económica, tanto de la ciudad como de

la región, se vería modificada radicalmente.

El traslado de la corte a Madrid conllevaba, al margen de su importancia política, un incremento

demográfico sin precedentes en la ciudad. Si la primera mitad del siglo XVI había supuesto un

crecimiento sostenible para la villa, la cual había pasado de los 3.000 habitantes en 1.530 a los

casi 9.000 en 1.560, las necesidades para el servicio de la corte dispararon tal cantidad: así, en

1.570 se llega a los 34.000 habitantes, en 1.580 a los 46.000, en 1.590 a los 67.000 y, por último,

en 1.600 a los 82.00073.

Pero la capitalidad de Madrid no sólo se dejó notar en el incremento demográfico de la villa;

por el impulso renacentista de Felipe II se configuraría un verdadero centro, no sólo geográfico,

sino en todos los ámbitos. De esta forma, la administración central se hallaría en Madrid, los

lugares de recreo se constituirían en los cercanos lugares de Aranjuez y Valsaín, y El Escorial,

templo y biblioteca, quedaría consagrado a Dios y a la sabiduría. La reordenación del centro

peninsular tenía raíces en los tratados de arquitectura y urbanismo del Renacimiento, que

extraían esta idea del mundo urbano romano74.

Así pues, la villa de Madrid, por la importancia sobrevenida en la segunda mitad del siglo XVI,

se convirtió en un auténtico centro demandante de servicios de todo tipo. El más básico,

corolario del aumento poblacional, fue el del abastecimiento alimenticio de la misma. Sobre la

región de Madrid, que no se había distinguido hasta la fecha por su producción agrícola, se

impuso la obligatoriedad de constituirse como cinturón abastecedor de la villa. Los lugares y

fanegas destinado a tal fin (503 y 3.438, respectivamente, semanales en 1.606) destinaban su

producción únicamente al abastecimiento de Madrid75.

3- VIDA RURAL EN LA REGIÓN DE MADRID EN TIEMPOS DE FELIPE II

Demografía en la región de Madrid

La población en la región madrileña se asentaba en un hábitat relativamente disperso, según los

datos disponibles entre 1.575 y 1.580: un 60,9 % de la población, algo más de 10.000 vecinos,

residía en pueblos que oscilaban entre los 500 y 100 vecinos76; casi el 30 % habitaban los ocho

pueblos cuya población variaba entre los 500 y los 1.000 y no existían villas que sobrepasaran el

millar77.

Una lectura diacrónica de la demografía madrileña no ofrece un panorama en el que se puede

afirmar una expansión notable, teniendo un coeficiente de despoblación muy débil, el cual es

algo más acusado en otras regiones de Castilla la Nueva como Guadalajara, Cuenca o Ciudad

Real78.

73 Alvar Ezquerra, Alfredo: Madrid en el siglo XVI. Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 163-164 74 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p.147 75 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p. 168 76 El termino vecino difiere del de habitante: por el primero se corresponde con del de hogar, pues es el que tiene casa

en un pueblo, y contribuye a las cargas y repartimientos del mismo. Generalmente se admite que cada hogar

correspondía a promedio de cinco habitantes en esta época. En ocasiones, el número de vecinos de una villa es

superior al de casas de la misma, consecuencia de que en la misma casa residía más de una familia. Salomon, Noël:

La vida rural castellana en tiempos de Felipe II. Barcelona, 1973; p. 37 77 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 38-39 78 Salomon, Noël: op. cit.; p. 46

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Producción agrícola de la región

Si la economía basada en la ganadería había hecho retroceder a la agricultura en tiempos de los

Reyes Católicos, es a partir del reinado del Carlos V cuando la tendencia se invierte. Tal

fenómeno se puede interpretar por la irrupción de nueva tecnología en el campo castellano y

madrileño, el arado con tiro de mulas. El siglo XVI supone, pues, un avance del agricultor sobre

el ganadero. Dentro de la producción agrícola, las regiones de Madrid y Toledo se distinguían

por la primacía que el cereal mantenía respecto de otros cultivos, pudiendo representar un 75 %

del total79.

El ascenso de la producción agrícola tuvo su repercusión en el aumento de la población en

muchos lugares de la región madrileña: la fertilidad de los terrenos o la prosperidad que, por las

nuevas técnicas de roturación de las tierras, hubiese adquirido determinado cultivo eran razones

de peso para el incremento demográfico de las villas dedicadas a la producción agrícola80.

Los señoríos

El bajo Medievo en el reino

de Castilla está caracterizado

por un movimiento

ideológico que supuso una

grave crisis en el sistema

señorial. Los pueblos de

realengo, sometido

directamente a la jurisdicción

de la Corona, disfrutaban de

más libertades municipales

que los de señorío, tanto laico

como eclesiástico.

Correlativamente se impuso

una corriente política, con

derivaciones en el derecho

castellano, que proclamaba la

unidad del poder, en

detrimento de la dispersión representada por el régimen señorial81.

Si bien en el bajo Medievo castellano y en los primero compases del quinientos los señoríos ven

menguada su importancia, las necesidades monetarias durante el reinado del Felipe II hacen

que aquélla vuelva a crecer por la venta a la nobleza señorial de tierras sometidas a jurisdicción

real. Este proceso, incipiente en la segunda mitad del siglo XVI, se aceleró todavía más pasado el

1.600, siendo la enajenación de pueblos realengos la nota predominante durante el reinado de

sus sucesores82.

La región madrileña, así como la toledana, se caracteriza por la existencia de grandes señoríos

sometidos al poder de importantes señores feudales cuyos dominios configurar un mapa en un

conjunto casi continuo o totalmente agrupado. De los 91 pueblos que se distribuían por la

región, un total de 30 estaban sometidos a señorío en los años 1.575-1580, lo que suponía que

casi un 40% de la población vivía bajo jurisdicción señorial83.

79 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 68-71 80 Salomon, Noël: op. cit.; p. 40 81 Salomon, Noël: op. cit.; p. 201 82 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 204-211 83 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 202-203

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41

El señorío de Barajas

a- Demografía

En la década de 1.579, el señorío de Barajas se presenta como uno de los más prósperos de la

región madrileña lo que repercute ostensiblemente en su población. Barajas se sitúa alrededor

de los 500 vecinos, entre los 2.500 y los 3.000 habitantes, con una tendencia clara al aumento.

Alameda, con unos 100 vecinos (500 a 600 habitantes), se mantiene estable en su población.

Barajas es, claramente, el centro neurálgico de la zona: hacia el oeste se sitúan los pueblos de

Hortaleza y Canillas cuya población respectiva era de 96 y 50 vecinos; al sur, Canillejas y Rejas,

con 86 y 90; al norte Alcobendas, con 300, y Cobeña, con 223; y, al otro lado del río Jarama,

Paracuellos situaba su población en 300 vecinos84.

Las causas de la prosperidad demográfica de Barajas se pueden atribuir tanto a la implicación

de los Condes de Barajas, señores del mayorazgo en la zona, como a la fertilidad de las sus

tierras85.

b- Producción agrícola

Barajas y Alameda dedican su producción agrícola al monocultivo del cereal. Podemos leer de

este último núcleo: “Es este pueblo se dan mucho a la labor del pan, y lo tienen por su principal

granjería, y lo que principalmente siembran de ordinario es trigo, cebada y centeno y alguna

avena”86

4- LA PLAZA MAYOR Y EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS

El urbanismo de Felipe II. La plaza rectangular.

Si con Carlos V, quien

se encuentra en las

ciudades castellanas

un tipología propia del

Medievo, se realizan

ciertas mejoras

arquitectónicas, es con

su sucesor en el trono,

Felipe II, cuando

aquellas ven

transformada su

morfología de una

forma ostensible.

Cambio en los que

“domina el espíritu de

lo racional y de la

unidad urbana, así

como la comunión de

lo práctico y lo

84 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 323-326 85 La población de Barajas “va aumentando cada día por el buen tratamiento que los señores que han sido y son de

este mayorazgo han fecho de ordinario a sus vasallos”; asimismo “por ser tierra tan sana, fértil y en tan buen

asiento”. Alvar Ezquerra, Alfredo: Madrid en el siglo XVI: entre el anacronismo y la realidad. Madrid en el

Renacimiento (VV.AA); Madrid, 1986; pp. 20-22 86 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p. 28

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estético, resultado del mantenimiento de tradiciones medievales junto a gustos modernos y

funcionales”87.

Una de las mayores innovaciones arquitectónicas implantadas por Felipe II fue la de la plaza

rectangular “concebida arquitectónicamente como una unidad urbana, con

suscuatro lados bordeados por soportales y edificios del mismo estilo, de idéntica

altura y simétrica disposición en huecos y volúmenes”88. Esta nueva tipología de plazas se

extiende por Castilla y Aragón principalmente, desconociéndose, a excepción de Toledo, e la

mitad sur de la península. Ejemplos significativos de tales plazas los encontramos en Valladolid,

Madrid o Toledo.

“La necesidad de la plaza mayor surge, entre otras razones, por el deseo de

organizar diversiones y espectáculos dentro de la ciudad; para presenciar éstos

se utilizan los balcones de las casas que la rodean, alquilados o a disposición del

Concejo. Por otra parte, el crecimiento de la población impone la existencia de

un espacio adecuado para el mercado. La plaza mayor sirvió de mercado, o surgió

en el lugar donde éste antes existía, como ocurre en Valladolid, Madrid y Toledo.

En la vida cotidiana era, además, el lugar de reunión de los vecinos. Por tanto, la

plaza será centro cívico, comercial y de espectáculos religiosos y profanos”89.

La Plaza Mayor de Barajas (siglo XVI)

a- Origen de la Plaza

La villa de Barajas no es

extraña a estas

modificaciones

urbanísticas y con el

impulso de la familia

Zapata, que ostentaba el

señorío, ser realiza una

profunda remodelación

del todavía medieval

casco urbano. Los

poderosos personajes

privados, emulando en

un nivel más modesto el

nuevo urbanismo regio,

promovieron conjuntos

urbanos y,

correspondientemente,

D. Francisco Zapata de

Cisneros y Ossorio, nombrado Conde de Barajas por Felipe II en Octubre del 1572, realiza una

transformación urbana del núcleo de la villa.

La construcción de una casa solariega, que tendría la condición de palacio, cerraba por el sur la

antigua plaza de la villa donde se hallaban tanto la iglesia como el ayuntamiento. Es a partir de

uno de los laterales de esta casa desde donde se planea la construcción de una gran plaza

rectangular. “Su construcción mediante soportales también es un rasgo común a otras villas o

87 Izquierdo Álvarez, Sara: Felipe II y el urbanismo. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, nY 13, 81-

107- Ed. Comp., Madrid, 1993; p. 81 88 Izquierdo Álvarez, Sara: op. cit. en loc. cit; p. 83 89 Izquierdo Álvarez, Sara: op. cit. en loc. cit; p. 83

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ciudades que durante el siglo XV dispusieron estos elementos en las plazas de mercado

simplemente como nuevas crujías añadidas a los edificios allí existentes. Podría ser este el caso

de Barajas, donde los soportales -las casas con portales vanos- rompen la estructura del callejero

alterando la continuidad de las calles, e incluso contando a dos de ellas (Botica y Anguita) a las

que se accede a través de ellos”90.

b- Morfología

“Enclavada en el corazón del antiguo pueble de Barajas, este espacio porticado al que

desembocan ocho calles, responde al modelo de las más típicas plazas castellanas: de planta

rectangular, presenta tres de su cuatro lados rodeados de soportales. El anormal proceso de

proceso de crecimiento al que se vio sometido este núcleo, municipio independiente hasta 1950,

y con una centralidad completamente alterada por la presencia del aeropuerto y de otras

infraestructuras de carácter viario e industrial, ha permitido que este espacio urbano llegue

hasta nuestros días en un estado de excepcional conservación. En efecto, desde un principio se

hizo evidente la incapacidad del casco histórico para absorber la necesidad de viviendas y otros

equipamientos para los empleados de aquellas instalaciones, lo que llevó a la realización de

numerosas urbanizaciones en sus alrededores manteniendo el núcleo relativamente inalterado.

La plaza es un gran vacío de planta sensiblemente rectangular en el centro de la población, con

una topografía notablemente horizontal. Sus generosos soportales, generados mediante series

de pórticos con diversas facturas y procedencias, hablan de un cierto paso del tiempo sometido,

no obstante, a la voluntad de respeto a la idea originaria del espacio”91

Iglesia de San Pedro Apóstol (siglo XVII)

a- Origen

Está ubicada en el corazón del Casco

Histórico de Barajas a escasos metros

de la Plaza Mayor. Su origen en

medieval, posiblemente del siglo XV, si

bien se puede suponer que ésta iglesia

fue construida sobre los cimientos de la

más antigua denominada de San Pedro

de Antioquía, vórtice de la creación de

la villa de Barajas durante el Medievo92.

En el edificio de la iglesia se adivinan

dos etapas constructivas diferentes: la

tipología mudéjar propia de la tradición

castellana del bajo Medievo y la

correspondiente a la renovación del

templo con la construcción del

transepto y la capilla mayor en la

primera mitad del siglo XVI,

seguramente, ésta última, por el

impulso del Cardenal D. Antonio

Zapata, quien rehusara al condado de

90 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 57 91 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 342 92 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 53 y 54

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Barajas a favor de su carrera eclesiástica93

b- Morfología

“Edificio exento, de proporciones regulares, construido con ladrillo y mampostería, materiales

que revelan la pobreza originaria de este territorio, a los pies de la nave, junto a la puerta

principal, se encuentra una gran torre de cinco cuerpos, levantada como hito referencial a la

escala de la población más que a la del propio templo. El interior es de tres naves separadas por

pilares y arcos de medio punto según el esquema mudéjar castellano tradicional. Las cubiertas

son, plana en la nave central y a un agua en la laterales, mientras en los brazos del crucero, en la

sacristía y en la capilla bautismal una solución de bóvedas de cañón. Completa el interior un

coro alto a los pies y una sacristía de factura mucho más reciente”94.

Ermita de Nuestra Señora de la Soledad (siglo XVII)

a- Un ejemplo de

arquitectura

popular barroca

La Ermita de Nuestra

Señora de la Soledad es fiel

representante de la extensa

red de capillas, ermitas y

humilladeros que salpicaban

Castilla en los siglos XVII y

XVIII. Esta red ha ido

desapareciendo

progresivamente debido al

incremento poblacional de

los municipios donde los

edificios se hallaban

enclavados, siendo extraño,

y por razones singulares, la pervivencia de alguno de ellos en nuestra época. El escaso interés

especulativo donde halla ubicada y su relación con la memoria de Barajas, relacionada con su

pasado de producción de cereal, ha posibilitado que la Ermita llegue a nuestros días.

b- Morfología

“La pieza, restaurada no obstante con esmero, resulta paradigmática del trazado y la

construcción de este tipo de edificios. Así, la ermita presenta cuatro cuerpos alineados y

perfectamente diferenciados: pórtico de acceso, nave de los fieles, santuario y vivienda adosada

en la cabecera del templo, todo ello compuesto con atención a una escala verdaderamente

primorosa, coya contención en planta refuerza el carácter ascensional del conjunto. El interior

se encuentra resuelto con una bóveda corrida de cañón y una cúpula sobre el crucero. La

construcción, basada en potentes fábricas de ladrillo reforzadas con contrafuertes en el cuerpo

central y mistificadas con aparejos de piedra en los paramentos de la nave de los fieles y de la

vivienda cabecera, rematadas todas ellas por cubiertas cerámicas a cuatro aguas sobre

estructuras de madera, muestra una gramática impecable, en la que sólo contrasta la reciente

93 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 205-206 94 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit.; p. 341

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factura del pórtico de acceso. En definitiva, estaríamos tratando de una delicada pieza,

verdadero tratado de la sabia arquitectura popular”95.

ANEXO: EDIFICACIONES DEL SIGLO XIX

El Casco Histórico cuenta, asimismo, con varias edificaciones de carácter civil que son

representativas de la arquitectura de finales del siglo XIX. La más destacable, sin duda, es el

edificio que en la actualidad está destinado a Centro Cultural del distrito.

95 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit.; p. 342

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EL JARDÍN HISTÓRICO DE “EL CAPRICHO”

1- INTRODUCCIÓN

El Jardín Histórico de El Capricho es una de las escasas muestras en España de jardín

paisajístico que eran, por otra parte, normales en ciertos países europeos como Inglaterra,

Holanda o Francia. Su creación data de finales del siglo XVIII, y es debida al espíritu ilustrado,

nutrido de las nuevas corrientes europeas de la época, de la Duquesa de Osuna. El Capricho fue

declarado en 1934 Jardín Histórico.

En el diseño del

jardín son palpables

las nuevas teorías

que la Ilustración

deparó a la Estética

de su tiempo; la

triada pintura-

naturaleza-poesía se

hace inseparable en

todos y cada uno de

los rincones de El

Capricho,

pudiéndose

desentrañar lo que

en parte fue el

pensamiento de su

tiempo. El Jardín

Histórico de El

Capricho se constituye, por tanto, en uno de los escasos vestigios que la Ilustración, cuyas ideas

intentó implantar Carlos III, dejó en España.

2- LA ILUSTRACIÓN Y SU INFLUENCIA EN ESPAÑA

La Europa del siglo XVII ve cómo se van estableciendo las bases de una nueva visión del mundo,

una nueva actitud, que se consolidaría durante el siglo XVIII: la Ilustración. Con el Discurso del

Método y las Meditaciones Metafísicas de René Descartes (1596-1650), se establece un nuevo

paradigma de pensamiento que da preponderancia a la intuición razonada al poner en cuestión

todas las anteriores fuentes de conocimiento a través de la duda metódica. Ya Francis Bacon

(1551-1626) había establecido las bases epistemológicas del desarrollo científico posterior dando

preponderancia a la observación de los fenómenos naturales sobre las ideas preconcebidas sobre

los mismos. Por último, Isaac Newton (1642-1727) considera que toda la Naturaleza está sujeta a

leyes inalterables las cuales podemos conocer mediante la observación y abstracción de la

misma.

Las repercusiones de estos paradigmas filosóficos se dejan sentir en todos los ámbitos de

actuación humana, desde la ciencia hasta la política pasando por la creación artística, en un

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ambiente, el europeo, caracterizado por una creciente burguesía y por un liberalismo intelectual

al que se había desembocado tras la irrupción de la reforma protestante. Este caldo de cultivo es

especialmente propicio en países como Alemania, Inglaterra o Francia. En este último todo el

desarrollo del nuevo paradigma de pensamiento queda condensado en la Enciclopedia, en la que

contribuyen a su consolidación figuras tan eminentes como Montesquieu, Voltaire o

D´Alembert.

Mientras en Europa el movimiento de la Ilustración se desarrollaba dentro de las tensiones

propias de un cambio de paradigma intelectual, en España, por el contra, y debido al pasado

tradicionalista generado por la creación dos siglos atrás del Imperio, el debate se enmarcó en los

límites marcados entre los defensores de ese acervo tradicional y los “novadores” o reformistas,

que asumían como punto de partida la decadencia española a la que se veía avocado el país por

su inmovilismo. En definitiva, estaba en juego la trayectoria histórica de España96.

La irrupción de la ideas ilustradas en España, durante el reinado de Carlos III, choca con el

estamento de la Iglesia y con una nobleza poco proclive a los cambios político-sociales97, si bien

es cierto que se produce un cambio de actitud en ciertos sectores de la sociedad española hacia

el nuevo paradigma europeo. “De hecho el espíritu de la Ilustración y el realismo inherente a

todo lo español son hermanables con la proyección de utopías, y puede constatarse la tesis de

que los ideales utópicos vertebran e lpensamientode la Ilustración española y existe el intento

de implantarlos en la realidad. En este sentido, la Ilustración española, aunque fue moderada

con respecto a la Ilustración histórica, si tuvo como valor la toma de conciencia de que la España

de finales del siglo XVI y del siglo XVII, tras el esplendor del Imperio, fue perdiendo,

progresivamente, todo contacto con la modernidad, y era necesario iniciar un proceso de

adecuado reciclaje”98

3- LOS JARDINES EN EL SIGLO XVIII. BASES FILOSÓFICAS Y ESTÉTICAS

Influencias filosóficas

Los Phisosphiae Naturalis Principia Mathematica, de Isaac Newton, serían publicada en 1687

creando un punto de inflexión en el pensamiento de la época; sus conceptos básicos pronto se

convertirían en paradigma de una nueva visión del mundo que no sólo atañería al mundo de la

ciencia, sino que alumbrarían todos los campos de producción humana. Tal nueva concepción

encontraba su vórtice primigenio en la colocación de la Naturaleza y su creador en el mismo

plano de la física, denominada entonces filosofía natural, por lo con un perfecto análisis de

aquélla llegaríamos a un conocimiento de Dios. De alguna manera, descifrando el libro de la

Naturaleza reencontraríamos a Dios en sus creaciones. Para descifrar ese libro la razón, por sí

misma, no basta; le es necesario el apoyo de la experiencia.

La visión del mundo propuesta por la geometría cartesiana había alejado al hombre de la

Naturaleza por cuanto que era a través de las ideas, configuradas geométrica y

matemáticamente, el camino anamnético por el que ascender a Dios. La Naturaleza, en cuando

imperfecta, quedaba al margen del interés científico humano. Sin embargo, siendo la física, a

partir de Newton el nexo entre Dios y la Naturaleza, ésta cobra un protagonismo en todos los

órdenes, tanto científicos como artísticos.

96 Fernández Sanz, Amable: La ilustración española. Entre el reformismo y la utopía. Anales del seminario de

historia de la filosofía. Ed. Complutense. Madrid, 1993; p. 60 97 Fernández Sanz, Amable: op. cit. en loc cit.; pp. 63-67 98 Fernández Sanz, Amable: op. cit. en loc cit.; p. 71

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La Estética y la Naturaleza

Las artes, asimismo, se impregnan del nuevo paradigma y focalizan su atención en la

Naturaleza. ”La Ilustración proclama para la Naturaleza, incluida la humana, la autosuficiencia,

la inmanencia, esto es, lo que es inherente a sí misma. Desde estas premisas se posibilitan los

trasvases fundacionales a las esferas de la actividad humana y a las disciplinas resultantes”99.

Esto, si bien no socaba el imperio de la razón, si lo atenúa en favor de el de la experiencia, a

través de la cual es percibida la naturaleza. En el campo de la estética, sin embargo, tal

atenuación se convierte en un desplazamiento.

Así es como se establece una nueva relación entre las obras y el espectador: “el arte no tiene

solamente la función de proporcionar placer, sino también de desencadenarán toda una gama

de emociones psíquicas. Aunque aún imite, ya no persigue la perfección de la imitación de los

antiguos o de la realidad, sino que busca la perfección de efecto, es decir, es suscitar el afecto, las

pasiones artificiales”100. De aquí surge una nueva semiótica fundamentadas en la exigencia de

las diferentes técnicas artísticas de satisfacer las correlativas impresiones de nuestros sentidos

que les son subyacentes. De esta forma, mientras la pintura trabaja con signos naturales,

reconocibles en la representación, la poesía y la arquitectura tomarán como base signos

arbitrarios,

artificiales,

instituidos. “La

negación de la

arquitectura como

imitación y la defensa

de la naturaleza

artificial, (…),

emergen como un

puntual desintegrador

de una teoría

proyectual inspirada

en las proporciones y

los órdenes del

sistema clásico”101.

La Estética y el

Jardín.

La organización del jardín se estructuraba en la triada pintura-naturaleza-poesía: así, mientras

la pintura entroncaba con la práctica compositiva de los diferentes elementos, la poesía

suministraba al espectador la carga emocional perseguida. El jardín ilustrado era, pues, un

reflejo de las artes: “El nuevo jardín no es sólo una expresión estética, sino una representación

sensible de pensamiento y el arte”102.

La pintura, por su lado, estará ligada al jardín de tal forma que “el jardinero paisajista aplica las

reglas de la pintura, emplea la perspectiva, la gradación de las formas, alturas y colores para

alargar las vistas, introduce puntos de atención focal, etc. Todos los libros de jardinería están

plagados de continuas alusiones pictóricas”103. La poesía, por el suyo, impone el ritmo expresivo

a la pictórica del jardín, que “se transforma en una expresión consciente de la imaginación

poética, provocando y estimulando la inteligencia. Los edificios, las estatuas, las inscripciones

99 Marchán Fiz, Simón: La estética en la cultura moderna. Madrid, 2000; p. 13 100 Marchán Fiz, Simón: op. cit.; p. 22 101 Marchán Fiz, Simón: op. cit.; p. 24 102 Añón Feliú, Carmen: El Capricho de la Alameda de Osuna. Madrid, 2003; p. 51 103

Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 51

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

49

están allí para, de una forma emblemática, hablar al espíritu, recordarle sucesos o personajes

históricos y excitar su imaginación”104.

4- EL JARDÍN HISTÓRICO

DE “EL CAPRICHO”

Los Duques de Osuna

La nobleza española no destacaba en

el siglo XVIII por su preparación

intelectual; lastrada por las rígidas

normas de su estamento y por el

arraigo de las tradiciones, fue

paulatinamente alejada por los

monarcas borbones de los cargos

públicos pues la nueva administración

del país requería un nivel cultural del

que la aristocracia española carecía.

En Madrid, dada la condición de

Corte, la proporción de nobles era la

más alta de España y, exceptuado los

grandes, cada vez tenía un futuro más

mediocre105.

El matrimonio formado por Pedro

Alcántara Téllez-Girón y María Josefa

de la Soledad Alfonso Pimentel, que

posibilitaría que su descendencia atesorara el mayor números de títulos y blasones de toda la

historia de España, fue una notable excepción a la mediocre regla cultural de la nobleza

española. Al margen de las funciones públicas en la Corte en cuanto grandes, la Condesa-

Duquesa es conocida en todos los ambientes madrileños por su refinada cultura. De hecho, la

biblioteca de los Osuna, que permaneció cerrada al público en general por albergar libros

prohibidos, para cuya lectura tenían permiso, contaba con más de 60.000 ejemplares que

recogían gran parte del saber que se estaba generando en Europa. También fue nota

predominante en el matrimonio su pertenencia, más por parte de la Duquesa, en sociedades de

conocimiento, promovidas desde la corte de Carlos III, donde eran frecuentes las charlas sobre

ciencia, historia, matemáticas o geografía. Su afición por la música o por la pintura, donde

podemos señalar la amistad de los duques con Goya, también generó un vórtice de difusión

cultural en el Madrid de finales del dieciocho y principios del XIX106.

Orígenes de El Capricho

Mientras que escasas fincas de recreo que se situaban en los alrededores de Madrid lo hacían en

la zona norte y noroeste, la que, con los años devendría en el Jardín Histórico de El Capricho,

por razones de fertilidad de los terrenos y por la abundancia de agua, se situaría en el cuadrante

nordeste de los alrededores de la capital. Tres años después del arrendamiento de una casona y

sus huertos, en 1779, los Duques de Osuna adquirieron la propiedad de tal finca, a la que

104 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 52 105 Martínez, Ruiz, Enrique: La sociedad madrileña del siglo XVIII. La Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 332-

339 106 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 20-37

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

50

adherirían las tierras colindantes adquiridas entre los años 1783 y 1791. Este cómputo de

terrenos configurarían lo que hoy es parque107.

La creación del Jardín se debe a la intención de la Duquesa de convertir lo que eran los terrenos

dedicados a la huerta en un espacio que pudiera parangonarse con, cuando menos, los jardines

de Aranjuez, realizados durante aquellos años. Fue Pablo Boutelou quien inicia los trabajos de

planificación del Jardín en los que se pueden apreciar las influencias de los jardines ingleses,

holandeses y franceses, asumiendo en el proyecto, por tanto, las ideas europeas en cuanto

estética. El proyecto, en sí, es bastante difuso, pero la traza del mismo no disgusta a la Duquesa.

Es en 1787, cuando Boutelou abandona la creación del Jardín cuando Jean Baptiste Mulot, a

quien aquél recomienda a la Duquesa, continúa con su desarrollo; para esta época El Capricho

ya tenía vida propia108.

Los Jardines

“La Alameda de Osuna constituye uno de los principales -y primeros- jardines paisajistas

establecidos en España, así como un ejemplo único de villa suburbana de propiedad nobiliaria

todavía conservada (…). El jardín inglés que se introdujo en España recogía la difusión por

tierras galas de las ideas de William Chambers, menos puras espacialmente que las

desarrolladas por Brown. De esta manera, en la Alameda se obtiene un jardín de recorrido de

una densidad abrumadora, como los que se construían en Francia en ese momento y cuyo

modelo rimero era Kew, del propio Chambers: multiplicación de las escenas, apoyadas siempre

en un elemento arquitectónico o escultórico o escultórico pintoresco o clásico; recorridos

sinuosos y complejos, e independencia de la casa y del acceso respecto del jardín. Pero éste no

sólo pretende imitar un paisaje natural, sino que incluye diversas actuaciones de tipo

geométrico, al modo de Repton, que se insertan orgánicamente -ya lo hacía Boutelou en le

proyecto primero, de esquema similar al final- en el intrincado trazado naturalista atribuido a

Mulot frente a la fragmentación de otro jardines paisajistas del momento: el principal, la gran

avenida de acceso al palacio de fuerte carácter italiano y ciertos rasgos hispanos, el dibujo radial

de la columna de Saturno y otras actuaciones menores, como varios brazos de la ría o el

laberinto”109.

107 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 61-64 108 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 64-73 109 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 344

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51

El Palacio

Si bien la arquitectura es secundaria en el Jardín Histórico de El Capricho, los duques de Osuna

trabajan con destacados arquitectos de cara a configurar las edificaciones que quedarán

repartidas por el mismo. Sin duda el edificio más importante es el Palacio; tal no fue realizado

como obra de nueva planta sino que, en su constitución actual, es resultado de dos fases que

toman como base el antiguo caserío del Conde de Priego, adquirido en la compra de los

terrenos110. “El antiguo caserón fue ampliado y transformado por Manuel Machuca y Vargas y

Mateo Medina en un auténtico complejo palaciego con cuatro arcaizantes torreones en las

esquinas, severas fachadas y un magnífico y ligero peristilo -reformado por Martín López

Aguado- de sutiles contrastes de luz que se abre y conecta con el jardín mediante una escalera de

doble tiro. Consta el palacio de planta baja de forma casi cuadrada y tres patios, con el zaguán la

doble escalera principal y el comedor -abierto a los jardines primitivos, llamados de la Rana-; la

principal, con forma de H y dos terrazas entre los torreones, que contenía las habitaciones

privadas de la duquesa, con el gabinete redondo ornado con pinturas de Goya; las del duque y

sus hijos y la biblioteca, muchas con pinturas en bóvedas, y la alta, para el servicio y, en los

torreones, despachos privados”111.

La arquitectura en el Jardín

El Jardín cuenta con muestras arquitectónicas, aparte del Palacio, que denotan el extremado

refinamiento y el carácter innovador del mismo. A continuación exponemos, a modo de ejemplo,

algunos de estos hitos arquitectónicos112:

110 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 20-37 111 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc cit.; p. 343 112 Desbordaría las pretensiones de este proyecto una exposición detallada de todas las muestras de arquitectura y de

monumentos conmemorativos del Jardín Histórico de El Capricho. Para una mayor información se puede consultar la

obra de Carmen Añón Feliú, que nos sirve de referencia para el desarrollo de este apartado dedicado al Jardín, así

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52

a- El Abejero

Es una de las construcciones más sorprendentes de todo el Jardín, de la que no se conocen

antecedentes ni “descendientes”; es una auténtico palacio para las abejas que nos introduce en

lo que fue el mundo de la sociedad culta de finales del siglo dieciocho. “El abejero era

indudablemente un elemento de actualidad durante el siglo XVIII; de hecho, se construyeron

grandes abejeros de salón, pero un edificio de esta importancia y nobleza resulta algo singular y

único. Entre las llamadas “casas de las abejas” era frecuente encontrar algunas, sobre todo en

Inglaterra, de gran tamaño e, incluso, con cierta arquitectura refinada, pero cuyo fin era

primordialmente la producción de miel, y nunca, como en este caso, el disfrute de la

contemplación de la laboriosidad de las abejas”113.

b- La Casa de la Vieja

“La casa de la vieja es una construcción con un enorme valor testimonial, pues habitualmente

este género de edificios, que para más asemejarse a la realidad estaban realizados con elementos

toscos y pobres, no han resistido el paso del tiempo y han desaparecido de los jardines europeos

por su fragilidad, el frío y la lluvia. Las que podemos encontrar, como en el caso de Versalles,

han sido rehechas

repetidas veces (…). La

casita tiene dos plantas

y, podemos considerar,

que tres ambientes

muy diferenciados.

Uno de ellos, en la

planta baja, que

ocupaba dos

habitaciones era el

llamado “gabinete del

musgo”, una

delicadeza que

consistía en cubrir

todos los paramentos

verticales de una fina

malla metálica que se

recubría con musgo, lo

que sin duda era una

delicia en los calurosos días del verano madrileño. Desde allí, y mediante una escalera, se

accedía a una habitación decorada con pinturas murales neoclásicas de tipo pompeyano: era el

gabinete “rico”. Por otra parte, ocupando parte de las dos plantas, se encontraba la zona

“rústica” o “pobre”, (…) dando la sensación de una cocina rural”114.

c- La Ermita

“La ermita es una construcción sencilla, de planta rectangular, dividida originariamente en dos

por un pequeño tabique que separaba dos habitaciones., una de ellas simulaba una pequeña

iglesia y la otra, la vivienda del ermitaño. Al exterior, la construcción es sencilla: la parte inferior

de la fachada principal está flanqueada por dos anchas columnas estriadas, una puerta central y

dos aberturas iguales a las de las fachadas laterales que contenían sendas campanas. En la parte

superior, separada por una cornisa, se continúan las dos columnas divididas por medio rosetón

como la página oficial en la que quedan referidos los monumentos conmemorativos de Madrid:

www.monumentamadrid.es. 113

Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 127-128 114 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 132-133

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

53

emplomado en el centro. En una de las fachadas laterales hay un pórtico de madera (…) Este

tipo de ermitas, con sus inquilinos o ermitños auténticos, fue una característica en los jardines

paisajísticos o protorrománticos”115.

d- El Casino

“El casino se levantaba sobre un gran pozo alimentado por uno de los viales de agua, que era el

que suministraba agua para la ría, con una bomba para elevarla, cubierto todo este espacio por

una magnifica bóveda de ladrillo rebajada. Sobre esto se sustenta el salón de baile propiamente

dicho, al que se accedía por una escalera. Era de una extremada sencillez, al tiempo que de una

refinada y exquisita elegancia, En su interior reside su mayor interés y, como dice Navascués, en

él encontramos la típica ordenación del salón de espejos, reflejando y multiplicando luces e

imágenes por su constante enfrentamiento. Su espíritu dimana del interior rococó, pero con la

rigidez sintáctica propia de un arquitecto neoclásico”116.

5- LA RECUPERACIÓN DEL JARDÍN

Cuando en 1974 el Ayuntamiento de Madrid adquiere la propiedad del Jardín Histórico de El

Capricho, éste presenta un nivel de deterioro tal que se llega a proyectar su destino para

distintos fines a los que en la actualidad está afecto. Se pueden distinguir ciertos hitos en el

proceso de recuperación de El Capricho desde 1977 hasta 2010.

La comisión técnica de 1977. Los criterios de restauración.

En Septiembre de 1977, el Colegio de Arquitectos de Madrid realiza una exposición sobre el

Jardín Histórico de El Capricho clausurada con una conferencia y un coloquio. De los actos de

clausura se extrajeron varias conclusiones, enmarcadas todas en el interés de recuperar el

Jardín Histórico, entre las que destaca en compromiso de creación de una comisión técnica que

tuviera como fin la redacción de un proyecto para tal fin.

Tal comisión, que mantuvo más de 30 reuniones desde diciembre de 1977 hasta mayo de 1978,

trabajó en los criterios básicos de restauración, en la aportación de datos histórico-paisajísticos

y en las actuaciones principales a llevar a cabo. Este trabajo desembocó en la creación, por

decreto de 5 de Febrero de 1979, de una nueva comisión, que se extraía de la anterior sin

disolverla, para un asesoramiento más directo al Departamento de Parques y Jardines.

De acuerdo con el Ayuntamiento, esta comisión asesora redactó una propuesta de uso y unos

criterios de restauración que impulsaron el inicio de la recuperación del parque en el periodo

1978-1980117.

La Escuela Taller de la Alameda de Osuna

Un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Trabajo posibilita la creación de

la Escuela Taller de la Alameda de Osuna con un doble objetivo: la ejecución de las obras de

recuperación del Jardín y sus elementos arquitectónicos y la introducción de las mismas en el

modelo didáctico-ocupacional dentro del programa para jóvenes desempleados. La Escuela se

nutre de fondos municipales, del INEM y del Fondo Social Europeo.

Era la primera vez que en España se la restauración del un Jardín con unos criterios de

regularidad y disciplina, fundamentados en una rigurosa metodología: arqueología aplicada al

Jardín, análisis histórico de todas las fases por las que pasó, clasificación y búsqueda de fondos

documentales y detallados inventarios botánicos.

115

Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 137 116 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 154 117 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 207-212

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54

La Escuela Taller se disuelve en 1992 tras haber recuperado gran parte de los hitos del Jardín de

El Capricho. El trabajo realizado por ésta fue aprovechado en los trabajos posteriores de

recuperación que se prolongarían desde su disolución hasta nuestros días118.

La recuperación del Palacio de los Duques de Osuna

En 1980, la situación en la que se encontraba el Palacio hacía temer por la estabilidad de su

estructura; la cubierta estaba totalmente hundida y se habían desplomado hacia el exterior

numerosas partes ornamentales del mismo. Esto llevó al Ayuntamiento a realizar una actuación

urgente con el fin de evitar su ruina: en una primera fase se consolidó su estructura para, a

continuación, restaurar los torreones y la fachada principal, ya en una segunda119. En el periodo

1991-1993 se continuó trabajando en la infraestructura del Palacio y en sus patios120.

La total recuperación del Palacio se llevará a cabo en el periodo 2009-2010 a cargo del Fondo

Estatal de Inversión Local - 2009121.

ANEXO: LA IGLESIA DE SANTA CATALINA MARTIR (s. XVI)

“El templo de Santa Catalina de Alejandría es una pequeña y anónima ermita anterior, aunque

geográficamente vinculada, a la finca de El Capricho de los Duques de Osuna, (…) Presenta un

cuerpo de una única nave, cubierto a dos aguas con una estructura de madera protegida no hace

mucho con una bóveda de escayola. A los pies de la iglesia se encuentra un coro iluminado por el

breve rosetón que ordena la fachada sobre el acceso principal, en un esquema muy tradicional

en este tipo de edificios”122

118 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 213-218 119

Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 212-213 120

Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 217 121 El País (ed. Madrid): 13 de Abril de 2009 122 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit; p. 342

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55

EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”

1- INTRODUCCIÓN

El Búnker de El Capricho es la fortaleza defensiva más importante construida para la Defensa de

Madrid, periodo comprendido entre Noviembre de 1936 y Marzo de 1939. Se realiza durante el

primer semestre de 1937 a raíz del traslado del Estado Mayor del Ejército Republicano al Jardín

Histórico de El Capricho, donde establece su cuartel general.

Tal fortaleza puede considerarse como un hito significativo en la ingeniería bélica militar de la

época: por un lado, recoge los avances a los que la misma se vio forzada por las nuevas tácticas

bélicas puesta en práctica durante la I Guerra Mundial, sobre todo en lo que se refiere a la

guerra química. Por otro lado, el búnker es la primera fortaleza destinada en Europa a proteger

al alto mando de un ejército, idea que proliferaría en la II Guerra Mundial años después.

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56

2- LA DEFENSA DE MADRID123

Hasta principios de Noviembre de 1936 no llegan las tropas sublevadas a las proximidades de la

capital para intentar su asalto que, estratégicamente, se estimaba de gran valor estratégico para

el devenir de la guerra. Tal intento se dio entre esa fecha y la primavera de 1937, en lo que se dio

en llamar la batalla de Madrid, quedando frustrado por resistencia ofrecida por el ejército y las

milicias de la República. El subsiguiente asedio de la capital se extiende desde el fracaso de

asalto hasta el final de guerra, haciendo de Madrid un escenario clave en el conflicto, no sólo en

la vertiente bélica, sino en la socio-cultural.

Madrid, al contrario que Barcelona, donde se dan unas connotaciones sociales y culturales

diversas, ofrece la continuidad de la vida política y social propia de la República, si bien

sometida a la coyuntura bélica del momento, por lo que puede ser tenida como paradigma de la

evolución de la Guerra Civil. En la

capital subsisten tres ciudades

distintas: la ciudad resistente,

configurada por los ciudadanos más

activos y afines a los partidos de

izquierda, es la protagonista de la

defensa de la capital; la ciudad

clandestina, consecuencia de los

sectores más próximos a la derecha,

alimentó la quinta columna durante

la batalla de Madrid y el bulo

derrotista durante su asedio

posterior; y la ciudad pasiva,

formada por todos aquellos

habitantes que no tenía otro

horizonte que el de su propia

supervivencia, que iría engrosando

por el estrangulamiento que las

tropas sublevadas imprimían a los

abastecimientos de Madrid.

El traslado del Gobierno republicano

a Valencia tuvo como consecuencia

la creación de la Junta de Defensa de

Madrid, encargada desde entonces

de los aspectos básicos de la defensa

de la capital y la reorganización de la

vida ciudadana en todos sus órdenes,

imbricando las vertientes bélica y

social. Tal organismo quedó presidido por el General Miaja, y puede ser considerado como un

microcosmos de la realidad de la política republicana, reflejándose en él todas sus tensiones. En

Abril de 1937 fue disuelto tal organismo, lo que permitió al Ayuntamiento de Madrid retomar la

gestión de la ciudad durante su asedio.

Madrid fue, por último, el escenario del final de la Guerra Civil al ser testigo del enfrentamiento

interno acaecido entre los casadistas y los comunistas, con manifestaciones en varios lugares de

España. Tal desmembramiento precipitó el final de la guerra: las tropas franquistas entraban en

Madrid 28 de Marzo de 1939.

123 Fernández García, Antonio, Bahamonde Magro, Ángel y Mártinez, Jesús: La evolución política de Madrid, 1900-

1939. Fernández García, Antonio (dir.): Historia de Madrid; Madrid, 1993; 619-622

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57

3- MADRID ANTE LOS BOMBARDEOS. LA DEFENSA PASIVA.

Antecedentes

La evolución de las técnicas bélicas durante el primer tercio del siglo XX desembocó en la

irrupción de un elemento claramente diferenciador con los conflictos anteriores: el uso masivo

del poder aéreo. Durante los últimos meses de la I Guerra Mundial se empezaron a atisbar las

posibilidades de esta nueva arma que, a la postre, fue experimentada en la Guerra Civil

española. Esta circunstancia fue el detonante para que se tomaran diversas medidas en los

países europeos directamente afectados; de esta forma, son significativos hitos como el

Congreso Internacional de 1929, las normas francesas de defensa pasiva de 1931, las normas

rusas sobre refugios y las concernientes a la defensa pasiva de la República Española de 1935124.

La defensa pasiva de Madrid

Los bombardeos sobre la capital,

iniciados en el segundo semestre de

1936, contabilizaban en Mayo de 1937,

según informes oficiales, 4.000 bajas

civiles y casi 1.000 edificios afectados.

Las incursiones aéreas sobre Madrid

sumaban, a finales de Junio de ese

mismo año, más de medio centenar. La

posibilidad de, no ya victimas en los

bombardeos, sino de la repercusión

negativa en la moral de la población,

hizo que las autoridades de la República

iniciaran las medidas necesarias para

contrarrestar tales efectos125.

En este marco, el General Miaja,

presidente de la Junta Delegada de la

Defensa de Madrid, crea oficialmente, el

día 7 de Marzo de 1937, la Defensa

Pasiva de Madrid. El recién creado

organismo se estructuraba en las

siguientes acciones: protección contra

gases, construcción de refugios

subterráneos, sistema centralizado de

alarmas aéreas, servicio de socorro (en

colaboración con cuerpos de bomberos) y equipos municipales de desescombro. A la postre, y

debido a reorganizaciones posteriores del organismo, éste no fue todo lo eficaz que se pretendía,

si bien es cierto, que la mayoría de los esfuerzos de direccionaron en la construcción de refugios

subterráneos, al ser la población la máxima preocupación para las autoridades republicanas126.

a- Los planes de construcción de refugios antiaéreos y antigás.

La política de construcción de refugios tiene su comienzo en el Informe a la Junta Delegada de

Defensa de Madrid, sobre el estado de las Obras de construcción de refugios antigás y

antiaéreos de carácter colectivo, de Enero de 1937. En él se informaba sobre los trabajos

124 Castellano, Ricardo: Los restos de la defensa: fortificaciones de la Guerra civil en el frente de Madrid: ejército

republicano. Madrid, 2007. 125 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 105 126 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 105-108

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

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puestos en marcha, los cuarenta refugios en construcción, y se solicitaba crédito para financiar

los trabajos restantes. En este informe se establecían los primeros criterios constructivos de los

refugios, en atención a su distribución por la ciudad, preferencias de localización y formas de

ejecución de los mismos. El programa de refugios, que se proponía la protección de un total de

319.350 personas, topó tanto con problemas financieros como de mano de obra127.

b- El Plan de 56 Refugios. Finales de 1937.

A finales de 1937 se presenta a las autoridades el Plan de 56 de Refugios que, en consonancia

con los que ya se habían iniciado, mantendrían una capacidad de 555 personas. A este plan

quedaba anexo un informe que, con el título Tres tipos de refugios de los 56 que se están

construyendo en Madrid, presentaba tres proyectos base de diversa tipología extraídos de

proyectos ya ejecutados. Como nata destacada de este informe es que incluyen los planos del

refugio de la Posición “Jaca”, situada en el Parque de El Capricho, finalizado en Agosto de ese

mismo año. Tales planos, se habían mantenido hasta la fecha en el más absoluto secreto, son

utilizados en este informe probablemente como un importante logro de la etapa posterior en la

construcción de refugios; así, junto con los otros dos proyectos presentados, el del búnker de El

Capricho quedó como paradigmático para la ejecución de diversos otros que verían la luz en

1938128.

4- EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”

Evolución del concepto de refugio

Hasta la Guerra Civil española el diseño de los búnkers estaba direccionado a su utilidad en el

frente y para uso exclusivo de los combatientes. El creciente potencial destructivo de la artillería

hizo que se potenciase en las estructuras una mayor densidad y grosor de los materiales de

construcción (hormigón). La importancia de los bombardeos durante la I Guerra Mundial fue

cuantitativamente escasa pero dejó atisbar, como se ha apuntado más arriba, su enorme

potencial destructivo de cara al futuro. El uso de la aviación provocó que el concepto de refugio

dejara de ser exclusivo del frente de batalla y se extendiera a la protección de partes sensibles de

la defensa como los estados mayores y la población civil.

En primera instancia, la solución más eficaz para la protección de los impactos es la utilización

de la profundidad del propio terreno que, habida cuenta del mayor poder destructivo de las

explosiones, debía necesariamente ser mayor. El sencillo criterio utilizado fue el de establecer la

profundidad de la estructura defensiva por debajo de la de un cráter producido por una bomba.

Esto provocó, por otro lado, un mayor análisis del terreno donde se iba a construir la estructura

pues no todos los terrenos eran idóneos, por su mayor o menor compactación, para que aquélla

soportara el peso del terreno129.

Doble desafío técnico

La Guerra Civil española fue el primer conflicto importante acaecido en Europa tras la

finalización de la I Guerra Mundial, por lo que no estaba claro qué patrones seguirían las

estrategias bélicas a desarrollar. Por ello, habida cuenta de la importancia que guerra química

adquirió en el conflicto de 1914, los proyectos de construcción de bunkers en Madrid, además de

la protección contra las bombas de aviación, contenían medidas para evitar los efectos de

aquélla. Esta doble vertiente defensiva es notoria en el proyecto del búnker de El Capricho.

127 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 109-110 128 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 111-112 129 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 114-116

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59

Las bombas de aviación, con

mucho mayor poder destructivo

que las de artillería, suponían

una mayor amenaza mecánica.

La ingeniería bélica debía

conseguir estructuras lo

suficientemente resistentes

físicamente para aguantar el

impacto. Además, con la

premisa que relacionaba

directamente proporcional la

profundidad con la protección,

los bunkers debían asimismo

soportar el peso del terreno

bajo el cual se situaban. De esta

forma se proyectaron refugios

que únicamente podrían ser

vulnerables con un impacto

directo.

Las bombas de gas, cuyo uso

también correspondía a la

aviación, suponían un riesgo

mucho más extensivo

temporalmente pues su efecto,

la expansión del gas, podría

persistir en el tiempo más o

menos dependiendo de las

condiciones climatológicas. Para que el gas fuera efectivo, y no se diluyera en el aire, debía ser

más denso que este y, por tanto, permanecer formando una capa de mayor o menor altura a ras

de suelo. Esta es la razón por la que los bunkers, y el de El Capricho es un claro ejemplo, eran

proyectados con unos respiraderos verticales que se alzaban por encima de la posible nube de

gas buscando aire limpio130.

“El doble refugio, antiaéreo y antigás simultáneamente, llevó a una nueva concepción militar de

la fortificación, ya que se aumentaba notablemente la exigencia de capacidad de protección

(mayor población defendida y resistencia a bombas con mayor carga explosiva) y se ampliaba el

uso a que se destinaba (cuartel general, población civil, escuelas, estaciones de ferrocarril,

fábricas de armas…)”131.

El búnker de El Capricho. La fortificación más importante de la Defensa de Madrid.

a- La Posición “Jaca”

La conversión del Parque de “El Capricho” en Cuartel General de la defensa de la capital tiene su

origen en la decisión tomada a finales de 1936 por la recién creada Junta de Defensa de Madrid,

presidida por el General Miaja. La situación geográfica del parque dotaba de un gran valor

estratégico a este emplazamiento militar que, por su cercanía al aeropuerto, podía servirse de

sus defensas antiaéreas y quedar relativamente apartado del alcance de la artillería del ejército

nacional. De hecho, salvo por las sublevaciones internas de finales de la guerra, la zona no sufrió

actividad bélica.

130 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp. 113-114 131 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 114

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

60

La ocupación del parque por el ejército supuso una serie de cambios tanto a nivel de superficie,

los trabajos destinados a adaptar el Palacio para cuartel general y habilitación de barracones

para tropa y servicios, como del subsuelo, con la construcción de un refugio subterráneo para

mantener la operatividad del cuartel general del ejército en situaciones de emergencia. El

nombre el clave que recibió el parque de “El Capricho” fue el de Posición “Jaca”132.

b- El Proyecto del búnker y su realización

El proyecto del búnker de El Capricho nace, posiblemente, del programa de refugios

subterráneos presentado por la Comandancia de Fortificaciones en Enero de 1937. Tal, debido a

su importancia estratégica, es llevado con el más absoluto hermetismo no haciéndose constar la

finalidad de la construcción en ninguna de las fuentes de los organismos militares implicados.

De hecho, aun habiendo constancia de que el 3 de Agosto de 1937 entrara en servicio la

fortificación, la fecha que aparece en el proyecto (depositado en la actualidad en el Archivo

Militar de Ávila) es el 5 de Septiembre; es posible, sin embargo, que esta incongruencia de

fechas fuera debida a razones meramente administrativas y que se presentara el proyecto para

su aprobación cuando hubo presupuesto que justificar, si bien las obras ya estaban acabadas.

Así las cosas, la ejecución de las obras suponen ciertas mejoras respecto del proyecto como lo

son, entre otras, una mayor profundidad del búnker, la existencia de una salida de emergencia,

una mayor capacidad de la fosa séptica o una menor vulnerabilidad de las chimeneas de

ventilación. Estos, y otros, cambios proporcionaban una mayor seguridad, capacidad y

autonomía que las inicialmente proyectadas.

El búnker fue proyectado, habida cuenta de los crecientes bombardeos sobre la capital, con el fin

de proteger al Cuartel General de eventuales ataques de la aviación enemiga. Teniendo esto

presente, lo que le dota de una especial singularidad, no hay que olvidar que esta fortificación se

haya encuadrada en el programa general de refugios emprendido para Madrid; de hecho, como

se ha señalado más arriba, los planos del búnker fueron presentados a finales de 1937 como

prototípicos para la construcción de otros refugios para la población civil.

La obra de ingeniería militar se desarrolló aplicando los más avanzado patrones de construcción

y seguridad existentes en la época; supone al extracción de varios miles de metros cúbicos de

tierra, el revestimiento inicial con más de 200 m3 de ladrillo y el blindaje con 70 m3 de

hormigón. La fortificación es, por la preocupación en los año 30 de la utilización de gases,

estanca; de ahí la supervisión en el proyecto del Ministerio de la Marina que da lugar a algunas

semejanzas en los cierres de las puertas blindadas al sistema utilizado por los submarinos.

132 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp. 127-129

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61

El búnker se halla a una profundidad que varía, según la zona, entre los 14 y 16 metros. Tiene su

acceso desde dos puertas gemelas situadas en el lateral derecho del Palacio de los Duque de

Osuna; en la parte trasera, dando a la zona del abejario, se abre otra puerta a la que se suma

otra, construida al margen del proyecto inicial, que sale a la tapia del parque, en la calle de la

Rambla.

La estructura del esta fortificación se compone de un pasillo central de 2 m de anchura y 2,5 m

de altura desde el que se puede acceder por las correspondientes puertas con 11 estancias, siete

de las cuales también se comunican por otro pasillos más angostos133.

c- Un proyecto innovador

Si bien es cierto que la construcción del Refugio de Miaja responde a una estrategia generalizada

de edificación de varios refugios antiaéreos en la capital, su proyecto alberga algunas

singularidades que lo hacen ser una innovación en aquella época. Cierto que a nivel europeo ya

existían las fortificaciones de la Línea Maginot, en Francia, estructuralmente más importantes,

pero el Búnker de “El Capricho” es el primero en Europa destinado a mantener la operatividad

del mando de un ejército en condiciones muy adversas. Esta idea se desarrollará durante la II

Guerra Mundial en fortificaciones tan significativas como el Búnker de Berlín o el Cabinet War

Rooms londinense. La misma filosofía subyace a la fortificación subterránea sita actualmente

bajo el Cuartel General del Ejército, en la Plaza de Cibeles (Madrid). Por tanto, en palabras de

Ricardo Castellano, “reivindicar para la ingeniería militar española la innovación que supuso en

el campo de las fortificaciones militares al idea de un refugio subterráneo para un cuartel

general”134.

133 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp.128-130 134 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 132

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

62

Otras construcciones en el Jardín de El Capricho135

a- El polvorín

Está situado en el otro extremo del parque, junto a la Casa de la Vieja. Consta de un

cuerpo central, construido en zig-zag al que se accede desde dos puertas sitas en

superficie a cada extremo de la construcción

b- La galería de escape

Consiste en un pasillo subterráneo al que se tiene acceso desde el interior del Palacio y

que llega hasta la calle de la Fuente. Se concibió como una salida de emergencia de la

misma forma que desde el Búnker se construyó otra hacia la calle de la Rambla.

5- RECUPERACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL BÚNKER

El búnker del El Capricho, junto con el Jardín Histórico que lo alberga, pasan a propiedad del

Ayuntamiento de Madrid en 1974. Un convenio del consistorio con el Ministerio de Trabajo en

1986 posibilita la creación de la Escuela Taller de la Alameda de Osuna que iniciaría la

recuperación tanto del entorno como de los elementos más significativos del mismo136.

Tras muchos años en el olvido, el búnker sería restaurado por la Dirección General del

Patrimonio Verde, dependiente del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, respetando

en todo momento los elementos originales, que fueron objeto de limpieza y consolidación sin

introducir material nuevo137.

El Grupo Municipal Socialista presentó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid una

proposición planteando la musealización del búnker de El Capricho138, propuesta en

consonancia con las pretensiones de asociaciones para el estudio y recuperación de los vestigios

de la Defensa de Madrid, como GEFREMA o Colectivo Guadarrama, que ya habían planteado

proyectos para la puesta en valor de esta fortificación; el Ayuntamiento, hasta ahora, no se

plantea abrir el búnker al público139.

135 Añón Feliú, Carmen: El Capricho de la Alameda de Osuna. Madrid, 2003; pp. 194-196 136 El País (ed. Madrid): 15 de Junio de 1986 137 ABC (ed. Madrid): 5 de Mayo de 2009 138 Diario de Sesiones del Pleno del Ayuntamiento de Madrid: 3 de Junio de 2009 139 El País (ed. Madrid): 27 de Octubre de 2009

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

63

LA COLONIA DE Nª Sª DE LORETO

1- INTRODUCCIÓN

La Colonia de Nª Sª de Loreto es un claro ejemplo del urbanismo implantado en Madrid tras la

Guerra Civil con el fin de albergar al contingente obrero que, cada vez mayor en número,

emigraba a la ciudad ante la caída de la economía rural. Con un claro cariz ideológico, el Plan de

Urbanismo de 1941 implantó una forma de reconstrucción de la ciudad que abarcaba, como es el

caso de Barajas, a los municipios limítrofes.

El proceso de reconstrucción y

el urbanismo desarrollista que

se da lugar en Madrid es

paralelo al de otras ciudades

europeas devastadas por los

bombardeos de la II Guerra

Mundial y, como en ellas, es

significativo de lo que dio en

denominarse la 2ª

Industrialización que

perviviría hasta la década de

los 70.

La Colonia, promovida por la

empresa pública IBERIA, fue

paradigmática en su diseño

original sirviendo como

ejemplo para otros desarrollos

mayores en otras partes de

Madrid.

2- EL MADRID DE LA POSTGUERRA. LA RECONSTRUCCIÓN

El fin de la Guerra Civil en 1939 hace que Madrid, como las grandes ciudades españolas

devastadas por el conflicto, inicie el proceso de reconstrucción urbana que sería la nota

predominante en Europa después de 1945. Pero en Madrid se dan notas que la hacen diferir de

las demás ciudades en este proceso, como queda patente en el discurso que el ministro de la

Gobernación, Serrano Suñer, realizó en su reunión con el recién constituido Ayuntamiento tras

finalizar la contienda española, el 20 de Mayo de 1939: “Hay que hacer un Madrid nuevo, lo que

no quiere decir precisamente el gran Madrid en el sentido material y proletario de los

Ayuntamientos republicano-socialistas, sino el Madrid con la grandeza moral que corresponde a

la España heroica. Un Madrid donde nunca más puedas cometerse las vilezas que aquí se

cometieron el dominio rojo… Trabajen ustedes para que todos podamos acabar con la

españolería trágica del Madrid decadente y castizo, aunque hayan de desparecer la Puerta del

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

64

Sol y ese edificio de la Gobernación, que es caldo de cultivo de los peores gérmenes políticos”140.

Tal discurso político marcaba el nuevo proyecto del franquismo para la capital, el cual tendría

repercusiones en todos los órdenes sociales, incluido el urbanístico.

La economía madrileña, vista con el tamiz del periodo de autarquía económica del resto de país,

se vio favorecida respecto a otras ciudades españolas por la conjunción de diversas razones: su

posición central en la red de transportes y comunicaciones consolidó la ciudad como centro

redistribuidor de mercancías, la cercanía de tejido empresarial madrileño a la administración

centralizada del Estado permitió un mayor despliegue de la actividad de aquel en la capital, y,

por último, la creación del Instituto Nacional de Industria, si bien sus efectos se expandirían por

todo el estado, se notarían de forma más ostensible en Madrid, al ser aquí donde se ubicaran las

mayores factorías industriales141.

Esto haría que Madrid se convirtiese en referente político-económico de España, haciendo que

la población rural de gran parte de las zonas agrarias del país, venidas a menos tras la Guerra

Civil, emigrara a la capital.

3- EL PROYECTO DE LAS CIUDADES JARDÍN. SU IMPORTANCIA SOCIO-

ECONÓMICA

Concepto

El radical cambio de sistema

productivo acaecido en Inglaterra

a finales del siglo XVIII y

principios del XIX, provoca una

masiva emigración del campo, que

empieza quedar inerte

económicamente, hacia la ciudad,

nuevos centros económicos. Las

oleadas de emigrantes pronto

formaran bolsas de población en la

periferia de las ciudades habitando

los insalubres slums, configurando

así un nuevo problema social que

deberá ser abordado desde todos

los ámbitos142.

El movimiento urbanístico de las

ciudades jardín, concebido por

Ebanezer Howard (1850-1928),

estaba fundado en unas bases que,

imbricando claramente los

supuestos urbanísticos y los

políticos, plasmaba una forma de ciudad en la que la ciudadanía desarrollaría una vida plena en

todas sus vertientes. El ciudadano, para Howard, es la encrucijada entre el actor social y el

140 Citado en Bahamonde Magro, Ángel: La evolución política. De la dictadura a la democracia. Historia de Madrid.

Madrid, 1993; p. 624 141 Méndez, Ricardo: La economía de Madrid en el último medio siglo. Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 683-

688 142 Roch Peña, Fernando: La ciudad jardín, la urbanidad revisitada. Revista del Instituto Universitario de

Urbanística de la Universidad de Valladolid, nº 6; 2000-2001; p. 28

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

65

agente económico, resultado de las tensiones económico-sociales de la Revolución Industrial, y

para desarrollar todas sus dimensiones debe ocupar el espacio físico que le es propio143.

La configuración de las ciudades jardín, el lugar del nuevo ciudadano, se plantea desde el

proyecto de preservar el espacio político del individuo en el ya imparable proceso de

industrialización. Esta urbanística política conceptúa una reelaboración teórica que conjunta el

antiguo modo de vida agrario y el nuevo sistema industrial dando lugar a un estado de excepción

compatible entre ambos. La ciudad jardín, en teoría, se concibe como un espacio urbano que,

teniendo siempre presente el horizonte del nuevo sistema productivo industrial, preserva la

autonomía individuo, realizando así el ideal de ciudadano implantado en la Ilustración.

“Howard proyecta una red descentralizada de ciudades de tamaño moderado unidas por el

ferrocarril en las que se reúnan las actividades básicas, industriales, agrarias e intelectuales: un

núcleo urbano con sus áreas industriales y comerciales y su generoso anillo rural144.

De las Garden Cities a las New Towns

En su evolución, el proyecto de Howard no pudo conservar su importante aspecto político si

bien sí prosperó el aspecto que consideraba al individuo como agente económico: el

pensamiento político-social que aflora en la coyuntura de la industrialización prefiere evitar los

problemas que enfrentan al patrón y al trabajador145, y la idea de Howard es asumida, en parte,

debido a que se ve en el proyecto “una buena fórmula para dispersar las concentraciones

masivas de las metrópolis, evitando los suburbios de clases bajas y resolviendo el problema del

alojamiento a gran escala a bajo coste”146.

Las nuevas periferias de las ciudades británicas se configuran partiendo de esta idea cercenada

del proyecto inicial: se sustituye el antiguo slum por neighborhoud unit (unidad vecinal) en el

que, manteniéndose el vecindario como ámbito de socialización bajo una ordenada planimetría

de control, son instalados los equipamientos sociales básicos. La muchedumbre a la que daba

lugar el slum queda sustituida por un ejército de asalariados instalados en un ambiente

residencial; el neighborhoud unit es una pieza normalizada del nuevo orden económico y

social147.

4- EL DESARROLLO URBANO MADRILEÑO DE LA POSGUERRA

Contexto: la emigración del campo a la ciudad

Si bien es cierto que le proceso de industrialización de España fue tardío respecto del resto de

Europa, la industria española había visto multiplicada su actividad a partir de 1914 a causa de su

neutralidad en la I Guerra Mundial. Esto provocó que, aun con un ritmo lento, la producción

industrial fuera paulatinamente incrementándose sobre la agraria. La industria se centró en las

zonas urbanas del País Vasco y Cataluña mientras que Madrid se convirtió en el centro

financiero del país148.

El paulatino éxodo del campo a la ciudad que provocó este proceso industrializador fue

acelerado por la extrema pobreza a la que se vio sometido el campo tras la Guerra Civil. “La

ciudad creció desmesuradamente, sin que las autoridades fueran capaces en ningún momento

de controlar o dirigir este crecimiento masivo, rápido y dominado por la miseria de los nuevos

inmigrantes, pobres, que abandonaban el campo para instalarse en la ciudad, acelerando un

143 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 23 144 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 29 145 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 28 146 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 30 147 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 31 148 Vicen Vives: La industrialización y el desarrollo económico de España de 1800 a 1936; Revista de Política

Económica, XI/1 (1960); pp. 145-147

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

66

proceso comenzado décadas atrás”149. “En los años 40 son cerca de 800.00 campesinos y

jornaleros los que abandonan en campo, población agraria sin cualificación que aumentó la

masa obrera de las ciudades”150.

El Plan General de Urbanización de Madrid y Alrededores de 1941

Las ciudades españolas, por tanto, se enfrentan a la misma situación social en la que se

encontraros la de los países europeos más industrializados en el siglo XIX. A tal problemática se

le intenta dar una solución desde el ámbito urbanístico mediante la aplicación generalizada de

un esquema funcionalista y organicista a los planes de ordenación de las grandes ciudades

españolas. Por regla general, tales planes de actuación, y como medida para controlar las bolsas

de inmigrantes situadas en la periferia urbana, incorporar una visión territorial que excede de

los límites del municipio151.

a- Urbanismo segregador

El Plan General de Urbanización

de Madrid y Alrededores de

1941, puesto en ejecución cinco

años más tarde, si bien asumía

planteamientos de las

planificaciones anteriores a la

guerra, por motivos ideológicos

imbuye en el urbanismo

madrileño una estructuración

de la ciudad que “deberá

expresar la ´función rectora y

unificadora de la totalidad

nacional´(…) La zonificación de

la ciudad y la figura de los

poblados satélites se emplearán

para dar consistencia a una

rígida segregación social,

quedando estos núcleos aislados

entre sí y con el centro urbano

mediante los cinturones

verdes”152. En palabras del

ingeniero Martínez de

Lamadrid, “La distribución de

las zonas industriales, además

de responder a criterios

normales de zonificación

conocidos (…) ha obedecido

fundamentalmente a la

necesidad de localizar las masas obreras en sectores de la ciudad, y en núcleos de población con

vida material autónoma, en fácil contacto con su comarca rural. De esta forma, las zonas

industriales constituyen verdaderos baluartes defensivos contra la invasión de masas de

149 López Díaz, Jesús: La vivienda social en Madrid, 1939-1959. Espacio, tiempo y forma; serie VII, Hª del Arte, t. 5;

2002; p. 298 150 López Díaz, Jesús: op. cit. en loc. cit.; p. 302 151 Valenzuela Rubio, Manuel: Notas sobre el desarrollo histórico del planeamiento en España. Cuadernos de

investigación: Geografía e Historia; tomo 4, fasc 2; 1978; p. 49 152 Valenzuela Rubio, Manuel: op. cit. en loc. cit.; p. 51

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

67

población inactivas que se sitúan en los alrededores, constituyendo los cinturones urbanos de

miseria contra los que se lucha difícilmente”153.

b- Planteamiento comarcal

Otra de las novedades del Plan del 41 es la visión comarcal de su planeamiento, que

desembocará en la anexión al municipio de Madrid 13 limítrofes entre 1948 y 1951; Barajas

entró a formar parte del municipio madrileño en 1949. En este sentido, se definen los poblados

satélites, de nueva planta o aprovechando pequeñas poblaciones limítrofes, que,

conceptualizados como poblados autónomos, ayudarían a absorber el futuro crecimiento de la

ciudad. Estos poblados, que estarían comunicados con el centro urbano mediante vías de

circulación, se clasificaron en tres grupos: a) poblados de servicio de zonas industriales; b)

poblados albergue de población obrera; c) poblados de vivienda residencial.

c- Lógica urbanística

La construcción de la periferia de Madrid, en base al Plan de 1941, sigue una lógica que vertebra

su desarrollo en ciertos ejes fundamentales. En cuanto a la localización, la mayoría de las

actuaciones urbanísticas se sitúan en los bordes e intersticios de los extrarradios históricos. A

esta actuaciones, y por la misma filosofía del plan, son atribuibles las ejecutadas en los núcleos

rurales periféricos (municipios anexionados). Por lo que se refiere a las formas urbanísticas, es

palpable la sustitución de la clásica retícula de calles por la planificación en grandes manzanas

que estimula, a su vez, la implantación del bloque abierto de doble crujía, con toda la variedad

morfológica que podía este asumir154.

153 Citado en López Díaz, Jesús: op. cit. en loc. cit.; p. 308 154 López de Lucio: El Plan de Urgencia Social de Madrid de 1957. Génesis y razones de la forma de ciudad en los

años 50´. La vivienda en Madrid en la década de los 50´: el Plan de Urgencia Social. Ayuntamiento de Madrid y

Ministerio de Fomento, 1999: pp. 121-122

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68

5- LA COLONIA DE Nª Sª DE LORETO

El Instituto Nacional de Industria y la política de vivienda

Del documento de conclusiones de las Jornadas Sociales de Instituto Nacional de Industria

celebradas en Mayo de 1955 se extrae la siguiente respecto de la política de vivienda:

“Vivienda. Se reconoce y define como necesidad más angustiosa de la época actual la de dotar a

cada familia de una vivienda decorosa; recomendación a todas la empresas dependientes del

Instituto que realicen los máximos esfuerzo para facilitar viviendas de rentas asequibles a todos

sus productores, aprovechando las oportunidades ofrecidas por los organismos estatales

competentes: conveniencia de que cada empresa se preocupe de conocer las condiciones

residenciales de su personal y de que, en los núcleos de población donde concurran centros de

trabajo de varias de ellas, se consorcien para construir barriadas de bloques o viviendas

comunes”155.

De la promoción a la rehabilitación

La Colonia de Nª Sª de Loreto se enmarca dentro de la actuaciones que la empresas

dependientes del INI emprenden para dotar de vivienda a sus empleados. El proyecto se

acomete, como es habitual en la época, bajo la égida de un promotor común, en este caso la

empresa IBERIA: “se aúnan las tareas de adquisición de suelo, proyecto

urbanístico/edificatorio, urbanización y edificación”156. El proyecto se circunscribe dentro de los

tipos edificatorios de la época de “colonias periféricas de promoción pública que toman como

modelo las ciudades jardín obreras del racionalismo, reformulándolas dentro de un envoltorio

clásico y, en cierta manera, ruralizante”157. La Colonia “fue pionera en la incorporación del

bloque abierto como modelo residencial en Barajas”158.

155 González Ruíz, Encarnación: Jornadas sociales del Instituto Nacional de Industria. Revista de Política Social,

1955; pp. 99-100 156 Lopez de Lucio, Ramón: op. cit. en loc. cit.; p. 121 157 Lopez de Lucio, Ramón: op. cit. en loc. cit.; p. 123 158 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 134

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69

Este conjunto de

viviendas, con su

importante proyecto de

urbanización, es el mejor

ejemplo de los derroteros

que el municipio de

Barajas, en proceso de

absorción por el de

Madrid, experimenta por

la presencia estratégica

del aeropuerto, siendo

ésta la primera

urbanización proyectada

en el entrono del mismo

para sus trabajadores. La

autoría del arquitecto

José Domínguez Salazar

“permite establecer

algunos paralelismos con otras obras contemporáneas del mismo autor, particularmente con los

primero bloques del barrio del Niño Jesús, a la vez que sirvió de laboratorio de experimentación

para otras operaciones posteriores de habitación masiva como las llevadas a cabo en el barrio de

La Estrella o en Moratalaz”159.

a- Cronología

“La compañía pública IBERIA [nacionalizada en 1944] en tanto que empresa obligada a

construir viviendas para sus empleados (según Ley de 7 de Octubre de 1939) conforme a la

legislación de viviendas protegidas, obtuvo la calificación provisional de Instituto Nacional de la

Vivienda (INV) el 25 de Octubre de 1949. La expropiación de una parte de los terrenos se realiza

mediante Decreto del Ministerio de Trabajo de 5 de Julio de 1950 y se completa con la

adquisición de otras fincas el 24 de Julio de 1951. La promoción la componen dos expedientes:

el primero de 248 viviendas mas 20 locales comerciales y el segundo de 100 viviendas

unifamiliares (demolidas en su día). Se desconoce la fecha de inicio de la construcción así como

la de su terminación. No obstante, se conoce que la calificación definitiva como VIVIENDAS

PROTEGIDAS la obtuvo IBERIA en 1957”160.

b- Ordenación

“La Colonia está formada por un conjunto arquitectónicamente homogéneo de siete edificios de

diversas tipologías que se articulan a lo largo de la calle Gran Poder y de la Plaza de Nuestra

Señora de Loreto. La trama urbana se completa con las calles del Autogiro (perpendicular a

Gran Poder), Plus Ultra y del Muro (paralelas)”161.

“El aspecto más destacable de la iniciativa reside en el apoyo buscado en el antiguo núcleo

histórico, dada la relativa lejanía de Madrid que aún conservaba Barajas. El conjunto diseñado

adquiere un carácter de apéndice con respecto al caserío del pueblo, del que se separa por una

calle de acceso, (…) que desemboca en una gran plaza porticada. A ambos lados se localizan

159 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 351 160 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: Proyecto de Rehabilitación de la Colonia de Nuestra

Señora de Loreto: p. 5 161 Proyecto de Rehabilitación de la Colonia de Nuestra Señora de Loreto: p. 5

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

70

viviendas, en bloques de tres plantas, aislados del resto de las áreas residenciales hasta fechas

muy recientes, cuando ha comenzado el relleno de las zonas inmediatas”162.

c- Arquitectura

Su arquitectura “corresponde a la época de su construcción y, por tanto, a los criterios estéticos

y constructivos establecidos después de la Guerra Civil para las edificaciones de carácter oficial o

semioficial. Es notable su semejanza estilística con los conjuntos de vivienda construidos por el

organismo de Regiones Devastadas. Sea cual sea la valoración objetiva que merezca este género

de arquitectura (sobre todo si se establece una comparación con los proyectos que se estaban

realizando en España inmediatamente antes de 1936 y que eran resultado de un proceso de

instauración de una serie de movimientos culturales, sociales y políticos de marcado carácter

progresista) es indudable que el paso del tiempo ha dotado a este conjunto de una dignidad

evidente. Es de hacer notar que la justa densidad de población (en relación con la superficie

ocupada por la Colonia y la extensión aparente de la edificación), a que dan lugar la ponderada

altura de los bloques y la amplia superficie de las viviendas, proporciona al visitante (…) una

sensación de calidad de vida poco común en este tipo de barrios. Especialmente la plaza de

Nuestra Señora de Loreto constituye un elemento urbano de alto nivel en el que se conjugan un

cierto regusto popular, la equilibrada traza de las fachadas y una buena plantación. Esta plaza

dispone, en el centro de la planta baja porticada por su lado mayor, de un pasaje que conecta la

calle de Aguadulce con la calle de las Alas y forma un interesante eje peatonal (ortogonal al eje

principal de tráfico rodado de la calle del Gran Poder) que podría ser origen de un tratamiento

especial interesante. En resumen, la Colonia IBERIA es un conjunto coherente y de buen nivel

de calidad desde el punto de vista arquitectónico y muy representativo de las barriadas de

“vivienda obrera” de la época en la que fue construida”163.

162 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p. 134 163 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: pp. 6 y 7

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

71

d- Zona de Rehabilitación Integrada

“La Comisión de Vecinos para la Rehabilitación de la Colonia de Loreto se constituyó, como

grupo de trabajo, en el año 2001, por indicación del Concejal Presidente de la Junta Municipal

del Distrito de Barajas con objeto de conseguir, en representación de todos los vecinos de la

Colonia, la declaración de ZONA DE REHABILITACIÓN INTEGRADA mediante la realización

de las acciones y gestiones que fuesen necesarias ante los organismos oficiales (principalmente

la Junta Municipal de Barajas, Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid y Comunidad

Autónoma de Madrid) para alcanzar ese fin. Este grupo de trabajo fue aceptado y ratificado por

las siete comunidades de propietarios que conforman la Colonia”164.

La Empresa

Municipal de la

Vivienda encarga

en el segundo

semestre de 2002

un informe sobre

la situación

técnica de los

edificios que

componen la

Colonia que

desemboca en la

elaboración, en

2004, del

documento

“Propuesta de

Declaración de

Rehabilitación

Integrada de la

Colonia Nuestra

Señora de Loreto (Colonia Iberia)”, inicio del expediente en la Comunidad Autónoma de Madrid

que cristalizó en la Orden 981/2006 de 27 de Febrero, de la Consejería de Medio Ambiente y

Ordenación del Territorio, por la que se declara zona de rehabilitación integrada la Colonia

Iberia165.

El 31 de Mayo de 2006, y dentro de las actuaciones fijadas dentro del Plan de Vivienda 2005-

2008, se firma el acuerdo para la financiación de las actuaciones tendentes a la rehabilitación de

la Colonia entre el Ministerio de la Vivienda, la Comunidad Autónoma de Madrid y el

Ayuntamiento de Madrid. En base a dicho acuerdo se realizan en la actualidad las obras de

rehabilitación.

164 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: p. 9 165 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: pp. 9-10

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72

EL PARQUE JUAN CARLOS I

1- INTRODUCCIÓN

El Parque Juan Carlos I, junto con el desarrollo urbanístico de los Recintos Feriales, se

constituyó como el buque insignia del Plan de Ordenación Urbana de 1985, el cual suponía un

punto de inflexión en la política urbanística madrileña que se venía dando desde el final de la

Guerra Civil. El parque es todo un referente de un urbanismo volcado en la recuperación de las

periferias urbanas con el fin de dotar al ciudad de nuevas centralidades multifuncionales.

El diseño del parque denota una alta carga de estética en el nuevo urbanismo que, no sólo se

volcará en la vertiente funcional, sino que abre grandes posibilidades a la cultural. De esta

forma, podemos decir que el Parque Juan Carlos I es todo un paradigma del urbanismo de

finales del siglo XX.

Con el Plan de 1985, el primero redactado en Madrid en el periodo democrático, la capital

española coge el tren urbanístico de las grandes ciudades europeas, dando así más importancias

a la creación de espacios públicos.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

73

2- LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA

La postguerra y la “segunda industrialización”. Consecuencias urbanísticas.

Tras la II Guerra Mundial Europa está totalmente destruida y gran parte de sus ciudades

completamente arrasadas por los bombardeos. El apoyo norteamericano para la reconstrucción

del viejo continente hace que este viva una “segunda industrialización”, que acarrea un

fenómeno similar a la vivida en el siglo XIX: la emigración desde el campo a las ciudades.

Urbanísticamente, el periodo entre 1945 y 1970 se caracteriza por la construcción masiva de

viviendas para alojar a todo este contingente humano empleado en la nueva industria. A La

ciudad industrial del siglo XX le es esencial el monofuncionalismo de la decimonónica.

El desarrollismo urbanístico de la postguerra europea tiene su correlato en España, si bien con

algunos años de retraso debido al posicionamiento internacional: la inyección económica no

llegaría internacional a España hasta que superara su aislamiento. Sin embargo, el proceso de

una segunda industrialización tiene las mismas características que en los países de su entorno.

La emigración desde el campo a las ciudades, que ya había iniciado tras la Guerra Civil, se

dispara en la

década de los

cincuenta con la

implantación de

los planes de

industrialización,

haciendo

prioritarias las

soluciones

habitacionales.

La recuperación

de las periferias

urbanas

El crecimiento “por

paquetes” propio

del urbanismo

desarrollista de la

postguerra estaba

avocado a la creación de espacios monofuncionales especializados en vivienda, industria,

servicios o esparcimiento. Esto creo de por sí una nueva problemática al urbanismo, la de

diversificar esa monofuncionalidad original, haciendo que los grandes conjuntos residenciales y

ciudades dormitorio de la periferia devengan en zonas en las que las más básicas funciones se

combinen con otras superiores en la escala de necesidades (ocio, cultura, medioambiente). El

urbanismo de los 80, por tanto, se plantea esta nueva plurifuncionalidad: el pleno derecho a la

ciudad166.

“El concepto de periferia urbana presenta (…) dos señas de identidad básicas: su condición de

zona en los márgenes del continuo urbano y su carácter inacabado, donde, por tanto, se hallan

ausentes en mayor o menor medida alguno(s) elemento(s), cuya ausencia pone en cuestión la

166 Valenzuela Rubio, Manuel: La remodelación del espacio periurbano; Las ciudades españolas a finales del siglo

XX - I Coloquio de Geografía Urbana. 1994; p. 130

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

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plena urbanidad de dichas áreas”167. Se trata pues de difundir la centralidad de las ciudades

hacia sus zonas periféricas.

El papel de los parques urbanos

En el esquema de recuperación de las periferias, y en la consecución de la pretendida

multifuncionalidad, juegan un papel esencial los parques urbanos. La Carta de Atenas, emanada

del VI Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de 1933, denuncia la falta de zonas

verdes o insuficiencia de las mismas y la necesidad correlativa de implantar éstas en las zonas de

habitación; en definitiva, “el concepto de parque responderá a un esquema multifuncional muy

integrado en el contexto urbano y accesible para el conjunto de la población”168.

Los parque urbanos modernos se incardinan en la trama urbana ejerciendo sobre la misma los

efectos emanados de su plurifuncionalidad: funciones recreativas, ambientales, higiénico

sanitarias, estéticas y didáctico-educativas169

3- EL URBANISMO DEMOCRÁTICO EN MADRID. EL PLAN DE 1985.

El desarrollo urbanístico de Madrid hasta 1979

Los planes de ordenación urbana de 1946 y 1963 se conciben con la premisa principal de

construcción de viviendas destinadas a absorber el crecimiento poblacional de la capital, que en

los 30 años que transcurren entre 1950 y 1980 pasa de los 1,6 millones de habitantes a los 3,1.

167 Valenzuela Rubio, Manuel: op. cit en loc. cit; p. 129 168 García Lorca, Miguel Ángel: El parque urbano como espacio multifuncional. Origen, evolución y diferentes

funciones; Paralelo 37, nº 13; 1989; p.107 169 García Lorca, Miguel Ángel: op. cit en loc. cit.; pp.108-109

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Tales planes ya se encuentran con una situación de la ciudad en la que, mientras en centro de la

misma había doblado su población entre 1900 y 1940, la corona urbana, sin embargo la había

sextuplicado, haciendo así palpable una desestructuración entre aquél y la periferia170. No

obstante, tal discontinuidad urbana no será resuelta por los mencionados planes urbanísticos

madrileños, que más que aportar soluciones al problema lo postergan, haciendo visible un plano

de la ciudad con “un centro histórico compacto rodeado por un ensanche ordenado (el de José

María de Castro, de 1859) y una periferia municipal hecha de fragmentos, preñada de

descampados, escasamente equipada y mal comunicada”171.

La reconstrucción del “modelo planetario”. Las actuaciones en la periferia urbana.

Lo que sí habían configurado los planes anteriores al de 1985 es, lo que se ha dado en llamar, un

“modelo planetario”: ciudades satélites rodeando la ciudad central de las que la separa un anillo

verde. Así, la propuesta del plan del 46 de crear dos anillos verdes en torno a Madrid es

respetada por el de 1963, diferenciando nítidamente el núcleo urbano central de los municipios

de la primera corona metropolitana. Tras el desarrollo del segundo plan urbanístico “el primer

anillo quedará relegado a una función primordial de ornato urbano de la M-30 (y de protección

de las zonas perimetrales edificadas). Y el resto del sistema verde se irá comprimiendo hasta

adoptar en los 80´y 90´ el

carácter de parques de

distrito, formalizados y

rodeados por la

edificación”172. De hecho, la

procedencia urbanística de

los actuales grandes

parques Madrid se puede

rastrear desde las

decisiones generales

tomadas en los planes de

1946 y 1963.

El planteamiento

urbanístico de 1985, habida

cuenta de esta situación, se

centra sobre el extrarradio

de la ciudad, lugar que

ofrece un mayor número de posibilidades de actuación en base a suturar la desarticulación y la

falta de calidad urbana del mismo. “En conjunto se privilegia de forma evidente las diferentes

dimensiones del espacio público: desde la autovía y la avenida urbana a la calle residencial, el

bulevar arbolado o el jardín. Se sigue construyendo -y también se reconstruye- una ciudad

pública, en la que sus espacios forman una red y son siempre accesibles sin exclusiones”173. En

definitiva, es un modelo que se marca como horizonte la sostenibilidad, el acercamiento de

Madrid a los estándares urbanísticos y arquitectónicos de las ciudades europeas.

Los nuevos parques urbanos

Los redactores del Plan de Ordenación Urbana del 1985 se encuentran con un claro

desequilibrio de zonas entre el centro de la ciudad y la periferia noroeste y el resto de la ciudad:

170 López de Lucio, Ramón: El planeamiento y la transformación física de la ciudad: el protagonismo de la periferia.

Madrid, 1979-1999: La Transformación de la ciudad en veinte años de ayuntamientos democráticos. Madrid, 1999;

p. 39 171 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 41 172 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 49 173 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 57

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

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la primera alberga el 62,3% del total, unas 500 Has, mientras que el 37,7% se sitúan en el resto,

sumado así las periferias Sureste, Suroeste y Nordeste poco más de 300 Has174. Esta situación

queda en gran parte subsanada por las actuaciones previstas en el Plan; de esta forma, la

evaluación del mismo realizada en 1997 arroja como resultado una homogeneización de la

ciudad en este aspecto175.

4- EL PARQUE JUAN CARLOS I

Campo de las Naciones: Nueva Centralidad de Madrid

El Parque Juan Carlos I nace ligado a la operación urbanística Campo de las Naciones, por la

que se recupera una extensión de 4 millones de metros cuadrados de la zona noreste de Madrid

siendo, de esta forma, una de las mayores actuaciones urbanas acometidas por el Ayuntamiento.

El nuevo complejo pivota sobre tres proyectos: los Recintos Feriales, el Área de

Acompañamiento y el Parque Juan Carlos I, que por sí sólo ocupa prácticamente la mitad de la

superficie. Todo ello conforma una Nueva Centralidad de Madrid176.

Un nuevo

concepto

“El entendimiento

básico del Parque

se encuentra en la

concepción del

mismo con la

aportación de una

serie de

reflexiones de

ideación

contemporánea.

Se trata de una de

una concepción

basada en el arte

abstracto. Parque

concebido en base

a la superposición

de lo que

podríamos denominar tramas o, lo que es lo mismo, se consigue la profundidad mediante la

superposición de planos, tanto conceptuales como físicos, implicando una mayor participación

del usuario”177. “Puede considerarse que el tratamiento y la puesta en valor de los elementos

existentes y del entorno, así como la creación de las nuevas piezas, ha sido un intento de llevar a

cabo un lenguaje y una nueva lectura del espacio público, de las zonas verdes y del paisajismo,

que integre de una manera armónica lo vegetal y lo mineral, la obra civil y la jardinería, el agua y

la piedra, que sirva como soporte vivo para el desarrollo de nuevas sensaciones, y que

contribuya a la mejora de la calidad vivencial”178.

174 López de Lucio, Ramón: La nueva red parques y zonas verdes urbanas. Madrid, 1979-1999: La Transformación

de la ciudad en veinte años de ayuntamientos democráticos. Madrid, 1999; p.161 175 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p.165 176 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: Parque Juan Carlos I; Madrid, 2001; p. 11 177 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 13 178 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; pp. 18-19

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a- Puerta de la Ciudad

“Uno de los aspectos considerados en el diseño general se realiza en función de la visión aérea,

casi cosmogónica, que se percibe de él (proximidad del aeropuerto de Barajas) lo que permite la

observación de la trama. Nos podemos referir, por tanto, a un parque con una ´Quinta fachada´.

Dentro de esta visión existe otro plano subyacente: el concepto de la tercera dimensión. Desde

otra angulación se pretende que asuma importancia la posibilidad de percibir la totalidad del

Parque desde diferentes puntos de vista y alturas”179. Se puede decir, por tanto, que, de la misma

forma que las figuras del desierto de Nazca, el Parque Juan Carlos I ofrece una perspectiva aérea

independiente de la percibida a ras de suelo. Para ello se estructura en torno al concepto básico

del círculo como la figura geométrica que genera su diseño al tiempo que dota lo dota de

simbología. Desde este último punto de vista, hace referencia al primitivo trazado de los jardines

mesopotámicos que intentaban reflejar la figura circular, y perfecta, del recorrido de los astros

en el firmamento180.

b- El Anillo: Los paseos

“En este parque se ha querido, simbólica y especialmente, crear la idea de ´Paraíso´ cercado

contra el ´caos´ exterior. Este límite entre ´interior´ y ´esterior´ sería el anillo que en su

interior albergaría el Paraíso Ordenado. El círculo como figura infinita, cíclica, de repetición

indefinida, a la vez que una forma relacionada directamente con al Naturaleza, y con la

geometría más pura, se convierte en punto de orientación clave en este Parque de gran

179 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 16 180 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 17

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extensión”181. El Anillo es configurado por el conjunto de paseos que, de forma, circular recorren

el Parque, cuya longitud total es de 3 kms. “El paseo no es algo homogéneo, sino que en cada

momento presenta una geometría, una significación y un modo de relación distinto con su

entorno. Se pretende que sea infinito e inmutable pero a la vez cambiante, variado, adaptado a

las circunstancias; esto conduce a que se relaciones directamente con el recorrido solar a través

de las estaciones, un ciclo eterno y a la vez cambiante”182.

Al paseo que circunda el Parque se le añaden otros dos de distinta configuración y significado:

- El Paseo Central: atravesando el Parque, lo divide uniendo las Plazas del Recibimiento y

Central. Tal paseo se configura como un mirador de la zona sur del Parque.

- El Paseo de la Ría: de una forma irregular, y bordeando la ría que divide el parque,

ofrece una visión del

Parque distinta, más

interior.

c- Las láminas de

agua

El agua es un elemento

esencial en el Parque

transmitiendo la idea de

pureza de la naturaleza

primigénea del paraíso

cerrado y asilado. “El

componente acuático ha sido

concebido además de cómo

elemento de contemplación

y de transmisión de la

serenidad requerida para el

disfrute y uso de los

jardines, como un medio

para resaltar la

horizontalidad frente al

resto de los componentes del

Parque configurantes de una

importante orografía. Casi

podríamos hablar de un

plano arquitectónico más,

horizontal en este caso,

frente a los oblicuos y

verticales de las colinas y

desniveles”183.

Las extensas láminas de agua (ría, lago y estanques) tienen la función conjunta de unificar las

distintas partes del parque, al tiempo que separarlas y cualificarlas. Asimismo, el agua ha sido

tratada para sacar el máximo partido a sus facetas estéticas y sonoras, dotándola en este último

caso de rápidos, saltos y remansos que hacen llegar al paseante toda serie de sensaciones. Por

181 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 27 182 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 28 183 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 57

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último, las láminas también posibilitan nuevos recorridos, en este caso acuáticos, otras formas

de ver el Parque184. Se pueden distinguir tres elementos acuáticos principales185:

- La ría, uno de los recorridos principales del Parque, mide 1.900 m de longitud y lo

divide en dos partes bien diferenciadas, al tiempo que las une.

- El lago es un elemento de gran apacibilidad en el que aparecen elementos que se

interconectan entre sí.

- El canal, elemento originario del anillo acuático, se encuentra en la parte de acceso al

parque. Tiene una gran importancia simbólica de separación entre lo interior y lo

exterior.

- Los estanque parten del canal y configuran espacios acuáticos con múltiples elementos

que dotan al agua de sonoridad e inciden en configurar planos estéticos con la misma.

d- Las pirámides

“Tienen como objetivo dotar al Parque de diversos puntos en altura que actúen como hitos

visuales y referenciales, tanto dentro como fuera del mismo. (…) Las Pirámides están también

enraizadas con toda una cultura milenaria universal de arquitectura y jardinería que se quieren

asumir en la concepción global del Parque”186. Su morfología varía de unas, tratadas de una

forma más natural, a otras, concebidas más artificialmente.

La Senda de las Esculturas

El Parque se configuró, asimismo, como un espacio integrador de las artes, confirmando esta

vocación al congregar una serie de esculturas de gran formato. Un total del 19 grandes

esculturas conforman lo que se llamó con el tiempo La Senda de las Esculturas, un recorrido que

intentaba aunar la cultura y la naturaleza transmitiendo diversos mensajes al paseante. En la

actualidad el Parque contiene la única exposición de macro-esculturas al aire libre de toda

España.

Varias de estas

esculturas fueron

resultado de los trabajos

realizados dentro del

Simposio Internacional

de Esculturas al Aire

Libre organizado por el

Ayuntamiento de Madrid

dentro del marco de

actividades que

integraron la celebración

de la Capitalidad

Europea de la Cultura.

“Las esculturas

participan de la

concepción global del

Parque, sirviendo de

184 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 57 185 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; pp. 57-68 186 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 69

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80

elementos conformadores del espacio del mismo e integrándose en las distintas zonas elegidas

para su ubicación, produciéndose a su vez una simbiosis entre estas obras y sus entornos,

configurando un componente museístico al aire libre”187.

El itinerario de la Senda de las Esculturas sigue el eje Norte-Sur por el que transcurre el río, que

divide la superficie del parque en dos. La diversidad de materiales y formas conforma un

interesante recorrido artístico en un entorno en el que el ocio, el descanso y la meditación se

entremezclan. La distribución de las piezas sigue los cuatro puntos cardinales del plano

implicándose en la variada orografía en la que se asienta el parque. Con una clara intención

integradora en la Naturaleza, las piezas conviven con las diversas construcciones estableciendo

así una unión entre arquitectura, paisaje y escultura.

El Jardín de las Tres Culturas

El Jardín de las Tres Culturas está situado en el cuadrante noroeste del gran anillo distribuidor

que estructura el Parque. El proyecto se inserta dentro de la trama de los paseos internos del

Parque,

estando

delimitado al

norte por la

ría y al sur por

el olivar.

El proyecto

surge del

interés por

realizar un

espacio donde

sea visible la

convivencia

cultural que

tuvo lugar en

España antes

de la

expulsión de

judíos y

árabes, la cual

dio lugar al

enriquecimiento cultural de toda Europa por el trasvase de ideas que propició. Este fenómeno

fue tan singular fue claro antecesor del Renacimiento al posibilitar que las letras griegas y

romanas fueran traducidas tanto en las escuelas de Toledo y Al-Andalus, pasando

posteriormente a toda Europa.

“El proyecto no pretende reconstruir ningún jardín que haya existido o exista; no es tampoco

copia de ninguno. Es, por el contrario, una lectura personal de una tipología determinada de

jardines; una suerte de llamada a la memoria desde nuestro tiempo. Esto se evidencia en el

empleo de los materiales, que se adaptan a los que ofrece el mercado y a los nuevos usos. No se

pueden olvidar, igualmente, las limitaciones del propio autor del jardín, que no sentirá la

estética de cada cultura como podrían haberla sentido los propios protagonistas en su

correspondiente tiempo histórico y lugar”188.

187 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 84 188 Silber Brodsky, Myriam: Jardín de las Tres Culturas; Madrir, 2001; p. 110

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En tanto que el objetivo final del proyecto era transmitir la convivencia y tolerancia de las tres

culturas milenarias, se anteponen a su realización dos conceptos fundamentales: el primero, la

integración de los tres jardines, simbolizando respectivamente a cada cultura, en una trilogía

unida por un elemento de unión y, el segundo, ninguno de los tres jardines podía estar

supeditado a los otros estando los tres, por tanto, en el mismo plano. De esta forma, el Jardín

de las Tres Culturas se articula en base a dos figuras geométricas diferenciadas:

- El círculo, esencialmente un “punto desarrollado”, simboliza la perfección, la

continuidad, la homogeneidad y la ausencia de división. Es el elemento estructurador

del Jardín, paraíso conceptual, a partir del que se realizan los singulares jardines

representativos de cada cultura.

- EL cuadrado es símbolo de la detención y del instante prefijado. Los jardines tienen

forma cuadrada, pues son las expresión terrenal del ese paraíso conceptual,

representado por el círculo, adaptado a las diferentes condiciones geográficas y

culturales.

“El punto en común (paraíso) dominará sobre los tres jardines, y cualquiera de ellos estará en

una posición igualitaria respecto al elemento común. El círculo paraíso se irá ampliando en

formas concéntricas, formando un paseo circular que comunicará los tres jardines entre sí”189

189 Silber Brodsky, Myriam: op. cit; p. 115

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CONCLUSIONES GENERALES

1- EL DISTRITO DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO

Sobre la importancia cultural del conjunto

Podemos definir el distrito de Barajas, en cuanto conjunto histórico, como una agrupación

dispersa de inmuebles que presenta una unidad coherente, representativa del devenir histórico

de la región de Madrid desde la edad de bronce hasta la actualidad, caracterizada por la gran

heterogeneidad de sus elementos, producto ésta de las diversas épocas de las que proceden y son

representativos.

El valor cultural de Barajas no será, en cuando detentador de tal carácter, el de representar una

época histórica concreta de la región de Madrid, sino la de hacerlo con su devenir histórico

desde los primeros asentamientos sedentarios hasta nuestros días. Barajas, se puede afirmar, es

testigo de todas las etapas históricas por las que ha pasado la región.

Los vestigios que este proceso evolutivo ha dejado sobre el territorio del actual distrito de

Barajas lo convierten en un paradigma para el estudio de los contrastes culturales que, a lo largo

de los siglos, aquel ha producido en la región. El conjunto histórico que configura obliga a

superar la visión sincrónica de la historia para llegar a una más completa visión diacrónica de la

misma.

Además, y debido a la importancia de varios de sus elementos patrimoniales, el distrito de

Barajas no sólo es puntualmente representativo de distintas épocas por las que ha transcurrido

la historia madrileña, sino que enlaza perfectamente con fenómenos históricos a nivel nacional y

europeo.

Algunas propuestas derivadas

a- Centro de Documentación Histórica

Correlativa a la importancia cultural del distrito de Barajas, en cuanto representativo del devenir

histórico de la región, es la de creación de un Centro de Documentación Histórica propio del

mismo, en el que se recoja toda la variada información que ha generado su evolución. El Grupo

Socialista en la Junta Municipal de Barajas solicitó la creación de tal centro en el Pleno de la

misma de 7 de Mayo de 2008.

b- Declaración de la ribera del Jarama como Zona Arqueológica

El descubrimiento de los yacimientos arqueológicos de la ribera del Jarama, a raíz de la

ampliación del aeropuerto, corrobora que tal zona es un referente arqueológico cuya

importancia sobrepasa el ámbito regional. Las escasas prospecciones realizadas entre los años

2002 y 2005 vislumbran el gran valor del lugar, por lo que sería conveniente una adecuada

protección y atención de la misma.

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Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa

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