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BENDICIÓN DE RAMOS: Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición † estos ramos, para que, quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos llegar, por él, a la Jerusalén del cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén † Lectura del santo Evangelio según San Marcos (11, 1-10) Cuando Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: “Vayan al pueblo que ven allí en frente; al entrar, encontrarán amarra- do un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: ‘El Señor lo nece- sita y lo devolverá pronto’ ”. Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo desamarraron. Algunos de los que allí estaban les preguntaron: “¿Por qué sueltan al burro?” ellos les contestaron lo que había dicho Jesús y ya nadie los molestó. Llevaron el burro, le echaron encima los mantos y Jesús monto en él. Muchos extendían su manto en el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jesús y los que lo seguían iban gritando vivas: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en el cielo!”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús Iglesia Viva DIOCESIS DE GRANADA, NICARAGUA Departamentos de Boaco, Granada y Rivas Obispo: Monseñor Jorge Solórzano Pérez CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA DEL SEÑOR EN JERUSALÉN. PREPARACIÓN A LA BENDICIÓN DE RAMOS Y PROCESIÓN. HOSANNA AL HIJO DE DAVID. HOSANNA EN EL CIELO. DOMINGO DE RAMOS Ciclo B 29 de Marzo 2015 AÑO XVI NÚMERO 13 Antífona “Hosanna al Hijo de David”. Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nom- bre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo. Monición: Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el princi- pio de la Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la cele- bración anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con él en su resurrección y su vida.

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Lecturas Dominicales. Domingo de Ramos ciclo B

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BBEENNDDIICCIIÓÓNN DDEE RRAAMMOOSS::OOrreemmooss:: DDiiooss ttooddooppooddeerroossoo yy eetteerrnnoo,,ssaannttiiffiiccaa ccoonn ttuu bbeennddiicciióónn †† eessttooss rraammooss,,ppaarraa qquuee,, qquuiieenneess aaccoommppaaññaammoossjjuubbiilloossooss aa CCrriissttoo RReeyy,, ppooddaammooss lllleeggaarr,,ppoorr ééll,, aa llaa JJeerruussaalléénn ddeell cciieelloo.. ÉÉll,, qquueevviivvee yy rreeiinnaa ppoorr llooss ssiiggllooss ddee llooss ssiiggllooss..AAmméénn..

EEvvaannggeelliioo ddee llaa eennttrraaddaa ddeell SSeeññoorr eennJJeerruussaalléénn

†† LLeeccttuurraa ddeell ssaannttoo EEvvaannggeelliioo sseeggúúnnSSaann MMaarrccooss ((1111,, 11--1100))

Cuando Jesús y los suyos iban decamino a Jerusalén, al llegar a Betfagéy Betania, cerca del monte de losOlivos, les dijo a dos de sus discípulos:

“Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarra-do un burro que nadie ha montadotodavía. Desátenlo y tráiganmelo. Sialguien les pregunta por qué lohacen, contéstenle: ‘El Señor lo nece-sita y lo devolverá pronto’ ”.

Fueron y encontraron al burro en lacalle, atado junto a una puerta, y lodesamarraron.

Algunos de los que allí estaban lespreguntaron: “¿Por qué sueltan alburro?” ellos les contestaron lo quehabía dicho Jesús y ya nadie losmolestó.

Llevaron el burro, le echaron encimalos mantos y Jesús monto en él.Muchos extendían su manto en elcamino, y otros lo tapizaban conramas cortadas en el campo. Los queiban delante de Jesús y los que loseguían iban gritando vivas:“¡Hosanna! ¡Bendito el que viene ennombre del Señor! ¡Bendito el reinoque llega, el reino de nuestro padreDavid! ¡Hosanna en el cielo!”.

PPaallaabbrraa ddeell SSeeññoorr..

Gloria a ti, Señor Jesús

Iglesia VivaDDIIOOCCEESSIISS DDEE GGRRAANNAADDAA,, NNIICCAARRAAGGUUAA

DDeeppaarrttaammeennttooss ddee BBooaaccoo,, GGrraannaaddaa yy RRiivvaass OObbiissppoo:: MMoonnsseeññoorr JJoorrggee SSoollóórrzzaannoo PPéérreezz

CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA DEL SEÑOR EN JERUSALÉN.PREPARACIÓN A LA BENDICIÓN DE RAMOS Y PROCESIÓN.HOSANNA AL HIJO DE DAVID. HOSANNA EN EL CIELO.

DDOOMMIINNGGOO DDEE RRAAMMOOSS CCiicclloo BB2299 ddee MMaarrzzoo 22001155

AAÑÑOO XXVVII NNÚÚMMEERROO 1133

AAnnttííffoonnaa ““HHoossaannnnaa aall HHiijjoo ddee DDaavviidd””.. HHoossaannnnaaaall HHiijjoo ddee DDaavviidd.. BBeennddiittoo eell qquuee vviieennee eenn nnoomm--bbrree ddeell SSeeññoorr,, eell RReeyy ddee IIssrraaeell.. HHoossaannnnaa eenn eellcciieelloo..

MMoonniicciióónn::

Queridos hermanos: Después de haberpreparado nuestros corazones desde el princi-pio de la Cuaresma con nuestra penitencia ynuestras obras de caridad, hoy nos reunimospara iniciar, unidos con toda la Iglesia, la cele-bración anual del Misterio Pascual, es decir,de la pasión y resurrección de nuestro SeñorJesucristo, misterios que empezaron con suentrada en Jerusalén, su ciudad.

Por eso, recordando con toda fe y devociónesta entrada salvadora, sigamos al Señor,para que participando de su cruz, tengamosparte con él en su resurrección y su vida.

Lectura del libro del profetaIsaías (50, 4-7)

En aquel entonces, dijo Isaías: “ElSeñor me ha dado una lenguaexperta, para que pueda confortaral abatido con palabras de aliento.

Mañana tras mañana, el Señordespierta mi oído, para que escucheyo, como discípulo. El Señor Diosme ha hecho oír sus palabras y yono he opuesto resistencia ni me heechado para atrás.

Ofrecí la espalda a los que me gol-peaban, la mejilla a los que me tira-ban de la barba. No aparté mi ros-tro de los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda, por eso noquedaré confundido, por esoendureció mi rostro como roca y séque no quedaré avergonzado”.

Palabra de Dios.

Honor y gloria a ti,Señor Jesús.

Cristo se humilló por nosotros y por obediencia

aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas

y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Lectura de la carta del apóstolsan Pablo a los Filipenses (2, 6-11)

Cristo, siendo Dios, no consideróque debía aferrarse a las prerrogati-vas de su condición divina, sinoque, por el contrario, se anonadó así mismo, tomando la condición desiervo, y se hizo semejante a loshombres. Así, hecho uno de ellos,se humilló a sí mismo y por obedi-encia aceptó incluso la muerte, yuna muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todaslas cosas y le otorgó el nombre que

Dios mío, Dios mío,¿por qué me has abandonado?

Todos los que me ven,de mí se burlan;

me hacen gestos y dicen:“Confiaba en el Señor,pues que él lo salve;

si de veras lo ama, que lo libre”.

Los malvados me cercanpor doquiera

como rabiosos perros.Mis manos y mis pies

han taladradoy se pueden contartodos mis huesos.

Reparten entre sí mis vestidurasy se juegan mi túnica a los dados.

Señor, auxilio mío,ven y ayúdame,

no te quedes de mí tan alejado.

Contaré tu famaa mis hermanos,

en medio de la asambleate alabaré.

Fieles del Señor, alábenlo;glorifícalo, linaje de Jacob;témelo, estirpe de Israel.

SSEEGGUUNNDDAA LLEECCTTUURRAA

SSAALLMMOO 21

PPRRIIMMEERRAA LLEECCTTUURRAA

LA MISA está sobre todo nombre, para que,al nombre de Jesús, todos doblen larodilla en el cielo, en la tierra y enlos abismos, y todos reconozcanpúblicamente que Jesucristo es elSeñor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

AANNTTIIFFOONNAA AANNTTEESSDDEELL EEVVAANNGGEELLIIOO

los pobres los tienen siemprecon ustedes y puedensocorrerlos cuando quie-ran; pero a mí no me tendránsiempre. Ella ha hecho lo quepodía. Se ha adelantado aembalsamar mi cuerpo para lasepultura. Yo les aseguro queen cualquier parte del mundodonde se predique elEvangelio, se recordará tam-bién en su honor lo que ellaha hecho conmigo”.

C. Judas Iscariote, uno de los Doce,se presentó a los sumos sacerdotespara entregarles a Jesús. Al oírlo, sealegraron y le prometieron dinero;y él andaba buscando una buenaocasión para entregarlo.

C. El primer día de la fiesta de lospanes Azimos, cuando se sacrificabael cordero pascual, le preguntaron aJesús sus discípulos:

S. “¿Dónde quieres que vayamos aprepararte la cena de Pascua?”

C. El les dijo a dos de ellos:

†. “Vayan a la ciudad.Encontrarán a un hombre quelleva un cántaro de agua;síganlo y díganle al dueño dela casa en donde entre: ‘ElMaestro manda preguntar:¿Dónde está la habitación enque voy a comer la Pascua con

†† PPaassiióónn ddee nnuueessttrroo SSeeññoorrJJeessuuccrriissttoo

sseeggúúnn ssaann MMaarrccooss

((1144,, 11--1155,, 4477))

mis discípulos?’ El lesenseñará una sala en el segun-do piso, arreglada condivanes. Prepárennos allí lacena”.

C. Los discípulos se fueron, lle-garon a la ciudad, encontraron loque Jesús les había dicho yprepararon la cena de Pascua.

C. Al atardecer, llegó Jesús con losDoce. Estando a la mesa, cenandoles dijo:

†. “Yo les aseguro que uno deustedes, uno que está comien-do conmigo, me va a entre-gar”.

C. Ellos, consternados, empezarona preguntarle uno tras otro:

S. “¿Soy yo?”

C. El respondió:

†. “Uno de los Doce; alguienque moja su pan en el mismoplato que yo. El Hijo del hom-bre va a morir, como estáescrito: pero, ¡ay de aquel queva entregar al Hijo del hom-bre! ¡Más le valiera no habernacido!”.

C. Mientras cenaban, Jesús tomóun pan, pronunció la bendición, lopartio y se lo dio a sus discípulos,diciendo:

†. “Tomen: esto es mi cuerpo”.

C. Y tomando en sus manos unacopa de vino, pronunció la acciónde gracias, se la dio, todos bebierony les dijo:

†. “Esta es mi sangre, sangre dela alianza, que se derrama portodos. Yo les aseguro que novolveré a beber del fruto de lavid hasta el día en que beba elvino nuevo en el Reino deDios”.

C. Faltaban dos días para la fiesta dePascua y de los panes Azimos. Lossumos sacerdotes y los escribasandaban buscando una manera deapresar a Jesús a traición y darlemuerte, pero decían:

S. “No durante las fiestas, porque elpueblo podría amotinarse”.

C. Estando Jesús sentado a la mesa,en casa de Simón el leproso, enBetania, llegó una mujer con unfrasco de perfume muy caro, denardo puro; quebró el frasco yderramó el perfume en la cabezade Jesús. Algunos comentaronindignados:

S. “¿A qué viene este derroche deperfume? Podía haberse vendidopor más de trescientos denariospara dárselos a los pobres”.

C. Y criticaban a la mujer; peroJesús replicó:

†. “Déjenla. ¿Por qué lamolestan? Lo que ha hechoconmigo está bien, porque a

C. Después de cantar el himno,salieron hacia el monte de losOlivos y Jesús les dijo:

†. “Todos ustedes se van aescandalizar por mi causa,como está escrito: Heriré alpastor y se dispersarán lasovejas; pero cuando resuciteiré por delante de ustedes aGalilea”.

C. Pedro replicó:

S. “Aunque todos se escandalicen,yo no”.

C. Jesús le contestó:

†. “Yo te aseguro que hoy, estamisma noche, antes de que elgallo cante dos veces, tú menegarás tres”.

C. Pero él insistía:

S. “Aunque tenga que morir conti-go, no te negaré”.

C. Y los demás decían lo mismo.

C. Fueron luego a un huerto, lla-mado Getsemaní, y Jesús dijo a susdiscípulos:

†. “Siéntense aquí mientrashago oración”.

C. Se llevo a Pedro, a Santiago y aJuan; empezó a sentir terror yangustia, y les dijo:

†. “Tengo el alma llena de unatristeza mortal. Quédenseaquí, velando”.

C. Se adelantó un poco, se postróen tierra y pedía que, si era posible,se alejara de él aquella hora. Decía:

†. “Padre, tú lo puedes todo:aparta de mí este cáliz. Peroque no se haga lo que yoquiero, sino lo que túquieres”.

C. Volvió a donde estaban los dis-cípulos, y al encontrarlos dormi-dos, dijo a Pedro:

Simón, ¿estás dormido?, ¿No haspodido velar ni una hora?. Velen yoren para que no caigan ententación. El espíritu está prontopero la carne es débil.

C. De nuevo se retiró y se puso aorar, repitiendo las mismas pala-bras. Volvió y otra vez los encontródormidos, porque tenían los ojoscargados de sueño; por eso nosabían qué contestarle. El les dijo:

†. “Ya pueden dormir y des-cansar. ¡Basta! Ha llegado lahora. Miren que el hijo delhombre va a ser entregado enmanos de los pecadores.¡Levántense! ¡Vamos! Ya estácerca el traidor”.

C. Todavía estaba hablando, cuandose presentó Judas, uno de los Doce,y con él, gente con espadas y palos,enviada por los sacerdotes, losescribas y los ancianos. El traidor leshabía dado una contraseña, dicién-

doles:

S. “Al que yo bese, ése es. Deténgaloy llévenselo bien sujeto”.

C. Llegó se acercó y le dijo:

S. “Maestro”.

C. Y lo besó. Ellos le echaron manoy lo apresaron. Pero uno de los pre-sentes desenvainó la espada y de ungolpe le cortó la oreja a un criadodel sumo sacerdote. Jesús tomó lapalabra y les dijo:

†. “¿Salieron ustedes a apre-sarme con espadas y palos,como si se tratara de un bandi-do? Todos los días he estadoentre ustedes, enseñando en eltemplo y no me han apresado.Pero así tenía que ser para quese cumplieran las Escrituras”.

C. Todos lo abandonaron y huyeron.Lo iba siguiendo un muchacho,envuelto nada más con una sábana, ylo detuvieron; pero él soltó lasábana y se les escapó desnudo.

C. Condujeron a Jesús a casa delsumo sacerdote y se reunierontodos los pontífices, los escribas ylos ancianos. Pedro lo fue siguiendode lejos, hasta el interior del patiodel sumo sacerdote y se sentó conlos criados, cerca de la lumbre, para

calentarse.

Los sumos sacerdotes y el sanedrínen pleno buscaban una acusacióncontra Jesús para condenarlo amuerte y no la encontraban. Pues,aunque muchos presentaban falsasacusaciones contra él, los testimo-nios no concordaban.

Hubo unos que se pusieron de pie ydijeron:

S. “Nosotros lo hemos oído decir:‘Yo destruiré este templo, edificadopor hombres, y en tres días constru-iré otro, no edificado por hombres’”.C. Pero ni aun en esto concordabasu testimonio. Entonces el sumosacerdote se puso de pie y le pre-guntó a Jesús:

S. “¿No tienes nada que responder atodas esas acusaciones?”.

C. Pero él no le respondió nada. Elsumo sacerdote le volvió a pregun-tar:

S. “¿Eres tú el Mesías y el Hijo de

Dios bendito?”.

C. Jesús contestó:

†. “Sí lo soy. Y un día verán cómo elHijo del hombre está sentado a laderecha del Todopoderoso y cómoviene entre las nubes del cielo”.

C. El sumo sacerdote se rasgó lasvestiduras exclamando:

S. “¿Qué falta hacen ya más testigos?Ustedes mismos han oído la blas-femia. ¿Qué les parece?”.

C. Y todos lo declararon reo demuerte. Algunos se pusieron a escu-pirle, y tapándole la cara, loabofeteaban y le decían:

S. “Adivina quien fue”,

C. y los criados también le daban debofetadas.

C. Mientras tanto, Pedro estabaabajo, en el patio. Llego una criadadel sumo sacerdote, y al ver a Pedrocalentándose, lo miro fijamente y ledijo:

S. “Tú también andabas con JesúsNazareno”.

C. El lo negó, diciendo:

S. “Ni sé ni entiendo lo que quieresdecir”.

C. Salió afuera hacia el zaguán, y ungallo cantó.

La criada, al verlo, se puso de nuevoa decir a los presentes:

S. “Ese es uno de ellos”.

C. Pero él lo volvió a negar. Al pocorato también los presentes dijeron aPedro:

S. “Claro que eres uno de ellos, pueseres galileo”.

C. Pero él se puso a echarmaldiciones y a jurar:

S. “No conozco a ese hombre delque hablan”.

C. En seguida cantó el gallo porsegunda vez. Pedro se acordóentonces de las palabras que le habíadicho Jesús: ‘Antes de que el gallocante dos veces, tú me habrás nega-

do tres’, y rompió a llorar.

C. Luego que amaneció, sereunieron los sumos sacerdotes conlos ancianos, los escribas y el sane-drín en pleno, para deliberar.Ataron a Jesús, se lo llevaron y loentregaron a Pilato. Este le pregun-tó:

S. “¿Eres tú el rey de los judíos?”

C. El respondió:

†. “Sí lo soy”.

C. Los sumos sacerdotes lo acusa-ban de muchas cosas. Pilato le pre-gunto de nuevo:

S. “¿No contestas nada?. Mira decuántas cosas te acusan”.

C. Jesús ya no le contestó nada, demodo que Pilato estaba muyextrañado.

Durante la fiesta de Pascua, Pilato

solía soltarles al preso que ellospidieran. Estaba entonces en la cár-cel un tal Barrabás, con losrevoltosos que habían cometido unhomicidio en un motín. Vino lagente y empezó a pedir el indultode costumbre. Pilato les dijo:

S. “¿Quieren que les suelte al rey delos judíos?”

C. Porque sabía que los sumos sa-cerdotes se lo habían entregado porenvidia. Pero los sumos sacerdotesincitaron a la gente para que pidie-ran la libertad de Barrabás. Pilatoles volvió a preguntar:

S. “¿Y qué voy a hacer con el que lla-man rey de los judíos?”C. Ellos gritaron:

S. “¡Crucifícalo!”

C. Pilato les dijo:

S. “Pues, ¿qué mal ha hecho?”

C. Ellos gritaron más fuerte:

S. “¡Crucifícalo!”

C. Pilato, queriendo dar gusto a lamultitud, les soltó a Barrabás; y aJesús, después de mandarlo azotar,lo entregó para que lo crucificaran.

Los soldados se lo llevaron al inte-rior del palacio, al pretorio, yreunieron a todo el batallón. Lovistieron con un manto de colorpúrpura, le pusieron una corona deespinas que habían trenzado, ycomenzaron a burlarse de éldirigiéndole este saludo:

S. “¡Viva el rey de los judíos!”

C. Le golpeaban la cabeza con unacaña, le escupían y doblando lasrodillas, se postraban ante él.

Terminadas las burlas, le quitaronaquel manto de color púrpura, lepusieron su ropa y lo sacaron paracrucificarlo.

C. Entonces forzaron a cargar lacruz a un individuo que pasaba porahí de regreso del campo, Simón deCirene, padre de Alejandro y deRufo, y llevaron a Jesús al Gólgota(que quiere decir “lugar de laCalavera”). Le ofrecieron vino conmirra, pero él no lo aceptó.

Lo crucificaron y se repartieron susropas, echando suertes para ver quéle tocaba a cada uno.

C. Era media mañana cuando locrucificaron. En el letrero de laacusación estaba escrito: “El rey delos judíos”.

Crucificaron con él a dos bandidos,uno a su derecha y otro a su izquier-da. Así se cumplió la escritura quedice: Fue contado entre los malhe-chores.

Los que pasaban por ahí lo injuria-ban meneando la cabeza y gritán-dole:

S. “¡Anda! Tú que destruías el tem-plo y lo reconstruías en tres días,sálvate a ti mismo y baja de la cruz”.

C. Los sumos sacerdotes se burla-ban también de él y le decían:

S. “Ha salvado a otros, pero a símismo no se puede salvar. Que elMesías, el rey de Israel, baje ahorade la cruz, para que lo veamos y

creamos”.

C. Hasta los que estaban crucifica-dos con él también lo insultaban.

C. Al llegar el mediodía, toda aque-lla tierra se quedó en tinieblas hastalas tres de la tarde. Y a las tres, Jesúsgritó con voz potente:

†. “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?”

C. (que significa: Dios mío, Diosmío, ¿por qué me has abandona-do?). Algunos de los presentes, aloírlo, decían:

S. “Miren, está llamando a Elías”

C. Uno corrió a empapar unaesponja en vinagre, la sujetó a uncarrizo y se la acercó para quebebiera, diciendo:

S. “Vamos a ver si viene Elías a bajar-lo”.

C. Pero Jesús dando un fuerte grito,expiró.

Aquí todos se arrodillan y guardansilencio por unos instantes.

C. Entonces el velo del templo serasgó en dos, de arriba a abajo. Eloficial romano que estaba frente aJesús, al ver cómo había expirado,dijo:

S. “De veras este hombre era Hijode Dios”.

C. Había también ahí unas mujeresque estaban mirando todo desdelejos; entre ellas, María Magdalena,María (la madre de Santiago elmenor y de José) y Salomé, que

cuando Jesús estaba en Galilea, loseguían para atenderlo; y además deellas, otras muchas que habíanvenido con él a Jerusalén.

C. Al anochecer, como era el día dela preparación, víspera del sábado,vino José de Arimatea, miembrodistinguido del sanedrín, que tam-bién esperaba el Reino de Dios. Sepresentó con valor ante Pilato y lepidió el cuerpo de Jesús. Pilato seextraño de que ya hubiera muerto,y llamando al oficial, le preguntó siya hacía mucho tiempo que habíamuerto.

Informado por el oficial, concedióel cadáver a José. Este compró unasábana, bajó el cadáver, lo envolvióen la sábana y lo puso en un sepul-cro excavado en una roca y tapó conuna piedra la entrada del sepulcro.María Magdalena y María, la madrede José, se fijaron en dónde loponían.

Palabra del Señor.Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGUNTAS DEL PAPA FRANCISCO

Hemos escuchado la Pasión del Señor. Noshará bien preguntarnos ¿Quién soy yo?¿Quién soy yo ante mi Señor? ¿Quién soyyo, delante de Jesús entrando en Jerusalénen este día de fiesta? ¿Soy capaz de expre-sar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo lasdistancias? ¿Quién soy yo, delante de Jesúsque sufre? ¿Mi vida está dormida? ¿O soycomo los discípulos, que no entendían loque era traicionar a Jesús? ¿Yo soy comoJudas, que finge amar y besa Maestro paraentregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, untraidor? ¿Soy como aquellos líderes reli-giosos que tienen prisa en organizar un tri-bunal y buscan falsos testigos? ¿Soy yocomo ellos?¿Soy yo como aquellamuchedumbre que no sabía bien si estabaen una reunión religiosa, en un juicio o enun circo, y elije a Barrabás? ¿Soy yo comolos soldados que golpean al Señor, le escu-pen, lo insultan, se divierten con la humil-lación del Señor?¿Soy yo como aquellosque pasaban delante de la Cruz y se burla-ban de Jesús?: “¡Pero... tan valeroso! ¡Quedescienda de la cruz, y nosotros creere-mos en Él!”. ¿Soy yo como aquellasmujeres valientes, y como la mamá deJesús, que estaba allí, y sufrían en silencio?¿Soy yo como José, el discípulo escondido,que lleva el cuerpo de Jesús con amor,para darle sepultura?

ORACIÓN DE LOS FIELES

CREDO DE LOS APÓSTOLES

CCrreeoo eenn DDiiooss,, PPaaddrree TTooddooppooddeerroossoo,,CCrreeaaddoorr ddeell cciieelloo yy ddee llaa ttiieerrrraa..

CCrreeoo eenn JJeessuuccrriissttoo ssuu úúnniiccoo HHiijjoo NNuueessttrroo SSeeññoorr,, qquuee ffuuee ccoonncceebbiiddoo ppoorr oobbrraa yy ggrraacciiaa ddeell EEssppíírriittuu SSaannttoo.. NNaacciióó ddee SSaannttaa MMaarrííaa VViirrggeenn,, ppaaddeecciióó bbaajjoo eell ppooddeerr ddee PPoonncciioo PPiillaattoo,, ffuuee ccrruucciiffiiccaaddoo,, mmuueerrttoo yy sseeppuullttaaddoo,, ddeesscceennddiióó aa llooss iinnffiieerrnnooss,, aall tteerrcceerr ddííaa rreessuucciittóó ddee eennttrree llooss mmuueerrttooss,, ssuubbiióó aa llooss cciieellooss yy eessttáá sseennttaaddoo aa llaa ddeerreecchhaa ddee DDiiooss,, PPaaddrree TTooddooppooddeerroossoo.. DDeessddee aallllíí hhaa ddee vveenniirr aa jjuuzzggaarr aa vviivvooss yy mmuueerrttooss..

CCrreeoo eenn eell EEssppíírriittuu SSaannttoo,, llaa SSaannttaa IIgglleessiiaa ccaattóólliiccaa,, llaa ccoommuunniióónn ddee llooss ssaannttooss,, eell ppeerrddóónn ddee llooss ppeeccaaddooss,, llaa rreessuurreecccciióónn ddee llaa ccaarrnnee yy llaa vviiddaa eetteerrnnaa..

AAmméénn..

PROFESION DE FEPRESIDENTE: Acudamos a Jesús,nuestro Rey y Mesías, nuestro únicoSalvador, y sabiendo que sube aJerusalén para consumar nuestraliberación definitiva, salgamos a supaso diciendo: Bendito el que vieneen nombre del Señor.

Porque has dado a tu Iglesia el misterio denuestro Papa Francisco y nuestro Obispo,Monseñor Jorge Solórzano Pérez y lossostienes con tu amor:

Porque, consumando tu obra redentora,borraste los pecados del mundo:

Porque haciéndote hombre, hiciste denuestra historia una historia de salvaciónuniversal:

Porque fuiste capaz de padecer hasta elextremo y de aceptar con confianza lavoluntad de Dios, tu Padre:

Porque visitas a los agonizantes, das la vidaeterna a los difuntos, y nos regalas el donde la esperanza que no falla:

Porque nos permites acompañarte en tusacrificio, en tu banquete y en tu victoriapascual, haciendo realidad el EjeComunioón en nuestra Diócesis.

PRESIDENTE: Adéntranos, Señor, enel misterio de tu amor, haz que tedescubramos presente en nuestrasvidas como el enviado de Dios, yescucha nuestras oraciones de ala-banza, súplica y acción de gracias.Tú que vives y reinas por los siglosde los siglos.

Amén.