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1.71 LA -E de Rarcelom,5 EJ 11 IÁWTT

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1.71LA -E

de Rarcelom,5

EJ

11 IÁWTT

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BOLETÍN DE LA ESCUELA DE AR'I'ES

Y OFICIOS ARTÍSTICOS

DE BARCELONA

L`ill A R 1 0

LA REFORMA DE LA ENSEÑANZA GLOSARIO PEDAGÓGICO, por F. Marés • LA SAGRADA FAMILIA YSU CONTINUACIÓN, por C. Martinell • SOBRE LA ENSEÑANZA DEL DIBUJO ARTÍSTICO, por F. Pérez DolrLOS ACONTECIMIENTOS ARTÍSTICOS BARCELONESES EN 1956, por Juan Cortés • LAS GRANDES

ESCULTURAS DEL MUSEO MARÉS, por J. Subías Galter EL GRABADO MODERNO FINLANDÉS,

por Antonio 011é Pinell • NUESTRO CÍRCULO ARTÍSTICO, por Federico Marés • SECCIÓN INFORMATIVA

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LA REFORMA DE LA ENSEÑANZA

A iMinistro de Educación Nacional, Don Jesús Rubio, debemos un mensaje luminosísimo

que no podemos dejar de aplaudir y comentar. De nuevo hemos escuchado, sobre los pro-

blemas de la Enseñanza en España, palabras profundas y de largo alcance. Las pronunció

el Ministro en la última reunión celebrada por el Consejo Nacional de Educación.

Los magníficos conceptos emitidos por Don Jesús Rubio, se proyectan radialmente a

todos los campos y estratos de la Enseñanza. Su discurso se resume en este párrafo: « Si

España no logra en plazo de pocos años que todos sus hombres se sustenten de una cultura

nacional activa y solidaria, y que una gran parte de ellos se ponga en pie de eficacia y téc-

nica, no podremos ser en absoluto optimistas respecto a nuestro futuro.

Subraya el Ministro, con oportunísima admonición, la responsabilidad de todos nosotros

ante la urgencia de ese logro. No todo depende del Estado: éste sólo puede abrir cauces

que nosotros debemos llenar. Los edificios docentes y las disposiciones legales, poco serían

si no fuesen fecundados por un sostenido fervor pedagógico. Porque de lo que se trata, en

primer lugar, es de poner mano, para reavivarlos y conmoverlos profundamente, en los

nervios más íntimos de nuestra organización social. Es decir, se trata primordialmente de

que priven, por encinta de lo burocrático, los factores morales y espirituales, únicos decisi-

vos en materia de enseñanza.

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Pero, claro que ello no impide, sino que exige, lo que podríamos llamar la expansión

instrumental. Cuanto dice el Ministro al hablar de la distribución geográfica de los centros

de enseñanza media, refiriéndose a los Institutos de Barcelona y de Madrid — concentrados

en los cascos urbanos, con abandono de la periferia — tiene oportuno reflejo en lo que a las

escuelas de Artes y Oficios Artísticos se refiere, para las cuales ha venido pidiendo la Direc-

ción de la de la Lonja, de Barcelona, mayores posibilidades de desdoblamiento. No bastan

tampoco hoy — para hablar sólo de nuestra ciudad — las secciones que en distintas barriadas

han podido establecerse, porque no sólo sería preciso duplicar su número, sino también or-

ganizarlas de modo que en cada una de ellas se profesasen las enseñanzas más adecuadasa la circunstancia demográfica de su ubicuación.

Postula también el Ministro, en su trascendental mensaje, la necesidad de una ley general

de enseñanzas artísticas que habrá de implicar la reorganización y puesta a punto del pro-

fesorado, lo mismo en los llamados Conservatorios que en las Escuelas de Bellas Artes, seña-

lando la necesidad de que éstas sean coordinadas con las de Artes y Oficios. Esta es, en

verdad, otra de las grandes satisfacciones que recojemos de las palabras del Ministro, por

cuanto tal coordinación constituye desde mucho tiempo una de las aspiraciones formuladas

por la Dirección de la Escuela de Barcelona, bien que con discriminación que, no lo duda-

mos, habrá de imponerse en el momento de llevarla a efecto. Porque, en rigor, nuestras

Escuelas de Artes y Oficios Artísticos no han de representar solamente los grados elemental

y medio en todas sus enseñanzas, pues es obvio que, en buena parte de ellas, alcanzan

a representar, por lo menos en los centros más importantes, una formación total, que tieneen sus últimas etapas el verdadero carácter de grado superior.

No hay duda, sin embargo, de que en lo concerniente a sus enseñanzas generales, y en

relación con las Escuelas Superiores de Bellas Artes, importa dar a nuestras escuelas, decisi-

vamente, vigorosamente, el carácter que con respeto a las Universidades, tienen los Institu-

tos de Educación media, lo que sólo podrá lograrse con esa coordinación de que ha hablado

el Ministro ante el consejo de Educación Nacional. Baste recordar que, hasta ahora, la pre-

paración para el ingreso en las Escuelas Superiores de Bellas Artes carece de órgano oficial,hallándose exclusivamente en manos de la enseñanza privada.

Consignemos, pues, nuestra plena adhesión a las palabras del señor Ministro, llenas desabiduría y palpitantes de la más actual inquietud pedagógica.

En el momento de escribir estas líneas, están ya en vía de aprobación los planes

relativos a la reorganización de la enseñanza técnica. Confiarnos, pues, en que pronto

será un hecho la formulación de las disposiciones encaminadas a la esperada reformade la enseñanza artística.

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GLOSARIO PEDAGÓGICOEUGENIO D'ORS, EL MAESTRO

.Por .Federico ./TarésDirector de la Escuela de Artes

y Oficios Artísticos de Barcelona

E N el tercer año de la muerte de Eugeniod'Ors, séanos permitido dedicar unas líneasde recordación y homenaje a quien supo ele-var el glosario a categoría de cátedra, diá-logo abierto al comentario del acontecer co-tidiano.

Los que fuimos sus amigos y admirado-res devotos, aquellos qué- en la erl ita de Vi-

lanova, en un atardecer de primavera, caraal mar que tanto amó el maestro, nos reuñ i-mos a su alrededor para constituir la Acade-mia del Faro de San Cristóbal, ;no podemossilenciar en tal efemérides la vivencia de sulección en la perennidad de su obra (1).

Se habla repetidamente de Eugenio d'Ors,

se juzga su obra, como pensador y como fi-lóofo, pero se olvida con demasiada frecuen-cia que su labor tuvo visión y altura de ma-gisterio; que toda su vida, al mejor serviciode la inteligencia y del espíritu, fue un diá-logo en busca del camino de la luz; que todosu quehacer fue una clara lección, lucida lec-ción de todos los días, limpio y generoso em

-peño, infatigable afán de curiosidad al ser-vicio de las nobles inquietudes, de aliento yestímulo para las vocaciones que nacen.

El diálogo —arma noble desde Sócrates,hecho definitivo en las obras de Platón— fl,tésu bandera de paz y de combate, desplegadaal viento de la verdad y de la razón. Diálogode convivencia intelectual, de humarnizaeiónClásica que en el umbral de su vejez rodeabaal maestro de una aureola venerable.

Hizo del pelnsa'miento, diálogo; sin duali-dad, nos dice, no hay pensamiento siquiera.

(1) La primera reunión tuvo lugar bajo el faro de Vilanova,próximo a la Ermita de San Cristóbal; ello justifica el nombre quese diera en su día a la Academia.

En el Nuevo Glosario desea —y sólo en estedesear está su esperanza, y en este solo de-sear está su orgullo— que de pasta de diá-logo sea la medida de su labor.

Dialogaba por vocación, dialogaba por gus-to, dialogaba más tarde, también, por irre-vocable deber. Gozaba de dialogar con susalumnos ávidos, tejiendo ante ellos, con unverbo incomparable, imágenes henchidas depensamientos, y de comprobar cómo desper-taba en el alma de aquéllos inquietudes iné-ditas.

Maestro en el bien decir y en el bien ha-cer, amó lo bello, la obra bien hecha; frentea la improvisación —la falsa sugestión de loespontáneo y lo fácil—, supo oponer la insis-tencia en la labor de cada día, el aprendizajemilitante, el difícil heroísmo; frente a la in-coherencia, a lo anárquico, el orden y la dis-ciplina, la norma y el método, la ética en eltrabajo.

Preconizaba el esfuerzo y el sacrificio, lametodología estricta, la sistemática riguro-sa; "muchos escollos, muchos peligros, ¡ ohmati querido estudiante!, encontrará tu nave-gación. Éste de la tentación de facilidad—superstición de la ideología románica-- esel peor, porque saca sus víctimas de los es-píritus mejores". "Para aprender las lenguasaun no se ha inventado nada mejor que lasgramáticas. Para aprender a multiplicar aunno se lía inventado nada mejor que la tablade multiplicar".

Recordemos la introducción de su confe-rencia "Aprendizaje y Heroísmo" leída enla Residencia de Estudiantes de Madrid:"Nuestra reunión en esta casa obedece al de-signio de formar en España algo así como

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una aristocracia de la conducta.. Y a esto nollegaremos sino con un cultivo terco en 'nos-otros mismos de la capacidad de continua-ción.,,

La "capacidad de continuación" en elaprender, la "santa insistencia" en el ense-ñar. ¡ Estudiar, estudiar ! No hay "carrerasterminadas", no hay "fin de estudio".

Convincente recomendación, clara lecciónla del maestro a los alumnos. Bien sabemoslos que a la enseñanza dedicamos largos añosdel mejor servicio, el valor que encierran ta-les consejos; que la enseñanza "responsable"empieza, precisamente, cuando termina ladocente. Entonces, y no antes, es cuando seabre ante nosotros el interrogante de la granlección en el libro de la vida, donde se va-lora nuestra auténtica ersonallidad, decisivaen el porvenir de cada uno.

Luz, claridad. Toda su obra encierra unacontinuada exigencia en Presentar las cosasclaras, con toda su objetividad aplomada, sucontorno puro, que "es lo más espiritual delas cosas". Claridad, medida y orden; la pa-sión ordenadora, frente al desorden; la civi-lidad frente a la bohemia; la clasicidad fren-te al ronza^nticismo.

Alguien le recordó en cierta ocasión, adap-tada levemente, la frase de Paul Clandel: Eldesorden es la delicia de la imagiuzacic6n, peroel orden es el placer de la mente. ¡ Cómo ce-lebró el maestro la incidencia!

Atonto, afinado el tímpano Para que nole pasara inadvertida ninguna vibración delas que alteran los huJiia:nos vientos, vigi-

lante y alerta desde sus mocedades hasta susúltimas meditaciones en la ermita, el maes-tro supo mantener firme, enarbolada, en lí-nea de combate, su insobornable posición fi-losófica y estética.

Tongo para aní que el maestro, antes ydespués que pensador, fué un excepcional ar-tista; artista no sólo de la palabra y del esti-lo, sino artista, frente a la vida. En todo suquehacer, en su concepción personal de laciencia y de la cultura, dentro del ¡irás ter-fecto y Ponderado rigor intelectual, emergesiempre el señorío de la más estricta elegan-cia espiritual.

En todo el glosario predomina una altacalidad, resplandece la ás afiliada sensibi-lidad artística. Sensibilidad despierta y agu-da, que le permilè- captar los valores decisi-vos en arte, resumir y jerarquizar los concep-tos estéticos substanciales. Y hay que añadir,además, su maravillosa capacidad de síntesis,enen cuanto trata de discernir y Puntualizarideas claves.

Con ello habremos dibiujado, muy some-ramente, algunas de las facetas, concreta-mente las del maestro, que destacan la perso-nalidad de Eugenio d'Ors, en el nn.undo dela cultura y del arte.

La obra del maestro, el Glosario de todoslos días, representa mi mensaje de luz enel agitado mundo de las ideas; la renovadaofrenda de cada día a la más noble herman-dad ecuménica, la Sa g ita Hermandad univer-sal del Esjírit,r.

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Visión de conjunto de la Sagrada Familia, según dibujo de D. Francisco Valls

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LA SAGRADA FAMILIAY SU CONTINUACIÓN

CONVENIENCIA DE UN CENTRO DE ESTUDIOSGAUDINISTAS

Por César /̀-Vlartinjll

Secretario de la Escuela de Ar:es

y Oficios Artísticos de Barcelona

Con la presente disertación se cerró el ciclo de conferencias que el autor desarrolló ert

la «Cátedra Antonio Caudí » de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona,los días 2, 9, 16 y 23 de iiiarzo de 1957.

£os temas de las conferencias precedentes, fueron: 1. Evolución estilística y rítmicade la obra de Gaudí. 2. Teoría arquitectónica y decorativa de Gaudí. 3. Losmodelos corpóreos. Su interés imitativo y didáctico.

El comienzo de un templo grandioso.

Alguien ha dicho que Gaudí, con el templo dela Sagrada Familia a medio empezar, en el plan degrandiosidad con que lo hizo, nos dejó una pape-leta difícil. La expresión quizá resulte demasiadollana, pero hemos de aceptar que en el fondo, elque tal dijo, tenia razón. En todo caso esta dificul-tad no sería más que la contrapartida o el precio,si se quiere, de esta obra de dimensión mundial,que con su prestigio honra aBarcelona y a Españaentera.

Gaudi con su templo de la Sagrada Familia sepropuso levantar un monumento a Dios inspiradoen un doble ideal religioso y artístico. Con el espï-ritu revisionista que le era propio planteó la ver-dadera función de un templo en su aspecto relati

-vo al culto y quiso que el nuestro superase a todolo hecho y se adaptase a la liturgia de la maneramás perfecta posible, eliminando de su proyecto lasmás pequeñas transgresiones toleradas por el uso.Estudió los principales templos existentes y de ellostomó lo bueno y aun perfeccionó detalles para me-jor servir su objetivo.

Cumplida esta función, quiso que el templo fue-se un cántico a nuestra fe, que reflejase de maneraaleccionadora y bella lo más edificante de sus ver-

dades. En su exterior debía simbolizar la Iglesia,que quiere decir unión de Jesucristo con los fieles,representada por tres fachadas, dedicadas: una alNacimiento de Jesús, de formas suaves y optimis-tas, como lo es todo nacimiento y en grado superla-tivo el del Mesías. Otra a la Pasión, de expresiónpatética y estremecedora, como lo fué la muertedel Redentor; y la principal, de formas grandiosas,con un pórtico de 40 metros de altura y elevadoscampanarios para simbolizar en lo alto la Gloriade Dios, de la que no podremos gozar sin haberrendido tributo a la muerte. Por ello se evoca ensu parte baja la vida del hombre por la que debe-mos santificarnos, y el Juicio Final.

En las siete columnas que sostendrán el granpórtico se representarán los dones del Espíritu San-to, los pecados capitales y las virtudes opuestas. Laspuertas de ingreso serán siete, dedicadas a los sacra-mentos. La de la izquierda, al Bautismo y la opues-ta, a la Penitencia.

En correspondencia con estas dos puertas, en laplaza frontera habrá dos grandes monumentos.Uno al agua con cuatro surtidores que lanzarán, suschorros a más de veinte metros, en recuerdo de loscuatro ríos que circundaban el paraíso terrenal.

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Otro al fuego con un triple y monumental tedero,en recuerdo de la columna de fuego guiador, delpueblo de Israel en el desierto.

Estos dos monumentos representan los dos me-dios de purificación que tiene el hom-bre: agua yfuego —Bautismo y Penitencia— que, con la tierraque los sustenta y el aire que los rodea, comple-tan los cuatro elementos naturales, que rinden ho-menaje al Criador.

Cada una de las fachadas tiene cuatro torres, de-dicadas a los apóstoles, con las imágenes de cadauno de ellos. Sobre el crucero, una torre de 170metros de altura, terminada por una cruz lumino-sa, símbolo del Divino Maestro, rodeada de otrascinco, dedicadas a la Virgen y a los evangelistas. Ensitios determinados se glosan las virtudes teologa-les y las cardinales y escenas y simbolismos alusi-vos a la religión.

El interior debe ser la celestial Jerusalén habi-tada por el Cordero divino, donde se reciben lasenseñanzas de la Iglesia y los medios de alcanzarla perfección por los sacramentos, los Evangelios,las Epístolas y la oración que se representan plás-ticamente en sitios adecuados.

De todo este conjunto destacará, en su centro, co-r > elemento más importante, la mesa del altar ma-yor, sin retablo, presidida por un gran crucifijo.I °1 pie de la cruz saldrá tuna parra con sus sar-i- entos y racimos enlazados en el haldaquino ques°: virá de dosel y lampadario, alusiva a las pala•bras de Jesús a los apóstoles, después de haber ins•tituído la Eucaristía: ((Yo soy la Vid, vosotros lossarmientos: el que está en Mí y Yo en él, éste lle-vará mucho fruto, porque sin Mí no podéis hacernada. El que no permaneciere en Mí será echadofuera, así como el sarmiento, y se secará, y lo coge-réri, y lo echarán al fuego, y arderá.)>

Afán de superación.

En el aspecto artístico el ideal de perfección co-rría parejas con el religioso. Cuando se confió laconstrucción a Gaudí éste contaba treinta y unaños y hasta los setenta y cuatro en que la muertele sorprendió trabajando en el Templo, su arte nocesó de depurarse. Empieza en gótico histórico, alque pronto infunde carácter personal, luego lo vis-te de_ selecto modernismo, para terminar en lascuatro torres, prodigio de esbeltez y embrión de sugenial teoría constructiva. La magnificencia de es-tas formas pensaba realzarlas con el colorido en

determinadas partes, como ya hizo en los rematesde las torres con mosaicos venecianos.

Así ha llegado a nosotros esta parte del templo,con mezcla de gozo y de dolor. Gozo, por el cultoque ya se celebra en la cripta; por la esbeltez delas torres que van derechas al cielo con sus sursumcorda; sanctus, sanctus... y los Hosanna in excelsisque suenan allá arriba como cántico de gloria. Do-lor, por lo mucho que queda por hacer y la inquie-tud de una digna continuación; por el ábside sincubierta, la gran fachada sin puertas y los campa-narios sin campanas...

Para Gaudí el templo de la Sagrada Familia fuéel resumen de su arte de gran arquitecto; la selec-ción de sus mejores ideas que las traducía en pie-dras gloriosas, cálidas de inspiración; y todo esto,que fué su vida de artista y de creyente, lo dió;lo dió sin compensación material alguna, para hon-rar a Dios en primer término, pero también parasatisfacción y gloria de sus conciudadanos.

A quien todo lo dió de manera tan generosa, ymenos aun a la Divinidad a quien lo dedicaba, nopodemos negarles una garantía de digna conti

-nuidad de la obra empezada.Una de las cosas que no debemos olvidar en este

Templo es el afán de superación que Gaudí sen-tía y que a mi entender es el móvil más eficiente desu arte. No sabría concebir un Gaudí conformista,parado en determinado momento de su obra, aun•que sea éste el solemne momento de su muerte. Élmismo había previsto y deseaba para después desu tránsito, una inquietud creciente en la direcciónde las obras.

En el libro que tengo publicado sobre sus con-versaciones, recojo la siguiente: Un día le mani-festé mi deseo de que pudiese ser él quien termina-ra el templo y me atajó con rapidez—: No. Yo en-vejeceré y acabaría amanerándome. Deben venirotros a renovarse y así, con esta plural colabora-ción, el templo será más grandioso.

Tal ocurre —siguió diciendo— en las grandescatedrales que duraron siglos, en las cuales, fielesa la misma idea dejaron su obra artistas de talen-to y todo en ellas es armónico. Incluso ocurre,obrando así, que posibles inadvertencias de unosson subsanadas por otros.

En otra ocasión me hizo notar que él pudo haberempezado él templo en toda su extensión, levan-tándolo por fajas horizontales, pero prefirió no ha-cerlo y trabajar solamente en lo que él podía aca-bar, por no quitar libertad a los futuros arqui-tectos.

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Modelo en yeso de la estructura del templo de la Sagrada Familia

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En estas manifestaciones yo quiero ver bien cla-ro el deseo de Gaudí de actuar en sus sucesores, nocomo un peso que inmovilizara sino como un háli-to de vida, como una bandera que conduzca a lagloria que él descubrió pero no tuvo tiempo dealcanzar.

La gente se pregunta si Gaudí dejó los planoscompletos de la Sagrada Familia. No los dejó en laforma acostumbrada de plantas, fachadas y seccio-nes, pero los dejó en estudios parciales y modeloscorpóreos, que, a pesar tic haberse destruido du-rante la guerra, han permitido a los actuales arqui-tectos señores Quintana, Bonet Garí y Puig Boadareproducir la disposición general del templo sinalgunos de los elementos que deberán ejecutarseal final, sólo previstos por Gaudí en Iíneas gene-rales.

La maqueta global ofrece las sucesivas solucio-nes de Gaudí, en cuyo conjunto cabe distinguir laevolución de sus ideas constructivas, desde sus pre-ferencias neogóticas a las soluciones geométricas delos últimos tiempos.

Sobre el plan general concebido, que no solíavariar, Gaudí estudiaba elementos, que él ya sabíaque no podría realizar, para orientación de futu-ros arquitectos y, sólo en ultimo caso, para ser re-producidos, si Dios no daba mejores ideas a sussucesores.

El vacío de Gaudí.

Así veía Gaudí de libres y personales las obrasdel templo cuando él no estuviera. Por previsiblecontraste, no por lógico menos doloroso, al morirel maestro, el constante estudio de su concepciónarquitectónica, quedó paralizado y en las obras quecon la tónica general del acierto realizaron en eltemplo sus inmediatos seguidores, no se hizo másque repetir soluciones que Gaudí ya había pre-visto. Incluso sus colaboradores y admiradores másadictos, por respeto al genio desaparecido, se sin-tieron anonadados y no pasaron de una platónicacontemplación de la obra gaudiniana.

Esto estuvo bien en los primeros tiempos. Ad-mitarnos que, por discreta prudencia, nadie qui-siera alzar bandera en una inteligente continua-ción del estudio especulativo de la obra truncaday ninguno se sintiera llamado a llenar el vacío pro-ducido con la muerte de Gaudí.

Quizá algunos de los colaboradores que sobrevi-vieron al maestro, hubiesen podido prestar valio-sos servicios en tal aspecto. Me refiero a Juan Ru-

bió y a José M . Jujol que conocían y sentían elgaudinismo y es de lamentar no se hallasen ensituación de colaborar nuevamente en la obra deltemplo.

Los actuales dirigentes antes citados han hechoobra meritísima en la reproducción de los modelosdestruídos y para ello han debido familiarizarse conla geometría gaudiniana, pero, que yo sepa, nohan ido más allá. Ya es ello mucho y probable-mente consideran que por el momento no es nece-sario más; pero yo creo sinceramente que en elterreno especulativo, por cuenta de quien sea, hayque avanzar, para abrir camino hacia el futuro,para adaptar las teorías del maestro a los nuevostiempos; a los que son perfectamente adaptables,

para que los técnicos jóvenes, a quienes Gaudí lesDuele a antigualla, se percaten de que siete lustrosatrás se avanzó el maestro tanto-a su tiempo queaun hoy día resulta difícil alcanzarle.

A -veces pienso si a todos los que conocemos 1;isideas de Gaudí nos incumbe alguna responsabili-dad sobre el estacionamiento en que ha quedadoel estudio de su teoría constructiva y decorativa yes por esto que de vez en cuando en publicacioneso como hice en la anterior conferencia, y prosigoen la presente, para librarme en parte de esta in-quietud, insisto en Lunar la atención sobre la ne-cesidad de cultivar estos estudios a fin de incorpo-rar al arte moderno estas posibilidades que tene-mos olvidades y contribuir a un clima favorablepara la continuación de las obras del templo.

El gran problema.

La continuación de la Sagrada Familia es ELPROBLEMA ARTISTICO MAS IMPORTANTEQUE TIENE PLANTEADO BARCELONA. Ami entender más importante que el problema eco-nómico, pues, a fin de cuentas, si el arte no tuvieseque estar a la altura del templo, sería preferibleque la falta de medios evitase el fracaso. El elogiomundial que Gaudí ha sabido atraer sobre Barce-lona con los cuatro campanarios, ((aquestes pun-xes», como él las llamaba modestamente, debe man-tenerse vivo y si es posible en aumento, a medidaque crezca la catedral futura.

El peso de este problema lo sentimos todos. Aunel- más distraído se pregunta cómo va a terminar((aquello» y a todos nos inquieta cómo debe resol-verse aquel ((vacío)), para lo cual se dibujan ten-ciencias discrepantes.

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Diversidad de opiniones.

En una sesión homenaje que los arquitectos es-pañoles dedicamos a Gaudí en el Colegio de Cata-luña y Baleares el año 1953, se puso de manifiestoesta discrepancia.

Recojamos el dato interesante que los más dis-conformes fueron los jóvenes, que son precisamen-te los más dignos de atención, puesto que de elloshabrán de salir los directores futuros.

Por lo que se dijo en aquella sesión y por loscomentarios subsiguientes, las discrepancias fuerontales que se defendió, desde el criterio que estima«intocable» lo hecho por Gaudí, lo cual debería de-jarse corno la reliquia de un templo definitivamentefrustrado; no sabernos si por respeto a lo hecho opor temor a lo que falta hacer. Otros, más nórdicosque mediterráneos y más partidarios de Le Cor

-bussier que de Gaudí, se acojen a la idea, que ex-puso el arquitecto francés, cuando hace años visitóel templo, al decir que éste debía terminarse enlíneas simples y rectas, como un mero espacio cu-bierto, a lo Estación término de Roma.

Estas dos tendencias prescinden de lo hecho porGaudí y se desentienden de la trascendencia quepueda tener su arquitectura. Hallo la postura de-masiado radical y quizá inconsciente.

Es posible que Gaudí se excediera en el encargoque recibió. Sus comitentes le pedían un gran tem

-plo normal, de construcción corriente y él concibióun gran templo extraordinario con nuevas solucio-nes arquitectónicas. Esto más hay que agradecerley ello no autoriza, a mi entender, a dejar de ladoeste tesoro de ciencia y de idealismo, que tan altonos sitúa ante el inundo.

Otra tendencia, opuesta a las anteriores, es laque opina que hay que llevar a la práctica lo pre-visto por Gaudí, sin separarse un ápice de lo estu-diado por el gran arquitecto.

Ello, a mi ver, entrañaría el peligro de imitarmodelos que el mismo Gaudí ya había superadoen estudios posteriores.

Entre tales extremos creo que nos hallamos enmayoría los que opinamos que las obras deben pro-seguirse normalmente, dentro de la idea general deGaudí, con la imprescindible adaptación a la épocaactual y a las futuras, con los cambios que fuesenprecisos, con los cuales ya contó el gran arquitecto.

Con ocasión del Centenario y de la Exposicióncelebrada en el Tinell se ha hablado y escrito mu-cho sobre el arte de Gaudí. Lo más, de tipo lauda-torio, a base de tópicos; otras cosas se han dicho

en plan de disconformidad respetuosa, sobre aspec-tos secundarios. En realidad son más beneficiosasestas críticas discrepantes, cuando son bien intencio-nadas, porque algunas de ellas pueden tener unfondo de . razón y nos obligan a reflexionar sobrelas discrepancias apuntadas.

La fachada de la Pasión.

Otro de los aspectos en que tampoco hay unani-midad de pareceres es en la fachada de la Pasión,anunciada con gráficos que desplacieron a muchosy si bien no hay que dar demasiada importanciatécnica a un cartel, yo sé que éste constituye paraalgunos una inquietud, que se ha metido como cuñaentre los entusiastas del templo.

Hay quien plantea la cuestión de si hubiese sidopreferible emprender la construcción del templo,que ya tiene una fachada, en lugar de levantar otrafachada y aplazar el templo. Hemos de creer quela decisión tomada lo ha sido después de madurareflexión y, bien elegido o no el momento, todoshemos de coadyuvar a que cuánto antes se convier-ta en obra la genial idea que nos dejó Gaudí eneste dibujo, inspirado en la Pasión del Señor.

Gaudí había imaginado que la contemplación deesta fachada produjera un efecto de patetismo es-calofriante, como debió producirlo la auténtica Pa-sión que culminó en el Calvario; que la dureza desus formas, la teoria de columnas que parecen hue-sos crujientes, estremeciera nuestro espíritu y lollenara de piedad por el gran Sacrificado; peroesto no tuvo tiempo de proyectarlo. Lo dejó en undibujo apasionado, que da la idea concreta de laparte baja, sin las torres, pero no es más que unatisbo de la arquitectura que soñó, que, en susmanos, hubiera sido la más emotiva, la más estre-mecedora que jamás hayamos visto.

Nuestro arquitecto trazó este dibujo a base deparaboloides hiperbólicos. No sabemos si hubieramantenido estas formas hasta el final; quizá no.Lo que sí es incuestionable que en sus manos y ensu mente hubiera evolucionado en sentido de per-fección. Es uno de aquellos modelos de que ha-blamos en la conferencia anterior (mayormente nohabiendo pasado de dibujo), que no pueden apli-carse sin antes haberlos estudiado profundísimamen-te, haberlos absorbido, asimilado, convertido ensubstancia propia, como en una especie de fecunda-ción ideológica y luego darlo a luz, mejor que seacon dolor, de una manera viva; con propiedades

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Dibujo de la fachada de la Pasión ejecutado por el propio Gaudí y modelo en yeso de las bóvedas del templo

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y características de la nueva -naturaleza adquirida.No hacerlo así; pasar del dibujo a la ampliación

fotográfica; de ésta al modelo en barro, del barroal yeso, del yeso a la piedra, de la piedra a la obra,sin una gran cantidad de idealismo y sensibilidady de creciente afán de perfección, no sería arquitec-tura propia de la idea que le dió origen y del fina que se destina.

Quiero apresurarme a decir mi convencimiento deque los compañeros encargados de tan grandiosocometido, deben de sentir sobre sí el peso de laresponsabilidad que asumen y debemos esperar quesabrán salir airosos del cometido, convirtiendo elapasionado dibujo de Gaudí en proyecto orgánico,analíticamente razonado, en el cual las líneas quetrazó el gran arquitecto en un momento (le inspi-ración, después de- escrupulosamente analizadas yvariadas si preciso fuera; desentrañados los pro-blemas que plantean, se convertirán en estructuraracional, en geometría viva, en formas palpitantes yexpresivas.

No es posible de otra manera, porque, además dela intensidad artística, que es lo principal, existe laparte iconográfica que en el dibujo de Gaudí a pe-nas se manifiesta.

Era impresionante oirle explicar las representa-ciones de la Pasión en esta fachada. Tales represen-taciones, convenientemente distribuidas, se veríandesde fuera, en la fachada, pero también desdela misma fachada por sitios accesibles; de maneraque el espectador casi se mezcle con los personajesde piedra, que ve de cerca, que toca las escenas deldivino suplicio. De esto nada se ve precisado en laidea de Gaudí y todo habrá que estudiarlo.

Cuando la solidez de estos estudios llegue a lospoco enterados y a los escépticos, estoy seguro quela indiferencia o frialdad de muchos de ellos seconvertirá en entusiasmo por esta obra que Barce-lona espera. -

Discrepancias y reservas.

De todos »iodos, no debemos confiar en que lasdiscrepancias desaparezcan del todo. Sería difícilaunar opiniones en obra de tal entidad; pero esteinconveniente es muy relativo cuando se pisa terre-no firme. Ni el mismo Gaudí logró realizar su obraa gusto de todos, pero él, con su genio, supo triun-far de los detractores. Sin el prestigio de Gaudí, eslógico que las discrepancias aumenten.

Siendo el templo de todos y debiendo darle calor

creyentes y artistas, no consideramos gran mal esteespíritu de crítica, que revela, en el fondo, un in-terés, pero sería mejor que no hubiere discrepan-cias en las cosas subsanables y así sumarnos todosen entusiasmo en lugar de restarnos en reservasmentales y medias críticas.

Lo que pasa es que los disconformes se callan.En buena parte hemos de suponer que por amor altemplo y por no fomentar un clima contrario que,aunque de origen técnico, podría ser mal interpre-tado; y quizá también por falta de un organismoidóneo donde enterarse de detern>inados problemasy donde tratar estas cuestiones en un ambiente ade-cuado, sin la publicidad que puede no convenir adeterminados aspectos.

Un centro de estudios eficiente.

Por estos motivos, pero principalmente para es-tudiar y divulgar las teorías gaudinianas, «Amigosde Gaudí» teníamos en cartera desde algún tiempola constitución de un Centro de Estudios Gaudinis-tas, que probablemente se hubiera ya realizado ano ser la ímproba labor, que considerábamos previa,de la Exposición de la obra de Gaudí que, comoqueda dicho, se realizó en el año pasado en elTinell.

No debemos lamentar la demora por cuanto eneste lapso por feliz idea del director de esta Escue-la, don Amadeo Llopart, ha sido creada por el Mi-nisterio la ((Cátedra Antonio Gaudí» a la cual asis-timos, que viene a ser un reconocimiento oficial delos anhelos que nos mueven y resuelve un aspectomuy importante de las necesidades a que antes healudido. Esta «Cátedra Gaudí», cuya dirección fuéconfiada con acierto a mi amigo Sr. Ráfols, tendrála eficacia de llamar la atención sobre la importan-cia de la obra del gran arquitecto y estudiar susprincipales aspectos, cosa que teníamos prevista enel programa del referido Centro y que con la «Cá-tedra Gaudí» hay que dar por resuelta con máximaautoridad.

Pero una ((cátedra)>, por su misma esencia, es uncatedrático que explica y unos asistentes que oyen.y en ésta, por su reglamento, sólo profesarán arqui

-tectos y sacerdotes especializados en liturgia; y«Amigos de Gaudí» habíamos imaginado un orga-nismo más íntimo y más dinámico y quizá, sobretodo, de cara a los disconformes para tratar de con-vencerlos y aunar actividades.

A la «Cátedra» se suele asistir, en general, con una

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Aspecto de la Exposición Gaudí con la reproducción a tamaño natural de una de las formas estrelladas que decoran la Sagrada Familia

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curiosidad pasiva. Un organismo como el que pro-pugnamos, no enfrente a la Cátedra, sino paralela-mente a ella, podría tener más dinanismo y movi-lidad para atraer a decoradores y técnicos conestudios, concursos, ponencias sobre temas interesan-tes que, puestos a discusión, valorarían esta materia,actualmente aletargada y sería un complemento dela «Cátedra Gaudí» que por su carácter debe mante-nerse al margen de discusiones y coloquios al uso.

En este Centro de Estudios o Seminario, segúnquiera llainársele, podría ser estudiado, por mediode conferencias dialogadas, o como mejor se creye-ra, lo más importante del gauclinismo, algo de locual he insinuado en otras conferencias.

Su teoría arquitectónica.Su teoría decorativa.Ritmos geométricos más usados, separando los

rectos de los curvos, como orígenes de la distintaexpresión que puede darse a la obra de arte.

La técnica en la piedra, en el hierro, madera, ce-rámica y demás materias.

La técnica como factor expresivo.La expresión, como factor intencionadamente

opuesto a la belleza y a la armonía, que en ocasio-nes empleó Gaudí y la estética moderna acoge.

La estética de Gaudí.La plástica.El color.Gaudí como precursor de algunos aspectos artís-

ticos actuales.Influencias recibidas.1 n H uencias'ejercidas.Y otros temas que irían surgiendo, los cuales de-

berían estudiarse con carácter monográfico, en vistasa juntarse luego en un todo armónico.

Posibilidades artísticas.

Después de puestos sobre el tapete, de una mane-ra metódica y ordenada, todos estos factores queintegran el arte de Gaudí es indudable que de unamanera espontánea surgirá, a la vista de quienesinterese, el número insospechado de posibilidadesinéditas o casi inéditas que ofrecen los procedimien-tos gaudinianos, perfectamente aplicables al arteactual.

En la conferencia anterior, al hablar de los mode-los corpóreos de generación geométrica, insistí eneste punto de vista, que podría conducir a solucio-nes decorativas que diesen carácter a una época, aparte de las estructurales, ya más conocidas.

La sola exposición de los procedimientos de Gau-dí, vistos en conjunto, pueden constituir una leccióneficacísima para arquitectos y decoradores que, sinimitarlos servilmente, hallarían en dichos procedi-mientos una fuente inagotable de motivos artísticos.

No olvidemos lo que se dijo en la segunda deestas conferencias: que las formas decorativas denuestro arquitecto en sus últimos tiempos, nacíande su estructura y siendo ésta lógica consecuenciade las necesidades de cada caso, estructura y deco-ración hallarán la realidad artística que las mismascircunstancias aconsejarán, sin rutinarismos ni preo

-cupaciones de estilo, dejándose guiar solamente porel buen sentido de cada cual y el ejemplo — denia-siado olvidado — que Gaudí nos dejó.

No sólo para honrar al maestro sino en beneficiopropio, es preciso poner en valor estos matices pococonocidos del arte gaudiniano. Del contacto de losmismos con la observación ávida del neófito, pue-den surgir chispas de inspiración de resultados in-previsibles en espíritus predispuestos.

Urgencia de este centro.

Entiendo que todo esto debe hacerse con urgen-cia a fin de que en la redacción de los temas pue-dan intervenir todos aquellos que oyeron a Gaudíy puedan ilustrar con su recuerdo materias tan in-teresantes, que si algún día se emprendiesen sineste recuerdo vivo, correrían peligro de desenfocar

-se o quedar incompletas.Además de los pocos que solemos tratar de estos

temas he hablado con personas muy metidas en casaque pueden decir cosas interesentísimas. Me refieroal arquitecto Sr. Bayó, que construyó algunas de susobras: a la Sra. Vda. Milá que encargó la Pedreraa Gaudí; al cerrajero L. Badia, que trabajó conél; al escultor Matamala, hijo del modelista «señorLlorens» íntimo de Gaudí en sus últimos años, quetantas cosas mostró saber en una conferencia que leoímos en el Palacio Güell; al escultor Sr. Campsy Arnau, que en ocasiones colaboró con él, y otrosque pueden aportar datos y compulsarlos y llegara conclusiones sobre la validez de los mismos.

Análisis crítico de la obra de Gaudí.

Después de este estudio objetivo de mero conoci.miento de la obra del maestro, para mejor afianzareste conocimiento, entiendo que debe procederse a

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un estudio crítico ordenado de los principios gaudi-nianos, con objeto de perfeccionarlos si fuese posi

-ble y en caso contrario dejarlos más robustecidos;y luego, a la luz de estos principios, analizar laobra realizada, principalmente en la Sagrada Fami-lia, con objeto de conocer la trayectoria por él se-guida y aleccionarnos con ella.

No debe asustarnos un análisis crítico aplicado aGaudí por alto que lo veamos. Lo que él hizo conlos estilos históricos y grandes maestros, bien pode-mos hacerlo con él, cuando él mismo no dejabade hacerlo constantemente. Gaudí fué un genio, apesar de lo cual es discutible en aspectos secun-darios de determinados momentos de su obra. Estosno sería discreto vocearlos, pero sí debemos aquila-tarlos en la intimidad de un cenáculo de amigos.

Los que tantas veces hemos hecho la apología delo bueno de Gaudí, tenemos el deber de hacer crí-tica desapasionada en lo vulnerable, para captarnosla confianza de los detractores y pasarlos a nuestrocampo en lo que sea digno de admiración. La gene-ración actual es la que está en mejores condicionespara legar a los venideros un criterio ecuánime,sin confusionismos, de los diversos aspectos queplantea el arte gaudiniano.

Esta labor es difícil, por no decir imposible, quela realice una sola persona y aún varias sin cone-xión unas con otras. Por tal motivo he insistido enanteriores ocasiones en la idea, que ((Amigos (le Gau-di» ha hecho suya, de un Centro de Estudios u otroorganismo que se estime más eficaz. El caso es nopersistir en el pecado de inactividad, del que mu-chos deberíaiiios sentirnos culpables.

Actualización del Gaudinismo.

Deberlos actualizar todo lo que hay de actualiza-ble en la doctrina de Gaudí. No se concibe un edi-ficio cumbre como la Sagrada Familia, como unarueda que ruede sin engranar con el arte de sutiempo.

En vida del Maestro se inició una escuela con laaportación espontánea de sus aynudantes y admira-dores, pero desaparecido el gran arquitecto, susprincipios, salvo contadas excepciones, parecen ha-berse batido en retirada. No será por anticuados,puesto que con frecuencia aparecen en revistas ex-tranjeras, confio de gran modernidad, soluciones queparecen inspiradas o coinciden con el gaudinismo,a veces con fallas que el gaudinisuio no tiene.

Entiendo que la Sagrada Familia debe proseguir-

se dentro las normas gaudinianas, pero esto no séconcebirlo sin el calor de una Escuela o una ten-dencia que practique y justifique el nuevo arte. Siel gaudinismo no fuese susceptible de encarnar enobras menores, no cabría esperarlo con plena efi-ciencia en el Templo.

Por admiración y fervor hacia Gaudí podría lo-grarse durante un tiempo una apariencia de con-tinuidad superficial, que no interesa. En realidadhabría que reconocer una independencia entre eltemplo y el arte de su tiempo, lo cual es inadmi-sible.

Todos los grandes edificios representan la arqui-tectura de su tiempo, ya siguiéndola, ya anticipáii-dose a ella. Podríamos concebir un caso esporádicoen edificio de menos importancia. La misma criptade la Colonia Güell, si no hubiese dado origen ala estructura proyectada para nuestro gran templo,hubiera podido quedar como simple ensayo intras-cendente. Pero reconocidas las ventajas del sistemay adoptado para la Sagrada Familia, es lógico que,después de Gaudí, lo apliquen sus posibles segui

-dores, en obras de menos importancia a fin de com-pletar el ensayo.

No puede ser que durante los muchos años quedeberán durar las obras del templo, los muchos ar-tistas que trabajarán en ellas, empleen un lengua-je artístico diferente en el templo y fuera de él.

¿Es aplicable el Gaudinismo?

Tienen razón los que se preguntan por qué losarquitectos admiradores de Gaudí no aplicamos conmás decisión sus normas constructivas.

¿Si la teoría gaudiniana es buena, por qué no sepractica y difunde? ¿Y si es inoperante, por quéhablar tanto (le ella?

Hay que salir al paso de esta aparente contradic-ción cuyo motivo quizá hallaríamos en las tenden-

cias standard y en las prisas actuales, poco aveni-das con el estudio consciente que en cada caso re-quieren los procedimientos gaudinistas.

Esto podría ser otro tema de estudio para el or-ganismo que propongo.

Si tenemos en cuenta que lo más personal querealizó Gaudí conserva su solidez y frescor origina-rios a los treinta años de su muerte, cabe creer enla vitalidad de esta teoría transitoriamente olvi-dada. Comparando el gaudinismo a tantos inven-tos trascendentales, podríamos decir que se hallatodavía en la, etapa de laboratorio y necesita dilun-

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dirse entre técnicos e industriales para hacerlo fá-cilmente asequible.

Tenemos el deber de intentar cuanto puedanclar de sí los principios gaudinistas. Si Estefenson,Pastear y Edison vieran los actuales ferrocarriles,el avance de la microbiología y las lámparas eléc-tricas de hoy, probablemente quedarían asombra-dos de la trascendencia de sus principios.

Fomentar una Escuela de Gaudinismo en el másamplio sentido posible es poner material formati-vo al alcance de nuevas generaciones y además, conello, intervenir de manera activa en las lides delArte Moderno y coadyuvar al ambiente para lacontinuación del templo en el espíritu empezado.

Si fracasase el intento nos quedaría, por lo nie-nos, la tranquilidad del deber cumplido. No creoque tal cosa ocurriese. Podríamos errar en los pro-cedimientos o tropezar con obstáculos. En lo queno erramos es en la importancia de los-valores gau-dinistas que, sin espíritu de Escuela, se están im-poniendo y acabarán por triunfar en la forma quefuere; si no en España en el extranjero, donde ca-da día se le presta más atención y se producen obrasimbuídas de estos principios. Sería lamentable quenos tomaran la delantera.

No conozco el programa del llamado grupo R.de arquitectos, pero si esta R quiere decir Reno-v v ;aa ión, no otra cosa quiere decir el gaudinismo talarmo lo entiendo.

La adaptación de la mansarda de la casa Milá aviviendas de tipo moderno hecha por el arquitectoBarba Corsini, respetando en ellas lo característicode Gaudí, es una prueba de la vitalidad del gaudi

-nismo. Los arquitectos Puig Boada, Cases Lamo-ll a y Bonet Armengol, están proyectando actual-mente sendas iglesias en normas francamente gau-dinistas; y algunos otros arquitectos con el que osdirige la palabra hemos empleado también en oca-siones tales normas con resultado satisfactorio.

Lo que importa es que la minoría selecta quecree en Gaudí se extienda cada día más, armadade un conocimiento a fondo de las ideas del Maes-tro y las lleve a la práctica en cuanto sea posible,pues ya es sabido que no hay sermón tan eficaz co-mo el ejemplo y en nuestro caso no habría ejemplomás convincente que llevar a la práctica los prin-cipios que ensalzamos.

Los futuros arquitectos.

Los nuevos arquitectos que salgan de la EscuelaSuperior de Arquitectura y los ya salidos, con el

estímulo de la Cátedra Gaudí, completado con elambiente favorable que produzca el nuevo Centro,deben ser el plantel que vigorice el templo futuro,influídos por las ideas gaudinistas que él mismoproclamaba, sinónimo de afán de perfección y li-bertad de movimientos. Si las obras del temploevolucionaron en vida del propio Gaudí, con ma-yor motivo seguirán evolucionando en lo futuro,salvando siempre la unidad de concepto inicial conque Gaudí dió grandiosidad al nuevo templo.

Es sabido que buena parte de esta grandiosidadno sólo se debe al genio de Gaudí sino a una suer-te de misticismo arquitectónico que sentía por suobra. Gaudí lo dejó todo para recluirse en su tem

-plo, como una anacoreta, en constante meditaciónde los problemas que surgían; y auxiliado por laoración y la comunión diaria, estableció diálogocon Dios y no hacía nada sin su auxilio y consejo.

No es posible exigir tales cualidades a sus con-tinuadores, pero sí se les puede y debe exigir, co-mo substitutivo, una sólida preparación de Escue-la; una práctica cotidiana en sus obras particula-res, que depure ideas y perfeccione procedimientos,corno el mismo Gaudí hacía.

El templo y el gaudinismo tienen suficiente im-portancia para que, cuanto les concierne se some-ta al previo ensayo en obras particulares, de prác-ticas menos trascendentes, a manera de noviciadopara los que se sientan llamados a continuar estaobra única.

A los arquitectos y técnicos jóvenes así formados,futuros continuadores de la Sagrada Familia, para-fraseando a San Agustín cuando decía: afinaos yhaced lo que querais, les diría: conoced bien yadmirad a Gaudí y haced lo que os parezca. Y aunentre estos arquitectos, al que viera con alas máspotentes para volar más alto, sería al que miraríacon más esperanza como digno sucesor del Maestro.

El deber de todos.

Quiero repetir, para terminar, que urge incor-porar con todos los honores el gaudinismo al arteactual y aunar las diversas tendencias ideológicas so-bre la continuación del templo, a fin de que ésteatraiga un entusiasmo prácticamente unánime.

Gaudí fué discutido, pero tras de sus obras dis-cutidas actuaba su potente personalidad, hoy díaindiscutible. Supongo que estamos de acuerdo aldecir que su talento no ha hallado todavía sucesor,a pesar de lo cual las obras del templo deben pro-

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seguirse en forma que nadie pueda decir que loque se hace no lleve el espíritu del gran arquitec-to y el entusiasmo del pueblo inteligente.

La colaboración colectiva y seleccionada que pro-ponemos, sin perturbar ni interferirse en la direc-ción efectiva de las obras del templo, podría influirbeneficiosamente en las mismas en cuanto al man-tenimiento de dicho espíritu.

Los que conocimos a Gaudí personalmente y losque lo conocen a través de sus obras; todo el que

tenga algo que decir sobre su arte: tratadistas, crí-ticos, artistas, patricios que puedan ayudar econó-micamente, creyentes que anhelan un rápido cre-cer tel templo, amantes del turismo, simples aficio-nados que con su entusiasmo pueden dar calor ala idea, todos debemos aunar nuestros esfuerzos afin de dar vida a un organismo que enlace de ma

-nera inteligente el crecer del templo con el sentirde la ciudad y le infunda savia para un rnás rápi-do crecimiento.

Vista parcial de la Exposición Gaudí en el salón del Tinell

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SOBRE LA ENSEÑANZADEL DIBUJO ARTÍSTICO

_Por .F, .Pérez Dolz

Profesor de Técnica e Historia de las Artes Decorativas

Nuestras Escuelas de Artes y Oficios tienen, co-mo instrumento rector oficial de su labor docente,y desde la fecha ya brumosa por su lejanía del i6de diciembre de agio, su Reglamento orgánico, delcual he oído hablar alguna vez como de una an-tigualla, como de un aparecido de la Noche deAnimas, de aquellos que sólo pueden ser temidospor la superstición, inexistente por caduco, aun-que no fué jamás derogado. El Decreto que inten-tó ponerlo en vigor, bajo la augusta firma de donAlfonso XIII, lo suscribe quién era entonces mi-nistro: don Julio Burell.

Es posible que, a lo menos en parte, se hayacumplido alguna vez, aunque no tengo noticia deello; bien al contrario, lo he oído mencionar másbien como rémora de la enseñanza del Dibujo ar-tístico, así denominado para distinguirlo del otro,del líneal; parecía como un impedimento que ve-ní:, a cohibir las buenas prácticas de la enseñanza.Lo leí tres años después de su publicación, cuandoen 1913 me propuse ingresar en el Profesorado deA. y. O. e hice oposiciones a la cátedra que vengodesempeñando desde aquel año, ya que no nle pa-recía bien ingresar en una Escuela ignorando elReglamento porque se regían. Lo he vuelto a leerahora que los años transcurridos me ponen a laspuertas de la jubilación.

Yo no diré que lo encuentre perfecto y que nocrea ver en él nada que rectificar, que sí lo tiene;pero, de momento, me parece que es de interés dar-le un repaso con calma y meditar su contenido.Ignoro en qué mente se forjó aquel cúmulo denormas que el ministro Burell —supongo— no ten-dría sino tomarlo por digno de presentárselo almonarca para recabar su aprobación. En igta yasolía ocuparme de problemas de enseñanzas de lanaturaleza de las que tenemos confiadas, y cuandoingresé en el Profesorado me pareció que el enton-ces nuevo Reglamento no se oponía a los princi-pios que por mis estudios iba adquiriendo. An-dando el tiempo, el ir conociendo Escuelas y vien-do de cerca oposiciones a cátedras de ellas, obser-

naba que no parecía haber entusiasmo por cum-plir el tal Reglamento.

Repetidamente he venido viendo que se le esti-maba como un obstáculo a la libertad de la en-señanza del Dibujo, pues obligaba a ofrecer a losalumnos sólo modelos vaciados en yeso, proscribien-do el uso de láminas, que antes eran el materialdocente de dicha enseñanza; la realidad parecíaconfirmarlo así, por cuanto sólo yesos había en lasclases de Dibujo, y así viene sucediendo todavía.

Cómo no suponer, en vista de ello, que era cosaimpuesta por el Reglamento de agio?

También vine observando que la interpretaciónde los llamados «grupos», en nínnero de 4, no seajustaba a lo que se preceptúa en el citado Regla-mento, por lo que hemos de considerar que cua

-renta y siete años no han bastado para que podamosentender lo que en él se entiende por «grupo», que,por cierto, no tiene nada de confuso. He aquí loscuatro grupos:

Primer grupo: «En el primer grupo se adiestra-»rán los alumnos en copiar formas geométricas y«elementos sencillos de ornamentación y de la na-nturalleza, principalmente de la flora, dando toda«la importancia al contorno».

No se menciona el yeso en este párrafo, aunquenada se opone a que entre los modelos los haya quereproduzcan sólidos geométricos; en cambio, sinrecurrir a las láminas se ve difícil que se puedanhacer en todas las Escuelas estudios florales, aun-que, cuando sea posible, se puedan emplear mode-los del natural.

El yeso se menciona por vez primera al trazar elprograma del grupo segundo, pero se puede sobre-entender que, si para cumplir el Reglamento enese extremo no se halla a mano el modelo de yesoadecuado, no hay inconveniente en emplear la lá-mina o la fotografía.

Segundo grupo: cçEn el segundo grupo, los alum-»nos se ejercitarán en copiar del yeso la ornamen-»tación de los principales estilos ya consagrados en«las diversas épocas del arte, hasta llegar a los de

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»ornamentación más complicada y de los cualesforma parte la figura.»

Hasta ahora, los dos grupos indican bien clara-mente la orientación ornamental que se pensó dara esta enseñanza que, sin menoscabo de las demás,se puede considerar primordial. Continuemos:

«Tercer grupo: En el tercer grupo se realizarán»estudios de la flora y la fauna naturales transfor-»mándolos, mediante la estilización, en elementos»aislados decorativos, sin realizar conjuntos.

Ya no cabe la menor duda sobre el pensamientoque se contiene en ese párrafo: la palabra estili

-zación, si no yerro, parece aquí por primera vez enlos preceptos dados a nuestras Escuelas, pero, a laverdad, estudios de estilización en la forma orde

-nada por el Reglamento, no los he visto sino rarí-sima vez. Pide el reglamento taxativamente «estu-dios de flora y de fauna naturales», y como no siem-pre se podrá disponer de modelos tales, aquí sehace más patente la necesidad de servirse de graba-dos y de fotografías. Pero, ante todo, no se olvideque se trata de estilizar esos modelos, y que el ter-cer grupo del Dibujo artístico reglamentario estámuy lejos de ser el que se está llevando actualmentey ahí es donde la realidad se aparta más de lo queel Reglamento preceptúa, con evidente desventajapara los escolares todos y de manera particular paralos que pretenden ser decoradores.

Pero ¿qué viene a supcner en dichas cátedras deDibujo artístico la enseñanza de la estilización? Nonos engañemgs: en la inmensa mayoría de los casosel cumplimiento de ese precepto del tercer grupoexigiría profesores titulares de la enseñanza cuyoprograma bien pudiera tomar su punto de partidaen el plan de ese tercer grupo. Es decir, que seríanecesario un «desdoblamiento», cosa no desconoci-da entonces, pues en el mismo año ag i o se desdo-bló la cátedra de teoria e Historia de la escuela es-pecial de P. E. y G de Madrid en una de teoría yotra de Historia, y ésta la desempeñó el que fuédirector de nuestra ((Lonja)), don Leopoldo Solery Pérez. En efecto, el programa de ese tercer grupo—en la actualidad inexistente— es demasiado llenoy complejo para considerarlo incurso en la asigna-tura de Dibujo artístico.

«Cuarto grupo: El cuarto grupo se considerará»como complementario y en él los alumnos recibi-»rán lecciones elementales de colorido, reprodu-»ciendo del natural elementos decorativos.»

Es lo peor, según mi modestia opinión, que con-tiene el Reglamento. Ni se puede suponer el al-cance que se da al concepto elemental del colorido.

ni se adivina qué elementos decorativos se haya dereproducir «del natural». Mucho más útil sería daren este cuarto grupo principios de composición yconseguir algunas realizaciones asequibles.

Bien que esto estaba previsto para aquellas Es-cuelas adonde no existan las enseñanzas de amplia-ción que constituyen el peritaje artístico —indus-trial», y a ellas «se agregará un nuevo grupo —el

en que los alumnos se ocupen de la compo-»sición formando proyectos, desde los sencillos or-natos hasta el total de un objeto artístico, ense-

»ñanza que se dará con la amplitud que consientan»los medios de que cada Escuela disponga.» .

En cuanto a la composición decorativa, figura enese Reglamento escondida entre otras enseñanzas yes lo más descuidado del Decreto de agio. No ca-be mayor torpeza para disimular que ni siquierase había entrevisto la realidad del plan de estaimportantísima asignatura. Veámoslo: ((Las com

-«posiciones, según convenga en cada caso, se harán»simplemente dibujadas, o lavadas o coloridas. Se»ejercitarán los alumnos en la composición, en su»acepción más amplia, utilizando los elementos ob-»tenidos directamente del natural, incluso la figura»humana, y sin sujeción a estilos históricos que»coarten las iniciativas artísticas.))

¡Qué son de campanas oídas no se sabe dóndenos trae ese párrafo del Reglamento! Pero nadiecrea que es mejor el son que nos dan las realida-des cotidianas. La ingenua aplicación de ese Regla-mento tartamudo, manco y renqueante, tal vez hu-biera impedido la decadencia de la decoración «ensu acepción más amplia», como hubiera podidosalvar aptitudes que se malograron por no criarlascon enseñanzas que, cuando menos, estaban entre-vistas desde los despachos del ministerio.

Intentar una rectificación del Reglamento deI cl i o ocuparía tanto papel como un libro de regu-lar volumen; pero cualquier cosa será mejor quedejar en el estado actual las enseñanzas que nuncase llegaron a entender y el de absoluto olvido deotras varias de las cuales, probablemente, ni aun setiene sospecha en donde se debería tener certeza.Las excepciones no cuentan; los que gozan de cier-ta abundancia están moralmente obligados a con-dolerse de los necesitados y, en lo posible, remediarsus necesidades. ¿Para qué se pensó alguna vez enel Seminario de las Artes Decorativas sino paraque de él saliera hacia las Escuelas un Profesoradoque por sí sólo mejorase ese Reglamento, del quetal vez se mofan algunos que lo leyeron distraída-mente... o no llegaron a leerlo?

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Josè vendido por sus hermanos. Detalle de un tapiz con la historia de José. Manufactura de Flandes, hacia 1500 (M. D. Tarragona)

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Tabla central con San Pablo "in cathedra" del retablo de Púbol. Obra de Bernat Martorell, contratada en 1437 (M. D. Gerona)

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LOS ACONTECIMIENTOSARTÍSTICOS BARCELONESESEN 1956

.Por Juan CortésProfesor de Nociones Generales de Arte

Durante este pasado año de 1956, se produjeronen el campo de las bellas artes barcelonesas diver-sos acontecimientos dignos de loable recordación.De algunos de ellos se dió cumplida cuenta en sudía en las páginas de ENSAYO, por lo que no esnecesario reportarlos de nuevo. Lo haremos hoycon los más recientes y con aquellos a que por fal-ta de coyuntura no pudimos referirnos cuando serealizaron.

Por enero fué instalada en los Salones del RealCírculo Artístico una exposición de cerámica orga-nizada por la ((Unión Americana de Educación Ar-tesana)). Por ella se nos dió a conocer un impor-tante sector de las actividades artesanas no profe-sionales que con tanto entusiasmo son practicadasen los Estados Unidos. Un extensísimo muestrariode objetos variados en extremo y realizados en to-das las técnicas habituales de la especialidad, nosdaba razón de una orientación inspirada por lo ge-neral en acertada modernidad. En ocasiones —yno, ciertamente, en las piezas menos logradas— re-sultaba evidente sobre esas producciones el efectode la ejemplaridad de los maestros europeos.

El mes de mayo nos trajo, en la sala de exposi

-ciones del Ateneo Barcelonés, la primera exposi

-ción de arte negro que ha tenido lugar en nuestraciudad. Pertenecían sus objetos a la colección Ni-caud, de París, formando un conjunto de gran in-terés que nos daba a conocer multitud de pecualia-ridades del arte de los indígenas del Sudán francés,formando entre sus piezas una extensa serie de ci-meras para cascos de danzas rituales, de una inne-gable atracción por su fuerte sentido decorativo. Esextremadamente curioso considerar la sugestiónque para muchos se desprende de este arte tan ale-jado de nosotros en todos sentidos pero que tantaseducción ejerce sobre la sensibilidad de las perso-nas ansiosas de novedades, aun las más contradic-torias con los postulados fundamentales del senti

-do humanista de nuestra civilización..

En el mismo mes, en la Virreina tuvo efecto laespléndida exposición de miniaturas organizadapor la entidad «Amigos de los Museos», que nospresentó un maravilloso acopio de esas pequeñasjoyas, logrado con la aportación de ejemplares pro-cedentes del préstamo de las mejores coleccionesbarcelonesas y madrileñas, de la Real Academia deBellas Artes de San Fernando y del Museo Román-tico de Madrid. La reunión constaba de más deochocientas piezas inglesas, austriacas, francesas yespañolas realizadas desde el siglo xvi hasta bienmediado el xix, en una grandísima variedad detipos y objetos. Se había procurado que la produc-ción española fuese lo más extensa posible, comoasí resultó en efecto, habiéndose logrado reunirel acopio de miniaturas realizadas en nuestro paísmás abundante que jamás se consiguió. Así, pudoobtenerse un repertorio dilatadísimo, y con unmínimo de lagunas altamente plausible, para faci-litar el estudio de este precioso género pictóricotan mal conocido por lo general entre nosotros ytan digno de interés por los múltiples aspectos quebrinda, tanto desde el punto de vista histórico yanecdótico cuanto del plenamente artístico.

También, por mayo, la Real Academia de BellasArtes de San Jorge conmemoró el centenario de lamuerte del que fué gran elemento de la misma ydirector de nuestra vieja y querida Escuela de laLonja, el admirable escultor Damián Campeny(1771-1855), campeón del neoclasicismo en nuestrapatria y cuya labor al frente de la Escuela dejó unprofundo rastro de eficacia. De esta cuidadosa con-memoración fué relevante parte una brillante se-sión de la Academia, en la que el ilustre miembrode la misma y director actual de la repetida escue-la, don Federico Marés Deulovol, trazó una magis-tral semblanza de la figura de Campeny en su viday en su obra, estudiadas con penetrante sagacidady emocionado fervor. Esta sesión fué prólogo a lainauguración de una amplia muestra de realizacio-

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Cancela hispano - visigótica de altar, de los siglos V - VI, hallada en la calle Portella (Tarragona) ( M. A. P. Tarragona )

nes del maestro cuya memoria se honraba, inues-tra que fué instalada en los salones de la CámaraOficial de Comercio y Navegación, . en los cualesfiguran, ya de años, ejecutadas en mármol, algunasde las principales obras del escultor insigne. Detodo ello se hizo la debida referencia desde las pá-ginas de esta revista y el documentado ensayo delseñor Marés obtuvo los honores de una bella edi-ción por parte de la entidad organizadora del ho-menaje.

Igualmente en mayo se realizó la exposición detrabajos de fin de curso de nuestra Escuela, porcuyo conjunto podía comprobarse el espléndido re-sultado de la docencia que en sus aulas se desarro-¡la. De ella se dió sobre las páginas de ENSAYOla debida referencia en su día.

Por junio era inaugurada la gran exposición de-dicada a la memoria de Gaudí, instalada en eliníltnííico salón del Tinell. Por ella se ponía deivatii(iesto la ingente personalidad del genial crea-

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Alabastros áticos del siglo V a. de J. C. El primero con sátiros y ménades, obra del maestrode Haimón; el segundo con la figura de un africano, obra del maestro de Ampurias;

pertenecientes al Museo de Ampurias.

Vasijas ibéricas procedentes de Jebut

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dor de la Sagrada Familia, pues en la misma serepresentaban todas las facetas de su arte, en ma

-quetas, fotografías de gran tamaño, dibujos, boce-tos, planos, proyectos y estudios, piezas de mobi-liario, etc., en perfecta seriación y distribución cro-nológica. Esta exposición, en la que quedaba pun-tualmente estudiada en sus trazos más definitoriosla creación toda de Gaudí, permaneció abierta has-ta el mes de octubre.

Después del lapso estival, se reanudaban las ma-nifestaciones artísticas barcelonesas con la exposi

-ción de homenaje a Mariano Llavanera (1890-1927),que tuvo lugar en el susomentado Real Círculo Ar-tístico. Reunía la exhibición el conjunto más com

-pleto que nunca se formó, ni aun en vida del ar-tista, de la obra de Llavanera, pintor de admira-bles cualidades cuya carrera fué truncada por lamuerte cuando se hallaba en su más prometedorasazón.

Por noviembre veíamos en los salones de la Vi-rreina la notabilísima selección de piezas sobresa-lientes en las recopilaciones que figuran en los mu-seos de las provincias de Tarragona, Lérida y Ge-rona, conjunto admirable y digno de gran interéspor el cual se daba plena razón de la labor queestán llevando a cabo los museos y colecciones lo-cales de multitud de ciudades, villas y pueblos denuestra región y la incalculable riqueza que po-seen. En su relativamente reducida cantidad, losobjetos aquí reunidos eran la constancia de la al-

tísima calidad del caudal artístico-arqueológico denuestras provincias, incluso después de las enormesdepredaciones de todo género que ha sufrido. Laexposición estaba organizada por la Junta de Mu.seos de acuerdo con las indicaciones hechas por laU.N.E.S.C.O., la cual, para celebrar el décimo ani-versario de su fundación creyó oportuno suscitaruna campaña internacional (le protecci(')ii e interéspor la obra cultural de los museos. Recogió estainiciativa en España la Dirección General de Be-llas Artes y se hizo cargo de ella nuestra mencio-nada Junta, organizando esta manifestación a quenos referimos, para la cual solicitó de los organis-mos de las provincias citadas su colaboración. Acu-dieron a la llamada con unánime entusiasmo vein-ticuatro museos y colecciones que unieron suvoluntad para esa brillantísima testificación colec-tiva de sus actividades. Esta exposición vino a com-pletar la que el pasado año se nos ofreció de unareunión seleccionada de piezas pertenecientes al te-soro museal que guarda nuestra provincia, apartedel correspondiente a nuestra ciudad. Como enaquella ocasión, en ésta se demostró el magno resul-tado que se puede obtener de una colaboración cor

-dial y sincera. Muchos de los objetos que se exhi-bían han sido restaurados por la Junta, quien haestimulado constantemente la creación y puesta enmarcha de estas colecciones que tanto nos honran,asesorando y auxiliando, igualmente, con su apoyoespiritual y práctico la actividad de las institucio-

Vasijas ibéricas de barro cocidodecoradas en rojo, procedentes deJebut (Soses, Lérida) (C. A. 1. de la

Excma. Diputación de Lérida

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nes y organismos que a la tarea local museística sededican.

El año terminaba con diversos acontecimientosmerecedores de ser celebrados con todo elogio. Unoele ellos 1 ué el de la adquisición por el Ayunta-miento de la famosa colección Muntadas, consti-tuida por no menos de ciento noventa y siete pie-zas de pintura, escultura y mobiliario medievales.Entre ellas, setenta tablas góticas de diversas regio-nes españolas, más diversas flamencas y dos ro-mánicas catalanas, como catalanas asimismo songran número de entre las góticas, componiendo unconjunto de excelentísima calidad. Constituyen elresto preciosas tallas y riquísimos muebles, en par-ticular un buen grupo de arcones de boda de grancategoría. La condición artística de las piezas de es-ta colección y su extremada rareza la hacen ines-timable. Su adquisición viene a incrementar enproporción de un cuarenta por ciento las coleccio-nes medievales de nuestro Museo, indicación conla que, teniendo en cuenta la riqueza con que has-ta ahora contaba el mismo, puede considerarse fá-cibuente el considerable volumen que han alcanza-do sus series con la incorporación que les ha sidohecha de esta colección.

Vino también, a últimos de año, la exposiciónde cincuenta obras pictóricas de Santiago Rusiñol(iSt;i-içl31), en el repetido Real Círculo Artístico,con motivo del XXV aniversario del fallecimientodel polifacético artista. Podía verse en esta expo-sición siniestras de los primeros ensayos del pintorantes (le su marcha a París, sus admirables cuadrosde aquellos ambientes, sutiles y delicados en sustonalidades grises; sus retratos de Utrillo, de Casas,de Clarasó, del maestro Morera, del pintor Tarra-sa, las composiciones de figura de aquella su etapajuvenil, felicísima. Los paisajes de sus primeros via-jes por España, sus interiores, sus patios y jardinesde su período más fresco y espontáneo, daban unaperfecta visión de la evolución que hubo de expe-rimentar su pintura antes de lijarse en su postreramodalidad, que duró tanto tiempo y que no aña-dió ninguna gloria a la que ya se había conquista-do con lo mejor de su producción.

Formaba también parte de los últimos eventosartísticos importantes con que se cerraba el añouna exposición de dibujos del que fué Director denuestra Escuela de la Lonja, Luis Rigalt (1814-94)que tenía lugar en la Virreina, exposición que cons

-tituía un homenaje de admiración a la obra delmaestro. Pocos homenajes de ese tipo hemos vistojustificados ele modo tan rotundo por lo que en

ellos es ofrecido a la pública consideración. Resul-taba éste irrebatiblemente persuasivo, tanto por laimportancia que asumía la extensión numérica delas obras de que constaba la exposición cuanto porla admirable condición artística que en ellas seostentaba dando razón de una personalidad intere-santísima (que para muchos fué una auténtica re-velación) y de una labor considerable llevada atérmino con entusiasta dedicación.

Formaban la muestra no menos de setecientoscinco dibujos y nueve acuarelas, que legó a la RealAcademia de Bellas Artes de San Jorge el propioartista, de la que fué ilustre miembro. La exposi

-ción fué organizada por dicha entidad con motivode haber sido ordenados y catalogados los seiscien-tos ochenta y dos originales, aumentados última-mente con treinta y dos ejemplares irás, donativodel también académico don Joaquín Renart.

Con todo y ser tan importante el número de di-chos dibujos expuestos, representaba solamenteuna pequeña parte de la producción de su autor,de quien se guardan asimismo centenares de ellosen los museos barceloneses y en muchas coleccio-nes particulares. Luis Rigalt, en sus andanzas porla ciudad, en sus excursiones, en sus temporadasde veraneo, no dejó nunca de anotar, con cariñosafidelidad, cuantos aspectos pintorescos, detalles yconjuntos arquitectónicos o simplemente curiososencontraba a su paso. Por ello sus dibujos se en-cuentran realizados en toda clase de tamaños ytécnicas y toda suerte de papeles, ya que el artistatrabajaba tanto según previo propósito, para locual se proveía del material necesario, cuanto alimpulso de una inspiración momentánea que le ha-cía emplear lo que tenía a mano en aquel momen-to. Desde el más atildado estudio en lápiz o pluma,el registro documental más ceñido y exacto, al rá-pido apunte trazado nerviosamente y la breve ano-tación en cuatro trazos, ya en papeles de color enlos que el clarión o la guacha acentúan los efectos,ya con ligeros lavados en sepia o en acuarelas rea-lizadas de acuerdo con todas las reglas, estas peque-ñas obras del maestro se ofrecen en infinita varie-dad. Casi nunca falta en ellos la indicación (le sufecha y lugar.

Fué Luis Rigalt profesor de Paisaje y Perspecti-va en nuestra querida Escuela de Llo! ja, cátedraen la que sucedió a su padre, de quien fué ayudan-te muchos años. Sus dibujos de arquitectura y deaspectos urbanos son verdaderos documentos, puesaunque el influjo de la época pesó sobre su pin-tura —.acentuado por su largo ejercicio escenográfi-

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Pomona, escultura romana de tradición helenística (M. A. P. Tarragona)

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Dionysos, escultura romana procedente de Mas de Morell ( Riudoms) (M. M. Privi - Rull, Reus)

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co, llevándole a exageraciones y efectismos, propiosde la época—, en sus anotaciones, apuntes y estu-dios del natural, fué de una objetividad estricta.Por ello esa enorme cantidad de acuarelas y dibu-jos que nos dejó, aparte del valor que poseen comorealización artística, contando su concepción y es-tilo entre los más interesantes elementos a tener enconsideración para estudiar los orígenes de nues-tra paisajística, son de una condición documentalinapreciable. Se dedicó el maestro a levantar actaemocionada y precisa de las calles y plazas, monu-mentos aún incóltmleso en vías de desaparecer yaen su tiempo, de nuestra ciudad y sus alrededores,de los parajes y aspectos pintorescos naturales yarquitectónicos de las localidades que visitó. Contodo ello formó un preciosísimo repertorio de re-cuerdos y datos, tanto más estimable cuanto sobreel testimonio que nos da de aspectos ciudadanosy rurales desaparecidos ya para siempre, añade esaemotividad enternecida y ese arte seguro con quelos dejó registrados. La exposición fué objeto deun pulcro y bien documentado catálogo cuyo pró-logo fué confiado al académico y profesor de estecentro don Antonio 011é Pinell.

También en el mes de diciembre, el Círculo Ar-

tístico de Sant Lluc nos ofreció, en el palacio deComillas, su exposición de «Dos siglos de retratofemenino», en la que, a partir de fines del sigloxvIii hasta nuestros días, nos eran presentados co-mo ciento cincuenta efigies femeninas, entre las quecontaban obras de maestros como Francisco Mira-lles, Antonio Caba, Martí y Alsina, Simón Gómez,Juan Vicens, Pedro Borrell, Félix Mestres, Sebas-tián Junyer, Ramón Casas, Ricardo Canals, etc. Noanduvo excesivamente bien organizada la manifes-tación, sobre todo si se la compara con las ante-nas del propio Círculo, resistiéndose su visita dela falta de catálogo, detalle que en ocasiones contoésta es más que necesario, no ya para la visita sinocon vistas a su constancia y la debida documenta.ción. Era complemento de la muestra un »pesse-bre)) concebido según los cánones litúrgicos irás es.trictos, dirigido por el doctor don Manuel Trens,realizado con originalidad y buen gusto por algu-nos socios de dicho centro.

Muchas otras manifestaciones artísticas tuvieronlugar durante el año, sin contar las innumerablesexposiciones particulares que en las distintas salasbarcelonesas nos vienen ofreciendo pintores, escul-tores y artífices. Señalemos, corno más interesante

Relieve de alabastro con cuatro figuras de apóstoles, procedente de la Catedral Vieja de Lérida. Siglo XIV.(M. D. Lérida )

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San Pablo y Santa Tecla. Pintura sobre tela procedente del relicario de Santa Tecla, de la Catedral de Tarragona. Hacia 1337 (M. a Tarragona)

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Pistola de rueda. Siglo XVI. Pistola de pedernal del siglo XVIII. Manufactura ripollesa (M. F. de Ripoll)

dentro de la vida del arte local, la 5oa exposiciónde la «Agrupación de Acuarelistas de Cataluña»,que preside nuestro compañero de claustro, T. Sa-yo1, que tuvo lugar en la Virreina, dando muestrade la constante vitalidad de esta asociación. En salaespecial era dedicado un homenaje al consocio JoséCivil, por medio de una brillante selección de suobra que patentizaba su gusto y sensibilidad quehoy, desgracia (lamente, no puede poner en funciónpor imposibilidad física que le ha apartado deltrabajo donde tanta preeminencia y merecidos éxi-tos alcanzó.

Hubo, igualmente, la exposición concurso de laobra sindical «Educación y Descanso» en su acos-

tumbrada. edición barcelonesa y la X Nacional dela misma organización, que este año tuvo lugar ennuestra ciudad, la exhibición de cuyas obras, al airelibre, tuvo efecto en una instalación montada ex-profeso en el Paseo de Gracia.

Y en la capilla del antiguo hospital de la SantaCruz vimos la exposición de los proyectos y reali-zaciones fragmentarias que tomaron parte en elconcurso convocado por la compañía naviera Yba-rra, y la de «Pintores Suizos Coutempor^íneos», or-ganizada por la fundación «Pro-Helvetia», que nosdaba a conocer un mosaico completo de las diver-sas tendencias de los pintores actuales de la con-federación.

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El testero de la Sala I. Escultura de la Edad Media

LAS GRANDES ESCULTURAS

DEL MUSEO MARÉSPor J. Subías Clalter

Profesor de Nociones Generales de Arte

Se ha venido afirmando que no se puede teneruna visión global de la escultura hispana, sinpenetrar en las salas de este singular Museo. A loque puede añadirse que, quien dedicare unas ho-ras a esta impensa serie de colecciones, habrá go-zado de la panorámica contemplación de cuantosignifican momentos estelares de la plástica, y almismo tiempo de los conjuntos complementariosindispensables para hacer comprensible el arte deesculpir y tallar, de los influjos percibidos, y deaquellas creaciones originales, autóctonas, que sig-

nifican un nuevo aporte de lo hispano a la escul-tura medieval.

Es una vana pretensión el querer reflejar en unaspáginas los valores plásticos concentrados en lasdilatadas y numerosas salas que forman el Museoen constante incrementación. Por consiguiente,cuanto se diga será tan solo pálido reflejo de larealidad existente. Téngase en cuenta que actual-mente se inicia el contenido con muestras valiosí-simas de la escultura griega y romana, prosigue conla etapa paleocristiana, y se remansa ampliamente,

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a continuación, en cuantas manifestaciones se pue-dan ya calificar de arte español propiamente dicho.

Así, después de enumerar los mármoles helenís-ticos, los bronces y mármoles romanos, el sorpren-dente sarcófago cristiano del Maestro de Layos ylas primeras manifestaciones del llamado arte obár-baro», se hace preciso señalar el incremento que elMuseo adquiere, tras de esta etapa de exquisitasmuestras de las escuelas umadres», al introducirnosen el mundo de la escultura de la Edad Media,para seguir después, con semejante prodigalidad,al través del riquísimo conjunto de lo gótico, delo renacentista y barroco.

Complemento, y en muchas circunstancias valio-sa contribución para hacer comprensiva una épocao un estilo, es la segunda parte del Museo, con lasricas colecciones de artes suntuarias, así como aque-llas producciones de toda índole, denominadas ar-tes populares. Pintura, orfebrería, artes suntuariasy aplicadas, ambientan en muchos casos y enrique-cen siempre, la magnífica visión de las amplísimasrepresentaciones que del arte de esculpir ofreceeste reciente y ya trascendental Museo.

Conviene destacar series icónicas importantes,acopiadas en este Centro como en ningún otro deEspaña, ni del extranjero, con manifestaciones ex-presivas de la evolución experimentada por los te-mas del Crucificado y de la Virgen, en los que losereno y mayéstático enlaza con lo expresivo y lopatético.

El tan intenso como extenso ciclo icónico se di-lata en las figuraciones de Santos aislados, relieves,composiciones, grupos y conjuntos íntegros de re-tablos, con finas labores de maderas talladas y do-radas. En todo ello, y en cada una de sus fases ar-tísticas, se encuentra el ejemplar valioso, la piezapríncipe, enlazable con los más preclaros ejemplosanónimos y con las más altas figuras conocidas dela gran escuela escultórica hispana desde lo romá-nico a lo gótico, a lo barroco, renacentista y neo-clásico.

Sin menoscabo del gran interés y del merecidocomentario que a lo clásico se ha dedicado, exten-diendo la alusión a cuanto precede lo románico,destaca en primerísimo lugar el imponderable con-junto del tema del Calvario, que se inicia con laextraordinaria concentración de los ejemplares ar-caicos, denominados de clos cuatro clavos».

De entre ellos, son famosos por su culto antiguo,por su calidad excepcional y profundo interés icó-nico-escultórico, los que en su día integraron losDescendimientos o centraron los Calvarios, proce-

dentes de diferentes regiones de Cataluña, Aragón,Zamora, Astorga, León, Toro, Burgos, Valladolidy Palencia, entre otros lugares de origen, acusandoun culto inusitadamente fervoroso ya en épocas re-motas.

No basta empero su enumeración, ni una visitaapresurada, para alcanzar su trascendencia. Es pre-ciso detenerse en la contemplación del rostro, lasalanos y los pies divinales; observar su estructuracraneana, tan varia; las rigideces y las torsiones delcuerpo; el variadísimo plegado de los paños; ladiferenciada posición de los pies, el rizado de lasbarbas, la fórmula de sus peinados, el Iiieratislnode los brazos y la impresionante profundidad dela mirada en los que mantienen los ojos abiertos,dirigidos a un horizonte ilimitado.

Un detenido análisis requieren asimismo los con-juntos del tema Mariano que el Museo atesora,formando serie en las cuales puede decirse que lossucesivos modelos constituyen matices de la cons

-tante evolución del tenla. Es sorprendente el am-plísimo y variado con]mito románico, que alcanzadesde las modestas tallas de madera dorada y po-1 icromada, a las auténticas iconas «madres», pro-totipos magnificentes que se repetían de modo in-camable aunque nunca monótono, con acentos ymatices siempre distintos. Descuellan las que imi-tan el marfil y las que sin ser de materia ebúrneainclinan el cuerpo en torsión elegante, basculando.

Son en realidad sostenes o portantes del Niño-Dios; y en todos los casos —pétreas, metálicas, ebúr-neas, talladas en madera, pintadas o recubiertas definos panes de oro o plata— son efigies sagradas,imágenes que han recibido cultos centenarios, enalgún caso milenario.

Su conjunto es tan amplio, que reúne desde lasimágenes hieráticas veneradas en remotos cenobiosperdidos entre montes lejanos, hasta las creacionespalatinas, reales, entalladas en finos alabastros; lasque delatan la Iglesia principesca, las que proce-den de las clausuras, señoriales un día, despuésarruinadas.

Lo fuerte, lo grandioso, según la fórmula este-reotipada en la argenten Virgen de Astorga, se ave-cina con la imagen renana de fundidas y modela-das planchas con alvéolos para enriquecerse conpiedras, con esmaltes, o con la de rasgos facialeshumanizados, embellecidos, en consonancia con elcánon propio y característico del reinado de Alfon-so X el Sabio.

Lo orientalizante románico se atina con la ten-dencia expresionista humanizada del siglo xlli, con

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las finas elegancias del XIV, con las magnificenciasdel w, con la plena eclosión castellana del estiloIsabel y Fernando, rica en valores expresivos delpatetismo, feliz en la expresión de la vida interiorpor vez primera, tanto del sufrimiento acongojan-te como de los estados seráficos.., con las supremaselegancias del Renacimiento y con la grandiosidaddel barroco.

Los ejemplos gráficos de esta primera fase seránmás que sobradamente elocuentes para que sea in-necesario insistir sobre su importancia. Cerrado elciclo románico, la ((voluntad gótica de forma», abri-rá otra grandiosa posibilidad diferenciada de la ex-

presión al través de la plástica, que estará en elMuseo representada tan copiosamente como conlos precedentes ejemplos, con los Cristos de ((tresclavos», como por las Imágenes de la Virgen, sen-tada en la primera fase y después puesta ya en pie.A la que fuera Virgen Magestad seguirá la VirgenMadre, que después en etapas posteriores será ob-jeto central de todo patetismo, polarizándose elmayor interés, a la par que en el Cristo agónico,en la Mater Dolorosa, con el Hijo en la falda, a laque seguirá después, en ciertas zonas de la escul-tura hispana, la más dramática y contenida de las((Soledades)).

Ángulo de conjunto de las salas VI y VII. Escultura renacentista y barroca

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La composición de un calvario. Escultura de escuela castellana. Siglos XVI - XVII

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MODERNO

FINLANDÉS

.Por Antoiuio 011é .Pinell

Profesor de Grabado -'1 --

Kalle Carstedt. «Camino neblinoso». Grabado en madera en camafeo.

En el último tercio del pasado siglo, pareció quese eclipsaba la importancia que el grabado habíatenido desde muy antiguo en toda Europa.

En realidad, lo que se eclipsó, de una maneradefinitiva, fué el grabado llamado de interpretación,aquel con el cual los grabadores trataban de copiarlas grandes obras de los artistas famosos, que cier-tos dibujantes especializados les preparaban sobreplanchas de metales o bloques de madera.

Esta clase de grabado empleado en sus últimosmomentos en la ilustración de toda clase de librosy revistas, no pudo sostenerse ante la competenciaque le entablaron desde su aparición las máquinasde reproducción gráfica: una competencia de exac-titud y principalmente de economía.

Pero la muerte aparente del grabado, había designificar precisamente su esplendorosa resurreccióntotalmente transfigurado.

A partir de entonces los grabadores artistas, detodos los países, emprendieron un nuevo rumbo pordos caminos separados pero paralelos, que lejos deser antagónicos, se complementan. El uno fué elseguido por los artistas que continuaron sirviendocon su colaboración las artes del libro. Pero, no yade un libro cualquiera, sino del libro de alta cate-goría; el libro de arte destinado a los bibliófilos.Para él grabaron y siguen grabando, ornamentos e

ilustraciones, y estas pequeñas maravillas, que sonlos ex libris.

El otro camino Pué seguido por los partidariosde la estampa. Pero tampoco aquella estampa de in-terpretación, sino completamente original, pensaday grabada por el propio artista, con absoluta liber-tad de concepto y de técnica.

Para su nueva formación, los artistas grabadoresacudieron a las primitivas fuentes del grabado y ala fresca ingenuidad del grabado popular que con-tinuaba en sus tradicionales refugios provincianoscreando estampas religiosas y viñetas para cantose historias populares.

Otra fuente aleccionadora, fué para muchos laestampa japonesa, que en aquellos días había irrum-pido en los medios de arte parisienses y que ha ser-vido de punto de partida para las modernas técni-cas de la xilografía en color.

La nueva característica general del grabado, tuvoen consecuencia, la sencillez, y la variedad de losmedios de expresión de que pronto hicieron galalos artistas grabadores.

Los que continuaron colaborando en el libro, sevieron obligados por la índole de esta colaboración,que hermanaba su trabajo con la letra impresa, aperfeccionar su técnica hasta conseguir una seguri-dad y una nitidez en sus trazos, que permitiera man-

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tener con dignidad el vecindaje del grabado y la ti•pografía, precisa y arquitectónica.

Los que preferían la estampa libre, tenían mayorlibertad en la adopción de medios de expresióngráfica y aun de crear otros nuevos.

Siguiendo estas directrices hemos llegado a nues-tros días, en que el grabado, especialmente la es-tampa, ha conseguirlo imponerse en los medios ar-tísticos de todo el mundo, como lo demostró aquellainteresante Exposición Internacional del Grabadoen madera en color, que organizada por el MuseoVictoria y Albert de Londres nos fué amablementetraída a nuestra ciudad a finales del año 1955•

En aquella ocasión tuvimos el placer de contem-plar una exquisita muestra de grabado en maderafinlandés que nos dejó con el deseo de conocer mása fondo su producción, cosa que hoy nos es dablesatisfacer gracias a la fineza de la Legación de Fin-landia que nos ha favorecido con esta magníficaaportación de la obra grabada por sus artistas.

Antes de entrar en detalles de análisis, vemosque sobresalen en este importante conjunto, unascaracterísticas comunes que dan unidad a tanta va-riedad de conceptos y de técnicas, que es la señalgenuina de nuestro tiempo. Por una parte el indis

-cutible buen gusto que informa indistintamente lastendencias más opuestas y que revela la refinadasensibilidad de sus artistas. Es notable asimismo quehasta en aquellas obras menos figurativas se tras-luzca un aire racial, una -atmósfera-especial y unosaspectos inconfundibles del país, todo ello con unfuerte sabor de profunda poesía, y finalmente cabehacer notar que todo el conjunto está completa-mente exento de influencia oriental, y respira encambio, aires profundamente europeos.

La vida del grabado en Finlandia con anteriori-dad al siglo xx, había transcurrido calladamente,como las demás artes plásticas que se hallaban fuer-teniente influenciadas por las corrientes dominantesen el resto de Europa, sobre todo de Alemania yFrancia.

Algunos grabadores anialez.rrs que habían apren-dido el oficio en estos países, no llegaron a infun-dir en sus obras ningún diferencial, aunque los te-mas fuesen de historia o paisaje finlandés.

Otras veces los originales debidos a autores fin-landeses se hacían grabar en Alemania, o simple-mente se aprovechaban las planchas de autoresextranjeros para la ilustración de obras literariaso científicas.

Hubo de suceder la caída del grabado y con ellasu subsiguiente resurrección para que de una mane-

ra casi brusca se despertase en Finlandia el verda-dero sentido del grabado, favorecido por el hechode venir unido a un movimiento de sentido na

-cional.En madera o en aguafuerte continuó grabando

con un estilo, influído naturalmente en su formapor las corrientes europeas en boga que entoncesiban entonando un canto al naturalismo, pero quesu temperamento moldeó en forma severa, grave yvibrante a la vez como convenía a sus temas toma-dos de la cantera de poesía antigua del país.

Muchos artistas finlandeses continuaban su forma-ción en centros de naciones más próximas y de ellosiban aportando técnicas y conceptos que más o me-nos asimilidados entraban al servicio del arte gráficonacional. De Estockolmo trajo Oscar Parviainen latécnica del barniz blanco muy a gusto de los gra

-badores-pintores, como antes había también llegadoa Finlandia a través de la misma capital sueca latécnica de la mezzo-tinta divulgada por artistas in-gleses. Asimismo iba extendiéndose la práctica dela litografía tan estimada por los artistas de princi-pio de siglo.

En 19 31 tuvo lugar un hecho importantísimo parael grabado finlandés. Fué la fundación de la Socie-dad (le pintores-grabadores de Finlandia, que alagrupar en su seno a los principales practicantes delgrabado señaló la -importancia que su obra tenía,considerada en conjunto, en contraste con la indi

-ferencia con que en general había sido tomadamientras sus artistas obraban aislados.

A partir de entonces fué despertándose rápida-mente un gran interés por parte del público haciaesta especialidad gráfica a que con tanto empeñoy talento iban dedicándose sus artistas.

Una pléyade de ellos, jóvenes casi todos, porquesi algunos nacieron en los últimos años del pasadosiglo, su formación de grabadores pertenece al ac-tual, y porque además, su espíritu, su manera desentir concuerda perfectamente con el más juvenil,aunque existan diferencias de matiz especialmentecon los adeptos de los conceptos menos figurativos,los cuales por otra parte tampoco son, a causa de suinternacionalismo, los más representativos del carác-ter genuinamente finlandés.

La técnica de la punta seca, por su proceder tandirecto, equivalente al dibujo, que en este caso sehace con la afilada punta de acero sobre la plan-cha metálica, sin mediación de ácidos, ni prepara-ción ninguna, con entera libertad de acción y detrazo, dejando toda la responsabilidad a la capa-cidad del artista, es natural que sea uno de los pro-

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Aarne Alio. « Madre e hijo». Calcografía a la mediatinta.

cedimientos favoritos de los pintores y que seanmuchos los que con él se expresen.

En aguafuerte y aguatinta, así como en barnizblando y mezzo-tinta o manera negra son muchoslos que han logrado destacar su personal manerade expresarse. En ellos encontramos también asi-miladas las enseñanzas y los desvíos de los estilosmás cultivados en los centros más importantes dearte moderno, pero siempre apunta el fondo poé-tico, con destellos románticos, en los que el drama-tismo y a veces el patetismo que parece derivarse

del paisaje, del clima, de la vida difícil del país, noes nunca aplastante y fatalista, sino estimulantepara una sana reacción. El buen gusto triunfa siem-pre, aun en las más arriesgadas experiencias y amenudo un quieto y sedante intimismo, un amorpor los objetos sencillos y los hechos cuotidianosnos recuerda la vida del hogar a que el pueblo fin-landés debe acogerse durante tantos meses del año.

La litografía es otro procedimiento muy empleadopor los modernos maestros finlandeses de la estam-pa; algunos la emplean conjuntamente con la cal-

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cografía y con la xilografía, y desde luego en todaslas variantes técnicas y bajo todas las direccionesconceptuales; lápiz, tinta a pluma o a grandesmanchas, monocromas o varias tintas y desde la vi-sión más tradicional a los ensayos abstractos de úl-tima hora.

Hemos dejado la técnica del grabado en maderapara cerrar estos comentarios, cuando tal vez debía-mos haber empezado por ella por ser el procedi-miento más antiguo. Pero es tan importante la apor-tación de xilografías en esta exposición, y tan inte-resante y variada la manera de ser tratadas por losgrabadores finlandeses, que hemos creído merecía elúltimo lugar, como en los conciertos y espectáculosse guarda para la vedette más importante.

El grabado en madera es idóneo para los finlan-deses, tal vez por la gran abundancia de bosquesque les rodea y como consecuencia, por la manerafamiliar con que deben tratarla y aplicarla a un sin-fin de menesteres, pero además porque el grabado enmadera arnioniza muv bien con el sentido de austeri-dad, de siniplicidad y de franqueza que preside lamayoría de la obra grabada por sus artistas.

Los finlandeses emplean el procedimiento del

grabado de madera en negro, en camafeo monocro-mo o a todo color pero siempre con la técnica degrabarla al hilo o sea en el sentido de sus fibras,al menos en todos los ejemplares cine conocemos.

Donde nos parecen más personales y expresivos,es en el camafeo monocromo y en el color, queejecutan de manera parecida al procedimiento dela estampa japonesa, pero estampando con tintasgrasas en la inavoría de los casos, en lugar de hacer-lo con tintas al agua corno los nipones, aunque alemplearlas muy transparentes y sobre papeles degran calidad consiguen efectos parecidos y en cier-tos momentos superiores porque obtienen mayorvariedad en las calidades.

Como grabador y como profesor de grabado quie-ro significar en nombre de todos los grabadores ca-talanes el protundo agradecimiento por la leccióny por el estímulo que para nosotros representa estaexposición y aún quiero suponer que habrá de ha-cerse extensiva esta lección al público en general,puesto que si los artistas finlandeses han reunidoeste impresionante conjunto de creaciones grabadas,significa indiscutiblemente, que tienen a su alrede-dor un público que las comprende y las estima.

Karolina Otava. « Dos entradas». Grabado en madera en color.

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NUESTRO CÍRCULO ARTÍSTICO

J V o podría nuestra Escuela 'Lonja" quedarse al margen en el homenaje que laciudad dedica al benemérito Círculo Artístico al cumplir setenta y cinco añosde dedicación al arte. _Vo podríarnos olvidar que tantos, tantos buenos am i4os,profesores y alumnos de esta Escuela, lograron destacar en el rntni,lillo artísticode aquella prestigiosa casa. Y para ello, nada mejor que reproducir unas líneasde nuestro Director publicadas en el primer nrínre ro del Boletín 7nfornratioo delCírculo Artístico

Amablemente, el Círculo Artístico, me invita ala colaboración en este acontecer de su existencia,en esta nueva fórmula de su vitalidad inextingui-ble. Y no puedo refrenar mi entusiasta felicitacióna los iniciadores de esta modalidad de la extensióncultural del Círculo, precisamente por las circuns-tancias personales en que me encuentro, las cuales,lejos de ser privativas del que tiene el honor desuscribir estas líneas, creo que afectan a cuantos es-tamos unidos por entrañables lazos con la doctaCasa de los artistas barceloneses.

Quiero, concretamente, subrayar el acierto de lapublicación de un boletín, por la razón a que acabode aludir. Somos muchos los que desearíamos unaconstante convivencia con nuestra Institución, coneste honorable remanso del Arte; pero las cir-cunstancias personales y las obligaciones a que nosdebemos en los cargos oficiales que ostentamos, noslo vedan. Este es mi caso, y el de tantos otros con-socios que, no cediendo ante nadie en afecto alCírculo, apenas pisamos sus salones. Y precisamen-te por ello estimo acertadísima la publicación pe-riódica de estas hojas que, a través de la distancia,nos van a traer, van a hacer que lleguen hasta nues-tro hogar, hasta nuestra cátedra o nuestro estudio,las vitales pulsaciones de nuestra entidad. De estemodo, mantendremos un lazo de unión y. compene-tración que estaba haciéndonos a todos muchafalta.

Sería ingratitud imperdonable olvidar cuánto de-bemos los artistas al Círculo, y cuánto le debentambién los que, no siéndolo, en la convivencia dia-ria con ellos, aprendieron a valorar y comprenderel Arte y a gozar de sus emociones.

Permitidme que al efecto rememore y saque a re-lucir recuerdos personales íntimamente unidos a lahistoria de esta Casa, a los tiempos ilusionados denuestra juventud inquieta y luclhaclora. Años prós-

peros, aquéllos que sucedieron a la guerra del cator-ce, los de nuestra asídua concurrencia al Círculo.Epoca brillante de destacadas actividades y realiza-ciones artísticas que trascendieron a la Ciudad y enlos que el «Artístico», corno se le llamaba, llegó aostentar la auténtica representación de los artistasbarceloneses, y bien podríamos decir la de todos losde Cataluña, al centrar la máxima atención en ladefensa de los intereses del Arte, en general, sin dis-tinción alguna.

Recordemos aquellas tertulias famosas de artistasque todas las noches, de siete a nueve, se reunían ensus salones; primero, en los del edificio de la Ram-bla de Cataluña, después en los del situado en labulliciosa Rambla de los Estudios, frente al Siglo;más tarde en los del palacio de la Gran Vía, frenteal desaparecido (Fayans Catalá», de tan grata recor-dación para los artistas y, finalmente, en los delactual edificio de la plaza de Cataluña; evoquemosel grupo de »Les Arts i els Artistes» y ((La ArtísticaLiteraria)), congregados alrededor de dos figuras des-tacadas: la de Ricardo Canals y la de Carlos Váz-quez, que representaban las dos tendencias artísti-cas del primer cuarto de nuestro siglo.

Y entre estas dos agrupaciones no faltaron los in-tentos de nuevos grupos, unidos más quizá que porun aglutinante artístico, por un humano interés deautodefensa, en medio de los dos grandes que con-centraban y absorbían la preferencia general en lasexposiciones particulares y Nacionales.

No olvidemos sus actividades e iniciativas quetanto enaltecieron la ciudad; entre ellas, destaque-mos, tan sólo, el manifiesto en pro de Poblet que,firmado por todas las entidades, fué elevado al Go-bierno, quien, en reconocimiento de la justa aspira-ción de la solicitud avalada por las corporacionesartísticas e intelectuales de Barcelona, concedió laprimera subvención para las obras de consolidación

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del famoso Monasterio Cisterciense preludio de lasde su restauración. La gloria, pues, de la iniciativacorresponde al Círculo Artístico y Dios quiso, trein-ta años después, que fuera precisamente el que, pordelegación especial del Círculo, hizo la entrega delmanifiesto al Director General de Bellas Artes,quien fuese encargado por el Gobierno de la difícily honrosa tarea de recreación de las estatuas yacen-tes de los Condes de Barcelona, Reyes de Cataluñay Aragón.

No puedo olvidar que mi modesta formación in-telectual está singularmente vinculada a la biblio-teca de este Círculo, como lo está mi formación ar-tística a la Escuela de la Lonja. Mientras las ter-tulias por la noche discutían con no siempre cons

-tructiva pasión, nosotros preferíamos refugiarnos enel íntimo y acogedor regazo de aquella Bibliotecatan nutrida de revistas y obras de arte.

Y finalmente, antes de terminar — no queremospecar en este caso por defecto — recordemos nues-

tras actividades dentro de sus diversas y siemprehonorables juntas, en las que colaboramos con tanbuenos amigos, algunos fallecidos ya. De un modoespecial se nos hace presente aquel impetuoso afánque hubimos de poner en nuestras gestiones en Ma-drid, cerca del Ministerio de Educación Nacional, yque hoy, a larga distancia, nos parecen heroicasgestas y especialmente aquellas de las exposicionesNacionales en favor de insignes compañeros mere-cedores de los más altos galardones, sin olvidar lasluchas en que tomamos parte en pro de los artistasy del Arte, fieles al espíritu de la Institución de laque nos sentíamos tan íntimamente mandatarios.

Sea, por consiguiente, bienvenida esta publicacióny que mediante ella, cuantos sintiéndolo en el almano podemos percibir el palpitar de la vida diariadel Círculo, tengamos periódicamente la grata visi-ta de estas hojas en las cuales se vierta la inquietudsiempre generosa de quienes propulsan este Insti

-tuto Conservatorio dé las Artes.

.u. Warés

Fragmento de piedra de un brazo de la cruz de término de Tárrega, atribuída a Pere Joan.Siglo XV (M. de Tárrega)

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SECCIÓN INFORMATIVA los, enriquecen con matices de sensibilidad exquisita, la cri-tica ele arte peninsular.

Ingreso del Excmo. Sr. D. Antonio Gallegoy Burín, Barón de San Calixto, en la RealAcademia de Bellas Artes de San Fernando.

El 3 (le junio del _basado año celebró la Real Academiade Bellas Artes de San Fernando el solemne acto jiniblico dela recepción del Excmo. Sr. Don Antonio Gallego Burín, quepasó a ocupar el sillón que dejara vacante Don Andrés Ove-jero y Bustamante.

De sobra conocidos son los relevantes inéritos aun comoinvestigador y tratadista. (le .irte tiene contraídos el Sr. Ga-llego Burin a lo largo de tantos años de fecunda dedicaciónal Arte y Literatura en España desde la Cátedra, larevista y el libro. Una ligera ojeada al copioso catá-logo de sus obras publicadas desde 1916 hasta la. fechabasta ¡rrnra ver cuán varia. r extensa es su aportación a la his-toriografía del arte hispano. Y si a esa ingente labor de pu-blicista se añade su brillante 1, eficaz actuación como DirectorGeneral de Bellas Artes, cargo que viene regentando desdehace un lustro, se comprenderá cuán ;insta y ncerecidcnnenteha sido llamado pata ocupar el sitio que le correspondía enla doctas Casa.

El terna que el Sr. Gal/ego Burín escogió para su discursode ingreso, era un tenia al que viene consagrando desde mu-chos años sus niás logrados estudios: El barroco granadino.No tiene, Pues, nada de extraño que el ilust re recipiendariohiciera sobre él una disertación magistral, llena de conceptoslucidlsinios y de datos de jarinrordial interés. Para el diser-tante. no puede hacerse una cabal estimación del barrocosin tenerse en cuenta cono caso típico el de Espkiña, del quela floración granadina es una. de sus inuestras mans exquisitas.La absolnta 5555 (10(1 del barroco conto instrnnrento expresivodel contenido espiritual de /h Contrarreforma es expresadoen España con iclionia peculiarísinro». El barroco cuajó comogra ss arte nacional dando vida en Esculinra a las inra,inerinscastellana. y anda/izo, reflejando lo divino en la Pintrna yalma brando en Arquitectura las genialidades de Alonso Cano,(le Chuiriguera, de Hurtado Izquierdo, de losé de Bada...Lamentamos no disponer de espacio pana ir espigando trustosbellisinros conceptos conco jiilonan la magnífica disertacióndel Sr. Gallego Benin.

Digno colofón al solemne acto fué el cálido discurso conque el Excmo. Sr. Don Manuel Gómez Moreno Martinet con-testó al recipiendario. Sus palabras constituyeron la más ple

-naria ratificació,s de la alta categoría: litenairia y científicadel nuevo académico. Para el Sr. Gómez Moreno, el-discursodel Sr. Gallego Burí n, es decir: «su nuevo libro, es el másenjundioso y original, tra- y éddonos todo un sector de arte es-Pañol lucidísirno, porque eso del barroquismo granadino cons

-tituye una de las fases de ¿sirte más violentamente nuestras,risas rnonn mels ta/snente representativas del genio peninsular».

Por nuestra parte quisiéramos añadir tan sólo, que ela¡lorte del Sr. Gallego Burín a la bibliografía artística espa-ñola., merece ser destacado entre los más valiosos. Tanto éstecuino su estudio del arte de Mora, por señalar sólo dos títu-

Nuevos académicos.

Con verdadera complacencia celebramos cl nombramientode Académico de Número de la Real Academia de BellasArtes de San Jorge a favor del Ilustrísimo y ReverendísimoPadre Abad de Montserrat, Dom Aurelio Escarré, figura re-lev-ante por sus actividades en pro de las artes y de los artis-tas. Aprovecharemos su ingreso en la Academia para ocupar-nos con mayor amplitud de tan alta personalidad en nuestropróximo número de ENSAYO.

Nuestro director, Excelentísimo Señor Don Federico Marés,isa sido nombrado Académico correspondiente de la RealAcademia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, deSevilla.

El profesor (le esta Escuela Don Juan Subías Gaiter hamerecido el honor ale ser nombrado Académico correspon

-diente de la Academia General are Ciencias, Bellas Artes yNobles Artes ale Córdoba.

CONFERENCIAS-vl director de nuestra escuela en el Salón de Ciento del

A y untamiento, disertó sobre el tema «Decoración de los Es-caJaora.tes en las Fiestas de la Merced». Asim isnro, en el RealCírculo Artístico y , con emotivo de celebrarse la sExposiciónHomenaje a Santiago Rusiñol» dió una conferencia sobre

Kusiïrol, El Artista Coleccionista».En el Aula Magna de la Universidad se celebró zona se-

sión Académica en Homenaje a Eugenio d'Ors, en la que par-ticiparon los profesores Dr. Ramón Sarró, Don Federico Ma-rés N I el reverendo P. Ra.nrón Roquer, estudiando las rnul-tiples facetas de la alta personalidad del maestro.

En el Instituto Mlunicipal de Educación del Ayuntamien-to de Barcelona, se desarrolló un cursillo de conferenciasiLa función pedagógica de los Museos» a cargo de los seño-res don Juan Ainmud, Don Federico Mlarés, Don Pedro Vol-tes, Don Enrique Cubas, Don Guillermo Díaz-Plaja y DossAugusto Pam ella.

Cátedra Antonio Gaudí. — En la Escuela Superior de Ar-(/uitectura se isa desarrollado un ciclo (le conferencias a(-cago de nuestro compañero, ilustre secretario de esta escuela,Don César Martinell, sobre los temas siguientes:

1. Evolución estilística y rítmica de la obra de Gandi.2. Teoría arquitectónica y decorativa de Gaudí.3. Los modelos corpóreos. Su interés imitativo y pedagó-

gico.q. La Sagrada Familia N , su cantinuaririn. Conveniencia

de isis Centro de Estudios Gaudtini.slas.Organizada Por sAsnigos d•e los Museos», dió una confe-

rencia sobre sEl Claustro de San. Pablo del Can?po. y su an-tigua cubierta abovedada», con pronv ecciones, Don César Mar-tinell, girándose después una visita, al Monasterio.

El Profesor Don Antonio 011é Pinell (lió una conferenciasobre el grabarlo moderno finlandés en la Cúpula del Coli-

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seurn y otra en el Real Círculo Artístico cot!: Barcelona sobre

el ex librisrno internacional.

El d1a 24 de marzo, en el Instituto Leslonac de nuestraciudad, don Juan Btai. Solervicens, Profesor de Historia yTécnica del libro en nuestra Escuela, pronunció un discur-so en recuerdo del que fué ilustre periodista y bibliófilo don

Miguel Capdevila.

EXPOSICIONES

Nuestro compañero Don Lui• \luntaner participa en unaExposición Colectiva en La Pinacoteca.

Don Antonio García Sanz celebró su segunda exposición

ele pintonas en la Sala Busquets.El Profesor Don Jorge Aluntá participó en la exposición

celebrada en Roma «Quinta Feria Vía Marguta». Tambiénha celebrado una exposición en Galerías Argos.

Don Félix Revello de Toro, profesor de esta Escuela hacelebrado la primera Exposición de su obra en Barcelona enlas Galerías ele Arte Grifé y Escoda en la que figuraronveinticinco cuadros al óleo, la mayoría retratos.

Distinciones.

La Capilla Polifónica del F. A. D. en un concierto dadorecientemente en el Salón del Casino de Badalona, estrenóuna composición de nuestro compañero Don Francisco Pérez-Dolz, titulada «lo Ccena Dotnim, , un pasaje del Evangelio,para coros y solistas. Su obra obtuvo buena acogida del pú-llico y el rnaestro En rique Ribó, director (le dicha Capilla,Ira decidido incluirla en los programas de los conciertos queha ele celebrar •.en Granada con motivo del Congreso Euca-rlstico- Nacional, que tendrá lugar en dicha capital en el Pró-ximo raes de mayo.

Por el Real Circulo Artístico ele Ba.rcelonn ha sido galar-dona.rlo con el primer premio nuestro compañero Don LuisMontaner, por su cartel en el concurso de trajes.

Nuestro compañero Don En rique Roca alcanzó el segundo/n'entio en el concurso de medallas de los Juegos Medite-rrán eos.

La Excma. Diputación de Barcelona concedió el pri-mer premio de Pintura San Jorge 1956 a nuestro comfsañeroDon Jorge Alturná.

Nuestro campartero de claustro Don Vicente Navarro hapublicado una Enciclopedia. del Dibujo. Asin isvno ha sidortoorburdb, por el Ministerio ele Educación Nacional miembrodel Jurarlo de la Exposición Nacional.

El Profesor Don Eudaldo Serra, realizó una expedición alMarruecos español por encargo del Museo Colonial y Etno-gráfico realizando estudios antropológicos.

En el Salón Nacional de Acuarela que se celebra en Ma-drid, ha sido concedido a nuestro compañero Don TomásSayol lit medalla de Paisaje concedida por la Agrupación Va-lenciana de Acuarelistas. También ha sido reelegido Presiden-te de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña.

Nuestro Director en la inau-

guración del curso del Insti-tuto Italiano de Cultura.

Tuvo efecto, en el Instituto Italiano de Cultura, la sesióninaugural del presente curso académico 1956-1957, en el quepronunció su anunciada conferencia nuestro compañero donFederico Marés Deulovol, director de la Escuela Superior (leBellas Artes de San Jorge y de la de Artes y Oficios Artísticos,quien disertó sobre la «Presencia de Italia en el resurgir es•piritual de Poblet ».

Nadie más calificado que don Federico Marés, autorele la restauración de las estatuas de las tumbas reales poble

-tanas, quien ha estado tanto tiempo en contacto con el resu-rrecto cenobio cisterciense y cuya historia conoce tan afondo, para hablar de tema tan interesante, puesto de actua

-lidad en nuestros días por la esplendorosa vitalidad recobra-da por el soberbio panteón ele los condes re yes (le la Coronade Aragón.

Después (le un broce exordio pronunciado por el direc-tor del Instituto, profesor don Renato Freschi, giuen glosó elacto de la apertura y rogó a los asistentes un aplauso parael conferenciante, a quien se excusó de presentar, «pues sobra-(lamente conocidos son los méritos y cualidades que le ador-nan», dijo, tomó la palabra don Federico Marés, duien trazóa grandes rasogs la historia pobletana,, señalando los momen-tos de la misma en que por una u otra causa experimentóla influencia ele Italia, particularntcnte en los reinados dePedro IV, Alfonso el Magnánimo y Martín el Humano, hastallegar a nuestros días, en que, después de lamentable aban-dono y depredación ha resucitado Poblet de sus cenizas gra

-cias a los cuatro monjes italianos que se hicieron cargo de]monasterio y con su fe y con su entusiasmo emprendieron surestauración. Dedicó un entrañable recuerdo- a esos abnega-dos apóstoles populetanos, ent re los cuales señaló la pre-eminencia del prior Rosabini, alma y nervio de la recons-trucción,

Por ellos cobró Poblet nueva vida y con esta nueva vidafueron restauradas — continuó el conferenciante — las tum-bas reales ; con lo que se completó armoniosamente la clecora-ción de la iglesia. Detalló cl señor Marés múltiples particu-lares de su delicadísimo trabajo, más que de reconstrucciónde recreación, añadió, pues de las maltratadas escultwrasoriginales no quedaban más que ínfimos fragmentos. La di-sertación fué acompañada por interesantes, proyecciones defotografías del monasterio y de las estatuas, que completa-ron la amenidad (le la conferencia, cuyo utor fué grandemen-te aplaudido y felicitado.

Entre los asistentes al acto se contaban el cónsul generalde Italia, don Aldo Pierantoni; el vicecónsul, conde Sali

-net; tina representación del Monasterio (le Poblet; presiden-te de la Casa de Italia, señor Pciretti • director del LiceoItaliano, señor Albeca; don Augusto Matons, del I.N.L.E.;señor Martínez Ferrando, director del Archivo de la Coro-na de Aragón: don Eusebio Güell Jover, presidente delReal Círculo Artístico; don Luis Gil ele Vicario, secretarioele la Escuela de Bellas Artes, don César \Iartinell, secretario

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ele la Escuela de Artes y - Oficios Artísticos, y gran m1Inieroele otras personalidades de las artes y las letras.

Obituario.

Por razones fáciles ele comprender, por convivencia y rela-

ción a través de los años (le inquietudes y desvelos análogoscon la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge, nuestraEscuela comparte y se sumia al dolor de la docta casa porel fallecimiento de los ilustres académicos Señores Don LuisPlandiura Pou, Don Santiago Juliá Bernet y Don José Puigy Cadafalch.

Catálogo de reproducciones.

Elprofesor Charles Sterling, conservador del Departamen-to ele Pinturas y Dibujos del Museo del Louvre, analiza lasdificultades con que tropieza la industria para la fiel repro-ducción de las obras pictóricas de la pintura clásica. Su textofornia parte del Catálogo ele reproducciones en color de pin-turas anteriores a 186o, que publica la Unesco para clar aconocer los progresos técnicos que se realizan y para que elpúblico en general y los maestros de arte conozcan las edi-ciones más recomendables.

(;omo en casos anteriores, el señor Sterling subraya lafidelidad alcanzada en la reproducción ele los tonos relativa-

mente puros, en la pinnira clara, acuarelas, pintura (luna,minianiras y frescos europeos. Indica además, que la ex-posición itinerante de la Unesco, titulada «Dos mil años ticpintura china,,, da idea ele la sutilidad y refinamiento alcan-zados en este arte.

La reproducción de la pintura clásica al óleo continúa,empero, siendo un problema fundamental, al que se aplicanlos editores sin lograr llenar los vacíos existentes. Los gastosde publicación de las obras consideradas como excelentes sonenormes, y el señor Sterling aconseja que se proceda a unaselección cuidada de los trabajos a reproducir para que seanobras bellas, selectas, importantes por su originalidad y elbuen estado de los colores.

EI Catálogo ele reproducciones incluye por vez priiucraalgunas obras maestras del arte de Extremo Oriente y enespecial ele la China. También figuran con mayor abundancialos pintores españoles como Velázquez, Greco, Murillo vGoya, con mención de algunas de las composiciones más im-portantes conservadas en el Museo del Prado.

Desde tg_,o la Unesco reúne todos los años un Comité In-tcrnacional ele expertos que examina las ediciones más im-poriantés y selecciona las que merecen el título de fieles. Elúltimo han año han sitio incluidas en el Catálogo más dedoscientas,. y los profesores de historia del Arte y estudianteshallarán en el Catálogo la relación de cada cuadro, lugardonde se encuentra, autor y época ele ejecución, así como lacasa editorial que publicó la reproducción.

Figura de lector, de alabastro, del sepulcro del obispo Bernat de Pau(1436- 1457) ( M. de la S. C. de la Catedral, Gerona )

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Este octavo número de "ENSAYO'', Boletín de la Escuela de Artes

y Oficios Artísticos de Barcelona, fué proyectado y confeccionado en la

clase de Artes del Libro de la Escuela, y se terminó de imprimir el

día 31 de mayo de 1957.