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Dios nos hizo libres Apología del cristianismo y el liberalismo Gabriel Le Senne

Dios nos hizo libres · Dios nos hizo libres 6 2. EL CRISTIANISMO 2.1. ¿En qué consiste el cristianismo? 2.1.1. Dios es amor1 La idea básica de la religión católica es que existe

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Dios nos hizo libres Apología del cristianismo y el liberalismo

Gabriel Le Senne

Dios nos hizo libres

2

Sobre el autor

Gabriel Le Senne Presedo (Palma de Mallorca, 1977) es Licenciado en Derecho y

Administración y Dirección de Empresas por ICADE. Actualmente ejerce la abogacía en

Palma de Mallorca y es Coordinador del Partido Libertario (P-LIB) en las Islas Baleares y

Miembro de su Comité Ejecutivo Federal.

Cualquier opinión o comentario será bienvenido.

Correo electrónico: [email protected]

Facebook: https://www.facebook.com/gabriel.lesenne

Twitter: @glesenne

Dios nos hizo libres

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Índice

1. Introducción: propósito de esta obra

2. El cristianismo

2.1. ¿En qué consiste el cristianismo?

2.1.1. Dios es amor

2.1.2. Dios nos hizo libres

2.1.3. El cristianismo es amor

2.2. Razones para creer

2.2.1. Fe y razón

2.2.2. La Ley de la naturaleza humana

2.2.3. Historicidad de los Evangelios: Tradición y Escrituras

2.2.4. Jesús profetizado

2.2.5. Reliquias, apariciones y milagros

2.2.6. El salto de fe y la experiencia personal

2.3. El Reino de Dios

3. El liberalismo

3.1. ¿En qué consiste el liberalismo?

3.1.1. Principios esenciales

3.1.2. Riqueza, capital y trabajo

3.1.3. Pobreza y desigualdad

3.1.4. Precios, cálculo económico y socialismo

3.1.5. Lo que se ve y lo que no se ve

3.2. Consecuencias del liberalismo

3.2.1. Forma de gobierno

3.2.2. Capitalismo y corporativismo

3.2.3. Gasto público e impuestos

3.2.4. Mercado de trabajo

3.2.5. Educación

3.2.6. Sanidad

3.2.7. Pensiones

3.2.8. Asistencia social

3.2.9. Sistema bancario y política monetaria

3.2.10. Drogas

3.2.11. Política exterior

3.3. Un mundo de paz y progreso

4. Cristianismo y liberalismo

4.1. El liberalismo en las Sagradas Escrituras

4.2. El liberalismo en la Doctrina Social de la Iglesia

4.3. El cristianismo en el origen del liberalismo

4.4. Conclusión: un mundo libre para acercarnos a Dios

Dios nos hizo libres

4

1. INTRODUCCIÓN: PROPÓSITO DE ESTA OBRA

El propósito de esta obra es simplemente divulgativo: como militante libertario, creo

firmemente que la aplicación de nuestras ideas sería tremendamente beneficiosa para

toda la humanidad. Como católico, estoy llamado a anunciar el Evangelio, que según

mi experiencia es lo único que puede aportar verdadera paz y felicidad al ser humano.

Tras haber comprobado lo extendida que está la ignorancia sobre ambos asuntos, la

difusión que han alcanzado tantos clichés y tergiversaciones, y lo insuficientes que

resultan las explicaciones verbales sobre estas materias de cierta complejidad, he

decidido tratar de resumir lo más brevemente posible lo esencial de ambas doctrinas,

y las razones por las que las considero ciertas, con la intención de que el lector más o

menos lego pueda comprender rápidamente la bondad que –en mi opinión- les es

inherente. También proporcionaré alguna bibliografía de utilidad por si mi esfuerzo no

ha sido del todo en vano, y algún lector se siente interesado y quiere profundizar. Por

consiguiente, no esperen encontrar ideas originales en este resumen, pues mi único

mérito ha sido hacer acopio de las ideas y citas más interesantes que he encontrado al

respecto.

Ruego la indulgencia de los lectores versados en la materia. Este trabajo no pretende

ser exhaustivo, científico ni académico. Intentaré, obviamente, ser lo más riguroso

posible, pero también breve, y por ello inevitablemente omitiré algunos aspectos

sobre los que se han escrito bibliotecas enteras.

En cuanto al motivo por el que trato en un mismo texto materias aparentemente tan

dispares, debo decir que he podido constatar la existencia de un gran número de

católicos que desprecian el liberalismo e incluso creen que es incompatible con

nuestra religión. Se imaginan al liberalismo como una doctrina que solamente defiende

un egoísmo vacío, los intereses materiales de cada uno y la ley del más fuerte.

Del mismo modo, muchos liberales desprecian la religión católica, juzgándola una

reliquia de un pasado supersticioso e irracional, una ideología reaccionaria e, incluso,

“la mayor maquinaria de coerción de la historia”, como me han llegado a escribir.

Por ello, al final de esta obra trataré de argumentar que el cristianismo y el liberalismo

correctamente entendidos no sólo son compatibles, sino que se complementan de

tal modo que, desde el punto de vista del católico, si quisiéramos acercarnos a la

perfección que debe ser meta de todo cristiano, deberíamos propiciar con todas

nuestras fuerzas la instauración de un marco político y jurídico liberal. Igualmente,

desde el punto de vista liberal, debe tenerse en cuenta que el liberalismo ha nacido en

Dios nos hizo libres

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la civilización occidental, por lo que depende más de los valores cristianos de lo que

muchos liberales se han parado nunca a pensar.

El capitalismo ha permitido durante los dos últimos siglos un desarrollo espectacular

de la humanidad, tanto en población como en la mejora general de sus condiciones de

vida. Pese a la visión negativa que predomina hoy, la reducción de la pobreza ha sido

una constante, y la mejora exponencial de la economía global salta a la vista cuando se

examinan los gráficos históricos o se analiza la historia con un poco de perspectiva.

Frente al estancamiento o mejora muy gradual durante los milenios anteriores, en los

últimos siglos hemos asistido a una explosión del desarrollo humano de la que mucha

gente no es plenamente consciente.

Ese desarrollo ha sido protagonizado por la civilización occidental gracias a sus

instituciones: economía (relativamente) libre, democracia liberal, y religión cristiana,

de la que, como veremos, derivan buena parte de los valores que inspiran dichas

instituciones.

A medida que Occidente ha ido olvidando esos valores, su civilización ha ido

perdiendo su brillo y su liderazgo mundial. Su demografía declina, su economía

permanece estancada en un mar de deuda y su influencia política mengua con la

aparición de nuevos actores. Es por ello que constituye una necesidad apremiante

recordar y reivindicar las raíces de nuestra civilización. Esta obra es un intento de

contribuir a esa causa.

Dios nos hizo libres

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2. EL CRISTIANISMO

2.1. ¿En qué consiste el cristianismo?

2.1.1. Dios es amor1

La idea básica de la religión católica es que existe un único Dios, creador de todo

cuanto existe, infinitamente perfecto y bueno, que en un designio de pura bondad

creó libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida.

Dios creó al hombre a su imagen y lo estableció en su amistad. Puesto que es una

criatura, el hombre depende del Creador, está sometido a las leyes de la Creación y a

las normas morales que regulan el uso de la libertad.

Pero el hombre, como ilustra simbólicamente el libro del Génesis, abusó de su libertad

y desobedeció los mandamientos de Dios. El hombre desconfió de su Creador; se

prefirió a sí mismo en lugar de Dios, quiso ser como Él, y por ello despreció a Dios: hizo

elección de sí mismo contra Dios, contra las exigencias de su estado de criatura y, por

tanto, contra su propio bien. En esto consistió el primer pecado del hombre. Todo

pecado consiste en una desobediencia a Dios y una falta de confianza en su bondad. Y

puesto que el hombre está vinculado a su Creador, apartarse de Él, cortar nuestro

vínculo con Él a través del pecado, supone nuestra propia muerte. Este pecado

original, sobre el que han corrido ríos de tinta y cuyas precisiones teológicas exceden

ampliamente el objeto de esta obra2, afecta a toda la humanidad, privándola de la

santidad y de la justicia originales.

Mas la naturaleza humana no está totalmente corrompida: está herida en sus propias

fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al imperio de la muerte e

inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada "concupiscencia"). Pero Dios, a

pesar del pecado original, no nos abandona. En todo tiempo y en todo lugar, se nos

hace cercano: nos llama y nos ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle. Por amor, Dios

se ha revelado al hombre. De este modo da una respuesta definitiva a las cuestiones

que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de su vida.

Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio

mediante obras y palabras. Más allá del testimonio que Dios da de sí mismo en las

1 Este apartado es una adaptación de distintas partes del Catecismo de la Iglesia Católica,

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

2 Al respecto puede verse “Teología del pecado original y de la gracia”, de Luis F. Ladaria.

Dios nos hizo libres

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cosas creadas, se manifestó en la antigüedad en diversas ocasiones. En especial, Dios

eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo,

al que reveló su ley por medio de Moisés, y lo preparó por los profetas para acoger la

salvación destinada a toda la humanidad.

Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, Jesucristo. El Hijo es la

Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación después de Él.

En Jesús, Dios se hizo hombre para que nosotros conociésemos así su amor; para ser

nuestro modelo de santidad; para salvarnos reconciliándonos así con Él. “Nuestra

naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser

resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera.

Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos,

esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador.”3 “En esto se

manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para

que vivamos por medio de él”4. “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo

único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”5.

En palabras del Papa Francisco: “Dios no es algo vago, nuestro Dios no es un Dios

spray, es concreto, no es abstracto, sino que tiene un nombre: ‘Dios es amor’”.

Este amor, dijo el Santo Padre, “no es un amor sentimental, emocional, sino el amor

del Padre, que es la fuente de toda la vida, el amor del Hijo que muere en la cruz y

resucita, el amor del Espíritu, que renueva al hombre y al mundo”.

Padre, Hijo y Espíritu Santo son las tres personas que forman parte de un mismo Dios.

Al celebrarse el Domingo de la Santísima Trinidad, el Papa remarcó que “la Santísima

Trinidad no es el producto de razonamientos humanos, es el rostro con el que Dios se

ha revelado a sí mismo, no desde lo alto de un trono, sino caminando con la

humanidad”.

“Es Jesús quien nos ha revelado al Padre y quien nos ha prometido el Espíritu Santo.

Dios ha caminado con su pueblo en la historia del pueblo de Israel y Jesús caminó

siempre con nosotros y nos prometió el Espíritu Santo, que es fuego, que nos enseña

todo lo que no sabemos, que nos guía en nuestro interior, que nos da buenas ideas y

buenas inspiraciones”. El Papa indicó que “hoy alabamos a Dios, no por un misterio

particular, sino por Sí mismo, ‘por su inmensa gloria’, como dice el himno litúrgico. Lo

3 San Gregorio de Nisa, Oratio catechetica, 15: PG 45, 48B

4 Jn 4, 9

5 Jn 3, 16

Dios nos hizo libres

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alabamos y le damos las gracias porque Él es Amor, y porque nos llama a entrar en el

abrazo de su comunión, que es la vida eterna”.

Dijo otro Papa, Benedicto XVI: “Aquí radica para mí la grandeza inesperada e

inconcebible de Dios, en que disfrute de la posibilidad de rebajarse tanto; en que Él

mismo pase de verdad a formar parte de una persona, en que no se limite a disfrazarse

para luego quitarse el disfraz y vestirse con otros ropajes, sino que Él sea esa persona.

Sólo ahí captamos la verdadera infinitud de Dios, porque eso lo hace más poderoso,

inimaginable y al mismo tiempo más salvador”. Es importante destacar, además, que

Dios nos amó primero a cada uno de nosotros individualmente. No hemos sido

lanzados al mundo por azar, como dice Heidegger. Él nos amó antes de que nosotros

pudiéramos amar: hemos sido creados sólo porque Dios ya nos conocía y nos amaba.6

“Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados”7, dice el Evangelio.

En resumen, el Dios cristiano, que es amor, nos llama a aceptar su voluntad, para vivir

con Él eternamente. Ahora bien, depende de la decisión de cada uno aceptar o

rechazar esa llamada. De lo contrario no seríamos más que marionetas o robots sin

voluntad propia.

2.1.2. Dios nos hizo libres

La libertad de cada individuo es parte esencial de la doctrina católica. Así, el Catecismo

indica que “Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona

dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos”.8 También recoge que “El hombre es

racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos”9.

Y define el concepto: “La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de

obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones

deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo.”

Ello enlaza con la idea de la responsabilidad de cada individuo respecto a sus propios

actos: “(…) la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto,

de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos

propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o

6 “Dios y el mundo”, Joseph Ratzinger y Peter Seewald. Pág. 20.

7 Mt 10, 30

8 Catecismo de la Iglesia Católica, 1730 y ss.

9 San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 4, 3

Dios nos hizo libres

9

de demérito.” “La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en

que estos son voluntarios (…) Todo acto directamente querido es imputable a su autor”.

Eso sí, el buen uso de la libertad es lo que hace realmente libre al hombre: “En la

medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay

verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la

desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del

pecado.”

El Catecismo incluye también una declaración tajante en defensa de la libertad

individual: “La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda

persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida

como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al

que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia

inseparable de la dignidad de la persona humana”.

El Papa Benedicto XVI, durante su visita a Cuba, en la homilía de la misa celebrada el

26 de marzo de 2012, en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre entonó un

hermoso canto a la libertad: “Dios, al entrar en el mundo, ha querido contar con el

consentimiento libre de una criatura suya. Sólo cuando la Virgen respondió al ángel,

<<Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra>> (Lc 1, 38), a partir

de ese momento el Verbo eterno del Padre comenzó su existencia humana en el

tiempo. Resulta conmovedor ver como Dios no sólo respeta la libertad humana, sino

que parece necesitarla”. En Cuba, en plena dictadura comunista, el Papa llama a la

verdadera libertad, que no es sólo política, ni económica, sino que es mucho más

profunda, y abarca la totalidad del ser humano.

La libertad es el gran riesgo que Dios ha corrido con el hombre. Pero es que sin

libertad es imposible el amor. El amor requiere de la libertad del amado para

corresponder al que ama. Porque el amor respeta siempre la libertad. ¿Qué amado

obligaría a su amada a casarse con él? O ¿qué enamorado violentaría a su amada? El

verdadero amor respeta siempre la libertad de la persona amada. El verdadero amor

es capaz de esperar a la intemperie toda una vida a que la persona amada le abra la

puerta y le deje entrar: mira que aguardo a tu puerta y llamo…”10

San Agustín condensó la importancia de la libertad en una conocida cita: “Dios, que te

creó sin ti, no te salvará sin ti”.

10

Fuente de estos dos últimos párrafos: http://familiavidaylibertad.blogspot.com.es/2012/10/dios-

necesita-nuestra-libertad.html Francisco Javier Alba Gómez de Zamora.

Dios nos hizo libres

10

La libertad y la creatividad del hombre ocupan un lugar esencial en el plan divino. “La

voluntad de Dios, por lo pronto, no es que tú elijas esto o aquello; consiste en que tú

elijas por ti mismo, después de una reflexión leal, liberada tanto de egoísmo, como de

temor, la manera más fecunda y más feliz de realizar tu propia vida. Teniendo en

cuenta lo que tú eres, tu pasado, tu historia, los encuentros que has tenido, la

percepción que puedas tener de las necesidades de la Iglesia y del mundo. ¿Qué

respuesta personal puedes dar a los llamamientos que has sentido en el Evangelio? ¡Lo

que Dios espera de ti no es que elijas tal o cual camino previsto por Él para ti desde la

eternidad; consiste en que tú inventes hoy tu respuesta a su presencia y a su

llamamiento!”11

Así, la vida puede concebirse como una búsqueda. No es simplemente un progreso

mecánico de la cuna a la tumba. Nuestros corazones anhelan encontrar aquello para lo

que fueron creados: el gozo infinito que sólo nos puede proporcionar la presencia de

Dios. Pero para ello hay que pagar un precio: el mal ha de ser enfrentado y vencido. La

divina providencia nos asistirá en los momentos cruciales de nuestras búsquedas

individuales, siempre y cuando antes nos hayamos esforzado al máximo. Hay que

renunciar a la vida, hay que aceptar todo sacrificio en aras del amor, antes de que el

amor venza finalmente incluso a la muerte y el hombre pueda reunirse con la gracia

más allá de la tumba. La aceptación de la muerte es un acto de fe en el Hacedor de

todas las cosas y en el amor que Él ha depositado en el corazón humano. Al final, sólo

el Creador puede triunfar definitivamente sobre el mal, pero esto lo hará no forzando

el libre albedrío de sus criaturas, sino entretejiendo los fallos y fracasos de estas a su

gran diseño. El mal descubrirá entonces que su orgullo lo ha convertido en un

instrumento para la creación de cosas más maravillosas todavía, que él no había

imaginado. El Salvador de la Tierra resulta ser Aquel que actúa a través del amor y la

libertad de sus criaturas, utilizando incluso nuestros errores y los designios del

enemigo para causarnos bien. La Caída del Hombre abrió un abismo entre el mundo

ideal y el real. Nuestra búsqueda consiste en volverlos a unir convirtiendo nuestra

existencia en un puente que salve el abismo para los demás. No se trata sólo de

descubrir, sino de hacer, de sub-crear. Dios aguarda nuestra respuesta a la libertad.

Nuestra elección y nuestra creatividad son esenciales en la Creación, aunque de ello se

11 ¿TIENE DIOS UNA VOLUNTAD PARTICULAR PARA CADA UNO DE NOSOTROS? Michel Rondet, SJ. Jesuita francés, director de Ejercicios. Revista Christus, Francia, Oct.1989. Traducción de Alberto Betancur, S.J.

https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=8&cad=rja&ved=0CGoQFjAH&url=http%3A%2F%2Fwww.vocacionesjesuitas.org%2Fdescargas%2Fvoluntad.doc&ei=Azn7UrKRJuib1AXvn4HoDg&usg=AFQjCNGQvsD8ft5BMLWke194q9XGxHHiGA&sig2=6fPy7UuBC6s00gBbcoUWjw&bvm=bv.61190604,d.d2k

Dios nos hizo libres

11

deriva un peligro real para cada uno de nosotros, pues nuestra elección puede

condenarnos a una eternidad sin Dios. 12

2.1.3. El cristianismo es amor

En resumen, los cristianos creemos que Dios nos llama a todos a compartir con Él la

vida eterna. Pero como cada individuo es libre, depende de cada uno el aceptar o no

esa llamada.

No es que Dios vaya a castigar a quienes se comporten mal, como se suele hacer ver

por quienes no entienden verdaderamente el cristianismo o por quienes quieren hacer

daño simplificando y tergiversando su mensaje. Es que puesto que Dios es perfecto,

sólo podrán vivir eternamente con Él quienes a su vez aspiren a la perfección. Quien

hace el mal, no acepta el plan de Dios. Quien peca, se aparta de Dios: debilita su

vínculo con Él. Y puesto que nuestra vida viene del Creador, apartarse de Él es

acercarse a la muerte.

Como lo expresa el Catecismo: “1033 Salvo que elijamos libremente amarle no

podemos estar unidos con Dios. Pero no podemos amar a Dios si pecamos gravemente

contra Él, contra nuestro prójimo o contra nosotros mismos: "Quien no ama permanece

en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún

asesino tiene vida eterna permanente en él" (1 Jn 3, 14-15). Nuestro Señor nos advierte

que estaremos separados de Él si omitimos socorrer las necesidades graves de los

pobres y de los pequeños que son sus hermanos (cf. Mt 25, 31-46). Morir en pecado

mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa

permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este

estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados

es lo que se designa con la palabra "infierno".”

Quien decida libremente aceptar la llamada de Dios, contará con la guía de los

mandamientos, que el Señor resumió en dos: “amarás a Dios sobre todas las cosas y

al prójimo como a ti mismo”13. De esta sencilla regla se desprende todo lo demás.

Puesto que el amor a Dios y al prójimo están íntimamente relacionados, San Agustín lo

sintetizó así: “ama y haz lo que quieras”.

Por tanto, la verdadera esencia del cristianismo es el amor. Todo lo demás, las reglas y

recomendaciones que tantas veces se atacan, simplifican y tergiversan, por mala fe o

12

Las frases e ideas de este párrafo han sido extraídas del o inspiradas por el ensayo “Sobre el abismo de

fuego: el heroísmo cristiano en El Silmarillion y El Señor de los Anillos”, de Stratford Caldecott.

13 Mt 22;37-40

Dios nos hizo libres

12

por ignorancia, derivan con lógica intachable de esta idea. Por eso es tan importante el

mensaje que está transmitiendo el Papa Francisco en el inicio de su pontificado: es

preciso centrarse en lo esencial del cristianismo, que es la alegría del Evangelio y el

encuentro con el amor de Dios. Todo lo demás es accesorio, y preocuparse por ello es

empezar la casa por el tejado. Lo único que importa realmente es que Dios, tu Creador,

existe, y que te está esperando.

2.2. Razones para creer14

2.2.1. Fe y razón

Es cierto que todo lo que hemos resumido, la Creación, la Caída, la Santísima Trinidad;

puede parecer a primera vista una simple mitología fantasiosa propia de mentalidades

supersticiosas y atrasadas. Y sin embargo, los católicos estamos convencidos de que

esa historia aparentemente fantástica es la verdad que nos ha revelado Dios. A

continuación examinaremos los principales argumentos racionales que respaldan

nuestras creencias.

Y destaco que los argumentos son racionales, porque, pese a que muchos piensan que

fe y razón son términos contradictorios, en realidad son plenamente compatibles. En

palabras de Pio XII, “la ciencia moderna descubre a Dios detrás de cada nueva puerta

que abre”. Podemos ofrecer una explicación filosófica: como enunció Stuart Mill, “las

leyes de la naturaleza no pueden, por sí mismas, ofrecer una explicación de su propio

origen”. O como dijo Juan Pablo II, “la Ciencia y la Fe no son opuestas, sino

convergentes en el descubrimiento de la realidad integral que tiene su origen en Dios”.

El Concilio Vaticano I afirmó que “ninguna verdadera disensión puede darse jamás

entre la fe y la razón porque el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe puso

dentro del alma humana la luz de la razón; y Dios no puede negarse a sí mismo, y la

verdad no puede contradecir jamás a la verdad”.

“Según la doctrina cristiana, hay dos revelaciones de Dios al hombre: “Especial” es la

Biblia; y “General” es la revelación mediante el Universo creado y su contenido, la cual

conocemos por las leyes naturales -puestas por Dios-, que la ciencia descubre,

incluyendo las de Economía, Gobierno, y Derecho. En los escritos de Roscio hay muchas

alusiones a esta doctrina de “las dos revelaciones”, conforme a la cual la Sagrada

14

Los argumentos recogidos en este apartado proceden básicamente de las siguientes obras: “Mero

cristianismo”, de C.S. Lewis; “La fe es razonable”, de Scott Hahn; y “Para salvarte. Enciclopedia del

católico del siglo XXI”, del padre Jorge Loring, S.I.

Dios nos hizo libres

13

Escritura y las ciencias son mutuamente complementarias, y conviene estudiarlas en

paralelo.”15

La historia está llena de grandes científicos que han sido creyentes convencidos:

Newton, Copérnico, Madame Curie, Pasteur, Marconi, Pascal, Euler, Gauss... El Premio

Nobel de Física Paul Dirac afirmó que el universo parece haber sido diseñado por un

matemático de muy alto nivel. Max Planck, Premio Nobel de Física, llamado el padre

de la física moderna, dijo: “lo que nosotros tenemos que mirar como la mayor

maravilla es el hecho de que la conveniente formulación de esta ley produce, en todo

hombre imparcial, la impresión de que la Naturaleza estuviera regida por una voluntad

inteligente”. Francis S. Collins, médico que ha dirigido durante nueve años el Proyecto

Genoma Humano y “uno de los mejores científicos del mundo” según Barack Obama,

publicó en 2007 su libro “El lenguaje de Dios” para explicar sus argumentos racionales

a favor de la existencia de Dios. Collins es fundador de la BioLogos Foundation, de la

que forman parte “un equipo de científicos que creen en Dios y se han comprometido a

promover una perspectiva de los orígenes de la vida que es a la vez teológica y

científicamente sólida”. La fundación promueve la búsqueda de la verdad en los reinos

natural y espiritual y buscan la armonía entre estas diferentes perspectivas.

El hombre puede conocer cómo fue el origen del cosmos, pero explicar cómo se creó,

no es explicar el por qué. Siempre queda en pie la necesidad de un Creador, autor de

las leyes del universo. Una causa eficiente, que no sea efecto de ninguna causa

anterior, un primer motor inmóvil, que ponga en movimiento el universo, como

explicaron Aristóteles y Santo Tomás de Aquino.

La teoría del Big Bang, es decir, la gran explosión que originó el universo hace unos

14.000 millones de años, hoy comúnmente aceptada, podría ser un buen indicio de

una Creación instantánea. En palabras del astrofísico George Smoot, Premio Nobel de

Física en 2006, “lo que hemos hallado es una prueba del comienzo del universo. Ha sido

como ver la huella de Dios”. Curiosamente, la teoría fue propuesta por un sacerdote

jesuita, Georges Lamaître. Inicialmente fue vista con desconfianza por la comunidad

científica, pues parecía diseñada para defender la idea de la Creación: toda la materia

del universo estuvo originalmente concentrada en un punto, a partir del cual comenzó

a expandirse. Y más curioso aún, hoy en día esta teoría nos es presentada sin ningún

fundamento como una explicación que hace innecesaria la idea de Dios como origen

del universo. Y sin embargo, la teoría sólo indica que toda la materia estuvo

concentrada en un punto, pero desconocemos cómo se creó ese punto increíblemente

denso. Según las recientes manifestaciones de Stephen Hawking, se creó “por

15

“¿Cristo revolucionario? ¿Socialista? Por favor...” Alberto Mansueti.

http://albertomansueti.tripod.com/id16.html

Dios nos hizo libres

14

generación espontánea”16. Que es lo mismo que decir que se creó de la nada, por arte

de magia. No hace falta ser un gran científico para darse cuenta de que esa explicación

es totalmente insatisfactoria.

El origen de la vida es otro gran misterio para los científicos. La abiogénesis se refiere

al estudio del origen de la vida a partir de materia inorgánica. Es un tema que ha

generado en la comunidad científica un campo de estudio especializado cuyo objetivo

es dilucidar cómo y cuándo surgió la vida en la Tierra. La opinión más extendida en el

ámbito científico establece la teoría de que la vida comenzó su existencia a partir de la

materia inerte en algún momento del período comprendido entre 4400 millones de

años —cuando se dieron las condiciones para que el vapor de agua pudiera

condensarse por primera vez— y 2700 millones de años atrás —cuando aparecieron

los primeros indicios de vida—.17 A este respecto, muchos estudiosos de la materia,

han percibido en la actuación de las leyes de la naturaleza una intención, una finalidad,

o incluso una inteligencia. Aún así, es posible que algún día llegue a explicarse

científicamente el origen de la vida. En palabras del Nobel George Wald, “no hay

ninguna oposición entre la aceptación de la explicación científica del origen de la vida y

la creencia en Dios, pues éste es el Autor de las leyes que rigen el proceso biológico”.

Reconocer la existencia de leyes en la naturaleza y no preguntarse por el origen de

ellas es quedarse a mitad de camino. Como indica Paul Davies: “Los ateos sostienen

que las leyes de la naturaleza existen porque sí, y que el universo es en última

instancia absurdo. Como científico, esto me resulta muy difícil de aceptar.18

El origen del hombre es otro campo interesante para analizar. Desde la fe y la filosofía

no hay inconveniente en admitir las teorías de la evolución biológica. La última palabra

la tiene la Ciencia. Pero la teoría de la evolución no elimina la necesidad de una

inteligencia ordenadora. Charles Darwin, padre del evolucionismo, pensaba que la

evolución se ha debido a las “leyes generales impuestas por el Creador”. Y en cualquier

caso, las teorías de la evolución siguen en constante discusión.

Es curioso, a este respecto, considerar que “si pusiéramos en un año la historia del

cosmos, el Big-Bang estaría al empezar el primero de enero, y toda la historia del

hombre ocuparía tan sólo el último minuto del 31 de diciembre, de este hipotético año

en el que cada día equivaldría a 50 millones de años. Y Cristo aparecería el 31 de

16

Diario El Mundo, 21/09/2014.

17 Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Abiog%C3%A9nesis

18 Paul Davies, “What Happened Before the Big Bang?”, citado por Francisco José Contreras en

“Liberalismo, catolicismo y ley natural”, pág. 168.

Dios nos hizo libres

15

diciembre a las 11 horas, 59 minutos y 50 segundos”.19 Ello encaja con la idea de que el

hombre es la cumbre de la Creación, y que hacia él estaba dirigido todo desde un

principio. Por qué Dios habría hecho todo de este modo es algo que no podemos

explicar, pero hay que tener en cuenta que Él es atemporal, por lo que estaría al

margen de la dimensión tiempo tal como nosotros la percibimos.

En conclusión, por mucho que avance la ciencia, siempre queda abierto el interrogante

acerca del origen último del universo. Y esto es así por principio: el estudio del

universo no puede responder a la pregunta de por qué existe el universo. Igual que el

estudio de una casa no puede aclarar por qué existe la casa. El arquitecto no es una

pared ni una escalera. No sólo eso, sino que muchos grandes científicos han percibido

una inteligencia detrás de las leyes que rigen el universo, ya sean físicas, químicas o

biológicas, por ejemplo. Desde luego, no existe ninguna demostración científica o

racional de la inexistencia de Dios. El ateísmo no tiene base científica alguna. Y el

agnosticismo sólo supone aceptar permanecer en la ignorancia. Una opción cómoda,

porque no exige mayor esfuerzo intelectual, pero a la vez insatisfactoria.

Al final, existen dos puntos de vista sobre el universo que nos rodea:

• El materialista, que consiste en pensar que el espacio y la materia simplemente

existen y siempre han existido, sin que nadie sepa por qué, y que por una serie

de casualidades se formó la vida y evolucionó hasta llegar a seres pensantes.

• El religioso, según el cual lo que está detrás del universo se parece más a una

mente que cualquier otra cosa que conozcamos. Es consciente, tiene fines, y

prefiere una cosa a otra. E hizo el universo para producir seres semejantes a Él,

es decir, capaces de pensar.20

Paradójicamente, se suele llamar “racional” al primer enfoque, que conduce a

considerar el universo como algo absurdo y sin sentido, al nihilismo. En cambio a la

segunda postura, que considera que existe una mente, una Razón o Logos, tras el

diseño del universo, se la acusa hoy en día de mística o supersticiosa. Como vemos, en

realidad es más que razonable.

Ante la duda de si existe Dios o no, es célebre la llamada apuesta de Pascal, según la

cual lo aconsejable sería vivir como si Dios existiera, porque si finalmente existiera,

ganaríamos todo, mientras que si no existiera no perderíamos nada.

19

Jorge Loring, S.I., “Para salvarte”, pág. 110.

20 C.S. Lewis, “Mero cristianismo”, pág. 39.

Dios nos hizo libres

16

Puesto que la ciencia no puede afirmar ni negar la existencia de Dios, no cabe sino

concluir, de nuevo con Pascal, que “para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante;

más para quienes tienen opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad”. Es

decir, que desde el plano puramente racional o científico, no puede hallarse una

respuesta definitiva a esta cuestión, ni afirmativa ni negativa. La interpretación

cristiana de este hecho es que Dios permite e incluso provoca intencionadamente esta

duda con el fin de no violar la libertad de sus criaturas. Repasemos algunos

argumentos más que tal vez basten para quienes estén dispuestos a ver.

2.2.2. La Ley de la naturaleza humana

Los seres humanos compartimos algo llamado conciencia. Compartimos una idea

intuitiva de lo que está bien y lo que está mal. Es cierto que en ocasiones existen

diferencias de apreciación, pero coincidimos en lo básico, y a lo largo de la historia la

vamos puliendo; vamos adecuándola a una moral ideal y objetiva. Antiguamente se

denominaba a esta moral ley natural o ley de la naturaleza humana, porque se

consideraba que derivaba de la misma naturaleza del hombre.

Por eso en las discusiones las partes enfrentadas intentan cargarse de razones y

argumentos con el fin de señalar que su comportamiento es correcto y el de la otra

parte es injusto.

Sin embargo, debemos admitir, si tenemos un mínimo de humildad y sinceridad, que a

menudo nuestro propio comportamiento se aleja del ideal. Todos nos comportamos

mal a veces, y entonces tenemos mala conciencia. Conocemos la ley natural, pero la

infringimos.

Estas dos características son inherentes a la especie humana: tenemos la idea de que

existe un comportamiento correcto, decente, moral. Pero no lo seguimos. Somos

imperfectos. Y el hecho de considerarnos imperfectos ya es suficientemente revelador:

notamos que algo en nosotros no es como debería ser. Existe una ley dentro de

nosotros, que no hemos formulado: simplemente está, y nos presiona.

Y ahora viene la interpretación cristiana: esa ley interior es el reflejo de la voluntad de

Dios en nuestras mentes, y la incapacidad para obedecerla es la consecuencia de

nuestra naturaleza caída: Dios es pura bondad, pero nosotros no. Nosotros fuimos

creados libres, y en su día elegimos conocer el mal.21

21

Este argumento se desarrolla más detalladamente y mucho mejor explicado en los primeros capítulos

del libro de C.S. Lewis, “Mero cristianismo”. Lewis proporciona otros argumentos, como que existe algo

que sacia cada necesidad del ser humano. La comida para el hambre, la bebida para la sed. El sueño

Dios nos hizo libres

17

2.2.3. Historicidad de los Evangelios: Tradición y Escrituras

La principal fuente de información sobre Jesús son los Evangelios. Pero no son la única.

Se han hallado referencias a Jesús y a las personas que le rodearon en otros escritos.

Destaca especialmente el historiador judío Flavio Josefo. Hay tanta evidencia, que

puede afirmarse que incluso el historiador más crítico puede afirmar sin duda alguna

que existió un judío llamado Jesús que predicó en Palestina en tiempos del emperador

Tiberio, que fue crucificado siendo prefecto Poncio Pilatos y que continuó teniendo

seguidores tras su muerte.

Pero si queremos saber más sobre la vida y enseñanzas de Jesús, debemos acudir el

Nuevo Testamento. Surge, por tanto, la cuestión de si los Evangelios son fiables

históricamente.

A este respecto, los escépticos suelen partir de que los Evangelios son falsos, salvo en

aquello que se pruebe cierto. Es decir, atribuyen la carga de la prueba a quien afirme la

historicidad de los Evangelios. Sin embargo, existen argumentos para afirmar lo

contrario, es decir, que puede presumirse la veracidad de los Evangelios, salvo prueba

en contrario:22

1. El tiempo transcurrido entre los hechos y su narración en los Evangelios es

demasiado corto como para permitir desviaciones como las que caracterizan

los mitos tradicionales. Existen pruebas de que los Evangelios se redactaron

todos en el siglo I (los tres sinópticos a mediados del siglo, y el de Juan hacia el

final). No digamos en las Cartas de los Apóstoles, alguna de los cuales se ha

situado sólo cinco años después de la crucifixión. “El lapso de tiempo que

transcurre entre los acontecimientos y la composición de los Evangelios es tan

breve, que no permite la formación de un mito contrario a la historia”23.

2. Puesto que aquellos que habían conocido y escuchado a Jesús continuaban

vivos, su presencia habría restringido posibles desviaciones respecto a la

realidad.

3. La transmisión oral de tradiciones religiosas estaba muy desarrollada y era muy

fiable en la sociedad judía de entonces. Los niños memorizaban fielmente

para el cansancio. Y tenemos también una necesidad de algo más profundo; una inquietud que no

acabamos de saciar nunca. Es el anhelo de trascendencia, que sólo Dios puede saciar.

22 Los argumentos proceden en parte del artículo “The Evidence for Jesus”, de William Lane Craig,

http://www.reasonablefaith.org/the-evidence-for-jesus . También puede encontrarse información muy

prolija en “Para salvarte”, del Padre Loring, pág. 208 y ss.

23 “Para salvarte”, pág. 223.

Dios nos hizo libres

18

desde pequeños los distintos textos. Los apóstoles tratarían las enseñanzas de

Jesús con el mismo cuidado. De hecho, la propia Iglesia primitiva filtró desde un

principio los textos que fueron surgiendo, descartando los que no eran

compatibles con la Tradición oral que era característica de aquella sociedad.

Así, los evangelios apócrifos, por ejemplo, que surgieron más tarde, fueron

rechazados.

4. Los escritores de los Evangelios han probado ser una fuente históricamente

fiable: el Nuevo Testamento contiene diversas referencias históricas

(gobernantes, títulos, etc.) y geográficas que se han demostrado correctas.

5. Además los Evangelios contienen aspectos de la narración que no se habrían

incluido en caso de ser inventados; aspectos embarazosos para sus

protagonistas, como la traición de Judas, las negaciones de Pedro, el hecho de

que tras la muerte de Jesús los discípulos tuvieron miedo y se escondieron, etc.

Es necesario leer los Evangelios para darse cuenta. “Lo esencial de la fe es que

en ella no me encuentro con algo inventado, sino que lo que sale a mi encuentro

supera con creces todo cuanto nosotros, los hombres, podemos inventar”.24 De

hecho, la propia condición divina de Jesús, su autoconciencia mesiánica, como

se dice hoy, es absolutamente contradictoria con el monoteísmo judío. Que

Jesús afirmara ser el Hijo de Dios constituía una blasfemia tal que no puede

concebirse que los discípulos la inventaran, sino que tuvo que ser el propio

Jesús quien lo afirmara. Así se desprende de numerosas parábolas y

afirmaciones constantes de los Evangelios. Tan constantes, que no resulta

verosímil que pueda ser un añadido posterior, como se ha intentado defender a

veces.

6. En cuanto a la posible introducción posterior de modificaciones, no hay otra

obra de la antigüedad de la que existan tantos papiros, códices, citas, etc. Si

bien es lógica la existencia de variantes a consecuencia de la enorme cantidad

de traducciones, copias, etc., “de las ciento cincuenta mil variantes, sólo quince

son de importancia, y ni una sola toca a la fe de la Iglesia”.25 De ninguna otra

obra de la antigüedad se conservan tantas copias tan próximas a los originales;

y ninguna otra ha sido estudiada tan exhaustivamente.

Así, “el gran crítico inglés en literatura clásica, B. H. Streeter, confiesa que los

Evangelios (en cuanto a su autenticidad) tienen la posición más privilegiada que existe

entre todas las obras de la antigüedad.”26

24

Benedicto XVI en “Dios y el mundo”, pág. 23.

25 “Para salvarte”, pág. 229.

26 “Para salvarte”, pág. 231.

Dios nos hizo libres

19

2.2.4. Jesús profetizado

Diversas profecías del Antiguo Testamento, escritas siglos antes de Cristo, fueron

cumplidas en Jesucristo. Fueron profetizados su nacimiento, su vida, y especialmente

su Pasión y muerte. Los padres de la Iglesia demostraron que Jesús coincidía

plenamente con lo anunciado por los profetas de Israel acerca del Mesías que había de

venir. Este fue un argumento muy relevante en los primeros tiempos del cristianismo,

especialmente en su expansión entre los judíos de la época.

Resulta especialmente impactante el Salmo 22:

“15 Soy como agua que se derrama

y todos mis huesos están dislocados;

mi corazón se ha vuelto como cera

y se derrite en mi interior;

16 mi garganta está seca como una teja

y la lengua se me pega al paladar.

17 Me rodea una jauría de perros,

me asalta una banda de malhechores;

taladran mis manos y mis pies

16c y me hunden en el polvo de la muerte.

18 Yo puedo contar todos mis huesos;

ellos me miran con aire de triunfo,

19 se reparten entre sí mi ropa

y sortean mi túnica.”

Los salmos son cantos religiosos que se compusieron en Israel a lo largo de su historia

y que en tiempos posteriores al exilio (586-538 a.C.) se compilaron en cinco tomos,

para glorificar a Dios en el Segundo Templo de Jerusalén.

Merece la pena destacar también Isaías 53, escrito en torno al 733 a.C.:

“4. ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los

que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado.

5. El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El

soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados.

6. Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y

Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.

Dios nos hizo libres

20

7. Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello

era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él

abrió la boca.

8. Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se

preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo

ha sido herido;

9. y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más

que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.”

Este es solo una muestra, pero en internet pueden encontrarse fácilmente extensos

listados de profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Jesús.27 Naturalmente,

existen también numerosos autores que han criticado estas afirmaciones.

2.2.5. Reliquias, apariciones y milagros

No está de más mencionar, a mayor abundamiento, la existencia de ciertos signos que

pueden confirmar la veracidad de lo que se nos revela en los Evangelios. Pese a que no

son necesarios para creer, lo cierto es que a lo largo de la historia han ayudado a

muchas personas a convencerse. Como dice Vittorio Messori, si finalmente pudiera

probarse que estos signos son falsos o que existe una explicación científica alternativa,

no restaría nada a nuestra fe, que procede de todo lo ya explicado y de nuestra

experiencia personal. Sin embargo, para quienes no creen, investigar estos hechos

pone a prueba todo su pensamiento y su actitud ante la vida, pues si se convencen de

su autenticidad, deberán replantearse toda su existencia. Sé que el mero hecho de

plantear esta cuestión hará sonreír a los más escépticos. Les animo a profundizar sin

prejuicios en el análisis de los hechos.

En primer lugar podríamos hablar de la Sábana Santa o Síndone, que se conserva en

Turín; una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y

traumas físicos propios de una crucifixión. Existe una gran controversia acerca de si el

sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su

entierro, y que el cuerpo y rostro que aparecen son los suyos. A pesar de haber sido

estudiada con detenimiento por numerosos científicos y sometida a todo tipo de

pruebas, la polémica permanece. La imagen tiene unas características (negatividad,

tridimensionalidad, ausencia de pigmentos, etc.) que hacen que no se haya podido

aportar ninguna teoría satisfactoria sobre su formación. Tuve el placer de asistir a una

conferencia del director del Centro Español de Sindonología28 que explicó al detalle el

27

Por ejemplo, aquí: http://www.corazones.org/jesus/profecias_at_cumplidas_cristo.htm

28 http://www.linteum.com/

Dios nos hizo libres

21

estado del debate científico. La conclusión que extraje es que muy probablemente sea

auténtica.

La Iglesia católica, propietaria de la Síndone, no ha afirmado públicamente que se trate

de la sábana mortuoria de Cristo, ni que no se trate de un fraude. En 1998, el

papa Juan Pablo II declaró: “Dado que no es una cuestión de fe, la Iglesia no tiene

competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Ella confía a los

científicos la tarea de continuar investigando, de manera que se puedan encontrar

respuestas satisfactorias a las preguntas relacionadas con esta sábana, la cual, según

la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor después de haber sido bajado de la

cruz. La Iglesia insta a que la Sábana Santa se estudie sin posiciones preestablecidas

que den por descontado resultados que no son tales; ella los invita a actuar con

libertad interior y respeto atento, tanto para la metodología científica como para la

sensibilidad de los creyentes. “

En 2013, el Director del Centro Internacional de “Sindonología” de Turín, Bruno

Barberis, señaló que tras rigurosas investigaciones y experimentos la ciencia no logra

comprender la naturaleza de la Sábana Santa. “No sé si en el futuro se logrará dar,

pero por el momento, las investigaciones físicas y químicas no pueden imaginar

siquiera la forma de construir de manera real una imagen con las mismas

características”.29 Pese a que la Iglesia no se haya pronunciado oficialmente sobre su

autenticidad, no puedo resistirme a incluirla aquí, por la impresión que a mí me

produjo.

El 29 de marzo de 2015 se publicó un estudio científico basado en técnicas de

anatomía y antropología forense que llegó a la conclusión de que la sábana santa de

Turín y el sudario de Oviedo "envolvieron, casi con toda seguridad, el cadáver de la

misma persona". Según la tradición, la Sábana Santa, custodiada en la catedral de

Turín, sería el lienzo que envolvió el cuerpo de Jesús al ser depositado en el sepulcro,

mientras que el Santo Sudario, venerado en la catedral de Oviedo, sería la tela que

cubrió su rostro en la cruz tras morir.30

Otro signo interesante es el de las apariciones de la Virgen María. En Lourdes, el 11 de

febrero de 1858, y durante seis meses, la joven Bernadette Soubirous recibió las

revelaciones de la Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción en la

pequeña gruta de Masse-Vieille (hoy llamada Massabielle). Es quizás la más famosa de

29

http://www.aciprensa.com/noticias/cientificos-afirman-que-la-sabana-santa-desafia-la-inteligencia-

humana-89995/

30 http://www.europapress.es/comunitat-valenciana/noticia-investigacion-muestra-sabana-santa-turin-

sudario-oviedo-envolvieron-cuerpo-misma-persona-20150329105352.html

Dios nos hizo libres

22

las revelaciones privadas.31 Bernadette fue duramente interrogada por las autoridades

civiles y eclesiásticas, rechazó con absoluta firmeza todo tipo de regalos que los fieles

quisieron hacerle, y finalmente, considerando su misión cumplida al entregar el

mensaje que se le había confiado, se recluyó en un convento. La Iglesia confirmó

oficialmente en 1862 la veracidad y el carácter sobrenatural de las apariciones y

canonizó en 1933 a Bernadette. Hoy se han reconocido oficialmente 69 curaciones

milagrosas en Lourdes (y varios miles de curaciones extraordinarias o inexplicables; los

criterios para reconocer los milagros son muy rigurosos). Alguna de ellas ha llevado a

convertirse incluso a algún Premio Nobel de Medicina.32 Por la sencillez y coherencia

de la vidente, por su carácter tranquilo y humilde, por la ausencia de ningún beneficio

para ella ni su familia, y por las declaraciones de testigos e interrogadores, puede

afirmarse la autenticidad de su testimonio.33

La de Lourdes es una de las más conocidas, pero se han producido otras muchas

apariciones de la Virgen María34, e incluso es posible que se estén produciendo

actualmente, por ejemplo en Medjugorje, si bien este caso aún está siendo analizado

por la Iglesia. Es destacable, por ejemplo, el “Milagro del Sol Danzante de Fátima”, que

vieron decenas de miles de personas el 13 de octubre de 1917. El sol “tembló, hizo

increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica” en el cielo en el día y

la hora que habían predicho los tres niños a los que se había aparecido la Virgen.

31

Después de la venida de Cristo no hay que esperar ya ninguna revelación nueva en relación con la

situación fundamental de la humanidad respecto a la salvación. En efecto, en él y por él Dios ha

revelado plenamente su designio universal de amor. Esta revelación se considera cerrada después de la

muerte del último apóstol. Sin embargo, todavía queda sitio, durante la fase presente de la economía

salvífica, para las revelaciones de Dios, destinadas a iluminar a los creyentes sobre la forma en que han

de portarse en las circunstancias en que viven y a dirigir su acción práctica, moral, espiritual y religiosa.

La calificación de "privadas" que se les da para distinguirlas de la revelación precedente, llamada a veces

"pública", porque se dirige mediante el ministerio de la Iglesia a los hombres de todos los tiempos y de

todos los lugares sin distinción, no quiere decir que esas revelaciones se reserven necesariamente para

una sola persona. En realidad, muchas veces conciernen a todo un grupo, a todo un ambiente y hasta a

la Iglesia en su conjunto en un momento de la historia. Sin duda sería mejor hablar, como lo hizo el

concilio de Trento, de revelaciones "especiales" o "particulares".

http://www.mercaba.org/DicTF/TF_revelaciones_privadas.htm

32 http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=31531

33 A este respecto resulta imprescindible el libro “Bernadette no nos engañó. Una investigación histórica

sobre la verdad de Lourdes”, de Vittorio Messori, que examina y refuta detalladamente cada explicación

alternativa de los hechos.

34 Puede verse una lista no exhaustiva aquí. Merece la pena. Como puede observarse, la propia Iglesia

investiga su veracidad y condena las que considera falsas.

http://www.corazones.org/maria/apariciones_aprobadas.htm

Dios nos hizo libres

23

Por supuesto, existen muchas otras apariciones, curaciones, estigmas, reliquias, etc.

Pero a los fines que nos ocupan, baste con los casos expuestos, que quizás sean

suficientemente ilustrativos. Lo que es necesario tener en cuenta a este respecto, es

que, si admitimos la existencia de un Dios Creador, debemos considerar que, “después

de haber terminado la creación, Dios no se retiró. (…) Dios sigue siendo Dios. Y de la

forma que quiera y sea buena para el mundo, cuando Él desee, puede seguir

manifestándose en el mundo como Creador y Señor.”35 Es decir, la posibilidad de los

milagros se justifica lógicamente en la omnipotencia de Dios.

2.2.6. El salto de fe y la experiencia personal

Hasta este punto hemos resumido los principales argumentos racionales para creer.

Podemos concluir, en consecuencia, que la fe es razonable. No es una creencia

absurda que pueda rechazarse sin más mediante un razonamiento lógico. Tiene

argumentos racionales de su parte. Pero la fe es más que eso; no es el resultado del

solo uso de la razón. Es el resultado del encuentro personal con Dios. Y no hablo de un

encuentro metafórico, sino real.

El cristianismo afirma que la fe es un don de Dios. Pero no es un don que se reserve

sólo para algunos. Es un don que está ahí para todo el que lo quiera aceptar, para

quien lo pida de corazón. Porque dijo el Señor que “todo el que pide, recibe; el que

busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”.36

Por ello, llega un momento en que hay que dejar de darle vueltas racionalmente al

misterio de nuestra existencia, y pedirle a Dios que nos conceda el don de la fe, porque

queremos creer. Se trata de dar el salto hacia la fe37 que describió Kierkegaard.38 Al

final, el argumento más poderoso a favor de la existencia de Dios es haberle

35

Benedicto XVI en “Dios y el mundo”, pág. 53 y 54.

36 Mt 7;8

37 http://es.wikipedia.org/wiki/Salto_de_fe

38 "Cristiano" es para Kierkegaard el extraordinario, aquel que ha dado el salto hacia el Absoluto, movido

por la fe. Kierkegaard introduce la categoría del salto, en el lugar de la mediación hegeliana que era la

categoría de lo continuo, de lo homogéneo e idéntico. (…) Entre el mundo humano y el divino, entre lo

finito y el infinito media un abismo que ninguna mediación puede superar: no queda sino saltar. La fe no

se escandaliza frente al Modelo, Cristo. La dialéctica tiempo-eternidad, contingente-necesario, que tiene

su propia racionalidad en el horizonte intramundano, es desmontada por el Dios que se hace hombre. La

fe requiere la humildad de la razón: "¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!" será uno de los

lemas del Ejercicio del Cristianismo. Se hace cristiano el que sufre el escándalo y logra dar el salto. “Una

senda en el bosque. Guía del pensamiento de Kierkegaard”. Por Mariano Fazio.

http://arvo.net/kierkegaard-una-senda-en-el-b/guia-capitulo-ii-hermeneut/gmx-niv569-con12071.htm

Dios nos hizo libres

24

encontrado personalmente. Haber experimentado personalmente su presencia en

nuestro interior. Millones de personas lo han hecho a lo largo de la historia.

Naturalmente, el escéptico siempre puede pensar que están –que estamos- todos

locos. Pero mi experiencia es que no, que Dios realmente está ahí; siempre ha estado,

esperando a que aceptes con humildad los límites de tu razón y le pidas que te ayude a

encontrarle. Está esperando a que le busques, a que le llames.

2.3. El Reino de Dios

En resumen, hemos visto que el Dios del cristianismo es amor. Igual que el

cristianismo, que deriva de Él. Hemos analizado los argumentos racionales que existen

para creer y el salto que es preciso dar para decirle a Dios que queremos creer y

rogarle que nos conceda el don de la fe.

Desde la perspectiva cristiana, este mundo es un vasto campo de batalla entre el bien

y el mal, la luz y la oscuridad. Y cada ser humano, usando su libertad, elige en qué

bando situarse. Pero, en contra de las apariencias, es una batalla desigual, pues el mal

no es tan real o poderoso como el bien, sino que existe alimentándose del bien, como

un parásito. El mal es sólo la corrupción del bien; carece de consistencia propia. Es una

batalla que Dios ha ganado y ganará, a su debido tiempo. Dios integra en su plan

divino las decisiones que tomamos en el ejercicio de nuestro libre albedrío, los aciertos

y las equivocaciones, el bien y el mal, de modo que su Creación sea finalmente incluso

más grande y maravillosa que si todos hubiéramos sido perfectos desde un principio.

En palabras de San Josemaría, “formamos todos parte de un mismo poema divino, que

Dios escribe con el concurso de nuestra libertad.”39 El plan divino se cumplirá,

independientemente de lo que hagamos. Pero podemos elegir si nuestro papel en ese

plan se asemejará al de Juan o al de Judas.40 Desde el momento en que respondemos a

la llamada de Dios, aceptamos el Reino de Dios en nuestro interior, y acercamos un

poco más este mundo a lo que Él querría que fuera.

39

Josemaría Escrivá de Balaguer, “Es Cristo que pasa”, Rialp 1991, pág. 238.

40 Muchas frases e ideas de este párrafo provienen del ensayo “Un lejano destello del Evangelio: la

salvación en El Señor de los Anillos de Tolkien”, de Colin Gunton.

Dios nos hizo libres

25

3. EL LIBERALISMO

3.1. ¿En qué consiste el liberalismo?

No resulta sencillo dar una definición de liberalismo. Es una palabra polisémica, que ha

sido objeto de innumerables interpretaciones. Incluso podría decirse que cada liberal

tiene la suya. A nuestros efectos, podemos definir liberalismo en sentido amplio, como

aquella doctrina que defiende los derechos del individuo frente a cualquier opresión.

En el liberalismo contemporáneo, que en mi opinión personal podemos denominar

liberalismo libertario41, este principio general de defensa del individuo ha dado lugar a

un sistema filosófico, político, económico y social completo, en el que partiendo de

unas premisas éticas claras se concluye cómo debería ser el marco jurídico de una

sociedad respetuosa con los derechos individuales.

3.1.1. Principios esenciales42

Veamos en primer lugar los principios básicos del liberalismo moderno:

1. Todas las personas son sujetos éticos iguales. Toda regla que aplique a un

individuo o a un grupo necesariamente se tiene que aplicar a todos los demás

individuos o grupos.

2. Principio de no agresión. Cada uno puede hacer lo que desee mientras no inicie

el uso de la fuerza contra los demás. No se puede matar, violar, secuestrar,

esclavizar, agredir, coaccionar, robar, cometer fraude o extorsionar a los

demás.

3. Defensa del derecho de propiedad. La propiedad es el ámbito material de

control de cada uno, el ámbito en el que podemos hacer lo que queramos

41

La palabra libertario en este sentido proviene del ámbito anglosajón, donde en cambio liberal viene a

significar algo así como progresista. Existe un movimiento internacional libertario, donde destaca el

Libertarian Party, tercer partido estadounidense. Actualmente se está constituyendo la Internacional

Libertaria, donde se encuadrarán partidos de unos 40 países, todos ellos alineados con los principios que

se expondrán a continuación.

42 Este apartado está tomado casi literalmente del magnífico artículo “El liberalismo es una cuestión

ética”, de Ignacio Moncada.

http://www.juandemariana.org/comentario/6331/liberalismo/cuestion/etica/

Dios nos hizo libres

26

mientras respetemos el principio de no agresión. El derecho de propiedad

sobre algo nos legitima a establecer normas sobre dicha cosa. Es necesario

tener una teoría no arbitraria que asigne derechos de propiedad de la realidad

material a los individuos o grupos de individuos. Existen cuatro reglas generales

de asignación de derechos de propiedad:

a. Cada uno es dueño de sí mismo.

b. Cada uno pasa a ser dueño de los frutos de sus actos, entre otras cosas

los bienes que producimos con nuestro trabajo o con factores

productivos de nuestra propiedad. Cuando varias personas participan

en la producción de algo, la propiedad se reparte entre ellas como

previamente se haya pactado.

c. Podemos hacernos dueños de las cosas al hacer uso de ellas, cuando no

tienen propietario previo y nadie antes usa, mediante el principio de

primer uso u ocupación.

d. Mediante la transferencia voluntaria y consentida de derechos de

propiedad entre individuos, como por ejemplo intercambios o regalos.

Es decir, mediante contratos. Francisco Capella define los contratos

como compromisos formales exigibles por la fuerza. Los contratos son

mecanismos que permiten que dos o más individuos pacten de forma

voluntaria establecer normas particulares sobre sus propios ámbitos de

propiedad y se comprometan a cumplir con ellas. Los contratos

expresan nuestra capacidad para ligarnos mutuamente, nos permiten

hacer uso de nuestra libertad para restringir nuestras propias acciones.

Por ello, se requiere que los contratos sean voluntarios y consentidos, y

que vinculen sólo a las personas contratantes y a sus respectivos

ámbitos de propiedad.

La libertad, por tanto, no es un principio vago o que sea útil sólo en determinadas

circunstancias. No es un eslogan vacío para campañas políticas. La libertad es un

sistema ético universal, igual para todos y válido siempre, definido por el principio de

no agresión, la asignación de legítimos derechos de propiedad y los contratos

voluntarios.

Hay que decir que no todo es sencillo dentro del sistema liberal. La realidad es

compleja y presenta dilemas y casos de frontera que se interpretan de manera distinta

entre los propios liberales. Hay muchos asuntos controvertidos, fundamentalmente en

torno al papel del gobierno. Esto da lugar a distintas corrientes dentro del liberalismo,

Dios nos hizo libres

27

como el anarcocapitalismo, el minarquismo y el liberalismo clásico. En esta obra

divulgativa trataremos de pasar sobre sus diferencias y describir solamente lo que las

une. La distancia del sistema actual al óptimo liberal es tanta, que hay mucho trabajo

por delante en el que todos los liberales estarán de acuerdo, antes de que sea

necesario discutir los detalles.

3.1.2. Riqueza, capital y trabajo43

El gran problema de la sociedad contemporánea es que los principios éticos descritos

en el apartado anterior, que llegaron a estar bastante claros en los comienzos de las

democracias modernas, se han ido erosionando durante el último siglo, habiéndose

justificado esa erosión mediante distintos argumentos políticamente correctos, pero

equivocados en el fondo, por carecer de una adecuada comprensión no sólo de la

ética, sino también de la economía: qué es la riqueza, cómo se crea y cómo se reparte.

Por ello es esencial explicar algunas ideas básicas sobre la economía y el progreso

humano.

En primer lugar, es preciso saber qué es la riqueza y cómo puede obtenerse.

El hombre persigue fines, metas u objetivos, distintos según las preferencias de cada

individuo. Para alcanzarlos, cada uno de nosotros identifica, mediante el uso de la

razón, medios que juzga idóneos. Los medios escasos, es decir, insuficientes para

alcanzar todos los objetivos a los que la humanidad aspira, suelen denominarse bienes

económicos. Así, la economía estudia el uso de los bienes escasos, y podemos

denominar riqueza al conjunto de medios o bienes escasos considerados idóneos

para alcanzar nuestros fines: los alimentos nos permiten alcanzar nuestro objetivo de

comer; los coches nos permiten movernos a donde deseamos; ver un partido de fútbol

(también hay bienes inmateriales, obviamente) nos permite alcanzar otros objetivos

personales. La economía no se ocupa de cómo deberían ser las apreciaciones y

actuaciones humanas, sino de cómo son en realidad. Los fines pueden variar

enormemente de una persona a otra.

La riqueza, es decir, los bienes económicos que valoramos porque los consideramos

idóneos para alcanzar nuestros fines, debe producirse. No existe en la naturaleza de

por sí. (Con algunas excepciones; algo de agua potable, algunos alimentos, desde luego

no en cantidad suficiente; pero incluso las materias primas más básicas deben

extraerse, el agua potabilizarse o llevarse hasta los consumidores, los pozos deben

construirse, etc., por lo que por simplificar, podemos considerar que efectivamente

todos los bienes deben ser producidos.)

43

Este apartado procede en buena parte de “La acción humana”, la obra maestra de Ludwig Von Mises.

Dios nos hizo libres

28

Nuestros antepasados primitivos se preocuparon ante todo por procurarse

herramientas para asegurar sus necesidades más perentorias. Recurrieron después a

métodos y sistemas que les permitieron, primero, ampliar la producción de alimentos,

para ir luego satisfaciendo necesidades cada vez más elevadas. El hombre, a medida

que prospera, va adoptando métodos de producción más complejos que exigen una

superior inversión de tiempo para ponerlos en marcha, inversión que luego se ve más

que compensada por las mayores producciones o mejores calidades que se obtienen

gracias a los nuevos métodos. La clave de esta mejora de métodos de producción o

inversión es el ahorro: para poder invertir el tiempo necesario en la mejora del

método de producción, es necesario primero tener ahorrados bienes suficientes para

ello. Pensemos en un ejemplo muy básico: un pescador primitivo necesitaría

asegurarse primero algo de comida con su improvisado arpón, para poder dedicarse a

confeccionar unas redes. Una vez dispusiera de las redes, podría pescar más en menos

tiempo, es decir, aumentar su productividad, lo que le permitiría dedicar más tiempo a

otros menesteres.44

La distinción entre medios y fines nos lleva a distinguir entre consumir e invertir, entre

aquellos bienes que se van a destinar a la inmediata satisfacción de necesidades y

aquellos otros que, previa oportuna manipulación, servirán para atender necesidades

futuras. Denominamos bienes de capital a esos factores de producción acumulados, y

capital a su conjunto. Y podemos afirmar que “el ahorro y la consiguiente

acumulación de bienes de capital constituyen la base de todo progreso material y el

fundamento, en definitiva, de la civilización humana”45. Y el ahorro, a fin de cuentas,

no es más que trabajo acumulado.

3.1.3. Pobreza y desigualdad

"Hay una gran diferencia entre tratar a toda la gente igual y obligar a que todos sean iguales".

Friedrich Hayek, 1899-1992

Vemos, por tanto, que cuando se enfoca la cuestión correctamente, el estado natural

del hombre es la pobreza, y que sólo a través de su trabajo, acumulado mediante el

ahorro e invertido para mejorar los medios de producción, formando capital, consigue

mejorar gradualmente su situación, logrando satisfacer progresivamente necesidades

más elevadas.

44

Puede ampliarse la información sobre este concepto, por ejemplo aquí:

http://www.libremercado.com/2011-04-15/juan-ramon-rallo-el-capitalismo-depende-del-ahorro-no-

del-consumo-59306/

45 “La acción humana”, 8ª edición, pág. 317.

Dios nos hizo libres

29

En tanto que los individuos poseen diferentes aptitudes, y se dedican a distintas

actividades con diversos resultados, es lógico que la riqueza acumulada por cada uno

difiera; no digamos si con el paso del tiempo esas diferencias van acumulándose al

heredar cada uno la riqueza de sus antepasados.

Pero esa desigualdad no responde a priori a ninguna injusticia, mientras sea fruto de

los principios esenciales descritos anteriormente, es decir, mientras esa riqueza se

haya obtenido legítimamente. Lo ha descrito muy bien Fernando del Pino:

“La inmensa mayoría de los escritores suficientemente dotados y afortunados como

para ver publicadas sus obras apenas venden unos pocos miles de ejemplares. J. K.

Rowling, sin embargo, ha vendido 400 millones de ejemplares de la saga de Harry

Potter. ¿Ha hecho algo mal? ¿Es injusto? ¿Debemos castigarle por ello? La inmensa

mayoría de los cantantes suficientemente dotados y afortunados como para poder

grabar un álbum apenas venden unos pocos miles de discos. Los Beatles, sin embargo,

han vendido durante su carrera del orden de 300 millones de discos. ¿Es injusto?

¿Deben ser castigados? La inmensa mayoría de actores suficientemente dotados y

afortunados como para obtener un papel en una película nunca salen del anonimato.

Las películas de Tom Hanks o Harrison Ford, sin embargo, han sido vistas por cientos de

millones de personas en todo el planeta. ¿Han cometido alguna injusticia? Las

creaciones de la inmensa mayoría de inventores no verán jamás la luz, y la mayoría de

empresarios fracasan. Steve Jobs, sin embargo, vendió millones de Macs, iPods, iPads y

iPhones y hoy Apple, fundada en 1976, vale 650.000 millones de dólares, siete veces lo

que vale el Santander y diez veces el valor de Telefónica. Estas personas, producto de

su talento, sus circunstancias, el factor suerte y sus decisiones tomadas en el ejercicio

de su libertad son ejemplos extremos de desigualdad. Debemos preguntarnos: ¿qué

hay de injusto en su éxito? ¿Han causado algún perjuicio a la sociedad o más bien la

han enriquecido?”46

Y concluye el autor con una frase magistral, "Bajo el hipócrita disfraz de la igualdad,

Occidente ha decidido enterrar el Décimo Mandamiento e institucionalizar la codicia de

los bienes ajenos", y citando otra que atribuye a Mariano Rajoy: “la igualdad implica

siempre despotismo y la desigualdad es el fruto de la libertad”. Ojalá la hubiera tenido

más en cuenta al gobernar.

En relación con este debate sobre la igualdad económica, existe también una

infundada y perniciosa idea ampliamente extendida: que el capitalismo conduce

46

Fernando del Pino Calvo-Sotelo, “¿Es la desigualdad económica injusta? (y II)”

http://www.fpcs.es/2015/02/04/es-la-desigualdad-economica-injusta-y-ii/

Dios nos hizo libres

30

inexorablemente a la concentración de la riqueza en cada vez menos manos. El capital

acumulado por los ricos tendería a perpetuarse y crecer sin freno hasta absorber toda

la economía. Esa idea carece de base, por diversos motivos: basta observar el

dinamismo de las listas de personas y empresas más acaudaladas para ver que

cambian permanentemente, por lo que los ricos de hoy son distintos de los de hace 50

años. Pero es que además, conservar el capital en un mercado libre es realmente

complicado. Pensemos, por ejemplo, en compañías consideradas casi monopolios hace

poco tiempo, que han perdido su posición con rapidez por no haber sabido adaptarse a

los cambios: IBM, Microsoft, Nokia…47

Si existen sectores en los que los jugadores permanecen inalterados durante mucho

tiempo, probablemente se deba a las ayudas que les prestan los gobiernos,

principalmente imponiendo barreras de entrada a los competidores mediante la

normativa sectorial. Es conocido el problema de la captura del regulador, por el que las

empresas dominantes de un sector influyen o directamente controlan las decisiones

de las agencias gubernamentales a cuyo control regulatorio y legal están

supuestamente sometidas. Así, la intervención estatal que pretendía proteger a los

consumidores de los abusos de los productores de un sector determinado, se acaba

convirtiendo en la herramienta de esos productores para protegerse de la

competencia. Desarrollaremos este punto, más adelante, al tratar el problema del

corporativismo, es decir, la corrupción del capitalismo predominante actualmente.

Del mismo modo, otras intervenciones del Estado en la economía favorecen también a

los más pudientes, por ejemplo a través de la acción de los bancos centrales, como ha

reconocido alguna personalidad relevante.48

Podemos concluir, por tanto, que el actual intervencionismo estatal sí que beneficia a

algunos privilegiados, mientras que en un mercado libre, a la riqueza legítimamente

adquirida no cabe hacerle reproche alguno, sino, como veremos a continuación, todo

lo contrario: la riqueza deriva del servicio a la sociedad.

3.1.4. Precios, cálculo económico y socialismo

47

Véase desarrollada esta idea en este artículo de Juan Ramón Rallo: http://vozpopuli.com/blogs/4241-

juan-r-rallo-que-paso-con-los-superricos-de-1987

48 Un miembro del Consejo del Banco Central Europeo reconoció que sus políticas incrementaban la

desigualdad: al bajar artificialmente los tipos de interés, provocan la revalorización de los activos

financieros, favoreciendo a sus propietarios, que principalmente son las clases más pudientes.

http://www.zerohedge.com/news/2014-10-22/central-banker-admits-central-bank-policy-leads-wealth-

inequality

Dios nos hizo libres

31

En el libre mercado o economía libre, a través de los contratos voluntarios, la

producción de toda la sociedad se orienta, mediante un proceso continuo de prueba y

error, a satisfacer las necesidades que más valoran los consumidores.

Ello se consigue espontáneamente a través del sistema de precios, que suele afirmarse

que constituyen auténticos faros del capitalismo: en un mercado libre, cuando dos

partes efectúan una transacción es porque ambas consideran que dicha transacción les

resulta beneficiosa o conveniente. Esa transacción normalmente fija un precio por el

que se intercambia un determinado bien. Así, en nuestra sociedad se efectúan cada día

millones de operaciones en las que se acuerdan precios para infinidad de bienes.

Los empresarios captan diversos factores productivos y los ordenan para producir

bienes (o servicios) que luego venderán en el mercado. Si consiguen venderlos a un

precio suficiente para obtener beneficios, significará que esa configuración de recursos

responde a la demanda de los consumidores, es decir, que se adapta a las necesidades

más valoradas por los consumidores. Si por el contrario, el empresario cosecha

pérdidas, podremos concluir que esa empresa no satisface adecuadamente la

demanda del mercado. Deberá efectuar cambios en su organización para conseguir

beneficios, o cerrar la empresa y dedicarse a otra cosa. La función empresarial es clave,

pues el empresario debe intuir qué combinación de factores productivos le permitirá

obtener unos ingresos mayores que los costes que tendrá que asumir. Cuánto más

acierte, mayor premio obtendrá del sistema, y viceversa. El empresario, por tanto,

debe estar alerta permanentemente a las variaciones del mercado, para adaptarse a

ellas constantemente.

Vemos, por tanto, que el lucro, tan denostado hoy día, cumple una función esencial:

indica si la actividad de esa empresa o agente económico se adapta a las necesidades

más valoradas (a la demanda) de los consumidores o no.

De este modo, la economía libre, a través del sistema de precios, permite el cálculo

económico, que a su vez permite orientar la producción para satisfacer de modo

eficiente las necesidades más valoradas por los consumidores. Y decimos eficiente, que

no perfecto, porque como hemos dicho el mercado es un proceso continuo de prueba

y error, o, en expresión de Schumpeter, destrucción creativa: los millones de

productores ponen a prueba cada día sus proyectos ante las cambiantes preferencias

de los consumidores. Los billones de transacciones efectuadas permiten ir depurando

permanentemente aquellas empresas que no se adaptan a la demanda del mercado,

mientras se premian aquellas que sí resultan apreciadas por los consumidores.

Podemos afirmar, en consecuencia, que en el mercado libre, la empresa o sujeto que

obtiene grandes beneficios, los obtiene porque produce un bien o presta un servicio

que resulta muy apreciado por los consumidores. Es decir, que es premiado quien

Dios nos hizo libres

32

mejor sirve a la sociedad. El mercado se asemeja así a una democracia muy

perfeccionada, en la que se vota todos los días con cada compra, con cada decisión.

Así, mediante este proceso continuo que involucra a toda la sociedad, se ordena la

producción del modo más apreciado por los consumidores. Es lo que suele

denominarse un orden espontáneo. Pero nótese que es espontáneo sólo en

apariencia: en realidad se debe al trabajo y a los acuerdos voluntarios de millones de

individuos.

Veamos un sencillo ejemplo práctico: supongamos que un año se da una mala cosecha

de trigo. Ante su escasez, sube su precio. Los agricultores, viendo la posibilidad de

obtener ganancias, incrementan su producción de trigo, contribuyendo a que la

cosecha siguiente sea mejor y el precio descienda. Así los precios envían señales a los

productores, indicando qué es preciso producir en cada momento. Los consumidores,

en función de los distintos precios deciden en cada momento qué prefieren consumir y

a qué renunciar, y esta información es procesada por los productores, que actúan en

consecuencia.

Tras explicar estos conceptos, estamos en disposición de entender por qué el

socialismo, entendido como aquel sistema opuesto a la economía de mercado, en el

que no existe propiedad privada y el Estado dirige de manera centralizada la

economía, no puede funcionar correctamente. Se trata de una teoría enunciada por

Ludwig von Mises ya en 1920.

En ausencia de propiedad privada y comercio libre, no pueden formarse precios en el

mercado. Sin esos precios, no existe la información que permite conocer los intereses

de los consumidores y la forma más eficiente de producir los bienes que consumimos.

Es decir, resulta imposible el cálculo económico. El socialismo, entendido como

propiedad pública de los medios de producción, elimina la posibilidad de generar el

conocimiento necesario para que la economía funcione. Tiene que ser un organismo

central planificador quien decida qué y cuánto se produce, mediante qué métodos, y a

quién se asigna. Pero la información que puede poseer un planificador central nunca

puede ser comparable a la información dispersa que produce el mercado. (Aunque

muchos planificadores creen que sí, en la fatal arrogancia de la que habló Hayek.)

Aunque el planificador dispusiera de unos magníficos equipos estadísticos a su

servicio, es imposible que puedan recopilar y procesar una información remotamente

comparable a los millones de transacciones voluntarias que tienen lugar en el mercado

cada día, y no ya por problemas logísticos, sino sencillamente porque esa información

no existe sin mercado: se crea durante el funcionamiento del mismo, cada vez que un

consumidor decide en el supermercado que se lleva unas galletas en lugar de otras;

cada vez que tras comparar los distintos modelos de coche se opta por uno por los

Dios nos hizo libres

33

motivos que sólo cada persona conoce. Es un volumen ingente de información que el

planificador central no puede igualar. Por ello inexorablemente la economía socialista

producirá peores resultados que la economía libre.49

De hecho, en la URSS los precios oficiales resultaban de la aplicación de múltiples

fórmulas que tomaban como base los precios de mercado de los países capitalistas. De

otro modo sus problemas habrían sido incluso mayores.

Por supuesto, la imposibilidad es, en este caso, relativa. Evidentemente pueden existir

sistemas socialistas en tribus y otras organizaciones sociales pequeñas. Pero llevar

dicho sistema a una sociedad más amplia llevaría a enormes problemas de

coordinación y reducciones prácticas en la capacidad de la misma en la división del

trabajo. Dicha sociedad no podría mantener ni el nivel de vida ni la población que

existen bajo el mercado. El resultado es la pobreza y la hambruna, mayores cuanto

más lejos se lleva el paradigma socialista, como sucedió en la Rusia de Lenin antes de

la NEP o en la Camboya de Pol Pot.50

Pues bien, esta imposibilidad del socialismo es aplicable a las muchas formas de

intervencionismo estatal que sufrimos hoy, en las que el planificador estatal es

suficientemente arrogante para pensar que él sabe mejor que el mercado lo que

conviene a la sociedad. La socialdemocracia que hoy padecemos, que también puede

denominarse socialismo de mercado o capitalismo de Estado, deja un margen de

actuación al mercado que es capaz de generar riqueza, pero siempre en menor grado

que un mercado libre, debido a la expansión del tamaño del Estado y a la

multiplicación de sus trabas administrativas, a las exacciones sobre la hacienda de los

49

Hayek analizó en sus libros "Camino de Servidumbre" y "La Fatal Arrogancia" las diferentes razones

por las que el gobernante no puede disponer de la información económica necesaria para la

planificación. Es lo que se llama "el teorema de la imposibilidad del socialismo". El socialismo es un error

intelectual imposible teórica y prácticamente, por los siguientes motivos:

1º) El enorme volumen de información necesario no puede ser gestionado por la mente de una única

persona o comité en un tiempo limitado.

2º) La información necesaria es de carácter subjetivo, está dispersa en la mente de muchos individuos y

además tiene un carácter tácito, no articulable.

3º) En cualquier caso, el carácter dinámico de los procesos económicos, impide que el gobernante

disponga de información que aún no ha sido creada.

4º) Finalmente, el propio carácter coactivo de la intervención en el sistema económico distorsiona,

corrompe, dificulta o simplemente imposibilita la generación y transmisión de la información necesaria.

(Tomado de http://www.eumed.net/cursecon/economistas/escuelas/austriaca/socialismo.htm)

50 Estos dos últimos párrafos proceden de la reseña de Daniel Rodríguez Herrera al libro de Jesús Huerta

de Soto que ahonda en esta cuestión, “Socialismo, cálculo económico y función empresarial”.

http://www.liberalismo.org/articulo/125/25/imposibilidad/socialismo/

Dios nos hizo libres

34

contribuyentes y a toda una completa gama de arbitrios políticos: monopolios,

oligopolios, precios fijos, concesiones, licencias, ayudas o subvenciones.

El socialismo de mercado interviene en la economía con regulaciones restrictivas de la

competencia por lo que, como mínimo, dificulta el cálculo de los agentes económicos.

Cuanto mayor es la intervención en los mercados, más se restringe el acceso de los

ciudadanos al mecanismo de formación libre de los precios que permite obtener

información clara para aprovechar las oportunidades de negocio y así proveer de

bienes y servicios útiles a la sociedad.

Basta pensar en cómo nuestros gobernantes manejan los fondos públicos de modo

totalmente arbitrario, guiándose por su intuición, en el mejor de los casos, y por

criterios electoralistas o aún peor, directamente delictivos, con mayor frecuencia. Las

inversiones públicas, cuando los gobernantes actúan honestamente y con sentido

común, pueden resultar más o menos útiles, pero nunca se puede tener la certeza de

que supongan un uso eficiente de los recursos, pues los políticos no disponen de la

información necesaria para ello. Más frecuentemente constituyen un completo

despilfarro, y de ello tenemos numerosísimos ejemplos recientes: aeropuertos, trenes

y autopistas sin viajeros, ciudades dedicadas a las materias más insospechadas (de la

luz, de las artes, de la cultura, ¡hasta del circo!) sin terminar, y en general,

infraestructuras megalómanas a mayor gloria o provecho del cacique de turno, son

sólo algunos de los casos más vistosos. Más adelante examinaremos algunos de los

muchos ejemplos del actual intervencionismo estatal, y estudiaremos los motivos por

los que empobrecen a la sociedad.51

3.1.5. Lo que se ve y lo que no se ve

“Puede reducirse la totalidad de la Economía a una lección única, y esa lección a un

solo enunciado: El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos

de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en

calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los

sectores.

Nueve décimas partes de los sofismas económicos que están causando tan terrible

daño en el mundo actual son el resultado de ignorar esta lección. Derivan siempre de

uno de estos dos errores fundamentales o de ambos: el contemplar sólo las

51

Los dos últimos párrafos proceden, casi literalmente, de este artículo de Ángel Fernández:

http://www.juandemariana.org/comentario/3529/imposibilidad/calculo/economico/sistema/autonomi

co/

Dios nos hizo libres

35

consecuencias inmediatas de una medida o programa y el considerar únicamente sus

efectos sobre un determinado sector, con olvido de los restantes.

Naturalmente, cabe incidir en el error contrario. Al ponderar un cierto programa

económico no debemos atenernos exclusivamente a sus resultados remotos sobre toda

la comunidad. Es éste un error que a menudo cometieron los economistas clásicos, lo

cual engendró una cierta insensibilidad frente a la desgracia de aquellos sectores que

resultaban inmediatamente perjudicados por unas directrices o sistemas que a largo

plazo beneficiarían a la colectividad.”52

Esta idea tan bien explicada por Hazlitt en los párrafos precedentes, fue propuesta en

primer lugar por Frédéric Bastiat en su ensayo de 1850 “Ce qu'on voit et ce qu'on ne

voit pas” (lo que vemos y lo que no vemos).

Para ilustrar la idea de los costes escondidos (hoy más conocidos como costes de

oportunidad), en la célebre falacia de la ventana rota, Bastiat pone el ejemplo de un

niño que rompe el cristal de un comercio. Al principio, todo el mundo simpatiza con el

comerciante perjudicado, pero pronto empiezan a sugerir que sin embargo el cristal

roto beneficia al cristalero, quien a su vez comprará pan con ese beneficio,

beneficiando al panadero, quien comprará zapatos, beneficiando al zapatero, etc.

Finalmente la gente llega a la conclusión de que el niño no es culpable de vandalismo,

sino que ha hecho un favor a la sociedad, creando beneficio para toda la industria.

La falacia de este razonamiento, según Bastiat, consiste en que se consideran los

beneficios del cristal roto, pero se ignoran los costes escondidos: el comerciante

damnificado está obligado a comprar una ventana nueva, cuando antes quizás fuera a

comprar pan beneficiando al panadero. Al final, mirando el conjunto de la sociedad, se

ha perdido el valor de un cristal.53

Así visto quizás nos parezca una obviedad. Y sin embargo, reputadísimos economistas,

empezando por el Premio Nobel Paul Krugman, por limitarnos a alguien famoso

actualmente, han llegado a defender que el terremoto y tsunami que sufrió Japón en

2012 fue beneficioso para su economía. Krugman incluso bromeó en 2011 con que una

hipotética invasión alienígena acabaría inmediatamente con la crisis actual, por el

gasto en defensa que sería necesario. También se ha convertido en lugar común la idea

de que la Gran Depresión acabó gracias a la Segunda Guerra Mundial.

52

Del clásico de Henry Hazlitt, “Economía en una lección”. Excelente libro, claro y conciso, para iniciarse

en la Escuela Austriaca de Economía.

53 http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_de_la_ventana_rota

Dios nos hizo libres

36

Todas estas ocurrencias, extremadamente dañinas, y que inexplicablemente han

convencido a tanta gente, son, como ya demostró Bastiat, radicalmente falsas. La

destrucción nunca beneficia a la economía. Es cierto que la reconstrucción incrementa

la actividad económica. Pero es actividad, no lo olvidemos, para reconstruir lo que ya

teníamos. Estaríamos mejor sin haberlo roto, pues podríamos haber dedicado nuestro

esfuerzo a otra cosa.

Bien, pues esta idea de lo que se ve y lo que no se ve, de las consecuencias inmediatas

aparentes y las remotas ocultas, es aplicable siempre. Hazlitt utiliza el ejemplo del

puente construido mediante gasto público. La gente ve lo obvio: ve el puente, ve a los

obreros trabajando en él, y piensa que el gasto público genera empleo y riqueza. Pero

olvida que el gasto público se financia con impuestos. Impuestos presentes, si el

presupuesto público está equilibrado, o impuestos futuros, si el Gobierno gasta más de

lo que ingresa, recurriendo a la deuda pública. Por tanto, ese puente se construye con

lo que el Gobierno quita a los ciudadanos mediante impuestos. La gente ve el puente,

pero no ve todos esos gastos alternativos a los que la gente habría dedicado el dinero

que le quita el Gobierno. El puente significa menor venta de ropa, comida, etc. Es

decir, que lo que en realidad sucede es que el Gobierno decide en lugar de los

ciudadanos a qué destinar su dinero. Cada individuo decide normalmente a qué

destinar sus recursos, en función de sus necesidades y preferencias. Pero en este caso

el Gobierno irrumpe para imponer la decisión de gastar en construir un puente. Como

hemos visto, las decisiones del Gobierno no pueden igualar la eficiencia del mercado.

Pero las apariencias le permiten mostrarse como el benefactor que financia un puente,

y mucha gente olvida que ese puente significa que ha podido gastar menos por su

cuenta. Se ve lo que la inversión pública crea, pero no se ve lo que destruye o impide

que llegue a existir.

En resumen, la economía es un sistema complejo, producto de la interacción de miles

de millones de agentes. Es una temeridad alterarlo buscando unas consecuencias

inmediatas determinadas, pues inevitablemente se obvian las consecuencias remotas,

que muy a menudo resultan contrarias a las buscadas inicialmente. Así, como

argumentó brillantemente Mises, la intervención estatal para intentar mejorar una

determinada situación inevitablemente lleva a más intervenciones para intentar

reparar los efectos secundarios indeseados de la primera intervención, en un círculo

vicioso.

Puede ser ilustrativa la comparación de la economía con otro sistema complejo, un

ecosistema54. Estamos cansados de escuchar lo peligroso que resulta alterarlos, por

ejemplo, introduciendo especies nuevas, pues alteran el equilibrio del sistema y las

54

Símil utilizado por Juan Pina en su libro “Una política para la Libertad”.

Dios nos hizo libres

37

consecuencias pueden ser insospechadas. Sin embargo, se ha extendido el

convencimiento de que es natural experimentar alegremente con el sistema

económico, del que dependen nuestras vidas.

3.2. Consecuencias del liberalismo

Veamos a continuación las consecuencias de la aplicación de los principios generales

enunciados en el apartado anterior a diferentes cuestiones y sectores, comenzando

por el gobierno del Estado.55

3.2.1. Forma de gobierno

"Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo

visible o encubierto, como demuestra la historia"

Juan Pablo II

La forma lógica de gobierno para un liberal es la democracia, en la medida en que

somete los asuntos públicos a la voluntad del conjunto de la ciudadanía. Pero es

esencial destacar, ante todo, que las decisiones que puede adoptar una democracia

tienen límites: la mayoría no está legitimada para imponer a los demás cualquier cosa.

Los derechos individuales deben ser respetados en todo caso. Y allí donde existen

diversos derechos en conflicto, debe arbitrarse una solución justa y razonable. El

liberalismo, así, defiende del abuso de la mayoría a la minoría más pequeña: el

individuo56.

“Democracia y liberalismo son dos respuestas a dos cuestiones de derecho político

completamente distintas. La democracia responde a esta pregunta: ¿Quién debe

ejercer el Poder público? La respuesta es: (…) la colectividad de los ciudadanos. Pero en

esa pregunta no se habla de qué extensión deba tener el Poder público. Se trata sólo de

determinar el sujeto a quien el mando compete. La democracia propone que

mandemos todos; es decir: que todos intervengamos soberanamente en los hechos

sociales. El liberalismo, en cambio, responde a esta otra pregunta: ejerza quien quiera

el Poder político, ¿cuáles deberían ser los límites de éste? La respuesta suena así: el

Poder público, ejérzalo un autócrata o el pueblo, no puede ser absoluto, sino que las

55

Las cuestiones que van a tratarse en este apartado han sido analizadas con mucho más detalle del que

se recogerá aquí en diversas obras publicadas recientemente en España. A título indicativo podemos

citar “Una política para la libertad”, de Juan Pina, “Una revolución liberal para España”, de Juan Ramón

Rallo, o la obra colectiva “Un modelo realmente liberal”, coordinada por Juan Ramón Rallo.

56 Parafraseando una célebre cita de Ayn Rand: “La menor minoría en la Tierra es el individuo. Aquellos

que niegan los derechos individuales, no pueden llamarse defensores de las minorías.”

Dios nos hizo libres

38

personas tienen derechos previos a toda injerencia del Estado. Es, pues, la tendencia a

limitar la intervención del Estado”.57

Son interesantes también las reflexiones de Jorge Luis Borges sobre la democracia:

"Para mí la democracia es un abuso de la estadística. Y además no creo que tenga

ningún valor. ¿Usted cree que para resolver un problema matemático o estético hay

que consultar a la mayoría de la gente? Yo diría que no; entonces ¿por qué suponer que

la mayoría de la gente entiende de política? La verdad es que no entienden, y se dejan

embaucar por una secta de sinvergüenzas, que por lo general son los políticos

nacionales.”

Efectivamente, la democracia conlleva ciertos problemas, especialmente cuando sus

límites dejan de ser percibidos claramente por la ciudadanía. Es el mejor sistema

político que tenemos (“el menos malo”, en palabras de Churchill), porque las

alternativas son peores, pero dista mucho de la perfección. Y por ello para el

liberalismo es esencial evitar la concentración de poder, limitando las áreas en que el

Estado puede intervenir, y previendo los contrapesos adecuados para controlar el

poder en manos de una sola persona o institución: checks and balances, en expresión

anglosajona, verdadera separación de poderes, etc. Resulta obvio que el sistema

occidental y especialmente el español es muy deficiente en este aspecto.

3.2.2. Capitalismo y corporativismo

“La descomposición de todo gobierno comienza por

la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado.”

Montesquieu

Es importante destacar, para evitar confusiones, que el sistema económico

predominante en la actualidad está muy lejos de un verdadero capitalismo,

economía de mercado o economía libre, llamémoslo como queramos.

En el sistema actual, en la mayoría de países occidentales el Estado constituye

alrededor de la mitad del Producto Interior Bruto. Véase, por ejemplo, el ascenso

imparable del tamaño del Estado en el liberal EEUU58:

57

José Ortega y Gasset, “Espectador”, citado por Vicente Alejandro Guillamón, en “Defensa cristiana del

liberalismo”, pág. 92.

58 El gráfico está tomado de http://www.libertaddigital.com/economia/el-intervencionismo-de-obama-

aviva-los-llamamientos-a-la-secesion-en-eeuu-1276364192/

Dios nos hizo libres

39

Y en la otra mitad de la economía, el intervencionismo estatal a través de la asfixiante

normativa que en las últimas décadas producen nuestros legisladores a ritmos

crecientes llega a tal extremo que pocos sectores –si es que hay alguno- pueden

considerarse hoy día mercados libres. El problema de la hiperregulación es

particularmente grave en España debido a la producción normativa de las

Comunidades Autónomas, como puede verse en el siguiente gráfico59:

59

Tomado de http://diegosanchezdelacruz.com/2013/06/26/diarrea-legislativa-la-hiperinflacion-

regulatoria-espanola/

Dios nos hizo libres

40

En la práctica, este intervencionismo resulta en una vergonzante connivencia entre la

clase política y las grandes empresas, de modo que los gobernantes legislan a favor de

los magnates que ostentan el verdadero poder en el país, siendo recompensados por

sus servicios de diversos modos (en España ni siquiera se guardan demasiado las

apariencias y son famosas las puertas giratorias por las que los políticos pasan de sus

cargos a los consejos de las multinacionales)60.

Este sistema, quede bien claro, repugna a cualquier auténtico liberal, y debe

denominarse corporativismo, capitalismo clientelista61 o, en inglés, crony capitalism.

Supone la corrupción del capitalismo y su lenta asimilación al socialismo, a través del

creciente intervencionismo estatal. Y no puede solucionarse simplemente cambiando a

los gobernantes, o concediendo más poder al Estado, porque los nuevos gobernantes

también cederán a la influencia de los poderes fácticos, y los nuevos poderes serán

utilizados en su favor. La única solución es una ciudadanía consciente y vigilante que

asegure que el intervencionismo estatal en la economía sea radicalmente limitado.

3.2.3. Gasto público e impuestos

60

Aquí pueden verse algunos ejemplos ilustrativos: http://plumaroja-

plumaroja.blogspot.com.es/2013/11/la-conferencia-socialista-y-las-puertas.html

61 http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo_clientelista

Dios nos hizo libres

41

Hemos visto ya algo sobre este punto anteriormente, al hablar sobre lo que se ve y lo

que no se ve, pero, dada su trascendencia, es importante dejar algunas ideas bien

claras:

1) El dinero público, el que gastan las administraciones, no sale de la nada. El

gasto público siempre corre a cuenta de los ciudadanos, que lo pagarán

tarde o temprano, de una forma u otra. Las administraciones se financian

de tres formas:

a. Tributos: cobrando impuestos, tasas, etc.

b. Endeudándose. La deuda pública, que en algún momento habrá que

afrontar, equivale a impuestos futuros: el Estado tendrá que

incrementar sus ingresos en algún momento para devolver la deuda.

Salvo en caso de quiebra del Estado, claro, en cuyo caso las

consecuencias para los ciudadanos serán aún más gravosas.

c. Emitiendo más moneda, es decir, generando inflación: esto supone

un impuesto oculto a los propietarios de moneda estatal, es decir, a

los ahorradores, puesto que al aumentar la cantidad de moneda,

desciende el valor de ésta. Además, la inflación provoca graves

consecuencias económicas. Más adelante examinaremos

específicamente este problema.

2) Por tanto, como explicamos antes con el ejemplo del puente de Hazlitt,

cuando el Gobierno decide gastar en algo, al mismo tiempo está

provocando que se deje de gastar en otras cosas: en aquellas en que habría

gastado la ciudadanía. Construir el puente puede suponer que una mujer no

compre un abrigo, que un abogado no renueve su ordenador o que un

empresario no amplíe sus instalaciones, por ejemplo. En definitiva, el gasto

público supone desviar el gasto desde las preferencias de los

consumidores a las preferencias de los gobernantes.

3) Y como hemos visto anteriormente, los gobernantes no tienen la

información necesaria para asignar los recursos eficientemente. Ni la

tienen, ni pueden obtenerla, ni si la tuvieran podrían procesarla. Por ello el

gasto público tiende inevitablemente a ser ineficiente. Hemos visto

durante los últimos años innumerables ejemplos: aeropuertos vacíos, AVEs

ruinosos, autopistas quebradas... Pero esos son los ejemplos más obvios.

Incluso en el caso de gastos e inversiones que realmente resulten útiles, esa

es solamente la parte que se ve. Se pasa por alto la que no se ve: el uso

alternativo, más eficiente, que podría haber hecho el mercado de esos

recursos.

Dios nos hizo libres

42

3.2.4. Mercado de trabajo

El problema que más preocupa actualmente a los españoles es el paro. La tasa de

desempleo se situó en el 23,70% de acuerdo con la EPA del 31/12/2014. Es decir, casi

la cuarta parte de la población activa se encuentra parada ahora en España.

Se trata de un problema derivado directamente de la legislación laboral, que impone

una serie de requisitos a los contratos de trabajo que en las actuales circunstancias son

imposibles de cumplir en muchos casos. Es lo que eufemísticamente suelen denominar

los expertos las rigideces de nuestro mercado de trabajo.

Si lo anterior parece una afirmación demasiado atrevida, pensemos un momento, con

la mente abierta, sin prejuicios. ¿Es limitado el trabajo por hacer en el mundo? ¿No es

posible imaginar actividades útiles que podrían hacer los desempleados? A poco que

utilicemos nuestra imaginación, podremos concebir mil y un tareas que podrían

realizar. ¿Limpiar bosques, playas, mejorar parques y jardines? ¿Producir comida para

acabar con el hambre en el mundo? ¿Carreteras, puertos y otras infraestructuras para

los países en vías de desarrollo? Las posibilidades son infinitas. Todos tenemos

necesidades insatisfechas, o cosas que nos gustaría mejorar. Incluso cosas que todavía

no existen porque no se han inventado. ¿Y la cura del cáncer? El trabajo por hacer es

ilimitado.

Y entonces, ¿cómo es posible que nos permitamos el lujo de tener a la cuarta parte de

nuestra fuerza laboral sin hacer nada? Obviamente, porque estamos mal organizados.

Vuelvo a la idea inicial: la legislación está mal hecha. La normativa laboral o social, que

se nos ha explicado que pretende proteger al trabajador, en realidad provoca el efecto

contrario. Tenemos aquí un ejemplo palmario de cómo la bienintencionada

intervención gubernamental, cuando intenta manipular la economía para solucionar

un problema, acaba provocando otros peores.

Nuestro mercado de trabajo está tremendamente intervenido. La regulación y la

negociación colectiva (derivada de la regulación), han ido creando un corsé cada vez

más ceñido, de tal modo que cuando un empresario pretende contratar a un

trabajador, se encuentra con que todos los aspectos de la relación están fijados: las

normas y los convenios determinan el salario mínimo para cada categoría de

empleados, frecuentemente para todo un sector, la jornada laboral, las vacaciones, e

infinidad de detalles más. Intentando proteger al trabajador, el gobierno fija, incluso,

un salario mínimo aplicable universalmente. Es decir, declara ilegales los contratos de

trabajo cuyo salario sea inferior a una cantidad cualquiera, fijada arbitrariamente.

Dios nos hizo libres

43

El gobierno al actuar así ignora una ley económica fundamental: que los salarios vienen

fijados esencialmente por la productividad del trabajo. Es decir, con carácter general,

no es posible pagar a los trabajadores un importe superior al que ellos generan para la

empresa. Se puede vulnerar esta norma en casos particulares o durante breves

periodos de tiempo, pero si se generalizara, cualquier empresa estaría condenada a la

quiebra.

La idea que quiero transmitir es que no puede imponerse una determinada jornada

laboral o un salario por decreto. Sólo si la economía del país se ha fortalecido lo

suficiente, podrá aguantar ciertos derechos que los gobiernos conceden

demagógicamente. Podemos permitirnos la jornada de 40 horas semanales (y a

menudo se infringe en la realidad cotidiana) sólo porque somos suficientemente

productivos. Si no, que pruebe el gobierno a decretar la semana de 20 horas o un

salario mínimo de 3.000 euros al mes. Resulta obvio que sería un desastre

espectacular. Lo que nos indica la teoría económica en este asunto, es que la

acumulación de riqueza y el aumento de productividad que resulta naturalmente de la

economía libre, ya conduce por sí mismo a la mejora de las condiciones de trabajo: los

empresarios compiten entre sí por atraer la mano de obra, y la oferta y la demanda

llevan espontáneamente a que la fuerza de trabajo se dedique a las actividades más

productivas, y a que sus condiciones de trabajo se determinen libremente, como el

resto de precios del sistema económico. Y esto es lo fundamental: el salario no es más

que otro precio que debe ser libremente determinado por el libre juego de los

agentes económicos. La intervención del gobierno, en cambio, como en todos los

casos de control de precios, produce disrupciones en el sistema, como es la aparición

del desempleo.

Veamos por ejemplo el caso del salario mínimo en España. En 2013, el profesor Rallo62

partía del salario mínimo interprofesional, entonces fijado en 645 euros al mes.

Añadiendo impuestos (especialmente cotizaciones a la Seguridad Social, que

constituyen un auténtico impuesto al trabajo), vacaciones, y otros gastos, llegaba a la

conclusión de que el coste mínimo de contratar a un trabajador para un empresario

ascendía a 1.200 euros al mes. Observemos las conclusiones del profesor Rallo:

“En total, pues, el coste mínimo de contratación en España es de 1.200 euros

mensuales. ¿Se imaginan que les prohibiéramos trabajar a todos aquellos

trabajadores por cuenta propia (autónomos) que mes a mes no lograran unos

ingresos superiores a 1.200 euros? Apuesto a que todos, sin excepción, lo

consideraríamos una aberrante y pauperizadora locura gubernamental. Pues

bien, en eso consiste justamente el SMI: en prohibir el trabajo por cuenta ajena

62

http://juanramonrallo.com/2013/12/suprimamos-el-salario-minimo/

Dios nos hizo libres

44

de aquellas personas incapaces de generar un rendimiento mensual superior a

1.200 euros.

A este respecto, la mejor evidencia empírica disponible -recopilada por los

economistas David Neumark y William Wascher en su libro Minimum Wages- es

abrumadoramente concluyente: la legislación de salarios mínimos incrementa

el desempleo y reduce los ingresos de los trabajadores menos cualificados (por

cuanto su jornada laboral se acorta).”

Lo mismo ocurre con muchas otras medidas que en teoría debían proteger a los

trabajadores. Por ejemplo, la estricta regulación de los contratos de trabajo indefinidos

ha provocado un gran aumento de los contratos temporales, dando lugar a la conocida

“dualidad” del mercado de trabajo español, que bien puede describirse como lo hace

el siguiente artículo de El Blog Salmón:

“La legislación de nuestro país ha permitido que coexistan en el mismo dos tipos

de trabajadores claramente diferenciados: los insiders, con empleo fijo y una

gran protección gracias a sus altas indemnizaciones; y los outsiders,

trabajadores temporales con escasa o nula protección ante un despido.

La principal consecuencia de esta situación es que desde que comenzó la crisis

económica, la destrucción de trabajo indefinido ha sido prácticamente

inexistente debido a los contratos blindados de estos empleados, mientras

que los temporales se han convertido en las víctimas perfectas de dicha

destrucción de empleo.

El problema se vuelve especialmente preocupante entre el colectivo de

los trabajadores más jóvenes, tanto indefinidos como temporales. La actual

tasa de desempleo del 57% viene a confirmar que este colectivo ha sido el

principal damnificado por el comportamiento bulímico de nuestro mercado

laboral, capaz de engullir trabajadores a gran ritmo en época de crecimiento y

de vomitarlos en recesión.

La dualidad representa, por tanto, una de las asignaturas pendientes más

importantes del mercado laboral español. La rigidez del mismo es tal que a los

empresarios les interesa mucho más la sucesión de contratos temporales que la

contratación de trabajadores indefinidos.”

Es decir, que la deficiente normativa del mercado de trabajo provoca que los

empresarios, cuando deben prescindir de trabajadores, atiendan más a las

indemnizaciones que tendrán que pagar que a las cualidades de cada trabajador.

Dios nos hizo libres

45

Otro efecto pernicioso del sistema español es que el trabajador pierde el derecho a ser

indemnizado en caso de despido si cambia voluntariamente de empresa. Ello provoca

una paralización del mercado, pues los empleados temen perder sus derechos

adquiridos, especialmente cuando la coyuntura económica es adversa.

En resumen, la intervención estatal en el mercado de trabajo genera problemas más

graves que los que pretende resolver. Es necesario devolver a los ciudadanos la

posibilidad de negociar libremente sus contratos, para que toda la fuerza laboral

pueda ser empleada en las actividades más apreciadas y en las condiciones que pueda

soportar la economía.

3.2.5. Educación

La intervención estatal en educación es tan amplia que el mercado únicamente existe

en minúsculos nichos, cada vez más pequeños, e incluso en ellos la actividad educativa

está completamente regulada.

En España, más de dos tercios de los alumnos acuden a colegios públicos. Del resto, la

inmensa mayoría asisten a colegios concertados, y sólo una exigua minoría, menos del

10%, estudian en centros privados. Los colegios concertados están sometidos a

normativa específica y dependen en gran medida de los ingresos procedentes del

Estado. Pero es que incluso los centros privados se encuentran exhaustivamente

regulados. Estamos acostumbrados a que el Estado decida qué debe estudiarse,

durante cuánto tiempo, cómo deben impartirse las materias, etc.

Ello provoca que las alternativas que se les ofrecen a los padres sean muy limitadas y

similares entre sí. Los centros no pueden innovar realmente, experimentar con nuevos

métodos de enseñanza o planes de estudio. El resultado es que el sector no ha

experimentado apenas innovaciones; se continúa enseñando prácticamente como a

nuestros padres y abuelos. Y si ha cambiado algo, a decir de muchos ha sido a peor, a

tenor de los resultados de los estudios internacionales y de las opiniones de nuestros

mayores y de muchos de nosotros. La regulación exhaustiva y la funcionarización del

profesorado tiende a impedir los cambios y a empeorar la calidad.

Además, se produce un fenómeno inquietante, y es que, ante la diversidad de

opiniones sobre cuestiones educativas, se desarrolla una lucha entre las distintas

facciones, cada una de las cuales intenta imponer su visión de la educación al resto de

la sociedad. Por ejemplo, en España es un tema candente la lengua en que debe

educarse: en Baleares, donde yo resido, se discute si debe enseñarse en castellano, en

catalán más o menos balearizado, en qué proporciones, etc. El Govern del PP intentó

Dios nos hizo libres

46

imponer el trilingüismo, añadiendo el inglés, y fue contestado con manifestaciones

masivas que en el fondo pretendían imponer el catalán. Tras las lenguas hay una

intencionalidad política, y así, vemos cómo la Generalitat se propone catalanizar al

alumnado, mientras que el Ministro de Educación propone una reforma para

españolizarlo. No hace tanto asistimos al debate sobre la asignatura Educación para la

ciudadanía, en la que muchos vimos un intento del Gobierno de inocular en los

estudiantes ciertos valores con los que no todos estábamos de acuerdo. El Gobierno

decide arbitrariamente si deben estudiarse filosofía, griego, latín, ajedrez o cualquier

otra cosa.

El problema no viene de ahora. Todos los regímenes utilizan la educación en su

provecho, unos de manera más evidente que otros. No en vano la escolarización

obligatoria tuvo que ser impuesta por las armas en Estados Unidos a finales del XIX. En

Canadá no llegó hasta bien entrado el siglo XX.63

Se atribuye a León Tolstoi, anarquista de corte cristiano que fundó una escuela

libertaria, la siguiente cita: “La educación es la tendencia de un hombre a hacer al otro

a imagen de sí mismo… La educación es cultura bajo control; la cultura es libre. En la

educación, la enseñanza es forzada y solo se enseñan aquellas materias que el

educador considera necesarias”. Tolstoi proponía una enseñanza sin horarios ni

materias prefijadas, en la que el alumno podía dar rienda suelta a sus gustos e

intereses.

En la escuela actual, en cambio, los alumnos son sometidos a unos programas y

horarios extremadamente rígidos. Y su jornada se completa con los deberes

domésticos, dejando muy poco espacio al libre desarrollo de su personalidad.64

Otro ejemplo interesante es el de la Ratio Studiorum, el sistema global de educación

de la Compañía de Jesús que estuvo vigente con gran éxito a partir de 1599 durante

varios siglos en sus centros educativos de todo el mundo, hasta que la intromisión

estatal fue haciendo trizas gradualmente la libertad educativa.

En conclusión, lo que los liberales defendemos es el derecho de los padres y de los

alumnos mayores de edad a decidir libremente su propia educación y la de sus hijos.

63

http://theanarchistlibrary.org/library/matt-hern-the-emergence-of-compulsory-schooling-and-

anarchist-resistance

64Es interesante a este respecto la entrevista al que fue Profesor del Año en Nueva York durante 3 años,

de donde se han extraído estas ideas. http://www.elblogalternativo.com/2009/08/21/por-que-la-

escuela-no-educa-discurso-de-john-taylor-gatto-maetsro-del-ano-en-nueva-york-durante-3-anos/

Dios nos hizo libres

47

Como en el resto de sectores de la economía, la libertad del consumidor para elegir

entre las diferentes alternativas que se le ofrezcan resultará en una mejora continua

de la calidad del producto y de su coste. El que la educación sea un sector tan

importante para toda la sociedad, es lo que hace particularmente relevante poner

freno a la asfixiante y paralizante intromisión de los gobiernos en la materia.

Frente a esta reivindicación de la libertad educativa, previsiblemente se alzarán

quienes opinen que esa libertad provocará que haya muchos que no puedan afrontar

el coste de la educación.

A ellos hay que decirles que, en primer lugar, la competencia entre centros educativos

hará descender su coste, de modo que los servicios educativos devendrán cada vez

más baratos y más gente podrá pagárselos por sí mismos.

En segundo lugar, el enriquecimiento de la sociedad como resultado de las políticas

liberales propuestas aumentaría los recursos disponibles tanto en el sector público

como en el privado para la concesión de becas o la beneficencia.

Pero es que además, en tercer lugar, es posible mantener ayudas públicas para

garantizar el acceso universal a la educación, sin necesidad de que el servicio sea

público. A este respecto puede implantarse un sistema de cheque escolar, en el que el

Estado simplemente conceda una ayuda económica a las familias que no puedan

afrontar el coste de la educación de sus hijos, para que esas familias puedan pagar un

centro privado.

Es decir, que la necesidad de una educación universal, con la que estoy plenamente de

acuerdo, no exige que exista una educación pública. Eso sería tanto como afirmar que

debe existir una red de comedores públicos porque hay gente que pasa hambre. Es

mucho más barato y eficiente conceder directamente a esas personas necesitadas las

ayudas económicas precisas para que puedan adquirir su comida en el sector privado.

Lo que ocurre hoy en la educación pública, con ese enconado y absurdo debate sobre

la lengua en que deben estudiar los niños, es igual que si implantásemos esos

comedores públicos y nos pasáramos el día discutiendo los menús. Hagamos las

escuelas privadas y libres, dejemos que los padres escojan lo que cada uno quiera.

Ayudemos a quien no pueda pagarlo. Y terminemos con discusiones sin sentido.

El cheque escolar, planteado por el Nobel Milton Friedman en 1955, funciona en la

actualidad, con distintas variantes, en Dinamarca, Suecia, Nueva Zelanda y Australia,

en cinco regiones italianas y en varios estados de los Estados Unidos.

Dios nos hizo libres

48

3.2.6. Sanidad

El caso de la sanidad es muy similar al de la educación: con la excusa de asegurar el

acceso universal de la población a estos servicios, el Estado ha erigido una red de

hospitales y centros públicos, además de regular extensamente el sector privado.

El resultado: hospitales construidos según intereses electorales, despilfarro, listas de

espera… La calidad de la sanidad pública española no es mala, pero debe tenerse en

cuenta que aún debe reducirse el gasto público para eliminar el déficit. La experiencia

de estos últimos años ha sido de tremendas protestas ante los “recortes” y copagos

introducidos.

Y por supuesto, la teoría económica indica que esos servicios podrían ser de calidad

superior e inferior coste en un mercado libre, como consecuencia de la competencia.

Desde el punto de vista liberal libertario, es intolerable que no podamos elegir

nuestros médicos, o que nos obliguen a sufragar unos servicios que no utilizamos. O

que el Estado vaya decidiendo arbitrariamente qué productos o servicios cubre y

cuáles no.

Al igual que en educación, existen alternativas a este sistema de prestación de los

servicios por parte del Estado. Países como Holanda65, Suiza o Alemania existe un

seguro privado obligatorio. Aunque los detalles varían, en general este sistema

consiste en que cada ciudadano debe contratar un seguro privado, y el Estado ayuda a

quien no pueda sufragarlo.

Indudablemente, es un paso en la dirección correcta, pues permite mayor

competencia en el sector, y limita la actuación estatal.

3.2.7. Pensiones

“En este mundo no se puede estar seguro de nada,

salvo de la muerte y de los impuestos.”

Benjamin Franklin

El caso de las pensiones públicas es otro ejemplo paradigmático de cómo la

presuntamente bienintencionada actuación estatal acaba perjudicando a la población.

En España el sistema de pensiones es de los denominados de reparto: lo que pagan

(cotizan) hoy los trabajadores, se reparte inmediatamente, es decir, se destina a pagar

65

http://www.libremercado.com/2012-12-21/holanda-asi-funciona-el-mejor-sistema-sanitario-de-

europa-1276477439/

Dios nos hizo libres

49

hoy las pensiones. Por tanto, lo que recibirán los pensionistas futuros no depende de

lo que hayan cotizado ellos, sino de lo que cotizarán los trabajadores futuros.

Este sistema genera importantes problemas, especialmente cuando se considera la

pirámide demográfica española:

Como puede observarse en la imagen, las últimas generaciones son muy inferiores en

número a las anteriores. Las consecuencias de este sistema en estas circunstancias son

las siguientes66:

� Dado que en el futuro habrá muchos más pensionistas y muchos menos

trabajadores, el pensionista futuro deberá conformarse con una pensión

realmente miserable, muy inferior a las actuales.

� Si el Estado se empecina en mantener el sistema actual, tendrá que exigir a los

trabajadores y a las empresas un esfuerzo aún mayor. Es decir, subirán las

cotizaciones, que en el fondo no son más que impuestos al trabajo. A este

respecto, debe recalcarse que las empresas ya pagan cantidades muy

relevantes por este concepto, en torno al 30% del salario. Este método es

particularmente maquiavélico, puesto que muchos trabajadores ni siquiera

saben que su empresa paga esta cantidad. A efectos económicos, este 30% es

66

Adaptado de la web de la Asociación para la Reforma de las Pensiones.

http://www.pensionesdignas.es/las-verdades-del-barquero/

Dios nos hizo libres

50

como si se restara del salario del empleado. Al pagar la empresa, la población

no es consciente de la cantidad de impuestos que paga realmente.

� Además, como las pensiones son bajísimas, las familias se ven obligadas a

ayudar económicamente a sus mayores. Esto crea injusticias ya que no todos

los mayores pueden contar con tal ayuda, y también porque los jóvenes pagan

doblemente: mediante su cotización y mediante su ayuda directa al familiar

mayor.

� En resumen, el sistema actual lleva inevitablemente a impuestos cada vez

mayores y pensiones cada vez menores.

Pero el sistema de reparto, incluso en condiciones demográficas favorables, es

tremendamente rígido e injusto. Entre otras muchas consecuencias indeseables,

podemos destacar las siguientes:

• El trabajador aporta cantidades fijadas por el Estado, sin flexibilidad alguna

para aportar más cuando le va bien o reducir su aportación en épocas adversas.

• Las aportaciones del trabajador van a un fondo colectivo, por lo que pierde sus

derechos específicos sobre el dinero entregado. El Estado le dará en su día la

pensión que considere oportuna.

• Si el trabajador fallece, sus herederos no recuperarán lo que aportó: el Estado

se quedará con lo aportado.

• El Estado decide a qué edad debe jubilarse el trabajador.

Frente a este sistema absurdo y empobrecedor, existe una clara alternativa mucho

más respetuosa con la libertad individual, y que al mismo tiempo procura más

eficientemente que nadie quede desprotegido: es el denominado sistema de

pensiones de capitalización.

Básicamente, en dicho sistema cada persona va aportando sus ahorros a una cuenta

individual, que se invierte en productos financieros de bajo riesgo para que vayan

generando una rentabilidad que a su vez se reinvierte. El interés compuesto hace que

los ahorros crezcan notablemente y que al final de la vida laboral se disponga de una

renta muy superior a la del sistema de reparto. Una pequeña porción de las cantidades

aportadas se destinan a un fondo de solidaridad para ayudar a quienes no puedan

aportar un mínimo fijado.

Dios nos hizo libres

51

De esta forma, se obtiene un sistema mucho más flexible, en el que se puede decidir

aportar más o menos en función de las circunstancias personales, en el que cada uno

puede decidir cuándo jubilarse considerando su situación laboral y sus ahorros

acumulados, y en el que en caso de fallecimiento los ahorros pasan a sus herederos.67

En definitiva, el sistema de capitalización es mucho más eficiente, justo y flexible que

el de reparto. Naturalmente, la transición de un sistema a otro requiere tiempo y una

buena planificación, pero precisamente por ello es indispensable comenzarla cuanto

antes. Si los gobernantes hubieran sido medianamente responsables, habría

comenzado hace tiempo, pero han preferido no tomarse la molestia y dejar el

problema para el siguiente.

Actualmente existen sistemas de capitalización, puros o mixtos, en muchos países. El

pionero fue Chile, y actualmente se han extendido por América Latina, Suecia, los

países bálticos, Rusia, Australia o Hong Kong, entre otros.68

Resulta interesante a este respecto el siguiente extracto de un artículo de Diego

Sánchez de la Cruz:

“Como ha explicado José Piñera, artífice de la reforma chilena, el pecado original del

sistema de reparto “consiste en romper, en despedazar, el nexo fundamental que debe

existir en toda institución humana entre aportes y beneficios, entre derechos y

responsabilidades, entre lo que se entrega y lo que se recibe”.

La alternativa chilena consiste en que los trabajadores aporten mensualmente el 10%

de su salario a una cuenta de ahorro individual cuya gestión corre a cargo de la entidad

administradora que elige cada cotizante. El trabajador puede alterar el perfil de

inversión para adaptarlo a sus preferencias, así como hacer aportes adicionales al 10%

obligatorio.

Los fondos compiten en un marco legal marcado por una regulación firme, pero

sencilla. Desde la introducción del sistema hasta la actualidad, la rentabilidad media

descontando la inflación ha sido del 9%, por encima de cualquier otro país de la OCDE.

67

Merece la pena ver la comparativa entre el sistema de reparto y el de capitalización realizada por la

Asociación para la Reforma de las Pensiones: http://www.pensionesdignas.es/wp-

content/uploads/2009/07/comparativa-de-sistemas.pdf

68

http://es.wikipedia.org/wiki/Sistemas_de_capitalizaci%C3%B3n_individual_de_pensiones_en_el_mund

o

Dios nos hizo libres

52

El sistema, introducido bajo un régimen militar, permitió que los trabajadores eligiesen

libremente si querían mantenerse en el modelo anterior o preferían cambiarse al

sistema de ahorro individual. La abrumadora mayoría de los chilenos escogió el

segundo camino, lo que explica que el modelo haya sido mantenido y profundizado a lo

largo de más de dos décadas de democracia.

Con el sistema de reparto vigente antes de 1980, el 70% de las pensiones estaban en

los tramos de beneficios más bajos. Hoy, el retorno medio que reciben los jubilados se

acerca al 70% de la remuneración aportada, en línea con la OCDE. No obstante,

conforme Chile ha ido consolidando el sistema y profundizando su desarrollo, el retorno

ha subido a niveles mucho mayores. De hecho, los datos de los jubilados recabados en

2011 muestran pensiones que alcanzan el 90% del antiguo salario.

Hay, eso sí, margen para mejorar el sistema. Se han detectado veinte programas

estatales que desincentivan la cotización. Por otro lado, aunque el 85% de los

trabajadores asalariados cotiza al sistema, los aportes serán mayores conforme se siga

reduciendo la informalidad laboral.

(…)

Decenas de países han aplicado su propia versión del sistema chileno. Si España lo

hiciese, los cálculos de Juan Ramón Rallo en el libro “Una alternativa liberal para

España” muestran que cotizar la aportación media a la Seguridad Social (6.000 euros

anuales) con el retorno medio conseguido en Chile (9% después de la inflación)

permitiría jubilarse después de 35 años de trabajo con una pensión media de 2.500

euros mensuales, derivada de un patrimonio de 1,1 millones de euros.”69

Lástima que el Gobierno de José María Aznar, que recibió al ministro chileno José

Piñera para informarse sobre su sistema de pensiones, no se decidiera a realizar el

cambio.

3.2.8. Asistencia social

“No existe sistema asistencial de estado que pueda reemplazar las formas

espontáneas y organizadas del amor cristiano.”

Benedicto XVI

69

http://www.actibva.com/magazine/mercado-laboral/el-sistema-de-pensiones-de-chile-ejemplo-para-

espana-por-diego-sanchez-de-la-cruz

Dios nos hizo libres

53

Como debería haber quedado claro tras lo expuesto respecto a las políticas de

educación y sanidad, los libertarios no nos oponemos a ciertos tipos de ayudas sociales

estatales, sobre todo considerando que la transición del actual modelo

socialdemócrata a uno más respetuoso con la libertad implica la necesidad de un

cambio gradual y sensato. Las ayudas sociales, eso sí, deben estar diseñadas de tal

modo que minimicen sus efectos secundarios más frecuentes: la desincentivación del

trabajo y la perpetuación de las situaciones de necesidad. Es decir, las ayudas deben

facilitar que los ayudados abandonen su estado de necesidad lo antes posible. Por el

contrario, actualmente en muchos casos se generan clases enteras acostumbradas a

vivir de las subvenciones públicas.

En cualquier caso, en una sociedad como la que proponemos los libertarios, con un

menor peso del sector público y mayor libertad económica, y por tanto mayor

prosperidad generalizada, no cabe duda de que la asistencia social privada, la

beneficencia, tendría una importancia mucho mayor que hoy en día.

En nuestras socialdemocracias mucha gente se olvida de ayudar a los demás porque

considera que esa es labor del Estado exclusivamente. “Ya pago suficientes

impuestos”, piensan con cierta razón.

Al mismo tiempo, con las ayudas estatales ocurre lo mismo que con toda intervención

estatal: los recursos se distribuyen de acuerdo con las arbitrarias preferencias de los

gobernantes, que a menudo no coinciden con las opiniones de buena parte de la

ciudadanía.

A modo de ejemplo puede citarse esta noticia70:

“Según publica ABC Empresa, las Administraciones Públicas destinaron subvenciones

por valor de 11.820 millones de euros durante el año 2011.

Estas subvenciones se diversificaron mucho, pero los observatorios de género fueron

sin duda una de las instituciones más favorecidas por estas subvenciones. Algunos

ejemplos llamativos:

• Observatorio de género de Camboya que costó 150.000 euros en sólo en 2011.

70

http://www.eleconomista.es/espana/noticias/4728513/04/13/Zapatero-concedio-12000-millones-de-

euros-de-subvenciones-publicas-en-plena-crisis.html#.Kku8j6mo9kWeT8X . Otro ejemplo podría ser

esta: http://www.libremercado.com/2013-04-21/treinta-nuevos-ejemplos-de-despilfarro-publico-

1276487968/

Dios nos hizo libres

54

• Promoción del empoderamiento económico y la igualdad de género en 15

aldeas de la zona Ramsar en la provincia de Stung Treng (Asia).

• Observatorio Independiente sobre los Derechos de las Mujeres en Argelia, otros

120.000 euros más.

Otros ejemplos que coparon gran parte de las subvenciones fueron la promoción del

socialismo, cooperación al desarrollo, promoción del cine y otros eventos culturales:

• Socialismo sin Fronteras fue receptora de 120.000 euros.

• Impulso a la cohesión social en la comunidad transaccional cubana fue dotada

con 200.000 euros.

• Festival Internacional de culturo Hip-Hop que se llevó 40.000 euros.

• Rescate de la memoria histórica para la construcción de una cultura de paz en el

Salvador con 121.285 euros.”

La gran ventaja de la beneficencia privada es que se entrega voluntariamente la

cantidad que cada uno desee, a las causas que cada uno considere oportunas. Los

gestores deben cuidar escrupulosamente su reputación, so pena de perder a sus

mecenas. Asimismo, los receptores de las ayudas están más controlados y se evitan

mejor los abusos.

Hoy oímos mucho apelar a la solidaridad, pero la verdadera solidaridad es voluntaria,

no forzada. Juan Ramón Rallo recoge una sentencia de Mises sobre este tema:

“Ninguna comunidad civilizada ha permitido que sus incapacitados mueran. Pero la

sustitución del auxilio caritativo por un derecho coactivo a ser ayudado no parece

encajar con la naturaleza humana (…) La discreción de los burócratas asume el control

sobre la discreción de aquella gente cuya conciencia les impulsa a ser caritativos.”

Rallo argumenta que (i) minorando los impuestos y favoreciendo la creación de riqueza

como proponemos los libertarios, mucha menos gente necesitaría ayuda, y (ii) que en

tales circunstancias los recursos destinados voluntariamente a la asistencia social

serían muy considerables, como demuestra la evidencia histórica anterior a la

irrupción del Estado en el sector.71

3.2.9. Sistema bancario y política monetaria

Este punto resulta singularmente importante, y es algo paradójico, porque el mundo

financiero es para mucha gente el máximo exponente del llamado neoliberalismo:

especulación, capitalismo salvaje, etc.

71

Juan Ramón Rallo, “Una revolución liberal para España”, capítulo 14 (pág. 315 y ss.)

Dios nos hizo libres

55

Y sin embargo, los liberales libertarios opinamos que el bancario, tal como está hoy

configurado, es un sector particularmente intervenido y perjudicial para el conjunto de

la sociedad.

Comencemos analizando el dinero que utilizamos. Hasta 1971 el dinero conservaba

algún tipo de vinculación respecto al oro. Sin embargo, en 1971 Richard Nixon canceló

unilateralmente los acuerdos de Bretton Woods, acabando con la convertibilidad

directa del dólar americano con respecto al oro. ¿Qué quiere decir esto? Que hasta

1971, si uno poseía un dólar, podía cambiarlo por una cantidad determinada de oro,

por ejemplo, 35$ podían equivaler a una onza (31,1035 gramos) de oro. Sin embargo,

tras 1971 desapareció esta referencia.

Nuestro dinero (monedas, billetes y apuntes contables, pues actualmente el 90% del

dinero es un simple apunte en las cuentas de los bancos) es creado a voluntad por los

bancos centrales, que en general son entidades gubernamentales que existen

solamente desde hace poco más de un siglo.

La referencia al oro, cuya cantidad es finita y crece lentamente, servía para asegurar

que no se imprimieran más billetes de los debidos. Sin embargo, perdida la referencia

del oro, los Gobiernos pueden crear de la nada más dinero para pagar sus gastos. Este

es el origen de la inflación, de la que se informa a la ciudadanía como si fuera un

fenómeno inevitable, derivado del malvado capitalismo. Pero nada más lejos de la

realidad. La inflación es provocada por los Estados: al introducir más dinero en el

sistema, los precios suben. La ventaja para los gobiernos es que pueden gastar más sin

tener que subir impuestos para equilibrar el presupuesto.

La inflación supone un auténtico robo para aquellas personas que poseen ahorros en

dinero. Su dinero pierde valor. Por ello muchos economistas llaman a la inflación el

impuesto silencioso. La inflación perjudica a los ahorradores, pero beneficia a los

deudores: cuando paguen su deuda, ésta tendrá un valor real menor, ya que el dinero

pierde valor con el tiempo. En consecuencia, la inflación desincentiva el ahorro, que

como vimos es la auténtica base del progreso, y en cambio incentiva el

endeudamiento.

Pero no acaban aquí sus efectos negativos. La inflación dificulta el cálculo económico

(es difícil de medir, e imposible de anticipar, pues depende de la voluntad del gobierno

o banco central); descapitaliza a las empresas, pues provoca que sus cuentas de

resultados arrojen beneficios ficticios, etc. Además no afecta a todos los agentes

económicos de la misma forma, pues beneficia especialmente a quienes reciben antes

Dios nos hizo libres

56

del dinero nuevo, y pueden gastarlo antes de que los precios hayan subido. En suma, la

inflación provoca la descoordinación del mercado, tanto más grave cuanto mayor es.

Cuando el gobierno pierde el control de la manivela (tradicionalmente se recurría a la

imagen de la imprenta y se hablaba de imprimir dinero; hoy en día es mucho más

sencillo gracias a los ordenadores) e inyecta demasiado dinero en el sistema, se

produce el fenómeno conocido como hiperinflación. Al final del proceso, el dinero

pierde todo valor y la población se ve obligada a recurrir al trueque, con las

devastadoras consecuencias económicas que ello implica. El ejemplo paradigmático es

el de la hiperinflación en la República alemana de Weimar, en 192372, pero hay casos

mucho más recientes como Zimbawe (datos de noviembre de 2008 estimaban que la

tasa de inflación anual de Zimbabue era de 89.700 trillones por ciento (es decir, los

precios se duplicaban cada 24,7 horas)73, Argentina, o el 68% de inflación reconocida

oficialmente en Venezuela en 2014.

En España, según un estudio del Instituto Juan de Mariana, “El informe sobre El patrón

oro y la inflación en España (1972-2007)” si a finales de 1972 España hubiera adoptado

una paridad entre la peseta y el oro, los precios habrían sido en 2007 23,5 veces

menores. Es decir, como media, la moneda perdió la mitad de su poder adquisitivo

cada ocho años. Bajo este supuesto, una vivienda que en 2007 alcanzara los 600.000

euros costaría tan sólo 25.466 euros.74 Es decir, que la peseta, entre 1972 y 2007, en

35 años, perdió el 96% de su valor.

El siguiente gráfico muestra, por un lado, la relación oro/petróleo, es decir, cuántos

barriles de petróleo compra una onza de oro, y por otro lado, el precio del petróleo

frente al dólar. Se puede observar que el precio del oro se mantuvo relativamente

estable desde 1971. Sin embargo, el dólar perdió más del 98% de su poder

adquisitivo. Lo mismo ha sucedido con el resto de divisas.

72

Es terrible el relato del libro “When Money Dies: The Nightmare of the Weimar Collapse”, de Adam

Fergusson, que cuenta cómo por lo que valía un huevo al final de 1923, uno habría podido comprar

500.000.000.000 huevos, medio billón, en 1918.

73

http://es.wikipedia.org/wiki/Hiperinflaci%C3%B3n#Hiperinflaci.C3.B3n_en_Zimbabue_en_el_siglo_XXI

74 http://www.juandemariana.org/nota/1585/peseta/cae/23/veces/35/

Dios nos hizo libres

57

En definitiva, nuestro dinero fiat o fiduciario, sin respaldo en oro, deja en manos de

los gobernantes su valor, que pueden hacer variar a voluntad. La historia demuestra

que, efectivamente, lo hacen variar, y mucho. Se trata de una enorme estafa, de la que

la gente corriente no es consciente.

Veamos ahora qué ocurre con el sistema bancario. El sector bancario y financiero, en

contra de lo que mucha gente piensa, es uno de los más regulados. Los bancos están

sometidos al control de los bancos centrales. En nuestro país, el Banco de España,

hasta hace poco. Tras la crisis es el BCE quien cada vez asume más funciones. Los

bancos están sometidos a una complejísima normativa específica, en parte estatal, y

en parte derivada de las instrucciones del banco central, que además posee un cuerpo

de inspectores que teóricamente llevan un control exhaustivo de cada entidad.

El rol de los bancos centrales es clave en todo el entramado. El banco central, como ya

hemos visto, controla la cantidad de dinero en la economía. Y lo hace a través de

distintos métodos. Uno de ellos es la fijación de los tipos de interés. Todos estamos

cansados de escuchar que los bancos centrales de los distintos países o Dragui, el

actual Gobernador del BCE, deciden subir o bajar los tipos. Los tipos de interés a

menudo son definidos como el precio del dinero. Dicho de manera un poco más

técnica, los tipos de interés expresan el fenómeno denominado preferencia temporal:

el ser humano, siempre y en todo caso -invariadas las demás circunstancias-, prefiere

la satisfacción más próxima a la más remota, es decir, prefiere consumir en el presente

que hacerlo en el futuro, o dicho de otra forma, valora más los bienes presentes que

los futuros. En definitiva, los tipos de interés son precios, y son unos de los precios

más relevantes en la economía: representan el precio de tomar dinero prestado, y por

Dios nos hizo libres

58

tanto influyen en la cantidad de dinero que se toma prestado, y en el nivel de

endeudamiento de la economía.

Pues bien, los bancos centrales manipulan los tipos de interés, con el fin de calentar o

enfriar la economía, según las necesidades del momento. La teoría económica que se

enseña en nuestras facultades indica que cuando hay mucho paro y poca inflación,

corresponde bajar tipos de interés. Por el contrario, cuando hay mucha inflación y una

actividad económica frenética, se deben subir los tipos para refrenarla. Si vamos un

poco más allá, sin embargo, es fácil ver que todos esos juegos malabares se basan en el

endeudamiento: el banco central observa paro, y baja tipos. El bajar los tipos incentiva

el endeudamiento, puesto que se pagarán menores intereses por los préstamos. Y

viceversa. Al provocar un endeudamiento artificial, se provoca una descoordinación

entre el ahorro y la deuda. Parece elemental que, para que se pueda prestar algo,

previamente alguien tiene que haberlo ahorrado. Y sin embargo, mediante la

intervención del banco central para facilitar más crédito, se consigue un

endeudamiento artificial, que excede el ahorro previo.

De este modo los bancos centrales adoptan un papel protagonista en la generación de

los ciclos económicos. En el capitalismo es normal que se produzcan continuas

fluctuaciones en los mercados: en los precios, en la producción, en las innovaciones

introducidas, etc. Pero los ciclos que sufrimos hoy en día son distintos. Se generan

principalmente por el excesivo nivel de endeudamiento.

Cuando los tipos de interés bajan artificialmente y es posible pedir crédito barato, los

agentes acuden a los bancos y se endeudan para invertir, consumir, etc. Cuando el

endeudamiento va en ascenso la economía parece funcionar muy bien; todo el mundo

gana más cada año; se produce una fase de euforia que puede ser bastante

prolongada. Inevitablemente la gente se confía; se olvidan los riesgos; surgen gurús

que hablan de que se alcanzado una nueva etapa en la que ya no habrá más crisis.

Pero llega un momento en que el endeudamiento no puede crecer más. Llega un

momento en que, por mucho que se bajen los tipos de interés, la economía no puede

absorber más deuda. A menudo ni siquiera pueden pagarse los intereses de la deuda,

por muy bajos que estén los tipos. Entonces, por cualquier motivo, estalla la burbuja

crediticia y el proceso se invierte. Deja de incrementarse la deuda, y empiezan a

producirse quiebras. Primero en el sector que protagonizó la euforia. Luego, el sector

bancario, que prestó a ese sector. Después la crisis se propaga a toda la economía. Y

no se recupera hasta que desciende el nivel de endeudamiento. Una vez que ha

descendido la deuda, que se han anotado las pérdidas y han quebrado las empresas

más expuestas, la situación se estabiliza, y poco a poco, el ciclo comienza de nuevo.

Dios nos hizo libres

59

Los bancos centrales son determinantes exacerbando y orquestando estos ciclos, pues,

entre otros problemas, (i) provocan el endeudamiento excesivo al bajar artificialmente

los tipos de interés; (ii) retrasan la detección y estallido de las burbujas, pues cuando

comienzan a surgir problemas intervienen para reinflarla, con lo cual luego el estallido

es peor; (iii) obstaculizan la reparación de las consecuencias de la burbuja, por

ejemplo, manteniendo con vida bancos que deberían haber quebrado (a los que se

llama popularmente zombis)…

Los bancos centrales son auténticos comités de planificación central, y por tanto se

enfrentan a los problemas de cálculo económico que ya hemos expuesto en esta obra.

Las decisiones del banco central jamás pueden ser equiparables a la información que

se genera en el mercado libre mediante la interacción de millones de agentes

económicos. El banco central no es más que un comité de burócratas que se reúne,

examina unas estadísticas muy deficientes, y decide en consecuencia una serie de

precios fundamentales para todo el mercado. Y existe un problema añadido: los

bancos centrales, en las democracias occidentales, pretenden ser agencias

independientes de los gobiernos, pero en la práctica su independencia es muy

cuestionable. Y así vemos que, frecuentemente, sus decisiones tienen en cuenta las

necesidades electorales de los gobernantes.

En fin, la materia es demasiado compleja para exponerla aquí con todo el detalle que

merecería.75 Baste destacar que, por aplicación de los principios generales ya

expuestos sobre precios y cálculo económico, los bancos centrales nunca pueden

acertar con los tipos de interés que resultarían en el mercado libre, que sería mucho

más eficiente fijando precios y manteniendo la deuda en niveles razonables.

En el sistema analizado, los bancos privados son meros transmisores de la política del

banco central. Constituyen “un brazo más del Estado”, en palabras de Juan Pina. De

hecho, cuando llega la crisis y los bancos quiebran en masa, es el banco central quien

los sostiene, y como hemos visto estos últimos años, a menudo se les rescata con

fondos públicos.

En un mercado libre, en cambio, los beneficios de las empresas son privados, pero

también sus pérdidas, y quien tiene que quebrar, quiebra. Son los acreedores de los

bancos quienes deben mantenerlos vigilados, al igual que los bancos vigilan a sus

deudores. La intervención del Estado, a través de diversas vías, hace que los agentes se

75

Una obra clave para comprender el papel del sistema bancario en los ciclos económicos es “Dinero,

crédito bancario y ciclos económicos”, de Jesús Huerta de Soto. Para tener un resumen de este asunto,

puede consultarse aquí:

http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_austriaca_del_ciclo_econ%C3%B3mico

Dios nos hizo libres

60

relajen, pues siempre estará el Estado para cubrir sus pérdidas, y se genera el llamado

riesgo moral: empeora la gestión de los distintos agentes, pues saben que si se

equivocan están cubiertos. Al final, lo que hace el Estado en este caso es repartir entre

todos los contribuyentes la factura de la crisis, en lugar de que paguen los

responsables. Y como se paga entre todos, ocurre lo de siempre, que la factura final

crece y crece.

Resumiendo lo expuesto en este apartado, especialmente complejo, pero de crucial

importancia en nuestra economía:

1. El Estado manipula el valor del dinero a su antojo, haciendo que pierda valor

con el tiempo mediante la inflación.

2. El Estado provoca o al menos exacerba los ciclos económicos, a través

principalmente de los bancos centrales.

3. El sistema bancario está tan intervenido que es prácticamente parte del

Estado. Con beneficios privados para algunos privilegiados, eso sí.

3.2.10. Drogas

Volvamos a temas más prosaicos para descansar de tanta economía. En este apartado

vamos a examinar un sector ilegalizado y perseguido, para estudiar si ese tratamiento

está justificado. Se trata de las drogas.

El primer argumento es de principio: ¿quién es el Estado para decidir qué sustancia

puedo o no puedo tomar yo? Es evidente que desde una postura de respeto a la

libertad personal, deben rechazarse las prohibiciones de este tipo, inspiradas por una

determinada moralidad. Los liberales libertarios defendemos que debe diferenciarse el

marco legal, que es común para todos, del marco moral, que es individual. Es decir, a

mí me puede parecer mal tomar drogas, pero si quien las toma no hace daño a nadie,

no hay motivo para prohibírselo legalmente. Obviamente sí puede estar justificado si

pone en peligro a los demás, por ejemplo al conducir.

Pero es que la ilegalización no sólo no es justificable por cuestión de principio, sino que

además, si lo que se pretende es evitar problemas sociales, es contraproducente. Se

ha escrito mucho al respecto76, y aquí trataré solamente de resumir algunos

argumentos77:

76

Pueden consultarse, por ejemplo, diversas obras de Antonio Escohotado o artículos de Albert

Esplugas, disponibles online.

77 Adaptados muchos ellos del artículo de Juan Carlos Hidalgo:

http://www.liberalismo.org/articulo/131/53/diez/razones/legalizar/drogas/

Dios nos hizo libres

61

1. La actual prohibición de las drogas no detiene al mercado, simplemente lo

sumerge en la ilegalidad, y cuando un negocio es un crimen, los criminales

toman parte de éste. Según las Naciones Unidas, el tráfico de drogas genera

$400.000 millones anuales, lo cual representa un 8% del comercio mundial,

comparable con la industria de textiles. Dicho botín representa una tentación

irresistible para los criminales del mundo. El tráfico de drogas se halla en

manos de organizaciones criminales que suponen un gravísimo problema de

violencia, especialmente en los países productores. La legalización traería a la

superficie el mercado negro existente, y los narcotraficantes serían sustituidos

por empresas y comerciantes.

2. El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países.

Importantes figuras políticas a lo largo de Latinoamérica han sido ligadas con

personalidades y dineros relacionados con el tráfico de drogas. Tal vez aquí

yace la razón por la cual la guerra contra las drogas se intensifica año con año.

Los grandes narcotraficantes son los que más se benefician con la actual

prohibición. La legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y

el poder político.

3. Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual

aumenta en todos los niveles del gobierno debido a que una substancial

cantidad de policías, oficiales de aduana, jueces y toda clase de autoridades

han sido comprados, sobornados o extorsionados por narcotraficantes.

4. Con la legalización se descongestionarían las cárceles. No sólo verdaderos

criminales violentos, sino pequeños productores de drogas blandas, mulas que

las transportan, estudiantes o gente de clase baja que trapichean por necesidad

para ganarse la vida, pero que no han cometido más que estos delitos sin

víctima acaban en la cárcel, donde frecuentemente sí acaban convirtiéndose en

auténticos criminales.

5. La prohibición causa un incremento artificial de los precios. La legalización

reduciría el precio de las drogas, al acabar con los altísimos costes de

producción e intermediación que implica la prohibición. Esto significa que

mucha gente que posee adicción a estas sustancias no tendría que robar o

prostituirse con el fin de costear el actual precio inflado de dichas substancias.

6. La ilegalización provoca problemas de salud más graves que los que se

pretende evitar. Las drogas se toman adulteradas, sin ninguna información

sobre su composición, y sin ninguna seguridad sobre la dosis ingerida. Legalizar

Dios nos hizo libres

62

las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se sometiera a controles

de calidad y su venta se realizara en dosis estandarizadas. Esto evitaría los

actuales niveles de mortalidad a causa de sobredosis o envenenamiento. Según

un estudio del Cato Institute realizado por James Ostrowski, el 80% de las

muertes relacionadas con drogas se deben a la falta de acceso a dosis

estandarizadas.

7. Elevadísimo gasto público derivado de la guerra contra las drogas. Los

gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de

las drogas. Además, todo este esfuerzo por combatir el tráfico de drogas ha

sido inútil. Por ejemplo, las mismas autoridades reconocen que a pesar de todo

el dinero gastado, los esfuerzos actuales solo interceptan el 13% de los

embarques de heroína y un máximo del 28% de los de cocaína. De acuerdo con

las Naciones Unidas, las ganancias de las drogas ilegales están tan infladas que

tres cuartos de todos los embarques deberían ser interceptados con el fin de

reducir de manera significativa lo lucrativo del negocio. Por otro lado, la

legalización incrementaría la recaudación tributaria sin incrementar impuestos,

simplemente por la actividad económica que dejaría la economía sumergida.

Resumiendo, por muy loable que pueda ser intentar evitar los problemas que causan

las drogas, la prohibición genera problemas peores. Al igual que la Ley Seca

prohibiendo el alcohol en EEUU provocó la edad de oro de los gangsters, actualmente

asistimos a la edad de oro del narco. El peor golpe que se les podría propinar sería la

legalización. La prohibición provoca más muertes, corrompe las sociedades y

despilfarra ingentes recursos. La guerra contra las drogas es un fracaso absoluto.

Está creciendo la conciencia del problema. En septiembre de 2014, por ejemplo, tuvo

lugar la presentación en Nueva York del informe de la Comisión Global de Políticas

sobre Droga78, formada por un nutrido grupo de ex mandatarios y personalidades.

Entre ellos están ex presidentes como Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto

Zedillo (México) o Ruth Dreifuss (Suiza), empresarios como Richard Branson, o políticos

e intelectuales como Kofi Annan, Ricardo Lagos, Jorge Sampaio, Mario Vargas

Llosa, Paul Volcker, George Schultz o el español Javier Solana.

Sus conclusiones reconocen que la ‘guerra a la droga’ ha fracasado: solo entre 2008 y

2012, el número de consumidores en todo el mundo aumentó un 18%; la venta al por mayor

de droga supone un negocio de 94.000 millones de dólares, más que los cereales, el

vino, la cerveza, el café y el tabaco juntos; las muertes por violencia relacionada con la

78

http://www.abc.es/sociedad/20140909/abci-expertos-drogas-legalizar-201409091934.html

Dios nos hizo libres

63

droga sigue creciendo en países como México; y la persecución de las drogas acentúan

la discriminación de minorías y los atentados contra los derechos humanos.

Las sugerencias de la Comisión son: cambiar el enfoque de la persecución punitiva a

las intervenciones sociales y sanitarias; asegurar un acceso equitativo a medicinas, en

especial, a opiáceos para combatir el dolor; detener la criminalización del consumo y

de la posesión de drogas; buscar alternativas a la cárcel para pequeños agentes del

mercado de la droga, como agricultores o correos; enfocarse en la lucha contra

organizaciones criminales; y permitir y animar los diversos experimentos sobre

regulación del mercado de la droga.

En este sentido son interesantes las experiencias de Uruguay, que recientemente

reguló la producción y la venta estatal de marihuana, y de estados de EE.UU.

como Colorado y Washington, donde han comenzado ejemplos similares.

Concluyendo, la legalización de las drogas es cada vez menos una propuesta

extravagante, y más una cuestión de puro sentido común.

3.2.11. Política exterior

Para finalizar este resumen de las implicaciones del liberalismo es distintas áreas, me

parece importante destacar sus consecuencias en las relaciones entre naciones. Para

ello, nada mejor que seguir a Mises79:

“Si se quiere llegar a implantar la división social del trabajo en el ámbito internacional,

no queda más remedio que acabar definitivamente con la guerra. (…) El nacionalismo

económico, es decir, la obligada secuela del intervencionismo, perjudica los intereses

de los pueblos extranjeros, sembrando así la semilla de los futuros conflictos

internacionales. (…) El intervencionismo produce el nacionalismo económico y el

nacionalismo económico genera la belicosidad. ¿Por qué no acudir a las fuerzas

armadas para que abran aquellas fronteras que el intervencionismo cierra a gentes y

mercancías? (…) No basta para preservar la paz con derrotar a los agresores. Es

inexcusable además destruir las ideologías que fatalmente llevan a las conflagraciones

bélicas”.

Desgranemos estas sentencias. Las medidas proteccionistas, aquellas que buscan

beneficiar a la población de un país en detrimento de los extranjeros (mediante

aranceles o impuestos a la importación de mercancías, etc.), en primer lugar son

injustas, y se basan en una falacia, como ya probó genialmente Bastiat en su petición

79

Ludwig von Mises, “La acción humana”, págs. 981 y ss.

Dios nos hizo libres

64

de los fabricantes de velas80. Tomemos el ejemplo de la Política Agraria Común (PAC), a

la cual dedica actualmente la UE casi la mitad de su presupuesto anual. La UE grava los

productos agrarios extranjeros, para proteger a sus productores agrícolas locales.

También subvenciona a los locales, para que puedan competir con los extranjeros. En

caso contrario los extranjeros, más eficientes, sacarían del mercado a los locales. Esta

política efectivamente beneficia a los productores, pero castiga a todos los

consumidores, que se ven obligados a comprar productos más caros, o que tienen que

pagar impuestos para subvencionar a los productores locales. Si resulta que en África

son capaces de producir verduras más eficientemente que en Europa, la lógica

económica indica que es mejor dejar de producirlas aquí, y dedicarse a otra cosa. Ese

es el proceso de división del trabajo: cada uno se dedica a aquello en lo que es más

eficiente. Y ese proceso tiene lugar tanto dentro de un país, como en el ámbito

internacional, si se le deja, y favorece la producción total y por tanto la prosperidad

general.

Vemos, por tanto, que el intervencionismo, es decir, las trabas al libre comercio, en

esta área, como en tantas otras, es contraproducente: pretendiendo proteger a unos

no se da cuenta de que perjudica a todos los demás.

Como explica Mises, ese intervencionismo degenera en nacionalismo económico: cada

país toma medidas para proteger a sus productores locales de la competencia del

resto. Con cada ronda de medidas, se produce una respuesta equivalente por parte del

resto de países, y así el comercio internacional se reduce, perjudicando la prosperidad

y el progreso de la humanidad en su conjunto.

A continuación la guerra comercial, en la que podemos incluir las guerras de divisas

tan frecuentes hoy, a menudo deriva en conflictos bélicos por la lucha de los gobiernos

por proteger a sus grandes empresas e inversiones, o por hacerse con recursos

estratégicos. Hemos tenido infinidad de ejemplos: Irak, Afganistán, Libia, Ucrania, etc.

Nada de esto tendría lugar si el comercio internacional fuera libre. No habría problema

en obtener recursos, puesto que estarían disponibles a precio de mercado. Los

vínculos comerciales entre naciones son un serio obstáculo para las guerras:

normalmente nadie desea matar a sus clientes o a sus proveedores, de los que

depende su sustento. El comercio internacional es la mejor garantía de paz.

3.3. Un mundo de paz y progreso

“¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos.”

80

http://www.liberalismo.org/articulo/58/41/peticion/fabricantes/velas/

Dios nos hizo libres

65

Johann Wolfgang Goethe

Bien, hasta aquí la demostración teórica de los enormes beneficios que se derivan de

la libertad. Pero no podemos concluir sin examinar la demostración empírica, porque

no hablamos aquí de puras elucubraciones abstractas, sino de conceptos que han sido

aplicados innumerables veces, siempre con los mismos resultados. Basta repasar la

evidencia histórica para poder reafirmarnos en todo lo expuesto.

Es singularmente ilustrativo el Índice de Libertad Económica81 que anualmente

publican el Wall Street Journal y la Heritage Fundation, que clasifica casi 200 países en

función de una serie de parámetros que van desde el tamaño del sector público, a la

presión fiscal o a la calidad de su Estado de Derecho, entre otros muchos. La

conclusión es la libertad económica es el antídoto contra la pobreza. Recomiendo

encarecidamente echarle una ojeada82, reproduzco aquí únicamente parte de su tabla

clasificatoria:

81

http://www.libertad.org/indice

82 Disponible aquí en pdf: http://www.libertad.org/wp-content/uploads/2015/01/Puntos-destacados-

del-Indice-2015-de-Libertad-Economica.pdf

Dios nos hizo libres

66

También puede resultar ilustrativo examinar casos concretos de naciones divididas, en

las que en una parte se ha aplicado un capitalismo más o menos imperfecto, mientras

que en la otra se ha implantado un régimen comunista.

Veamos el caso de Alemania: “En 1949 Alemania quedó oficialmente dividida en dos

naciones. Alemania Oriental, con un sistema comunista, para 1989 había alcanzado

un PIB per capita que era sólo el 31% del de Alemania Occidental. La destrucción de

capital realizada por los soviéticos y las instituciones socialistas de planificación central

y obstrucción de los mercados, coartaron el crecimiento económico durante la

Dios nos hizo libres

67

posguerra en Alemania Oriental. En cambio, Alemania Occidental adoptó instituciones

amigables a la libre empresa y a la democracia republicana.”83

Veamos ahora el resultado de la división de Corea. El siguiente gráfico muestra la

evolución del PIB per capita en Corea del Norte, con su sistema comunista, y Corea del

Sur.84

“Las totales divergencias de datos, muestran ciertamente lo que 50 años de política

económica pueden hacer a una nación. También está el factor “reunificación”, muy

importante si alguna vez llega a ser políticamente posible. (…) En Corea del Norte, el

PIB per cápita es de apenas el 5% comparado con el Sur.”85

También podríamos examinar otros ejemplos igualmente elocuentes, como los

ejemplos de Singapur y Cuba. Singapur es uno de los países con mayor libertad

económica del mundo y ha pasado en tiempo record del tercer mundo a una

prosperidad envidiable, mientras que en Cuba ha ocurrido justo lo contrario.86

El veredicto de la historia y de la propia realidad de los hechos es irrefutable. El

ejemplo de las Coreas, las Alemanias y tantos otros son lo que más se parece a un

experimento controlado en las ciencias físicas, químicas o biológicas. Y los resultados

son meridianamente claros. Además, coinciden con lo que nos indica la teoría

83

http://www.elcato.org/lecciones-duras-de-las-dos-alemanias-20-anos-de-la-caida-del-muro

84 http://valor-crecimiento.blogspot.com.es/2012/06/muy-graficokorea-del-norte-o-korea-del.html

85 http://megaricos.com/2013/04/17/corea-del-norte-vs-corea-del-sur-increible-comparacion-de-datos-

de-los-dos-paises/

86 http://www.fpcs.es/2015/04/14/sin-paro-sin-corrupcion-y-sin-impuestos-el-exito-del-que-huimos/

Dios nos hizo libres

68

económica y el mismo sentido común. Habrá quien opine que esos experimentos sólo

demuestran la maldad de un sistema extremo como el comunismo, pero que es

posible un compromiso razonable entre socialismo y capitalismo; una tercera vía, y

que todos los extremos son rechazables. Pero no es posible el compromiso entre la

libertad y la opresión, entre el bien y el mal. En palabras de Karl Hess, "el extremismo

en la búsqueda de libertad no es vicio. La moderación en la búsqueda de justicia no es

virtud". El Índice de Libertad Económica antes examinado muestra la necesidad de

aspirar siempre al mayor grado de libertad posible.

Resulta muy ilustrativo también destacar el enorme desarrollo que ha tenido lugar en

todo el planeta en los últimos dos siglos. Muchas veces se nos vende una visión

catastrofista del mundo, de la pobreza y de las desigualdades. Pero, siendo justos, y

viendo las cosas con perspectiva, el mundo está mejorando muy rápidamente. Y lo

haría mucho más rápido, si dejáramos que la gente cooperara libremente. Veamos

algunos gráficos87. Este es el PIB mundial en los últimos 2.000 años:

La mejora en las condiciones de vida es especialmente llamativa si tenemos en cuenta el

enorme aumento de la población que se ha producido desde el año 1800: de 1.000 a 7.000

millones de personas.

87

Información tomada de http://diego-sanchez-de-la-cruz.libremercado.com/2014/07/25/asi-mejora-el-

mundo-las-graficas-del-progreso-humano/ Merece la pena observarlo detenidamente.

Dios nos hizo libres

69

Y la espectacular mejora de la esperanza de vida, que poco a poco se extiende por todo el

mundo:

En conclusión, la libertad económica, el imperio de la ley y los sistemas división de

poderes generan progreso, riqueza y desigualdad. La planificación centralizada y el

Estado intervencionista generan pobreza y además no evitan la desigualdad.

El liberalismo ya separó Iglesia y Estado, en beneficio de ambos y de toda la sociedad.

Es hora de empezar a separar Estado y economía, para hacer posible un mundo en paz

en el que cada individuo pueda desarrollar libremente su proyecto vital. Es necesario

retirar los obstáculos que frenan el progreso, el bien común y el bienestar de toda la

sociedad. Debemos permitir la cooperación y la división internacional del trabajo que

Dios nos hizo libres

70

tienen lugar espontáneamente en el marco de la economía libre. Es la forma de evitar

lo más rápido posible tanto sufrimiento innecesario.

Dios nos hizo libres

71

4. CRISTIANISMO Y LIBERALISMO

Ahora que sabemos qué son el cristianismo y el liberalismo, o al menos cómo los

entiende el autor, analicemos la relación entre uno y otro.

4.1. El liberalismo en las Sagradas Escrituras

Como ya vimos al hablar del cristianismo, la libertad ocupa un lugar central en él.

Estudiemos algunos fragmentos de las Escrituras particularmente representativos.

La parábola de los talentos (Mateo 25, 14-30) es un buen lugar para comenzar:

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al

extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a

otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que

había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.

Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido

uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho

tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que

había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me

entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno

y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu

señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me

entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y

fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu

señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un

hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso

me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas

su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré

y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y

así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento

y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le

sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil,

echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.”

Esta parábola nos enseña a poner en uso todo cuanto hemos recibido: no sólo los

bienes materiales, sino también todas nuestras cualidades y aptitudes, y todas las

gracias que el Señor nos concede. Esta es la interpretación más común, que cualquier

cristiano conoce.

Dios nos hizo libres

72

Pero podemos extraer más significados. Uno bastante aparente es que no es inmoral

beneficiarnos de nuestros recursos; de nuestro ingenio y nuestro trabajo. La falta de

iniciativa, en cambio, sí es reprochable. El Padre Robert Sirico88 comenta que bajo la

ley judía, enterrar el dinero era la mejor forma de prevenir su robo, de modo que

quien lo enterraba quedaba libre de culpa en caso de pérdida. En cambio, en la

parábola, enterrar el dinero y devolver exactamente lo recibido se considera una falta,

un desperdicio. El señor espera que su siervo obtenga un rendimiento, un interés. Dios

nos manda usar nuestros recursos de modo que sean productivos. Se aplaude el

esfuerzo y la creatividad, en oposición a la ociosidad.

Otra enseñanza importante tiene que ver con la aceptación del riesgo: los dos

primeros siervos arriesgan el dinero recibido, para intentar ganar más para su señor.

Podemos aventurar que si hubieran perdido parte o todo lo recibido, no habrían sido

castigados tan duramente como el tercero. El tercero, por miedo a perder, por pura

cobardía, ni siquiera intenta ganar, y por ello es duramente castigado. En esta

aceptación del riesgo no es difícil ver un elogio del espíritu empresarial, que permite al

individuo organizar los recursos a su disposición para intentar obtener un producto

superior, una ganancia.

Efectivamente, la parábola también contiene enseñanzas sobre el lucro y la riqueza.

Buscar el lucro no es inmoral. Es el uso apropiado de los recursos que Dios nos ha

dado. Otra cosa es la avaricia, que es un peligro que nos acecha a todos y que consiste

en un deseo excesivo o insaciable de beneficios materiales. Pero el lucro en sí mismo

no tiene nada de malo. Del mismo modo, la riqueza en sí misma no es injusta. El

primer siervo recibió más que el segundo y el tercero. La desigualdad en sí misma

tampoco es injusta. El Señor reparte los talentos de manera desigual, a cada uno según

su capacidad. Un sistema moral no es aquel que trata de hacer iguales a todos, sino

aquel que reconoce la desigualdad inherente a la condición humana y permite a cada

uno emplear sus talentos del mejor modo posible.

El Padre Sirico extrae incluso una enseñanza sobre macroeconomía: en la parábola, el

señor se va dejando ocho talentos y cuando vuelve recibe quince. La economía no es

un juego de suma cero: lo que gana uno no tiene por qué perderlo otro. La riqueza de

los adinerados no viene necesariamente de las penurias de los pobres, ni los países

ricos lo son porque explotan a los pobres. Como ya hemos explicado anteriormente, la

pobreza es el estado natural del hombre, y la riqueza se obtiene trabajando. Si los dos

primeros siervos se hubieran enriquecido perjudicando a otros, el señor no les habría

elogiado. Emplear los recursos con sabiduría no es sólo bueno individualmente;

también beneficia a toda la sociedad.

88

http://fee.org/freeman/detail/the-parable-of-the-talents-the-bible-and-entrepreneurs

Dios nos hizo libres

73

En resumen, la parábola de los talentos implica una economía libre y abierta.

A menudo se citan en contra de esta interpretación pasajes como Marcos 10, 25: “es

más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de

Dios”. Pero la cita continúa así: “Los discípulos se asombraron aún más y se

preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?». Jesús, fijando en ellos

su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él

todo es posible».” Esta palabra no quiere decir que el bienestar material nos condene

necesariamente, sino que los bienes materiales deben ocupar su justo lugar en

nuestras vidas. La cualidad que debe cultivar el cristiano es el desprendimiento; el

desapego respecto a los bienes materiales, que tienen su función, pero no son

realmente importantes en sí mismos. Debemos buscar el lucro como los buenos

sirvientes lo buscan en la parábola, para mayor gloria de Dios, y darle un buen uso a

nuestros bienes.

Alberto Mansueti ha reunido en su libro “Las leyes malas”89 los pasajes más

importantes de las Sagradas Escrituras que en su opinión permiten extraer la

conclusión de que la Biblia muestra las bondades de un modelo político de gobierno

limitado, válido universalmente. Destaco las que me han parecido más relevantes,

aunque recomiendo encarecidamente ver el original, que contiene muchos más

detalles que no podemos incluir aquí por no alargar excesivamente la exposición:

• Los mandamientos incluyen no matar, robar o codiciar, ni mentir, garantías de

los reales derechos humanos a la vida, a la propiedad y a la verdad. (Éxodo 20 y

Deuteronomio 5).

• Si el pueblo quiere reinado, Deuteronomio 17:16-20 dispone sus fronteras

constitucionales: “El rey no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo

a Egipto para aumentar caballos, porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca

por este camino. […] plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando

se siente al trono de su reino, escribirá para sí en un libro una copia de esta ley,

del original al cuidado de los sacerdotes levitas. Y lo tendrá consigo, y leerá

todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios y guardar

todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra. Para

que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento

89

Alberto Mansueti, “Las leyes malas”, págs. 101 y ss. Muchos de los párrafos siguientes están copiados

literalmente o con ligeras modificaciones. https://direitasja.files.wordpress.com/2012/04/las-leyes-

malas.pdf

Dios nos hizo libres

74

para un lado o para otro; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus

hijos, en Israel”.

• El Libro de Jueces termina con un testimonio: “En aquella época aún no había

rey en Israel, y cada quien hacía lo que bien le parecía.” (Jueces 21:25) Es un

elogio a la libertad reinante en tiempos de los jueces.

• I Samuel 8 es el manifiesto liberal más antiguo registrado. Los israelitas deciden

prescindir del gobierno tradicional de los jueces, y piden a Samuel que les dé

un rey. Dios le ordena a Samuel que les advierta de las consecuencias: “les

harás una solemne advertencia y les explicarás cuál es el derecho del rey que

reinará sobre ellos. Samuel comunicó todas las palabras del Señor al pueblo que

le pedía un rey, diciendo: «Este será el derecho del rey que reinará sobre

ustedes: los destinará a sus carros de guerra y a su caballería, y ellos correrán

delante de su carro. Los empleará como jefes de mil y de cincuenta hombres, y

les hará cultivar sus campos, recoger sus cosechas, y fabricar sus armas de

guerra y los arneses de sus carros. Tomará a las hijas de ustedes como

perfumistas, cocineras y panaderas. Les quitará a ustedes los mejores campos,

viñedos y olivares, para dárselos a sus servidores. Exigirá el diezmo de los

sembrados y las viñas, para entregarlo a sus eunucos y a sus servidores. Les

quitará sus mejores esclavos, sus bueyes y sus asnos, para emplearlos en sus

propios trabajos. Exigirá el diezmo de los rebaños, y ustedes mismos serán sus

esclavos. Entonces, ustedes clamarán a causa del rey que se han elegido, pero

aquel día el Señor no les responderá»”.

• El rey David ofendió gravemente a Dios al realizar un censo: II Samuel 24. El

censo es el medio para decretar impuestos, hacer la guerra y controlar a las

gentes.

• En I Reyes 12 se cuenta del deseo del Rey Roboam de agrandarse a sí mismo y a

su gobierno, incrementando los impuestos y las cargas al pueblo. Jeroboam

encabezó la revuelta de los contribuyentes y el reino se dividió en dos.

• Pasando ya al Nuevo Testamento, el Prof. Mansueti destaca Juan 18:36: “Mi

Reino no es de este mundo”, que a menudo es malinterpretado. No quiere decir

que el Reino no deba llegar a este mundo, sino todo lo contrario. No es de este

mundo porque procede de lo Alto; pero es para este mundo. Por eso rezamos

en el Padre Nuestro: “venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la

tierra como en el cielo”.

Dios nos hizo libres

75

• “Al César lo que es del César” (Mateo 22:21) significa dar al Estado lo suyo;

¡pero no más! La justicia contributiva exige impuestos limitados (I Reyes 12),

bien sean colectados para las autoridades judías (en el Antiguo Testamento) o

romanas (en el Nuevo). Aunque el dicho se cita hoy para justificar lo opuesto:

dar al César cualquier cosa que se le antoje reclamar como propia: impuestos,

comercio e industria, educación, trabajo, medicina, seguros, etc. Eso es

cesarismo; y es anticristiano.

• Lucas 3:12-13 “Llegaron unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron:

Maestro, ¿qué haremos? El les dijo: No exigir más de lo ordenado”. Alude a la

Torah, contra los impuestos excesivos.

• ¿Y el episodio del joven “rico”? (Mateo 19:26). Lo que Jesús le enseñó fue a no

observar solamente las reglas formales, y a no apegarse a la riqueza. No le dijo

que ser rico es malo, sino el apego desordenado y el amor a la riqueza (como al

poder). La Palabra del Dios “de Abraham, Isaac y Jacob” –tres ricos

multimillonarios– no condena la riqueza en sí misma, ni siquiera cuando es

mucha; sí condena el robo y la envidia. Y el apego. Tampoco condena la

actividad sexual en sí misma, sino la actividad sexual desordenada, fuera de su

límite que es el matrimonio. La enseñanza bíblica sobre la riqueza no pregunta

¿a cuánto asciende? sino ¿cómo fue obtenida? y enseguida ¿cómo es

empleada? No es censurable la que procede del trabajo y el honesto

intercambio voluntario, y que se emplea en las necesidades, sin apego.

• El publicano Zaqueo (Lucas 19) no devuelve dinero propio sino del “saqueo”.

“Publicanos” eran los colectores, tenidos como los peores y más extremos

transgresores, al nivel de las rameras según Mateo, ex publicano arrepentido y

convertido (Mateo 9:9). Y no sólo por colectar para Roma, porque el impuesto

excesivo ya era pecado en el Antiguo Testamento. El episodio de Zaqueo es una

revuelta de contribuyentes como la de Jeroboam; y en la España medieval

muchas sublevaciones de “pecheros” invocaron el precedente de Lucas 19.

• En Juan 2:13-17, se ve a Jesús sacando a latigazos del Templo a unos

vendedores, mas no por hacer un mero comercio –como algunos han querido

ver– sino por comerciar con la religión.

• Mc 10, 42: “Jesús los llamó y les dijo: Como ustedes saben, los que se consideran

jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan

de su autoridad”. O Mt 20,25: “Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes

de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen

con su poder. No ha de ser así entre vosotros”.

Dios nos hizo libres

76

• Y a los primeros cristianos de Judea que practicaron el comunismo de bienes no

les fue bien. Tanto se empobrecieron, que Pablo tuvo que organizarles una

colecta (I Corintios 16). Y a los de Tesalónica les gustaba vivir del trabajo de los

demás; y Pablo les amonesta: “El que no trabaja, no come” (II Tesalonicenses

3:10). La caridad es deber moral, no político: la espada no es para

redistribución. Y la caridad tiene límites: en sus Epístolas a los Tesalonicenses

Pablo destaca que vive de su trabajo “para no ser a nadie gravoso” (I Tes 2:9) y

manda “amonestar a los ociosos” (I Tes 5:14) porque “no comimos de balde el

pan de nadie” (II Tes 3:8).

Resumiendo, porque no es el propósito de esta obra analizar exhaustivamente esta

discusión: las Sagradas Escrituras contienen innumerables ejemplos contrarios a la

opresión del poder político, y en cambio favorables al gobierno limitado.

Por casualidad encontré un buen resumen de algunas importantes coincidencias entre

las enseñanzas del cristianismo y el libertarismo90:

1. Ya hemos visto que uno de los principios básicos del libertarismo es el principio

de no agresión. Es obvio que Dios no sólo aprobaría ese principio, sino que es

su propio autor. Y eso incluye no sólo la no agresión física, sino también el

respeto al derecho de propiedad (no robar, incluyendo a través de impuestos

confiscatorios; no codiciar bienes ajenos, es decir, preocuparse de la pobreza, y

no de la desigualdad).

2. Dios no es un anarquista, sino que, al contrario, establece normas. Instaura la

ley de la conciencia en nuestro interior, y a través de Moisés nos entrega los

Diez Mandamientos. Pero esas son unas leyes que encajan perfectamente en el

liberalismo: son leyes concisas y de aplicación realmente general, desde luego

nada que ver con la burocracia o el ordenancismo. ¡Son sólo diez

mandamientos! Y Jesús incluso los resume en dos. Es justo lo que defendemos

los libertarios. Como dijo el Quijote, pocas leyes y que se cumplan. La actual

tendencia a regularlo todo hasta el más mínimo detalle es justamente lo

opuesto, y produce efectos perversos: que nadie sea capaz de conocer y

cumplir todas las normas, quedando a merced de su aplicación arbitraria por

parte de funcionarios o gobernantes corruptos, y que para hacer cualquier cosa

sea preciso superar infinidad de obstáculos.

90

Del espléndido artículo de Sean Garvey Why God is a Libertarian

http://www.thechristianreview.com/why-god-is-a-libertarian/

Dios nos hizo libres

77

3. Respeto por la soberanía del individuo: un defecto inherente a nuestra actual

forma de Estado es la creencia de que es preciso salvar a la gente de sí misma.

No se suele reconocer abiertamente, pero ése es el principio detrás de muchas

normas e instituciones, como ya hemos visto. En cambio, el punto de vista

libertario es que somos libres para elegir, incluso para equivocarnos, y que

somos responsables de nuestras elecciones. Del mismo modo, Dios nos

concedió el libre albedrío, y aunque desea sobre todo que le elijamos a Él,

jamás nos fuerza a ello, ni nos protege de nuestras elecciones erróneas.

¿Vamos a enmendar nosotros la obra de Dios, y asegurarnos de que todos

elijan siempre lo que los gobernantes consideren correcto? Los libertarios

opinamos que las leyes sólo deben coartar nuestra libertad cuando sea

indispensable para proteger los derechos de los demás (principio de mínima

intervención o ultima ratio).

4.2. El liberalismo en la doctrina social de la Iglesia

La doctrina social de la Iglesia católica (DSI) es un conjunto de normas y principios

relativos a la realidad social, política y económica, basado en el Evangelio y en el

Magisterio de la Iglesia. La Iglesia la define como un cuerpo doctrinal renovado, que se

va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra revelada por

Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los hechos según se

desenvuelven en el curso de la historia.

La DSI ha condenado claramente el comunismo y el socialismo, defendiendo en cambio

el libre mercado o economía libre, pero sin caer en una idolatría del mercado, que por

tanto debe funcionar dentro de un marco jurídico sólido y un Estado limitado91. Es

fundamental, en la DSI, el principio de subsidiaridad, que reduce la acción del Estado a

lo que la sociedad civil no puede alcanzar por sí misma. Debe contemplarse, eso sí,

siempre unido al principio de solidaridad. Benedicto XVI afirma en su encíclica Caritas

in veritate, en el nº 58:

“El principio de subsidiaridad debe mantenerse íntimamente unido al principio de la

solidaridad, y viceversa, porque así como la subsidiaridad sin la solidaridad desemboca

en el particularismo social, también es cierto que la solidaridad sin la subsidiaridad

acabaría en el asistencialismo que humilla al necesitado.”

91

Es muy claro respecto a la importancia del mercado, así como respecto a sus límites, el Compendio de

la DSI, nº 347 y ss.

http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_2

0060526_compendio-dott-soc_sp.html#El papel del libre mercado

Dios nos hizo libres

78

Juan Pablo II en la encíclica Centesimus annus, nº 42, hacía una clara diferenciación

entre un capitalismo meramente economicista rechazable para el bien del hombre, y

una economía libre deseable para lograr el desarrollo, por su urgente necesidad, en los

países del Tercer Mundo:

“Si por "capitalismo" se entiende un sistema económico que reconoce el papel

fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la

consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad

humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque

quizá sería más apropiado hablar de "economía de empresa", "economía de mercado",

o simplemente de "economía libre". Pero si por "capitalismo" se entiende un sistema en

el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto

jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una

particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la

respuesta es absolutamente negativa.”

A este respecto opina Huerta de Soto92:

“Quizá uno de los aspectos más significativos de las últimas formulaciones de la

doctrina social de la Iglesia Católica (12) a favor de la economía de mercado radica en

la gran influencia que en las mismas han tenido las concepciones de la Escuela

Austríaca de Economía, y en particular las de Hayek y Kirzner, el primero un católico

agnóstico no practicante, y el segundo un judío practicante profundamente religioso.

En efecto, el pensador católico Michael Novak sorprendió al mundo cuando hizo

pública la extensa conversación personal que el Papa Juan Pablo II y Hayek

mantuvieron antes del fallecimiento de este último. Y posteriormente, en su libro The

Catholic Ethic and the Spirit of Capitalism, Novak (13) señala el gran paralelismo

existente entre la concepción de la acción humana creativa desarrollada por el Papa en

su tesis doctoral titulada Persona y acción (14), y la concepción de la función

empresarial que debemos a Kirzner (15).

Esta concepción ha sido refinada por Juan Pablo II en su encíclica Centesimus Annus, en

donde expresamente se refiere ya a cómo el factor decisivo en la sociedad es la

capacidad empresarial o acción humana creativa o, como dice con sus propias

palabras, “el hombre mismo, es decir su capacidad de conocimiento”, en sus dos

variantes de conocimiento científico y conocimiento práctico, que define como aquél

necesario para “intuir y satisfacer las necesidades de los demás”. De acuerdo con Juan

Pablo II, estos conocimientos permiten al ser humano “expresar su creatividad y

92

http://www.jesushuertadesoto.com/articulos/articulos-en-espanol/eficiencia/6-la-doctrina-social-de-

la-iglesia-catolica-y-la-aportacion-de-kirzner/

Dios nos hizo libres

79

desarrollar sus capacidades”, así como introducirle en esa “red de conocimiento e

intercomunicación social” que constituye el mercado y la sociedad. De manera que,

para Juan Pablo II, cada vez “se hace más evidente el determinante papel del trabajo

humano (yo diría, más bien, acción humana) disciplinado y creativo y el de las

capacidades de iniciativa y del espíritu emprendedor como parte esencial del mismo

trabajo”.

En definitiva, la DSI reconoce la importancia “insustituible” del mercado, aunque

precisa que se debe orientar al bien común y al desarrollo integral del hombre

mediante un sólido contexto jurídico. Esta doctrina conecta bien con lo que se

defiende en esta obra: un Estado que respete las libertades individuales, limitándose a

las funciones que le son propias, a saber, (i) árbitro del sistema económico, mediante

un ordenamiento jurídico claro, sencillo y estable en el tiempo, probablemente de

origen principalmente consuetudinario, y un sistema judicial independiente; (ii)

seguridad, defensa y relaciones exteriores; y, por último, (iii) la condición de garante

de una red de protección social subsidiaria bien regulada y proporcionada, que en la

medida en que la sociedad civil fuera recuperando su vigor e iniciativa, iría siendo cada

vez menos necesaria.

Además la DSI identifica numerosos problemas derivados de un intervencionismo

excesivo. Por citar uno particularmente importante, pues impide que millones de

personas desfavorecidas puedan trabajar para mejorar su situación, veamos lo que

afirmó Benedicto XVI en su última encíclica, Caritas in veritate, en el nº 33:

“Aunque algunas zonas del planeta que sufrían la pobreza han experimentado cambios

notables en términos de crecimiento económico y participación en la producción

mundial, otras viven todavía en una situación de miseria comparable a la que había en

tiempos de Pablo VI y, en algún caso, puede decirse que peor. Es significativo que

algunas causas de esta situación fueran ya señaladas en la Populorum Progressio,

como por ejemplo, los altos aranceles aduaneros impuestos por los países

económicamente desarrollados, que todavía impiden a los productos procedentes de

los países pobres llegar a los mercados de los países ricos.”

4.3. El cristianismo en el origen del liberalismo

"El cristianismo constituyó el humus a partir del cual

se desarrolló el marco para una economía libre".

P. Martin Rhonheimer

No es casualidad que los valores cristianos y los liberales, tal y como aquí se han

expuesto, encajen a la perfección. Si examinamos la historia, podemos afirmar que el

Dios nos hizo libres

80

liberalismo procede en buena parte del cristianismo: se originó en la sociedad

cristiana, fruto de una lenta evolución ideológica.

Escribió Benedicto XVI93:

“El énfasis en la idea de la libertad humana, que caracteriza al pensamiento liberal,

presupone la idea del hombre como imagen cristiana de Dios, cuya consecuencia es

precisamente la libertad del hombre [...] Al tema de la relación del liberalismo con el

cristianismo pertenecen también las reflexiones acerca de la crisis ética. En efecto,

[Marcello] Pera muestra cómo la ética liberal está íntimamente emparentada con la

doctrina cristiana del bien y cómo ambas pueden y deben vincularse entre sí en la lucha

por el hombre.”

Y Francisco José Contreras:

“Los ideales liberal-democráticos modernos proceden en realidad de los valores

cristianos. (…) Señalemos simplemente que la idea de dignidad humana –la idea según

la cual la mera pertenencia a nuestra especie confiere al individuo ciertos derechos

inalienables- encuentra una fundamentación insuperable en la creencia cristiana en la

filiación divina: el homo sapiens no es el producto fortuito de una lotería cósmica

carente de sentido, sino la criatura predilecta de un Dios amoroso. De ahí deriva su

dignidad: de lo alto. Cualquier otra explicación convierte la dignidad, al final, en una

autosacralización voluntarista (“tenemos dignidad porque así lo hemos decidido”) y

selectiva (…) El cristianismo ha hecho posible el concepto de derechos humanos al

proporcionar la idea de una dignidad inviolable del individuo. (…) En efecto, la

democracia liberal surgió de un humus cultural muy concreto: un humus en el que el

cristianismo (junto al sustrato grecorromano) juega un papel central. No es casualidad

que las ideas de derechos humanos, Estado de Derecho, etc. hayan surgido en

Occidente y encuentren en Occidente sus realizaciones más duraderas y perfectas.

Tampoco es casual que el único país del mundo que ha sido invariablemente liberal y

democrático desde su nacimiento (y el que salvó la democracia frente a los

totalitarismos nazi y soviético) –Estados Unidos- sea también el más cristiano de

Occidente.”94

Es fácil, pero falso, presumir que el concepto de individuo existe en la condición

natural humana. La historia muestra que la mayoría de sociedades no se han

93

Marcello Pera: "Por qué tenemos que decirnos cristianos. El liberalismo, Europa, la ética" ("Perché

dobbiamo dirci cristiani. Il liberalismo, l'Europa, l'etica", Mondadori, Milano, 2008) Prólogo de Benedicto

XVI.

94 Francisco José Contreras: “Liberalismo, catolicismo y ley natural”. Ed. Encuentro. Pág. 116 y ss.

Dios nos hizo libres

81

considerado formadas por individuos, sino por familias o tribus cuyos miembros no

existen ni tienen sentido fuera de su estatus social. Pero la cosmovisión cristiana,

enraizada en el judaísmo, dio pie a la idea de que cada persona, en tanto que dotada

de un alma preexistente ante Dios, podía existir fuera del estatus social en que nació.

Esta creencia dio lugar, a través de los siglos, al liberalismo político: la creencia

occidental basada en la igualdad moral o intrínseca de todo ser humano, que implica

que existe una esfera en que cada uno debería ser libre de tomar sus propias

decisiones. La creencia cristiana en la igualdad gradualmente sustituyó a la creencia

helénica en la natural desigualdad.95 Y ello permitió reivindicar la igualdad ante la ley,

la democracia y el abandono del colectivismo.

También lo ha reconocido Jürgen Habermas: “El universalismo igualitario –del cual

derivan las ideas de libertad y solidaridad social, conducción autónoma de la vida y

emancipación, conciencia moral individual, derechos humanos y democracia- es un

heredero directo de la ética judía de la justicia y de la ética cristiana del amor. (…) No

existe alternativa a él (…) Seguimos alimentándonos de esa fuente. Todo lo demás son

chácharas postmodernas.”96

Esta idea conduce a Pera a afirmar: “El liberal es cristiano. Lo es aun cuando no lo

sepa”97, refiriéndose a que todo liberal es cristiano culturalmente, pues su

pensamiento se basa en los valores cristianos, aunque no sea consciente de ello.

Efectivamente, si nos basáramos en la pura racionalidad, podríamos proponer

regímenes muy distintos, no necesariamente igualitarios: podría argumentarse, como

han hecho insignes filósofos desde la antigüedad, que la natural desigualdad de

aptitudes y capacidades entre los hombres conduce a la consecuencia lógica de la

desigualdad ante la ley y la necesidad de que ostenten el poder los más aptos. Si hoy

rechazamos de plano semejantes ideas es gracias a los valores cristianos que llevamos

grabados a fuego en nuestra estructura mental como algo obvio e indiscutible.

A modo de ejemplo de la influencia del cristianismo en la evolución del pensamiento

político y económico, no está de más recordar que la Iglesia jugó un papel muy

relevante en el origen del liberalismo político y económico, a través de los teólogos,

95

Traducción libre y adaptada de parte del comentario de Ryan Shinkel sobre el libro “Inventing the

Individual: The Origins of Western Liberalism” del filósofo Larry Siedentop.

http://valuesandcapitalism.com/christian-europe-inventor-liberty-part/

96 Jürgen Habermas, “A Conversation about God and the World”, en Time of Transitions, Polity Press,

Londres, 2006, pp. 150-151, citado por Francisco José Contreras, op. cit., pág. 118.

97 Marcello Pera: "Por qué tenemos que decirnos cristianos. El liberalismo, Europa, la ética" ("Perché

dobbiamo dirci cristiani. Il liberalismo, l'Europa, l'etica", Mondadori, Milano, 2008). Pág. 58.

Dios nos hizo libres

82

escolásticos y profesores universitarios que formaron en el Siglo de Oro español la

denominada Escuela de Salamanca, muy reconocida por autores como Schumpeter y

en especial por la Escuela Austriaca de Economía.98 Si algo une al cristianismo y al

liberalismo, es una honda preocupación por la ética y la moral, como puede apreciarse

en estos autores.

De hecho, el cristianismo sirve como el referente moral que el sistema económico

precisa para su correcto funcionamiento. Es decir, la economía necesita que los

individuos asuman su deber de cumplir los contratos, no defraudar, etc. En definitiva,

de comportarse éticamente, en general. Y aunque existen muchos intentos de fundar

la moral fuera de la religión, lo cierto es que su éxito es cuando menos dudoso. “Sin

Dios, todo está permitido”, según la célebre (y quizás apócrifa) cita de Dostoievski. Así,

en una sociedad como la nuestra, que abandona los valores cristianos, podemos

percibir un incremento de las conductas inmorales o directamente delictivas,

dificultando el funcionamiento de la economía: los políticos roban en cuanto tienen

ocasión; los directivos de empresas engañan a sus clientes o accionistas o incurren en

políticas cortoplacistas pensando únicamente en su interés personal, etc. En resumen,

podemos concluir que la democracia liberal apareció en un medio ambiente concreto,

cuya alteración puede provocar consecuencias desconocidas.

4.4. Conclusión: un mundo libre para acercarnos a Dios

“Por tanto, pónganse la armadura completa que proviene de Dios (…) porque tenemos

una lucha (…) contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los soberanos de

este mundo (…)” (Efesios 6:11-13)

Hemos analizado lo más brevemente posible qué es el cristianismo, qué es el

liberalismo (concretamente el hoy denominado liberalismo libertario, o libertarismo), y

por qué no sólo son compatibles, sino complementarios.

Espero haber podido explicar por qué el cristianismo es razonable, es decir, por qué no

es irracional, y ojalá algún lector de mente abierta sienta curiosidad por profundizar y

llegue a convertirse, pues realmente ése sería el mayor éxito que pueda tener esta

obra.

Confío también en haber podido explicar por qué el liberalismo libertario es la vía

adecuada para alcanzar una sociedad libre, justa y próspera, o al menos haber

98

A este respecto puede verse “Raíces cristianas de la economía de mercado”, de Alejandro Chafuén.

http://www.fppchile.cl/wp-

content/uploads/2014/09/Raices_Cristianas_de_la_Economia_de_Libre_Mercado.pdf

Dios nos hizo libres

83

sembrado una idea general que pueda ir creciendo con la lectura de otras obras sobre

la materia, como por ejemplo las aquí citadas, sin duda muy superiores a este mero

resumen.

En mi opinión, no existe mejor modo de ayudar al prójimo y de buscar el bien en el

plano material, que difundir y ayudar a implantar las ideas expuestas. Además,

personalmente pienso que en esa sociedad de individuos responsables de sus propias

vidas, acostumbrados a cuestionarse el porqué de las cosas y a defender los derechos

de cada persona, sería más fácil predicar el mensaje cristiano. No en vano yo, y me

consta que no soy el único, volví al cristianismo a través del liberalismo.

Por el contrario, las generaciones cortadas por el mismo patrón alienante de la

educación estatal o semi-estatal laicista y los medios de masas, que creen tener

derecho, por el mero hecho de haber nacido, a que el Estado les resuelva la vida, sin

caer en la cuenta que esos supuestos derechos suyos constituyen verdaderas

obligaciones para otros (¿de dónde van a obtener una vivienda o un empleo si no se

los proporciona otro?), son carne de cañón para ese hedonismo materialista y

superficial que criticábamos en la introducción. La estatolatría, la adoración del Estado

como ente todopoderoso a quien apelar para solucionar cualquier problema, es junto

con el cientifismo infundado la nueva religión de nuestras socialdemocracias, cada vez

más sociales y menos demócratas. Las masas aspiran a una vida cómoda y segura99, en

la que puedan disfrutar de la vida, evitando las preocupaciones y el sufrimiento. Hasta

ocultan la muerte; la expulsan de sus vidas cotidianas. Y cuando les sacude la tragedia,

parece hasta que hubieran conseguido olvidarla, tal es su sorpresa. No parece que este

sea un ambiente propicio para el cristianismo.

No está de más añadir una advertencia, dirigida a algunos cristianos acostumbrados a

intentar imponer determinados valores morales a través de la coacción estatal. Ya San

Agustín y Santo Tomás de Aquino advirtieron contra la tentación de intentar obligar a

los demás a ser virtuosos por la fuerza. Es inútil, y además el intento se vuelve contra

la propia Iglesia, generando una animadversión que no está justificada frente a

quienes únicamente deberían predicar, como hemos visto, el amor a Dios y a nuestros

semejantes. Pero, sobre todo, está mal. Ya hemos justificado al comienzo de esta obra

la esencial importancia de la libertad individual en el cristianismo. No existe

justificación para que el Estado limite la libertad, salvo cuando sea necesario para

proteger los derechos de los demás. No todo pecado debe ser ilegal. Y en sociedades

como la nuestra, es probable que no todo lo ilegal sea pecado. Hasta pueden existir

casos en que cumplir la ley sea lo pecaminoso. Es imprescindible tener clara la

distinción y separar convenientemente legalidad y moralidad, pues lo contrario, en el

99

“Aquel que sacrifica libertad por seguridad, no merece libertad, ni seguridad”, dijo Benjamin Franklin.

Dios nos hizo libres

84

extremo, y dadas las innovaciones tecnológicas disponibles, supondría acabar con la

libertad y en consecuencia con el propio ser humano. A mayor abundamiento,

utilizando un argumento utilitarista, pensemos que los cristianos tendemos a

quedarnos en minoría en cada vez más países europeos, por lo que podría darse la

paradoja –ya comienzan a aparecer casos- de que los valores morales que se acabaran

imponiendo coactivamente fueran contrarios a los cristianos.100

Concluyendo, el avance de ambas doctrinas, cristianismo y liberalismo, puede parecer

imposible en el mundo actual. Particularmente en España, que según las encuestas es

uno de los países del mundo con más ateos101 y que menos aprecia el libre mercado.102

Demasiado esfuerzo, demasiadas dificultades y obstáculos. Pero cosas mucho más

difíciles se han hecho en el pasado. No debe subestimarse la fuerza de las ideas, y

mucho menos la Palabra de Dios. Para escalar una gran montaña, es preciso olvidarse

de su tamaño y ponerse a escalar, paso a paso. Antes de lo que pensamos habremos

llegado muy alto. Y en cualquier caso, para un cristiano lo realmente importante es lo

que uno mismo ponga de su parte.

No veo mejor modo de terminar que citando de nuevo a Joseph Ratzinger, sobre la

nueva evangelización103, que resulta parecido a lo que podría decirse, salvando las

distancias, de la difusión del liberalismo libertario:

“Las grandes cosas comienzan siempre con un granito y los movimientos de masas son

siempre efímeros. En su visión del proceso de la evolución, Teilhard de Chardin habla

del "blanco de los orígenes": el inicio de las nuevas especies es invisible y está fuera del

alcance de la investigación científica. Las fuentes se hallan ocultas; son demasiado

pequeñas. En otras palabras, las grandes realidades tienen inicios humildes.

Prescindamos ahora de si Teilhard tiene razón, y hasta qué punto, con sus teorías

evolucionistas: la ley de los orígenes invisibles refleja una verdad presente

precisamente en la acción de Dios en la historia. "No por ser grande te elegí; al

contrario, eres el más pequeño de los pueblos; te elegí porque te amo...", dice Dios al

100

Recientemente ha aparecido una interesante obra sobre este particular: “Lo libre es hermoso. Por

qué los católicos deberían ser libertarios”, de Randy England. http://www.amazon.com/Free-Beautiful-

Catholics-Should-Libertarian/dp/1475130961

101 http://www.elconfidencial.com/sociedad/2015-04-13/espana-el-quinto-pais-del-mundo-con-mayor-

numero-de-ateos-tailandia-el-mas-creyente_758334/

102 http://www.libremercado.com/2015-04-30/la-sociedad-espanola-una-de-las-mas-anticapitalistas-

del-mundo-1276546721/

103 Conferencia del cardenal Joseph Ratzinger durante el jubileo de los catequistas y

profesores de Religión celebrado el 10 de diciembre de 2000 en Roma.

Dios nos hizo libres

85

pueblo de Israel en el Antiguo Testamento y así expresa la paradoja fundamental de la

historia de la salvación: ciertamente, Dios no cuenta con grandes números; el poder

exterior no es el signo de su presencia.

Gran parte de los parábolas de Jesús indican esta estructura de la acción divina y

responden así a las preocupaciones de los discípulos, los cuales esperaban del Mesías

éxitos y señales muy diferentes: éxitos del tipo que ofrece Satanás al Señor "Te daré

todo esto, todos los reinos del mundo..." (cf. Mt 4, 9).

Desde luego, san Pablo, al final de su vida, tuvo la impresión de que había llevado el

Evangelio hasta los confines de la tierra, pero los cristianos eran pequeñas

comunidades dispersas por el mundo, insignificantes según los criterios seculares. En

realidad fueron la levadura que penetra en la masa y llevaron en su interior el futuro

del mundo (cf. Mt 13, 33).

Un antiguo proverbio reza: "Éxito no es un nombre de Dios". La nueva evangelización

debe actuar como el grano de mostaza y no ha de pretender que surja inmediatamente

el gran árbol. Nosotros vivimos con una excesiva seguridad por el gran árbol que ya

existe o sentimos el afán de tener un árbol aún más grande, más vital. En cambio,

debemos aceptar el misterio de que la Iglesia es al mismo tiempo un gran árbol y un

granito. En la historia de la salvación siempre es simultáneamente Viernes Santo y

Domingo de Pascua.”

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Bibliografía recomendada

1. Sobre el cristianismo

Dios y el mundo: creer y vivir en nuestra época, Joseph Ratzinger y Peter Seewald,

Debolsillo. Una completísima entrevista a Benedicto XVI, especialmente recomendada

como primer acercamiento a la Fe católica. Sorprenderán las opiniones, el sentido

común, la humanidad y la erudición de este gran Papa, que hace trizas los estereotipos

predominantes sobre el catolicismo.

Mero cristianismo, C.S. Lewis, Rialp. Excelente compendio de argumentos lógicos a

favor del cristianismo.

La Fe es razonable: cómo comprender, explicar y defender la fe católica, Scott Hahn,

Rialp. Otra destacable obra apologética del catolicismo: breve, concisa y clara.

Para salvarte. Enciclopedia del católico del siglo XXI, Jorge Loring, Edibesa. Extensa

enciclopedia donde puede consultarse prácticamente cualquier duda teórica o práctica

sobre el catolicismo.

Teología del pecado original y de la gracia, Luis F. Ladaria, Biblioteca de Autores

Cristianos. Obra de alto nivel para entender la situación actual de la discusión teológica

de estos dos temas fundamentales en la Fe católica.

Bernadette no nos engañó: una investigación histórica sobre la verdad de Lourdes,

Vittorio Messori, Libros Libres. Esta obra constituye un exhaustivo análisis de las

circunstancias históricas de las apariciones de Lourdes, reconocidas por la Iglesia.

2. Sobre el liberalismo

Economía en una lección, Henry Hazlitt, Ciudadela. Un clásico, breve y pedagógico,

insuperable como primera aproximación a la Escuela Austriaca de Economía.

La acción humana, Ludwig Von Mises, Unión Editorial. Extenso tratado, obra maestra

de Mises. Su lectura requiere un esfuerzo considerable, pero pocas cosas merecerán

tanto la pena. Imprescindible para todo economista (aunque no es indispensable serlo

para aprovecharlo).

Dinero, crédito bancario y ciclos económicos, Jesús Huerta de Soto, Unión Editorial.

Obra maestra de Huerta, que se complementa a la perfección con La Acción Humana

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(que de hecho Huerta usa como libro de texto con sus alumnos). Describe

detalladamente cómo el sistema financiero actual exacerba los ciclos económicos.

Una política para la Libertad: por la soberanía de cada persona, Juan Pina, Unión

Editorial. Interesante propuesta de aplicación política de los ideales libertarios a

nuestra realidad nacional.

Una revolución liberal para España, Juan Ramón Rallo, Deusto. Completo análisis

económico de las implicaciones y el resultado de la implantación de un modelo liberal

en nuestro país.

3. Sobre cristianismo y liberalismo

Liberalismo, catolicismo y ley natural, Francisco José Contreras, Encuentro. Excepcional

ensayo sobre la relación entre ambas doctrinas.

Por qué debemos considerarnos cristianos: un alegato liberal, Marcello Pera,

Encuentro. Prólogo de Benedicto XVI. Magnífico análisis filosófico sobre el mismo

asunto.

Las leyes malas (y el camino de salida), Alberto Mansueti, La Salida. Especialmente

destacable el extenso análisis de los fragmentos de las Sagradas Escrituras de los que

cabe deducir enseñanzas relacionadas con el liberalismo.

Liberalismo, pensamiento cristiano y bien común: selección de textos de la 1ª edición

del Premio de ensayo “Diego de Covarrubias", Mario Silar, Francisco José Contreras,

Juan Ramón Rallo y varios autores más. Editado por centro de estudios Diego de

Covarrubias. Colección de ensayos sobre la materia indispensables para conocer la

situación actual del debate.

“Lo libre es hermoso. Por qué los católicos deberían ser libertarios”, Randy England.