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Dios creó al ser humano con la capacidad de buscarlo para adorarlo y servirlo
pero el hombre primitivo no sabía muy bien como encontrarlo o como definirlo
entonces creía que estaba en las cosas creadas por El.
Más tarde vendrá Jesús, Dios hecho hombre, y nos enseñará el sentido divino de las Sagradas Escrituras
y con su Palabra y su ejemplo mostrará el camino a quienes quieran responder a su llamado
hacia verdadera tierra prometida prefigurada en la historia de Abraham.
El hombre primitivo creía que el fuego era un Dios, porque ellos no lo podían dominar.
Luego en las primeras civilizaciones que tienen diferentes dioses:
dios del vino, del trueno, del amor…
Los griegos, entre todos los monumentos a sus dioses, tenían una estatua dedicada
al dios desconocido, que representaba algún dios que seguramente ellos no conocían
y que San Pablo, señalará ese lugar al hablar de Jesús, verdadero Dios, que está por encima de todos los ídolos humanos.
Ellos creía que el hombre estaba sujeto al capricho de
los dioses que se inventaban.
Si los dioses estaban contentos,
al hombre le iba bien, si estaban enojados, mejor prepararse porque podían
esperar lo peor.
Nada más grave que la ira de los dioses.
Por eso los sacrificios, eran para mantenerlos alegres,
porque creían que el comportamiento de
dichos dioses dependía de sus acciones.
Creían que el hombre era un ser insignificante y
despreciable para ellos porque no tenía la misma
dignidad.
Hacia el año 1850 A.C. apareció un hombre: Abraham, que vivía en una ciudad llamada Ur, en la
Mesopotamia,tierra comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, con su
familia y su ganado. No tenía hijos y tampoco una tierra que fuera suya.
Abraham recibió el llamado del Dios único y verdadero, creador de todo lo que existe,
tan grande que ninguna estatua puede contenerlo, tan infinito y eterno que solo el verdadero amor lo puede reconocer, tan misterioso que la
mente no lo puede comprender, porque solo se llega a el por el camino de la fe, regalo que Abraham aceptó con humildad.
Fue así que Abraham respondió al llamado de Dios y lo dejo todo dejándose guiar hacia la tierra prometida.
Y a nosotros- ¿Qué nos pide Dios?
- ¿Cómo respondemos a este llamado?- ¿Dejamos algo para seguir a Dios hacia la Tierra Prometida, hacia la
Vida Eterna?
¿Creemos en un solo Dios, en su Palabra dado por su único Hijo Jesús, en su Espíritu de Amor que nos acompaña siempre?
¿O vamos tras falsos ídolos, creyéndonos dioses para vivir si el que nos creó?
El que vive por y para Dios cambia desde lo más profundo y deja una huella para siempre.
- ¿Qué significa, entonces, tener fe?
• Tener fe en Dios, es saber que él está siempre a nuestra lado, que él es nuestro Dios y que siempre es fiel.
• Tener fe en Dios es amarlo y querer conocerlo más cada día.
• Es compartir nuestra propia relación con Dios con los demás para que ellos tampoco
se sientan solos, especialmente frente a los momentos difíciles de la vida.
• Es rezar y escuchar la Palabra de Dios con el corazón abierto para que su Palabra
nos vaya transformando poco a poco a su imagen y semejanza.
• Tener fe, es un largo camino de conocimiento, de amor y de felicidad,
a pesar de todas las caídas y crisis que podamos tener, lo importante es levantarse con nuevas fuerzas
aprendiendo de los errores para estar prevenidos.
Que podamos, como Abraham, tener una gran confianza en Dios.Que a lo largo de toda nuestra vida, nos sintamos más amigos de
Jesús,confiemos en su Palabra y en su amor infinito
don supremo de Dios Padre que nos acompaña siempre.
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