Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

Embed Size (px)

Citation preview

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    1/10

    Reminiscencias de culto precristiano

    en

    l

    devocin a San iguel

    La restauracin del santuario es ya un hecho gozoso en Aralar. Con-

    cluido prcticamente el interior del templo, queda por realizar la cubierta ex-

    terior de piedra que sustituya al cinc, as como la eliminacin de dependencias

    habilitadas hoy para vivienda, en la fachada meridional. Can ello se habr

    dado cima a una de las empresas ms sugestivas de la arqueologa en Navarra.

    Los trabajos se han llevado a cabo con escrupuloso rigor cientfico,

    co

    mo corresponde a la Institucin Prncipe de Viana, de la Diputacin Foral

    de Navarra. Ha habido sorpresas importantes, aunque dejaran de producirse

    otras aparentemente ms previsibles. Efectivamente, sin la legendaria sima

    del dragn popular, pero con la realidad de una arquitectura mozrabe asen-

    tada sobre base carolingia en el bside, nos remonta a los orgenes de la

    arquitectura cristiana en Navarra. Una vez ms, mito y arqueologa, tradi-

    cin e historia se bifurcan y siguen sus propios derroteros, por ms que un

    da puedan sernos igualmente valiosos en el mensaje fragmentario de sus

    huellas.

    La obra del Prof. Iiguez ha. tenido gran resonancia en los medios

    artsticos ms cultivados de Espaa y son ya varios los trabajos de inves-

    tigacin, que enfocan la problemtica de nuestro primer santuario y su cl-

    sica leyenda, a la luz de estos desaibrimientos. Recientemente asistimos a

    una brillante leccin del Prof. Oliver Asn , que situaba en las inmediaciones

    de Altxueta los sucesos de

    un

    discutido pasaje de las Crnicas rabes. Con

    ms aparente lgica, pero con ambientacin menos ajustada a los datos

    transmitidos por el cronista, Lvi-Provencal crey ver en Huarte Araquil el

    emplazamiento justo de

    los objetivos reseados. Sin duda alguna, implicaba

    mucho riesgo para el invasor una escaramuza a la altura de San Miguel. Slo

    un objetivo de gran trascendencia pudo justificar esta empresa. Oliver Asn

    se fija en la atalaya natural que brinda Altxueta para un puesto de vigla;

    domina todos los caminos de la Barranca desde el portillo de Alava

    y

    los

    montes de Arnzazu por el

    W.

    hasta el fondo del sistema montaoso que

    resguarda a Pamplona ms all de sus murallas, hacia el E La misma sierra

    1

    Las obras de restauracin estn a cargo del Prof. D. Francisco Iiguez Almech.

    Conferencia presentada a la Semana Medieval de Estella Julio de

    1970).

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    2/10

    Jos M A R ~ AATR~STEGUI

    de Anda queda, en parte, a su alcance; en tanto que los das ms claros Ile-

    ga a divisarse el mar, por el Cantbrico, tal como se previene a los nios

    antes de la primera ascensin. La citada accin militar pudo estar motivada

    fundamentalmente por razones de estrategia e intercomunicacin.

    En

    todo

    caso, las modernas torres metlicas instaladas en la cima atestiguan de modo

    fehaciente, que en este aspecto no ha perdido actualidad.

    Con todo, a nadie medianamente conocedor de nuestras tradiciones se

    le oculta el hecho de que Aralar constituye ante todo un smbolo religioso

    para nuestro pueblo. Tradicin, historia y leyenda se entrecruzan

    y

    super-

    ponen en la figura del Caballero de Goi.

    ORIGEN

    E

    LA DEVOCION

    A

    SAN MIGUEL

    La devocin a San Miguel es muy antigua en la Iglesia. Ya los judos

    lo consideraban protector del Pueblo de Dios, y en este sentido pas a las

    primeras cristiandades. Sin embargo, no son muy frecuentes las alusiones de

    las Sagradas Escrituras. Aparece por primera vez en el libro de Daniel: ena-

    die me ayuda contra ellos (persas y griegos), si no es Miguel, vuestro Prnci-

    pe (Dan. 10,12).

    Y

    el captulo doce sugiere la figura del defensor del

    pueblo elegido:

    Y

    en aquel tiempo surgir Miguel, el gran prncipe, cons-

    tituido defensor de los hijos de su pueblo (Dan. 12,l).

    En la breve epstola de San Judas hay otra alusin ; pero quiz el pasa-

    je ms significativo sea el del Apocalipsis, en que aparece como abande-

    rado de los ngeles leales en lucha abierta contra el dragn: y se trab una

    batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles iniciaron el combate contra el dra-

    gn. Y

    el dragn pele y con l sus ngeles, y no pudieron resistir, y no se

    hall ya para ellos lugar en el cielo. (Apoc. 12,7).

    Encuentra eco en los Apcrifos. El libro de Henoc, el ms extendido e

    influyente del A.

    T.

    presenta a Miguel como jefe de los ngeles. Aclara los

    profundos juicios de Dios, presenta a Henoc ante el Seor, y arroja a Satans

    con sus secuaces al infierno.

    La tradicin pasa a la primera generacin cristiana y el

    Pastor Hermas

    nos habla de San Miguel como protector del pueblo creyente y lo hace in-

    tervenir en una de las alegoras.

    El

    Testamento de Abrahm

    libro contemporneo del anterior y ms ex-

    tendido que aqul, aade an ms: dice que San Miguel tiene incluso poder

    para rescatar las almas del infierno.

    El arcngel Miguel, cuando, altercando con el diablo le disputaba el cuerpo de

    Moiss. no os pronunciar sentencia contumeliosa, sino que dijo: mndete callar el

    Seor (Judae 9 .

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    3/10

    En el ofertorio de Difuntos aparece San Miguel salvando a las almas de

    las fauces del len. No llega a reincidir en el pensamiento anteriormente

    expuesto de salvarlas del infierno. En las letanas se le invoca inmediatamen-

    te despus de la Santsima Virgen. Tambin en el Confiteor.

    Los artistas lo dibujan al principio pesando las almas; los tmpanos de

    las catedrales medievales reproducen con frecuencia esta escena. Muy cerca

    el demonio suele intentar falsear la balanza.

    En Oriente empiezan pronto las fiestas bajo el ttulo de dedicacin de

    San Miguel. E n tiempo de C ostantino exista ya una iglesia dedicada a l, en

    Constantinopla. Luego pasa esta devocin a Roma donde erigen en el siglo

    VI la baslica de la Via Salaria, que dio origen a la fiesta del 29 de setiem-

    bre. De ella se hace mencin en itinerario Salisburgense siendo el ms anti-

    guo y

    venerado santuario romano en honor del Santo Arcngel 4

    Hay un hecho notable

    y

    es que muchas veces las baslicas o simples

    iglesias dedicadas a San Miguel se encuentran en lugares altos, y en ocasiones

    se relacionan con leyendas de monstruos abatidos por determinados persona-

    jes, con el auxilio de su santo protector. As la fiesta del da 8 de Mayo que

    figura en el calendario litrgico como Ap paritio Sancti M ic ha el is ~ , ecuer-

    da la dedicacin de uno de los ms clebres santuarios longobardos, el del

    Santo Angel en el monte Gargano. El monstruo que nos recuerdan las lec-

    ciones del breviario presenta la figura de un toro. Tambin en Sabina, sobre

    el monte Tancia, haba otra cueva que antes haba sido orculo pagano, y

    hacia el siglo VI1 dedicaron los longobardos a San Miguel. Adquiri tambin

    mucha fama. En algunas regiones suplant, incluso, por influencia de la

    Abada de Farfa a la fiesta del Gargano. Ambas tenan lugar en la misma

    fecha ( 8 de mayo).

    Tenemos, por tanto, el precedente histrico de que ciertas baslicas

    erigidas en honor de San Miguel sustituyeron a antiguos cultos paganos.

    ,

    A propsito de este punto el gran Cardenal Schuster escriba: En vez

    de suprimir violentamente costumbres populares profundamente arraigadas

    en el corazn del pueblo, lo que ha hecho la Igles ia) ha sido darles un sig-

    nificado espiritual, para s poderlas conservar y asimilrselas .

    4

    Card. A 1.SCHUSTER.iber Sacramentorum, tomo VIII p. 331.

    5

    Quien esto escribe ha tenido ocasiones de comprobarlo, a: hallarse en ciertos

    lugares de la dicesis de San Pablo con prcticas verdaderamente paganas, que en el

    transcurso de los siglos han ido tomando significados inocntes entre aquellas gentes sen-

    cillas.

    De

    esta suerte se conserva en Civitella San Pablo la fiesta clsica de Rosaia, con-

    sistente en que el da de la solemnidad de las calendas de mayo salen en procesin las

    vrgenes canforas llevando en la cabeza pirmides de flores entretejidas con cintas de

    seda se dirigen a la iglesia del cementerio, dedicada a San Lorenzo, cuyo piso cubren

    todo de rosas y hierbas aromticas, para all celebrar con solemnidad el Sacrificio Euca-

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    4/10

    P RTICUL RID DES DEL CULTO E N

    NAVARRA

    Partiendo del argumento arqueolgico la existencia de restos carolin-

    gios en el arranqu e del bside central d e San Miguel de Excelsis nos sita e n

    los orgenes de la arquitectura cristiana en el pas vasco. D e hecho es Ia igle-

    sia ms antigua conocida hasta ahora entre nosotros. Esto nos plantea

    n el

    fondo el problema de sus motivaciones. Una obra de tanta envergadura su-

    puso un esfuerzo gigantesco dadas las dificultades de acceso y los precarios

    medios de que disponan; lo que hace pensar en motivaciones profundas y

    bien arraigadas.

    No cabe pensar en razones prcticas. El altar hubiera estado en funcin

    de la comunidad den tro o muy cerca de los poblados evangelizados; y de

    ningn modo en uno de los puntos ms agrestes de la geografa circundante.

    La tradicin popular atribuye el origen de la primitiva iglesia a la

    aparicin de San Miguel a Teodosio d e G oi desembarazndole de sus pesa-

    das cadenas de penitente. Aparte de que los diversos elementos que integran

    la leyenda del Caballero d e G oi no son en s originales

    6

    nos encontramos

    con la figura del dragn que encierra el enigma d e un culto pagano suplan-

    tado p or e l eucologio d e unos hechos sobrenaturales. E s as como nu estro

    primer monumento cristiano entronca en la lnea de tantas otras advocacio-

    nes clsicas del calendario romano.

    La inmemorial concurrencia de pueblos y valles en determinados das

    del ao sugera por ot ra parte a Arigita la existencia en su origen de unas

    rstico. Por ms que el rito siga siendo el mismsimo de los Rosala, su significado ha

    sido invertido y santificado .

    En Leprignano, los lejanos descendientes de los antiguos capetanes regalan el 25

    de abril a todos los nios y nias de la aldea monigotes de dulce, los cuales llevan des-

    pus a que el sacerdote los bendiga. El origen de los tales monigotes no es otro sino el

    de los que hacan los paganos para la procesin del Ambarval, con e l fin de lib rar a

    las mieses del mal de ojo que podra echarles Robigo . (Op. cit., IV, 140.)

    Precisamente la fiesta litrgica de las Letanas Mayores tuvo como finalidad la de

    suprimir la antigua fiesta pagana de Ambarval o de los Ribigalia, que tena lugar el

    25

    de abril, y consista en sacrificios que la juventud romana sola ofrecer al otro lado del

    puente de Milvio al dios Robigo. Se le atribua la virtud de preservar a los trigos del

    eiiublo. La fiesta cr istiana sigue celebrndose el mismo d 25 de abril y en nuestros

    pueblos es da de rogativas.

    La primitiva iglesia vio a San Miguel, vencedor de Satans, como abanderado en

    la lucha contra el paganismo. Es lo que le situ por encima de la devotin a los otros

    santos. Utilizando la expresin del gran liturgista que fue el Cardenal Arzobispo de

    Miln, anter iormente citado, los santos pueden interceder por nosotros delante de Dios,

    haciendo de abogados nuestros; pero San Miguel ha sido constituido por el mismo Dios

    como protector

    y

    defeilsor de la Iglesia. Por ello, San Miguel no pertenece simplemente

    a la hagiografa, sino a la misma teologa cristolgica (Ob. cit., VII, p. 190.)

    6

    J CAROBAROJA, a leyenda de don Teodosio de Goi. Cuadernos de etnologa y

    etnografa de Navarra, nm. 3 pg. 293-346.

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    5/10

    Portada Torrea Oyarzun

    Fotografa: Fermn de Leizaola

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    6/10

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    7/10

    causas que nos fueran desconocidas

    .

    Los das de letanas o de rogativa

    que hemos visto cuartearse

    y

    sucumbir en nuestros das, contabilizaban to-

    dava en 1904, las siguientes ascensiones oficiales a la cumbre de Aralar:

    5 d e abril.-Fiesta de San hlarcos. Letanas Mayores en el calendario

    romano. Estrena rogativas Huarte Araquil. Vuelve a subir en solitario con

    motivo de las letanas menores, los tres das anteriores a la fiesta de la As-

    censin.

    8

    d e mayo. La Aparicin de San Miguel. Acudan oficialmente Huar-

    te Araquil, Iraeta, Arruazu y Lacunza. Peregrinaban asimismo, sin las cru-

    ces parroquiales, otros ocho pueblos del cercano valle de Araquil.

    Sin embargo, el da grande de las concentraciones de primavera sola

    ser el sbado siguiente a la Ascensin, conocido generalmente con el nom-

    bre de elarunbet- letar i~.En Lacunza recibe el nombre peculiar de Amale-

    tari. Se daban cita este da en cumbre de Aralar, treinta y cuatro pueblos

    de los valles de Araquil, Barranca-Burunda, Larran, Basabura e Imoz.

    Vspera del Corpus.-Acudan hasta hace muy pocos aos los tres pue-

    blos de Ergoyena, Lizarraga, Torrano

    y

    Unanua. Se les agregaba Arruazu.

    En cuanto al calendario de verano, destaca la fiesta de la Dedicacin

    del templo, que el pueblo llama solbezio o da de las absoluciones. Tra-

    dicionalmente tena lugar el domingo siguiente a San Agustn 28 de agos-

    t o , pudiendo coincidir con el primer domingo de setiembre, o e l ltimo de

    agosto. Para obviar este incoveniente que muchas veces induca a error, se

    ha llegado a fijar la fiesta en el primer domingo de setiembre, tal como viene

    celebrndose ltimame nte.

    El domingo siguiente a la Asuncin de Nuestra Seora, era el da lla-

    mado de la Cofradas. Volvan a subir los ms asiduos: Huarte Araquil,

    Iraeta, Arruazu

    y Lacunza. Finalmente, el da 29 de setiembre, Fiesta de

    San Miguel, cierra el ao oficial de ascensiones colectivas con afluencia de

    fieles de los lugares ms dispares.

    En todo este ambiente de rogaciones subyace, como denominador co-

    mn, la mentalidad de una cultura netamente agrcola. En este sentido, San

    Miguel de Excelsis resume en sntesis regional el ciclo de actividades religio-

    sas de los distintos pueblos que a l acuden; o que al menos, tradicional-

    mente concurran. En la devocin a San Miguel en Navarra debera tenerse

    .. .no contentos los devotos navarros con acudir

    las fiestas que se celebraban

    en el Santuario en determinadas ocasiones como simples particulares, acordaron en tiem-

    pos remotos

    y

    por motivos

    qu

    nos son desconocidos tributar

    un

    culto especial San

    Miguel de Excelsis, ya subiendo en comunidad al Santuario en ciertos das, ya recibien-

    do la visita del Santo Arcdgel en sus pueblos con gran solemnidad . (Historia de la

    Imagen

    y

    Santuario de San Miguel de Excelsis,

    p. 136.

    Mariaao Arigita

    y

    Lasa. Pam-

    plona, 1904.)

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    8/10

    os MARASATR~STEGUI

    en cuenta tanto la zona de influencia que abarca, como la asiduidad e impor-

    tancia de las ascensiones oficiales. Algunos pueblos contaban con sus pro-

    pios refugios, que todava conservan su nombre: Lakuntzetxe, etctera.

    Otra faceta de la devocin a San Miguel de Aralar, en Navarra, es la

    de sus tradicionales visitas a los pueblos que cuentan con este privilegio. Es

    tpica en una extensa zona de Navarra la bella estampa de la efigie alada,

    emergiendo de los paos de iina pintoresca falda. Itinerante y romntica

    antao, por caminos de herradura, se diluye ahora en el anonimato de un ve-

    hculo cualquiera en el trfico espeso de nuestras czrreteras. Lo que pervive

    inconmovible es el mensaje espiritual de su llegada, la sedante bendicin

    de los campos contra toda una pesadilla de plagas, nubarrones y seres noci-

    vos a los sembrados, que l protege desde la atalaya de su santuario. Al final,

    y de cara ya hacia la iglesia parroquial, suele quedar siempre flotando en el

    aire el eco solemne de una invocacin, coreada a los cuatro vientos por el

    pblico asistente: De0 gracias. Deo inmensas gracias.

    Muchos pueblos conservan todava la costumbre, muy generalizada an-

    tes, de que las madres acudieran a la iglesia llevando en brazos

    a

    sus hijos

    lactantes, para besar al Angel .

    Terminada la recoleccin, los pueblos de la Barranca correspondan con

    aportaciones en especie, que los encargados del santuario solan recoger cada

    ao.

    Este es, a grandes rasgos, el calendario de fiestas y el estilo de correras

    de la imagen peregrina. Lo que no consta en ningn catlogo es otra serie

    de prcticas relacionadas con esta devocin, y que el pueblo ha conservado

    hasta nuestros das. As por ejemplo, varios pueblos de la Barranca ben-

    dicen maz, trigo y habas del ltimo cultivo en la misa parroquial del dfa

    29

    de setiembre, fiesta de San Miguel. Algunos aos en que la cosecha de maz

    viene ms retrasada que de ordinario, los labradores suelen andar mal para

    recoger media docena de ejemplares maduros. En Urdiin llaman

    San Migel

    maiza

    y existe el convencimiento de que siempre se da.

    Estas muestras se

    destinan exclusivamente para siembra

    y

    sirven para m e z c i ~ r l conjunto de

    las respectivas semillas.

    No se nos oculta la predisposicin de ilustres investigadores de archivo

    contra las concIusiones fudadas en datos de la tradicin popular. Pronto se-

    rn pruebas de archivo estas mismas noticias y es posible que entonces ad-

    quieran ante ellos todo su valor. En todo caso, creemos ver reminiscencias de

    un posible

    culto de ia fertilidad

    en estas prcticas del da de San Miguel. Del

    grado de arraigo que .tena esta costumbre puede darnos idea el Siguiente

    hecho. Urdiin, que va perdiendo los rasgos tradicionales de la cultura agrco-

    la, suplantados por la economa industrial, hace ya varios aos que dej de

    bendecir las semillas el da de San Miguel; pero no por eso dejan de

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    9/10

    recorrer los campos, en busca de las mazorcas mejor granadas para este da.

    Este mismo ao

    1970)

    las he visto por la maana colocadas sobre el mar-

    co exterior de algunas puertas. Otros pueblos, como Arruazu, siguen todava

    aferrados a la tradicin y bendicen el da

    29

    de setiembre las tres semillas

    ms representativas de sus cultivos.

    No soy quin para dictaminar si la enfermedad del rey don Pedro

    que afectaba a los rganos genitales del monarca y cuya curacin recab y

    obtuvo por intercensin de San Miguel, acudiendo a Aralar con las alforjas

    repletas de arena, tuvo o no relacin con la virtud fecundante. Ha pervivido

    hasta nuestros das la creencia de que cierta piedra existente a la entrada

    de la iglesia, en Aralar, garantizaba la fecundidad dentro del ao, a las

    mujeres que se detuvieran a or misa sobre ella.

    Varios folkloristas han recogido esta tradicin. He aqu lo que escribe

    al respecto el competente investigador don Juan Thalamas: por otra parte,

    en el interior de la iglesia de Aralar hay una losa sobre la cual durante las

    misas se colocan las mujeres que desean tener hijos. En cierta ocasin, sin

    saberlo, se puso encima de la losa una mujer que haba tenido quince hijos.

    Cuando se enter de su torpeza, exclam:

    -Milla colonia Len amabost ba ditiat, eta nik aurra?

    En el siguiente parto tuvo dos gemelitos~-lo.

    Don Inocencio Ayerbe, Capelln del Santuario, me proporciona otro

    dato ms reciente. Se trata de un matrimonio que atribuye a esta piedra el

    logro tardo de un

    embarazo, y fueron a presentarle el hijo.

    Sb de personas que han llegado hasta all preguntando por la piedra,

    en nuestros propios das. Debo aadir, que resulta imposible localizarla, ya

    que a raz de la restauracin actual ha sido removido el pavimento y no

    queda ningn resto de ella, ni siquiera indicios del lugar a donde fuera a

    parar.

    De todos modos, creo que no se le ha prestado la debida atencin al

    estudio de un culto como el de la fertilidad, en una regin tradicionalmente

    agrcola ganadera que ha sido el pas vasco. Quiero curarme en salud, de

    cara a ciertas crticas, confesando paladinamente que slo soy un aficionado

    a estos temas; que adems no estoy ligado a determinada escuela, ni sigo

    en este caso directrices de ningn autor. No trato, por tanto, de dogmatizar.

    Sugerir, incluso, una posibilidad apoyada en datos que por m mismo he

    8

    Jos MARALACARRA,ilagros de San Miguel de Excelsis. Cuadernos de etnologa

    y

    etnografa de Navarra, nm. 3

    p.

    356.

    X

    9

    JU N

    HALAMAS

    ANDIBAR.

    ev. Gernika, nm.

    18.

    enero-marzo 1952,

    p.

    15. Nota

    facilitada por don Inocencio Ayerbe.

    10

    Jos MARA RIBARREN,

    e

    Pascuas a Ramos (Pamplona, 1946), p. 153.

  • 5/21/2018 Dialnet-ReminiscenciasDeCultoPrecristianoEnLaDevocionASanM-144485

    10/10

    Jos MARAS A T R ~ S T E G U I

    podido recoger puede ser para alguien demasiada audacia por provenir del

    campo aficionado. E n to do caso doctores tiene la Ciencia

    Lo

    que s quiero decir es que los datos aportados en es te caso son los

    qu e ms directamente se refieren al tema de A ralar. Es decir no son los

    nicos que poseemos. Tengo delante una fotografa que me la he procurado

    gracias a la amabilidad de mi buen amigo Fermn Leizaola y que reproduce

    fragmentariamente una portada de Oyarzun. Bien pudiera pertenecer a las

    postrimeras del siglo XV. Se trata de una torre o torreta en una de cuyas

    dovelas existe el conjunto de figuras que puede apreciarse en la fotografa

    f .

    1 .

    Encabeza el grupo un animal con los rganos genitales sumamente de-

    sarrollados. En un plano inferior otros dos ejemplares adultos amamantan

    a sus vstagos. Sin entrar en el detalle marginal de la naturaleza de los mis-

    mos -bien pudiera ser ganado vacuno- podem os colegir que se tra ta de

    una escena del culto flico. Obsrvese que el recuadro superior de la de-

    recha representa a ms abundamiento un acto ritual. Hay una figura hu-

    mana tocada con aparatosa corona de guirnaldas

    y

    tiende una mano al ani-

    mal en actitud de blandir la lanza con la otra.

    Tanto en la dovela superior como en el fragmento de abajo pueden

    apreciarse asimismo sendas parejas de animales superpuestos que en termi-

    nologa figurativa simbolizan el apaream iento. O tra figura probablem ente

    femenina completa el cuadro superior. Abajo se trata d e palomas. Motivo

    ornamental de reminiscencias paganas?

    E n resumen puede afirmarse que el culto

    de la fertilidad ha dejado

    huellas constatables en el conjunto de la cultura vasca. Una buena recopila-

    cin seguida de una clasificacin sistemtica tienen la ltima palabra.

    E n segundo lugar la clave del origen de San Miguel puede estar en un

    culto precristiano de gran arraigo en la regin y que bien pudo revestir las

    caractersticas de un culto flico; quiz el de la fertilidad.

    X I

    197

    Jos Mar a SATR~STEGUI