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EL CUENTO DE UN PADRE
QUE REPITIÓ PAPEL
FELIZ DÍA DEL PADRE
19/03/2011
Esta es la historia de José Blas de Alva Molina, un muchacho que nació pesando
más de la cuenta y que vivía en la plaza María Guerrero junto a sus padres,
Encarnación Molina Montoya y Salvador de Alva Valdivia, y sus hermanos Nani,
Salvi, Ángela, Menchu, Blas y Rosi.
Desde muy joven denotó predisposición al riesgo construyendo patinetes caseros
con los que se lanzaba cuesta abajo por calle pito junto a sus amigos, no sin
pegársela en más de una ocasión.
¡Vaya, vaya, qué dotes de manitas hay que tener
para construir artilugios de este tipo!
Comenzó sus estudios en el colegio Los Agustinos, donde hizo
algún que otro amigo y se llevó alguna que otra regañina por su escaso
estudio, porque, no es que fuera mal estudiante sino que a veces se distraía con
alguna mosca.
Las notas no eran siempre buenas y sus padres se preocupaban
bastante por su rendimiento, pero él, de forma muy ingeniosa
colocaba a la izquierda del 0 un 1, y de esa forma pasada de tener de
un 0 a un 10, consiguiendo así tener contentos a sus padres y pegarse un verano
de escándalo, obviamente esto le duró el tiempo que tardó Dña. Encarnación en
enterarse de su estrategia, cosa que pagó bien cara, aunque claro está, después de
disfruta como Dios manda del veranito.
El Colegio tenía una seria disciplina y todos los alumnos
formaban filas en el patio antes de entrar a las clases, tal y como
debe ser. Los docentes y los curas hacían que los alumnos
cumplieran las normas, y a más de uno le ponían un mote
bastante gracioso.
Patio del Colegio Los Agustinos
Después de Los Agustinos estuvo en otros Colegios como Los
Olivos y León XIII, en este último le gustaba llamar la atención
bastante con su recién adquirido SEISCIENTO de color blanco
con el que hacía su espectacular entrada al Colegio cruzándolo en la
última curva mientras los compañeros le observaban desde el muro.
Colegio Los Olivos
Colegio León XIII
Pero si en algún lugar le gustaba hacer trompos con el seilla, ese no
era otro más que en el Kiosco Frente al Mar, donde se lucía ante
la mirada atónita de todos los que esperaban ansiosamente que
llegara para animarle. Claro está que de las locuras también se
aprende, y tuvo que aprender al caer por una cuneta quedándose el
coche a dos ruedas.
¡Vaya trompo el que se hacía!
Sin embargo, y después de todo, no terminó de aprender y no tuvo
otra cosa que hacer, que estando con sus colegas en la playa del
peñón del cuervo, si lanzó desde lo más alto del peñón cuando
menos agua había, y claro está, se quedó clavado en la arena como si
de un pinchito se tratase, y lo que él no sabía es que ese golpe fue el
inicio de una operación posterior que tendría que padecer.
¡Vaya ocurrencias Sñor. Pepín!
Aunque su vocación profesional iba encaminada a estar por las
nubes, comenzó a interesarse por la música, concretamente por los
instrumentos “bajo” y “contrabajo”. Primero se incorporó como
miembro de un grupo llamado MANATIAL, compuesto por Mª
José Marín, Blanca Tentor, Manuel Gómez, Andy Gutiérrez, Toño
Montero, Pepe Casado, Ignacio Páez; todos ellos como músicos, y
también Fernando “el chileno” como técnico de sonido. Hacían
algunos bolos en la facultad de económicas y en el Colegio de las
Teresianas, incluso llegaron a grabar en radio popular.
“La primera formación delgrupo Los Manantiales”
“El grupo llegó a ganarel tercer premio en unconcurso de villancicos”
Además del grupo Manantial, era miembro de una orquesta que
llevaba por título el nombre de su padre: “Orquesta Salvador de
Alva”, en la cual tocaba el bajo y actuaba junto a su padre y otros
músicos en salas de fiestas más prestigiosas del momento, tales
como “El Madrigal”, la “Sala de fiestas Laiza”, el “Pin-Pi”, etc.
De los primeros miembros del grupo, era a uno a
quien Pepín temía con espanto, le llamaba
“padrino” y era el practicante de la familia. Pepín,
que tenía cierto respeto por las inyecciones,
temblaba cuando el “padrino” entraba por la puerta,
y pensando que comiéndose toda la sopa no le diría
nada, no dejaba el menor resto de la misma.
Y sin más, en una de las salas de fiesta llegó el amor. Resultaba que
el ballet de Paco Romero firmó un contrato con la sala de fiestas
“El Madrigal” y comenzó a actuar en la misma. Pepín, muy
avispado, observó a una muchacha de cintura estrecha que danzaba
por el escenario como un ángel caído del cielo, y desde ese
momento perdió la cabeza, aunque como arma de buena mujer, la
bailarina que llevaba por nombre Sonsoles Olayo Martínez, se
acercó en primera instancia a él con la excusa de pedirle un cigarro.
Este fue el primero de frecuentes e intensos encuentros entre
ambos.
Fue tan intenso que dejaron poco tiempo para los preliminares, y en
un abrir y cerrar de ojos, ella quedó en cinta y él tuvo que marchar
para cumplir con el servicio militar, primero en el campamento
Álvarez de Sotomayor en Viator, donde juró bandera, y después en
el campamento Benítez. Estando en Viator, nació su hija a la que
pusieron por nombre Sonsoles de Alva Olayo, y la familia al
conjunto marchó con la niña hacia el cuartel para que Pepín pudiera
verla.
Acto de jura de bandera
Llegó el momento del SÍ quiero, y sin más dilaciones se
prometieron en la iglesia de San Gabriel, el 19 de Julio de 1975, no
sin antes haber disfrutado en el apartamento donde se alojaba
Sonsoles durante la temporada de actuaciones en la sala de fiestas.
¡Qué tipazo Pepín, no meextraña que se enamorasecon ese markipeik!
Sonsoles de Alva, fue su primera hija, nació el 26 de Octubre de
1974, y desde muy joven mostraba dotes de interpretación y pose
ante las cámaras, cualidad que se acrecentó conforme pasaban los
años, y que indudablemente transfirió a su hija, de la que
hablaremos más tarde. Sonsoles tenía la habilidad de contener el
aire de tal forma que llegaba a desmallarse, incluso era capaz de
hacerse marcas en el rostro al estilo Freddy Krueger. Eran
habilidades que a sus padres le preocupaban hasta que observaron
que volvía en sí tras unos segundos, se trataba pues de un fenómeno
extraordinario.
¡Vaya susto tenía el bebé!
Aproximadamente dos años después, el 19 de Septiembre de 1976
llegó el segundo, al que pusieron por nombre Jose Blas de Alva
Olayo. Su hermana, desde el principio, se dedicó a mimarle por ser
un bebé, aunque accidentalmente le diera algún caramelo que otro,
el cual no le sentó demasiado bien. En líneas generales, José Blas, al
que rápidamente por su hermana le pusieron por nombre koke,
demostró gran habilidad para los deportes, no igual con los
estudios, que más de un quebradero de cabeza llegó a dar a su padre
con este y otros temas de carácter adolescente.
Pasaron los años y los hijos fueron creciendo, pasando de la
niñez a la adolescencia y de ésta a la etapa adulta. Sonsoles, se
casó y tuvo tres hijos, haciendo así abuelos a Pepín y Sonsoles.
Primero nació Álvaro, al que todos le dicen que se parece a
alguien muy cercano a él. Después nación Iván, cuyos ojos
cristalinos y cabello rubio no pasan desapercibidos. Y más tarde
llegó Paula, que no pasa desapercibida de ninguna de las maneras,
y que está dotada de gracia y arte, y que, al igual que su madre,
tiene una fijación hacia el pose muy notable.
Durante los años posteriores a la boda Pepín trabajó sin
descanso en la orquesta de su padre, y más tarde ingresó
en la Orquesta Sinfónica de Málaga, de la que su padre fue
socio fundador, presidente y Director. Más tarde, llegó un
momento en su vida en que decidió presentarse a las
oposiciones para obtener plaza en la Banda Municipal de
Málaga, obteniendo el número uno y quedando por
encima de su compañero Antonio Haro.
“No tendría espaciopara poner todos losinstrumentos a losque se enfrentó el díade la prueba”
Durante los años posteriores a la boda Pepín trabajó sin
descanso en la orquesta de su padre y más tarde ingresó
en la Orquesta Sinfónica de Málaga, de la que su padre fue
socio fundador, presidente y Director. Más tarde, llegó un
momento en su vida en que decidió presentarse a las
oposiciones para obtener plaza en la Banda Municipal de
Málaga, obteniendo el número uno y quedando por
encima de su compañero Antonio Haro.
“No tendría espaciopara poner todos losinstrumentos a losque se enfrentó el díade la prueba”
Pasó el tiempo, los hijos crecieron, la familia se mudó, pasaron de
la plaza de la merced a la carretera de Cádiz, de ahí a calle
Alcazabilla, después a calle victoria, y finalmente acabaron en
Guadalmar. Sonsoles de Alva tuvo tres hijos, y por circunstancias
del destino sus padres le ayudaron a formarlos, y ahí está
Papínflying regresando a ese papel que hizo y hace de manera
ejemplar, y que es: SER UN EXCELENTE PADRE.
Lo de Papínflying no es otra cosa que su ocio con el parapente,
pues volar le apasiona y desde pequeño lo deseaba con fervor, y
es con su primo-sobrino Leo con quien disfruta de este placer en
las alturas.
Pepín-flying
Y así, con una vida llena de vivencias de todas las
clases posibles, Pepín, Pepe o José Blas, padre de dos
hijos y tres más, sigue disfrutando día a día y
aportando su grano de arena a cada uno de los
miembros de su familia, y por ejemplar que es:
TE DESEAMOS UN FELIZ DÍA DEL PADRE
TE QUEREMOS Y TE DAMOS GRACIAS POR
TODO LO QUE HICISTE, HACES Y HARÁS
POR NOSOTROS
Koke, Sony, Álvaro, Iván y Paula