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desnutricion
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Desnutrición Emocional…EFECTOS
En el ámbito de la salud emocional, “la situación emocional de un adulto depende en mucho del amor que se
le proporcionó en la infancia. De hecho, este proceso afectivo comienza desde el momento en que una mujer
representa en ella misma el deseo de un hijo, pues un niño deseado por la madre tiene un buen pronóstico de
salud emocional porque tendrá la posibilidad de recibir miradas de aceptación, amor, respeto, atención y
disciplina con balance, lo que poco a poco se convertirá en confianza y seguridad.
De otra manera, un niño rechazado que no fue bien acogido por la madre ni el padre o es golpeado por
padrastros o madrastras, tíos, abuelos que los cuidan porque muchas veces las madres los rechazan o
tutores, que no tienen muchas posibilidades de un buen desarrollo emocional; y tristemente la mayoría de las
veces terminan muy mal, es decir mientras más privación emocional hay más riesgo de enfermedad mental
que se presenta”.
Por su parte, los terapeutas psicológicos, sostienen que un bebé absorbe todas las actitudes y emociones de
la madre o cuidador. Así, para crecer con salud requiere una familia que le brinde seguridad, cobijo, un
modelo de vida y cuidados amorosos. Cuando no recibe estos cuidados hablamos de niños privados
emocionalmente.
“Cuando un niño no es suficientemente nutrido emocionalmente durante la infancia, de adulto va a
seguir necesitando eso que pidió, aunque modificará el modo en que formulará el pedido”.
Por ello es que los primeros dos años son muy importantes en la vida de cualquier persona, pues es la etapa
en la que se desarrolla el autoestima, la seguridad y confianza.
Un niño desnutrido emocionalmente es un adulto celoso inseguro y con una autoestima muy baja tendera a
querer llamar la atención a ser manipulador, a veces encantador solo si le conviene y otras veces agresivo en
su manera de hablar y actuar. Se convertiría en lo que los psicólogos llaman unhombre Misógino.
Asimismo, se dice que ningún ser humano tiene sus necesidades básicas satisfechas al cien por ciento, sin
embargo, es necesario que al menos el 50 por ciento de los primeros dos años, sea satisfecha sus
necesidades emocionales, en muchos casos los padres trabajan, y los cuidan personas no capacitadas,
generalmente nanas poco amorosas, si es así ellos podrían tener problemas en sus actitudes mentales, no
necesariamente todos los niños actúan de igual manera o les afecta igual, se encuentra casos diferentes
donde los niños no son muy afectados, cada niño reaccionará de diferente manera. Y para desarrollarse en
forma plena; entre más “nutrición emocional“, mejor salud mental.
¿Que dicen los especialistas acerca de la desnutrición emocional?
Schüller comenta que una persona “desnutrida emocionalmente” desde la infancia, tiene más probabilidades
de trastornos de ansiedad, enfermedad maníaco depresiva, depresión, fobias, etc. Todo esto se podría
traducir socialmente en una mayor incidencia de delitos, personas adictas, suicidios, divorcios, y agresión o
enfermedad hacia su cuerpo.
Afirma que muchas de las personas en las cárceles no tuvieron nutrición emocional en la infancia, y terminan
autodestruyéndose o agrediendo a los demás.
Por otro lado, Chávez, psicoterapeuta, asevera que las consecuencias pueden ser muchas, desde la
inestabilidad emocional, como no poder establecer una relación de pareja, hasta situaciones económicas
graves, porque una persona con este tipo de privación no puede tener disciplina, no ser constante, pues el
fantasma de “no puedo”, “no eres bueno”, “eres un fracasado”, “niño sucio”, “eres un cochino”, eso sin
mencionar “groserias” las palabras agresivas y humillantes. “eres un tonto”, “no sirves para nada”, los paraliza
y es la programación que tristemente se quedo en el subconsciente de su niñez y los persigue a niveles
inconscientes todo el tiempo hasta que algunos logran su sanación. Pueden ser personas que dejan de
luchar, y generalmente no terminan carreras universitarias por el nivel de inseguridad al que fueron sometidos.
En sus relaciones familiares y de pareja no establecen vínculos profundos.
Asimismo, Chávez afirma que un niño no tiene la posibilidad de entender que está siendo utilizado o
maltratado, y siempre que no sea aprobado y viva en la descalificación proyectará en su mente que
efectivamente es inepto, que es malo o culpable, y aunque modifique su realidad será muy difícil aunque no
imposible desarrollar una nueva perspectiva personal y modificar su auto concepto.
De tal manera, buscará una forma de lastimarse, pues al ser privado de sus necesidades emocionales más
importantes aprendió ese modelo como forma de sobre vivencia..Aunque no siempre es así, afortunadamente
si hay excepciones nada es una regla absoluta, conozco personas que lograron superar sus traumas y
complejos de su niñez y si son realmente felices, comprendieron la ignorancia y programación de sus
familiares y lograron perdonarlos parte fundamental en la curación.
Para Cantú “difícilmente unos padres que no han recibido cariño, cobijo, un modelo adecuado y cuidados
amorosos, pueden darlos: son como niños “emocionalmente desnutridos”, en un cuerpo de grandes con
autoridad. Esto es muy grave porque no son capaces de cuidar a un niño, y esta situación es una cadena que
se va perpetuando.
En este sentido, Chávez concuerda que infancia sí es destino, aunque no es determinante. Subraya que hay
formas de transformarse y que siempre está la posibilidad de cambio y apertura, que el ser humano es capaz
de modificar su realidad interna y externa.
Al respecto, Cantú refiere: “si de niños no recibimos lo que necesitamos para crecer sanos emocionalmente,
esas necesidades las cargamos toda la vida, dependiendo en gran manera nuestra fortaleza espiritual y
vencer esos obstáculos que muchas de las veces te hacen mas fuerte, o la otra opción es reflexionar y buscar
ayuda”.
En este sentido, si no se identifica la problemática el “hambre emocional” determinará nuestra vida adulta,
pero si por otro lado, la persona reconoce que no está bien o alguien le ayuda, se sobrepondrá.
Finalmente, es importante mencionar que para reconstruirnos internamente primero debemos saber cómo
estamos e identificar nuestras emociones.
Pues el problema es precisamente no saber qué nos pasa, qué nos falta y vivir mucho tiempo infelices Chávez
asevera que para saber si me afecta o no haber sido “nutrido emocionalmente“, es conveniente reflexionar
acerca de las siguientes cuestiones:
¿Qué tipo de vínculos emocionales tengo? ¿Me sentí amado y protegido por mis padres? ¿Me sentí
respetado en mi niñez? ¿Tengo amistades de muchos años o con frecuencia rompo con mis relaciones de
amigos? ¿Qué tan estable soy con mis relaciones de pareja? ¿Cuantos divorcios llevo? ¿Cuantas parejas he
tenido? ¿Por qué siempre siento mucha ansiedad si no tengo pareja? ¿Cuánta disciplina tengo frente a las
acciones que emprendo? ¿Con qué frecuencia me deprimo? ¿Soy una persona agresiva? ¿me peleo
constantemente? ¿Puedo estar solo conmigo mismo o dependo del teléfono siempre? ¿Me lleno de
ocupaciones para no estar solo? ¿Puedo estar solo varios días sin necesitar personas? ¿Siento celos o
envidia de las personas que veo felices?
Además subrayó que la voluntad por sí misma no es suficiente para cambiar, pues es un ejercicio que va más
allá de lo que quiero y lo que no, por eso siempre lo más conveniente es solicitar ayuda profesional siempre
y cuando se tenga la suficiente fé, amor y la comprensión de perdonar el daño recibido pues casi siempre
quien nos daña es mas bien por repetir patrones de conducta y la ignorancia.
DESNUTRICIÓN EMOCIONALPublicado el 29 octubre, 2009por fenixdeloeste
Nos ocurre con frecuencia que nos pasamos años junto a una persona de la que
recibimos más insatisfaccion que otra cosa y nos sentimos obligadas a permanecer y a no ser
capaz de exigir ser atendidas y colmadas en nuestras necesidades.
Está como incrustado en el inconsciente esa incapacidad para reivindicar nuestro derecho a
ser amadas como realmente queremos serlo. Obedeciendo no se que norma no escrita podemos
quedarnos, me refiero más a las mujeres, con el primero que llega a nuestra vida. Que suele ser
un hombre con unos conceptos de dominio y de sentirse el rey del corral al que no sabemos
ponerle freno. Nos exige de forma directa o sutil que estemos guapas, que estemos delgadas, que
seamos simpaticas, alegres, estemos contentas, que seamos serviciales, sumisas, le
complazcamos en todo y mientras nos pasamos la vida esforzándonos en ser todo eso, a cambio
recibimos de un ser que se deteriora físicamente cada día…un poco de su atención, porque ….el
tiene que trabajar, él tiene que desarrollarse, él tiene…. y nosotras nos tenemos que conformar con
lo poco que decide darnos… porque como me dijeron a mí…."eso es lo que hay" … y reconozco
que no supe qué contestar, cuando lo que debería haber hecho es decir…." bien…si eso es lo que
hay… yo no lo quiero, así que adios…."
Yo comparo una relación o al menos las que a mi me han tocado, con el comer…. La persona
necesita comer de todo…carne, frutas, pescado, etc.. y lo mismo ocurre con el alma y los
sentimientos…tenemos necesidades vitales de atención, compañía, dulzura, confianza, amabilidad,
complicidad, ternura….. Bien, si para sentirnos en perfecta salud necesitamos comer de todo para
satisfacer todas las necesidades nutricionales del cuerpo de forma que esté sano y fuerte, para
sentir nuestra salud mental, emocional y afectiva necesitamos recibir todo eso y más.
Lo mismo que protestamos cuando no hay suficiente comida y la buscamos donde sea, nos
levantamos de cualquier mesa si lo que nos ponen delante o nos ofrecen es una miseria, y no
dudamos en pedir más y si nos contestan eso de ….".es lo que hay"….simplemente nos vamos y
dejamos al cocinero con la mesa puesta y su escaso plato puesto a enfriar….
Deberíamos protestar cuando nuestra pareja…nos da unas migajas por relación…es
decir…nos ignora, nos habla mal…cuando necesitamos su presencia… se va, cuando
necesitamos su compresión …nos grita o nos insulta….. Entonces no somos capaces de
levantarnos e irnos a buscar la comida del alma en otro sitio, sino que nos aguantamos con el
mendruguillo de pan rancio, años y años…hasta que lógicamente enfermamos, las visitas al
psicologo o psiquiatra se hacen más y más frecuentes…los dolores del cuerpo aumentan dia a día,
la desgana aparece como algo habitual y creemos que forma parte de nuestro carácter ….No
estamos enfermas…simplementes estamos a una dieta tan estricta de atención y afecto que nos
estamos volviendo desnutridas emocionales, cada vez nos conformamos con menos aunque nos
desvivimos igual por el otro que como un agujero negro engulle todo, desde el pobre sexo que nos
ofrece pero que para el es suficiente, hasta toda nuestra a atención y confianza …. todo lo devora
y nos vacía, hasta hacernos huecas…. hay muchas mujeres que se han quedado huecas física y
emocionalmente.
Nos dejamos morir del alma y no protestamos, es como si nos diera vergüenza hablar de
nuestras exigencias, como si estuviera mal visto decir que tenemos derecho a ser tratadas como
necesitamos ser tratadas, que nuestras necesidades son iguales que las del otro y si el otro no las
satisface, no debemos quedarnos hay que levantarse e irse porque si no lo hacemos, si no
demostramos el valor de salir corriendo moriremos de soledad y de hambre de atenciones…. y en
algunos casos la muerte será un hecho que pudo ser evitado y no lamentado.
Nos da reparo pedir y exigir nuestra ración diaria de atención y de amor y nos buscamos miles
de excusas y argumentos para justificar al otro y justificarnos, pero claro nos autojustificamos mal,
porque nos autotachamos de egoístas, de irrespetuoas, de exigentes y caprichosas, nos
autoacusamos de no valorar el esfuerzo mínimo y pobre que hace el otro por devolvernos ni
siquiera una mínima parte de lo que le damos y ¡ojo!….que no demos el cien por cien , porque nos
gritará y a lo mejor, si hay suerte se larga a buscar a otra tonta que esté dispuesta a ser
desangrada de sentimientos y en este caso encima nos buscamos entre las costuras del recuerdo
qué hicimos mal…. lo único que hicimos mal es no ser justas con nosotras mismas, no exigir lo
mismo que damos, no salir corriendo hasta el infinito que mas vale sola que pegada a un ser que
nos parasita hasta la extenuación.
Hay un miedo ancestral a quedarnos solas, y hacemos lo indecible por no estarlo cuando la
realidad es que estamos muy solas…. porque en el momento que no tenemos compañero sino a
un señor al que servir… estamos solas no hay compañía.
No es compañia ir detrás de alguien, la compañia ´tiene que ver con el compás, con ir a la
par, a ritmo, a la vez y no en fila. En la fila estamos solas, nadie está al lado para que nos coja la
mano, hay gente delante y atrás pero no al lado, cuando se marcha a compás si, hay alguien ahí
al lado danzando contigo.
Nos engañamos sirviendo al otro, en las relaciones de pareja, nadie sirve a otro, hay
cooperación. En la servidumbre uno está arriba y el otro abajo, pero en la cooperación todos
estamos en el mismo nivel, hay movimiento hacia los dos lados….
Yo creo que una razón por la que se engorda cuando no nos sentimos queridas es porque de
alguna manera intentamos llenar con comida lo que hay que llenar con cariño, confundimos los
alimentos con los sentimientos y damos al alma el manjar que toca al cuerpo, porque no sabemos
buscar con decisión y valor la persona que puede darnos el alimento que conviene al corazón y a
los sentimientos…. y esa persona somos nosotras mismas…
Cuando nos conformamos con el escaso alimento para las emociones que la pareja
de turno nos da con grandes aspavientos hasta convencernos de que lo que se digna
concedernos, es algo maravilloso , caemos en una desnutrición emotiva que termina
por secar no solo la relación sino nuestra capacidad de dar y sentir amor, entrando en
un estado de frustración permanente producido por el desequilibrio entre lo que
necesitamos y se nos entrega , entrre lo que damos y lo que recibimos, entre lo que
deseamos y la satisfacción que conseguimos, todo eso termina por desarrollar la
desesperanza y lo peor es que contribuimos a que ese modo de pensar y sentir se
perpetúe en las jóvenes que empiezan a tomarnos como modelos.
Es hora de aprender a decir que no interesa tan escaso alimento y levantarnos sin
complejos del lado del tacaño afectivo que ha decidido crearse su propio capital de
atenciones, mimos y satisfacciones a nuestra costa, pero que no es capaz de dar ni los
buenos dias a modo de sonrisa.
Recuerda que todo en la vida tiene que estar en equilibrio y menos….ni
hablar…..no es negociable
Desnutrición Emocionalmartes, 24 de marzo de 2015Economía y Negocios
El Mercurio
Los padres tienen conciencia de que es importante alimentar bien a los niños para que tengan una buena salud, y saben que la calidad de lo que comen es decisiva en su estado nutricional y condición física. Pero, al mismo tiempo, no tienen suficiente conciencia de lo importante que son para los niños las palabras y gestos amorosos, junto a las oportunidades educativas que ayudan en su crecimiento emocional.
La calidad de los vínculos da cuenta del bienestar emocional familiar. Una familia puede estar muy preocupada y querer mucho a sus hijos, pero debe aprender a expresarlo emocionalmente. Si en los niños falta la seguridad en el afecto de sus padres y la sensación de que están contentos y orgullosos de ellos, seguramente sufrirán carencias emocionales, que a la larga pasarán la cuenta.
Rafael, un adolescente de trece años, que como buen adolescente está bastante rebelde, crítico e inestable, se queja de sus padres diciendo: "No me encuentran nada bien, me critican el día completo, repiten varias veces al día lo que hago mal. Tengo la sensación de que no me encuentran nada bueno, que no me quieren. Es tanto lo que repiten lo malo que soy y mis defectos, que pienso que voy a terminar siendo un delincuente. Mientras más me lo repiten, menos ganas me dan de cambiar. Con mi hermana hemos conversado que ya no nos gusta estar con nuestros padres, porque viven para criticarnos".
Estas reflexiones las he escuchado en muchos adolescentes cuyos padres, legítimamente preocupados por los errores y riesgos de sus hijos, caen en una escalada negativa de críticas inconducentes. De pronto, parece que los padres padecen de una especie de dislexia emocional, expresando sus enojos con mucha frecuencia y con gran intensidad, realizando gestos de reconocimiento y validación con poca frecuencia, poca fuerza y que son anulados por la crítica posterior.
La proporción debiera ser inversa, de más reconocimiento que crítica. Hay que creer en el poder del amor más que en la fuerza de la crítica. Educar es enseñar y no corregir. Poner límites, pero desde el control sin destrucción.
Es necesario centrarse en lo positivo que tienen los niños, fortalecer sus competencias y mejorar significativamente la relación. Haga que las críticas sean pocas y realizadas en privado, centrándose más en lo que necesitan aprender, que en lo que han hecho mal. Hay que cuidar el lenguaje o las acciones al poner los límites, para que no lesionen la imagen personal en formación del niño, o signifiquen que los vínculos padres-hijos resulten severamente dañados. El mayor factor protector para la salud mental de los niños es la calidad de los vínculos con los padres. Ellos necesitan sentir el amor incondicional de los padres. ya
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* *Cuando un niño no es suficientemente nutrido emocionalmente durante la infancia, de adulto va a seguir necesitando eso que pidió, aunque modificará el modo en que formulará el pedido.
La situación emocional de un adulto depende mucho del amor que se le proporcionó en la infancia. Este proceso afectivo comienza en el momento en que una mujer representa en ella el deseo de un hijo, pues un niño deseado por la madre tiene un buen pronóstico de salud emocional porque tendrá la posibilidad de recibir miradas de aceptación, amor, respeto, atención y disciplina con balance, lo que se convertirá en confianza y seguridad.
Por el contrario, un niño rechazado que no fue bien acogido por la madre ni el padre o es golpeado por padrastros o madrastras, tíos, abuelos que los cuidan porque las madres los rechazan, no tienen muchas posibilidades de un buen desarrollo emocional; tristemente la mayoría de las veces terminan muy mal, es decir mientras más privación emocional hay más riesgo de enfermedad mental se presenta.
Los terapeutas psicológicos, sostienen que un bebé absorbe las actitudes y emociones de la madre o cuidador. Así, para crecer con salud requiere una familia que le brinde seguridad, cobijo, un modelo de vida y cuidados amorosos. Cuando no recibe estas atenciones hablamos de niños privados emocionalmente.
Por ello es que los primeros dos años son muy importantes en la vida de cualquier persona, pues es la etapa en la que se desarrolla el autoestima, la seguridad y confianza.
Un niño desnutrido emocionalmente es un adulto celoso inseguro y con una autoestima muy baja
tendera a querer llamar la atención a ser manipulador, a veces encantador solo si le conviene y otras veces agresivo en su manera de hablar y actuar. Se convertiría en lo que los psicólogos llaman un hombre Misógino.
Ningún ser humano tiene sus necesidades básicas satisfechas al cien por ciento, sin embargo, es necesario que al menos el 50 por ciento de los primeros dos años, sean satisfecha sus necesidades emocionales, en muchos casos los padres trabajan, y los cuidan personas no capacitadas, si es así ellos podrían tener problemas en sus actitudes mentales.
No necesariamente todos los niños actúan de igual manera o les afecta igual, se encuentra casos diferentes donde los niños no son muy afectados, cada niño reaccionará de diferente manera. Y para desarrollarse en forma plena; entre más“nutrición emocional“, mejor salud mental.
Desnutrición emocional
Articulo “Desnutrición emocional”
Millan Hollister
Los niños necesitan lo mismo que necesitamos todos: apoyo emocional, aceptación incondicional y amor. Sin embargo, también necesitan constantes recordatorios y modelos de conducta para dar respuesta a aquello que más les hace falta: las herramientas y los conocimientos más sencillos y fundamentales sobre los valores humanos básicos.
La mayor parte de los niños de hoy en dia estan influenciados por elementos externos. El problema radica en que la mayoría de los niños conocen conceptos morales básicos como la no-violencia, la paz, la buena conducta, el amor y la verdad. No obstante, muchos de ellos no poseen los elementos prácticos para su aplicación que les pueden ser útiles en momentos difíciles.
¿Cual es la respuesta para resolver este enigma social?
1.Permitir que nuestros hijos sean quienes son de manera innata. Los niños necesitan soñar y fijarse objetivos por sí mismos.
2.Disfrutar de cada uno de los momentos en los que se encuentren nuestros hijos. Cada niño tiene su ritmo y es importante no medir el éxito de uno comparándolo con otro. Fomentar los talentos y las habilidades únicas de cada niño es una manera segura de promover una buena autoestima.
3.No importa lo que un hijo diga o haga, siempre hay que darle amor incondicional y apoyo. Si los niños cometen errores, hay que hablar tranquilamente con ellos sobre lo sucedido y recordarles que pase lo que pase, siempre les vamos a querer, aunque sus decisiones nos decepcionen. Nutrir una relación incondicional con nuestros hijos les proporcionará un refugio seguro en épocas difíciles y abrirá las puertas para una comunicación fluida.
4.Debemos escuchar a nuestros hijos, y dejar que su voz sea una parte real de la dinámica familiar. Los niños aprenderán a elegir de manera acertada si también se les permite decidir. Por eso es bueno mantener reuniones familiares e incluirlos en el proceso de toma de decisiones.
5.Debemos dar a nuestros hijos varias opciones y dejar que se equivoquen. Como todo el mundo, los niños necesitan tener oportunidades de aprender y crecer. Y como nos ha pasado a todos, a menudo aprendemos más de nuestros mayores errores.
6.Tenemos que mostrarles que los actos de cada uno acarrean consecuencias. Dejemos que participen. Los niños tienden de manera natural a ser más exigentes con ellos mismos cuando son partícipes de un proceso de “sanción”.
7.Debemos animar a nuestros hijos a que jueguen (¡y a jugar con ellos!) Si les enseñamos el valor del tiempo lúdico, estaremos promoviendo su equilibrio como personas.
8.No dejemos de dedicarles tiempo, como hablar con ellos y sobre todo escucharles, leer o caminar juntos, y por lo general disfrutar de los momentos que compartimos con ellos.
9.Promovamos su crecimiento espiritual. Aquellos niños que han tenido el apoyo y la oportunidad de crecer espiritualmente son más felices y equilibrados.
10.Debemos enseñarles a ser tolerantes, a no juzgar y a respetar todo lo que existe en nuestro planeta.
11.Y lo más importante, debemos recordarles cada día de su vida lo mucho que valen y cuánto les queremos, respetamos y apreciamos por lo que son.
Finalmente no hemos de olvidar darles siempre ... ¡muchos abrazos!