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DESCRIPCIÓN DE LA MONITORIZACIÓN DE LA FRECUENCIA CARDÍACA EN UNA COMPETICIÓN EN FÚTBOL
Saúl Ramírez Molina
Ldo. Ciencias de la Actividad Física y Deporte
Responsable de metodología del Fútbol Base del CD Alcoyano
Jordi Vilaplana Muñoz
Entrenador del Fútbol Base del CD Alcoyano
INTRODUCCIÓN
Son numerosos los estudios que hablan de preparación física, de intervalos de trabajo de
frecuencia cardíaca (FC) en las que se mueven los jugadores de fútbol. Algunos de estos estudios presentan la evolución de la FC del portero (Llopis, 2008), otros analizan los juegos reducidos en el entrenamiento teniendo en cuenta si los jugadores son ofensivos o defensivos
(Urkiza, 2008), y otros comparan los juegos reducidos con el partido de competición (Casamichana, 2009). También los hay que analizan las variaciones de la FC, la prevención de lesiones, la capacidad de esprintar, de saltar, de golpear el balón en función del jugador, del rol
posicional y del estilo de juego del equipo (Bangsbo, 1994; Reilly, 2000). Las exigencias competitivas en función de la posición que ocupa el jugador también han sido objeto de algún estudio (Di Salvo, 2007). Además se ha estudiado el porcentaje medio de trabajo de la FC
concluyendo que oscila entre el 80-‐90% de la FC máx. (Jiménez, 1993, McMillan, 2005 y Stolen, 2005).
En muchas ocasiones se ha hablado del fútbol como un deporte con predominancia aeróbica, y en cierta medida es cierto. Existe un estudio que nos muestra que la mayor parte de las
acciones son de poca intensidad como marcha y trote (Pombo, 2009). Sin embargo hace casi veinte años (Bangsbo, 1993) ya afirmaba que durante 10 minutos de juego los jugadores estaban por debajo del 73% de la FC máxima. Esto equivale al 11% del tiempo total de juego.
Durante 57 minutos de juego se situaban entre los 73 y 92% de la FC máxima, suponiendo un total del 63% del juego. Finalmente, este estudio concluía que por encima del 92% de la FC máxima un jugador estaba 23 minutos equivalente al 26% del tiempo de juego. Por tanto, se
puede afirmar que la mayor parte del juego se trabaja mediante los sistemas de energía aeróbicos (López Chicharro, 2006) dependiendo del jugador que esté en el campo pero generalmente se habla del rango de 170 a 185 pulsaciones por minuto (ppm).
Nuestro grupo de trabajo considera fundamental conocer la FC a la que permanece el jugador
durante un partido de competición, teniendo en cuenta el puesto específico que ocupa en el terreno de juego. Queremos saber, además, cuánto tiempo permanece en las diferentes zonas de FC relacionadas con la FC máxima individual del jugador. También, nos interesa conocer el
número de picos de FC que existen durante el transcurso del partido y con qué frecuencia se repiten para poder realizar entrenamientos adecuados a las demandas fisiológicas del partido
de competición. De este modo podremos tener una referencia marcada por la competición
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para buscar el diseño de tareas en los entrenamientos que permitan tener una FC con picos y
espaciada en el tiempo similar a los que se producen durante la competición.
OBJETIVO
El objetivo del presente artículo de investigación observacional es monitorizar la FC de los jugadores de fútbol por puesto específico, aplicado al sistema de juego 1-‐4-‐3-‐3. Esta información permitirá conocer el tiempo de juego que permanece en las diferentes zonas de
FC. Además, se podrá conocer el número de picos que tiene un jugador en un puesto específico y hasta que FC relacionada con la máxima llega a alcanzar.
MÉTODO
Participantes
En el estudio tomaron parte 19 jugadores de categoría juvenil pertenecientes al Club Deportivo Alcoyano, concretamente al equipo juvenil A. El rango de edad oscila entre los 16 y
18 años, siendo la media en el momento del estudio de 17,21 años. La plantilla cuenta con tres jugadores de primer año, nueve jugadores de segundo año y siete de tercer año.
Además podemos añadir que los jugadores tienen una media de pertenencia al C. D. Alcoyano de 5,16 años. De los que, destacaríamos los casos extremos, donde dos jugadores llevan
vinculados al club 11 años y otros dos son de reciente incorporación (actual temporada).
Material
La medición de la FC se ha realizado mediante pulsómetros Suunto, concretamente con las bandas transmisoras de FC Comfort Belt y receptor de ondas de FC el Suunto Team Pod. El programa que analiza los datos es el denominado Team Manager para tratar los datos
recibidos por el receptor. Además, se utilizó también el software Suunto Monitor el cual analiza en tiempo real la FC de cada uno de los jugadores. Todos los jugadores llevaban el pulsómetro (banda transmisora de FC) puesto durante los partidos analizados. Los datos se
analizan y se muestran de manera gráfica para poder visualizar la gráfica dibujada de la FC. Posteriormente se realiza el análisis correspondiente.
Figura 1: A la izquierda de la imagen se encuentra la banda transmisora (Hr Comfort Belt) que llevaba cada jugador y a la derecha el receptor de datos conectado al PC (Suunto Team Pod).
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Diseño de registro de datos
La metodología empleada fue la toma de datos mediante la correa transmisora de FC Suunto
Comfort Belt que utilizaba cada jugador durante el transcurso del partido. Los datos se registraban mediante el receptor de señales de FC Suunto Team Pod y el software mencionado con anterioridad.
A continuación explicamos el modelo de juego del equipo ya que consideramos que la manera
de jugar de cada equipo condiciona la carga interna de los jugadores. Recordamos que el sistema de juego que utilizamos, generalmente, para el juego y durante toda la temporada es el 1-‐4-‐3-‐3 (1-‐4-‐1.2-‐2.1). La situación de los jugadores en el campo es un portero, una línea de
cuatro jugadores, dos centrales y dos laterales, la línea de medios está dividida en dos, con un mediocentro defensivo situado delante de la defensa y dos interiores. La última línea de juego está formada por un delantero centro y dos jugadores abiertos en la banda (figura 2).
Con la posesión del balón el juego se encamina hacia la banda (uno de los dos laterales) que juega con los interiores o el pivote que inicia la acción combinada hacia el delantero centro,
interiores, mediaspuntas (que hacen desmarques de apoyo) para mover al equipo rival y dejar que el lateral pueda hacer un desdoblamiento para que le llegue el balón y haga un centro al área. Además se busca mucho juego en el interior para buscar la profundización por las
bandas. A priori, los jugadores que juegan por el interior tendrán un constante movimiento mediante desplazamientos cortos tanto en desmarques de apoyo como de ruptura (siempre buscando la línea de pase) y los jugadores de banda buscarán la profundización con
desplazamientos intermitentes de mayor recorrido y mayor distancia en el tiempo.
Sin la posesión del balón el equipo utiliza el mismo sistema de juego. Si el juego lo inicia el equipo rival el jugador situado más cercano al balón empieza la presión. Si se ha perdido la pelota el jugador que la ha perdido empieza la presión. El resto del equipo se repliega y
bascula hacia el lado donde se encuentra el balón y ayuda en la presión (dependiendo de lo pactado previamente con el entrenador) y especialmente tapa las líneas de pase para hacerse con la posesión del balón lo antes posible.
RESULTADOS DE LA MONITORIZACIÓN
A continuación y una vez analizado el sistema de juego y los movimientos del equipo,
presentaremos la línea de la FC mostrada por cada jugador del campo dividiéndolos en portero, defensa central, defensa lateral, pivote, interior, mediapunta y delantero centro.
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Veremos su FC media (en el tiempo disputado del partido) indicada por el programa que
almacena los datos, indicaremos cuál es su FC máxima obtenida con el mismo programa y con el test TVREF 1.1 (García López 2004) que se realizó en las pruebas de pretemporada, la zona por la que se mueve la FC durante el desarrollo del partido y para finalizar realizaremos un
recuento de los picos que tiene a lo largo del partido para poder sacar conclusiones en el apartado final. La última parte de los datos (recuento de picos de FC) es a lo que más importancia le daremos en nuestro grupo de trabajo.
En el siguiente dibujo (figura 3) se muestra la curva de la FC del portero con este sistema de
juego y durante el tiempo de juego que disputó en el encuentro registrado.
La FC máxima del jugador es de 200ppm extraída con el test realizado a toda la plantilla, anteriormente citado. Podemos observar que la gran parte del tiempo la FC del portero se encuentra entre los valores 135 y 155ppm (del 65 al 80% de la FC máxima). No obstante, es
muy importante destacar que existen numerosos picos de FC que nunca llegan a sobrepasar las 175ppm (entre el 90 y el 85%). Los picos que se pueden contar son alrededor de 20, y en una de las ocasiones se mantiene hasta 3 minutos y en otra ocasión, en un periodo de 10
minutos, se dan diversos picos seguidos. Se puede extrapolar que los picos de FC y el tiempo donde permanecen seguidos coinciden con acciones ofensivas del equipo rival. La media extraída por el programa que registra los datos indica 141 ppm (70% de la FC máxima) y de un
trabajo de mantenimiento de la capacidad aeróbica (García Manso, 2006).
A continuación (figura 4) mostraremos la FC dibujada por los defensas centrales del equipo. La FC máxima del jugador se sitúa en 202ppm. Se puede observar la marca que se destaca del software que abarca una FC entre 165 y 185ppm (del 80 al 95% de la FC máxima) en el
cómputo general del partido. Pero además, se observa que existen 58 picos de FC, de los cuales hasta en 16 ocasiones superan las 190ppm (más del 95% de la FC máxima), llegando a tener el pico máximo a 200ppm, el 99% de la FC máxima. Como hemos mencionado con
anterioridad, los centrales tienen gran participación en las acciones defensivas del equipo, que coinciden con los picos de la FC. Existe un período de tiempo de siete minutos donde los picos
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de FC no sobrepasan las 150ppm (75% de la FC máxima). Son acciones ofensivas de nuestro
equipo de las que son partícipes en menor medida. Deben realizar las acciones de inicio de la acción combinada y posicionarse para anticiparse a los rechaces del equipo rival. Por tanto sabemos que como media tenemos 164ppm (más del 80% de la FC máxima) que sería un
trabajo de desarrollo de capacidad aeróbica (García Manso, 2006). Sin embargo, los picos que nos encontramos van a coincidir con acciones ofensivas del rival y una acción defensiva de nuestro equipo para evitar que nos anoten un gol. Posteriormente, con la posesión del balón,
se inicia el principio de nuestra acción ofensiva. Entendemos que el jugador en estos picos de FC necesita tomar decisiones rápidas y eficaces para el equipo.
Seguidamente se muestra (figura 5) la FC del lateral durante el tiempo de juego. La FC máxima del jugador la podemos encontrar en 198ppm. Podemos ver como la franja más importante
donde se determinan las ppm son entre 170 y 190ppm el (entre el 85 y más del 95% de la FC máxima). Por lo que el jugador en gran parte del partido tiene valores muy cercanos a los 190ppm (más del 95% de la FC máxima). Además, se puede visualizar como existen diferentes
momentos donde su participación en el juego no se da de manera directa y la FC disminuye considerablemente.
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La media del ejercicio fue de 173ppm (entre el 85 y el 87% de la FC máxima) marcada por el software, por tanto habría estado trabajando en una franja de desarrollo de la capacidad aeróbica llegando a valores cercanos de potencia aeróbica (García Manso, 2006). Además, nos
gustaría destacar que el jugador ha tenido alrededor de cincuenta picos de FC, de los cuales en más de seis ocasiones sobrepasan las 190ppm (más del 95% de la FC máxima). El resto de los picos están dentro de la franja que marca para el trabajo de este jugador durante el partido.
Recordamos que este jugador en nuestro equipo juega como lateral. La posición requiere que el jugador realice recorridos de larga distancia (tanto ofensivos como defensivos) y en función de la posesión y la orientación de la jugada (derecha o izquierda) la demanda es mayor o
menor. Por tanto los picos de FC coinciden con las acciones ofensivas de nuestro equipo más la posterior transición a la defensa del jugador (y equipo) si se da el caso.
A continuación (figura 6), se muestra la FC del jugador que juega por delante de la línea de defensores en el mediocentro defensivo. La FC máxima del jugador es de 201 ppm. En la
gráfica se puede observar que el jugador mantiene una franja de trabajo centralizado que va desde las 170 a las 190 ppm (del 85 al 95% de la FC máxima). En trece ocasiones llega a superar la franja marcada y por tanto se sitúa en más del 95% de la FC máxima. La media del ejercicio
es de 174 ppm (entre el 85 y el 90% de la FC máx.). Estos datos nos indican que estaríamos hablando de trabajo dentro de la zona de capacidad aeróbica, llegando a valores cercanos de potencia aeróbica (García Manso, 2006). Se contabilizan dentro del tiempo de juego hasta
sesenta y un picos de FC, de los cuales en trece ocasiones se supera la franja estimada. Recordamos que el juego del equipo hace que el jugador tenga que desplazarse constantemente en distancias más cortas (en comparación con el lateral) pero más constantes
con una pausa intermitente y en ocasiones con más recuperación y en otras ocasiones con menos recuperación. Además, se puede observar como en la primera parte del juego se tiene una FC más alta y con cambios constantes mediante picos que superan las 190 ppm (95% de la
FC máx.), por lo que la partición en el juego fue mayor que en la segunda parte del juego donde se puede ver que los picos de FC son inferiores, no llegando a superar las 185 ppm (poco más del 90%).
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Acto seguido, se muestra (figura 7) la FC de un mediocentro interior del equipo. La FC máxima del jugador la encontramos en 193 ppm encontrada por el test que se realizó. La franja de
trabajo durante el partido se encuentra entre las 155 y las 175 ppm (entre el 80 y más del 90% de la FC máxima del jugador). Se genera durante el tiempo de juego 79 picos de FC. De los que en 20 ocasiones superan la franja estipulada como mayoritaria y excede del 95% de la FC
máxima. Además, es significativo que estos picos de FC se vean durante el transcurso de la primera parte y no se suceda ninguno en la segunda parte. La media del ejercicio está situada en 154 ppm (el 80% de la FC máxima) por lo que si nos fijamos en este único dato situaríamos
el trabajo del interior en mantenimiento de la capacidad aeróbica (García Manso, 2006). Recordamos que los movimientos del jugador son recorridos cortos en comparación con otros compañeros de diferente posición pero movimientos constantes con poca recuperación. Se
puede extrapolar que el jugador entra en constante participación en el juego (79 picos de FC) y vemos que la recuperación es variada e incompleta.
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En la siguiente gráfica (figura 8) se puede ver la FC de un mediapunta del equipo. Recordemos
que juega en la última línea del equipo en una de las bandas, generalmente realizando desmarques de apoyo y de ruptura hacia el interior del campo dejando la banda para el lateral o mediocentro interior para que realice un desdoblamiento y genere superioridad numérica.
Podemos ver que la gráfica presenta picos de FC que llegan hasta 194 ppm sabiendo que la FC máxima del jugador en el test fue de 199 ppm, por tanto llegó durante el partido al 97’5% de la FC máx. La media de la FC es de 168 ppm, aproximadamente el 85% de la FC máxima, que se
ubicaría entre el objetivo de desarrollo de la capacidad y de la potencia aeróbica (García Manso, 2006). Estos datos están justificados ya que el jugador realiza desplazamientos entre 8 y 15m, en ocasiones hasta 20m para hacer desmarques de apoyo y de ruptura con el objetivo
de facilitar el movimiento y conservación de balón de su equipo. Se cuentan hasta 42 picos de FC durante el desarrollo del juego. La zona en la que enmarcamos el trabajo se encuentra entre 170 y 185 ppm (el 85 y el 93% de la FC máx.) y un trabajo de capacidad y potencia
aeróbica como hemos comentado con anterioridad utilizando como referencia la media de las ppm (García Manso, 2006). Dentro de los 42 picos de FC, 19 pasan de la franja estipulada como mayor intensidad de trabajo. Se puede entender que aproximadamente los picos casi lleguen a
la mitad debido a que la posición del jugador. Esta le exige carreras de máxima intensidad en ataque y, acto seguido, en la transición ataque-‐defensa para realizar las permutas con los compañeros que se han incorporado al ataque. Además, podemos ver como en ocasiones los
picos de FC se solapan debido a que se han dado lugar 5 acciones de intensidad con un descanso muy corto en el tiempo y seguido de un descanso prolongado.
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En la figura 9 vemos la descripción de la FC del delantero centro del equipo, el jugador más ofensivo del equipo. No obstante, por la movilidad que se le intenta dar al juego es una posición de partida ya que se puede ver como el jugador se desplaza hacia la banda para que
un defensor le siga, dejando su posición libre para otro compañero y un posible lugar libre para poder conseguir gol. Por tanto hablamos de movimientos de desmarque de apoyo para la continuidad del juego hacia el centro del campo y hacia la banda. Además de desmarques de
ruptura para poder conseguir el objetivo, el gol. La FC media de la actividad fue de 159ppm (76% de la FC máx.), que se ubicaría dentro de los parámetros de desarrollo de capacidad aeróbica y, en menor medida, desarrollo de potencia aeróbica (García Manso, 2006). La
actividad del delantero centro estaría enmarcada dentro de las 160 y las 180ppm (el 77 y 87% de la FC máx.). Sabemos que la FC máxima del jugador es de 207ppm y que tiene 46 picos de FC descritos en la gráfica de los cuales el máximo es de 197ppm (más del 95% de la FC máx.) y
de los 46 picos de FC hablamos de 23 que sobrepasan la franja estipulada de concentración de mayor trabajo y se centran en más del 87% de la FC máxima del jugador. Por tanto son 46 movimientos acíclicos, 23 de los cuales se realizan superando la franja del umbral anaeróbico
teórica. Hablamos de constantes movimientos de menor intensidad mezclados con movimientos de mayor intensidad (desmarques de apoyo y de ruptura) para generar un momento de incertidumbre en el equipo rival y poder continuar con la posesión del balón. Se
puede observar que existen momentos de muy baja intensidad coincidiendo con momentos de la fase defensiva donde el delantero centro se ubicaba en la zona del centro del campo para poder iniciar el contraataque si es el caso o bien la transición a defensa-‐ataque. Y
especialmente en las acciones a balón parado (ABP) donde tiene libertad para ubicarse y poder pasar rápidamente.
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DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Una vez analizados los datos de los jugadores que nos han interesado para el estudio mostraremos (tabla 1) un resumen para poder visualizar los datos de manera rápida y además sacar conclusiones para el posterior desarrollo de tareas de entrenamiento.
Tabla 1. Cuadro resumen de la monitorización de la FC por puesto específico
JUGADOR FC máx. Intervalo FC %* Intervalo
FC Pico máx. y
%* Nº de picos FC
Media de FC y %*
Portero 200ppm 135-‐155ppm 65-‐80% 175ppm y
90% 20 141ppm y 70%
Central 202ppm 165-‐185ppm 80-‐95% 200ppm y
99% 58 (16 a más del
95%*) 164ppm y más
80%
Lateral 198ppm 170-‐190ppm 85-‐95% 195ppm y
98% 50 (6 a más del
95%) 173ppm y 85-‐
87%
Pivote defensivo
201ppm 170-‐190ppm 85-‐95% 195ppm y
97% 61 (13 a más del
95%) 176ppm y 87%
Medio centro interior
193ppm 155-‐175ppm 80-‐90% 187ppm y
97% 79 (20 a más del
90%) 154ppm y 80%
Mediapunta 199ppm 170-‐185ppm 85-‐93% 194ppm y
97% 42 (19 a más del
93%) 168ppm y 85%
Delantero 207ppm 160-‐180ppm 77-‐87% 197ppm y
más del 95% 46 (23 a más del
87%) 159ppm y 76%
* Los datos que tienen el % hace referencia al % que corresponde en cada caso de la FC máxima de cada jugador.
Como se puede observar en la tabla 1 la media de la FC de los jugadores durante el tiempo de juego es de 141ppm (la más baja) hasta 176ppm (la más alta), equivalente al 70 y 87% de la FC máx. Por tanto, se podría afirmar objetivamente que a estas intensidades de FC se caracteriza
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por el mantenimiento y el desarrollo de la capacidad aeróbica (García Manso, 2006). No
obstante, hemos marcado de color rojo las dos columnas que nos interesan destacar. Es cierto que la predominancia del juego es aeróbico como ya hemos mencionado; pero destacamos los cambios de FC que se dan durante el desarrollo del partido (las columnas en rojo) ya que
entendemos que los cambios de FC implican situaciones de juego donde existe:
1. Toma de decisión del jugador. Tanto en la zona donde se encuentra el balón como la inmediatamente próxima.
2. Ejecuciones técnico-‐tácticas tanto individuales (que realiza un jugador), como grupales (que realiza un grupo de jugadores) y de equipo (que realiza el equipo)
3. Implicaciones fisiológicas o condicionales derivadas de la toma de decisión.
Aceleraciones y deceleraciones (por ejemplo) en forma de movimientos que hacen que se produzcan los picos de FC.
Por este motivo nos interesa analizar los picos de FC que se suceden durante el período de juego por puesto específico del jugador. Así, posteriormente, con esta información, poder
tener una referencia de las tomas de decisión y de las ejecuciones técnico-‐tácticas de cada jugador en su puesto específico.
Por tanto, podemos hablar del control de la carga interna mediante la monitorización de la FC (Benítez y Ayestarán, 2000; Valencia y Rodríguez, 2007; Bangsbo, 1997; citados en Llopis,
2008). Además, el análisis de los valores de FC durante los partidos ayuda a conocer y cuantificar el trabajo físico realizado por los jugadores en competición (Urkiza, 2009) y posteriormente adecuar el nivel de exigencia de la categoría al diseño del entrenamiento.
Así pues, para finalizar, concluiremos con las ideas que hemos obtenido de este trabajo de
observación hablando de las características generales que vamos a tener en cuenta para el diseño de las tareas en las sesiones de entrenamiento. El diseño de entrenamiento será en conjunto para todos pero con modificaciones para que la carga interna del jugador sea similar
a la empleada en competición:
Se puede afirmar que el portero es el jugador que menos cambios de FC tiene durante el tiempo de juego y además siendo la FC más baja del equipo. De este modo se justifica que el recorrido (metros totales que se desplaza durante el juego) del mismo es menor que el resto
de sus compañeros de equipo. Así pues apostamos por un entrenamiento que tenga una serie de intervalos de FC comprendidos entre las 145 y 175 ppm con acciones técnico-‐tácticas de mayor a menor intensidad espaciadas en el tiempo.
Le sigue el mediapunta y el delantero, por los que apostamos diseños de tareas dentro de los
entrenamientos con un intervalo de FC desde 170 aproximadamente a 190 ppm o incluso al máximo de la FC, recordando que los cambios de FC se dan con movimientos que realizan los jugadores en forma de desmarque tanto de apoyo (con recorrido generalmente más corto)
como desmarque de ruptura (con desplazamientos más largos) con diferencia de aparición y de frecuencia de uso en las tareas de la sesión de entrenamiento (un ejemplo podría ser el
diseño de una tarea donde si la posesión de balón la tiene un comodín se hace un desmarque de apoyo, y por el contrario, si la posesión de balón la tiene un compañero del mismo equipo
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puede elegir con el tipo de desmarque. De esta forma se suceden los dos tipos de
desplazamientos con diferencia entre el tiempo).
A continuación se sitúa la defensa, para la que el intervalo de trabajo óptimo sería el mismo desde 170 ppm hasta el máximo, pero su implicación es más distante en el tiempo (por ejemplo para el diseño de tareas se puede limitar la zona de juego de éstos jugadores hasta
donde nos interese. Más larga para los laterales y más corta para el centro de la defensa).
Y finalmente, los que más picos de FC obtienen son los jugadores del centro del campo. Con los que apostamos por trabajar de forma interválica, con desplazamientos cortos pero más constantes en el tiempo (estaríamos hablando, por ejemplo, de un juego en un espacio
reducido del tipo 5x5+2) donde el intervalo de trabajo es de 170 ppm hasta el máximo y los jugadores realizan pequeños desplazamientos y constantes.
No obstante para poder mejorar con el estudio de la FC tenemos previsto una serie de mejoras en la investigación que pensamos que serán cruciales para completar este estudio:
• Diseñar tareas de entrenamiento acorde a las conclusiones extraídas y monitorizarlas
para realizar una comparativa con gráfica de la FC del partido con la tarea de entreno para plasmarlas en un nuevo artículo.
• Comprobar el tiempo que permanece el jugador en cada intervalo de FC tanto en el entrenamiento diseñado como en el partido.
El grupo de trabajo ya está trabajando para el desarrollo de las mejoras del estudio.
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