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    EDITORIALUNIVERSITAT POLITCNICA DE VALNCIA

    Kety Balibrea MeleroAntonio Santos Ortega

    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

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    Primera edicin, 2010

    de la presente edicin:Editorial Universitat Politcnica de Valnciawww.editorial.upv.es

    Distribucin: [email protected]. 96 387 70 12

    Todos los nombres comerciales, marcas o signosdistintivos de cualquier clase contenidos en la obraestn protegidos por la Ley.

    Kety Balibrea Melero Antonio Santos Ortega de las fotografas: su autor

    Imprime:

    ISBN: 978-84-8363-775-3Depsito Legal: V-4361-2011Ref. editorial: 957Queda prohibida la reproduccin, distribucin,comercializacin, transformacin, y en general,cualquier otra forma de explotacin, por cualquierprocedimiento, de todo o parte de los contenidos deesta obra sin autorizacin expresa y por escrito desus autores.

    Impreso en Espaa

    Esta editorial es miembro de la

    UNE, lo que garantiza la difusin y

    comercializacin de sus publicaciones

    a nivel nacional e internacional

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    Kety Balibrea Melero - Antonio Santos Ortega

    DEPORTE EN

    LOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

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    NDICE

    PRESENTACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    Introduccin:Divagaciones sobre el deporte y la integracin socialAntonio Santos Ortega, Kety Balibrea Melero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

    I. El deporte y la mejora de la ciudadana: puesta en marcha de un deporte

    educativo e integrador.Antonio Santos Ortega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    I.1. El deporte y la integracin social: de los valores universales

    al uso orientado y concreto del deporte en benecio de la ciudadana . . . . . . . . . . . . . . . 37

    I.2. Los buenos ejemplos de experiencias en el binomio deporte-ciudadana. . . . . . . 42

    I.3. Algunas pistas para la gestin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

    II. Insercin Juvenil y actividad fsica: una forma de intervencin social en el

    contexto de los barrios desfavorecidos.Kety Balibrea Melero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

    II.1. Aspectos metodolgicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

    II.2. El deporte-insercin: funciones, investigaciones y experiencias prcticas. . . . 72

    II.2.1.La funcin de integracin social por el deporte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

    II.2.2.El deporte-insercin con colectivos socialmente desfavorecidos. . . . . . . . . 85

    II.2.2.1. Deporte y drogas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

    II.2.2.2. Deporte y crcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

    II.2.2.3. Deporte e inmigracin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

    II.2.2.4. Jvenes con medidas judiciales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112

    II.2.3.El deporte-insercin dirigido a jvenes de barrios desfavorecidos. . . . 115

    II.2.3.1. Experiencias de insercin por el deporte.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116

    II.2.3.2. Investigaciones de insercin por el deporte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

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    II.2.4.Iniciativas concretas en deporte-insercin. Una ilustracin

    con ejemplos de experiencias europeas y espaolas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135II.3. Estudio de caso: el deporte como medio de insercin social en el barrio

    de La Coma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161

    II.3.1.El barrio de La Coma: aspectos sociodemogrcos

    y urbansticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161

    II.3.1.1. La composicin del barrio y los problemas sociales. . . . . . . . . . . . . . . 163

    II.3.2.Los tipos de actividades fsico-deportivas

    en el barrio de La Coma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

    II.3.2.1. La prctica organizada por los propios jvenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

    II.3.2.2. La prctica organizada por las asociaciones

    y los servicios sociales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

    II.3.2.3. La prctica deportiva del club.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173

    II.3.3.Elementos clave en el diseo de las acciones de deporte-insercin:

    dicultades y soluciones aportadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176

    II.3.3.1. Los actores implicados: participantes,

    organizadores y entidades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176II.3.3.2. El diseo del programa: diagnstico, difusin, objetivos y

    modalidades deportivas seleccionadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

    II.3.3.3. Orientaciones en la aplicacin y puesta en marcha.. . . . . . . . . . . . . . . . 194

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200

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    PRESENTACIN

    Este libro se sita crticamente frente a la idea de un deporte educativo e integrador,una posicin, no obstante, de crtica constructiva. En la ltima dcada, esta idea de deporteintegrador se ha popularizado. En paralelo a los xitos deportivos, se ha odo a todos losactores del mundo del deporte alabar las cualidades intrnsecas del deporte para cohesionaruna sociedad. Esta gloricacion ha calado en la opinin pblica. El avance de resultadosde la Encuesta sobre hbitos deportivos en Espaa (2010), presentado por el ConsejoSuperior de Deportes en noviembre de 2010, mostraba una altsima difusin de la idea deldeporte como generador de integracin social. Un 81% de los encuestados se mostraba deacuerdo con la idea de que el deporte facilita el acercamiento entre personas de distintasnacionalidades y culturas.

    Esta representacin colectiva acerca de las potencialidades integradoras del deporte,compartida por actores sociales y opinin pblica, no ha ido acompaada por un aumento

    comparable de experiencias prcticas. Se han puesto en marcha en un nmero considerable,pero de forma aislada, errtica, con pocos apoyos y sin una investigacin que asentase losdescubrimientos. No ha existido una poltica pblica que las agregase, mecanismos denanciacin que las fomentasen o una decidida lnea de estudio y valoracin de sus logros.Hoy, es ms fuerte la representacin de la idea de deporte-integracin que su realidadprctica.

    Este libro parte de esta constatacin y pretende aportar ideas que nos encaminen a sumejora. Para ello, se han recopilado una serie de materiales que sinteticen y actualicen elestado del debate sobre el deporte y su uso en contextos de exclusin o vulnerabilidad social.

    Por orden de importancia, el texto sobre el que pivota la estructura del libro es la tesisdoctoral de Kety Balibrea:Insercin juvenil y actividad fsica: una forma de intervencinen los barrios desfavorecidos.Su lectura en 2009 signic el momento de culminacin devarios aos de investigacin sobre el tema de la aplicacin del deporte con los jvenes delos barrios desfavorecidos. Como director de la tesis, puedo aadir que durante esos aos,que se inician aproximadamente en 1998, su tema, socialmente muy oportuno y originalen aquel momento, hasta pionero, ha ido cobrando forma. Esta proyeccin del tema se havisibilizado en la elaboracin de diversos estudios e informes en los que ella ha tenido unpapel fundamental. Con su impulso, se form en 2001 el grupo de investigacin Deporte e

    insercin social, que sirvi de marco para diversicar la idea del deporte como medio para

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    mejorar las condiciones de vida de otros colectivos vulnerables mujeres, inmigrantes,

    adems de los jvenes de los barrios. Se llevaron a cabo proyectos de investigacin dirigidosa estos nuevos temas nanciados por la Direccin General de la Mujer o por la Direccinde general de Vivienda de la Generalitat Valenciana; por el plan de I+D de la Conselleria deEducacin de la misma institucin o por el Consejo Superior de Deporte (CSD). Algunosde estos proyectos y publicaciones pueden seguirse en la web del grupo de investigacin:http://www.uv.es/dis.

    Como se ha dicho, la tesis ocupa el lugar central del libro. Aunque existe una publicacin1previa, en la que se recogi una sntesis de la tesis, hasta ahora no se haba publicadontegramente en forma de libro. Algo que, sin embargo resultaba muy oportuno dado elinters de todo el proceso de investigacin contenido en la tesis. Sobre todo, el largo periodode observacin sobre el terreno de los barrios desfavorecidos y sus usos deportivos. Esteplanteamiento puede aportar pautas y recomendaciones reales y concretas basadas en unenfoque eminentemente prctico y apegado al terreno social y urbano. Algo que, realmente,es muy necesario para el avance de la aplicacin de la idea del deporte-integracin.

    Entre otros motivos, este es el que principalmente hace recomendable la publicacinms extensa de los resultados de la tesis doctoral de Kety Balibrea. Para esta edicin seha hecho un trabajo intenso de relectura y seleccin de contenidos. Escribir es reescribir,deca Flaubert y en este libro esta mxima tiene una presencia real. Se han seleccionado losaspectos principales; se han recortado los terrenos ms lagunosos que toda tesis escondey se ha optado por una versin que combine la aportacin acadmica de la tesis con suproyeccin ms prctica y aplicada. Conamos en haber logrado este objetivo.

    Junto a la publicacin de la tesis, el libro recopila dos textos que la anteceden. El primeroaparece tras esta presentacin y se plantea como una introduccin general al tema del deportey la integracin social. El texto busca referentes tericos sobre la cuestin para abordarlacrticamente y enriquecer el debate que actualmente se desarrolla en el mundo acadmico.Debate que a nuestro entender vive un momento muy creativo, como se pudo ver en el XCongreso de la Asociacin Espaola de Investigacin Social Aplicada al Deporte (AEISAD),celebrado en Toledo en octubre de 2010, donde las discusiones sobre los aspectos sociales

    del deporte siempre encuentran novedades y adelantos en las lneas de investigacin. Ocomo tambin se pudo comprobar en el Foro Deporte y Sociedad, celebrado en Madrid enseptiembre de 2010, impulsado por el CSD y coordinado por Gaspar Maza como personams visible. En los dos das que dur el Foro, la impresin generalizada era que el tema deldeporte y la integracin social se encontraba en un momento particular de creatividad, quese desplegaba ante los asistentes en forma de conferencias, documentales y otras formasde comunicacin visual. El trabajo o la educacin social a travs del deporte se mezclabancon proyectos artsticos; la literatura dialogaba con el mundo ms prctico de la aplicacin

    1Balibrea, K. (2009) El deporte como medio de insercin social de los jvenes de barrios desfavorecidos, Quadernsde Cincies Socialsn 12

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    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

    del deporte en contextos desfavorecidos; las federaciones y las fundaciones de los grandes

    clubs estaban presentes e intercambiando ideas junto a los muchos especialistas del mundoacadmico. Todo ello marcado por un componente internacional que daba una imagen msamplia del potencial creativo de los temas tratados en el Foro.

    Estos dos acontecimientos son solo los ms recientes y se pueden ver ampliados si elConsejo Superior de Deporte prosigue con el desarrollo de su Plan Integral para la ActividadFsica y el Deporte presentado en noviembre de 2010. En particular con una de sus ochograndes lneas, la dedicada al fomento de la actividad fsica, el deporte y la inclusinsocial, que recoge una serie de medidas muy oportunas para aanzar la idea del deportey la integracin o la inclusin social. Esta es una buena oportunidad para pasar del mundo

    de las grandes ideas del deporte y sus contenidos educativos intrnsecos e ideales a unconocimiento ms concreto, crtico y real de las necesidades prcticas que el tema demanda.Esperemos que as sea.

    De la mano de estas buenas expectativas y conscientes de lo oportuno que resultaprofundizar sobre estas necesidades prcticas del tema surge el segundo texto de este librocon el ttulo: El deporte y la mejora de la ciudadana: puesta en marcha de un deporteeducativo e integrador, cuya autora corresponde a Antonio Santos. Fue presentado comoponencia invitada en el IV Congreso de Gestin de Deporte, celebrado en Valencia enoctubre de 2009. Se public en las actas del congreso, pero no haba encontrado por el

    momento una difusin mayor. El texto tena la intencin de introducir en el tema del deportey la integracin social a un pblico de gestores no muy familizarizado. Es por ello que suscaractersticas son la sntesis, la ejemplicacin y la de dar pautas sobre cmo afrontar yponer en marcha un proyecto de deporte-integracin.

    En denitiva, los dos textos que preceden a la tesis tienen la intencin de actualizary sintetizar los contenidos que en ella aparecen. Aadir algunos elementos tericos yde discusin puede preparar y estimular a los lectores para la lectura posterior. Somosconscientes de que quedarn muchas preguntas sin respuesta tras la lectura del libro. Lacuestin del deporte y la integracin requiere ms investigaciones para ir aminorando una

    preocupacin muy extendida entre los especialistas en la materia: Cmo se pueden refrendarlos benecios concretos del deporte sobre la mejora de la insercin social. Se necesitaranpara ello estudios de panel que siguiesen la trayectoria vital de los jvenes que han participadoen estas experiencias. Habran de analizarse diferentes dimensiones de su vida estudios, eltrabajo o las relaciones familiares en las que hubiera podido quedar marcado el efecto delos contenidos educativos de la prctica deportiva. A todas estas cuestiones los textos aquincluidos responden con cautela, pero con optimismo hacia el papel del deporte en estosprocesos de integracin social.

    Estaramos muy satisfechos con este libro si sirviese a sus lectores para identicar nuevos

    colectivos y necesidades sobre los que aplicar las ideas aqu contenidas y proseguir con lalnea de investigacin que tanto ha avanzado en estos ltimos aos.

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    Para nalizar, queramos darles las gracias a los jvenes de La Coma por permitirnos

    acercarnos a su mundo. Tambin, al resto de vecinos que se prestaron a ser entrevistadoscomo Souley, Goyo, Ferrn, Pablo y Rubn, cuya colaboracin fue esencial para poderrealizar el trabajo de campo.

    Igualmente queremos agradecerle a Manuel Garca Ferrando su paciente labor en lacodireccin de la tesis que este libro alberga y a los miembros del tribunal Isabel BalaguerSol, Alicia Lpez Yeste, Juan Carlos Melndez Moral, Roco Moldes Farelo y DanielMartos Garca sus enriquecedoras aportaciones y sugerencias que han contribuido amejorar los contenidos de la misma.

    Por ltimo, nuestro agradecimiento a los amigos y familiares que nos acompaaron a

    lo largo del camino de elaboracin de la tesis doctoral que recogemos en esta publicacin.

    A propsito de las fotografas

    Las fotografas que contiene este libro muestran algunos de los trabajos del artista urbanoSpY. Aunque todo arte es inclasicable, sus trabajos soportaran bien la clasicacin de arteurbano o destreet art. No en vano, sus obras residen en la calle, en el barrio, y all crecen,viven y mueren, a veces longevas y a veces con una vida efmera, pero intensa. En todo caso,gracias a las fotos los podemos resucitar.

    Independientemente del debate que el trabajo de SpY genere en el terreno de la crticaartstica, nos interesan ms sus efectos en el terreno de la crtica social. En particular, suefecto multiplicador en la percepcin y capacidad crtica que provocan en la mente delespectador. La apertura a la reinterpretacin por parte de cualquier observador que lascontemple. Esta es una caracterstica no tan presente en el arte, en la literatura, en la culturaen general. No est al alcance de cualquiera.

    El secreto para desbloquear las mentes y conseguir este efecto multiplicador se hallaen el arte de la condensacin de signicados. En la capacidad metafrica que pone enmovimiento lo que el lector o el espectador no sabe que sabe, o sea, moviliza la intucin.Esto ocurre, por ejemplo, con los aforismos que aparecen en las pginas de Juan Villoro,muy frecuentemente dedicados a los barrios, como aquel en el que nos dice que una calleen el barrio es lo que fue, poco importa lo que haya cambiado. O en los articuentos de JuanJos Mills, donde lo raro de la normalidad te hace dudar o temblar. Si duda tambin enlos dibujos de El Roto, quien a pesar de condensar en dos colores su explicacin sobre lascosas, consigue transmitir al lector el mximo colorido en su observacin y comprensin.

    Afortunadamente para este libro, este arte de la condensacin se encuentra en lasfotografas que tan amablemente SpY nos ha cedido. Imgenes sobre el deporte de calle,en las que los contextos deportivos tpicos de los barrios son sacudidos por elementosinesperados y de all, a travs de nuestra percepcin, van a parar a terrenos onricos y

    metafsicos. Este es el efecto de la portera de ftbol en la que brota una telaraa, del muro

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    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

    en la portera de balonmano o de la maceta que tapona la canasta de baloncesto. Imgenes

    surrealistas, pero ideales, para ilustrar nuestro libro sobre el deporte en los barriosEsas fotos muestran los espacios de prctica deportiva, probablemente informal, de losjvenes de barrio que interesan a este libro. Campos de tierra, pistas con gratis y canchascon rejas, aparentemente, mostradas como objetos imposibles por su autor, pero queinmediatamente van a ser pobladas por los jvenes del barrio. No se podra haber encontradoimgenes ms expresivas para ilustrar el contexto del deporte en los barrios. Para prolongarel agradecimiento a su autor, tenemos que sealar que el trabajo de SpY es muy amplio,tanto en los medios de expresin como en los contenidos. Su pgina web http://spy.org.es/est repleta de humor, crtica social y sentido artstico.

    Cerramos esta nota de presentacin y agradecimiento a SpY con las palabras de JavierAbarca, crtico de arte y autor de un interesante blog de arte urbano www.urbanario.es,quien ms cualicadamente que nosotros puede dar unas breves pinceladas del trabajoartstico de Spy:

    SpY es un artista madrileo cuyas primeras actuaciones urbanas se remontan a mediadosde los ochenta. Poco despus, ya consagrado como primera gura en la escena del grafti,comenz a explorar otras formas de comunicacin artstica en la calle. Su trabajo consiste enla apropiacin de elementos urbanos mediante la transformacin o la rplica, el comentariosobre la realidad urbana y la intromisin en sus cdigos comunicativos.

    El grueso de su produccin nace de la observacin de la ciudad y de una apreciacin desus componentes no como elementos inertes sino como una paleta de materiales desbordantede posibilidades. La voluntad de juego, la cuidadosa atencin al contexto de cada pieza yuna actitud constructiva y no invasiva caracterizan inconfundiblemente sus actuaciones.

    Las obras de SpY quieren ser un parntesis en la inercia autmata del urbanita. Sonpellizcos de intencin que se esconden en una esquina para quien se quiera dejar sorprender.Cargados a partes iguales de irona y un humor positivo, aparecen para contagiar una sonrisa,incitar una reexin, favorecer una conciencia un poco ms despierta.

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    INTRODUCCIN

    Divagaciones sobre el deportey la integracin social

    Antonio Santos Ortega y Kety Balibrea Melero

    Es difcil responder a la pregunta de si el deporte puede facilitar la integracin socialde colectivos sociales vulnerables. Los dos trminos deporte e integracin han dadolugar por separado a innidad de pginas escritas y debates que no facilitan una respuestaapresurada y simplista a la cuestin. Por un lado, es cada vez ms difcil hablar del deporteen las sociedades actuales con un sentido unitario. Su pluridimensionalidad se desglosaen numerosas facetas: deporte-alto nivel, deporte-espectculo, deporte-salud, deporte-ocio,deporte-educacin fsica, deporte-integracin social o lucha contra las discriminaciones,la violencia o el dopaje, entre otras. Cada una de ellas est unida a una serie de prcticas yrepresentaciones diferentes, a veces incluso contrapuestas, lo que hace muy difcil manteneruna opinin unicada respecto a las potencialidades del deporte. Por ejemplo, el deportepuede ser un excelente medio para la educacin fsica y para hacer aumentar su prctica, sinembargo, no son pocos los que mantienen que el crecimiento del deporte-espectculo estreduciendo el nivel de prctica de los jvenes. Igualmente, el deporte de alto nivel generagrandes xitos deportivos, pero muchas veces va acompaado por prcticas de dopaje quedesentonan absolutamente con el espritu de juego limpio que presumiblemente promueveel deporte. En ocasiones, estas contradicciones estn instaladas de forma estructural en lasinstituciones que rigen el deporte en un pas, de manera que quien gestiona a escala nacional

    el deporte toma decisiones que posibilitan paralelamente el desarrollo contradictorio de lasdos tendencias. Estas contradicciones, acrecientan la dicultad a la hora de mantener juiciosgenerales sobre las funciones sociales del deporte y provocan, demasiado a menudo, lapregunta de a qu nos referimos cuando hablamos de deporte en el marco de este sistemadinmico de contradicciones.

    Algo similar ocurre con el trmino integracin social. Las ciencias sociales acostumbran amanejar conceptos generales, poco precisos, basados en un consenso tcito entre los expertosacerca de su uso. Este consenso suele desmontarse bruscamente cuando se entra en detalles.En sociedades crecientemente heterogneas, los procesos de integracin social son difciles

    de denir. Qu dimensiones son ms determinantes para describirla: poltico-jurdicas,lingsticas, econmico-laborales, culturales-identitarias? Cmo se interrelacionan todas

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    ellas, cmo pueden medirse? Estos interrogantes no tienen hoy una respuesta homognea

    por parte de los muchos expertos dedicados a buscarla. Sabemos que las grandes variablesclsicas: clase social, etnia, gnero y edad son fundamentales para generar problemas deintegracin social, pero sigue faltando una explicacin determinante que establezca nexosinequvocos que descifren la exclusin social. Quiz no la haya.

    Esta falta de precisin de las ciencias sociales es la misma que no permite garantizar laexistencia de un nexo automtico entre la integracin social y el deporte. Como seala KlausHeinemann (2002) hay que tomar este binomio con excepcionalidad y prevencin, sobrel se dan demasiadas suposiciones, muchas iniciativas, pero pocos resultados controlables.Heinemann contina su argumento armando que la integracin social es algo demasiadoserio y complejo como para hablar de integracin por el deporte y concluye armando, conalgo ms de optimismo, que quiz s se pueda hablar de capacidades de integracin, en elsentido de que algunas facetas del deporte puedan favorecer los procesos de integracinsocial.

    Esta fragilidad del vnculo deporte-integracin, compartida por muchos de los autoresque ms han trabajado sobre esta materia (Maza, 2002; Durn, 2009), es la que obliga aproseguir la bsqueda de argumentos, a continuar promoviendo iniciativas de integracin ydeporte o a investigar sobre el terreno acerca de los procesos concretos y reales que puedenunir el deporte con la integracin social. Para hacer ms fuerte esta unin tenemos que idearbases tericas y de creatividad sobre la materia. Buscar ideas que, a veces, provienen delugares diversos, inesperados, desde perspectivas, disciplinas y modalidades de conocimientoplurales. Investigar sobre la conjuncin inestable entre el deporte y su proyeccin educativae integradora en contextos desfavorecidos requiere encontrar fuentes de inspiracin quepermitan desarrollar el plano intuitivo en el que actualmente dicha conjuncin se mueve.Este es el objetivo de esta introduccin.

    En los ltimos aos, algunos magncos escritores han relatado y retratado la presenciadel deporte en los barrios pobres. El hecho de que all se viva con la intensidad relatadapor la literatura refuerza la conviccin en el sentido educativo del deporte. Las historiasde crecimiento personal, de aprendizaje, de lealtad, presentes en las narraciones de estos

    escritores dedicadas al deporte, hacen desear que la ccin literaria se cumpliese en larealidad. Cuentan de Albert Camus, nacido y crecido en un barrio pobre, que jugaba deportero para no desgastar los zapatos. Aos despus, escribira que todo lo que saba sobrela tica de la vida se lo deba al ftbol, lo cual indica que se puede aprender mucho gastandopoco. En su monumental Dios es redondo, Juan Villoro ofrece un repertorio completo delos valores que el deporte, en concreto el ftbol, irradia en los descampados de los barriosperifricos. All, con sus propias palabras, cada domingo se puede recuperar lo quean tenemos de tribu encandilada por el fuego. Esta traslacin de la tribu al barrio, a lacomunidad, nos habla de vnculo, unin e identidad colectiva reejada en el deporte. Poco

    importa que el solar en el que se juega est embarrado, que no haya porteras o que se hagade noche jugando y no se vea el baln, Villoro escribe que en esos barrios un chico patea

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    una pelota o algo que la representa (un bulto de trapo, una lata, una bolsa llena de papeles

    y en ese gesto transmite un placer inexpresable, el de jugar por jugar. (ibid, pag. 24). Enesta misma lnea, Eduardo Galeano, autor deEl ftbol a sol y sombra, panten de ilustresfutbolistas de los barrios olvidados, se queja de que el ftbol a medida que se ha hechoindustria ha ido desterrando la belleza que nace de la alegra de jugar porque s. El placerde jugar y el placer de vivir van de la mano, sobre todo en ciertas edades de juventud eilusin. He aqu algunas pistas directas para aprovechar la vitalidad contenida en el deportey aplicarla en proyectos que la desarrollen. Aunque, de una u otra forma, estos escritores noshablan de deporte e integracin a travs de la ccin, sus palabras y sentimientos son tanreales que despreciarlos como orientaciones para la accin social sera un derroche.

    En este terreno del sentido y de las funciones sociales del deporte, las grandes teorasformuladas desde las ciencias sociales y humanas tienen bases dbiles y ofrecen solo retazos,visiones parciales, fogonazos que no permiten componer un cuadro general en este paisajeborroso del deporte y la integracin social. Con la intencin de avanzar en la comprensinde este paisaje, destacaremos brevemente algunos de estos retazos de teora que desdelas ciencias sociales se han dedicado al deporte y sus signicados sociales, educativos eintegradores. Dividiremos la exposicin en dos apartados. El primero se centrar en elanlisis de las funciones sociales del deporte y en el lugar que ocupan los procesos deintegracin social entendidos, fundamentalmente, como procesos de control social. En elsegundo apartado, se abordarn los usos y abusos en torno a la idea del deporte-integracin

    enmarcada en los proyectos de intervencin dirigidos a los jvenes desfavorecidos.

    Funciones sociales del deporte, integracin y control social

    Habra que comenzar sealando la abundancia de evidencias que han encontrado losantroplogos, que conrman cmo los deportes, o quiz sera ms conveniente decirlos juegos, estn encastrados en la sociedad, se confunden con los ritos, la religin, lasceremonias polticas o militares. Este sentido social profundo es un argumento a favor de laidea del deporte integrador.

    Gregory Bateson (1985) analiz cmo la evolucin del juego debi ser un paso importanteen la evolucin de la comunicacin. El juego slo poda producirse si los organismosparticipantes eran capaces de cierto grado de metacomunicacin, es decir, de intercambiarseales que transmitieran el mensaje: esto es juego. El juego es as un productor derelaciones y rituales a travs de los cuales la comunidad se cuenta a s misma.

    Muchos antroplogos han asociado el juego con momentos de catarsis dirigidos acrear unidad, cohesin del grupo, con resonancias utpicas que simularan el nal dela desigualdad y el triunfo de la integracin. Las grandes categoras fundamentales queRoger Caillois (1986) emplea en Los juegos y los hombrespara la clasicacin de los

    juegos son un catlogo de la vocacin social de los juegos y a la vez un catlogo de porqu los jvenes pueden querer practicar deporte. Desde el agon,que viene aparejado al

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    mrito competitivo en los juegos por l caracterizados y que pueden denotar distincin a

    travs de la habilidad, la rapidez, la resistencia, el vigor, el ingenio. Hasta la igualdad queconlleva el azar puro del alea en los deportes, pasando por la emulacin mimicry o elvrtigo ilinx y culminado por la pasin por el aprendizaje inscrita en el ludusque daocasin a un entrenamiento y normalmente desemboca en la conquista de una habilidaddeterminada, en la adquisicin de una maestra particular, en el manejo de tal o cualaparato o en la actitud de descubrir una respuesta satisfactoria a problemas de ordenestrictamente convencional. (Caillois, 1986: 68).

    No tendra mucho sentido continuar anotando estos retazos tericos si no sirviesen paraencontrar, a travs de ellos, una aplicacin prctica del deporte y la integracin social en los

    contextos y colectivos vulnerables. En este sentido, la denicin de juego que propone JoanHuizinga (1984) en su ya clsicoHomo Ludenssugiere una traduccin a estos contextos. Lascaractersticas del juego se basan en ser: creativo, libre, no productivo, con ritmo y mediospropios, no ordinario ni real, incierto, simblico y social. Enclavar estas caractersticas enla prctica de la actividad fsica en un contexto de pobreza y exclusin signicara, entreotros aspectos: no implementar programas desde arriba o desde fuera; no instrumentalizarel deporte buscando rendimientos en trminos de control; no menospreciar la prcticadeportiva informal ya realizada en esos contextos, al contrario supeditar la intervencindeportiva formal a esas prcticas informales; contar con los colectivos implicados, abrir la

    actividad a su participacin y evitar el paternalismo y el deporte-receta. De aqu se extraeuna idea para las polticas deportivas en los barrios: no trasladar all el deporte-mercancasino facilitar a sus residentes la posibilidad de una prctica cercana y ajustada, en lo posible,a la propia. El deporte tiene facetas muy diversas, aplicar su dimensin de actividad fsica-juego puede resultar creativo en los barrios.

    Huizinga puntualiza que el juego es una actividad que se sita fuera de la vida ordinaria.Sera, sin embargo, muy deseable inscribir en la vida real, personal y social de los jvenes, ode cualquier otro colectivo, la actividad fsico-deportiva y trabajar para que sta les reforzaseen la lnea de promover cambios sociales y personales concretos.

    La idea de que el deporte est enclavado en la estructura social y tiene funciones asociadasa sta es un principio bsico que nos obliga a buscar las conexiones macrosociolgicasdel deporte con los procesos de integracin social. En la sociedad moderna estos procesoscuentan con un actor central, el Estado, generador de formas de control social y de autocontrolde los individuos. En nuestro campo del deporte-integracin, se ha argumentado sobre lafrecuente instrumentalizacin del deporte que se observa al analizar determinadas polticasdeportivas e intervenciones concretas. Ello abre una ineludible discusin acerca del papelde los diferentes actores y grupos sociales en los usos concretos del deporte en el marco delcontrol social y de la integracin.

    Las muy conocidas y debatidas investigaciones de Norbert Elias (1989) nos muestran queel Estado juega un papel central en elproceso de civilizacin debido a su monopolio de la

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    violencia legtima y del control social. Sin entrar en detalle en sus argumentos, nos interesa

    su idea sobre el papel que ha jugado el deporte en el renamiento de las costumbres y lasnormas sociales y en la presin sobre los individuos para el autocontrol de sus emocionesy agresividad. Elias y Dunning (1992) se valen del ejemplo del ftbol en la Inglaterra denales del XIX para ilustrar el sometimiento de las tensiones y la implantacin de pautascivilizatorias a travs de este deporte.

    Compartiendo visiones acerca de la gnesis del deporte y su papel generador de formasde control social, Pierre Bourdieu (2000) describe en los orgenes del deporte modernoformas de pautar y reducir la violencia entre los jvenes burgueses de laspublic schoolsinglesas a mediados del XIX. Los educadores atenuaron los problemas civilizatoriosjuveniles mediante la remodelacin de juegos tradicionales que acabaron adoptando la formade deporte. Esta concepcin del deporte, dirigido a los jvenes de clases altas, contenatoda la matriz de valores y prcticas correspondientes algentleman. Mediante una estrictadenicin y cumplimiento de las reglas de juego, gobernadas por el fair play, el deportese convirti en un modelo de comportamiento que ennobleca a quien lo practicara. Lacreacin de un campo autnomo para la prctica deportiva viene determinada por la losofapoltica de las fracciones sociales dominantes, que elaboran una representacin del deporteentendido como bravura, formacin del carcter, capacidad para vencer, que coincide conlos ideales de las grandes instituciones de enseanza privada destinadas prioritariamente alos hijos de los dirigentes de la industria privada (Bourdieu, 2000: 180)

    Este proceso de deportivizacin era coincidente con el proceso de industrializacin ydesarrollo de la economa capitalista, lo que deparara nuevas formas de control estudiadaspor la teora crtica del deporte. Jean Marie Brohm (1993) argumenta cmo el surgimientodel deporte es el resultado de una concepcin losca, poltica y econmica que sitaestas prcticas deportivas en el marco comn del rendimiento, la competitividad y lamercantilizacin de los resultados. La actividad deportiva qued integrada en las leyesdominantes de la modernidad industrial capitalista. Brohm subraya cmo la institucindeportiva reduce a los individuos deportivizados a cuerpos-mquina programados para elrendimiento y el control. Muy semejante a la preparacin militar o al enfoque capitalista

    del progreso, el entrenamiento deportivo de elite se ajusta a la lgica de la rentabilidadde los recursos humanos y de la productividad creciente de la mquina corporal. En elcapitalismo actual, esto se agudiza con las complejas relaciones que ligan el deporte conla ciencia aplicada al rendimiento del cuerpo. La psicologa, la medicina o la investigacinbiomecnica evalan y diseccionan el cuerpo del deportista para supervisar sus capacidadescardiacas, musculares o su resistencia al estrs2.

    Con estos precedentes, no es extrao que la actividad fsico-deportiva pueda ser usada enlos barrios pobres como mecanismo de control. Una visin particular de las formas de control

    2Una actualizacin de las teoras de Brohm puede encontrarse en una reciente publicacin de Nicolas Oblin (2009) en laque se analizan las nuevas formas de managementdel mundo de la empresa y su reejo en el deporte.

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    a travs de las polticas del cuerpo y del lugar de la actividad fsica se encuentra en la obra

    de Michel Foucault. Conviene detenerse en ella debido a las brillantes interpretaciones queaparecen en sus ltimos escritos en torno a los cambios en las representaciones corporalesy sus efectos sobre el control social. Pensamos que, para entender tanto las concepcionessobre el cuerpo y la actividad fsica de los jvenes de los barrios, como algunas de laspolticas deportivas que se han dirigido a ellos, las ideas de Foucault son de gran inters.

    La idea de las virtudes educativas e integradoras del deporte encuentra un marco deinterpretacin en el anlisis que ofrece Michel Foucault sobre el cuerpo y su lugar en lasrelaciones de saber-poder que gobiernan la sociedad moderna. El cuerpo es objeto de unaproduccin y ha de ser controlado. Foucault considera que a nales del XVIII momento

    germinal de la industrializacin y de cambio en los procesos de urbanizacin se abre unnuevo periodo de gestin del cuerpo, marcado por las nuevas exigencias de la nacientesociedad disciplinariaque caracteriza al periodo moderno. Las dos formas de control delcuerpo de biopoder,que aparecen en ese momento, se encuadran en la anatomopolticay la biopoltica. La primera est dirigida a los cuerpos particulares, interpretados comocuerpo-mquina. Esta poltica de los cuerpos est destinada a educarlos, a aumentar suscapacidades, su fuerza y utilidad y a integrar todo ello en sistemas de control ecaces yeconmicos. Inicialmente, todos los dispositivos que concretan esta anatomopoltica seexpresan en el ejrcito, pero pasan inmediatamente a las fbricas, la escuela o la prisin.Por su parte, la biopoltica concibe el cuerpo no individual, sino colectivamente, comopoblacin, cuerpo-especie. Los dispositivos tcticos para controlarla son la estadstica,la demografa, la medicina, la sociologa o el trabajo social, que extraen informacin delas poblaciones para usarla posteriormente en polticas que regulen la salud, la natalidad,o los movimientos migratorios de poblaciones. Siguiendo a Foucault, estas formas debiopoder fueron esenciales para la formacin y evolucin del capitalismo, que se apoyen ellas para adiestrar los cuerpos, gestionar la vida y conseguir la docilidad necesaria parasus nalidades. Igualmente, lo fueron para el Estado, que bas su administracin en estaregulacin de las poblaciones a travs de la creacin de dispositivos y aparatos particularesde ejercicio del poder y de intervencin sobre conictos que integran lagubernamentalidad

    liberalentendida comoproduccin y administracin de la vida de los individuos.El anlisis de Foucault y posteriormente de autores neofoucaultianos avanz algunos

    cambios en las formas de estagubernamentalidad liberalprovocados por tendencias socialesms actuales, relacionadas con el neoliberalismo a partir de la segunda mitad del XX. Elcapitalismo nanciero, postfordista, marcado por la espectacularidad, ha trado nuevasmodulaciones sobre el cuerpo y su cuidado en la escena de la biopoltica contempornea.Se resalta ahora la funcin decisiva para los intereses del mercado de la gestin biopolticade la poblacin y de la evolucin y transposicin de las formas de control al mbito dela subjetividad. Desde estas posiciones neofoucaultianas, Flavia Costa (2008) considera

    que est cobrando forma un nuevo dispositivo de corporalidad en el cual encontramosreferencias al cuidado del cuerpo y la actividad fsica.

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    Este dispositivo combina tres niveles. El primero es el nivel biotecnolgico, que

    posibilita nuevas formas de intervencin sobre los cuerpos. De esta forma, la concepcindel cuerpo est dejando de ser la de una mquina que tenemos que mejorar y arreglar, parapasar a ser un material informativo, que puede ser reprogramado mediante el desarrollode las cirugas de implante y otras manipulaciones biotecnolgicas de clulas y genes. Asconcebido, el cuerpo no es interpretado como algo que ha de ser corregido desde fuera,mediante la ortopedia tambin mediante la ortopedia social de las polticas sociales sinoque puede ser programado desde dentro, modicando la informacin gentica. El ejemplode un organismo vegetal transgnico ilustra lo que podra ser una traslacin al cuerpo. Lostransgnicos son sometidos a modicaciones que permiten no ya corregir una desviacinen su crecimiento, sino evitar desde el origen dicha desviacin a travs de la manipulacinde sus genes. El cuerpo as representado conlleva nuevas interacciones entre el mundoorgnico y el articial. En este sentido, el deporte en contextos desintegrados ira msall de la higiene y la ortopedia social, ocupando nuevos terrenos en la reprogramacinde actitudes.

    El segundo nivel que incide sobre las nuevas concepciones del cuerpo se sita en laesfera de la salud. El cuerpo se convierte en un espacio en el que intervienen las agenciasmdico-estatales y, ms an, en un espacio de gestin privada de la enfermedad por partede los individuos. Todo individuo-cuerpo es un enfermo potencial que tiene que cuidarsey ser cuidado por una extensa gama de recomendaciones del Estado y del mercado. Sieste cuidado falla, la responsabilidad recae sobre el propio individuo que est obligadoa administrar correctamente su capital corporal y a mantenerlo en perfecto estado. Quiengestiona bien su cuerpo, atendiendo a las recomendaciones del mercado y sus productoslighto a los programas estatales de prevencin de enfermedades, ser recompensado y quienno lo haga, puede ser criminalizado.

    El tercer nivel est relacionado con el cuerpo entendido como imagen en una sociedadaltamente espectacularizada de medios de comunicacin. Al cuerpo concebido como valorde uso o de cambio, del cual se extraa la plusvala que alimentaba el capitalismo industrial,se le extrae ahora el valor de exhibicin sobre el que radica la nueva plusvala del capitalismopostindustrial. Aunque ambas formas de plusvalor conviven, cada vez ms cuidar de s,est relacionado no con cuidados del alma, sino con cuidar del cuerpo. Los ideales burguesesde cuidar del cuerpo para conseguir mejorar los sentimientos y las cualidades morales estdejando paso a cuidar del cuerpo sin ms. Como expresa Flavia Costa, parece que se hainvertido el antiguo ideal de losofa de la vida, ya no habitamos un cuerpo ni tampocotenemos un cuerpo, sino quesomos un cuerpo. Se le pide al trabajo corporal que cambie elcarcter del sujeto: que le calme los nervios, que le quite los complejos, que alivie sus doloresespirituales por la vejez y la muerte. Que el yoga lo relaje, que el gimnasio lo revitalice y lofortalezca, que los masajes lo energicen, quepilates lo exibilice pero tambin lo tonique.

    Que la ciruga le devuelva la autoestima perdida. Se acta sobre el cuerpo para ajustar elalma. (Costa, 2008: 9).

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    Costa denomina dispositivo tnessa estas exigencias de un cuerpo adecuado, que conecte

    con los mensajes del nuevo capitalismo de la imagen y el espectculo. Este dispositivoimpone una gestin privatizada de la apariencia fsica y de la actividad aparejada a ella.No se puede cambiar la sociedad, lo que hay que cambiar es el cuerpo. El ascenso y eltriunfo de esta poltica del cuerpo est permitiendo sustituir las formas anteriores de controldisciplinario del cuerpo y de correccin ortopdica por un nuevo modelo en el cual el controlse instala en uno mismo. Las desigualdades sociales dejan de ser importantes ya que todosdisponemos de un cuerpo que nos puede llevar a una movilidad social3. Es ms importantereducir el peso corporal que las desigualdades sociales. Esta pseudodemocratizacin de laesfera del cuerpo es hoy fuente de profundos conictos que se expresan vivamente en elmundo del deporte y que anuncian un futuro inquietante.

    En su anlisis sobre la gnesis de las polticas deportivas y del lugar del deporte enlos barrios populares franceses, William Gasparini (2010) ha puesto de maniesto cmoel ftbol, ya en el periodo comprendido entre las dos grandes guerras del siglo pasado,es utilizado para reducir tensiones sociales y para procurar formas de control social. Losempresarios de las cuencas hulleras francesas controlaron las potenciales tensiones socialesde las clases trabajadoras difundiendo el ftbol entre los grupos de inmigrantes y sus hijos. Eldeporte se instrumentaliz como medio para disciplinar, moralizar y socializar en el espritude empresa a estos grupos obreros. Paralelamente, y con una fuerte carga paradjica, elftbol entre ellos pas a constituir una forma de vnculo social, una confraternizacin de

    la comunidad barrial, cuya pertenencia al club signicaba salir del anonimato y compartirprincipios comunes basados en el ftbol como escuela de moralidad y solidaridad. El ftbol,para bien o para mal, en el centro de la sociabilidad local.

    Si el paternalismo empresarial es lo que se halla en el origen de estas dinmicas deportivasdescritas, Gasparini analiza tambin en el mismo artculo otras formas ms actuales deinstrumentalizacin del deporte. En este caso, las que se producen en los barrios desfavorecidosfranceses en los ltimos treinta aos. A raz de la crisis econmica mundial, que mostr susefectos ms duros a partir de 1980, empeoraron drsticamente las condiciones de vida de lasclases populares. El paro, la precarizacin de colectivos procedentes de la inmigracin y la

    degradacin urbana condujeron a un agravamiento de las formas de violencia de la juventud delos barrios perifricos. Ello llev a los poderes pblicos a utilizar el deporte como herramientade desarrollo social en esas zonas urbanas. Nuevamente, con el objetivo del mantenimiento delorden y de la moralizacin, se podra concluir que las polticas de insercin a travs del deportepueden ser analizadas como una nueva forma de encuadramiento y de control de los jvenesde origen social popular para paliar los efectos no controlados generados por las polticasneoliberales desarrolladas en Francia desde el inicio de los aos ochenta (ibid. p. 114).

    3

    Aunque no sea este el lugar para profundizar, s es convenienete mencionar cmo la vigorexia y otros trastornos ligadosa la alimentacin anorexia, estn en estrecha relacin con la denicin social de los modelos corporales y sus efectossobre las clases sociales. A este respecto, puede consultarse (Moreno Pestaa, 2010).

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    Una instrumentalizacin de este tipo puede tener malas consecuencias sobre los jvenes

    y sobre sus representaciones del deporte. Entre otros peligros, cabe sealar cmo estaspolticas han contribuido a dar una falsa imagen de esta juventud como grupo desorganizado,peligroso, que justicaba la necesidad de su intervencin para salvaguardar el orden yencaminar a los jvenes en la direccin correcta. Nada ms lejos de la realidad, la culturajuvenil de los barrios tiene sus propias bases de sociabilidad, sus cdigos y representaciones,en este caso, sobre el deporte y la actividad fsica ftbol de calle, deportes informales, hip-hop, que han sido, de alguna manera, suplantados por una poltica sociodeportiva cuyoprincipal objetivo era reducir las tensiones sociales.

    Por otra parte, estas polticas han contribuido a difundir el estereotipo del deportistade barrio que triunfa, construyendo mediaticamente esta gura modlica que, a base decomportarse bien y de aceptar todas las reglas del juego consigue el xito, se integra.Desgraciadamente, aunque la emulacin de este modelo pueda mantener a los jvenes delos barrios integrados deportivamente, no les libra de seguir excluidos socialmente.

    La conclusin que se deriva de los anteriores argumentos nos advierte de la necesidadde tomar cautelas respecto a la aplicacin de polticas de deporte-insercin dirigido acolectivos desfavorecidos. Los efectos no queridos de la intervencin han de ser anticipadosy evitados, empezando por la imagen equivocada, pero tan frecuente en la intervencinsocial, de que el barrio es un enclave peligroso y desorganizado, que solo se salvar graciasa las intervenciones civilizadas de las polticas sociales.

    Cuerpo y deporte en los jvenes desfavorecidos: usos y abusos del deporte-integracin

    Existe una dimensin muy importante en el deporte que se explora poco en la literaturasobre deporte e integracin. Se trata del lugar del cuerpo y de los sentidos. Se indaga sobrelos contenidos educativos, pero menos sobre la dimensin puramente sensorial o corporal deuna actividad deportiva en los contextos vulnerables; sobre el mundo de sensaciones primariaskinestsicas que se desarrollan en el cuerpo. Sigmund Freud escriba en 1923 al comienzo de

    El yo y el ello, que el yo es sobre todo un yo corporal, que deriva de sensaciones corporales,predominantemente de la piel, del sentido del tacto. Este lugar tan sealado del cuerpo ylos sentidos en la tradicin psicoanaltica, invitara a reorientar el racionalista pienso, luegoexisto por un sensualista siento, luego existo, que abre dimensiones muy creativas en elanlisis del deporte y la construccin de vivencias personales a travs del cuerpo4.

    4Esta referencia al Psicoanlisis quedara incompleta si no se menciona a Donald Winnicott (1982), quien dedic pginasfundamentales para una teora del juego, o mejor dicho del jugar, tal y como el prefera denominarlo en sus trabajos.Desde su perspectiva, el jugar es una experiencia creadora, la principal, y es a travs de la creatividad como Winnicott

    entiende que los sujetos sienten las ganas de vivir. El juego te pone, adems, en relacin con el otro.Adems de Winnicott, conviene recordar los trabajos ms recientes del psicoanalista francs Christophe Dejours(2003), en concreto su libro dedicado al cuerpoLe Corps dabord, donde se detalla su estudio sobre el cuerpo ertico,

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    En su libro Entre las cuerdas. Cuadernos de un aprendiz de boxeador Loc Wacquant

    (2004), nos da todo un repertorio de cmo el cuerpo ocupa un lugar central en la experienciadeportiva y cmo se conecta con vivencias personales. Wacquant analiza el lugar del boxeoen un barrio negro de Chicago. Aunque inicialmente pretenda utilizar el gimnasio como unaventana para analizar el gueto, su proceso de inmersin le llev a l mismo a practicar estedeporte e incluso a participar en combates como amateur durante los tres aos que dur sutrabajo de campo. La profundidad de su libro se explica por esta doble observacin participantey participacin observante, como l mismo calica en su libro. De este imprescindible estudiopueden extraerse dos procesos esenciales para la vivencia deportiva: la experiencia de lasensualidad del cuerpo en el deporte, donde las sensaciones y los sentimientos se entretejeny, en segundo lugar, la experiencia de la comunidad de aprendizaje, donde se transmiten

    valores y conocimientos deportivos y existenciales. Aunque Wacquant se reere al boxeo,prcticamente todas sus anadsimas observaciones pueden extenderse a otros deportes.

    En cuanto a la experiencia de la sensualidad, Wacquant habla de los placeres delgimnasio, del sentimiento que se produce en el cuerpo mediante la prctica deportiva.Esta identicacin de la actividad fsica con el placer explica su realizacin a pesar de lossacricios y la dureza que supone. Es una recompensa sentir cmo el propio cuerpo seensancha, se libera, se hace poco a poco a la disciplina que se le impone. Adems delsentimiento de embriaguez muy viva que procura, el entrenamiento es por s mismo supropia recompensa cuando se consigue dominar un gesto difcil con la sensacin de haber

    duplicado la potencia o cuando permite la victoria sobre s mismo. (Wacquant, 2004: 74).En este fragmento del libro, se capta esa conexin entre las puras sensaciones fsicas y lossentimientos de superacin personal y mejora que el ejercicio genera.

    Los sentidos son una va maestra de comprehensin del cuerpo.Concretamente, en elboxeo, esta comprehensin solo se consigue por la prctica, nica forma que consigue quelos gestos se graben en el esquema corporal. Uno se convierte al mundo del boxeo y susretos con todos los sentidos; y para conferir toda su fuerza a esta proposicin habra quepoder restituir todo el conjunto de olores (el linimento aspirado a pleno pulmn, el sudorque ota en el ambiente, el tufo de la mesa de abdominales, el olor del cuero de los guantes);

    la cadencia de los golpes, cada saco con la suya propia, cada ejercicio con su tonalidad,incluso cada boxeador tiene su forma de hacer chasquear elspeed bag; el golpeteo o elgalope de los pies que retumban sobre la tarima o que se deslizan y chirran sobre la lona delring; los jadeos, silbidos, sonidos sibilantes, resoplidos y gemidos, los gritos y los suspiroscaractersticos de cada atleta; y sobre todo la disposicin colectiva y la sincronizacin delos cuerpos cuya sola visin basta para producir efectos pedaggicos duraderos, [] Estamezcla produce una especie de embriaguez sensorialque forma parte de la educacin delaprendiz de boxeador. (ibid. p. 75-76).

    cuerpo vivido, lugar de experimentacin de la vida, el deseo, el placer, el sufrimiento. La tradicin del psicoanlisis esuna fuente muy rica de autores que analizan el cuerpo, o el juego y que aqu quedan sin mencionar.

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    Adems de esta primera vivencia de la sensualidad, cabe destacar una segunda que tiene

    en su centro no el cuerpo sino el gimnasio, lugar de sociabilidad protegida, lejos de laviolencia y las drogas que campean en el gueto. Todas las metforas que Wacquant empleapara denir el gimnasio sugieren un espacio protector. El gimnasio es as una guarida, unacofrada, una iglesia. El gimnasio es al boxeo lo que la iglesia es a la religin: una comunidadmoral, un sistema solidario de creencias y prcticas. Esta funcin protectora y nodriza lesita como un antdotocontra la calle.

    Ms an, Wacquant profundiza sobre cmo el programa oculto del gimnasio trasmitea los aprendices, de forma osmtica y oral, la sabidura verncula de la profesin (ibid, p.51). Con ello se asienta un proceso de iniciacin al aprendizaje en el que quien empieza es elguardin del conocimiento que el mayor le ha conado y que a su vez debe trasmitir a los quele siguen. Aunque el boxeo es un deporte individual, el aprendizaje es colectivo y situado enel gimnasio, se realiza de forma coordinada, cada participante resulta ser un modelo visualpositivo o negativo para los dems y los ms adelantados ensean a los que empiezancomo si fueran el entrenador. Este aprendizaje en comunidad cubre tambin necesidades deidentidad de los jvenes boxeadores del gueto, les permite sentirse especiales, les distinguede los que no hacen nada, les da una posibilidad de salir del anonimato, la mediocridad y laindiferencia tan presentes en el gueto.

    En otro orden de cosas, encontramos una serie de investigaciones que nos acercana pie de obra de las intervenciones deporte-integracin. Un repaso de sus principalesconclusiones puede ayudarnos a establecer un necesario distanciamiento crtico respecto ala idea automtica de deporte integrador y, correspondientemente, a establecer las mejorespautas para llevarlas a cabo.

    Maxime Travert (2003) estudia el lugar de las prcticas informales entre losjvenes de los barrios desfavorecidos, en concreto el futbol de calle, que analiza afondo enLenvers du stade. Le football, la cit et lecole. En este libro, se interpretanlas prcticas informales del ftbol como una toma de distancia que los adolescentesdel barrio plantean ante el deporte tal y como se organiza en los contextos escolares.Separacin, rebelin, contracultura estos significados se barajan para contextualizar

    el ftbol de calle en los contextos de barrio. Travert, profesor de educacin fsica, sechocaba con la oposicin de los jvenes cuando tenan que practicar el ftbol que lplanteaba, no se identificaban con esas maneras formales. Estos jvenes y adolescentes,que viven una edad de cambio personal, anteponen otros valores, diferentes a lasprcticas institucionales-escolares, y los expresan a travs del ftbol autoorganizadoque practican en la calle. Este hecho, estudiado a fondo en su trabajo etnogrfico,lleva a Travert a razonar en los siguientes trminos acerca de la intervencin educativae integradora del deporte en estos contextos desfavorecidos: si estas intervencionesquieren conseguir estas finalidades han de reformular la perspectiva dominante en

    este terreno. El deporte no puede ser considerado como un simple medio instrumental,sino que debe ser contemplado como inscrito en los valores de estos jvenes, para

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    quienes constituye un vnculo de relaciones con los otros y forma parte de su existencia

    cotidiana en la que construyen su mundo juvenil. El ftbol para estos jvenes es,sobre todo, el placer de realizarlo y el reconocimiento mutuo que contiene. Cualquierintervencin que no considere estos elementos, y se limite a usar el deporte como mediode intervencin impuesto desde fuera, est condenada al fracaso.

    Un giro ms en la crtica a la ideologa del deporte concebido como educativo poresencia, viene de la mano del antroplogo francs David Le Breton (2003), que aportaalgunas ideas imprescindibles para superar una visin, desgraciadamente, muy presenteen las intervenciones del deporte con nalidades integradoras. Muchas intervencionesenfocan el uso del deporte de manera instrumental para, a travs de una lgica deingeniera social, conseguir aproximar a los colectivos desfavorecidos a su realidad.Este utilitarismo a travs del deporte pretende ayudar a estos colectivos a integrarse sincambiar sus condiciones materiales de vida. El objetivo es obtener resultados en trminosde integracin sin perturbar la estructura social, que ha generado dichos problemas deintegracin. Para Le Breton, intervenciones planteadas en esta lnea no tienen los efectosesperados sobre los sujetos sobre los que se trata de intervenir, incluso pueden conllevarefectos contraproducentes.

    Cualquier experiencia sobre el terreno que quiera tener buenos resultados debera sermodesta respecto a la consecucin de logros y anteponer otros objetivos ms cualitativos.En palabras de Le Breton, si las actividades deportivas planteadas generan el placer delos participantes, el disfrute en el empeo fsico o en el enfrentamiento ldico con el otrorespetando unas reglas de juego, tienen ya una legitimidad suciente ms all de cualquierplanteamiento racional. Si contribuyen a acrecentar el gusto por vivir, estn promoviendoya aspectos fundamentales en trminos de autoestima, energa personal y vnculo conla sociedad. Cuando una persona corriente nada en un ro, corre por un camino o juegaun partido de baloncesto con los amigos no se dice que esos son medios para conseguirsu integracin social o de exibilizar su motricidad, simplemente se destaca el placerconseguido a travs de esa prctica, que gana su legitimidad por el hecho de producir esedisfrute. (Le Breton, 2003: 59)

    Le Breton aade que, aunque para los animadores deportivos el deporte con elque intervienen pueda ser adoptado como un medio para la integracin, tienen queactuar como si fuera un fin en s mismo, una fuente de placer en s. Los animadores nopueden priorizar la relacin asistencial, sino que han de vivir, compartir momentosde la existencia ofreciendo una competencia particular y una mirada que alimente elreconocimiento mutuo (ibid. p. 59) con quien se realice la actividad deportiva. Porparte de los monitores, es necesario vivir el placer comn del deporte y tener una clararepresentacin de los colectivos, un reconocimiento que evite los prejuicios negativos yrompa con los estereotipos dainos construidos en torno a los colectivos desfavorecidos.

    La intervencin tiene que estar guiada por el reconocimiento y la aceptacin, sin pedirgrandes logros, recorriendo al lado de los colectivos, y ayudando a esclarecer, los

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    procesos complejos en los que se hallan inmersos fruto de su vida en contextos sociales

    vulnerables o en fases existenciales conflictivas. La integracin solo es posible si secrea un marco de igual dignidad.

    Estas interesantes pautas recomendadas por Le Breton son fruto de sus anlisisdedicados al uso de la escalada con jvenes de barrios desfavorecidos. Seala LeBreton que este deporte, como cualquier otro, no tiene ninguna virtud intrnseca. Escomo una herramienta en manos de un artesano, depende de quin y cmo la use, assern los resultados.

    Para nalizar estas visiones crticas sobre los usos del deporte-integracin, no puedeeludirse la crtica sin paliativos que Jean-Marie Brohm (2004) dirige a la cultura deportiva

    en la que cuaja el mito del deporte-integracin. Esta cultura confunde el ftbol y otrosdeportes con el contrato social y proyecta la idea de que haber reunido el sudor multiculturalen un partido de ftbol, que lleva a Francia a la victoria pluritnica del mundial de 1998,equivaldra a conseguir la integracin social en la sociedad civil, en las empresas o enlas escuelas de los jvenes de los barrios. Esta trasposicin es, en palabras de Brohm elopio del deporte-integracin, defendido y administrado por un aparato ideolgico, consus responsables polticos, universitarios, de los medios de comunicacin, que presidenesta idolatra del humanismo viscoso de la cultura deportiva. La realidad deportiva esbien diferente y Brohm ha dedicado todo su trabajo a mostrar cmo el deporte, sobretodo el ftbol, se relaciona estructuralmente con el populismo, con la crispacin de lasidentidades nacionales, con el dopaje o la violencia. Queda por plantearse la posibilidadde que aplicaciones microsociolgicas del deporte puedan imponerse sobre esta realidadmacrodeportiva de la cultura humanista deportiva a la que Brohm despoja de todos susdecorados.

    Para concluir esta introduccin con un ejemplo concreto de estas aplicacionesmicrosociolgicas, quisiramos exponer los resultados de una lnea de investigacinoperativa en este terreno del deporte integracin. Con ello, adems se podra compensar laseria y contundente crtica anterior con un toque optimismo prctico muy necesario en loscontextos desfavorecidos de los que hablamos. Creemos que puede ser un ejemplo que recoge

    muchas de las observaciones reejadas en esta introduccin y por ello la seleccionamoscomo ejemplo de pautas a seguir en este complicado campo del deporte-integracin. Setrata del Programa especco de barrios que ha publicado recientemente LAgence pourlEducation par le Sport (APELS). En 2010, ha lanzado su iniciativa Experimentacinnacional para una poltica de educacin a travs del deporte en los barrios populares. Conella se plantea como objetivo prioritario contribuir al desarrollo del deporte educativo en lasdenominadasZones Urbaines Sensibles(ZUS). Siglas con las que la administracin pblicadenomina a los barrios con dicultades sociales. La iniciativa parte de una investigacin-accin desarrollada entre 2008-2010 por parte de APELS y el Comit Interministriel des

    Villes cuyos resultados ponen en evidencia las necesidades existentes en estas zonas en elterreno del deporte educativo.

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    De cara a desarrollar polticas deportivas innovadoras, se pone en marcha durante los

    prximos tres aos (2010-2013) el mencionado proceso de experimentacin en los barriosde 10 grandes ciudades francesas que busca investigar, ofrecer formacin y en denitivaapoyar la puesta en marcha de proyectos que puedan contribuir al objetivo nal de crearnuevos instrumentos de integracin mediante el deporte en estos barrios5.

    La investigacin-accin, recientemente publicada, concluye con siete propuestas para eldesarrollo de los clubs deportivos en las zonas urbanas sensibles (ZUS):

    1- Rastrear con exhaustividad las iniciativas de asociaciones deportivas en las ZUS,con un seguimiento evolutivo de sus intervenciones con el deporte educativo.

    2.- Transformar las formas actuales de desarrollo de estas iniciativas en un marcoamplio, compuesto por los diferentes niveles administrativos territoriales orientadosa fomentar iniciativas de deporte-educativo.

    3- Favorecer el trabajo en red, a travs del cual las iniciativas locales de los barriospueden trabajar con otros grupos locales y nacionales.

    4- Proponer espacios de reexin y encuentro de las asociaciones deportivas de losbarrios a escala interregional y nacional.

    5- Valorizar las iniciativas innovadoras deporte-educacin llevadas a cabo en losbarrio mediante recompensas y reconocimientos institucionales. Crear un Trofeo delos actores en la innovacin social por el deporte.

    6- Ofrecer instrumentos tcnicos y nancieros destinados a las asociacionesinnovadoras.

    7- Elaborar y editar una gua de la innovacin social en deporte educativo dirigidaa las asociaciones deportivas como base para crear vnculos entre los actores de laintegracin y la solidaridad a travs del deporte en las ZUS. (Vieille-Marchiset y

    Coignet, 2011)

    Adems de estas propuestas, la investigacin-accin de estos autores ha avanzado enlos elementos fundamentales que caracterizan a las iniciativas deporte-integracin quehan estudiado y que garantizan su xito. Se trata de los cinco principios siguientes quecomentamos brevemente:

    1.- Cuestionar la ideologa de la integracin por el deporte

    5Puede consultarse documentacin con ms detalle sobre esta iniciativa en: http://anovasport.apels.eu/PDF/4072.pdf yhttp://www.apels.eu/PDF/rapports/rapport%20nal2.pdf

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    Las iniciativas ms innovadoras se han caracterizado por distanciarse de la ideologa

    del potencial natural del deporte, muy divulgado en los medios de comunicacin, yhan proyectado intervenciones socio-deportivas basadas en las competencias tcnicasy en el conocimiento profundo de los barrios desfavorecidos.

    2.- Considerar a los usuarios de las intervenciones como personas en su globalidad

    Los colectivos a los que se dirige el proyecto presentan necesidades que van msall de lo deportivo. Es necesario atender integralmente las dimensiones educativas,sociales y familiares para conseguir un clima de conanza que lleve adelante elproyecto.

    3.- Enmarcar la innovacin en el terreno del deporte educativo en el marco delreconocimiento

    Los autores del informe consideran que la implicacin de los actores que desarrollanel proyecto est gobernada por una idea de profundo arraigo en las cienciassociales: la idea de reconocimiento de Axel Honneth. En este sentido, los jvenesde barrio protagonistas de una iniciativa deporte-integracin necesitan un marcode reconocimiento para seguir trabajando. Un espejo que les devuelva una imagenpositiva, en la que se reconozca por parte de la sociedad su tarea y esfuerzos. Sin estereconocimiento, las iniciativas quedan en el anonimato, se debilitan y corren riesgos

    de desaparecer. El reconocimiento puede cobrar diferentes formas, desde el apoyotcnico y nanciero de las administraciones, a la buena reputacin expresada por losciudadanos de los territorios donde se desarrolla la intervencin.

    4.- Potenciar y aprovechar las competencias mltiples de los gestores de la intervencin

    La investigacin ha puesto de maniesto la importancia fundamental de la guradel responsable de este tipo de proyectos de deporte educativo. Se trata de unagura caracterizada por lo que podra denominarse multipertenencia a varias reasde conocimiento y de accin necesarias para llevar a cabo la intervencin. No sonespecialistas nicamente en el campo de lo deportivo, sino que renen competenciaseducativas, sociales, de relaciones polticas, personales, etc. que les hacen capaces derecomponer la informacin y los recursos necesarios para la puesta en prctica delproyecto. Esta multipertencia es la garanta de la innovacin.

    5.- Extender el trabajo en redes territoriales

    El trabajo en red supone enlazar verticalmente los diferentes niveles territorialesimplicados y horizontalmente las diferentes instituciones y actores del espaciodonde se desarrolla la intervencin. Esta red debe operar con contactos reales,personalizados y prximos para ser ecaz. La informacin debe uir en todos los

    sentidos y el compromiso de los diferentes niveles no puede limitarse a ser testimonialo meramente formal.

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    Estas propuestas constituyen todo un programa de accin, que proviene en este caso de

    las polticas sociales francesas, y que podra servir de inspiracin tambin en Espaa paraavanzar en el terreno del deporte-integrador en los barrios desfavorecidos sobre el que nosextenderemos en los apartados siguientes de este libro.

    BIBLIOGRAFA

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    n 1/segona poca.

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    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

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    CAPTULO I

    El deporte y la mejora de la ciudadana: puesta enmarcha de un deporte educativo e integrador6

    Antonio Santos Ortega

    En los tensos momentos de espera previos a la eleccin de la sede olmpica 2016,los valores del deporte sobrevolaron elBella Centerde Copenhague. La Asamblea delComit Olmpico Internacional, all reunida, se convirti en el escaparate mediticode mayor alcance para los valores sociales y educativos del Olimpismo. Todas lascandidaturas desplegaron, en la presentacin de sus mritos, el muestrario de virtudesque acompaan al deporte.

    La estrategia de la candidatura de Madrid, diseada metdicamente a lo largo de

    meses por expertos en el mensaje olmpico, consisti en llegar al corazn de losmiembros del COI a travs de su marketing de toque humano, que rimase bien conel humanitarismo que preside el espritu olmpico desde sus inicios en la era moderna.Este toque humano proclamado por Mercedes Coghen consejera delegada dela candidatura, se convirti en el hilo conductor de todas las intervenciones en ladefensa de Madrid 2016 y cada uno de los protagonistas interpret el papel msapropiado a su condicin y linaje y represent alguno de los valores sociales deldeporte que el COI glorifica en sus declaraciones. As, Esperanza Aguirre destac,en francs, cmo el deporte mejora la vida cotidiana de los ciudadanos de todas las

    generaciones y nacionalidades en una sociedad abierta, inclusiva y cosmopolita. Elpresidente Zapatero resalt el respeto a la diversidad, la integracin armoniosa delas naciones y de las culturas a travs del gran valor universal del deporte y apuntun Plan de apoyo y extensin del deporte para los jvenes que ms lo necesitan deaquellos pases que ms esperan de nosotros; no solo eso, sino que adems prometiincluir en la agenda de la Presidencia Espaola de la Unin Europea, como prioridad,el fomento del deporte y los valores olmpicos. Concluy su exposicin ratificando

    6 Una primera versin de este texto apareci en las actas del IV Congreso de Gestin del Deporte, celebrado en Valencia

    el 23 y 24 de octubre de 2009, organizado por la Asociaci de Gestors Esportius Profesionals de la Comunitat Valencia-na y la Fundacin Deportiva Municipal de Valencia.

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    su creencia en el deporte como atributo de ciudadana. Por su parte, Alejandro

    Blanco, presidente del Comit Olmpico Espaol, se ci a los aspectos educativos deldeporte y se volc tambin en la creacin de un programa: Generacin 16o TodosOlmpicos en los que la enseanza en valores ir a los jvenes en los colegios, enlas universidades y en todos los estamentos sociales. Juan Carlos I continu con laenumeracin de los valores sociales del deporte y entresac el de la amistad entrelos pueblos.

    El futbolista Ral insisti en la idea del deporte como nivelador de las desigualdadessociales: el deporte nos hace iguales, s, nos hace iguales a todos, repiti en su intervencin,por ello, el deporte es incompatible con cualquier tipo de discriminacin basada en la raza,la religin, la edad o el sexo. El resto de los seleccionados desgranaron los valores quequedaban para completar el idlico marco: el esfuerzo, el compaerismo, la solidaridad yel respeto por las normas. El desarrollo personal, la mejora y la integracin, Te hace sermejor, e inculca los valores del respeto, la responsabilidad y el esfuerzo, Adems te hacesentir ms sano y te lleva a tener muchos, muchos amigos, culmin animosamente la msjoven de los representantes de la candidatura madrilea e hija de la Consejera Delegada deMadrid 2016, Mercedes Coghen.

    No sabemos si este impulso tan prometedor a la ciudadana a travs del deporte va acontinuar tras la derrota sufrida por Madrid 2016, pero en aquellos intensos momentos de ladefensa de la candidatura retransmitidos a toda Espaa y a todo el planeta con la vibrantecomplicidad de la televisin, siempre dispuesta a arrancarnos una emocionada lgrima,presenciamos el cenit de los valores sociales del deporte. Un deporte de escayola, una copiadesgurada de la realidad deportiva, tan simulada e ilusoria en boca de toda la plantilla dedefensores del olimpismo que por momentos pareciera autntica.

    En este texto, vamos a partir de estos valores para aproximarnos a lo que podra ser sutransferencia a la realidad concreta y aplicada en el campo de la educacin-integracin-insercin social de los ciudadanos que sufren problemas sociales. El deporte, por tanto,entendido como herramienta para la ciudadana y para generar nuevas oportunidadespara dichos ciudadanos. Para avanzar hacia este objetivo, primeramente se presentarn

    algunas cuestiones relativas a las condiciones en las que el uso del deporte puedecontribuir a la mejora de la integracin social. En segundo lugar, se presentarnalgunos ejemplos concretos de estos usos y, en tercer lugar, se aportarn algunas pautaspara la gestin de iniciativas de este tipo. Este texto tiene un objetivo eminentementeprctico ya que, como se deriva de la crtica a las posiciones retricas descritas en lapgina anterior, solo a travs de un trabajo atento, prctico y orientado, que incluya unconocimiento profundo de los problemas sociales, puede el deporte integrarse en unaestrategia general de mejora social.

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    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

    I.1. El deporte y la integracin social: de los valores universales al uso

    orientado y concreto del deporte en beneficio de la ciudadanaCmo pueden concretarse en la prctica los valores del deporte que se acaban de

    presentar en la pgina anterior? Hasta qu punto y bajo qu condiciones sirve el deportepara promover la integracin social?7 Estos interrogantes se han escuchado con ciertafrecuencia en estos ltimos aos y los medios de comunicacin han divulgado la idea,generando simultneamente el marco para una respuesta armativa a la cuestin.

    La actividad fsica usada en contextos de marginacin parece tener una buena rentabilidadmeditica pues conjuga la actual notoriedad de los xitos deportivos con las historias desuperacin de gente atrapada en contextos de pobreza y vulnerabilidad. En este marco, eldeporte viene a aportar un enfoque positivo y parece ofrecer al menos una mejora o unava de salida a las penurias de estas personas. A veces, los ejemplos mostrados alcanzanun grado de superacin personal casi pico, lo que lleva a destacar y ensalzar los valoresdeportivos que han conseguido semejantes resultados. Es entonces cuando emerge toda lagama de virtudes del deporte que hemos visto en pginas anteriores, y se propaga la ideade esta superioridad moral del deporte, fuente de desarrollo personal, social, generador deigualdad, de identidad, de amistad entre los pueblos, transmisor de los valores ms noblesdel esfuerzo y el compaerismo y el respeto por las normas8.

    Sin embargo, esta creencia, expresada en estos trminos, presenta algunas ambigedades

    y contradicciones en las que es preciso detenerse. No es oro todo lo que reluce en el campode los valores y el deporte. Prcticamente todos los valores mencionados encuentran unopuesto que enturbia el ideal deportivo: al esfuerzo colectivo se le opone el individualismo,tan presente en el terreno deportivo; al respeto a las reglas se le opone la trampa y lapicaresca igualmente presentes; a la aceptacin de las diferencias se le opone el racismoy la discriminacin a la orden del da entre deportistas y pblico; los valores democrticosdel deporte han visto su opuesto en el uso que de l han hecho y hacen los totalitarismos;a la amistad entre los pueblos le hacen sombra antagonismos deportivos nacionalesirreconciliables o un localismo irracional que lleva a enfrentamientos violentos; a la lgica

    7Integracin social, insercin social, valores educativos del deporte, deporte ciudadano. Estos han sido algunos de lostrminos ms comunes para referirse a la actuacin deportiva en contextos sociales desfavorecidos. En este escrito,utilizaremos indiferentemente estas denominaciones ya que todas comparten la nalidad comn que gua a este textode usar el deporte para mejorar las condiciones de vida de grupos con problemas sociales.

    8Una conrmacin del alto grado de difusin de la idea del deporte como medio de integracin la encontramos en elEurobarmetro de 2004 dedicado a analizar las opiniones de los europeos respecto al deporte. En esta encuesta, un 73%de los ciudadanos europeos encuestados se mostraba de acuerdo con la idea de que el deporte es un instrumento parafavorecer la integracin de los inmigrantes y un 64% estaba de acuerdo con la capacidad del deporte para luchar contrala discriminacin. En Espaa, estos porcentajes se elevaban, respectivamente, al 81% y al 78%. Igualmente, una en-

    cuesta realizada por SOFRES entre los jvenes franceses situaba al deporte en tercer lugar en capacidad de integracintras la escuela y el trabajo. Basten estos dos datos para evaluar la extensin de la creencia en los valores del deporte(Comisin Europea, 2004).

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    amateur, gratuita y voluntaria, se le opone una presencia de los intereses econmicos y de la

    industria publicitaria; a la dimensin saludable, se le opone la puesta en peligro de la propiasalud como en el dopaje, en las conductas vigorxicas y los anabolizantes; por concluir laserie, a la idea de que el deporte nos hace iguales, se le opone la evidencia de las extremasdesigualdades que se mueven en torno a ste. El deporte es mbito profesional en el quelas desigualdades entre los que ms ganan y los que menos se hacen ms extremas. Dndequeda la idea de que el deporte nos hace iguales?

    Algunas de estas contradicciones responden a tendencias de nuestras sociedadescontemporneas, que han visto crecer las desigualdades, pero otras son implcitas al deporte,en el que los ideales se desajustan de la realidad. Este desajuste entre los valores deportivos

    y la prctica real empaa los mticos valores que ya hemos mencionado y que quedanreducidos, en ocasiones, a un rito marcado por el individualismo, la violencia, el localismoy la discriminacin.

    Pero aunque el espritu deportivo quede daado por esta realidad que le contradice, lainmersin en estas contradicciones es un primer paso para abrir una reexin ms a fondoacerca del deporte y la integracin social. Esta reexin crtica ha de cuestionar la muydivulgada creencia en los valores abstractos, debe situar el deporte en la realidad y extraerde l las posibilidades reales para intervenir sobre ella. En nuestro caso, la realidad de laexclusin y de los problemas de integracin social.

    Por abordar frontalmente la cuestin, no sera el deporte en s, sino el proyectodeportivo el que puede producir integracin social.El proyecto deportivo va ms all dela realizacin de una actividad fsica o deporte concreto. Incluye a los actores implicadosadministraciones pblicas, colectivos afectados por problemas sociales, asociaciones yempresas, universidades, reclama conocimientos de gestin, de aplicacin prctica de unaprogramacin deportiva, de anlisis desde las ciencias sociales para conocer la realidadsobre la que se acta, etc. Todos estos elementos tienen que conjugarse y divulgarse hastaser integrados en las polticas deportivas de los distintos territorios.

    Es, por tanto, la denicin del proyecto deportivo y su consecucin las que permitirn

    convertir la conjuncin del deporte y la integracin social en una realidad creativa y ecaz.Para ello no ser suciente conar en las virtudes naturales del deporte, sino que se imponeun trabajo metdico que permita que dichas virtudes encuentren un terreno abonado. Estetrabajo consiste en realizar un diagnstico preciso, que gue las nalidades y objetivos dela intervencin; denir dichos objetivos orientados a conseguir resultados de integracin yeducacin; buscar y encontrar marcos institucionales que permitan a la iniciativa despegary crecer administraciones, asociaciones, escuelas, familia, empresas y otras entidades;contar con el apoyo tcnico necesario profesionales de lo social, del campo deportivo,etc.; programar y seleccionar las prcticas deportivas ms adecuadas y para ello promover

    la participacin de los colectivos a los que se dirige la accin; evaluar los resultados de laintervencin; difundir los resultados y las buenas prcticas que la idea conlleva y con ello

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    DEPORTE ENLOS BARRIOS:INTEGRACIN O CONTROL SOCIAL?

    se sentarn las bases para que funcione el vinculo entre el deporte y la integracin y siga

    fructicando en experiencias futuras.Concebido de esta manera, concreta y alejada de los grandes propsitos y valores, eldeporte es una plataforma para conseguir objetivos educativos, lo que no es poco, ya queas se recrean sus posibilidades reales de cara a la intervencin. En el tercer apartado deeste artculo, continuaremos aportando orientaciones concretas para la gestin y puesta enmarcha de iniciativas en este terreno del deporte y la integracin.

    Adems de la necesaria ruptura con la creencia a ciegas en los valores del deporte, para llevaradelante iniciativas de deporte integracin conviene evitar un segundo problema: pensar queel deporte lo puede todo y que, bien utilizado, conseguir lograr la insercin de los colectivos

    excluidos. Esta segunda creencia est muy relacionada con la anterior y no tiene en cuenta quelas desigualdades que sufren los colectivos excluidos son muy profundas y no se resolvern porponer en marcha algunas intervenciones deportivas dirigidas a ellos o por facilitarles el accesoal deporte. No es la dicultad de acceso al deporte lo que les lleva a la exclusin y no es elacceso al deporte lo que les llevar a la inclusin. Las desigualdades que crean las situacionesde exclusin son estructurales, lo que signica que para resolverlas ser necesario pensar enreformas de ese nivel. Esto no quiere decir que las polticas deportivas no puedan cumplir unafuncin complementaria muy digna y ecaz y que per