DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE GESTIÓN … · El Manual de Arborización Urbana presenta algunas técnicas y recomendaciones básicas de siembra y aspectos relacionados con ... arboles

DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE GESTIÓN DEL MEDIO AMBIENTE- DAGMA -

VIVERO MUNICIPAL DE CALI

Manual de

Arborización Urbana

Guía práctica para la selección, siembra, cuidado y protección

de árboles y palmaspara zonas blandas y parques

de Santiago de Cali

Con el apoyo de:

Jorge Iván Ospina Gómez, Alcalde de Santiago de Cali

Jesús Darío González Bolaños, Director DAGMA

Carlos Acosta, Coordinador Área de Recuperación y Protección - Vivero Municipal (hasta 31/12/2009)

Editor: CENSAT Agua Viva - Amigos de la Tierra

Texto, compilación y transcripción: Germán Escobar Berón, Biólogo.

Colaboran: Ingeniero Alex Lizcano (Temática Poda); Ingeniero Fernando Sevilla (Temática Especies) Asesoría: Carlos Acosta, Luz Amparo Rivas A., Héctor Chaparro, Álvaro Castro R., Hildebrando Vélez.

Supervisión Convenio CVC 043 de 2008: Fundación Planeta Azul, Ing. Andrés Zambrano

Edición Digital, Diagramación, Arte e Impresión: Merlín S.E. SAS.

Diciembre de 2009

MANUAL DE ARBORIZACIÓN URBANAGuías prácticas para la selección, siembra, cuidado y protecciónde árboles y palmas para zonas blandas y parques de Santiago de Cali

©. DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE GESTIÓN DEL MEDIO AMBIENTE -DAGMA-CONVENIO CVC - MUNICIPIO SANTIAGO DE CALI No 043 DE 2008

Convenio CVC - Dagma No 043 de 2008

Con el apoyo de:

German

Resaltado

Contenido

Presentación

Capítulo I. Introducción. Los árboles importantes habitantes de la ciudad de Santiago de Cali. Los árboles y sus múltiples beneficios para la ciudad.

Capítulo II.Los árboles en la ciudad de Cali.

Capítulo III.¿Por qué y para qué quiero sembrar un árbol en la ciudad? Selección de especies: criterios y recomendaciones.Selección de un árbol ¿qué tipo de árbol?Selección de las especies ¿cuál árbol sembrar?Dónde sembrarlos, el espacio.Cómo sembrarlos, la forma o el diseño.Cómo sembrarlos, el cómo y el dónde?

Capítulo IV.Mantenimiento, cuidado y protección de árboles urbanos.Podas de mantenimiento de árboles urbanos. Criterios de poda y tala de árboles urbanos.

Capítulo V.Conocer la ciudad para definir las especies a sembrar.Sembremos las especies adecuadas.Árboles para cada espacio y lugar.Especies recomendadas para la ciudad de Cali.

Capítulo VI.Gestión y planificación de áreas arboladas. Adopción de parques y zonas verdes. Reglamentación y normatividad sobre los habitantes arbóreos de Santiago de Cali.Restauración, conectividad ecológica y corredores biológicos.

Conclusiones

Muestra fotográfica

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CENSAT Agua Viva - Amigos de la Tierra

Guía práctica para la selección, siembra, cuidado y protecciónde árboles y palmas para zonas blandas y parques de Santiago de Cali

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Manual de Arborización Urbana

DAGMA - Santiago de Cali

Presentación

Este manual se constituye en un aporte para la definición de los criterios orienta-dores para la siembra adecuada y óptima de árboles y palmas en las zonas blandas y parques de la ciudad de Santiago de Cali y recomendaciones para favorecer su cuida-do y preservación cotidiana.

El Manual de Arborización Urbana está dirigido a los ciudadanos con el objetivo de ser una herramienta de apoyo para la selección y siembra de especies de plantas y árboles en correspondencia con la zonificación ecológica identificada para la ciudad y con los diferentes ambientes y espacios urbanos aptos para la arborización.

El Manual de Arborización Urbana presenta algunas técnicas y recomendaciones básicas de siembra y aspectos relacionados con el mantenimiento y conservación de la flora local, en especial teniendo en cuenta una estrategia global de interconectivi-dad y favorecimiento de corredores biológicos urbanos en la ciudad de Santiago de Cali.

Adicionalmente, se enumeran algunos de los requisitos y de normatividad muni-cipal que regula las actividades de siembra, poda, traslado o corte de árboles en la Ciudad de Cali.

Los árboles son seres vivos, son la mejor expresión de la naturaleza dentro de la ciudad.

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La ciudad es un laberinto de ladrillo, cemento, hierro y vidrio, un espacio fundamentalmente an-trópico (creado por el hombre) para su bienestar y convivencia. Un espacio hecho para la gente, un espacio vital que necesariamente debe tener el acompañamiento de otros seres importantes para la vida y el planeta, los árboles y su fauna asociada. Así la ciudad cotidianamente crece en edificios, en infraestructura, gente, árboles y fau-na adaptados a estos ambientes.

En la ciudad toma presencia importante el “verde”, en las calles, ríos, parques, jardines, pa-tios, huertos, solares y bosques remanentes en la ciudad. Basta caminar una cuadra, una manzana o alrededor de cualquier parque para encontrar la presencia de árboles y plantas, variadas en tamaños y tipos de hojas, flores y frutos, todas adornando y embelleciendo nuestra ciudad.

Son árboles, plantas y jardines hermosos, aparentemente para adorno, decoración y or-nato. Pero todos los árboles y plantas, hasta el pasto más pequeño o aquellas especies mal con-sideradas “malezas”, cumplen otras importantes funciones para la ciudad y sus habitantes: sirven como regulación ambiental, atenuación de rui-dos, depuración del aire, aportación de hume-dad, frescura y sombra, dan placer, tranquilidad y armonía, de ambientación y valorización paisajís-tica. Los árboles son parte importante del siste-ma de vida en el planeta y desempeñan un papel fundamental en la sostenibilidad de la Ciudad de Santiago de Cali. Todos y cada uno de nosotros debemos ser conscientes de que la vegetación urbana mejora la calidad de la vida en la ciudad y proporcionan múltiples beneficios directos:

1. Los árboles, recursos patrimoniales de la ciudad contribuyen a la identidad y apropiación

de la cultura caleña: un árbol o un conjunto de ár-boles nombran diferentes espacios de la ciudad. Cada nombre expresa una estrecha relación exis-tente entre el hombre y la naturaleza, definiendo una historia y un origen. Árboles como los cám-bulos, samanes, ceibas, chiminangos, guácimos, nombran y dan identidad a diferentes territorios de la ciudad.

En ese sentido, son referentes para nuestra propia historia, muchos de nosotros recordamos arboles o palmas alrededor de los cuales juga-mos, nos reunimos con los amigos, nos enamo-ramos o simplemente observábamos cuando nos dirigíamos a la escuela, a la casa o al trabajo; en este sentido los arboles y palmas hacen parte de nuestra historia personal y de nuestra vida.

2. Los árboles mejoran el clima y la calidad del

aire: los árboles y arbustos regulan el clima de la ciudad, filtrando la intensidad y reflexión de la luz solar, brindan sombra, refrescando el ambiente y atemperando el clima. Mediante siembra estraté-gica de árboles se puede mantener un ambiente confortable en casas y barrios de la ciudad.

3. Los árboles reducen la contaminación am-biental y el calentamiento global: los árboles urbanos reducen el impacto del efecto inverna-dero y la contaminación atmosférica; mediante la captura de carbono, convierten los monóxidos y dióxidos de carbono en oxígeno, además de lim-piar otras partículas contaminantes en la atmós-fera.

4. Los árboles ayudan a reducir la contamina-ción por ruido: una buena ubicación de árboles, favorecen una reducción significativa de los niveles de ruido, al aislar y absorber las ondas sonoras pro-ducidas por vehículos, industrias, parlantes y otros.

Capítulo ILos árboles importantes habitantes

de Santiago de Cali

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5. Los árboles protegen y conservan el agua: éstas protegen, conservan y garantizan los siste-mas de suministro urbano de agua, además de proteger y conservar las cuencas, vertientes y drenajes de las zonas de ladera. Los árboles ayu-dan a conservar el suelo, impiden los deslizamien-tos en terrenos frágiles de ladera y las crecientes de los ríos, protegiendo vidas y casas de los habi-tantes citadinos.

6. Los árboles protegen y conservan el sue-lo: los árboles son importantes en la reducción y disminución del impacto de la lluvia, evitando la erosión, escorrentía y posibles desastres ur-banos. Los árboles ayudan a controlar la erosión de las laderas y proteger las rondas de nuestros ríos.

7. Los árboles construyen y definen el paisaje urbano: Los árboles “caleños” cumplen diversas funciones de tipo arquitectónico y de ingeniería. En diseño suavizan, complementan o realzan cualquier tipo de construcción, enfatizan paisajes u ocultan “vistas” desagradables. Dan privacidad y protección.

8. Los árboles ayudan a regenerar y descon-taminar las escombreras y vertederos públicos: mediante la siembra de árboles capaces de ab-sorber contaminantes se regeneran tierras de-gradadas y basureros públicos, reconvirtiendo estos espacios en parques y áreas públicas. Exis-te y avanza la propuesta de convertir el “ex-ba-suro de Navarro” en un Gran Parque Ecológico. Jóvenes de las laderas de Siloé recuperaron y reforestaron un área degrada, construyendo un parque infantil y una cancha de microfútbol para la Comunidad.

9. Los árboles definen y sustentan la biodiver-sidad urbana: las áreas arboladas desempeñan vital importancia en el sustento de la biodiversi-dad urbana al proporcionar hábitat, alimento y protección para todo tipo de fauna, adaptadas al medio urbano. Mediante la interconectividad de corredores biológicos (parques, zonas verdes, rondas y riberas de los siete ríos) se mejoraría la conservación de la biodiversidad urbana. Es-pecialmente en Santiago de Cali, estas avenidas biológicas sirven para estimular la conexión con la biodiversidad existente en el Parque Nacional Natural de los Farallones.

Por otro lado, los árboles tienen una estrecha relación coevolutiva con las aves, se benefician mutuamente. Los árboles brindan alimento, re-fugio, lugares de cortejo, materia prima para la construcción de nidos, a su vez las aves ayudan a la polinización y dispersión de las semillas y a controlar insectos. De igual manera se relacionan con muchos mamíferos e insectos, permitiéndo-nos disfrutar de expresiones e imágenes vitales de vida y belleza.

10. Los árboles prestan múltiples beneficios sociales:

Árboles para la recreación y la salud: los par-ques y las zonas verdes dan oportunidades para actividades físicas y recreativas al aire libre, con altos beneficios de bienestar y salud física y men-tal. La vegetación y la naturaleza revitalizan nues-tro sistema sensorial e infunden nuevas energías. Un paisaje urbano más acogedor y amable, con una mejor calidad del aire, repercute sobre nues-tra salud, mejora nuestro sistema respiratorio y reduce las enfermedades respiratorias. Los ciu-dadanos con parques y zonas recreativas duer-men mejor, estan más tranquilos y mucho más saludables.

Árboles contra la tristeza: la presencia de árboles y zonas verdes en la ciudad influyen positivamente en el estado de ánimo y las emo-ciones de sus habitantes, proveen beneficios sicológicos como mayor alegría, sensibilidad y comportamiento ético de sus ciudadanos. Un paisaje de sólo cemento y rejas pueden produ-cir sentimientos de angustia, irritación, tristeza y estrés. Los árboles añaden belleza y crean un ambiente beneficioso de relajación y sentimien-tos bienestar. Proveen privacidad, color, olor, diversidad en las formas y siluetas del paisaje urbano, sensación de recogimiento y seguridad y mucha alegría.

Árboles para educar: la importancia de las zo-nas arboladas en la educación medioambiental crece día a día. Existe el Jardín Botánico de Cali y en desarrollo el de la Universidad del Valle, igual-mente el Zoológico de Cali, senderos señalizados de naturaleza en Pance y Farallones, centros y parques informan a los visitantes sobre la flora y la fauna. Colegios y Escuelas realizan jornadas de siembra. Los Ecoparques como Las Garzas, Pi-

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samos, Bataclan, la Bandera, etc., presentan un gran potencial educativo y son espacios abiertos de carácter público que permiten estudiar y co-nocer nuestras especies nativas de flora y fauna.

Árboles contra el hambre: los frutales y huer-tas urbanas pueden contribuir a la seguridad ali-mentaria para los habitantes de la ciudad de Cali. Proveen alimento y medicinas -hojas, corteza, raí-ces frutos y semillas- tanto para el hombre como para otros animales.

Árboles con compromiso comunitario: la participación ciudadana en organizar, cuidar y conservar colectivamente los espacios verdes urbanos amplía el espíritu comunitario y refuerza el sentimiento de pertenencia barrial. Es común que empresas o simples habitantes adopten, re-cuperen, mantengan y cuiden zonas verdes per-tenecientes a la ciudad.

Árboles para las mascotas: es muy común que habitantes saquen a pasear a sus mascotas cani-nas, pero nada más feliz que éstos con la siembra de un nuevo árbol.

Árboles que valorizan nuestros predios: las viviendas con árboles, o a su alrededor o en cer-canías a parques son más apreciadas y requeridas para alquiler.

Tú puedes identificarte con un árbol de tu ciu-dad, conocerlo, cuidarlo, aprender su nombre lo-cal y científico, para qué sirve, qué historias tiene, de dónde es originario y tomarlo como tu refe-rente. Pero también ten presente que aunque los efectos positivos de los árboles y zonas verdes son muchos y concretos, podrían existir algunos inconvenientes por su siembra en un sitio inade-cuado. De aquí la importancia y relevancia de este manual.

Hay una planta para tu antejardín, un árbol para tu parque…Hay árboles para Todos y Todas...

¡ADOPTA Y SIEMBRA UN ÁRBOL!

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Santiago de Cali, ubicada en el suroccidente de Colombia, crece en el piedemonte de la cordi-llera occidental, al sur sobre la planicie del valle geográfico del río Cauca. Ha sido llamada “Cali, la ciudad de los 7 ríos”, seis de ellos con origen en el Parque Nacional Natural los Farallones, siendo el séptimo el gran río Cauca.

La ciudad de Santiago de Cali, capital del De-partamento del Valle del Cauca, está ubicada en-tre los 980 y 1000 metros sobre el nivel del mar, con temperatura media de 24º centígrados, hu-medad relativa del 70 % y una precipitación bimo-dal anual de 1000 a 1100 mm, distribuidas en dos periodos de lluvia y dos periodos secos durante el año.

Tomando como base las condiciones climá-ticas de precipitación promedio anual, la evapo-transpiración potencial y la altura sobre el nivel del mar, Espinal et al (1977) clasificaron las zonas de vida en dos formaciones vegetales para la zona plana y urbana de la ciudad: bosque seco tropical (bs-T), hacia la parte sur, cuenca baja de los ríos Pance, Lilí y Meléndez; y bosque seco pre-monta-no (bs-PM), en la parte centro-norte, cuenca baja de los ríos Cañaveralejo, Cali y Aguacatal.

Hacia la zona de ladera, con un aumento de las lluvias la zona de vida se clasifica como bosque húmedo premontano (bh-PM) y en la zona alta de Pance-Farallones, con una mayor precipitación, correspondería a la zona de vida de bosque muy húmedo premontano (bmh-PM) (ver Figura 1. Zo-nas de vida de Cali, realizada por el OSSO, según Espinal et al en 19971.).

Cali se caracteriza ecológicamente con dos zonas de vida predominante: bosque seco tro-pical (bsT) y bosque seco pre-montano (bs-PM), clasificación que define el tipo de especies de flo-ra y fauna que sobreviven, se adaptan y se desa-rrollan en el perímetro urbano. En términos más sencillos se traduce que en el sur llueve más que en el norte de la ciudad, y por esa razón no todas las especies crecen y se desarrollan igual. Siempre vamos a encontrar especies de plantas diferentes o mejor adaptadas según sus características en el norte, sur o laderas de Cali.

La ciudad es un espacio antrópico creado por el hombre que transforma cada rincón para sus necesidades y beneficio propio, cambiando y creando nuevas condiciones para las plantas y animales. Las ciudades producen fuertes cam-bios climáticos debido a la alta irradiación de la energía calórica del sol producida por los edificios y construcciones, además del calor emanado a la atmósfera por las actividades de la industria, los automóviles y las casas.

Todas estas formas de calor generan corrien-tes de aire que convergen sobre la ciudad desde todas las direcciones cambiando el clima de la ciu-dad y con ello produciendo condiciones diferentes y difíciles para la flora y la fauna. Con cada espacio construido se cambia el clima de la ciudad, se ele-va la temperatura, se produce menor humedad, se contaminan el aire y los ríos, se compacta o se pavimenta el suelo dificultando la aparición y so-brevivencia de las especies vegetales.

La ciudad es un espacio construido que com-pite con las formaciones vegetales al negar has-ta los espacios mínimos reglamentados para las riberas y cuencas de sus ríos. Nuestra ciudad, y en especial sus autoridades ambientales, vienen

1 En Secretaría de Gobierno, CLE, OSSO 1.996. Plan para la Miti-gación de Riesgos en Cali, Municipio de Santiago de Cali. Editor: Ob-servatorio Sismológico del Sur Occidente - OSSO. Feriva Impresores, Cali, 1996.

Capítulo II Los árboles en la ciudad de Calí

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realizando una importante campaña de revege-talización arbórea en la ciudad y reglamentando el manejo, uso y conservación de la flora y fauna citadinas.

de mejor calidad y una ciudad ambientalmente más sustentable.

Santiago de Cali debería tener como mínimo 766.000 árboles urbanos, por lo tanto presenta-mos un déficit de 570.000 habitantes arbóreos, que debemos empezar a resolver sembrando adecuada y óptimamente de acuerdo a la esté-tica, a las condiciones ecológicas diversas de la ciudad y a la biodiversidad nativa.

Los árboles y toda vegetación arbórea son ex-celentes organismos vivos y grandes amigos de la humanidad. Los árboles trabajan para nosotros 24 horas todos los días para mejorar nuestro ambiente y nuestra calidad de vida. Sin árboles, la ciudad es un paisaje estéril de concreto, ladrillo, vidrio, acero y asfalto.

Los árboles son bienes mayores en ciudades y pueblos de América. Así como las calles, las ace-ras, los alcantarillados, los edificios públicos y las áreas recreativas son parte de la infraestructura de una comunidad, los árboles también son pa-trimonio público. Los árboles son bienes impor-tantes que cumplen una función social ecológica que implican obligaciones y por lo tanto requie-ren cuidado y mantenimiento al igual que otras propiedades públicas. Un arbolado urbano bien administrado contribuye al sentimiento de orgu-llo de comunidad y de pertenencia.

El árbol es el elemento natural más impor-tante y protagonista permanente en el espacio urbano. Con sembrar árboles adecuados para nuestra ciudad reconstruimos un medio ambien-te más natural y amable con la vida. Aves, insec-tos y otros animales silvestres son atraídos a es-tos espacios. Siempre estarán allí para nosotros si sabemos respetarlos, cuidarlos y conservarlos.

Por todos y cada uno de los beneficios que nos ofrecen los árboles, tanto económicos, cul-turales, sociales, ecológicos y ambientales, se hace necesario aumentar la población de árboles urbanos, su propagación, cuidado y conservación para el futuro de la vida humana y demás seres vivos que comparten la ciudad con nosotros.

FACTORES CRÍTICOS QUE AFECTAN A LOS ÁRBOLES:

1. Espacio vital reducido. Sólo pavimento y cemento.

2. Suelos compactados o en escombreras.

3. Contaminación del suelo, el aire y los cursos de agua.

4. Disminución de la materia orgánica del suelo.

5. Destrucción de raíces y ramas por construcciones.

6. Sequías prolongadas y lluvias torrenciales.

7. Plagas y enfermedades.

8. Una comunidad indolente.

9. Ausencia de políticas y programas estatales para su protección y promoción a largo plazo.

El DAGMA (2006) en una actualización del inventario de las coberturas vegetales, presenta unas cifras preocupantes para la ciudad de Cali, que con una extensión aproximada de 14.000 hectáreas y una población de 2´320.000 de ha-bitantes humanos, sólo contiene un total de 193.000 habitantes arbóreos. Esto define un to-tal de 13.8 árboles por ha o un número muy bajo de 10 árboles por cada 150 personas (1 árbol por cada 11.5 personas). La Ciudad de Medellín pre-senta un árbol por cada 6 personas, el doble de la ciudad de Cali. Ambas cifras muy por debajo de la orientación de la Organización Mundial de la Salud -OMS- que recomienda mínimo un árbol por cada tres habitantes para conseguir un aire

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Selección de Especies: Criterios y Recomendaciones

Capítulo III¿Por qué y para qué quiero

sembrar un árbol en la ciudad?

Es una importante pregunta que debe ser contestada cada vez que queramos sembrar un árbol en un área verde de la ciudad. Múltiples respuestas son consideradas por los ciudadanos: por su historia, por bonita, por sus recuerdo, por protección, sombrio, por su frutos o flores, por nicho para aves y animales, por sensibilidad con lo vivo o simplemente por amor a la naturaleza. Cada respuesta a la pregunta ¿Por qué quiero sembrar un árbol? es válida e importante, ya que adquirimos un fuerte compromiso con estos se-res vivos. No se trata de sembrar por sembrar, el embellecer y sembrar árboles útiles para la ciu-dad, exige responsabilidad y obligaciones. Con cada árbol sembrado debemos establecer una relación de afecto y reciprocidad, de cuidado y protección y los árboles muy agradecidos nos de-volverán múltiples afectos y servicios.

Hay que tener siempre presente que un árbol es un gran ser vivo que facilita y permite nuestra permanencia en el planeta. Ellos, los árboles, ar-bustos, plantas, algas y demás organismos que realizan la “fotosíntesis” (que tiene la capacidad de convertir la energía del sol en alimento) logra-ron transformar la atmosfera primigenia de la tie-rra en un ambiente respirable para los animales y la humanidad entera. Sin ellos, no habría vida en el planeta Tierra.

Las especies utilizadas como árboles urba-nos son el resultado de un proceso de selección y adaptación (“domesticación”) prolongada de especies y variedades que han logrado adecuar-se, resistir y sobrevivir a los cambiantes y con-taminados ambientes urbanos. Aspectos como resistencia, adaptación, estética (forma y flora-ción), utilidad demostradas, además de su fácil reproducción hacen parte del acervo público en los procesos de “domesticación” urbana de es-pecies de flora.

Los aspectos más importantes para la selec-ción de una especie están en función del servicio principal que se quiere y las características que ofrece cada árbol, además del impacto visual que cause. Al seleccionar la especie apropiada, tendremos muchos años de placer y alegría sien-do responsables de la siembra, crecimiento y compañía de un “árbol amigo” o un “árbol hijo”, si así lo quieres llamar. Un árbol mal selecciona-do, nos causará desgaste, pérdida de tiempo y recursos.

Antes de sembrar un árbol siempre será bue-no consultar con un experto local, aunque al ob-servar detenidamente la flora de la localidad se pueden escoger las especies nativas mejor adap-tadas al medio y adecuadas a nuestro gusto.

Selección de un Árbol ¿Qué tipo de árbol?

En la selección o escogencia de un árbol se deben tener en cuenta sus condicionantes ecoló-gicos y condicionamientos estructurales.

Algunos condicionantes ecológicos para la se-lección de árboles, palmas y herbáceas en las zo-nas blandas y parques pueden ser los siguientes:

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2 Entre las especies nativas que se han referenciado como en vía de extinción encontramos: Mantecos, Burilicos, Agua-catillos, Higuerones, Algarrobos, entre otros.

3 Molina Prieto, Luis Fernando. 2007. “Arborizaciones urbanas en clima cálido” en Revista Nodo, Bogotá, Cundina-marca. http://www.biodiversityreporting.org/article.sub?docId=27810&c=Colombia&cRef=Colombia&year=2008&date=June%202007.

1. Que me guste y pueda asumir responsabi-lidades con el árbol que siembro para compartir con la ciudad. Que cada árbol me produzca asom-bro y encantamiento, que cada árbol sea visual-mente atractivo, agradable y placentero.

2. Sólo debo sembrar especies adaptadas a las condiciones de mi ciudad zona plana o de la-dera, norte o sur de Cali, teniendo en cuenta las diferencias ecológicas (disponibilidad de agua, humedad, temperatura, brillo solar, tipo de sue-lo) y a las condiciones reglamentarias para cada sitio. Que sea fácil de propagar. Entre estas ca-racterísticas, destacamos:

Vitalidad: que sea un árbol originado de un buen ejemplar “padrón” y que en su germinación y traspaso a la bolsa se haya desarrollado sana-mente. En general, se requieren árboles perennes que al garantizarles los mínimos requerimientos logren una buena perdurabilidad o longevidad en la ciudad.

Resistencia y tolerancia: a las condiciones cli-máticas más extremas que ocurren en los diferen-tes períodos de lluvia o de sequía en la ciudad.

Sanidad: realizar un reconocimiento local o in-vestigar si en estado natural o en los alrededores del sitio de siembra no se presentan árboles adul-tos con problemas de plagas ni de enfermedades.

3. Preferiblemente se deben sembrar espe-cies nativas del bosque seco tropical o premon-tano, mejor si son típicas del valle geográfico del río Cauca, y de manera especial si son especies endémicas (únicas de nuestra región), de gran interés ecológico, en extinción2 o amenazadas, teniendo en cuenta criterios paisajísticos y las reglamentaciones urbanas. Las especies nativas están mejor adaptadas, son tolerantes a cambios de clima, son amigables con la diversidad de fau-na. Las especies nativas son óptimas para la con-formación de corredores ambientales y lograr la conectividad de ecosistemas fragmentados por el desarrollo urbano.

Las ciudades de clima cálido en Colombia pre-sentan las mismas especies y de manera crítica predomina una homogeneización del arbolado urbano con especies ornamentales introducidas, perdiendo biodiversidad, autenticidad e identi-

Acacia amarilla Almendro Árbol nim

Ceibo dominico Flamboyán

Lluvia de oroMirto

Oití Patevaca

Tulipán africanoPalma areca

Palma c. de pescado Palma fénix

Palma paraíso Palma real

Cassia siamea Terminalia catappa Melia indica Erythrina indica Delonix regia Cassia fístula Murraya exotica Licania tomentosa Bauhinia variegata Spathodea campanulata Crysalidocarpus lutescens Caryota mitis Phoenix canariensis Veitchia merrillii Roystonea regia

Adaptado de Molina (2007)

Especies Ornamentales Introducidas o Exóticas predominantes

en seis ciudades de clima cálido:Cali, Bucaramanga, Medellín, Villavicencio, Cúcuta y Palmira

dad arbórea. Evita sembrar especies exóticas, pueden terminar desplazando a las especies nati-vas, como se documenta para Cali (59%), Bucara-manga (58%), Medellín (53%), Villavicencio (53%), Cúcuta (52%) y Palmira (50%). En esta investiga-ción de Molina (2007)3 demuestra que los pro-gramas de arborización urbana se han basado principalmente en la introducción de especies de árboles originarios de otras regiones y continen-tes, especies introducidas que paulatinamente han desplazado a las nativas. En consecuencia, las calles de muchas ciudades colombianas de clima cálido se encuentran arborizadas con espe-cies asiáticas y africanas, como la Acacia amarilla - Cassia siamea, el Ficus - Ficus benjamina, el Flam-boyán - Delonix regia, incluso y pese a que las dos últimas han demostrado su inoperancia en espa-cios urbanos debido a que sus raíces obstruyen y dañan las redes de acueducto y alcantarillado de calles y avenidas; al tiempo que otras, como el Tulipán africano - Spathodea campanulata, son reportada por la UICN (Unión Mundial para la Na-turaleza) como una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo.

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4. Es Importante fomentar la mayor diversi-dad de especies, como medio para asegurar el patrimonio arbóreo ante el riesgo de plagas, así como para diversificar y caracterizar cada paisa-je, adecuando las especies a las posibilidades que ofrece cada ambiente, cada calle, cada barrio, para su correcto desarrollo. Un mayor número de especies de flora atraerá un mayor número bio-diversidad asociada a pesar de que espacios con mucha heterogeneidad producen la sensación de un paisaje desordenado. Por regla general se reco-mienda sembrar la especie predominante o la espe-cie más singular, caracterizando una cuadra, barrio o comuna, constituyendo una cobertura vegetal de conjunto. Especies singulares en la ciudad de

Cali son: Samanes, Ceibas, Cadmias, Guayacanes, Acacias, Palmas, Cauchos y Chiminangos. Tener en cuenta también que algunas especies podrían dar la idea de estar sobresembradas en la ciudad.

5. Preferiblemente que tengan una utilidad urbana específica, en especial que produzcan hábitat y alimento para avifauna, mamíferos u otras especies adaptadas al ambiente urbano, y que aporten conectividad con otros espacios ver-des en orientación a la construcción de corredo-res ecológicos de biodiversidad o cualquier otra característica relevante, como la protección de cuencas y riberas de los ríos, u otras ambientales, arquitectónicas o de ingeniería.

Las condicionantes estructurales de un árbol es-tán definidas por las características genéticas y mor-fológicas de cada especie, lo que garantiza una forma, un arreglo y una adaptación específica. La estructura de un árbol está constituida por tres sistemas o com-ponentes básicos (la raíz, el tallo y las hojas):

a. El sistema radical o las raíces son la parte del árbol bajo tierra. Cumplen dos funciones vitales, una de alimentar el árbol a través de la absorción y con-ducción de agua y nutrientes del suelo, y otra de an-claje, equilibrio y agarre del árbol.

La mayoría de los árboles tienen una raíz principal y muchas raíces secundarias. Algunos árboles produ-cen raíces especiales que ocasionan daños a infraes-tructura en las ciudades y por lo tanto debe conocerse como crecen y profundizan para cada árbol.

b. El sistema del fuste o el tronco es la estructura del árbol que separa las raíces de la copa, donde se sitúan las ramas y las hojas. Tiene como función el sostenimiento del árbol y la conducción del agua y nutrientes a través de la savia. Define el tamaño final de un árbol adulto.

c. El sistema del follaje o las hojas y ramas es una de las partes más importantes de los árboles, encargadas de la respiración y la transpiración vege-tal, así como de producir los alimentos (en el proceso llamado fotosíntesis). Los árboles y plantas son unos maravillosos organismos vivos: nacen, crecen, se ali-mentan, se nos entregan, nos sirven de mil maneras, se reproducen y también mueren.

El follaje o copa definen la coloración típica y la forma final (silueta) del árbol si ha tenido un buen manejo.

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Selección de las Especies ¿Cuál árbol sembrar?

Un aspecto básico en la selección de una espe-cie es conocerla de antemano y reconocerla en el territorio. Se debe obtener la mayor cantidad de información sobre la especie seleccionada, inclu-so de las características desfavorables o dificulta-des a presentarse en el futuro, por senescencia o muerte de ramas, o problemas previsibles con

Vitalidad:Área:

Crecimiento:Tamaño:

Silueta:Soporte:

Requerimientos:

¿Es susceptible a plagas? ¿Cuándo puede durar este árbol? ¿Cuánto espacio tengo para el árbol? ¿A lo alto, ancho y subsuelo?¿Cuánto tarda en crecer, florecer y fructificar?¿Qué tan alto y ancho va a crecer este árbol?¿Cómo es la forma final del árbol?¿Cuál es la forma y profundidad de sus raíces? ¿Cuáles son las necesidades específicas de suelo, agua, viento, luz, resistencia al volcamiento?

Finalmente en la selección de árboles urbanos, y relacionado con el punto anterior al realizar una se-lección y óptima siembra debemos:

Conocer la especie:Adaptación de la especie:

Seleccionar el ejemplar:Selección del sitio de siembra:

Distancias de siembra:Densidad de árboles:

Forma y profundidad de las raíces:

Características biológicas y ecológicas.Respuesta a los suelos, clima y espacios locales.Buen crecimiento, saludable y sin daños.Ubicación correcta. Óptima distancia para cada especie.Número adecuado de árboles por área. Fundamental para ubicar sitio de siembra.

Dónde Sembrarlos - El EspacioEl espacio (el dónde) es el más crítico de los

factores de localización y siembra de los árbo-les urbanos. Debemos asegurar que cada árbol sembrado tenga suficiente espacio para crecer y ningún tipo de impedimento de estructura ur-bana. Están rodeados y limitados físicamente por edificios, casas, calles, cableado aéreo y tuberías subterráneas; por eso, siempre que sembremos un árbol debemos prever cómo será en el futu-ro, qué espacio ocupará y qué riesgos podrían producir. Según el desarrollo radicular de cada

especie, existen árboles con un sistema radicular agresivo capaces de romper cimientos, levantar andenes y pavimento y dañar tuberías sanitarias si son plantados en lugares inadecuados.

Por esto es importante conocer plenamente el tamaño general del árbol en su madurez, su crecimiento, altura, forma, tipo de raíz, etc., para evitar daños a la infraestructura urbana o la rea-lización de podas severas e innecesarias a los ár-boles.

su vecindario. Es bueno consultar con sus vecinos las posibles molestias que pueda causar la especie escogida, problemas como pérdida de visibilidad, mayor oscuridad, producción de hojarasca (“basu-ra”), raíces invasoras u otros riesgos para la infra-estructura local. Algunas condicionantes estructu-rales en la selección de especies urbanas son:

Cómo Sembrarlos - La Forma o el DiseñoLos árboles urbanos pueden ser sembrados en

forma aislada, lineal o integrando grupos en un di-seño predeterminado, en los espacios verdes urba-

nos o formando alineaciones en las áreas blandas de avenidas y calles. Los árboles deben sembrarse con gusto estético y en armonía urbanística.

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Cómo Sembrarlos - El Cómo y el Dónde

Para asegurar el éxito de la siembra de ár-boles en la ciudad, expertos recomiendan los si-guientes aspectos:

SELECCIONAR EL EJEMPLAR ¿Cómo escoger el plantón o colino?

1. Es preferible que los plantones (árboles o palmas) seleccionados estén sembrados en bol-sas contenedoras de tamaño adecuado, mínimo de 5 kg.

2. Las plantas deben presentar buen estado de desarrollo, un tronco recto, porte normal, ra-mificado y bien conformado. Es preferible que tengan una altura superior para siembra de 1,30 m y con poda de formación inicial efectuada, para facilitar que el árbol se bifurque a partir de esa altura como mínimo, dependiendo del criterio paisajístico y silueta de la especie.

No seleccione un árbol al que hayan desco-pado o cortado la parte superior del tronco o las ramas principales, porque a futuro presentará problemas de mantenimiento. Tampoco hay que seleccionar árboles con troncos múltiples o codo-minantes.

3. Cada ejemplar escogido debe tener el siste-ma radical perfecto, completo y proporcionado al porte. Los árboles que llevan sembrados mucho tiempo tienden a quedarse restringidos al espa-cio y atrofian sus raíces. Preferiblemente deseche aquellos ejemplares que hayan desarrollado raí-ces circulares o estranguladas, o cuya raíz princi-pal haya roto la bolsa y este torcida o quemada por el sol. La disposición del Sistema Radicular en la bolsa es clave para el futuro desarrollo del ár-bol y, al igual que la disposición de las ramas, se puede “direccionar” en sus primeras etapas.

4. Especies sanas, de desarrollo normal que no presenten daños mecánicos ni presenten sín-tomas de carencias nutricionales ni estrés por otros factores ambientales y de plagas o enfer-medades. Asegúrese de que el árbol sea fuerte y vigoroso, que sus hojas estén sanas y de buen color, libre de plagas y enfermedades. El tronco principal y las ramas no deben tener heridas, grie-tas, corteza descolorida o emanar savia.

5. Debe mantener los ejemplares a sembrar siempre en un lugar fresco y atemperado, y man-tener las raíces húmedas. Garantice que en algu-nas horas del día le llegue la luz directa del sol, para que el ejemplar se vaya adaptando; si no, se “ablanda” y le “pega” muy duro el trasplante, con la posibilidad de su pérdida. Seleccione los si-tios y siembre lo más pronto posible.

SELECCIONAR EL SITIO

Al tomar la decisión de adoptar y sembrar un árbol, el paso siguiente es definir el sitio de siem-bra adecuado para su óptimo desarrollo. Debes elegir el sitio donde te gustaría plantarlo y evaluar las condiciones presentes y futuras del mismo.

Antes, y conociendo las características parti-culares de la especie escogida, tales como tipo de raíces, altura, porte y forma adulta del árbol, se deben prever los posibles riesgos y daños al ca-bleado urbano (eléctrico, telefónico o TV-cables) y a las instalaciones subterráneas (acueducto, al-cantarillado, gas, etc.), además de prevenir los da-ños y fracturas a las aceras, cimientos y paredes de casas y edificios. Esto evitará, incluso daños futuros al propio árbol. Cómo espacio antrópico, “la ciudad” no dudará en podar drásticamente o sacrificar el árbol. Mejor realizar una consciente y adecuada selección del sitio de siembra.

Escogido el espacio y definido el sitio de siem-bra, el hoyo o hueco para ella debe realizarse mí-nimo con 15 días de anticipación para permitir la aireación del suelo y que los rayos solares ayuden a desinfectar el suelo de posibles agentes patóge-nos que puedan afectar el árbol recién sembrado. No olvide colocar un aviso, señal, posteadura o cerco para evitar caídas de personas o mascotas.

Cavar el hueco: un árbol joven necesita espacio para desarrollarse al máximo de sus posibilidades. El tamaño del hoyo debe tener como mínimo una dimensión de 40 x 40 x 40 cm. Por lo general se recomienda realizar un hueco del doble de ancho y profundidad del cepellón4 y se llena con una mez-

4 Cepellón: conjunto de tierra que queda adherida a las raíces de una planta al quitar la bolsa para trasplantar.

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PREPARAR EL SUELO

A los árboles y arbustos recién plantados les gustan los suelos sueltos que faciliten el drenaje y desarrollo del sistema radicular. Algunas per-sonas recomiendan añadir al hueco enmiendas, humus o abonos orgánicos; estos inoculan micro-flora (micorrizas) y microfauna benéfica que fa-vorecen el crecimiento de las plantas. Sin embar-go, la tendencia actual es rellenar el hueco con la misma tierra que se quitó, mejorando un poco con abonos orgánicos para garantizar un sistema de raíces más fuertes y adaptadas al suelo. Es pre-ciso que los abonos orgánicos estén muy secos y “maduros” (el estiércol o gallinaza fresca por ejemplo puede quemar las raíces por el calor que genera al descomponerse y la liberación de nitri-tos y nitratos en el proceso).

Definitivamente, y para no ahondar en gastos, se recomiendan los abonos orgánicos. Evitemos usar abonos químicos para mejorar el suelo. Los fer-tilizantes químicos son costosos corriendo el ries-go de quemar los árboles jóvenes que tienen raíces muy delicadas, siendo rápidamente degradados, lo

cla generosa de abono orgánico maduro, sino lo está, rellenar mínimo un mes antes de trasplan-tar, mientras la materia se “madura”, para que no afecte el sistema radicular de la planta. Si el sitio contiene escombros, realice un hoyo más ancho y profundo. Remueva el escombro y deposite una mezcla de suelo de buena calidad.

Existe una variada lista de tamaños de huecos para siembra de árboles y palmas. Lo importante es que el hueco doble en tamaño el área del cepe-llón, así como la disponibilidad y ganas de efectuar una buena siembra. Para trasplantar un árbol a un suelo distinto y a pleno sol, después de venir de muchos cuidados en un vivero, se le debe garanti-zar un suelo más suelto y con buena humedad.

Tamaño del hueco1.5 x 1.5 x 1.5 m1.2 x 1.2 x 1.2 m0.60 x 0.60 x 0.60 m0.60 x 0.60 x 0.60 m0.40 x 0.40 x 0.40 m

Tipo de plantaPalmeras y árboles muy grandes

Árboles grandes a trasplantarArbustos grandes

Árboles jóvenesArbustos y plantas jóvenes

Tamaño de los huecos de siembra según el tipo de plantas

que no garantiza la disponibilidad a los nutrientes por largo tiempo como los abonos orgánicos.

ABONAMIENTO, RELLENO y SIEMBRA

Nunca tome un plantón por el tronco. Mien-tras sostiene cuidadosamente el árbol, rasgue o retire completamente la bolsa plástica, sin quitar la tierra que lo contiene, esto facilita una rápida adaptación al nuevo medio ya que se planta con la misma tierra en la que crecieron. Nunca expon-ga las raíces a recibir luz solar directa y evitar su deshidratación por falta de riego. Riegue abun-dantemente una vez lo siembre para humedecer las raíces y desalojar espacios de aire en el suelo.

Antes de rellenar, remueva todos los alam-bres, pedazos de plástico, cabuya o elementos que puedan dañar las raíces. Si tiene raíces circu-lares o estranguladoras, córtelas sin quitar mu-cha raíz. Afloje las raíces restantes un poco, de ser necesario.

Deposite el árbol en el centro del hueco, man-téngalo bien derecho y rellene el agujero con el resto del suelo, apriete la tierra cuidadosamente con las manos o pies para no dejar espacios de aire, que pueden podrir (oxidar) la raíz. Asegure que esté nivelada la parte superior de las raíces del árbol con el nivel del terreno.

Si el terreno es muy húmedo, siembre el árbol en un montículo de tierra más alto que la superfi-cie del suelo; y si el terreno es seco, siembre el ár-bol en una hondonada más baja que el suelo alre-dedor. (Ver Figura 2.) Asegúrese de que la tierra cubra las raíces; éstas deben encontrar un apoyo firme conforme crezca el árbol.

Figura 2. Siembra según el terreno (FAO, 2000)

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ÉPOCA DE SIEMBRA

Siempre será preferible sembrar árboles ur-banos con las mejores condiciones climáticas, las cuales se dan al inicio de las dos temporadas de lluvia cuando ya hay buena humedad y disponibi-lidad de agua en el suelo, en otra época se debe disponer de riego adicional. Es bueno conocer las necesidades y tolerancia de las especies escogi-das en las condiciones extremas del clima, princi-palmente la temporada de mayor sequía.

RIEGO

Si las lluvias son escasas se debe estar pendien-te de garantizar su riego permanente, al menos durante los dos primeros meses de la siembra. Se recomienda tener la disponibilidad de suministro de agua próximo al sitio de siembra en caso de ser necesario. Un método artesanal es utilizar los en-vases plásticos de gaseosas de 2 o más litros, reali-zar unos orificios a la tapa, llenarlos de agua y colo-carlos de punta en la base próxima de los árboles sembrados para garantizar un riego controlado.

Las técnicas más efectivas de mejorar las po-sibilidades de éxito durante la siembra es la incor-poración de sustratos orgánicos que mejoran la presencia de la materia orgánica en el suelo.

TUTORADO, SOMBRA y CERCA PROTECTORA

El árbol recién sembrado debe poder mante-nerse derecho por sí solo, pero por estrés del cam-bio al suelo directo y otras condiciones, es posible que no tenga un sistema estructural fuerte y nece-site soporte adicional después de sembrado.

Se debe colocar un tutor para protección, de fractura o rompimiento por vientos, además de garantizar la protección para posibles daños por animales y personas, en especial los cortes o gol-pes producidos con las guadañas. Si se colocan estacas, no las entierre en la tierra contenedora del árbol. Asegure el árbol a la estaca con una banda ancha de un material blando como hule de neumático o cabuya (fique).

Nunca use alambre. Las estacas son para evi-tar que el árbol se doble o lo derribe el viento, es un apoyo mientras sus raíces se establecen, no es para sostenerlo ni enyesarlo. No amarre muy fuerte el árbol a las estacas, debe permitirle mo-vimiento. Una vez establecido o “prendido” el árbol, remueva las estacas y amarres.

También existen unos productos que al ser colocados al momento de la siembra facilitan el almacenamiento de 500 o 1000 veces su peso en agua, como los geles; al aumentar la disponibili-dad de ésta, permiten el rápido crecimiento del sistema radicular asegurando su implantación. Si puede usar gel hidroretenedor, se recomienda hidratarlo y colocarse cerca de las raíces tanto laterales como pivotantes, esto ayudará un poco a equilibrar la ausencia de riego, pero no lo reem-plaza.

Sistema artificial de riego pos-siembra

Soporte y protección de siembras

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Se puede agregar una capa de mulch (troncos y hojarasca) alrededor de donde se plantó. Esta capa ayudará a conservar la humedad, dificultará el crecimiento de malezas y mantendrá una tem-peratura constante del suelo. Con el tiempo estas capas se descomponen incorporando nutrientes al suelo.

En lo posible hay que garantizar una mínima sombra de adaptación en las primeras semanas, por su poco enraizamiento y absorción de hume-dad el sol puede resecarlo.

AbonAMiento - FertiLizAción

El abonamiento debe realizarse con abonos orgánicos naturales. Preferiblemente no hay que usar productos químicos para no contaminar los espacios verdes ni los acuíferos de la ciudad.

Considerando estos factores en forma ade-cuada más una buena época de siembra y un mantenimiento apropiado, se tendrá una mayor posibilidad de lograr los objetivos deseados al sembrar vida en la ciudad y mejorar la calidad de vida de los vecinos. Sombra y protección (FAO, 2000)

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Capítulo IVMantenimiento, Cuidado y Protección

El mantenimiento de un árbol debe conside-rarse bajo sus dimensiones biológicas, ecológi-cas, culturales, económicas y sociales. Mínimo, como “padrino” y responsable del árbol debo re-visarlo permanentemente en sus primeros meses de desarrollo y crecimiento, teniendo en cuenta los recursos económicos y tiempo. La demanda mayor en su primera etapa es el riego y el cuida-do de daños o actos vandálicos de terceros.

Una época de mayor cuidado es la temporada de verano por el estrés de falta de humedad. Revise si se presenta marchitamiento de hojas o si el suelo

está duro y con grietas. Si es así, espere la noche, riegue el árbol lentamente dejando que la tierra ab-sorba el agua y coloque una cubierta de hojarasca para mantener la humedad por mayor tiempo, esto facilita el desarrollo de raíces profundas.

No se recomienda la aplicación de fertilizan-tes en árboles recién sembrados. Su uso podría ser beneficioso dependiendo del tipo de suelo, de las condiciones de crecimiento y la deficiencia de algún nutriente. Para eso es mejor consultar con un experto. Un uso excesivo de fertilizante puede matar el árbol.

Los daños principales a los árboles urbanos son:

1. Selección equivocada de la especie y el sitio de siembra.

2. Mala nutrición, sequía o encharcamiento.3. Daños causados por indolencia, vandalismo o accidentes.4. Daños por la contaminación del suelo, aire y el agua.5. Daños por plagas y enfermedades.6. Daños provocados por malas prácticas de poda y quemas.

Acacia rompiendo muro sobre zona blanda.

Quemas de hojarasca cerca de árboles

Caucho con raíces aéreas invasoras

Chiminango abrazando un poste de energía

Tallo herido de un Chiminango

Raíces de un Castaño del Chocó encementadas

Alambre tensor de cableado de TV, introducido en un tallo de Ficus.

Ficus en zona blanda reventando el andén y pasando raíz por encima del mismo.

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