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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA DENDROLOGY AND ARCHAEOLOGY: HUMAN AND CLIMATIC SIGNS ON TREE-RINGS Y. Carrión Marco 1 1. Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universitat de València. VI CONGRESO IBÉRICO DE ARQUEOMETRÍA 273 RESUMEN La Dendrología es la ciencia que estudia la morfología de la madera y de los anillos de creci- miento de los vegetales. Éstos reflejan la historia del crecimiento de la planta, de manera que registran cualquier evento de orden climático, mecánico o antrópico que altere este crecimiento. Esta disciplina resulta de gran interés, no sólo para la obtención de series climáticas y medioam- bientales, sino también para conocer los usos y sistemas de explotación humana de los recursos vegetales. En este artículo presentamos algunos ejemplos de aplicación del análisis dendrológico al carbón procedente de estructuras constructivas de diversos yacimientos arqueológicos, con el objetivo de discernir los signos climáticos registrados en los anillos de crecimiento, así como los sistemas de explotación humana de la madera, desde su selección en el campo y su tratamiento, hasta los diversos usos a que es destinada. PALABRAS CLAVE: Dendrología, anillos de crecimiento, madera de construcción, series climáti- cas, explotación humana. ABSTRACT Dendrology studies wood morphology and tree-rings dynamics. These ones reflect the growth history of the plant, as a record of any climatic, mechanic or anthropogenic events, which alters its normal growth rythm. Dendrology is not only focussed on climatic and environmental series, but also on human use and management of the vegetal resources. In this paper, we present several dendrological studies applied to timber from archaeological sites, in order to know any climatic sign registered on the wood structure, and the patterns of human exploitation. KEYWORDS: Dendrology, tree-rings, timber, climatic series, human management. LA FORMACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL REGISTRO CARBONIZADO En el registro arqueológico, la madera se con- serva únicamente en condiciones de humedad o aridez extremas o en medios anaeróbicos (Pétre- quin, 1997; Bosch, et al. 2000), pero fuera de estos ambientes desaparece si no ha sufrido un proceso previo de carbonización. La aparición de madera fresca en un yacimiento constituye un caso excepcional, sobre todo en ámbito medite- rráneo, donde las condiciones ambientales no son propicias para su conservación. En el proceso de carbonización se pueden distinguir cuatro fases sucesivas: la deshidratación, la torrefacción, la pirólisis o carbonización y la cumburación. Duran- te las dos primeras, la madera pierde el 35% de su peso total, en forma de vapor de agua, de gas carbónico y diversos componentes orgánicos. Si la combustión se detiene en la torrefacción, los frutos y las semillas conservan su morfología externa y por tanto su identificación botánica es posible. La combustión en sentido estricto com- prende la pirólisis y la cumburación, que se suce- den rápidamente a partir de los 270º C, con la desintegración química de la celulosa y la lignina. Así pues, si en la fase de pirólisis se interrumpe el aporte de oxígeno y la combustión se detiene, se produce la calcinación y la formación de carbo- nes (Bourquin-Mignot et al. 1999: 52; Badal et al. 2003). La madera conserva su estructura interna cuando está torrefactada o carbonizada, de manera que la identificación botánica es posible. En caso de que la temperatura llegue a 700º C, el proceso se completa con la cumburación, que reduce las brasas a cenizas.

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DELA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

DENDROLOGY AND ARCHAEOLOGY: HUMAN AND CLIMATIC SIGNS ON TREE-RINGS

Y. Carrión Marco1

1. Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universitat de València.

VI CONGRESO IBÉRICO DE ARQUEOMETRÍA 273

RESUMEN

La Dendrología es la ciencia que estudia la morfología de la madera y de los anillos de creci-miento de los vegetales. Éstos reflejan la historia del crecimiento de la planta, de manera queregistran cualquier evento de orden climático, mecánico o antrópico que altere este crecimiento.Esta disciplina resulta de gran interés, no sólo para la obtención de series climáticas y medioam-bientales, sino también para conocer los usos y sistemas de explotación humana de los recursosvegetales.

En este artículo presentamos algunos ejemplos de aplicación del análisis dendrológico al carbónprocedente de estructuras constructivas de diversos yacimientos arqueológicos, con el objetivo dediscernir los signos climáticos registrados en los anillos de crecimiento, así como los sistemasde explotación humana de la madera, desde su selección en el campo y su tratamiento, hasta losdiversos usos a que es destinada.

PALABRAS CLAVE: Dendrología, anillos de crecimiento, madera de construcción, series climáti-cas, explotación humana.

ABSTRACT

Dendrology studies wood morphology and tree-rings dynamics. These ones reflect the growthhistory of the plant, as a record of any climatic, mechanic or anthropogenic events, which altersits normal growth rythm. Dendrology is not only focussed on climatic and environmental series,but also on human use and management of the vegetal resources.

In this paper, we present several dendrological studies applied to timber from archaeologicalsites, in order to know any climatic sign registered on the wood structure, and the patterns ofhuman exploitation.

KEYWORDS: Dendrology, tree-rings, timber, climatic series, human management.

LA FORMACIÓN Y CONSERVACIÓN DELREGISTRO CARBONIZADO

En el registro arqueológico, la madera se con-serva únicamente en condiciones de humedad oaridez extremas o en medios anaeróbicos (Pétre-quin, 1997; Bosch, et al. 2000), pero fuera deestos ambientes desaparece si no ha sufrido unproceso previo de carbonización. La aparición demadera fresca en un yacimiento constituye uncaso excepcional, sobre todo en ámbito medite-rráneo, donde las condiciones ambientales no sonpropicias para su conservación. En el proceso decarbonización se pueden distinguir cuatro fasessucesivas: la deshidratación, la torrefacción, lapirólisis o carbonización y la cumburación. Duran-te las dos primeras, la madera pierde el 35% desu peso total, en forma de vapor de agua, de gas

carbónico y diversos componentes orgánicos. Sila combustión se detiene en la torrefacción, losfrutos y las semillas conservan su morfologíaexterna y por tanto su identificación botánica esposible. La combustión en sentido estricto com-prende la pirólisis y la cumburación, que se suce-den rápidamente a partir de los 270º C, con ladesintegración química de la celulosa y la lignina.Así pues, si en la fase de pirólisis se interrumpeel aporte de oxígeno y la combustión se detiene,se produce la calcinación y la formación de carbo-nes (Bourquin-Mignot et al. 1999: 52; Badal et al.2003). La madera conserva su estructura internacuando está torrefactada o carbonizada, demanera que la identificación botánica es posible.En caso de que la temperatura llegue a 700º C, elproceso se completa con la cumburación, quereduce las brasas a cenizas.

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La presencia de carbón o madera en un yaci-miento es la evidencia directa de la utilización delos recursos vegetales por parte de los gruposhumanos con diversos fines. En un yacimientoarqueológico se puede encontrar el carbón (y oca-sionalmente la madera) de dos formas: dispersopor los estratos, o concentrado en estructurasarqueológicas. Algunos de los mejores registroscarbonizados se dan en niveles de incendio en losque se conservan elementos constructivos enmadera. Efectivamente, los yacimientos en losque se centra este artículo (Fig. 1) tienen encomún su destrucción a causa de un incendio queha preservado grandes cantidades de materialesorgánicos, entre ellos la madera.

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 1. Mapa de localización de los yacimientos de estudio.

En este trabajo presentamos los resultados,algunos de ellos aún preliminares, del análisisdendrológico realizado en cuatro yacimientosarqueológicos de cronología y localización geográ-fica diversas: el dolmen de Tres Montes (Campa-niforme, en las Bardenas Reales, Navarra), elCabezo de la Cruz (Edad del Bronce, en, Zarago-za), Segeda (Ibérico, en Mara, Zaragoza) y OCastelo (Romano, en Ourense). Todos ellos tienenen común la evidencia de al menos un fuego quedejó grandes cantidades de materia orgánica car-bonizada.

En el Cabezo de la Cruz se han recuperadonumeroso postes de madera, la mayor parte deellos carbonizados, aunque en ocasiones esta car-bonización es parcial y afecta únicamente a laparte del poste que ha estado en contacto direc-to con el fuego. Es el caso de algunos postes decimentación localizados junto a las paredes deadobes, que por su situación se han preservadosin carbonizar, salvo la parte externa, que mues-tra las huellas del fuego (Fig. 2).

En el dolmen de Tres Montes, se han documen-tado una serie de postes perimetrales adosados ala pared excavada. Éstos presentan estados deconservación muy diversos: algunos se encuen-

tran muy bien conservados aunque siempre frag-mentados, mientras que otros son poco más queuna impronta cenicienta en la pared (Fig. 3).

Fig. 2. Poste de madera adosado a un muro de adobe de laCasa 2 del Cabezo de la Cruz.

Fig. 3. Estado de los postes perimetrales del dolmen deTres Montes (foto J. Sesma).

La madera que se conserva sin carbonizar pre-senta generalmente un avanzado estado dedegradación provocada por el ataque continuo demicroorganismos xilófagos (hongos, bacterias,carcoma, etc.). Éstos se alimentan de celulosa,lignina y otras sustancias, llegando a desintegrarfinalmente la estructura celular vegetal y hacien-do a veces difícil su identificación botánica. La

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presencia de hongos de descomposición se obser-va en la existencia de los filamentos del micelio,cuyo ataque da lugar a células deformadas, conaspecto sinuoso y dentado, zonas lagunares pro-vocadas por la fractura de las células, etc., quedan al carbón una apariencia esquelética y deses-tructurada (Théry, 2001; Blanchette, 2000). Porotro lado, las galerías de los insectos xilófagosson visibles a pocos aumentos y pueden alcanzardimensiones considerables. La figura 4 muestraalgunos ejemplos del ataque de microorganismosa la madera de construcción.

MÉTODO DE RECOGIDA Y ANÁLISIS

Como se ha mostrado, incluso en los casos enque los elementos constructivos aparecen total-mente carbonizados, el estado de conservaciónde todos ellos puede ser dispar. En el yacimiento,es muy importante individualizar cada uno de los

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 4. Ejemplos del ataque de microorganismos a la madera de construcción.

elementos constructivos (postes, vigas, troncos)y documentar bien su morfología, posición, rela-ción con otros elementos, etc., ya que durante elproceso de extracción y posterior tratamiento,puede sufrir un deterioro mayor si la conservaciónno es buena. Una vez en el laboratorio, y tras sudeterminación botánica, cada individuo es some-tido al análisis dendrológico.

La Dendrología se define como la identificacióny determinación de los caracteres morfológicosy taxonómicos de las especies leñosas (Kaennel ySchweingruber 1995: 72). Esta disciplina se inte-gra en el marco de la Dendrocronología, cuyaprincipal materia de estudio es la datación de losárboles a partir de sus anillos de crecimiento(Kaennel y Schweingruber 1995: 65). Éstos regis-tran también una información ecológica, climáticae histórica que se ha explorado sobre todo en lasúltimas décadas.

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La Dendrología se aplica tanto al estudio demaderas conservadas de época histórica como,sobre todo a partir de los años 90, al estudiode madera o carbón prehistóricos (Bernard 1998;Marguerie 1992, 1995a y b, 1998; Margueriey Marcoux 2001) con un doble objetivo: la obten-ción de una información de tipo etnográfico sobrela tala, uso y trabajo de la madera por los gruposhumanos, y ecológico, con la reconstrucción delas condiciones ambientales y forestales en lasque se desarrollaron los individuos estudiados.

La base del estudio dendrológico de la maderao carbón es la observación de los anillos de creci-miento de las especies vegetales. Cada uno deellos corresponde a un año de crecimiento de laplanta. Existe una relación entre la anchura de losanillos y el crecimiento anual real de la planta. Elanálisis dendrológico se basa en la idea de que lascaracterísticas fisiológicas de un árbol y su ritmomás o menos regular de crecimiento, puedenverse alterados por la acción de agentes tantointernos como externos (Munaut 1988) es decir,que además de los factores biológicos intrínsecosal propio individuo, éste se encuentra bajo lainfluencia de otros agentes tales como el clima, elgrado de desarrollo forestal de la formación en laque se encuentra, la acción de bacterias e insec-tos xilófagos o la actividad antrópica, entre otros(Marguerie 1992).

Algunos de los criterios que se analizan en elanálisis dendrológico son:� La curvatura de los anillos, que indica si la

madera procede de la parte central o exteriordel tronco y si se trata de un tronco de grancalibre o una rama (Hunot 2000: 12).

� La presencia de médula y/o corteza, que per-mite conocer el diámetro de la madera, asícomo la estación de tala de la misma.

� La presencia de madera de reacción, produci-da por el peso de los elementos no perpendi-culares al suelo, tales como ramas, troncosinclinados o encorvados, etc. (Kaennel ySchweingruber 1995).

� La presencia de grietas radiales de contraccióno la vitrificación de los tejidos se producendurante el proceso de combustión, y puedenser indicadoras del estado inicial de la maderarecolectada o de las propias condiciones de lacombustión (Marguerie 1992; Théry-Parisot2001).

� La presencia de galerías de insectos xilófagos ode la acción de hongos. La discusión más inte-resante al respecto radica en la posibilidad deconocer el estado de la leña recolectada por loshumanos, es decir, si se aprovechaba la leña

muerta del bosque. Sin embargo, la experi-mentación no ha logrado demostrar esta rela-ción, ya que la contaminación de la madera sepuede producir en diversas etapas de la vidadel árbol, o incluso durante el periodo de alma-cenamiento de la leña recolectada (Théry-Pari-sot 2001).

� Evidencias de trabajo antrópico de la madera.Esta materia prima ha sido trabajada por loshumanos desde época prehistórica. El perfectoestado de conservación de la madera en algu-nos yacimientos lacustres (Petréquin 1989,1997; Petréquin y Petréquin 1989; Bosch etal, 2000) ha permitido observar directamentelas marcas producidas por actividades de aba-timiento de troncos, preparación o acabado delas piezas de madera.

� La anchura media de los anillos de crecimientoes un reflejo directo del crecimiento del indivi-duo, y éste puede verse afectado por múltiplesfactores bióticos y abióticos.

EL MATERIAL DE ESTUDIO: LA MADERADE CONSTRUCCIÓN

LA SELECCIÓN DE LAS ESPECIES VEGETALESDel mismo modo que ocurre con la madera

utilizada en estructuras arqueológicas cerradasy especializadas, la madera de construcción seencuentra generalmente sometida a un cuidadosoproceso de selección de las especies utilizadas.Por este motivo, estos contextos con madera deconstrucción no resultan representativos a nivelecológico, ya que la recolección de la materiaprima se encuentra dirigida hacia determinadasespecies dependiendo de sus cualidades físicasy mecánicas. El conocimiento de las cualidades decada tipo de madera, es decir, su densidad, sudureza, su facilidad para ser trabajada, su resis-tencia a condiciones de intemperie o inmersión,etc., amplían las posibilidades de utilización deeste recurso.

La madera ha sido uno de los materiales orgá-nicos más utilizados para la construcción. Algunostestimonios excepcionales de la Prehistoria mues-tran ejemplos de la utilización de la madera comobase de la construcción de los hábitats, en losque se aprecia un gran dominio de las técnicasconstructivas y un perfecto conocimiento de lascualidades físicas y mecánicas de las especies uti-lizadas; entre estos ejemplos, los yacimientos lito-rales neolíticos de Clairvaux-les-Lacs y Chalain(Jura) (Pétrequin, 1997), La Marmotta (Fugazzolaet al. 1999) o La Draga (Bosch et al. 2000) consti-tuyen un conjunto de registros formidables.

Una tónica general observada en los yacimien-tos analizados en este trabajo es la utilización de

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un número muy reducido de especies vegetalespara la elaboración de los elementos constructi-vos de mayor tamaño, tipo postes, vigas, tablas,etc.

En Tres Montes, un único taxón fue empleadopara la elaboración de los postes, Juniperus sp.,cuya selección preferente pudo ser el resultado dediversas causas, bien por las propias cualidadesde la madera, como por su disponibilidad en elmedio inmediato al lugar. La ausencia de otrasespecies vegetales en el carbón de Tres Montesimpide realizar cualquier aproximación a la com-posición de las formaciones vegetales de la zona.Otros análisis paleobotánicos realizados en lazona señalan que, si bien es cierto que quedareflejado un medio árido y abierto, con escasavegetación, al menos los pinos están presentes enla zona, junto a otras especies de matorral (Iriar-te 1992, 2001). Sin embargo, éstos no fueron uti-lizados en la construcción del dolmen.

En O Castelo, se han recuperado dos tipos decarbón: fragmentos de gran calibre, procedentesprobablemente de la destrucción de elementosde madera de gran tamaño, y ramitas de peque-ño calibre. Entre los elementos de gran tamañose ha identificado un solo taxón, Quercus caduci-folio –con excepción de una pieza realizada enmadera de Fraxinus– mientras que entre lasramitas se han identificado Arbutus unedo, Ericasp., Leguminosae, Quercus suber y Salix sp. Seha constatado el dominio de calibres similares delas ramitas, a partir de especies de porte diferen-te, arbóreo y arbustivo, lo que corrobora unaintencionalidad en la selección del tamaño delmaterial utilizado. Efectivamente, de acuerdo conlos datos arqueológicos disponibles para elyacimiento, estas ramitas formaban parte funda-mentalmente del revestimiento de las paredes dediversas estructuras de almacenamiento (ÁlvarezGonzález y López González, 2000). Las ramaseran utilizadas sin ningún tipo de tratamiento,incluso sin descortezar, únicamente eliminandolas ramas secundarias, ya que no se han observa-do evidencias de la existencia de ramificaciones,además de seleccionarse varas rectas, uniformesy poco nudosas.

En el Cabezo de la Cruz los elementos cons-tructivos fueron realizados en las siguientesmaderas: Pinus halepensis (91,6 % del total),Quercus caducifolio, Quercus perennifolio, Salix-Populus y Tamarix sp., mientras que una mayorvariedad de especies fueron identificadas en otroscontextos arqueológicos.

Del mismo modo, en Segeda se ha recuperadomadera carbonizada correspondiente a la plata-forma de un “fortín” ibérico y sólo dos taxones sehan identificado en esta área del yacimiento,

Pinus nigra-sylvestris y Juniperus sp., aunque seha documentado una mayor variedad de especiesen contextos diferentes del yacimiento, incluyen-do otras especies de pino.

En general, parece que la selección de lasespecies a utilizar como materia prima para laconstrucción se realiza en base a sus cualidadesy al calibre requerido, pero también se prima sudisponibilidad y abundancia en el medio. Lospinos han sido frecuentemente identificados deforma dominante en los contextos de maderade construcción en el Mediterráneo (Carrión,2005; de Pedro y Grau, 1991; de Pedro, 1998;Grau, 1992; Rodríguez Ariza, 1992). Su maderaes densa y resistente, y generan fustes rectosy altos, muy adecuados para la elaboración deestructuras sustentantes o de cubiertas. En laszonas atlánticas, este rol lo encabeza el roble,como ocurre en O Castelo.

EL TRABAJO DE LA MADERAEn los yacimientos estudiados se ha identifica-

do frecuentemente madera con claras trazasde trabajo para obtener formas diversas que seadaptaran a su funcionalidad. Expondremos algu-nos ejemplos claros.

En el Cabezo de la Cruz, se han identificadopostes redondos y escuadrados, con bases apun-tadas, que constituían la estructura constructivade las casas (Fig. 2). También existen numerosastablas, cuya función pudo ser muy variada: vigas,bancos, puertas, elementos muebles, etc. La suje-ción y tal vez el ensamblaje de piezas se realizabamediante piezas pequeñas apuntadas, tipo cuñas,halladas frecuentemente dentro de los agujeros deposte con el fin probablemente de calzar el poste(Fig. 5). Además se han identificado numerososfragmentos de madera trabajados en escuadracuya función nos es desconocida (Fig. 6).

En O Castelo también se han encontrado pie-zas escuadradas, aunque en este yacimiento elgrado de fragmentación era mucho mayor, por loque no podemos interpretar la morfología de laspiezas y su funcionalidad. La observación dela dirección de los elementos anatómicos de lamadera en relación a los cortes practicados enla misma pone a menudo de manifiesto la inten-cionalidad de éstos, en oposición a algunos quemuestran fragmentación secundaria natural. En elsegundo de los casos, la fractura se produce ensentido radial, provocado por la mayor debilidadde la madera a lo largo de los elementos radiales.Pero en otros casos, la existencia de un corte ensentido tangencial, o incluso intermedio entretangencial y radial evidencia una intervenciónantrópica en la obtención de la superficie, ya quela madera no tiene tendencia natural a fracturaren este sentido. Los datos arqueológicos señalan

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que debía tratarse de piezas tipo tablas para lacobertura de estructuras de almacenamiento,aunque no podemos descartar otras formas.

En otras ocasiones, la madera se utiliza sin tra-bajar las superficies, y a veces conservan la cor-teza. Este dato resulta de gran interés para elconocimiento de la estación de tala de la misma.Es el caso de las ramitas de pequeño calibre recu-peradas en O Castelo. La figura 7 representa laposición del anillo, en el leño final o inicial, conrespecto a la corteza, según taxones. Las ramasde Arbutus unedo han sido recogidas casi en sutotalidad durante la estación desfavorable para eldesarrollo de la planta. Lo contrario ocurre conErica sp., donde predomina claramente la posiciónde las cortezas en la madera inicial. En Legumino-sae y Quercus caducifolio hay un predominio decortezas en la madera final, aunque la relaciónestá más igualada. La existencia de madera cor-tada en diferentes épocas del año nos informa deuna actividad prolongada en el tiempo, tal vezintencionadamente, para obtener diferente grado

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 5. Pieza de madera trabajada en forma de cuña delCabezo de la Cruz.

Fig. 6. Pieza de madera trabajada en escuadra del Cabezode la Cruz.

de flexibilidad de la madera o tal vez como conse-cuencia del almacenamiento de la madera, ya quela construcción exige una cierta planificación.Desde la antigüedad, se tenía un perfecto conoci-miento de las diferentes cualidades de la maderasegún fuera ésta cortada en una u otra estación(Vitrubio, 1982).

Fig. 7. Estación de tala de las ramitas de O Castelo a par-tir de la posición de la corteza en el anillo de crecimiento.

LA MEDICIÓN DE LOS ANILLOS

La anchura de los anillos de crecimiento esuno de los criterios que puede aportar la infor-mación más interesante acerca del medio en elque fue recolectada la madera y de las condicio-nes climáticas imperantes, así como de lospatrones de explotación del bosque. La compe-tencia inter- e intraespecífica dentro de una for-mación vegetal influye en gran medida en elcrecimiento individual. Así, en el seno de unaformación densa, donde la competencia por elacceso a los recursos (luz, suelo, agua, etc.) esalta, el crecimiento será más limitado, y genera-rá anillos de crecimiento estrechos. Por el con-trario, dentro de una formación abierta dondeesta competencia se reduce, los individuos venaumentada su capacidad de crecimiento en gro-sor, lo que dará lugar a anillos más anchos. Losfactores humanos (explotación intensiva de lasformaciones vegetales, tala sistemática deramas, etc.) también son fundamentales en elritmo de crecimiento del individuo.

La medición de la anchura de los anillos de cre-cimiento se realiza sobre un banco de medidasdendrocronológicas, que permite realizar un des-plazamiento sobre la superficie de la madera ocarbón con precisión de 0,01 mm. En la base dedatos queda registrado el número de anillos y laanchura de cada uno de ellos.

A continuación presentamos tres ejemplosde estudios llevados a cabo en los yacimientos deTres Montes, Cabezo de la Cruz y O Castelo,donde se han realizado mediciones de los anillos

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de crecimiento de varias muestras. Queremosdestacar sobre todo algunas evidencias interesan-tes que proporcionan información sobre la explo-tación humana del medio vegetal, así como deciertas condiciones medioambientales que hanquedado reflejadas en el crecimiento de los indi-viduos.

LOS SIGNOS CLIMÁTICOSEn Tres Montes, se ha realizado un análisis

dendrológico sobre 11 muestras recuperadas delos postes perimetrales del dolmen. Cada muestracorresponde a un individuo, aunque el índice defragmentación era elevado en todos los casos y sehan realizado mediciones de varios fragmentosde cada uno.

El montaje dendrológico formado por lasmuestras 5, 7, 12, 13 y 14 (Fig. 8) presentacomo característica común de todas las curvas uníndice de crecimiento muy bajo, que se poneespecialmente de manifiesto en la parte final

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 8. Montaje dendrológico de Tres Montes.

de las curvas más largas. Por ejemplo, TM7-1,TM7-3 y TM7-6, sobrepasan los 100 anillos/añosy reflejan perfectamente la progresiva disminu-ción del crecimiento de los individuos. La dismi-nución generalizada del crecimiento de losindividuos, visible sobre todo en las muestrasTM7 y TM5, puede tener causas climáticas (Mar-guerie, 1992). Según algunos autores, se hacomprobado que el índice de precipitaciones esuno de los principales factores que determinan uncrecimiento de los individuos extremadamentebajo. Un estudio llevado a cabo por Esper (2000)sobre Juniperus en Pakistán dio como resultadovalores de crecimiento entre 0,24 y 0,42 mm paralos individuos situados en alta montaña, contras-tando con el mayor crecimiento de aquéllos situa-dos en los fondos de valle. La sensibilidad deJuniperus a la falta de precipitaciones se hacíamás patente en las curvas largas (Esper 2000:256). Del mismo modo, también la temperaturainfluye sensiblemente en el crecimiento de losenebros que crecen bajo condiciones ambientalesextremas (Esper 2000: 259). Las Bardenas Rea-les se caracterizan precisamente por un singularrégimen de precipitaciones, destacando la granvariabilidad interanual y una torrencialidad muyimportante, con su máximo en primavera. Tam-bién las temperaturas anuales varían considera-blemente, pudiendo darse en verano contrastesde hasta 45º de diferencia entre el día y la noche(Elósegui y Ursúa 1994: 17-19).

LA EXPLOTACIÓN CÍCLICA DEL BOSQUEGeneralmente, una estructura de las curvas

con varias caídas importantes de crecimiento,seguidas cada una por un pico que asciende deforma más brusca, es característica de una explo-tación antrópica del medio de forma cíclica. Lacaída del crecimiento progresiva indica el estrésque sufren los individuos por influencia antrópica,que puede ser resultado por ejemplo de la talasistemática de ramas secundarias, de descorteza-do, etc. El primer año de recuperación del ritmode crecimiento del individuo se manifiesta en ungran pico. Hemos identificado este patrón de cre-cimiento en los casos que presentamos a conti-nuación.

La muestra C27.97.56 de O Castelo se tomó deuna zona adosada al interior de la muralla. Presen-taba un altísimo índice de fragmentación, pero secree que podría haber formado parte de algún ele-mento constructivo o de refuerzo en el interior dela muralla, aunque no se descarta que procedierade otro tipo de estructura arrasada (un silo, porejemplo, dada la gran cantidad de semillas disper-sas que se hallaron en el sector). En cualquiercaso, el análisis dendrológico puede resultar útilpara comprobar si todos los fragmentos procedíande un mismo tronco, o si el material tiene proce-dencia diversa como resultado del arrastre. Se

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midieron 28 fragmentos de carbón de esta mues-tra, de calibre diverso (el máximo radio conserva-do era de algo más de 55 mm). El ritmo de creci-miento era muy irregular, ya que a simple vista sepodía observar una sucesión más o menos cíclicade grupos de anillos muy estrechos y anchos.

Las 28 curvas obtenidas han dado lugar a 6 cur-vas medias (56-M1 a 56-M6), algunas de las cua-les se solapan claramente (Fig. 9). En las medias,aparecen al menos tres picos de crecimiento signi-ficativos (en los años 23, 36 y 42, señalados conflechas), que permiten correlacionarlas perfecta-mente. Con estas tres curvas se ha obtenido otramedia (56-Q2), que cubre un total de 57anillos/años. A partir de las otras curvas se haobtenido la media 56-Q1, con un total también de57 anillos/años. Por lo tanto, en esta muestra tene-mos representada la madera de dos individuos; lacoincidencia de los picos y caídas del crecimientoen las curvas permite afirmar que éstos fueronobtenidos en el seno de una misma formación.

En el Cabezo de la Cruz se han obtenido bási-camente dos montajes dendrológicos (Fig. 10)a partir de 31 muestras (además de otras mues-tras con series más cortas que no han podido sercorrelacionadas). Las enormes fluctuacionesobservadas en las curvas del montaje 1 se pue-den deber a un crecimiento más irregular en losprimeros años del individuo, pero en las curvasmás largas, a una explotación intensiva de la for-mación vegetal por parte de los grupos humanos.En muchos casos se observa una caída muyimportante del crecimiento que parece marcaruna tendencia cíclica, cada 3-4 años (se hannumerado algunos ejemplos de esta dinámica).Esto podría corresponder a una explotación deramas jóvenes del individuo, para obtenciónde leña, por ejemplo, como se ha comprobado enla abundancia de madera de este calibre en lasestructuras domésticas del poblado.

El montaje 2 muestra otra tendencia diferen-te. En este caso, el crecimiento de los individuosmarca una dinámica progresiva de descenso,hasta valores muy por debajo de 1 mm. Algunasde estas muestras corresponden a madera másadulta, es decir, con una curvatura más débil,pero otras comienzan igualmente desde lamédula, de manera que, en comparación conel montaje 1, es posible que estas muestras sehayan tomado en el seno de otra formación máso menos cercana a la anterior. Por otro lado, esposible que estas muestras se recolectaran enun momento de mayor densidad de las formacio-nes vegetales, en cuyo caso, la competenciaentre los individuos limita visiblemente su creci-miento en grosos, primando su crecimiento enaltura.

Esto añade una información diacrónica muyinteresante. Aunque la asignación cronológica seencuentra actualmente en proceso de estudio–pendiente de las aportaciones del estudio demateriales- algunas de las muestras que compo-nen el montaje 2 se atribuyen al Bronce Finale inicios de la Edad de Hierro es decir, algo ante-riores al resto de muestras correspondientesa época ibérica, por lo que podríamos estimar lapresencia de bosques menos degradados.

CONCLUSIONES

Desde la Prehistoria, la construcción en made-ra ha quedado documentada en el registro antra-cológico. Los análisis antracológicos parecenindicar que las necesidades de materia prima sesolían cubrir con especies cercanas al yacimien-to, aunque también se constata una selección delas mismas en base a sus cualidades físicasy mecánicas, dependiendo del fin a que éstasfueran destinadas. En este sentido, la maderay carbón procedentes de actividades constructi-

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 9. Montaje dendrológico de O Castelo.

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vas no resulta un buen indicador ecológico, yaque no todas las especies resultan igual de valo-radas para este fin.

La recolección de madera para la construccióndebió de constituir una actividad programaday prolongada, sin descartar el eventual almace-namiento de la misma; la frecuente presenciay avanzado ataque de microorganismos nos per-mite inferir en estas cuestiones, aunque la propiavida de las estructuras constructivas (en contac-to con la humedad del suelo, la intemperie, etc.)también facilitan este ataque.

El análisis dendrológico de la madera de cons-trucción de los yacimientos expuestos nos ha per-mitido observar cuestiones interesantes como elreflejo de las condiciones climáticas extremasy cómo afectan éstas en el crecimiento de losvegetales. También se puede detectar la huella dela explotación humana en las alteraciones bruscasdel crecimiento de los individuos, que en ocasio-nes permiten detectar un ritmo más o menoscíclico. Únicamente en secuencias largas y bienestablecidas podemos comenzar a inferir una evo-lución de las formaciones vegetales y valorar elritmo de los procesos de deforestación.

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DENDROLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA: LAS HUELLAS DEL CLIMA Y DE LA EXPLOTACIÓN HUMANA DE LA MADERA

Fig. 10. Montajes dendrológicos del Cabezo de la Cruz.

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