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Revisado-30-08-2009. DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. Perspectiva desde la antropología crítica Mario Sanoja Obediente Caracas. 2009

Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

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Se explica, desde la antropología crítica, cómo se conforma mundialmente el capitalismo y como es su necesaria transición hacia el socialismo

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Revisado-30-08-2009.

DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.

Perspectiva desde la antropología crítica

Mario Sanoja Obediente

Caracas. 2009

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A Iraida, mi compañera de vida y de lucha

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Índice

PREÁMBULO……………………………………………………………7

PARTE 1:

CRITICA DEL PARADIGMA OCCIDENTAL DEL PROGRESO.

CAPÍTULO 1. El ideal del progreso y la civilización

occidental…………24

CAPÍTULO 2. Civilización y Procesos

Civilizadores……………………..33

Evolución Cultural, Progreso y

Civilización ............................................36

El Paradigma Civilizador de Occidente y las Raíces del

Capitalismo… 38

El Capitalismo Mercantil …………………………………………… …

56

CAPITULO 3. El Materialismo Histórico y el Paradigma

Occidental del

Progreso.....................................................................................

......................64

El Modo de Producción Asiático: otra expresión del clasismo

inicial.......... 71

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La diversidad cultural de las sociedades clasistas iniciales o

asiáticas y las vías hacia el capitalismo y el

socialismo.................................................................74

De los pueblos pastores de Eurasia a la Revolución

Soviética....................... 74

Mesopotamia, Irak,

Turquía.............................................................................79

Egipto y el Mahgreb, las sociedades africanas y el

Islam................................82

La India y

Pakistan.....................................................................................

......87

China..........................................................................................

......................90

Japón..........................................................................................

......................93

PARTE 2: CRÍTICA DEL PARADIGMA CIVILIZADOR Y DE LOS

PROCESOS CIVILIZADORES AMERICANOS.

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CAPÍTULO 4. El paradigma civilizador americano y la

Arqueología Social

La civilización suramericana caribeña: procesos civilizadores

del Atlántico y el

Pacífico.......................................................................................

.......93.

El proceso civilizador clasista andino-

pacífico.........................................94

El proceso civilizador amazónico- orinoquense.…………………..

…….95

El proceso civilizador

caribeño…………… ...........................................101

La civilización norteamericana.

El proceso civilizador clasista mesoamericano…..

……………………...102

El proceso civilizador de la costa este de Estados

Unidos........................105

El proceso civilizador del suroeste de los Estados

Unidos.......................107

El proceso civilizador de la costa noroeste de los Estados

Unidos y Canadá

...................................................................................................

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.................107

¿Centroamérica, proceso civilizador

autónomo?...........................................108

La imposición forzada del capitalismo……………………………..

……109

La Civilización Latinoamericana o Nuestra

América...............................111

¿Feudalismo en

América?..........................................................................113

El pasado y la interpretación revolucionaria del presente: la

arqueología

social………................................................................................

..........…117

PARTE 3:

PRÁCTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL MODO DE VIDA

SOCIALISTA.

CAPÍTULO 5. Estrategia para llegar al

Socialismo.....................................128

La abolición de la propiedad

burguesa…......................................................134

CAPÍTULO 6. El método nacionalista revolucionario para

construir el socialismo

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El Estado como práctica

socialista.................................................................140

Definición del modelo nacionalista

revolucionario…………………….......151

La política cultura socialista: método ideológico para el

cambio

revolucionario............................................................................

....................152

El Estad como praxis antiimperialista: motor del desarrollo

revolucionario.157

Los estados nacionales de nuevo

tipo............................................................158

CAPÍTULO 7. El Neoevolucionismo y la energía: legitimación

ideológica del

colonialismo...............................................................................

....................165

CAPITULO 8.Desarrollo socialista vs. Subdesarrollo

Capitalista………....169

CAPÍTULO 9. Condiciones necesarias para construir la

democracia socialista

La crisis del marxismo en Europa……………………............

……………..177

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La emergencia del marxismo en Nuestra

América…………………............185

BIBLIOGRAFÍA CITADA……………………………………...........……

195

Ilustraciones.

Fig 1: Posible moneda en bronce en forma de piel de ganado,

2000 a.C........62

Fig. 2. Cuadro cronológico comprarativo; orígen del calcolítico

en la región atlantico.mediterranea

(Andalusia)..................................................................62

Fig. 3: bases de la formación mercantil

europea.............................................64

Fig.4: Juguetes medoamericanos con

ruedas............................................... 109

Fig. 5:expansión del capitalismo mercantil hacia America.

Siglo XVI.........148

Fig.6: El Imperio Capitalista: siglo

XXI........................................................199

Fig.7: el antiimperio: alianzas energéticas del siglo

XXI..............................200

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PREÁMBULO

I

El desarrollo histórico de los países de Nuestra América

refleja los procesos socioculturales generales que han

afectado y afectan el desarrollo general de la sociedad

humana. La expresión de los mismos, sin embargo, asume

formas particulares que reflejan la diversidad histórica de la

región. Por esa razón, cuando queremos analizar como ahora

las transiciones del capitalismo al socialismo del siglo XXI,

consideramos necesario desarrollar, desde la perspectiva de

la antropología crítica, una comprensión teóricamente bien

informada sobre los procesos históricos particulares que

determinaron la formación de la cultura de los pueblos y las

naciones en el Viejo Mundo y en Nuestra América.

Como ya ha sido expuesto en torno a este tópico por el

filósofo Vega Cantor (2007: 13):

“…pretender analizar los fenómenos culturales como si no

tuvieran nexos materiales es una quimera reaccionaria, y más

en un continente como el latinoamericano tan lleno de

problemas y dificultades de tipo material, como la pobreza, la

desnutrición, la enfermedad y el desempleo...”

Esta exigencia tiene muchas implicaciones importantes para

la antropología crìtica: la necesidad de desmontar los mitos

construidos por el positivismo y el neopositivismo sobre la

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historia de la humanidad, el origen de la cultura y los procesos

culturales e históricos de la llamada civilización occidental,

entre ellos el llamado eurocentrismo, los cuales no han

servido sino para encubrir la acción genocida y rapaz del

capitalismo. Este sistema económico ha sido útil para tratar

de consolidar la hegemonía mundial de las naciones de

Europa Occidental y los Estados Unido, así como la de Japón y

ahora la de Israel, a costa de la pobreza y la miseria de los

paises y sociedades que -hasta ahora- hemos estado

sometidos a su violencia cultural, económica, mediática y

militar (Patterson, 1997; Amín, 1989).

El discurso de la globalización que enmascara esta nueva fase

colonial del capitalismo occidental, atenta contra la viabilidad

de las naciones y el nacionalismo, contra las culturas

nacionales y particularmente contra los esfuerzos de las

mismas, como es el caso de UNASUR y el Banco del Sur, para

constituirse en bloques de poder alternativos al Grupo de los

Ocho países capitalistas centrales. Es preciso, por tanto, que

reivindiquemos el nacionalismo de izquierda como estrategia

de resistencia y como arma ideológica revolucionaria para

nuestras luchas nacionales e antiimperialistas a partir de

territorios claramente definidos (Vargas Arenas y Sanoja,

2005; Sanoja y Vargas Arenas, 2005ª, 2008; Vargas Arenas,

2007a; Vega Cantor, 2008: 203).

Para contribuir al logro de aquellos objetivos, los análisis

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arqueológicos y antropológicos críticos deben tener como

referencia espacial, no solamente los límites de los actuales

Estados nacionales, sino la latitud de las regiones

geohistóricas que se han venido estructurando desde hace

milenios y han culminado, en unestro caso particular, con la

formación de bloques políticos y económicos concretos en

Suramérica, el Caribe y Centroamérica. Con base a estos

estudios, la comprensión tanto de los procesos

sociohistóricos originarios que han llevado a la formación de

nuestras civilizaciones y procesos civilizadores como a las

naciones y las modernas comunidades de Estados nacionales

en proceso deberían ser el referente para investigar los

procesos políticos contemporáneos

Como explicaremos en el curso de la presente obra, nuestra

propuesta se apoya en la idea de los clásicos del marxismo

de considerar el socialismo como una formación social cuyo

sistema económico y social se concreta con la creación de

una cultura de la solidaridad social en los pueblos. Ésta

tendría como meta la eliminación de su opuesto, la cultura de

la injusticia, la pobreza y la desigualdad social que

caracteriza el sistema económico social de la formación

capitalista. Desarrollaremos también el tema de los orígenes

remotos del capitalismo cuyas raíces históricas, de acuerdo

con los estudios de la arqueología y la etnología se hallarían

en Europa occidental, representados por diversos procesos

culturales civilizadores originarios que dieron nacimiento a la

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llamada civilización occidental y a su expresión

socioeconómica: el capitalismo. De la misma manera,

analizaremos los diversos procesos culturales civilizadores y

los modos de vida originarios de la civilización suramericana

caribeña que continúan influyendo en los procesos históricos

actuales de los pueblos o grupos de ellos que la integran, los

cuales serían el fundamento histórico y cultural del socialismo

del siglo XXI.

Siguiendo esta línea de pensamiento, trataremos también de

sistematizar, desde la perspectiva de la antropológica crítica,

la explicación de otro paradigma del desarrollo social

alternativo al de la civilización occidental, el denominado por

Marx como modo de producción asiático, para que dicha

discusión nos ayude a entender el surgimiento de los

socialismos del siglo XXI en Nuestra América y a sustentar

una propuesta teórico-metodológica particular para la

construcción de un modo de vida socialista venezolano. Dicho

modo de vida debería representar la transformación

revolucionaria de las condiciones de dependencia económica

y política, y la ruptura definitiva con la desigualdad y la

injusticia social de cinco siglos de dominio colonial y

neocolonial del imperio que es expresión de la civilización

occidental europea y estadounidense.

La fuente de nuestra inspiración son los logros de la

revolución bolivariana misma, la realización concreta de los

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objetivos sociales y políticos que se llevan a cabo en

Venezuela bajo la dirección de nuestro Presidente Hugo

Chávez Frías. Analizados desde nuestra perspectiva y de

nuestra experiencia como investigador en antropología, no

podemos menos que hacer honor al pensamiento

revolucionario y la voluntad nacionalista del actual líder

venezolano, carismático y brillante, quien ha logrado

enrumbar nuestro pueblo hacia un destino soberano,

socialista, democrático y participativo.

II

El interés por escribir este ensayo comenzó en Julio de 2007.

La Universidad de los Andes, Venezuela, me invitó en aquella

fecha para dar la clase magistral inaugural del curso de

Doctorado en Antropología, del cual he sido también profesor,

por lo cual me pareció importante dar a los estudiantes mi

visión como antropólogo del interesante proceso de liberación

nacional que vive hoy nuestro país y en general casi todos los

países de Nuestra América, como nos denominó José Martí, el

apóstol bolivariano de la independencia de Cuba.

Ya habíamos escrito en años anteriores un trabajo académico

sobre el tema del evolucionismo y el neo-evolucionismo

(Sanoja, 1987), pero no fue sino a partir de nuestras

reflexiones conjuntas con Iraida Vargas-Arenas sobre el tema

de la Revolución Bolivariana y el Humanismo Socialista del

Siglo XXI, (Sanoja y Vargas-Arenas 2008), cuando consideré

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armar una propuesta teórica que permitiese ubicar nuestra

experiencia revolucionaria venezolana dentro del ámbito de la

historia de las ideas y –sobre todo- resaltar su importancia

como referencia para los procesos de liberación nacional

emprendidos por otros pueblos de Nuestra América.

Aquella reflexión cobraba particular importancia en este

momento cuando los pueblos de la América Meridional, como

los llamó Simón Bolívar, estamos viviendo uno de los

momentos más trascendentes de nuestra historia, librando el

combate por obtener nuestra definitiva independencia

política, cultural y económica del Imperio Angloamericano que

hoy, Enero de 2009, parece vivir su fase terminal. Por esa

razón, creimos necesario ampliar dicho texto y escribir este

ensayo. En él comenzamos por este preámbulo que recoge la

propuesta general y -como exponemos en los capítulos 1 y 2-

continuamos haciendo la crítica del concepto del Progreso y

analizando las raíces remotas del capitalismo, partiendo del

conjunto de proceso civilizadores culturales originarios de la

cultura neolítica europea una civilización, sobre cuyos

hombros surgió finalmente en el siglo XVI una formación

capitalista, cuyo sistema económico-social se impuso a la

fuerza -a partir de entonces- sobre las civilizaciones

originarias americanas, asiaticas y africanas. Desde ese

momento comienza a forjarse la relación de dependencia –

cultural, política, económica, y tecnológica- de los pueblos de

Nuestra América con el llamado Primer Mundo, lo que

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denomina Dussel (1998)el segundo paradigma de la

modernidad, por lo cual creemos necesario hacer la crítica

histórica de la teoría de la Evolución Cultural y del Progreso

que son la justificación ideológica del proyecto mundial de

dominación hegemónico capitalista, tema que ha sido

analizado in extenso por el antropólogo mexicano Héctor Díaz

Polanco (1989).

Nuestra toma de posición teórica alude igualmente al debate

existente entre los antropólog@s e historiador@s

modernistas formalistas quienes sostienen que los análisis

económicos modernos son aplicables a la economía antigua, y

los llamados primitivistas sustantivistas, quienes niegan la

importancia de las relaciones de mercado, la acumulación

orginaria de capitales y el comercio a larga distancia en el

mundo antiguo ( Burling, 1976; Polanyi 1976; Kaplan 1976;

Godelier 1976; Eden y Kohl, 1993; Frank, 1993: 385). Como

veremos en el desarrollo de nuestra propuesta en los

capítulos que siguen, nuestra posición como antropólogo

marxista o que pretende serlo, se apoya en los conceptos

elaborados por Marx, todavia en proceso de desarrollo, de

modo de producción y formación económica y social, así como

en los de modo de vida y modo de trabajo propuestos por

Vargas-Arenas (1990). Como hemos analizado en trabajos

precedentes (Sanoja y Vargas-Arenas, 2000), existe

abundante evidencia publicada sobre la acumulación

originaria tanto de capital expresado en fuerza de trabajo

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como de capital expresado en bienes materiales en las

sociedades precapitalistas de Nuestra América que permiten

substanciar el debate científico al respecto.

III

Hacer la crítica de la teoría del Evolucionismo Cultural, implica

también hacer la crítica de los conceptos fundamentales que

soportan el paradigma de la modernidad: el Progreso y la

Civilización. Hemos creído relevante discutir el tema de las

civilizaciones originarias americanas, ya que no podemos

hablar de la soberanía de nuestros pueblos si no damos

cuenta primero de las causas de su singularidad histórica.

Hemos utilizado igualmente el concepto de proceso

civilizador, emitido originalmente por el famoso antropólogo

brasileño Darcy Ribeiro, porque permite establecer el flujo

dialéctico de los procesos originarios tanto culturales

identitarios como nacionales que confluyen para constituir la

especificidad de los pueblos de Nuestra América, frente a las

tendencias globalizadoras neoliberales que intentan

desdibujar nuestra presencia en el escenario mundial.

No es nuestra intención introducirnos en un debate profundo

sobre las tesis de la dependencia y el subdesarrollo en

Nuestra América. Para los fines de la presente discusión,

tratamos de centrarnos en el concepto de relación centro-

periferia existente entre el núcleo de países capitalistas

desarrollados y los menos desarrollados, sujeto que ha sido

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debatido y analizado in extenso –a nuestro juicio- en obras

capitales como The Modern World System: Capitalist

Agriculture and the Origins of the European World Economy in

the Sixteenth Century, por Immanuel Wallerstein (1974), y

Civilization & Capitalism. 15th-18th Century, por Fernand

Braudel (1992). De la misma manera tratamos de analizar la

terrible consecuencia que ha tenido y tiene dicha relación

centro-periferia apoyándonos en las numerosas y profundas

reflexiones que sobre el tema han elaborado divers@s

científic@s sociales en muchas partes del mundo entre los

cuales destacamos particularmente dos extraordinarios

ensayos seminales: Las Venas Abiertas de América Latina

(1973) de Eduardo Galeano, libro que sacudió la conciencia de

nuestra generación al demostrar como Nuestra América era

para el capitalismo simplemente el objeto de la explotación, el

medio de producción y reproducción del sistema, y América

Nuestra, Integración y Revolución (2007) de Luís Britto García,

uno de los análisis más sólidos sobre la realidad

contemporánea de Nuestramérica y el Caribe.

Nuestro ensayo, de manera muy modesta, intenta --en su

primera parte-- discutir la forma cómo una escuela de

pensamiento sobre la naturaleza y origen de la Cultura, el

Evolucionismo Cultural, representa en verdad la ideología de

la modernidad que ha intentado legitimar la relación

desigual, colonial existente entre el núcleo de países

desarrollados y los nuestros. En el siglo XVI, según Stern

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(1988), Europa resolvió la crisis general causada por el

colapso del Feudalismo gracias particularmente a su

expansión colonial hacia Nuestra América, lo cual le permitió

constituir una economía mundo capitalista y consolidar el

núcleo duro de la misma: un sistema político absolutista, un

sistema productivo empresarial y una fuerza de trabajo

asalariada local, hiper explotada, en los campos de la

agricultura, la ganadería y la industria, mientras que

explotaba también los pueblos de la periferia, Nuestra

América y Europa Oriental mediante procesos de trabajo

esclavistas o serviles –cuya eficacia había sido probada en

Europa Occidental desde la Antigüedad Clásica- para

aumentar la producción de tejidos de lana y algodón, bienes

de consumo directo, cereales, azúcar, café, cacao, maderas,

hierro, carbón, metales preciosos, etc. España y Portugal en

particular, fungían como un eslabón intermedio para

succionar los recursos primarios producidos en las regiones de

Nuestra América, Asia y África para enviarlos luego al resto de

Europa.

Aquella relación comercial parasitaria de las metrópolis con

sus satélites de la periferia meridional, y con la periferia

nuestramericana, asiática y africana, permitió a los imperios

europeos extraer de nuestros pueblos todas las riquezas y

recursos posibles:

“...Solamente entre 1503 y 1660, llegaron al puerto de San

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Lúcar de Barrameda 185.000 kilos de oro y 16 millones de

kilos de plata. La plata transportada a España en poco más

de siglo y medio, excedía tres veces las reservas europeas...

Con estas magnitudes colosales arranca la acumulación

primitiva de capital en Europa... Al nuevo Mundo solo le

quedan socavones de minas vacías, osamentas de millones

de seres sacrificados a la minería y a la agricultura de

plantación... Medio milenio después, todavía la producción

esencial de América es de “materias primas”...” (Britto

García, 2007: 77).

Gracias a esta explotación inmisericorde de nuestros recursos

logró Europa, pues, consolidar un proceso regional de

acumulación originaria de capitales, el cual le facultó -en

términos de cultura, ciencia y tecnología- para ponerse a la

cabeza del resto de los pueblos que colonizaban y

expoliaban. En el caso particular de Nuestra América, los

enclaves coloniales locales constituidos por las oligarquías

criollas mercantilistas se modernizaron también cultural,

tecnológica y económicamente, según los valores capitalistas

europeos, para dirigir y apropiar su parte del proceso de

explotación de las clases medias y las mayorías pobres de

Nuestra América. Estas oligarquías siguen conformando hoy

día la principal causa histórica del atraso y la pobreza de

Nuestra América, en lo que diversos autores han

denominado como “relaciones de producción feudales”

(Laclau, 1971).

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A diferencia de la colonización española y portuguesa de

Nuestra América, llevada a cabo mayormente por individuos

aislados, la colonización inglesa y europea en general de los

actuales Estados Unidos significó, no solamente una

transferencia organizada de poblaciones completas, sino

también de tecnologías productivas industrialistas y agrarias

que eran entonces de última generación. Estas poblaciones

europeas transplantadas exterminaron casi completamente a

los pueblos americanos originarios e introdujeron una masa

considerable de esclavos africanos (al igual que hacen hoy día

con los inmigrantes llamados hispanos) para llevar a cabo los

trabajos serviles, sobre todo en la agroindustria del algodón,

que la sociedad capitalista angloamericana necesitaba para

proyectar su desarrollo como potencia capitalista. Ello produjo

la formación de un nuevo proceso civilizador capitalista más

dinámico y moderno el cual, en el siglo XIX, comenzó a

competir con el proceso civilizador capitalista europeo

originario hasta finalmente dominarlo y absorberlo en el siglo

XX, conformando así la fase hegemónica mundial del llamado

Imperio o Civilización Occidental (Sanoja y Vargas-Arenas,

2005: 19-25).

Recapitulando sobre lo anterior vemos, a partir del siglo XVI,

que la expansión geográfica del capitalismo mercantil fuera

de Europa Occidental se tradujo en la conquista,

subordinación y sojuzgamiento de poblaciones humanas que

habían vivido por milenios, libres y autónomas. La expansión

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de la formación capitalista determinó la instauración de una

compleja relación colonial entre los nuevos imperios que se

estaban formando en Europa Occidental tras el colapso de la

sociedad feudal y su novedosa e inmensa periferia integrada

por América, Asia, África y Oceanía.

Los pueblos americanos colonizados, particularmente los de

Mesoamérica, Suramérica y el Caribe, proporcionaron a

aquellos imperios materias primas que los europeos e incluso

los asiáticos no poseían o no poseían en cantidad suficiente.

Entre estos últimos se cuentan los metales preciosos como el

oro y la plata, las piedras preciosas y las perlas, recursos

sobre los cuales se construyó posteriormente la riqueza de las

naciones e imperios de Europa e incluso de Asia.

La adopción y utilización por la población europea de

cultígenos americanos tales como el maíz (Zea mays), la papa

(Solanum tuberosa), el tomate (Lycopersicum esculentum), el

cacao (Theobroma cacao), el algodón (Gossypium

barbadensis), el tabaco (Nicotiana tabacum) contribuyeron a

mejorar la calidad de vida de los pueblos de Europa y Asia

azotados secularmente -hasta entonces- por hambrunas

cíclicas. Por otra parte, aquellos productos no perecederos

que no podían ser cultivados en Europa tales como el cacao,

el tabaco, el café, el algodón, etc., y derivados de las mismos

como las melazas, el azúcar y otros, se convirtieron en

commodities, materias primas de uso comercial que

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estimularon el surgimiento de bolsas de comercio para la

especulación comercial con productos de ultramar (Braudel,

1992-I: 1, 2 y 3; Sanoja y Vargas, 2005: 13-15). Hoy día

proveemos a Estados Unidos, a Europa y el mundo entero con

mineral de hierro, carbón, salitre, petróleo, gas, uranio,

titanio, tungsteno, níquel, germanio, etc., para su posterior

reelaboración como bienes manufacturados que importamos a

un costo superior al de nuestras materias primas (Britto

Garcia, 2007: 77).

A partir del siglo XVIII en Europa occidental, con el triunfo

definitivo de la burguesía, la asimetría en el desarrollo

histórico existente entre las metrópolis y su periferia colonial

comenzó a ser racionalizada por las elites burguesas como el

producto de una superioridad innata de los pueblos y la

civilización europea sobre los pueblos periféricos,

particularmente los pueblos indígenas y mestizos que

conformaban el dominio colonial español en América. A este

respecto, Hegel (1978; 192) escribió que en los Estados

Norteamericanos (Estados Unidos de inicios del siglo XIX),

enteramente colonizados por europeos industriosos, el Estado

era una institución meramente externa cuyo fin era proteger

la propiedad privada. Los españoles, por el contrario,

conquistaron y tomaron posesión de Suramérica ocupando

posiciones políticas vía la rapiña. La inferioridad de los

aborígenes que constituyen la mayoría de la población –decía

aquel autor- era manifiesta (Hegel 1978: 191).

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Con el surgimiento en Europa occidental del pensamiento

antropológico y la creación de la escuela de la Evolución

Cultural en el siglo XIX, se trató de dar una explicación

científica a la supremacía material, intelectual y política

alcanzada por la civilización occidental, proponiendo para ello

la existencia de un paradigma del progreso universal

inspirado en la historia de Europa, proceso evolutivo por el

cual tendrían que pasar todos los otros del mundo para

igualar el nivel de desarrollo material e intelectual alcanzado

por los europeos y angloamericanos. Dicho paradigma del

progreso alentó y legitimó una nueva expansión colonial

capitalista de Europa hacia África y Asia y de Estados Unidos

hacia su periferia nuestramericana y las islas del Pacífico Sur.

Pensadores anticapitalistas como Carlos Marx y Federico

Engels también aceptaron la validez de aquel paradigma

civilizador occidental, aunque proponiendo para el mismo la

existencia de una nueva etapa en el desarrollo de la sociedad,

el Comunismo, la cual significaba la abolición de la propiedad

burguesa. El comunismo, fase final y superior del progreso de

la humanidad, surgiría en un tiempo futuro como

consecuencia del desarrollo máximo de las fuerzas

productivas del capitalismo y el predominio de la clase

trabajadora sobre la burguesía (Marx y Engels, 2008).

IV

El tiempo es el modo de existencia de la materia. Tiempo y

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movimiento, unidad fundamental de la dialectica de los

contrarios, son conceptos inseparables que solamente se

explican dentro del espacio, el cual a su vez indica también

cambios de posición ya que la materia se mueve a través del

espacio. La cantidad de maneras como el movimiento que es

el socialismo puede suceder es infinita: el movimiento de la

materia en el espacio, como hemos visto en el caso de la

antigua Unión Sovietica, es reversible en tanto que su

movimiento en el tiempo es irreversible. El tiempo constituye,

pues, un proceso permanente de autocreación y auto

reproducción mediante el cual la materia se transforma en un

número infinito de formas. Cuando esta concepción del

tiempo irreversible y de cambio penetra en la conciencia

humana, nos damos cuenta que dialécticamente la vida surge

de la muerte, el orden del caos. Asi pues vemos que el

marxismo al aplicarse al más complejo de los sistemas no

lineales que es la sociedad humana nos revela por

contradicción, como expondremos en los capitulos 2,3 y 4,

que la diversidad de formas y posibilidades que es capaz de

crear la naturaleza humana es la palanca fundamental del

progreso intelectual y social que se resuelve en la

transformación diaria y constante de la humanidad, mediante

la cual llegaremos quizàs, algún día, a concretar vía el

socialismo, la utopía del comunismo (Woods y Grant, 139-162;

395).

Como respuesta a aquellas inquietudes, desde nuestra

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perspectiva como antropólogo intentamos discutir en este

ensayo -en líneas generales- el desarrollo de conceptos como

Civilización y Progreso a partir del siglo XVIII como parte de la

teoría evolucionista de la Cultura, teoría que ha servido a los

países del núcleo capitalista desarrollado como justificación y

coartada de su política de dominación imperial mundial. En el

capítulo 4 hacemos una crítica científica al paradigma

civilizador occidental, el cual sirvió de fundamento a la tesis

de Marx y Engels sobre el desarrollo de los modos de

producción precapitalistas (Marx y Hobsbawn, 1971; Engels,

sf.) Compartimos plenamente la idea de que el socialismo es

la solución para los problemas del subdesarrollo o el no-

desarrollo capitalista que existen en Nuestra América, pero

pensamos así mismo, como explicamos en el capítulo 6, que

surgirá por razones históricas diferentes a las propuestas para

el paradigma civilizador europeo.

La discusión planteada en este ensayo intenta también

demostrar, como se expone en los capítulos 5 a 7, que la

construcción del socialismo debe fundamentarse en el

conocimiento y el estudio crítico de los diferentes procesos

históricos que han vivido los pueblos en los diversos

continentes a los cuales también, en un cierto momento, el

colonialismo europeo impuso el sistema capitalista. Aunque

pueda parecer excesivamente académico, este conocimiento

es necesario para construir una teoría general del desarrollo

de las sociedades regionales partiendo desde las sociedades

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originarias hasta las del presente, con base al materialismo

histórico comparado. La historia marxista –dijo Vere Gordon

Childe- “es materialista porque considera un hecho biológico,

material, como la principal clave para descubrir el patrón

general que subyace a un aparente caos de hechos

superficiales sin relación alguna entre sí” (1981: 364). El

método materialista histórico sigue siendo, en nuestra

opinión, el único paradigma intelectual lo suficientemente

amplio como para vincular en una misma teoría la dialéctica

del desarrollo social, el ideal socialista, las contradicciones y

movimientos sociales del presente y la influencia que ejercen

sobre el mismo las estructuras del pasado.

Compartimos la propuesta esbozada inicialmente por los

maestros venezolanos Domingo F. Maza Zavala y Ramón

Losada Aldana en la década de los años sesenta del pasado

siglo, de formular una estrategia concreta para la transición y

un método para alcanzar la meta del socialismo. Dicha

estrategia o habilidad para dirigir el proceso socialista pasa

por el método del nacionalismo revolucionario, el cual permite

a los pueblos profundizar sus propios procesos de

acumulación de capitales que le den base material a sus

luchas por lograr la soberanía política, social, económica y

cultural. De acuerdo con dicha estrategia, la lucha por la

liberación nacional debe comenzar con el desmontaje de los

enclaves imperiales y oligárquicos y el desarrollo de un sector

económico público dominante para lograr nuestra plena

Page 27: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

soberanía política y económica, etapa imprescindible para

lograr la transformación de nuestro pueblo en una nueva

calidad histórica como es el socialismo.

La lucha por la liberación nacional de los pueblos de

Venezuela y Nuestra América en general, adquiere relevancia

en momentos como el actual cuando el Imperialismo

Occidental y el neocolonialismo español en particular tratan

de construir un bloque ideológico prooccidental capitaneado

por la llamada Fundación para el Análisis y los Estudios

Sociales (FAES) dirigida por el líder del neofascista Partido

Popular español José María Aznar. El argumento primordial de

la FAES, contrariamente a lo que queremos demostrar en este

ensayo, es que Nuestra América es parte sustancial de

Occidente, el cual no sería un concepto geográfico sino un

sistema universal de valores. En tal sentido, esta

argumentación considera, que existiría una izquierda “buena”

que se ajusta al socialismo neoliberal europeo (el socialismo

chileno de Bachelet y el socialismo brasileño de Lula da Silva,

por ejemplo) y una izquierda “mala” antioccidental que trata

de implantar el Socialismo del Siglo XXI, de raigambre

histórica indoamericana, cuyos exponentes más malévolos

serían Fidel Castro y Hugo Chávez (Roitman, 2008).

En una entrevista concedida recientemente al diario español

La Vanguardia el 23-02-2008, en la cual el Maestro Maza

Zavala expresó también opiniones adversas al proceso de

Page 28: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

bolivariano de liberación nacional, éste tuvo sin embargo la

honestidad de reconocer que:

“…En Venezuela la existencia de un importante sector público

de la economía –que comprende las fuentes principales de

ingreso nacional en el presente y el futuro previsible- puede

considerarse como una circunstancia que facilita la transición

al socialismo. El financiamiento más importante de la gestión

pública procede de la explotación de un patrimonio nacional y

ello da vigencia al concepto de propiedad social y, por tanto,

a la posibilidad de un sistema de relaciones sociales de

propiedad y producción que sustituya al sistema de relaciones

privadas en vigencia".

Las ideas que habían sido sostenidas por Maza Zavala hasta

las últimas décadas del pasado siglo, se convirtieron

entonces en un patrimonio intelectual compartido por muchos

pensadores de izquierda profundamente preocupados por

lograr finalmente una patria socialista, independiente y

soberana. Por estas razones, reivindicamos hoy las ideas

expuestas por Maza Zavala cuando era nuestro maestro

progresista y revolucionario.

¿Cómo llegaremos al socialismo?, ¿Existen diversas vías hacia

el socialismo?, ¿Cómo será definitivamente el socialismo en

Nuestra América? Esas preguntas las están respondiendo

nuestros pueblos. Nosotros solamente intentamos aportar

argumentos para la discusión que se plantean los ciudadanos

Page 29: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

y ciudadanas de a pié.

No queremos finalizar este preámbulo sin hacer referencia a

la necesidad que tenemos de desarrollar una actitud crítica y

autocrítica sobre nuestra labor como antropólogos en los

movimientos sociales revolucionarios, única garantía de poder

acceder a un cambio histórico verdadero y permanente. En tal

sentido, es relevante aludir a al pensamiento de Carlos Marx

cuando, al analizar en su obra El 18 Brumario de Luis

Bonaparte (1971:16) los eventos sociales que culminaron en

1848 con la restauración de la dinastía napoleónica en

Francia, describe la autocrítica como un proceso que

necesariamente tiene que cumplirse en el seno de todas las

revoluciones proletarias, las cuales interrumpen su marcha,

vuelven a cuestionar lo que parecía ya terminado para

iniciarlo de nuevo desde el principio, critican sus errores

iniciales y pareciera que le dan armas a los adversarios para

que ataquen más fuerte. Sólo de esta manera pueden las

revoluciones generar una teoría autocrítica capaz de explicar

su génesis y transformación. En ese espíritu creemos

necesario revisar el alcance teórico de los contenidos del

paradigma de desarrollo de la humanidad expuesto

inicialmente por el materialismo histórico, ya que con base a

él se han construido y se construyen estrategias para acceder

al modo de vida socialista tanto en Venezuela como en el

resto del mundo.

Page 30: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Para plantearnos el objeto del presente ensayo, nos

inspiramos también en el pensamiento de Antonio Gramsci

cuando nos dice que la vida se desarrolla por avances

parciales, es decir a través de las diferentes líneas de acción

humana que se expresan en procesos civilizadores y modos

de vida muchos de los cuales, a pesar de haberse

transformado en un obstáculo para el avance de la

humanidad es necesario estudiar para preguntarse si en cada

proceso o modo de vida particular, existen todavía las

condiciones sobre las cuales se fundamentaba la racionalidad

de la existencia de los mismos. Precisamente porque los

modos de vida y procesos civilizadores se representan como

si fuesen naturales, absolutos a quienes los viven, es muy

importante demostrar su historicidad, demostrar que aquéllos

solo se justificaban cuando existen ciertas condiciones

históricas y para lograr determinados objetivos. Por tanto,

nos dice Gramsci:

“es objeto del moralista y del creador de costumbres, el

análisis de los modos de ser y de vivir y criticarlos, separando

lo permanente, lo útil, lo racional, lo conforme a su finalidad,

de lo accidental, de lo superficial, de lo simiesco…” (1977:

218-219),

Tal como hemos expuesto en la mayoría de nuestros últimos

libros o ensayos, nuestro interés primordial en esta nueva

etapa de nuestra carrera intelectual, es producir textos que

Page 31: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

provoquen en el lector y la lectora, el interés por la reflexión

sobre el futuro de nuestra sociedad, sobre la responsabilidad

de los colectivos y de las personas en la construcción del

socialismo.

Page 32: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

PARTE 1: CRÍTICA DEL PARADIGMA OCCIDENTAL DEL

PROGRESO

CAPÍTULO 1.

El ideal del progreso y la civilización occidental

La división de la humanidad entre pueblos civilizados y los

llamados bárbaros se remonta a la antigüedad europea

clásica. Ya en aquella época, los habitantes de las ciudades

griegas y romanas se consideraban a sí mismos como el todo

culturalmente más desarrollado y civilizado de la humanidad

de su tiempo. Dichos focos de civilización se hallaban

rodeados por otros que los romanos y griegos consideraban

pueblos atrasados, salvajes, a los cuales denominaban

bárbaros, los cuales no habían llegado a construir Estados ni

ciudades, ni un nivel de cultura y educación similar al que

ellos habían logrado acceder.

La conciencia de esta separación de la humanidad entre

pueblos civilizados y bárbaros permaneció siempre en el

imaginario de los pensadores “civilizados”: historiadores,

filósofos, literatos, artistas, políticos, clérigos, etc. La

necesidad de explicar la historicidad de esas diferencias

comenzó a manifestarse a partir de la conquista de América,

Oceanía y Australia entre los siglos XVI y XVII, hecho que puso

Page 33: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de relieve la existencia de pueblos que, aunque coexistiendo

con los europeos de la época, vivían de maneras totalmente

diferentes.

Los estudiosos de la época pudieron apreciar que los

componentes de la cultura material de aquellas sociedades

originarias que vivían en la periferia de la Europa occidental

de entonces, eran semejantes a los poseídos por los pueblos

bárbaros descritos por los historiadores de la antigüedad

clásica. Sin embargo, el obstáculo que representaban las

religiones cristianas y el dogma creacionista bíblico sobre el

origen de la humanidad para el desarrollo de la ciencia,

coartaba la posibilidad de considerar, científica y

racionalmente, si aquellas formas sociales podrían ser el

antecedente de los pueblos europeos de entonces. Pero era

evidente que la división entre los pueblos europeos

“civilizados” y los salvajes o bárbaros de la periferia era una

realidad, por lo cual, actuando de acuerdo con la tesis

redencionista cristiana, las burguesías europeas consideraron

como un deber ético llevar la salvación, la fe y el progreso a

los salvajes para rescatarlos de su supuesta “ignorancia”. La

conquista y la colonización de los pueblos que no estaban

sometidos a la civilización occidental y cristiana se convirtió

entonces para la generalidad de españoles, ingleses,

franceses y holandeses de la época, en una especie de nueva

cruzada para redimir la humanidad salvaje y legitimar así su

expansión colonialista.

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El siglo XVIII aportó importantes cambios en la percepción de

la historia de la naturaleza y la humanidad. El pensamiento

positivo que comenzó a consolidarse a partir de la Revolución

Francesa y el triunfo de la burguesía, llevó a los filósofos de

la naturaleza, la economía y la sociedad a pensar

científicamente el origen de las cosas, sobre todo a

racionalizar históricamente el triunfo histórico de aquella clase

social. David Hume, James Steuart y Adam Smith comenzaron

a pensar la historia de la sociedad burguesa en términos de la

economía y la política, de la formación del Estado como un

elemento regulador de las relaciones económicas entre las

personas y entre los Estados, considerando el comercio como

el instrumento para incrementar la riqueza de las naciones

(Smith, 1981).

A mediados del siglo XVIII, particularmente después de la

publicación de El Contrato Social y el Emilio, obras clásicas de

Jean Jacques Rousseau, se puso en boga el término

civilización, entendido como el estado superior que alcanzaba

la sociedad civil y educada mediante la observancia de las

leyes, el orden social, la buena educación, la acumulación de

conocimientos y la práctica de la industria y el libre comercio.

La estructuración de la escala temporal que legitimaba

empíricamente el proceso de la evolución cultural, la

civilización y el progreso, se inició en 1812 con la propuesta

del arqueólogo danés Vedel–Simonsen sobre la existencia de

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tres edades tecnológicas en la historia de la Humanidad: la

Edad de Piedra, la Edad del Cobre o el Bronce y la Edad del

Hierro. Posteriormente, la tesis del progreso y la evolución

llegó a alcanzar rango científico hacia mediados del siglo XIX

con los trabajos del naturalista francés Jacques de

Crèvecoueur Boucher de Perthes, quien demostró que las

evidencias materiales más antiguas de la cultura humana

conocidas entonces en Europa, se hallaban asociadas con las

antiguas capas geológicas del período pleistoceno. De esta

manera, los filósofos, historiadores e intelectuales del siglo

XVIII comenzaron a darse cuenta que la sociedad que ellos

conocían era solamente el acto final de un largo drama vivido

por la humanidad, el Progreso, el cual debía ser explicado y

reconstruido por la antropología (Lowie, 1946: 34).

Los antropólogos ingleses de la era victoriana, tales como Pitt-

Rivers, Lubbock y Tylor, sentaron las bases filosóficas y

empíricas de lo que vendría a ser la Teoría Evolucionista de la

Cultura. Dichos autores expusieron que la nota dominante de

la historia de la especie humana era el movimiento

ascendente desde las formas sociales más simples hasta las

más complejas, representada esta última por la sociedad

británica de la época. Todas las civilizaciones del pasado o el

presente –según dicha teoría- habían partido de una infancia

bárbara o salvaje, muestra de lo cual eran las razas primitivas

que habían sido conocidas entre el siglo XVI y el siglo XIX.

Frente a estas afirmaciones, pensamos que si bien el

Page 36: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

concepto de la evolución histórica de la humanidad es un

hecho, no sucede lo mismo con la explicación ideológica de

cómo se llevó a cabo esa evolución, objeto de la teoría

evolucionista cultural, la cual se transformó posteriormente en

la legitimación histórica del colonialismo europeo y del

estadounidense.

A partir del siglo XIX, el grupo de ocho países capitalistas más

desarrollados impuso el Progreso al estilo de occidente a las

elites sociales de aquellos países atrasados que no les

habían abierto sus economías, utilizando la fuerza militar, la

presión política y económica y la corrupción. El concepto de

Progreso perdió su inocencia en el siglo XX y se convirtió no

solo en ”la explicación” de la historia de la humanidad, en la

racionalidad subyacente a todas las políticas colonialistas de

los países capitalistas desarrollados, sino también de toda la

ciencia social aplicada al desarrollo social, particularmente en

los países subdesarrollados (Wallerstein, 2001: 200-201). Hoy

día la acción del capitalismo depredador se presenta como la

teoría económica del neoliberalismo, con su estrategia

cultural denominada globalización y su expresión instrumental

conocida como Tratados de Libre Comercio.

Simultáneamente con la Teoría Evolucionista surgieron

también otras teorías como las difusionistas, las cuales,

contrariamente a aquella, sostenían que la historia de la

cultura humana no podía considerarse como un progreso

Page 37: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

unitario, que todas las sociedades no atravesaban

necesariamente por las mismas etapas. Por el contrario,

argumentaban que existían en Asia y en África múltiples

centros originarios a partir de los cuales se habían difundido

hacia el resto de los continentes y en diferentes épocas, los

diversos componentes de la Cultura (Herskowitz, 1952: 546-

564).

Los procesos de evolución y la difusión de la cultura, como ha

sido comprobado por las investigaciones científicas ulteriores,

no constituyen propuestas antagónicas sino complementarias

para explicar el desarrollo de la humanidad. La versión, o más

bien la visión de los evolucionistas culturales sobre la historia

de la cultura universal, por su parte, tiende a presentar el

concepto de sociedad clasista jerárquica burguesa como

representación de la civilización occidental. La escuela de la

difusión cultural pareciera explicar y legitimar la expansión de

las “culturas madres” a partir de ciertas regiones privilegiadas

del planeta, lo cual es también una manera de fundamentar

científicamente los procesos coloniales iniciados por Europa y

Estados Unidos en el siglo XIX y el XX y subsecuentemente la

supuesta globalización indetenible de los valores de la

civilización occidental.

En el siglo XIX, el estudio de la evolución social, el progreso y

la civilización no se limitó solamente a las evidencias

materiales y a la tecnología, sino que también se extendió al

Page 38: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

estudio comparado de la evolución de las instituciones

sociales tales como el Estado, la familia y las costumbres

sociales, el derecho, la religión, la economía, los procesos

mentales, el arte, etc. (Lowie, 1946; Díaz Polanco, 1989).

Trabajos como los de Morgan (1877), entre otros,

contribuyeron a consolidar el Evolucionismo como una teoría

sobre la evolución de la sociedad y la cultura, la cual dividía la

historia de la humanidad en tres etapas principales:

salvajismo, barbarie y civilización, correlacionadas cada una

de ellas con determinados adelantos sociales, económicos e

intelectuales. El Salvajismo es la etapa anterior al uso de la

cerámica; la barbarie es la edad de la alfarería; la civilización

comienza con la invención de la escritura.

Mientras la burguesía era todavía una clase social en ascenso,

estuvo obligada a disputar su hegemonía política sobre la

sociedad europea, por una parte, con los rezagos del orden

feudal; para ello blandía la bandera del progreso como

emblema del triunfo seguro sobre las estructuras arcaicas de

la monarquía absoluta; por la otra agitaba la consigna del

orden para contener el ascenso social y las reivindicaciones

políticas de la clase trabajadora que había comenzado a

desarrollarse con el industrialismo a partir de finales del siglo

XVIII.

Aquellos conceptos se encuentran desarrollados en la obra de

Auguste Comte (1980) Discurso sobre el Método Positivo,

Page 39: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

padre de la filosofía positivista, quien sostenía que el

desarrollo de la civilización debía estar basado en la noción de

progreso, concebido éste como la expansión del orden social.

Para que ocurriese el progreso y se consolidase la sociedad

que lo producía, era necesaria la existencia del orden social

representado por la burguesía. Las clases inferiores de Europa

Occidental tendrían, pues, necesariamente que aceptar la

subordinación social a la clase burguesa, condición natural

que implicaba reconocer la superioridad de sus gobernantes

(Patterson, 1997: 44; Díaz Polanco, 1989: 37-41).

La tesis expuesta por Comte proponía igualmente una ley de

la evolución de la sociedad, conformada por tres estados

teóricos, tres métodos, tres clases de filosofía para explicar

los fenómenos sociales, vinculados cada uno de ellos a la

existencia de tipos particulares de sociedad:

a) el teológico, que explica los fenómenos como productos de

agentes sobrenaturales y se relaciona con un sistema

militar.

b) el metafísico, donde los agentes sobrenaturales son

sustituidos por fuerzas o entidades abstractas que se

asocian con una sociedad transitoria.

c) el científico o positivo donde el espíritu humano se aboca a

la tarea de descubrir las leyes o relaciones invariables entre

los fenómenos sociales e impulsa la creación de una

Page 40: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sociedad industrial, la sociedad burguesa europea u

occidental que constituye el ápice del progreso social.

Una vez que la burguesía consolidó su poder hacia finales del

siglo XIX y consideró realizado en Europa su ideal del

progreso, la historia y el evolucionismo dejaron de ser,

oficialmente, el interés fundamental de los pensadores

burgueses. En su lugar, lo relevante pasó a estar constituido

por el estudio sincrónico y la comprensión de los factores que

conforman el orden social para detectar los fenómenos

patológicos, como por ejemplo la insurgencia de la clase

trabajadora que amenaza la integridad del orden constituido.

Aquella tendencia que experimentó la burguesía, se ilustra en

la conocida obra del sociólogo francés del siglo XIX, Emile

Durkheim (1956) intitulada Les règles de la Methode

Sociologique. En la misma se resume la tradición empirista

occidental que se esforzaba sistemáticamente en conformar

una ciencia que estudiase la causalidad de las formas de

relación social que establecen los individuos entre sí,

buscando las determinantes de un hecho social específico en

otros hechos sociales antecedentes. Dicha ciencia –la

sociología- se fundamentaría en la regularidad con la cual se

producen los hechos sociales y en la existencia de un proceso

histórico progresista por el cual atraviesan las sociedades, de

manera similar al proceso de evolución lineal presentado en

las obras de Herbert Spencer y Auguste Comte. Para

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Durkheim no existía una sociedad única, sino una serie de

tipos sociales y culturales cualitativamente distintos que no

podían ser juntados todos, de manera continua, en una misma

secuencia histórica (1956: 76-88).

La influencia del pensamiento de Durkheim se reflejó en la

obra de algunos de sus seguidores como Marcel Mauss y Vidal

de La Blache, quienes introdujeron en la etnología y en la

geografía humana francesas los conceptos de modo de vida o

estilo de vida. Dichos conceptos aludían a la existencia de

complejos de actividades habituales que caracterizan la

existencia de los grupos humanos. Los elementos materiales y

espirituales de la cultura eran vistos como las técnicas y

hábitos transmitidos por la tradición que capacitaban a dichos

grupos humanos para vivir en ambientes particulares. La

persistencia de los mismos estaba asegurada no sólo por las

instituciones que mantenían su cohesión, sino también por

las tecnologías e implementos para la utilización de las

fuentes de energía y las materias primas. La transformación

de las sociedades a partir de los modos más arcaicos, los

recolectores-cazadores, ocurría como un flujo de procesos de

cambio que surgían progresivamente dentro de cada grupo

humano, por modificaciones en las condiciones ambientales o

en las relaciones entre grupos humanos, cuando se producían

entre ellos asimetrías en la estructura (tecnoeconomía), las

relaciones sociales o la ideología (Max Sorre, 1962: 393-415).

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Este tipo de reflexión podría haber influido también en la

formulación de la tesis relativista del neoevolucionismo o de

la evolución multilineal de los tipos culturales propuesta por la

escuela estadounidense, particularmente por Leslie White y

Julian Steward, quienes enfatizaban el estudio de las

regularidades interculturales a partir de un concepto de

sociedad estratificada sobre una base estructural (tecnologías

de subsistencia), a la cual se sobreponían la estructura social

y la cultural (ideología) que determinaban el perfil

sociocultural de los grupos humanos (Patterson, 2001: 110-

112; Sahlins y Service, 1961: 53; Friedman, 1983: 40).

La idea de la civilización y el progreso así como las tesis tanto

del evolucionismo clásico como del neo-evolucionismo que

surgirán posteriormente en los Estados Unidos, aunque

desplazadas académica y epistemológicamente en Europa y

Estados Unidos por nuevas teorías sobre la cultura y la

sociedad, siguen siendo utilizadas por los gobiernos de los

países capitalistas desarrollados para explicar y legitimar la

dominación que ejercen dichos países sobre sus colonias en

África, Asia, México. América Central, Suramérica y el Caribe,

y llevar a cabo lo que consideran como la misión civilizadora

del Occidente capitalista.

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CAPÍTULO 2.

Civilización y Procesos Civilizadores

En su acepción general, la palabra civilización se asocia con la

existencia de determinados pueblos que son considerados –

valga la redundancia- civilizados, donde el saber, la ciencia,

la tecnología y las virtudes humanas alcanzan su mayor nivel

de desarrollo. El concepto de civilización implica que en

torno a los pueblos altamente civilizados existen otros que no

lo son, considerados éstos como bárbaros. A estos pueblos

bárbaros, los civilizados tratan de convencerlos de que nunca

llegarán a ser civilizados a menos que se sometan a la

voluntad de los pueblos superiores. Considerada desde este

punto de vista, la idea de la civilización implica también la

existencia de jerarquías de clases sociales, culturas y razas.

En el plano singular, el concepto de civilizaciones específicas

se puede definir también como la construcción de identidades

culturales bajo particulares circunstancias históricas y

sociales, determinadas por un espacio y una cultura particular

(Braudel, 1980: 177-198), las cuales están a su vez

históricamente contenidas y representadas dentro una

Formación Socioeconómica determinada. Tanto la civilización

como la cultura aluden igualmente a los modos de vida

Page 45: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

generales de los pueblos, incluyendo por tanto los valores, las

normas, las instituciones y los modos de pensar que han

caracterizan en el tiempo el modo de existencia de diversas

generaciones (Huntington, 1997: 41).

En el caso de la denominada Civilización Occidental, la

pertenencia a la misma está determinada por la aceptación

de valores sociales y culturales como el individualismo, el

liberalismo, el constitucionalismo, los derechos humanos, el

gobierno de las leyes, el libre mercado, la separación de la

Iglesia y el Estado. Estos valores fueron proclamados como

universales de la cultura a partir del triunfo de la Revolución

Francesa o Burguesa, fase de la modernidad que se inició en

1783 (Patterson, 1997: 34-55). Según los que mantienen esta

tesis, esos valores sólo podrían existir dentro del sistema

capitalista, considerado este sistema como el fundamento de

la democracia burguesa. Por esta razón, dicha forma de

democracia y el american way of life de la sociedad

estadounidense o el european way of life de las monarquías y

democracias burguesas parlamentarias de Europa, son

consideradas por las elites dominantes de los países

capitalistas desarrollados como paradigmáticas para el resto

de la humanidad.

Desde el punto de vista heurístico que nosotros sostenemos,

una civilización puede definirse también como una

construcción histórica y territorial que incluye la cultura, los

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valores, los ideales, los conceptos sobre la organización

social, los factores materiales tecnológicos y económicos. En

tal sentido, la civilización es una entidad cultural que como tal

persiste, se transforma, se divide o se integra en nuevos

conjuntos. Una civilización puede como tal contener Imperios,

Ciudades-Estados, Estados nacionales singulares,

Federaciones y Confederaciones de Estados nacionales, y

llegar a coincidir con una entidad política determinada. Una

civilización implica igualmente procesos culturales

civilizadores mediante los cuales se reconoce la identidad

histórica y cultural, la conciencia de poseer una comunidad

de orígenes y de destinos compartidos por todos los pueblos

que la integran (Sanoja, 2006: 45).

Una civilización definida de esta manera, se concibe

asimismo como un sistema total que se expresa en diversos

procesos culturales particulares, los procesos civilizadores

cuya existencia –en nuestra opinión- está determinada por la

contingencia histórica, cultural y ambiental y el nivel de

desarrollo de las fuerzas productivas alcanzados por los

pueblos de una región particular, en un momento histórico

determinado. Según nuestra posición teórica, este concepto

aludiría también a la diversidad de líneas de desarrollo

histórico que caracterizan la construcción de las sociedades,

consideradas éstas como producto de la dinámica y las

tradiciones culturales singulares que configuran las mismas

en el seno de una civilización, las cuales corresponden con

Page 47: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

secuencias históricas concretas que denomina Darcy Ribeiro

procesos civilizadores específicos. Según este autor, los

mismos son el vehiculo de propagación de las revoluciones

tecnológicas que conducen hacia la actualización histórica de

los pueblos (Ribeiro, 1992: 24-25, 36).

La categoría histórica Modo de Vida tal como fue formulada y

desarrollada por Vargas-Arenas alude también a líneas de

desarrollo histórico concreto que existen al interior de las

formaciones sociales. Dichas líneas se manifiestan como

particulares y son explicadas por las leyes generales que no

solo gobiernan sus procesos y su desenvolvimiento como

conjunto sino también en sus etapas, aunque pueden existir

otras que tienen vigencia para determinados sistemas

sociales. Siendo cada formación económico social un sistema

social dado, la categoría Modo de Vida permite entender cómo

se cumplen en cada caso las leyes sociales generales y cómo

operan y se transforman las leyes específicas hasta el

surgimiento de las nuevas. La transformación de las leyes

sociales particulares no es azarosa sino el resultado de la

actividad humana, ya que son los hombres y mujeres quienes

conscientemente permiten el fin o el surgimiento de nuevos

sistemas sociales. En este sentido, la categoría modo de vida

permite reconocer la existencia de ciertas maneras

particulares de la organización de la actividad humana, de

ciertos ritmos de estructuración social, de ciertas formas de

darse las praxis particulares de una formación social que

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dinamizan su dialéctica, que nos permiten saber cuándo y

cómo pierden vigencia las leyes específicas de una formación

social para dar paso a nuevas formas de organización social

(Vargas Arenas, 1990: 63-67).

En el caso concreto de la Civilización Occidental, la lógica de

considerar los modos de vida europeos como un paradigma

civilizador equivalente a un universal de la cultura, sirvió para

legitimar el proceso de “actualización” histórica de los

pueblos que habitan en regiones como Europa Occidental y

Estados Unidos, el cual culminó con la segunda revolución

industrial en la segunda mitad del siglo XIX; por el contrario,

en otras regiones donde los pueblos no siguieron las mismas

líneas del proceso histórico, la concepción civilizadora

occidental hizo que éstos pareciesen condenados -en

consecuencia- a experimentar solo los efectos reflejos de

dicho proceso de “actualización” histórica.

Desde el punto de vista del concepto de civilización sobre el

cual se apoya la teoría clásica de la evolución social, los

pueblos capitalistas históricamente “actualizados”

conformarían el núcleo de pueblos avanzados, civilizados,

representados hoy día, como ya dijimos, en el llamado Grupo

de los Ocho. Según dicha definición, los otros, nosotros, la

periferia de dicho grupo de naciones, solo seríamos supuestos

pueblos atrasados en la historia, subdesarrollados, coetáneos

del todo capitalista más desarrollado.

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Evolución Cultural, Progreso y Civilización

Los evolucionistas sociales clásicos del siglo XIX consideraban

que tanto el mundo natural como la sociedad humana

estaban sujetos a las leyes inmutables de la evolución. Esa

condición histórica se manifestaba en la Ley del Progreso,

considerada como la expresión de un cambio direccional que

se desarrollaba en una escala global. El cambio social se

revelaba en diversas velocidades dependiendo de las etapas

en la cual se encontraran los distintos pueblos y de su grado

de desarrollo evolutivo. Lo que distinguía a los pueblos

civilizados era la existencia de instituciones estatales y

estructuras de clase enmarcadas dentro de un contexto de

ley, orden y progreso, aseveración que justificaba la

existencia de una jerarquía social, cultural y racial entre los

pueblos, a la cabeza de la cual se hallaban los países

industrializados de Europa, Estados Unidos y Canadá.

Con base a aquel conjunto originario de ideas, se conformó el

Darwinismo Social (Patterson, 1997: 47-49), tesis según la

cual todas las sociedades humanas progresaban naturalmente

desde las formas menos desarrolladas hacia las más

desarrolladas. Las formas más adaptadas se hallaban

ubicadas en el sector más elevado de esa jerarquía debido a

que eran las más perfeccionadas, las que habían avanzado

más en la escala del progreso, lo cual les permitía arrogarse

por tanto el derecho a dominar y explotar a las sociedades

Page 50: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

inferiores. Ello ha servido no solamente para legitimar las

políticas coloniales, neocoloniales e imperialistas del siglo XIX

y las del actual Grupo de los Ocho, países que se consideran

ser los más desarrollados del mundo, sino también las

jerarquías de clase y las políticas racistas que promueven los

enclaves sociales oligárquicos propiciados por el imperio en

los países de su periferia, conformados particularmente por

sectores de la clase media y la alta burguesía, empresarios y

jerarcas de la Iglesia Católica.

Cualesquiera otros sistemas políticos revolucionarios, sean

socialistas, capitalistas o nacionalistas, que reclamen para su

pueblo un estatus soberano frente a la dictadura mundial que

ejerce el Grupo de los Ocho, son considerados Estados

hostiles, parias y malvados, sobre los cuales aquéllos

consideran es necesario y legal ejercer acciones mediáticas y

policiales para eliminar los supuestos delincuentes opuestos

al gobierno imperial de los llamados pueblos civilizados.

El Paradigma Civilizador de Occidente y las Raíces del

Capitalismo

Para entender cómo se estructuró el paradigma civilizador

capitalista occidental, es importante exponer aunque sea de

manera muy sucinta sus orígenes históricos. No debemos

olvidar señalar que la civilización neolítica originaria que

antecedió en Asia Menor el surgimiento de la civilización de

Europa Occidental, estuvo caracterizada por la domesticación

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de los cereales, la invención de los sistemas de regadío, la

domesticación del ganado, la invención de la cerámica, de la

rueda, la invención del alfabeto, la escritura y,

particularmente, el desarrollo de los espacios urbanos y del

Estado, rasgos que se originaron en el Asia Menor y en la

región mediterránea del continente africano, las cuales

después serían llamadas sociedades despóticas por los

apologistas de la civilización occidental. Como expuso Gordon

Childe (1958: 2): ¨…The prehistoric and protohistoric

archeology of the Ancient East is therefore an indispensable

prelude to the true appreciation of European Prehistory…”

(Childe 1958: 2 (La arqueología prehistórica y protohistórica

del Oriente Antiguo es por tanto el preludio indispensable de

una verdadera apreciación de la Prehistoria Europea.

Traducción nuestra).

Lo anterior demuestra, como ya tod@s sabemos, que la cuna

y los orígenes de la civilización humana no se encontraban

originariamente en Europa Occidental sino en el Asia Menor y

en el norte de África. Como evidencia de lo anterior podemos

mencionar, como plantea el historiador y filósofo Martín

Bernal, que ya desde 1720 años antes de Cristo, la antigua

cultura egipcia había influido grandemente en el surgimiento

de la cultura clásica griega seguida posteriormente –hacia

1200 antes de Cristo- por las migraciones de pueblos

indoeuropeos hacia la península griega (Bernal, 1987: 20-21).

Las investigaciones arqueológicas y filológicas sobre las

Page 52: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

llamadas altas culturas neolíticas del Asia Menor, han

mostrado fehacientemente que los focos de mayor intensidad

cultural se localizan principalmente tanto en Irán como en el

actual Irak. En la aldea neolítica de Al’Ubaid, localizada en las

orillas del río Eúfrates, Irak, las investigaciones arqueológicas

permitieron localizar las primeras evidencias de la metalurgia

del cobre hacia el año 5000 antes de Cristo.

Para el año 3000 a.C., durante la fase dinástica Temprana,

los Sumerios ya habían comenzado a producir instrumentos

tanto de cobre como de bronce, tecnología que se expandió a

través de los Balcanes hasta el Mediterráneo oriental (Clark,

1977: 75-94). De la misma manera, otras investigaciones

arqueológicas y filológicas sobre las altas culturas neolíticas

del Asia Menor, cuyos focos se localizan en los actuales Irán,

Irak, Siria y Turquía revelan cómo, entre 5000 y 4500 años

antes de Cristo (Ehrich, 1971: 344-347), aquéllas se

expandieron a lo largo del valle del Danubio y la costa

mediterránea hacia Europa Occidental, habitada por antiguas

poblaciones mesolíticas nórdicas como las ertebollienses y

campiñenses (Childe, 1949: 206-212; Pittioni, 1949: 35-41).

Las poblaciones provenientes del Medio Oriente llevaron

consigo hacia el occidente de Europa las semillas de la

civilización neolítica originada en el Asia Menor dando origen

a lo que Gordon Childe denominó como Cultura Danubiense,

la cual constituye a su vez el fundamento de la sociedad

neolítica del centro y el norte de Europa (Childe ,1949; Ehrich,

Page 53: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

1971: 364-365; Cavalli Sforza, 2000: 104-105).

Las investigaciones llevadas a cabo por Arteaga y sus

colaboradores en Andalucía han mostrado -con sus proyectos

de investigación regional, enfocados desde el punto de vista

de la Arqueología Social- la existencia de un proceso

civilizador originario de neolitización aldeana en la región

atlántica mediterránea de aquella región, el cual habría

comenzado posiblemente entre 10000 y 8000 años antes del

presente, donde el cultivo de plantas se habría desarrollado

en los antiguos rebordes litorales de las zonas gaditanas,

sevillanas y onubenses, así como alrededor de los antiguos

humedales contemporáneos del estuario boreal del Bajo

Guadalquivir. Dicho proceso habría generado un modo de vida

calcolítico (agrícola-ganadero-minero-metalúrgico) que

culminó posteriormente en la formación de Estados Clasistas

Iniciales en dicha región. Este desarrollo de las fuerzas

productivas se tradujo en una considerable modificación

antrópica del paisaje, coincidente con la consolidación

temprana de la minería del cobre y la metalurgia (Arteaga y

Hoffman, 1999: 61-67). Esta propuesta geoarqueológica,

ambientada desde el punto de vista materialista dialéctico,

recoge la importancia que tiene el crecimiento de las fuerzas

productivas para impulsar el desarrollo del nivel sociohistórico

de los pueblos, pero advierte también sobre la degradación

ambiental que puede producir dicho desarrollo, incluso en

períodos tan tempranos de la historia de la sociedad europea

Page 54: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

mediterránea.

La posición de la Arqueología Social Ibero-Latinoamericana

permite mostrar, con base a las investigaciones de Arteaga y

sus colaboradores, un proceso civilizador estatal atlántico-

mediterráneo, con una dimensión histórica euroafricana.

(Arteaga, 2000: 6) que habría tenido como centro la región

meridional de la península Ibérica a partir del Neolítico Final,

durante el V- IV milenio antes de Cristo. De la misma manera,

las elaboradas series de dataciones radiocarbónicas obtenidas

y elaboradas con base a las investigaciones de Castro, Lull y

Micó (1996: 233-254) corroboran el carácter temprano del

aquel proceso en relación con otras regiones de Europa

Occidental y de la región mediterránea en general (Fig.1). Un

indicador arqueológico tal como la metalurgia del cobre

arsenicado, marcaría la existencia de la desigualdad social,

evidencia de una sociedad clasista inicial en formación sobre

la cual emergería posteriormente el Estado (Bate, 1984,

Arteaga y Nocete, 1996).

Podríamos considerar que las raíces de la actual civilización

europea, los procesos civilizadores mediterráneo y nórdico

propiamente dichos se hallaban consolidados en los inicios de

la llamada Edad del Bronce (ca. 4000 años a.p.), cuando el

marco organizativo de dicha sociedad ya operaba dentro de

un cuadro cultural bien definido a nivel local y regional donde

se afirmaban sus tradiciones culturales regionales: la nórdica,

Page 55: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la atlántica, la mediterránea andaluza, y las alianzas políticas

entre las mismas (Kristiansen, 1998).

El bronce fue una innovación tecnológica que permitió

reemplazar los antiguos instrumentos de piedra, madera y

hueso por nuevas herramientas cortantes así como por armas

más eficientes. Como explicaremos en capítulos posteriores,

las bases de la industria moderna fundamentada en el

desarrollo del movimiento circular comenzaron a consolidarse

en esa época con la fabricación de sierras, taladros y similares

en metal, herramientas que permitieron importantes avances

en el trabajo de la piedra, la madera, el hueso y la concha. El

descubrimiento de la reducción y fundición de los minerales

utilizando el carbón como combustible, significó el inicio de la

teoría científica en la física y la química.

Los artesan@s de la minería y la metalurgia formaban

posiblemente comunidades de trabajador@s y comerciantes

libres, vinculad@s quizás por intereses tecnológicos y

mercantiles, que no producían su propio alimento, sino que

dependían en buena parte de los excedentes intercambiados

con otras comunidades cuya economía era fundamentalmente

agro-pastoril y cuyas relaciones sociales se basaban

posiblemente en el parentesco, hecho que facilitó tal vez la

concentración de la riqueza en aquella especie de sociedad

temprana de empresarios. Puesto que inicialmente los

artesanos del bronce eran quizás extraños en una sociedad

Page 56: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

consanguínea, posiblemente desposeídos de tierras, es

posible que ellos y sus mujeres tuviesen una especie de

estatus intertribal que les permitía ejercer sus oficios y

ganarse la vida en diferentes pueblos y regiones. No sólo

manufacturaban y vendían sus productos de bronce, sino que

por su capacidad de viajar sobre largas distancias también

explotaban y vendían ámbar, alfarería y diversidad de otros

bienes destinados al comercio intertribal (Childe, 2004: 185-

186).

Quizás como refuerzo de esta aseveración, podemos mostrar

la amplia distribución espacial de lingotes metálicos en

forma de pieles de buey o de ovejas (Fig. 1.A) utilizados

quizás como moneda en ciertas regiones del norte de Europa

occidental (Kristiansen, 2001: 498-499, Fig. 192;

Demakopoulou, 1999: 37). Ello sugiere que las comunidades

vinculadas a la metalurgia del bronce pudieron haber jugado

también un papel importante tanto en la ganadería y el

pastoreo (género de vida transhumante) como en los circuitos

de intercambio comercial entre los pueblos del Mediterráneo

Occidental y el noroeste de Europa.

La existencia de estas formas precapitalistas de acumulación

de fuerza de trabajo, de bienes suntuarios o de ambos han

sido igualmente analizadas por varios autores como

indicativas de procesos productivos y mercantiles que

caracterizaron también algunas sociedades estratificadas o

Page 57: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

clasistas iniciales originarias de Asia y América (Ekholm y

Friedman, 1979; Sanoja y Vargas Arenas, 2000).

El cobre y el estaño, materias primas necesarias para producir

la aleación que se denomina bronce, no son elementos muy

comunes; las minas de dichos materiales se encuentran

generalmente en terrenos montañosos o desérticos distintos

a las planicies fértiles preferidas generalmente por los

agricultores neolíticos. Por estas razones, para satisfacer la

demanda de materias primas, la metalurgia tenía que ser

llevada a cabo por una comunidad de especialistas a tiempo

completo en la minería, el transporte, el procesamiento de los

minerales, la manufactura y la distribución y el mercadeo de

los objetos de bronce que, generalmente, eran insumos de

lujo y de prestigio, por lo cual la dicha comunidad mantenía

una relación simbiótica con las comunidades a las cuales

servían.

El proceso de trabajo de la minería estuvo quizás vinculado

también con el panteón de las antiguas religiones

indoeuropeas; los minerales moraban en el seno de la tierra,

protegidos o asociados posiblemente con divinidades o ninfas

del género femenino: el cobre deriva su nombre de la

divinidad conocida como Chalcis, y el hierro de la diosa o ninfa

Sidérea, por lo cual es muy posible que las mujeres tuvieran

una importante participación en la invención de los rituales y

asimismo en los métodos para extraer y tratar los minerales.

Page 58: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

La transformación de los metales en armas para la guerra, el

uso del fuego, del martillo y la fragua para moldear los

metales podría estar sin duda relacionada -en el caso

particular de las sociedades germánicas y nórdicas- con las

divinidades del fuego, el trueno y la guerra como Thor y Odín.

Esta posible asociación de las artes del fuego tales como la

alfarería, la minería y la metalurgia con las divinidades del

género femenino del inframundo y las divinidades del género

masculino que habitaban el Walhalla, el Olimpo germano, con

la forja de armas y herramientas, rodeaba quizás a las

comunidades de mujeres y hombres vinculados a la

fabricación de un cierto tipo de alfarería -el vaso

campaniforme entre otros- y al proceso de trabajo de la

minería, de la metalurgia y a la comercialización de sus

productos, con una subjetividad particular asociada con la

magia que los mantenía -de cierta manera- alejad@s de las

actividades cotidianas de las comunidades agropastoriles. De

igual manera, podría haber influido en la constitución de la

ideología de las elites y dinastías guerreras clasistas iniciales

vinculadas a la metalurgia del bronce y el hierro que llegaron

a dominar todo el ámbito europeo, estableciendo así una

diferencia ontológica con el surgimiento de las sociedades

clasistas iniciales orientales subsumidas en el llamado Modo

de Producción Asiático, y las americanas. Quizás por aquellas

razones, la reproducción de las comunidades de las y los

especialistas en minería, metalurgia y forja de metales, si bien

Page 59: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

dependía de los excedentes agropecuarios producidos por las

diversas comunidades de campesin@s, pastor@s y artesan@s

que vivían en sus áreas de influencia, facilitaba quizás así su

capacidad de intercambio comercial y político con aquéllas y

al mismo tiempo dominarlas vía el control de la producción y

la distribución de los bienes materiales (Childe, 2004: 177-

189).

Las sociedades de la Edad del Bronce, en general, podrían

haber representado el proceso de transición de

organizaciones sociales de tipo tribal hacia una clasista inicial

de tipo estatal, caracterizada por una acentuada división

social y económica basada en el territorio. En la región

atlántico-mediterránea de Andalucía, las primeras

manifestaciones de la sociedad clasista inicial del Cobre y el

Bronce son conocidas, respectivamente, como “Cultura de Los

Millares” y “Cultura del Argar” (Arteaga, 1992b,). La Cultura

de Los Millares supone no solamente la expansión e

intensificación de la agricultura y la ganadería, sino también

de la metalurgia del cobre (Arteaga y Hoffman, 1999: 67-68,

72-73).

Otros autores como Christiansen sostienen, por el contrario, la

existencia final en Europa Occidental, la Oriental y la Nórdica

de sociedades tipo Estado, pero sin instituciones burocráticas

desarrolladas, correspondiente al tipo denominado sociedad

estratificada (Christiansen, 1998: 76, 91). La estructura social

Page 60: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de los pueblos de la Edad del Bronce Tardío y la Edad del

Hierro del norte de Europa parece –según esta tesis- haber

estado constituida por confederaciones de cacicazgos o

Jefaturas y Señoríos, gobernadas cada una por un jefe

principal o rey. Cada lugar central de los mismos era a su vez

el espacio donde se fabricaban o se acopiaban los bienes de

prestigio así como las materias primas obtenidas por

intercambio comercial. Los vasallos y subjefes que habitaban

alrededor de cada centro, pagaban a su Señor tributos en

esclavos, hierro, oro, materias primas diversas y bienes

terminados. Cada centro subsidiario del lugar central

producía igualmente bienes de prestigio para la distribución

local y para el comercio regional. Es probable, pensamos, que

este rasgo constituya un antecedente remoto de la separación

entre ciudad y campo, entre la producción artesanal y

comercial burguesa y la producción agropecuaria campesina

que distinguen posteriormente la formación esclavista y la

formación feudal.

Considerando las posiciones teóricas enunciadas, creemos

que durante la llamada Edad del Bronce se habría formado en

Europa un tipo de sociedad estatal donde la metalurgia se

convirtió -al parecer- en la actividad principal de grupos de

especialistas, cuyo poder social y político parece haberse

basado en una comunidad dominante de intereses tecno-

económicos y comerciales para el control y la distribución de

la producción más que en las relaciones de parentesco que

Page 61: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

habían caracterizado a las antiguas sociedades igualitarias de

la comunidad primitiva. Como evidencia de ello se desarrolló

en la región atlántica-mediterránea de la península ibérica,

un proceso de estratificación social que implicaba

desigualdad social en relación a la apropiación de los bienes

materiales producidos en aquellos espacios sociales. En dicha

región donde ya existían evidencias de un Estado colectivista

en el cual se observaban formas de coerción social y

ordenamiento territorial, se nota así mismo una creciente

proyección estratégica territorial jerarquizada en aldeas

fortificadas construidas sobre cerros amesetados,

explotaciones mineras, talleres de metalurgia, campos

funerarios, etc., rodeados por asentamientos campesinos. El

desarrollo de las fuerzas productivas se refleja en la intensa

modificación antrópica del paisaje debido a la deforestación,

hecho que se evidencia en el aumento de la deposición de

limos aluviales tanto en la desembocadura de los ríos como

en las bahías litorales (Arteaga y Hoffman, 1999).

En el sur de la península ibérica, el desarrollo de la sociedad

clasista inicial de Los Millares estimuló a su vez el de un

sistema productivo agrícola, ganadero, minero y metalúrgico

que hizo posible la especialización tecnológica de la llamada

Cultura de El Argar, una de las más destacadas del

Mediterráneo y del Occidente de Europa, de la cual surge el

Estado centralizado Argárico (Arteaga y Hoffman, 1999: 73;

Artega, 2000: 33; Llul, 1983; Llul y Estévez, 1986; Castro, Lull

Page 62: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

y Micó, 1996: 238-242). La sociedad clasista inicial de El

Argar, sin tener que construir enormes obras hidráulicas como

en el Oriente, pudo de esta manera intensificar el desarrollo

de las fuerzas productivas mediante la coerción de los sujetos

dominados gracias a la administración controlada de los

bienes materiales básicos para la reproducción social,

particularmente los alimentos (Gilman 1981: 8; Arteaga, 2000:

36-37).

Un proceso similar también se evidencia en el surgimiento

durante la Edad del Bronce Tardío en Europa Occidental,

Nórdica y Oriental (mapa 1), de los llamados “campos de

urnas”, necrópolis o grandes cementerios que se asocian con

una vasta red comercial apoyada en pueblos que practicaban

la minería y metalurgia del bronce, especialistas en diversas

ramas de la producción, incluso en la manufactura vasijas

campaniformes asociadas al parecer con la fabricación de

cierto tipo de cerveza, red que se extendía desde la región

mediterránea de la península ibérica hasta la Europa Central y

la Oriental y hasta las islas británicas y desde el norte de

Europa hasta el Mediterráneo (Childe, 1949; Clark, 1977 181-

198; Martínez Navarrete, 1989:372-387; Christiansen, 1998:

15-18 y 354-400; Martínez, Lull y Micó, 1996; Castro Martínez,

1994; Arteaga, 2000:13 y 26). Según Arteaga (2000), el auge

de la Tradición del Vaso Campaniforme, originario de Portugal

y Andalucía, asociado con el apogeo de la metalurgia del

cobre y el bronce podría representar la proyección estatal del

Page 63: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

proceso civilizador atlántico-mediterráneo.

Durante el período del Bronce Antiguo, así como en el Bronce

Final (siglo VIII a.C.), la presencia de hoces en tumbas y

depósitos relacionados con enterramientos de mujeres de

bajo rango podría indicar el papel que éstas jugaban en el

cultivo y la cosecha de granos como la cebada, insumos que

eventualmente podrían ser utilizados para fabricar las bebidas

fermentadas (Christiansen, 1998: 258). Salvando las

distancias territoriales y cronológicas, podemos observar que

también en las culturas originarias suramericanas y caribeñas

las mujeres desempeñaban un papel similar en el cultivo y la

cosecha de granos y raíces utilizadas en la alimentación

cotidiana y en la preparación de bebidas fermentadas como la

chicha, fabricada a partir del maíz (Zea mayz) o del jugo

extraído del prensado de la harina de yuca (Manihot sculenta).

Dichas bebidas eran consumidas -particularmente- como

parte de los rituales colectivos que se observaban en las

ceremonias públicas (Sanoja, 1997: 105-129).

Hace unos 4000 años, como ya se expuso, poblaciones

conocidas como mercaderes de los “beakers”, el vaso

campaniforme, fueron también constructoras de las famosas

estructuras megalíticas europeas y quienes abrieron las

comunicaciones y rutas comerciales que permitieron la

difusión de la metalurgia. Se trataba posiblemente -como dice

Childe (1949: 248)- de bandas de mercaderes armados de las

Page 64: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

cuales formaban parte artesan@s que se desplazaban entre la

España meridional y el Mediterráneo hasta las islas británicas,

la Europa occidental, la central y la oriental hasta el río

Vístula. Es interesante preguntarse si la alfarería que

alimentaba esta red paneuropea de comercio y artesanía, no

era fabricada por las mujeres casadas con los acaudalados

comerciantes quienes, a su vez, eran guerreros e

intermediarios en la fabricación, el transporte y distribución

de los objetos metálicos (Childe, 1949: 247-254; Braidwood,

1967:155-157). Los portadores de los llamados “ajuares

campaniformes” estaban adscritos a los grupos dominantes,

actuando como intermediarios y agentes de sus respectivas

organizaciones que tenían a cargo el desarrollo de las

actividades comerciales. Los ajuares campaniformes aparecen

tanto en sepulturas individuales como colectivas (Arteaga,

2000: 26).

De manera concurrente, las diferencias regionales expresadas

en los diversos modos de vida y niveles de desarrollo en las

fuerzas productivas existente entre los pueblos de la Iberia

mediterránea, Europa occidental y central, históricamente

arraigadas, determinaron la importancia que adquirió el

intercambio comercial. Ello determinó luego en gran medida

el carácter costero de la civilización clásica y la génesis y

ulterior expansión de la civilización griega y del Imperio

Romano hacia el este y el oeste.

Page 65: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

El comercio marítimo era el único medio viable de intercambio

mercantil para distancias medias o largas, por lo cual el

Mediterráneo, el único gran mar interior en toda la

circunferencia de la Tierra, se convirtió en el privilegio físico

de la civilización antigua. Esta característica mediterránea

devino en el fundamento del proceso de cambio histórico que

culminó con una fase de expansión urbano-imperial durante la

cual se desplazó el centro de gravedad del mundo antiguo

hacia la península itálica (Sereni 1982: 63-87). Ello le imprimió

al modo de producción esclavista iniciado en Grecia un mayor

dinamismo que determinó el surgimiento en la península

itálica de la República y posteriormente del Imperio Romano.

Los griegos y los etruscos también se insertaron

posteriormente en aquellas estructuras regionales de poder,

contribuyendo al desarrollo de las redes comerciales

mediterráneas y al mismo tiempo a la consolidación de su

propio poder político (Castro, 1994: 172). Si la posterior

popularización de la metalurgia del hierro jugó un papel

importante en la colonización de Europa por parte de los

griegos y los fenicios, la adopción y la adaptación que hicieron

los pueblos de Europa Central y occidental del alfabeto fenicio

alrededor del siglo 8 antes de Cristo hizo posible la creación

de un vehículo para el pensamiento abstracto y la literatura

que, conjuntamente con las artes visuales, constituyeron un

aporte capital a la herencia cultural de la humanidad (Clark,

1977: 187).

Page 66: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Durante el Bronce Final de la Iberia mediterránea, siglos X a

IX antes de Cristo, las formaciones sociales se consolidaron

en una estructura aristocrática con base a la propiedad

privada de las tierras, ganados y minas por parte de la clase

dominante que se benefició de los medios de producción que

se hallaban bajo su control, dando nacimiento al Estado

Tartesio. Aquella región, por sus grandes riquezas

productivas, se convirtió en un polo de atracción centrado

alrededor del estrecho de Gibraltar. Los centros urbanos

tartesios, ahora asociados con el poblamiento fenicio, se

convirtieron en verdaderas poleis, impactando en la

transformación física del paisaje pre-romano (Arteaga y

Hoffman, 1999: 76-80). De la misma manera, el surgimiento

temprano de estas sociedades estatales urbanas en la

Andalucía Mediterránea, habría facilitado la colonización del

oecumene mediterráneo occidental por las culturas clásicas

(Kristiansen, 1998: fig.63).

La etnicidad y la identificación cultural fueron procesos que se

aceleraron en Europa a partir del año 2000 a.C., ya que los

modos de vida de los diferentes pueblos gravitaban en torno a

un acervo común de conocimientos metalúrgicos y de

tradiciones compartidas en materia de sistemas de valores

sociales y religiosos asociados al flujo comercial del bronce.

Debido a la naturaleza misma de la tecnología para obtener y

procesar dicho metal, se creó una dependencia en cuanto a

suministros de metales y conocimientos entre las diferentes

Page 67: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

regiones, desde la Andalucía mediterránea, la Europa nórdica,

la Central y la Occidental hasta las islas británicas, lo cual

aportó una dimensión extraordinaria a la sincronía de los

cambios culturales y sociales y de las tradiciones tecnológicas

(mapa 1).

Para el siglo VII antes de Cristo, toda la región del

Mediterráneo occidental se encontraba bajo el dominio de

cuatro pueblos que constituían poderes políticos y

comerciales: los tartesos, los griegos, los etruscos y fenicio-

cartagineses. Los tartesos, los fenícios-cartagineses y los

griegos dominaron el comercio marítimo del litoral andaluz y

las costas occidental del sur de Francia, en tanto los etruscos

y los fenicio-cartagineses, que ya constituían un importante

poder económico y político, controlaban el comercio terrestre

hacia los Alpes y los Balcanes, utilizando para el transporte

de mercancías y la protección de sus líneas de comunicación,

una importante flota de naves de guerra y naves mercantes

(Kristiansen, 1998: 181-196, 352;Warmington 1983:449-473).

A partir de 600 a.C. ya se había conformado en el

Mediterráneo una rica clase media de comerciantes y

terratenientes, donde florecieron las artes y los oficios y

destacaban los artesan@s especializad@s y comerciantes. La

producción artesanal y artística se preservó en la riqueza

funeraria presente como ofrendas en las tumbas familiares.

Esta tendencia se proyectó también hacia el norte de Europa,

Page 68: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

hacia las sociedades estatales guerreras como la llamada

cultura Hallstat occidental y la de los pueblos célticos

conocida como Cultura de La Tène, las cuales caracterizan el

modo de vida de las poblaciones europeas de la temprana

Edad del Hierro.

Aquel fue el momento cuando tanto el hierro -más abundante

y barato- como también el acero comenzaron a reemplazar al

bronce y cuando ya aparecen túmulos funerarios donde se

enterraban los cadáveres de los personajes de alto estatus

social acompañados con una profusa parafernalia ritual. Ello

indicaría la existencia de una importante acumulación,

comercio y consumo no-reproductivo de la producción

excedentaria de carros de guerra, armas, bienes de prestigio

de origen foráneo y eventualmente objetos de oro para fines

ceremoniales los cuales representaban también una

acumulación de valores esenciales para el comercio suntuario

entre las diversas elites dominantes (Frank, 1993: 388). De

igual manera los centros habitados fortificados, de los cuales

son ejemplo los de la llamada cultura Hallstatt, comienzan

también a aparecer localizados en áreas estratégicas

atravesadas por las antiguas rutas de comunicación del

suroeste de Europa. Ello nos revela la naturaleza de las

contradicciones que surgen posteriormente entre ciudades

como Roma y Cartago o Kart Hadasht (en fenicio: ciudad

nueva), ubicada esta última en el golfo de Túnez, Africa del

Norte, por el control de los yacimientos de materias primas

Page 69: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

como el cobre, el estaño, el hierro, el oro, el trigo, etc. (mapa

1), y la apropiación de fuerza de trabajo esclava necesaria

para desarrollar las fuerzas productivas de aquellas primeras

Ciudades-Estados del Mediterráneo occidental. (Warmington

1983: 451; 457-458)

Lo anterior también nos revela cómo, a diferencia de las

sociedades precapitalistas, clasistas e igualitarias americanas

--las cuales convivieron en un relativo aislamiento geográfico,

cultural y tecnológico-- las sociedades tribales igualitarias y

los Estados arcaicos europeos se desarrollaron desde la Edad

del Bronce dentro de una extensa red regional de comercio,

alianzas políticas e intercambio de tecnologías de punta para

la época, que conectaba la Europa occidental y la central con

los Estados del Mediterráneo oriental y del Próximo Oriente

desde los inicios del segundo milenio a.C.

Las formaciones sociales europeas no siguieron el camino que

las habría llevado a la constitución de las sociedades clasistas

iniciales similares a las de los llamados Estados despóticos

que caracterizaban a las civilizaciones orientales, los cuales se

desarrollaron mediante la extracción de la renta de la tierra

obtenida por la sobreexplotación de la fuerza productiva

constituida por el trabajo humano (Gándara, 1983). En su

lugar, a partir de la Edad del Bronce y luego en la Edad del

Hierro, las clases dominantes comenzaron a desarrollar una

tradición europea de tipo empresarial basada en un desarrollo

Page 70: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de las fuerzas productivas, encarnado en un control más

refinado de los medios de producción y distribución de bienes

materiales y la explotación de una fuerza de trabajo

perfectamente condicionada para servir a sus fines, así como

a la existencia de condiciones naturales favorables a dicho

proceso (Bartra, 1969:16). El mismo se fundamentó

inicialmente en la existencia de importantes yacimientos de

estaño, cobre y hierro, el flujo comercial de la metalurgia y el

ámbar, así como la difusión comercial de tradiciones alfareras

de manufactura y decoración como la representada en las

vasijas cónicas llamadas “beakers” que se encuentran

diseminadas por toda la Europa occidental y central.

Como podemos observar, resumiendo, en Europa Occidental

el proceso de desarrollo histórico de la civilización atravesó

por varias crisis de crecimiento. A partir de la Edad del

Bronce, como se denominó en el esquema evolucionista de

las edades tecnológicas sucesivas propuesto por los

arqueólogos Vedel Simonsen y Thomsen en el siglo XIX: Edad

de Piedra, Edad del Cobre y el Bronce y Edad del Hierro, las

sociedades clasistas iniciales, surgidas de la denominada

barbarie neolítica cuya economía descansaba en la

agricultura, el pastoreo y la utilización de la energía animal,

adoptaron formas de organización clasistas iniciales

gobernadas por un poder centralizado en elites nobiliarias,

pero sin la estructura burocrática de los llamados Estados

despóticos originarios que existían en el Asia Menor y en

Page 71: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Egipto. Es necesario aclarar que el término despótico es

despectivo para sugerir que los pueblos asiáticos que dieron

origen a las primeras formas sociales civilizadas, no pueden

ser considerados como similares a los de la llamada

civilización occidental.

El crecimiento de aquellas formas estatales originarias se

llevó a cabo en Europa vía la expansión territorial y la

apropiación y acumulación cada vez mayor de la fuerza de

trabajo de las poblaciones periféricas más débiles; a éstas sí

se les dominó y explotó mediante el sistema de esclavitud

generalizada de grandes contingentes humanos, como

ocurriría muchos siglos después con las poblaciones

originarias americanas; ello fue denominado por Marx, el

Modo de Producción Esclavista (Clark, 1977: 151-188;

Christiansen, 1998: 101-164).

En el caso de Europa occidental, ciertas sociedades clasistas

iniciales o estatales de la Edad del Hierro se transformaron,

como sucedió con Roma, en Ciudades-Estado convertidas en

res publica, repúblicas patricias gobernadas por una

asamblea (o Senado) de representantes de los diversos clanes

o linajes dominantes, lo que se extendió sobre un territorio

que englobaba todo el Mediterráneo, Egipto, buena parte del

Suroeste de Asia, la Europa temperada y las islas británicas

ocupadas por pueblos celtas (Sereni 1982: 89-128; Clark,

1997: 199). Cuando el ritmo y el costo social y económico de

Page 72: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la reproducción de las res publica ya no pudo mantenerse

con sus propios recursos, el gobierno republicano tuvo que

apropiarse de materias primas como el oro y plata, prisioneros

de guerra y esclav@s, expoliando pueblos y territorios cada

vez más lejanos, aumentando de manera desproporcionada la

inversión en gastos militares no reproductivos. Ello determinó

el fin del gobierno civil del Senado y la instauración de un

Estado imperial gobernado por un César o emperador

apoyado en el poder militar de las legiones romanas.

Bajo este modo de producción, la utilización masiva de la

mano de obra esclava como sustitución de la inventiva

tecnológica que habría podido potenciar la producción

agropecuaria y la artesanal produjo, por el contrario, un

estancamiento del nivel de desarrollo de las fuerzas

productivas, por lo cual el Imperio Romano pasó a depender

en buena parte de la productividad de la fuerza de trabajo de

los pueblos periféricos o “bárbaros”, hasta su colapso

definitivo en el siglo VI de la era.

El concepto de Modo de Producción Germánico fue

desarrollado por Marx para describir a los pueblos autónomos

europeos que habitaban la frontera norte del Imperio Romano.

Según autores como Gailey y Patterson (1995: 81-82), tras la

caída del imperio los pueblos germánicos heredaron los

espacios que antiguamente habían sido conquistados y

colonizados por Roma en la Europa occidental, originando un

Page 73: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

proceso de mestizaje étnico y cultural con otros pueblos

“bárbaros” que habitaban la periferia del imperio, el cual

habría tenido como resultado el desarrollo de la Formación

Feudal.

La Formación Feudal que reemplazó al Imperio Romano

aparece como “...una evolución alternativa del comunalismo

primitivo germánico, en condiciones de ausencia de desarrollo

urbano debido a la baja densidad de población en una

extensa región...” (Marx y Hobsbawn, 1972: 19), resultado de

la repartición del botín territorial entre los numerosos jefes

tribales de la barbarie europea que habían apresurado el

colapso de dicho imperio. La consolidación de las nuevas

relaciones de producción transformó a las poblaciones de

campesin@s y pastor@s en sierv@s del Señor feudal. Las

nuevas formas de propiedad territorial permitieron la

introducción de importantes innovaciones en la tecnología

agraria, tales como el arado con hoja de hierro, nuevos

sistemas de arneses para mejorar la tracción animal, el uso de

molinos de viento para producir energía mecánica, el uso

sistemático de abonos para mejorar la calidad de los suelos y

la rotación trienal de los campos de cultivo, lo que se

manifestó en la producción de excedentes agrarios, una

mejoría de los niveles de vida y el crecimiento de la población,

particularmente la población urbana o burguesa donde se

había refugiado la producción artesanal y la actividad

comercial que servirían de palanca al desarrollo de formas

Page 74: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

tempranas de capitalismo mercantil hacia el siglo XII de la era

cristiana (Pirenne, 1963; Anderson, 1979: 147-200; Braudel,

1992-II: 26-80).

El Capitalismo Mercantil

Durante la Alta Edad Media, los excedentes de producción

engrosaron los rústicos centros urbanos o burgos, los cuales

se convirtieron en lugares centrales de los mercados

regionales y centros de manufacturas artesanales. Dichos

excedentes se cambiaban por la mercancía denominada

dinero que circulaba sobre grandes extensiones territoriales,

generando un proceso de acumulación monetaria burguesa

distinto a la acumulación de mano de obra servil o esclava y

de productos básicos que generaba la propiedad agraria. En

las ciudades crecieron oligarquías de mercaderes y artesan@s

que asumieron el control de la producción, del intercambio

comercial y monetario, proceso que hacia el siglo XII de la era

había ya generado una acumulación considerable de capital

mercantil (Pirenne, 1963: 151-159; Braudel, 1992 II: 201). En

su obra más reciente el filósofo marxista Istvan Mészáros

(2009:83), reconoce también este hecho cuando asienta:

"… El capital ha estado con nosotros por un tiempo muy largo

en una forma u otra; en verdad, en algunas de sus formas

limitadas, durante miles de años. Sin embargo, solo en los

últimos trescientos o cuatrocientos años bajo la forma de un

Page 75: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalismo que pudiese llevar a cabo la lógica

autoexpansionista del capital, sin imprtar lo devastadoras de

las consecuencias para la supervivencia misma de la

humanidad…"

El mantenimiento de aquella nueva forma de economía

burguesa requería el mejoramiento los medios de transporte

para comerciar con territorios y pueblos cada vez más lejanos,

ubicados incluso en los más remotos confines de Asia. Esta

actividad produjo un considerable desarrollo material y social,

particularmente de los conocimientos y técnicas relacionadas

con la navegación de alta mar.

La expansión mercantil de la sociedad feudal determinó una

excesiva deforestación de los bosques y una sobreexplotación

de los suelos agrícolas. En consecuencia, descendieron los

rendimientos agropecuarios, al mismo tiempo que aumentó la

demanda de insumos derivados de dicha producción: lana,

tejidos, vinos, granos, carnes ahumadas, etc.; aumentó la

natalidad y –al igual que en Roma- la dependencia hacia el

trigo importado de Europa Oriental. La producción minera de

plata y oro se paralizó por el agotamiento de las vetas o por la

incapacidad técnica para explotar nuevos yacimientos y para

refinar mejor dichos metales.

Como consecuencia de lo anterior, se produjo una crisis social

y económica generalizada en Europa Occidental,

caracterizada por el abandono de las tierras cultivadas,

Page 76: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

guerras y sublevaciones de campesin@s y artesan@s, guerras

internacionales, aumento del precio del dinero y de las

manufacturas, pandemias como la viruela, la sífilis, y

hambrunas que arrasaron con centenares de miles de vidas

humanas.

Para finales del siglo XV, el modo de producción feudal había

llegado a su fin. El Imperio Mongol había cortado todas las

rutas comerciales terrestres entre Europa y Asia, de manera

que ciertos reinos como Portugal y luego España comenzaron

a explorar rutas marítimas para acceder a Cathay o China y a

la India, proceso que terminó con el viaje trasatlántico de

Cristóbal Colón hacia las tierras americanas que él suponía

eran la India (Sanoja, 1992: 9-10), el cual curiosamente zarpó

–como dice la historia oficial- del puerto de Palos de Moguer

en el litoral atlántico mediterráneo español (mapa 2).

A partir de aquel momento comenzó la gran expansión

colonial del capitalismo mercantil hacia el mundo periférico.

Dicho en en palabras de Dussel:

"... la centralidad de Europa en el “sistema mundo” no es

fruto sólo de una superioridad interna acumulada en la Edad

Media europea sobre las otras culturas, sino también el efecto

del simple hecho del descubrimiento, conquista, colonización

e integración (subsunción) de Amerindia (fundamentalmente),

que le dará a Europa la ventaja comparativa determinante

sobre el mundo otomano-musulmán, la India o la China. La

Page 77: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

modernidad es el fruto de este acontecimiento y no su

causa…Aún el capitalismo es el fruto, y no la causa de esta

coyuntura de mundialización y centralidad europea en el

“sistema mundo”. La experiencia humana de 4500 años de

relaciones políticas, económicas, tecnológicas, culturales del

“sistema interregional”, será ahora hegemonizada por

Europa, que nunca había sido “centro”, y que en sus mejores

tiempos sólo llegó a ser periferia…” (1998: 51-52).

El hallazgo en Suramérica y Mesoamérica de enormes

riquezas de oro, plata y piedras preciosas, potenciaron el

decaído proceso de acumulación capitalista europeo e incluso

el asiático. La apropiación de recursos naturales como el

maíz, planta americana que era cultivada y consumida por

todas las poblaciones originarias americanas, hizo posible su

utilización como alimento para los animales: ganado vacuno,

caballar, porcino, aves de corral, etc. Este hecho propició la

expansión de la ganadería y el consumo de carne por parte de

la población y liberó una parte importante de la producción de

trigo que se utilizaba como alimento para el ganado, para ser

destinado preferentemente a la alimentación de la sociedad

burguesa. La apropiación de otros cultivos americanos como

los de la papa y el tomate pusieron al alcance de las

poblaciones europeas empobrecidas alimentos baratos y

abundantes que terminaron con las hambrunas cíclicas que

azotaban la fuerza de trabajo europea, determinando una

mejoría sensible en su calidad de vida (Sanoja, 1997: 195-

Page 78: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

202; Braudel, 1992:- I: 104-172).

La importación desde Nuestra América hacia Europa

Occidental de mercancías tales como café, cacao, algodón,

melazas de caña de azúcar, maderas preciosas, vainilla,

zarzaparrilla, etc., y la exportación hacia América de loza

doméstica, objetos de vidrio, licores, quesos, jamones, telas,

velas de cera, clavos, etc. generó, particularmente entre

Europa occidental, el Caribe y la región noreste de Suramérica

vastas redes de intercambio mercantil, consolidando la

importancia del crédito y el comercio a larga distancia. Para

fortalecer dicho proceso, se perfeccionaron instrumentos de

cambio tales como los giros o letras de cambio y se

establecieron bolsas de comercio en Londres, Ámsterdam,

París, Sevilla, etc., para especular con los precios de las

mercancías no perecederas (Braudel, 1992; II: 81-114; Sanoja

y Vargas-Arenas, 2005: 300-306).

A partir del siglo XVI, la sociedad capitalista mercantil de

Europa occidental, gracias a su expansión colonial, entró en

una fase de acumulación y concentración de capitales que

culminó en el siglo XVIII con el despegue del capitalismo

industrial y la disolución definitiva de la Formación

Socioeconómica Feudal. Con la toma del poder por parte de la

clase burguesa hacia finales del siglo XVIII, el paradigma

histórico que legitimó el triunfo de la Revolución Francesa, la

noción de progreso convirtió a la Europa capitalista en el

Page 79: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

paradigma dominante del proceso civilizador occidental, en la

conciencia reflexiva, la filosofía moderna de la historia

universal, de los valores, invenciones, descubrimientos,

instituciones políticas, etc., que se atribuye a si misma como

su producción (Dussel 1998: 52). Por esta razón, los

conceptos de dinamismo y cambio social adquirieron -desde

el siglo XVIII- mayor preeminencia en el pensamiento

histórico, político y filosófico mundial de la de la sociedad

burguesa que el concepto de estabilidad.

A la par que la noción de progreso, la noción de espacio se

había convertido en un elemento importante para el

pensamiento de los filósofos del Romanticismo, ya que el

suelo, el territorio era esencial para explicar la formación de

las naciones, pueblos y razas cuya existencia sustentaba la

existencia misma de los pueblos europeos, elegidos por la

historia. Una raza podía atravesar diferentes edades, pero

retenía siempre una inmutable esencia individual que se

transmitía a través de los lazos de sangre y la formación de

una herencia cultural común. Por eso el mestizaje, la mezcla

de razas era considerada por la filosofía del movimiento

romántico europeo como desastrosa: para ser creativa, una

civilización debía ser racialmente pura, tal como sostenían

etnólogos y arqueólogos racistas europeos como Gobineau

(Trigger, 1978:65) y Kosinna (Trigger, 1978: 81-82). Por tal

razón, afirmaban, Grecia y Roma, consideradas como el

epítome, la infancia de Europa, no podían ser vistas como

Page 80: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

fruto del mestizaje y la colonización de los pueblos originarios

europeos con los africanos y los semitas provenientes del

Medio Oriente y el Asia Menor, como efectivamente hemos

visto que ocurrió. De ese contexto ideológico derivaron

posteriormente las ideas racistas del nazismo, del antiguo

apartheid surafricano, del sionismo, y en general todas las

tesis discriminatorias y racistas que fundamentan el discurso

ideológico de la mayor parte de las clases medias y las

burguesías, particularmente de las latinoamericanas.

Fig. 1. Posible moneda de bronze en forma de piel de ganado

Fig. 2. Cuadro cronológico tomado de Castro, Lull y Micó

(1996: 233-254). Colocar en pag. 38.

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Capítulo 3.

El Materialismo Histórico y el paradigma del Progreso

Entre mediados y finales del siglo XIX, auge de la época

victoriana en Inglaterra, momento cuando Marx escribió sus

obras Los Grundrisse y El Capital, Engels su libro sobre El

Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, y

Morgan sus libros La Sociedad Antigua y Houses and House-

life of the American Aborigines, el capitalismo industrial

estaba entrando, tanto en Europa como en los Estados Unidos

en una fase de intensificación, expresada en el auge de la

construcción de fábricas y máquinas que servirían para

construir nuevas fábricas y máquinas. Los altos costos que

implicaba el desarrollo de esta nueva fase del capitalismo no

podían ser financiados solamente con los beneficios

obtenidos de la explotación despiadada a la que estaba

sometida para entonces la fuerza de trabajo y los recursos

naturales con que contaban las naciones de Europa y los

Estados Unidos. La solución fue iniciar un nuevo y sangriento

período de expansión colonial. Estados Unidos se anexaron los

territorios del norte de México, país que perdió casi la mitad

de su territorio nacional. Inglaterra se apoderó de la India,

parte de África, de China y de Oceanía; Francia, Holanda,

Page 84: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Austria, Alemania, Bélgica e Italia se apropiaron de todo el

resto de África, del Sureste de Asia, de Oceanía, colonizaron

la Europa Central y los Balcanes y casi se apoderan de

Nuestra América. Por desgracia para los europeos (y para

nosotros también), Estados Unidos, siguiendo su dogma del

destino manifiesto, ya había decidido y hecho saber a las

potencias europeas a través de la Doctrina Monroe, que

Nuestra América -y Venezuela en particular- era de su

propiedad exclusiva.

Casi simultáneamente con las obras de Marx, Engels y

Morgan, apareció en 1859 la de Charles Darwin, Origen de

las Especies, donde este autor expuso sus ideas sobre las

leyes de la evolución biológica y de la selección natural del

más fuerte. En palabras del mismo Darwin:

“…La selección natural tiende a hacer cada ser orgánico tan

perfecto como, o ligeramente más perfecto que los otros

habitantes del mismo país con los cuales compite. Podemos

ver que ésta es la medida de la perfección que se puede

alcanzar en la naturaleza…” (1909, vol.11: 213) “…Yo pienso

que es inevitable que en el curso del tiempo se formen

nuevas especies a través de la selección natural y que las

otras se hagan cada vez más raras hasta que se extingan

definitivamente…” (1909, vol.11: 121). “…La selección

natural actúa mediante la vida y la muerte determinando la

supervivencia del mejor adaptado y la destrucción de los

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individuos menos adaptados…” (1909. vol.11: 206).

(Traducción nuestra).

La utilización tendenciosa del concepto de la selección natural

aplicada a la sociedad, contribuyó a consolidar las ideas sobre

el carácter direccional del progreso social, la evolución de la

cultura y la sociedad como la justificación ideológica del

colonialismo y de la explotación capitalista de los pueblos

“inferiores” por parte de los pueblos escogidos para liderar la

marcha del progreso.

Los principales filósofos e intelectuales europeos de la época,

Marx y Engels incluidos, así como también numerosos teóricos

de la Segunda Internacional, no pudieron escapar a las

determinaciones ideológicas que imponía la tesis positivista

en boga para la época en relación a la evolución de la Cultura

y el Progreso Social, “…de las fases necesarias e

insorteables por las que tenían que atravesar las sociedades

en el curso de su evolución para acceder al estadio de la

civilización plena” (Díaz Polanco, 1989:83-84). De una manera

europocéntrica, la línea evolutiva que habían seguido los

pueblos de Europa Occidental desde la prehistoria, fue

extrapolada por los filósofos positivistas como el paradigma

del progreso de la humanidad.

Con base al paradigma occidental de la evolución de la

cultura, expresaron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista

(2007) la teoría del materialismo histórico sobre el desarrollo

Page 86: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

histórico de la sociedad. La historia de la humanidad

modelada sobre la modernidad burguesa, consideraba el

capitalismo como el triunfo final de la burguesía, la etapa

superior de la evolución de dicha sociedad. Marx y Engels

consideraban que el triunfo de la burguesía europea, cuya

condición esencial de existencia era la acumulación de

riqueza, sacudiría los cimientos del viejo orden señorial

feudal y llevaría a su más alto nivel el desarrollo de las

fuerzas productivas. Aunque nunca expusieron

detalladamente como serìa la futura alternativa a la

civilización capitalista, a diferencia de los historiadores

burgueses de su època ambos filósofos consideraban que el

socialismo y el comunismo serían la fase final de dicho

proceso evolutivo, período en el cual se sentarían las bases

para dar el salto revolucionario hacia la sociedad ideal. El

paso al socialismo se haría en aquellos países europeos como

Alemania, donde en el siglo XIX existían las que se

consideraban las más avanzadas condiciones de civilización.

En el siglo XIX, la mayor parte de los pensadores y filósofos y

particularmente toda la burguesía europea y estadounidense,

estaban imbuidos con las tesis del evolucionismo cultural, con

la idea del progreso lineal que legitimaba la preeminencia de

la sociedad europea, particularmente la occidental y la

nórdica, paradigma de la civilización occidental, sobre todos

los otros pueblos del mundo. Las propuestas filosóficas de

Marx y Engels, como vemos, no escaparon a esa coyuntura

Page 87: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

ideológica, por lo cual el proceso evolutivo que condujo a la

sociedad Europea Occidental desde la Comunidad Primitiva

hasta el Capitalismo llegó a ser considerado –incluso por los

mismos pensadores marxistas- como un universal de la

cultura humana.

Dialécticamente, según el paradigma europeo del progreso

que animaba el pensamiento de Marx y Engels, el desarrollo

burgués de las fuerzas productivas fortalecería a su vez el

poder de la verdadera clase revolucionaria, el proletariado;

llegado el momento, la revolución triunfante aboliría la

sociedad burguesa para constituir finalmente en Europa una

sociedad libre, sin clases, sin propiedad y sin explotación del

trabajo de los proletarios; la sociedad comunista sería la fase

final de la perfección humana, de la civilización. De esta

manera, el pasado quedaría integrado en una línea continua

de evolución con el presente, dominado por la civilización

occidental capitalista, cuya plena realización produciría, por

negación dialéctica, el triunfo de la clase trabajadora, la

derrota de la burguesía, el advenimiento de la futura sociedad

socialista y finalmente la utopía de la Sociedad Comunista.

Según Palerm (1986: 50), Marx no proponía una secuencia

evolutiva lineal, sino un proceso histórico abstracto deducido

no directamente de la historia concreta, sino de las exigencias

estructural-funcionales del capitalismo de su tiempo

proyectadas hacia el pasado como posibilidad de explicación

Page 88: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

del presente. Su obra El Capital –dice el autor- constituye un

análisis casi exclusivamente económico de una estructura

social cuyos elementos constitutivos responden a una

situación de mercado.

Según el análisis que hizo Rosa Luxemburgo, El Capital

muestra la existencia de un proceso expansivo constante del

modo de producción capitalista asumiendo, por razones

metodológicas, que no existen en el mundo más que dos

clases: capitalistas y obreros. Sin embargo, decía

Luxemburgo, la condición colonial no estaba presente en el

modelo analítico de Marx, aunque las guerras coloniales son

indispensables para que se cumpla el ciclo de reproducción

ampliada del capital. Para su existencia y desarrollo, el

capitalismo necesita estar rodeado de formas de producción

no capitalistas y apropiarse violentamente de los medios de

producción más importantes de los países colonizados, lo cual

implica la participación en dichos procesos de otros actores

sociales como los campesino@s y pastor@s, grupos

aborígenes, etc., que no son ni obreros industriales ni

capitalistas (Luxemburgo, 1967).

Afirmando lo expuesto por Rosa Luxemburgo, podemos

observar que el desarrollo mercantil de la economía colonial

en Venezuela así como en otros países de la vertiente

atlántica de Suramérica y del Caribe, se sustentó en la

creación de enclaves mono-productivos dominados por el

Page 89: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sistema de trabajo esclavista de la plantación, lo cual permitió

concentrar la acumulación de tecnología y de capitales para

producir bienes de consumo (café, cacao, melazas, tabaco,

etc.) cuya distribución era negociada finalmente a través de

las bolsas de comercio de Ámsterdam, Londres, París y otras

de su género. Las plantaciones habrían equivalido, de cierta

manera, a las actuales maquilas implantadas por el

neoliberalismo en el Tercer Mundo, donde se utiliza mano de

obra nativa sub-pagada, explotada y neo-esclavizada, formas

socioeconómicas características del capitalismo periférico. Lo

anterior nos indica que la creación de una economía de

mercado fue en el siglo XVIII una condición necesaria, pero no

suficiente para la formación del proceso capitalista en aquella

región (OEA, 1960; Sanoja y Vargas-Arenas, 2005:125- 127;

Mintz, 1971).

Fuera de las plantaciones, la mayoría campesina de la

población continuó viviendo y practicando hasta las primeras

décadas del siglo XX, formas culturales y socioeconómicas

que representaban procesos alternativos al capitalismo

mercantil imperante, hecho que los pensadores marxistas de

la década de los años sesenta y setenta del pasado siglo

denominaban como sistemas sociales duales, los cuales

contrariaban la ortodoxia de la teoría de los modos de

producción imperantes para la época. Lo que señalan en

verdad dichos procesos, es la necesidad de desarrollar una

teoría específica de las formaciones y modos de producción

Page 90: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nuestramericanos y de los venezolanos en particular (Sanoja y

Vargas-Arenas, 1992; Amin, 1997-1998; Vargas-Arenas,

2007a).

Lumbreras (2005: 263-264) aporta también interesantes

elementos para el análisis de la polémica sobre la existencia

de diversas líneas de evolución de la sociedad, lo que

nosotros llamaríamos procesos civilizadores. De acuerdo con

la posición teórica marxista -dice- “…el paradigma unilineal de

la historia que partiendo de la comunidad primitiva se

estructura en formas progresivamente más complejas de

sociedades clasistas (esclavismo, feudalismo y capitalismo)

hasta desembocar finalmente en el socialismo como fase

previa a la sociedad comunista sería un camino universal de

la historia humana que debería poder aplicarse con carácter

de ley en el análisis de la historia particular de los pueblos

para explicar las circunstancias concretas de su existencia y

poder aplicar el valor predictivo de la ley científica en el

diseño de una estrategia hacia el futuro” (Énfasis nuestro). Sin

embargo, sigue la polémica. Marx (1972) en sus notas sobre

las “Formas que preceden a la formación capitalista” dejó

planteada la existencia de varios modos de producción

distintos al esclavismo para acceder a la sociedad de clases,

entre los cuales destacaba el modo de producción asiático,

modos que diferían entre sí por las condiciones de

organización de las relaciones sociales de producción, lo que a

su vez se traducía en una explicación multilineal de la historia

Page 91: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de la humanidad. En términos de la estrategia política, ello

significa que existirían diversos caminos para llegar al

socialismo, no necesariamente siguiendo la vía de la

“dictadura del proletariado” enunciada originariamente por

Marx, Engels y Lenin.

Podríamos preguntarnos como corolario de esta discusión: ¿Se

podría justificadamente utilizar de manera acrítica este

paradigma evolutivo del progreso para explicar

históricamente el surgimiento del socialismo en Nuestra

América? La respuesta sería no, ya que dicho paradigma –

como hemos visto- no constituye un universal de la cultura de

la humanidad, sino uno de los diversos procesos civilizadores

que asume el desarrollo de la humanidad dentro de un

conjunto de diversas relaciones sociales históricamente

concretas y determinadas. La sucesión de modos de

producción señalados por Marx y Engels describe

acertadamente la línea particular de desarrollo del proceso

civilizador europeo, y mediterráneo en particular, cuyos

componentes, como hemos mostrado en el capítulo anterior,

difícilmente pueden ser duplicados en otra situación. Sin

embargo, como afirmara Chesneaux (1969: 116-118),si

entendemos que el marxismo y el materialismo histórico

pueden efectivamente propiciar investigaciones científicas, no

se trata entonces de sustituir el dogmatismo de la

universalidad del esclavismo y del feudalismo por un

neodogmatismo del modo de producción asiático ignorando

Page 92: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

las cuestiones fundamentales que se plantean en Asia, Africa

y América, sino de alcanzar un conocimiento de la historia de

esos pueblos que permita una práxis revolucionaria más justa

y eficaz que oriente adecuadamente la construcción de los

nuevos socialismos del siglo XXI. Como analizaremos en las

páginas subsiguientes, por lo menos hasta el siglo XVI de la

Era Cristiana, el proceso civilizador capitalista europeo-

mediterráneo representaba aproximadamente a un tercio de

la sociedad mundial. El restante setenta y cinco por ciento

de dicha sociedad mundial, como ya sabemos, estaba

representado por sociedades mercantiles o no capitalistas que

podrían asimilarse grosso modo con el denominado" modo de

producción asiático" o sociades clasistas iniciales..

Como corolario podríamos dejar establecido que si bien existe

una teoría general de los modos de producción capaz de

explicar dialécticamente la historia de la Sociedad en su

conjunto, dicha explicación debe ser validada mediante la

formulación de teorías particulares que contribuyan a explicar

la diversidad de procesos culturales civilizadores que

conforman la realidad concreta entendiendo -como dijo Marx

en el volumen I de los Grudrisse (1967: 30)- que “…Le concret

est le concret parce qu’il es la synthèse de nombreuses

deterninations, c’est l’unité de la diversité…” (Lo concreto es

lo concreto porque es la síntesis de muchas determinaciones,

es la unidad de la diversidad…”. Traducción nuestra).

Page 93: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Lo anterior se refleja concretamente en el desarrollo de las

diversas propuestas particulares y concretas de construcción

socialista que están tomando cuerpo en distintas naciones de

Suramérica y el Caribe, las cuales nos indican que es

necesario reevaluar la explicación teórica de la evolución de

la humanidad enunciada por el materialismo histórico. Ya no

se trata, en el presente caso, de dilucidar una discusión

académica pasada de moda que tuvo lugar en las décadas de

los años sesenta y setenta del pasado siglo sino, como nos

muestra Vargas-Arenas (2007), de clarificar una teoría social

particular que fundamente el diseño de una estrategia

concreta para construir la sociedad socialista en Nuestra

América.

Para elaborar nuevas tesis teóricas que permitan analizar

prospectivamente la historia de la sociedad

nuestroamericana, es necesario que exploremos el potencial

transformador de otras líneas de desarrollo histórico que no

surgen directamente del paradigma civilizador capitalista

europeo, como son las que se desprenden de un paradigma

civilizador alternativo como el llamado "Modo de Producción

Asiático o "Despótico" Consideramos particularmente

importante analizar su concreción histórica nuestroamericana,

ya que los actores políticos y sociales llamados a conformar el

sujeto histórico de nuestra revolución –como señalábamos

anteriormente a propósito del pensamiento de Rosa

Luxemburgo- representa una extraordinaria diversidad

Page 94: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

cultural y étnica. La diversidad y sus consecuencias no son

fenómenos pasajeros, son una constante histórica; no

podemos prescindir de ellos a voluntad, como quien deja de

lado unos detalles sin importancia. Cada vez que ello se ha

intentado, se han tenido que pagar altos costos sociales y

políticos (Díaz Polanco y Sánchez, 2002: 29).

El Modo de producción Asiático: una expresión del

clasismo inicial

El concepto de despotismo oriental comenzó a ser

desarrollado originalmente por Aristóteles. Para este autor,

dicho concepto aludía a la existencia de reinos o gobiernos

tiránicos y de pueblos que tenían tendencia a la servidumbre,

sometidos al yugo del despotismo de los gobernantes. Este

carácter despótico –decía Aristóteles- era más acentuado en

los pueblos asiáticos que en los de la Europa clásica.

Posteriormente y de distintas maneras, el concepto de

despotismo oriental fue desarrollado también por pensadores

como Maquiavelo, Hobbes, Montequieu y Stuart Mill y

finalmente Hegel (1978: 207-209). Este último contemplaba

la existencia de tres formas de despotismo asiático: a) El

Despotismo Teocrático o Estado Patriarcal, ejemplificado en

los imperios chino y mongol, b) La Aristocracia Teocrática,

ejemplificada por el sistema de castas de La India y c) La

Monarquía Teocrática ejemplificada por el régimen

monárquico de Persia.

Page 95: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

De aquellas fuentes abrevaron también Marx y Engels para

definir la categoría de Modo de Producción Asiático, con la

cual trataron de explicar científicamente las causas del

“atraso” de los pueblos que no habían podido llegar al nivel

de progreso alcanzado por los europeos. Se trataba al parecer

de otra u otras formaciones sociales con un modo de

producción genérico apoyado en la superexplotación masiva

de la fuerza de trabajo, caréntes de desarrollo tecnológico y

con una división del trabajo poco compleja. La célula básica

de la sociedad estaba constituida por la organización aldeana

basada en el parentesco, reservando para el Estado la

facultad de acometer las obras públicas utilizando el tributo

en trabajo con el que debía contribuir la población de las

aldeas

El concepto modo de producción asiático o despótico

caracterizado por la existencia de una sociedad clasista

inicial, una forma de gobierno despótico y la ausencia de

propiedad privada de la tierra fue -hacia a mediados y finales

del pasado siglo- objeto de un intenso debate teórico entre

economistas e historiadores, tanto marxistas como burgueses

(Varga 1969; Godelier 1969: 13-67; Bartra 1969; Wittfogel

1981). Resumiendo los rasgos institucionales que definirían

una sociedad “oriental” o hidráulica, Manzanilla (1986: 246)

señala: 1) la capacidad de debilitar la propiedad privada de la

tierra, la existencia de una burocracia monopolista como tipo

específico de clase gobernante; 2) la incorporación de la

Page 96: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

religión (¿o ideología?) dominante dentro de su estructura,

donde los funcionarios o sacerdotes de dicha religión

actuarían como oficiales del gobierno en tanto que éste sería

el administrador de sus propiedades; 3) el Estado sería la

entidad que aglutinaría los principales logros constructivos, de

organización -es decir, mantenimiento y administración- y

adquisitivos: control del trabajo y de los frutos del mismo. La

sociedad hidráulica tendería a constituirse como Estado,

constituyendo el sistema político más eficiente para integrar

los patrones formales de autoridad, permitiendo una

utilización más adecuada del agua y la tierra y proveyendo

ventajas económicas y de funcionamiento frente a grupos

externos.

La diversidad cultural de las sociedades clasistas

iniciales o "asiaticas" y las vías hacia el capitalismo y

el socialismo.

El conocimiento es histórico. El pensamiento de los cientificos

y en particular de los científicos sociales, esta determinada

por el nivel de conocimientos que se tienen en un

determinado momento sobre la historia de la humanidad. En

este sentido, la categoría Modo de Producción Asiático fue

formulada por Marx y Engels hacia mediados del siglo XIX,

cuando no había sido creado todavía el extenso corpus de

conocimiento científico que han producido la arqueología, la

Page 97: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

paleobotánicia, la paleozoología, la paleoecología, la filología,

el urbanismo y otras ciencias auxiliares. En el caso particular

del Modo de Producción Asiático, para el marxismo

actualmente lo relevante no es tratar de definir el orígen del

Estado arcaico sino el surgimiento originario de la sociedad de

clases, el clasismo inicial (Bate 2008: 43-45; Gandara 2008:

208). Ello se pone de relieve cuando analizamos

comparativamente la diversidad de procesos históricos que

han seguido las sociedades consideradas como

paradigmáticas para describir el Modo de Producción Asiático,

desde las formas más antiguas hasta su culminación moderna

en diversas formas de sociedades capitalistas, capitalistas de

estado o ex socialistas. Dicho bloque histórico, considerado

por la cosmovisión eurocentrica como un residuo atrásado de

la historia de la Humanidad, representa por el contrario

procesos muy dinámicos de cambio social que hoy día son

críticos para la supervivencia del sistema capitalista mundial.

De los pueblos pastores de Eurasia a la revolución soviética.

Desde el IV milenio antes de Cristo, los pueblos pastores de la

estepa asíatica y particularmente la euroasiática, ya habían

comenzado a domesticar el caballo, el cual se utilizaba como

proveedor de carne, animal de tracción y para montar. Para

inicios del Período del Bronce Antiguo, alrededor de 2000 años

a.C., coexistían entre dichos pueblos dos formas

socioeconómicas complementarias: el pastoreo, la ganaderia

Page 98: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

y la agricultura, las cuales constituian la base material de una

sociedad jerarquica guerrera. Entre los siglos IX y VII antes de

Cristo, comenzaron a hacerse presente otros pueblos pastores

que, a diferencia de los anteriores, utilizaban el hierro para

fabricar sus armas. Ya para el siglo VII antes de Cristo se

habia formado estados o imperios arcaicos nómadas clasistas

donde interactuaban los pueblos agricultores ganaderos y los

pueblos pastores, por una parte, y las comunidades

sedentarias de la Edad del Bronce Final (Harmatta 1982: 137-

148; Kristiansen 1998: 260-751).

A diferencia de aquellas formaciones sociales euroasiaticas

que vivían en las dilatadas llanuras que se extienden desde el

rio Elba hasta el Don, el territorio europeo occidental

albergaba para incios de la Era Cristiana un modo de

producción tribal-comunal basado en la agricultura, la

ganadería y la metalurgia, dominado por aristrocracias

guerreras, el modo de producción germánico, en simbiosis con

un modo de producción que utilizaba procesos de trabajo

esclavista dominado por el sistema de Estado Imperial

Romano, con amplias estructuras urbanas, vastos latifundios

agropecuarios, producción semi-industrial de bienes de

consumo y una extensa red de intercambio mercantil a larga

distancia. Este hecho fue determinante del desarrollo

desigual entre los pueblos del occidente y del oriente de

Eurasia, ya que estos últimos, a diferencia de los germanicos,

nunca llegaron a integrarse con el sistema imperial de Roma

Page 99: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

(Anderson 1979: 219).

A partir del colapso del Imperio Romano, entre los siglos V-VI

de la era cristiana, las tribus germánicas que habitaban al

este del Danubio, comenzaron a abandonar sus antiguos

territorios para dirigirse hacia el sur y el oeste de Europa,

dejando el espacio libre para los pueblos agrícolas eslavos. El

modo de producción de los eslavos se carácterizaba por

confederaciones tribales agropastoriles de aldeas nucleares

gobernadas por aristocracias guerreras; estas derivaron

posteriormente hacia una clase dominante conformada por

clanes de terratenientes con una jerarquía social hereditaria,

los cuales explotaban al campesinado y a un sector de

esclavos domesticos conformado por prisioneros de guerra

(Marx y Hobsbawn 1972: 17; Anderson 1979: 219-220;

Harmatta 1982: 129-176). Con base a este modo de

producción se conformó en siglos posteriores lo que denomina

Braudel (1992,III: 441) "...the remote and marginal world of

Muscovy..." ( el mundo marginal y remoto de

Moscovia.Traducción nuestra) en el siglo XV de la era

cristiana, cuando Ivan El Terrible, principe de Moscú, apoyado

por la jerarquía nobiliaria moscovita, la jerarquía de la Iglesia

Ortdoxa y sus aliados comerciales y políticos, derrotaron el

Estado nomádico mongol, denominado la Horda de Oro,

emergiendo la Rus de Moscu como líder del territorio de la

Gran Rusia. En 1547 Ivan IV fue coronad oficialmente como

primer Tsar de todas las Rusias.

Page 100: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Para el siglo XVI, la Rusia de Moscovia se carácterizaba por

tener un Estado omnipotente que era propietario de la tierra

(Varga 1969: 77), bajo la autoridad autocrática del Tsar

apoyado en la Iglesia Ortodoxa y en una clase nobiliaria, los

boyardos y los kulaks, quienes explotaban una vasta clase de

trabajadores y campesinos sometidos a un régimen de trabajo

servil. El Tsar tenía el monopolio de toda la producción y el

comercio de bienes manufacturados. La apertura de Rusia a la

tecnología del capitalismo industrial de Europa occidental se

aceleró bajo el reinado de Pedro El Grande (1689-1725),

aunque su orientación principal se volcaba hacia el mundo

asiático (Braudel 1992 III: 441-466).

Hacia mediados del siglo XIX, la Liga de los comunistas

consideraba que existían condiciones para una revolución

proletaria en paises que formaban parte del mundo industrial

desarrollado de la época, como Estados Unidos, Inglaterra,

Alemania, Suiza y Polonia. Pero la crísis del capitalismo que

precipitó la Primera Guerra Mundial, determinó que la primera

revolución proletaria tuviese lugar en la Rusia Zarista, con un

territorio enorme donde coexistían diversos tiempos

históricos, modos de vida de vida que iban desde los

recolectores pescadores siberianos, los pastores mongoles y

el servaje campesino hasta los trabajadores industriales, pero

uno entre los países tecnológica y socialmente más atrásados

de la Europa de entonces. La tarea que debían enfrentar los

movimientos revolucionarios rusos no era sencilla: llevar

Page 101: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

todos esos diversos pueblos hacia el socialismo. Dicha tarea

se dificultaba aún más debido, por una parte, a la atomización

ideológica y de objetivos prácticos de dichos movimientos

(Reed 2007 y, por la otra, a que debían afrontar la

construcción del socialismo, no sobre las bases del progreso

organizativo que debía haber alcanzado la clase proletaria en

su victoria sobre la burguesía capitalista, según el paradigma

del progreso de la civilización occidental, sino sobre los

despojos de un sistema político despótico e historicamente

atrásado (Sanoja y Vargas-Arenas 2008: 294).

La Revolución Rusa de 1917 y la instauración del primer

Estado Socialista del mundo, fue la culminanción de una serie

de luchas y movimientos sociales que desde el siglo XIX

habían tratado de derrocar el regimen tsarista, lo cual

lograron finalmente bajo la inspiración y la dirección de

Vladimir Ilitch Lenin. Este sostenia la tésis del partido como

vanguardia del proletariado para mostrar al proletariado

donde estan sus verdaderos intereses de clase y la

instauración de una dictadura democrática de los trabajadores

y campesinos para garantizar la necesaria derrota de la

burguesía y el triunfo de la revolución. El leninismo, según

Stalin, "...es la teoría y la práctica de la revolución proletaria

en general y la táctica de la dictadura del proletariado en

particular...". Gracias a la aplicación de dicha teoría y su

táctica corespondiente, según Trostky:

Page 102: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

"...Rusia entró en el camino de la revolución proletaria, no

porque su economía fuese la más madura para la

transformación socialista, sino porque esta economía ya no

podía desarrollarse sobre bases capitalistas... la revolución

proletaria fue lo unico que permitió a un país atrásado

obtener en menos de veinte años resultados sin precedentes

en la historia...." (Trostky 1963a: 17, 15).

Algunos adversarios ideológicos de la Unión Soviética, tales

como Karl Wittfogel (1981: 438-440), sostenían que la

naturaleza represiva del Estado y el socialismo soviético (el

cual Wittfogel consideraba como la Restauración Asiática de

Rusia) derivaba directamente de la supuesta condición semi-

asiática que –según el autor- caracterizaba el anterior

régimen de la Rusia zarista y de la nueva burocracia partidista

que estaba conduciendo a Rusia hacia una restauración

Asiática. En este sentido, según explica Gándara (2008: 212)

en relación a la llamada sociedad asiatica, la hipótesis sostenida

por Wittfogel no esta referidaa cualquier tipo de sociedades ni a cualquier

tipo de irrigación, sino que alude claramente a la relación entre un cierto tipo

de Estado arcaico y el control de la irrigación compleja. Es una hipótesis

destinada originalmente a explicar, en términos evolutivos, el surgimiento del

Estado despótico.

En 1993 colapsaron la Unión Sovietica y el bloque socialista.

Quince años más tarde el sistema capitalista mundial entra

igualmente en una aguda crísis que amenaza con llevarlo al

Page 103: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

colapso total. El problema, como podemos ver, es de

naturaleza eminentemente social. Por tanto, nuestro interés

en el presente caso no es tanto discutir con datos empíricos la

validez actual del Modo de Producción Asiático referida a una

formación social concreta, sino resumir ciertas características

de dicho modo de producción precapitalista o no capitalista

que puedan servirnos para esclarecer la importancia que tiene

el estudio de esta línea histórica originaria de la sociedad

clasista inicial, para la búsqueda de nuevas alternativas que

expliquen la factibilidad de otros desarrollos socio-históricos

como el socialismo, diferentes al capitalismo empresarial

burgués occidental (Godelier 1969: 60-63).

Mesopotamia: Irak, Iran, Turquía.

Las investigaciones arqueológicas practicadas en vasta la

región del Asia Occidental y el norte de Africa en los últimos

40 años, nos permiten hoy día fijar los orígenes de la vida

social organizada en 12.000 años antes del presente y

observar los desarrollos culturales posteriores en toda su

diversidad y sincronía (Mellaart 1994: 425-426). Podríamos

posiblemente sostener, con base a estos conocimientos, que

el Asia Occidental habría formado una civilización singular

expresada en diversos procesos civilizadores que se

prolongan hasta nuestros días, vinculados en diversos

momentos cruciales de su historia moderna con los de la

civilización occidental (Europa-Estados Unidos).

Page 104: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Al analizar comprarativamente la diversidad de procesos

sociohistóricos que condujeron a la formación de las

sociedades complejas en los diversos continentes, podemos

observar que el surgimiento de las sociedades clasistas

iniciales no siguió -como bien sabemos- un patrón definido en

todas partes del mundo (Utchenko y Diakonoff 1982: 7-22). A

diferencia de lo ocurrido en los pueblos agropastoriles de

Eurasia, ya analizados, en Asia el norte de Africa, el Medio

Oriente y América, los grandes sistemas de regadío, muchas

veces asociados con el surgimiento de las sociedades

clasistas, parecen haber constituido uno de los elementos

originarios para la integración y cohesión de la población,

controlados por dinastías despóticas, las cuales se

apropiaban de buena parte del excedente producido por la

población de las diferentes aldeas sometidas al gobierno de la

autoridad central(Childe 1958; Diakonoff: 1982: 23-50; Bate:

1984; UNAM: 1988.).

En Mesopotamia-(Irak-Turquia), el modo de vida sedentario

-ejemplificado por sitios arqueológicos como Hassuna y

Hacilar- esta presente desde el 6° o 5° milenio a.C,

apareciendo evidencias tempranas de urbanismo, aldeas

amuralladas donde se cultivaban cereales y se domesticaban

cabras, ovejas y cerdos. Hacia 4000-3000 a.C estan

presentes agrupaciones urbanas clasistas iniciales como Uruk

y Eridu con templos, residencias palaciegas, agricultura con

regadío, especialistas artesanales e industriales y utilización

Page 105: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de las escritura sobre tabletas de barro. Ya desde el período

dinástico, IV milenio antes de Cristo, puede rastrearse un

gobierno centralizado, evidencia de una civilización hidraulica

centrada en el Estado (Manzanilla 1986: 247-259; Mellaart

1970; Braidwood 1967: 118-124; Childe 1958: 168; Ehrich

1954: 61)

La contribución mas resaltante de la sociedada dinástica

temprana de Mesopotamia se ubica en el dominio de la

metalurgia del cobre y el bronce , orientada mayoritariamente

hacia la fabricación de armas u objetos suntuarios cuyo

consumo estaba dirigido mayormente a los gobernantes y los

guerreros, al servicio de los templos y de los ciudadnos

prosperos (Childe 1958: 156-171.

En la meseta irani, por otra parte, el inicio del modo de vida

sedentario está ejemplificado entre el 8° y el 7° milenio antes

de Cristo por aldeas agrícolas como Ali Kosh, Bus Mordeh,

Jarmo, Güra etc., (Hole et alíi 1969) el cual se extendió hacia

regionaes vecinas como Afghanistan, Baluchistan, Asia

Central (Rusia) y Mesopotamia, relacionandose también con

otros sitios similares en el valle del Indus a través del

comercio a larga distancia de materias exóticas como el lápiz-

lazuli, la esteatita y el cobre.

La sociedad dinástica temprana o clasista inicial se consolidó

hacia 2700 antes de Cristo, carácterizada por formaciones

urbanas amuralladas cuya densidad de población alcanzaba

Page 106: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

un promedio de 400 habitantes por hectarea, apoyadas en un

en una economía agraria con irrigación, estratificación social y

artesanos especialistas (Adams 1962: 114-115). La sociedad

estaba estructurada por tres clases sociales principales:

aristocracia guerrera, sacerdotes y campesinos pastores

enmarcadas dentro de una estructura social patrilineal cuyo

rey era elegido del seno de una familia o linaje particular de la

aristocracia guerrera y rodeado de terratenientes guerreros

hereditarios o satrapas, que eran señores tributarios del rey y

actuaban como intermediarios para la recolección de los

tributos que pagaba la gente del común.

El primer contacto efectivo de estas sociedades orientales

con las sociedades esclavistas de Grecia y Roma ocurrió con

la invasión de Alejandro Magno y sus ejercito macedonio entre

336 y 330 antes de Cristo y posteriormente con la invasión de

las legiones romanas de Lucullus en 69 antes de Cristo.

Posteriormente hacia 630 de la era cristiana cayeron bajo el

dominio de los pueblos arabes y turcos en la expansión del

Islam desde el sur de Arabia, sopotando igualmente las

invasiones de los pueblos mongoles del Asia Central en 1220.

La modificación sustancial de la sociedad clasista oriental

comenzó con las invasiones propiciadas por la expansión

colonial europea, particularmente británica y francesa, a

partir de finales del siglo XVIII. quienes de manera paulatina

comenzaron a introducir en aquella formas comerciales

Page 107: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalistas que posteriormente fueron el prolegómeno de la

dominación colonial.

En Irán, la penetración capitalista franco-británica y rusa

comenzó entre 1797 y 1834, dando orígen al desarrollo de

una clase mercantil poderosa que ya existía en 1890. Sobre

esta base, los británicos impusieron en 1925 un gobernante o

emperador que les era afecto, el Shah Rehza Palevi, cuya

dinastía gobernó al pueblo irani con puño de hierro hastaa

1979, cuando fue derrocada por el Imam Khomeini

instituyendose una República Islámica, un regimen

nacionalista, capitalista de Estado, que nacionalizó los

principales medios de producción, particularmente el petróleo,

el acero, la petroquímica, las comunicaciónes, etc.,

democratizó la tenencia de la tierra y propició un importante

desarrollo autonomo de la educación, la ciencia, la tecnología

y la industria.

En el caso de la región Mesopotamica, la primera intervención

militar colonial del ejercito británico se produjo en 1914.

Posteriormente a la finalización de la Primera Guerra Mundial

el Colonial Office formalizó el control colonial del territorio

irakí, instalando en él monarcas que preservasen sus

intereses petroleros (Iraq Petroleum Company), económicos y

políticos. A partir de 1958, surgió un movimiento de jovenes

militares, intelectuales y obreros que abrazaron la causa del

nacionalismo y el socialismo arabe reprersentado en el

Page 108: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

partido Baas, el cual tenía como paradigma el movimiento

socialista militar iniciado en la Republica Arabe Unida (Egipto)

por el coronel Gamal Abdel Nasser. El partido socialista Baas

gobernó Irak hasta 1983, cuando la salvaje invasión militar del

ejercito de los Estados Unidos, ordenada por George Bush

derrocó el gobierno de Sadam Hussein, destruyendo los

fundamentos materiales y culturales de la Nación Iraquí e

imponiendo al pueblo - a sangre y fuego-el remedo del modo

de vida capitalista estadounidense.

Egipto, las sociedades africanas y el Islam

Continuando con el análisis histórico de la diversas sociades

antiguas y su proyección hacia el presente, podemos apreciar

que en en Egipto, el proceso civilizador estuvo directamente

estimulado por las extraordinarias condiciones para producir

riqueza que ofrecían las inudaciones períódicas del rio Nilo y

los sistemas de irrigación para canalizar sus aguas, así como

por la cercanía a los centros asiáticos y mediterráneos de

alta cultura. Si bien el río era el medio natural que

representaba la unidad del Imperio, a pesar de la rivalidad

que existía entre las poblaciones del Alto y el Bajo Egipto, el

carácter divino del faraón garantizaba dicha unidad,

simbolizaba la soberanía, la estabilidad y la confianza en el

gobierno del Imperio. La administración del gobierno la

llevaba a cabo una burocracia delegada, cuya principal

dedicación era canalizar los excedentes de producción hacia

Page 109: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

el gobernante y la elite que lo rodeaba.

Como refuerzo de la soberanía y la administración

centralizada de la producción, los faraones y los reyes en

diferentes regiones, desarrollaron religiones oficiales. En el

caso de Egipto, la creencia básica era que el espíritu podría

sobrevivir solamente si el cuerpo era debidamente preservado

y provisto con los bienes que le permitirían disfrutar la

existencia en el más allá. Por tal razón, entre 2132 y 1777

a.C., las tumbas de los miembros más importantes de la

comunidad asumieron formas monumentales donde destacan

las pirámides, provistas con un lujoso mobiliario, pinturas y

grabados murales (Clark, 1977: 238-239; Abu Bakr: 75-101).

Al igual que en las otras sociedades orientales, el contacto

con la sociedad esclavista griega ocurrió entre 332 y 308

antes de Cristo cuando Alejandro Magno y sus ejercitos

macedonios conquistaron el Antiguo Egipto, hecho del cual

surgio la Dinastía Ptolemaica que transformó dicho país en

parte del mundo cultural helénico (Riad 1983 II:183-206). Las

luchas intestinas al interior de la Dinastía Ptolemaica

determinaron entre 145 y 52 antes de Cristo. la intervención

militar por parte de la República Romana. Al entrar en esta

orbita de influencia política, la sociedad egipcia se vio

envuelta igualmente en las guerras civiles intestinas por el

dominio del poder en Roma. El consul Julio César irrumpió en

Egipto en persecución de su enemigo Pompeyo, a quien

Page 110: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

derrotó, relacionandose luego con la Reina Cleopatra

(Donadoni 1983 II: 207-225).

El gobierno de los ptolomeo estaba fuertemente centralizado

en la figura del monarca, quien gobernaba a través de una

extensa y compleja burocracia. La economia del imperio era

una mezcla del control monopólico real y de la empresa

privada, la cual se hallaba bajo el control del modo de

producción mercantil que dominaba la sociedad romana (Riad

1983-II:183-206).

Luego de la caida del Imperio Romano los ejercitos persas de

la Dinatía Sasánida invadieron Egipto en 616 d.C. En 6229

d.C. el país paso a ser dominado por los arabes imponiendo

así el Islam bajo el gobierno del Califato de Bagdad. Bajo el

Islam, Posteriormente entre 1250 y 1800 d.C. Egipto vivió

bajo la infuencia del Imperio Otomano, expandiendo el control

egipcio sobre Nubia, al sur, Yemen y Aden sobre el Mar Rojo.

El Islam se extendió rapida y pacificamente hacia el interior

del continente africano, fundamentado en el comercio,

contribuyendo a la unidad de los pueblos del continente y

expandiendo los intercambios de materias primas, bienes

terminados y esclav@s con el Maghreb, Arabia y la India. El

Islam, por otra parte, fue el cemento que unificó la mayoría de

las sociedades africanas, particularmente El Mahgreb, Egipto

y las sociedades afroislámicas orientales (Niane 1984: 673-

686) El Arabico a la par del swahili y otras lenguas africanas

Page 111: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

se convirtió en un medio de comunicación entre los hombres

de letras de las mezquitas y los mercaderes dando nacimiento

en el africa subsahariana a los testimonios de la historia

escrita (Mateveiv 1984 IV: 469). Desde los siglos X y XI

despues de Cristo, bajo el dominio de los Almorávidas ,en el

Mahgreb y el oeste de Andalusia se formaron importantes

centros de estudio para la difusión de la ciencia y la filosofía

hacia la Europa occidental, hecho que tuvo gran importancia

en el renacimiento cultural ocurrido al colapsar la sociedad

feudal europea (Niane 1984 IV: 1-14;Garcin 1984 IV:371-397 ).

Los contactos mercantiles africanos con la sociedad atlantica

mediterranea europea, el Medio Oriente y Asia se remontan

hasta el siglo XII de la era, culminando en el siglo XV con la

intensficación del tráfico de oro y esclavos negros,

principalmente através de mercaderes portugueses,

genoveses y catalanes.Los portugueses fueron los primeros

europeos en tomar contacto con importantes sociedades

estatales yorubas del Golfo de Guinea tal como el Reino de

Benin, pueblos que habian alcanzado un alto grado de

especialización económica y una gran excelencia en la

metalurgia del cobre y el bronce (Ryder 1984-IV: 339-370;

Devise y Labib 1984 IV: 635-672). El período colonial,

particularmente a partir del siglo XIX en adelante, debilitó el

poder de los antiguos reinos cuyas poblaciones cayeron bajo

la autoridad política de los diversos poderes coloniales

europeos. Bajo el proceso de descolonización que se inició

Page 112: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

hacia mediados del siglo XX, los nuevos estados nación que

surgieron representaban divisiones etnicas artificiales,

sociedades clasista mayormente multribales con variadas

formas de gobierno basadas en el concepto occidental de

democracia, el Socialismo Africano o el gobierno militar.

En el Mahgreb, norte de Africa, los fenicios fundaron a partir

del siglo VIII a.C alrededor de 300 colonias en la costa de los

actuales estados de Argelia, Tunez y Marruecos. Entre los

siglos X y XII fue colonizado por las dinastías bereberes

arabizadas. Despues de la caida de la taifa de Sevilla,

España. en 1091 de la era y particularmente al finalizar los

reyes cristianos la reconquista de El Andalus, los reinos del

Mahgreb recibieron un importantes contingente de población

arábica y judia sefardí proveniente del sur de España, los

cuales aportaron importantes innovaciones en el campo de la

tecnología agrícola y la ciencia. Los reinos bereberes sufrieron

al igual que el Egipto la influencia turca y posteriormente, en

el siglo XIX, la conquista colonial por parte de diversos paises

capitalistas europeos occidentales. Entre 1830 y 1962 Argelia

se convirtió en protectorado y luego en un departamento de

la República Francesa, hasta conquistar su independencia en

1962 luego de una cruenta guerra de liberación. Con una

historia originaria muy similar, Tunez y Marruecos se

convirtieron en un protectorado de Francia entre 1881 y 1956

cuando obtuvieron su independencia. Hoy dia Argelia, uno de

los mas importantes productores de petroleo del mundo, y

Page 113: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Tunez , son repúblicas gobernadas por un sistema político

cercano a la social democracia. Marruecos es una monarquía

parlamentaria tiránica.

De manera muy similar al Mahgreb, en 1805 Egipto fue

ocupado por las tropas napoleonicas y en 1882 se convirtió en

protectorado británico bajo un gobierno monarquíco

parlamentario. En 1952 un grupo de jovenes oficiales

revolucionarios nacionalistas derrocó la monarquía egipcia,

declarando la existencia de la República Arabe Unida -cuyo

presidente fue el coronel Gamal Abdel Nasser- ambientada

dentro del socialismo arabe Baas, la cual se integró

temporalmente con Irak gobernada también por elites

militares que comprartían los ideales del socialismo

nacionalista arabe de Gamal Abdel Nasser. Las potencias

occidentales que representaban los intereses del capitalismo

occidental en Egipto, Africa del Norte y el Medio Oriente,

Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Israel, lograron

finalmente derrocar el gobierno socialista arabe e imponer el

actual regimen tiránico pro-estadounidense liderado por Hosni

Mubarak.

La India y-Pakistan

El desarrollo de la cultura moderna de la India, al igual que las

otras ya analizadas en el sur de Asia, es producto de una

sintesis de diversos componentes humanos y étnicos

aportados por las invasiones persas, particularmente la del

Page 114: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

emperador persa Dario en 516 antes de Cristo, la griega al

mando de Alejandro el Grande en 327 antes de Cristo y la

conquista islámica emprendida por los pueblos Arabes y

Turcomongoles a partir del siglo VII de la Era Cristiana.

En el valle del río Indus ya existían entre el 4° y el 3° milenio

antes de Cristo una gran multitud de asentamientos

sedentarios que disfrutaban de las casi ilimitadas

posibilidades para el desarrollo agrícola y la concentración de

grandes poblaciones humanas que ofrecia esta extensa

planicie aluvial. Con base a estas condiciones, se

desarrollaron los primeros asentamientos urbanos que

carácterizan la denominada cultura o civilización Harappa

(1650 + 110 a.C). Esta representaba un perfecto ajuste de la

vida humana a un ambiente específico que constituye el

fundamento de la moderna cultura de la India. No obstante

sus nexos comerciales con otros procesos civilizadores

asiáticos de Mesopotamia, Persia, Egipto y China y

posteriormente con las sociedades urbanas de Grecia y Roma,

la India representa una cultura originaria y autónoma.

Los asentamientos urbanos de Harappa fluctúan entre

pequeñas aldeas y grandes centros urbanos construidos con

adobes y ladrillos, tales como Mohenho Daro, Harappä misma

y Kalibangan, levantadas en torno a ciudadelas fortificadas. El

cultivo de cereales como el trigo y la cebada, el arroz, el

sesamo, arvejas, datiles, y de plantas como el algodón estaba

Page 115: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

asociado con el uso de la irrigación por iundación, asociado

con la ganadería de vacunos, bufalos, ovejas, cabras,

camellos, asnos, y animales domesticos como el gato y el

perro.

Los pueblos de la civilización del valle del Indus desarrollaron

la navegación fluvial, la manufactura de objetos de cobre y

bronce, de oro, plata y estaño y cobre arsenicado, la cerámica

fayence. Ciertos objetos exóticos en lapiz lazuli parecen haber

provenido de Iran y existen otras evidencias de relaciones

comerciales a larga distancia entre los mercaderes de

Harappa y Mohenho Daro con los de Mesopotamia y el Golfo

Persico, particularmente los de los puertos de Bahrain y

Failaka..

La sociedad Harappa desarrolló un alfabeto y un lenguaje

escrito, así como un complejo sistema de pesas y medidas. La

expresión artística carácterística eran las figurinas humanas

-mayormente femeninas- modeladas en terra-cotta, así como

mujeres con niños o representando actividades de la vida

cotidiana y representaciones zoomorfas variadas (tigres,

rinocerontes, vacas, elefantes, etc.).

La sociedad Harappa o Mohenho Daro, parece estar asociada

también con un tipo de sistema estatal clasista inicia,

despótico, administrado por un jefe tribal o rey que gobernaba

apoyado en un sistema feudal denominado samanta y

funcionarios reales como los mähädjadhiräja o maharaja

Page 116: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

encargados de los gobiernos regionales.El gobierno se

fundamentaba en la ideología o religión que servía para

controlar la mente de los individuos, generando

particularmente el sistema de castas que ha permitido hasta

el presente la reproducción continuada y estable de las

jerarquías sociales de gobernantes, aristócratas y guerreros

(Ksatriyas), sacerdotes y filósofos (Brahmanes), artesanos

(Vaysas) y aquellos que se encuentran en la escala más baja

de la sociedad (Dasas) (Linton 1959: 507-519; Childe 1958:

172-206; Clark 1977: 268, 285).

Aparte de las invasiones persas y griegas que se produjeron

entre el 4 °y el 3° siglo antes de Cristo, las evidencias

arqueológica y literarias indican la existencia de una intensa

actividad mercantil posterior a dichas fechas con mercaderes

del Sur de Arabia que comerciaban bienes traidos de Egipto,

así como mercaderes chinos, griegos y romanos que

conectaban a la India con el ambito mediterráneo y el Asia

Central.

En 712 despues de Cristo, al igual que ocurió en el sur de Asia

y el cercano Oriente, el norte de Africa y el Mediterraneo

occidental, los pueblos arabes del Islam conquistaron

porciones importantes del subcontinente indio, seguidos

posteriormente por los invasores turco-mongoles que

fundaron en 1526 el Imperio Mogul en la India.. El choque

cultural entre el Islam y el hinduismo contribuyo a cristalizar

Page 117: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la estructura social y los valores culturales del pueblo indio y

en general el régimen despótico mercantil, clasista, no

capitalista que imperaba en la India (Linton 1959: 507-510).

La civilización occidental y el modo de vida capitalista

lograron obtener hacia mediados del siglo XVIII, el control

político y económico de la India, gobernada por el Imperio

Mighal, a través de la penetración comercial británica ejercida

por la East India Company, la cual se instaló en Bengala en

1765 (Wolf 1990: 239-252). Mediante las acciones

colonialistas de la misma desmantelaron la naciente

producción industrial del imperio de manera tal que, para el

1° de Noviembre de 1858 la Reina Victoria fue proclamada

por el gobierno británico como Emperatriz de La India. De esta

manera los colonizadores impusieron el dominio del

capitalismo industrial europeo, su sistema político, su lengua

y sus costumbres, tratando que la población nativa, hindues o

musulmanes, quedase confinada a desempeñar los oficios

auxiliares de la adinistración colonial. La sociedad india ya

había logrado para el siglo XVIII tener una importante elite

ilustrada con un alto nivel de desarrollo político, económico y

cultural, ejemplo de la cual serian posteriormente el

Mahatma Ghandi y Ali Jinnah padres -respectivamente- de la

India, hoy día una democracia social parlamentaria y de

Pakistan, hoy día un regimen militarista dominado por los

Estados Unidos, las cuales lograron su independencia del

Imperio Británico en 1947 (Sanoja y Vargas-Arenas 2008:

Page 118: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

265).

China

En diversas regiones de China desde la llamada cultura Lung-

shan, a comienzos del segundo milenio a.C., comenzó a

desarrollarse una formación social caracterizada por una

combinación de vida urbana, metalurgia del bronce, la

escritura y una sociedad altamente estratificada (Chich

Chang, 1977: 217). De manera similar a las ya descritas, el

catalizador de los procesos históricos que llevaron a la

unificación de China y la formación del imperio Han, no parece

haberse debido exclusivamente a causas económicas sino

también al desarrollo y expansión de la ideología religiosa

institucionalizada. Desde la Dinastía Han (202 a.C.-200 d.C.),

los monjes budistas abrieron las rutas comerciales que

conducían hasta los más remotos lugares de Asia,

particularmente con las civilizaciones que florecían en la India

al mismo tiempo que propiciaban el comercio que fluía en

sentido contrario desde Siria, Iran, Egipto y Roma (Clark,

1977: 319). La fusión de las influencias emanadas tanto de la

Civilización China como de la India en el sureste de Asia,

estuvo mediada por los mercaderes de las sociedades tribales

de esta región, situación que estimuló el surgimiento de

nuevas sociedades clasistas iniciales como el llamado Reino

de Fou-Nan en el delta del rio Mekong, Camboya, en el siglo 3

de la era Cristiana (Clark 1977: 348).

Page 119: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Por las razones ya enumeradas y a diferencia de las

sociedades occidentales de la Edad del Bronce europeo –ya

analizadas- el desarrollo y el funcionamiento de la industria

(metalurgia, cerámica, tejidos, etc.) y el proceso de

acumulación de capitales se hallaba subsumido dentro del

control centralizado de las jerarquías gobernantes. Esta

carácterística, señalada generalmente como causa del atráso

histórico de las sociedades llamadas despóticas, produjo por

el contrario un proceso de desarrollo de las fuerzas

productivas que hizo del Imperio Chino la sociedad más

desarrollada del siglo XV de la era cristiana. A diferencia de

los reinos de Portugal y Castilla y Aragón, China renunció a ser

un imperio marítimo abandonando la intensa actividad naval y

el comercio marítimo a larga distancia que había tenido lugar

a inicios del siglo XV, concentrandose hasta el presente en su

desarrollo interior y en la expansión de sus fronteras

terrestres (Fernández Armesto: 1996: 142-145).

A partir del siglo XVII, bajo la dinastía Ch'i ng, el Estado

Manchu, basado en un sistema militarista, era una suerte de

transición del tribalismo hacia una autocracia monarquica. A

partir del siglo XVIII los grandes emprendimientos industriales

y mercantiles que comienzan a desarrollarse en China

estaban conectados directamente con la oligarquía dominante

y funcionaban con el apoyo gubernamental. Gracias a los

emprendimientos mercantiles de la East India Company,

entre 1719 y 1833, China obtuvo entre 306 y 330 millones de

Page 120: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

piastras en plata, 1/5 de la plata producida en Mexico en ese

período, a cambio del té que aquella compraba a los

comerciantes chinos (Wolf. 1990:295). Como contraparte, en

1797 la East India Company logró el monopolio del tráfico del

opio (del narcotráfico), mediante el cual recuperaban parte de

la plata que pagaban a China por la venta de las hojas de té,

subvirtiendo así el orden social y la salud pública del pueblo

chino. El trafico de una droga dura, destructiva, como opi

representababa, por otra parte, una de las principales fuentes

de ingreso del Imperio Mughal de la India sometido a su vez al

dominio del Imperio Británico (Wolf 1990: 258).

A finales del siglo XIX la modernización de la economía china,

determinada por una mayor penetración de la tecnología y el

capital extranjero, se vió obstaculizada por la corrupción y la

incompetencia que existía en la oligarquía dominante. La

reacción nacionalista interna contra esta humillación de la

nación china, la llamada Rebelión de los Boxers ocurrida en

1900, fue finalmente derrotada por la intervención militar

extranjera que culminó con la ocupación de Peking (Beijing) la

capital del imperio. En 1911 comenzó una revolución

modernizadora republicana comandada por Sun Yat-sen, la

cual logró que en 1912 que la oligarquía manchú de la

Dinastía Ch'ing abdicase a favor de la República China. En

1921 comenzó una nueva revolución acaudillada por el

Partido Nacionalista (Kuomingtan) derechista, defensor del

capitalismo occidental, y el Partido Comunista Chino, también

Page 121: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nacionalista, pero que promovía la revolución social china. Las

posiciones ideologícas de ambos entraron posteriormente en

un conflicto que se convirtió en una guerra civil agravada por

la invasión japonesa en 1937. Finalizada la Segúnda Guerra

Mundial en 1954, en 1949 el Ejército Chino Popular de

Liberación derrotó finalmente a los nacionalistas apoyados por

los Estados Unidos y el 1 de Octubre del mismo año Mao

Tzedong proclamó en Peking (Beijing), el nacimiento de la

República Popular China, culminando el llamado paradigma

del Progreso de una manera histórica diferente al de la

Civilización Capitalista Occidental,.

Japón

Durante el siglo siete de la era cristiana, en Japón ya existía

una sociedad jerarquica gobernada por una clase de guerreros

controlada por una variante religiosa del Budismo, el

Shintoismo. Desde antes de esa época, en el período Yayoi

(300 años a.C.), el fundamento de la producción agraria era el

cultivo del arroz y la utilización de sistemas de regadío, la

pesca y la recolección marina, la metalurgia del bronce y en

cierta medida del hierro. Ya desde este perìodo se nota la

influencia de la Dinastìa Han en la tecnología de la metalurgia

del bronce. Posteriormen entre los siglos seis y siete de la era

cristiana, la influencia de la cultura china del período Tang se

manifestó en la aceptación del alfabeto, los textos budhistas y

confucionistas, las convenciones artísticas, los protocolos

Page 122: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

burocráticos y cortesanos de la corte imperial establecida

primeramente en Nara y luego en Kyoto. El poder efectivo

vino a ser ejercido progesivamente por un funcionario,

designado jefe de todos los clanes, denominado Seii-Tai

Shogun. Sin embargo, el desarrollo cultural del pueblo

japonés tuvo características muy singulares, centradas en el

rechazo a las influencias extranjeras. En 1541 un junco chino

que llevaba pasajeros portugueses encalló en la isla Kyushu,

constituyendo así el primer contacto entre Japón y la cultura

europea que marcó el inicio de la absorción de la tecnología

occidental, más no del capitalismo mercantil de la època

(Clark, 1977: 320-337). A partir del siglo XVI y particularmente

como consecuencia de la Revolución Industrial, los paises

capitalistas centrales de Europa occidental, trataron --y

lograron finamente-- crear enclaves comerciales capitalistas

en el territorio asiático controlado por las antiguas sociedades

clasistas y dinastías. Los portugueses se asentaron en Goa,

India y en Macao, China. Los ingleses consiguieron la

concesión territorial de Hong-kong en China y se infiltraron en

la India destruyendo el imperio del Gran Mogul. De esta

manera, para mediados del siglo XVII, la Reina Victoria pudo

proclamarse emperatriz de La India, nombrando un virrey

como su reprsentante.

Los franceses pusieron pie en Indochina y se anexaron los

antiguos reinos que habían florecido en la cuenca de los

grandes rios como el Mekong: Thailandia, Camboya y Annam.

Page 123: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Estados Unidos, hacia finales del siglo XIX, con el poder de su

flota naval, obligó al Imperio Japonés a abrir sus puertos al

comercio capitalista. Como resultado, Japón se convirtió en

una potencia capitalista autónoma gobernada por una

agresiva casta militar, con una flota naval que rivalizaba con

las escuadras de los países capitalistas occidentales, la cual

fue capaz de conquistar durante la Segúnda Guerra Mundial el

Sureste de Asia, Korea, Manchuria, Formosa (Taiwan), buena

parte del territorio de China continental, Filipinas y la mayor

parte de las islas del Pacífico, poniendo en jaque el poder

militar y naval de los Estados Unidos.

El Imperio Japonés solo puedo ser vencido por un horroso

crimen de guerra que conmovió la Humanidad toda: las

bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y

Nagasaki en 1945 ocasionando centenares de miles de

victimas civiles, para renacer posteriormente como uno de los

paises economicamente más poderoso del G8, el núcleo duro

del capitalismo. China Popular es hoy dìa un país socialista, la

mayor potencia económica del mundo, después de triunfo de

la Revolución Comunista China en 1949 bajo la conducción del

Presidente Mao Zedong (Bettelheim, Rosanda y Karol: 1978).

Vietnam (el antiguo reino de Annam) es igualmente hoy día

un pais socialista desde 1972, después de haber derrotado

militarmente a los ejércitos imperialistas de Francia y Estados

Unidos. La India, después de su liberación y de su partición

en dos paises, India y Pakistan, es uno de los paises

Page 124: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalistas más avanzados del mundo y al mismo tiempo –

por contradicción- la sede los movimientos populares

anticapitalistas y maoístas más extensos del mundo

capitalista. El gobierno militarista de Pakistan ha terminado

por convertirse en un enclave del imperio estadounidense, al

mismo tiempo que de fuertes y organizados movimientos

fundamentalistas islámicos anticapitalistas y antiimperialistas.

Como podríamos concluir de la presentación anterior, el

capitalismo constituye hasta hoy la culminación del proceso

civilizador milenario que carácteriza particularmente la

historia de los pueblos de Europa Occidental .Hacia de 1000

d.C., Europa occidental bajo el Feudalismo era una región

marginal al Mediterraneo, el Cercano Oriente Islámico y el

Oriente (Wolf 1990:267). Su expansión fuera de ese núcleo

originariol fue consecuencia, como hemos visto, de la

conquista y la colonización armada de las sociedades no

capitalistas de su periferia., proceso que comienza en fuerza

en el siglo XVI y que hoy día se carácteriza por el intento de

neocolonizarlas destruyendo o fagocitando sus fuerzas

productivas, sus recursos humanos, sus materias primas, sus

capitales financieros, sus recursos naturales, su biodiversidad,

para tratar de darle un segúndo aire al imperialismo

hegemónico decadente de los Estados Unidos y Europa .Esta

expnsión fuera del núcleo originario del Capitalismo, que

podría entenderse también como la reestructuración de las

relaciones sociales y políticas dentro de las relaciones

Page 125: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalistas de producción de la región europea atlántica

mediterranea, parecería corresponder grosso modo con los

denominados ciclos largos de Kondratieff que habrian tenido

lugar entre 1450-1600 y 1750-1950 de nuestra era (Paynter

1988: 422).

El "Modo de Producción Asiatico" y el germen del socialismo

A partir de 1922, siguiendo la tésis de Stalin (1961), la

revolución sovietica escogió desarrollarse en un solo país

contrariamente a la de Trostky, la Revolución Permanente

(1963b: 31), la cual propiciaba la socialización de los medios

de producción de acuerdo con la ley del desarrollo combinado

de los países atrásados: "...La revolución socialista empieza

dentro de las fronteras nacionales; pero no puede contenerse

en ellas..." (Trotsky 1963: 33), ya que como vemos hoy día en

el caso de la Revolución Cubana, la Bolivariana, la Boliviana y

la Ecuatoriana, la única garantía de triunfo contra el Imperio y

contra la restauración de las relaciones sociales burguesas,

solo es posible en el plano internacional vía la victoría del

socialismo en varios países.

La mayoría de las sociedades que han sido consideradas de

alguna manera como representaciónes modernas del Modo

de Producción Asiatico, la actual Federación Rusa incluida,

constituyen hoy día el fermento de una nueva versión de

socialismo donde, de manera general, los principales medios

de producción han sido y son controlados de alguna manera

Page 126: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

por el estado o estan socializados coexistiendo diversas

formas de propiedad estatal, social y privada, de forma que

las ganancias y las perdidas estan -en general- igualmente

socializadas. Este tipo de socialismo que podría corresponder

con lo que se denomina el socialismo del siglo XXI ha

comenzado a tejer redes de intercambio y cooperación

acordes con el desarrollo desigual y combinado que vinculan

hoy diversos países antes tan alejados política y

culturalmente como China, Rusia, Bielorusia, Vietnam, Iran,

Venezuela, Cuba, el Caricom, República Dominicana,

Nicaragua, Honduras, Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil,

cuyas sociedades originales, de una manera u otra, se

fundamentaron también en diversos tipos de sociedades

jerarquicas o clasistas iniciales.

Vista la perspectiva histórica anterior podríamos decir

-resumiendo- que el llamado modo de producción asiático

alude, pues, a diversas formas originarias de la sociedad

clasista inicial que se definian fundamentalmente por la

manera cómo era apropiado el producto excedente, la cual

corresponde a una división social del trabajo entre

trabajador@s y no trabajador@s, y la ausencia de propiedad

privada de la tierra, donde los derechos de propiedad de la

tierra, principal medio de producción, recaían en el Estado

como representación del colectivo. Los impuestos por la

posesión y uso de la misma formaban la renta que aquél

percibía. La propiedad estatal de la tierra era una norma

Page 127: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

jurídica que imponía el Estado a los productor@s directos

organizad@s en comunidades campesinas (Hindess y Hirst,

1979: 183-224).

El concepto de modo de producción asiático, como ha dicho

Gándara (1983), “…ha sido históricamente importante; su

discusión destruyó la lista “oficial” de modos de producción, y

abrió paso a líneas múltiples de desarrollo…sin embargo dista

de ser la explicación marxista del origen de las clases o del

estado…” Como ya explicamos, dicho concepto suscitó,

particularmente en los momentos más críticos de la Guerra

Fría, agudos debates entre intelectuales y científic@s de

izquierda y de derecha. A este respecto es necesario exponer

también que la concepción tan rígida de la evolución de la

humanidad planteada por la historiografía marxista clásica

convirtió en universal de la cultura una secuencia de etapas

se escalonaban mecánicamente desde la comunidad

primitiva, pasando por el esclavismo, el feudalismo, el

capitalismo hasta el socialismo. No todos los pueblos

siguieron esa línea evolutiva y no todos llegaron al nivel de

desarrollo material que caracteriza a la civilización europea,

cuyos logros materiales y culturales son considerados por la

ciencia social burguesa como paradigmáticos del progreso

social.

Las burguesías del núcleo capitalista central, racionalizando

para su beneficio esta característica del desarrollo desigual de

Page 128: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la sociedad, explicaron las causas de tal atraso material de los

pueblos de su periferia postulando que la incapacidad de esos

pueblos y sociedades para emular a la civilización europea

evidenciaba su condición de pueblos inferiores (Hegel, 1978:

191) por lo cual, para que pudiesen progresar tenían que ser

fustigados por el amo europeo (¿ahora estadounidense?). En

nuestra opinión, si aceptamos el razonamiento inverso de que

todos los pueblos son iguales, habría que buscar las causas de

dicho retraso en la extracción de plusvalía de los países de la

periferia vía la dominación colonial y neocolonial, proceso que

ha permitido el crecimiento de las sociedades capitalistas

nucleares, y en las estructuras socioeconómicas y las

particulares características del movimiento histórico que dicho

proceso de expoliación ha generado en las sociedades de la

periferia: las regresiones, el estancamiento y la lentitud de los

procesos de cambio (Bartra, 1969:12).

En momentos cuando se interrumpe el proceso de

expoliación ampliada de la plusvalía para beneficio de las

sociedades capitalistas nucleares, como ocurre en el actual,

debido al surgimiento de diversos procesos de acumulación

emergentes en las sociedades de la periferia, el capitalismo

central -en nuestra opinión- comenzará a languidecer si es

que carece efectivamente del vigor necesario para emprender

una recolonización violenta de dicha periferia.

Los modos de producción de las sociedades

Page 129: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

americanas.

En el caso específico de las civilizaciones americanas, la

persistencia de las comunidades consanguíneas

características del llamado modo de producción de la

comunidad primitiva, es decir, el modo de producción de las

formaciones preclasistas, como estructura básica de la

sociedad clasista inicial, impidió ciertamente el crecimiento

cualitativo y cuantitativo de la sociedad más allá de un cierto

límite. Ésa parece haber sido una de las razones por la cual la

historia de las mismas se ha expresado en ciclos repetitivos:

cuando una formación social alcanzaba el límite de su

desarrollo material, colapsaba para ser reemplazada por otra

similar sin llegar a la disolución de las comunidades

consanguíneas y su reemplazo por comunidades seculares de

especialistas en la producción material que asumiesen la

dirección del proceso social. La acumulación era

fundamentalmente de fuerza de trabajo. Su valor se

expresaba en la cantidad de tributo extraído por la comunidad

de linajes dominantes organizada como el Estado y en las

obras públicas que servían de refuerzo al dominio que éste

ejercía sobre la población general (Sanoja y Vargas-Arenas

2000:61-84).

En las sociedades clasistas iniciales americanas los linajes

dominantes, que asumían la representación del Estado,

poseían la tierra y organizaban su usufructo personal en

Page 130: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nombre de la comunidad: controlaban la actividad y la

distribución de los productos de la agricultura, la caza, la

pesca, la producción artesanal y los procesos de intercambio

intra e intercomunitarios vía la aplicación del código de ley

consuetudinaria que constituían las relaciones de parentesco,

las relaciones sociales de producción y las sanciones y

restricciones que a nivel de la conciencia representaban los

medios imaginarios de producción: los mitos, las creencias y

los tabúes. Los y las especialistas en la producción de bienes

materiales, particularmente las mujeres, estaban subsumidas

dentro de la organización de las diversas unidades domésticas

consanguíneas que constituían el fundamento de la sociedad.

Dentro de la división social del trabajo, las mujeres aportaban

una proporción importante de la producción de bienes

materiales en la rama del cultivo, de la recolección de

alimentos y plantas medicinales así como la recolección

preparación de materias primas para la elaboración de

textiles, la manufactura de tejidos de telar, cestas,

preparación de los cueros y manufactura de artesanías,

elaboración de la alfarería, cuentas y pendientes de concha y

hueso, arte plumario, entre otras actividades.

Una parte de la producción femenina estaba destinada al

consumo directo, cotidiano, pero otra parte --no menos

importante-- se destinaba al consumo no reproductivo,

vinculado a fundamentar la acumulación de bienes intangibles

como el prestigio y el poder. Lo imperfecto de los sistemas de

Page 131: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

intercambio a larga distancia de bienes terminados o materias

primas, limitó la posibilidad de crear y ampliar el sector de

producción artesanal especializado en la producción de dichos

bienes y de profundizar la división social del trabajo, dado el

bajo nivel de consumo individual de bienes no esenciales para

la reproducción cotidiana de la vida social. Ello determinó

también procesos de acumulación de fuerza de trabajo

femenina, mujeres jóvenes en la edad productiva y

reproductiva óptima, vía por ejemplo la poliginia, así como el

sacrificio ritual de mujeres jóvenes para disponer, también por

la vía ritual, de los excedentes de mano de obra femenina. De

esta manera, las trabajadoras, productoras y reproductoras

eran mantenidas bajo el control de la organización

consanguínea patriarcal, ideología que parece haber tenido

también un peso específico importante en la limitación

general del desarrollo de las fuerzas productivas (Sanoja y

Vargas-Arenas, 2000; Vargas Arenas 2006: 199-206).

De la misma manera, el medioambiente impuso a las

sociedades clasistas iniciales americanas serias limitaciones,

tales como ausencia de caballos y asnos, animales

domesticables de tiro y de carga, de ganado vacuno y de

bueyes para tirar las carretas y los arados, de ganado

caprino, lanar y ovino, de aves de corral, etc., carencias que

se sumaron a las limitaciones sociales que imponía la llamada

“esclavitud generalizada”. No obstante, las sociedades

originarias de los Andes Centrales, el sur de Suramérica, la

Page 132: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

región amazónica-caribeña, Mesoamerica, Centroamérica y

Norteamérica ya habían comenzado desde 5000-4000 años

antes de Cristo, mucho antes de los inicios la Edad del Bronce

en Europa a desarrollar y planificar procesos civilizadores

caracterizados por la construcción de sitios urbanos con

arquitectura de piedra o bahareque desde 5000-4000 años

antes de Cristo, lo cual implicaba que poseían desde mucho

antes sólidos conocimientos de diseño estructural y espacial,

cálculo matemático de las cargas y su distribución en las

estructuras construidas, resistencia de suelos, resistencia de

materiales, sistemas mnemónicos o ideográficos para

codificación y archivo del tiempo social, escultura, frescos y

pinturas murales, textiles, alfarería metalurgia, modelado de

la piedra por percusión y abrasión, sistemas de escritura,

comunicación social, astronomía y sistemas calendáricos

complejos para el cálculo del tiempo, diseño de vías de

comunicación, diseño y construcción de embarcaciones para

la navegación fluvial y de altamar, sistemas hidráulicos,

regadío y diseño de estructuras agrarias, domesticación de

plantas y creación de nuevas especies de maíz y de yuca, etc.

Un elemento causal del rezago material de las sociedades

clasistas iniciales americanas en ciertas áreas de la tecnología

y la mecánica en particular, fue la ausencia de un concepto

para la utilización práctica de la rueda y el escaso desarrollo

del movimiento circular, salvo el alterno utilizado en los husos

para hilar el algodón o en los taladros para producir

Page 133: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

perforaciones en sólidos estables como la piedra, la madera,

la concha y el hueso. Existen testimonios arqueológicos que

indican la existencia de juguetes o figurinas animales con

ruedas –posiblemente perros- provenientes de diferentes

sitios arqueológicos mexicanos como el de Pánuco, en la

Huasteca, y Tres Zapotes, Veracruz (Ekholm, 1964; 495,

Fig.2), aunque nunca desarrollaron, al parecer, el principio

para utilizar el movimiento circular para el transporte. En

términos tecnológicos, la ruptura con las fuerzas productivas

materiales de la comunidad primitiva se lograría solo cuando

el movimiento rectilíneo que ejercen naturalmente la fuerza

humana, los animales de tiro o de carga, el agua, el viento,

etc., se transformase en movimiento circular y a su vez éste,

amplificado, se convirtiese otra vez en movimiento rectilíneo,

adaptado a usos particulares que conforman el fundamento

de la llamada “mecánica primitiva”.

Es a partir de máquinas como la rueca para hilar el algodón, la

lana o la seda, del viento para mover la maquinaria del molino

o del agua para mover la rueda hidráulica, etc., que surgió en

la civilización capitalista occidental **l la invención del

movimiento circular en las máquinas de vapor y los motores

de explosión, así como otras tecnologías auxiliares como las

manivelas, los pedales, las correas de transmisión, los

engranajes, los volantes, en fin, la multiplicación de la fuerza

del movimiento circular en lineal que hizo posible la primera

revolución industrial (Leroy-Gourhan, 1943: 98-100).

Page 134: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

La llamada “esclavitud generalizada”, es decir, el uso

extensivo y forzado de la energía humana, el crecimiento por

adición de fuerza de trabajo, ofrecía muy pocas posibilidades

para un crecimiento objetivo de la tecnología que permitiese

el ahorro en la utilización de la mano de obra por lo cual, en

todas las épocas y países donde predominó dicho modo de

trabajo, la expansión de la economía agrícola y el desarrollo

social en general se mantuvieron dentro de límites rígidos

(Anderson,1979: 76-77).

Esa situación es explicada por la tesis fundamental del

marxismo, la cual nos dice que los factores que determinan el

crecimiento social, son los cambios sociales revolucionarios.

Una revolución es un cambio fundamental y cualitativo

provocado en las relaciones de producción de una sociedad

dada, debido al desarrollo de las fuerzas productivas las

cuales, al llegar a un nivel cuantitativo determinado, entran

en contradicción con el orden sociopolítico existente. La

evolución y el cambio acelerado se deben a la misma presión

de las fuerzas productivas y relaciones de producción que

forman una unidad indisoluble. Es el ritmo de desarrollo de las

fuerzas productivas, lo que determinará que la evolución sea

lenta, que se produzca un cambio acelerado o un estallido

revolucionario. En el caso de las sociedades originarias

americanas, las condiciones objetivas materiales pusieron

límites para que se diera una línea de desarrollo de las fuerzas

productivas similar al de las sociedades del mismo tipo en

Page 135: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Europa, a un tipo de desarrollo de las fuerzas productivas que

aquéllas no pudieron llegar **sobrepasar o revolucionar antes

del siglo XVI de la era. Podríamos decir que por las razones

anteriormente expuestas, la línea general de desarrollo

histórico de nuestras sociedades originarias se constituyó

como una forma civilizadora alternativa a la europea, llegando

a superar sus logros en muchos aspectos.

Por tales razones, con el objeto de explicar el atraso y el

estancamiento de los pueblos asiáticos en relación a la

sociedad capitalista europea, Marx y Engels formularon, como

ya expusimos, la categoría de Modo de Producción Asiático

como constituido por comunidades aldeanas sometidas a un

régimen de “esclavitud generalizada”, controlado por un

gobierno despótico. A juicio de Bartra (1969:16), el grado de

retraso de las llamadas sociedades despóticas radicaba

fundamentalmente en el tipo de relación cualitativa existente

entre la fuerza de trabajo y los medios de producción. El

Estado tipo asiático o despótico -dice el autor- surgió

entonces como consecuencia del bajo nivel de desarrollo de

las fuerzas productivas. No destruyó el “régimen de

comunidad primitiva” existente en las aldeas, sino que lo

utilizó e incorporó a la sociedad clasista. El sistema de

explotación que ejercía el Estado no intervenía directamente

en el sostenimiento de la fuerza de trabajo, excepto en los

regímenes hidráulicos cuando se utilizaba el tributo en trabajo

para la construcción de canales, caminos y edificios, creando

Page 136: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

una sociedad clasista inicial que tenía como base las unidades

sociales basadas en el parentesco características de la

formación social y el modo de producción de la anterior

comunidad primitiva (Bartra, 1969: 17; Godelier, 1969: 30).

La existencia de redes hidráulicas no puede considerarse

como el elemento causal del origen de la sociedad clasista y

del Estado, ya que aquéllas muchas veces anteceden su

aparición por milenios y centurias. La existencia originaria de

los sistemas de riego para la agricultura está demostrada en

diversos continentes y pueblos de la costa del Perú (Moseley,

1975: 50;), el Valle de México (MacNeish, 1967-I: 308. 3), y en

el Noroeste de Venezuela (Sanoja y Vargas-Arenas, 1999a:

44). Los sistemas hidráulicos comenzaron a existir como parte

de un complejo de técnicas de subsistencia y sistemas de

producción en aquellas antiguas sociedades aldeanas y

cacicales, muchas de las cuales no llegaron a alcanzar el

carácter de formación estatal (Manzanilla, 1988: 293-308).

Según Bate (1984: 47-86), la categoría Modo de Producción

Asiático constituye una formulación muy ambigua que no da

verdadera cuenta de la complejidad de procesos que

caracterizan a las sociedades incluidas bajo la misma. Bate

prefiere considerar la existencia de una Formación

Socioeconómica Clasista Inicial con su respectivo modo de

producción que caracteriza el paso de una sociedad no

clasista hacia una forma estatal clasista. A tal efecto dice:

Page 137: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

“…el modo de producción de la sociedad clasista inicial puede

originarse como efecto del desarrollo histórico de cualquier

forma de comunidad primitiva, sea antigua, germánica,

eslava, “andina” u otras y que su origen en comunidades de

tipo oriental solo representaría una modalidad particular del

proceso histórico de génesis de sociedades clasistas

“primarias” o “secundarias” (Bate, 1984: 71).

La centralización de la fuerza de trabajo, como ocurrió en las

llamadas sociedades “prístinas” o “primarias” no sería, pues,

requisito universal y necesario para la ejecución y control de

un sistema de obras hidráulicas que condicionaría el

desarrollo de la estratificación de la sociedad en clases. En

muchos otros casos, la revolución clasista se produjo como un

proceso secundario o derivado de la relación de comunidades

primitivas con sociedades clasistas ya conformadas, como en

el caso de Vietnam ya mencionado, sea porque las

comunidades primitivas fueron incorporadas a nuevos

sistemas socioeconómicos clasistas por imposición colonial o

por conquista (Bate, 1984: 71).

A diferencia de los contenidos corporativos que se atribuyen

al llamado modo de producción asiático, el clasismo inicial de

tipo empresarial, como hemos discutido en páginas

anteriores, fue un fenómeno histórico característico de la

sociedad europea occidental desde la Edad del Bronce, que se

inició hace 4000 años antes de ahora. Aquella forma originaria

Page 138: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de organización de la producción metalúrgica y artesanal,

propició el desarrollo de la sociedad clasista inicial en Europa,

como lo evidencian las costumbres funerarias ejemplificadas

en los llamados campos o necrópolis de urnas que comienzan

a aparecer por toda la Europa Occidental y Central hacia el

año 1100 antes de Cristo. En estos campos de urnas, la

riqueza de la parafernalia ritual, particularmente objetos

metálicos: armas, joyas, vasijas, carros de guerra, etc.,

asociados con determinados enterramientos indica que ya

existían profundas diferencias de rango social entre los

pobladores de las diferentes aldeas. La pirámide social estaba

dominada por diversas comunidades superiores o estamentos

conformados por jefes rituales y guerreros. El factor básico

que mantenía cohesionado todo el sistema social era el don,

el bien como regalo entre las familias reales que mantenían

vínculos dinásticos. En líneas generales, la economía de

subsistencia de estas sociedades que se inician con la Edad

del Bronce se fundamentaba en la metalurgia, la ganadería, el

pastoralismo y la agricultura que constituían como especies

de empresas controladas, no por un Señor despótico, sino por

cada una de aquellas comunidades superiores (Christiansen,

1998: 258-267).

En el siglo XIX, la particularidad histórica de aquel paradigma

evolutivo del progreso que animó el desarrollo de la sociedad

europea, siguió gravitando en el aura de la visión eurocéntrica

que tenían los maestros del marxismo sobre la historia de la

Page 139: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

humanidad, la misma que sustentaba también el darwinismo

social y la política colonial de los países capitalistas. En tal

sentido, pero con una intención humanitaria, aquéllos

consideraban necesario elevar al nivel de la civilización

occidental la cultura de aquellos pueblos que todavía

conservaban sus formas de vida originarias o la de aquéllos

que se consideraban sin historia por no poseer un nivel

organizativo del Estado y no tener, por tanto, capacidad para

hacer la revolución (Bartra, 1969: 32-39).

Como veremos en el siguiente capítulo, el análisis del

paradigma civilizador americano contrastado con el europeo

muestra que si bien existen principios generales y ciertas

determinaciones constantes comunes en ambos procesos de

desarrollo histórico, los contenidos particulares de cada uno

de ellos han determinado en ciertos momentos de la historia

universal la expresión de la forma de desarrollo desigual y

combinado que permiten y sustentan la expansión mundial

del sistema capitalista a partir de la Europa Occidental. **

Hacia comienzos del siglo XX, pensadores como Max Weber

expresaron igualmente que el capitalismo industrial era un

fenómeno social de raíces exclusivamente europeas, cuyo

desarrollo estaba influido por la ética de movimientos

religiosos tales como el calvinismo. (Weber, 1969). Gunder**

Frank, apoyándose en los conocimientos arqueológicos sobre

la Edad del Bronce, sostiene tambièn que:

Page 140: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

“…We all agrèe, moreover, that there is an unbroken

historical continuity between the central civilization/World

system of the Bronze Age and our contemporary capitalist

World system…” (Gunder Frank 1993: 387) (Todos estamos

de acuerdo en general que existe una continuidad histórica

ininterrumpida entre la civilización central/sistema mundo de

la Edad del Bronce, y nuestro sistema mundial capitalista

contemporáneo. Traducción nuestra).

Figura 4. Juguetes mesoamericanos con ruedas

Page 141: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

PARTE 2: CRÍTICA DEL PARADIGMA CIVILIZADOR Y DE

LOS PROCESOS CIVILIZADORES AMERICANOS

CAPÍTULO 4.

El paradigma civilizador americano y la Arqueología

Social

Las civilizaciones originarias de Nuestra América

Nuestra América o Nuestra América, como ha reconocido

Huntington (1997: 46), tiene una identidad diferente a la de la

llamada civilización occidental. En nuestra opinión, la causa

fundamental de su expresión particular, es que incorpora

procesos culturales civilizadores indígenas, originarios, que

no existieron ni en Europa, ni en Asia ni en África. A pesar de

la influencia depredadora del capitalismo, esos procesos

civilizadores postergados e ignorados durante cinco siglos por

las oligarquías nacionales hegemónicas, no sólo han vuelto a

cobrar una fuerza sorprendente sino que muchos antiguos

pueblos originarios están formado parte del sujeto histórico de

la revolución social que sacude los fundamentos del régimen

capitalista necolonial.

El carácter singular de las civilizaciones originarias

Page 142: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

americanas fue reconocido en el siglo XIX por nuestro

Libertador Simón Bolivar, quien nos describió como un

pequeño genero humano: ni europeo, ni indígena ni africano.

La fundamentación de dicha singularidad ha sido expuesta y

analizada en extenso en multitud de obras enciclopédicas.

Entre ellas podemos destacar el Handbook of South American

Indians (1948?), el Handbook of North American Indias, La

Historia General de América, de la cual tuve el honor de

coordinar el Período Indígena y ser autor de uno de sus

volúmenes (Sanoja 1982), tratados como los escritos por

Gordon Willey (1966. 1971), James Ford (1969) Laurette

Sejournè (1971), Richard Konetske (1971), Darcy Ribeiro

(1973), entre muchos otr@s. En las mayoría de las obras que

extienden su análisis hasta la historia posterior al siglo XVI, la

mayoría de los autores exhiben, sin embargo un sesgo

eurocentrista que considera la cultura de nuestros pueblos

como parte de la cultura grecolatina y la civilización

occidental, por el simple hecho de hablar lenguas romances

como el castellano, el portugués y el francés, o lenguas

germánicas como el inglés y tener que aceptar una religión, la

católica, que nos impusieron por la fuerza de las armas. Sobre

este prejuicio eurocentrista nuestras oligarquías locales

construyeron historias nacionales oficiales donde se exalta la

visión hispanofascista de nuestra vinculación con la España

Imperial, el anticomunismo y el fanatismo oscurantista de la

derecha católica franquista, caldo de cultivo donde han

Page 143: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

navegado a sus anchas tanto el imperialismo estadounidense

como el europeo (Vargas Arenas, 2007a).

En las civilizaciones originarias nuestramericanas, el

desarrollo de procesos territoriales particulares de desarrollo

sociocultural habría comenzado, en nuestra opinión, desde el

momento en que aparecieron las primeras formas de vida

sedentaria basadas en la agricultura, la caza, la pesca y la

recolección. Como hemos analizado en obras anteriores

(Sanoja, 2008. 49-54), con base a los hechos históricos

ocurridos en el territorio americano entre 5000 años antes de

ahora y el siglo XVI de la era cristiana, es posible plantear en

América la existencia de dos grandes civilizaciones

originarias: la norteamericana y la suramericana-caribeña,

cuyos todos más desarrollados culminaron en imperios o

sociedades estatales o clasistas iniciales. La primera tuvo su

área de influencia original en un territorio que abarcaba el

norte de Centroamérica (actuales Nicaragua, Salvador,

Honduras, Guatemala), México, el suroeste, el sureste y el

noroeste de Norteamérica. Esta civilización se expresó en, por

lo menos, cinco grandes procesos civilizadores: la Cultura

Olmeca, los imperios Maya y Azteca en Mesoamérica, la

Cultura Hohokam-Anasazi en el suroeste de los actuales

Estados Unidos y las diversas culturas originarias que se

integraron en las tradiciones arqueológicas Woodland y

Missisipi (mapa 3).

Page 144: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

La diversidad de modos de vida y de niveles de desarrollo de

las fuerzas productivas que se manifiestaron en las

sociedades originarias de Suramérica, el Caribe, Mesoamérica

y la América Central, se presentaba, no como una estructura

piramidal en el vértice de la cual estaban los imperios

prístinos, sino como una extensa red transversal de pueblos y

procesos de desarrollo sociohistórico donde lo cultural y

socialmente simple se complementaba e interactuaba con lo

cultural y socialmente complejo. A diferencia de las

sociedades clasistas que caracterizan en Europa a la Edad del

Bronce, la célula fundamental de las sociedades clasistas

originarias americanas era la comunidad social consanguínea,

ejemplo de lo cual son el ayllu en los Andes Centrales o el

calpulli en Mesoamérica, los cuales servían de sustento a las

estructuras socialmente más complejas como linajes, tribus,

cacicazgos y señoríos que funcionaban en unos casos de

manera autónoma o en otros subsumidas en imperios como el

Inka y el Mexica (Sanoja, 2007: 46-51).

El desarrollo de las fuerzas productivas que tanto la sociedad

inka como la tecnochca habían alcanzado en el siglo XVI, se

vio limitado, no por la inferioridad física y mental de las

poblaciones originarias, sino por una serie de

condicionamientos y carencias materiales que no podían ser

resueltas en aquellas condiciones; por otra parte, cada una de

dichas sociedades representó la cúspide de un proceso

cultural civilizador que ocurrió en medio de enormes

Page 145: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

extensiones territoriales, habitadas por pueblos cuyo nivel de

desarrollo de las fuerzas productivas estaba muy por debajo

del alcanzado por otras sociedades clasistas. Los procesos de

expansión militarista, si bien podían propiciar la conquista de

nuevos pueblos, territorios y recursos materiales, ello no

significaba la apropiación de nuevas y mejores tecnologías

que transformasen cualitativamente el estatus de las

sociedades expansionistas. La ausencia de ganado vacuno o

caprino, de animales de tiro, del conocimiento de la rueda, de

la metalurgia del hierro y el bronce, de los elementos básicos

de llamada “tecnología primitiva”, impidieron el desarrollo de

los medios e instrumentos de producción, de las tecnologías

y procesos de trabajo, que habrían permitido desarrollar al

máximo las fuerzas productivas de las sociedades inka y

tecnochca.

La civilización suramericana caribeña: procesos civilizadores

del Atlantico y el Pacífico-

La gran civilización suramericana-caribeña habría comenzado

a integrarse desde por lo menos el año 3000 antes de Cristo

(5000 años antes del presente). Dicha civilización estaría

conformada, en líneas generales, por dos grandes procesos

civilizadores: a) uno que se desarrolló a lo largo de la

vertiente pacífica de Suramérica, el cual podríamos

denominar grosso modo como andino, a lo largo de un eje

territorial y cultural que se extiende sobre las actuales

Page 146: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

repúblicas de Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia, el

norte de Chile y Argentina. Su fase final, la más compleja

política y culturalmente, fue el Imperio Inka (Sanoja, 2007: 51-

52). b) Un proceso civilizador que ocurrió a lo largo de la

vertiente atlántica suramericana, región dominada por las

formaciones selváticas, sabaneras y montañosas que se

hallan en la cuenca del Orinoco, del Amazonas, la del

Paraguay-Uruguay, y las formaciones de pampas y sabanas

que se extienden desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, el

cual culminó en diversas regiones, con la estructuración de

sociedades complejas, cacicales o señoríos tipo estado

(Sanoja, 2007: 53-54).

Los pueblos arawako y caribe que integraban el proceso

civilizador amazónico- orinoquense se difundieron hacia 2000

años a.C. hacia el norte, vía el arco antillano que comienza en

las islas de Margarita y Trinidad, Coche y Cubagua, masas

terrestres que estuvieron unidas al continente hasta finales

del Pleistoceno. Durante este período, cuando el nivel del mar

se encontraba unos ciento cincuenta metros bajo el actual, el

Caribe insular podría haber sido efectivamente una

prolongación territorial del continente suramericano,

permitiendo el desplazamiento de las antiguas bandas de

recolectores, cazadores tanto litorales como del interior, que

habitaban la ribera atlántica desde por lo menos 14000 años

antes del presente (Boomert, 2000; Veloz Maggiolo, 1991;

Sanoja, 2006: 53-54; Sanoja y Vargas Arenas, 1995: 95-103,

Page 147: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

1999ª: 143-156; 1999b; 1999c ; 2006: 49-65; 2008: 9-33;

Sanoja, 2007: 54).

El proceso civilizador clasista andino-pacífico

Desde períodos tan tempranos como 8000 años antes del

presente, los pueblos recolectores, cazadores, pescadores del

litoral pacífico suramericano comenzaron a desarrollar

procesos de recolección y protocultivo de plantas útiles que

culminaron, hacia 5000-4000 años antes del presente, en

sociedades aldeanas agroalfareras. Estas transformaciones en

los modos de vida del proceso civilizador de la costa pacífica,

se dieron de manera concurrente con la llegada de nuevas

poblaciones humanas originarias braquicéfalas

neomongoloides, muy parecidas a las poblaciones modernas

del noreste de Asia que entraron a América por Alaska y ya,

para 9000-7000 años antes del presente, estaban colonizando

el litoral pacífico y la región andina desde la actual Colombia,

el litoral ecuatoriano ecuatoriano, el peruano hasta el norte de

Chile y Argentina, imponiéndose a las poblaciones humanas

que ya estaban asentadas en la región desde por lo menos

30.000 años antes del presente. Los descendientes de

aquellos últimos colonizadores son conocidos modernamente

como quechuas, aymaras, manteños, huancavilcas muiscas,

chibchas, arawak, entre muchas otras etnias (Sanoja, 2007:

30-36).

Page 148: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Despues de una larga ocupación por poblaciones

precerámicas y arcaicas que se inició entre 8800 y 5500 años

antes de Cristo (Sanoja y Vargas-Arenas 1999d: 208;

Lumbreras 1983: 26-28; Bischoff 2008: 40-66), desde 3370

años a.C., la aldea de Real Alto, Peninsula de Santa Helena,

Ecuador, revela ya la presencia de los primeros centros

ceremoniales o comunidades centrales donde existía división

social del trabajo, rodeados de otras comunidades

subsidiarias de agricultores, pescadores y recolectores

(Meggers, et alíi. 1965; Marcos 1998). El proceso de desarrollo

sociohistórico continuó con la aparición de modos de vida

cacicales jerarquicos entre 1500 antes de Cristo y 500

despues de Cristo, Fase Chorrera, período coincidente con la

aparición de modos de vida similares en el Valle del Cauca y

el Macizo Colombiano (Meggers 1966: 55-66; Rodríguez 2002:

61-166; Rodríguez 2005: 125-169), culminando con la

formación de Señoríos, sociedades jerarquizadas de tipo

clasista inicial, donde destaca la existencia de una casta

dirigente sacerdotal que tenía el poder y la capacidad para

apropiarse de la producción excedentaria de bienes

terminados y materias , un cambio sustantivo en la forma y el

contenido de la propiedad y el control de los medios de

producción y un control acentuado sobre la fuerza de trabajo.

La organización y el diseño del espacio territorial estan

dominados por los centros ceremoniales y administrativos de

importante magnitud donde resalta la construcción de

Page 149: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

templos, edificios públicos y viviendas domésticas sobre

plataformas de tierra.

Sitios arqueológicos como Cochasquí (850-1560 d.C) son la evidencia

concreta del largo proceso urbano originario del Ecuador que –como hemos

dicho- comenzó desde hace por lo menos 4000 o 5000 años antes del presente,

como atestiguan los asentamiento de Real Alto y Valdivia sobre el litoral

pacífico(Meggers el alíi 1965;Meggers 1966: 142-148); Marcos 1988; Ortiz

2009; Museo Bco. Central 2008). Ello nos da una clara idea de lo que

representa el pueblo originario de la región ecuatoriana para entender la

historia social del norte de Suramérica, puesto que los procesos urbanos no

son solamente indicadores del desarrollo material y tecnológico sino,

principalmente, del desarrollo de sociedades complejas tipo estado.

Tanto en Cochasqui, señorio Cara, como en los señoríos de la

cultura Manteño del Ecuador destacan la mineria, la

metalurgia y la orfebrería utilizando técnicas de fusión,

laminación a martillo, cera perdida, repujado, soldado, etc.,

utilización de aleaciones de cobre y y de plata y oro para

dorar objetos de metal. Los señorios ecuatorianos

conservaron una vida independiente hasta el año 1438 de la

era, cuando fueron sometidos por los ejercitos incaicos e

incluidos en el Tahuantisuyu, la organización político territorial

del imperio de los Incas. (Sanoja y Vargas Arenas 1999d: 208-

213; Ortíz 2009: 124-125).

Según los datos arqueológicos (Lumbreras, 1990: 100;

Patterson, 1991: 20-26; Shady Solis, 2007), hacia 3000 años

Page 150: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

antes de Cristo (5000 años antes del presente) los centros

ceremoniales que caracterizaban la estructura territorial de

los Andes Centrales durante el Período Formativo, albergaban

grupos de personas altamente especializadas, sacerdotes y

sus servidores, en la medición, el cálculo y la previsión del

tiempo, categoría abstracta cuyo conocimiento era

fundamental para controlar anualmente las estaciones de

lluvia y sequía, la capacidad de disponer de agua para los

sistemas de regadío y preparar los campos para el cultivo.

Los instrumentos de medición del tiempo para elaborar los

calendarios se hacían con base a los observatorios donde se

analizaban y codificaban los movimientos del sol, la luna y las

estrellas, los cuales se convirtieron en los parámetros

matemáticos de la temporalidad. Quienes controlaban dichos

conocimientos controlaban también el proceso productivo del

cual dependía la reproducción social del grupo humano. Por

esa razón, los sacerdotes y sus asistentes estaban

dispensados del trabajo directo. Tal fue el origen de las clases

sociales, de las nuevas formas de poder que pasaron del

control de la comunidad doméstica a las de una elite que

regulaba el crecimiento de las fuerzas productivas. Su poder

creció tanto que, hacia finales del Periodo Formativo, 500

años antes de la era cristiana, ya se había transformado en

una nueva formación social de carácter clasista, núcleo

originario de un poder o Estado teocrático andino (Lumbreras,

2005: 252). Sin embargo, el núcleo fundamental de la

Page 151: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sociedad incaica siempre fue y ha seguido siempre en general

el ayllu, lo cual determinó su carácter basicamente comunal y

autosuficiente considerado por algunos autores como

socialista (Baudin, 1961 : 103)

Al consolidarse la revolución urbana en los últimos siglos del

primer milenio antes de Cristo, el Estado teocrático y los

centros ceremoniales fueron reemplazados por un Estado

mercantil cuyo fundamento eran los pueblos y ciudades de

carácter administrativo que servían de asentamiento a los

funcionarios estatales como el curaca principal y tutricut

(gobernador puesto por el Inca) enviado y nombrado desde el

Cusco con grandes poderes legales, políticos, administrativos

y militares, encargados de la gerencia y planificación de las

actividades productivas agropecuarias y artesanales que

debían ser ejecutados por los mitmaes yuncas o mitimaes. Se

alude con este nombre a los enclaves o colonias de trabajo

colectivo obligatorio que debían los hombres y mujeres de los

diferentes ayllus en las tierras del Estado (Espinoza 1978:

299-328).

En la ciudad de Chan-chán, por ejemplo, capital de la sociedad

Chimú, en los llamados “barrios populares” constituidos por la

aglutinación de pequeños recintos de habitación, habitaba la

gente común: artesan@s, mercaderes y servidor@s de

diferentes oficios que no disfrutaban del nivel de vida de la

clase nobiliaria que habitaba en palacios construidos en el

Page 152: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

centro del área urbana. Fuera de la ciudad vivían los

campesin@s, pescadores, trabajador@s no-urbanos e incluso

funcionarios de la burocracia estatal.

El proceso de trabajo metalúrgico se orientaba principalmente

hacia el cobre y la plata. Existían grupos de trabajador@s que

se ocupaban de explotar las minas de oro, plata y cobre y

fundir el mineral que era transformado en lingotes. Para

manufacturar los productos del cobre, la plata y sus

aleaciones se utilizaban técnicas complejas como la

soldadura, la cera perdida, el vaciado en moldes y el

enchapado, el estampado, el repujado, el dorado y el

plateado, productos que eran monopolizados por la elite

nobiliaria al igual que otros bienes exóticos como las

turquesas, los mantos de plumas, las maderas exóticas, etc.

(Lumbreras, 1999: 379-390). El bronce, la aleación de cobre y

estaño, aparece también en el altiplano andino asociado

inicialmente con las culturas Tiwanako y Chavín. El trabajo del

bronce se desarrolló técnicamente durante el Imperio Incaico,

esto es, a partir del siglo XII de la era cristiana, y se propagó

tardíamente sobre todos los territorios ocupados por el

mismo. Las técnicas metalúrgicas utilizadas fueron el

martillado, la fusión y el moldeado y el repujado, con las

cuales se fabricaron principalmente adornos, cuchillos en

forma de medialuna denominados “tumi”, agujas, anzuelos y

armas de guerra (Rivet y Arsandaux, 1946: 179).

Page 153: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

En la fase de consolidación del proceso urbano, el estamento

de jefes político-militares desplazó a los especialistas en

controlar el tiempo poniendo fin a la teocracia. El Estado,

supremo conductor del proyecto de vida de los habitantes de

un territorio, convirtió el antiguo modo tributario en la renta

que el campo, los trabajador@s artesanales y sus señores

nobles debían pagar a las ciudades en nombre del rey o Inka.

El Estado centralizado del Imperio Incaico, que comenzó a

formarse en el siglo XII de la era cristiana, alcanzó su apogeo

alrededor del año 1430 de la Era, hasta colapsar

definitivamente hacia 1540 con la conquista española.

En la actual Colombia y en el noroeste de Venezuela la vida

sedentaria y la domesticación de plantas comenzó a darse

desde 4000-3000 años antes de Cristo. Para inicios de la era

cristiana ya existían complejas sociedades de linaje que, para

el siglo XVI, habían devenido de tipo Estado, pueblos que

habitaban aldeas de regular tamaño asociadas con regadío,

cultivo en terrazas, arquitectura en tierra o piedra. En los

casos colombiano y panameño la metalurgia del oro y la

tumbaga llegó a alcanzar altos niveles de excelencia

(Rodríguez 2002, 2005; Sanoja y Vargas-Arenas, 1999d: 201-

219).

Al sur del territorio ocupado por las sociedades clasistas

iniciales de los Andes Centrales, la extensa región bordeada

por el Pacífico y el Atlántico que se extiende hasta la Tierra

Page 154: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

del Fuego, estaba habitada para el siglo XVI por una gran

diversidad de pueblos recolectores, cazadores y pescadores,

canoeros litorales y del interior y agricultores aldeanos,

muchos de los cuales estuvieron fuertemente influidos por las

culturas andinas centrales: guaraní, araucano, diaguita, ona,

yahgan, alakaluf, etc., que parecen haber conservado para la

época e incluso hasta el presente, rasgos culturales que

recuerdan a los de los pobladores ancestrales de la América

del Sur (Steward y Faron, 1959: 262-283; Estévez y Vila,

1996, 1998).

El proceso civilizador amazónico- orinoquense

Sobre la vertiente atlántica suramericana se desarrolló otro

proceso civilizador que podríamos llamar en líneas generales

como amazónico-orinoquense (Sanoja, 1982: 137-211, 2006:

53-54), cuyas influencias culturales irradiaron hacia las

Antillas Menores y Mayores. Hacia 4600 años antes del

presente (2600 años antes de Cristo), los pueblos arcaicos

litorales de la ribera atlántica, los pueblos litorales de cultura

tipo arcaico del golfo de Paria, Venezuela, y la costa noroeste

de la actual Guyana, parecen haber iniciado el proceso de

domesticación ciertas raíces y tubérculos tropicales como la

yuca (Manihot sculenta), el ocumo (Xanthosoma sagittifolium)

y el ñame (Dioscorea alata), entre otros, sobre los cuales se

fundamentó la formación de sociedades sedentarias

agricultoras en el noreste de Suramérica (Sanoja, 1997: 119-

Page 155: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

126). Entre 1500 y 1000 años antes de Cristo hay evidencias

concretas de la migración de pueblos ligados a las culturas

formativas andinas de la vertiente amazónica y el altiplano,

particularmente Kotosh y Chavín, hacia el litoral atlántico del

noreste de Suramérica y el Bajo Orinoco que se hallaba para

entonces ocupado por grupos humanos recolectores

cazadores (Sanoja, 1979, 1982). La excelencia de la

manufactura ceramista del formativo andino, dio origen a

hermosas tradiciones culturales locales conocidas como

Tradición Barrancas (Sanoja, 1979:254-290; 1982: 166-170) y

Tradición Marajoara (Sanoja, 1982:149-154), entre otras, pero

que no reprodujeron en las extensas sabanas y selvas de

galería que bordeaban el cauce de grandes ríos como el

Orinoco y el Amazonas, las complejas pautas de la

organización social ni de la vida urbana de las sociedades

formativas andinas (Sanoja, 1979. 2006: 40-41). Sin embargo,

los pueblos y la cerámica barranqueña, de tradición andina,

se difundieron desde inicios de la Era Cristiana a lo largo del

arco antillano, constituyendo el fundamento de la Sociedad

Taína que se desarrolló posteriormente en las Grandes Antillas

(Sanoja, 1982: 217-238).

A diferencia del proceso civilizador andino, los pueblos

originarios de la ribera atlántica estaban organizados en una

diversidad de formas sociales: comunidades aldeanas

igualitarias, cacicazgos y señoríos, las cuales no se

transformaron en sociedades estatales o clasistas iniciales.

Page 156: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Los desarrollos culturales de los pueblos cultivadores arawak,

caribe, tupí y guaraní confluyeron para formar una macro-

región histórica que engloba el piedemonte andino

amazónico, la cuenca amazónica, la cuenca del Orinoco y el

litoral atlántico-caribe del noreste de Suramérica, región que

hoy corresponde grosso modo con el espacio geográfico del

MERCOSUR. Este hecho inhibió posteriormente la formación

de oligarquías coloniales cerradas similares a las del área

andina, que más tarde se transmutaron a partir del siglo XIX

en oligarquías republicanas, enclaves defensores de los

intereses económicos y de la cultura de dominación del

imperialismo y finalmente de los Tratados de Libre Comercio

con Estados Unidos. Por el contrario, las sociedades

igualitarias o las estratificadas características de la ribera

atlántica, propiciaron la posibilidad de constituir de

sociedades republicanas más igualitarias, más dinámicas y

revolucionarias que han podido en ciertos casos frenar el

poder de las oligarquías republicanas representantes del

poder imperial europeo y estadounidense (Sanoja, 2007: 55-

61).

El proceso civilizador caribeño

Los pueblos cazadores, recolectores y pescadores del noreste

de Suramérica comenzaron, desde 5000 años antes del

presente, a navegar las rutas oceánicas que llevaban desde el

continente suramericano hacia la región insular del caribe

Page 157: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

oriental. Desde 2200 años antes del presente, los pueblos

arawakos y luego los caribes comenzaron a colonizar las

Pequeñas y Grandes Antillas absorbiendo las poblaciones

originarias de recolectores, pescadores cazadores,

determinando el surgimiento de un proceso civilizador

antillano donde confluyen también otras influencias culturales

emanadas del formativo originario mesoamericano (Sued

Badillo, 1978; Alegría, 1983). En las actuales islas de Puerto

Rico, Haití-República Dominicana y Cuba, las poblaciones

originarias de origen suramericano culminaron en sociedades

muy estratificadas como la Taina. Esas poblaciones se

mestizaron localmente con otras preexistentes o tuvieron

influencias emanadas de la cultura Maya u Olmeca (Veloz

Maggiolo, 1972; Cassá, 1974; Alegría, 1983: 149-156; García

Goyko, 1984), dando lugar a un proceso civilizador caribeño

donde tuvieron cabida, tanto las culturas arawakas y su

expresión en las Grandes Antillas, la Cultura Taína, como la

Cultura Caribe. Los tres procesos civilizadores, el andino, el

amazónico y el caribeño se desarrollaron a lo largo de cursos

históricos mayormente paralelos, aunque complementarios,

los cuales continúan influyendo en la moderna comunidad de

las actuales naciones suramericanas y caribeñas.

La Civilización Norteamericana

El proceso civilizador clasista mesoamericano

Los grupos humanos que habitaban las ciudades-Estado y/o

Page 158: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sujetas a la dominación de los imperios mesoamericanos,

estaban estratificadas en clases sociales y éstas a su vez en

unidades sociales organizadas de manera consanguínea, al

igual que en el Imperio Inka. La primera formación estatal

mesoamericana estuvo caracterizada por un desarrollo

simultáneo de diversos centros político-religiosos,

constantemente interconectados, los cuales aglutinaban en su

derredor diversas aldeas y poblados subordinados. Una

formación clasista originaria, la Olmeca, se concentró durante

el Período Preclásico Temprano y Medio en las tierras bajas

del sur de México que se extienden desde Veracruz hasta

Centroamérica, dominada posiblemente por estamentos de

guerreros y de mercaderes misioneros. Existe evidencia de

obras de drenaje en pantanos, de represamiento y

canalización de ríos, de redes de distribución de agua en las

ciudades o centros ceremoniales, y de edificaciones públicas y

religiosas cuya construcción debe haber requerido la

movilización de grandes contingentes humanos. En la opinión

de los arqueólog@s especialistas en el área olmeca, ésta no

se consideran propiamente como sociedad estatal, aunque es

en ella donde se encuentran las semillas de la formación

estatal mesoamericana (Piña Chan, 1967: 49-75).

Desde el Período Formativo se habría originado una teocracia

caracterizada por la presencia de centros ceremoniales y

grandes necrópolis, ejemplo de lo cual serían Teotihuacán,

Monte Albán, Kaminaljuyú y Tzakol. Ya en el Período Clásico,

Page 159: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

existiría un urbanismo desarrollado y una sociedad

estratificada en una nobleza sacerdotal con sus servidores y

una masa de campesin@s aldean@s, cultivo intensivo

utilizando riego, terrazas y chinampas, la manufactura y

distribución comercial de bienes suntuarios. En Tikal,

Guatemala, durante el Período Clásico, las familias extendidas

basadas en el parentesco ya habían llegado a conformar

unidades de producción y consumo, rasgo bastante común

entre las clases productoras de la sociedad (Patterson, 1997:

186-196).

Hacia la cuarta y quinta centuria de la era cristiana, ya

existían en la ciudad de Teotihuacán, valle de México, áreas

de talleres donde se fabricaban diversos tipos de

herramientas de obsidiana y de piedra, de concha, cerámica,

cestas, petates, madera estucada, papel de amáte, tejidos,

arte plumario, etc., así como comunidades de albañiles,

estucadores, artistas muralistas, dibujantes de códices, etc.

Parte de dicha producción se dedicaba a satisfacer las

necesidades locales y regionales, en tanto que otro volumen

importante era distribuido a través de redes comerciales para

satisfacer las necesidades de unos cinco millones de

consumidor@s en toda Mesoamérica. Artefactos fabricados

con esta clase de obsidiana han sido hallados desde 1000

años antes de Cristo en el centro olmeca de San Lorenzo, sur

de Veracruz y en otros centros similares como La Venta. El

acceso de los trabajador@s a las minas de la valiosa obsidiana

Page 160: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

verde, ubicadas en el actual Estado de Hidalgo, estaba

posiblemente bajo control estatal. Los talleres de producción y

los artesan@s mismos, organizados en barrios de

especialistas o localizados en los palacios de la elite, estaban

al parecer controlados por las unidades sociales que

integraban la clase nobiliaria y guerrera. Los mercaderes

estaban organizados de manera corporativa y actuaban como

agentes comerciales de los reyes o gobernantes,

particularmente cuando cumplían misiones comerciales ante

señores extranjeros. Los Señores obtenían como tributo la

mayor parte de los productos que luego se canalizaban a

través de las redes comerciales. Ello restringía el capital

disponible entre los mercaderes privados para la reinversión,

limitando así sus posibilidades de acumular riquezas

independientemente del Estado y de la clase nobiliaria (Millón,

1972: 230-235; Patterson, 1997a: 131-132 y 263-265;

Carrasco, 1976: 230-235).

En el Estado tecnochca que existía en el valle de México

durante el Postclásico Tardío, las antiguas instituciones

gentilicias de gobierno encarnadas en la antigua forma de

propiedad comunal representada por el calpulli, coexistían

también con la forma de propiedad nobiliaria y la

administración burocrática centralizada. Aparecen en el

segmento nobiliario y el burocrático, formas de acumulación

de riqueza particularmente vía la adscripción de tierras y la

apropiación, bajo la forma de tributos, de los excedentes de

Page 161: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

producción obtenidos por las comunidades gentilicias.

La clase dominante de la sociedad tenochca asumió un

carácter de oligarquía militarista y teocrática bajo el poder

absoluto de un rey o emperador, el cual llegó a someter bajo

su autoridad, vía la conquista armada, la casi totalidad de los

otros pueblos mesoamericanos. Según las funciones que

desempeñaban, la sociedad tecnochca estaba estratificada

en: guerreros, sacerdotes y funcionarios que atendían la

organización administrativa de los templos o palacios y

aseguraban la apropiación de los excedentes de producción;

mercaderes o pochtecas que daban respuesta a la demanda

popular de bienes suntuarios y, finalmente, los productor@s

primarios como los artesan@s y campesin@s. Según la

condición social, existían personas privilegiadas, personas

libres, sierv@s agrari@s y esclav@s. Parte de los artesan@s

independientes agrupado@s en barrios y los campesino@s,

podían ofrecer libremente su producción de bienes

terminados y alimentos en los mercados (Olive Negrete, 1958:

116-117; Carrasco, 1982).

La propiedad y el control del agua así como de los sistemas

hidráulicos del valle de México tuvieron gran importancia en

las relaciones políticas y económicas y en la estrategia de

poder existente entre los distintos señoríos del valle de

México. Por otra parte, todo el sistema lacustre de la cuenca

del valle de México y las regiones colindantes constituía el

Page 162: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sustento material de una gran unidad geohistórica cuyo

funcionamiento estaba determinado por la fluidez del

transporte acuático (Rojas et alíi, 1974).

El proceso civilizador de la costa este de Estados

Unidos

En la costa sureste y noreste de los actuales Estados Unidos,

la civilización norteamericana se desarrolló a partir de un

largo y complejo proceso civilizador que arranca desde las

sociedades primordiales de recolectores-cazadores cuya

antigüedad parece remontarse por lo menos a 30.000 años

antes de ahora, a los pueblos arcaicos y a las tradiciones

culturales Adena y Hopewell y que finalmente desemboca en

las complejas sociedades posiblemente de tipo Estado como

las que se desarrollaron en la Cultura Missisipi y finalmente

diversos grupos tribales entre los cuales destacan los

conocidos Iroqueses (Willey, 1966: 310; Griffin, 1978: 256-

264, 272). No deja de llamar nuestra atención en esta hora

cuando el capitalismo está viviendo una de sus peores crisis

estructurales, quizás la final de dicho sistema, el hecho de

que haya sido precisamente a partir del estudio de la gens

iroquesa hecho por el antropólogo estadounidense Lewis H.

Morgan (1965), que se hayan sistematizado las características

generales del comunismo primitivo, de la utopia comunista.

Como resultado de la intensificación del cultivo en una de las

Page 163: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

regiones con suelos que presentan el mayor potencial agrícola

de los actuales Estados Unidos y el desarrollo de un sector de

especialistas en la producción alfarera, así como del trabajo

de la concha y la piedra y la metalurgia del cobre martillado

hacia 500 años antes de Cristo (Willey, 1966: 292-294;

Fowler, 1988:105-107) se creó un sistema de ocupación

territorial fundamentado en la existencia de sitios de

habitación jerarquizados, siendo uno de ellos más grande y

más complejo que era la unidad de control de toda la unidad

política.

La comunidad más importante de cada una de aquellas

unidades, como son los casos de Cahokia y Moundville, entre

otras, podía ser un centro ceremonial ocupado cíclicamente o

un centro administrativo. Cada sistema regional comportaba

un centro fortificado dentro del cual se construían edificios

públicos, casas y un área de plaza. Estas comunidades

controlaban un número de asentamientos satélites más

pequeños que constituían centros de producción diseminados

en los campos vecinos. El gran centro administrativo de

Cahokia, Illinois, sugiere la existencia de una sociedad clasista

con acceso diferencial a la riqueza social, gobernada por un

Señor y una corporación de jefes menores (Fowler, 1988:231-

247).

Todos estos hechos sugieren la presencia de influencias

culturales mesoamericanas en las poblaciones originarias del

Page 164: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

valle del Alto Missisipi (Willey, 1966: 293; Brennan, 1970:

321). De igual manera, otros autores como Riley, Eging y

Rosen (1990: 525-542) han planteado la posibilidad de que

ciertas especies de plantas tropicales tales como el maíz

(Zea mays), el tabaco (Nicotiana rústica), los frijoles

(Phaseolus vulgaris) y los quenopodios hubiesen podido

difundirse desde Sur América a través de las antillas

caribeñas. Ello es consistente con los movimientos tempranos

de poblaciones arcaicas paleoguarao que se produjeron

desde el noreste de Venezuela a lo largo de las islas del

Caribe oriental desde 6000-5000 años antes de Cristo

(Sanoja y Vargas-Arenas, 1995: 375-377). De la misma

manera, las evidencias linguísticas aportadas por Granberry

(1989) parecen indicar que ciertas lenguas habladas en la

península de la Florida como la timucua podría estar

relacionada con las lenguas andino ecuatoriales o de la phyla

macro-chibcha, en tanto que su estructura gramatical tiene

una base guaroide, afín con la lengua paleoguarao que

hablaban las antiguas poblaciones arcaicas del noreste de

Venezuela (Sanoja y Vargas-Arenas, 1995: 380).

El proceso civilizador del suroeste de Estados Unidos

En el suroeste de los actuales Estados Unidos, autores como

Di Peso (1983: 177-194) han planteado la existencia de una

macroregión geohistórica, la Gran Chichimeca, la cual se

constituyó originalmente sobre la base de desarrollos

Page 165: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

culturales locales que fueron luego muy influidos por las

sociedades provenientes del actual México, como la huasteca

y la maya, cuyas poblaciones utilizaban el nahuatl como

lengua franca. Los datos arqueológicos y etnohistórico indican

que alrededor del año 1.060 despues de Cristo, grupos de

mercaderes mesoamericanos entraron al valle de Casas

Grandes e inspiraron a los nativos chichimeca la construcción

de la gran ciudad de Paquimé, un impórtante centro comercial

cuya influencia se hizo sentir hasta el Valle de México, dando

nacimiento a lo que posteriormente vendría a ser la cultura

Azteca del Valle de México (Di Peso 1974 II: 290,622). Entre la

diversidad de grupos humanos de la Gran Chichimeca

destacan, particularmente, los Anasazi, agricultores que

habitaban grandes pueblos construidos con adobe, y los

Apache, quienes hicieron una considerable oposición primero

a los españoles y luego a los colonizadores angloamericanos

del siglo XIX.

El proceso civilizador de la región noroeste de Estados

Unidos y Canadá.

En el momento de los primeros contactos con los europeos, la

regiones sub-ártica y ártica de Norteamérica eran el hogar de

pueblos adaptados a la dura existencia en las costas, bosques

y llanuras que permanecían heladas durante los largos

inviernos: Esquimales, Tlingit y Haida, Kwakiutl, Nootka y

otros, los cuales formaron parte -para ese momento- de la

Page 166: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

llamada Cultura de la Costa Noroeste. Esta cultura se

caracterizó por su organización social en rangos, su énfasis

en la acumulación de propiedad personal y su especialización

en la explotación de los recursos marítimos o litorales.

(Jennings, 1978: 46).

¿Centroamérica, proceso civilizador autónomo?

Dentro de este breve panorama que hemos dibujado del

paradigma civilizador precapitalista sur-americano y

mesoamericano, el sur de la América Central podría ser

considerado como un proceso civilizador de naturaleza muy

sui géneris, ya que para el momento del contacto con los

europeos, las poblaciones originarias que habitaron el actual

territorio de las repúblicas de Panamá y Costa Rica parecen

haber constituido, de cierta manera, una extensión de

culturas como la Tairona del noroeste de Colombia. De la

misma manera, tuvieron posiblemente nexos muy estrechos

con la sociedad Olmeca, así como con las culturas Maya y

Mexíca del sur de mesoamérica que se desarrollaron en las

actuales repúblicas de Nicaragua, Salvador, Honduras y

Guatemala (Sanoja, 1982: 89-135). Por su posición geográfica,

la América Central es como un puente, no solamente

terrestre sino también cultural bordeado por los dos grandes

océanos, el Pacífico y el Atlántico, tendido entre la civilización

norteamericana y la suramericana-caribeña. Esa posición

particular geográfica y cultural, parece haberle conferido a

Page 167: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

partir del siglo XIX características muy particulares a su

inestable desarrollo histórico como región, fuertemente

intervenida por los intereses políticos de México, Estados

Unidos y Europa (Sanoja, 1996. Vol. III: 582-586; Sanoja,

2007: 49).

La técnica de la metalurgia del oro y su aleación con el cobre

se extendió sobre una extensa región que comprende

principalmente el Ecuador, el litoral y el altiplano de Colombia,

Panamá y Costa Rica. Con la aleación denominada

“tumbaga”, fabricaban verdaderos objetos de prestigio de uso

ritual, funerario o ceremonial que podían adquirir la apariencia

y la inalterabilidad del oro puro, los cuales eran al parecer

distribuidos mediante intercambio sobre aquellas vastas

extensiones (Rivet y Arsandaux, 1946; Pérez de Barradas,

1966; Helms, 1979: 78-97; Legast, 1980; Rodríguez, 2002:

208-216, 330).

La imposición forzada del capitalismo

La imposición forzada del capitalismo y la religión, la católica

y la protestante, a las sociedades nuestramericanas por los

invasores europeos, interrumpió la concreción de los

diferentes procesos civilizadores originarios. Para inicios del

siglo XVI –como hemos expuesto- las sociedades urbanas

originarias de la vertiente pacífica, que poseían un alto nivel

de desarrollo de las fuerzas productivas, habían vivido

durante miles de años sujetas a un riguroso sistema de

Page 168: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

dominación política, encuadradas dentro de procesos de

tributación cuyo producto era apropiado y redistribuido por la

autoridad central. Por estas razones, tanto el proceso

civilizador inka como el azteca, sirvieron de base para la

implantación de virreinatos coloniales, calco a su vez del

poder absolutista de la monarquía española. Los virreinatos

conservaron casi intactas las antiguas estructuras regionales

de poder y el funcionariado imperial, las cuales fueron

colocadas bajo el control del virrey y de la nueva nobleza o

burguesía colonial agraria y comercial.

En la ribera atlántica, los conquistadores y colonizadores

españoles tuvieron, por el contrario, que comenzar a construir

desde cero su sistema colonial, ya que el nivel de desarrollo

de las fuerzas productivas de las sociedades originarias,

organizadas en un complejo sistema social de bandas de

recolectores-cazadores, comunidades aldeanas, cacicazgos y

señoríos dispersos sobre tan extenso territorio (Sanoja, 1982;

Vargas 1990) impidió que los colonizadores se insertasen en

las sociedades originarias locales o que los indígenas se

incluyesen en el grupo colonizador, como ocurrió en las

sociedades clasistas originarias de la región pacífica (Sanoja,

2007: 57-58).

Las repúblicas que se constituyeron a partir de la Civilización

Suramericana- Caribeña y de la Civilización Norteamericana

sometidas al Imperio Español, a partir de su independencia de

Page 169: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la metrópoli, pasaron a ser controladas por las oligarquías

políticas heredadas de la colonia o de las guerras de

independencia como en Nuestra América, o controladas en el

caso de Norteamérica por grupos financieros o empresariales

europeos o estadounidenses, los cuales sustentaban

respectivamente su poder en la monoproducción y la

exportación de materias primas o bien en la producción y

exportación de bienes terminados. La tarea fundamental de

los ejércitos en las diferentes repúblicas latinoamericanas era

–y sigue siendo en muchos casos- mantener y defender el

régimen de explotación que garantizaba los privilegios

culturales, sociales, políticos y económicos de los

latifundistas, mineros y comerciantes locales y de sus amos

europeos o estadounidenses. Estas estructuras de poder, con

sus variantes y sus cambios formales, siguen todavía vigentes

en la mayoría de las repúblicas americanas hispanas.

En las regiones al norte de Norteamérica, los colonizadores

británicos, franceses y españoles construyeron desde inicios

del siglo XV diversos enclaves coloniales, con los cuales se

creó el Estado nacional estadounidense en 1783. A partir de

ese año, la comunidad originaria de angloamericanos recibió

el soporte de inmigrantes provenientes de las islas británicas,

la Europa central, la mediterránea y la escandinava, quienes

aportaron importantes conocimientos tecnológicos que

propulsaron la agricultura avanzada, la industria, la

navegación y el comercio internacional. Con ese apoyo, los

Page 170: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

angloamericanos iniciaron la conquista de tan vasto

continente hasta entonces ocupado por los grupos originarios,

empresa que culminaría hacia finales del siglo XIX con la

creación de una formación capitalista industrial muy

avanzada, la eliminación casi total de las poblaciones

indígenas originarias y la consolidación de un proceso

civilizador capitalista autónomo, vinculado económica,

política y tecnológicamente con el europeo. La llamada

Conquista del Oeste permitió a Estados Unidos en 1848

-mediante la conquista armada- apoderarse de las antiguas

provincias mexicanas de Texas, Arizona, California, Colorado,

Nevada y Nuevo México, las cuales constituían más de la

mitad norteña de los Estados Unidos Mexicanos (Britto García,

2007: 51-52). Entre finales del siglo XX e inicios del siglo XXI,

a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte

(conocido por sus siglas TLCAN o NAFTA) y los TLC firmados

con las republicas centroamericanas, Estados Unidos se

anexó virtualmente todo el territorio meridional que quedaba

del antiguo Virreinato de la Nueva España, o de la antigua

civilización norteamericana que tuvo su epicentro en el Valle

de México.

La Civilización Latinoamericana o Nuestra América

Los procesos de conquista y colonización iniciados en el siglo

XVI por los europeos portadores de la civilización occidental,

alteraron las líneas históricas y las fronteras culturales que

Page 171: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

permitían diferenciar las civilizaciones y los procesos

civilizadores originarios americanos. El territorio de

Norteamérica controlado principalmente por Inglaterra y

Francia, pasó a convertirse en una colonia de cultura

anglófona y francófona. El resto, Mesoamérica, América

Central, el Caribe y Sur América, exceptuando los posteriores

enclaves coloniales ingleses, franceses, holandeses y

daneses, devino en lo que el imperialismo ha dado por llamar

América Latina y que nosotros denominamos Nuestra

América. Ciertos pensadores liberales latinoamericanos

eurocentricos del siglo XIX también propiciaron la inmigración

europea como "medio de progreso y de cultura para la

América del Sur" (Alberdi 2005: 99-110). Los países del cono

sur, particularmente Argentina, recibieron grandes

contingentes de inmigrantes europeos de diversa

procedencia, hecho que impactó fuertemente el estatus

etnico, cultural, político, económico y tecnológico de los

países. Este proceso abrió una profunda brecha cultural entre

estos y los pueblos del norte de Suramérica y el Caribe, la

cual ha comenzado a ser reducida por el movimiento de

integración regional que comienza a despuntar en el siglo XXI.

Las sociedades de tradición igualitaria de la ribera atlántica

suramericana, que habían ocupado un lugar secundario en los

intereses estratégicos de los imperios español y portugués

hasta el siglo XIX se convirtieron, a mediados del siglo XX, en

componentes vitales para las transnacionales y el dominio

Page 172: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

imperial sobre Nuestra America. La ribera atlántica es un

emporio de materias primas necesarias para el desarrollo de

las tecnologías de punta que han contribuido a potenciar el

desarrollo científico-técnico y la acumulación de capitales de

las transnacionales del Imperio. Si bien ésto sirvió para

enriquecer a las oligarquías locales y las corporaciones

transnacionales, no ha contribuido a resolver las condiciones

de injusticia social, pobreza y atraso en la cual viven todavía

millones de suramericanos y caribeños, al contrario las han

agravado. No nos queda, pues, otro camino que la revolución

social (Sanoja, 2006: 64).

Las luchas de resistencia de nuestros pueblos contra la

colonización ibera, española y portuguesa, y luego contra el

neocolonialismo estadounidense y europeo, nos están

volviendo a reunir como una sola y nueva civilización, cual un

nuevo género humano como decía Bolívar. A diferencia del

pasado, hoy día nuestros pueblos son cada vez más dueños

de sus enormes recursos naturales, particularmente los

hidrocarburos, los gasíferos, minerales, acuíferos y la rica

biodiversidad que existe en nuestros territorios; así mismo,

somos cada vez más dueños de nuestros recursos humanos,

tecnológicos y financieros, hecho que nos está convirtiendo

en un nuevo bloque de poder mundial. Como asentaba

Mariátegüi (1952: 375): “Por los caminos universales,

ecuménicos, que tanto se nos reprochan, nos vamos

acercando cada vez más a nosotros mismos…”, a pesar de

Page 173: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

que el Imperio tanto estadounidense como europeo está

enfrascado en una guerra de cuarta generación que tiene

como fin aniquilar nuestros procesos de liberación nacional y

mantenernos sumisos a sus designios. En esta guerra,

lamentablemente, también participan del lado del enemigo

latinoamericanos mentalmente disociados y alienados que

defienden su estatus colonial, patología alimentada y

mantenida por la campaña mediática que sostienen las

transnacionales de la comunicación aliadas al Imperio,

agrupadas en la denominada Sociedad Interamericana de

Prensa (SIP) que reúne a los empresarios apátridas y

colonialistas que conspiran contra la integración de nuestros

pueblos en la Patria Grande Latinoamericana.

¿Feudalismo en América?

Para responder esta pregunta es necesario tener en cuenta

aquellas características ya descritas del proceso histórico

precapitalista de Nuestra América. En las décadas finales del

siglo XX, uno de los temas sobre el cual debatieron científicos

sociales marxistas como Godelier, Bartra, Kossock, Gunder

Frank, Puigrós, Laclau, Cardoso, Dobbs, entre muchos otros,

trataba sobre la necesidad de clarificar si la secuencia

histórica europea: comunidad primitiva, sociedades

esclavistas o modo de producción asiático, formación

medieval y finalmente capitalismo, podría aplicarse a la

comprensión del origen del Estado y el desarrollo histórico de

Page 174: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

las modernas sociedades iberoamericanas (Assadourian et

alíi: 1974). Tal discusión -se pensaba- era relevante para

dilucidar el tema de la dependencia y el subdesarrollo y la

posibilidad de llevar a cabo una revolución social en Nuestra

América que permitiese a nuestros pueblos nivelar su

desarrollo socioeconómico con el alcanzado por los países del

llamado Primer Mundo. Hoy día diversos autores concuerdan

en afirmar que el Feudalismo en tanto que Formación Social

-como expusimos en capítulos anteriores- es una etapa

histórica que en sentido específico está vinculada con el

desarrollo de la línea de civilización europea occidental

(Sahlins y Service, 1961: 31-32), en tantos que otros como

Braudel argumentan la utilización en América Latina de

modos o formas de trabajo de tipo feudal en explotaciones

agropecuarias como la encomienda, el hato y la plantación

(Braudel 1992-2: 272-280).

Diversos teóricos de la dependencia y el subdesarrollo se

apoyaron en tales discusiones para proponer, como hizo luego

la Comisión Económica para Nuestra América (CEPAL), la

necesidad de lograr un desarrollo capitalista endógeno o de

sustitución de importaciones junto con el fortalecimiento de

las burguesías nacionales para emular el desarrollo de los

países capitalistas más avanzados y superar la brecha

histórica existente entre dichos países y los llamados

subdesarrollados.

Page 175: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Para acortar la discusión, diremos que en Nuestra América,

desde nuestra perspectiva, no hubo feudalismo sino modos de

trabajo servil o esclavizado que fueron utilizados por el

capitalismo mercantil para explotar la fuerza de trabajo de los

indígenas, esclav@s negros y mulat@s, utilizando en ese caso

el concepto modo de trabajo tal como fue definido por Vargas-

Arenas (1990: 67).

Nunca podremos saber si aquellas sociedades imperiales

originarias tales como la Azteca, Maya e Inka hubiesen

podido por sí mismas devenir con el tiempo en capitalistas;

posiblemente no. Es probable que algunas de las sociedades

originarias, igualitarias o desiguales, que poblaban la mayor

parte de Centroamérica, Suramérica y el Caribe hubiesen

podido, con el tiempo, llegar a convertirse en Estados con una

estructura sociopolítica comunal-mercantilista, pero

difícilmente habrían llegado a ser capitalistas. La conquista

española cortó de raíz todas aquellas experiencias y sólo

conservó –como en el en el caso de Inkas y Tenochcas- la

infraestructura administrativa y las relaciones de explotación

que ya existían en las sociedades imperiales o complejas,

como basamento político de sus propios virreinatos y

Capitanías Generales.

Otro de los temas de debate, relacionado con el anterior, era

el de la existencia de sociedades duales en las naciones

modernas de Nuestra América, en las cuales los procesos de

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trabajo característicos de las sociedades originarias

heredados por la sociedad criolla, formaban un tiempo

histórico distinto al del sector capitalista de la misma. Dichos

procesos de trabajo, según proclamaban ciertos teóricos

desarrollistas de izquierda, debían ser eliminados para dar

paso a relaciones de producción y formas culturales

plenamente capitalistas, para desterrar así el pasado y el

“atraso” y promover el “desarrollo”, nuevo eufemismo para

denominar el viejo concepto de progreso.

Es evidente que, contrariamente a los supuestos de la tesis

dualista, los conquistadores españoles o portugueses no sólo

asimilaron a la cultura mestiza los procesos de trabajo

precapitalistas que encontraron en nuestras sociedades

originarias o indohispana que se estaba construyendo en

Nuestra América dando orígen a la nueva estructura de clases

sociales, sino que aquellos fueron esenciales para consolidar

la presencia europea en nuestro continente. Es en este

sentido que escribimos uno de nuestros libros ya mencionado,

considerado por la crítica como seminal para entender aquel

tema, publicado por primera vez en 1974, intitulado Antiguas

Formaciones y Modos de Producción Venezolanos (Sanoja y

Vargas-Arenas, 1992). En el mismo tratamos de explicar

precisamente el proceso mediante el cual las culturas de las

sociedades originarias se fundieron progresivamente desde el

siglo XVI con la de los esclav@s negros venezolanos y con la

de los españoles, produciendo finalmente una sociedad nueva

Page 177: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

que, como decía El Libertador Simón Bolívar, no es ni

indígena, ni africana ni europea sino un nuevo género

humano.

Al revisar comparativamente los procesos civilizadores de

Nuestra América, observamos profundas diferencias entre los

hechos que llevaron a la constitución de la sociedad de clases

y los Estados modernos en ella, y los que condujeron al

capitalismo, la sociedad de clases y los Estados nacionales de

Europa. En este sentido, como intelectuales del campo

revolucionario creemos necesario, como ya expusimos,

profundizar en la crítica del paradigma civilizador europeo en

la cual fundamentaron su análisis histórico Marx y Engels para

concluir en el capitalismo como paso necesario hacia el

socialismo y el comunismo.

Según Godelier (1969: 58), la línea de desarrollo histórico

europeo occidental constituiría un evento singular, ya que

solo ella ha desarrollado las formas más puras de lucha de

clases, así como las condiciones para su superación

-representadas por el socialismo- tanto para ella como para

las demás sociedades. Dicha línea ha dado -dice dicho autor-

la base práctica (economía industrial) y la concepción teórica

(socialismo) para salir de ella misma y hacer salir a las otras

sociedades de las formas más antiguas de dominación del

hombre por el hombre. Esta formulación de Godelier

obviamente no toma en cuenta que el fortalecimiento y la

Page 178: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

expansión del sistema capitalista europeo u occidental a partir

del siglo XVI y hasta el presente, sólo ha sido posible gracias a

la expoliación del trabajo y las riquezas materiales del todo el

resto del mundo periférico para favorecer el bienestar del

núcleo de naciones capitalistas desarrolladas.

Hoy día podemos hablar de un proceso universal de desarrollo

de la humanidad en el cual el capitalismo, que culmina la

línea de desarrollo occidental como sistema socioeconómico,

corresponde sin duda a una era de importantes desarrollos

materiales e intelectuales. Sin embargo, la implantación,

expansión y desarrollo de los valores egoístas que sustentan y

justifican al sistema capitalista han llevado a determinados

gobiernos de países del primero, segundo, tercer y cuarto

mundo a actuar con tal grado de irracionalidad, que la

existencia y la reproducción ampliada del capitalismo está

poniendo en riesgo la supervivencia misma de la especie

humana.

El pasado y la interpretación revolucionaria del presente: la

arqueología social

El desarrollo histórico de los países nuestroamericanos refleja

la intersección de un conjunto de fuerzas que deben ser

comprendidas en términos de cómo éste afecta el desarrollo

de la sociedad humana en general, el desarrollo de la región

como una entidad históricamente constituida y el desarrollo

Page 179: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de cada país en particular. Por esa razón es esencial también

desarrollar una comprensión teóricamente bien informada de

los cambios sociales que subyacen la formación de la nación

misma y ponen en movimiento diversos proceso civilizatorios

nacionales únicos, históricamente contingentes que han

afectado, por ejemplo, a Venezuela de una manera y a México

o Perú de otra. Esta exigencia tiene muchas implicaciones

importantes para la ciencia, como por ejemplo que los análisis

arqueológicos y antropológicos deben tomar en cuenta los

procesos sociohistóricos que llevaron a la formación de las

naciones y Estados particulares en los nuevos contextos

regionales, cual es el objeto de estudio de la Arqueología

Social (Vargas-Arenas, 1995: 50-51; 2007b).

Los fundamentos teóricos y metodológicos de la Arqueología

Social comenzaron a esbozarse desde la década de los años

treinta del siglo pasado, cuando el discurso marxista se

trasladó a la reinterpretación de los orígenes de la sociedad,

de la cultura y de las civilizaciones tanto en Europa, como en

Asia, África, América y Oceanía. Los datos obtenidos por la

arqueología, la historia, la filología y otras ciencias que

estudian los pueblos del pasado, comenzaron a ser

interpretados como expresiones y símbolos del pensamiento y

la voluntad humana, de las ideas y propósitos que trascienden

no solo cada manifestación particular del dato sino también a

cada actor o pensador individual, puesto que son sociales

(Childe, 1981a: 349). Se comenzó a construir así una

Page 180: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

historiografía marxista que tenía como fundamento analizar la

causalidad material del desarrollo social y cultural, extraña a

las teorías esencialistas y racistas que habían predominado en

la antropología y la arqueología hasta aquel momento. A

partir de la obra seminal del arqueólogo inglés Vere Gordon

Childe comenzó una reconsideración del estatus y la

significación global del pasado:

“…Una sociedad puede progresar, y por consiguiente

sobrevivir únicamente en la medida en que las relaciones de

producción –es decir, todo el sistema económico y político-

favorecen el desarrollo de la ciencia, el progreso de las

invenciones y la expansión de las fuerzas productivas…”

( Childe 1981b: 136).

A partir de aquel momento, la historia de las sociedades

antiguas dejó de ser considerada como parte de un proceso

diferenciado del presente o el futuro, para convertirse en un

nivel de explicación de toda la historia, del presente, de su

porvenir, de la vida cotidiana de los pueblos. Los

arqueólog@s, los antropólog@s y los historiador@s marxistas

comenzaron a darle preeminencia en sus análisis a cuestiones

que habían sido generalmente ignoradas hasta entonces,

tales como la economía, los procesos sociales, culturales y

políticos. De esta manera, la teoría social devino en historia

y, viceversa, la historia se transformó en teoría social. Para los

pueblos de la periferia del núcleo capitalista desarrollado,

Page 181: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

considerados por éste como el Tercer Mundo, la historia y

particularmente la arqueología y la antropología en general,

se convirtieron en parte del pensamiento estratégico para

lograr la descolonización y la liberación nacional de los

pueblos colonizados o neocolonizados por el Imperio. Cuando

son los pueblos, no las elites ni los individuos, quienes

conforman el sujeto de estudio de aquellas disciplinas, sus

resultados pueden servir como base para una ideología de su

liberación, para la consolidación de su soberanía sobre los

recursos naturales y medios de producción de los cuales

depende su integridad como naciones (Vargas-Arenas y

Sanoja, 1999: 59-75).

Mientras en la década de los años 70 del pasado siglo –como

vimos en páginas anteriores- ya se hablaba en Europa

occidental de una crisis general del marxismo, en Nuestra

América por el contrario se iniciaba una discusión crítica del

paradigma de la evolución de modos de producción y,

consecuentemente, de la génesis de las sociedades modernas

de la región, de la pertinencia del capitalismo como solución

al problema de la pobreza y del denominado subdesarrollo de

los pueblos latinoamericanos sometidos a la explotación y la

dominación por las metrópolis coloniales de Estados Unidos y

Europa (Lorenzo, Pérez y García-Bárcenas, 1976).

El surgimiento de la corriente de pensamiento llamada

Arqueología Social Latinoamericana hacia la década de los

Page 182: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

años setenta del pasado siglo tuvo como uno de sus objetivos

estratégicos esenciales explicar y demostrar cómo los pueblos

originarios y las sociedades mestizas surgidas a partir del

siglo XVI se convirtieron en el sujeto histórico de los procesos

nacionales y de la lucha de clases por el control político del

poder para deslegitimar el orden social burgués. Por esta

razón la Arqueología Social se transformó en un campo de

estudio donde convergen no solamente arqueólog@s, sino

también antropólog@s sociales, lingüistas, antropólog@s

físicos, historiador@s sociales, economistas, literat@s,

biólog@s, filósof@s, sociólog@s, etc., unidos no solamente por

interés académico de construir un episteme de la ciencia

social, sino también para la elaboración de una estrategia

común para hacer la Revolución Social partiendo del

Materialismo Histórico y del pensamiento crítico marxista

(Bate, 1998, 2008: 17-23; Vargas-Arenas, 1995, 2008b;

Vargas-Arenas y Sanoja, 1999: 59-75; Navarrete, 2007;

Gandara 2008).

Como parte de este movimiento, como ya explicamos, el año

de 1974 se publicó la primera edición de nuestra obra escrita

a cuatro manos con la Dra. Iraida Vargas: Antiguas

Formaciones y Modos de Producción Venezolanos (1992). Con

la misma intentamos hacer la crítica científica a la sucesión

histórica de los modos de producción enumerada por Marx

(1972), Engels (SF) y Morgan (1943) argumentando que si

bien aquella denota la existencia de procesos generales de

Page 183: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

cambio de la historia de la humanidad, no podría considerarse

totalmente válida para expresar todas las particularidades

que afecta la misma en las diferentes sociedades y culturas

del mundo ni tampoco el actual surgimiento de los sujetos

históricos de la revolución social en Nuestra América.

Tal como expresamos al respecto en el prólogo a la segunda

edición de nuestra obra Antiguas Formaciones y Modos de

Producción Venezolanos:

“...Cuando Engels formuló sus estadios de desarrollo histórico

de la sociedad, se le criticó por presentar una imagen

parcializada de dicho proceso sin reparar en que él estaba

simplemente reconociendo empíricamente la existencia de

determinados momentos de clímax histórico y formulando

conceptos que, evidentemente, tenían carácter experimental.

Igual podríamos decir de Vere Gordon Childe, a quien no se le

recuerda por haber resuelto la problemática del estudio de la

historia de las sociedades precapitalistas antiguas del Viejo

Mundo, sino por haber formulado experimentalmente

categorías analíticas que tuvieron un gran impacto en el

proceso de exploración del conocimiento social. El mismo

Marx en El Capital, proporcionó un modelo de análisis del

desarrollo de las contradicciones partiendo del estudio de las

experiencias de una sociedad concreta. Haber olvidado estos

ejemplos, llevó al materialismo histórico a convertirse en

muchos casos en una especie de metafísica social divorciada

Page 184: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de la realidad sensible que nutrió su nacimiento...” (Sanoja y

Vargas, 1992: 21).

Aquella propuesta fue posteriormente re-estudiada y

reformulada por Iraida Vargas-Arenas en su obra –ya clásica-

Arqueología, Ciencia y Sociedad, fruto de las discusiones

teóricas estimuladas por nuestra propuesta de 1974 en el

Grupo Oaxtepec, las cuales Vargas-Arenas aplicó al estudio

concreto de las formaciones originarias venezolanas. Aquel

grupo transdiscplinario de arqueólog@s, antropólog@s

sociales, etnólog@s, historiador@s, economistas y

sociólog@s, cuyo núcleo duro lo conformaron para la época

notables científicos sociales como Agustín Cueva, Sergio de la

Peña, Felipe Bate, Manuel Gándara, Héctor Díaz Polanco, Luis

Lumbreras, Marcio Veloz Maggiolo, Manuel Gándara, Iraida

Vargas y nosotros, se concentró en la tarea de elaborar los

fundamentos teóricos y metodológicos de la Arqueología

Social, con base a las propuestas filosóficas del marxismo y

del materialismo histórico. Posteriormente, Bate, en su obra El

Proceso de Investigación en Arqueología (1998) sistematizó y

elaboró científicamente la propuesta teórica metodológica

general de la Arqueología Social.

La creación en 1984 de otro grupo de estudios regionales en

la Fundación de Arqueología del Caribe auspiciado por Paul

Caron, la Dra. Betty Meggers y el Dr. Clifford Evans

(Smithsonian Institution, Washington D.C), permitió la

Page 185: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

celebración de reuniones anuales, tres celebradas en la Isla

de Vieques, Puerto Rico y una en la ciudad de Rio Caribe,

Venezuela, de un grupo de arqueólogos sociales, profesores y

estudiantes, de universidades tanto de Venezuela, Colombia,

Panamá. Costa Rica, Honduras, Mexico, Luisiana (USA),

República Dominicana, Puerto Rico. Las ponencias

presentadas y las conclusiones de las mismas se resumieron

en tres volúmenes: Hacia Una Arqueología Social (1984),

Revisión Crítica de la Arqueología del Caribe (1985) y

Relaciones entre la Sociedad y el Ambiente (1986).

Una de las motivaciones políticas centrales de los

arqueolog@s sociales muestroamerican@s desde los inicios,

fue la de construir teorías, diseñar la estrategia y los métodos

para comprender críticamente y transformar la realidad social

en nuestros respectivos países, considerando la historia social

como un campo unificado de todas las acciones humanas

anteriores y posteriores a la inserción forzada del capitalismo

en las sociedades originarias de Abi Yala o Nuestra América.

Desde aquella época ya remota de finales del siglo pasado,

las discusiones teóricas sobre la proyección histórica de los

análisis de la Arqueología Social hacia la realidad

contemporánea de Nuestra América, se concentraron en el

potencial de cambio revolucionario que ofrecía la Revolución

Cubana, la Revolución Sandinista y movimientos como

Sendero Luminoso en el Perú. Nadie podía sospechar que la

Page 186: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

historia de la Revolución Social en Nuestra América tomaría

un curso tan radicalmente diferente luego de la rebelión

popular venezolana contra el neoliberalismo ocurrida el 27 de

Febrero de 1989, seguida por la rebelión militar

antiimperialista liderada por el comandante Hugo Chávez que

estalló el 4 de Febrero de 1982; posteriormente, ocurrió

triunfo electoral de Hugo Chávez en 1998. Esta victoria

electoral popular que fue seguida en 2002 por el fracasado

golpe de Estado pro-imperialista y posteriormente la

recuperación de Petróleos de Venezuela por la nación

venezolana, representaron la primera derrota del Imperio y

su representación local, la oligarquía partidista-empresarial

contrarrevolucionaria. Posteriormente a dicha derrota, los

movimientos sociales revolucionarios venezolanos

proclamaron luego de 2004 la necesidad de construir -por la

vía electoral y democrática- la sociedad socialista del siglo XXI

en Venezuela, camino que fue también seguido

posteriormente, por los movimientos sociales de otros países

como Bolivia y Ecuador (Sanoja y Vargas-Arenas, 2005a;

Sanoja, 2006: 63-74).

Para continuar este análisis de manera consecuente con

nuestra visión de la Historia, diremos que con la utilización en

este caso de conceptos tales como modo de vida, queremos

aludir antropológicamente a las categorías de formación

social y modo de producción tomando en cuenta la

importancia del espacio geográfico y todas sus

Page 187: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

determinaciones, las relaciones sociales de producción y la

ideología (la cultura) mediante la cual el ser social se percibe

e interpreta tanto a si mismo como a los otros y a las

condiciones materiales donde se desenvuelve su existencia

cotidiana vía la cultura, proceso que legitima los sistemas de

valores que sustentan la conciencia social. En tal sentido, el

modo de producción viene a representar la forma de producir

y reproducir las condiciones materiales de la existencia de los

hombres y mujeres, dentro del conjunto de determinaciones

culturales o ideológicas –habituales y reflexivas- que

conforman su conciencia social y definen finalmente su modo

de vivir, su modo de vida.

Tenemos la opinión de que en Venezuela, una cierta

percepción del marxismo y del materialismo histórico -quizás

ortodoxa- dentro del proceso revolucionario bolivariano le

haya dado más peso al desarrollo de las condiciones

materiales que a la cultura y la ideología. Los resultados del

referendo del 2007 y de las elecciones del 2008, indican que

un alto porcentaje de venezolan@s no percibe como suficiente

las innegables mejoras del sistema de salud, de educación, de

vivienda, de trabajo, la recuperación de la soberanía nacional,

etc., porque su conciencia de clase, su conciencia social, a

falta de una verdadera política cultural revolucionaria, sigue

estando determinada y mediatizada por la ideología

dominante de la burguesía contrarrevolucionaria. A este

respecto es oportuno recordar a los maestros Marx y Engels

Page 188: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

cuando nos dicen en su obra la Ideología Alemana:

“... la clase que ejerce el poder material dominante en la

sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual

dominante... Las ideas dominantes no son otra cosa que la

expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las

mismas relaciones materiales dominantes concebidas como

ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una

determinada clase la clase dominante son también las que

confieren el papel dominante a sus ideas. Los individuos que

forman la clase dominante... se comprende de suyo que lo

hagan en toda su extensión... como pensadores, como

productores de ideas, que regulen la producción y distribución

de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean, por ello

mismo, las ideas dominantes de su tiempo...” (Marx y Engels,

1982: 48-49).

Estamos convencidos que la construcción de los modos de

vida socialistas del siglo XXI en Nuestra América, debe ser

explicada y comprendida a la luz de la historia de las ideas y

de las prácticas que sustentan las tesis del marxismo, del

materialismo histórico y del materialismo dialéctico. Para

lograr tal objetivo, es necesario desarrollar propuestas

históricas, estrategias culturales o ideológicas concretas que

fundamenten ideológicamente tanto los movimientos sociales

de descolonización y liberación nacional como la creación de

sociedades socialistas del siglo XXI. En tal sentido es

Page 189: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

imprescindible también conocer, estudiar y asumir como

referencias causales las propias experiencias históricas de

nuestros pueblos para diseñar la estrategia política, social y

cultural/ideológica y el método para la construcción concreta

del socialismo, en nuestro caso particular el proceso

civilizador socialista bolivariano, como ha mostrado Vargas-

Arenas en su estudio Resistencia y Participación. La saga del

pueblo venezolano (2007a) y Sanoja y Vargas-Arenas en

nuestra obra La Revolución Bolivariana. Historia, Cultura y

socialismo (2008).

Vargas-Arenas (2007a) analiza la manera como el pueblo

venezolano, desde el siglo XVI, fue construyendo un proyecto

de sociedad cuyas claves fundamentales eran la resistencia a

la opresión y la participación en los diversos movimientos

políticos que tenían como objetivo lograr un cambio

revolucionario en su condición de pueblo dominado por la

oligarquía mantuana representante de la metrópoli colonial.

La nueva oligarquía republicana que insurge en Venezuela

luego de su independencia de España y de la separación de

la Gran Colombia, se apoderó del mismo y lo convirtió en su

proyecto político, vaciándolo de todo contenido revolucionario

y sometiendolo a la dependencia del imperialismo

estadounidense. En palabras de Vargas-Arenas:

“...Como ocurrió con AD, la burguesía apeló a los símbolos

populistas o populacheros para significar ante las clases

Page 190: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

populares una solidaridad, una identidad con los oprimidos

que ella misma produjo...” (AD=Partido Acción Democrática.

Aclaratoria nuestra)** El proyecto popular de resistencia y

participación, el poder constituyente, siguió adelante hasta

que el 27 de Febrero de 1989, la rebelión popular contra el

ajuste neoliberal que intentó imponer el gobierno de Acción

Democrática logró resquebrajar las bases del capitalismo

vernáculo construido por la burguesía venezolana

conjuntamente con sus partidos Acción Democrática y COPEI

abriendo así, con las elecciones celebradas en 1998, el

camino a la Revolución Bolivariana y la liberación nacional. De

esta manera nació un nuevo proyecto social de país, un

proyecto socialista, anticolonial, fundamentado en la

propiedad social de los medios básicos de producción y

motorizado por el poder constituyente

Con base a esta experiencia, discutiremos en el capítulo

siguiente por qué, como hemos venido discutiendo en las

páginas de este libro, la construcción de un modo de vida

socialista requiere conocer la teoría social, elaborar una teoría

sustantiva sobre la historia de la sociedad a intervenir y

desarrollar una estrategia, un método y una práctica concreta

para alcanzar la meta socialista.

Fig.5: expansion del capitalismo mercantil hacia américa.

Siglo XVI.

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PARTE 3:

PRÁCTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL MODO DE VIDA

SOCIALISTA

Capítulo 5.

La estrategia para llegar al Socialismo

Para avanzar en la formulación de una propuesta concreta

que nos lleve al socialismo, existe un supuesto que debería

ser teorizado y analizado para Nuestra América, y es que los

procesos socialistas no surgen siempre como consecuencia

del desarrollo pleno de las fuerzas productivas del capitalismo

al menos en los casos de Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia,

como esperaban Marx y Engels que sucediese en Alemania e

Inglaterra, sino precisamente por todo lo contrario, por el

atraso y la pobreza centenaria que indujeron en nuestros

pueblos, primero la depredación de nuestros recursos

naturales, humanos y financieros que han hecho el

colonialismo español y luego el neocolonialismo europeo y el

estadounidense. Como apuntaba el presidente Fidel Castro en

1984 en relación a la deuda externa impuesta a Nuestra

América por la comunidad de países industrializados:

“... A un continente cuya población se duplica prácticamente

cada 25 años, que tiene una cantidad colosal de problemas

sociales, educacionales, habitacionales, sanitarios, de empleo,

Page 193: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

le están privando de 45.000 millones de dólares

ilegítimamente de un total de recursos emigrados, sumando

los intereses supuestamente normales, de más de 70.000

millones de dólares...” (Castro, 1985: 161).

En estas condiciones de sobreexplotación, la posibilidad real

de los desarrollos capitalistas nacionales dentro de la

economía mundo-capitalista, como dice Wallerstein (1998:

169), es una meta sencillamente imposible de lograr por

todos los Estados. Para que alguno de los países periféricos al

grupo hegemónico capitalista mundial llegase a alcanzar un

nivel suficiente de acumulación de capitales, sería necesario

que se convirtiese por ejemplo en la economía dominante de

un sistema jerárquico regional de Estados, donde la plusvalía

se distribuyese de manera desigual tanto en el espacio

geopolítico como entre las clases geográficas. Dentro del

sistema capitalista, incluso en la misma Nuestra América,

cualquier nivel preponderante de desarrollo que obtenga una

de las partes de la economía mundo es el reverso de un

proceso inverso, el llamado subdesarrollo, en la parte

contraria. De allí se deduce la importancia estratégica que

revisten mecanismos financieros solidarios y de cooperación

internacional tales como el ALBA (Alternativa Bolivariana para

las Américas), el Banco del Alba y el Banco del Sur,

promovidos por el gobierno bolivariano de Venezuela para

consolidar una futura unión de naciones suramericanas la cual

compense las asimetrías económicas y sociales entre los

Page 194: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

diversos países.

En las condiciones ya enunciadas, es necesario exponer con

claridad que la solución a los problemas que plantea a

nuestros pueblos la pobreza, la injusticia y la marginación

social no pueden ser resueltos, como plantean los partidos

políticos de derecha con más capitalismo y más y mejor

mercado, situación que solo contribuirá a aumentar el

subdesarrollo y la dependencia, a ampliar la brecha entre las

minorías ricas y las mayorías desposeídas. Pero al mismo

tiempo es también necesario hacer entender que -como

hemos analizado en capítulos anteriores- el socialismo será

producto de una lucha larga, que no es simplemente el

estadio final de un proceso histórico al cual llegaremos por

inercia, una utopía que nos está esperando en el horizonte,

sino un campo de fuerzas culturales y políticas, un

movimiento ideal, pero también concreto de valores y

principios que tiene ya casi dos siglos de antigüedad el cual

requiere de una estrategia para lograr las condiciones

concretas de realización, que debe estar apuntalado y ser

socialmente construido a partir del debate activo y abierto de

las ideas, de la lucha ideológica, para que podamos

finalmente consolidar su existencia.

Para abrir el camino que nos lleve al socialismo del siglo XXI

es necesario también -como ya hemos tratado de exponer en

capítulos anteriores- sobrepasar la antigua discusión

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académica y ortodoxa sobre la existencia a priori de una

línea universal del desarrollo histórico, y entender que si bien

hay principios y leyes generales de la historia, la concreción

del socialismo se lleva a cabo con base a gente que es

histórica y culturalmente diversa. No se trata de construir el

socialismo siguiendo todos la misma receta, traficando el

mismo camino; no se trata de construir un socialismo y una

libertad en abstracto, sino una libertad y un socialismo

histórico en concreto**:

Como nos dice una conocida antropóloga feminista inglesa

"... queramos o no, el pasado es siempre parte del momento

del presente"(Rowbotham 1981: 25, 35).

Para construir el socialismo del siglo XXI necesitamos, pues,

identificar nuestros sujetos del cambio histórico, estudiar y

entender la historia de los pueblos desde sus formaciones

sociales originarias, como método para conocer a esos

sujetos que desmontarán, en su momento, las estructuras

objetivas de dominación, para identificar los agentes sociales

determinados, enraizados en dichas formas históricas

específicas de producción que servirán de palanca para la

meta de crear los hombres nuevos y las mujeres nuevas, la

sociedad nueva (Sanoja y Vargas-Arenas, 1992, 2005, 2008;

Vargas-Arenas 2007ª, Vargas-Arenas y Sanoja, 2006).

Conscientes de la nueva correlación de fuerzas que se está

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creando en la sociedad mundial y particularmente en Nuestra

América, los intelectuales orgánicos del imperio han

comenzado a maquillar y actualizar las viejas ideas sobre el

progreso y el desarrollo social bajo nuevos conceptos como

los de la globalización, la modernización y la convergencia.

Según Sanoja :

“…En esta nueva literatura, la globalización es entendida

como un conjunto de cambios en la economía internacional

que tiende a producir una economía global única para bienes

servicios, capital y trabajo que hace imposible entender los

determinantes de la política económica únicamente en el

ámbito doméstico… La hipótesis de trabajo de esta nueva

literatura es que, si los mecanismos de manejo de la

economía convergen, entonces los mecanismos políticos que

se enlazan con la economía (y posteriormente todos los

mecanismos políticos) tenderán a converger…” ( Sanoja,

Pedro 2007: 34)

La teoría de la Convergencia –según otros autores- permitiría

que políticas coloniales como la globalización puedan ser

utilizadas por los científicos sociales que integran los

enclaves del imperio en los países neo-colonizados, sin

sentirse señalados como antipatriotas. Como modernización

entienden los filósofos del imperio no solo la expansión del

capitalismo industrial sino también la transformación y el

reemplazo de las normas y prácticas tradicionales de las

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sociedades consideradas periféricas o del Tercer Mundo. La

Teoría de la Convergencia, de la cual parecieran participar

algunos gobiernos suramericanos, plantea, por su parte, que

estructuras similares de la economía, la política y la cultura

pueden coexistir dentro de diferentes regímenes políticos y

culturales, siempre y cuando se puedan crear contextos

culturales dominados por la cultura y los valores capitalistas.

Para lograr estos objetivos, el imperio, los sectores de la clase

media y la gran burguesía de los países que le sirven cuentan

con el concurso activo de los medios de comunicación social,

la industria cultural y los organismos gubernamentales o

privados que formulan políticas culturales que les sirvan de

sustento (Patterson, 1997: 52-55)

Otra propuesta teórica que debería ser revisada desde la

perspectiva actual, es bueno insistir, es la llamada teoría de la

dependencia y el subdesarrollo de los pueblos de Nuestra

América la cual –según nuestra visión de antropólogo- se

apoya o se explica a su vez en la teoría evolucionista del

progreso social, versión del capitalismo desarrollado. Según

esa teoría, sería necesario consolidar el Estado nacional

liberal, promover en nuestros pueblos un crecimiento

cuantitativo de tipo capitalista que nos permita modernizar

nuestras estructuras económicas, para igualar el nivel de

desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado por los países

capitalistas del Primer Mundo. Simultáneamente, habría que

reestructurar nuestra relación con el sistema capitalista

Page 198: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

mundial para propiciar y estimular en los nuestros las

inversiones de sus compañías transnacionales (Ríos et alíi,

2002).

La tesis de la “modernización” que constituye la racionalidad

subyacente en esta propuesta implica –como ya dijimos en

páginas anteriores- el desarrollo de un proceso destinado a

disolver las bases socioeconómicas y los fundamentos

culturales y psicológicos de las sociedades tradicionales

(Patterson, 1999: 118-121), método aplicado en Venezuela

por el Imperio con el apoyo activo de las instituciones

educativas, culturales y económicas tanto privadas como las

de los gobiernos de la IV República. En el mismo sentido, el

control que ejercen las corporaciones transnacionales sobre

las tecnologías industriales y comerciales permitió y estimuló

que los industrialistas y empresarios locales -para poder

sobrevivir- tuviesen que pactar negocios conjuntos con las

transnacionales. El resultado de ese proceso fue la

desnacionalización de la industria y el comercio tanto en

Venezuela como en el resto de Nuestra América, la apertura

de los mercados nacionales a las mercancías extranjeras, la

alteración de la relación de fuerzas dentro de las clases

dominantes locales, el aumento de la exportación de capitales

hacia las economías dominantes, la disminución de capitales

locales disponibles para la inversión en las diversas

economías nacionales y el empobrecimiento general de las

sociedades (Patterson, 1999: 122; Lander, 2000: 91-128).

Page 199: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Refutando la tesis de la modernización, el economista

venezolano Ramón Losada Aldana (1967:105-106) observa

que -contrariamente a las propuestas de la modernización- el

capitalismo exterior se incorpora a las zonas subdesarrolladas

sólo para transformarlas en fuentes de superbeneficios, para

cuyo fin las transnacionales del Imperio necesitan mantener o

acentuar, que no superar, el atraso y el subdesarrollo, a fin de

fortalecer su posición monopolística y frenar el desarrollo de

las fuerzas productivas nacionales de nuestros países. Cuando

todavía en el siglo XVIII no estaba consolidado el

imperialismo mundial hegemónico, pudo quizás haber llegado

a existir algún tipo de desarrollo nacional independiente por la

vía capitalista en Nuestra América, como intentó lograr el

experimento social de las Misiones Capuchinas Catalanas de

Guayana, Venezuela, entre los siglos XVIII y XIX (Sanoja y

Vargas Arenas, 2005b: 295-306) o el proyecto agroindustrial

de la Argentina en las primeras décadas del siglo XX.

El estado de subordinación existente hoy día entre los países

periféricos y el núcleo de países capitalistas más

desarrollados, hace casi imposible el desarrollo de nuevos

procesos capitalistas autónomos y auténticos, antagónicos al

núcleo capitalista central. Ello demuestra una vez más la

razón por la cual es igualmente imposible conciliar los

intereses del imperialismo con un desarrollo soberano por la

vía burguesa. Por tanto, es necesario comenzar por proponer

una nueva estrategia política y económica que apunte hacia

Page 200: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la creación de una base social antiimperialista, soporte de los

movimientos de liberación nacional y descolonización. Es en

este sentido, que las políticas de Estado para combatir la

pobreza y el atraso que han emprendido países como

Venezuela, aunque moderadas, debilitan los mecanismos de

dominación que utiliza al Primer Mundo capitalista y facilitan,

por esa razón, la promoción de la vía hacia el socialismo. Por

razones opuestas, el imperio estadounidense y europeo y sus

oligarquías subordinadas tales como la colombiana y la

peruana tratan de destruir, detener o degradar los procesos

de liberación que avanzan los pueblos de Venezuela, Bolivia y

Ecuador.

La base para construir una sociedad socialista son los

colectivos sociales. Esta obviedad alude al hecho que dichos

colectivos tienen que estar en capacidad material e

intelectual para participar protagónica y conscientemente en

la construcción de dicha sociedad fundamentada en valores

básicos como la solidaridad y la reciprocidad social, el

respeto por los otros y otras, en una nueva cultura laboral

que asuma como valores la disciplina y la creatividad, el

estudio como un logro que contribuye a mejorar las

condiciones generales de vida de toda la sociedad y no

solamente las individuales. Para lograr esa meta, es necesario

plantearse una estrategia para vencer la pobreza, la

desigualdad y la injusticia social, el individualismo y el

egoísmo que son secuelas del capitalismo.

Page 201: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

La abolición de la propiedad burguesa

El proceso de instauración de la propiedad social, elimina la

principal fuente de la desigualdad social: la explotación de los

trabajadores y trabajadoras por una minoría capitalista. Hay

quienes proponen que la primera decisión que se debe tomar

en el proceso de construcción el socialismo es la de abolir de

un plumazo la propiedad burguesa. Much@s de los

proponentes de dicha idea parecen creer que esa decisión

puede ejecutarse por decreto, sin haber creado antes las

condiciones no solo para establecer las nuevas relaciones de

propiedad, sino también para propiciar un modo de vida

socialista alternativo, una nueva cultura socialista. Para abolir

la propiedad burguesa, que no la personal, en las actuales

condiciones impuestas por la hegemonía mundial del Imperio,

es imperativo formar primero y consolidar en los colectivos

humanos, mediante políticas culturales y educativas

revolucionarias, la conciencia social y política de que el

socialismo es necesario, que la pobreza, la desigualdad y la

injusticia social son una condición social derivada del

capitalismo. Es preciso lograr que la burguesía acepte, como

nos dice Theotonio Dos Santos, que:

“...La socialización de la propiedad privada y del proceso de

trabajo es la única forma posible de persistencia de la

propiedad privada, colocada ante un proceso de producción

cada vez más socializado...” (Dos Santos 2007: 85)

Page 202: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

La eliminación drástica de la propiedad burguesa fue posible

en las primeras revoluciones socialistas del siglo XX hasta el

fin de la Guerra Fría, incluida la Revolución Cubana, porque el

dominio mundial del imperialismo no era todavía totalmente

hegemónico y luego, como ocurrió en el caso cubano, debido

a la presencia protectora de la Unión Soviética y del antiguo

campo socialista. Por esa razón, las vanguardias

revolucionarias, después de derrotar a las burguesías

respectivas, pudieron asumir el poder, como fue el caso de la

antigua URSS, China o Vietnam, o luego de que la misma o

buena parte de ella huyese al exilio como en el caso cubano.

Una vez concretada la toma del poder, los revolucionari|@s

decretaron de una vez la abolición de la propiedad burguesa y

se dedicaron luego a mejorar las condiciones de vida de la

sociedad. Para poder defender la existencia de las respectivas

revoluciones del acoso bélico del imperialismo mundial, fue

entonces necesario imponer regímenes represivos que

controlasen tanto la contrarrevolución externa como la

interna. Pero una vez desaparecida la URSS, el imperialismo

hegemónico quedó en libertad de imponer a los países

periféricos condiciones y trabas en las luchas para llevar a

cabo sus procesos de liberación.

Para que los procesos de liberación nacional puedan tener

éxito dentro de la ética política democrática que reivindican

hoy los pueblos de Nuestra América y que los países puedan

garantizar su soberanía, es necesario contar primero con la

Page 203: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

solidaridad, la fidelidad y la conciencia revolucionaria de los

colectivos sociales, es necesario diseñar políticas públicas

destinadas a mejorar el nivel de vida de la población en todos

los aspectos y a crear una cultura socialista que le sirva de

sustento. Simultáneamente, es necesario también romper la

hegemonía que ejerce la propiedad burguesa en las

relaciones de propiedad, creando otras formas alternativas: la

propiedad social, la propiedad comunitaria, la propiedad

cooperativa y cualquier otra, que acompañen a la propiedad

burguesa y la propiedad personal hasta crear nuevas

relaciones que garanticen la justicia social para todos los

ciudadan@s siguiendo el concepto universal de la unidad de

los contrarios, fuerza motríz de todo desarrollo y movimiento

en la naturaleza. El socialismo en sí mismo- como expresión

del movimiento del cambio universal de la sociedad- implica

una contradicción que es resultado de tendencias en conflicto:

las tensiones internas que la presente crísis esta generando

en el pasado y el presente capitalista y las tensiones internas

que la misma produce tanto en el presente como en el el

futuro socialista (Woods y Grant 1991: 64-68).

La coexistencia temporal de diferentes formas de propiedad

en un período pre-socialista o de transición al socialismo pleno

con predominio de la propiedad social, es coherente con la

propuesta que hace Marx en la Crítica de la Economía Política

cuando nos dice:

Page 204: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

“En todas las formas de sociedad existe una determinada

forma de producción que asigna a todas las otras su rango e

importancia: las relaciones esenciales tienen una importancia

preponderante en las actividades que cada una de ellas

desempeña en función de las otras. Se obtiene así una

iluminación general en la que se bañan todos los colores y

que modifica las tonalidades particularidades de cada una de

aquellas. Es como un éter particular que determina el peso

específico de todas las formas de existencia que allí toman

vida” (Marx, 1967: 36.Traducción nuestra).

En una fase ulterior, plenamente socialista, aquella forma de

economía mixta se distinguiría del capitalismo monopólico de

Estado característico del antiguo Socialismo Real en el hecho

que no sería utilizado para beneficio del Estado mismo sino

para promover el desarrollo de las fuerzas productivas de una

nueva sociedad, donde el poder constituyente no debe

reposar en el Estado sino en los colectivos sociales (Vargas,

2007a: 275-295), lo que tambien denomina Giordani como

Modelo Productivo Socialista (Giordani 2009: 117-118). La

propiedad individual seguiría existiendo: las casas y su

mobiliario, las cuentas bancarias, etc., pero dejarían de ser el

privilegio de una clase social minoritaria para devenir un

rasgo general de la distribución justa de la riqueza en la

sociedad socialista venezolana del Siglo XXI. El desarrollo de

los medios colectivos de transporte: trenes eléctricos, metros,

aviones, autobuses, etc., haría superflua la posesión de

Page 205: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

vehículos, considerados hoy día como un símbolo del estatus

social, facilitaría la redistribución demográfica y la

integración regional dentro de Venezuela, abarataría los

costos del transporte de personas y mercancías, y reduciría

los niveles de consumo de combustibles fósiles y de

contaminación ambiental (Sanoja, 2008).

Para preservar la existencia de los procesos revolucionarios,

es preciso contar también con la solidaridad de otros países

de la región o fuera de ella que compartan, por lo menos, una

posición antiimperialista como la de la ALBA, ya que el apoyo

que puedan brindar dichos países está determinado por

condiciones políticas internas y externas que median sus

niveles de compromiso con revoluciones radicales (Sanoja,

2008). Sin embargo, a pesar de aquel escenario difícil y

complicado, diferentes gobiernos progresistas de Suramérica

y el Caribe tales como Venezuel Cuba, Honduras y Nicaragua,

algunos países del Caricom, Ecuador y Bolivia, dentro de sus

condiciones sociohistóricas particulares, han tomado la vía de

la justicia social, de los movimientos de liberación nacional y

del socialismo del siglo XXI no como una utopía lejana, sino

como una posibilidad histórica concreta al alcance de

nuestros pueblos.

Page 206: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

CAPÍTULO 6.

El método nacionalista revolucionario para construir el

socialismo

El capitalismo originario, como hemos discutido en páginas

anteriores, fue un fenómeno histórico prístino característico

de la sociedad europea occidental. No surgió en el resto de los

continentes como consecuencia del desarrollo histórico

autogestionado de los pueblos, sino que les fue impuesto por

la expansión colonial de las naciones europeas a partir de los

siglos XVI y XVII.

A los fines de entender y explicar las consecuencias que tuvo

la imposición del capitalismo sobre las sociedades

precapitalistas clasistas o igualitarias, creemos interesante

destacar la tesis de Wittfogel (1981: 434-449), quien

consideraba el capitalismo de Estado como una versión

moderna de las antiguas sociedades despóticas asiáticas.

Según dicho autor, el capitalismo de Estado, conocido

también como Socialismo Real, surgió en la Rusia zarista y en

China, por ejemplo, debido a la incapacidad del capitalismo

empresarial privado para promover el desarrollo soberano de

las fuerzas productivas de esos enormes países. Ello explicaría

–dice aquel autor- el carácter industrialista que asumen

ambas revoluciones bajo la dirección de líderes como Stalin y

Mao Ze-dong.

Page 207: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

En otros países como La India, otro de los ejemplos

paradigmáticos del modo de producción asiático, la invasión

colonial inglesa instauró el capitalismo empresarial en el siglo

XIX. En la misma Inglaterra, según Wolf (1990: 266-267), el

paso definitivo del Capitalismo Mercantil al industrial se operó

en la segúnda mitad del siglo XVII, gracias al desarrollo de la

industria textil del algodón que tuvo inicialmente su centro en

Mombay, India. El centro de de manufactura del tejido fue

trasladadó posteriormente a Manchester, donde hacia

mediados del msmo siglo sirvió para consolidar la hegemonia

mundial, industrial y comercial del imperio británico,

fomentando asi mismo la formación de un importante sector

del proletariado industrial inglés..

No obstante los impresionantes logros tecnológicos y el

crecimiento económico actual del sector capitalista

(¿despótico?) de la sociedad hindú, la mayor parte de la

misma continúa sumida en la miseria, la pobreza y el atraso.

Igual podríamos decir de Pakistán, contraparte islámica de La

India, donde el éxito logrado por la comunidad capitalista

militarista gobernante al construir un arma nuclear, contrasta

con la profunda situación de injusticia social, dictadura y

despotismo que sufre la sociedad de dicho país.

El despotismo, como vemos, no es un método de dominación

y explotación de la fuerza de trabajo privativo de un sistema

político. En la época histórica contemporánea, tanto en Asia

Page 208: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

como África y Nuestra América, el capitalismo europeo y

estadounidense ha intervenido e interviene para propiciar la

instauración de regímenes despóticos que defiendan las

inversiones de capital foráneo y desalienten el desarrollo de

formas productivas capitalistas nacionales salvo en el sector

comercial. Un ejemplo trágico de este proceso son la

Colombia y el Peru actual , donde las transnacionales

europeas y estadounidenses han implantado un sistema de

gobierno despótico que, mediante el terror militar y

paramilitar, está expulsando a los campesin@s e indigenas de

sus tierras para desposeerl@s e implantar complejos

agroindustriales para luego, mediante el llamado “Tratado de

Libre Comercio” con Estados Unidos, terminar de apoderarse

de todas inversiones y negocios locales. Estas acciones

responden a la definición de la llamada empresa privada

como núcleo del Estado capitalista neoliberal, cuyo

crecimiento y desarrollo se realiza mediante la apropiación de

las finanzas, la industria, el comercio, la cultura y los medios

de comunicación por el capitalismo de Estado transnacional

burgués que asume, a su vez, formas políticas despóticas en

los Estados más débiles.

El Estado como práctica socialista

Como consecuencia de la actual correlación de fuerzas que

domina actualmente el panorama internacional y de la

profunda crisis estructural que sacude los fundamentos del

Page 209: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalismo hegemónico del núcleo de países del primer

mundo, consideramos que el Estado nacional tendrá que

seguir existiendo todavía por mucho tiempo más. En los

países capitalistas desarrollados las elites gobernantes,

actuando de manera pragmática para capear la grave crisis

que sacude al sistema en el momento actual, han actualizado

las funciones del Estado interventor, autoritario, que surgió en

la sociedades mercantilistas del siglo XVI y dominó hasta bien

entrado el siglo XX (Dos Santos, 2004: 85-93) haciendo a un

lado la ortodoxia neoliberal del libre juego de mercado,

culminando en diversos casos con la nacionalización abierta o

velada de las instituciones bancarias o grandes corporaciones

industriales.

Los gobiernos del G8 han asomado como solución a la crisis

actual del capitalismo en sus países, apoderarse de los

recursos naturales y del capital financiero acumulado en los

países de la periferia y en particular de Nuestra América, para

inyectar liquidez en su sistema financiero y apropiarse así

mismo de los activos energéticos y otros minerales, de los

suelos agrícolas, de los alimentos, el agua y la biodiversidad;

intentan así reeditar lo que hicieron con nuestros pueblos las

mismas potencias coloniales en el siglo XV, para remontar la

crisis estructural de la sociedad feudal y fomentar el

desarrollo del capitalismo mercantil. Para ello necesitan

desestabilizar los gobiernos progresistas y nacionalistas que

se oponen al despojo de sus recursos y debilitar los Estados

Page 210: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nacionales.

Los países periféricos como Venezuela en la actualidad

resisten y se esfuerzan por independizarse de la tutela

colonial del imperio estadounidense y europeo occidental,

quienes intentan socavar la estabilidad del gobiernos

revolucionario. Es por ello que, por ahora, el reforzamiento de

nuestro Estado nacional es una garantía para la preservación

de nuestra soberanía.

En el caso venezolano no nos referimos al reforzamiento del

Estado burgués heredado de la IV República, el cual ha sido y

sigue siendo fuente de calamidades para nuestra sociedad:

nos referirnos al papel del Estado nacional como práctica

social de la resistencia antiimperialista, como un organo de

poder completamente subordinado a los intereses colectivos

de la sociedad socialista (Marx 1963: 241). En este sentido no

estamos aludiendo a su función como representante

hegemónico del capital monopolista, sino al “dispositivo

reputado como social o de interés general del Estado, que

supuestamente corresponde por excelencia a la socialización

de las fuerzas productivas...” como condición necesaria para

las intervenir la economía y en general las relaciones sociales

de producción, cuando un movimiento revolucionario

progresista y nacionalista –como sería el caso de nuestra

revolución bolivariana- acceda al poder (Pulantzas, 1980: 238,

231. Énfasis nuestro). El verdadero Estado socialista

Page 211: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

revolucionario debe ser concebido entonces como una

práctica social “donde se sustituye una relación de sumisión

despótica por una relación entre personas con igual poder de

decidir, es decir, una relación que respete la soberanía de

todos los participantes” (Del Búfalo, 2005: 30), esto es, un

Estado que reconozca que el poder constituyente está en

manos de la gente, que es propiedad de los colectivos

sociales organizados tales como nuestros consejos

comunales, como garantía para superar las trabas que surgen

del tecno-burocratismo (Harnecker 2008). Como ha expresado

también Pérez Pirela (2008: 17,) “...ya no será el pueblo

quien transfiera su poder al estado, sino que el pueblo mismo

gestionará parte del poder a través de formas de

autogobierno... “ entendiendo como tal “... el pueblo político

como una figura de resistencia frente al poder instituido, sea

este Estado Central, Gobernación, Alcaldía, Banca, Religión,

Medios de Comunicación, Partido, Imperio, etcétera... quien

transfiere el poder a otro lo hace porque, en realidad, lo

tiene...”, A este respecto es oportuno y muy relevante citar

también el pensamiento de Samir Amìn (1989: 222) sobre la

construcción del socialismo en las sociedades perifèricas al

grupo de países capitalistas centrales, en las cuales existen

conglomerados humanos heterogéneos que han sido y son

victimas del capitalismo, capaces de rebelarse y resistir, pero

que necesitan actuar dentro de un espacio històrico propicio,

apoyadas por una fuerza social capaz de organizar a las

Page 212: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

clases populares, que sirva como catalizador de un proyecto

social alternativo al capitalismo y dirija la acción

antiimperialista. Una propuesta similar es la de Vargas Arenas

(2007a: 287-295; 2007b), quien señala concretamente el

papel que juegan o deberían jugar en la experiencia

revolucionaria bolivariana los consejos comunales como un

proceso creativo de auto-organización popular, enraizado en

nuestras formas de organización comunal pre-colonial,

organizaciones populares a partir de las cuales se podrìa

construir, de abajo hacia arriba un tejido social, una

estructura de poder popular caracterizado por la emergencia

de nuevas subjetividades colectivas enfrentado al poder

constituido (Harnecker 2006). Un ejemplo concreto es la

victoria popular del Partido Socialista Unido Venezolano al

obtener en las elecciones de Diciembre 2008 el 77% de las

gobernaciones de estados y el 80% de las acaldías a nivel

nacional; esto último refleja, a nuestro juicio, que el poder

popular constituyente, representado en este caso por las

comunidades y consejos comunales, escoge mayoritariamente

a los candidatos socialistas para gestionar los asuntos que

estan más cerca de su vida cotidiana. Este hecho afirma la

opinión de Vargas Arenas según la cual, ésta sería la única

manera, como el pueblo venezolano podría romper con la

relación capitalista representada en el Estado burgués gestor

de dichas relaciones, creando así la nueva hegemonía cultural

–en el sentido gramsciano- que nos permita construir una

Page 213: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sociedad socialista. En este sentido, citando de nuevo a Samir

Amìn, podrìamos decir: que:

“…las revoluciones socialistas son, entonces, revoluciones

nacionales populares que han logrado su objetivo mediante

una desconexión basada en un poder no burgués, mientras

que los movimientos de liberación nacional, dado que han

quedado bajo a dirección de la burguesía, no han realizado

todavía su objetivo… La revolución nacional popular es por

ello una necesidad objetiva cada vez más importante y la

exclusión de la burguesía da una responsabilidad histórica

creciernte a las clases populares y a la inteliguentsia

susceptible de organizarla…” ( Amín 1989: 225, 227).

Los diversos procesos de descolonización y liberación nacional

que están teniendo lugar en diversos países de Suramérica

bajo el impulso de los movimientos sociales, muestran

claramente la veracidad de las propuestas anteriores, ya que

los Estados nacionales en dichos países están pasando y

deben pasar de ser un simple instrumento para la

reproducción del capitalismo, a devenir una práctica social

que representa los intereses de los diferentes colectivos

sociales que voluntariamente quieran participar en la

construcción de naciones soberanas, liberadas de la

dominación de las transnacionales y los gobiernos del

Imperio. Es oportuno recordar a este respecto que el

Libertador Simón Bolivar en su mensaje a los legisladores del

Page 214: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Congreso de Angostura en 1819, le señaló un nuevo rumbo

al Derecho Público Americano: no más imitaciones

subalternas de instituciones exóticas para la realidad del

Nuevo Mundo. Simón Bolivar ofrecía a la inteligencia

americana la oportunidad histórica de independizarse de la

inteligencia europea de la misma manera como se estaba

emancipando de su dominio político" "... las leyes deben ser

propias para el pueblo que se hacen..." "¡He aquí el código

que debíamos consultar y no el de Washington..." (Lievano

Aguirre 1988: 248)

Diversas opiniones expresadas tanto por sectores de la

“izquierda neoliberal” como de la derecha imperialista más

retardataria, han enfatizado el carácter negativo de las

supuestas tendencias neo-estatistas e intervencionistas. Sin

embargo, creemos necesario aclarar que el término

estatismo autoritario se ha empleado para aludir a la

confiscación estatal de todas las esferas de la vida económica

social articulada con la decadencia de las instituciones

democráticas, la libertad y los derechos humanos

correspondiente a la actual fase imperial del capitalismo

monopólico transnacional (Poulantzas, 1980: 248-249) tal

como ocurre en Estados Unidos, o en las sociedades

imperialistas delegadas actuales tales como Chile, Colombia,

Perú, entre otras. Dicho término no se corresponde con las

intervenciones en la economía que han tenido que asumir los

gobiernos revolucionarios de Venezuela, Bolivia y Ecuador,

Page 215: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

frente a la ofensiva desestabilizadora emprendida por Estados

Unidos, la Comunidad Europea y el gobierno de Colombia,

las cuales no pueden compararse con las intervenciónes de la

burocracia política o político-empresarial, como fue el caso en

Venezuela durante la IV República, que tenían como fin

apropiarse de la plusvalía producida por las empresas del

Estado (Vargas-Arenas y Sanoja, 2006: 282-284).

La agenda de la Fundación para el Análisis y los Estudios

Sociales (FAES), ya mencionada (Roitman, 2008), sostiene

que “…el neoestatismo es una amenaza ideológica ya que

culpa al neoliberalismo de todos los males de la región…”

(nuestramericana), culpa que ha sido fehacientemente

establecida por el fracaso del proyecto neoliberal en promover

el bienestar de los pueblos, donde quiera que se haya

aplicado en Nuestra América. Sin embargo, se puede

constatar que el Estado, entendido esta vez como práctica

social de resistencia al imperialismo, está resurgiendo

igualmente en Suramérica y el Caribe como consecuencia del

fracaso histórico del capitalismo empresarial privado para

preservar la soberanía nacional, para dar solución a los

problemas de la pobreza y el subdesarrollo que creó su

imposición violenta y forzada a nuestros pueblos originarios.

El desarrollo autónomo de las fuerzas productivas en los

países subdesarrollados, sólo es posible vía el Estado cuando

éste se organiza como práctica social de resistencia al

imperialismo a través del método del nacionalismo

Page 216: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

revolucionario que es, a nuestro juicio, la etapa inicial del

camino que nos llevaría hacia la sociedad socialista.

La urgencia de construir una sociedad socialista del siglo XXI

en Venezuela, como también en otros países de Suramérica,

se origina en un hecho incontrovertible: mientras los procesos

socialistas tienen como meta lograr el desarrollo pleno de los

hombres y mujeres como seres sociales, el capitalismo,

particularmente en su presente fase neoliberal, persigue un

objetivo contrario; al privilegiar la preeminencia del capital

sobre el trabajo ha degradado el medio ambiente, las

condiciones materiales del trabajo, provocando igualmente la

devaluación de las condiciones culturales y sociales de los

pueblos. Por las razones antes expuestas, el capitalismo

neoliberal dejó de ser un medio de desarrollo de las fuerzas

productivas para convertirse en un gigantesco freno al

desarrollo económico y social de los pueblos (Vargas-Arenas,

1999: 53).

El socialismo del siglo XXI es una fase histórica de transición

en el proceso de desarrollo democrático participativo de los

pueblos, de la construcción de una nueva Formación

Económico Social Socialista, caracterizada por la planificación,

el desarrollo orgánico de las fuerzas productivas, la

información sobre todas las necesidades de la sociedad

sistemáticamente investigadas y divulgadas, la satisfacción

de las necesidades colectivas elevada al rango de objetivo

Page 217: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

esencial de la gestión pública, la administración de las cosas

al servicio de todo el pueblo, la desaparición o reducción en

intensidad de los antagonismos de clase, de la injusticia

social. Bajo el socialismo se puede orientar la espontaneidad

social hacia la reconstrucción de una democracia participativa

donde, sin aplastar la conciencia privada, domine la

conciencia pública y política, la conciencia de los ciudadan@s

integrad@s en colectivos que reflejen la voluntad

trasformadora del pueblo (Lefebvre, 1959: 47-51). En este

sentido, la democracia socialista sería diferente a la

democracia burguesa la cual fundamenta su existencia en la

desigualdad social, que trata no con colectivos sociales sino

con individuos aislados, explotados por leyes del mercado

controladas por una minoría de capitalistas. ¿Hacia dónde va

el socialismo del siglo XXI? Hacia una sociedad donde todos

los hombres y las mujeres alcancen la plena conciencia social,

la libertad de realizar el potencial de sus vidas (Sanoja, 2008).

Consideramos que el socialismo es la única alternativa que

garantiza la resolución definitiva del subdesarrollo; así mismo,

creemos que el socialismo es una construcción social que

necesita asentarse sobre bases sólidas si queremos que sea

históricamente viable. A este respecto, el maestro Maza

Zavala proclamaba en 1967 como condición imperativa para

llegar a un modelo de desarrollo socialista, la necesidad que

tenía Venezuela

Page 218: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

“…de un nacionalismo revolucionario que apuntase hacia la

liquidación del enclave capitalista extranjero, la liquidación

del régimen agrario latifundista, la pérdida del poder de la

oligarquía interna, el desarrollo de un poderoso sector público

de economía básica, con el dominio de todos los mecanismos

estratégicos del proceso de distribución y la convivencia con

un sector privado limitado en cierta gama de actividades

productivas y de servicios, dentro de la esfera puramente

económica…” (1967: 29).

En una obra posterior, Maza Zavala concretó el desarrollo de

aquel concepto, que consideramos importante citarlo en su

extensión:

“En una época como la presente, tan conmovida por las

múltiples manifestaciones de la crisis que afecta a los

patrones esenciales del modo capitalista de producción y de

vida y por los procesos de renovación y crítica que toman

impulso en el mundo socialista, hasta el punto de que formas

y contenidos se confunden y se llega a poner en duda la

validez de las leyes históricas y del cambio del orden social,

se hace indispensable establecer prelativamente el principio

orientador de la crítica social y de las transformación

revolucionaria de la realidad: este principio, para nosotros

fuera de toda duda, es la democracia socialista. Perseguimos

la liquidación de la dependencia a que está sometida la

nación venezolana, del subdesarrollo que bloquea las fuerzas

Page 219: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

del crecimiento orgánico de nuestra economía y del bienestar

social, de la alienación de nuestra cultura y de nuestra

identidad de pueblo; y porque perseguimos eso, planteamos

la exigencia de la liquidación del capitalismo que ha adquirido

en nuestro país sus características más negativas, más

deformantes, más destructivas, más desnacionalizadoras y

más destructoras de la calidad de vida… cuya característica

dominante es la expansión y la profundización del

supermonopolio, la concentración creciente del poder de

acumulación y de extracción de ganancias “ (Maza Zavala

1985: 70-71).

Consideramos necesario, desde este punto de vista,

profundizar el análisis de la función que cumpliría el Estado

como praxis de resistencia antiimperialista en la fase

nacionalista revolucionaria del proceso socialista, entendiendo

que se trata de una nueva forma de organización política,

económica, cultural y social que asumiría el Estado, en la fase

de transición hacia la construcción del socialismo,

particularmente en países periféricos al núcleo de países

desarrollados donde el modo de producción capitalista

dependiente se convierte en una traba para el desarrollo de

las fuerzas productivas. Ello es consistente con lo expuesto

por Borón sobre la naturaleza dialéctica del Estado el cual,

dice dicho autor:

“no es una entidad metafísica sino una criatura histórica,

Page 220: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

continuamente formada y reformada por las luchas de clases,

sus formas difícilmente puedan ser interpretadas como

esencias inmanentes flotando por encima del proceso

histórico…” (Borón 2002: 108).

Para comprender más claramente la diferencia que

proponemos entre el Estado como práctica de resistencia

social y cultural en Nuestra América y sus otras

manifestaciones fenoménicas en la actualidad, tratamos en

este ensayo de establecer tentativamente, con vistas a una

discusión futura, tres tendencias históricas actuales del

Estado relacionadas con el antiguo socialismo real, la antigua

social-democracia latinoamericana (pre-neoliberal) y el

socialismo del siglo XXI:

A) Un tipo de capitalismo de Estado que podría definirse

como un sistema redistributivo centralizado de la plusvalía

socialmente producida, el cual tendría como característica

la reproducción de una sociedad jerárquica con una clase

política-burocrática dominante. Ejemplo de220la primera

serían la antigua URSS y la República Popular China que

podrían considerarse como expresión del socialismo

burocrático del siglo XX.

B) Un sistema capitalista centralizado, expropiador de la

plusvalía socialmente producida para redistribuirla

principalmente entre una clase política minoritaria

burocrática-empresarial dominante y, colateralmente con

Page 221: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la mayoría de la población, reproduciendo un Estado

opresor, socialmente injusto y proimperalista. Ejemplos

emblemáticos de esta alternativa en Nuestra América

serían el antiguo régimen del Partido Revolucionario

Institucional de México y, en Venezuela. la IV República o

régimen bipartidista de Acción Democrática y COPEI.

C) La existencia de un tipo de Estado socialista que podría

definirse como un sistema redistributivo-generativo,

participativo y descentralizado de la plusvalía socialmente

producida vía las instituciones de poder popular, como las

misiones, comunas y consejos comunales en el caso

venezolano, que apuntaría hacia la disolución de las

estructuras jerárquicas de la sociedad burguesa para crear

una sociedad igualitaria estructurada en redes sociales

solidarias transversales. Ejemplo de lo anterior serían el

modelo nacionalista revolucionario bolivariano considerado

como la fase inicial del socialismo venezolano del siglo XXI,

el modelo socialista desarrollado por la Revolución Cubana

y lo que podrían devenir los procesos revolucionarios de

Bolivia y Ecuador.

Para comprender a cabalidad la diferencia entre el Estado

como expresión del socialismo del siglo XXI y aquel que es

expresión de los intereses del capitalismo burgués, es

importante volver a citar Borón, quien nos ofrece una

acertada descripción de lo que consideramos el tipo 2 y las

Page 222: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

políticas represivas que desarrolla el Estado nacional

capitalista dependiente en Nuestra América (e igualmente en

otras partes del mundo) para apuntalar la organización de

regimenes capitalistas cada vez más injustos y desiguales.

Dichos regímenes, que tienen como finalidad la reproducción

ampliada de la pobreza y la exclusión de la mayoría de las

poblaciones para enriquecer cada vez más las oligarquías

locales y a sus amos metropolitanos, estarían caracterizados

por un modelo de políticas regresivas y antipopulares que

podría caracterizarse por:

“concesión de subsidios directos a las empresas nacionales;

gigantescas operaciones de rescate de firmas y bancos

costeadas, en muchos casos, con impuestos aplicados a

trabajadores y consumidores; imposición de políticas de

austeridad fiscal y ajuste estructural encaminadas a

garantizar mayores tasas de ganancia de las empresas;

devaluar o apreciar la moneda local a fin de favorecer algunas

fracciones del capital en detrimento de otros sectores y

grupos sociales; políticas de desregulación de los mercados;

´reformas laborales´ orientadas a acentuar la sumisión de los

trabajadores al tiempo que se facilita la ilimitada movilidad

del capital; ´ley y orden´ garantizados en sociedades que

experimentan regresivos procesos sociales de

reconcentración de riqueza e ingresos y masivos procesos de

pauperización; la creación de un marco legal adecuado para

ratificar con todas la fuerza de la ley la favorable correlación

Page 223: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de fuerzas de que han gozado las empresas en la fase actual;

establecimiento de una legislación que ´legaliza´ en los

países de la periferia, la succión imperialista de plusvalía y

que permite que las superganancias de las firmas

transnacionales puedan ser libremente remitidas a sus casas

matrices…” (Borón 2002: 112). Cualquier lector avezado en

el estudio de nuestra historia contemporánea podría

identificar sin vacilación los gobiernos venezolanos de la IV

República entre 1958 y 1998 y el actual gobierno de Estados

Unidos de América.

Definición del método nacionalista revolucionario

En los países subdesarrollados y dependientes, las oligarquías

antipatriotas locales forman el núcleo duro de los enclaves

transnacionales que reproducen el atraso y la dependencia.

Para enfrentar esa situación, Losada Aldana (1967: 188-189)

propuso la formulación concreta del modelo llamado

revolucionario nacional, fase inicial de la sociedad socialista,

el cual correspondería con el tipo 3 o Estado socialista ya

mencionado, igualmente comprometido con los procesos

revolucionarios mundiales. Dicho modelo (o método según

nuestro razonamiento) se fundamentaría en la nacionalización

total o parcial de los medios básicos de producción,

particularmente los dedicados a la producción de energía, el

mantenimiento de la soberanía financiera, de la producción de

alimentos para sostener la soberanía alimenticia, a la

Page 224: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

producción de servicios en el área de la comunicación, la

información, la cultura y la educación y, finalmente, en

nuestro caso particular, a la nacionalización del enclave

capitalista extranjero, excluido el capitalismo interno. Esta

última condición, que podría ser tachada de reformista, se

explica por el hecho que este método supone como condición

la existencia de una fase o frente político de lucha por la

liberación nacional dentro de la lucha de clases, donde

pueden tener cabida igualmente los capitalistas nacionales

patriotas y honestos, frentes que facilitaron la lucha por la

liberación nacional en países como Argelia, Vietnam, Iran,

Nepal, China, Nicaragua, EL Salvador, etc., entre otros. Los

movimientos sociales tienen que organizarse como clase en

su propio país ya que este es la palestra inmediata de sus

luchas, aunque esta lucha es nacional, no por su contenido,

sino por su forma (Marx 1963: 237).

De lo anterior se asume que la vía democrática hacia el

socialismo designa un proceso largo, cuya primera fase

implica la impugnación de la hegemonía del capital

monopolista, mas no la subversión radical de todo núcleo de

las relaciones de producción, a riesgo de que las oligarquías

subsidiadas por el imperialismo estadounidense puedan y

logren efectivamente sabotear los procesos revolucionarios

(Poulantzas, 1980: 242).

La política cultural socialista: método ideológico para el

Page 225: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

cambio revolucionario

La condición esencial para garantizar la transición de esta

fase de nacionalismo revolucionario hacia la sociedad

socialista, es la formulación de un proyecto cultural educativo

destinado a formar los valores sociales y culturales, la

conciencia crítica y reflexiva que debe animar a los

ciudadan@s para que construyan y hagan crecer el

socialismo. Como hemos expuesto en otra de nuestras obras

dedicada a análizar los contenidos històricos, culturales y

sociales de la Revoución Bolivariana:

“… Todo Estado nacional incluye en su proyecto político,

pues, la producción y reproducción institucionalizada de una

cultura, lo que equvale decir, que todo proyecto político es en

sí mismo cultural y posee una expresión cultural. Una nación,

entonces, como proyecto político, es un hecho cultural…”

(Sanoja y Vargas-Arenas, 2008: 167).

La construcción del socialismo es parte consustancial de la

lucha de clases, de la movilización ideológica donde deben

prevalecer los sujetos políticos revolucionarios. Esta

movilización ideológica es condición necesaria para que el

pueblo pueda identificar aquel objetivo decisivo como una

conclusión que se impone racional y culturalmente a partir de

la educación, para que logre definir claramente lo que es

posible lograr en esta fase de la lucha y –particularmente-

cómo se podría dar la construcción del socialismo (Lenin

Page 226: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

1976: 132).,

La ideología es el medio a través del cual opera la conciencia

del ser. La ideología incluye tanto la cultura como las

experiencias de la vida cotidiana, las doctrinas intelectuales,

la conciencia de los actores sociales, los sistemas de

pensamiento y los discursos institucionales de una sociedad

dada (Therborn, 1987: 2). Solo es posible crear una cultura de

la Revolución, si se crean los medios educativos para conocer

con precisión y objetividad el acervo de conocimientos

conquistados por la humanidad bajo el yugo de la sociedad

capitalista (Lenin 1976: 129). De alli se deduce, como hemos

señalado en otros trabajos (Vargas Arenas y Sanoja 2006:

185-2008) la importancia que tienen los Museos de Historia,

Ciencia y Tecnología para la formación de la conciencia

histórica en los colectivos sociales. La elaboración de políticas

culturales revolucionarias para ganar la mente y el corazón de

los ciudadan@s, distintas a las de la cultura burguesa, es el

componente más estratégico para la construcción del

socialismo. De ellas depende, “si se actúa con buena decisión

y dirección, que se logre humanizar los grupos de

venezolan@s e igualmente a los ciudadan@s de otros países

que han sido deshumanizad@s por el capital extranjero,

alejándolos simultáneamente de sus tradiciones, de su pasado

histórico y cultural, haciendo que su medio social y natural, su

lengua, sus costumbres, sus valores morales y sus ideales

sean extraños a esos pobres seres, cuya mente ha sido

Page 227: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

disociada sicóticamente por las campañas mediáticas

traidoras para que acepten como suyos los del colonizador

extranjero” (Quintero, 1968:112).

Si esa condición no se cumple, el Estado como práctica social

de resistencia podría tornarse en una forma regresiva de

capitalismo despótico burgués del tipo 2 ya descrito. Las

movilizaciones ideológicas tienen un definido carácter

existencial que se apoya a su vez en la movilización de la

subjetividad individual de los hombres y mujeres

comprometid@s con el socialismo. El objetivo de una política

cultural revolucionaria es el de crear en los colectivos

sociales una ideología revolucionaria que se concrete a su vez

en una ideología de clase, sin la cual el asalariado se

deshumaniza, zozobra en el pragmatismo y pierde la

conciencia social y política sobre la necesidad de resolver los

problemas que retardan o impiden el desarrollo soberano de

su nación y de su clase social.

Como observó Engels (1975: 148-151), el mejoramiento y la

resolución definitiva de las carencias que limitan la calidad de

vida material, proceso que impacta las dimensiones

culturales que conforman la subjetividad humana, es una

condición necesaria para construir el socialismo, pero no es la

meta final del mismo. Ello cobra particular importancia en los

procesos revolucionarios que tienen como tarea -tal es el

caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador- resquebrajar regímenes

Page 228: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

capitalistas que se encuentran en crisis. En estos casos, la

ejecución de acciones directas e inmediatas son las que

tienen mayor urgencia e importancia.

La movilización ideológica de la sociedad con base a las

experiencias, valores y símbolos del pasado, es un

componente de la movilización nacionalista entendida como

práctica social antiimperialista. Sin embargo, es igualmente

necesario movilizar el futuro contra el presente: el logro de

una sociedad justa como garantía de la victoria final sobre la

injusticia presente. El imperialismo, como hemos visto, adopta

también medidas preventivas contra el futuro utilizando el

miedo como mecanismo de dominación, lo que se denomina

movilización por miedo anticipado (Therborn, 1987: 99), tal

como ocurre en Venezuela con la ofensiva mediática externa

e interna, armada por las transnacionales de medios de

comunicación privados, contra el movimiento bolivariano que

lidera nuestro presidente Hugo Chávez.

El sistema ideológico de las sociedades nunca es estático,

sino que cambia constantemente según las prácticas y

condiciones históricas. Cuando aquel no constituye una

amenaza seria para el régimen dominante, puede derivar en

un simple cambio formal de los diferentes agentes políticos,

de las condiciones que inciden en la formación de las nuevas

generaciones, cosa que ocurriría, particularmente, en

aquellos regímenes muy condicionados todavía por

Page 229: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

coyunturas dramáticas del pasado. Dichas coyunturas pueden

influir también en los nuevos agentes políticos

revolucionarios, desplazando el viejo discurso de los

dominadores, determinando una nueva correlación de fuerzas

diferente a la que existía en la sociedad anterior o en otras

sociedades que experimentan similares procesos de cambio

histórico. Esto puede llevar también –como en el caso de

nuestra revolución bolivariana- hacia un tipo de movilización

ideológica por el ejemplo que puede inspirar también contra-

ejemplos en el discurso de las antiguas clases dominantes del

propio u otros países, como es el caso en Bolivia y Ecuador en

relación al proceso bolivariano venezolano. Las ideologías son

un arma de doble filo, ya que así como pueden consolidar los

sistemas de poder, mal concebidas pueden ser también la

causa de su hundimiento y su desviación. Ésta es la tarea

teórica y políticamente decisiva… pero la tarea no ha hecho

más que comenzar (Therborn, 1987: 99-101).

El Estado como praxis antiimperialista: motor del

desarrollo revolucionario

Tanto el capital transnacional como el sector de la burguesía

que representa sus intereses en los países, como ya se dijo,

son parte orgánica de las estructuras del subdesarrollo y el

atraso, incluyendo la dependencia cultural de los centros

metropolitanos del Imperio. Para entender la razón de la fase

revolucionario nacionalista, como se ha explicado, baste

Page 230: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

considerar la diferencia neta que existe generalmente entre el

bajo nivel de inversiones que hacen las transnacionales en los

países dependientes y subdesarrollados, el enorme volumen

de capitales repatriados hacia sus casas matrices en las

metrópolis imperiales, así como el fortalecimiento de las

diversas formas de dependencia y penetración cultural. Por el

contrario, corroborando la eficacia de la estrategia

revolucionaria nacionalista, podemos ver cómo se recuperan

las formas culturales de los pueblos y se intensifica y orienta

racionalmente el proceso nacional de acumulación de

capitales en los países que han nacionalizado todos o parte de

los medios básicos de producción, como es el caso de

Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador. Como señaló el

antropólogo venezolano Rodolfo Quíntero (1968:112):

“… La liberación de las masas populares implica la liberación

de la personalidad. Las culturas nacionales, al abrir a todos

los venezolanos el camino hacia la ciencia, los conocimientos

y la actividad política, minan las bases del individualismo

fomentado por la colonización y sienta las bases de la

combinación orgánica de los intereses personales y los

colectivos, sin lo cual no es posible un desarrollo multilateral

de la personalidad…”

Este “mal ejemplo” es el que el Imperio se apresta a

obstaculizar y castigar para impedir que otros países lo

imiten, ya que la liberación de las masas populares para que

Page 231: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

éstas se hagan dueñas efectivas de su riqueza nacional,

reduce el volumen de la renta imperial que los pueblos

dominados deben pagar anualmente a los bancos del Imperio

por concepto del pago del capital y los intereses de la deuda

externa para mantener la liquidez del sistema financiero

transnacional. Como estamos viendo en la coyuntura actual,

el proceso de gran acumulación de capitales existente en

Brasil, Argentina y Venezuela parece haber causado, en

buena parte, el descalabro de la banca imperial,

particularmente del Fondo Monetario Internacional y el Banco

Mundial.

Puesto que el objeto del Estado como praxis de resistencia

antiimperialista es promover la acumulación de capitales

para la inversión productiva y la creación de una nueva

sociedad, de una nueva cultura que nos conduzca hacia la

independencia nacional, hacia el socialismo, el Estado debe

ser el factor más dinámico del desarrollo social, sustituyendo

en este caso el papel que cumple la burguesía en el modelo

capitalista “puro”. Esto se explica porque al controlar el flujo y

el proceso de acumulación de capitales y crear los nuevos

valores de la cultura socialista, se fortalece la soberanía

nacional frente a la voracidad del Imperio y sus

transnacionales; se explica igualmente porque, como

acotamos en párrafos anteriores, las revoluciones socialistas

ocurren en aquellos países dependientes de la periferia

capitalista donde las burguesías nacionales no son capaces de

Page 232: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

superar el estancamiento del subdesarrollo, debido

fundamentalmente a la interferencia negativa de las

estructuras capitalistas externas o transnacionales que son

factores del subdesarrollo mismo. Si la nacionalización ha sido

parcial, como sería el caso actual de Venezuela, el método

nacionalista revolucionario debería tender a movilizar los

capitales privados hacia la inversión productiva que requiere

el desarrollo social nacional (Losada Aldana, 1967: 190).

Los Estados nacionales de nuevo tipo

Tal como podría ocurrir en Suramérica si se dan las

condiciones políticas adecuadas, las economías

revolucionarias nacionales podrían fusionarse o relacionarse

dentro de contextos regionales más amplios, en la medida

que ello suponga la creación de un Estado multinacional de

nuevo tipo, soportado en el modelo nacional revolucionario o

antiimperialista. Ello alude a un tipo de Estado multinacional,

desregulado en su interior, donde el actual Estado nacional no

desaparecería, sino que reconstituiría y generaría nuevas

formas de regulación orientadas hacia la lucha contra la

dependencia y la dominación neocolonial, en términos de

colectivos más amplios y organizados que los primigenios

Estados nacionales individuales, englobando mercados

solidarios más amplios y organizados, con mayor capacidad

de intercambio y consumo de bienes materiales y culturales

(Vargas, 2007a).

Page 233: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

En el caso de Suramérica y el Caribe, es posible crear

estructuras, étnicas y culturales, así como de intereses

estratégicos económico-políticos y económico-sociales

comunes (Sanoja y Vargas-Arenas, 2005a:152). En este caso,

la lucha contra el subdesarrollo, la dependencia, la pobreza y

el atraso serían una meta común a lograr de manera conjunta

por los diferentes Estados asociados. Como ha dicho Lefebvre,

es el reflejo de aquellos problemas y necesidades en la vida

cotidiana, lo que determinará la formación de un vínculo

entres los miembros de aquellas sociedades:

“...Aquellas necesidades en la vida cotidiana son una fuerza

cohesionadota para la vida social, aún en la sociedad

burguesa y ellas, no la vida política, son el vínculo

real...”. (Lefebvre 1991: 91, enfasis nuestro).

De la misma manera, un proceso regional armónico de

acumulación de capitales, de desarrollo cultural socialista,

permitiría la conformación de un polo de desarrollo alternativo

al del Imperio, capaz de mantener relaciones de

complementariedad con otras formaciones nacionales

revolucionarias o no imperialistas que existen en otras partes

del mundo.

En los actuales momentos, 2009, el capitalismo está viviendo

una de sus crisis estructurales más severas, la cual puede

llegar a comprometer inclusive la hegemonía mundial que

detenta la cabeza del Imperio, Estados Unidos. Esta crisis

Page 234: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

sistémica generalizada del capitalismo, podría acentuar aún

más el carácter belicista y colonialista del gobierno

transnacional estadounidense, ya que a la crisis financiera

especulativa se suma otra de mayores proporciones: el

deterioro de la economía productiva y el agotamiento de las

reservas petroleras mundiales. Como discutiremos más

adelante, en la actual coyuntura mundial las mayores

reservas mundiales de hidrocarburos líquidos o gaseosos no

se encuentran en el espacio territorial de los países

capitalistas desarrollados, sino precisamente en naciones que

forman parte de su periferia como Rusia, Arabia Saudita,

Venezuela, Bolivia e Irán, todos los cuales, excepto Arabia

Saudita, están enfrentados en mayor o menor grado al poder

hegemónico de Estados Unidos. Este hecho tiene una

relevancia especial para comprender el futuro y las

posibilidades de triunfar o permanecer que tienen los

movimientos socialistas de los países periféricos.

En el pasado, los movimientos socialistas exitosos

ciertamente no se produjeron como consecuencia de las crisis

productivas del capitalismo empresarial. Los bolcheviques

tomaron el poder en la extinta URSS; Mao y el Partido

Comunista triunfaron en China; los vietnamitas derrotaron a

Estados Unidos, y en Cuba triunfó la Revolución Cubana, todos

durante períodos de intenso crecimiento del núcleo

desarrollado de países capitalistas (Katz, 2007: 10). Estos

períodos de auge económico lo alcanzaron esos países

Page 235: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

forzando un decrecimiento similar del desarrollo de las

fuerzas productivas de la periferia neocolonizada como fue el

caso particular de Venezuela, de Bolivia y Ecuador. En la

presente coyuntura mundial, el despertar del socialismo del

siglo XXI coincide con una severa crisis financiera y productiva

del sistema capitalista internacional. Ello podría llevarnos, en

el mejor de los casos, hacia una solución negociada de los

conflictos o a provocar una nueva escalada de violencia

militar contra los países petroleros con consecuencias

imprevisibles para la humanidad.

Para garantizar la fluidez de la expoliación de recursos, el

Imperio siempre ha tratado de destruir los movimientos

antiimperialistas de liberación nacional en Nuestra América

mediante invasiones militares, dictaduras militares o

dictaduras de partidos pseudo-democráticos que representan

los intereses de las oligarquías nacionales y transnacionales,

como es el caso concreto de Colombia, Perú y México, entre

otros. Pero es también posible que por la acción de diversos

factores que determinan la coyunturas histórica, la fuerza del

Imperio no logre derrotar los movimientos populares y pueda

triunfar el antiimperialismo de liberación nacional que han

conquistado el gobierno y buena parte del poder en Cuba,

Venezuela, Ecuador y Bolivia, apoyando su lucha para lograr

la soberanía plena de sus países en la propiedad estatal de los

principales medios de producción, particularmente el petróleo

y el gas.

Page 236: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Prueba evidente de la nueva correlación de fuerzas

antiimperialistas que se está creando en Nuestra América es

la condena contundente de la reciente agresión bélica lanzada

por el sector fascista del gobierno y el ejército colombiano

contra la República del Ecuador en Marzo del 2008, acción

destinada a torpedear el proceso de integración

nuestroamericana, gracias a la actitud coherente y valiente

que mostraron todos los presidentes nuestroamericanos que

integran el Grupo de Río el día 6 de Marzo de 2008, con la

excepción del de Colombia, Álvaro Uribe, quien representa los

intereses del Imperio. Otra demostración concreta de dicha

nueva correlación, es la inclusión en Diciembre de 2008, por

unanimidad, de Cuba Socialista en el Grupo de Río y en la

Comunidad de Naciones Suramericanas y Caribeñas, la

exclusión de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá y el

fortalecimiento de los vínculos entre Venezuela, Cuba, Brasil,

Bolivia, Ecuador y Argentina con Rusia y China. Finalmente, la

condena internacional al golpe oligarquico-militar contra el

gobierno democrático de Manuel Zelaya, Honduras ocurrido

en Junio de 2009, aún si el régimen de facto no entregase el

poder a las autoridades electas por el voto popular,,

representaria una victoria ideológica del nuevo proceso

civilizador que comienza a significar para nuestros pueblos el

modelo geoestratégico de la Alianza Bolivariana para América

Latina (ALBA). Esto constituye la demostración evidente de

nuestra argumentación en la presente obra: la única

Page 237: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

posibilidad de lograr la verdadera liberación y la

independencia nacional en Nuestra América del coloniaje

estadounidense y europeo, es la conformación de nuevos

procesos civilizadores socialistas dentro de un bloque

histórico nuestroamericano independiente que diseñe su

propia meta y sus objetivos políticos, dentro del contexto

multipolar de bloques históricos que comienza a conformarse

en esta nueva era que vive la humanidad. Podríamos decir

que la antigua relación centro-periferia que expresa el

proceso histórico de dominación ejercido por el bloque de

países capitalistas desarrollados, la llamada civilización

occidental, sobre el resto del mundo, pudiera estar llegando a

su fin.

La alocución del presidente Hugo Chávez el 2 de Febrero de

2008 para presentar los logros de los primeros nueve años de

gobierno bolivariano, no deja duda sobre los resultados

positivos del método nacionalista revolucionario y del Estado

tipo 3, entendido éste como una práctica social para

promover el poder popular y la justicia social en democracia.

Todos los indicadores sociales y económicos: salud,

educación, vivienda, empleo, alimentación, precios, seguridad

social y personal, autoestima, soberanía y respecto

internacional, etc., indican de manera fehaciente que en el

breve lapso de nueve años se ha logrado corregir buena parte

de las distorsiones que introdujo el capitalismo en la sociedad

venezolana durante 500 años de dominio hegemónico. Falta

Page 238: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

todavía profundizar la creación de la cultura revolucionaria

que sustente la sociedad socialista. Todo lo anterior ha sido

posible gracias a la nacionalización de los principales medios

de producción, particularmente el petróleo, el gas, la

petroquímica, las telecomunicaciones, parte de la banca y a la

creación de nuevas formas de propiedad no burguesa, la

lucha por la soberanía alimentaria y las políticas monetarias

que han racionalizado la exportación de capitales fuera de

Venezuela. Ello ha permitido profundizar el proceso interno de

acumulación de capitales, profundizar la inversión social

para mejorar la calidad de vida de todos los venezolan@s,

incluyendo aquellos que son enemigos de la Revolución

Bolivariana, y proponer a la comunidad de UNASUR la

creación de nuevas instituciones financieras internacionales

como el Banco del Sur y el Banco del Alba. Una nueva

estrategia económica y financiera planteada en la reunión de

presidentes del ALBA del 23 de Noviembre de 2008 por el

presidente del Ecuador Rafael Correa, es la creación de un

Fondo de Estabilización de de Intercambios Comerciales,

utilizando para ello una moneda contable que se denominaría

SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional). Un

elemento importante es la posibilidad de que Rusia se una al

ALBA y al Fondo de Estabilización, lo cual permitiría la

transferencia de tecnologías de punta, mercancías y capitales

hacia los países del ALBA. La creación de estas instituciones

está diseñada para revertir las políticas intervencionistas

Page 239: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

perversas del Fondo Monetario Internacional y el Banco

Mundial, cuyo único fin es mantener la hegemonía del mundo

capitalista desarrollado sobre los países de su periferia.

Iguales resultados se están obteniendo en países

suramericanos como Bolivia y Ecuador, donde en un tiempo

todavía menor la estrategia del Estado como práctica de

resistencia antiimperialista está resolviendo los problemas

seculares de la pobreza y la exclusión de la mayoría de la

población, acumulados también luego de 500 años de

capitalismo burgués, como manera de establecer la

condiciones fundamentales para construir el socialismo. .

Enfrentados a esta nueva –y quizás final- crisis sistémica del

capitalismo burgués, los paladines del neoliberalismo reunidos

en la última conferencia celebrada en Davos, Suiza, en 2008,

han caído finalmente en cuenta que el modelo de economía

neoliberal que proponen, solo los lleva al caos financiero.

Decía Adam Smith (1958: XXV-XXVI):

“…Los ricos escogen del montón sólo lo más preciado y

agradable. Consumen poco más que el pobre, y a pesar de su

egoísmo y rapacidad natural, y lo único que se proponen con

el trabajo de esos miles de hombres a los que dan empleo es

la satisfacción de sus vanos e insaciables deseos, dividen con

el pobre el producto de todos sus progresos. Son

conducidos por una mano invisible que los hace

distribuir las cosas necesarias de la vida…” (Énfasis

Page 240: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nuestro).

Los defensores a ultranza del neoliberalismo, enfrentados a

esta severa crisis financiera del capitalismo, habrán quizás

comprendido, amargamente, que aquella célebre frase de

Adam Smith era simplemente… una metáfora literaria, no un

principio económico…

Page 241: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

CAPÍTULO 7.

La soberanía sobre los recursos naturales, es la puerta de

entrada al otro futuro

(Rayuela. Diario La Jornada. 24-08-2008 México)

El Neo-evolucionismo y la energía: legitimación

ideológica del neocolonialismo

Debido a causas naturales y geológicos lo que queda de los

principales recursos energéticos, materias primas y recursos

naturales que mueven y mantienen la vida del bloque de

dichos países se encuentran hoy día –con excepciones- fuera

del ámbito territorial del denominado Primer Mundo o

“civilizado”, en países donde vivimos los pueblos que aquéllos

consideran como “bárbaros”., recursos que se encuentran al

borde su agotamiento por la utilización irracional que han

hecho de ellos los países capitalistas desarrollados. Esto es

particularmente cierto con relación al petróleo y el gas, los

principales suelos agrícolas, el agua y la biodiversidad,

recursos energéticos y vitales que mueven y sostienen la

economía, la industria, las finanzas, la cultura y la calidad de

vida en general de la sociedad del Primer Mundo (Britto-

Page 242: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

García, 2007: 79-105). Pensando en términos de futuro, las

fuentes de energía alternativa y el futuro sustento de la vida

los pueblos en la era pos-petrolera, el sol, el agua e incluso las

extensiones de tierra para producir eventualmente el etanol,

los fármacos que producen fabulosas ganancias a las

transnacionales farmacológicas, la mano de obra barata, etc.,

se hallan también en la región tropical del planeta habitada

por los pueblos denominados “bárbaros” o subdesarrollados.

Durante los siglos XVII, XVIII y XIX, el mundo capitalista

desarrollado se autoabastecía en su territorio de los recursos

energéticos que necesitaba para su desarrollo industrialista.

Durante esa época, los extensos bosques de pinos, robles,

olmos, encinas, etc., que cubrían las llanuras y las montañas

de Europa Occidental y Oriental, proporcionaron primero la

madera para fabricar los barcos, la leña para alimentar los

hornos, calderas y motores movidos a vapor, las arcillas y los

minerales para la industria alfarera y la cerámica, la piedra, la

arena, los químicos y todos los materiales constructivos para

reconstruir las antiguas ciudades medievales y los enseres

mobiliarios para servir las viviendas, empresas, fabricas,

oficinas, etc., y las pieles, los cueros y la lana para uso

doméstico e industrial y otro, y luego, en la fase capitalista

industrial, el hierro y el carbón de hulla para la siderurgia y la

fabricación de maquinarias industriales. Ello determinó el

surgimiento de una clase trabajadora que se convirtió en la

contraparte histórica de la burguesía europea creando una

Page 243: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

nueva forma de división del trabajo y de distribución desigual

del capital y de la renta del capital.

A partir del siglo XX, con el auge de los motores de explosión,

el petróleo y sus derivados comenzaron a desplazar la

utilización del carbón de hulla, gran parte de cuyos mayores

depósitos naturales se encuentra principalmente en

Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia. De

manera concomitante, se crearon grandes corporaciones para

la explotación del petróleo, particularmente estadounidenses

y angloholandesas, cuyo desarrollo dio inicio a una nueva

expansión imperialista del mundo desarrollado que aumentó

los mecanismos del subdesarrollo, la pobreza y la dominación

de los pueblos periféricos al Primer Mundo.

La necesidad de controlar las fuentes de energía necesarias

para mantener el ritmo expansivo del sistema capitalista

occidental, determinó que a partir de los años treinta del

pasado siglo, ciertos grupos de antropólog@s y filósof@s

neoevolucionistas de la academia estadounidense

comenzasen a reformular el paradigma del progreso, del

evolucionismo y el darwinismo social para explicar y legitimar

esta nueva fase de la expansión colonial capitalista. Como lo

explicaba John D. Rockfeller, dueño de la Standard Oil Co.,

quien fue un convencido darwinista social, el crecimiento de

las grandes corporaciones o transnacionales se explicaba

como la supervivencia de los mejores, como lo mandan las

Page 244: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

leyes naturales y la ley de Dios (Patterson, 1997a: 48). En

términos de la nueva versión elaborada por la escuela

culturológica estadounidense, la ideología del progreso pasó

de ser una cualidad etérea determinada por la excelencia

ética e intelectual de un pueblo escogido, a convertirse en

una calidad concreta y en una magnitud relacionada con la

capacidad que tenga un pueblo determinado para: a)

aumentar la energía (equivalente actualmente al petróleo)

controlada apropiada y consumida per capita y por año y b)

por el aumento de la eficiencia o la economía de los medios

para controlar la energía o ambos (White, 1959. 40, 56).

Según aquella propuesta, una sociedad (civilizada) progresa

en la medida que aumente su consumo de energía no humana

(petróleo, gas, agua, aire). En tal sentido, el grado de

progreso se evaluaría: a) como la relación existente entre el

producto y el trabajo humano invertido para lograrlo (costo

beneficio) y b) según como se incremente la cantidad de

bienes y servicios que sirven para satisfacer las necesidades,

producidas por o extraídas de cada unidad de trabajo

humano (mayor plusvalía). Dicho en otras palabras, lo que se

persigue es aumentar el nivel de explotación del trabajador y

la trabajadora. El progreso social se aceleraría, pues, en la

medida que, disminuyendo la cuantía del capital invertido, se

pueda incrementar la plusvalía extraída de cada trabajador o

trabajadora (White, 1959: 47).

Page 245: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Los teóricos de la escuela estadounidense de la Culturología

consideraban que el sistema cultural (Nación) que sea capaz

de explotar más efectivamente las fuentes de energía de un

ambiente determinado, tenderá a expandirse en dicho

ambiente a expensas de los sistemas menos efectivos

(Shalins y Service, 1961: 75). Según estos mismos autores, un

sistema cultural (nación) de carácter progresivo, en vez de

desarrollarse en profundidad, tenderá a expandirse

lateralmente hacia otros tipos de ambiente (op.cit: 70),

absorbiendo a los sistemas menos avanzados que resistan su

política de dominación (op.cit 88). La evolución cultural, según

estos autores, es considerada entonces como el proceso

mediante el cual la utilización de los recursos del planeta por

parte de la materia viviente tiende a hacerse más y más

eficiente, determinando que se produzca un flujo máximo de

la energía total (petróleo y gas, aire y agua) extraída del

ambiente, utilizando al máximo la capacidad de la fuerza de

trabajo.

Los teóricos modernos de la escuela culturalista expresaron

igualmente en 1961 que si bien la evolución de la materia y

del universo márchan hacia un aumento en la organización y

la concentración de la energía (hegemonía imperial), la

cultura y la vida se encaminan hacia una situación de

creciente heterogeneidad. Ello implicaría la posibilidad de que

llegue a desarrollarse a nivel mundial, no un sistema cultural

hegemónico, sino un conjunto de diversos sistemas sociales

Page 246: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

no hegemónicos, tal como está ocurriendo actualmente.

Analistas internacionales como Alfredo Jaliffe-Rahme (2008),

han destacado que en la actualidad las transnacionales

petroleras privadas ocupan alrededor del 23% del negocio

petrolero mundial, mientras que Petrochina, Gazprom y las

otras empresas petroleras estatales –incluida nuestra PDVSA-

controlan el 70% de dicho negocio. Ello podría representar

en el mercado mundial una capitalización aproximada de

1.500 millones de millones de dólares. Este hecho se está

materializando efectivamente en la gestación de un mundo

multipolar cuya tendencia se intensificará en la medida que se

agrave la actual crisis financiera del capitalismo mundial

(mapa 3).

En el escenario inmediato que nos plantea este análisis, los

pueblos y países considerados subdesarrollados están más

que justificados para proteger su autonomía y su soberanía, a

promover políticas para nacionalizar sus principales medios

de producción, particularmente el petróleo, el gas, la

petroquímica, el hierro, el acero y el aluminio, los suelos

agrícolas, el agua, la electricidad, la energía atómica, la

producción de alimentos, la cultura, las comunicaciones y los

medios imaginarios de reproducción de la ideología. Esto,

para aquellos que son partidarios de la hegemonía mundial

del capitalismo del Grupo de los Ocho que podría ser

considerado como totalitarismo, es la única manera no sólo de

Page 247: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

preservar la soberanía y la independencia de nuestros

pueblos, sino de crear y conservar una sociedad y una cultura

mundial diversa y democrática. En tal sentido, el modelo

revolucionario nacional viene a ser para nuestros pueblos y

particularmente para países como Venezuela, Ecuador y

Bolivia una necesidad estratégica para, vía nuestro desarrollo

independiente, superar el subdesarrollo que nos ha sido

inducido por el capitalismo europeo y el estadounidense.

Page 248: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Capitulo 8.

Desarrollo socialista vs. Subdesarrollo Capitalista

Los pueblos de Nuestra América que fuimos forzados a

incorporarnos dentro del sistema mundial capitalista

mercantil como consecuencia de la expansión colonial

europea que se inició en el siglo XVI, hemos sido considerados

en el imaginario del capitalismo como el segmento atrasado

de la civilización occidental, cuando en realidad las

condiciones de pobreza y el supuesto atraso de nuestros

pueblos fueron causados por las formas de explotación y

dominación impuestas por la estructura colonial capitalista

(mapa 4).

Como consecuencia de la expansión colonial del capitalismo,

en el seno de nuestras propias sociedades los sectores de la

clase media y la gran burguesía se han constituido como

enclaves dependientes del capitalismo desarrollado europeo

y estadounidense, participantes de la ideología de progreso,

desarrollo y discriminación social sostenida por las

oligarquías transnacionales de los países capitalistas

desarrollados (Vargas, 2007a). Debido a la crisis energética y

financiera que amenaza el futuro de los países capitalistas

más desarrollados, la conservación de los privilegios sociales,

Page 249: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

culturales y económicos que garantizan la supervivencia del

modo de vida capitalista solo será posible si las oligarquías

transnacionales logran mantener marginada en la pobreza a

la mayoría de personas tanto de sus propios países como del

Tercer Mundo. Ello solamente podrá realizarse mediante la

instauración de Estados despóticos, policiales y represivos

como el que se está dando en Estados Unidos, o como los que

ya existen en México, la mayor parte de América Central,

Colombia, Perú y Chile.

Para poder sobrevivir, el Imperio tendrá que invertir cada vez

más en el desarrollo del complejo militar industrial y de

ejércitos privados para invadir y controlar a nivel mundial las

fuentes de energía fósil, los recursos hídricos, las fuentes de

minerales radioactivos, el comercio, la producción agrícola y

pecuaria, los medios de comunicación de todo tipo, la

industria cultural, la cultura, la historia y las relaciones

sociales de las poblaciones, en fin, para lograr la hegemonía

total, sin disidencias, sobre la vida de los pueblos del mundo.

Felizmente, el logro de ese objetivo totalitario del Imperio no

parece estar garantizado ni en el corto ni en el mediano plazo.

Cuando analizamos las relaciones existentes actualmente

entre los países capitalistas del Primer Mundo y los nuestros

que ellos consideran como su periferia, observamos que

contrariamente a lo que han sugerido las teorías, sobre todo

las de la dependencia y el subdesarrollo, no es cierto que

Page 250: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

estemos viviendo una etapa anterior a la fase evolutiva de

los pueblos económicamente “más desarrollados”, sino que

hemos sido hasta el presente su contraparte, la condición

necesaria para que ellos puedan existir y evolucionar gracias

a la expoliación de nuestras riquezas.

Por esas mismas razones, nuestros pueblos

muestroamericanos, africanos o asiáticos han sido ubicados

por los historiadores y apologistas de la civilización occidental

en un estatus histórico, político y cultural que va del

colonialismo abierto hasta las formas más sutiles de

neocolonización. De allí se infiere que, debido a las carencias

educativas-culturales acumuladas gracias a la complicidad de

las elites políticas que nos han gobernado desde el inicio del

proceso de expansión colonial europea en el siglo XVI, los

pueblos periféricos, en particular los de Nuestra América,

difícilmente podrían absorber actualmente la tecnología

moderna en sus procesos productivos -aunque sea

parcialmente- lo cual les impide emular los modos de vida, los

procesos civilizadores de las naciones capitalistas

industrializadas.

Contrariamente a lo anterior, los componentes ideológicos

del Imperio se difunden con más facilidad y a mayor distancia

por medio de la industria cultural, los medios de comunicación

como la televisión y la radio, cuya función es la de prevenir o

retardar en lo posible el desarrollo industrial o de sistemas

Page 251: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

políticos nacionalistas o socialistas que constituyan una

disidencia del pensamiento único neoliberal. El actual Imperio,

ningún imperio ha permitido a sus colonias el desarrollo libre

de la industria; por esa razón el componente ideológico que

maneja el núcleo capitalista de países desarrollados está

sólidamente atrincherado en las transnacionales de la

comunicación que controlan la televisión, la radio, la Internet

y la prensa escrita, tanto en las metrópolis como en su

periferia.

Por aquella circunstancia que ya expusimos, las elites sociales

de Nuestra América ubicadas hasta ahora en las clases

medias y las grandes burguesías de los respectivos países

solo pueden integrarse con las burguesías transnacionales de

las metrópolis, cuando logran constituirse como enclaves

neocoloniales de las transnacionales y adoptan la cultura del

dominador, en detrimento de las condiciones de pobreza y

exclusión que genera en nuestros pueblos el neoliberalismo.

Un ejemplo claro de esta mentalidad enajenada, es la manera

como las elites sociales neoliberales venezolanas apoyan hoy

día, Marzo de 2008, la transnacional Exxon Mobil que trata de

apoderarse de los bienes de nuestra empresa nacional

petrolera PDVSA que son propiedad de la nación venezolana.

Esta situación podría ser considerada por los teóricos del

subdesarrollo y del desarrollismo, como una secuela de

“nuestro atraso histórico”; por tanto, para explicarlo debemos

comenzar por definir lo que nosotros consideramos como

Page 252: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

equivalente a “atraso histórico”. Atraso, porque debido a las

mismas razones antes enunciadas, nuestros procesos de

cambio internos no se pueden equiparar con los occidentales.

Histórico, en tanto se trata de procesos truncos, no

autónomos, que “detuvieron” a estas sociedades en una fase

de su propio devenir en el siglo XVI.

Dado que el término “atraso” connota al de desarrollo,

debemos concluir que en este caso la solución a los problema

derivados del colonialismo y del neocolonialismo sólo podrá

surgir no de la emulación de los procesos civilizadores del

mundo capitalista desarrollado, sino de la destrucción del

orden social neocolonial y la construcción de un orden de

justicia social que no podrá ser el capitalismo, ya que es éste

el que engendra la injusticia y la desigualdad que acogotan a

nuestros pueblos. La solución solo podría provenir del

socialismo y la justicia social. No se trata de repetir las

experiencias ya vividas por los llamados pueblos

desarrollados del Primer Mundo con sus consecuencias

traumáticas. Por el contrario, ello supone como condición

necesaria para el cambio una revolución social interna. Como

concluyó el economista estadounidense André Gunder Frank

en su obra Capitalism and Underdevelopement in Latin

America publicada en 1967:

¨…the only way out of Latin American underdevelopement is

armed revolution leading to socialist developement… (“…la

Page 253: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

única manera como Nuestra América puede salir del

subdesarrollo, es mediante una revolución armada que la

conduzca al socialismo…” Traducción nuestra).

Aquel juicio de Gunder Frank es reflejo – en nuestra opinión-

del principio expuesto por Mao Ze-toung sobre la naturaleza

de las contradicciones específicas a cada uno de los grandes

sistemas de formas de movimiento de la materia y de la

esencia condicionada por esas contradicciones:

“…la contradicción entre el proletariado y la burguesía se

resuelve por el método de la revolución socialista… La

contradicción entre las colonias y el imperialismo se resuelve

por el método de la guerra revolucionaria nacional…” (Mao

Ze-toung 1959: 378. Traducción nuestra).

Ese cambio histórico significa la pérdida de los privilegios

tanto de las corporaciones transnacionales como de su

representación local, las oligarquías nacionales, privilegios

obtenidos y sostenidos con base a la profundización de

nuestra situación de desigualdad social. Ésta a su vez se

deriva de un proceso histórico interrumpido por la conquista y

la colonización ibera, situación que ha sido -por el contrario- el

motor del progreso cultural y social de los pueblos que

conforman el llamado Primer Mundo. Pero el Imperio

occidental, como ya estamos viendo en el drama que viven

los pueblos de Afghanistán e Irak, invadidos y humillados por

los ejércitos de Estados Unidos y la OTAN, no está dispuesto a

Page 254: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

entregar sus privilegios

sin luchar, así les cueste la destrucción de su propia

civilización.

De mantenerse esas condiciones, podríamos concluir que la

confrontación definitiva entre los movimientos revolucionarios

de Nuestra América, Asia y el Oriente Medio y los imperios

anglo-norteamericano y europeo y sus enclaves sociales, las

oligarquías nacionales que representan sus intereses como

representantes locales de la civilización occidental ocurrirá

con seguridad más temprano que tarde si es que ya no ha

comenzado, como se puede entrever en la presente crisis

estructural que sacude los cimientos de los modos de vida

capitalistas.

Fig.6: El imperio capitalista.(Siglo XX).

Page 255: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Fig. 7: El anti-Imperio. Alianzas energéticas del siglo

XXI.

Page 256: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica
Page 257: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

CAPÍTULO 9.

Condiciones necesarias para construir la democracia

socialista

La crisis del marxismo en Europa

A partir de las discusiones que hemos llevado a cabo en este

ensayo sobre la teoría de la evolución como estrategia

política del capitalismo, podemos concluir que si bien en el

campo epistemológico y académico surgieron nuevas

propuestas filosóficas que aparentemente derrotaron al

evolucionismo clásico, la ideología del progreso y la

civilización nunca fue abandonada por la elites intelectuales

que manejan las relaciones de los países capitalistas

desarrollados con los que ellos consideran su periferia.

Este hecho reviste mucha trascendencia, no sólo para la

historia de la cultura, sino también para el análisis de

procesos políticos, económicos y culturales que tratan de

destruir nuestras sociedades nacionales soberanas, tales

como el neoliberalismo y la globalización. Ambos procesos

coparon la escena mundial luego del colapso del llamado

socialismo real y de los partidos de izquierda en Europa,

abriendo el camino para la legitimación histórica y cultural de

Page 258: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

la teoría del mundo unipolar.

La crisis de marxismo en Europa Occidental fue un tema fue

analizado por el filósofo e historiador Perry Anderson en su

obra Tras las Huellas del Materialimo Histórico (1986: 14). En

dicha obra, el autor sostiene que el discurso marxista decayó

por la incapacidad de sus teóricos para desarrollar una

estrategia política concreta que pudiese conducir la transición

de la democracia burguesa hacia una democracia socialista

realizable. En su lugar –dice- se instauró un discurso filosófico

post-moderno, centrado principalmente en problemas del

método, el cual era de carácter más epistemológico que

sustantivo. Corroborando la afirmación de Anderson podemos

citar como ejemplo el caso particular del actual Partido

Laborista inglés, donde encontramos igualmente una ausencia

de estrategia política para llevar adelante un verdadero

programa socialista revolucionario. Durante los últimos treinta

años la política de Estado laborista, si bien a veces de tipo

más intervencionista en la economía o animada de un criterio

más social, no se diferenciaba particularmente de la de los

otros gobiernos conservadores (Wainwrigth 1981:216, 223).

La racionalidad de dicho discurso se fundamentó en una

premisa según la cual:

“si el sistema parece no sólo inexpugnable sino también

opresivo, el abandono de una teorización “moderna” como la

marxista no deja otra escapatoria que recurrir a su negación

Page 259: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

puramente imaginaria” (Borón, 2007: 138).

En el caso particular de Nuestra América, parte de las

discusiones teóricas sobre este tema se orientaron a

demostrar la validez histórica universal de la sucesión

evolutiva de los modos de producción europeos señalados por

Marx y Engels. Un gran espacio de debate fue dedicado a

analizar la naturaleza universal del modo de producción

asiático, a la supuesta existencia de modos de producción

esclavístas y feudales en Nuestra América. Esas discusiones y

reflexiones teóricas contribuyeron a profundizar la crítica

científica y a ampliar el alcance de la teoría que fundamenta

el desarrollo de la historia humana, el materialismo histórico,

opuesta a las concepciones idealistas que habían prevalecido

incontestadas desde el siglo XIX. De cierta manera, ello incidió

también en la gestación de una teoría revolucionaria

nuestroamericana.

Anderson plantea igualmente, en su obra ya mencionada, que

el discurso teórico del marxismo fue derrotado,

particularmente en Europa, por el del estructuralismo. En

nuestra opinión lo que sucedió realmente fue que los

estrategas del capitalismo descubrieron la manera de vitalizar

su viejo recurso de dominación del mundo reviviendo el

discurso victoriano del derecho de los autoproclamados como

“pueblos elegidos” a gobernar el planeta. Para ello

enmascararon sus designios bajo el eufemismo del Mundo

Page 260: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Unipolar concretado en instituciones como el Grupo de Los

Ocho, el Club de París, el Grupo de Davos, el Fondo Monetario

Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de

Comercio, el Tribunal Internacional de la Haya, los Tratados

de Libre Comercio, la deuda externa, el discurso antiterrorista

y otras tantas fachadas de su estrategia neocolonial.

Para consolidar y enmascarar su proyecto de mundo

hegemónico, utilizaron las teorías estructuralistas, post-

estructuralistas y post-modernistas sobre el papel del

lenguaje, los símbolos y los signos para la construcción de una

historia contingente, virtual; utilizaron así mismo el papel de

la lengua y la palabra para trazar las relaciones entre

estructura y sujeto, para subsumir la producción bajo una

rúbrica común derivada de la comunicación (Adorno, 1991;

Habermas, 1990). Estos elementos teóricos fueron utilizados

para fortalecer la estrategia mediática neocolonizadora que

sirve al Imperio de punta de lanza para las tácticas de

dominación mundial, soportadas en el fondo por las ideas

decimonónicas de la Civilización, el Progreso y el Darwinismo

Social.

No podemos dejar de mencionar también el vasto y costoso

programa secreto de propaganda cultural que desde 1947

llevó y sigue llevando adelante la Agencia Central de

Inteligencia, destinado a comprar las conciencias y las

lealtades de los intelectuales en Europa, Nuestra América,

Page 261: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

África y Asia. Desde aquella fecha la “Compañía” comenzó a

invertir millardos de dólares en su campaña para apartar

sutilmente a la intelectualidad de su fascinación por el

marxismo y acercarla a considerar positivamente el punto de

vista de la cultura capitalista, la visión del mundo fomentada

por el gobierno y las transnacionales de Estados Unidos, para

facilitar el triunfo de los intereses de la política

estadounidense en el extranjero (Saunders, 2001:13-14). Ello

explicaría la voltereta ideológica derechista de conocidos

intelectuales como Mario Vargas Llosa, ahora defensor a

ultranza del neoliberalismo y Carlos Fuentes, famoso novelista

mexicano que terminó escribiendo la biografía del

archiempresario Gustavo Cisneros (Fuentes, 2004), socio del

ex-director de la CIA George Bush (padre) y villano que dirigió

en 2002 el fallido golpe de Estado contra nuestro Presidente

Hugo Chávez. Ello explicaría también los raudos cambios de

conciencia operados en antiguos intelectuales comunistas y

socialistas venezolanos desde 1968 hasta el presente,

quienes han terminado apoyando abierta o solapadamente las

políticas neoliberales y las políticas culturales que influyen

negativamente en el éxito de la revolución bolivariana.

La situación anterior puede ser también entendida dentro de

la coyuntura histórica que vivieron los pueblos de la Europa

Occidental una vez finalizada la contienda mundial, cuando

encontramos que la mayoría de ellos estaban gobernados por

partidos socialistas y laboristas (socialdemócratas) o por

Page 262: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

alianzas políticas de socialistas, laboristas, comunistas y

democristianos.

Los gobiernos de países como Inglaterra, Francia, Holanda y

Bélgica que conservaban todavía un extenso sistema de

colonias en Asia y África, se vieron envueltos en guerras de

contrainsurgencia para eliminar los movimientos sociales que

pugnaban por la independencia en las antiguas colonias. En el

ámbito nacional, los gobiernos reformistas europeos entraron

en confrontación con poderosos movimientos sindicales

comunistas que demandaban la instauración de gobiernos de

izquierda o centro-izquierda con participación de los

trabajador@s

Ese proceso se desarrolló dentro del ámbito de la guerra fría

declarada entre la Unión Soviética, quien apoyaba y

financiaba los movimientos de independencia y

descolonización, y Estados Unidos cuyo gobierno, al mismo

tiempo que apoyaba y armaba los ejércitos coloniales,

financiaba y asesoraba la política anticomunista y

antisocialista de los gobiernos europeos y compraba la

conciencia de los intelectuales progresistas.

Los gobiernos socialistas se vieron obligados –de mal grado o

de buen grado- a financiar y tratar de ganar militarmente

dichas guerras para defender a las oligarquías dominantes en

sus países, sus propios intereses económicos y su presencia

política en las distintas colonias. Para defender los onerosos

Page 263: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

presupuestos militares y el desgaste político de los partidos

socialistas o socialdemócratas en aquellas tambaleantes

democracias parlamentarias, la dirigencia de los partidos

socialistas o de izquierda tuvo que plegarse a la hegemonía

de Estados Unidos, a aliarse con la derecha para poder

conservar la estabilidad de sus respectivos gobiernos,

haciendo cada vez mayores concesiones, particularmente en

lo atinente a la privatización de las empresas del Estado, el

desmantelamiento del sector público de servicios y el recorte

de las políticas sociales en el campo de la salud y la

seguridad social.

Puesto que la descolonización era y es un proceso indetenible

que amenaza con derrumbar los modos de vida y la buena

marcha de las economías capitalistas nacionales, tanto

europeas como estadounidenses, construidas sobre la

explotación colonial de los pueblos sometidos, los gobiernos

socialistas “neoliberales” o socialdemócratas consideraron y

siguen considerando de manera egoísta que, para conservar

los privilegios de la legitimidad burguesa que ellos

representan, así como el poder y la preeminencia mundial de

su bloque de países capitalistas, era necesario lograr un

acuerdo con la derecha o subsumirse en ella. Para tal fin

remozaron las viejas ideas sobre el Progreso y la Civilización

que tan buenos resultados les habían producido desde el siglo

XIX, utilizando como plataforma los ajustes neoliberales y los

llamados “Tratados de Libre Comercio”. De esta manera, los

Page 264: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

europeos y los angloamericanos nos impusieron otra vez sus

valores culturales y políticos –definidos otra vez como valores

universales- para afirmar su propia dominación y sus

intereses materiales sobre el resto del mundo.

La creación posterior de la Organización del Tratado del

Atlántico Norte (OTAN) y de la Comunidad Europea se

expresó en la aparición de grandes empresas transnacionales

asociadas con las estadounidenses, las cuales asumieron el

papel económico de la metrópoli colonial desempeñado

políticamente por los Estados nacionales europeos

occidentales y Estados Unidos. Sin embargo, la razón social de

las mismas continúa estando en Nueva York, París, Londres,

Madrid, Ámsterdam, Berlín, Bruselas, Roma, etc., contando

con el apoyo irrestricto de sus respetivos gobiernos

nacionales (Borón, 2006: 62-63).

Actuando como el componente ideológico y cultural de

aquella estrategia, las tesis del llamado Progreso Social, la

ideología neoliberal y de la globalización sirven como

instrumentos para orquestar el desmantelamiento tanto de las

estructuras económicas y tecnológicas nacionales como de los

movimientos de independencia nacional en el llamado Tercer

Mundo (Britto Garcia, 2007). De esta manera han logrado

inducir en muchos intelectuales, políticos y profesionales de

Nuestra América la ficción de una cultura universal cuyo

desarrollo sería ineluctable, cuando en verdad se trata

Page 265: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

simplemente de eso, de una estrategia neocolonizadora del

Imperio desplegada a escala mundial. Dicha estrategia apunta

hacia la destrucción de los particularismos culturales

nacionales o a utilizarlos para destruir la unidad nacional de

los países que quieren dominar, como ocurrió con la extinta

Yugoslavia, como ocurre con la Federación Rusa, con Bolivia y

Palestina, como han intentado hacer también con Venezuela.

El método cultural de dicha estrategia política se expresa en

la creación de enclaves neocoloniales en los diferentes países

periféricos a los países capitalistas industrializados, utilizando

la ofensiva mediática para inducir en las culturas nacionales

valores consumistas que potencien los vínculos de lealtad con

las transnacionales productoras de mercancías y servicios.

Dichos enclaves neocoloniales se conforman utilizando las

clases medias y las altas burguesías de los países del Tercer

Mundo, sectores donde se concentra la mayor capacidad

adquisitiva, al mismo tiempo que, vía la educación privada y

religiosa, desnacionalizan la personalidad cultural de los

jóvenes de esas clases medias y les inyectan una ideología

patriarcal, machista, fascista y racista que desvaloriza

particularmente a las mujeres y hombres mulat@s, negr@s o

indígenas de la poblaciones pobres (Sanoja y Vargas-Arenas,

2005ª: 9-18; Vargas-Arenas, 2006: 249-271; 2007a:221-240).

Utilizando también dicha estrategia cultural, la burguesía

española --con su dirigente José Maria Aznar (España, país que

Page 266: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

como consecuencia de la dictadura de Francisco Franco había

quedado a la zaga de Europa), aprovechó aquella coyuntura

para neocolonizar sus antiguas posesiones en Nuestra

América. El Partido Socialista Obrero Español, con base a sus

vínculos con los líderes corruptos de la socialdemocracia y la

democracia cristiana de Nuestra América promovió la captura

-por parte de los capitalistas españoles- de la mayoría de las

compañías nacionales de petróleo, electricidad, de las

comunicaciones, del agua, de los servicios de salud, del

sistema financiero de los países hispanoamericanos,

reviviendo la ideología colonial que comenzó a ser

desarrollada a partir del reinado de Carlos V en el siglo XVI,

ahora conducida por los líderes del PSOE y del actual

movimiento neofalangista: El Partido Popular. Estos ideólogos

neoliberales, muchos de ellos agrupados en la Fundación para

el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), como ya expusimos,

proclaman que el futuro de los países del Tercer Mundo está

hoy estrechamente amarrado a los Estados capitalistas

industriales del Primer Mundo que forman parte de la tradición

de valores políticos occidentales y europeos, particularmente.

Para dicho grupo, el objetivo es disolver cualquier alternativa

socialista viable tales como la cubana o la venezolana, y

lograr mediante la ofensiva mediática internacional, que el

potencial revolucionario representado por la vasta mayoría de

campesinos y pobres del Tercer Mundo no sea capaz de

organizar acciones políticas colectivas sino actos individuales

Page 267: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

de resistencia contra el poder de las oligarquías nacionales,

reacias a concederles la mínima satisfacción de sus

necesidades para la supervivencia como seres humanos

(Patterson, 1999: 180).

Otra estrategia del capitalismo eurocéntrico es la de

promover la influencia del posmodernismo en la enseñanza de

las ciencias sociales en las universidades y centros de

formación de profesor@s para la enseñanza media de Nuestra

América, utilizando también la televisión, la radio y los medios

impresos para deformar la conciencia social de los pueblos. El

objetivo es presentar la historia de las sociedades como un

proceso contingente, indeterminado que engendra un estado

de escepticismo sobre la viabilidad de los cambios sociales,

sobre la coherencia de las identidades culturales y nacionales

de los pueblos, vaciando la realidad de sus contenidos,

convirtiendo todas las nociones fundamentales en meros

envoltorios formales. De esta manera se cuestiona la

posibilidad de que exista una vinculaciòn orgànica entre el

pasado y el presente, se anula la capacidad de un

determinado grupo social para comprender la causalidad de

las acciones del capitalismo, del imperialismo y de las

burguesìas nacionales subordinadas que inciden

negativamente sobre su vida en el momento actual (Dussel,

1998: 267: Vega Cantor, 2007: 398-429).

Las experiencias políticas, tanto del viejo socialismo real del

Page 268: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Bloque Soviético como del eurosocialismo neoliberal

culminaron, por las razones antes expuestas, cooptando este

sistema de ideas conservadoras, finamente construidas por

las antiguas elites progresistas para exaltar el neoliberalismo,

antítesis de todo verdadero progreso social.

La utilización del Darwinismo Social, del concepto de

Civilización Occidental y de pueblos elegidos como sinónimo

del régimen capitalista y del proceso de globalización como

un universal de la Cultura, constituye una puesta al día de la

estrategia de dominación colonial, elaborada y utilizada por

los países capitalistas desarrollados en el siglo XIX. Como

dijese el famoso intelectual ecuatoriano Agustín Cueva (1987),

el éxito del capitalismo europeo y el del estadounidense, así

como de la caricatura de socialismo que él mismo produjo:

“…no parecen pues traducirse por grandes logros económicos

de orden general, sino más bien por resonantes triunfos de la

burguesía como clase, tanto en el nivel propiamente político

como en el ideológico…¨

La resurgencia del marxismo en Nuestra América

En Nuestra América, desde 1945, el imperio colonial de

Estados Unidos se ha visto igualmente envuelto en diversos

conflictos originados por la descolonización y los procesos de

liberación nacional emprendidos por los pueblos de Brasil,

Argentina, México, Guatemala, Haití, Cuba, Nicaragua, Costa

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Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, Colombia,

Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Bolivia y Ecuador.

En casi todos esos países, el Imperio estadounidense impuso a

los pueblos sanguinarias dictaduras militares, seguidas por los

llamados Tratados de Libre Comercio y los ajustes

neoliberales, que constituyen un verdadero instrumento de

intervención colonial, con la complicidad de los enclaves

racistas constituidos por los partidos políticos y los

empresarios, las clases medias, la mayoría de la oficialidad de

los ejércitos nacionales y los jerarcas de la Iglesia Católica.

Ello, ha permitido al Imperio contener, por ahora, el auge de

los movimientos sociales de resistencia en ciertos países,

contribuyendo también a la quiebra de los viejos partidos de

izquierda o de derecha.

En la actualidad, en ciertos países, los movimientos sociales

de resistencia han logrado conquistar los gobiernos, como es

el caso de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador; sin embargo,

en la mayoría de ellos buena parte del poder sigue todavía en

manos de las oligarquías neocoloniales. Para lograr el objetivo

de transformar dichos países en sociedades plenamente

soberanas, se están creando nuevas alianzas para la

cooperación entre Estados tales como el ALBA y el Banco del

ALBA y el previsto Banco del Sur, que promueven procesos

emergentes de acumulación de capitales en esta parte de la

periferia, le confieren carácter institucional a la nueva fase de

integración e independencia nacional que despunta en

Page 270: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Nuestra América.

Los casos de Nicaragua, Chile, Bolivia y Colombia nos ilustran

sobre cómo utiliza Estados Unidos y en general los 8 países

capitalistas más desarrollados, la tesis del progreso Cuando

ellos hablan del progreso se refieren solamente a su propio

progreso, el que beneficia a sus oligarquías financieras, no al

progreso de nuestros pueblos cuyo deber –según ellos- es

mantenerse sometidos a la dictadura de sus enclaves

neocoloniales nacionales, obedientes -a su vez- a las

transnacionales del Imperio.

En Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional,

movimiento progresista dirigido originalmente por

intelectuales de la clase media y sectores progresistas de la

iglesia católica nicaragüense, con el apoyo mayoritario del

pueblo, logró derrocar en 1979 la sangrienta y larga

dictadura de Anastasio Somoza, impuesta por el gobierno de

Estados Unidos luego de la invasión a Nicaragua el año de

1926.

La estampida de buena parte de la clase media y la alta

burguesía nicaraguense hacia Miami, guarida de todos los

fascistas y genocidas escapados de Nuestra América, permitió

a la Revolución Sandinista organizar una estrategia para

recuperar la soberanía nacional y construir una sociedad que

tendía hacia la realización del ideal ético cristiano: confiscar

latifundios y empresas abandonadas por sus dueños para

Page 271: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

confiarlas a cooperativas obreras y campesinas, lanzar

programas sociales de salud, alfabetización, educación y

reforma agraria, así como de reforma de la organización social

y política nicaragüense que apuntaban hacia la instauración

de una sociedad socialista cristiana.

A pesar del apoyo brindado a Nicaragua por el entonces

Bloque Socialista y por Cuba, así como por sectores católicos

y evangélicos de todo el mundo ligados a la Teología de la

Liberación, el Imperio de Estados Unidos logró aislar, bloquear

la empobrecida economía nicaragüense e imponerle, con el

apoyo activo de los otros gobiernos títeres centroamericanos

y suramericanos, una costosa guerra contra-revolucionaria

que determinó finalmente el colapso de la Revolución

Sandinista. El resultado fue la restauración del sistema

capitalista corrupto que, a partir de 1990, profundizó la

explotación y el sometimiento del pueblo nicaragüense,

condenado a una situación de miseria generalizada que sólo

puede compararse con la de Haití. Dicha situación de miseria

se agravó con la imposición, sin consulta popular, de un

Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que ha

terminado por arruinar a los pequeños productores y al pueblo

en general de ese país. La inclusión de Nicaragua en el ALBA y

el desarrollo de nuevos vínculos de cooperación con Irán,

China y Rusia, ayudarían a dicho país a romper con las

cadenas de dependencia y chantaje político con las cuales

intentan maniatarla los gobiernos de Estados Unidos y la

Page 272: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Unión Europea.

Al caso de Nicaragua podemos añadir el ya conocido del

derrocamiento del gobierno socialista de la Unidad Popular en

Chile para imponer un régimen neoliberal, planificado por la

Escuela de Chicago y apuntalado por la grotesca dictadura

militar de Pinochet, así como el grotesco golpe de Estado de

Junio 2009 en Honduras contra el gobierno democrático de

Manuel Zelaya promovido por la CIA y el Pentágono, el cual

tiene como objetivo controlar toda la región del Caribe que

hoy día los pueblos de la ALBA le disputan al imperialismo

estadounidense. De igual manera podemos agregar en esos

mismos terminos la imposición de un Tratado de Libre

comercio a Centroamérica y al pueblo peruano, de un plan de

intervención militar, un régimen neoliberal y un Tratado de

Libre Comercio a Colombia (¿reemplazado ahora por un

convenio financiero con China?), el cual está apuntalado con

la toma del poder por el régimen asesino y sanguinario de la

parapolítica y la narcopolítica colombiana. A esta cadena de

catástrofes sociales podemos agregar el colapso de la

agricultura y la alimentación de la mayoría pobre en México y

América Central provocada por la apertura comercial a la que

los obliga el Tratado de Libre Comercio de América del Norte

(TLCAN). Todos ellos constituyen ejemplos patéticos de los

daños sociales, culturales, económicos y ambientales que

ocasiona la reversión de los procesos de descolonización y

liberación producida por las acciones contrarrevolucionarias

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del imperio estadounidense, tal como ocurrió también en

diversos países africanos. Igual situación

contrarrevolucionaria está siendo promovida en este

momento por el imperio estadounidense en Bolivia para

derrocar el gobierno progresista de Evo Morales y

desestabilizar así los movimientos socialistas de liberación

nacional de Venezuela y Ecuador.

La estrategia política neocolonial, como observamos en el

caso de Venezuela, país cuya cultura está todavía altamente

intervenida por la ideología del american way of life, se facilita

por la existencia de un modo de vida consumista,

desnacionalizador, hecho que no ha sido enfrentado, todavía,

con una política cultural que de manera orgánica estimule el

surgimiento de un modo de vida humanitario y socialista.

Esta circunstancia facilita la penetración de los mensajes

transmitidos por la ofensiva mediática transnacional, dirigidos

a remachar en la población valores consumistas que

consolidan vínculos de lealtad con las transnacionales

productoras de mercancías y servicios (Vargas-Arenas, 2007a:

256-260). Dichos mensajes refuerzan la desnacionalización y

la disociación psicótica de la alta burguesía, la clase media y

las clases populares de los países del Tercer Mundo. Como ya

hemos dicho en páginas anteriores, la educación privada

totalmente controlada por la Iglesia Católica y el Opus Dei

actúan como el medio de reproducción de la ideología

neocolonial sobre la cual se sustenta la penetración política y

Page 274: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

económica de las transnacionales(Vargas-Arenas, 2007ª).

Esa estrategia política neocolonial que está siendo aplicada

por el Imperio a los pueblos “…da lugar a transformaciones

vertiginosas, impide la estabilidad emocional y psicológica de

los venezolanos y produce buen número de desajustados. Con

estímulos que se hacen medios absolutos, sin fines colectivos

e integradores. La pugna de estilos de vida incide sobre los

individuos; crea ansiedades y conflictos. El choque exagera la

arbitrariedad en el uso de los poderes coercitivos para

imponer un estilo sobre otro… contribuye … a consolidar la

dependencia; descartar demandas de libertad y desarrollo

autónomo… cambia la manera de ser del hombre venezolano

y pone en entredicho la identidad y la libertad del pueblo, su

capacidad de poseerse a si mismo…” (Quintero, 1972: 208 y

220).

En el caso de Bolivia en 2008, por ejemplo, la utilización de la

misma estrategia del Imperio debe enfrentar problemas muy

complejos. Por una parte hallamos el carácter étnico

reivindicativo de la mayoría indígena aymara y quechua que

habita el altiplano boliviano y de la mayoría étnica guaraní

que habita el oriente boliviano, opuesta al proyecto de

apartheid fascista y racista que intenta consolidar la

burguesía de Santa Cruz con el apoyo abierto del gobierno de

Estados Unidos, y por el otro un ejército nacional que debe

estar profundamente dividido al igual que el resto del pueblo

Page 275: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

boliviano. Estos son los componentes básicos que podrían

llegar a precipitar una sangrienta guerra civil como la que

campea en Colombia desde hace 60 años si el movimiento

revolucionario no derrota la burguesía fascista que domina las

provincias de la llamada Media Luna. La magnitud de este

hecho se vería agravada por las estrechas redes que vinculan

el movimiento étnico liberador boliviano con similares de

Perú, Ecuador, Colombia y particularmente el Movimiento de

los Sin Tierra de Brasil, quienes combaten el proyecto

imperialista neoliberal de apropiarse todas las tierras

agrícolas de Suramérica. Todos aquellos movimientos

sostienen como premisa común, no aceptar el papel

paternalista y tutelar que asumen las metrópolis imperiales

-con base al falaz discurso victoriano de los Pueblos Elegidos-

sobre la supuesta incapacidad natural de los pueblos

indígenas y mestizos de Nuestra América para gobernar sus

propios países.

Los contenidos políticos esenciales del neoliberalismo, la

globalización y sus instrumentos de intervención, los Tratados

de Libre Comercio, etc., se apoyan en aquellas premisas

neocoloniales que expresan la asimetría existente entre el

país dominante que se considera civilizado y el país que se

somete a la voluntad del dominador, considerado incivilizado.

Por esta razón colonialista, para poder firmar un Tratado de

Libre Comercio con Estados Unidos, el supuesto pueblo

incivilizado debe cambiar prácticamente su sistema

Page 276: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

constitucional, jurídico, cultural, social y económico para

permitir la penetración del país dominante y convertirse en

una inerme marioneta del poder imperial.

Los tratados de libre comercio están diseñados para convertir

la brecha histórica existente entre los países que se

consideran desarrollados y los que éstos llaman

subdesarrollados, en un atraso estructural permanente que se

manifiesta en la proliferación creciente de las condiciones de

pobreza y marginación. Esta relación colonial se manifiesta

simétricamente al interior de los países neocolonizados,

donde existen también enclaves territoriales urbanos de

supuesto progreso material y cultural donde habitan las clases

medias y altas de Nuestra América, alienadas al american

way of life. Dichos enclaves, sean éstos los barrios de clase

media y clase media alta de Chacao, Baruta o Cumbres de

Curumo en Caracas, los estados Zulia, Carabobo, Táchira y

Nueva Esparta, Venezuela, las alcaldías de Santa Cruz en

Bolivia, de Guayaquil en Ecuador, por nombrar solamente

algunos, actúan como instrumentos delegados del Primer

Mundo, del Imperio, para la explotación de las mayorías

empobrecidas y apropiarse como han hecho tradicionalmente

de mayor cantidad de riqueza del PNB que producen las

poblaciones pobres de los barrios y regiones campesinas.

A los fines de poder comprender y transformar todas estas

condiciones de apartheid existentes al interior de nuestros

Page 277: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

propios países, los antropólog@s y científic@s sociales

revolucionarios en general, debemos buscar, tratar de

encontrar en el materialismo histórico nuevas formas de

teorizar y explicar los procesos de transformación social que

plantea la transición hacia la democracia socialista que se

están produciendo actualmente en Nuestra América. Dichos

procesos de transición no son exactamente iguales. Las

circunstancias históricas, sociales y culturales que los

determinan, son muy variadas. La constante en todos los

casos es que la dirección de los procesos es asumida por los

movimientos sociales que actúan en sentido transversal

formando nodos de gran intensidad de tensión e interacción

social.

Ciertamente el crecimiento de aquellos nodos sociales va

desde sociedades menos organizadas hacia sociedades más

organizadas, pero la jerarquía entre los mismos debe estar

determinada por su capacidad para formar redes sociales, no

para constituir pirámides de poder cuyo vértice esté ocupado

por la elite dominante. Las diferencias y asimetrías en el

crecimiento social, cultural y tecnológico se llenan en este

caso por la colaboración solidaria entre pueblos tal como han

acordado Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia y

Ecuador entre 2004 y 2008, no por la imposición de modelos

de dominación (Sanoja, 2008; Sanoja y Vargas-Arenas, 2008;

Vargas Arenas, 2007a).

Page 278: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Tal como fue planteado en 2007 en Venezuela por el fallido

(¡por ahora¡) proyecto de reforma de la constitución

bolivariana, todo lo anterior nos conduce a la necesidad de

saber y establecer cuál debe ser la estructura política y social

de una democracia socialista; definir por ejemplo cuáles

deben ser las formas concretas de la representación y la

participación social de los consejos comunales en el gobierno

de la nación, la participación periódica en los referenda

electorales para la toma democrática de decisiones políticas

que articule los principios del centro de trabajo (empresas de

desarrollo endógeno, consejos obreros, consejos estudiantiles,

etc.,) con el de residencia (consejos comunales, mesas

técnicas, etc.), para que éstos influyan en la manera como el

poder ejecutivo debe gobernar obedeciendo al interés de las

mayorías.

Dentro de los problemas a enfrentar y resolver con carácter

de urgencia está el de la desigualdad y la marginación social

de las mujeres que constituyen en Venezuela y en la mayoría

de países de Nuestra América el motor del socialismo, y el de

normar la relación de las comunidades con el medio

ambiente, secularmente agredido y degradado por el

capitalismo, del cual depende la existencia del estilo de vida

de buena parte de las clases populares, particularmente las

mujeres (Vargas-Arenas, 2006: 259; 2007a: 213-220; Vargas-

Arenas, 2007b: 33-47; Sanoja, 2008).

Page 279: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

Las tendencias del cambio social revolucionario que se

observan en Nuestra América deberían ser el objeto de

estudio primordial de las Ciencias Sociales. Se está

produciendo un fenómeno social y cultural inédito como es el

surgimiento de nuevas formas societarias y culturales, de

nuevas estrategias destinadas a hacer posible la construcción

de sociedades socialistas donde participe libremente la

mayoría del pueblo, no como sujeto paciente sino como sujeto

activo y protagónico que permanentemente imprime su sello

particular en la construcción del nuevo presente.

Para enfrentar la poderosa ofensiva intelectual y mediática

del neoliberalismo y la globalización es necesario revitalizar el

estudio del marxismo en Nuestra América, sistema de

pensamiento interesado en conocer y estudiar la naturaleza y

dirección de los procesos de cambio y transformación de la

sociedad en su conjunto. Ello tiene como finalidad crear un

paradigma científico que nos permita estudiar la historia de

los pueblos de Nuestra América como integrada por procesos

civilizadores socialistas que son factores determinantes tanto

del presente como del futuro de los mismos. Como asentaba

el antropólogo mexicano Héctor Díaz Polanco (en Vargas,

1990: XV):

”…no se puede postular (sin caer en el misticismo, en lo

religioso) que el marxismo es ni será eterno; aunque no

puede negarse que es una concepción transitoria en tanto es

Page 280: Del Capitalismo Al Socialismo Del Siglo XXI. Perspectiva Desde La Antropolog a Cr Tica

histórica y que, por ello mismo, algún día dejará de ser

vigente y tendrá que ser superada; es indudable que en la

actual época histórica (o sea, mientras estén vigentes las

condiciones que lo hicieron posible) el marxismo es

insuperable…”

Para abrir el camino del Socialista del Siglo XXI como

estrategia del cambio histórico, es necesario sobrepasar la

discusión académica sobre la existencia de una línea

universal del desarrollo y el progreso de la humanidad. Es

necesario –como plantea la Arqueología Social- estudiar y

entender la historia de los pueblos desde sus formaciones

sociales originarias, como fundamento de la estrategia para

identificar los diversos agentes sociales y conocer cuáles son

los sujetos históricos, los agentes subjetivos que desmontarán

las estructuras objetivas de dominación, enraizados en dichas

formas históricas específicas de producción, que servirán de

palanca para crear la Humanidad Nueva, la Sociedad Nueva.

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