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1 Dedicatoria Para todos los alumnos, maestros y directivos de las zonas J058, P111 y S043 Para nuestros supervisores escolares porque no imponen la obligación de leer; la promueven como diálogo entre los hombres y ejercicio de la razón.

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Dedicatoria

Para todos los alumnos maestros y directivos de las zonas J058 P111 y S043 Para nuestros supervisores escolares porque no imponen la obligacioacuten de leer la promueven como diaacutelogo entre los hombres y ejercicio de la razoacuten

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Iacutendice

Dedicatoria

Presentacioacuten

Prefacio

El caacutentaro de greda Gabriela Mistral

Leyendas del Sombreroacuten Miguel Aacutengel Asturias

La chascona Pablo Neruda

Cien antildeos de soledad (fragmento) Gabriel

Garciacutea Maacuterquez

El ramo azul Octavio Paz

Los jefes (fragmento) Mario Vargas Llosa

La biblioteca total Jorge Luis Borges

Cuento sin moraleja Julio Cortaacutezar

Chac Mool (fragmento) Carlos Fuentes

El otro yo Mario Benedetti

Dos palabras Isabel Allende

Pedro Paacuteramo (fragmento) Juan Rulfo

Fuentes electroacutenicas

Paacuteginas

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Presentacioacuten

Esta antologiacutea tiene el propoacutesito de compartir el placer de la lectura Contiene una muestra minuacutescula por cierto de la narrativa latinoamericana representada por los maacutes grandes escritores y escritoras del geacutenero iquestCoacutemo elegir autores y obras de un universo tan vasto como el de las letras de Ameacuterica a Latina iquestCoacutemo satisfacer el criterio de la brevedad que se supone debe privar en cualquier antologiacutea Nuestra respuesta ha sido la decisioacuten de escoger en principio a quienes han sido galardonados con el Premio Nobel de Literatura No obstante si bien sus obras son extensas los autores premiados apenas son unos cuantos Gabriela Mistral (Chile 1945) Miguel Aacutengel Asturias (Guatemala 1967) Pablo Neruda (Chile 1971) Gabriel Garciacutea Maacuterquez (Colombia 1982) Octavio Paz (Meacutexico 1990) y Mario Vargas Llosa (Peruacute 2010) Por lo anterior hemos incluido a Jorge Luis Borges (Argentina) Julio Cortaacutezar (Argentina) y Carlos Fuentes (Meacutexico) escritores que son fundamentales pese a no haber sido considerados por la Academia Sueca Tambieacuten estaacuten presentes Mario Benedetti (Uruguay) e Isabel Allende (Peruacute) Ambos han hecho de su obra un testimonio de las difiacuteciles condiciones de vida que han enfrentado los paiacuteses latinoamericanos Por uacuteltimo aparece nuestro querido Juan Rulfo (Meacutexico) Su obra aunque breve es un referente fundamental de la literatura mexicana del siglo XX

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Los autores mencionados (y muchos otros que faltan) hicieron posible que la literatura de Ameacuterica Latina llamara la atencioacuten de Europa y alcanzara un lugar prominente en el panorama mundial Exceptuando a Gabriela Mistral todos los escritores elegidos pertenecen al llamado ldquoBoom Latinoamericanordquo esto es un periacuteodo comprendido que se gesta entre 1940 y 1960 y que en la deacutecada de 1960-1970 se constituye en un fenoacutemeno editorial sin precedentes Cabe destacar que el cuento es el subgeacutenero narrativo con mayor fortaleza La narrativa del Boom se caracteriza al mismo tiempo por una falta de unidad temaacutetica o estiliacutestica y por la construccioacuten de mundos imaginarios que identifican y universalizan las realidades propias de cada paiacutes Esta corriente se ha conocido con el nombre de Realismo Maacutegico y en caso de Borges y otros escritores como Realismo Fantaacutestico Otro aspecto que tienen en comuacuten la mayoriacutea de estos escritores del Boom es su lazo de amistad y admiracioacuten por los ideales de la Revolucioacuten Cubana y el rechazo al sistema capitalista norteamericano De tal suerte que muchas de sus obras fueron escritas en el exilio Por ello son obras autorreferenciales Los recuerdos de la infancia los amores lejanos los hechos histoacutericos son los temas que a traveacutes de las imaacutegenes y las metaacuteforas nos permiten conocer una parte del alma de Latinoameacuterica

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Un uacuteltimo comentario todos los textos proceden de sitios de internet Resulta coacutemodo econoacutemico y satisfactorio contar con un recurso que democratiza la cultura Ciertamente cualquier buacutesqueda implica saber buscar Al hacerlo se aprende y desaprende Queda pues a juicio del lector decidir si la seleccioacuten ha sido afortunada Insistimos en nuestro propoacutesito leer por el simple placer de hacerlo Asiacute que estimado lector te ofrecemos esta pequentildea muestra literaria Esperamos que la disfrutes

Part Ndeg 0122 Instituto Monterrey SC

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 2: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Iacutendice

Dedicatoria

Presentacioacuten

Prefacio

El caacutentaro de greda Gabriela Mistral

Leyendas del Sombreroacuten Miguel Aacutengel Asturias

La chascona Pablo Neruda

Cien antildeos de soledad (fragmento) Gabriel

Garciacutea Maacuterquez

El ramo azul Octavio Paz

Los jefes (fragmento) Mario Vargas Llosa

La biblioteca total Jorge Luis Borges

Cuento sin moraleja Julio Cortaacutezar

Chac Mool (fragmento) Carlos Fuentes

El otro yo Mario Benedetti

Dos palabras Isabel Allende

Pedro Paacuteramo (fragmento) Juan Rulfo

Fuentes electroacutenicas

Paacuteginas

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Presentacioacuten

Esta antologiacutea tiene el propoacutesito de compartir el placer de la lectura Contiene una muestra minuacutescula por cierto de la narrativa latinoamericana representada por los maacutes grandes escritores y escritoras del geacutenero iquestCoacutemo elegir autores y obras de un universo tan vasto como el de las letras de Ameacuterica a Latina iquestCoacutemo satisfacer el criterio de la brevedad que se supone debe privar en cualquier antologiacutea Nuestra respuesta ha sido la decisioacuten de escoger en principio a quienes han sido galardonados con el Premio Nobel de Literatura No obstante si bien sus obras son extensas los autores premiados apenas son unos cuantos Gabriela Mistral (Chile 1945) Miguel Aacutengel Asturias (Guatemala 1967) Pablo Neruda (Chile 1971) Gabriel Garciacutea Maacuterquez (Colombia 1982) Octavio Paz (Meacutexico 1990) y Mario Vargas Llosa (Peruacute 2010) Por lo anterior hemos incluido a Jorge Luis Borges (Argentina) Julio Cortaacutezar (Argentina) y Carlos Fuentes (Meacutexico) escritores que son fundamentales pese a no haber sido considerados por la Academia Sueca Tambieacuten estaacuten presentes Mario Benedetti (Uruguay) e Isabel Allende (Peruacute) Ambos han hecho de su obra un testimonio de las difiacuteciles condiciones de vida que han enfrentado los paiacuteses latinoamericanos Por uacuteltimo aparece nuestro querido Juan Rulfo (Meacutexico) Su obra aunque breve es un referente fundamental de la literatura mexicana del siglo XX

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Los autores mencionados (y muchos otros que faltan) hicieron posible que la literatura de Ameacuterica Latina llamara la atencioacuten de Europa y alcanzara un lugar prominente en el panorama mundial Exceptuando a Gabriela Mistral todos los escritores elegidos pertenecen al llamado ldquoBoom Latinoamericanordquo esto es un periacuteodo comprendido que se gesta entre 1940 y 1960 y que en la deacutecada de 1960-1970 se constituye en un fenoacutemeno editorial sin precedentes Cabe destacar que el cuento es el subgeacutenero narrativo con mayor fortaleza La narrativa del Boom se caracteriza al mismo tiempo por una falta de unidad temaacutetica o estiliacutestica y por la construccioacuten de mundos imaginarios que identifican y universalizan las realidades propias de cada paiacutes Esta corriente se ha conocido con el nombre de Realismo Maacutegico y en caso de Borges y otros escritores como Realismo Fantaacutestico Otro aspecto que tienen en comuacuten la mayoriacutea de estos escritores del Boom es su lazo de amistad y admiracioacuten por los ideales de la Revolucioacuten Cubana y el rechazo al sistema capitalista norteamericano De tal suerte que muchas de sus obras fueron escritas en el exilio Por ello son obras autorreferenciales Los recuerdos de la infancia los amores lejanos los hechos histoacutericos son los temas que a traveacutes de las imaacutegenes y las metaacuteforas nos permiten conocer una parte del alma de Latinoameacuterica

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Un uacuteltimo comentario todos los textos proceden de sitios de internet Resulta coacutemodo econoacutemico y satisfactorio contar con un recurso que democratiza la cultura Ciertamente cualquier buacutesqueda implica saber buscar Al hacerlo se aprende y desaprende Queda pues a juicio del lector decidir si la seleccioacuten ha sido afortunada Insistimos en nuestro propoacutesito leer por el simple placer de hacerlo Asiacute que estimado lector te ofrecemos esta pequentildea muestra literaria Esperamos que la disfrutes

Part Ndeg 0122 Instituto Monterrey SC

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 3: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Presentacioacuten

Esta antologiacutea tiene el propoacutesito de compartir el placer de la lectura Contiene una muestra minuacutescula por cierto de la narrativa latinoamericana representada por los maacutes grandes escritores y escritoras del geacutenero iquestCoacutemo elegir autores y obras de un universo tan vasto como el de las letras de Ameacuterica a Latina iquestCoacutemo satisfacer el criterio de la brevedad que se supone debe privar en cualquier antologiacutea Nuestra respuesta ha sido la decisioacuten de escoger en principio a quienes han sido galardonados con el Premio Nobel de Literatura No obstante si bien sus obras son extensas los autores premiados apenas son unos cuantos Gabriela Mistral (Chile 1945) Miguel Aacutengel Asturias (Guatemala 1967) Pablo Neruda (Chile 1971) Gabriel Garciacutea Maacuterquez (Colombia 1982) Octavio Paz (Meacutexico 1990) y Mario Vargas Llosa (Peruacute 2010) Por lo anterior hemos incluido a Jorge Luis Borges (Argentina) Julio Cortaacutezar (Argentina) y Carlos Fuentes (Meacutexico) escritores que son fundamentales pese a no haber sido considerados por la Academia Sueca Tambieacuten estaacuten presentes Mario Benedetti (Uruguay) e Isabel Allende (Peruacute) Ambos han hecho de su obra un testimonio de las difiacuteciles condiciones de vida que han enfrentado los paiacuteses latinoamericanos Por uacuteltimo aparece nuestro querido Juan Rulfo (Meacutexico) Su obra aunque breve es un referente fundamental de la literatura mexicana del siglo XX

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Los autores mencionados (y muchos otros que faltan) hicieron posible que la literatura de Ameacuterica Latina llamara la atencioacuten de Europa y alcanzara un lugar prominente en el panorama mundial Exceptuando a Gabriela Mistral todos los escritores elegidos pertenecen al llamado ldquoBoom Latinoamericanordquo esto es un periacuteodo comprendido que se gesta entre 1940 y 1960 y que en la deacutecada de 1960-1970 se constituye en un fenoacutemeno editorial sin precedentes Cabe destacar que el cuento es el subgeacutenero narrativo con mayor fortaleza La narrativa del Boom se caracteriza al mismo tiempo por una falta de unidad temaacutetica o estiliacutestica y por la construccioacuten de mundos imaginarios que identifican y universalizan las realidades propias de cada paiacutes Esta corriente se ha conocido con el nombre de Realismo Maacutegico y en caso de Borges y otros escritores como Realismo Fantaacutestico Otro aspecto que tienen en comuacuten la mayoriacutea de estos escritores del Boom es su lazo de amistad y admiracioacuten por los ideales de la Revolucioacuten Cubana y el rechazo al sistema capitalista norteamericano De tal suerte que muchas de sus obras fueron escritas en el exilio Por ello son obras autorreferenciales Los recuerdos de la infancia los amores lejanos los hechos histoacutericos son los temas que a traveacutes de las imaacutegenes y las metaacuteforas nos permiten conocer una parte del alma de Latinoameacuterica

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Un uacuteltimo comentario todos los textos proceden de sitios de internet Resulta coacutemodo econoacutemico y satisfactorio contar con un recurso que democratiza la cultura Ciertamente cualquier buacutesqueda implica saber buscar Al hacerlo se aprende y desaprende Queda pues a juicio del lector decidir si la seleccioacuten ha sido afortunada Insistimos en nuestro propoacutesito leer por el simple placer de hacerlo Asiacute que estimado lector te ofrecemos esta pequentildea muestra literaria Esperamos que la disfrutes

Part Ndeg 0122 Instituto Monterrey SC

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

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y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 4: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Los autores mencionados (y muchos otros que faltan) hicieron posible que la literatura de Ameacuterica Latina llamara la atencioacuten de Europa y alcanzara un lugar prominente en el panorama mundial Exceptuando a Gabriela Mistral todos los escritores elegidos pertenecen al llamado ldquoBoom Latinoamericanordquo esto es un periacuteodo comprendido que se gesta entre 1940 y 1960 y que en la deacutecada de 1960-1970 se constituye en un fenoacutemeno editorial sin precedentes Cabe destacar que el cuento es el subgeacutenero narrativo con mayor fortaleza La narrativa del Boom se caracteriza al mismo tiempo por una falta de unidad temaacutetica o estiliacutestica y por la construccioacuten de mundos imaginarios que identifican y universalizan las realidades propias de cada paiacutes Esta corriente se ha conocido con el nombre de Realismo Maacutegico y en caso de Borges y otros escritores como Realismo Fantaacutestico Otro aspecto que tienen en comuacuten la mayoriacutea de estos escritores del Boom es su lazo de amistad y admiracioacuten por los ideales de la Revolucioacuten Cubana y el rechazo al sistema capitalista norteamericano De tal suerte que muchas de sus obras fueron escritas en el exilio Por ello son obras autorreferenciales Los recuerdos de la infancia los amores lejanos los hechos histoacutericos son los temas que a traveacutes de las imaacutegenes y las metaacuteforas nos permiten conocer una parte del alma de Latinoameacuterica

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Un uacuteltimo comentario todos los textos proceden de sitios de internet Resulta coacutemodo econoacutemico y satisfactorio contar con un recurso que democratiza la cultura Ciertamente cualquier buacutesqueda implica saber buscar Al hacerlo se aprende y desaprende Queda pues a juicio del lector decidir si la seleccioacuten ha sido afortunada Insistimos en nuestro propoacutesito leer por el simple placer de hacerlo Asiacute que estimado lector te ofrecemos esta pequentildea muestra literaria Esperamos que la disfrutes

Part Ndeg 0122 Instituto Monterrey SC

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 5: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Un uacuteltimo comentario todos los textos proceden de sitios de internet Resulta coacutemodo econoacutemico y satisfactorio contar con un recurso que democratiza la cultura Ciertamente cualquier buacutesqueda implica saber buscar Al hacerlo se aprende y desaprende Queda pues a juicio del lector decidir si la seleccioacuten ha sido afortunada Insistimos en nuestro propoacutesito leer por el simple placer de hacerlo Asiacute que estimado lector te ofrecemos esta pequentildea muestra literaria Esperamos que la disfrutes

Part Ndeg 0122 Instituto Monterrey SC

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 6: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Prefacio

Antes de presentar las obras seleccionadas permiacutetasenos compartir las reflexiones de Borges en torno a la lectura y su concepcioacuten de ensentildearla Borges como maestro de la Facultad de Filosofiacutea y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde 1957 hasta 1968 en sus cursos prescindiacutea de la historia literaria y ofreciacutea a los estudiantes la lectura de textos sin obligarlos ldquohellip la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda tanto valdriacutea hablar de felicidad obligatoriardquo1 En sus exaacutemenes nada preguntaba solo pediacutea al estudiante ldquohellip haacuteblenos de Shakespeare haacuteblenos de Shawhelliprdquo2 Borges sosteniacutea que ldquomaestro no es quien ensentildea hechos aislados [hellip] ya que en tal caso una enciclopedia seriacutea mejor que un hombre Maestro es quien ensentildea con el ejemplo una manera de tratar con las cosas un estilo geneacuterico de enfrentarse con el incesante y vario universordquo3 En este sentido Borges coincide con Joseacute Martiacute ldquoAsesino alevoso ingrato a Dios y enemigo de los hombres es el que so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas les ensentildea un cuacutemulo aislado y absurdo de doctrinashelliprdquo4

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 7: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Podemos apreciar dos cosmovisiones de la educacioacuten literaria en este caso pero que puede generalizarse a otros campos la primera la educacioacuten como preparacioacuten para la vida por medio de una cantidad de conocimientos sacados de un almaceacuten la segunda la educacioacuten para ldquocultivar el almardquo5 idea de procedencia platoacutenica (el cuidado del alma) presente en el Modernismo (movimiento literario tambieacuten latinoamericano) Con Borges inicia una nueva pedagogiacutea literaria el comentario del profesor abre la obra se trata de la revelacioacuten en palabras abierta a otro y a los otros

hellip uno puede ensentildear no las cosas de los libros pero siacute del amor de esos libros el amor de estos textos Y hay autores bueno de las cuales yo soy indigno entonces no hablo de ellos Porque si uno habla de un autor debe ser para revelarlo a otro Es decir lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes El hecho de que sean contemporaacuteneos de que hayan muerto hace siglos de que pertenezcan a tal o cual religioacuten es lo de menos Lo importante es revelar la belleza y uno puede revelar la belleza que uno ha sentido

6 (Las negritas son nuestras)

1 2 3 4 5

y 6 Todas las citas proceden de libros del propio

Jorge Luis Borges y de Joseacute Martiacute o de otros escritos acerca

del primero y pueden confrontarse en el texto de Anna Houskovaacute ldquoDedicatorias y proacutelogos de Borgesrdquo en Saacutenchez

Garay Elizabeth y Roberto Saacutenchez Beniacutetez (coordinadores)

Literatura latinoamericana Historia imaginacioacuten y fantasiacutea

Meacutexico Plaza y Valdeacutes 2007 pp 102 y 103

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 8: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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El caacutentaro de greda

(Texto completo) Caacutentaro de greda moreno como mi mejilla iexcltan faacutecil que eres a mi sed Mejor que tuacute el labio de la fuente abierto allaacute abajo en la quebrada pero estaacute lejos y en esta noche de verano no puedo descender hacia ella Yo te colmo cada mantildeana lentamente religiosamente El agua canta primero al caer cuando quedas en silencio con la boca temblorosa beso el agua pagaacutendole su servicio Eres gracioso y fuerte caacutentaro moreno Te pareces al pecho de una campesina que me amamantoacute cuando rendiacute el seno de mi madre Y yo me acuerdo de ella miraacutendote y te palpo con ternura los contornos Ella ha muerto pero tal vez su seno te esponjoacute para seguir refrescaacutendome la boca con sed Porque ella me amaba iquestTuacute me ves los labios secos Son labios que trajeron muchas sedes la de Dios la de la Belleza la del Amor Ninguna de estas cosas fue como tuacute sencilla y doacutecil y las tres siguen blanqueando mis labios En las noches te dejo bajo el cielo para que caigan en tu cuello las gotas de rociacuteo por si tambieacuten tuvieras sed Y es que pienso que como yo puedes tener la apariencia de la plenitud y estar vaciado

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

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23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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Como te amo bebo en tu mismo labio sostenieacutendote con mi brazo iquestSi en su silencio suentildeas con el abrazo de alguien te doy la ilusioacuten de que lo tienes iquestSientes en todo esto mi amor En el verano pongo debajo de ti una arenilla dorada y huacutemeda para que no te tajee el calor y una vez te cubriacute tiernamente una quebrajadura con barro fresco Fui torpe para muchas faenas pero siempre he querido ser la dulce duentildea la que coge con temblor de dulzura las cosas por si entendieras por si padecieras como yo Mantildeana cuando vaya al campo cortareacute las hierbas buenas para traeacutertelas y sumergirlas en tu agua iexclSentiraacutes el campo en el olor de mis manos Caacutentaro de greda eres maacutes bueno para miacute que muchos que dijeron ser buenos iexclYo quiero que todos los pobres tengan como yo un caacutentaro fresco para sus labios con amargura

Gabriela Mistral

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 10: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Leyenda del Sombreroacuten

(Texto completo)

El sombreroacuten recorre los portales

En aquel apartado rincoacuten del mundo tierra prometida a una Reina por un Navegante loco la mano religiosa habiacutea construido el maacutes hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatriacutea del hombremdashel pecado maacutes abominable a los ojos de Diosmdash y al abrigo de los tiempo de montantildeas y volcanes deteniacutean con sus inmensas moles Los religiosos encargados del culto corderos de corazoacuten de leoacuten por flaqueza humana sed de conocimientos vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradicioacuten espiritual que acarreaban navegantes y cleacuterigos se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofiacutea descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto que como se sabraacute el Diacutea del juicio olvidaacutebanse de abrir al templo despueacutes de llamar a misa y de cerrarlo concluidos los oficios Y era de ver y era de oiacuter y de saber las discusiones en que por diacuteas y noches se enredaban los mas eruditos trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados los maacutes raros y refundidos Y era de ver y era de oiacuter y de saber la plaacutecida tertulia de los poetas el dulce arrebato de los muacutesicos y la inaplazable labor de los pintores todos entregados a construir mundos

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 11: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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sobrenaturales con los recados y privilegios del arte Reza en viejas croacutenicas entre apostillas frondosas de letra irregular que a nada se redujo la conversacioacuten de los filoacutesofos y los sabios pues ni mencionan sus nombres para confundirles la Suprema Sabiduriacutea les hizo oiacuter una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada y diz que cavilaban en tamantildeos errores De los artistas no hay mayores noticias Nada se sabe de los muacutesicos En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imaacutegenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin nuacutemero de volcanes Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron deben haber sido tristes y espantildeoles Eran admirables Los literatos componiacutean en verso pero de su obra soacutelo se conocen palabras sueltas Prosigamos Mucho me he detenido en contar cuentos viejos como dice Bernal Diacuteaz del Castillo en La Conquista de Nueva Espantildea historia que escribioacute para contradecir a otro historiador en suma lo que hacen los historiadores Prosigamos con los monjes

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 12: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Entre los unos sabios y filoacutesofos y los otros artistas y locos habiacutea uno a quien llamaban a secas el Monje por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aqueacutellos en los pasatiempos de eacutestos juzgaacutendoles a todos viacutectimas del demonio El Monje viviacutea en oracioacuten dulces y buenos diacuteas cuando acertoacute a pasar por la calle que circunda los muros del convento un nintildeo jugando con una pelotita de hule Y sucedioacute Y sucedioacute repito para tomar aliento que por la pequentildea y uacutenica ventana de su celda en uno de los rebotes coloacutese la pelotita El religioso que leiacutea la Anunciacioacuten de Nuestra Sentildeora en un libro de antes vio entrar el cuerpecito extrantildeo no sin turbarse entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared pared y piso hasta perder el impulso y rodar a sus pies como un pajarito muerto iexclLo sobrenatural Un escalofriacuteo le cepilloacute la espalda El corazoacuten le daba martillazos como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcaacutengel Poco necesitoacute sin embargo para recobrarse y reiacuter entre dientes de la pelotita Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento agachoacutese para tomarla del suelo y devolverla y a devolverla iba cuando una alegriacutea inexplicable le hizo cambiar de

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 13: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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pensamiento su contacto le produjo gozos de santo gozos de artista gozos de nintildeo Sorprendido sin abrir bien sus ojillos de elefante caacutelidos y castos la apretoacute con toda la mano como quien hace un carintildeo y la dejoacute caer en seguida como quien suelta una brasa mas la pelotita caprichosa y coqueta dando un rebote en el piso devolvioacutese a sus manos tan aacutegil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina maacutes oscura de la celda como el que ha cometido un crimen Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita Si su primer intento habiacutea sido devolverla ahora no pensaba en semejante cosa palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto recreaacutendose en su blancura de armintildeo tentado de llevaacutersela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas mdashiexclLa Tierra debe ser esto en manos del Creador mdashpensoacute No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos mdashrebotadora inquietudmdash devolvieacutendose en el acto con voluntad extrantildea tras un salto como una inquietud mdashiquestExtrantildea o diaboacutelica Frunciacutea las cejas mdashbrochas en las que la atencioacuten riega dentiacutefrico invisiblemdashy tras vanos temores

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 14: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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reconciliaacutebase con la pelotita digna de eacutel y de toda alma justa por su afaacuten elaacutestico de levantarse al cielo Y asiacute fue como en aquel convento en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofiacutea el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita Nubes cielo tamarindos Ni un alma en la pereza del camino De vez en cuando el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comieacutendose el silencio El diacutea saliacutea de las narices de los bueyes blanco caliente perfumado A la puerta del templo esperaba el monje despueacutes de llamar a misa la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que habiacutea olvidado en la celda iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca repetiacutease mentalmente Luego de viva voz y entonces el eco contestaba en la iglesia saltando como un pensamiento iexclTan liviana tan aacutegil tan blanca Seriacutea una laacutestima perderla Esto le apenaba arreglaacutendoselas para afirmar que no la perderiacutea que nunca le seriacutea infiel que con eacutel la enterrariacutean tan liviana tan aacutegil tan blanca iquestY si fuese el demonio Una sonrisa disipaba sus temores era menos endemoniada que el Arte las Ciencias y la Filosofiacutea y para no dejarse mal aconsejar por el miedo tornaba a las andadas tentando de ir a

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 15: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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traerla enjuagaacutendose con ella de rebote en rebote tan liviana tan aacutegil tan blanca Por los caminosmdashauacuten no habiacutea calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcarmdash llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes sin que el religioso se diera cuenta arrobado como estaba en sus pensamientos La iglesia era de piedras grandes pero en la hondura del cielo sus torres y cuacutepula perdiacutean peso hacieacutendose ligeras aliviadas sutiles Teniacutea tres puertas mayores en la entrada principal y entre ellas grupos de columnas salomoacutenicas y altares dorados y boacutevedas y pisos de un suave color azul Los santos estaban como peces inmoacuteviles en el acuoso resplandor del templo Por la atmoacutesfera sosegada se esparciacutean tuteos de palomas balidos de ganados trotes de recuas gritos de arrieros Los gritos abriacuteanse como lazos en argollas infinitas abarcaacutendolo todo alas besos cantos Los rebantildeos al ir subiendo por las colinas formaban caminos blancos que al cabo se borraban Caminos blancos caminos moacuteviles caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mantildeana azul mdashiexclBuenos diacuteas le deacute Dios sentildeor La voz de una mujer sacoacute al monje de sus pensamientos Traiacutea de la mano a un nintildeo triste mdashiexclVengo sentildeor a que por vida suya le eche los Evangelios a mi hijo que desde hace diacuteas estaacute llora que llora desde que perdioacute aquiacute al costado del

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 16: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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convento una pelota que ha de saber su merced los vecinos aseguraban era la imagen del demonio ( tan liviana tan aacutegil tan blanca ) El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto y dando la espalda a la madre y al nintildeo escapoacute hacia su celda sin decir palabra con los ojos nublados y los brazos en alto Llegar alliacute y despedir la pelotita todo fue uno mdashiexclLejos de miacute Sataacuten iexclLejos de miacute Sataacuten La pelota cayoacute fuera del conventomdashfiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertadmdash y dando su salto inusitado abrioacutese como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del nintildeo que corriacutea tras ella Era el sombrero del demonio Y asiacute nace al mundo el Sombreroacuten

De Leyendas de Guatemala (1930)

Miguel Aacutengel Asturias

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 17: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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La chascona

(Texto completo)

La piedra y los clavos la tabla la teja se unieron he aquiacute levantada la casa chascona con agua que

corre escribiendo en su idioma las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario

ramaje hasta que la escala y sus muros supieron su

nombre y la flor encrespada la vida y su alado zarcillo las hojas de higuera que como estandartes de

razas remotas cerniacutean sus alas oscuras sobre tu cabeza

el muro de azul victorioso el oacutenix abstracto del suelo

tus ojos mis ojos estaacuten derramados de roca y madera

por todos los sitios los diacuteas febriles la paz que construye

Mi casa tu casa tu suentildeo en mis ojos tu sangre siguiendo el

camino del cuerpo que duerme como una paloma cerrada en sus alas inmoacutevil

persigue el vuelo y el tiempo recoge en su copa tu suentildeo y el miacuteo

en la casa que apenas nacioacute de las manos despiertas

La noche encontrada por fin en la nave que tuacute y yo

construimos la paz de madera olorosa que sigue con paacutejaros

que sigue el susurro del viento perdido en las hojas y de las raiacuteces que comen la paz suculenta del

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 18: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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humus mientras sobreviene sobre miacute dormida la luna del

agua como una paloma del bosque del sur que dirige el

dominio del cielo del aire del viento sombriacuteo que te

pertenece dormida durmiendo en la casa que hicieron tus

manos delgada en el suentildeo en el germen del humus

nocturno y multiplicada en la sombra como el crecimiento del

trigo Dorada la tierra te dio la armadura del trigo

el color que los hornos cocieron con barro y delicia la piel que no es blanca ni es negra ni roja ni verde que tiene el color de la arena del pan de la lluvia

del sol de la pura madera del viento tu carne color de campana color de alimento

fragante iexcltu carne que forma la nave y encierra la ola

De tantas delgadas estrellas que mi alma recoge en

la noche recibo el rociacuteo que el diacutea convierte en ceniza

y bebo la copa de estrellas difuntas llorando las laacutegrimas

de todos los hombres de los prisioneros de los carceleros

y todas las manos me buscan mostrando una llaga mostrando el dolor el suplicio o la brusca

esperanza y asiacute sin que el cielo y la tierra me dejen tranquilo asiacute consumido por otros dolores que cambian de

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 19: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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rostro recibo el sol y en el diacutea la estatua de tu claridad

y en la sombra en la luna en el suentildeo el racimo del reino

el contacto que induce a mi sangre a cantar en la muerte

La miel bienamada la ilustre dulzura del viaje

completo y auacuten entre largos caminos

fundamos en Valparaiacuteso una torre por maacutes que en tus pies encontreacute mis raiacuteces

perdidas tuacute y yo mantuvimos abierta la puerta del mar

insepulto y asiacute destinamos a la Sebastiana el deber de llamar

los naviacuteos y ver bajo el humo del puerto la rosa incitante

el camino cortado en el agua por el hombre y sus mercaderiacuteas

Pero azul y rosado roiacutedo y amargo entreabierto entre sus telarantildeas he aquiacute sostenieacutendose en

hilos en untildeas en enredaderas

he aquiacute victorioso harapiento color de campana y de miel

he aquiacute bermelloacuten y amarillo purpuacutereo plateado violeta

sombriacuteo y alegre secreto y abierto como una sandiacutea

el puerto y la puerta de Chile el manto radiante de Valparaiacuteso

padecimientos el sol resbalando en la oscura

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 20: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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mirada en los ojos maacutes bellos del mundo

Yo te convideacute a la alegriacutea de un puerto agarrado a la furia del oleaje metido en el friacuteo del uacuteltimo

oceacuteano viviendo en peligro hermosa es la nave sombriacutea

la luz vesperal de los meses antaacuterticos la nave de techo amaranto

el puntildeado de velas o casas o vidas y se sostuvieron cayeacutendose en el terremoto que

abriacutea y cerraba el infierno tomaacutendose al fin de la mano los hombres

los muros las cosas unidos y desvencijados en el estertor planetario

Pablo Neruda

La Chascona es el nombre que Neruda dio a su casa en Santiago ubicada a los pies del cerro San Cristoacutebal Aquiacute tratoacute de recuperar el entorno de su infancia su tierra natal en el sur de Chile En ella vivioacute junto a Matilde Urrutia quien maacutes tarde tuvo que hacerse cargo de su restauracioacuten tras los graves dantildeos sufridos durante el golpe de estado de 1973 Consultado en httpwwwnerudauchileclchasconahtml

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 21: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Cien antildeos de soledad

(Fragmento) Muchos antildeos despueacutes frente al pelotoacuten de fusilamiento el coronel Aureliano Buendiacutea habiacutea de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevoacute a conocer el hielo Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cantildeabrava construidas a la orilla de un riacuteo de aguas diaacutefanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistoacutericos El mundo era tan reciente que muchas cosas careciacutean de nombre y para mencionarlas habiacutea que sentildealariacuteas con el dedo Todos los antildeos por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos Primero llevaron el imaacuten Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrioacuten que se presentoacute con el nombre de Melquiades hizo una truculenta demostracioacuten puacuteblica de lo que eacutel mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metaacutelicos y todo el mundo se espantoacute al ver que los calderos las pailas las tenazas y los anafes se caiacutean de su sitio y las maderas crujiacutean por la desesperacioacuten de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse y aun los objetos perdidos desde haciacutea mucho tiempo apareciacutean por donde maacutes se les habiacutea buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detraacutes de los fierros maacutegicos de Melquiacuteades laquoLas cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con aacutespero acento- todo es cuestioacuten de despertarles el aacutenimaraquo Joseacute Arcadio Buendiacutea cuya desaforada

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 22: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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imaginacioacuten iba siempre maacutes lejos que el ingenio de la naturaleza y aun maacutes allaacute del milagro y la magia pensoacute que era posible servirse de aquella invencioacuten inuacutetil para desentrantildear el oro de la tierra Melquiacuteades que era un hombre honrado le previno laquoPara eso no sirveraquo Pero Joseacute Arcadio Buendiacutea no creiacutea en aquel tiempo en la honradez de los gitanos asiacute que cambioacute su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados Uacutersula Iguaraacuten su mujer que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio domeacutestico no consiguioacute disuadirlo laquoMuy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casaraquo replicoacute su marido Durante varios meses se empentildeoacute en demostrar el acierto de sus conjeturas Exploroacute palmo a palmo la regioacuten inclusive el fondo del riacuteo arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiacuteades Lo uacutenico que logroacute desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de oacutexido cuyo interior teniacutea la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras Cuando Joseacute Arcadio Buendiacutea y los cuatro hombres de su expedicioacuten lograron desarticular la armadura encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer En marzo volvieron los gitanos Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamantildeo de un tambor que exhibieron como el uacuteltimo descubrimiento de los judiacuteos de Amsterdam Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa Mediante el pago de cinco reales la gente se asomaba al catalejo y veiacutea a la gitana al alcance de su mano

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 23: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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laquoLa ciencia ha eliminado las distanciasraquo pregonaba Melquiacuteades laquoDentro de poco el hombre podraacute ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra sin moverse de su casaraquo Un mediodiacutea ardiente hicieron una asombrosa demostracioacuten con la lupa gigantesca pusieron un montoacuten de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentracioacuten de los rayos solares Joseacute Arcadio Buendiacutea que auacuten no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes concibioacute la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra Melquiacuteades otra vez tratoacute de disuadirlo Pero terminoacute por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa Uacutersula lloroacute de consternacioacuten Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre habiacutea acumulado en toda una vida de privaciones y que ella habiacutea enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasioacuten para invertiriacuteas Joseacute Arcadio Buendiacutea no tratoacute siquiera de consolarla entregado por entero a sus experimentos taacutecticos con la abnegacioacuten de un cientiacutefico y aun a riesgo de su propia vida Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga se expuso eacutel mismo a la concentracioacuten de los rayos solares y sufrioacute quemaduras que se convirtieron en uacutelceras y tardaron mucho tiempo en sanar Ante las protestas de su mujer alarmada por tan peligrosa inventiva estuvo a punto de incendiar la casa Pasaba largas horas en su cuarto haciendo caacutelculos sobre las posibilidades estrateacutegicas de su arma novedosa hasta que logroacute componer un manual de una asombrosa claridad didaacutectica y un poder de conviccioacuten irresistible Lo envioacute a las autoridades acompantildeado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 24: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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explicativos al cuidado de un mensajero que atravesoacute la sierra y se extravioacute en pantanos desmesurados remontoacute riacuteos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras la desesperacioacuten y la peste antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible Joseacute Arcadio Buendiacutea prometiacutea intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno con el fin de hacer demostraciones praacutecticas de su invento ante los poderes militares y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar Durante varios antildeos esperoacute la respuesta Por uacuteltimo cansado de esperar se lamentoacute ante Melquiacuteades del fracaso de su iniciativa y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez le devolvioacute los doblones a cambio de la lupa y le dejoacute ademaacutes unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegacioacuten De su puntildeo y letra escribioacute una apretada siacutentesis de los estudios del monje Hermann que dejoacute a su disposicioacuten para que pudiera servirse del astrolabio la bruacutejula y el sextante Joseacute Arcadio Buendiacutea pasoacute los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyoacute en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos Habiendo abandonado por completo las obligaciones domeacutesticas permanecioacute noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros y estuvo a punto de contraer una insolacioacuten por tratar de establecer un meacutetodo exacto para encontrar el mediodiacutea Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos tuvo una nocioacuten del espacio que le permitioacute navegar por mares incoacutegnitos visitar territorios deshabitados y trabar relacioacuten con seres espleacutendidos sin necesidad de abandonar su gabinete Fue eacutesa la eacutepoca en que adquirioacute el haacutebito de hablar a solas paseaacutendose por

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 25: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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la casa sin hacer caso de nadie mientras Uacutersula y los nintildeos se partiacutean el espinazo en la huerta cuidando el plaacutetano y la malanga la yuca y el ntildeame la ahuyama y la berenjena De pronto sin ninguacuten anuncio su actividad febril se interrumpioacute y fue sustituida por una especie de fascinacioacuten Estuvo varios diacuteas como hechizado repitieacutendose a siacute mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas sin dar creacutedito a su propio entendimiento Por fin un martes de diciembre a la hora del almuerzo soltoacute de un golpe toda la carga de su tormento Los nintildeos habiacutean de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentoacute a la cabecera de la mesa temblando de fiebre devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginacioacuten y les reveloacute su descubrimiento -La tierra es redonda como una naranja

Gabriel Garciacutea Maacuterquez

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 26: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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El ramo azul

(Texto completo) Desperteacute cubierto de sudor Del piso de ladrillos rojos recieacuten regados subiacutea un vapor caliente Una mariposa de alas grisaacuteceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento Salteacute de la hamaca y descalzo atraveseacute el cuarto cuidando no pisar alguacuten alacraacuten salido de su escondrijo a tomar el fresco Me acerqueacute al ventanillo y aspireacute el aire del campo Se oiacutea la respiracioacuten de la noche enorme femenina Regreseacute al centro de la habitacioacuten vacieacute el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedeciacute la toalla Me froteacute el torso y las piernas con el trapo empapado me sequeacute un poco y tras de cerciorarme que ninguacuten bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa me vestiacute y calceacute Bajeacute saltando la escalera pintada de verde En la puerta del mesoacuten tropeceacute con el duentildeo sujeto tuerto y reticente Sentado en una sillita de tule fumaba con el ojo entrecerrado Con voz ronca me preguntoacute -iquestDoacutende va sentildeor -A dar una vuelta Hace mucho calor -Hum todo estaacute ya cerrado Y no hay alumbrado aquiacute Maacutes le valiera quedarse Alceacute los hombros musiteacute ldquoahora vuelvordquo y me metiacute en lo oscuro Al principio no veiacutea nada Camineacute a tientas por la calle empedrada Encendiacute un cigarrillo De pronto salioacute la luna de una nube negra iluminando un muro blanco desmoronado a trechos Me detuve ciego ante tanta blancura Soploacute un poco de viento Respireacute el aire de los tamarindos Vibraba la noche

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 27: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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llena de hojas e insectos Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas Alceacute la cara arriba tambieacuten habiacutean establecido campamento las estrellas Penseacute que el universo era un vasto sistema de sentildeales una conversacioacuten entre seres inmensos Mis actos el serrucho del grillo el parpadeo de la estrella no eran sino pausas y siacutelabas frases dispersas de aquel diaacutelogo iquestCuaacutel seriacutea esa palabra de la cual yo era una siacutelaba iquestQuieacuten dice esa palabra y a quieacuten se la dice Tireacute el cigarrillo sobre la banqueta Al caer describioacute una curva luminosa arrojando breves chispas como un cometa minuacutesculo Camineacute largo rato despacio Me sentiacutea libre seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad La noche era un jardiacuten de ojos Al cruzar la calle sentiacute que alguien se desprendiacutea de una puerta Me volviacute pero no acerteacute a distinguir nada Apreteacute el paso Unos instantes percibiacute unos huaraches sobre las piedras calientes No quise volverme aunque sentiacutea que la sombra se acercaba cada vez maacutes Intenteacute correr No pude Me detuve en seco bruscamente Antes de que pudiese defenderme sentiacute la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce -No se mueva sentildeor o se lo entierro Sin volver la cara pregunte -iquestQueacute quieres -Sus ojos sentildeor ndashcontestoacute la voz suave casi apenada

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 28: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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-iquestMis ojos iquestPara queacute te serviraacuten mis ojos Mira aquiacute tengo un poco de dinero No es mucho pero es algo Te dareacute todo lo que tengo si me dejas No vayas a matarme -No tenga miedo sentildeor No lo matareacute Nada maacutes voy a sacarle los ojos -Pero iquestpara queacute quieres mis ojos -Es un capricho de mi novia Quiere un ramito de ojos azules y por aquiacute hay pocos que los tengan -Mis ojos no te sirven No son azules sino amarillos -Ay sentildeor no quiera engantildearme Bien seacute que los tiene azules -No se le sacan a un cristiano los ojos asiacute Te dareacute otra cosa -No se haga el remilgoso me dijo con dureza Deacute la vuelta Me volviacute Era pequentildeo y fraacutegil El sombrero de palma la cubriacutea medio rostro Sosteniacutea con el brazo derecho un machete de campo que brillaba con la luz de la luna -Aluacutembrese la cara Encendiacute y me acerqueacute la llama al rostro El resplandor me hizo entrecerrar los ojos El apartoacute mis paacuterpados con mano firme No podiacutea ver bien Se alzoacute sobre las puntas de los pies y me contemploacute intensamente

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 29: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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La llama me quemaba los dedos La arrojeacute Permanecioacute un instante silencioso -iquestYa te convenciste No los tengo azules -iexclAh queacute mantildeoso es usted ndashrespondioacute- A ver encienda otra vez Froteacute otro foacutesforo y lo acerqueacute a mis ojos Tiraacutendome de la manga me ordenoacute -Arrodiacutellese Mi hinqueacute Con una mano me cogioacute por los cabellos echaacutendome la cabeza hacia atraacutes Se inclinoacute sobre miacute curioso y tenso mientras el machete descendiacutea lentamente hasta rozar mis paacuterpados Cerreacute los ojos -Aacutebralos bien ndashordenoacute Abriacute los ojos La llamita me quemaba las pestantildeas Me soltoacute de improviso -Pues no son azules sentildeor Dispense Y desparecioacute Me acodeacute junto al muro con la cabeza entre las manos Luego me incorporeacute A tropezones cayendo y levantaacutendome corriacute durante una hora por el pueblo desierto Cuando llegueacute a la plaza vi al duentildeo del mesoacuten sentado auacuten frente a la puerta Entreacute sin decir palabra Al diacutea siguiente huiacute de aquel pueblo

Octavio Paz

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 30: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Los jefes

(Fragmento)

Javier se adelantoacute por un segundo mdashiexclPito mdashgritoacute ya de pie La tensioacuten se quebroacute violentamente como una explosioacuten Todos estaacutebamos parados el doctor Abaacutesalo teniacutea la boca abierta Enrojeciacutea apretando los puntildeos Cuando recobraacutendose levantaba una mano y pareciacutea a punto lanzar un sermoacuten el pito sonoacute de verdad Salimos corriendo con estreacutepito enloquecidos azuzados por el graznido de cuervo de Amaya que avanzaba volteando carpetas El patio estaba sacudido por los gritos Los de cuarto y tercero habiacutean salido antes formaban un gran ciacuterculo que se meciacutea bajo el polvo Casi con nosotros entraron los de primero y segundo traiacutean nuevas frases agresivas maacutes odio El ciacuterculo crecioacute La indignacioacuten era unaacutenime en la Media (La Primaria teniacutea un patio pequentildeo de mosaicos azules en el ala opuesta del colegio) mdashQuiere fregarnos el serrano mdashSiacute Maldito sea Nadie hablaba de los exaacutemenes finales El fulgor de las pupilas las vociferaciones el escaacutendalo indicaban que habiacutea llegado el momento de enfrentar al director De pronto dejeacute de hacer esfuerzos por contenerme y comenceacute a recorrer

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 31: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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febrilmente los grupos laquoiquestnos friega y nos callamosraquo laquoHay que hacer algoraquo laquoHay que hacerle algoraquo Una mano feacuterrea me extrajo del centro del ciacuterculo mdashTuacute no mdashdijo Javiermdash No te metas Te expulsan Y lo sabes mdashAhora no me importa Me las va a pagar todas Es mi oportunidad iquestves Hagamos que formen En voz baja fuimos repitiendo por el patio de oiacutedo en oiacutedo laquoformen filasraquo laquoa formar raacutepidoraquo mdash iexclFormemos las filas mdashEl vozarroacuten de Raygada vibroacute en el aire sofocante de la mantildeana Muchos a la vez corearon mdash iexclA formar iexclA formar Los inspectores Gallardo y Romero vieron entonces sorprendidos que de pronto decaiacutea el bullicio y se organizaban las filas antes de concluir el recreo Estaban apoyados en la pared junto a la sala de profesores frente a nosotros y nos miraban nerviosamente Luego se miraron entre ellos En la puerta habiacutean aparecido algunos profesores tambieacuten estaban extrantildeados El inspector Gallardo se aproximoacute mdash iexclOigan mdashgritoacute desconcertadomdash Todaviacutea no

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 32: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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mdashCalla mdashrepuso alguien desde atraacutesmdash iexclCalla Gallardo maricoacuten Gallardo se puso paacutelido A grandes pasos con gesto amenazador invadioacute las filas A su espalda varios gritaban laquo iexclGallardo maricoacutenraquo mdashMarchemos mdashdijemdash Demos vueltas al patio Primero los de quinto Comenzamos a marchar Taconeaacutebamos con fuerza hasta dolernos los pies A la segunda vuelta mdashformaacutebamos un rectaacutengulo perfecto ajustado a las dimensiones del patiomdash Javier Raygada Leoacuten y yo principiamos mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio El coro se hizo general mdash iexclMaacutes fuerte mdashprorrumpioacute la voz de alguien que yo odiaba Lumdash iexclGriten De inmediato el voceriacuteo aumentoacute hasta ensordecer mdashHo-ra-rio ho-ra-rio ho-ra-rio Los profesores cautamente habiacutean desaparecido cerrando tras ellos la puerta de la Sala Al pasar los de quinto junto al rincoacuten donde Teobaldo vendiacutea fruta sobre un madero dijo algo que no oiacutemos

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 33: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Moviacutea las manos como alentaacutendonos laquoPuercoraquo penseacute Los gritos arreciaban Pero ni el compaacutes de la marcha ni el estiacutemulo de los chillidos bastaban para disimular que estaacutebamos asustados Aquella espera era angustiosa iquestPor queacute tardaba en salir Aparentando valor auacuten repetiacuteamos la frase mas habiacutean comenzado a mirarse unos a otros y se escuchaban de cuando en cuando agudas risitas forzadas laquoNo debo pensar en nada me deciacutea Ahora noraquo Ya me costaba trabajo gritar estaba ronco y me ardiacutea la garganta De pronto casi sin saberlo miraba el cielo perseguiacutea a un gallinazo que planeaba suavemente sobre el colegio bajo una boacuteveda azul liacutempida y profunda alumbrada por un disco amarillo en un costado como un lunar Bajeacute la cabeza raacutepidamente Pequentildeo amoratado Ferrufino habiacutea aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo Los pasitos breves y chuecos como de pato que lo acercaban interrumpiacutean abusivamente el silencio que habiacutea reinado de improviso sorprendieacutendome (La puerta de la sala de profesores se abre asoma un rostro diminuto coacutemico Estrada quiere espiarnos ve al director a unos pasos velozmente se hunde su mano infantil cierra la puerta) Ferrufino estaba frente a nosotros recorriacutea desorbitado los grupos de estudiantes enmudecidos Se habiacutean deshecho las filas algunos corrieron a los bantildeos otros rodeaban

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 34: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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desesperadamente la cantina de Teobaldo Javier Raygada Leoacuten y yo quedamos inmoacuteviles mdashNo tengan miedomdashdije pero nadie me oyoacute porque simultaacuteneamente habiacutea dicho el director mdashToque el pito Gallardo De nuevo se organizaron las hileras esta vez con lentitud El calor no era todaviacutea excesivo pero ya padeciacuteamos cierto sopor una especie de aburrimiento laquoSe cansaron mdashmurmuroacute Javiermdash Maloraquo Y advirtioacute furioso mdash iexclCuidado con hablar Otros propagaron el aviso mdashNo mdashdijemdash Espera Se pondraacuten como fieras apenas hable Ferrufino Pasaron algunos segundos de silencio de sospechosa gravedad antes de que fueacuteramos levantando la vista uno por uno hacia aquel hombrecito vestido de gris Estaba con las manos enlazadas sobre el vientre los pies juntos quieto mdashNo quiero saber quieacuten inicioacute este tumultomdashrecitaba Un actor el tono de su voz pausado suave las palabras casi cordiales su postura de estatua eran cuidadosamente afectadas iquestHabriacutea estado ensayaacutendose solo en su despachomdash Actos como eacuteste son una verguumlenza para ustedes para el colegio y para miacute He tenido mucha

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 35: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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paciencia demasiada oacuteiganlo bien con el promotor de estos desoacuterdenes Pero ha llegado al liacutemite iquestYo o Lu Una interminable y aacutevida lengua de fuego lamiacutea mi espalda mi cuello mis mejillas a medida que los ojos de toda la Media iban girando hasta encontrarme iquestMe miraba Lu iquestTeniacutea envidia iquestMe miraban los coyotes Desde atraacutes alguien palmeoacute mi brazo dos veces alentaacutendome El director habloacute largamente sobre Dios la disciplina y los valores supremos del espiacuteritu Dijo que las puertas de la direccioacuten estaban siempre abiertas que los valientes de verdad debiacutean dar la cara mdashDar la cara mdashrepitioacute ahora era autoritariomdash es decir hablar de frente hablarme a miacute mdash iexclNo seas imbeacutecil mdashdije raacutepidomdash iexclNo seas imbeacutecil Pero Raygada ya habiacutea levantado su mano al mismo tiempo que daba un paso a la izquierda abandonando la formacioacuten Una sonrisa complaciente cruzoacute la boca de Ferrufino y desaparecioacute de inmediato mdashEscucho Raygada mdashdijo A medida que eacuteste hablaba sus palabras le inyectaban valor Llegoacute incluso en un momento a agitar sus brazos dramaacuteticamente Afirmoacute que no eacuteramos malos y que amaacutebamos el colegio y a

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 36: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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nuestros maestros recordoacute que la juventud era impulsiva En nombre de todos pidioacute disculpas Luego tartamudeoacute pero siguioacute adelante mdashNosotros le pedimos sentildeor director que ponga horarios de exaacutemenes como en antildeos anteriores mdashSe calloacute asustado mdashAnote Gallardo mdashdijo Ferrutfnomdash El alumno Raygada vendraacute a estudiar la proacutexima semana todos los diacuteas hasta las nueve de la noche mdashHizo una pausamdash El motivo figuraraacute en la libreta por rebelarse contra una disposicioacuten pedagoacutegica mdashSentildeor director mdashRaygada estaba liacutevido mdashMe parece justo mdashsusurroacute Javiermdash Por bruto

Mario Vargas Llosa

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 37: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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La biblioteca total (Texto completo)

El capricho o imaginacioacuten o utopiacutea de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos que no es difiacutecil confundir con virtudes Maravilla en primer lugar el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea Ciertos ejemplos que Aristoacuteteles atribuye a Demoacutecrito y a Leucipo la prefiguran con claridad pero su tardiacuteo inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz (Entre Demoacutecrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa) Sus conexiones son ilustres y muacuteltiples estaacute relacionada con el atomismo y con el anaacutelisis combinatorio con la tipografiacutea y con el azar En la obra El certamen con la tortuga (Berliacuten 1929) el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivacioacuten o parodia de la maacutequina mental de Raimundo Lulio yo agregariacutea que es un avatar tipograacutefico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui por los pitagoacutericos o por Nietzsche regresa eternamente El maacutes antiguo de los textos que la vislumbran estaacute en el primer libro de la Metafiacutesica de Aristoacuteteles

Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogoniacutea de Leucipo la formacioacuten del mundo por la fortuita conjuncioacuten de los aacutetomos El escritor observa que lo aacutetomos que esa conjetura requiere son homogeacuteneos y que sus diferencias proceden de la posicioacuten del orden o de la forma

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 38: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Para ilustrar esas distinciones antildeade A difiere de N por la forma AN de NA por el orden Z de N por la posicioacuten En el tratado De la generacioacuten y corrupcioacuten quiere acordar la variedad de las cosas

visibles con la simplicidad de los aacutetomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir de las veinticuatro letras del alfabeto Pasan trescientos antildeos y Marco Tulio Ciceroacuten compone un indeciso diaacutelogo esceacuteptico y lo titula iroacutenicamente De la naturaleza de los dioses En el

segundo libro uno de los interlocutores arguye No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos soacutelidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosiacutesimo que vemos El que juzga posible esto tambieacuten podraacute creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro con las veintiuna letras del alfabeto pueden resultar estampados los Anales de Ennio Ignoro si la casualidad podraacute hacer que se lea un solo verso1 La imagen tipograacutefica de Ciceroacuten logra una larga vida A mediados del siglo XVII figura en un discurso acadeacutemico de Pascal Swift a principios del siglo XVIII la destaca en el preaacutembulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des ideacutees reccedilues de Flaubert

Siglo y medio maacutes tarde tres hombres justifican a Demoacutecrito y refutan a Ciceroacuten En tan desaforado

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 39: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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espacio de tiempo el vocabulario y las metaacuteforas de la poleacutemica son distintos Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los caracteres de oro acabaraacuten por componer un verso latino si los arrojan un nuacutemero suficiente de veces dice que media docena de monos provistos de maacutequinas de escribir produciraacuten en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2 Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela oniacuterica Sylvie and Bruno -antildeo 1893- que

siendo limitado el nuacutemero de palabras que comprende un idioma lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros Muy pronto -dice- los literatos no se preguntaraacuten iquestqueacute libro escribireacute sino iquestcuaacutel libro Lasswitz animado por Fechner imagina la Biblioteca Total Publica su invencioacuten en el tomo de relatos fantaacutesticos Traumkristalle La idea baacutesica de Lasswitz es la de Carroll pero los elementos de su juego son los universales siacutembolos ortograacuteficos no las palabras de un idioma El nuacutemero de tales elementos -letras espacios llaves puntos suspensivos guarismos- es reducido y puede reducirse algo maacutes El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua) a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayuacutesculas Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeracioacuten o reducirse a dos como en la notacioacuten binaria de Leibniz Puede limitarse la puntuacioacuten a la coma y al punto Puede no haber acentos como en latiacuten A

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 40: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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fuerza de simplificaciones anaacutelogas llega Kurd Lasswitz a veinticinco siacutembolos suficientes (veintidoacutes letras el espacio el punto la coma) cuyas variaciones con repeticioacuten abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas El conjunto de tales variaciones integrariacutea una Biblioteca Total de tamantildeo astronoacutemico Lasswitz insta a los hombres a producir mecaacutenicamente esa Biblioteca inhumana que organizariacutea el azar y que eliminariacutea a la inteligencia (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecucioacuten y las

dimensiones de esa obra imposible) Todo estaraacute en sus ciegos voluacutemenes Todo la historia minuciosa del porvenir Los egipcios de

Esquilo el nuacutemero preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcoacuten el secreto y verdadero nombre de Roma la enciclopedia que hubiera edificado Novalis mis suentildeos y entresuentildeos en el alba del catorce de agosto de 1934 la demostracioacuten del teorema de Pierre Fermat los no escritos capiacutetulos de Edwin Drood esos mismos capiacutetulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas las paradojas que ideoacute Berkeley acerca del Tiempo y que no publicoacute los libros de hierro de Urizen las prematuras epifaniacuteas de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil antildeos nada querraacuten decir el evangelio gnoacutestico de Basiacutelides el cantar que cantaron las sirenas el cataacutelogo fiel de la Biblioteca la demostracioacuten de la falacia de ese cataacutelogo Todo pero por una liacutenea razonable o una justa noticia habraacute millones de insensatas cacofoniacuteas de faacuterragos verbales y de incoherencias Todo pero

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 41: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el diacutea y en los que habita el caos- les hayan otorgado una paacutegina tolerable Uno de los haacutebitos de la mente es la invencioacuten de imaginaciones horribles Ha inventado el Infierno ha inventado la predestinacioacuten al Infierno ha imaginado las ideas platoacutenicas la quimera la esfinge los anormales nuacutemeros transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo) las maacutescaras los espejos las oacuteperas la teratoloacutegica Trinidad el Padre el Hijo y el Espectro insoluble articulados en un solo organismo Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno la vasta Biblioteca contradictoria cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira

Jorge Luis Borges

1- No teniendo a la vista el original copio la versioacuten espantildeola de Meneacutendez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Ciceroacuten tomo tercero p88) Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que eacutestas son de oro no es imposible que el ilustre biblioacutefago haya donado el oro y haya retirado la bolsa 2- Bastariacutea en rigor con un solo mono inmortal

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 42: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Cuento sin moraleja

(Texto completo) Un hombre vendiacutea gritos y palabras y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutiacutea los precios y solicitaba descuentos El hombre accediacutea casi siempre y asiacute pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros algunos suspiros que le compraban sentildeoras rentistas y palabras para consignas esloacuteganes membretes y falsas ocurrencias Por fin el hombre supo que habiacutea llegado la hora y pidioacute audiencia al tiranuelo del paiacutes que se pareciacutea a todos sus colegas y lo recibioacute rodeado de generales secretarios y tazas de cafeacute -Vengo a venderle sus uacuteltimas palabras -dijo el hombre- Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo -Traduciacute lo que dice- mandoacute el tiranuelo a su interprete -Habla en argentino Excelencia -iquestEn argentino iquestY por queacute no entiendo nada - Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre- Repito que vengo a venderle sus uacuteltimas palabras El tiranuelo se puso en pie como es de praacutectica en estas circunstancias y reprimiendo un temblor mandoacute que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos -Es laacutestima- dijo el

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 43: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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hombre mientras se lo llevaban- En realidad usted querraacute decir sus uacuteltimas palabras cuando llegue el momento y necesitaraacute decirlas para configurar faacutecilmente un destino histoacuterico retrospectivo Lo que yo iba a venderle es lo que usted querraacute decir de modo que no hay engantildeo Pero como no acepta el negocio como no va a aprender por adelantado esas palabras cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podraacute decirlas -iquestPor queacute no podreacute decirlas si son las que he de querer decir -preguntoacute el tiranuelo ya frente a otra taza de cafeacute -Porque el miedo no lo dejaraacute -dijo tristemente el hombre- Como estaraacute con una soga al cuello en camisa y temblando de frio los dientes se le entrechocaran y no podraacute articular palabra El verdugo y los asistentes entre los cuales habraacute alguno de estos sentildeores esperaraacuten por decoro un par de minutos pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y suacuteplicas de perdoacuten (porque eso si lo articularaacute sin esfuerzo) se impacientaraacuten y lo ahorcaraacuten Muy indignados los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre Pero el tiranuelo que estaba paacutelido como la muerte los echoacute a empellones y se encerroacute con el hombre para comprar sus uacuteltimas palabras Entretanto los generales y secretarios humilladiacutesimos por el trato recibido prepararon un levantamiento y a la mantildeana siguiente prendieron

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 44: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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al tiranuelo mientras comiacutea uvas en su glorieta preferida Para que no pudiera decir sus uacuteltimas palabras lo mataron en el acto pegaacutendole un tiro Despueacutes se pusieron a buscar al hombre que habiacutea desaparecido de la casa de gobierno y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis Metieacutendolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las uacuteltimas palabras del tiranuelo Como no pudieron arrancarle la confesioacuten lo mataron a puntapieacutes Los vendedores callejeros que le habiacutean comprado gritos siguieron gritaacutendolos en las esquinas y uno de esos gritos sirvioacute maacutes adelante como santo y sentildea de la contrarrevolucioacuten que acaboacute con los generales y los secretarios Algunos antes de morir pensaron confusamente que todo aquello habiacutea sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse aunque parezca absurdo Y se fueron pudriendo todos el tiranuelo el hombre y los generales y secretarios pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas

Julio Cortaacutezar

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 45: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Chac Mool

(Fragmento)

Hace poco tiempo Filiberto murioacute ahogado en Acapulco Sucedioacute en Semana Santa Aunque habiacutea sido despedido de su empleo en la Secretariacutea Filiberto no pudo resistir la tentacioacuten burocraacutetica de ir como todos los antildeos a la pensioacuten alemana comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical bailar el Saacutebado de Gloria en La Quebrada y sentirse ldquogente conocidardquo en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos Claro sabiacuteamos que en su juventud habiacutea nadado bien pero ahora a los cuarenta y tan desmejorado como se le veiacutea iexclintentar salvar a la medianoche el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta Frau Muumlller no permitioacute que se le velara a pesar de ser un cliente tan antiguo en la pensioacuten por el contrario esa noche organizoacute un baile en la terracita sofocada mientras Filiberto esperaba muy paacutelido dentro de su caja a que saliera el camioacuten matutino de la terminal y pasoacute acompantildeado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida Cuando llegueacute muy temprano a vigilar el embarque del feacuteretro Filiberto estaba bajo un tuacutemulo de cocos el chofer dijo que lo acomodaacuteramos raacutepidamente en el toldo y lo cubrieacuteramos con lonas para que no se espantaran los pasajeros y a ver si no le habiacuteamos echado la sal al viaje Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz Mientras desayunaba huevos y

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 46: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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chorizo abriacute el cartapacio de Filiberto recogido el diacutea anterior junto con sus otras pertenencias en la pensioacuten de los Muumlller Doscientos pesos Un perioacutedico derogado de la ciudad de Meacutexico Cachos de loteriacutea El pasaje de ida -iquestsoacutelo de ida Y el cuaderno barato de hojas cuadriculadas y tapas de papel maacutermol Me aventureacute a leerlo a pesar de las curvas el hedor a voacutemitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo Recordariacutea -siacute empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina quizaacute sabriacutea al fin por queacute fue declinado olvidando sus deberes por queacute dictaba oficios sin sentido ni nuacutemero ni ldquoSufragio Efectivo No Reeleccioacutenrdquo Por queacute en fin fue corrido olvidaba la pensioacuten sin respetar los escalafones ldquoHoy fui a arreglar lo de mi pensioacuten El Licenciado amabiliacutesimo Saliacute tan contento que decidiacute gastar cinco pesos en un cafeacute Es el mismo al que iacutebamos de joacutevenes y al que ahora nunca concurro porque me recuerda que a los veinte antildeos podiacutea darme maacutes lujos que a los cuarenta Entonces todos estaacutebamos en un mismo plano hubieacuteramos rechazado con energiacutea cualquier opinioacuten peyorativa hacia los compantildeeros de hecho libraacutebamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutiacutean por su baja extraccioacuten o falta de elegancia Yo sabiacutea que muchos de ellos (quizaacute los maacutes humildes) llegariacutean muy alto y aquiacute en la Escuela se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compantildeiacutea cursariacuteamos el mar braviacuteo No no fue

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 47: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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asiacute No hubo reglas Muchos de los humildes se quedaron alliacute muchos llegaron maacutes arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas amables tertulias Otros que pareciacuteamos prometerlo todo nos quedamos a la mitad del camino destripados en un examen extracurricular aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron En fin hoy volviacute a sentarme en las sillas modernizadas -tambieacuten hay como barricada de una invasioacuten una fuente de sodas- y pretendiacute leer expedientes Vi a muchos antiguos compantildeeros cambiados amneacutesicos retocados de luz neoacuten proacutesperos Con el cafeacute que casi no reconociacutea con la ciudad misma habiacutean ido cincelaacutendose a ritmo distinto del miacuteo No ya no me reconociacutean o no me queriacutean reconocer A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y raacutepida sobre el hombro Adioacutes viejo queacute tal Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club Me disfraceacute detraacutes de los expedientes Desfilaron en mi memoria los antildeos de las grandes ilusiones de los pronoacutesticos felices y tambieacuten todas las omisiones que impidieron su realizacioacuten Sentiacute la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de alguacuten rompecabezas abandonado pero el arcoacuten de los juguetes se va olvidando y al cabo iquestquieacuten sabraacute doacutende fueron a dar los soldados de plomo los cascos las espadas de madera Los disfraces tan queridos no fueron maacutes que eso Y sin embargo habiacutea habido constancia disciplina apego al deber iquestNo era suficiente o sobraba En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke La gran recompensa de la

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 48: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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aventura de juventud debe ser la muerte joacutevenes debemos partir con todos nuestros secretos Hoy no tendriacutea que volver la mirada a las ciudades de sal iquestCinco pesos Dos de propinardquo ldquoPepe aparte de su pasioacuten por el derecho mercantil gusta de teorizar Me vio salir de Catedral y juntos nos encaminamos a Palacio Eacutel es descreiacutedo pero no le basta en media cuadra tuvo que fabricar una teoriacutea Que si yo no fuera mexicano no adorariacutea a Cristo y -No mira parece evidente Llegan los espantildeoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coaacutegulo con el costado herido clavado en una cruz Sacrificado Ofrendado iquestQueacute cosa maacutes natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial a toda tu vida figuacuterate en cambio que Meacutexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murioacute de indigestioacuten Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por eacutel sino que incluso va a que le arranquen el corazoacuten iexclcaramba jaque mate a Huitzilopochtli El cristianismo en su sentido caacutelido sangriento de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongacioacuten natural y novedosa de la religioacuten indiacutegena Los aspectos caridad amor y la otra mejilla en cambio son rechazados Y todo en Meacutexico es eso hay que matar a los hombres para poder creer en ellos

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 49: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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ldquoPepe conociacutea mi aficioacuten desde joven por ciertas formas de arte indiacutegena mexicana Yo colecciono estatuillas iacutedolos cacharros Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacaacuten Acaso por esto le guste relacionar todas las teoriacuteas que elabora para mi consumo con estos temas Por cierto que busco una reacuteplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato Voy a ir el domingo ldquoUn guasoacuten pintoacute de rojo el agua del garrafoacuten en la oficina con la consiguiente perturbacioacuten de las labores He debido consignarlo al Director a quien soacutelo le dio mucha risa El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el diacutea entero todos en torno al agua Chrdquo ldquoHoy domingo aprovecheacute para ir a la Lagunilla Encontreacute el Chac Mool en la tienducha que me sentildealoacute Pepe Es una pieza preciosa de tamantildeo natural y aunque el marchante asegura su originalidad lo dudo La piedra es corriente pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al iacutedolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura ldquoEl traslado a la casa me costoacute maacutes que la adquisicioacuten Pero ya estaacute aquiacute por el momento en el soacutetano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso ese fue su elemento y condicioacuten

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 50: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del soacutetano alliacute es un simple bulto agoacutenico y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz El comerciante teniacutea un foco que iluminaba verticalmente en la escultura recortando todas sus aristas y daacutendole una expresioacuten maacutes amable Habraacute que seguir su ejemplordquo ldquoAmaneciacute con la tuberiacutea descompuesta Incauto dejeacute correr el agua de la cocina y se desbordoacute corrioacute por el piso y llego hasta el soacutetano sin que me percatara El Chac Mool resiste la humedad pero mis maletas sufrieron Todo esto en diacutea de labores me obligoacute a llegar tarde a la oficinardquo ldquoVinieron por fin a arreglar la tuberiacutea Las maletas torcidas Y el Chac Mool con lama en la baserdquo ldquoDesperteacute a la una habiacutea escuchado un quejido terrible Penseacute en ladrones Pura imaginacioacutenrdquo ldquoLos lamentos nocturnos han seguido No seacute a queacute atribuirlo pero estoy nervioso Para colmo de males la tuberiacutea volvioacute a descomponerse y las lluvias se han colado inundando el soacutetanordquo ldquoEl plomero no viene estoy desesperado Del Departamento del Distrito Federal maacutes vale no hablar Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi soacutetano Los quejidos han cesado vaya una cosa por otrardquo

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 51: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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ldquoSecaron el soacutetano y el Chac Mool estaacute cubierto de lama Le da un aspecto grotesco porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde salvo los ojos que han permanecido de piedra Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos y tomar el piso maacutes alto para evitar estas tragedias acuaacuteticas Pero yo no puedo dejar este caseroacuten ciertamente es muy grande para miacute solo un poco luacutegubre en su arquitectura porfiriana Pero es la uacutenica herencia y recuerdo de mis padres No seacute queacute me dariacutea ver una fuente de sodas con sinfonola en el soacutetano y una tienda de decoracioacuten en la planta bajardquo ldquoFui a raspar el musgo del Chac Mool con una espaacutetula Pareciacutea ser ya parte de la piedra fue labor de maacutes de una hora y soacutelo a las seis de la tarde pude terminar No se distinguiacutea muy bien la penumbra al finalizar el trabajo seguiacute con la mano los contornos de la piedra Cada vez que lo repasaba el bloque pareciacutea reblandecerse No quise creerlo era ya casi una pasta Este mercader de la Lagunilla me ha timado Su escultura precolombina es puro yeso y la humedad acabaraacute por arruinarla Le he echado encima unos trapos mantildeana la pasareacute a la pieza de arriba antes de que sufra un deterioro totalrdquo ldquoLos trapos han caiacutedo al suelo increiacuteble Volviacute a palpar el Chac Mool Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra No quiero escribirlo hay en el torso algo de la textura de la

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 52: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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carne al apretar los brazos los siento de goma siento que algo circula por esa figura recostada Volviacute a bajar en la noche No cabe duda el Chac Mool tiene vello en los brazosrdquo ldquoEsto nunca me habiacutea sucedido Tergiverseacute los asuntos en la oficina gireacute una orden de pago que no estaba autorizada y el Director tuvo que llamarme la atencioacuten Quizaacute me mostreacute hasta descorteacutes con los compantildeeros Tendreacute que ver a un meacutedico saber si es mi imaginacioacuten o delirio o queacute y deshacerme de ese maldito Chac Moolrdquo Hasta aquiacute la escritura de Filiberto era la antigua la que tantas veces vi en formas y memoranda ancha y ovalada La entrada del 25 de agosto sin embargo pareciacutea escrita por otra persona A veces como nintildeo separando trabajosamente cada letra otras nerviosa hasta diluirse en lo ininteligible Hay tres diacuteas vaciacuteos y el relato continuacutea [hellip]

Carlos Fuentes

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 53: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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El Nintildeo Cinco Mil Millones

(Texto completo)

En un diacutea del antildeo 1987 nacioacute el nintildeo Cinco Mil Millones Vino sin etiqueta asiacute que podiacutea ser negro blanco amarillo etc Muchos paiacuteses en ese diacutea eligieron al azar un nintildeo Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto Sin embargo el verdadero nintildeo Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energiacuteas para su primer llanto Mucho antes de nacer ya teniacutea hambre Un hambre atroz Un hambre vieja Cuando por fin movioacute sus dedos eacutestos tocaron tierra seca Cuarteada y seca Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas Tambieacuten con el esqueleto del nintildeo 4999999999 El verdadero nintildeo Cinco Mil Millones teniacutea hambre y sed pero su madre teniacutea maacutes hambre y maacutes sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta Junto a ella el abuelo del nintildeo teniacutea hambre y sed maacutes antiguas auacuten y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer Una semana despueacutes el nintildeo Cinco Mil Millones era un minuacutesculo esqueleto y en consecuencia disminuyoacute en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado

Mario Benedetti

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 54: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Dos palabras

(Texto completo) Teniacutea el nombre de Belisa Crepusculario pero no por fe de bautismo o acierto de su madre sino porque ella misma lo buscoacute hasta encontrarlo y se vistioacute con eacutel Su oficio era vender palabras Recorriacutea el paiacutes desde las regiones maacutes altas y friacuteas hasta las costas calientes instalaacutendose en las ferias y en los mercados donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo bajo el cual se protegiacutea del sol y de la lluvia para atender a su clientela No necesitaba pregonar su mercaderiacutea porque de tanto caminar por aquiacute y por alliacute todos la conociacutean Habiacutea quienes la aguardaban de un antildeo para otro y cuando apareciacutea por la aldea con su atado bajo el brazo haciacutea cola frente a su tenderete Vendiacutea a precios justos Por cinco centavos entregaba versos de memoria por siete mejoraba la calidad de los suentildeos por nueve escribiacutea cartas de enamorados por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables Tambieacuten vendiacutea cuentos pero no eran cuentos de fantasiacutea sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada Asiacute llevaba las nuevas de un pueblo a otro La gente le pagaba por agregar una o dos liacuteneas nacioacute un nintildeo murioacute fulano se casaron nuestros hijos se quemaron las cosechas En cada lugar se juntaba una pequentildea multitud a su alrededor para oiacuterla cuando comenzaba a hablar y asiacute se enteraban de las vidas de otros de los parientes lejanos de los pormenores de la Guerra Civil A quien le comprara cincuenta centavos ella

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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le regalaba una palabra secreta para espantar la melancoliacutea No era la misma para todos por supuesto porque eso habriacutea sido un engantildeo colectivo Cada uno recibiacutea la suya con la certeza de que nadie maacutes la empleaba para ese fin en el universo y maacutes allaacute

Belisa Crepusculario habiacutea nacido en una familia tan miacutesera que ni siquiera poseiacutea nombres para llamar a sus hijos Vino al mundo y crecioacute en la regioacuten maacutes inhoacutespita donde algunos antildeos las lluvias se convierten en avalanchas de agua que se llevan todo y en otros no cae ni una gota del cielo el sol se agranda hasta ocupar el Horizonte entero y el mundo se convierte en un desierto Hasta que cumplioacute doce antildeos no tuvo otra ocupacioacuten ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos Durante una interminable sequiacutea le tocoacute enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendioacute que llegaba su turno decidioacute echar a andar por las llanuras en direccioacuten al mar a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte La tierra estaba erosionada partida en profundas grietas sembrada de piedras foacutesiles de aacuterboles y de arbustos espinudos esqueletos le animales blanqueados por el calor De vez en cuando tropezaba con familias que como ella iban hacia el sur siguiendo el espejismo del agua Algunos habiacutean iniciado la marcha llevando sus pertenencias al hombro o en carretillas pero apenas podiacutean mover sus propios huesos y a poco andar debiacutean abandonar sus cosas Se arrastraban penosamente con la piel convertida en cuero de

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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lagarto y sus ojos quemados por la reverberacioacuten de la luz Belisa los saludaba con un gesto al pasar pero no se deteniacutea porque no podiacutea gastar sus fuerzas en ejercicios de compasioacuten Muchos cayeron por el camino pero ella era tan tozuda que consiguioacute atravesar el infierno y arriboacute por fin a los primeros manantiales finos hilos de agua casi invisibles que alimentaban una vegetacioacuten raquiacutetica y que maacutes adelante se convertiacutean en riachuelos y esteros

Belisa Crepusculario salvoacute la vida y ademaacutes descubrioacute por casualidad la escritura Al llegar a una aldea en las proximidades de la costa el viento colocoacute a sus pies una hoja de perioacutedico Ella tomoacute aquel papel amarillo y quebradizo y estuvo largo rato observaacutendolo sin adivinar su uso hasta que la curiosidad pudo rnaacutes que su timidez Se acercoacute a un hombre que lavaba un caballo en el mismo charco turbio donde ella saciara su sed

--iquestQueacute es esto--preguntoacute

--La paacutegina deportiva del perioacutedico--replicoacute el hombre sin dar muestras de asombro ante su ignorancia

La respuesta dejoacute atoacutenita a la muchacha pero no quiso parecer descarada y se limitoacute a inquirir el significado de las patitas de mosca dibujadas sobre el papel

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 57: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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--Son palabras nintildea Alliacute dice que Fulgencio Barba noqueoacute al Nero Tiznao en el tercer round

Ese diacutea Belisa Crepusculario se enteroacute que las palabras andan sueltas sin duentildeo y cualquiera con un poco de mantildea puede apoderaacuterselas para comerciar con ellas Consideroacute su situacioacuten y concluyoacute que aparte de prostituirse o emplearse como sirvienta en las cocinas de los ricos eran pocas las ocupaciones que podiacutea desempentildear Vender palabras le parecioacute una alternativa decente A partir de ese momento ejercioacute esa profesioacuten y nunca le interesoacute otra Al principio ofreciacutea su mercanciacutea sin sospechar que las palabras podiacutean tambieacuten escribirse fuera de los perioacutedicos Cuando lo supo calculoacute las infinitas proyecciones de su negocio con sus ahorros le pagoacute veinte pesos a un cura para que le ensentildeara a leer y escribir y con los tres que le sobraron se comproacute un diccionario Lo revisoacute desde la A hasta la Z y luego lo lanzoacute al mar porque no era su intencioacuten estafar a los clientes con palabras envasadas

Varios antildeos despueacutes en una mantildeana de agosto se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensioacuten desde haciacutea diecisiete antildeos Era diacutea de mercado y habiacutea mucho bullicio a su alrededor Se escucharon de pronto galopes y gritos ella levantoacute los ojos de la escritura y vio primero una nube de polvo y enseguida un grupo de jinetes que irrumpioacute

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 58: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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en el lugar Se trataba de los hombres del Coronel que veniacutean al mando del Mulato un gigante conocido en toda la zona por la rapidez de su cuchillo y la lealtad hacia su jefe Ambos el Coronel y el Mulato habiacutean pasado sus vidas ocupados en la Guerra Civil y sus nombres estaban irremisiblemente unidos al estropicio y la calamidad Los guerreros entraron al pueblo como un rebantildeo en estampida envueltos en ruido bantildeados de sudor y dejando a su paso un espanto de huracaacuten Salieron volando las gallinas dispararon a perderse los perros corrieron las mujeres con sus hijos y no quedoacute en el sitio del mercado otra alma viviente que Belisa Crepusculario quien no habiacutea visto jamaacutes al Mulato y por lo mismo le extrantildeoacute que se dirigiera a ella

--A ti te busco--le gritoacute sentildealaacutendola con su laacutetigo enrollado y antes que terminara de decirlo dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando el toldo y rompiendo el tintero la ataron de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato Emprendieron galope en direccioacuten a las colinas

Horas maacutes tarde cuando Belisa Crepusculario estaba a punto de morir con el corazoacuten convertido en arena por las sacudidas del caballo sintioacute que se deteniacutean y cuatro manos poderosas la depositaban en tierra Intentoacute ponerse de pie y levantar la cabeza con dignidad pero le fallaron las fuerzas y se desplomoacute con un suspiro hundieacutendose en un suentildeo ofuscado Despertoacute varias horas despueacutes con el murmullo de la noche en el campo

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 59: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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pero no tuvo tiempo de descifrar esos sonidos porque al abrir los ojos se encontroacute ante la mirada impaciente del Mulato arrodillado a su lado

--Por fin despiertas mujer--dijo alcanzaacutendole su cantimplora para que bebiera un sorbo de aguardiente con poacutelvora y acabara de recuperar la vida

Ella quiso saber la causa de tanto maltrato y eacutel le explicoacute que el Coronel necesitaba sus servicios Le permitioacute mojarse la cara y enseguida la llevoacute a un extremo del campamento donde el hombre maacutes temido del paiacutes reposaba en una hamaca colgada entre dos aacuterboles Ella no pudo verle el rostro porque teniacutea encima la sombra incierta del follaje y la sombra imborrable de muchos antildeos viviendo como un bandido pero imaginoacute que debiacutea ser de expresioacuten perdularia si su gigantesco ayudante se dirigiacutea a eacutel con tanta humildad Le sorprendioacute su voz suave y bien modulada como la de un profesor

--iquestEres la que vende palabras--preguntoacute

--Para servirte--balbuceoacute ella oteando en la penumbra para verlo mejor

El Coronel se puso de pie y la luz de la antorcha que llevaba el Mulato le dio de frente La mujer vio su piel oscura y sus fieros ojos de puma y supo al punto que estaba frente al hombre maacutes solo de

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 60: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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este mundo

--Quiero ser Presidentemdashdijo eacutel

Estaba cansado de recorrer esa tierra maldita en guerras inuacutetiles y derrotas que ninguacuten subterfugio podiacutea transformar en victorias Llevaba muchos antildeos durmiendo a la intemperie picado de mosquitos alimentaacutendose de iguanas y sopa de culebra pero esos inconvenientes menores no constituiacutean razoacuten suficiente para cambiar su destino Lo que en verdad le fastidiaba era el terror en los ojos ajenos Deseaba entrar a los pueblos bajo arcos de triunfo entre banderas de colores y flores que lo aplaudieran y le dieran de regalo huevos frescos y pan recieacuten horneado Estaba harto de comprobar coacutemo a su paso huiacutean los hombres abortaban de susto las mujeres y temblaban las criaturas por eso habiacutea decidido ser Presidente El Mulato le sugirioacute que fueran a la capital y entraran galopando al Palacio para apoderarse del gobierno tal como tomaron tantas otras cosas sin pedir permiso pero al Coronel no le interesaba convertirse en otro tirano de eacutesos ya habiacutean tenido bastantes por alliacute y ademaacutes de ese modo no obtendriacutea el afecto de las gentes Su idea consistiacutea en ser elegido por votacioacuten popular en los comicios de diciembre

--Para eso necesito hablar como un candidato iquestPuedes venderme las palabras para un discurso--preguntoacute el Coronel a Belisa Crepusculario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 61: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Ella habiacutea aceptado muchos encargos pero ninguno como eacutese sin embargo no pudo negarse temiendo que el Mulato le metiera un tiro entre los ojos o peor auacuten que el Coronel se echara a llorar Por otra parte sintioacute el impulso de ayudarlo porque percibioacute un palpitante calor en su piel un deseo poderoso de tocar a ese hombre de recorrerlo con sus manos de estrecharlo entre sus brazos

Toda la noche y buena parte del diacutea siguiente estuvo Belisa Crepusculario buscando en su repertorio las palabras apropiadas para un discurso presidencial vigilada de cerca por el Mulato quien no apartaba los ojos de sus firmes piernas de caminante y sus senos virginales Descartoacute las palabras aacutesperas y secas las demasiado floridas las que estaban destentildeidas por el abuso las que ofreciacutean promesas improbables las carentes de verdad y las confusas para quedarse soacutelo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuicioacuten de las mujeres Haciendo uso de los conocimientos comprados al cura por veinte pesos escribioacute el discurso en una hoja de papel y luego hizo sentildeas al Mulato para que desatara la cuerda con la cual la habiacutea amarrado por los tobillos a un aacuterbol La condujeron nuevamente donde el Coronel y al verlo ella volvioacute a sentir la misma palpitante ansiedad del primer encuentro Le pasoacute el papel y aguardoacute mientras eacutel lo miraba sujetaacutendolo con la punta de los dedos

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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--iquestQueacute carajo dice aquiacute--preguntoacute por uacuteltimo

--iquestNo sabes leer

--Lo que yo seacute hacer es la guerra--replicoacute eacutel

Ella leyoacute en alta voz el discurso Lo leyoacute tres veces para que su cliente pudiera grabaacuterselo en la memoria Cuando terminoacute vio la emocioacuten en los rostros de los hombres de la tropa que se juntaron para escucharla y notoacute que los ojos amarillos del Coronel brillaban de entusiasmo seguro de que con esas palabras el silloacuten presidencial seriacutea suyo

--Si despueacutes de oiacuterlo tres veces los muchachos siguen con la boca abierta es que esta vaina sirve Coronel--aproboacute el Mulato

--iquestCuaacutento te debo por tu trabajo mujer--preguntoacute el jefe

--Un peso Coronel

--No es caro--dijo eacutel abriendo la bolsa que llevaba colgada del cinturoacuten con los restos del uacuteltimo botiacuten

--Ademaacutes tienes derecho a una ntildeapa Te corresponden dos palabras secretas--dijo Belisa Crepusculario

--iquestCoacutemo es eso

Ella procedioacute a explicarle que por cada cincuenta centavos que pagaba un cliente le obsequiaba una

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

65

antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

66

Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

68

podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

70

-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

71

-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

73

-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 63: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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palabra de uso exclusive El jefe se encogioacute de hombros pues no teniacutea ni el menor intereacutes en la oferta pero no quiso ser descorteacutes con quien lo habiacutea servido tan bien Ella se aproximoacute sin prisa al taburete de suela donde eacutel estaba sentado y se inclinoacute para entregarle su regalo Entonces el hombre sintioacute el olor de animal montuno que se desprendiacutea de esa mujer el calor de incendio que irradiaban sus caderas el roce terrible de sus cabellos el aliento de yerbabuena susurrando en su oreja las dos palabras secretas a las cuales teniacutea derecho

--Son tuyas Coronel--dijo ella al retirarse-- Puedes emplearlas cuanto quieras

El Mulato acompantildeoacute a Belisa hasta el borde del camino sin dejar de mirarla con ojos suplicantes de perro perdido pero cuando estiroacute la mano para tocarla ella lo detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo porque creyoacute que se trataba de alguna maldicioacuten irrevocable

En los meses de setiembre octubre y noviembre el Coronel pronuncioacute su discurso tantas veces que de no haber sido hecho con palabras refulgentes y durables el uso lo habriacutea vuelto ceniza Recorrioacute el paiacutes en todas direcciones entrando a las ciudades con aire triunfal y detenieacutendose tambieacuten en los pueblos maacutes olvidados alliacute donde soacutelo el rastro de basura indicaba la presencia

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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humana para convencer a los electores que votaran por eacutel Mientras hablaba sobre una tarima al centro de la plaza el Mulato y sus hombres repartiacutean caramelos y pintaban su nombre con escarcha dorada en las paredes pero nadie prestaba atencioacuten a esos recursos de mercader porque estaban deslumbrados por la claridad de sus proposiciones y la lucidez poeacutetica de sus argumentos contagiados de su deseo tremendo de corregir los errores de la historia y alegres por primera vez en sus vidas Al terminar la arenga del candidato la tropa lanzaba pistoletazos al aire y encendiacutea petardos y cuando por fin se retiraban quedaba atraacutes una estela de esperanza que perduraba muchos diacuteas en el aire como el recuerdo magniacutefico de un cometa Pronto el Coronel se convirtioacute en el poliacutetico maacutes popular Era un fenoacutemeno nunca visto aquel hombre surgido de la guerra civil lleno de cicatrices y hablando como un catedraacutetico cuyo prestigio se regaba por el territorio nacional conmoviendo el corazoacuten de la patria La prensa se ocupoacute de eacutel Viajaron de lejos los periodistas para entrevistarlo y repetir sus frases y asiacute crecioacute el nuacutemero de sus seguidores y de sus enemigos

--Vamos bien Coronel--dijo el Mulato al cumplirse doce semanas de eacutexito

Pero el candidato no lo escuchoacute Estaba repitiendo sus dos palabras secretas como haciacutea cada vez con mayor frecuencia Las deciacutea cuando lo ablandaba la nostalgia las murmuraba dormido las llevaba consigo sobre su caballo las pensaba

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

70

-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

71

-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

72

bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

73

-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 65: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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antes de pronunciar su ceacutelebre discurso y se sorprendiacutea saboreaacutendolas en sus descuidos Y en toda ocasioacuten en que esas dos palabras veniacutean a su mente evocaba la presencia de Belisa Crepusculario y se le alborotaban los sentidos con el recuerdo de olor montuno el calor de incendio el roce terrible y el aliento de yerbabuena hasta que empezoacute a andar como un sonaacutembulo y sus propios hombres comprendieron que se le terminariacutea la vida antes de alcanzar el silloacuten de los presidentes

--iquestQueacute es lo que te pasa Coronel--le preguntoacute muchas veces el Mulato hasta que por fin un diacutea el jefe no pudo maacutes y le confesoacute que la culpa de su aacutenimo eran esas dos palabras que llevaba clavadas en el vientre

--Diacutemelas a ver si pierden su poder--le pidioacute su fiel ayudante

--No te las direacute son soacutelo miacuteas--replicoacute el Coronel

Cansado de ver a su jefe deteriorarse como un condenado a muerte el Mulato se echoacute el fusil al hombro y partioacute en busca de Belisa Crepusculario Siguioacute sus huellas por toda esa vasta geografiacutea hasta encontrarla en un pueblo del sur instalada bajo el toldo de su oficio contando su rosario de noticias Se le plantoacute delante con las piernas abiertas y el arma empuntildeada

--Tuacute te vienes conmigo--ordenoacute

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

Page 66: Dedicatoria - instmonterrey.edu.mxinstmonterrey.edu.mx/tareas/MEXICO/Pedro_P_v_L.pdf · Cuento sin moraleja, Julio Cortázar Chac Mool (fragmento), Carlos Fuentes El otro yo, Mario

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Ella lo estaba esperando Recogioacute su tintero plegoacute el lienzo de su tenderete se echoacute el chal sobre los hombros y en silencio trepoacute al anca del caballo No cruzaron ni un gesto en todo el camino porque al Mulato el deseo por ella se le habiacutea convertido en rabia y soacutelo el miedo que le inspiraba su lengua le impediacutea destrozarla a latigazos Tampoco esta dispuesto a comentarle que el Coronel andaba alelado y que lo que no habiacutean logrado tantos antildeos de batallas lo habiacutea conseguido un encantamiento susurrado al oiacutedo Tres diacuteas despueacutes llegaron al campamento y de inmediato condujo a su prisionera hasta el candidato delante de toda la tropa

--Te traje a esta bruja para que le devuelvas sus palabras Coronel y para que ella te devuelva la hombriacutea--dijo apuntando el cantildeoacuten de su fusil a la nuca de la mujer

El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente midieacutendose desde la distancia Los hombres comprendieron entonces que ya su jefe no podiacutea deshacerse del hechizo de esas dos palabras endemoniadas porque todos pudieron ver los ojos carniacutevoros del puma tornarse mansos cuando ella avanzoacute y le tomoacute la mano

Isabel Allende

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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Pedro Paacuteramo

(Fragmento) Vine a Comala porque me dijeron que acaacute viviacutea mi padre un tal Pedro Paacuteramo Mi madre me lo dijo Y yo le prometiacute que vendriacutea a verlo en cuanto ella muriera Le apreteacute sus manos en sentildeal de que lo hariacutea pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo No dejes de ir a visitarlo -me recomendoacute Se llama de este modo y de este otro Estoy segura de que le dar gusto conocerte Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que asiacute lo hariacutea y de tanto deciacuterselo se lo seguiacute diciendo aun despueacutes de que a mis manos les costoacute trabajo zafarse de sus manos muertas Todaviacutea antes me habiacutea dicho -No vayas a pedirle nada Exiacutegele lo nuestro Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio El olvido en que nos tuvo mi hijo coacutebraselo caro -Asiacute lo hareacute madre Pero no penseacute cumplir mi promesa Hasta que ahora pronto comenceacute a llenarme de suentildeos a darle vuelo a las ilusiones Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel sentildeor llamado Pedro Paacuteramo el marido de mi madre Por eso vine a Comala Era ese tiempo de la caniacutecula cuando el aire de agosto sopla caliente envenenado por el olor

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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podrido de la saponaria El camino subiacutea y bajaba Sube o baja seguacuten se va o se viene Para el que va sube para eacutel que viene baja -iquestCoacutemo dice usted que se llama el pueblo que se ve allaacute abajo -Comala sentildeor -iquestEstaacute seguro de que ya es Comala -Seguro sentildeor -iquestY por queacute se ve esto tan triste -Son los tiempos sentildeor Yo imaginaba ver aquello a traveacutes de los recuerdos de mi madre de su nostalgia entre retazos de suspiros Siempre vivioacute ella suspirando por Comala por el retorno pero jamaacutes volvioacute Ahora yo vengo en su lugar Traigo los ojos con que ella miroacute estas cosas porque me dio sus ojos para ver Hay alliacute pasando el puerto de Los Colimotes la vista muy hermosa de una llanura verde algo amarilla por el maiacutez maduro Desde ese lugar se ve Comala blanqueando la tierra iluminaacutendola durante la noche Y su voz era secreta casi apagada como si hablara consigo misma Mi madre

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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-iquestY a queacute va usted a Comala si se puede saber -oiacute que me preguntaban -Voy a ver a mi padre contesteacute -iexclAh - dijo eacutel Y volvimos al silencio Caminaacutebamos cuesta abajo oyendo el trote rebotado de los burros Los ojos reventados por el sopor del suentildeo en la caniacutecula de agosto -Bonita fiesta le va a armar -volviacute a oiacuter la voz del que iba alliacute a mi lado- Se pondraacute contento de ver a alguien despueacutes de tantos antildeos que nadie viene por aquiacute Luego antildeadioacute -Sea usted quien sea se alegraraacute de verlo En la reverberacioacuten del sol la llanura pareciacutea una laguna transparente deshecha en vapores por donde se trasluciacutea un horizonte gris Y maacutes allaacute una liacutenea de montantildeas Y todaviacutea maacutes adelante la maacutes remota lejaniacutea -iquestY queacute trazas tiene su padre si se puede saber -No lo conozco -le dije- Soacutelo seacute que se llama Pedro Paacuteramo

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

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Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

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-iexclAh vaya -Siacute asiacute me dijeron que se llamaba Oiacute otra vez el iexclah del arriero Me habiacutea topado con eacutel en Los Encuentros donde se cruzaban varios caminos Me estuve alliacute esperando hasta que al fin aparecioacute este hombre -iquestA doacutende va usted -le pregunteacute -Voy para abajo sentildeor -iquestConoce un lugar llamado Comala -Para allaacute mismo voy Y lo seguiacute Fui tras eacutel tratando de emparejarme a su paso hasta que parecioacute darse cuenta de que lo seguiacutea disminuyoacute la prisa de su carrera Despueacutes los dos iacutebamos tan pegados que casi nos tocaacutebamos los hombros -Yo tambieacuten soy hijo de Pedro Paacuteramo -me dijo Una bandada de cuervos pasoacute cruzando el cielo vaciacuteo haciendo cuar cuar cuar Despueacutes de trastumbar los cerros bajamos cada vez maacutes Habiacuteamos dejado el aire caliente allaacute arriba y nos iacutebamos hundiendo en el puro calor sin aire Todo pareciacutea estar como en espera de algo

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

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-Hace calor aquiacute -dije -Siacute y esto no es nada me contestoacute el otro- Caacutelmese Ya lo sentiraacute maacutes fuerte cuando lleguemos a Comala Aquello estaacute sobre las brasas de la tierra en la mera boca del infierno Con decirle que muchos de los que alliacute se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija -iquestConoce usted a Pedro Paacuteramo - le pregunteacute Me atreviacute a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza -iquestQuieacuten es -volviacute a preguntar -Un rencor vivo -me contestoacute eacutel Y dio un pajuelazo contra los burros sin necesidad ya que los burros iban mucho maacutes adelante de nosotros encarrerados por la bajada Sentiacute el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa calentaacutendome el corazoacuten como si ella tambieacuten sudara Era un retrato viejo carcomido en los bordes pero fue el uacutenico que conociacute de ella Me lo habiacutea encontrado en el armario de la cocina dentro de una cazuela llena de yerbas hojas de toronjil flores de Castilla ramas de ruda Desde entonces lo guardeacute Era el uacutenico Mi madre siempre fue enemiga de retratarse Deciacutea que los retratos eran cosa de brujeriacutea Y asiacute pareciacutea ser porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja y en direccioacuten del corazoacuten teniacutea uno muy grande donde

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

Juan Rulfo

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Fuentes electroacutenicas

Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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Jorge Luis Borges La biblioteca total Recuperado

el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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bien podiacutea caber el dedo del corazoacuten Es el mismo que traigo aquiacute pensando que podriacutea dar buen resultado para que mi padre me reconociera -Mire usted -me dice el arriero detenieacutendose- iquestVe aquella loma que parece vejiga de puerco Pues detrasito de ella estaacute la Media Luna Ahora voltieacute para allaacute iquestVe la ceja de aquel cerro Veacuteala Y ahora voltieacute para este otro rumbo iquestVe la otra ceja que casi no se ve de lo lejos que estaacute Bueno pues eso es la Media Luna de punta a cabo Como quien dice toda la tierra que se puede abarcar con la mirada Y es de eacutel todo ese terrenal El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque eacuteramos hijos de Pedro Paacuteramo Y lo maacutes chistoso es que eacutel nos llevoacute a bautizar Con usted debe haber pasado lo mismo iquestno -No me acuerdo -iexclVaacuteyase mucho al carajo -iquestQueacute dice usted -Que ya estamos llegando sentildeor -Siacute ya lo veo iquestQueacute paso por aquiacute -Un correcaminos sentildeor Asiacute les nombran a esos paacutejaros

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

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Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

marzo de 2012 en httpmiseleccionblogspotmx200709el-ramo-azul-octavio-pazhtml Mario Vargas Llosa Los jefes (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacomvarvargaslosjefeshtm

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecaLiteraturaLatinoamericanarulfopedroparamo

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-No yo preguntaba por el pueblo que se ve tan solo como si estuviera abandonado Parece que no lo habitara nadie -No es que lo parezca Asiacute es Aquiacute no vive nadie -iquestY Pedro Paacuteramo -Pedro Paacuteramo murioacute hace muchos antildeos [hellip]

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Gabriela Mistral El caacutentaro de greda Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpcuentosdelatinoamericablogspotmx201106el-cantaro-de-greda-gabriela-mistralhtml Miguel Aacutengel Asturias Leyendas del Sombreroacuten

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

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Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwbibliotecasvirtualescombibliotecarealismodelsigloxxMiguelAngelAsturiasLeyendadelsombreronasp Pablo Neruda La chascona Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwpoemasyrelatosnetpoemasL216_la_chascona-pablo-nerudaphpAutor=487 Gabriel Garciacutea Maacuterquez Cien antildeos de soledad

(fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpsololiteraturacomggmcienannosdesoledad1htm Octavio Paz El ramo azul Recuperado el 23 de

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

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el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespborgesbibliotehtm Julio Cortaacutezar Cuento sin moraleja Recuperado el

23 de marzo de 2012 en httpwwwjuliocortazarcomarobrashtm Carlos Fuentes Chac Mool (fragmento) Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwciudadsevacomtextoscuentosespfuenteschachtm Mario Benedetti El Nintildeo Cinco Mil Millones

Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwsololiteraturacombenselecciondecuentoshtml Isabel Allende Dos palabras Recuperado el 23 de marzo de 2012 en httpwwwtaringanetpostsarte1003482Cuento_-Dos-Palabras_-Isabel-Allendehtml Juan Rulfo Pedro Paacuteramo (fragmento)

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